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Análisis sociológico de la biblioteca escolar, Escuela Operadores Topógrafos General San

Martin, desde el punto de vista de los nuevos alcances de los términos Biblioclastia y

Memoricidio

Universidad Nacional de La Rioja

Toledo, Mercedes del Carmen

Departamento Académico de Ciencias Humanas y de la Educación

Tecnicatura Universitaria en Bibliotecología

Práctica Bibliotecológica

Prof. Sandra Nieto

Trabajo final

2020
Índice

Introducción .................................................................................................................................... 3

Estado del arte: primeras instancias ................................................................................................ 6

Problema de investigación .............................................................................................................. 8

Objetivos generales y específicos ................................................................................................... 8

Planteamiento de la hipótesis .......................................................................................................... 9

Desarrollo del corpus de la investigación ..................................................................................... 10

¿Qué es la Biblioclastia? ........................................................................................................... 11

¿Qué es Memoricidio? .............................................................................................................. 13

¿Qué se viene afirmando en relación a los nuevos estudios de Biblioclastia y Memoricidio? . 15

Micro y macro acciones biblioclastas ........................................................................................... 19

¿Existe la Biblioclastia en todas las instituciones bibliotecarias escolares? ................................. 23

Conclusión .................................................................................................................................... 23

Propuesta con mirada al cambio................................................................................................ 25

Anexo ............................................................................................................................................ 28

Bibliografía ................................................................................................................................... 32
Introducción

Mucho se ha dicho acerca de conservar y preservar la memoria cultural en base a los futuros

peligros que puede ocurrir en torno al patrimonio, ya sea tangible o intangible. Casi es nulo

pensar en la posibilidad de que algún grupo armado venga a destruir gran parte de la memoria

que alberga el país. Incluso, antes de no pensar en esto, preferiblemente no se nos cruza por la

cabeza la mera idea de que alguien quiera aniquilar o arrasar el patrimonio bibliográfico, es

decir, un libro cualquiera. Esta idea no estaba tan arraigada durante la dictadura ocurrida en

nuestro país, Argentina, durante los años 1976 y 1983, donde la quema y destrucción de los

diferentes patrimonios era algo de todos los días. Autores como Marx, Engels, Martí, Freire y

Lukács, se vieron envueltos en las llamas del poder y el supuesto argumento de la subversión,

inclusive, libros infantiles tuvieron el mismo trágico destino al considerarse que podrían tener

alguna especie de código o mensaje subliminal que pudiese alterar el estado mental de los

ciudadanos argentinos. Claramente, hablando de esto, nos estamos refiriendo a la quema del

patrimonio bibliográfico, no es de obviar que ocurrieron arrases de diferentes áreas culturales, no

solo de los libros, pero el hecho que alguien queme un libro, teniendo en cuenta el único factor

de “evitar que la población lea esto”, ya es un claro ejemplo de que estos materiales eran

considerados peligrosos, y a aquellos que se encargaban de cuidarlos, aún más.

A partir de esta breve conceptualización en el tiempo histórico, podemos remitirnos a plantear el

tema principal de este trabajo: la Biblioclastia. Término nuevo, término peligroso y término,

inclusivamente, incomodo de decir. La quema de libros no es un hecho aislado, durante muchos

años, diversos gobiernos que han querido perpetuarse en el poder y permanecer, de alguna

manera, controlando a las masas sociales, han contribuido a la acción de deshacerse de aquel

material que consideraban peligroso, y como ya se ha planteado, no es un hecho casual ni mucho


menos minimizado. Por el día de hoy, hablar de quema de libros dejó de ser y dejó de tener el

significado que antes tenía, los conceptos cambiaron porque la gente cambió, aun así, ignorar

que esto sigue sucediendo solo contribuye al problema.

El objetivo principal que tendrá el siguiente trabajo de investigación es probar que existen otras

variantes de Biblioclastia, no se habla de quema de libros, pero sí de abandono de los mismos, de

esta manera, se está cometiendo una especie de destrucción simbólica de los materiales

bibliográficos inmersos dentro de lo que se supone que debería ser su lugar de resguardo: las

bibliotecas y los principales centros de información. Al negar un derecho básico y esencial que

es el acceso a la información y conocimiento por parte de los ciudadanos, es una conducta

biblioclastica, y que no debería ser tomado a la ligera. El desarrollo principal que tendrá el

siguiente trabajo va a estar focalizado en la práctica silenciosa y que pasa desapercibida en la

mayoría de instituciones bibliotecarias: la Biblioclastia dentro de las bibliotecas escolares.

Aspecto aún más peligroso por tratarse de un área que debería acompañar y apoyar al estudiante

en su transcurso educativo. Claramente el trabajo va a estar delimitado a hablar solamente del

caso de la biblioteca escolar perteneciente a la Escuela Operadores Topógrafos General San

Martin, teniendo en cuenta sus aspectos sociológicos partiendo del término Biblioclastia.

Las principales causas que se propició para que se quiera investigar este tema se debe a dos

razones fundamentales: brindar temas nuevos respecto a los recientes términos de Biblioclastia y

Memoricidio, tema del que también se va a hablar al ser una variante cerca al concepto clave, de

esta manera la investigación podría aportar nuevas miradas en el futuro o forjar un próximo

camino a un investigador, y además, como segunda razón fundamental, la falta de importancia

que se le está dando a las bibliotecas escolares por ser consideradas partes de una institución

escolar. Al no ser independientes, la gran mayoría de ellas, tendemos a menospreciar el trabajo o


la falta del mismo que ocurren dentro de éstas, y que, como probaremos más adelante, puede

concurrir a la perpetración de un hecho biblioclastico. Es una especie de Biblioclastia, y por ende

Memoricidio, silenciosa, ajena y simbólica. Se habla de grandes periodos históricos, o de

grandes instituciones que ejercieron Biblioclastia, pero de nada se habla de aquellos pequeños

rincones donde el maltrato a los libros pasa completamente desapercibido. Peligro resulta ser que

exista Biblioclastia, pero más peligroso cuando ésta ocurre dentro de una biblioteca escolar, área

en la que se supone debería acompañar al estudiante y al docente.

Al hablar y remitirnos a la palabra Biblioclastia y Memoricidio, nos encontramos con el hecho de

que todavía, a día de hoy, resulta una palabra peligrosa. Durante el desarrollo previo a la

investigación, y en el transcurso de su preparación, se ha estado localizando informantes que

trabajen dentro de la institución escolar operadores topógrafos, donde radica la biblioteca

escolar, muestra principal en el trabajo, y la sorpresa fue la negación o el rechazo absoluto de

estos posibles informantes al decirles de lo que se trataba la investigación y el objetivo principal

que ésta tenía. Se ha logrado encontrar a un informante anónimo que será el que contribuya con

los datos específicos sobre la biblioteca escolar, no trabaja en ella, pero sí es un testigo activo de

todo lo que pasa dentro de esta área. Al hablar de esto, y al hablar del rechazo de los que podrían

haber sido informantes en este trabajo de investigación, se reafirma la idea que se viene

planteando en esta larga introducción.

La metodología adaptada para realizar este trabajo se va a basar en la siguiente formula: se

planteará una hipótesis de investigación para saber, fehacientemente, si realmente está

ocurriendo una práctica biblioclastica en la biblioteca escolar, y, por ende, al hablar de

Biblioclastia, también haremos uso del término Memoricidio, como una aniquilación de la

memoria cultural educativa. No obstante, se tendrá en cuenta diversas teorías de autores cuyos
antecedentes teóricos demuestran gran parte de los avances conceptuales que giran en torno a

estos nuevos términos. Al finalizar el trabajo de investigación, se recordará la hipótesis planteada

y, se responderá, si ésta es afirmativa o negativa. De ser afirmada se dará paso a la construcción

y desarrollo de una propuesta para evitar, en gran medida, la practica biblioclastica dentro de esta

área educativa. Además de ello, y como se venía diciendo anteriormente, se citarán autores

contemporáneos que avanzaron conceptualmente en relación a estos términos, las principales

autoras tomadas para realizar el desarrollo del marco teórico serán Mela Bosch, lingüista y

documentalista, ex directora del CAYCIT, centro del CONICET, y Tatiana María Carsen.

Sin embargo, y abarcando aspectos formales de la introducción con respecto a la investigación,

se adjuntará al final, (en el apartado anexos), la entrevista realizada al informante anónimo que

contribuyó a brindar datos para el desarrollo de la investigación. Se tendrá en cuenta estados del

arte, desarrollados a continuación de forma inicial y preliminar para luego dar paso a un análisis

más profundo, y marcos teóricos además de la descripción institucional propia de la escuela que

se ha tomado para la respectiva investigación y la biblioteca teniendo en cuenta la información

brindada por el informante y mediante investigaciones previas.

Estado del arte: primeras instancias

Al hablar de Biblioclastia, es muy común pensar en las grandes quemas de bibliotecas o

abandono que ocurrieron a lo largo de la historia, más que nada, pensamiento que viene de parte

de aquellos intelectuales que investigan, desde hace muchos años, el desarrollo de la práctica

biblioclastica. Sin embargo, no es común pensar que este hecho aberrante como puede ser la

Biblioclastia y el Memoricidio tomen y alcen la voz en pleno siglo XXI. Numerosos autores,

como puede ser Mela Bosch o Tatiana Carsen, afirman y tiene la certera convicción que la

Biblioclastia ha mutado para establecerse en nuevos mecanismos conceptuales. Ya no se habla


de quema en bibliotecas o de libros en masa, se habla de un abandono simbólico y una

destrucción no literal de los espacios físicos que tienen como objetivo resguardar información y

conocimiento. Los conceptos cambiaron porque las circunstancias lo han hecho, de esta manera,

seguir pensando que los mecanismos biblioclasticos y de Memoricidio solo se concentran en una

célula particular de destrucción literal, solo nos conduce a pensar erróneamente y no de forma

actualizada. Aun así, parece suceder que los conceptos, incluso teniendo en cuenta los nuevos

abordajes conceptuales, todavía siguen estancados en el tiempo. Hace falta más investigación y

un camino forjado y construido desde los mismos cimientos del gran campo de la ciencia.

Si damos un ejemplo de lo anteriormente planteado, nos podemos encontrar con muchas

circunstancias y situaciones. La página web, Rio Negro, redactado por Néstor Tkacze (2005),

condena pensar que la práctica biblioclastica se trata, meramente, de una depuración cultural,

disfrazada de purificación, en donde la destrucción de los libros se debe principalmente a que son

considerados nocivos. “Todos los biblioclastas, son en el fondo, fanáticos apocalípticos”

(Tkacze, 2005). Aunque pareciera que en cierto modo el artículo periodístico está protegiendo la

Biblioclastia, la condena en cierto punto de forma muy ambigua: el autor señala que esta práctica

viene más del lado político, que, de otros tipos de aspectos, lo que llevaría a pensar que esta

destrucción se debe al miedo de una sociedad pensante y crítica. No obstante, no parece

adecuado quedarnos con esta sola idea, aunque no está de más afirmar su veracidad. El año que

fue escrito este artículo, 2005, lleva a pensar que el término Biblioclastia y Memoricidio han

evolucionado y lograron otras vertientes conceptuales. En el aspecto contemporáneo, no

hablamos de quemas de libros ni de bibliotecas, ni hablamos de bomberos quemando libros para

mantener a la sociedad tranquila, hablamos de abandonos y destrucciones que nadie parece ver, y

que incluso, son más peligrosas que los antiguos términos.


Problema de investigación

El foco principal para plantear el problema que engloba toda la investigación se basa en las

siguientes preguntas: teniendo en cuenta los datos brindados por el informante respecto al estado

de la biblioteca escolar, ¿existe Biblioclastia? De ser así, ¿de qué manera se desarrollan las

practicas biblioclasticas dentro de la biblioteca escolar que pertenece a la Escuela Operadores

Topógrafos General San Martin? Si existe esta práctica, existe, fehacientemente, el Memoricidio.

Englobando este problema, se puede plantear el meollo principal de toda la investigación. Al

representar la biblioteca escolar un ejercicio biblioclastico por diversos motivos, por ejemplo, el

abandono de la biblioteca, la no difusión de la oferta bibliográfica que ofrece, al no estar

brindando un servicio, el no desarrollar el área de procesos técnicos, el no contar con un

profesional que esté manejándola, entre otros, significará que existe un Memoricidio que intenta

exterminar el derecho básico a la persona a acceder a la información y al conocimiento: con

Biblioclastia, se desarrolla lo anteriormente dicho. Es fundamental tratar esta célula problemática

que representa gran parte del problema que tiene la biblioteca escolar, claramente se planteará

una hipótesis en donde se reafirma la idea que existe la Biblioclastia y el Memoricidio dentro de

esta institución, pero es importante aclarar el problema para saber si realmente éste existe. Al

final de la investigación, y si la hipótesis es afirmativa, se manifestará una propuesta que sirva de

solución a este problema de investigación.

Objetivos generales y específicos

El desarrollo de los objetivos generales y específicos se brindarán de la siguiente manera:

Objetivos generales:
a. Mostrar la gran problemática que atañe a la institución sobre el nulo acceso de

información y conocimiento por parte de los alumnos.

b. Compilar datos reales acerca de un tipo específico de biblioteca, en este caso escolar,

para profundizar mucho más en la investigación acerca de los mecanismos

Biblioclasticos.

c. Identificar otros abordajes conceptuales respecto a los nuevos alcances del término

Biblioclastia y Memoricidio, en este caso, refiriéndose a una destrucción no literal del

área escolar.

Objetivos específicos:

a. Examinar el micro y las macro acciones biblioclasticas dentro de la biblioteca escolar

para luego identificarlas.

b. Enunciar los problemas que mantiene el área escolar que, justamente, conducen a pensar

en una práctica Biblioclastica.

c. Conceptuar un nuevo futuro para la biblioteca escolar.

d. Sugerir la propuesta a implementar dentro del área para que pueda, efectivamente,

eliminarse en gran parte esta acción Biblioclastica.

Planteamiento de la hipótesis

El planteamiento de la hipótesis nos conduce a pensar como afirmativa, sí se está cometiendo

una práctica biblioclastica y de Memoricidio dentro de la biblioteca escolar perteneciente a la

Escuela Operadores Topógrafos General San Martin. Al plantear la hipótesis como afirmativa,

debemos establecer las bases por la que nos llevan a pensar en esta situación. Gran parte de la

biblioteca, teniendo en cuenta los datos que el informante ha brindado, está en estado de
abandono. Aun cuando esta área permanece abierta, hasta hace unos meses por motivos claros,

no ha sabido brindar el servicio ni cumplir con la misión y visión que tienen las bibliotecas

escolares, según la IFLA (1999), que es la de brindar un servicio educativo y de enseñanza

facilitando los recursos escolares y tecnológicos en pos al bienestar informativo y de

conocimiento en dirección al alumnado, para que éstos desarrollen un lado crítico y reflexivo

eficazmente. Gran parte de este concepto no está siendo abarcado ni cumplido dentro de esta

biblioteca escolar, que se puede afirmar es una de las tipologías de bibliotecas más importantes

ya que en ella se condensa todo el aspecto educativo para generar alumnos críticos y

responsables, de esta manera, al hablar de Biblioclastia y Memoricidio, es seguro pensar en la

peligrosidad de la palabra. Como ya se ha mencionado unas líneas antes, se ha concurrido en la

búsqueda de informantes, pero éstos han desertado al enterarse de qué se trataba esta

investigación, con el argumento del miedo y las consecuencias que esto puede traer.

De ser demostrada la hipótesis planteada como afirmativa, después de teorizar todos los aspectos

necesarios que giran en torno a estos temas dentro del corpus del trabajo, en el apartado de

conclusión se brindará una futura propuesta que esta biblioteca podría implementar para que

pueda salir de estas acciones biblioclasticas, en beneficio de sí misma y de los estudiantes que

necesitan acceder a los materiales que ella alberga.

Desarrollo del corpus de la investigación

La teorización del corpus del trabajo estará basado en responder las preguntas de los dos

términos que se vienen planteando desde el inicio: Biblioclastia y Memoricidio. Teniendo en

cuenta los dos conceptos, se utilizarán autores y citas textuales para abarcar de una mejor forma

el contenido teórico.
¿Qué es la Biblioclastia?

Para comenzar a definir propiamente el término, y tener una noción más clara de lo que se está

hablando, es necesario realizar una aclaración de los orígenes del concepto de Biblioclastia y

cómo ha surgido.

En 2017, Mela Bosch y Tatiana Carsen, habían publicado un artículo denominado “Biblioclastia:

vocabulario controlado para la ampliación y profundización del concepto”, en él, básicamente se

propuso la creación de un término aprobado y que, a su vez, éste, sea abarcativo sobre lo que

significaba y significa la Biblioclastia. Se fundamentó esta definición propuesta por las autoras,

basadas en la recopilación de bibliografía, en donde se expuso la metodología que se siguió para

finalmente, crear este concepto nuevo. Claramente antes de eso, existían leves teorías o

supuestos de lo que se llegaba a pensar qué era la Biblioclastia, aun así, el concepto que se

brindaba era bastante acotado y solo se hablaba de la destrucción o quema de bibliotecas.

Nuestras autoras expuestas, Mela y Tatiana, plantearon la ampliación del término volcándolo

hacia otras vertientes conceptuales que no solo esté limitada a lo que sucedía en la dictadura del

76´o el periodo nazi, ellas manifestaron la creación de otro tipo de abandono y destrucción, uno

más simbólico y menos literal, un abandono indirecto y silencioso del que nadie se percataba.

Mela Bosch y Tatiana Carsen (2017), afirman: “El concepto de Biblioclastia ha recibido

definiciones que se apegan a su etimología de destrucción de libros. A partir de los antecedentes

que citamos creemos que estamos en un momento en que este concepto ha ampliado su base

conceptual (…)” (p.8). A partir de esto se empieza a creer que debería haber una ampliación del

término Biblioclastia y toda la terminología asociada a él. Las autoras, al momento de presentar

este proyecto para crear un término controlado sobre la palabra Biblioclastia, afirmaron que al

realizar este lenguaje controlado acercan del término propuesto, éste puede servir como
herramienta e instrumento para que exista una ampliación y una designación más realista y

verídica. Teniendo el término como aceptado y controlado, no habrá un margen al afirmar que la

palabra es una invención o que no existe.

Antes de comenzar a desarrollar el término, las autoras propusieron sus argumentos que

visibilizaban las razones por las que decidieron ampliar conceptualmente el término

Biblioclastia. Decidieron incluir, dentro de este nuevo concepto controlado, las publicaciones de

todo tipo, que antes solo estaban limitadas a los libros, los espacios físicos, la Biblioclastia puede

desenvolverse incluso en la virtualidad al negar ese derecho de acceder a una computadora o a

obtener un determinado libro, las personas que se relacionan con las actividades dentro de una

unidad de información, Biblioclastia también es bibliotecas sin bibliotecarios especializados, así

como también la inclusión de las políticas que van a vulnerar los derechos básicos de los

ciudadanos a acceder a la información. “Esta estructura conceptual y sus fundamentos se nutren

de definiciones inspiradas en la bibliografía sobre Biblioclastia mencionada y en los aportes

teóricos de Foucault, Deleuze y Agamben.” (Bosch y Carsen, 2017, p. 9).

Finalmente, el concepto básico del término Biblioclastia que utiliza el vocabulario controlado de

CAI-CYT-CONICET, se define de la siguiente manera:

Conductas, practicas, procedimientos, dispositivos y políticas que conducen a la

destrucción, desvalorización o invisibilización de recursos de información y

conocimiento, de los espacios físicos donde se alojan y circulan, y que atentan contra las

personas que se relacionan tanto con esos recursos como en esos espacios físicos. Así

como las conductas, prácticas, procedimientos, dispositivos y políticas que vulneran los

derechos asociados a la información y el conocimiento. (Bosch y Carsen, 2017, p.10).


El término propuesto en el 2017 por las autoras fue y es bastante esclarecedor respecto y en

relación a las acciones Biblioclasticas que pueden ocurrir dentro de una unidad de información, y

seguramente, lo positivo de este término, es la no especificidad que va a tener. Con esto se

refiere a que podemos estar hablando de Biblioclastia dentro de cualquier unidad de información,

tanto bibliotecas, como archivos y museos, por dar un ejemplo. La magnitud conceptual que se

obtiene es bastante amplia en relación a lo que hace unos años se consideraba lo que era la

Biblioclastia. Siguiendo este mismo hilo, también podemos destacar los actores intervinientes

que forman parten y construyen las acciones Biblioclasticas, en este sentido se engloban los

bibliotecarios, archivistas o museólogos, pero también podemos incluir la sociedad en general

que ataca y condena el derecho básico a la información, sin muchas veces darse cuenta de ello.

En último lugar, se rescata las causas y motivos por el que se ejerce la Biblioclastia, que puede

ser numerosos, terrorismo de estado, dogmatismos religiosos, dogmatismo político, factores

económicos, inclusive, el abandono por daño debido a desastres naturales. Finalmente, se deja

una frase resumida de Mela y Tatiana, publicada en una nota en la Pagina 12, sitio web

periodístico: “Es oscurantismo, brutalidad unidad a ignorancia, pensar que las bibliotecas no

necesitan de un mediador entre el conocimiento y las personas y que el bibliotecario es

prescindible.” (Bosch y Carsen, 2018).

¿Qué es Memoricidio?

A diferencia del término planteado desde la Biblioclastia, el Memoricidio no tiene un lenguaje

controlado ni mucho menos una definición sostenible ni teórica. Existen, claramente, propuestas

de definiciones en algunos sitios web, pero nada más profundo ni técnico ni que sea corroborado

por alguna entidad, tan solo existen teorías.


La expresión Memoridicio es bastante reciente, y surge como resultado de la destrucción

cultural. A diferencia de la Biblioclastia que surge como resultado de la destrucción y quema de

libros, el Memoricidio abarca un panorama mucho más amplio al hablar de las células culturales

que interpelan todos los aspectos, objetos museológicos, testimonios, libros, esculturas, y todo

aquello que desprenda factores culturales. Fue el profesor Mirko Grmek, en 1991, el que primero

habló de este término a través de una serie de conferencias brindadas, y en el que solo se hablaba

de un resultado de las guerras que ocurrían en ese momento. Algunos expertos de las Naciones

Unidas expresaron una especie de definición, bastante banal, pero que da como inicio a las

primeras datas acerca del Memoricidio. Éstos lo definían como la destrucción intencional de los

bienes culturales que no se puede justificar por una necesidad militar o que tenga como finalidad

la guerra. Entonces, podríamos decir que el Memoricidio se da como resultado de la destrucción

a nivel cultural que se produce en una batalla. Sin embargo, al hablar de destrucción cultural,

debemos remitirnos también a ciudades, barrios históricos, archivos de la memoria, bibliotecas

nacionales, etc.

Al hablar de Memoricidio, incluso pareciera que la palabra es más fuerte de pronunciar que la

palabra Biblioclastia, porque se trata de un homicidio interpelado por la destrucción cultural.

Claramente, una palabra es más fuerte que la otra, en ese caso, tendrá un diferente impacto en la

sociedad. A todos nos va a molestar la destrucción de la herencia cultural que tenemos que

conformar, justamente, la identidad de un pueblo, de ahí viene el sentimiento de pérdida

irreparable: la guerra no solo eliminará gente, sino la identidad de una comunidad.

Entonces, ¿cuál es la relación que existe entre Biblioclastia y por qué el Memoricidio es el

resultado de ésta? El resultado de este trabajo se basa en que, si existe una acción Biblioclastica

en la biblioteca escolar, entonces, fehacientemente estaría existiendo un Memoricidio que


condicione a la aniquilación simbólica del patrimonio cultural y educativo. Deberíamos tomar el

mismo sentido que se empleó para la creación de un vocabulario controlado para Biblioclastia:

no solo debemos hablar de un Memoricidio literal, y que tenga como sinónimo una destrucción

real y visible, también debemos referirnos a un silencioso asolamiento, un Memoricidio

subyacente y que pasa desapercibido, ahora más que nada donde la devastación cultural no solo

se da destruyendo una biblioteca o una escultura, también puede desarrollarse tirando un libro a

la basura o arrancando una hoja de éste para que “mi alumno no lo lea”.

Así mismo, ¿qué es el Memoricidio? Teniendo en cuenta lo leído y planteado, podemos definirlo

como: un conjunto de acciones que tiene como fin el asolamiento y los estragos culturales que

repercute de numerosos factores y bajo situaciones de diferente índole, tanto de forma directa o

indirectamente. Esta acción se concreta bajo la idea de fomentar una ignorancia cultural y

colectiva respecto a lo que conocemos, y que tendrá como resultado la eliminación de las

diferentes identidades de una comunidad, y el no acceso al derecho a la información y al

conocimiento que tenemos por el solo hecho de ser humanos.

¿Qué se viene afirmando en relación a los nuevos estudios de Biblioclastia y Memoricidio?

Como seguramente se ha afirmado en el desarrollo de todo el trabajo de investigación hasta

ahora, el concepto de Biblioclastia y Memoricidio han ido cambiando y fluctuando teniendo en

cuenta las fuerzas dinamizadoras y el cambio de mentalidad en las sociedades. En un principio,

la Biblioclastia era aquella práctica que solo ocurría en el contexto de una biblioteca y solo se

daba cuando ésta era destruida o sus libros eran desechados. Actualmente podemos ubicarnos

dentro de un panorama mucho más amplio al hablar de Biblioclastias en plural, y no solo en

singular, y en un contexto más abarcativo al referirnos no solo a los libros y a una destrucción

directa, también podemos hablar de una forma indirecta, y de otros objetos o incluso actitudes
Biblioclasticas. Si bien es cierto que la Biblioclastia en todo su esplendor sigue produciendo

hechos, es decir, la Biblioclastia original, no debemos pasar por alto que existen otros

mecanismos y otras conductas que llevan a pensar que se está ejerciendo esta práctica. Como ya

se ha afirmado, podríamos teorizar que existen dos tipos de destrucción biblioclastica:

a. Directa: al referirnos a la devastación cultural literalmente, viene de la mano como

resultado de las guerras o de dictaduras que pretendieron censurar y mantener

“controlado” al pueblo y a las comunidades. Podemos ejemplificarla con la destrucción

de la biblioteca de Alejandría por el ejército musulmán, o a la quema de libros que

ocurrió durante la dictadura del 76´ en Argentina, incluso podemos hablar de la censura y

el retiro de material bibliográfico o patronímico para evitar la lectura.

b. Indirecta: son las acciones invisibilizadas o que pasan desapercibidas y que son tomadas

de forma no literal. En este apartado, la Biblioclastia no es reconocida porque los

mecanismos que se usan son muy sutiles y casi inexistentes, pero que existen. Estas

situaciones se producen, más que nada, en las bibliotecas escolares, donde la biblioteca

forma parte de la institución y queda ajena a todos los procesos y relevancia que debería

tomar. Ejemplos hay varios, la no selección ni adquisición bibliográfica, no brindar

servicios o un buen servicio, no realizar el procesado técnico del material, no difundir la

oferta bibliográfica que ofrece el área, no trabajar ni atraer al alumnado, realizar descarte

de material de forma fraudulenta, que no haya un profesional bibliotecario al mando de la

biblioteca y que haya sido asignada a una persona que realiza “tareas pasivas”, etc.

Es claro pensar que, si se llegase a dar la forma directa de Biblioclastia, tendríamos opiniones

negativas respecto a eso, incluso condenaríamos estas acciones. A ciertas personas les conviene

que la práctica biblioclastica sea sutil e indirecta, para poder seguir ejerciéndola, de esta forma
nadie se daría cuenta de lo negativo de la cuestión. En resumen, la Biblioclastia indirecta son

bibliotecas no ejerciendo ni cumpliendo sus funciones, por más mínimas que éstas sean.

Descripción institucional de la Escuela Operadores Topógrafos General San Martin y su

biblioteca escolar

Según los datos brindados por el informante clave, protagonista principal de la investigación,

podemos realizar una definición institucional y de todos los aspectos físicos que giran en torno a

la institución escolar y a la biblioteca escolar. Se conceptualizará el exterior e interior,

incluyendo los recursos que mantiene esta área, y los servicios y la parte administrativa que

ofrece. Además, también se mencionará parte de la descripción de la escuela para poder

comprender mucho mejor el contexto exterior.

Descripción de la institución escolar: según los datos del informante y mediante previas

investigaciones, la escuela es relativamente nueva, hace cerca de 10 años que fue creada después

de ver la necesidad de educación de los chicos que forman parte del barrio. Antes funcionaba

como un depósito en donde se resguardaba material de topografía, el cual los estudiantes

utilizaban para realizar sus prácticas de último año. Cabe destacar que los alumnos que se

reciben de este establecimiento escolar obtienen un título de operario u operaria topógrafo o

topógrafa. La escuela consta de tres turnos: mañana, tarde y noche.

Personal: el personal consta del rector, dos vicerrectores (turno mañana y tarde), secretaria,

preceptores, personal de servicios general, y dos bibliotecarios. (Turno tarde y noche).

Edificio: el edificio consta de dos plantas: alta y baja. En la planta baja encontramos la oficina

de rectoría, preceptoría, cocina, baños para hombres, mujeres y personas con discapacidad, y
cuatro aulas. A su vez, la planta alta consta de la secretaría, en conjunto con la sala de

preceptores, baños, sala de informática, sala de audiovisión y videoconferencias, y la biblioteca.

Descripción de la biblioteca escolar: teniendo en cuenta los datos brindados por el informante

del sector interno de la institución, la biblioteca consta de dos bibliotecarios: turno mañana y

tarde no tienen bibliotecarios recibidos, a excepción de una trabajadora que corresponde con el

personal de servicios generales que atiende la biblioteca en el turno tarde, como forma de tarea

pasiva que le asignaron, y en el turno noche hay un bibliotecario recibido pero no está

ejerciendo, según lo mencionado, las tareas básicas ni los objetivos del área bibliotecaria.

• Otra cuestión señalada por el entrevistado, es la continuidad con la que van a pedir libros

los alumnos o profesores, el cual señala que es casi nula: los estudiantes no van a pedir

libros, ni los profesores se acercan a la biblioteca a solicitar material bibliográfico.

• También señaló que no realizan actividades extracurriculares, es decir, de

acompañamiento al estudiante mientras cursa su año educativo.

• Respecto a los recursos que tiene la biblioteca: no tiene computadora, lo que significaría

que no están ejerciendo ni procesando servicios técnicos, catalogación, clasificación, etc.,

tiene estanterías, una mesa y seis sillas. Sin embargo, la biblioteca también funciona

como depósito, realizan el almacenamiento de las colchonetas de educación física, tiene

un solo armario donde guardan el equipo de mate y artículos de merienda.

• Hasta hace poco, manifiesta el informante, el techo estaba roto y se filtraba el agua de

lluvia, principal razón por la que los libros se estropeaban y los tiraban, acción que

continúan haciendo. Corresponde a una principal práctica biblioclastica, el desecho de los

libros por diversas razones, en este caso por razones climáticas.


• Respecto a los libros, antes estaban desordenados completamente, pero actualmente están

organizados por materia colocados en la estantería. Tienen libro de inventario.

• No realizó actividades en pos al beneficio de los estudiantes durante el aislamiento por

Covid-19.

Micro y macro acciones biblioclastas

En relación al análisis descriptivo institucional que se le ha realizado a la institución y a la

biblioteca escolar, se debe establecer un planteamiento comparativo respecto al abandono del

área bibliotecaria y la práctica biblioclastica. Hay varios puntos que condicionan a pensar el por

qué se considera Biblioclastia:

a. No hay bibliotecarios a cargo: bien se sabe, incluyendo lo que se venía afirmando,

Biblioclastia es bibliotecas sin bibliotecarios. Dentro de esta área, a excepción del turno

noche que tiene un bibliotecario recibido pero que no está ejerciendo sus deberes como

profesional, la biblioteca no está siendo dirigida ni coordinada por nadie. Al no tener un

referente que esté al frente de esta área, es claro que no se estarán ejerciendo las tareas

básicas y fundamentales, ni mucho menos sabrán brindar un buen servicio al usuario y el

material bibliográfico se presentará desorganizado y alterado. En fin, no presentará ni

satisfará las necesidades de los estudiantes.

b. No hay servicios ofrecidos al usuario: es muy poca la cantidad de veces que los

alumnos se acercan a la biblioteca para pedir material o realizar alguna lectura de algún

libro, y esto es grave, considerando que se habla de una biblioteca escolar, donde el flujo

de comunicación y educación debe ser permanente y constante. Esto se debe a que la

biblioteca no está trabajando para atraer al estudiantado ni se acerca para trabajar con los

docentes, también, al no poseer las técnicas y estrategias de fomento y de promoción a la


lectura, es posible que agrave la situación. Es tarea y política de la biblioteca salir y

buscar al usuario para que éste se acerque y se interiorice más respecto a lo que la

biblioteca puede ofrecer. Esto se trata de una acción micro Biblioclastica, el no ofrecer

servicios de atención al público ni saber satisfacer las necesidades de cada usuario.

c. No hay acompañamiento extracurricular: la biblioteca escolar soñada es aquella que

realiza tareas y actividades para fomentar en el alumno un hábito y pasión por la

literatura y los libros. Se deberían crear talleres y cursos que ayuden al estudiantado en su

vida educativa, como clases particulares brindadas desde la misma biblioteca, talleres de

diferente índole y de entretenimiento, que le sirvan al alumno como una tarea orientativa

más y así poder descubrir algo que le guste. Es obvio que dichas actividades no están

siendo ejercidas en la biblioteca, ni siquiera ésta se está acercando a los docentes para que

trabajen en conjunto en la creación de programas y sustentos teóricos para los mismos.

d. Falta de recursos necesarios para procesar la información: el hecho que la biblioteca

no cuente con un servicio informático es otro hecho grave, esto significaría que están

empleando acciones tradicionales para procesar y organizar la información, es decir,

tienen un sistema de inventariado manual y no uno automatizado, en donde el material

sea catalogado, clasificado, ordenado, todo trabajado desde una computadora y mediante

sistemas web que ofrece la internet. En este caso, la biblioteca debería estar trabajando

con el sistema Aguapey, desarrollado por la Biblioteca Nacional de Maestros, pero tal

caso no se está dando. La biblioteca, así mismo, no cuenta con el espacio físico para

desplegarse en toda su magnitud, el espacio es bastante acotado al contar solamente con

una mesa grande y seis sillas, además de contar con un armario que solo es utilizado para

guardar el equipo de mate del bibliotecario que esté a cargo en ese momento. Otra acción
biblioclastica es minimizar el espacio que fue brindado originariamente para la

biblioteca: éste es usado para guardar colchonetas, y todos los materiales que usan los

estudiantes durante la práctica de educación física. Claro está que este hecho no deja

lugar a la colocación o adquisición de más material bibliográfico.

e. Descartar libros fraudulentamente: aquí se ejerce la práctica Biblioclastica en todo su

esplendor, por decirlo de alguna manera, en la biblioteca se desechan, se tiran libros a la

basura. El mismo informante manifestó en la entrevista que fue llamado, en más de una

ocasión, para deshacerse de estos libros que estaban destrozados, o con la sola excusa que

muy pocos de ellos eran pedidos o utilizados para los alumnos. La biblioteca, incluso,

está negando el acceso al material bibliográfico al alumno, lo que significaría una falta

muy grave a la vulneración de sus derechos a la información y el conocimiento. Es

necesario educar al bibliotecario o bibliotecaria para que sepa que existe una acción

sugerida para estos casos, hacer un descarte como corresponde o realizar una donación,

luego del descarte, claro está, hacia otra institución bibliotecaria. Tirar libros a la basura

solo significa Biblioclastia, y con ello viene el Memoricidio, como destrucción cultural y

educativa.

f. No realizó un acompañamiento al alumno durante el aislamiento: seguramente es

claro pensar que la biblioteca escolar es la que más tuvo y tiene que estar durante el

aislamiento preventivo y obligatorio decretado por el gobierno nacional en marzo del

2020, tiene que ser la principal protagonista y el principal sustento intelectual en la que el

alumno puede apoyarse en caso que le falte material o no pueda acceder a las clases

virtuales o solamente para preparar y desarrollar actividades extracurriculares y no

sobresaturar al estudiante. La biblioteca escolar, en este caso, no mantuvo un contacto


directo y estrecho con los alumnos ni mucho menos con sus tutores a cargo. Los

bibliotecarios de ambos turnos no se preocuparon en realizar tareas participativas para el

desarrollo intelectual del alumno brindando herramientas educativas, ni mucho menos

estuvo trabajando con los docentes para la fortificación curricular de sus respectivas

materias.

Con estos puntos expuestos, está claro pensar que la Biblioclastia en las escuelas, más que nada,

en las bibliotecas o archivos escolares, inclusive, sigue generando problemáticas y dejar como si

nada pasase es solo contribuir al problema. Entonces, de esta manera, dejamos claro las practicas

biblioclasticas que se desarrollan dentro de esta área bibliotecaria. Algunos puntos fuertes: no

hay bibliotecarios profesionales que estén ejerciendo correctamente su carrera y estudios y están

tirando libros por supuesto deterioro o el no acceso por parte de los estudiantes. Existe una

importancia muy latente, siguiendo con esta misma línea, de llamar las cosas por su propio

nombre. Hasta el momento veníamos hablando de la palabra abandono como sinónimo

fehaciente de la palabra Biblioclastia, pero es necesario también generar políticas para cambiar

esta palabra para lo que realmente es: una práctica biblioclastica y de Memoricidio, que condena

a la invisibilización de las bibliotecas y al rol fundamental que tienen los bibliotecarios. Hay que

comenzar a incluir este término en el área escolar, aunque sea una especie de palabra peligrosa,

palabra que no quiere ser oída pero no debe ser dejada de lado. Bosch y Carsen (2017) supieron

crear un vocabulario controlado para objetivar y darle otra voz y reconocimiento a la

Biblioclastia, ellas sabían que, reconociendo que existe este concepto, es seguro que se puede

tratar el problema desde la raíz, y es importante que las instituciones escolares se den cuenta que

sus bibliotecas son las principales motoras educativas que tiene un sistema dominante.
¿Existe la Biblioclastia en todas las instituciones bibliotecarias escolares?

La respuesta es depende. Si bien existen profesionales que están atentos a las faltas que cometen

en su lugar de trabajo y que incluso están dispuestos a erradicar y combatir contra ellas, muchas

veces no son apoyados ni la institución escolar busca engrandecer la tarea de la biblioteca. No se

generan políticas ni se generan leyes que protejan a las bibliotecas escolares, es decir, son las

más vulnerables dentro del sistema. Se cree que éstas tienen más posibilidades de salir adelante

ya que pertenecen a una rama importante como es una escuela, pero esto contribuye a que sean

las más invisibilizadas y dejadas de lado de todas las tipologías. Al pasar esto, es seguro que las

escuelas no apoyaran financieramente ni moralmente las bibliotecas, aunque éstas se den cuenta

que está sucediendo un problema, teniendo en cuenta su ética profesional. Empezar a darnos

cuenta de la Biblioclastia y el Memoricidio subyacente que ocurre dentro de estas áreas, será la

principal herramienta para luchar contra la deseducación que está ocurriendo en Argentina, y

seguramente, combatirá la desertación escolar. Empezar a contribuir con un plan de acción o una

propuesta para implementar en una escuela pequeña, como puede ser la Escuela Operadores

Topógrafos General San Martin, llevará a pensar que no todo está perdido, y se tiene una

solución. Antes de comenzar a correr, es necesario primero aprender a caminar.

Conclusión

Tal como esta investigación lo ha demostrado, se puede remitir a pensar que la práctica

biblioclastica continúa siendo un hecho ejercido y que no ha quedado relegado en el tiempo. Ya

no se queman ni se destruyen bibliotecas de forma directa, pero sí existe una destrucción

simbólica e indirecta, muy sutil que pasa casi desapercibido por la comunidad en general. Es

necesario realizar un resumen de los temas vistos en el desarrollo de todo el trabajo, para así,
acto seguido, replantear la hipótesis y su verificación para luego plantear el plan de acción a

concretar en la biblioteca escolar, sujeto principal de investigación en el trabajo.

• En primera instancia, se ha presentado el tema a tratar en la investigación, los dos focos

principales en el trabajo: Biblioclastia y Memoricidio, sumado a esto, se ha construido

una breve concepción histórica en donde las acciones biblioclasticas han sido un hecho

directo durante muchos años.

• Se aclaró la metodología que fue utilizada para desarrollar la investigación. En este caso,

es importante remarcar que el proceso investigativo del trabajo se adaptó debido a la falta

de acceso al establecimiento por el aislamiento debido al Covid-19 y al posterior cierre de

las escuelas.

• Se desarrolló una instancia inicial de estado del arte, para ver en qué punto se encuentran

las últimas investigaciones respecto a la Biblioclastia y el Memoricidio, tomando como

hecho principal el desarrollo de abandonos simbólicos como práctica biblioclastica.

• Se desarrolló un problema de investigación que deja ver ciertas preguntas que van a

servir para formular la propuesta de mejora en la biblioteca escolar. Estas preguntas

formuladas en su momento son: ¿existe Biblioclastia? de ser así, ¿de qué manera se

desarrollan las practicas biblioclasticas dentro de la biblioteca escolar que pertenece a la

Escuela Operadores Topógrafos General San Martin? Éstas luego serán respondidas

como afirmativamente.

• Se desarrollaron los objetivos generales y específicos que giran en torno al planteamiento

de las futuras expectativas que se espera obtener con el desarrollo de la investigación.


• Se formuló la hipótesis que busca ser afirmada. Ésta buscará aclarar que realmente es un

hecho que la Biblioclastia está siendo ejercida dentro de la biblioteca escolar, y la

considera como tal.

• Luego, se desarrolló el corpus de la investigación, partiendo de la respuesta a dos

preguntas: ¿Qué es Biblioclastia?, ¿Qué es Memoricidio? Siendo la primera pregunta

respondida utilizando la teoría brindada por Mela Bosch y Tatiana Carsen (2017), y la

segunda fue respondida brindando una definición creada teniendo en cuenta las

propuestas de definiciones y aportes que han hecho numerosos autores. Siguiendo con la

línea del corpus, también se ha construido un apartado en donde se rescatan el estado del

arte más profundo en relación a los nuevos estudios respecto a la Biblioclastia y al

Memoricidio, teniendo en cuenta que, relativamente, son temas recientes.

• En el apartado de descripción institucional, se ha realizado una breve exposición respecto

al análisis físico (contexto exterior) de la misma biblioteca, refiriéndose a la definición de

la escuela y sus áreas principales. Luego se pasó a hablar de la biblioteca y los recursos y

propiedades que ésta tiene, y, finalmente, se llegó a la parte más importante al rescatar las

principales medidas, (o falta de éstas), que toma la biblioteca para ser considerada como

una práctica biblioclastica.

Propuesta con mirada al cambio

Al realizar y plantear la hipótesis como afirmativa, luego de desarrollar todas las pruebas para

que efectivamente así se considere, se parte de la base que realmente existe Biblioclastia y

Memoricidio en la biblioteca escolar, teniendo en cuenta todo lo formulado en el trabajo.

Afirmada ya la hipótesis, es necesario combatir contra esta práctica sugiriendo una futura
propuesta o plan de acción para intentar salvar la biblioteca. Esta propuesta estará dirigida de dos

maneras:

- Crear políticas efectivas para que la institución y la biblioteca realice un relevamiento de

los materiales bibliográficos que posee en su acervo documental, para ver qué libros o

material le está faltando y cuál le está sobrando, todo esto realizado en base a la demanda

que tienen los alumnos y los docentes, es decir, se parte de la siguiente pregunta: ¿qué

necesitan los estudiantes y los profesores? Basándose también en su plan de estudios.

Realizada esta acción, y luego de ver qué material sobra en su acervo, el profesional debe

ser capacitado para saber realizar un descarte en condiciones y bajo las normas que se

propone. El material, bajo ningún término, puede volver a ser descartado tirándose a la

basura.

- La biblioteca escolar tiene el deber de dar a conocer el patrimonio bibliográfico que

contienen sus estantes y difundirlo para toda la comunidad escolar, de esta manera, el

área debe ir trabajando conjuntamente con los docentes y alumnos para aprovechar al

máximo los materiales bibliográficos que ésta posee. Sin embargo, para que esto suceda,

la biblioteca debe conocer las técnicas y estrategias o saber crearlas para difundir su

acervo documental. A partir de esto, se debería crear una acción de difusión cultural

escolar llamada: ¿qué hay en la biblioteca? u “oferta bibliográfica”, de esta manera los

alumnos y profesores y todos aquellos miembros de la institución escolar conocerán las

actividades y lo que la biblioteca tiene para ofrecer. Se crearán talleres o charlas

participativas, y así fomentar las actividades extracurriculares dentro de esta área, y que

la misma se convierta en un centro activo en donde los estudiantes y los miembros de la

institución puedan convivir en pos del beneficio intelectual.


Claramente esto es una pequeña propuesta que se podría implementar en un futuro dentro de la

biblioteca escolar. Siguiendo este plan de acción, se podría solucionar algunos de los problemas

presentados en la investigación, aun así, el espacio físico sigue siendo bastante acotado. Desde la

misma institución deberían generar políticas para la protección de la biblioteca y así producir un

espacio seguro e inclusive, en donde la información fluya, y puedan satisfacer las necesidades de

los usuarios.

Deconstruir la práctica biblioclastica es complejo, teniendo en cuenta que constantemente

estamos siendo bombardeados por miles de factores que condenan el acceso al conocimiento,

condenan que la gente sepa más de lo que debería saber, y, además, condenan los millones de

años de historia que tenemos derecho a saber. Difundir la lectura parece ser un hecho medieval

todavía, donde solo unos pocos tienen acceso a tal privilegio, y ni siquiera las instituciones

difusoras de información se encargan de erradicar, por miedo quizás, o por conveniencia, o por la

simple excusa de quedarse estancados en el tiempo. Es necesario comprender que la Biblioclastia

continúa siendo un proceso complejo y ruidoso. Nadie quema bibliotecas ni libros, pero nadie

parece comprender que el abandono tiene muchas caras, no solo de una destrucción literal e

indirecta. Ray Bradbury decía “no hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de

gente que no lee, que no aprende, que no sabe”. Nada es un hecho tan biblioclastico como la

misma ignorancia colectiva.


Anexo

Se adjunta a continuación la entrevista realizada al informante, cabe destacar que la misma fue

grabada, previamente. La versión presentada en el apartado es una transcripción. Se debe aclarar

que algunos datos innecesarios fueron omitidos, los mismos se presentarán usando los siguientes

signos: (…). Así mismo, el entrevistado pidió su anonimato en todo momento, así como también

que la grabación no se hiciera “pública”.

Entrevistador: antes de comenzar quiero agradecerte por participar en mi investigación que

forma parte de mi trabajo final. Como te había dicho, le pregunté a tus compañeros, pero la

mayoría no quiso que le hiciera la entrevista.

Entrevistado: sí, no sé, la mayoría tiene miedo de lo que puede pasar. Viste, son complicadas

estas cosas.

Entrevistador: me imagino, (…), bueno, podemos dar comienzo a la entrevista, son preguntas

cortas y básicas así que no va a ser tan difícil. Primero, ¿cuál es tu relación con la Escuela

Operadores Topógrafos General San Martin?

Entrevistado: trabajo hace muchos años en el servicio de personal de asuntos generales: limpio,

me encargo de la parte edilicia de la escuela, incluso también riego las plantas.

Entrevistador: entonces, me podrías dar una descripción, muy general, de cómo empieza la

escuela a funcionar.

Entrevistado: sí, bueno, la escuela es relativamente nueva, si la comparamos con otras. Tiene

diez años y antes era como un depósito, guardaban las herramientas topográficas de los chicos

que hacían las prácticas. El barrio (…) tenia muchas necesidades, los chicos no trabajaban y
había muchas familias que no tenían ingresos. Entonces se crea la escuela para que los chicos

salgan con un título en operario topógrafo.

Entrevistador: genial, entonces, (…), y ¿cuántos turnos tiene?

Entrevistado: tiene tres turnos, mañana, tarde y noche.

Entrevistador: contame algo del personal de la escuela, o sea, sus partes administrativas, por así

decirlo.

Entrevistado: tiene un rector, un vicerrector en el turno mañana y otro en la tarde, y el rector

hace de vice en el turno noche, (…). Hay una secretaria, preceptores, profesores, personal de

servicios generales, (…).

Entrevistador: y sobre el edificio, digamos la parte física de la escuela, los pisos, las aulas, todo

eso, ¿cómo está organizado?

Entrevistado: tiene dos pisos, planta baja y alta. En la parte baja está la dirección, algunas

preceptorías, una cocina, baños para mujeres, hombres y discapacitados, y tiene cuatro aulas.

(…), y después está la planta alta donde está la secretaría junto con la sala de preceptores, más

baños, la sala de informática, (…), la sala de conferencias y la biblioteca.

(se destaca que el entrevistado no confirmó [o lo olvidó] si había más aulas en la planta alta).

Entrevistador: háblame un poco de la biblioteca, ¿quién está a cargo?

Entrevistado: es muy raro… por la mañana no tiene personal, los profesores piden la llave y

sacan los libros, en el turno tarde solo hay una compañera que trabajaba en servicios generales,

pero tuvo una enfermedad, (…), y, bueno, decidieron ponerla en la biblioteca, y en el turno
noche hay un único bibliotecario, que es recibido, (…), pero no hace mucho, por no decirte que

no hace nada. (…).

Entrevistador: es muy triste, pero, siguiendo el hilo, ¿van frecuentemente los chicos o algún

profesor a pedir libros o leer?

Entrevistado: muy rara vez, casi no hay actividad, solo van a pedir libros, pero no a leer. Igual,

los chicos saben manejarse adentro, saben a donde tienen que ir.

Entrevistador: es común que las bibliotecas escolares hagan actividades extracurriculares,

digamos, ¿esta biblioteca las hace?

Entrevistado: (…), pero no, en los años que llevo trabajando no hizo ninguna actividad de esas.

Entrevistador: háblame un poco de lo que me contaste cuando te dije que hagamos la entrevista,

lo de que tiran libros.

Entrevistado: ah sí, muchas veces la biblioteca me ordenó tirar algunos libros que estaban rotos

o que estaban mojados, porque antes caía agua desde el techo y mojaron esos libros, y bueno, me

habían pedido que los tirara. Una vez me habían dados unos libros para tirar que estaban en

buenas condiciones, y pregunté porque me parecía raro, y me dijeron que son libros que nadie va

a pedir y que hace años están ahí ocupando lugar. (…).

Entrevistador: en realidad, es una acción que no debería hacerse, pero bueno. Contame, si es

que recordás, algunas cosas que tenga la biblioteca, o sea, computadora, estantes, sillas, cosas

así.

Entrevistado: lo recuerdo, tiene una mesa grande, como un mesón, seis sillas y, bueno, las

estanterías. No tiene computadora, pero sí hay un cuaderno para hacer el inventario (…). (…)
guardan las colchonetas que usan los chicos para hacer física, las guardan como pueden porque

no hay mucho lugar. También tiene un armario, pero solo guardan las cosas de la merienda, el

equipo de mate, tazas, cosas así.

Entrevistador: (…). Ya me habías hablado anteriormente de la poca frecuencia que van los

chicos o los profesores a pedir libros, ¿vos decís que tiene servicio al usuario, en este caso, al

estudiante?

Entrevistado: yo digo que no… no está brindando servicios la biblioteca, los chicos van a pedir

libros porque saben como manejarse adentro. Antes los libros estaban muy desordenados, no

había orden y nadie podía ubicar que necesitaba (…). Después comenzaron a acomodar los libros

en las estanterías, lo hacían siguiendo las materias, por ejemplo, geografía de un lado, historia

del otro y así. (…), pero la gente a cargo usualmente no deja la silla para preguntar si necesitan

algo o cosas así.

Entrevistador: supongo que tampoco hizo un acompañamiento al estudiante durante la

cuarentena, según lo que me decís.

Entrevistado: según lo que sé, no estuvo ahí durante la cuarentena, o sea, virtualmente, para el

chico, (…).

Entrevistador: (…), bueno, eso es todo, (…). Te agradezco por haber participado. Fuiste de

mucha ayuda, por no decirte la única ayuda que tuve.

Entrevistado: sí, mis compañeros tenían un poco de miedo por las consecuencias, es

complicado, como ya te dije.


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