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SOBRE LECTURAS
El proceso de la lectura:
De la teoría a la práctica
Como dice Mila Cañón, de la Universidad de Mar del Plata, en el María Eugenia Dubois
Estudio preliminar: “Este libro nos sitúa en una temática ineludible
a la hora de seguir formando lectores en el siglo XXI (…) [porque]
genera puntos de encuentro entre la teoría y las biografías persona-
les”, al analizar los diversos modos de leer.
Continúa M. Cañón mencionando que el material revela “impli-
cancias pedagógicas, de las que inevitablemente emergen supuestos
teóricos, ideológicos y didácticos”. Es decir, como los otros libros
de esta colección, este título tiende un puente entre los docentes y
estudiantes de magisterio y los especialistas, puente de doble vía
por el cual los especialistas se allegan a las aulas y los profesores se
superan al contactarse con las teorías más actualizadas.
Cód.: A-4-0642
LOMO 3 mm
El proceso de la lectura:
De la teoría a la práctica
Coordinadora de la Colección
Elena Lucchetti
Edición
Elvira Boccia
Corrección
Cecilia Biagioli
Coordinación de Gráfica
Victoria Maier
Diagramación
Verónica Codina
Producción industrial
C
Pablo Sibione
M
CM
MY
Dubois, María Eugenia
CY
El proceso de la lectura : de la teoría a la práctica . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : Aique Grupo Editor, 2015.
CMY
48 p. ; 16x23 cm. - (Sobre lecturas)
K
ISBN 978-987-06-0642-0
Esta edición se terminó de imprimir en marzo de 2015 en Docuprint, Ruta Panamericana KM. 37,5
Centro Industrial Garin - Calle Haendel - Lote 3 - Buenos Aires - Argentina.
El proceso de la lectura:
De la teoría a la práctica
Bibliografía ................................................................................................ 47
Estudio preliminar
Mila Cañón1
A
más de veinte años de su primera edición, este libro nos sitúa
en una temática ineludible a la hora de seguir formando lec-
tores en el siglo XXI. De un siglo al otro, el estudio clásico so-
bre las Teorías de la Lectura, indispensable a la hora de transitar un
recorrido teórico y práctico sobre las concepciones de este objeto de
conocimiento complejo, ofrece una mirada que se instala en el límite
del desarrollo explicativo y la reflexión sobre las prácticas pedagógicas
de lectura.
Dos aportes relevantes atraviesan esta obra de María Euge-
nia Dubois que permiten hoy continuar pensando en los enfoques y
en los modos de leer, que constituyen una constante preocupación
para quienes investigan y educan en lectura, como le gustaba decir:
3 Tal vez, el artículo “Educar en la lengua escrita, educar por la lengua escrita” sea el más
representativo de esta mirada (Lectura y Vida, año 18, núm. 2, 1997).
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4 Pierre Bourdieu: Campo intelectual, campo de poder y habitus de clase. Buenos Aires: Folios,
1983.
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Educar en lectura
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L
os trabajos sobre lectura aparecidos en los últimos setenta y cin-
co años se apoyan en tres concepciones diferentes del proceso:
• la primera, predominante más o menos hasta mediados del siglo xx, concibe la
lectura como un conjunto de habilidades;
• la segunda, desarrollada en las décadas del sesenta y del setenta, considera que la
lectura es el producto de la interacción entre pensamiento y lenguaje;
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Si bien en las primeras décadas del siglo xx, los trabajos de algu-
nos autores se dirigían a señalar la complejidad de la lectura como un
proceso psicológico, sus ideas no llegaron a influir de manera suficien-
te como para que se abandonara la concepción de que la lectura po-
día ser desmenuzada en sus elementos componentes y de que estos
podían ser ordenados según su grado aparente de dificultad. Así, se
pensaba dar solución a los problemas derivados del aprendizaje de la
lectura, sobre todo, en su etapa inicial.
El esquema clásico, dentro de esta concepción, proponía el reco-
nocimiento de palabras como el primer nivel de la lectura, seguido de
la comprensión como segundo nivel, de la reacción o respuesta emocio-
nal en tercer lugar, y de la asimilación o evaluación como última etapa.
A este esquema se ajustaron muchas taxonomías con ligeras varia-
ciones entre ellas, debidas en general a explicitar o no los subniveles
correspondientes a cada etapa o nivel. En especial, la comprensión se
consideraba compuesta, a su vez, por distintos subniveles jerárqui-
cos que incluían, en una enunciación básica, la comprensión literal o
habilidad para comprender lo dicho de manera explícita en el texto,
la inferencia o habilidad para comprender lo que está implícito y la
lectura crítica o habilidad para evaluar la calidad del texto o las ideas
o propósitos del autor.
Justo es señalar que algunos de los defensores de esta posición
no dejaron de ver que la lectura es un acto total y, por lo tanto, algo
más que la suma de sus partes; sin embargo prevaleció la idea de que,
al dominar las habilidades básicas, el lector podía luego integrarlas
como un todo. Esta creencia, además, se arraigó de manera tan pro-
funda en el espíritu de quienes estaban trabajando en el área educa-
cional que los sistemas escolares aún hoy basan en ella la enseñanza
de la lectura.
De acuerdo con esta concepción, se dice que el lector compren-
de un texto cuando es capaz de extraer el significado que este le ofre-
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1 Carroll, J. B.: “La naturaleza del proceso de lectura”, en Harry Singer: Theoretical
Models and Processes of Reading. Newark: IRA, 1980. (IRA, sigla en inglés que significa
‘Asociación Internacional para la Lectura’).
2 Gibson, E.: The Psychology of Reading. Cambridge, Mass: MIT Press, 1975.
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3 Goodman, K.: “El proceso de lectura: consideraciones a través de las lenguas y del desarrollo”,
en Emilia Ferreiro y Margarita Gómez Palacio (comps.): Nuevas perspectivas sobre los procesos de
lectura y escritura. México: Siglo XXI, 2002.
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cido por él, no podrá construir ningún significado. Por ejemplo, ¿cuán-
tos lectores podrán construir sentido del siguiente párrafo?
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Los lectores deben poseer esquemas para la ortografía, para la sintaxis del
lenguaje y para los conceptos presupuestos por el autor, a fin de seleccio-
nar, usar y complementar las claves apropiadas para un texto particular.
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5 En Spiro, Rand; Bertram Bruce y William Brewer (eds.): Theoretical Issues in Reading
Comprehension. Hillsdale: Erlbaum, 1980.
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6 En Langer, Judith (ed.): Reader Meets Author/Bridging the Gap. Newark: IRA, 1982.
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• el sentido del mensaje escrito no está en el texto, sino en la mente del autor y del
lector;
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E
n Sobre metáforas y paradigmas: rechazo del “sentido común” en
la consideración de la lectura, Constance Weaver asimila el enfo-
que de la lectura como un conjunto de habilidades al modelo
mecanicista de la Física clásica y el enfoque interactivo-transaccional,
al modelo organicista de la Física moderna, y señala las consecuencias
que tuvo la adopción del paradigma mecanicista en los métodos de
enseñanza de la lectura.
Dado el interés y la originalidad que creemos reviste la obra de
Constance Weaver, nos serviremos de algunas de sus ideas para re-
flexionar acerca de la vinculación entre la teoría de la lectura y su prác-
tica pedagógica, aun cuando eso nos lleve, quizá, a reiterar algo de lo
dicho en páginas anteriores.
El modelo mecanicista
Desde la segunda mitad del siglo XVII hasta finales del siglo XIX, el
pensamiento científico estuvo dominado por el modelo mecanicista
de Isaac Newton. De acuerdo con este modelo, todos los fenómenos
físicos tenían lugar en un espacio absoluto, siempre en reposo e inmu-
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El modelo organicista
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11 Ídem.
12 Peacocke, A. R.: “The Theory of Relativity and Our World View”, en A. Van der Merwe (ed.):
Old and New Questions in Physics, Cosmology, Philosophy, and Theoretical Biology. Nueva York:
Plenum Press, 1983.
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a adopción del modelo de la Física clásica en el campo de la lec-
tura trajo como consecuencia una serie de equívocos con respec-
to a su enseñanza, entre ellos:
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14 Véase Halliday, M. A. K.: El lenguaje como semiótica social. México: Fondo de Cultura Económica,
2003.
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16 Ídem.
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Pensar que solo existen dos formas —una correcta y otra incorrecta— de
interpretar un texto es renunciar a entender el proceso de construcción
del significado y, por lo tanto, aceptar la imposibilidad de contribuir a su
desarrollo. Reconocer la coherencia interna y la validez de las diferentes
interpretaciones hace posible tomarlas como punto de partida para crear
experiencias de lectura, situaciones de aprendizaje que favorezcan la am-
pliación de las posibilidades del niño de aprender lo que lee.
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