Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
t
el t*ll¡ilu [, É lc I l t] iirr-ir : (-¡ r [) :r r r.:r]l(: j
r r; i
r r Artigo em XML
El surg¡m¡ento del enfogue histórico cultural como "¡ Referéncias do artigo
alternativa marxista al problema de la crisis de Ia Como citar este artigo
t--i
psicología
r Tradugáo automática
Bookmark
The emergence of the historical and cultural theory as a
I Mais
Marxism options to the crisis of Psychology
RESUMEN
En el artículo la autora expresa algunas reflexiones sobre el significado del enfoque histórico cultural ccn'o
alternativa en el enfrentamiento de la crisis de la Psicología, que se manifestaba desde la temprana época de lo
años 20 del pasado siglo según Liev Semiónovich Vygotski (importante psicólogo y científico soviético fundador
de este enfoque). Sin pretender agotar todas las aristas de la obra de Vygotski, se presentan algunas ideas
como la relación entre Marxismo y Psicología, y la necesidad de construir una disciplina general en nuestra
ciencia que integre los hallazgos más importantes a lo largo de su desarrollo. El interés de la autora por esta
temática se deriva de su práctica clínica psicoterapéutica desde la cual ha intentado resca[ar el enfoque
histórico cultural para su Fundamentacíón.
ABSTRACT
In this article, the author expresses some considerations about the significance of the h¡storical and cultural
theory as an alternative to confront the crisis of Psychology which dates from the beginning of XX century
according to Liév Semiónovich Vygotski's point of view (he is an important soviet scientific and psycho]ogist,
and the founder of this theory). Without the pretension to include in it all about Vygotski labor, the article
contains the relation between.Marxism and Psychology and the need to build a general discipline in our science
which groups the most important findings at the development of Psychology. The interest of the author for this
topic is derived from her psychotherapy practice where she has tried to ransom the historical and cultural
approach.
DESARROLLO
Desde las primeras décadas de :es,:: s ; c XX, en Ia ciencia psicológica se estaban dando una serie de
17 10912ü 12 06: 5
acontecimlentos que condujeron a í-. ::::: ::-:'ccs a plantear la existencia de una crisis en la Psicologia,
Uno de los que más seriamente ana -: :-.:: -:-=:.ó¡ fue el ruso Liev Semiónovich Vygotski en su texto "El
significado histórico de la crisis de la is:: :;: -:a investigación metodológica", en el cual define la crisis en
términos metodoló9icos.
*
En sus análisis, Vygotski considera que ¿ .- s:- -r s€ explicaba por las necesidades intrínsecas de la ciencia o
por las peculiaridades del conocimiento c e-:':0, sino teniendo en cuenta las condiciones históricas en que el
desarrollo de la Psicología había tenidc 1u3a;-. DesCe este punto de vista destacaba la necesidad que tenía
nuestra ciencia de integrar todo el conoc mier¡o acumulado hasta ese momento, el cual era muy abundante
pero a la vez muy contradictorio, debido a que partia de muy diversos planteamientos metodológicos que en
ocasiones entraban en franca oposición.
Entre las múltiples observaciones que Vygctski realiza en su texto, el cual data del año t927 y mantiene su
vigencia como plataforma teórica y metodológica para nuestra cierrcia, una de las más importantes ha sido
señalar el déficit que tiene la Psicología de una disciplina general o Psicología general, que se constituya en su
guía metodológica,
Vygotski no pocas veces señaló el riesgo que se corría en la ciencia de que, al no existir una Psicología general,
cualquier doctrina intentara ocupar su lugar rector. Esta idea la sostuvo hasla el fin de sus días, como se
expresa en su obra "Pensamiento'y Lenguaje", que fuera uno de sus últimos trabajos: "El estado histórico de
nuestra ciencia es tal que, empleando las palabras de Brentano, hay muchas pslcologíls, pero no e>liste una
única psicologíq. Podría decirse que surgen numerosas Psicologías precisamente porque, no hay una psicología
común, única. És decir, l.a ausencia de un sistema científico único, que abarque y aúne Lodo el saber psicológico
actual, da lugar a que cada nuevo descubrimiento empírico, en cualquier rama de la psicología, que intente ir
más allá de la simple acumulación de datos, se ve obligado a crear su propia teoría, su sistema para explicar e
interpretar los nuevos datos y relaciones hallados, obligado a crear una nueva psicología, una más entre otras
muchas" (Vygotski, 1997, p.30).
Esa nueva disciplina debía encarnar los principios del materialismo dialéctico, pero desarrollándolos en torno a
la especificidad del objeto de estudio y de las tareas de nuestra ciencia, de manera tal que generara una
metodología particular para la misma. Este planteamiento resume la preocupación de Vygotski por definir
cuidadosamente el espacio de nuestra ciencia evitanlg confundirlq qo!r [ilosofía, ideología o política. Al respecto
plantea: "La aplicación directa de la teoría del materialismo dialéctico a las cuestiones de las ciencias naturales,
y en particular al grupo de las ciencias biológicas o a la Psicología es imposible, como lo es aplicarla
directamente a la historia y la sociología" (Vygotski ,199t, p.389), para añadir más adelante: "La dialéctica
abarca la naturaleza, el pensamiento, la historia: es la ciencia más general, universal hasta el máximo. Esa
teoría del |nq!e¡? "
(Vygotski, 1991, p.389).
En su criterio, esa Psicología general sería la que proporcionaría a la ciencia psicológica los métodos específicos
para el abordaje de su objeto, derivándose del marxismo como doctrina filosófica, pero sin identificarse con ella
i'..,ningún sistema filosófico puede dominar directamente la Psicología como cienc¡a sin la ayuda de la
metodología, es decir, sin crear una ciencia general; (,,,) la única aplicación legítima del marxismo en Psicologíe
sería la creación de una Psicología general cuyos conceptos se formulen en dependencia direbta de la dÍaléctica
general, porque esta Psicología no sería otra cosa que la dialéctica de la Psicología,,." (Vygotski, 1991, p,388), ¡
continúa alertando sobre los peligros de una inadecuada relación entre marxismo y Psicología: ",..toda
aplicación del marxiqmo a la Psicología,pqr otg§-yías, o desde otros presu.puqsto.s, fuera de esté planteamiento,
conducirá inevitablemente q construc§!-gres escolástisas o verbalistas y a disolver la dialéctica en encuestas y
tests; a razonar sobre las cosas basándose en sus rasgos externos, casuales y secundarios; a la pérdida de todo
criterio objetivo y a intentar negar todas las tendencias históricas en el desa¿-rollo de la Psicología; a una
revolución simplemente terminológica. En resumen, a una burda deformació_n del marxi§Ilro v de*la Psicoloqkr"
(Vygotski, 1991, p.3BB).
Es importante comprender qué quiso decir Vygotski cuando proponía desarrollar una Psicología desde el
marx¡smo, para entender sus propios aportes a la construcción de esta disciplina general por la que tanto se
pronunció.
De esta forma, que la nueva Psicología ," d"rurrollura con un fundamento marxista significaba hacerla hereder¡
de lo más avanzado del pensamiento psicológico, y no convertirla en una nueva escuela que se sumara a las ya
existentes. Su carácter marxista para él tenía una connotación mucho más universal, aludiendo a lo
verdaderamente científico, definido por el fin y los meCios desde los que se accede al conocimiento: '!q
Psicoloqía marxista no qs U!ra e-scqela e,nir_e qtia!, slqlaúica P§q.ología verdadera como cienciaj otra
Psicoloqía, aparte de glla, no puede exlslir,* pc- el ccnirario: todolo que ha habido y hay verdaderamente de
científico en la Psicología forma parte de:a Psr:::-cia rnarxista: este concepto es más amplio que el de escuela r
incluso de corriente, Coincide con el concep:3 i::s:cc ogía científica en general, donde quiera que se estudie y
quienquiera que lo haga" (Vygotski, 1991.::l:
Ampliando sobre el carácter científico Ce :s:¡ --e,a ?sicciogía, plantea: ",..<.Psicología» es el nombre de una
1710912012 06:53
It-t
,,tt-
t-
t- ciencia"' sólo puede ser científica -::: : :-e :o describe científicamente
algo distinto, cualquier cosa: publicicai -:s:=a, :rónica, literaturi,
a la psiquis no es psicolofia, sino
ú1 iiruri"la
responsabilidad que representa el empleo de este término; por
hoy esta'teoriul poiiu enorme
la espetutación políiiáa e ideológica de que es
t4 objeto; por todo ello, no parece hoy muy oportuno hablar de «psicología
digan de nuestra Psicología que es
-u.iistá,
marxistir. lq¿i.onr¡"ne que otros
que no que nosotros la oáÁoÁinuÁ"r ápl¡quémosla en
úñ hechos y esperemos.en lo que a las palabra-c se refiere, Al
fin y al cabo, la psicología"ri;malx¡sta todavía nolosexiste,
hay que comprenderla como una tarea histórica, pu.o no.orJatgo
dá sustraerse a la impresión de falta de seriedad cientÍfica y de
oaao. partiendo de este estado es difícil
irrei[onsabilidad que implica emplear qste nombre.
t4 (Vygotski, 799t, p.4OZ).
€
F n lAqD}12 06:53
o
::::]ilq?]1e1fl,rbi.u la relación, enbe los renómenos psíquicos, y ta vida y ta actividad soc¡at del ser
=- . ,""t¡o[ d;ú-.,G;É;; H#;;:;;";r,,llrlif,u,o ,
llrg:X_::;":,j3,"":?:ol.l:1.- ,=: :-_ :. ,= .,-,id",-u-r*l;
9fl:i':,T:lt:i-'l:,i:?-(:,:.io-,!','-': :r ._
-' ffi;;"";; ;il;,;;il;;j::1,il?:,:j
:T;j:,j1"#:::1.1i;r:jli,l.^,:^i:_J -..- ,_ ., -;";", i" r,¡,iJ.i"'A:,-;;,,i;;#j';:l;,,j""J,ll,llli,,ou, ,,n
r;;;;;l;; G
::*o:L3^" j:,T:l-"::,:?l:?1:i_=-";_-._.... :- :esa-oiro. nr.í.o_o ,;#;#,r""$U,,ffi"
"r.,;;n;
transformaciones que experimenta scn :¿.:r ..tir.Lrur"r .;rl"""ir";i;;:H:iffiffi"i;U;:
G
[['rtj""-" AJ
r¡ediarizado de ta psiquis humana, superándose et posrutado
5:,Ti::l::.?:y?l']:::::"ffiói
*j, il5ll1fiq: l:
1., ,c¡réc:er
p:rquico,que consireraca u ¿rt. .o*lálü, i"íJ"'v;;H§áüff'H::;.r,:; aJ
::T,:::,::::-T.ql"y:1y."iy l:g? inrernamerredeaiiasujero r. ,"ñ¡á"'.;; U;:il;ü;JI.:,i.":,_1$:lc¡a rear
h"*#:"í:i';";::, ;; ff #::ffi;:
interreración der
ac
:: su §
de iXi:f:i:i:::,:oJ:::-:'lil:'?:'i;tiempo
actividad" (Shuare, 1990, p,62), aJ
Esta esencialmente nueva concepción de lo psíquico, requería de
y fue Vygotski quien "encontró en el materialismo diatécr¡co
un método.que captara sus transformaciones, a}
e histórii";;-;ói;i"'.5nl"p.l¿n filosófica general,
sino también el enfoque epistemológico adecuado, capaz de refle¡ar JT
estudio de la Psicología" (Shuare, t990, p.62), e parÉir de esta
la dinámica de desairollo del objeto de
metodología Qeneral que ofrecía el materialismo a,
dialéctico e histórico, Vygotski desarrolló su propio método al que
ilama m¿táao g"niiio-urperimental, muy
similar a lo que en psicología clínica conocemos como método clínico. a}
con relación a este tema. del método y la metodología en psicología, pudiéramos a4
consideraciones que realiza Vygotski al respecto. La primera
de conocimiento directos - relacionadot.on l, captaéión directa
áá ta
detenernos en algunas
¿e áttas es la distinción que hace entre los método:
ouiervación «e¡¡pf¡¡s¿¡
a,
directa, introspección- y los modos indirectos de éonocimiento -análisis,
"xp"riencia:
int"rpÁiu.¡Jn.
' ú
En este sentido considera que "la base de la observación
científica consiste en salirse de los límites de lo visible é
y buscar su significado. que no puede ser observado"
fvvgotili,
método indirecto, legitimando éste como el característ¡cá?e la
]ssr, p.318) lo cual sólo puede lograrse con el
investigación científica, ya que, en su criterio,
toda observación y experimentación, implica operaciones de
selecciónjuurlru.Jon, ée'nálar¡zaci¿n, es decir, de
análisis. que le dan un carácter indiiectó a la manera de obtener
esa información,
evitar, más allá del reconocimiento que hagan las distintas corrientes psicológicas Io cual resulta imposible de
ui ffi".to.
Es por ello que destaca que: "separar el concepto psicológico
fundamental de la.percepción concreta constituye
la tarea Inmediata de la. Psicología.' La propia introspeccióñ
debe explicarse en términos de Ios postulados,
métodos y principios universalei de la'psiiología. oloe tran;i;r;;ru
en un problema específico de la
Psícología" (Vygotski, 1991, p.312).
17/09120t206:53 I
investígaciones desarrolladas en la Clír:c: =.:. .; ::- partiendo de un principio básico del análisis qlre es el
estudio de un fenómeno, representante:;; :: :e:.:a Lna serie de fenómenos, para deducir de él principios
aplicables a toda la serie. Como dijera el pi'ci r';';-ccLski, al referir la presencia de este principio hegeliano en li
metodología marxista, se trata de que: "cada :os¿ :i.lede ser considerada como un microcosmos, como un
modelo global, en que se refleja todo el grar :nuirio,'{ ,.,), investigar hasta el fondo, agotar una cosa cualquiera
un objeto, un fenómeno, significa conocer el :runco entero en todas sus conexiones" (Vygotski, L997, p.372).
Al referir este principio específicamente en el abordaje del individuo, plantea: "En este sentido podemos decir
que cada persona es en mayor o menor grado el modelo de la sociedad o más bien de la clase a que pertenece,
ya que en él se reflejan la totalidad de las relaciones sociales (...) el conocimiento de lo singular es la clave de
toda la Psicología social; de modo que hemos de conquistar para la Psicología el derecho de considerar lo
singular, es decir al individuo, como un microcosmos, como un tipo, como ejemplo o modelo de la sociedad"
(Vygotski, 199L, p.372). Semejantes a estos planteamientos son las consideraciones que realizan los
investigadores en Ps¡coterapia al instrumentar el método de estudio de casos o de investígación.de caso único
(Bellack y Hersen, 1989), así como lo que se plantea alrededor de la investigación en los marcos de una
€pistemología Cualitativa (González, t997).
Fue Vygotski quien más hizo por sentar las bases del Enfoque Histórico Cultural que puede considerarse su
intento, incompleto pero certero, de construir esa disciplina general por lq que tanto abogaba, enfoque a través
del cual, a partir de la crítica y superación de las posiciones parciales en al abordaje del objeto de estudio de
nuestra ciencia, y desde la reflexión teórica y la investigación psicológica, psicopedagógica y paidoló9ica, Ilevó a
vías de hecho, un principio que tanto defendió: la relación dialéctica entre teoría y práctica y entre disciplinas
aplicadas y teóricas, Al desarrollo de este enfoque tributaron muchos otros profesionales que fueron sus
discípulos, colaboradores, y después seguidores y desarrolladores de su obra como fue el caso de Rubinstein,
Luria, Leontiev, entre otros. Todos ellos continuaron desarrollando la obra de Vygotski y sus propios quehaceres
desde postulados marxistas,
Actualmente, el sueño de Liev Semiónovich Vygotski de construir una Psicología de nuevo tipo, continúa siendo
parte de los retos que enfrentamos psicólogos y psicólogas de todo el mundo. Una de las batallas más difíciles
ha sido el empleo del marxismo como basamento filosófico de nuestras prácticas y reflexiones teóricas, evitandl
caer en posturas facilistas y ortodoxas. Rescatar los principios marxistas y vygotskianos dentro de n..:es:re
ciencia continúa siendo una tarea interminable, sobre todo en tiempos en que han entrado en crisis muchas ::
las prácticas sociales orientadas por la teoría marxista.
No sólo la obra de Vygotski y de otros autores soviéticos ha sido la heredera del pensamiento rnarxlsta e-
Psicología, aunque ella en su conjunto es una de sus expresiones más sólidas y sistematizadas, Intent¡:,ic
resumir la significación epistemológica del marxismo en la Psicología otro autor cubano (González, 1997.,
interesado en las cuestiones epistemológicas de nuestra c¡encia, ha señalado los siguientes aspectos ccmc
esenciales:
- "La asunción del método dialéctico desarrollado en un contexto histórico, lo cual permitió integrar la
dimensión subjetiva y social dentro de una unidad "viva y contradictoria".
tt
tñ 17 109120 I2 06:5:
)Fr-
I
?
§,.
l§
tl é
(
respecto a reflexión ep¡stemológica, l¿:-:= , -e:odológica, y a quehacer práctico, en todas las ramas dela
Psicología. Considero que el avance e. É>-:€ s:-:lao no puede producirse desde un único lugar, ni, como diría el é
propio Vygotski, desde una sola escue,= r:s -siueTzos de integración en distintas ramas teóricas y aplicadas de *
la Psicología const¡tuyen un ejemplc :e :s:3 .¡e¡c:ón,
J
Como diría otro psicólogo cubano i-efir;e-:¡s::s¡ecíficamente al estado actual del panorama de la Psicoterapia
en el mundo -situación que pudiéramos.¿cer exie¡siva a la Psicología en general-, estos son tiempos de una C
"EpisLemología de la Convergencia", ¡ence:c,a cuyo gran síntoma "puede quizás ser el énfasis en la búsqueda
de integraciones, cercanías, similitudes, reiacrcnes de complementación, etc,, que se verifican sobre todo al -\
nivel de las prácLicas" (Calviño, 1998, p.8-9,i C
Sobre la manera en que cada'una de ias pi-cfesionales de la Psícología somos o no consecuentes con este sueño C
de Vygotski que ya es sueño de muchas psicólogas y psicólogos en el mundo, nos toca a nosotras mismas
pronunciarnos. Tenemos la palabra.......
é
É
C
REFERENCIAS
C
Arias Beatón, G, (1999): "La Orientación Psicológica. Un intento de elaboraeión teórica", en; Colectivo de
autores; La creación y evaluación de servicios de Orientación y Atención Psicológica. Centro de
é
Orientación y Atención Psicológica a la Población "Alfonso Bernal del Riesgo", Facultad de PsicologÍa, é
Universidad de La Habana, Ciudad de La Habana.
é
Arias Beatón, G. (2000): Comunicación personal,
é
Bellack, A. S.; M. Hersen (1989): Métodos de Investigación en Psicología Clínica. Editorial Descleé de
Brouwer, S,A., Bilbao.
é
Calviño, M. (1998): "Premuras y Corduras en Psicoterapia", en: Revista Cubana de Psicología, (15):1, p.
É
3-20, é
González Rey, F, (1997); Epistemología Cualitativa y Subjetividad, Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de é
La Habana.
é
Shuare, M. (1990): La Psicología soviética tal como yo la veo. Editorial Progreso. Moscú. é
Vygotski, L.S, (1991): "El si.gnificado histórico de la crisis de la Psicología". Una investigación metodológica, en
Obras Escogidas, Tomo I, Centro de Publicaciones del M. E, C. y Visor Distribuciones, S. A., Madrid.
a
G
Vygotskí, L. S. (1997): "Pensamiento y Lenguaje", en Obras Escogidas, Tomo II, Visor Dis., S,A., Madrid.
G
G
O 2|li llniversidad de La Habana G
Direccíón de Inforrnación Científico Técnica G
Departamento de Selección y Adquisición
Sección de Selección y Canje I
Ciudad de La Habana 4t Cod. Postal 1O4OO, Cuba
./1
é
il
r,./1,1,,
EL PROBLEMA DE LA EDAD"T
VIGOTSKY
1. EL PROBLEMA DE LA PERIoDtzAC;o¡. D= L:s EN EL DESARRoLLo INFANTIL.
Según las bases teóricas la perioCización =DÁDES
del desanollo infantil propuesta por los científicos puede
dividirse en tres grupos:
En el primer grupo se incluyen los inientos de periodízar la infancia sin fraccíonar el prop¡o curso del desarrollo
del niñ0, sobre la base de la estructuración escalonada de otros procesos relacíonados de uno u otro modo con
el desanollo infantil. Como ejemplo podemos citar la periodización del desarollo infantíl basada en el principio
biogenético' La teoría biogenética presupone la exístencia de un paralelismo riguroso entre el desanollo de la
humanidad y el desarrollo del niño; afirma que en la ontogénesis se reproduce en forma breve y restringida la
fifogénesis. SegÚn dicha teoría lo más razonable es dividir la infancia en períodos o edades de acuerdo con las
etapas fundamentales de la hisloria de la humanidad. Como base para esa división se toman los períodos del
desanollo filogenético. Defienden esa tesis Herchinson y otros.
' Sin embargo, no todos los intentos de ese grupo son por igual inconsistentes. A este grupo pertenece
por ejemplo el intento de periodización de la infancia de acuerdo con las etapas de la educación y enseñanza,
la
tal como están regulados en cada paÍs (edad preescolar, edad escofar primaria, etc.). Vemos, por tanto, que la
periodización de la infancía no se hace sobre la base del fraccionamienlo ínterno del propio desarrollo,
sino
sobre la base de los estadios de educación y enseñanza. Aquí es donde radica su enor. Sin embargo, como los
procesos del desarrollo ínfantil están muy vinculados con la educación del niño y la educación dividída en
etapas, cuente cofl enorrn+ experienciaprác1ica, es *atural que l+ olasificacíón de la infaneia de-aeuerd€ .o€n el
principio pedagógico nos aproxime a su verdadera clasificación en períodos aislados.
Son mucho más numerosas las tentativas del segundo grupo que propugnan la etección de algún
indicio en el desarrollo infantil como críterio convencional para su periodización. Un ejemplo tÍpico de ello es la
propuesta de P.P. Blonski(1930 págs. 110-111) de dividirlos períodos de la infancia partiendo de la denticjón,
es decir, de la salida de los dientes y su cambio. El criterio que permita diferenciar un estadio de otro ha de ser;
1) indicativo para determinar el desarrollo general del niño; 2) fácilmente asequible a la observación y 3)
objetivo. La dentición satisface esas exigencias.
Los procesos de la dentición están muy relacionados con las peculiaridades esenciales de la constitución dei
organismo en crecimienlo, sobre todo con su calcificación y la actividad de las glándulas de secreción intema.
Son, al mismo t¡empo fácilmente observables, su constatación no ofrece dudas: la dentición es un indicio
indiscutible de la edad. Sobre su base la infancia posnatal se divide en tres períodos: la infancia sin dienies, la
de lo§ dienles de leche y la de los dientes permanentes. La infancia sin dientes se prolonga hasta la salida de
todos los dientes de leche (de ocho meses hasta los {os - dos años y medio). La infancia de los dientes de
leche dura hasia que se inicia el camb¡o (aproximadamente hasta los seis años y medio). Finalmente, la infancia
de los dientes permanentes comienza con la aparición de los tres dientes motares. En el crecimiento de los
dientes de leche podemos diferenciar a su vez tres estadios: la infancia absolutamente sin dientes (primer
semesire); el estadio de la aparición de los dientes de leche (segundo semestre) y el estadio de la salida de los
premolares y colmillos (segundo año de vida posnatal).
K. S{ratz presenta un esquema análogo de periodización de la infancia basado en el desanollo sexual como
principal criterio' otros esquemas, como el de W. Stern, estructurados de acuerdo con ese principio,
basan la
periodízación en criterios psicológicos. Stem distingue la infancia temprana duranle la cual el niño
manífiesta tan
F sófo la actividad lúdica (hasia los seis años); el período del desanollo consciente en el cual se comparte el juego
y el trabajo; el período de la maduración adolescente (14 - 18 años) cuando se desanolla Ia independencia
individuo y se esbozan los proyectos de vida futura.
del
*;€
f Los esquemas de ese grupo son, en primer lugar, subjetivos, aunque propongen como criterio para la
periodización de la edad un indicio objetirro, ese indicio se analiza subjetivamente en dependencia
# procesos que llaman nuestra atención. La edad es una categoría objetiva y no convencional,
de los
ni elegída
*J arbitrariamente, ni ficticia. Por ello, los signos de separación de la edad no pueden ubicarse en cualquier punlo
de la vida del niño, sino tan sólo en aquéllos donde acaba objetivamente una etapa y empieza otra.
*J El segundo defecto de los esquemas de este grupo consiste en que presentan un criterio rlnico para
r*t delimitar todas las edades, que consiste en aigún indicio. olvidan que en el curso del desanollo se modifica el
significado, el valor, lo sintomático lc ind cativo y la importancia del indicio elegído. Un indicio puede ser
d importante para determinar el desarroiio de un niño en un período dado, pero no tener signifícado en el
d síguiente, ya que los aspectos que c3-iegan antes el primer plano en el curso del desarrollo se desplazan
al
d segundo. Por ejemplo, el indlcio ce a r¡a:uración sexual es esencial y representativo para los niños de la
pubertad, pero no tiene tal sigrr::;::: er res ecades anteriores. La erupción dental como límite entre
el primer
,*J año y la infancia temprana cueie ::^s:e?:se como un indicio para el desarrollo general del niño, pero el
'# cambio de dientes alrededor ce :s s::e a=rs y ia aparición de los dienies molares no pueden compararse en
,TJ
ú
su signif¡cado en el desarrollo general con ta aparición de los díentes. Los indicios señalados no toman en
cuenta la reorganización del propio proceso Ce desarrollo, gracias al cual cambia constantemente la importancia
y el significado de un criterio cuando se pasa de una edad a otra. Este hecho excluye la tendencia a clasificar la
infancia en etapas de acuerdo con un crite:io único para elto, dado que Ia complejidad del desarrollo ¡nfantil
impide que pueda determínarse alguna edad de manera más o menos completa, por un solo indicio.
El tercer defecto de los esquemas es su actitud principal de investigar los efectos extemos de
desanollo infántil y no la esencia intema dei proceso. Pero en realidad la esencia inlema de los objetos y su
manifestación extema no co¡nciden: '...si la forma de manifestación y la esencia de los objetos coincidieran
perfectamente entre sí, sobraría toda la ciencia.,." (Max y F. Engels, t.25, ll parle, pá9.384, ed. Rusa). La
inveptigaci,Qn científ¡ca, por eso, es el medío índispensable para conocer ta realidad. HoV dlat la PsicologÍa
pasa del estudio puramente descriptivo, empírico y fenomenológico de los hechos a la investigación de su
esencia intema. Hasta hace poco la tarea princ¡pal consistía en estudiar los complejos de síntomas, es decir, el
conjunto de indicios exteriores que diferenciaban los diversos períodos, estadios y fases def desarrollo infantil.
El síntoma es el indicio. Decir que la Psicología estudia los complejos de sfntomas de los diverso§ períodos,
fases y estadios del desanollo infantil, significa decir que estudia sus indicios externos. Sin embargo' la
verdadera tarea consiste en investigar lo que se oculta lras dichos indicios, aquello que los condiciona, es decir,
el propio proceso del desarrollo infantil con sus leyes internas. En relación con el problema de la periodización
del desarrqllo infa.ntjl eso signiflca que debemos renunciar a todo intento de clasificar las edades por slntomas
y
pasar, como lo hicieron en su tiempo otras ciencias, a una periodización basada en [a esencia intema del
' proceso-estud¡ado.'
y
La tendencia de pasar del principio puramente sintomático descriptivo al desglose de las
peculiaridades esenciales del propio desarrollo infantil corresponde al tercer grupo de intentos hechos e§ en ese
sentido. Pero en dichos intentos la tarea, aunque bien planteada, no se resuelve conec{amente. Se trata
siempre de intentos indefinidos en la resolución de tareas, que jamás llegan a su término y revelan su
incons¡stencia en el problema de ta periodización. El obstáculo fatal que encuentran en su camino es de orden
metodológico debido a su concepción anlidialéctica y dualista del desarrollo infantil que les impide considerarlo
como un proceso único de autodesanollo.
Tal es, por ejemplo, el intento de A. Gesell de basar la periodización del desanollo infantil en el cambio
de su ritmo intemo, en la determinación del 'volumen actual del desarrollo". Partiendo de observaciones, en lo
fundamental correctas, sobre los cambios en el ritmo det desarrollo con la edad, Gesell divide toda la infancia en
períodos aislados u ondas rítmicas de desanollo intemamente unidas por la constancia del ritmo a lo largo de
dicho período y separado de otros por el evidente cambio del mlsmo. Gesell representa la dinámica del
desanollo infantil como un proceso de gradual aminoracíón del crecimiento. La teoría de Gesell se inscribe en el
grupo de aquéllas teorías modernas que, según su propia confesión, convierten ta temprana infancia en el
', criterio supremo para interpretar la Personalidad y su historia. Para Gesell lo más importante y principal en el
desarrollo infantil sucede en los primeros años, incluso en los prlmero§ meses de vida. El desanollo posterior
tomado en su conjunto no puede ni compararse siquiera con un solo acto de ese drama repleto de conten¡do.
del
¿De dónde previene dicho enor? Es indudable que su origen está en la concepción evolucionista
desanollo en la cual se basa Gesell. Según esta leoría, en el desanollo no §urge nada nuevo, no se producen
cambios cualitativos, tan solo crece y se desanolla lo dado desde el principio. Pero en la realidad el desanollo
no se agota por el esquema "más - menos". Lo caracterizan, en primer lugar, formaciones cualitativamente
nuevas, con ritmo propio, que precisan siempre condiciones especiales. Es cierto gue en las edades tempranas
se observa un njvel de desanollo máximo de las premisas que condicionan e[ desanotlo po§teñor del n¡ño. Los
órganos y las funciones elementales básicas maduran antes que fas superiores. Sín embargo, es erróneo
suponer que todo el desarrollo se limita al crecimiento de las funciones elementales, esenciales, que son las
premísas de las facetas superiores de la Personalidad. Si invesiigamos las facetas superiores, el resullado sería
inverso; et ritmo, la cadencia de su formación sería mínima en los primeros actos del drama general del
desanollo y máximo al fnal del mismo.
Nos hemos referido a la teoría de Geseli como ejemplo de aquello nacientes inlentos de dividir en
períodos de edad el desarrollo infantjl, que se deiienen a medio camino cuando pasan de la perioQización
sintomática a la esencial.
y
¿Sobre qué principios debe estruciu:aise la verdadera periodización sugerida a dónde
buscar su
verdadero fundamento? Hay que buscarlo en lcs camblos internos del propio desarrollo; tan sólo los virajes y
giros de su curso pasado pueden propoÍcic.a-cs :¡a base sólida para determinarlos principales períodos de
formación de la Personalidad del niño cr.,;e ,la-.e':JS edades. Podemos reducirtodas las teorías del desarrollo
infantil a dos concepciones fundamentaies S:g-'i ;ra Ce ellas, el desarollo no es más que la realización, el
cambio y la combinación de las capao :a:.s -:a:as No surge nada nuevo a excepción del crecimiento,
despliegue y reagrupación de los elene'::s ::::s :esCe el principio. Para la otra concepción, el desarrollo es
E
i{tq}
ilF
ffi
il- un proce§o continuo de automovim enio. :ia
se cistingue, en prÍmer lugar, por la permanente aparición y
t4 Admile, por una parte, tanto ia teoría idealista como materiafista de formación de la personalidad. La
ffi En algunas edades el desarrollo se distingue, en efecto, por un curso lento, evolutivo. En dichas
ffi edades la Personalidad del niño cambia muy lentamente, a menudo de forma casi
cambios debidos a insignificantes logros "moteculares". Durante un lapso
imperceptible, intema; son
ffi de la Personalidad del niño que se van acumulando hasta un cierto límite y se
repentina formación cualitalivamente nueva de una edad. si consideramos la infancia
manifiestan más tarde como una
n4 cronológico veremos que a casi toda ella le corresponden esos períodos estables.
principio y al térmíno en una edad estable se verá claramente qué
desde el punto de vista
Si se compara el nlño al
f,4 enormes cambios se han producido en su
Personalidad, cambios a veces no visíbles. Ya que el desanollo va por dentro,
f,4 d¡ríase por vía subterránea.
Las edades estables se han estudiado con mucho mayor detalle que las caracterizadas por
crisis, que
t4 es otro tipo de desarrollo. Las crisis fueron descubierlas por vlas puramente empfricas; no han sido
sistematizadas ni incluidas en la periodización general def desarrollo infantil. son numerosos
i4 que ponen en duda la necesidad interna de su existencia. Se inclinan, más
los investigadores
bien, a considerar las crisis como
f,4 "enfermedades" del desarrollo, como una desviación de la norma. casi
occidenlafes fue capaz de dar una explicación teórica de su verdadero significado.
ninguno de los investigadores
fl4 sistematizarlas y dar una explicación científlca de las mismas, de integrarlas
Nuestro intento de
en et esquema general del
f,* desarrollo infantil debe considerarce por ello casi el primero
Ningún investigador puede negar la existencia de esos peculiares períodos en el
desanollo infantil;
incluso los de espírittl menos dialéctico reconocen la necesidad de
admitir, aunque sea en forma de hipótesis, la
presencía de crisis en el desarrollo del niño incluso en la ínfancia
más temprana.
Los períodos metlcíonados, vistos desde fuera, se distinguen por rasgos opuestos a las
edades
estables. En ellos, y a lo largo de un tiempo relatÍvamente corto (varios
meses, un año, dos a lo sumo), se
producen bruscos y fundamentales cambios y desplazamientos, modificacíones y
rupturas en la personalidad
del niño. En muy breve espacio de tjempo el niño cambia por entero, se modif¡can los
rasgos básicos de su
Personalidad. Desarrolla de forma brusca, impetuosa, que adquiere, en ocasiones,
carácter de calástrofe;
recuerda un curso de acontecimientos revoiucionarios tanto por el ritmo
de los cambios como por el significado
de los mismos. son puntos de vira;e en ei desanollo infantil, que tienen, a veces,
la forma de agudas crisis.
La primera peculiaridad de taies periodos consiste, por una parte, en que los límites
entre el comienzo
y el final de la crisis y las edaces c:rtiguas son realmente indefinidas. La crisis se origina de foryna
lmperceptible y resulta difícil deien¡ 'a: e ¡omento de su comienzo y
fin. por otra parte, es muy típica ta brusca
agudización de la crisis que suced: ':E:Ja rente a mediados de ese período
de edad. La existencia de un
punto culminante de la crisis es ;'a c:'¿:::risirca de todas fas
edades crílicas, diferenciándolas sensiblemente
de las etapas estables del desar,: : ,:,:-: i.
7 7
é
é
CC
La segunda peculiaridad ie ias eCaces críiicas sirvió de punto de parlida para su estudio empírico. Un é
gran numero de niños que viven un peiicic ;:ii:c en su desarollo son difíciles de educar. Dirlase que los niños
se evaden de la educación y enseñanza.=?tie ios escolares que viven el perlodo crítico baja el rendimiento en
cc
el estudio, se observa la caída del interés por fas ciases y disminuye su capacidad general de trabajo. Jc
En las edades críticas, el desanollo cei niño suele ir acompañado de enfrentamientos más o menos cG
agudos con las personas de su eniorno. En su vida interna el niño puede sufrir dolorosas vivencias y conflictos
intemos. cc
Claro está que no siempre es así, Los períodos críticos son distintos en los distintos niños. lncluso en l;
niños muy parecidos por el tipo de su desarrollo y posición social el curso de la crisis presenta muchas más
diferencias que en los períodos estables. Hay muchos niños que no presentan dificultades en el teneno
cJ
educativo, ni disminuyen su rendimiento escolar. El volumen de las variaciones en el curso de dichas edades 3J
entre lo diversos niños, la influencia de condiciones externas e internas sobre la propla crisis son tan
importantes y profundas que muchos autores creyeron preciso preguntarse si las crisis del desarrollo infantil no
cJ
eran un produc,to exclusivo de condiciones externas adversas por lo cual deblan considerarse más bien JG
excepciones que reglas en la historia del desarrollo infantil (Busemann y otros)' ' JJ
Como es natural, Ias condiciones exleriores determinan el carácter concreto en que §e man¡fie§tan y
transcurren tos períodos críticos. Distintos en los diversos niños, condicionan las variantes extremadamente
G
dispafes y multiformes de la edad crítica. Sin emfrargo. el estudio de los índices relat¡vos nos convence de que G
la lógica interna del propio proceso del desarrotlo es la que provoca la exislencia de dichos períodos crílicos, de
viraje, en ia vida del nifio"y no la prcsencia o'la-aueencia dscondicicrnes-especffcasexteriores --
G
Si, por ejemplo, comparamos el grado de facili,Jad o dificultad del proceso educativo en la etapa
anterior o posterior de la crisis, es decir, en el período estable, veremos que todo niño de esa edad resulta difícll
de educar en comparación conslgo misrno en la edad estable contigua. Y si pasamos de la apreciación absoluta
a la relativa en la comparación de los avances escolares del niño en los mismos períodos de edad, veremos
que en todo niño disminuye en el período de crisis el ritmo del rendimiento que le caracterizaba en los perlodos
estables.
La tercera peculiaridad de las edades críticas, tal vez la más importante en el plano teórico pero la
menos clara, la que más entorpece el correcto entendimiento de la naiuraleza de desarrollo infantil en los
períodos mencionados es la parte negativa del desarrollo. Todos los que eseribían acerca de esos períodos
cruciales señalaban, en primer lugar, que el desanollo en ellos, a diferencia de los ménos estables es más
destructivo que creador. Dirlase que el desarollo agresívo de Ia edad del niño, la ininterrumpida creación de lo
nuevo, man¡fíesta en las edades estables, se detiene provisionafmente en los períodos de crisis, se frena
temporalmente. Pasan a primer plano los prccesos de exlinción y repliegue, descomposicíón y desintegración
de todo lo que se ha formado en la etapa anterior y caracterizaba al niño de dicha edad. El niño más bien pierde
lo conseguido antes de que adquiere algo nuevo. El advenimiento de la edad críüca se distingue por la aparición
de intereses nuevos, de nuevas aspiraciones, de nuevas formas de actividad, de nuevas formas de vida interior.
El niño al entrar a estos períodos de crisis se disiingue más bien por rasgos contrarios: pierde los intereses que
ayer todavía orientaba toda su actividad, que ayer ocupaban la mayor parte de su tiempo y atención, y ahora
diríase que se vacían las fonnas de demostraciones externas, así como su vida interior. Lev Nikoláievich Tolstoi
definió metafórica y certeramente esos períodos de crisis en el desanollo infantil como el demonio de la
adolescencia.
A ello se refieren cuando se habla del carácter negativo de las edades críticas, queriendo decir que el
desanollo cambia su significado positivo, creador, obligando al observador a considerar esos períodos desde el
punto de vista negativo. Numerosos autores están incluso convencidos de que en los perfodos críticos todo el
desarrollo es negativo, convicción que se refleja en los nombres dados a e§a edad, como por ejemplo, fase
rebelde, de la obstinación, etc.
Estos conceptos sobre diversas edades críticas fueron introduc¡dos en la ciencia de forma empírica y
por orden casual. La crisis de los siete años fue la primera que se pudo detectar y describir (el séptimo año en la
vida del niño es de transición enlre el período preescolar y el de pubertad). Un niño de siete - ocho años ya no
" es preéscolar, pero tampoco adolescente, Un niño de siete años se diferencia del también del preescotar como
del escolár y por elto ofrece dificultades en ei sentido educativo. El conlenido negativo de esa edad se
manifiesta, ante todo, en la alteración del equilibrio osíquico, en el carácter inestable de la voluntad, del estado
de ánimo, etc.
Más tarde se descubrió la crisis de ics ires años que numerosos autores describieron como la fase de
la obstinación. En dicho período, limltadc p-:r' lr luen lapso de tiempo, la personalidad del niño pasa por
brusc,os e inesperados cambios. Es difícii icr- :a.'e se manifiesta terco, voluntarioso, obstinado, caprichoso. Es
un periodo de conflictos internos y extei-,":s
Más tarde fue estuciiada la c-s 3 ce lcs lrece años descrita como fase negativa de Ia edad de
maduración sexual. Como indica el proc,o rcmbi'e. el contenido negativo del período ocupa el primer plano y
visto superficialmente parece agotartooo ei sen'tloo dei desarrollo en dicha etapa. El bajo rendimiento escolar, el
des0enso de la capacidad de trabalo, ia desarmonia en la estructura Íntema de la propía personalídad, la
reducclón y extinción del sistema de ¡ntereses anteriores, la fase negativa, de protesta del comportamiento
permiten a O. Kroh describir este período como una fase de desorientación en el conjunto de las relaciones
extemas e internas, cuando es mayor, que en otros períodos, la división entre el '"yo" del individuo y el mundo.
Hace relativamente poco se reconoció que la transición del primer año a la infancia temprana, bien
estudiada desde el aspecto fáctico, que tiene lugar en su primer año de vida, de hecho también es un período
crltico con suq.propios msgos distinlivos conocidos por nosotros gracias a las descripciones generales de tales.
formas peculiares de desarrollo. El brusco cambio de las condíciones del desarrollo en el acto del nacimiento,
cuando el recién nacido de repente se encuentra en un medio nuevo, modifica toda la forma de su vida
caracterizando el período inicial del desarrollo posnatal.
Para disponer de, una visión acabada de las edades críticas propondremos incluir en ellas como
eslabón inicial y, tal vez, el más peculiar de todos los períodos del desánollo infantil, el nacimiento. Es un
período bien estudiado, por estar como aislado en el sistema de las demás edades, siendo por su naturaleza la
etapa más evidente e indudable en el desanollo del niño.
Larcrisis posnatal separa el período embrional del desanollo del primer año. La crisis del primer año
delimita el prirner año de la infancia temprana. La crisis de los tres años es el paso de la infancia temprana a la
edad preeseular. La crisis deJossiete años configura el-eslabón'de-enlaceentre'la-edaúpreescotaryla'escolar.
Y, finalmente, la crisis de los trece años coincide con un víraje en el desarrollo cuando el niño pasa de la edad
escolar a la pubertad. Tenemos, por tanto, un cuadro lógico regulado por delerminadas leyes. Los períodos de
crisis que se intercalan entre los estables, conf¡guran los puntos críticos, de viraje, en el desanollo confirmando
una vez más que el desarrollo del niño es un proceso dialéctico donde el paso de un estadio a otro no se realiza
por vÍa evolutiva sino revolucionaria.
Si las edades críticas no hubieran sido descubiertas por vla exclusivamente empirica, habría que
introducir su concepto en el esquema del desarrollo sobre la base del análisis teórico. En la aclualidad, e ta
teoría le falta tan sólo lomar concienc¡a y comprender lo ya establecido por la vía de la investigación empírica.
En los momentos del viraje resulta relativamente difícil educar al niño porque el sistema pedagógico
utilizado para tal fin no alcanza a seguir los rápidos cambios de su personalidad. La pedagogía de las edades
críticas es la menos elevada en ef sentido práctico y teórico.
Como cualquier vida es al mismo"tiempo nacimiento y extinción (F. Engels)z, así también el desarrollo
ínfantil, que es una de las formas complejas de la úda, contiene fozosamente procesos de reducción y
extinción. El nacimiento de lo nuevo en desanollo significa irremísiblemente la desaparición de lo viejo. El paso
a una nueva edad culmina siempre con el ocaso de la anterior. Los procesos de desanollo inverso, la ext¡nción
de lo viejo se concentra sobre todo en las edades críticas, pero sería un grandísimo error suponer que con ello
se agota la importancia de las edades crfticas. El desanollo no intenumpe jamás su obra creadora y hasta en
los momentos críticos se producen procesos construclivos. Más todavía, los procesos evolutivos, tan
manifiestos en dichas edades, están igualmenle supedÍtados a los procesos de formación positiva de la
personalidad, dependen direciamente de ellos y forman con ellos un todo indisoluble. La labor destruetiva se
realíza en los períodos indicados en tanto en cuanto es imprescindible para el desarrollo de las propiedades y
los rasgos de la personalidad. La investigación en realidad demuestra que el contenido negativo del desanollo
en los períodos crílicos es tan sólo la faceta inversa o velada de los cambios positivos de la personalidad que
configuran sentido principal y básico de toda edad crítica.
El significado positivo de la crisis de los tres años se manifiesta en que surgen a esa edad, los nuevos
rasgos característicos de la personalidad del niño. Se ha demostrado que cuando la crisis transcurre de forma
apálica e inexpresiva por esa otra razón se produee, en la edad siguiente, un gran retraso en el desarrollo de las
facetas afectivas y volitivas de la personalidad del niño.
Todos los investigadores coinciden que en la crisis de los siete años, a Ia par que síniomas negativos,
se consiguen también importantes logros: el niño se hace más independiente y cambia su actilud hacia los
demás niños.
En la crisis de los trece años, el descenso del rendimiento escolar se debe al cambio de la actitud de lo
visual - directo a la comprensión y d:cucción. La iransición a la forma superior de la actividad intelectual se
acompaña por un descenso ccrporai ce la capacidad de trabajo, hecho que se confirma en los reslantes
síntomas negativos de Ia cr;sis, Tras ::sa sintoma negativo se oculta un contenido negativo que consiste, casi
siempre, en el paso a una fc,ryi.ra iJ€'r3 ,.superior.
Finalmente, no susc¡ia iiri;-a l..r:a la existencia de un contenido positivo en la crisis de un año. Es
evidente que los §íntornes :e:=:.r: :- iria eclad están directamente relac¡onados con las adquisiciones
;A{
fr§- é
é
é
é
posil¡vas, adquisiciones que hace ei r.iis ei --ngezaÍ a andar y dominar el lenguaje. Cabe decir lo mismo é
respecto a la crisis del recién nacido. trn esa eiapa, el niño se degrada hasta en su desarrollo como: pierde peso
en los días posteriores a su nacimieno, i-a acaptación a una nueva forma de vida exige tanto de la capacidad
a,
vital del recién nacido que, según expresión de Blcnski, ninguna persona está más cerca de la muerte que a la a!,
hora de nacer. S¡n embargo, en ese períocio más que en cuatquier otro se hace evidenfe que el desarrollo es un
proceso de formación y surgimiento de io nuevo. Todo cuanto se observa en el desarrollo de los primeros días y
a,
semanas de la vida del niño son siempre for,¡aciones nuevas, Los síntomas negativos característicos del
ú
contenido negativo de ese período se deben a las dificultades propias de esa nueva y compleja forma de vida. ü
En el desarrollo de las edades cíticas lo esencial es la aparición de formaciones nuevas muy
peculiares y específicas como demuestran las investigaciones concretas. Se diferencian de la§ form.aciones
J,
nuevas de perfodos estables por tener carácter transitorio, es decir, no se conservan tal como son en lá etapa G
crítica ni se integran como sumandos imprescindibles en la estruc{ura integral de la futura personalidad, Se *
extinguen y son asumidas por las formaciones nuevas de la siguienle edad estable, se incluyen en ella como
instancias subordinadas, cárecen de existencia propia, se diluyen y lransforman hasta tal punto que sin un é
análisis especial y detallado es a menudo imposible, descubrir la existencia debsa transformada formación del é
perfodo crítico en las adquisiciones del siguiente período estal¡le. Las formaciones nuevas como tales
desaparecen con el advenim¡ento de la edacl siguiente, pero s¡guen existiendo en estado latente dentro de ella,
é
carecen de vida independiente, se l¡rn¡tan a participar tan sólo en aquel des¡rrollo subterráneo que en la§ a,
edarles estables genera, como hemos v¡sto, formaciones cl¡alitativamente nuevas
' 'En1os apartados siguientes-delpresente-ti-abajo, dedieado atestudio-deead+eei*d; investigarcrnosel. a,
contenido concreto de las leyes generales que regulan las formaciones nuevas tanto en los períoclos estables' JF
como crlticos.
El criterio fundamental, a nuestro juicio, para clasificar el desanollo infantil en diversas edades es
a,
juslamente la formación nueva. En nuestro esquema la sucesión de las etapas de la edad se determina por la É
altemancia de pei'íodos estables y crfticos. La duración de las edades estables se determina con mayor certeza
por los lÍmites, más o menos definidos, de su comienzo y final. Pero es más difícíl fijar la duración de las edades
a,
críticas, debido a su distinto curso, por los puntos o cumbres culrninantes de la crisis, considerando corno
J
principio de la misma el semestre anterior más próxirto a esa edad y como su término el semestre inmediato de
lá edad siguiente.
Las edades estables tienen una marcada estructura binaria, demostrada por la investigación empírica,
a
-
y se dividen en dos estadios: el primero y el segundo. Las edades crÍticas poseen una clafa estructura de J
trinomio formada por tres fases ligadas entre sí líticamente: precrítica, crítica y poscrítica' JI
Debemos señalar laradical diferencia entre nuestro esquema y otros próximos a él por la
, determinación de los períodos básicos del desarrollo infantil lo nuevo en nuestro esquema, aparte del principio
J
utilizado como criterio de tas formaciones nuevas en cada edad, es lo siguiente: 1) La introducción en el J
esquema de la periodlzación de las edades críticas. 2) La exclusión del esquema del período del desanollo
embrional del niño. 3) La exclusión del período calificaclo habitualmente como juvenil que abarca la edad
J
posterior a los diecisiete - dieciocho años hasta la llegada de Ia maduración definitiva.4) La inclusión de la edad f,
de la maduración sexual entre las edades estables y no entre las edades crÍticas3. f,
Excluimos dei esquema el desarrollo embrional del niño por la sencilla razón de que no puede
estudiarse a Ia par del desanollo extrauterino del niño como ser social. El desanollo embrional es un típo de
]
desanollo compleiamente especial sujeto a leyes distintas de las que regulan el desarrolfo de la personalidad ;
del nlño después del nacimiento. Una ciencia independiente, la embriologfa, estudia el desanollo embrional y no
puede considerarse como un apartado de la psicología.
]
La psicología debe tomar en cuenta las leyes del desanollo embrional del niño, ya que las ]
peculiarirJades de diiho perlodo influyen sobre el curso del desarrollo posterio¡ pero este hecho no es motivo í
sufciente para considerar que la embriología es parie de la psicología. Del mismo modo, la necesidad de tomar
en consideración las leyes y los datos de la genética, es decir, la ciencia de lo hereditario ni el desanollo ulerino I
como tales, sino tan sólo su influencia sobre el proceso del desanollo social del niño. I
a
teóricas como las empíricas nos obligan a rechazar la exceslva prolongación del desarrollo infantil y a no incfuir
en él los primeros veinticinco años del ser hurnano. Si nos guiarnos por el significado general y las leyes a
fundamentales, la edad comprendida entre los dleciocho y veinticinco años constituye más bien el eslabón final J
en la cadena de los períodos del desanoilo infaniil. Resutta difícil creer que el desarollo del ser humano a
princípios de la madurez (de dieciocho a velnticinco años) pudiera estar supeditado a las leyes del desarrollo
infantil.
a
j
La inclusión de la puberiad enlre ias es'.ailes es una deducción necesaria y lógica de todo cuando
sabemos de esa edad. Se trata de una elara de gi'an auge vital y personal, de sintesis superiores de la
a
J
TS
b
F
E personalidad. Nuestra postura en ese se¡licc es una ceducción lógica, inevitable,
de la crítica hecha por los
l!: científicos soviéticos a las teorías que red.lcian el peícdo de la maduración
sexual a una "patología normal'y a
F
I
I
=
é
lrE
r-
E 2. LAESTRUCTUMY Iá DINÁMICA DE LA EDAD.
t El,pfopósito del presente apartado es establecer las tesis generales
la edad en
que caracterizan la configuración
cada período de la infancia'
E intema del prgceso del desarrollo que denominamos estructura
La"tgsis más general que debemos destacar en
de
primer tugar es la siguiente: el proceso del desarollo
F sus partes.
por esa razón, encada etapa de edad encontramos siempre una nueva formación central como una
fr especie de guía para todo el proceso del desanollo que caracteriza la
reorganización de toda la personalidad
F i"i rin" .oíiu ,n" base nueva. En torno a la nueva"formación central o básica de la edad dada se sitúan y
e
e .
niño, así como los procesos de desanollo relacionado
Llamaremos líneas centrales de desarrollo de la edad
*rn"r, más o menos inmediata con la nueva formación
dada
con
a
las
los
nuevas
procesos
principal,
formaciones de edades anteriores'
del desarollo que se relacionan de
mientras
el
que todos los demás procesos
nombre de lfneas accesorias de
fr parciales, así como los cambios que se producen en dicha edad recibirán
que son llneas principales de desarrollo en una edad se
desanollo. De por sí se entlende que los procesos
fr convierten en líneas accesorias de desanollo en Ia edad siguiente
y viceversa, es decir, las llneas accesorias de
en la
fr y
ya que se modifica su significado peso específico
desanollo de una edad pasan a ser principales en otra,
formación central. En el paso de una etapa de
estruclura general del desanollo, cambia su relación con la nueva
fr edad a otra se reconstruye toda su estructura. Cada edad posee su propia estructura específica, única e
fr irrepetible.
''
Lo explicaremos con ejemplos. Si analizamos la conciencia del niño
entendida como su "relación con
a4 el medio,, (Man) y la consideramos producto de los cambios ffsicos y sociales det individuo, como la expresión
personalidad, veremos que en
a4 integral de las peculiaridades superiores y más importantes de la estruclura
la transición de una edad a otra crecen y se desarrollan no tanlo los
de la
aspectos parciales aislados, de la
a4 .....conciencia:oatgunasfuncionesymodosdesuactividad,cuanto,enprimerlugar,semodifcalaestruclura
a4 ';;;;ñ;'ta áolrciencia en cada edad se distingue por un sistema determinado de
ántre sus aspeclos aislados, entre las distintas formas de su actividad'
y dependencias
relaciones
,qilEl
irtt
ffi
ilt+ niño, La nueva estructura de la conciencla aCr.,iirica en cada edad significa ineludiblemente que el niño percibe
de distinta manera su vida anterior, así ccrnc ei ;'necanisrno intemo de sus formaciones psíquicas.
#t# Ahora bien, reconocerlo sign¡Í¡ca i'eccnccer algo más, algo que nos lleva direclamente al úllimo
ffi momento que caracteriza la dinámica de fa edad. Vemos que debido af desarrollo las nuevas fonnaciones que
ffi surgen al final de una edad cambian toda la estructui'a de la conciencia infantil, modifcando así todo el sislema
de su relación con la realidad extema y consigo mismo. El niño, al término de una edad dada, se convierte en un
f,t ser totalmenle distinto del que era a principio Ce la misma. Ello, sin embargo, no significa que deba cambiar
tú fozosamente la situación social del desarrollo que, en sus rasgos básicos, se forma a principio de una edad. No
debemos olvidar que la situación social del desanollo no es más que el sistema de relaciones del niño de una
*t edad dadg y la realídad social; si el niño ha cambiado de manera radícal,, és ínevítabfe que esas relacíones se
reestructuren. La anterior situación del desarrollo se desintegra a medÍda que el niño se desarrolla y se
tt configura en rasgos generales y proporcionalmente a su desarrollo, la nueva situación del desarrollo pasa a
*4 convertirse en el punto de part¡da para la edad siguiente. La investigación demuestra que esa reeslructuración
*t de la situación social del desarrollo constituye el contenido príncipal de las edades críticas.
n# Llegamos, por tanto, al esclarecimiento de la ley funrlamental de la dinámica de las edades. Según
dicha ley, las fuerzas que mueven el desarrollo del niño en una u otra edad, acaban por negar, y destruir la
*4 propia basede desanollo de toda edad, determinando, con la necesidad intema, el fin de la situación social del
nrÉ desanollo, el.fin de la etapa dada del desarrollo y el paso al siguiente, o al superior perlodo de edad.
T¡les, entérminos generales, el esquerna del clesarrollo dinámico de la edad.
t4 3. EL PROBLEMA DE LA EDAD Y [-A DINÁTV¡ICA DEL DESARROLLO
t4 E¡ problema de la edad, además de ser ei princípal para toda la psicología infantil es, al mismo tiempo, la clave
*4 para todas las cuestiones prácticas. Está directa y eslrechamente vinculado con el diagnóstico del desarrollo en
r+ las diversas edades del niño. Llamamos diagnóstico del desarrollo al sistema de procedimientos habituales de
investigación destinados a determinar el nivel real alcanzado por el niño en su desarrollo. El nivel real de
F desanollo se determina por la edad, por el estadio o la fase en Ia cual se encuentra el niño en cada edad.
Sabemos que la edad cronológica del niño no puede servir de criterio seguro para establecer el nivel real de su
t4 desanollo. Por ello, la determÍnación del nivel real de desanollo exige siempre una investigación especial
t4 gracias a la cual puede ser elaborado el diagnóstico del desarrollo.
Establecer el nivel real de desarrollo es una tarea esencial e indispensable para la solución de tocias las
*4 cuesliones prácticas relacionadas con la educación y el aprendizaje del niño, con el control del curso noimal en
*a su desanollo físico y mental o el diagnóstico de unas u otras alteraciones en el desarrollo que perturban la
trayectoria normal y confieren a todo el proceso caÉcter atípico, anormal y, a veces, patofógico. Por tanto, la
*1 determinación de nivel jerárquico del desarrollo alcanzado es la tarea principal y básica del diagnostico del
14 desanollo.
ta El estudio de la sintomología de las edades infantiles permite descubrir una serie de indicios seguros
para conocer en qué edad, fase o estadio tiene lugar el proceso de desanollo, a semejanza de cómo el méd¡co
ü4 sobre la base sobre unos u otros síntomas diagnost¡ca la enfermedad, es decir, delermina aquel proceso
t4 patológico ínterno que se manifiesta en síntomas.
Por sí mismo, el estudio de algtin síntoma de eclad o de un grupo de ellos, incluso su medición exaita,
tt no constituyen un diagnósiico. Entre la medición y el diagnóstico, dice Gesell, hay una gran diferencia. Al
tt diagnóstico se puede llegar si se consigue descubrir el seniido y el significado de los síntomas hallados.
Las tareas planteadas ante el diagnóstico del desarrollo podrán ser resueltas sólo sobre la base de un
*ú estudio profundo y amptio del curso sucesivo del desarrolto infantil, de todas las peculiaridades de cada edad,
tú estadíos y fases de los típos fundamentales del desarrollo normal y anormal, de toda la múltiple esiructura y
,# dinámica del desarollo infantil. Por tanto, el simple establecimiento del nivel real del desarrollo y la
representación cuantitativa de la diferenc¡a entre Ia edad cronológica y la estandarizada o de sus relacíones
ff{ expresadas en el coeficiente del desarrollo, supone tan sólo el primer paso en el camino del diagnóstico del
desarrollo. El nivel real del desanollo así establecido, está lejos de agotar todo el problema del desanollo pero a
menudo abarca una parte insignlflcanie del mismo. Si al fijar su nivel nos limitamos a constatar la presencia de
unq u otros slntomas, de hecho, logramos delerminar solo una parte del cuadro general,del desanollo,es decir,
las funciones, pfopiedades y procesos ya madrrros en aquel entonces-'Por ejemplo, la constatación de Ia
estatura, el peso, y demás indicios dei clesan'ollo físico típicos para los ciclos del desarrollo ya acabados, üene
a ser el balance, el resultado, ei icgro ¡nal del desanollo de una etapa ya terminada. Sorr sÍntomas que
demueslran mas bien cómo transcumó el dasarrollo en el pasado, pero no como es en el momento presente ni
cual será su orientación futura.
Claro está que el concc-ie-i¡,:e !cs resultados del desarrollo anteriores un momento imprescindible
para enjuiciar cómo es el desai'oil¡ ?: e: piesente y c.ómo será en el futuro. Sín embargo, no es suficiente, ni
mucho menos. Cabe decrr fg,-'e:a-:::: Que cuando llegamos a establecer el nivel real de desarrollo
10
determinamos, tan sólo, sus frutos. o sea, aque¡lo que ya está maduro y cuyo ciclo finalizó. Sabemos, §in
embargo, que la ley básica del desanollo es la diferencia en el tiempo de maduración de diversas facetas de la
personalidad, de sus distintas propiedades. Mientras que unos procesos del desarrollo ya han aportado
resultados y acabado su ciclo, otros procesos se encuentran sóto en el estadio de la maduración, Un auténtico
diagnóst¡co del desaffollo no sólo debe abarcar ciclos ya culminados de desarrollo, no sólo sus frutos, sino
también los procesos en la fase de maduración. Lo mismo que yera el hortelano si al calcular la cosecha toma
en cuenta tan sólo la cantidad de fruta ya madura, sin saber apreciar el estado de los frutales todavía en sazón,
proceso de
así también el psicólogo que se limita a deierminar lo ya maduro, dejando de lado lo que está en el
maduración, jamás podrá disponer de una visión completa y verfdica del estado anterior de todo el desarrollo y
no podrá, por consiguiente,'pásar,del diagnóstico sintomático al clíníco'
La segunda tarea del diagnóft¡co del desanollo consiste en determinar los procesos no maduros
todavía, pero que se encuentran en el periodo de maduración. Ésta tarea se resuelve con el hallazgo de la zona
de desarrollo próximo. Ulilizaremos un ejemplo particular para explicar este concepto sumamente importante en
el sentido práctico y teórico.
para determinar el nivel real de desarrollo intelectual del niño, los psicólogos utilizan preferentemente
el siguiente método: se proponen al niño varios problema§ de crec¡ente dificultad y estandarizados según las
edades. La investigación siempre determina el límite de dificultad de ias tareas alcanzabl€s para el niño
corresponcliente a su edad estándar. De esf, manera se determ¡na la edad menial del niño. §uete considerarse
que el índice intelectual es válido en el úr¡ico y exclusivo caso de que el niño resuelva por sí solo la tarea
planteada.'Si en el curso de Ia resolución se fe ayuda con alguna indlcaciÓn orientadora, la solución dada'por él
no se toma en cuenta para determinar su edad mental.
Esta tesis se basa en la idea de que la larea resuelta con ayuda carece de toclo valor pára determ¡nar
la inteligenc¡a del sujeto. Sin embargo, esa opinión contradice abiertamente todos los datos de la Psicología
modema. Deriva de una antigua y errónea concepción, carente hoy día de todo sentido, segrln la cual toda
imitación de una operación intelectual puede ser un acto puramente mecánico, automáico que nada demuestra
sobre la intellgencia del sujeto dado. lnicialmente, el carácter erróneo de ese punto de v¡sta fue revelado en la
psicología animal. W Kohler en sus conocidos experimentos con los monos antropoides demostró que los
ani¡-nates pueden imitar tan sólo las acciones intelectuales que eslán a su alcance, que §e hallan en la zona de
sus posibílidades. El chimpancé, por ejemplo, puede reproducir las acciones racionales que §e ie enseñan lan
sólo cuando esas operaciones, por su tipo y grado de dificuttad, pertenezcan a a( misma calegoría que sus
propíos actos racionales.,Lag irnilaciones que hacen los animales están rigurosamente delimitaCas por los
estrechos marcos de sus posibilidades. El anima! pr.iecíe imitar lan sólo aquello qtre él mismo puede hacer'
Con los niños la situación es mucho más compleja. Hay procesos que el niño no puede imitar en
por el
algunos estadios de su desarrollo. Su capacidad de imitación en la esfera intelectual ostá muy restringida
grado de su desarrollo mental y por las posibilidades que corresponden a su edad. No obstante, es una ley
general que el niño, a diferencia del animal, puede llegar en la imitación de las acciones intelectuales mucho
más allá de los timites de su propia capacidad de realizar operaciones intelectuales o acciones racionales. Esta
que
ciiferencia entre el niño y el animal explica el por qué este último no es capaz de aprender en el sentido
clamos a esa palabra aplicada al niño. El animal puede ser amaestrado, únicamente puede adquirir hábitos
nuevos, pueOé, mediante el ejerclcio y los entrenamientos, perfeceionar su intelecto, pero ilo está en
condiciones de desarollar su mente en el verdadero sentido de la palabra, es decir, med¡ante el aprendizaje.
por ello, todas las tentativas de conseguir mediante el aprendizaje que los animales superiores realicen
funciones inteleituales nuevas, que no son propias de ellos y específcas para el hombre fracasan
ínevitablemente como, por ejemplo, intento de R. Yerkes de enseñar a las crías del mono el lenguaje humano o
el de E. Tolman de educar y enseñar conjuntamente a las crías del chimpancé con los niños humanos.
Vemos, por tanto, que el niño, valiéndose de la imitación, puede hacer en la esfera intelectual mucho
más de lo que puede hacer en su propia actividad; vemos así mismo que su capacidad de imitar operaciones
intelectuales no es ilimitada, sino que se modifica con estricta regularidad en consonancia con el curso de su
desanollo mental, de modo que en cada elapa de edad existe para el niño una determinada zona de imitaciÓn
intelectual relacíonada con el nivel real de desarrollo'
Al hablar de la imitación no nos referlmos a una imitación mecánica, automática, sinsin sentido, sino a
una imitación racional, basada en la comprensión cje la operación intelectual que se imita. Es Es decir, por una
parte restringimos el significado del término, lo rele¡'inros únicamente a al esfera de operaciones mas o menos
directamente relacionadas con la actividaC racicna lei niño y, por esto ampliamos el significado del término'
empleando la palabra "imitación" aplicandc a icca aciividad que el niño no realiza por sí sólo' sino en
colaboración con un adulto u otros niños. T+jc c-a',:¡ ;n niño no es capaz de realizar por él mismo, pero puede
apronderbajo Ia dirección o la colaboraciir ,:e a:'-rc con la ayuda de preguntas orientativas, es incluido por
nosotros en el área de Ia imitación.
q
ffit
ilqt
nF+
ffi Tal determinación nos pen-,ie esr¿B;ecer el sign¡ficado s¡ntomático de la imitación ¡ntelectuat enjl
diagnóstico del desarrollo mentel. Se ccr:crellde períectamente que el niño, por sí mismo, sin ayuda de otros,
F puede demostrar sus ya maduras capac,Caces y apiitudes resolviendo las pruebas previstas en los tests
F habitualmente utilizados, con el f¡n de concce: ei nivel real de desarroffo íntelectuaf, por cuanto se exige la
frf, en vlas de maduración, Podemos establecer el desanollo mental del niño si determinamos aquello que es cápaz
F de imiiar en el plano intelestual, entendiendo esa expresión en el significado que le dimos antes. La
investigación demuestra la estricta regulación genética entre lo que puede imítar el niño y su desarrollo mental.
*n Aquello que hoy puede realizar en colaboración con gl adulto y bajo su dÍrección, podrá realízarlo por sí mismo
el día de mañana. Eso quiere decir que cuando esclarecemos las posibilidades del niño para realizar la prueba
tfl en colaborac¡ón, establecemos al mismo tiempo el área de sus funciones intelectuales en el proceso de
*fl maduración que darán sus frutds en el próximo estadio de desarrollo; de ese modo llegamos a precisar el nivel
real de su desanollo intelectual. Por tanto, al investigar lo que puede hacer el niño por sÍ mismo, investigamos el
*fl desarollo del dfa anterior, pero cuando investigamos lo que puede hacer en colaboiación determinamos su
*fl desanollo del mañana.
*J La,,.esfera de los procesos inmaduros, peor en vfa de maduración, configura la zona de desanollo
próximo del.njñoa.
Jfl Ex¡¡licaremos mediante un ejemplo cómo se determina la zona de desanollo próximo. Supongamos
*f, que doe,niñes de jdéntic-a edad ---ocho años*-?oseen un-desanollointeleetual "idéntieo. Eso-significa gue
ambos pueden resolver por sí mismos las tareas que, por su dificuftad, corresponden a la edad estándar de
*ñ ocho años. Determinamos de ese modo el nivel real de su desanollo intelectual. Continuamos investigando con
*ñ ayuda de procedimientos especiales intentamos averiguar hasta qué punto son capaces los dos niños de
*ñ resolver láreas que sobrepasan los límiles marcados para las pruebas estándar de los ocho años. Les
enseñamos cómo debe resolver el problema y observamos si pueden, recuriendo a la imitación, dar con la
tñ solucíón. O bien, empezamos a resolverlo nosotros mismos y dejamos que los niños Io acaben. Otra variante es
*1 proponerles que resuelvan las tareas que salen de los límites de su edad intelectual en colaboración con otro
ñ¡ño rnas desanollado, o, finalmente, les explicamos los principios de la solución del problema, les hacemos
üñ preguntas orientativas, fraccionado en partes la tarea, etc. Dicho brevemente, proponemos al niño que resuetva.
at con una u otra forma de colaboración, las tareas que sobrepasan los límites de su edad mental. De esa manera
detenninamos hasta dónde llega la posibilidad de colaboración inlelectual para cada niño y en cuánto sobrePasa
*ñ el marco de su edad mental.
f,ñ El resultado de la prueba demostró que uno de esos niños resolvía, en colaboración, tareas estándar
f,ñ previstas para doce años. La zona de desarrolio próximo adelanta su edad mental en cuatro años. El otro niño,
con ayuda de los demás, pudo llegar tan sólo a la edad estándar de nueve años. Su zona de desanollo próximo
f,ñ se había adelantado en un año tan sólo.
*ñ
F se limita indudablemente a la zona de funciones ya maduras. Pero con relación a los procesos en vías de
F De por sí se entiende que para determinar el desarollo ffsico del niño es del todo inaplicable el máodo
de investigación que acabamos de describir con relación al desarrollo mental. Pero ese aspecto del desanollo
F desde el punto de vista de los principios, se estudia del mismo modo que todos los demás. Nos interesa conocer
# no sólo los limites ya conseguidos por el crecimiento y en los demás procesos que configuran su desanollo
fÍsico, sino lambién cómo transcune el proceso de su maduración que pondrá de'manifiesto sus logros en el
*rJ desanollo posterior.
F No vamos a delenernos en determinar lazona del desanollo próximo con relación a otros aspectos de
la personalidad infantil. Nos limitaremos a explicar únicamente su significado teórico y práctico.
f,J El valor teórico de ese principio diagnóstico radicq e-n qge¡.nos permite penetr4¡ en las conexiones
nt intemas
el medio
dinámico - casuales y genéticas que condicionan el iiroCeso del desaúollo mental. Hemos dicho ya que
origina todas las propiedades específicamente hr¡manas de la personalidad que el niño va
nfl social
adquiriendo; es la fuente del desarrollo social del niño que se radica en el proceso de la interacción real de las
# forrnas "ideales" y efectivas.
F El origen inmediato de! desanclio del niño es la colaboración (damos a esa palabra el más amplio de
los sentídos) con otras personas, Ás ores, cuando aplicamos el príncipio de colaboración para establecer la
n4 zona de desarrollo próximo obterer'rs : posibilidad de investigar directamente el factor más determinante de la
F maduración intelectual que culn ra:á :: iis períodos de edad próximo y sucesívo de su desarrollo.
F
12
*
é
El significado práctico del pri:c.:': c"agnóstico dado está vinculado con el problema de la enseñanza.
En uno de los últimos capítulos dei ples€rie iiabajo tretaremos de esclarecer esa É
cuestión. por ahora nos
limitaremos a estudiar el elemento iniciat y n'ás importanle. sabemos que en el
desarrollo del niño existen é
plazos óptímos para cada tipo de aprer:cizaje. Eso significa que sólo
en determínados periodos de edad el
aprendizaje de una asignatura dada. de lcs ccnccimientos dados de los hábitos y
TI
aptitudes resulta más fácil,
provechoso y productivo a una circunstancia cue durante mucho tiempo
no se tuvo en cuenta. Se ha establecido 11
primeramente el límite inferior del plazc óptimo de aprendizaje. Es
bien sab¡do que a un bebé a los cuatro II
meses no se le puede enseñar a hablar, ni a escribir a un niño de dos años, porque
para tal enseñanza, es decir, no se han desarrollado en é1, como premisas,
a esa edad no ha madurado
las propiedades y funciones
I-
imprescindible§ para el aprendizaje dado. Ahora bíen, de exístir sóto el límíte
inferior de
posibitídad del I-
aprendizaje en una edad de\erminada cabría suponer que cuanto más tarde
se iniciara el aprendizaje'
correspondiente más fácil sería para el niño y, por tanto, más fructífero el estudio, ya que
ItT
a edades más tardlas
se incrementa Ia madurez de las premisas imprescindibles para ello. é
se trata de una suposición errónea. si at niño le empiezan a enseñar eHenguaje a los
doce a leer y escribir, es desir, demasiado tarde, se encontraría en cond¡c¡ones desfavorables.
fres años y a los a=
demasiado tarcle resulta igual de difícil y poco fructifera para ei niño que
una enseñanza
la demasiado temprana. cabe suponer
aJ
que existe también un umbral superior de piazos óptimos de aprendizaje
en rclación con el desarrollo infantil. aJ
¿Cómo podemos explicar el hecho de que un njño de ires años dolado de un mayor grado de
madurez, de memoria, comprensión, mr¡tricidad y otras pariicular¡dades, que
son las prcmísas índispensatrles
a,
pam el aprcndizaje dellengiuajelo asintile con mayor dificuited y.men€
proveeho que un.niño cle año y medio aF
con un grado indudablemente menor de madurez de dicha*" premisas? La causa
que la enseñanza se apoya no tanto en las funcir¡nes píopiedades ya
V
de ello, por lo visto, radica en
maduras del niño como en aquellas que
a,
están rnadurando- El período de maduración de las funciones correspondienles
es el más propicio u óptimo para
el tipo adecuado de aprendizaje. Y se comprende se lomamos en cuenta el hecho
de que el niño se va
desanollando a lo largo def propio proceso de aprendizajc, y no termina
un determinado ciclo del desanollo. El
maestro no enseña al niño lo que éste sabe hacer por sí mismo, sino aquello que
no sabe, pero que puede
hacer si le enseñan y dirigen. El propio proceso de aprendizaje se realiza
síempre en forma de colaboración del
niño con los y
adultos constituye un caso particular de'interacción o" rorm"r;;","r-y-erectivas que
tnencionamos antes como una de las leyes más generales del
desarrollo social del niño.
En uno de los últímos capÍtulos del presente trabajo expondremos con
mayor detalle y concreción el
problema de las relaciones enfre el aprendizaje y el desarrollo aplicado
a la edad escolar y a la enseñanza
escolar' sin embargo, ya ailora debe ser evidenie para nosotros que como el aprendiáje
se apoya en procesog
inmaduros, pero en vías de maduración, y comc toda la esfera de dichos procesos
está incluída en Ia zona de
desarrollo próximo, los plazos óptimos de aprendizaje, tanlo para el conjunto
de los niños, como para cada uno
de ellos se determina en cada edad por ra zona de su desanoilo próximo.
Por esta razón tiene tanta imporlancia práctica la zona del desagollo próximo.
La determinación del nivel actual de desanollo, así como la zona de desarrollo próximo suele
denominarse diagnóstico normativo de la edad. su mísíón consiste en mostrar
con ayuda de normas o estándar
de edades el estado actual del desanollo, que se caracteriza tanto por el proceso ya
maduro como por el
inmaduro. A diferencia del diagnóstico sintornáiico, basado únicaménte
en el establecimiento de ínáicios
externos, el diagnóstico que tiende a la determinación del estado inierno del
desanollo que se revela en estos
indicios suele por analogía con las ciencias médicas denominarse diagnóstico
clínico.
El pr¡flc¡pio general de todo diagnóstico cientlfico del desarrollo es el paso
del diagnóstico sintomático, basado
en el estudio de los complejos de síntomas del desanollo infantil, es decír,
de sus indicios, al diagnóstíco clínico,
basado en el estudio del curso interno del proceso del desarrollo. Gesell considera que
los datos normativos no
deben aplicarse mecánicamente o de manera psicométrica tan sólo, que además
de medir al niño debemos
interpretarlo.
La medición, la comparación, la cleterminación de los sintomas del desanollo
con los estándar es sólo
un medlo para establecer el diagnóstico del desanollo. Para Gesell, el diagnóstíco
del desanollo no debe
consiatír en Ia.mera obtención de datos medianie los test y las mediciones.
EI diagnósfico del desarrollo es una
forma de estudio'comparativo con el concurso de nofx]as objetivas como punlo
de partida. Además de §¡ntético
es analítico.
Los datos de las pruebas y mediciones configuran una base objetiva para
la valoración comparativa.
Los esquemas del desarrollo nos proporcicna;: ias rnedídas del desarrollo.
El diagnóstico, en el verdadero
sentido de la palabra, debe basarse en une i¡:=rpieiación crítica y prudente
de los datos obtenidos desde
fuentes diversas; ha de apoyarse en lcdas ias n:anifestaciones y hechos
del proceso de madurez. La
concepción sintética, dinámica, del conjunic cE 1¡'rfes{,acicnes que llamamos personatídad,
entra de lleno en el
marco de la investigaciÓn. claro está que nc o::er.s rnecir con plena
exactitud los rasgos de la personalidad.
13
lncluso nos cuesta trabajo definir lo qu: es a pe.scnalidad, pero desde el ángulo del diagnóstico del desarrollo
--{ice Gesell-- debemos estar atentos a cónc se íorma y madura.
Si nos limitamos sólo a deferrninar i/ medjr lcs síntomas del desarrollo, jamas saldremos de los límites
de una conslalación puramenie empírica d€ todo qle ya es conocido por fas personas que observan al niño. En
el mejor de los casos podrcmos sólo precisar dichos síntomas y comprobarlos por la medición, pero no
podremos explicar los fenómenos que observamos en el desanollo del niño ni prever el curso ulterior del
desarrollo ni señalar qué medidas de carácter practico han de aplicarse al niño. Un diagnóstico tan estéril en el
sentido explicativo, práctico y previsor puede compararse con los diagnósticos que hacían los médicos cuando
imperaba la medicína sintomática. Si el enfermo se quejaba de Ia tos, el médico anotaba: la enfermedad es la
tos; si se quejaba de dolores de .cabeza, el médico anotaba: la enfermedad es ef dolor de cabeza. Un
diagnóstico semejante es, pe hecho, baldío, porque no añade nada nuevo a lo que ya sabe el paciente, se limita
a devolverle sus propias quejas con et¡queta científica. Un diagnóstico huero no explica nada de los fenómenos
obseryados, nada predice respecto a su curso ulterior ni proporciona ningún consejo práctico al paciente. Un
diagnóstico auténtico debe explicar y pronosticar y dar una recomendación práctica fundamentanda
cíentíficamenle.
Lo misms sucede con el diagnóstico sintomátieo en Psicología. Si se presenlan en la consulta con un
niño guejándose de que va relasado en su desarrollo intetectual, que tiene mala memoria y tarda en comprender
y el psicólo§0, después de la investigación, diagnostica: hajo coeficiente de desarollo intelectual
-{etraso
mentat--, tainpoco explica nada, nada predice ni presta ninguna ayuda práctica al igual que el médico que
diagnostica que el paciente tose.
Caberdecir,'!in exageración alguna, que todas, absolutamenle lodas las medidas pÉcticas destinadas a
proteger el 'desanollo, la educación y el aprendizaje del níño necesitan indispensablemente conocer el
diagnóstico del desarrollo ya gue están relacionados con los rasgos peculiares de una u otra edad. La aplicación
del díagnóstico del desanollo a la solución de múltiples y diversas tareas prácticas determína en cada caso
concreto por el grado de su elaboración científica y las demandas que le plantea la solución de cada tarea
práctica concrelas.
' Tomado de VIGOT§KY, Problemas DB La Psícologla lnfantil. Capítulo V. Editorial Pedagógica, Moscú, 1984.
r Capftulo destinado al libro de Psicologfa
infantil (por edades) en el cual estuvo trabajando Vigotsky en los últimos años de su
vida (1932-1934). Tomado del archivo familiar del autor. El primer pánafo del capítulo se publicó algo resumido en la revista
'Problemas de Psicologfa', 1972. El capftulo completo se publica ahora por primera vez.
2'con toda vida empieza al mlsmo tiempo la muerte" (F. Engels). Alude a lo dicho por Engels,VMr significa morii, (C.Max, F.
Engels, "Obras Completas", t.20 Pá9.61 1, ed. Rusa)-
3 Hemos de señalar que en los capitulos del líbro'Psicologfa del Adolescente' que ese publica en el presente tomo, Vigots§
no consideraba todavía como estable la edad adolescente, utilizaba con frecuencia los conceptos 'edad de transición" y "edad
de la adolescencia'como sinónimo.
a El concepto de zona
de desarrollo próximo, introducida por Vigotsky, tiene gran importancia desde el punto de vista general
por hallarse muy v¡ncqlado con su concepción de la interrelación entre la enseñanza y el desarrollo. El método para
diagnosticar la zona de desarrollo próximo empezó a estudiarse sólo en Ia úlüma década, pero hasta ahora no ha sido
sufic¡entemente elaborado.
5Los problemas sobre el diagnóstico del desanollo fueron expuestos por Vigots§ con mayor detalle en el libro ,Diagnóstico del
Desarrollo y Cllnica Paidológica de la tnfancia Díffcil (t S págs.257-321).
C
é
é
C
C
C
é
C
é
É
1É
é
é
é
é
é
é
é
é
G
J
J,
J,
J,
I'
¡,
fr
at
G
ft
G
G
c
G
lF
G
G
G
G
G
G
G
é
I
é
é
,-
F'
F
F
F r27
F
J
i br;"ü; I aii"r"n"f" de los loe*I del desarrollo
N, animales, no J';ü;;;"JiáeiÑiente v no
filogenético
§e translniten
de los
mediante la
:, hgrencia.
frJ t, ----É;".proéeso se realiea en Ia actividad ^. . t r dgl
r r nipo
-!!^ en
^- -^r^^:.(.*
relación con^^, los
tJ '' oUj"tJr'y f"nO*"Ár a"f mundo circundante,'en los cuales están
persc
€ ,, nificados iogror á" h humanidad. Esta actividad, sin embargo,
F ' ilññ ioiilurrl en el niño- por sí misma, ella se forma enlalasactivldad
"rtor- relacio'
del d.esarrollo psíquico, corno momentos en que predominan y §e hacen fundamen' 'ir
tales diferentes tipos de activid
"d,
y el paso de un período determit*áá u otro, C
precisamente, por el cambio en esa actividad' é
é,
problema de Ia periodización del desarrollo psíquico infantil cons'
El -rrt
tituye a cuettión fundamental de la psicología del niño. Su estudic é
tiene una gran significación teórica, ya que mediante la determinación é
de los p"ríádot dJl desarollo psíquico, y a través de la revelación. de las é
regularidades del tránsito de un períodot'a otro, puede sef resueltófinal' é
ménte el problema de las fuerzaJmotoras del desarrollo psíquico; Puede
afirmarse que cualquier noción existente acerca de las fFerzás motoras
é
de1 desarroilo psíqüico debe ser ante todo, verificada en la "piedra de é
toque" de la periodización. é
De la correcta solución del problema de la periodizaciOi depende en é
gran medid,a, la estrategia de É estructuración de un sistema de educa'
ái¿r, * instrucción de ü joven generación en nuestro paÍs. En esto con-
é
siste la importancia práctica de esté problerna, Ia cual irá en aumento, é
en la medida en que se aproxime el rnomento de Ia elaboración de los é
principios de un iitt**" social tlnico.de educación, que abarque^-todr: é
el periodo de la infancia. Es irnprescindible subrayar, que la^posibilidad G
de-estructuración de un sistema, en correspondencia con IaS leyes de los
carnbios de los períodos de la infancia surge por primera vez en la socie' G
dad socialista, ya que solamente esta sociedad está interesada al máxim«: G
en el desarroilá niultilateral y total de las capacidades de cada uno do
sus miembros, y por consiguiánte, en la mayor utilización de sUs posibi-
G
lidades en cada uno de los períodos.
1,
En Ia actualidad, en nuestra psicología infantil, se utiliza una perio'
G
dización, construida sobre la base de un sistema de educación y enseñan-
1;
za, empíricamente estructurado. J
LoJ procesos del desarrollo pslquico están_estrechamente relacion* J,
dos.con- la enseñanza y educaciéu áel niño y Ia propia articulación del lt
sistema instructiveeducacional está baSado en una enorme experiencia
práctica. Náturalmente que la división de la infancia eq etapas, estable- G
sobre bases pedagógicas, se acerca mucho a la verdadera pero n<l lF
"idur
coincide con ella, y t"-foodamental es que no está relacionada con'la G
ssluci¿n del probiema de las fueizas que mueven el desarrollo del niño, é
G
G
G
G
G
J
J
cacional cuando se pasS a chda nuevo p-erfodo, etc,) '
Ya en los años 30 P. P. Blonsky y L. S. Vigotsky, quienes sentaron las a
bases'pary el desarrollo de Ia psicología.infantil en nuqstro país, dedi- J
caronunagranatenciénalprobiemadelaperiodización...
p. p, Blánsky señaló la vá¡abtlidad histórica de los"piocesgs d9l desa'
a
ryqtlo psfquico i AA surgimiento de nuevos períodos de'la infarlcia 9rn el
I
desa"rotló históiico. lsí, el escribió: "El hombre actual, hnte condicio' a
F
F 129 '
?
-
F
r?
nes sociales de desarrollo favorables, se desarrolla durante más tiempo
y" *et fápidamente que el hombre de épocas históricas anteriores"'
De esia forma, li infancia no es un fenómeno invariable y- etsrno:
ella es un6, entre otros estadios de desarrollo del mundo animal, es uno
F
f,
de los estadios del desarrollo histórico de la humanidad.
Mientras más fáv.orables sean las condiciones económicas y cultura-
les det desarrollo, más rápido será el ritmo del desarrollo. En la socie-
Jrd se desarrollarán más rápidamente'y finalmente
rf
-
estarán mucho más desarrollados que sus actuales conrpañeros de la mis-
"o*,rnista-.los'iliños
ma edad.
il. .jt-p. p. Blonsky era un adversario de las tesis puramente-evolucio'
,irtár del curso deí desarrollo infantil. El consideraba que e[ desarrollo
f, iifrrtilr lfte tádo un proceso de transformacignes cualitativas, que §B
fl de'cambios bruscos y de saltos. El escribió que estas varia'
f, ciOnes "puedén ocurrir aguda y críticamente, y pueden producirse $f4:
".Ü-pr,n"
f, 'dualmenie, sin choquesl'.
F
F
: (. .) En ios'rittimos años de su vida L. S, Vigotsky escrilLó un gran
.
fiUr. de psicología infantil. Algunos de los capltulos dé este libro fueron
escritos por el ;;"", t algunos"solamente bosiuejados )r que- se han.con'
F
F
servado Ln foma de-conferencias estenografiadas, que el- dictó'
El mismo L. S. Vigotsky preparó paia la imprenta el capítulq-:'El
' ..
F
F
pr"Ul.*r-áu U
"á"dii""r, "í ""uf
hace'una generalización y -un análisis
teórico de los *ui"tiuLs.que sobre el probléma de la periodización del
y de
desarrollo pslquico se habian acu¡nulaáo. en la psicología soviética
?
e otros palses'
Noiotros podríamos definir llg{ed psicglóg ica -+scribra L. s. vi'
F
F
gotsky- co*b una época determllá[á, ciclo o nlvel de desarrollo, como
í* p¿rio¿o de desarrollo definido y relativamente aislado, cuya -signifi'
cación es determirrada por el Iugar que ocupa en el ciclo general de desa'
F
f, "roilo'y
en éI.cual las i"y"r generalás del desarollo encuentran en cada
*om"nto, una expresión cualitativamente peculiar
F
F
(. ..) Cuando se iroduce el tninsito de pno de estos niveles de edad a
otro, surgen nuevas formaciones que no existían en el perfodo anterior,'
áilrd;{r" i v,aría el curso miimo del desarrollo. De este modor el
€ desarro"llo del niño no es más que un constante tránsito de un ttirgl,d:'
F
.J
edad a otro, felacionado con la variacióri y foryación de-la, pergonalidad
del niño. Estudiar" el desarrollo infantil- significa estudiar el,Pás9, del
+- niño de un nivel de edad a otro y la variaci¿n de su personali4ád-dentro
de cada uno d.e los períodos de edad, que se pioducen en condicione"o
a-
--
histórico-sociales esplcÍficas.
(.. .) se$ln nuestra opinión, las formas de abordar.el problema de Ia
1- prriáairr'o-ión, señaladás por P. P. Blonsky y L: §. ligots§; deben cpn"
.,',i]*[;ry;j"i|t; ser désarrolladas; de ácúerdo cen los congcimientos
rJ actuales á."r"* del desa*ollo psíquico infantil. Estos son:
€ En primer lugar, eI enfoque histórico de los ritmos de desarrollo y
fr- *t proble*a del furgimiento de períodos de la infancia durante.,el desa'.
f r"üIo histórico de la humanidad.
f " En .egurdo l"e"i, el enfoque de cada edad de1$e el,punto $; vista
del lugar-qu" o.,ri, en el cicló general-del desarrollo psíquico del niño,'
F Eritercer lugal, la eoncepción del desarrollo pslquico c:mo un pro'
f ceso dialécticaríenie contraáictorio que tiene lugar $o'solo por la vla
a
r30
'!t§
:"*3firll1'f,?*,ii[?;renciación
Jesarrollo psíquico del niño.
de épocas, períodos r ftases *o *ri .ti
, .:,
fuerzas motrices del desarrollo psiquico del niño. Una ímportante reali.
raciÓn de Ia psicologfa soviética de finales de los años 30 fue Ia introduc.
ción del coneepto de actividad en el estudio del problema de Ia forma.
ción y desarrollo del psiquismo (investigaciones de A. N. Leontiev y s,
L, Rubinstein), AI propio'tiempo se producen cambios radicales. tanto
en $ eoncepción de las fuerzas motrices del desarrollo pslquico, como
en los principios que distinguen sus períodos fundarnentales. For pri-
mera vezla solución del problema de las fuerzas que mueven el desarro-
llo se vinculaba con el problema de Ia distinción de los pedodos especl-
F
F
soyiética.
(...) ttefirámosnos ahora a los materiales teóricos y experirnentales
de investigacio-
;;ú"üd;; "" fu psicología infantit, De toda la riquezaaños,.
F
F o"r r"¿iradas pof los psicólogos en los rlltimos 2G30
aqrJfi"r q"" hr¡""riq"cido luestros conocimientos acerca
tgmaremos
de los tipos
F
F
fr¡naamentales de actividad infantil'
Veamos brevemente las más importantes:'
lo relaciona'
t. Hafta los riltimos tiemios no habla-claridad en
F
é
Ao Ia caracteristica del contenido'objetal de la actividad
ior lactantes. En particular no estaba. clara la crrestión
¿" "ó"
f áe cu¿f es h ictividad más relevante en esta edad'
"""r."-"o*o
*r{ ,uron neéesidad primaria, la experimentada por el
tf, niñoanteestimulantesexternos,yporesoelmomentomás
*f, impo.t""teeseldesarrolloenelniñodelasacc-ionesdela
tJ orilntacién. otros (J. piaget, por ejemplo) dedicaron un<l
ategci;; ;special aI'desarrollo de la actividad sensorio'mo-
tt tora áe máiprrlación. Unos terceros (G. L, Rosengart-Pup^
td to y ál.or) indicaron el gran significado que tiene Ia comtt-
tf, nicáción del lactant" .ori los aáulto§. ,En lt¡s último': años
rrrF
F
t- r33
fra
ta acciones se separaran del objeto aI cual
estaban ligados:
ellos inici¿lmente
produc" ünu til;f""é;i
F -se
ciones a otros objetos, á"
"rtu"
similáres.pero nq idénticos a
.".
los
tA iniciales.
3a 9o!r: ésta base se forma Ia generar izaciónde Ia acción.
F. I. Fradkina. ha. seiatado
;". p.;;;;;";; ;;"" h base
1A de la separación de Ia a.t'o;ñ;^;;"gilierarización
"""i¿,i comparaci""",
se éstablecen todas las-.posibres
-á Ias acciones de los.{lho:, y gir"ia.^.
d;-;u;;;;
r" pioduce tam,
--
*-
bi{ Ia penetraci{n der "rt" , ;J"ria,
J" ur tur""r de las
acciones hur¡ianas, "inó
t- Así, h-a¡r base para suponer que piecisamente
Ia actividad
*- - con objetos e instrumentor, áo ui ."rro-á" l,
; t*
*- 11 """r
.adquisició1 de ros'mod;-;;ñr;;";iaborados
-1:.. aetuar
para con objetos, es predominante e¡ Ia primera
*- ¡infancia. =
áá
Prtg, a prirnera vista se contradice por eI hecho der
*a IIo intensivo, en este perfodo, de Uu f"rro"¡-t;rü"1",desarro.
*a lación del nitro con Ioi adultás. De un se{
utiliza para su relacíón con los mayores los
de ¡e-
sin parabras que.
*) Eredios emoti-
*a vo-tnímicos, el niño se t'anform"
'utiliza uua pomposició4 re¡ica "i .ro .", n* *rrUla, que
t- gra'maticales;
relativame"r" .i"ri formas
ta Sin ernbarg:, -anáIisis de los contactos orales del niño,
*a
FV\"
I.f¡tta§*r..ri ,lr,^ r _:I
'l I
t ^ -t
- ---wv l.rÁ ¡*¿\zrJ \¡L'¡ IIIIIU
el; Ienguaje
tT -I
po{ eilos, r,rr,¿amen
^
fi:::11 es uririzado
*a talmente
yu{ore§, en
I.*
lutleI interior
"iguÁir^ción-d" i;
I"-üp"rl"iffi#"i";
de una actividaáLcI il
cpn ohjetos, corl-
*á junta, "i;
*) p,l*bras,. se. pre-senta corno un
.-11-::tii vatorprácticb medio de los cori-
t) i1:r¿* det cán i;s áñürr.:-ñ;;:;
F ray oases para pensar.que las"i¡o
tos, el éxito_que se obienga en ¡nismas operaciones con obje-
su-réaúr""i¿",-rái'pu."
tA yiño un modo de organizir q,rs ,"t*"i;;;;; iJs adoltor. "t
tA [''a misma comunicación se mediatiza por
r* op"ie"iones
F c,on objetos_-que r.uri""-Li"in".-'pr"
consiguiente, el hecht¡
F del desarrollo intensivo del rengr¡aje,
orsanizar Ia colaboración .o"- iiilráy;I*, "oriá ñ,'#i,};,I;
Ia tesis {e que la actividaa **-r"r"vái;;";';#periodo
""-'rri"¿io
au
é
*- es de todos modos ia actividad con objetos;;"*;
sg produce Ia asimiració¡ de los
ffiji*,lr
modts sóc¡armÉnte erabo.
-- .radosDáraá.fI,,rnnn?rIria+^.-..:.'...,.
a-
tJ
üé
.é
é
'é
d
qé
qé
f *
'iw *
ffm *
r34
€-
,€
G
*
vo {e la reproducción'de Ias operaciones con objetos v ulffi
traslado de la significación de un objeto a otro, etó.) el
t
"inoti*
modela en esta actividad las relaciones entre lm p...orr*s",,j§ G
En las acciones éon objetos, tomados aisladáment", no sei,# G
inscribe.la razón de su ejecución, cuál es su sentido sociall..§ *
ni su verdadera'motivación. ,:=
*
sólo cuando Ia operación con objetos se incluye en eI sist+ ="
ma de Ias relaciones humanar r" descubre en ella su senti ,l
*
do verdaderamente social, su carácter orlu"iutiü h;; *
otras personas. Esta "inclusión" también se produce en el =:i C
juego. El juego de roles se presenta como una actividad en .i
la cual se produce una orientación del'niño en el sentido 'i
C
más general y más fundamental de Ia actividad humana. So, ,,
é
bre esta base en el niño se forma una tendencia hacia la ac- ,, é
tividad socialmente significativa y soc-'i¿lmente valorada,as. G
piración que se convierte en el momento principal de Ia pre- é
i
paración para'la enseñanza escolar. En esto consiste la im-
portancia fundamental del juego para el desarrollo psíquico
G
en esta etapa. G
4, L' s. vigotsky, al inicio de los años 30, planteó Ia tesis acer- G
I
ca de la importancia fundamental de:rá enseñanza para el
desarrollo mental de los.niños de edad escolar.
I
claro está, que no cualquier enseñanza ejerce esta influen-
cia en el desarrollo, sino sólo "la buena,,. La calidad de la
. enseñanza comienza a valorarse cada vez más y más, pre-
cisamente por esta influencr'a que ejerce .r, desarrollo
intelectual del niño. sobre la cuestión de cuál"ies eI modo
de ens-eñanza que influye en el desarrollo mental, los psicó.
I loggs han realizado una gran cantidad de inveitigaciones.
I se han manifestado diferentes enfoques los cualesio tene-
I
mos posibilidad de ver en este ariícuto. señalamos sola-
I mente que la mayoría de los investigadores aunque no se G
repesentaran el mécanisrno interno de esta influencia, 21ln-
q;ue. no le atribuyeron importancia a los distintos aspectos
c
de la enseñanza (contenidó, metodologíry,organización) e.s- G
tán de acuerdo con el reconocimiento {ál".papel fundamen- G
tal de la enseñanza en eI desarrollo menZa[¿" tor niños de
Ia más temprana edad escolar. La actividad de estudio de
G
los _niños, es decir, aquella actividad en el proceso de 'la
G
I
I cual se produce Ia asimilación de nuevos qonocimientos y G
G
cuya dirección constituye la tarea fundamentar de la en_qá
cG
1
1'
$
ñanza, es Ia actividad más imporfante en este período.
ü
,t
Durante todo el tiernpo que el niño se dedica a ella, ocurre
una formación intensiva sus fuerzas intelectuateá y cog-
il
t
' noscitivas. La importanciadefundamentar de Ia actividád d;l
G
u
Ii
mayores que le rodean incluso hasta la:relación personal
en Ia familia.
G
H
E
I
5. El destacar la acti'idad fundamental del perfodo del desa.
H
H
rrollo de Ia adolescencia presenta grandes dificultades. Estas J,
r35
' !':. dificultade§:están relacionadas con el hecho de que para el
i" adolescente §u actividad fundámental
jsigue
siendó eI estudi,¡
i'-:; éhfa'escuela,.' 'I-ós éxifos y fracasos cohtinlan manteniéndo-
§e como criterios fundainentales de Ia valeración que tracen
''': ' ,r'lo'§adultos de los'adoléscentes, ,Con el ,paso a Ia édad}{o
"' . ;'.i;'::i' Iescente¡: én lasicondiciónes' actuales'de:enseñanza,, con .los
aspecbs externos, tampoco se produce.n variaciones esen-
i; ';tir', ..'éiales.''sin ernbargo¡,precisamenté'o[,tránsito:al período de
i .;:'ii!,i :la adolesceniia se destaca en Ia psicologfa como el más crf-
iril:",..i ,.tico.r ,.,,:, ' .. ; .,, ;;, . ., :,,......
u,
,: Natüialmente
;
4
téa Éu posible variación en concordancia con'éstas.
q
:
/f¿.1¿ ;tl"!( ): L.str,' cstu.l() s( ¡rropílc :.1 :lnrrlis.rr lrlglulrl.\ corr rribtrigócs clrr
p.sicoltlgirr tlc [-cor-rticr,. Hlkoni¡l e \/igtrrsl<i r]() cilttr¡',o clu ¡-r.sicologil
clo cJcscrtr,..>lvi¡lcn[o, nr;tis r'spcciflc:u)rcnrc ll quesrrto clrr ¡rerioclizagÍo
da rlntogénc.s( hutr-lilnil. I.eorlriev c L,lkoni¡1, scgLrinc'lt.l a linhrt.sticio-
hi.sttlric;r or-r hisrririco-ci¡lturrrl inicilcll ¡ror Vigorsl<i, cle.scnvolverilnl
:.1.§ b:t.se.s cle L¡¡rlr
¡rsicolc>ei,r rJo cJescn\/olvin-rerrro quc sLrper¿r.s.se ()
crtfir.¡rtr nittrrr:rliz.lulte rio [i'lrre ncs.§c crlnlpo. Scgu¡ldcl clcs c,rde pc-
t-í,lcl,l rlo rlc.cn\'()li'i¡rrr't'lt(.) irrclit,iclLtltl llulu:uto i c;,rrlrcrcriz¡..1,, fr,,r-
unrir.ttir,ir.{,rtlc ¡lrirrti¡r;rl, otr ;rtivirlrtrlc.l,,r-'ninun[c, ir ¡lltrrir cle rlrr,rl sc
c\t'utLu'rlnr i,rs rcl;t,.,fics d..l irrrlir'ícir¡.'1 c()n);1 rc:.llirllrclc -socilrl. S¡o;lnrl-
lis;rdos t:un[',cnr,r.s ¡-lerít¡drl.s LIL¡c [.eo¡ltict, c h,ll<oni¡r detect:rruln] n()
clescnvolvirncrrro clos illclir,ícltro.s nrr.s condigócs soci¿is d'¿ utt.\s.
l't'ttlt'st,lt:t r.1,, l)t'1,.rt't;ltlt('¡tt() tl.' l'siu,rloqt;t ¡.l.t Ll¡lr¡r¡'sirl.rtlc l.st.ttltr,rl tlc tr'llrl'irlt;i (l lrt) r-'
ttrottlt'll.trlot'.1 tlrr ( rlrl[rrr ,.1. I'ctt¡t¡is.t " l'sitol,rqllr I lisrritic,l-(.tll¡tt¡':tl c l'.tltrr.rqrrrr". /:'- t¡¡tttl:
ri¡rtl.r,-. i(,r'rr nr't.r (,r: [,r t' n){illrr.. i(1/'t¡c¡ll.b¡'
64 Cu.l. Ccdt's, Crrnrpinrs, r,c¡I. 14, n..(r2, p. (r4-tl L rrbril 1004 . :...: . .l
,-.r'
--,¿
a
ét
é,
é'
é,
4
/
Mrrriltl:r (ior'¡grtlr',:r Ilir¡'r F;tcci
I
é
é,
¿,
s()Ci:tl rc:tl iti,.'l'h rs .srltclt' ltlso .lllltl)/Zc.§ rhc sr'.tgcs tll rhc incliviclr¡al cle- é,
velopllclrt l,crlt.t[\,cv lttlcl L,tl<t>ll ill tlb.stl'\/f,{i utrd,:r rhe social corldi-
¿,
riorrs of rhc t \\li.
:tr r iV itt'.
p tt'l c tt r:.l l ¡rs.Vc
h tl l,rgr'. [.ctl tl r\/ev" Ll[<onin. [.crrdirrg #
é,
stc e str.rdo sc F)ropóc ¿r i1p rt:scr'I trlr rrlgrttrs aspe ctos rcllrcic¡nados
é,
i frrriocliz,rqirJ drr.lcscnvolvinrenrc¡ hutnilno ltLl ,rborchq.ct-lr lit- é,
r,i,-ic()-culrri rrrl ou scicio-hi.sróricrr. No.ssrl lirrnrrrqicl crll ¡-:sicolo-
cc{rrcilcirxtLtl e , prilrci¡-rallllcllte , os t,sttldcls
¿,
Sia, i.r.rltsrlqi() u() contcxto
rlLrc ¡rt-ls
vr clc.sc*r,,)l*r'rrd. d..s tr',rL:,rllros ,-lc L. 5. Vigotsl<ir t'ttls r0rrl é,
I co¡lprrur.sáo do psit¡,risnlo hltt-rt:.ltlo Plrra rrlénr dc cx¡lli-
..,,rt-l¡zids
los ,-,i..*n icistrls otl ltlodelos orgilllicistes de
é,
crrqócs [:,rscaclirs *i',', nrocle
.l*rcnvolvinre nro, urilizanclo LrnlLl classificrrqrro de Palrtcirrs (1995)' é
A psicoIogie histórico-cLrlrur,rl tevc irrício cotl]'as '
ctbr,r.s cle é
\/igorslii I f S gG-r í.141. E,ste pesquis,rdor dc.sen\/olver¡ scu tralrelho corn é
b;r.sc ¡lil¡xistlr e cnl "r';ltlic¿I", ¡)r),: .¡,,.r.,'ir i rlriz rlc ttldo.s os
pr-ol'llclllrls
nrrtor-{o de conlprcclrsio do Psiqttistlro hu-
c ¡-)or sc: ¡ri¡¡rc¡ flct ;r Lrnr -lirle.ski é
,-,-,.,-,.r. C.orrcorrlanros corn (20ü2) .: cottl f)ltlrte (199(r, 2U00) é
cl¡ir¡r¡r,rfirnr:.rnr qlrc i necetsrtrio nlantet'esslt filiaElto teóric¿r dt-psico-
l,rgi,r ¡i.stórico-c,,irr.rrrrl, ¿1 t'¡r-ral trn-) Llt-rlit visáo hisroricizardor'.1 clt¡ Psi-
é
quisr-ncl hltnr¿ltto. é
f;c .rc()rdo co¡-I SIurlrc (1990), os ftr-tnd,rtncntos lllrll'xistrrs é
errfitizirnr qLrc nlLrdrrnl:rs hi.stóricirs nit socicdrrdr r: Ilil vida lllittrrial
e Ito co¡ltPortllmcllro l¡ltl:rllllo' é
F)rodlrzenr,rr.,clltnqrrs,i* couscicr-lcirr
Exisre Lrnl desc,,,,,,ivinrcrlro hisrórico dos ferlótttrtlos P§íquicos c cst(]s
'i
é
¡lu¡rÉr-¡ Lrnr;l rclag[o cle clepenclónciir cssctlcietl conr rcs¡-re.ito vicla c
r\ rrti'iclrrcle sociel. I'are c.ssr.r:.1Lrrorrr, ir história da ¡rsiclrrc lrlttnrllLl é ¿l G
é
e
é inrr-ttrivel oLl itrr';t-
lristtiriir da sLla con.stnrSho, porr'"r¡lto a ¡rsiqrre t-láo
r-iiivcl rro tlccorrcr dt¡ dcscnvolvir-ncltto histtirico.
Nc.ssir pcr.spccrir,¡.'r., o trrlqo llr,-,d,tnrctrtrtl c{ct psiqrtistno htttrlrlllt)
ó q¡¡c cstc sc clc.scrlvr¡ivc por nrcio dt rrtividlrc{e soci*}, lt qual' Por stlll
e
é
vczr rcnt cotlto tl'llqo prilici¡xtl iI nrcdirrqlu por lneio de instrttnlclltos
"s0., sc i¡rerpócnr
".lue
.,',rr" o ,'.i¡.iro e o olliero de su¿t atir¡idacle. As firn-
psicglógic¿rs sLlperiorus (ripicrrnrctrtc lr lttnalltls, rais conlo il lltct)-
?
i,,., ,,,r 1¡., ¡ rri,Ii,,,, lncnr ri r ie, ,ttrs t r,rgi,r., c() tll Po rtittll
cll ro i rr te trc i0 tr trl c tc' ) é
",L,, ¡rr-,r.lLlro.s r-l,r etividrrdc..r.lr,'*1, tÉrl r,,rr* brrsr Lricl[ógica., Illils, ft-rlr- ?
é
Cad. Ce.lts, Canrpirtas' r'ol' 24' u (r3' p' 64-ttl';rbril 2004 65 é
l' : '' 111: i
D i.s ptt n ír,cl e n'r < h t t ¡r: / /rvrV rr,..r.lc s,'L; i'r i c.1 nl ti. ir r > é
é
é
é
é
é
é
A pal'it¡cliz.;tqltr cl,, .lc.\L'¡tt'oli'ilue n t,l irrjq,rlilulir¡
ll
i rrtl it,idtr:rl rt,t ¡rrt'.r¡-rccri\,'r1...
p
j7
a
¿
d
¿
¿
-
¿
¿
t\r[ rr ri l.{rr (-1.-r ¡t g :t I vc.s [) i rrs Frr cc i
é1
¿
conro sr fi:rnr;rnr rlas c{}ndiqócs concrct;.l.§ dade.s dc srt,t vic{a - ltle¡;-
clrr.s
[tl-sc ir"nrrtLlrczit, t1l(]diflcrr-e, eriu ,]t,icto.s c. n)cios dc ¡;t'ocltrElo clc.s.§es
d
d
oLrirto.§, p;u-rl supr-ir.§Luts nccc.§sid\clrs. A crirut§:t, ttcssc ci1so, pclr ltlrto
de.ssrrs ativicllrdc.s ¡rri ncipais., r'cllrciotrrt-sc co¡r.t o tlt Ll nc{o, e , enl crtclrt es--
uigio, filnniull-s( ncll ncccssid,rdcs cspecíflc¿r.s cll tcntlos ¡lsíquictts.
C1
Lr=onricr, (I987) crrf:rrriz¿r gLrc () dcscnvoIvinrt:I]to dess,l atividade ¿
condicionrr rrs nlLrclrrrrgrrs nrrris inr¡rortilntes Iros proces.só.s ¡lsíclrtict-ts da ¿
cri¿urErr c nLrs L)ertictrllr.iclrrdcs psicolósices cl,r.suil Llcrson;rlidadc.
¿
Scsundo Elkonin ( 19 S7), os ¡rrirrci¡rais cstrisios c{c clescrtvolvi-
rllento pclo.s qu:.ri.s os .sujciros pilss:ln) .siro:.conlLlnicrrEho etlocional clo
L¡cbó; ;rtividade ohicrll nr¿ln i¡:ularória; iog, clc ptpéis; irtivir{,rde cle es-
tuclo; conlr:nicrrqáo írrrinur pcsso;.tl; e irtividlcle profissiotral/e.srudo. A
tütl'¡tutir:ttq',1o tntr¡r'it¡tttl ¿li¡'rtrt dr¡s hrhis tot"t¡ oi ,tc/t.tltrss t: il ittivid;rc{c
II
¿
14
¡rrinciprrt dc.sdc xs pr-inreira.s.\cnl;.uri.ls dc viclrr rrre rnrri.s oLt ltlullos Ltn)
iuro, c()¡lstirrr irrdo-sc conro [rnsc parrl I fill'tnrtgio clr: aq:ócs sctt.sól'icl*
nrotorrrs dc nr:.lnipulugicl. Na rclagao c{r criatrqrr conl al sociccleclc, l}ttll-t Iq
proccsso de irssinl ilirqrro clrrs rurefas r':' dc¡s nlotit,os dir irtividac{c [rrtnrir-
rlil e cl,rs uorrlrrrs de relacion¿lnrcnto qLre lts pcs.soes esrllbelecer-rl rlu-
r¿1ntc slrils relrrqóes, o be[:é utiliza vlirios reclrrsos prrra se con'ltt¡licat-
q
q
conr o.s lrcllrlro.s, c()rr1o o choro, por exenr¡-rlo, paril denronstrar ts sen-
.sirqócs qrlc cstlí tcrldcl c o sorri.so l-)'Jrrt busc,tr tu-Il:t filrnrlt c{c cotttrtrt i-
crrgio socirrl. (lonfilrrnc Z;tytortizlrcrs ( 1 987), o .scntilltct)to rlr i.tnt()r
-I-
frli,tl,;l .sinl¡lrrtilr pr)r (.)Lltr;.1.§ l-)css()rrs, o;tfi'to rttlisto.so, ct)tre oL¡tros Lls-
pccto.s pi'cscntcs n:.1 r'elrrglo clo Llcllé conr olltr¿rs criarnqrrs e o adulto, .J
sio enriquccic{o.s .: trilnsfbrmado.s rlo proccsso evolutirro drr criatrglr, r¡
rornando-.se 11 b,rsc indi.spensárrel para o strrginrento de senrimelttos
soci¿ris tlrtis contplcxos. r¡
J,i rlo ¡rrirnciro ;uro c{c vid;.r. ¿t conc{rtra da crirrnqrt conlcsx rl ¿
rcc.§trLttLil".lr-sc c c,t.{,t \tt7 nrlris xpercccl}} Processos dc ctllllPtll't;lnlcll-
Gl
r{r cr}r virtrrcic dir.s cor.rdigócs soci;ris c cia i¡lf'luüncia eclucittivrt cies pcs-
sous rlrrc :.r roc{cirun. Prrra V1-,gotski (199(r), hri lto prinreiro iltlo de vida
r,rnr¿l sociabilic{rrdc rotrrlnrcnte espccífrca e prculiar etn rrrzicl c{c Llltla
#
J}
jI
situagiu social dc clr.scnvolvinrcnto únicrr, c{eterntinadl por dois ttlo-
nlcntos firnrlanle¡rtiris: o prinreiro consiste n¿t tc)titl inca¡r;rciclacic bio-
lógicrr, poi.s o l-rcbc d' i¡rcrrp'.rz r{c s¿rrislrrzcr qL¡aistlLrcr clas .sLtiIs trtces.si-
dadcs Lrásicas dc.sobrcvivcncir. Sio o.§ ¡dultos (lLtc cuiclanr clo Lrclré, e
d
o c;lnrinho por-intenlrdclit¡ dos rrdt-tltc¡.s i rI viil. ¡rrincipal dc ativiil¿cle
d,r criilnsil r)cssi.l ic{adc. Prrticar}lcntc rodo contportiltltetl to do Lle L:é d
d
(-.:rrl. (.rtlcs. (.¡urr[,i,t,t.r. r'o], 14, n. (rl. [, 64-S I. lhril ]00/i 67 é
i )lspu ll ir'.:l L'ti'l ., li t t ¡'t: //tr tr rr ..c.i.':. tt ll it .r lt t í. l-, :- -
é
d
II
4,
G\
aa
A prrir,.liz-rrr.,11o.l,,,-l(.\orr',,lvini.'t)t, ¡:v.,,]lrgito irt.livit[rtrtl tt:t ¡rrt's[)t:Lrivlt...
e strí in.scriclo c crltrclegarlo cor-r1 o [rtor socirtl c o cott t¿tto clrr criittlErl
conr rl r-t:ulidrrclc Lí socirrlnrcntc Iltcdiado. A scgLtltclit pccrrliariclaclc (lttc
c;u-r-lctcrizrr lr.sitr-rrrqrro sclcirrl «-lc cic.scn\/olvilllcnro tto lrl'irrtcil'o;.ltto clc
vir{a i ir scguirrrc: cnr[-ror-ri o bcbü clcpcttcl¿t clc¡ aclulttl, clc ainclrr c¿trece
clos nrcios fir ncl;r¡l.:ntrri.s dc co¡11ut-licrrqrto sclcial cnl tbrnla clc lingtr';r-
gcrn. A fi:rnrrr conro rl viclrr clo bcbó é organizlrclrt o. otrriga :..1. ttl;.tlltcr
L¡ n-ru corllL¡ n¡crlqalo nrrixirnrt conr ()s ¿rclttlros,porént ess¿t cottlttnicltqlo
?
é
é
é
t
ú
é
C
i\rl:rrilrlrr (
'on1:rlvr.s Di;rs Frrcci
a
É
cndcr rt ilstto clo.s ob¡t:tos,
elaborrrdo.s, dc álEñ() conr os objeros.
i ir.ssinlilar os pr'occclir-nentos, socill¡lcpte
C
u
é
rlll_
s;, :r,.f: i;il' ),',1',)' u:i,,,':;:;,;i: üii;::::1':i,: l:I*'Í;,x:,li:x: é
?
1,
itttsil lrposstl-sc do tt) u lltlt¡ concrcto dt:s obictos hu rn¿ulos, poor" nrcio
cllt t'L'produqho cl,ts rrqócs rcrrlizadas pclos ¿rc{ultos conr.rr., obicros.
A"s lrrirlclttle it'lts dns criru]qil.s trio sio insrin tivas L' o q L¡e de rernr inu srlr é
conrrtido é;t Pcrccpgio qltc rl crianqrr tcnr clo nlunclo dos objcros [¡- é
ttt¿lt'tos. A crialtq:l opcrs conr o.s qLrrsao trrilizac{os pelos acl¡]-
ros c, dc.sslr fi:rtrtt, rott)ll consciüncilt "bicros
clcles c das :tgócs h u nrrl¡rr..s ¡cali-
é
zlrrt;.rs cotlt clc.s. A crilrtrq;t, dttr:.rtttt: o dc.scnvolvinrento clcsslr conscic¡cia é
clo llttttldo ohictivct, pot'nlcio clrr [:r'inceclcirir "(...) renr¿l inrcgrrrr L¡1r¿1
rclaE;1o lttir,¿.t lrlo rtpc¡lrts coul rts cois¿s diret:.rnrentc acessívcis a elt,
é
ttt¿ls tiltttb:irll cotn o nl r.rndc¡ nrais irnrp[o, isto i, elrr se csfbrEa par¿l G
:fi,l,,';':l:,:i;,Ji:".i:l',,,11::'l:':;.i ,?J::'.x;*ii,]l ,l,1 'LJ,Lui,fi:l Í;_
G
icriva.s rceis dlt itqlto d,ttlrt, c()nr(), por t:xcnrplo, clirigir-Lrnr cun'o,;¡l- G
d,rr c{t tllotociclctlt, piIotlrr- Ltr]r rrrrieo. \¡1 a.s, n:,] brinc,rclciru, r]i]
ariviclac{c lrldicrt, rl,r ¡rode rc;llizitr cs.sit rrEio c resolvc ¿1 c:onrracligat; c¡r-
G
trc 11 ltccessidacic dc lgir, por Lrnr lado, c:l irn¡:ossibilidrrde de cxcclr-
é
Iar ils opcraEóe.s ¡rclt rrEho, de ourr-o.
c,xigic{a.s é
O princi¡:irl signiflcado do i,rgo, l-);u'r EIl<orrin (1987), é per- F
nlitir"qttc rt crian{:r nlodclr rrs rcllgóus cnn'e ;.ls pessor}s. O iueu iJ i¡-
flrrcrlcirtdt¡ pclrr.s tttivit{rrdc.s lru¡n',.1n;ts c pclrrs rclarrócs cnrrc rrs p.,.\.§oi}.s
a,
c o ctlttrtlldo firrtdelttenrul cí o ltotrrern ;r ativir{rdr clt¡s honrcns c ¿ls f,
rclaqóe.s cottl os rtcluIro.s. Ao rtlcsnro tenrpor ele excrce inf-llréncirt so-
bre o dc.scllvotvinlcnto psíquict¡ c{a cri¿rnE¿r e sobre a fbrnrrqáo de su¿r
I
pcl'sorlalicl;lclc: " (...) ,I evolugao dr: joto prepirra para a trilr)siEio para Jt
Lll]);.1 f,rsc Ilov:.1, srtperior, do rJestn\/olvinlcnto príquico, ir trensiErr<l G
par-il Lurr no\/o pcríodo cvoluri\,o" (Elkr:nin, l g98, 421). |-). I
No Pcríttdo ¡rrÉ-cscolrtr, o q uc sc corr.stirr;l é quc as necrs.sicla-
des lriisiclts cla criirttErl sio.sLlpridrrs ¡rclos arluJros, e:.ls criiurtils scn- G
tclll stlil depcrltlétlci¿t cont rclrrl:rto rt clcs. O siu n)Lrrrdo divic{c-sc elll G
clois cír'ctrlo.s: Ltt'tl crirrclo ¡:clos ¡-rrris oLr ¡relas pcssoas qLle convivcrl
.conl
clrrs, sctltlo qLtc e.\stl.s rcl:tEóe.s dercrnrinrlrll;rs relagócs cont to-
G
cl,rs;ls c{cnrrri.s pcssou.s; o oLrrr'o grlrpc} d Ér¡ruurrdo ¡:clos clenrais,-,",*,-,r- G
L'lros d,r sociedadc. Portilnto, iI vidrr da criunqrl rlruda rnuiro qL¡x¡rdo G
G
C;rd. L.cdcs, i,ol. 14. rr. (rl. [,. 6¿i-,S I , .rhril ](X)4 (;9 é
Di.s¡ro¡rivrl cnr
G
G
G
J
J
J
a,
r\ ¡rc¡iocliz.rrrrilr, .1,, .1.'.cnr,,¡lviruc¡tto pslci¡lrigico
iltdivit'ltt:rl ll:t Pcl'§[)ccrir':t.--
cllr cutrll ni.r cscrllrr, onc1c r rcllrqrtt: conr os pt'ofbs.sorc.s lirz pi.ll'tc dc
Lurl pcqLrcno c ínrinlo círculo dc scLr.s cot'ttrltos. A Passagctll da cl'i-
.,',E,i.1;.r inf:incirr ¡-rri-r.scolrlr' ¿\ lrrse scguirtrc estri cottc{icionacle, e Il..
ri6, ¡rclrr cnrraclrr dl crirurqil ni.r csc<llrt c a erirrir{ade ¡trirtci¡rel ¡r:rssa 11
E
I{
gócs rlrr cr-ilrnqi,l conr o.s a,-lultt-¡s qLrc il ccrc:.Ill, incltt ilrclcl 11 colt-tutricrr-
§ig pcs.so,rl conr i.l fiullílie. Pclrlenlos o[rser-\/rtr t,lirirrs tnttcl,ttlqt.s tlLtc sc
opcriuu Lro rctlor t{;r criru}qir, dcntr'() n'rc.stllo da própria faruília: os L)e-
rcprcs ttirigcnr-sc rl cla scn-rprc pcrgunt,tnclo pela c.scol¿r, pclos sclls cs-
rrrclos; .,-ri c¿l.srl rl cri¿ursr1 náo pocle scr ir-nportttnadu ¡lclo.s irnrác¡s
cllrrlnclo csrá firzcndo tirref:r crc. Ncsta rrtividaclc cle esrLtdo ocorre il Lls-
,l,r',il;rqlo c{c novos conhccirrcn[os, cr-rjrr dircAho cot].srirui o cibictivcl
fi¡ ncirurtcr-rt¿l .Jo cllsilrtl.
I'rr',.r L-)rrvi.lor,& N4rirl<ovrt (I987b,p. .j2I) rr rtssinrilrtgito c)Lt
rrpro¡rrilrgao do.s conhccinre rrto.s d' o proccsso dc reprtldttg:lo,.¡rclu irl-
d-ivírir.r.l, clc¡s "(...) ¡rroccclin-lcnto.s hisroricirtnente fbrnr,rtlos dc triltl.s-
fbrr-nrrqáo clos obicro.s cla realidacle circundiurte, clos tipos de reiaEao
e¡l dir:eqáo 11 isso c rlo processo cle corlvct'sio cle padróes, socittlrrtellte
eIrrbora.lcls, enl filrn-r¿r.s da'strLricrivic{rrde'individtt,1l". O crtsitttt csco-
l,rr dcve, port;.1r)to, lrcs.§t: c.stligicl, irrrrclclttz.ir'o ltllttttt t'tll erir:idedc cle
cstLr.lo, de fornl.r rlLrL'.\c ill)r'opr-ie clos c()l'll'rccit-rrcttt().s cicltríficcl.s. Stl-
Lrr-c rr Ll,rsc .lo.s c.stucigs, co¡fill't]lc f)et,idor, (]9BB), .sLl l'gctll ll coll.sci-
E
lt
érrciir e o pulsarnrcnto rcór'ico e descnvoIr,clu-se., clttre oLttr¿ls lirnEóes,
irs crlpac i c{ldes de reÉ'le xÍo , an aíli.se e p lrrrr ificaqrro tne n tal
LJrn ¿r no\ril rr¿lnsiEao é :-t chegercla dir ltclo lcscétlcia, colll Ll Illrl o Ll-
tri.t ;.rrividadc princi¡ral: lr cot??t,t¡tica¡',?o intirun P$so{t/ elrrrc os joVcrls.
.
Ocgrrc Llnlil ,i-,r,d,rnglr nrt [-]osigrro clrrL'o iovcrlr ocllPrt colll rclal:,ro :1o
,rclulro c:.rs sLrlls filrg,rs lísices., it.,ntenlcntc collt.scLls cotthccitrlcllros e
tf, cilplrci.llrrlcs, colocrulr-r-ro', üur ccrtos clts().\, clll l-,i'dc igrrelcllrclc cotll
Jf, os lrdr-rltcls, c, lnLrirlrs vr:zes, ¿rte sLlpcriol'cnl lrlgr-rns il.§Pectos Plll'ticrt-
l,r¡es. E,lc ronl'.r-sc crítico en'r lirce drrs exigótrcirrs qltc lhe sáo inr¡rcls[;ls,
cl¿rs ¡l¿¡c-irirs cJc irgir,d,rs qLrxlidirdes ¡resso:.ris clcls;rdultos e t¿lllll:ém
r{ 70 ( irl ( -rtlcr, (-.;tttt¡rittlt.s, r',,1. l'i. rl. (rl' 1;. 64-,Sl'.rtlril l(X)4
I )is¡ro n ívc I ( l'¡ . lr t t // u'u'rr'.cr.{ct. tl ll it lt ttt 1',.[''r,"
{
1',:
f,
id
f,
ilf
fd
f,
C,
C?,
é
€
é
é
é
é
I\rlrrriida (-'ongalyrs [)iir.r l:;rcci
é
é
do.s crlnlrccinlcrlto.s tctirico.s. Elc [rtr.scrr., n;r rcllgio conl o grupo, L¡nl¡.1
li¡r-t'r:¡ dc posir-:iorirnrcrrro ¡rt.ssorl diantc r{r.s (lr,lc.srócs qLrc rr r',:rrlidrrdc
?
in-r¡róe ir sr.r:.r viclrr ¡re.s.sorrl c st¡cilrl. é
A rtcJt¡lr.sccrtci¡.r é o períoclo clc clcscn\,oiui,',-,e nto nrli.s crírico e, é
rress'.1 idacle , .ssgllr-rtJo E,llconitr (19 87), c.s.sa rrtir¡idadc especirrl no c.sti1- é
bcle ci tne n to c{. r'clagócs pcs.soais ín tinra.s rn tre os rrdob.-r..n rcs i Lr nlrl
fbrnta cle rcprclriuzir', cor]l o.\ conll-)rlnlrciros, ¿ls rcllrqócs cxistcnrcs cn- é
tt-c ils pc.§s()irs rtdttlra.s. A irtrcl-rtqiro conl os cCInrprinllciros é rncdiirriztdr é
¡rbr detcr-nrinrtdrts Iron]l;r.s nrorrri.s c éticrrs (r-cqrrrs cle grupo). A ativi- é
dac{c dc csrttclo rrinclu continurr scnrlo considerac{rr inrport¿rnte p;}nl os
iot,cns c ocorr c, por prlrtr clos :rlrrrros, o don-rínicl cla estrlrtLlr';r geral
r{a rttir¡icJade cle cstudo, r.I fbrnr;rqio de selr cirrátcr rroluntário, a ronla-
t
é
da cle cronsciüncia cl,rs pilr'ticulaliclacles indivicluais cle rralralho c ir uri-
Iizrrgiro de.sta ltividlrc{c conlo rncio ¡rrrr'rr o,rg;rrrizrr ¿ls inrerirEóc.s sociais ?
conl os c()nlpi.rnhciros .{c rstL¡do,
S.gurlr-lo \/¡,gotski (199(r), rlcssrr f,rsc clc dcscnvolvinrcnto sc
C
*
prodtrz llo adoiesccnrc tun inr¡ror[Llnre ¿rviln§o l]o clescrrvolviurento in-
relecrtlul, ftornrrrndü-sc os verdadeiros conceiros. O pensanler)ro por é
coltctiro,rlrre paril o jorrenl Lurl nrLrnclo c{tr corlsciéncia sc¡cirrl, e (} co- é
tlhecinrento.le cicrrcirr, d¡.t:.lrtc L';t.§ cliversr.ls cstcrlrs d,r viclrr cr-rlrural
po.lcrtr.\ct'ctlt'rut;i¡-¡rt:nt( lts.sirnilrrcJrr.s. Por- ¡ucio clo pcn.sirnlcrrro cnl é
corlcciro clc cllcg¿ lr crlnlL)rccndcr ;l rc,rlidrtcic, as pessols l1o scll rcr{or *
t: el si nlesnto. O pcn.siurlcrlto abstrato descnvolrrc-se crrda vez nrlris c o
é1
pens¿rnlerlro concrcto con)cqa il pertcnccr ilo passaclo.() conreúdo do
pensíultt:nto clo jovenr convcrte-se cnr corlrricqao intenrí.r, ern orienta- t
Eóes c{o.s.scLl.s ittterc.sscs, enl nornr¿r.s ric condrrrrr, er}l serrrido ético, enr tI
seLrs clu.scjo.s e süu.s propó.itos.
Por trlcit-l d,t c()nl rul icltg;to pcssolll con: srLr.s igr,r,ris, o ,rdr¡lc.sc:cn-
F
tc forrult ().§ potlros dc vi.stir gcrais sot:rc o lrur-lclo, sob¡'c:r.s rclirqócs ;
e n rr-e its pcssoas, so[rre o próprio firturo ,: cstrlrrLrril-se o se r]tido pcs-
C
sotl c{a vida. E,sse corllport;urcr}to enr grLlpo rrinda d¿i origenr a nov¿rs
t:rref';r.s e rltotivos clc rrrividade clirigida iro futuro, c adquire o cirniter
C
rJe ati uict,rtlr ¡tro.fissiona lllr rstu¡lo. f)avidor, & Mrír'l<or,¿r ( I 9B7a) cscl:r- F
reccll quc lra idaclc cscolrrr ¿r\/anqrrc{a rr ¿rtiviclaclc c{c'esrudo prrssa;"r scr C
rrtiliz*c{rr con}o ¡ttcio prlrrr ü oricntlrElo ü prcprlrrrgao profLssion¡.r1, ocor'-
rcnclo o r{r:nrínirl r{os nrcio.s dc lrrividedc dc t:.stLrdo ¿rurónonro. cor}l C
until;rtividldc cognoscirivrt r i¡rvcsrigarirrr crildora. A etllprr finrrl clcr ?
€
(-,:rrl. (lcdcs. i,ol. 14, n. (rl. i.. (.4-81 , :rl-.r'il ^10{)4 71 €
l lisptin ír't'l cnr €
€
€
?
¿
'E-r
Ir-I
é
A ¡lcritldiz-:tqitl clo rlc.rcr)t',rlt'irirct-,t() l))r.t¡lrigicu indivicluirl nir Prjr'.\¡tccrir,¿r...
7) (.;iri. (.rrlrs, (l:trtt¡>irrirs. \,ol . )4, rr. (r-1, p. (r4-81, ¿hril )004
I ) i s ¡rt.r ¡r íi,c I c n'r < h r r ¡r: //rv rvrr,. cecles.u n i e:r ni ¡r. [r r',
rF
L-
€
/
?
?
J
!-
?
?
l\,luri lcl:r ('rln.ral.,r.t [)irr.r ll;rcci
?
t
corrcspondc i\.s sLr;ls porcnci:rliducles c .sc c.sforga p¿rra nlüdificii-lo, sLrr- t
'gir:elo. r.rnlr,r',,co r-r rracliqlo cxplícite cntre csscs clois firtores. E lr ronlil-sc
C
conscre ntc r{rts re l;rEóes .sociai.s estabeleciclrr.s,.c cssir con.scie ntizaqio a
lerrrr e Lr llrlt tlrLrc{ltnqll n11 r}rotivrr§.ao c{e sLlr.t rtividacle; nr}.sccnr no\/os ?
nlofil,os, contllrzinclo-rt r1 Llnl;r rcinterL)retltgio d,: strirs;.rqócs llntcrio- ?
rcs. A rrividi'dc ¡rrinci¡rel rr:l clcrcrnrin:.rdo n)onlc¡lro"p:.1.s.§í1 it unl sc-
ori rci¡rar sL'[rsc' cr¿'l*'crc'¡ i'¡rício
?
x:li'1:1,,:''lxll;i,':i:l':,.i:ll,i:i;i,l;:l;
E,.ssrrs transiqClr'.s pr'ovocrlnr nr ucl:.lnsrl.s rrlr rtqóes, operrrqires c fir n-
i'1
?
*
gócs qlrc, por sLla \/cz, corlcllrzerlr ¡.r nludirugirs clc arivic{ades conro Lrnl
rr:do. As nrudilr:sils olrscrvaclu.s no.s procc.ssos clc viclit psíquic;.r r{a cri- *
ilntrr (p.rccpqrro, nlcrlróri;.r, pcns:.1nlcnto, cnIr'E oLrtrrls [:un16es p.síqui- ?
cas), clcntr'o do linlirc dc crrdrr cstágio, cstuo ligerhs cntrc si c nio sao
?
indcpcnc{cntcs Lu})rl.§ cles outr';.ls, ]rlo c.rso cla nrer-rlriria, [)or cxenrplo,
rlo pe ríoclo p ré-csco l¿rt', cle rlprcs.: r-I [:tvil c{crcn]r inrda frr nEiro, nlrIS ?
rllrrurclo chcqr
trutlrr;1
il frrsc clos e.stuc{os, ¿l nlenlória oclrpa novo lug,rr n;-r es-
clrr rttivicltclc psíc¡uica du crirrnEil; r1 r-ncnrorizaqir: tonrrl-se vo-
?
lrt n tririrr e ctlnsc'icn tc. *
Ao at-rr:rc{rnnos;1 cluesrio de rrividadc principal c do selr signi- ?
ficeclt¡ pru'rt o dcscnvolvi¡llcnt() d,r crirurEir
",i,
detc'rrninirc{o pcríáci<:
nño qucrcnlos tJizcr quc, sinruIt;t¡lc¿]nrcntc, nio cxisr¿r ncnhum dcscn-
F
volvirne nto cnr orrtras tlireEócs. Par¿r Elkoni¡r (1987, p. 122) irs ¿rtivi- é
dacles c{il crirnq¿l sárl r,:,rriadrs c "(...) selr silrginrento e corlrrersÍo enl F
etir¡idrrdc ¡-rr-inciprrl nño clinrinirnr rrs cxisrcntcs ¿lnteriornrt:rltc, senÍo
cluc sti ntucliun seLr lugar no sisrcnlr] gcr:ll dr rclrrgóes d,r crianq¿l cc)nl t
a rcrrlidlrr-{c,;ls rluri.s sc tornlur rnrris ricrt.s". A C
a
tr-¡ur.sigao clc Lu-lr:l ctllpir
de dcscnvolvinlcnto inf}nril pirnl oLrtrrr d currrcrcrizrrcl:r por crise.s. E,s-
t¡.rs sLrrgcnl lro linlitc entrc r-lrt,rs idtr{cs c irssirrrrlanr o finr dc Lrnllr ct;.l-
pa prcccdente cle ricscnvr:lvinrentc¡ c o con-reso clir seguinre. C
. V.yg,rtski ( I996) icle ntificou rrs seguintes crises: crises ¡:ós-nirtal C
rrtto.s) I cri.rc de .i iuto.§ icleclc Pré-escol;lr (3 anos-7 artos); crise
F
rrno-.J
do.s 7 rln().\ idadc c.scol,rr (ti ;ln()s -l) lnos)i crisc do.s I3 rulos plr- F
.Lrc'r'daclc tl4:.ulos-lB u¡rr:s); c cri.sc tlos 17 rlnos. Nes.sc.s períoclr:s de ?
crrsc - rllrc podetrt dlrrar vrit'ios lllcscs, Lull ano, clois rlo nrlíxilno F)ro-
duzenr-se nlttdan.qas brrrscirs, rlrptLrras nil per.sonrllidade da criiulEir. C
Con[bnlre V),gorski (iderrr, iL]id., p. 256-257),alsr-rnras caracterí.sti- ?
C
C,rd. i,rrl. r4. n. (rJ, ¡r (r-l-,S I. rrbril 1004 /)
-1 1
?
l-)is[,,,t1ti .'l C
é
é
É
é
é
G
A llcriotlizrrgio dt¡ clcscrtvolvinr.'ni() p:i.,:ltrqiuo indiviclrnrl n,r prcl'.spcctir,;r...
cll.s cstiio Pt'c.scll tc.\ rlcs.\c.\ pcl'í<lcitl.s: l '. ) o.s lillt irc.s crt trc o contc!o c o
fi ltrrl tl,r cl'isc c:1.\ i.llclc.s corrríqrurs.sio tor:rlnlcnrc indcf-i nida.s irs
cl'iscs ot'iginunr-sc dc firr'¡-uu inr¡rcrcc¡rtívcl c é dilícil dcren'ninrr'o
Ilrolllcllto c{c se Ll cotttc§o c flltr i 2^) ttnl grirndc nlinte ro de cri¿utq¿ls
clLle vit,clu cssrt frr.sc sit¡ dificcis dc ecl ucrlr, clas poclenr rcr confliros
colll oLl tl'ils pcssol.l.§ c cot-lsigo nlc.§r-l)ll.s, no entelnto,ltáo i senlpt'c ¿ls-
si¡tt, ¡-ro i.s o.s pcr'íoclos cr-íricos .srro cli.srin ¡os cnr clilcrcn rcs crirrnqas; 3'')
o tlcgxtivi.s¡ttcl é Lt ltl;1 cilrilctcrí.sticlt ntrll'cilt'l tc. I]s.se.s pct'íoclos., pot-tlut-
[o,.slto c:rl'rtcrcl'izltdos por unl;r rrrrtrrdc dr ncglltivislnt¡ cot)] r'cllrgho lrs
cxieÉllcilt.s luttcs cLu)l¡;r'icl:rs: rr.s criun§;ls tonli.lnl-sc c{csobcdicnrc.s., cil-
prichtlsrrs, colltcstlrrlor':.rs, c, rrrr-litlrs \/cze.§., cntr'¿lnr cn) conflito conl os
itcl ttlto.s qLrc :.rs ccl'cllnl , gerillrucntc con) os pais e
L)rofcssore.s.
Bozhór,ich (1987, p. 251) rclbrga e.ssir idéir ellrrnrrnc{o quc rocl,rs irs
pecur lieridlrclc.s clrt.s criullsirs quc t,it,ct-n L¡ nr pcríodo crírico ind ici¡¡
fr-ustragrtit,' que .sLr rgu conlo Lr nl:.r rc.spostrr I privaq;1cl de rrlqunr;ls nc-
cc.§sidlrclcs c.sscnci:tis ilo.sLrjcirt-1. Portrlnto, o;ruror cont-lui qLrc cssrr re-
atgítl clc fl'rr.srt-rtqrttt oct)t'l'c rlLtitntlo its cr-ilul!lrs lla<l srrri.slrrzeln.sLr:ls ¡c-
ccssiclrrdcs oLI qttilndo, iuclusivc, r'eprinrcnl rrrivrrnrcntc;rclLrellr.s novLrs
Ilecessidadcs clue sLn-gcnl Iro final dc cud,r etrU)¿r de desenvolvinrcr')ro.
No clesclt\/olt,inre Ir to clc pcr'ícldos críticos, conr re lrrlio ¿1os perí-
o.1cls cstrit,cis., "(...) ¡t,tss,ttu llc) ¡rrinrciro ¡rlant-l os proccssos de exringrro
e rctir,rc{tr, clcconlposigiro c.lcsirrrcgmqrro dc ruclcl rlLre sc havit fbr-rrra-
clo I't11 ctxpa ill'l tct'iot' e c;lr':lcrcriz:.1\/:.r :.1 crirurqrr dc c[ira idlrclc. A crirur!¿
perclc o qtte i,i rinhrr con.scguitlo rlntc.s dc adquirir'¿rlgu novo"
(Vysotski, 1996, p. 257).L.la ¡rcrde os inreresscs qLre ulrinrrlnrcnre
ocllLr;.t\/;.llll lt lrtltior L)tlrte dc scu tenlpo e trtetlElo, e agoril é conlo sc
l-rotr\/essc Ltttl cs\ii.IZirrllcnto drrs firrnrrs de su¿ls relaqóes extel'n11s,, ils-
.sirn cor'¡ro .le .\Lrr.l vicll intcr-ior'.
()s i-)ut'ítlclos.l. cr-i.sc (lLr.:.§( irlrclc,rl,un cntrc os csr:ír,ci.s, "(...)
collfleLu'ltttl t)s portr().\ cr'írico.s', clc nrLrdlrngrr no.-lc.scn\/gIr,ir¡cr-]to, cg¡-
flrrlrlllclo Lu]);t vcz rnrris qLrc o clc.scn\/olvinlcnto drr crirr.ngrr d,Llr-lr pro-
cesso diale'rico en) qLrc ¿l pirs.srlgenl dc Lun estígio a ouu'o nio sc rcrrli-
za. pelrr virt cvolutir,rr, scnao re\/olucioniiri¿r" (iclenr, ibid., p. 258). As
crlscs ttto.strttt'll ¿t l-tccc.s.sidtrcJc irlrernll das rt'lLlc{unE,rs cle esrágios, da
lltl.s.sllgcttl cle L¡ tlt csrliqitl i.l oLltl'o, pclis sLl rgc Lun;.1 conrrlrcl igácl rrLrc¡rrt
elttt-e o lttotlt) d. t'itl.t tl.r crirn!l c ir.\ suas pos.sibilidrrclcs qLrc iti supc-
t'rlt'lltlt c.§sc tttrl.i .l ll . r rtl .r, No crrr:lnto, clc :.rc()rclo a.r,i-, Lctlntlcv
(l qt)8lt)., css;1.\ criscs nio srtri rr-rcvitrive is: o quc sÍo irrevit:ívcis sio os
lei fiurdanrcntrrl drr eJininricrr r{,rs ic{rrdes, propostils por Vygorsl(i (ibicl.,
P. 265):
(...) rlLlc nr()\'rnl o cle.sr¡r\/olvinlcnto dli criarr,rl cnr Lunll ()u c)Lrrrlr
e.s lirrg;r.s
i.lldr rlc;.lb:un l-)()r'rrrgar c.le.\trlrir'.i ¡rrriprilt 1-rltse rle cJcscr)r,tllvinrcntcl c{e
totl:t iclrr.lc, rlcrcnrjinluldr,, c,',rn ir rteces.§icllrtlc intcr-n:1, rl flnl rll sirrtlt,rio scl-
ci,rl tlc, c{csc¡.tt',.llt,itrrd¡lt(}, o [lrlr clir cta¡rl rl,irla clc clc.s.r]\/()lvinrerlt() no passo
scgrtirrrc, oLr :.lo ¡ler'ír.lrlo .sL¡pür'ior dc id,rcle.
:1
,tÉJ 76 t .i.l (..'rlcs, (..rnr¡rin:1.\. \1o1. 14. n. (¡1. lr. 6q-[t l, rth¡'il ]004
I )isP,ril irci r:nr .hr t¡',://rvrvrr'.ecclc.s. unitltnt¡r.[-¡¡2
7 ?,
é
é
Ja
Ca
C}
C}
lF
h¡[ariicla {]o¡rga}ves [)il.s F;rcci
Ca
Aa
p. l2-124) rcssrrltn quc ¿1 irl¡'rorrátrcirt tcórica r
E,ll<onin (1987,
ipótcst's so[rrc o cru'átct: pcr-itirl ict-t dos pr-ectssos 'dc clc-
Ja
'I-),r:ii,ricrr, r{;t.s h
senvolvinrcnto p.síc¡uico L'clcl (squcnrt de pcriodizagio cottsrruítJo so- Ja
[:re ess¿l Lrasc pcrnritc: il) .srrpcrilr ir clivisát-l cnIl'e aspcctos ntoti- J}
vrrcionrris c clrrs necessicluclcs, e inrclccruitl-cognitivo; b) cott.sit{crilr o
rlescrlvolvirnet¡tcl ¡lsíqlrico clcsen\/olrre trc{o-sc segluldo ulltrl e s¡;ir al as-
é
cendcntc t: nío lirrcrrr; c) lln¿llisirr a.s vitrculrtqóes exi.stente.§ etttrc os pe-
ríoclos is(}lados L)rlrrr, cnticl, ustrrbclcccr:1 inrpcll'tilrc:i¿t fiillciorlrtl dc
G
torlo psr'íodt¡ prcccc{crrrt: L)rlril o início t{o.s{:guirlre; c cl) finaltrlctt[c,
é
e.s.§;r hipritcsc esrri oricnt;rdrr rl cliviclir o dc.scnvolvi¡leltto psíclltictl rtll G
ipocas c cstriclios dt= trrl for-nr:i qL¡c cür'r-cspotrclrr i.s leis illtenl;.ls dc dc-
se nvolvinrcr-lto, r,irrcrrlados e f¿rr«rrcs cxtcnros, ir.s llecessiclades qtte il t'c-
G
I
alidacle cx te nrrr pr'opóc rlos sr-riciros. é
i
e,iudrrr-n a solltciolr¿tr a quesrlto
Na ¡rrárica', esscs conllccinrentos G
sobre rr fornllr conlo l1s criri,rsas' crn alguns ¡ler'íoclo.s clc clesctrvolt,itnctl- 4
t6 inllulril.' r'c;lgcrlr;l dcrcrrninrtdrt.s inlluü¡tcirr.s dt¡ rltsi¡to c tttc.\ttto.so-
brrc il f.i:rrnlr conlo o r:n.\irro ¿ org:.lllizlttlo nil nossit.socicditde. Lrtllrricv a-
(197S) rflrnll (lLrc rr.s ¡lxi¡rrirrs crisc.s cnl crtla t-tllprl cle c{e.sct'lvolvilucttto
¡lodcnr scr su¡-rerad;r.§. oLr rlresrllo ¡:oclcnr dcixar cie existir se o ¡r\'ocesso
a,
ecluc¿rtirro fbr rrrcionrrln)e nte ,conduzido, se holtve t' Lultrl c{ireEáo no se tt- J}
rido de jtí levar cnl considcraqlo ir.s <:struturils nrenr:lis quc cstio.selldo
elalrortrclrr.s r]o período dc tr¿lnsigllo dc Lrn) e.sriigio pilnt o olttt-o,
a,
Kpstiul.r (l 991 , p. 20) c ntcrrdc que rlprcnclizrlgcrlr c cducilqáo
térn nruito cnl conrLulr e quc condrrzir o clc.scltvolvintcttto p()r ttlcit-l fa
-
d,r ecluceqrro "(...) .tignifrcrr orfl;lttizar cst;l irrrerrlqio, dirigir :r arivida-
dc c{,r c¡'irrnsir pirrrl o conhccinrcrlto cltr re,rliclac{c c p:.Irir o domírlio -
fa
por rncio r{a p;,rl:.rvra clo saber e cla cr-rlrLlril d¿r hutn¿tnid¿lde, dcsetr- .1
I
I
volvcr conccpqóes .sociai.s, cor"rvicEócs c nornl¿ts cle col-nportamcltto
lrlorrll". I\cstc;.tspcct(), ¡:odcn-r()s Ilos voltar pilt'rl :.1 teori¿t dc Vigotski
fa
quc a[rorclrr il rcIuqiro cntrc clcsenvolvitlcnto c itL)rerrdiz:lgcttt, Aa
e¡fclcrr¡do o tlcsc¡volyin-rü¡ro próxinro. Na aLrclrcl,rgcrtr hisrórico-cul- Ja
turirl, o irpre ndizirdo i considct-erJo unl i.lsprcto lir ndrrnretr t,rl pirra que
rls lir nqócs psicológicnrs sLrpe riores llcontcErrr]'r; clessa lornra o e nsirlo é
Ja
ftrrclr irn¡rrcscindír,cl prrrll o desenvolt,in-rento do ¡;sicluisnro hrtnultto. Ja
Prrrr Visor.sl<i (1993, l99S) exi.stcnr re lrrEóes contplcx:rs e Ittre
de.scn\,()lr,inrcnto ( ilLrrcndizrlgcl]r. Es.sc i.tLIror idcrltifictlu clois ltívcis -
dc clcscrlvolvinrcr"rto. O prinreiro nír,cl i clcnontin,tclo dc dcscllvolvi-
n)enro rcul oLr cfi'rivo. Elr É corlstiruído ¡:elirs fi¡llqócs psicolósicas ití -Ja
Aa
C,r.l. (ler--lcs, (-,rrnt¡ritras, i,ol. .14, n. ('»2, p. (i4-81. rtl¡ril l0()4 77 Aa
l ) i.s¡ro ¡l ír'cl cnl . l-r t t ¡',: // ivrr'\\ .( c,1.'t. il ir i.:i ll't i:. h t -,
aa
é
é
é
é
aA
aa
¿
ql-
tE
F
F
F
F
F
F
f A ¡rrriodiz.:r1io clt, .'l.s.rlr',rl\ ritlcntr) fr'
j.,rltrqiiti irltlivieltrtl lt;t [)cr.§[)ccrivlt...
J- :[: : ill ,1; l; ::''J' il l,'jll :i]l:.; :'.:: l; :l;i..: iIil H"f ' ; ;i Jffi; I :' i: :
F concciros cienríflcos claLlor,rdos pela huur,rtricl¿rde.
rñ
F
f)aviclor, (1988) en[}riz;r ;.1 necessidac{e de 11 educrtErto set' sr-ti;.r-
da ¡relo ¡-rrirrcí¡riu do clcscn\/oIr,inrento, isro L(, que haja Ltntrl .sisreltr;.I-
rizrrgrro cl,r cc{ucrrgrro dc fi-lr-rl,r quc cstir po.ssil clirigir rcgLl[,rrttlerltc o.§
F ccnl iltfllrl'nci¡ sobrc cstc. Dcssir filt'tlrr., o t:t'lsilro dcvc l'c,tlt'llcllrc Pl'o-
nlo\/cr'o c{cscn\/olvinlcr-rto c criru'llrrs criat'rse.s lls cotlc{iqócs c PI'cnlis-
sr1.s clo dcscnvolvinrento psícllticcl. Ncstc processo, o Professor-tcttt
€
F
F
papel desrlrclrclo con-)o rrccliador enrre o rtlutro e o coltl-lecit-lrcttto, cit-
bendcl 11 ele irlrcn,ir n'.1 zonil dc desenvolrrinlcnto pt'óxitr-ro dos,tl rt t-tos,
corlduzinc{o:.r ¡rr';irica irc.iirgtigic:t. Pclrt:.1nto os cclttc,rclorcs, dc tltll;.1 ft¡r'-
F
F
tilrr gcrrrl, [)rccistrnr cst;lt- ;.Itcrrtos lrs []t:culill'icl:rclc.s cltl dcscll\lolVirtlcll-
to psírluico cnr c] ifcr-entc.\ t:tirpirs c\/olutiv:,1s., l-)xrir qLlc PO.\s;lltt cstribc-
lcccr cstr-rltéeias qr.rc f:.rvorr:s¿rnl r itpro¡triaElro rlo cottlrccinrcllto
f, cie r"rtíflco. Ncsrc .scrrrido, I(osriuk (1991) ress,rlr,r qLrc é lleccssiírio qLte
-- (.rri, (-..-des, (litrrt¡rittits, \,()1. )4, tl. (;2, (r4-lJ I' rrt'¡ril :tltl4
7B Lr.
-- L) ¡ro n ívc I c nr . lr r rp : /lu'u'tt'. cr't{c.s. rt ¡t i clt ttt ¡r. Ll r' >
*-
i.s
*-
*-
t-
*-
*-
t-
l-
e
é
é
é
é
C
C
É
N'l;¡r'ilrl;r ( i()n\itlves l.)i:ts Irlrcci
é
C
clo e.§colilr clcvc c.strr llx.rdrr nll cxpcriérrcirr histciricct-socitl lto'- ob- é
jeros d,r culrLl r;l lrrrnlllr^rlr, nils divrrslrs c.sfil'lts dc cottl-lccitrlellto c t']ll
ciéncirr -i .s¿ro os con hccirucntos cicrtríl]cos qLre clcvclrt sct' rlpl'opr-il- é
clc;s pclos,rlur'lo.s lcvlurrlo*.sc rr pcl'tcnccl'rlo gértcl'o hltr-nlllto. é
f)c ¿lcordo coltt Lcollticr, (1978), clcscnvolt,cltclo-sc, rI crirtltsa é
plt.s.srl u ;ttlull' collto nlcrlrbro cltr sociecllrdc', pot'tltclcll'il clc obrig*,;ílcs
qLre cst:-l lhc inrpóc c c).s cstic{ic¡s succssit,os r{o seu dcsett\/olvillicllro é
sáo de frrtcl grrlL¡s dilL'r'cntc.s clesslt triul.slilnlaqio. Conlo itflrnlillllos llo
decorrcr clcste tr-rrb,rlho, tl hclr-ncnr rlproprilr-sc clo n-tundo do.s oL-licrcls
C
por nrci«l d.r.s rclrrqÓcs rcrris qr¡c e.st¡.lbelccc c()t"n o lltutrdo. Es.srr.s l-cllr-
é
qllc.s.slro dctcl't'ninrtclrrs pcl,rs condiqllcs histriric:.rs t-()ttc-rct;.ts,,.sociltis, é
n;.t.§ rlrrlris L) ho¡ucrn .\e clcsc¡ll'olvc c tlIIn[ró¡tl pcllr tl-]rttlcir';t cc)ll)o a sLlll
vic{,r sc fi¡r'nrrr ncssu.\ cor)diglrcs L'c()nlo elc.sc rtpro¡rr-ia dlts objetivltsóes
It
jti procluzidas e trrnsnritirlas por irtternléclio dtr ec{ucilglo. é
C
Rrcrb iclo (rn nouctn bro ¿/r 2003 c ttpt'0t,rtr/o (n? t?lttt'€o cla 2004.
é
C
N o Ilrs
l.nl lr,,ss.l rlirscrt:rq.ro .lc llrt'su;rtlu (ljrtt-r-r. l()(),\i) c ctlt It()s\:t tc..c tlc tl,lttt.lt'lttl,), rltlL- ,,i tic-
c
I .
Itntlirl:r r.n'r 100.i r qu( sc¡'ri Pirhlirrttl:t ..'nr l{){)/i tir,cltt.'is r op(rrlur'titi;rtlc tle
f
G
1.
;1pr'{)firrrrl;u- n().\so.\ c.\t u(los ,.1:t ¡lsictrlttgi:t vit{ot.skilrlllt.
BO ( r,rl t.c.-lt':, (.:rni¡rinus. r,ol. l'í, tt. (r2. p. 64-8 l. rrhril l()04
[ ) is¡rr.r n ivcI cnr < lr t t
¡',: //rr,rvrr'. cc.lcs. tt rt icrt rn p. § ¡;.
?
?
é
?
?
?
C
- Gottq'llves lJil's Frtcci
e
e
-h4arild¿
C
I-E,ONTIE,V, A.hl. Ljnrrr conrriLrrrigáo il tcoria clo rJe.senr¡olt'itnctrro
irrlrrntil. I,n:,\1,¡1,;t-){;sKr,,,.,L.S; L.L;rirA, A.R"; [-L:(.]Nl'l t--\',
[ri.1rr*
A.N.
dir
Lirt-
e
é
( q c'J' Sto Prrltlo:
'g,,rigr:,,r,,
l99Ba.
desun!(tluiry¡(¡ttr¡
p. 59-83.
ixP)^(ntlizrtgrn't. l"r)LjS["
?
LEOI{TI EV* A.N. Os princípio.s ¡-rsicotógicos dit [:rincadeira pré-esco- é
hr. t,r, Vtt;Lltslil, L.S.; Lr',t,A; A.R'; Lrt'lÑ't "'-t" A'i§ ' Linglrfig(fft' drsrn- C
uo¡,ittt*.tto ti, ¡tl¡rrir,/i*,,rr,',, . 6. ecl. Sno ['rtttlo: Lt)u§t', I 99Bb' p' I I 9- 142'
t
pALÁ(llUS, I Inrrirduqio I p.sicolosia cvolutir,,t: lri.srórirr,, c()rlcciros
C
l¡ísicós c n-,.'rir.{olositt. In: C, lt.i-, C-"; P¡r'¡t'¡1;'s' J'; h4¡R('l-lrsl' A'
Desenur¡lpiyt(t?to ¡rI'ir'ológi,:o c ac/ucnqio. Porro Alcgre: Artcs Mddicrts,
I995. t,. 1. P.9-26.
(Org'}'
e
a
SHLJARE,, M. Lrt psirtllogí,t SÜuiétitrr ml cot,l.t() .7t¡¡ lrt uc(). Mosctlt-t:
grcsso, 1990.
Pro.
C
é
Ttj LESIfl, S.(; llKot¡lti:;l corlsrrLlgrr() dc Lln'r'.i ¡rsiccllogia rllilrxisrrt-
)t-:[\1, 2002.
é
lr4ari rrqli: t'-l
é
V I GOTS Iq, L. S. Lingltilgenr e rlese nvolvinre r) to ilr tcle ctltal tri.r idade
escolrrr. I,: Vtt;(rrsKt, i.S-ILt-,ttlA, A.R.; Lr,ttNl'lF'\/, A'N' Linguagcm'
cle- é
(
scnur¡luirrt(rtto a¡tt"rrtdizagrm. 6. ccl. Sio Plulo: EDUSP' l99B' P' é
103-117.
é
VYGO-fSi(I, . Ol'¡¡',ts cstttsidts' tr¡ladrid: Visor' 1993' v'2'
L-S
é
VyGOTSK[, L.S . üht',¡s rscogiclas. Madricl: Visor, I99(r. v.4. é
ZhpORCi ZHETS, A. Iruporrancirr cle los ¡reríodoq iniciales cle ll
vicla
V;
é
e,., [a forrl¡ción c{c lrr p"rronrrlid,rd irrfirntil. In: f)¡r'lD()v, Srtu¡tis,
M. (Org.). La psicoktg'ía r:ut¡lutiuir (rt la ¿ili-§s (antoloeia)' É
Mor.u,i
¡t ¡trdngógicit
Proqt'essr), 1987. P- 228 -24t) ' I
e
É
C
I
É
é
É
Crtd. L.rtlcs. L,rtrttl"ritrils, \r()1. )4. tl. (rl, ¡r. (r4-81' :rbril 1004
B1 É
I )is1t(| n í. r.l L,nl ., 11¡ ¡
¡-,:/i rr.rr
rr,.t r,.l\'\. i:li t,-. j)ll t',.hf , é
É
I
é
f
é
É
ia
}{aünal2
"No se t¡ata de partir de grandes teorías para, pot un efecto de deducción, llegar a la
explicación de 1o particulaÍ o concÍeto; tampoco consiste, por el conúario, en partii con la
mente en blanco de lo patticular e il descubriendo, poco a poco, la totalidad, sino en partil de
1o concreto inicial" es cietto, pero coo una teoría provisional que lo explique, para luego ir
descubriendo las determinaciones socioculturales que han conformado histór'icamente el
objeto". (A4endo: "Concepción de cuttículo")
En el ptoceso de sistematización de nuestra prácica, eI enfoque pedagógico que asumamos en
nuestta institución es un aspecto fundamental. Sistematizar nuestra práca,ca educativa implica
partit de Io concreto inicial. En ese sentido, consideramos gue el enfoque histórico-cultural es
aquella teoría que nos debe aytdar a explicada. Dicho enfoque enriquecerá nuestra mitada en
relación al sentido y caráctet que le otorguemos alaprácica educativ4 a sus propósitos, a la
concepción de estudiante, al rol docente, enitre otros aspectos. Una teflexión cdtica de nuestra
ptácica debe considerar el anáüsis de estos elementos fundamentales y debe evitat incurrk en
concepciones @lhacionistas, de ¡ecurir a un enfoque pata, sin mayores intermediaciones,
prescribil cambios en nuestras prácticas de enseñanza (Baqueto,2001).
Consideramos que existen razones fundamentales pal? alimentar nuestra reflexión y prácica
pedagíg¡ca a patitt del enfoque vigotskiano. Y creemos que, con ftecuencia, se ha recutr-ido a
Vigots§ sólo en términos instrumentalisras, extrayendo y descontextualizando de su enfoque
los elementos técnico- pedagogicos, centrados, básicamente, eri una mediación entendida
como mediación didáctica, y orientada únicamente alograr zprcnüzajes cognitivos.
RArcNES Ftr-OÚFICAqVrGCrrSKaYrACONCEmÓNDEHOMBRE
¿Qué relación guatdan las ideas ^cetca del hombre, acerca de la "naturaleza hvrnanat', corr
rruestra prácica docente? ¿En qué medida y de qué forma afectan nuestros prejuicios
ideológicos sobre la natutd.eza del hombre la labor que desempeñamos en las aulas?
Las concepciones de hombre que pueden hallarse en los docentes pueden ser muchas veces
implícitas y afectat riuestras actirudes, desempeños o decisiones de forma indirecta. Ciettas
teorías científicas o concepciones ideológicas predominarites en el medio social o académico, y
con las cuales hemos tenido cierta cercanía o proximidad, contienen concepciones de hombte
en su base que vale 1a pena exDlorar, explicital y develar de qué forma se infiltran sutilmente
en nuestras concepciones pecagógicas y prácticas docentes, para poder abordadas y
C
*
ú
C
*
*
La base filosófica de este planteamiento se tefleja de fotma bastante clara en la sexta tesis de
Matx sobte Feuetbach, según 1a cual "la esencia humana no es algo absüacto inherente a cada
individuo. Es, en su reaLidad, el conjunto de 1as telaciones sociales" (Mafi, 1974). Esta tesis
fundamental del materialisrno histórico situa ei problema de la esencia dela humanidad en un
plano material, concreto e iristónco. Quiere decir que lo que define a la humanidad no es
alguna cualidad espiritual, psicológica o natural del individuo aisiado (creer en dioses, tener
r- ?
é
é
é
C
é
t
moIal'usaflenguaiezf^zofl^t.'teneluncetebto-.superior,etc'),sinoelconjuntodesus
relaciones sociales. En I-a ldeotogía Ak*n o,W^idirá
án forma siltética: el ser de los hombres t
essuprocesodevidareal' r,r-r- r^r^^:- C
La esencia social, pof tanto, "no se encuentla del
de las relaciones sociales. Pero iustamente
lado de los individuos aislados sino del lado
por ;;Ñ; de entrada- toda psicologyací1t de la so-
t
. ciedad, esta concep"ü;"r*pi;
l^ r"riqbriaón fundamental de los individuos: en
cuanto seres é
de elementos primotdiales' son produitos:
soiialés, esros, lejos de désempe ilar La fu"¿; é
históricos" (Séve, 197 5).
considetados' é
que los hombres, individualmente
Queda claro, a padr de esta afirrnación, eI seno de un coniunto históricamente é
adquieren su condición hufnana, ' .p**it'y "o, él un ser
áJ;;;;d;;r;;;.r-r""i¿Lr' 'tas carlcterísticas esenciales .{ue hacen.de é
potado, de ideas inn^tas ni de condiciones
hurnano, son de . liir", social... al nacet, "o "t sus condiciones de É
económicas y ,o.ia.r-n"Áitarias. S"t la"rf ,rr'.ot."ptiól,d'mundo,
se forrnan , b'::-d_"_.,]1: é
vida, sus hábitos y costumbfes, sus oorrrr^, de comptr*miento, en las que tiene que vivtt
condiciones ..ooO*i.rr, sociies, y cultutales ya
eiistentes,
é
197 0)
necesadamente". (Guardia Mayorga,
é
a
é
El apotte de Vigotslry a la concepción matxista de hombte é
Si los individuos humanos son ptoductos históricos, ¿de
qué fotma se vincula el proceso G
il;;J;: ;-;;.iJ;á, tu t ir,ort^ ,o.ái, *"
1r_p'"d.,rc.ión histódca de los individuos
corrcretos/ bs precisamente en .rr. p"nio +1e Juotslv
y, sus co.la!"1*:::"h^t"-1-T1 c}
distingue,claramente un pslqÚsfno proplo
i*o*rr.rr" .o.rt ib,r.ión. Para empez^.r, Viggti§ los G}
:ffi;"ñ;dd*; ¿ p.iq"i§*o á.r ,k*i:
psíquicos supedores (pensamiento, .;rrti*i""tos,
seles humanos desartollamos procesos
voluntad), mientras que los animaies. sólo
c}
Doseefl naturalfiente pfocesos psrquicos inieriores
(emociones innatas' sefl§aclores G
ffi.idó. P-;Vgot t y los procesos psíquicos superiotes, exclusivo.s. del ser
' de origen social, ,€rdt'do al u i"t5*Jai" 'ot'l' Vigots§
humano' son
de ca
í¡tellonzactifi pafa referirse ul p*."ro por el cual
se
-produce-"*'i-:l-concepto
la aptopiación de 1o C,
especíEcam"rrr" rr,rilrrrro tr^-rér'd" ;i"á;ción
^
social' I-o explica stRalando que en el
dos veces: pÍimeto
a
c}
desarrollo culrr:ral del niño toda funcián psicológica-supedomp'rtct
1r.g" ;^ti;;l-i^Ei*¿*i (intrap'sicológico)' El peñsamiento
nivel social (interpsicológlco) y'^,..r.I¿o-rot
lF
verbal, 1^ -.morir'lii!^, tL *tatta, la fgni',ti"" de ónceptos' todos ellos G
apafecen de esta forma, En este pro..* "t "lrrr" "1
uso de hertamientas cultutales de G
H;dir.ió", entre las cuales destaca, en principio, el lenguaie'
social iuegan ef} este pfoceso un
ca
Las prácicas educativas como forma especial de intetacción
papel imporranre. Ellas entran , fo.*rr'p^ro ae fa hi131a.
culturi dél desarrollo individual' ca
psicológicos superiores' elevándolos é
impulsando, a".^*Iilo;ü;"*pl ejizaido los procesos
y voluntario lSrqrréto, 7996)' Así, cuando un
, orarlos crecientes de conmol .orr.i*,.-á.'probl.*
i.?á]!"""ñ'i;';rü;E-i"rot .iór, s. d" mat"máica o de comprensión ca
ü;; al emplear -,'p,t co,nceptuaies, esquemas en la pizarra' ufla maquet¿ o recursos é
virtuales, está haciendo'rrro d. itrt
desarollo psíqrri"l"dJ6;;á";;"dor.
r-r*ÉntoJ culturales de^mediación y está potenciando el
go suma, está formando parte de su histoda culpral de ca
+ é
áát"*u"'^
*L-^ .- r'*oni,T)rra ü.sir en sociedad r* t. ¡rrt ¿ é
De esta forma se explica cómo cada hombre se humaniza' Pata vivir
asimilar lo logrado en el
individuo trr- ro-Jo., io qrr" lz nzíxaJezale ha dado al n¿cet' Debe é
cultura, P:f9 lo puede
desarollo históric«r de la humanidad, Para hacerlo debe internÑzatlz é
circunda, actividad que está
hace¿o sólo: debe d..urrollu, una actiidad ante eI mundo que
1o
é
é
f4
¿
meüalzada por sus relaciones con otras petsonas. De esta fotma, también el movimiento
histórico se hace posible a úavés de Ia uznsmisión activa a las nuevas generaciones de los
avances de la cultura humana, a través de su educación.
Considetamos que la concepción científica de hombte, que está en la base del enfoque
histódco-cultural, eruiquece nuestra ptáctca como docentes de multiples fotmas:
' Ayuda a combarii, el teduccionis-mo en el planteamiento de los propósitos educativoE. La
folrnación de los seres humanos, que en Vigots§ impüca el desarrollo de la conciencia,la
fotmación de una persoaalidad,la aptopiación de Ia cultuta, conlleva a ver el pÍoceso
educativo como un proceso de formación integral, a ver el conjunto de ias potencialidades
humanas. Nos previerÍe de caet en la patcialidad del academicismo de privilegiar.la transmi-
sión de conocimientos o la sola formación de habiüdades de pensamiento.
. Como enfoque socio- histódco, sitúa la educación de los individuos humanos, la formación
de la personalidad, en la historia sociai. De esta forma petmite vinculat la tarea educativa de
las personas con las necesidades de desarrollo y ttansformación de la sociedad.
. Nos ptoporciona una base sólida para la fundamentación científica de ciertos conteaidos
educativos en los cuales la concepción de hombre es gravitante. Pot ejemplo,la explicación
acerca de la antropogénesis, dei odgen de la conciencia, del odgen del lenguaje, etc.
Una concepción científica del hombre en general se reflejará en concepciones de hombte más
patticulares, como la de niño o adolescente, de educadot y educando, En ese sentido, aywdasá
a combatir ideas pedagogicas falsas. Pot ejemplo, pensar que eI niño nace bueno y que la
sociedad 1o cotompe supone una idea innatista de la moral y una visión idedtzada del niño,
conttarias a una visión socio-histódca del ser humano. Aywdaú a no remititnos a hablar del
niño en absttacto, del adolescente en abstracto, sin considerar aspectos como Ia clase social a
la que pertenece, sus condiciones materiales de existencia, su historia cultutal, etc,
Razones Políticaq
Nuestras concepciones acerca del hombre y la sociedad condicionari nuestro accionar, político,
es decir, las decisiones que tomamos, El ámbito educativo no es ajeno a esta verdad. Por ello,
debemos evitar eI punto de vista positivista, ahistódco y despolitizado que asume que los
procesos de enseñanzz-aprendiz,aje son oeutrales y ajenos al podet, 1a política o el contexto
(I\dclaren, 2A0».
3ñ
3t
7
I
Mod.iot Pedagogicos: Pedagogía Ctitica, Lima, agosto 2009'
Guardia Mayorga, c. (1970). Filosofia, ciencial reü§ón. Lima: Ediciones Los Andes. F
i
l
la educación. S;glo XXI. F
Ma1.x, I&r1; Engels, Friedrich (1974). Obras xcogidat Moscú:
Editorial Progreso'
G
Mendo,J."concepción de curtículo" En: Revista lnvestigando, 2008. é
Ottsz,P. (2004). El ptoblema del suieto de la educación' é
I
20041a}4'pdf,
i
http://sisbib.unmsm.edupe/bibvirtualdata/pubLicaciones/educaaorrfnT é
!
fecha de consulta: 21 de setiembre de 2009
cultru'al una altetnativa cosmovisiva en el
é
páreq d.e prad¡,
-4 jt Lí?r<, Z El enfoque histórico
i
I
Nota
l.uLacreación se reduce, como dice André Bretón al definir al surrealismo, a un zutomaüsmo
psíquico prlro por .f piáporr. exptesar sea verbalmente, seapor.esctito, o de cualquier
""i4".
á;;;ü1i6"|i""rÁ.ito'r"d del pensamiento. Peto la conciencia no deia su lugar tan
fr.if-."r., ia actitud tendiente * d.oá*rla pof . cgmPlero, a exduida,artística
es una posición
absolurarnente consciente. Y Ia forma más^ radical di inconsciencia para. Ios
Ia esctitura automálca, no qgdría ptoducirse pof una paleliz'actln de lz
.*."rlirrur, o sea,
conciencia, sino por una activa parti"iFación de elld"
(Adolfo SáncheiVásquez Filosofia de la Pmxis, p' 351)'
Ct
á
¡Gi é'
él
é
¿
é
é
e
é
é
é
é
é
é
e
é
é
é
é
C
é
é
é
é
é
é
é
*
*
C
C
C
C
C
C
t
€
C
€
C
Q
t
é
é
aa
E
PARTE III
ffiu,nn esta conferencia el autor parte del análisis de Ia toncepción clel desarrollo psl-
§$uico y hace üna revisión erltica de las distintas posiciones en cuanto a[ protlema
He la relación existente entre.'la enseñanza y el desarrollo:
ffi,.u, 1. El desarrollo, como la maduración de estructuras previas existen-
Frii,. tes y { educaciói, adaptándose al nivel de desarrollo ya alcanzado
fi., (Biihler, Gesell y otros).
a:,,,, 2. El desarrollo como un proceso de adaptación a las condiciqnes del
.$.ii rnedio y Ia educación como u4o de los elementos de ese medio,
$:r,l que puede ejercer eierta influencia, aungue también limitada, al de'
8,., sarrollo ya alcanzado (fundamentalmente la posieión de I. Piaget).
,ri. 3. Anibos procesos se conciben como igualmente slgnificativos. y pro
i.- duciéndóse paralelamente, concepción en Ia cual el desarrollo prác'
i ticamente desaparece, quedando soliamente la enseñanza y ésta, re'
i, dueida a la adquisición de un repertorio de hábitos (conductismo).
i,' 4. El desarrollo pslquico como producto del proceso de apropiaciól
;''' de las distintas formas de experiencía social. Este desarrollo siem' '
. pL o""ou Ú"jo- t influencia de Ia enseñanza; esta va delante y
partiendo de: esta concepción es pósible realizar, en forrra planificada y diri'
i'lgdr,
la formación de los proceSot psíqdicos y. cualldades de la personalidad y
posible.
, ñSrá"lr en pefíodos anterióres a los que. hasta áhora se eon§lderaba
§:' todo Io que el niño debe adquirir se encuentrá fuera de é1, se,en'
fu"rrttu en el'mUndo que lo rodea, en la experiencia, en la cultura htt-
fuana y en la'actividad de las demás personas. El niño debe asimilar:
ffioao "ito p"r" que en él Ée formen las iunciones psíquicas superiores.
ffiii Vigotsky
ffi¡, consideraba qus
VIg(JI§Ify C0n§lÉlgl-aua inicialrnente .el. niño a§¡II¡¡Ia
que IIuCIAuII9II|,.S.E¿..Ilu!(, las ur§t
asimila taü dístintas
ffiformas de signos como un medio cle comúnicación con otras personas,
ffi,V err
solamegte de-spués, por el proceso .de interioriza.ción, se conviert'cn'
,§'',,9n medios dá regulación de sus propios procesos psíquicos.
$ii
-¡rde En
relación con, esto es que el propio Vigot§ky plantea su.concepciór:
gna dq-desar¡otlg".gró*imo. Es decir, que la zo;na de desarrollo-pr,ósi-
fi,.moéste déterminadá-poi la distancia que. existe éntre aquello i¡ue cl
I'niño es capaz de hacer en un momento determinado,. en el curso de Ia
li,enseñanzay erla actividad conjunta cen el adulto, y aguello que él puecl.'
,,:'hacer por sí mismo.
. Como resultado siempre existe .un desarrollo actu_a_t. lo que cl
-todo
' niño puede hacer por sí mismo en el pfes?ñie*,"i?iiiie La zona d.e'desa.-
,l rrollo próximo que s-e e-strugtu¡i ¡ohrg ese dqsa¡rollo actupl y1 que gx-
, presa
--*Aríla relación entre enseñanza y'desarrollo en cada momento dado,
- Vigotiky consideraba qúe la enseñanza puede influir en forma
, distinta en la zona de desarrollo próximo.,. EI p-ropio'estado actual de
desarrollo que tiene el niño ha dependido cle Ia enseñañza anterior que
: ha tenido, y la propia zona de desarrollo próximo así como la extensiórr
,. que pueda tener, tambi-e¡ está deterrhinada por toda la enseñanzo Br1,
terior q.ue el niño ha 1e¡iilo; Existerl niños que aparecen de acuerdo con
su edad como muy desárrbllados, tienen una gran cantidad de conoci-
' mientos,hábitos elaborados e inclusive, pueden dar la,impresión dc'quc
e*1án por enc{ma de otros, pefo en realidad tienen mul¿' poca rescrr¡a dc
de§arrollo, §us pqsibiiidades en un. futuro están muy limitadas, cllos