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Actualidad Liturgica 274 Mayo Junio 20
Actualidad Liturgica 274 Mayo Junio 20
Prohibida su venta
Actualidad Litúrgica.
Boletín de la Comisión Episcopal
para la Pastoral Litúrgica de México.
Apartado M-2181. 06000
Ciudad de México
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Mayo - junio 2020
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– Las disposiciones personales
– La “sacralidad” y la belleza de la liturgia
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– Uso de las tecnologías en la liturgia
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Año XLIX. No. 274. Publicación bimestral. Ejemplar $55.00
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www.buenaprensa.com
La mistago- gía,
ACTUALIDAD LITÚRGICA. Año XLIX, No. 274, mayo-junio 2020. Revista bimestral de pastoral litúrgica. Director: Cristóbal M. Orellana, SJ. Consejo de Redacción: Mons. Jonás
Guerrero (Presidente de la CEPALI); Alberto Aranda, MSpS; Dr. José de Jesús Salazar (León); Dr. Ricardo Valenzuela (México). Asesores: Luis Arturo Guzmán (México); José Guadalupe
Martínez (Querétaro); Francisco Escobar (San Juan de los Lagos); Dr. Fernando Sedano (Puebla - SOMELIT); J. Enrique Ponce de León (Buena Prensa). SUSCRIPCIÓN: Por UN AÑO, 6
números: $295.00. Número suelto: República Mexicana: $55.00. Diríjase a: OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A. C. Apartado M-2181, 06000 Ciudad de México. Orozco y
Berra 180, Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México. Tels. 55 5546 4500 y 800 5024 090 - Tel. 55 5546 4500 (Ventas, opción 1. Suscripciones y renovaciones, opción 2). l ventas@
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Registro postal: PP09-0317 IM09-0259. Con aprobación eclesiástica. Editor responsable: Cristóbal M. Orellana, SJ. Impresa en los talleres de Editorial Esfuerzo, S. A. de C. V. Esfuerzo
16-A, Col. Lázaro Cárdenas, 53560 Naucalpan de Juárez, Edo de México. Tel. 5359 4644, bajo la dirección y distribución de OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A. C., en
Orozco y Berra 180, Col. Santa María la Ribera, Ciudad de México. Apartado M-2181, 06000 Ciudad de México. Tel. 55 5546 4500. Se terminó de imprimir el 25 de febrero de 2020.
Presentación
La vida litúrgica es un caminar con Cristo y con su Iglesia frutos esperados por nuestro Señor al instituir los sacra-
celebrando los Misterios de nuestra Salvación. Es de suma mentos, que nos permiten participar en la vida divina.
importancia que siempre lo hagamos sin perder de vista Además, aparece un texto que se ocupa de la sacralidad
esa meta a la cual hemos sido llamados. y la belleza de la liturgia, aspectos inseparables que hay que
Es conveniente que pongamos atención en la forma cuidar en cada una de las celebraciones, siguiendo las indi-
en que celebramos el sacramento de la Unción de los en- caciones que la misma Iglesia ha puesto en cada uno de los
fermos, aprovechando la tan esperada reedición del Ritual libros litúrgicos y en los documentos oficiales, mismas que
aprobado para México. El Señor nos ofrece la salud del alma nos ayudan a mantener la fidelidad al auténtico espíritu de
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y del cuerpo, tanto en nuestro paso por este mundo como la liturgia.
a la hora de nuestro encuentro definitivo con él. Será muy Durante los meses de mayo y junio celebraremos la
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oportuno administrar la Unción a los enfermos en los hos- segunda parte del Tiempo Pascual y algunas solemnidades
pitales y en sus hogares, especialmente a quienes están im- del Tiempo Ordinario, tales como la Santísima Trinidad y el
posibilitados de trasladarse a las iglesias para participar en Cuerpo y la Sangre de Cristo. Pedimos al Dios de todo con-
na
las celebraciones comunitarias, o que se hallan en el tramo suelo que nos conceda la gracia de aumentar en nosotros el
final de su existencia sobre la tierra. asombro por las maravillas de su amor
En este número presentamos dos artículos relaciona-
dos con aquellas disposiciones que se necesitan para que Cristóbal M. Orellana, SJ
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túrgica llevó a cabo la traducción y preparación de los libros do su mandato: “Vayan por todo el mundo y prediquen el
litúrgicos que completan el Ritual y el Pontifical Romanos, Evangelio a toda creatura” (Mc 16, 18). De esta manera, se
obteniendo a finales del 2019 las respectivas confirmationes preocupa y atiende a los enfermos, sabiendo que es a Cristo
de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de mismo quien sirve en los miembros sufrientes de su Cuer-
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los Sacramentos, resultó obvio que era necesario reeditar y po. Por ello, será vital una pastoral litúrgica que ayude al
poner a disposición el Ritual para la Unción y el cuidado pueblo de Dios a valorar la necesidad de este sacramento en
pastoral de los enfermos, el texto oficial tal como recibió la circunstancias tan particulares del dolor y la enfermedad,
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recognitio de la Sede Apostólica en 1974. tanto para la persona enferma como para sus más cercanos.
En este contexto, en el cual podemos decir con grande ale- El contexto sociocultural en el que vive una parte impor-
gría que por primera vez en el posconcilio tenemos la totali- tante de la población en México, en el cual la vida huma-
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dad de los libros litúrgicos ya traducidos por la Conferencia na ha perdido su valor, especialmente ante el sufrimiento
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del Episcopado Mexicano y confirmados por la Santa Sede, ya la limitación que impone la enfermedad, y en el cual se
es importante recordar la teología litúrgica celebrada en la llega a considerar mejor, o “más humano” terminar con la
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Liturgia, en este caso, en el sacramento de la Unción de los vida del enfermo, resulta fundamental resaltar el valor de
enfermos. Es interesante notar, ya desde el mismo título la vida humana, manifestado por la solicitud de la Iglesia
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dado oficialmente, en el espíritu del Concilio Vaticano II, por los enfermos y la eficacia no sólo de su atención pasto-
que la Unción de los enfermos no está reservada a los últi- ral sino especialmente del sacramento de la Unción de los
mos momentos de la vida, in extremis, sino que el momento enfermos.
propio y adecuado es cuando la vida comienza a estar en
peligro, sea por enfermedad o por la edad. En efecto, la Igle- Así, pues, la pastoral de los enfermos recuerda y testimonia
sia está convencida que debe seguir el ejemplo de su Señor, que, mediante la Unción de los enfermos y la oración de la
quien pasó haciendo el bien y curando a todos (cfr. Hech 10, fe, el Cristo total, Cabeza y Cuerpo, encomiendan al enfer-
38), por lo que se sabe partícipe de esta misión, cumplien- mo y sus sufrimientos a la Pasión del Señor y los unen a su
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Misterio Pascual, de modo que, reconfortado y fortalecido a la sensibilidad del ser humano, a su dimensión corporal,
por el Señor, el enfermo sea ungido y consagrado (lo que para la cual se implora de Dios la salud. Pastoralmente es
se resalta por la imposición de las manos) con la misión de importante resaltar que, en la celebración, incluso cuando
contribuir al bien de la Iglesia. Entonces, la vida del enfermo se administra la Unción a un gran número de enfermos, es
renovada, vivida en plenitud aun medio de las dificultades necesario que a cada uno, individualmente, se le impongan
y limitaciones de la enfermedad, recuerda a todos, particu- las manos y sea ungido con la forma sacramental.
larmente a los integrantes de la Iglesia, lo verdaderamente
esencial y de valor en la vida humana, de manera que todos Revalorando el efecto propio de la Unción, no sólo permi-
los miembros del Cuerpo de Cristo enfrenten las adversi- te recordar el momento de la vida para recibirlo –cuando la
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dades y el sufrimiento asociados a la Pascua del Señor, ha- persona comienza a estar en “peligro de vida”; esto es, cuan-
ciendo de la propia vida un ofrenda viva, santa, agradable do según un juicio prudente y razonable su salud se ve se-
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a Dios, tributando al Padre el culto que le agrada, el que es riamente comprometida por la edad o la enfermedad–, sino
según Cristo (cfr. Rom 12, 1). que también permite clarificar el sujeto del Sacramento, pre-
cisamente porque su condición es la que permitirá que surta
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Igualmente, la Iglesia –ministro, enfermo, familiares y co- su efecto propio. Esto significa que no es posible establecer
munidad, especialmente la parroquial– ora con fe para que a priori una edad particular a partir de la cual baste, sim-
el enfermo se alivie y sea salvado por el Señor (cfr. Sant 5, plemente por haberla alcanzado, para recibir la Unción, sino
14-16; Rom 8, 17; Col 1, 24; 2 Tim 2, 11-12; 1 Pe 4, 13). que deberá atenderse a su situación particular de salud.
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la sanación del cuerpo sino ante todo la salvación del enfer- Es también importante resaltar que la oración de la fe dará
mo, pues, de hecho, “el Señor hará que se levante” (cfr. Sant la salud al enfermo y el Señor hará que se levante (cfr. Sant
5, 15), que es el mismo verbo de la Resurrección: la perso- 5, 15), de modo que esta oración deberá siempre acompañar
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na, por la gracia del Espíritu Santo, será hecha partícipe del a la Unción: la persona enferma se salvará por su fe personal
Misterio Pascual de Cristo y de su salvación. Es, luego, muy y por la fe de la Iglesia, por lo que es de suma importancia,
importante recordar que en la Iglesia no existen las así lla- cuando la situación lo permita, la presencia de los familia-
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madas “Misas de sanación” sino el sacramento de la Unción res, presencia de la Iglesia, para que oren con fe al Señor
de los enfermos celebrado dentro de la Eucaristía. junto con el enfermo y el ministro.
Tomando en cuenta lo ya establecido en la Constitución Es un deseo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Li-
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apostólica Sacram Unctionem Infirmorum y la Introducción túrgica, presidida por Mons. Jonás Guerrero Corona y los
general del Ritual de la Unción y el cuidado pastoral de los Sres. Obispos responsables de las Dimensiones episcopales
enfermos, a propósito del lugar y número de las unciones, es de la Comisión: Mons. Francisco Moreno Barrón (Pastoral
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conveniente puntualizar el sentido de éstas: la primera, que litúrgica), Mons. Raúl Gómez González (Música litúrgica),
normalmente se realiza en la frente, denota las facultades Mons. Armando Colín Cruz (Cuidado de los bienes ecle-
intelectuales y volitivas, es decir, las facultades espirituales siásticos y el arte sacro), Mons. José Luis Chávez Botello
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del ser humano, sobre las cuales, en primer lugar, derramará (Pastoral de santuarios y piedad popular) y Mons. Emilio
su gracia el Espíritu Santo, confortando al enfermo, hacién- Berlie Belaunzarán (Congresos eucarísticos), que el presen-
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dole experimentar la misericordia de Dios y ayudándolo te Ritual reeditado pueda dar abundantes frutos en la vida y
a apartarse de la tentación por la enfermedad y, en conse- la misión de la Iglesia en lo que toca al cuidado pastoral de
cuencia, ayudándolo a apartarse del pecado. La segunda los enfermos.
unción, usualmente en las palmas de las manos, se refiere
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Luis Arturo Guzmán Ávila es presbítero, licenciado en sagrada liturgia y secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúr-
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Actualidad Litúrgica 274, pp. 4-6
Las disposiciones
personales
Jaume González-Padrós
A partir de un cierto momento, toda comunidad cristiana razón y la adhesión a la voluntad del Padre. Estas disposi-
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viva comprendió que las celebraciones litúrgicas merecían ciones preceden a la acogida de las otras gracias ofrecidas
ser preparadas con atención, es decir, que no podíamos de- en la celebración misma y a los frutos de vida nueva que
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jar en manos de la rutina y de la improvisación aquello que está llamada a producir (CCE 1098).
es cumbre y fuente de la vida cristiana.
Pero, como decíamos, ya Sacrosanctum Concilium había
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Sin embargo, no siempre este “preparar la celebración” subrayado la necesidad de las disposiciones personales, des-
ha ido acompañado de una conciencia de la necesidad de pués de haber afirmado solemnemente que
“prepararnos para la celebración”, entendiendo esta tarea
como un empeño espiritual de hondo calado, a pesar de …de la liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia
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que el Vaticano II había hecho especial hincapié en ello (cfr. nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la
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cómo actúa en el marco de la dispensación sacramental. Y Para asegurar la plena eficacia de lo que acababa de afirmar,
la primera de sus actuaciones –siempre según el Catecismo– el documento apenas citado afirma que “es necesario que los
es precisamente la de preparar para recibir a Cristo. Leemos: fieles se acerquen a la sagrada liturgia con recta disposición
de ánimo” (SC 11). Ésta es la primera necesidad. O sea, se
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La asamblea debe prepararse para encontrar a su Señor, nos dice que, al acudir a la liturgia, nuestra voluntad debe
debe ser “un pueblo bien dispuesto”. Esta preparación de estar rectamente dirigida. No debemos buscar en la acción
los corazones es la obra común del Espíritu Santo y de la sagrada nada que esté fuera del alcance de la misma. Uno
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asamblea, en particular de sus ministros. La gracia del entra en la celebración litúrgica por ella misma, dado que
Espíritu Santo tiende a suscitar la fe, la conversión del co- es precisamente en este marco ritual que se realiza el en-
cuentro por excelencia entre el Señor y su pueblo, entre él
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través de una acción litúrgica es, como decimos, un grave propio de toda la vida cristiana y, por ello, la liturgia nos
error, ya que de forma implícita estamos afirmando que el resulta una gran pedagoga al respecto.
centro somos nosotros y no él. En definitiva, a pesar de las
buenas intenciones –que nadie discute– en este caso no se Colaborar con la gracia divina
acude a la celebración sagrada por sí misma, sino a la bús-
queda de algo más, de algo distinto. Nuestro ánimo, pues, no El documento conciliar no ignora que, en esta tarea de glo-
estaría, en este caso, rectamente dispuesto. Es en la liturgia rificación de Dios y de santificación, si bien el primado de
donde resplandece con especial fulgor el unum necessarium, acción reside en él, es totalmente necesario el asentimiento
al que se refiere Jesús ante Marta (cfr. Lc 10, 42). de cada uno y, por lo tanto, la determinación de la voluntad
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personal.
Mens concordet voci
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dental, san Benito, cuando en su Regla afirma que los mon- nos precede y es precisamente ella la que hace posible esta
jes, en el coro, al salmodiar, deben poner su mente (o alma o realidad espiritual de comunión que es toda acción litúrgica.
espíritu) en consonancia con su voz (cfr. cap. XIX). También Y la gracia, que no anula nuestra voluntad, sino que la hace
todos los fieles en cuanto al momento litúrgico. Pero, ¿qué más libre y verdadera, exige por nuestra parte una actitud de
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nuestra palabra, sino de la Palabra que Dios nos ha dirigido eficaces, como sabemos por definición magisterial, ex ope-
en las Sagradas Escrituras, y que la santa Iglesia pone ahora re operato, ya que quien actúa en ellos es el mismo Cristo
en nuestros labios. (cfr. SC 7), y nunca nos niega lo que él mismo nos prometió.
Su gracia, por lo tanto, se derrama sin dudar. Pero nuestra
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Así mismo, cuando una comunidad celebra la liturgia, como acogida de esta gracia no se puede dar por descontada. Ya
muy bien explicó san Agustín comentando el salmo 85, san Pablo exhortaba a los corintios a estar vigilantes (cfr. 2
siempre ora al Padre unida a su cabeza, el Hijo: Cor 6, 1). También nosotros debemos estarlo. Y a ello deben
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pia voz en él y su propia voz en nosotros (cfr. citado en: grados que la observancia por su parte, a fin de que se cum-
OGLH 7). plan en la acción litúrgica las leyes relativas a la celebración
válida y lícita, es necesaria pero no suficiente. Lo que deben
Se afirma, con esto, el principio de la objetividad en la li- hacer también, y con gran empeño, es procurar para los fieles
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turgia. Esta oración es, a la vez, voz de Cristo, que junto a una participación plena en la celebración (cfr. SC 11).
su Cuerpo ora al Padre, y voz de la Iglesia, que ora al Hijo
como su Dios. La Instrucción Eucharisticum Mysterium (1967) insistirá so-
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bre este tema, y advertirá que para ello los ministros deben
El primado, pues, se encuentra en esta voz, y a ella debemos celebrar de tal manera que inculquen en los fieles el sentido
convertir nuestros pensamientos, alma, mente y espíritu. de lo sagrado. Interesante esta relación entre sentido de lo
Ante la tentación de amoldar la sagrada liturgia, en sus tex- sagrado y participación activa. Quizás ahí podemos tener
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tos y sus ritos, a nuestros deseos, ideologías e inclinaciones un atisbo de respuesta –en clave antropológica para empe-
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espirituales del momento, ella nos enseña que la conversión zar– sobre el motivo de la deserción tan masiva de nuestras
propia de la vida cristiana se ejercita en primer lugar aquí, asambleas, en las pasadas décadas, en Occidente.
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Antes de acabar, queremos citar todavía una referencia un cristiano espíritu de oración y el deseo de conversión
muy sugerente que encontramos en la Ordenación Gene- o abnegación. No podemos estar más de acuerdo. Uno se
ral de la Liturgia de las Horas, cuando describe la relación pregunta qué es de la celebración eucarística cuando todo
entre esta oración y la Eucaristía. Afirma que la Liturgia de ello falta. Y cómo es posible que antes de la celebración
las Horas “suscita y acrecienta muy bien las disposiciones a menudo se olvide lo necesario que, precisamente, debe
que son necesarias para celebrar la Eucaristía, como la fe, la asegurarle al fiel todas estas realidades espirituales y dispo-
esperanza, la caridad, la devoción y el espíritu de abnega- siciones personales que lo capacitarán para una participa-
ción” (OGLH 12). ción plena.
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Nos parece muy clarificador indicar que, para celebrar la Liturgia y Espiritualidad,
Eucaristía, sean necesarias las virtudes teologales, así como año L, n. 5
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Jaume González-Padrós es presbítero de la Iglesia de Barcelona y párroco. También es doctor en teología por el Pontificio Ateneo San Ansel-
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mo de Roma, profesor de la Facultad de Teología de Catalunya y del Instituto Superior de Liturgia de Barcelona.
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comulgar.
1386. Ante la grandeza de este sacramento, el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las
palabras del Centurión (cfr. Mt 8, 8): "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
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bastará para sanarme". En la Liturgia de san Juan Crisóstomo, los fieles oran con el mismo espíritu:
“A tomar parte en tu cena sacramental invítame hoy, Hijo de Dios: no revelaré a tus enemigos el misterio,
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no te daré el beso de Judas; antes como el ladrón te reconozco y te suplico: ¡Acuérdate de mí, Señor, en
te
crito por la Iglesia (cfr. CIC can. 919). Por la actitud corporal (gestos, vestido) se manifiesta el respeto, la
solemnidad, el gozo de ese momento en que Cristo se hace nuestro huésped.
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1388. Es conforme al sentido mismo de la Eucaristía que los fieles, con las debidas disposiciones (cfr. CIC
cans. 916-917), comulguen cuando participan en la Misa. "Se recomienda especialmente la participación
más perfecta en la Misa, recibiendo los fieles, después de la Comunión del sacerdote, del mismo sacrificio,
el cuerpo del Señor" (SC 55).
Catecismo de la Iglesia católica
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Actualidad Litúrgica 274, pp. 7-10
La “sacralidad”
y la belleza de la liturgia *
Introducción: Celebrar la belleza y la santidad de Dios de la belleza. En efecto, la liturgia, como también la Re-
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como algo propio este texto que nos puede servir de intro- el Misterio Pascual mediante el cual Cristo mismo nos
ducción al tema que hemos de tocar: atrae hacia sí y nos llama a la comunión. En Jesús, como
solía decir san Buenaventura, contemplamos la belleza
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Confessio et pulchritudo in conspectu eius: sanctitas et y el fulgor de los orígenes. Este atributo al que nos refe-
magnificentia in sanctificatione eius. rimos no es mero esteticismo sino el modo en que nos
llega, nos fascina y nos cautiva la verdad del amor de
Las traducciones al castellano del texto latino de la Vulgata Dios en Cristo, haciéndonos salir de nosotros mismos
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son muy diversas. Aquí pongo dos versiones distintas con y atrayéndonos así hacia nuestra verdadera vocación:
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tuario la fortaleza y el esplendor 2. 18; Núm 14, 20-23). En el Nuevo Testamento se llega de-
finitivamente a esta epifanía de belleza en la revelación
El comentario que tiene la segunda traducción, la de la Bi- de Dios en Jesucristo. Él es la plena manifestación de la
blia de Nácar-Colunga, es el siguiente: gloria divina. En la glorificación del Hijo resplandece y
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berano, Yahveh tiene un título único de poder: hizo los 33) es también, misteriosamente, quien no tiene “aspec-
cielos, lo más excelso de la creación. Como rey soberano to atrayente, despreciado y evitado por los hombres [...],
del universo lleva de escolta de honor a su majestad y
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ante el cual se ocultan los rostros” (Is 53, 2). Jesucristo anonadamiento de entrega, como kénosis del esplendor
nos enseña cómo la verdad del amor sabe también trans- y a la vez esplendor paradójico de la kénosis (B. Forte).
figurar el misterio oscuro de la muerte en la luz radiante La verdadera belleza no es sino el amor de Dios, reve-
de la resurrección. Aquí el resplandor de la gloria de Dios lado definitivamente en el Misterio Pascual y capaz de
supera toda belleza mundana. La verdadera belleza es el transformar la oscuridad de la muerte en la luz radiante
amor de Dios que se ha revelado definitivamente en de la resurrección 4.
el Misterio Pascual. La belleza de la liturgia es parte de
este misterio; es expresión eminente de la gloria de Dios Por lo tanto, esta belleza divina se refleja en la celebración li-
y, en cierto sentido, un asomarse del cielo sobre la tierra. túrgica y, en modo humano, recibimos los destellos del reino
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dado testimonio Pedro, Santiago y Juan cuando el Maes- La belleza de la liturgia nos hace volver a la belleza divina
tro, de camino hacia Jerusalén, quiso transfigurarse ante en un intercambio gozoso del que, nosotros los celebrantes,
ellos (cfr. Mc 9, 2). La belleza, por lo tanto, no es un recibimos las primicias y migajas. Es un encuentro orde
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elemento decorativo de la acción litúrgica; es más bien nado por aspectos estéticos formales que nos llevan a la
un elemento constitutivo, ya que es un atributo de Dios arquitectura, escultura, pintura, vestidos litúrgicos, música,
mismo y de su revelación. Conscientes de todo esto, palabra, gestos, símbolos. No es esteticismo puramente for-
hemos de poner gran atención para que la acción litúrgi- mal sino que es más bien un ver y un percibir lo invisible en
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ca resplandezca según su propia naturaleza (n. 35). la visibilidad, lo inexplicable en lo evidente, lo sublime en lo
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está a la base –como belleza originaria– de la acción litúrgi- celebrado para la vida de los hombres. Comenzando por la
ca que el hombre realiza y ejecuta. misma música. Los mismos cantos que ejecutamos están
directamente relacionados con esta belleza intrínseca que
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Esto es algo que no podemos olvidar cuantos celebramos es la santidad de Dios. Pensemos en concreto en el canto
continuamente los sagrados misterios de nuestra fe. del Sanctus, canto por antonomasia de la Plegaria eucarísti-
ca. Pensemos en el Te Deum, que cierra las vigilias monás-
La vía de la belleza es una puerta abierta al misterio divino ticas y el Oficio de lectura clerical. Pensemos en el Gloria in
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según las modalidades humanas. Éstas son las coordenadas excelsis Deo dentro de los ritos de ingreso de la Eucaristía
con las que celebramos la acción sagrada de la liturgia. festiva y dominical. Son cantos sublimes en los que perci
bimos la belleza y la santidad divina al modo humano. ¿Hay
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Cristo nos ha traído con la belleza de su presencia el amor mayor belleza y santidad que la antífona de entrada de la
infinito del Padre hacia la humanidad redimida por su san- solemnidad de la Epifanía del Señor:
gre. Como canta el prefacio pascual II:
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cia que trasparenta la misma obra trinitaria, dado que, como En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra
dice el Catecismo actual: de Cristo sacerdote y de su cuerpo, que es la Iglesia, es
acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mis-
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La liturgia es “acción” del “Cristo total” (Christus totus). mo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra
Los que desde ahora la celebran participan ya, más allá acción de la Iglesia (SC 7).
de los signos, de la liturgia del cielo, donde la celebración
es enteramente comunión y fiesta (n. 1136). Contemplar la epifanía de su divinidad
r te
El esplendor de la belleza de Dios: la via pulchritudinis Si celebrar es epifanía de lo divino, como solía decir Odo
Casel, buscamos continuamente el rostro de Cristo en las
sí
La vía de la belleza es una ventana abierta al misterio divino. acciones litúrgicas que celebramos.
Ciertamente
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De esta gloria está llena la acción litúrgica. celebración litúrgica. Estimula en nosotros el deseo de
un “siempre más” en la experiencia de Dios y el anhelo
Pero esta es una ley de la misma liturgia en sí. En los preno- de ver su rostro cara a cara en la plenitud futura.
tandos del Bendicional leemos:
Nos reenvía en último término al misterio de un Dios
Glorificando a Dios en todas las cosas y buscando prin- “siempre mayor” que de continuo nos desborda y nos
cipalmente la manifestación de su gloria ante los hom- trasciende 6.
bres… la Iglesia, valiéndose de las bendiciones, alaba al
Señor por ellos y con ellos en las diversas circunstancias La liturgia tiene una doble dimensión: nos abre a Dios y nos
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de la vida, invocando la gracia divina sobre cada uno de acerca a los hombres. Si se olvida de Dios, se convierte en
ellos (n. 12). un happening; si descuida a los hombres o se aparta de ellos,
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Las bendiciones miran primaria y principalmente a Dios, la vida futura. Esta tendencia intimista e idolátrica oscure-
cuya grandeza y bondad ensalzan; pero, en cuanto que ce la inteligencia de la liturgia como historia de salvación,
comunican los beneficios de Dios, miran también a los fermento fecundo de la liberación del hombre. A veces se
hombres, a los que Dios rige y protege con su providen- ha reducido la liturgia únicamente a la salvación del alma,
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cia; pero también se dirigen a las cosas creadas, con cuya dejando la salvación del cuerpo en manos de los hombres.
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abundancia y variedad Dios bendice al hombre (n. 7). Esta tendencia olvida que la trascendencia del cristiano se
realiza con mediaciones históricas y sacramentales que ne-
Glorificar a Dios, santificar su nombre y su memoria, con- cesariamente tienen en cuenta alma y cuerpo en su unidad,
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templarlo es una ley de la liturgia en sí que se extiende y comprendiendo así el hombre en su totalidad originaria y
desarrolla en todas las acciones litúrgicas. No puede haber permitiendo con ello que la liturgia sea una plena manifes-
liturgia si no hay glorificación de Dios y santificación de los tación de la redención como opus Trinitatis.
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mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se Pablo II en la Carta apostólica Spiritus et Sponsa:
obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de
los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a La promulgación de la Constitución Sacrosanctum Con-
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la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su cilium ha marcado, en la vida de la Iglesia, una etapa de
fin (SC 10). fundamental importancia para la promoción y el desa-
rrollo de la liturgia. La Iglesia, que, animada por el so-
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Es una idea que se repite diversas veces en dicha constitu- plo del Espíritu Santo, vive su misión de “sacramento, o
ción, como vemos más adelante: signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la
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na que emana del Misterio Pascual de la pasión, muerte Como dice el cardenal Kasper:
y resurrección de Cristo, del cual todos los sacramentos y
sacramentales reciben su poder, y hace también que el La confesión trinitaria es el resumen y la suma de todo
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uso honesto de las cosas materiales pueda ordenarse a la el misterio cristiano, y de ella depende el conjunto de la
santificación del hombre y alabanza de Dios (SC 61). realidad soteriológica cristiana. Por algo tiene su origen,
no en especulaciones de monjes y teólogos, sino en el
Ésta es la epifanía que contemplamos continuamente cuan- acto por el que el hombre se hace cristiano: en el bautis-
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do celebramos la sagrada liturgia embargados por lo que es mo, que en todas las Iglesias se realiza “en el nombre del
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y por lo que representa; conscientes de lo que estamos cele- Padre, del Hijo y del Espíritu Santo 7.
brando y llenos de los infinitos matices que nos proporciona
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Adorar su divina presencia y glorificarlo en medio de los Cada acción litúrgica y celebrativa es intrínsecamente un
hombres don de la Trinidad, pero, a su vez, está abierta al hombre.
La belleza de la liturgia nos aparta del discurso racional y Lo podemos ver incluso en el Vere sanctus de la Plegaria eu-
lógico y nos introduce en el lenguaje doxológico. carística III del Misal Romano de Pablo VI, que dice así:
Nos trasladamos al ámbito de la adoración y de la doxo- Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas
logía como dimensión transversal y estructurante de la tus creaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nues-
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tro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas nuel gloria Dei mysteri 10. Y, en la liturgia latina, la antífona del
todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca cántico evangélico de las primeras Vísperas de la fiesta de la
en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale Transfiguración del Señor dice así:
el sol hasta el ocaso.
Christus Jesus splendor Patris et figura substantiae eius,
Conclusión: La sacralidad de cada acción litúrgica portans omnia verbo virtutis suae, purgationem pecca-
torum faciens, in monte excelso gloriosus apparere ho-
En una inscripción que se encuentran en el Catolicón de una die dignatus est 11.
Laura del monte Athos y en la capilla de San Nicolás, del mis-
B
Estás contemplando el santuario de la santa mesa del rios, pero también nosotros, nuestra celebración con todo
Señor; permanece, pues, temblando, oh hombre, baja lo que ella conlleva, debe reflejar aquella gloria trinitaria a la
los ojos al suelo. Pues ahí dentro es inmolado todos los que todos hemos sido llamados.
na
Los antiguos cristianos tenían viva la conciencia de que Ciertamente, nosotros celebramos como somos, como esta-
los ángeles están también dondequiera que actúa la Ekkle- mos, como vivimos y en ese contexto recibimos este “don”
sia, del mismo modo que en la Escritura los encontramos grande y permanente de Dios hacia nosotros. Pero este in-
ns
tomando parte en todas las fases de la obra redentora. menso “don”, que Dios nos ha dado en su liturgia, nos lle-
Esto se realiza principalmente en la Liturgia, donde es- na continuamente de la belleza y santidad divina, hasta el
tamos en íntima comunión con los ángeles. Éstos actúan punto de que celebrando la sacralidad nosotros mismos nos
a
con nosotros como diáconos; la sacerdotisa propiamente sentimos embargados de ella misma y la transmitimos a
dicha es la Ekklesía. Es ella la que celebra la liturgia 9. cuantos la comparten con nosotros.
Phase n. 351
En el altar de oro de la basílica catedral de Cefalú, en Sicilia,
M
NOTAS
st
1
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española, 6
S. Del Cura Elena, ibid., 441-442.
Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 2010. 7
W. Kasper, El Dios de Jesucristo, Sígueme, Salamanca 2005, 267-268.
2
Sagrada Biblia. Versión directa de las lenguas originales por Eloino 8
O. Casel, Misterio de la Ekklesia. La comunidad de todos los redimi-
ra
Nácar Fuster y Alberto Colunga Cueto, La Editorial Católica, Madrid dos en Cristo, Guadarrama, Madrid 1964, 143
2
1947. 9
Ibid.
3
Comentario de Maximiliano García Cordero en: Biblia comentada. 10
C. Valenziano, L’altare del Duomo di Cefalù, Arti grafiche siciliane,
Libro de los Salmos, La Editorial Católica, Madrid 1961, 449. Palermo 1991.
de
4
S. Del Cura Elena, “ ‘Prendados de su hermosura’: La belleza refle- 11
Jesucristo es el resplandor del Padre, la imagen de su ser; con su po-
jo de Dios y vía de acceso a su contemplación”, Estudios Trinitarios derosa palabra sostiene el universo; él, después de haber llevado a
47 (2013), 429-438. cabo la expiación de nuestros pecados, ha manifestado hoy su gloria
5
La traducción al español no refleja en absoluto la belleza del texto desde un monte excelso.
co
Juan Javier Flores es monje benedictino de la abadía de Santo Domingo de Silos, doctor en liturgia y profesor del Pontificio Instituto Litúr-
gico del Ateneo San Anselmo de Roma.
sí
a
10
Actualidad Litúrgica 274, pp. 11-13
Disposiciones objetivas
para una buena
celebración litúrgica
Pedro Fernández
B
La buena celebración litúrgica presupone el conocimiento La cuestión de la espiritualidad litúrgica sigue siendo funda
ue
del misterio que se celebra en su misma realidad objetiva. mental hoy en día, aunque parezca una pregunta olvidada.
En este sentido, es preciso advertir que la sagrada liturgia es Pero ante la espiritualidad litúrgica, ya no bastan las pala
el Misterio Pascual de Cristo, que se hace presente en la cele bras, son necesarios los hechos. No basta con fijarnos en
na
bración mediante el ejercicio del sacerdocio y sacrificio de lo que dice una persona durante la celebración, es preciso
Jesucristo y nos hace pregustar la vida del cielo; la sagrada saber el sentido profundo de lo que dice y hace. Además, la
liturgia es, en verdad, cuando se celebra el santo sacrificio de liturgia no es evidente en sí misma, no es comprensible en sí
la Misa, la fuente y cumbre de la vida de la Iglesia; es la fuen misma. En la Liturgia una cosa es el significado evidente y
P
te principal, no única, de nuestra espiritualidad cristiana; y otra cosa es el significado misterioso, que sólo se capta y se
re
es la cumbre a la cual se orienta todo el ser y el quehacer goza mediante la fe. Por eso, es importante y necesario que
del cristiano. En consecuencia, la sagrada liturgia es acción el ministro ordenado celebre con dignidad y veracidad.
sagrada por excelencia y fuente suprema de la gracia salva Lo peor que le puede pasar a un sacerdote es convertir la
ns
realidades sacramentales, cuyos significados últimos se cap muerte de la propia liturgia; nos jugamos la verdad de la sa
tan sólo mediante la fe. Sería un fraude y una traición redu grada liturgia. Si queremos servirnos de la gente que viene a
cir la celebración de la Santa Liturgia a un encuentro social, la Iglesia, cada vez menos, sigamos interpretando un papel,
ue
como si la asamblea litúrgica, con su sacerdote a la cabeza, sin vivirlo. Si queremos verdaderamente convertirnos para
fuera la protagonista de lo que se está representando en me poder mostrar a los demás el verdadero rostro de Dios du
dio a ella. Una liturgia encerrada en sí misma, naturalmen rante la celebración litúrgica, comencemos a tomar en serio
st
te autorreferencial, sería su propia muerte. Esto sería una nuestra vida y lo que estamos celebrando en la sagrada litur
mentira, un fraude, un engaño. La Iglesia sería responsable gia, que es el misterio de la vida, la muerte y la resurrección
ra
de esta traición al Pueblo de Dios. de Jesucristo. Respetemos, por favor, a quienes tenemos de
lante, las personas que han venido buscando a Dios y no
necesitan para nada de nuestras pobres ideas, mucho menos
nuestras fraudulentas representaciones.
de
Símbolos o misterios
La celebración de la sagrada liturgia no cansa, no se hace abu- Una de las primeras experiencias que necesitamos para
rrida, pues se advierte en ella algo más allá de lo que se advierte fundamentar el verdadero ejercicio de la sagrada liturgia
sensiblemente, que capta el espíritu y lo renueva.
es advertir que esta acción está integrada por símbolos
11
sacramentales, que en realidad manifiestan, contienen y alguna experiencia de la proximidad o de la lejanía de Dios.
transmiten los misterios de nuestra fe cristiana y católica. Hay espacios sagrados y hay espacios profanos; hay tiem
Es evidente, el símbolo litúrgico significa la materialidad de pos sagrados y hay tiempos profanos. Hay estado de gracia
lo que hacemos o decimos en la sagrada liturgia, pero su y hay estado de pecado. Hay tiempos de gracia y hay tiem
contenido verdadero y objetivo sólo se capta y sólo se ex pos ordinarios. Hay espacios donde es más fácil ver a Dios
perimenta mediante la virtud de la fe. Aquí y ahora, en la y espacios donde es más difícil ver a Dios. Hay espacios de
sagrada liturgia, no basta la razón; se necesita la fe, pues por pecado y hay espacios de gracia. Cuando uno entra en la
mucho que deshojes el símbolo, al final te encuentras sólo presencia de Dios sucede algo, que nos permite aprender a
con humo y viento, bonito quizá, pero que no te pueden sal distinguir las cosas.
B
gración, a saber, el Cuerpo de Cristo en el pan y la Sangre sobrenatural, es decir, produce la vida de la gracia, que es lo
del Señor en el vino. que Jesucristo nos ha merecido con el misterio de su encar
nación, vida y muerte, resurrección y ascensión. Jesucristo
La verdadera asamblea litúrgica distingue entre el teatro es el prototipo de la vida cristiana; se trata de nacer, vivir,
P
sagrado y el misterio litúrgico; además, el teatro te saca de morir y resucitar con y como Cristo. La vida cristiana es la
re
la realidad por un momento; es como un sueño, quizá bo reproducción sacramental de la vida de Cristo. Especial
nito, que es incapaz de cambiar la realidad personal y social. mente, el sacerdote debe seguir e imitar a Cristo en su vida,
Mientras que la Liturgia no sólo te saca de la realidad co muerte y resurrección. El sacerdote es un hombre, pero un
ns
manifiestan y realizan la salvación cristiana. En este sentido, que es el Misterio Pascual de Jesucristo, su vida, muerte,
la verdadera celebración litúrgica no sólo interpreta la propia resurrección y ascensión, que se hace presente mediante la
vida, sino que la transforma mediante la gracia que dimana celebración litúrgica, que es el ejercicio del sacerdocio de
de los misterios de las acciones y pasiones de Jesucristo. Cristo y la realización sacramental permanente de su sacri
M
representar el sacrificio de Cristo para la gloria de Dios y mente del sacerdocio de Cristo, a saber, quienes han recibido
para nuestra salvación. Esta es la verdadera participación en el sacramento del Orden para actuar en nombre de Cristo
la acción litúrgica, que consiste en el ejercicio de las virtudes Cabeza, y quienes han recibido los sacramentos de la Inicia
st
teologales de la fe, esperanza y caridad, del culto, en defi ción Cristiana, para poder participar activamente como pue
nitiva, gracias a la participación en el sacerdocio de Cristo blo de Dios en las acciones litúrgicas. El carácter bautismal
ra
mediante la recepción de los sacramentos del Bautismo y, es pasivo, recibir, en relación con el carácter del Orden, que
en su caso, del Orden. La participación es, pues, un ejercicio confecciona el sacramento, pero esto no significa que los fie
del sacerdocio participado de Cristo, visiblemente, y de las les no participen activamente en la sagrada liturgia.
virtudes pertinentes, invisiblemente, es decir, por la fe y por
de
los sacramentos de la fe. Y se celebra la sagrada liturgia para glorificar a Dios y santi
ficar a la Iglesia mediante el proceso de deificación de quie
Cuando se celebra la sagrada liturgia en su verdad y en su nes la celebran, es decir, la asamblea de bautizados, que la
co
bondad, resplandece por su sencillez y belleza. La celebra celebran con fe y devoción, es decir, evangelizados y con
ción de la sagrada liturgia no cansa, no se hace aburrida, vertidos. Es fundamental advertir que la sagrada liturgia no
pues se advierte en ella algo más allá de lo que se advier es un mero acto social, presidido por las autoridades políti
te sensiblemente, que capta el espíritu y lo renueva. No me cas, sino es una acción eclesial, sagrada, que se celebra para
r
estoy refiriendo tanto a la celebración en lengua vernácula, glorificar a Dios y santificar la propia alma, que debe vivir
te
sino me refiero al misterio celebrado, que de alguna mane en este mundo en conformidad con la voluntad de Dios en
ra se experimenta cuando se celebra con fe y devoción. En orden a su posible y deseada salvación mediante la recep
sí
definitiva, cuando se celebra bien la sagrada liturgia queda ción de la vida eterna, que Jesucristo nos ha merecido me
uno atraído por el misterio, en la medida que se celebra y diante su preciosa muerte y resurrección.
a
12
y palabras sacramentales, cuyo sentido pleno se advierte so ta para nada las verdades de nuestra fe, como si la doctri
lamente desde la fe, la esperanza y la caridad. La celebración na fuera por un nivel y la pastoral por otro. Pues, ¿qué es
litúrgica es realidad en la medida que se permanece en la la pastoral, sino la aplicación de la doctrina? ¿Qué es la
presencia de Dios y uno se deja mover por Dios, mientras la buena pastoral, sino la aplicación de la buena doctrina?
Iglesia da culto a Dios y ella misma se santifica, santificando
el nombre de Dios. La vida no es contraria a la doctrina, porque la vida verda
dera es también la doctrina verdadera. En consecuencia, la
Se comprende de este modo que la celebración litúrgica doctrina no debe adaptarse a la vida, como si la doctrina
haya sido comparada a la liturgia del cielo; que el tiempo fuera una realidad abierta a un proceso de cambio conti
B
y el espacio dedicados a la celebración de la sagrada litur nuo, según la situación y las circunstancias que nos rodean.
gia sean similares de algún modo a la vida del cielo, cuyo Claro está, en estas cuestiones hay que tener en cuenta qué
ue
tiempo y espacio nos llevan a otra dimensión, deseada, pero se entiende por conciencia, en la que debe reinar la rectitud
todavía desconocida por nosotros. Es cierto, la celebración y no la situación, y el discernimiento interpreta el modo de
de la sagrada liturgia es una verdadera antesala del cielo. Y cumplir la norma permanente en la práctica cambiante, sin
na
aunque no sea posible permanecer siempre en celebración abandonarla. Hay que hacer viable la vida, con la seguridad
litúrgica, esta celebración deja poderosamente en nuestro necesaria que impida un posible choque de trenes.
espíritu el recuerdo y el perfume de lo que será nuestra
vida eterna en el cielo. Así es posible comprender cómo es Desde un planteamiento correcto y respetuoso de la verdad
P
preciso estar evangelizados y convertidos para poder cele de las cosas, sabemos que no se puede separar la fructuosa
re
brar adecuadamente la sagrada liturgia, obteniendo de este recepción de los sacramentos de las disposiciones objetivas
modo todos los frutos que lleva dentro. Dios nos ayude a no y subjetivas de quien los recibe. De este modo, el que recibe
convertir la sagrada liturgia en un triste fraude para quienes el sacramento de la santa Eucaristía debe profesar la fe ver
ns
como si hubiera algún concilio que no hubiera sido pasto la fe católica, es decir, su unicidad y su indisolubilidad. En
ral. La pastoral no es una vara mágica, que puede conseguir fin, no puede ir la doctrina por un nivel y la pastoral por
todo, incluso pergeñando y realizando programas en contra otro nivel.
ue
Pedro Fernández es presbítero y religioso dominico, profesor de liturgia, así como penitenciario de la basílica de Santa María la Mayor
ra
en Roma.
de
162. La fe es un don gratuito que Dios hace al hombre. Este don inestimable podemos
perderlo; san Pablo advierte de ello a Timoteo: “Combate el buen combate, conservando
r
18-19). Para vivir, crecer y perseverar hasta el fin en la fe debemos alimentarla con la Pala-
bra de Dios; debemos pedir al Señor que nos la aumente (cfr. Mc 9, 24; Lc 17, 5; 22, 32);
sí
debe “actuar por la caridad” (Gál 5, 6; cfr. Sant 2, 14-26), ser sostenida por la esperanza
(cfr. Rom 15, 13) y estar enraizada en la fe de la Iglesia.
a
13
Actualidad Litúrgica 274, p. 14
Despedida de la llama
y del cirio pascual
Adolfo Lucas
Pentecostés es una de las fiestas más importantes del calen- Por eso, una vez finalizada la última celebración del día de
B
dario cristiano: celebramos la venida del Espíritu Santo y el Pentecostés, ya sea la Misa o las segundas Vísperas, propon-
nacimiento de la Iglesia. Es, además, la culminación de la go un breve momento para subrayar y destacar el apagado
ue
Pascua; finaliza la cincuentena festiva y alegre por la Resu- del cirio y el fin del Tiempo Pascual. El sacerdote, el diácono
rrección del Señor. o un acólito saca el cirio pascual del candelero y, sostenién-
dolo frente a la asamblea, entona (o entonan todos) un es-
na
En este día, se puede subrayar de una manera especial, el tribillo que hable de la luz o de la Pascua. Después uno dice
apagado y el traslado del cirio pascual, que ha estado colo- estas palabras:
cado junto al ambón durante la Pascua. Terminada la última
celebración del Domingo de Pentecostés se retira y se deja Este cirio,
P
en el baptisterio, junto a la pila bautismal, o se guarda en la santa imagen de Cristo, Luz del mundo,
re
sacristía o en otro lugar, si la pila está situada habitualmente significa que el Señor resucitado
en el presbiterio. En realidad, el cirio pierde su sentido de está actualmente entre los suyos,
signo extraordinario de fiestas pascuales si permanece a la iluminándolos y dándoles calor y vida.
ns
Liturgia y Espiritualidad,
año L, n. 5
14
Actualidad Litúrgica 274, pp. 15-18
Oraciones de la Misa
en el Tiempo Ordinario
Antonio Astigarraga
La oración sobre las ofrendas se centra, primordialmente, en fiesta y revela al hombre: “muestras la luz de tu verdad”
la petición cuya finalidad es lograr que la asamblea sintonice (domingo XV), verdad por el que hemos sido constitui-
con el momento celebrativo. Conviene señalar que, tomada dos hijos “que mediante la gracia de la adopción filial
en su globalidad, este bloque de oraciones, presenta la Euca- quisiste que fuéramos hijos de la luz” (XIII), amor que es
de
ristía como fuente de todos aquellos dones que se suplican. perceptible en el modo en que se dirige a ellos, “protege
con bondad a los hijos que tanto amas” (XXIII), y en
La oración poscomunión también presenta una estructura el modo en que los ampara, “que guardes con incesante
co
bipartita. La primera, a su vez, muestra una doble idea: por amor a tu familia santa” (V) y en que los guía en su reco-
un lado, la asamblea reconoce la comunión vivida con Dios rrido existencial pues “jamás dejas de proteger a quienes
y sus misterios; y, por otro, declara haber sido saciado por el estableces en el sólido fundamento de tu amor” (XII).
mismo Dios y con el mismo Dios: él es, simultáneamente, Un amor generosa y gratuitamente entregado, ya que “en
r
el que sacia y el don que sacia. En la segunda parte se for- la abundancia de tu amor sobrepasas los méritos y aun
te
mula un ruego: que los efectos de ese encuentro en el que el los deseos de los que te suplican” (XXVII).
cristiano ha quedado “lleno” de Dios, permanezca e influya
sí
en su vida, a fin de que pueda dar fruto abundante. b) El amor de Dios suscita en el corazón del hombre el
deseo de responderle tomando como meta de su exis-
a
15
hacer siempre lo que sea de tu agrado” (VII), “en el cum mundo, “bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos ahora
plimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con de los bienes pasajeros, que nuestro corazón esté puesto en
nuestros deseos y acciones” (XI), “concédenos que, los bienes eternos” (XVII), para que “en medio de la ines-
cumpliendo tus mandamientos” (XXV), “servirte digna tabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros
y laudablemente” (XXXI). En el cumplimiento de este corazones donde se halla la verdadera felicidad” (XXI), y
mandamiento encuentra el creyente la razón de ser de oponernos a todo lo que es indigno del nombre que hemos
su existencia: “alegrarnos siempre en tu servicio, porque recibido: somos cristianos “rechazar lo que sea contrario a
la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre al nombre que llevan y cumplir lo que ese nombre significa”
a ti, autor de todo bien” (XXXIII). Pero Dios no sola- (XV). Aunque la fragilidad y el pecado se hagan presentes,
B
mente suscita en nosotros el deseo de responder con no debemos perder la esperanza ni desanimarnos porque
amor a su amor. Él mismo es también quien la posibilita Dios es paciente con nosotros y manifiesta su “poder de una
ue
y facilita, porque no debemos engañarnos: nuestro es- manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu
píritu es ambicioso pero necesitamos una cura de rea- misericordia” (XXVI). No hay, por lo tanto, espacio para la
lismo, reconocer nuestra naturaleza frágil y pecadora, y inquietud o el temor, dado que el mismo Dios nos asiste:
na
aceptar que precisamos de la ayuda de Dios. El amor es “tu gracia continuamente nos disponga y nos acompañe,
un don que Dios nos otorga espléndidamente. El amor a de manera que estemos siempre dispuestos a obrar el bien”
Dios es, así mismo, fruto de su magnanimidad: un don (XXVIII) y acrecienta y conserva el bien en nosotros: “hagas
que podemos experimentar y vivir a condición de que crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solici-
P
permitamos a Dios que nos socorra y sostenga. Para tud amorosa” (XXII).
re
amar lo que nos mandas” (XXX). en la eternidad: “concédenos que, cumpliendo tus manda-
mientos, merezcamos llegar a la vida eterna” (XXV). Vivi-
c) La respuesta al amor de Dios conlleva, de manera inex- mos el presente anhelando y deseando la plenitud que se
a
cusable, el amor al prójimo. Sólo así es posible vivir en nos ha prometido en la Pascua de Cristo, “apresurándonos
plenitud el mandamiento supremo: “adorarte con toda hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los bie-
el alma y amar a todos los hombres con afecto espiritual” nes celestiales” (XXVI). Nuestra vida es un caminar en la
(IV). La plenitud de la ley que el Señor nos dejó como esperanza hacia los bienes prometidos, un “caminar sin tro-
M
testamento lo exige así, pues “has hecho del amor a ti y piezos hacia los bienes que nos tienes prometidos” (XXXI).
a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu Unos bienes que superan todos nuestros deseos o expec-
santa ley” (XXV). No es posible amar a Dios, a quien no tativas, pues nuestra imaginación y raciocinio carecen de
ue
se ve, y negar nuestro amor al hombre, a quien vemos y recursos para describir o formular lo que Dios nos quiere
tenemos cerca. Es un amor que no se reduce a una mera dar colmadamente al final de nuestro trayecto por el mun-
emoción o sentimentalismo pasajero, sino que es algo do. Pero, esta orientación escatológica, no nos extrae de la
st
mucho más concreto que se encarna en palabras y obras: realidad, ni nos libera de nuestra responsabilidad, por ello
“decir y hacer siempre lo que sea de tu agrado” (VII), pedimos el auxilio del Señor, “sin ti nada puede nuestra hu-
ra
“te agrademos siempre con nuestros deseos y acciones” mana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia” (XI),
(XI), “que estemos siempre dispuestos a obrar el bien” y no olvidamos presentarle las necesidades del hombre con-
(XXVIII), siguiendo la estela del Señor que, durante su temporáneo, “que tu poder pacificador dirija el curso de los
ministerio público, pasó haciendo el bien y manifestan- acontecimientos del mundo” (VIII).
de
d) La alegría, fruto del encuentro de amor de Dios con el La teología que muestra este conjunto de oraciones es emi-
hombre, es un tema que aparece con cierta abundan- nentemente eucarística. Subrayan el sentido de ofrenda,
cia en las oraciones colectas. Don de Dios y adelanto concebida como sacrificio de la Iglesia en comunión con
del gozo eterno, “concede a tus fieles una santa alegría Cristo, como participación en su sacrificio. No olvidan alu-
r
para que… nos hagas disfrutar del gozo que no tiene fin” dir a los efectos del sacrificio y de nuestra participación en el
te
(XIV), que tiene como fuente la actitud de servicio, “que mismo. En este marco global, podríamos reseñar brevemen-
tu Iglesia se regocije al poder servirte con tranquilidad” te hasta seis principios teológico-espirituales.
sí
16
del mismo Señor y convertidos en nuestra ofrenda, se trans- “concede, propicio, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de
forman en el mismo Señor. Y, de este modo, el Señor es don la paz” (XXI).
y ofrenda para nosotros. Se invierte así la orientación de la
ofrenda: lo que hemos aceptado de Dios para ofrecérselo, Purificación y renovación. La Eucaristía es una celebración
nos es entregado como Cuerpo y Sangre de Cristo, “merez- espiritual, en el sentido de que alcanza la interioridad del
camos recibirte a ti mismo” (XX). creyente y realiza allí, en el corazón humano, la obra de
Dios. Nos renueva y nos purifica, comunicándonos la gra-
Participación en el único sacrificio de Cristo. Se trata de una cia. Son considerables las oraciones que presentan esta idea:
participación espiritual, incruenta: “recibir en oblación este “nos purifique y nos renueve” (VI), “purificados por tu gra-
B
sacrificio espiritual” (XVIII). Pero siendo conscientes de cia” (IX). Nos purifica por la fuerza de los misterios que ce-
que se realiza lo que celebramos “porque cada vez que se lebramos (cfr. XIV y XIX). Nos renueva interiormente (cfr.
ue
celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de XI). Y, por esta acción santificadora, el Señor hace digna
nuestra redención” (II), memorial que se actualiza y “nos nuestra alabanza, “ofrecerte el entrañable afecto de nuestro
traiga siempre tu bendición salvadora, para que dé fruto en corazón” (XII), convirtiéndola así en ofrecimiento “en ho-
na
nosotros lo que realiza el misterio” (XXII). Por lo tanto, no nor de tu gloria” (XVI).
es un mero signo de un evento del pasado que rememora-
mos por afecto piadoso y en el cual participamos emocional La salvación. En la Eucaristía pregustamos la eternidad, la
o sentimentalmente, pero no realmente. La participación felicidad prometida a quienes se mantienen fieles a la volun-
P
sacramental es real: “la pasión de tu Hijo, que ahora celebra- tad de Dios. Esta idea es muy repetida: “se convierta en causa
re
mos sacramentalmente” (XXXII). Esta participación tiene de recompensa eterna” (VI), “nos sirvan para la salvación”
como finalidad modelar nuestra existencia a fin de que vi- (VII), “nos alcancen la recompensa eterna” (VIII). Por ello
vamos como Cristo, desde la actitud de entrega, “podamos mismo, la Eucaristía fortalece nuestra esperanza de obtener
ns
ofrecerte el entrañable afecto de nuestro corazón” (XII) y de la realización de aquello que creemos: “nos haga participar,
servicio: “que seamos capaces de servirte como corresponde de día en día, de la vida del reino glorioso” (XIV), del objeto
a tan santos misterios” (XIII) y así transformarnos “en una de nuestra fe, “que recibamos, por este sacramento celestial,
a
perenne ofrenda” (XVIII), haciendo de nuestra existencia aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos mueve a pro-
un sacramento de la Pascua de Jesucristo, “que dé fruto en clamar” (XXV). La “gloria del cielo” (XXVIII), el domingo
nosotros lo que realiza el misterio” (XXII), pasando junto sin ocaso en el que entraremos y nos sentaremos al ban-
con él del pecado a la gracia, de la muerte a la vida, cum- quete eterno para celebrar las bodas del Esposo. Por eso, la
M
pliéndose así “la obra de nuestra redención” (II). Y, para que salvación es fruto de los misterios de Cristo, que celebramos
todo ello sea posible, nos es entregado el Cuerpo de Cristo mediante la liturgia. Así lo reconocemos en estas plegarias
como alimento que nos fortalece, “que nunca nos falte esta al rogar que “estos sagrados misterios… nos conduzcan a la
ue
ayuda para el cuerpo y el alma” (XI). felicidad eterna” (XVII) y “nos alcancen, en recompensa,
la felicidad eterna” (XXXIII).
Manifestación del obrar de Dios. Algunas de las oraciones re-
st
es, por lo tanto, obra y acción de Dios, “realizas el fruto de Los contenidos de las oraciones de poscomunión profundi-
tus sacramentos” (XIII) que transforma nuestra existencia zan en la espiritualidad de los frutos de lo vivido y celebrado
“para que, por el poder de tu gracia, estos sagrados miste- en la Eucaristía. Como hemos hecho con el resto de las ora-
rios santifiquen toda nuestra vida” (XVII). Otras oraciones ciones de la Misa, también podríamos agruparlas en torno a
de
presentan la conversión del pan y del vino en Cuerpo y San- principios teológico-espirituales comunes.
gre del Señor como resultado del obrar de Dios. Así él es el
que hace “que se conviertan en sacramento de nuestra sal- Unión con Cristo. En la Eucaristía no recibimos una cosa,
co
vina, para constituir un pueblo de hijos: “adquiriste para ti acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles
te
un pueblo de adopción” (XXI). Por ello, la Eucaristía debe en ti” (XI), “unidos a ti con perpetuo amor” (XIII), “unidos
afianzar nuestra vinculación filial con Dios, “que, al par- a Cristo” (XX). Pero este dinamismo de comunión también
sí
ticipar en estos santos misterios, todos quedemos unidos tiene otra dirección porque, en la medida en que nosotros
en un mismo sentir” (XXIII) y también ha de acrecentar recibimos el Cuerpo de Cristo, somos, simultáneamente,
a
nuestro amor filial, “aumento de nuestra caridad” (X). apropiados por él, absorbidos por él, adentrándonos así en
Nuestra respuesta a la fidelidad de Dios se ha de traducir su ser. Acaece el maravilloso intercambio por el que nos
en una vida acorde y concorde al misterio celebrado, por hace partícipes de su naturaleza divina, “nos hagas partici-
eso rogamos que la Eucaristía “nos obtengan la gracia de par de tu naturaleza divina” (XXVIII).
vivir entregados a tu servicio” (XXXIII), siendo dóciles a
su voluntad: “obedecer siempre tus mandatos” (XXXIV). Transformación y renovación. Los efectos de la Eucaristía
La paz y la unidad son los distintivos primordiales de ese alcanzan todo nuestro ser: “transforme nuestro cuerpo y
pueblo de hijos que Dios ha creado mediante su fidelidad: nuestro espíritu, para que sea su fuerza, y no nuestro sentir,
17
lo que siempre inspire nuestras acciones” (XXIV), renován- con alegría para la salvación del mundo” (V). Esta unidad
dolo en plenitud sin que ámbito alguno quede fuera de su pretende sobrepasar las fronteras y límites de la Iglesia y
influjo transformador “renueve… nuestro cuerpo y nuestro abrazar a toda la humanidad, “así como significa la unión
espíritu” (XXVI), “a quienes renuevas con el don celestial, y, de los fieles en ti, así también lleve a efecto la unidad en tu
a quienes no dejas de proteger, concédeles ser cada vez más Iglesia” (XI). El pan eucarístico, alimento de amor, signo del
dignos…” (XVIII), somos así renovados “por el alimento del amor de Cristo entregado por la humanidad, nos impulsa
sagrado Cuerpo” (XII) y podemos participar de la vida nue- al amor al prójimo que hace posible servir al Señor, a su
va que nos comunica, “y, ya que te dignaste alimentarlo con voluntad de unidad, “nos animemos a servirte en nuestros
los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición hermanos” (XXII). La unidad pasa necesariamente por la
B
de pecado a una vida nueva” (XVI), por ello nos perfeccio- cooperación del cristiano que asume con docilidad el plan
na “haz que… de tal manera tendamos a la perfección, que del Señor a cuyo servicio se pone cuando abre su corazón
ue
ofrece en la Eucaristía como fuerza constantemente reno- maestra del Espíritu, sino que también es el cauce por el que
vadora para todo ello “que la frecuente recepción de estos este actúa en el corazón de los creyentes: “Dirige, Señor, con
dones celestiales… nos ayude a aprovechar los bienes tem- tu Espíritu, a quienes nutres… para que, dando testimonio
porales y alcanzar con sabiduría los eternos” (XXIX), pues de ti, no sólo de palabra, sino con las obras y de verdad”
P
nada podemos sin su gracia, sin su impulso vital. (IX). Nuestra alabanza adquiere su verdad por el influjo del
re
que lo que ahora celebramos en figura lo alcancemos en hasta el final de los tiempos por obra y acción del Espíritu
su plena realidad” (XXX). La Eucaristía es el sacramento Santo que realiza su presencia sacramental: “Acompaña, Se-
que perpetúa y actualiza el Misterio Pascual de Jesucristo, ñor, con tu permanente auxilio” (XVIII). El que nos ha de
a
“memorial perpetuo de la pasión de tu Hijo” (XVII). Parti- afianzar en la luz de la verdad de Cristo es, así mismo, el Es-
cipando en ella, nos adentramos en el misterio que significa píritu: “nos confirmen en la luz de tu verdad” (XIX) y “por
y obtenemos sus frutos, “que nos has colmado con tantas la efusión de tu Espíritu, cuya eficacia celestial recibimos,
gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación” nos concedas perseverar en la gracia de la verdad” (XXXII).
M
(XIV). Frutos de la redención cumplida en la Pascua de Je- Explícitamente, el Espíritu Santo, aparece en contadas ora-
sucristo y que alcanzara su plena realización al final de los ciones, pero subyace latente en todas ellas.
tiempos, pero que ya podemos pregustar de antemano en
ue
nuestra vida mortal: “alcancemos aquel fruto celestial, cuyo La eternidad. Un gran número de oraciones de poscomu-
adelanto acabamos de recibir mediante estos sacramentos” nión presentan una orientación marcadamente escatoló-
(VII). La participación en el Misterio Pascual es el móvil gica. Citamos solamente algunas de ellas. La Eucaristía es
st
de nuestra vida: vivimos y nos movemos gracias al Miste- prenda del banquete celestial: “que este sacramento que nos
rio Pascual, “que sea su fuerza, y no nuestro sentir, lo que nutre en nuestra vida temporal nos haga partícipes de la
ra
siempre inspire nuestras acciones” (XXIV). Su confesión y vida eterna” (VIII). Un día poseeremos plenamente aquello
actualización en la Eucaristía es el eje de nuestra existencia: que pregustamos en la Eucaristía (cfr. XXX). La Eucaristía
“para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra, sino es presentada como manjar celestial y fuente de la verdadera
con las obras y de verdad, merezcamos entrar en el reino de vida: “Saciados, Señor, por este manjar celestial” (VI), por
de
a los que están separados y alejados, un pan partido que es (cfr. VII).
signo del amor que une: “saciados con el pan del cielo, vi-
vamos siempre unidos en tu amor” (II). Unidos en Cristo Liturgia y Espiritualidad,
en virtud “de un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos año XLIX, n. 11
r
NOTAS
a
1
Cfr. Adrien Nocent, El año litúrgico. Celebrar a Jesucristo, (Ritos y 2
Cfr. IGMR 54. 77. 89
Símbolos 12), Sal Terrae, Santander 1982, 50-58; José Damián Ga-
rran, La celebración del tiempo ordinario (Biblioteca Litúrgica 2),
CPL, Barcelona 1994, 29-35.
Antonio Astigarraga es presbítero, doctor en teología con especialidad en liturgia por la Facultad de Teología de Catalunya, párroco en Irún
y canónigo de la catedral del Buen Pastor de San Sebastián (España).
18
Actualidad Litúrgica 274, pp. 19-20
Retos de la liturgia
en el siglo XXI
Ramiro González Cougil
Inspirándome en la Carta apostólica del Papa san Juan Pa- coherencia con las normas de Sacrosanctum Conci-
B
blo II Spiritus et Sponsa, n. 1, publicada con motivo de los 40 lium? Creo que nos falta mucho para poder responder
años de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, quisie- positivamente. Considerar y celebrar la liturgia como
ue
ra comentar algunos de los retos de la liturgia del siglo XXI. el manantial de vida en Cristo y cúspide de todos los
acontecimientos y anhelos de la Iglesia. Vivir la liturgia
Partamos de que es claro que el misterio que se proclama en como realidad espiritual y mística. Vivirla en fidelidad a
na
la predicación y en la catequesis, acogido en la fe y celebra- aspectos destacados por Sacrosanctum Concilium: como
do en la liturgia debería modelar e inspirar toda la vida de oración festiva, eclesial, contemplativa, trinitaria y esca-
los cristianos. La celebración litúrgica bien participada es el tológica.
mejor alimento del espíritu cristiano (cfr. SC 14). Por eso a
P
1) El reto de la renovación y profundización en los conte- los Papas y Conferencias de Obispos han destacado el
nidos recogidos por los libros litúrgicos. La renovación valor de la Palabra de Dios en las celebraciones. Los lec-
es propia de las personas, mira el corazón de los fieles cionarios son libros ricos en Palabra y preciosos. Pero
a
y la comunidad, se ordena a lograr personas “nuevas” esa Palabra mediante la homilía, la predicación, la cate-
(profetas, sacerdotes y reyes). Ha pasado el tiempo de las quesis, la oración, etc., debe hacerse vida, debe confor-
continuas reformas (ritos y textos). La profundización en mar la vida de las comunidades, hacerse oración eclesial
los contenidos teológicos, litúrgicos y espirituales de los e individual. Es un reto muy exigente.
M
19
encuentro con la persona del Cristo pascual. Sin el si- “día del Señor”. Hemos de seguir trabajando y reflexio-
lencio y el recogimiento es imposible toda escucha del nando en torno al problema de las comunidades que no
Señor y participación fructuosa. tienen la Eucaristía en domingo. El domingo no debería
quedar sin celebrarse de algún modo por las comunida-
7) El reto permanente de la educación (formación) en la li- des cristianas. Es preciso mantenerlo aunque sea con un
turgia. Es necesaria para pastores y fieles (cfr. SC 14-19). acto devocional-piadoso.
Supone conocimientos, pero también actitudes y viven-
cias. Celebrando bien se recibe la mejor catequesis. Es 9) El reto del cultivo del arte de la mistagogía. Las comu-
preciso dejarse penetrar por los “ritos y preces”, como nidades cristianas y los individuos han de ser ayudados
B
elementos imprescindibles para entrar, desde la fe, al para entrar en la profundidad del misterio que se actúa.
misterio. La participación activa, fructuosa y consciente La mistagogía supone un conocimiento mayor de la
ue
es también fuente y cumbre de educación litúrgica (cfr. Sagrada Escritura y de la Tradición. Exige una exégesis
SC 14, 30-31). El conocimiento de lo peculiar de cada tipológica en la que se una Antiguo Testamento (figu-
ministerio (simple fiel, lector, acólito, cantor, etc.) y la ra, preparación) y Nuevo Testamento (realidad, realiza-
na
dimensión espiritual de su ejercicio educa en los diver- ción) siendo Cristo la clave y el punto culminante de la
sos sentidos. La formación se irá adquiriendo también Historia de la Salvación. La mistagogía reclama fe, aper-
mediante la riqueza de los libros litúrgicos. tura al misterio anunciado y actualizado ahora en la ce-
lebración litúrgica. La mistagogía engendra una teología
P
8) El reto de la pastoral del domingo. Ha de estar en el centro que brota de la Sagrada Escritura.
re
Resucitado, al día de la creación y nueva creación, al “día tarea de la liturgia para responder a los problemas e interro-
octavo” y al “día de los días”. En torno a él, “Pascua sema- gantes que se nos hacen en este siglo XXI.
nal”, se debería estructurar la vida cristiana y pastoral de
a
Ramiro González Cougil es presbítero, doctor en sagrada liturgia y miembro del Consejo de la revista Phase del Centre de Pastoral Litúrgica,
de Barcelona, España.
M
ue
muchas expresiones de piedad tienen por objeto el Corazón de Cristo. No hay duda de
que la devoción al Corazón del Salvador ha sido, y sigue siendo, una de las expresio-
nes más difundidas y amadas de la piedad eclesial.
de
Como han recordado frecuentemente los Romanos Pontífices, la devoción al Corazón de Cristo tiene un
te
asumir su persona y su palabra como norma de conducta, y se presenta a sí mismo como maestro “manso y
humilde de corazón” (Mt 11, 29). Se puede decir, en un cierto sentido, que la devoción al Corazón de Cristo
a
es la traducción en términos cultuales de la mirada que, según las palabras proféticas y evangélicas, todas las
generaciones cristianas dirigirán al que ha sido atravesado (cfr. Jn 19, 37; Zac 12, 10), esto es, al costado de
Cristo atravesado por la lanza, del cual brotó sangre y agua (cfr. Jn 19, 34), símbolo del “sacramento admira-
ble de toda la Iglesia”.
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, nn. 166-167
20
Actualidad Litúrgica 274, pp. 21-23
El siglo XXI nos ha aportado unas nuevas tecnologías que riores a la cultura cristiana y de algunos de ellos se valió la
B
han abierto unos nuevos cauces de comunicación. Estas comunidad para referir cuanto quería comunicar y/o preser
“nuevas” tecnologías han entrado en el campo de la liturgia, var. Por ejemplo, tenemos el testimonio de que se emplearon
ue
¿es correcto usarlas?, ¿en qué medida pueden introducirse tablillas de madera o de arcilla cubiertas con cera en dípticos
en la liturgia?, ¿hay que estar con los tiempos, o lo sagrado que servían para hacer la mención de los difuntos; la por
se mueve en otra dirección? tada del Evangeliario, o del “cantatorium” que servía para
na
des concretas, así como a los retos que ofrece la celebración ción se estableció mayormente el uso del pergamino 2 como
re
misma. Al mismo tiempo toca responder a la inquietud que medio de comunicación, preservación y celebración en el
varios obispos, presbíteros, seminaristas, laicos, agentes de seno de la comunidad cristiana. Se fabricaba con pieles de
pastoral se plantean frente al uso de dichas tecnologías en el animales jóvenes (cordero, ternera o cabrito) lo que per
ns
ámbito litúrgico. Veamos la manera de hacer una considera mitía trabajar mejor la piel para los fines de conservación,
ción histórica desde algunos antecedentes. encuadernación y escritura, ya que la piel de los animales
adultos proporcionaba una membrana recia y de difícil ma
a
lizar el Misterio desde el mandato “hagan esto en memoria se requería matar varios animales para obtener un libro, era
mía”. Evidentemente no todos estos elementos eran tecno imprescindible contar con un amanuense o copista que pu
logías como las entendemos ahora, sin embargo, pudieron diera plasmar sobre la piel el texto o las imágenes, por lo
ue
haber coadyuvado en materia de piedad, de celebración, de que el costo por tiempo/hombre se incrementaba a medida
significación proviniendo de un ambiente pagano. que tardaba en escribirse el libro; por esta razón, tampoco
era fácil hacer muchas copias de un libro. En varias bibliote
st
Podemos imaginar las “piedras” que se emplearon en las ca cas, incluso antiguas, llegamos a encontrar libros en los que
tacumbas para que se transformaran en altares, los sarcófa lo escrito con anterioridad se “borró” para escribir otra cosa
ra
gos paganos empleados como signo elocuente de la muerte sobre la misma piel.
del cristiano al mundo en los ritos bautismales, o incluso
hacer sarcófagos con grabados cristianos, entre otros ele Al continuar con el recorrido histórico en que la humani
mentos. dad ha buscado conservar lo escrito nos encontramos la in
de
21
vención de la imprenta moderna 3, por Juan Gutenberg, que Si entendemos las “nuevas tecnologías” como un medio y
abrió una gran oportunidad para la publicación de libros no como un fin, se puede decir que es correcto. Basta hacer
como los conocemos actualmente. Ello permitió que con un análisis de lo detallado en los antecedentes para darnos
mayor facilidad y a mucho menos costo los libros pudieran cuenta de que, a lo largo de la historia humana, el “homo
imprimirse y distribuirse. celebrans” se ha apoyado en varios elementos arriba des
critos para actualizar el Misterio Pascual. Imagino, sin em
El avance tecnológico nos llevó, en este sentido, del ama bargo, las dificultades concretas por las que se pasó cuando
nuense a la imprenta, a la máquina de escribir y a las com hubo que emplear los pergaminos y para ello fue menester
putadoras en sus varias versiones de actualización hasta lo matar varios animales con el fin obtener la materia prima;
B
más reciente, que permite tener en un dispositivo móvil también fue necesario contratar amanuenses que pudieran
desde un libro –así llamado digital–, hasta la regulación de escribir los libros soportando condiciones de trabajo extre
ue
las funciones domésticas (encendido y apagado de luces y mas con una paga muy reducida; otro tema interesante es
demás dispositivos conectados a un sistema centralizado la obtención de marfil para crear las pastas de los libros; o
y automatizado, lo que implica un universo de tecnología bien, imagino el cuestionamiento profundo al emplear la
na
aplicada para hacer más fácil el llevar en un dispositivo va imprenta, inventada por un protestante, para imprimir li
rias funciones que antes se realizaban con varios artefactos. bros litúrgicos; o qué habrá pasado cuando se encendió la
Es por esta razón que la creación de sistemas y plataformas primera bombilla eléctrica dentro de una iglesia o qué sin
de almacenamiento y visualización de datos ha marcado tió la asamblea cuando vio la iglesia iluminada de manera
P
notablemente la manera de “ver la vida”. eléctrica luego de estar acostumbrada a la iluminación con
re
enorme posibilidad en materia de facilidades para las activi posicionarse desde una perspectiva actual: ¿Qué dirían las
dades humanas. Iluminar una habitación en la noche hacía sociedades protectoras de animales al tener que matar ani
indispensable el uso de velas u otros artefactos que pudie males para obtener pergaminos?, o cuando hablamos de los
a
ran mantener una llama. Será hasta finales del siglo XIX que amanuenses ¿dónde queda la protección al trabajador y qué
podrá emplearse la electricidad para iluminar los espacios decir sobre la implementación de jornadas de trabajo más
donde el hombre se encuentra. Pasamos así de las velas, de justas?, o ¿cuál sería la posición de la sociedad actual sobre
las que se usaba una enorme cantidad, a las bombillas eléc el uso y tráfico de marfil?, o en materia de conflicto religioso
M
tricas para iluminar las iglesias. Algunos campanarios se y de discriminación ante un invento hecho por un protes
hicieron electromecánicos y se automatizaron. tante ¿cómo evitarla?
ue
Ahora bien a partir de la electricidad se desarrolló, de ma Vivimos en una sociedad cada vez más analítica, capaz de
nera impresionante, la “tecnología” que empleaba la ener comparar realidades e inmersa en un contexto de erosión
gía eléctrica, de modo que en el siglo XX vimos en nuestras a causa de la globalización. Sin embargo, lo correcto, argu
st
iglesias la aparición de aparatos que ampliaban la voz huma mento que se plantea en la primera pregunta, depende de
na; de este modo la megafonía se implementó con notable la finalidad de la acción litúrgica que no se queda en el ins
ra
éxito en varios lugares sagrados. Lo mismo se puede decir trumento o en el medio, sino que emplea adecuadamente
de las varias posibilidades de iluminación artificial que fue las realidades desarrolladas por el ingenio humano sin que
ron apareciendo en todo el mundo para facilitar las celebra éstas suplan lo fundamental ni sustituyan abruptamente lo
ciones litúrgicas. También hubo un auge en materia de se que se ha empleado por tanto tiempo. Aquí la temática se
de
guridad: se inventaron sistemas de detección de incendios, hace compleja porque hoy no veo iglesias iluminadas por
de alarmas, de cámaras de seguridad. En los últimos años velas, como no se continúa con la fabricación de pergami
hemos visto aparecer y desaparecer tecnologías de seguri nos en la misma cantidad que se producen libros, etcétera.
co
“homo celebrans”. De aquí surgen las preguntas que nos pro tecnología” había una razón de fondo: había sido interveni
te
ponen para el desarrollo del presente trabajo: ¿es correcto do quirúrgicamente para colocar gas en sus ojos, por lo que
usarlas?, ¿en qué medida pueden introducirse en la liturgia?, el tamaño de letra del misal y la iluminación de la Catedral
sí
¿hay que estar con los tiempos, o lo sagrado se mueve en no le favorecían. Esto generó una oleada de críticas que no
otra dirección? Busquemos responder someramente –cosa pudieron ser contestadas en tiempo y forma porque no era
a
que no es fácil– a dichos cuestionamientos debidos a las conveniente, en ese momento, dar a conocer la situación
“nuevas tecnologías” en relación con la liturgia. del señor arzobispo. A este respecto vinieron a mi mente
muchas otras preguntas: ¿qué pasará cuando ya no tenga
¿Es correcto usarlas? mos papel?, o ¿cómo se desarrollará la tecnología al punto
de llegar a hologramas textuales que floten sobre el altar,
La pregunta es muy adecuada, porque nos coloca en un es que permitan el cambio de hoja con el movimiento de los
cenario más neutral, sobre todo porque he escuchado en ojos?, o ¿cómo podremos almacenar y preservar documen
México muchas veces la expresión “¿es bueno o es malo?”. tos litúrgicos en vistas a que la tecnología avanza tan rápido
22
que las plataformas de almacenamiento han cambiado tanto arriba para preparar la Cena. El Misterio se coloca en la sala
en los últimos años? Ante este escenario queda claro que el de arriba, donde hay que superar las condiciones que nos
libro es el libro, que lo almacenado en este instrumento, que arrastran a no elevar los ojos al cielo, como lo dicen tantas
también es frágil, queda al alcance de la mano en una biblio oraciones colectas. Estamos llamados a ser ciudadanos del
teca. Por otro lado, la tradición de los “libros litúrgicos” es cielo, a no ser de este mundo. Somos peregrinos y no somos
tal que por ahora así la entendemos. En el futuro podríamos de este mundo; por ello las tecnologías no pueden ser nues
hablar de “dispositivos litúrgicos” pero no hay que adelantar tro referente, ni nuestro fin sino sólo un instrumento que
vísperas. Tenemos producción de libros litúrgicos, tenemos nos permita expresar de una manera más auténtica al “homo
como conservarlos de manera física y digital. En el momen liturgicus” que se expresa en el “homo celebrans”.
B
medida en que las “nuevas tecnologías” favorezcan la cele ser conducida sin olvidar el ars celebrandi propio de cada
bración, sin que se conviertan en finalidad, o en elemento momento y de todo el conjunto de elementos que confor
distractor o de moda, pueden ser empleadas con inteligen man el rito mismo. Las realidades materiales que apoyan el
cia y adecuadamente. La historia nos ha demostrado situa desarrollo de la celebración no deben en ningún momento
P
ciones concretas en las que los avances de cada época han sobreponerse al Misterio, por lo que, cuando hablamos de
re
permitido implementaciones que han coadyuvado a la ce las “nuevas tecnologías”, habrá que preguntarse si en rea
lebración favoreciéndola. Un ejemplo negativo o contrario lidad permiten la expresión de la gloria por medio de los
a lo ya mencionado, es cuando el celebrante no puede vivir signos materiales, que en su límite buscan manifestar la
ns
sin el micrófono, al punto tal, que la jeirotonía de la epíclesis naturaleza teofánica de cada celebración. En el caso de los
se realiza con una mano mientras que con la otra se sostiene libros litúrgicos queda claro que no conviene reemplazar
el micrófono. Éste y otros ejemplos nos permiten entender los por otros medios, a no ser que las circunstancias así lo
a
que la introducción de ciertos elementos se sobrepone a la pidan. La discusión queda abierta y el presente trabajo sólo
“significación” litúrgica correspondiente a cada momento. ha querido analizar las realidades concretas y las circuns
tancias que envuelven cada época.
¿Hay que estar con los tiempos, o lo sagrado se mueve en
otra dirección?
M
de este mundo. Los apóstoles tienen que subir a la sala de Phase n. 351
st
NOTAS
ra
1
La idea de que la corteza de la madera servía para “escribir” dio ori Parchment, Elmete Press, Leeds [England] 1975; C. H. Roberts – T.
gen y significado al término libro –del griego antiguo βιβλίον (bi- C. Skeat, The Birth of the Codex, Oxford University Press, Londres
blion, “papel, tableta para escribir”), diminutivo de βίβλος (biblos, 1983.
“libro”)– en referencia al libro. 3
D. A. Bergnes, Historia de la Imprenta, Imprenta de A. Bergnes y
de
2
M. J. Pedraza Gracia – Y. Clemente – F. de los Reyes, El libro Cía, Barcelona 1831.
antiguo, Síntesis, Madrid 2003; R. Reed, The Making and Nature of
co
Ricardo Valenzuela es presbítero de la arquidiócesis de México, ejerce su ministerio en la Catedral Metropolitana como canónigo y es doctor
en liturgia; ha sido consultor de Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
r te
sí
“Se debe procurar de manera particular que los libros litúrgicos, sobre todo el Evangeliario y el Lec-
cionario, que se destinan a la proclamación de la Palabra de Dios y por eso gozan de una particular
veneración, sean en la acción litúrgica realmente signos y símbolos de las realidades sobrenaturales
y por lo tanto verdaderamente dignos, decorosos y bellos”.
Instrucción General del Misal Romano, n. 349
23
La patena
Alberto Aranda Cervantes, MSpS
Patena es el plato ritual que se usa para contener el pan eu- Cuando el pan eucarístico tomó la forma de obleas, las pa-
carístico para la consagración y, si su tamaño y profundi- tenas se fueron reduciendo de tamaño. En Actualidad Li-
dad lo permiten, también para la Comunión de los fieles. Su túrgica 256, mayo-junio de 2017, presentamos una patena
nombre proviene del latín. rectangular de unos 20 cm de largo.
B
Particular respeto y cuidado se deben a los vasos sagrados, sea al cáliz y a la patena para la celebración de
la Eucaristía, sea a los copones para la Comunión de los fieles. La forma de los vasos debe ser adecuada al
uso litúrgico al que están destinados. La materia debe ser noble, duradera y en todo caso, adecuada al uso
sí
No pueden usarse simples cestos u otros recipientes destinados al uso común fuera de las celebraciones
sagradas, o de baja calidad, o que carecen de todo estilo artístico.
Los cálices y las patenas, antes de ser utilizados, deben ser bendecidos por el obispo o por un presbítero.
24
Actualidad Litúrgica 274, pp. 25-27
ción integral”.
re
san Juan Diego”, cuyo objetivo fue: “Que los participantes e inmediatamente después fuimos a la “Universidad Tecno
en el Encuentro Nacional de Santuarios y Piedad Popular, lógica del Centro”, de Izamal, Mérida, Yucatán. Su rector,
reflexionen acerca del significado del evento guadalupano el Mtro. Ángel Antonio González Escalante, nos permitió
en la vida de nuestras comunidades cristianas y cómo ha desarrollar nuestras conferencias en la biblioteca de dicha
r
generado una identidad cultural profunda que permite con- universidad. La primera ponencia: “La Piedad Popular ante
te
tinuar la obra evangelizadora desde los Santuarios en nues- la Iniciación Cristiana”, estuvo a cargo de Mons. Chávez
tras Iglesias locales”. Utilizó el método Ver, pensar, actuar Botello. La segunda: “La Pastoral de los Santuarios y la Pie-
sí
y celebrar. Terminada la explicación del ver y el pensar se dad Popular a la luz del Proyecto Global de Pastoral 2031-
expuso el Santísimo Sacramento, y ante él se desarrolló el 2033 de la CEM”, fue dirigida por el Pbro. Antonio Ramírez
a
actuar y el celebrar. Terminado el retiro tuvimos la celebra- Márquez, quien la desarrolló de la siguiente manera: Intro-
ción de la Santa Misa unida a la oración de Vísperas, presidi- ducción: La Pastoral de Santuarios y de la Piedad Popular
da por Mons. Chávez Botello. Luego pasamos a la cena y de se ha propuesto, como objetivo para este LIV Encuentro
allí el guardián del convento, fray Juan Pablo Chávez Vargas, Nacional, “impulsar, a la luz del Plan Global de Pastoral
nos explicó detenidamente la historia del convento y cómo (PGP) el proceso operativo de la Pastoral de Santuarios y
nuestra Señora, la Virgen Inmaculada, es la patrona del San- Piedad Popular, para fortalecer el proyecto evangelizador”.
tuario. Pasamos a conocer la imagen de nuestra Señora de la I. Veamos nuestra realidad: Con base en cuatro preguntas
Inmaculada, tallada en madera, en grupos de 20. sondeó si conocíamos o habíamos leído el PGP, y resultó
25
que la mayor parte de los asistentes no lo conocía ni lo ha- co, también estamos llamados a reconstruir la Iglesia. Luego
bía leído. II. Iluminemos nuestra realidad: Trató de ubicar, de este significativo momento, pasamos a compartir un ex-
describir y valorar el PGP; explicó qué es la piedad popular quisito desayuno, y después a los acuerdos generales:
(PP), sus posibilidades e incidencias evangelizadoras y las
condiciones pastorales para que sea evangelizadora; actua- 1. La próxima sede del Encuentro Nacional de la Pastoral
mos para cambiar nuestra realidad, con base en preguntas de Santuarios y Piedad Popular será en Hermosillo, So-
nos propuso cómo aterrizar el PGP con sus propuestas pas- nora, del martes 28 de abril al viernes 1 de mayo de 2020.
torales para la Pastoral de los Santuarios y la PP y sus desa- Para el 2021 será en la Ciudad de México, en la Basílica
fíos en lo profético, lo celebrativo, lo social, lo cultural, la de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Tepeyac. Para el
B
caridad, lo ecuménico, la evangelización, las redes sociales, 2022 Será en el Santuario de Juquila, Arquidiócesis de
etcétera. IV. Celebramos para dar gracias. Antequera, Oaxaca.
ue
Trabajamos por Provincias para compartir-dialogar sobre 2. Tenemos que fortalecer procesos, integrarnos a la CO-
las siguientes preguntas: 1. ¿De qué estoy convencido a la DIPAL respectiva, reunirnos con los rectores de Santua-
na
luz del PGP? 2. ¿Qué retos descubro para mi formación rios y responsables de la Piedad Popular de cada Dióce-
personal y trabajo pastoral en el Santuario? 3. ¿Qué retos sis o por Provincia, para contextualizarnos, y elaborar
descubro para la pastoral de mi Provincia? Luego tuvimos el un Directorio de Santuarios.
plenario con los secretarios de cada Provincia. Seguidamen-
P
te regresamos al convento para la comida. Terminada ésta, 3. Se requiere la formación y capacitación permanente de
re
los integrantes de la directiva de la Dimensión de Pastoral sacerdotes, religiosos(as), laicos y agentes de la Pastoral
de Santuarios y Piedad Popular nos reunimos para hacer la de los Santuarios. Se tendrá que proporcionar subsidios:
entrega de los materiales del trienio 2016-2019, por parte temática de los Encuentros anteriores, memoria USB, li-
ns
del Pbro. José Rogelio Cano López al nuevo Secretario eje- bros de la memoria escrita de los Encuentros, y utilizar
cutivo, el Pbro. Gerardo Aviña Ortiz: memoria USB, libros la página web del Proyecto Global de Pastoral de la CEM
sobre la Pastoral de Santuarios y PP, y los Encuentros LII y (PGP) como referencia permanente.
a
García, de la Diócesis de Morelia, quien recalcó el arte de consignar esto por escrito, con sus respectivas imágenes,
presidir, el arte de predicar y el arte de celebrar, al igual que y conocer, rescatar y fomentar la piedad popular en la
todos los lugares, servicios y objetos, con toda la belleza y familia como lugar de la Iniciación Cristiana. Hay que
ue
esplendor. Luego hubo un espacio para las preguntas a los valorar la piedad popular como recurso indispensable
expositores Mons. José Luis Chávez Botello y Pbros. Juan para la nueva evangelización permanente.
Pablo Moo, Antonio Ramírez y Oscar José García García.
st
Inmediatamente cada representante de los Santuarios com- Luego fuimos de peregrinación al ex convento del Conkal,
partió sus materiales que elaboran y ofrecen a sus peregri- que ahora funciona como iglesia parroquial, con su párro
ra
nos; seguidamente celebramos la Santa Misa presidida por co, Ricardo Ordóñez López, y su eficiente equipo de colabo-
Mons. Chávez Botello, y de allí pasamos a la cena, luego de radores, en especial el historiador Jorge Rodríguez Basora,
la cual tuvimos la reunión con los representantes de Provin- quienes nos explicaron detalladamente la historia, los luga-
cias, donde se acordó que el PGP debe ayudarnos a preparar res y la misión que desempeñó el convento en la evangeli-
de
los acontecimientos más importantes en estos 12 años que zación de México. Terminamos degustando una excelente
nos esperan, especialmente afinar la celebración del Acon- comida. Continuamos con nuestra peregrinación a la iglesia
tecimiento Guadalupano, para el 2031, y profundizar acerca de Santa Lucía y de allí nos acompañaron diferentes grupos
co
de los dos mil años de la Redención, para el 2033. Como una pastorales, animados por la banda de música, a la Catedral
tarea para el 2020, se acordó elaborar un cantoral con las de Mérida, de la Arquidiócesis de Yucatán, que fue cons-
tres o cuatro canciones que a cada Santuario le caracterizan, truida entre los años 1598-1692 y que tiene 33 metros de
con su mensaje teológico y su música popular, para lo cual altura y 70 metros de ancho. Su patrono es san Ildefonso de
r
acordamos reunirnos el miércoles 18 de octubre, de 10:00 a Toledo. Aquí participamos en la Santa Misa presidida por
te
15:00 horas, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, Mons. Gustavo Rodríguez Vega; luego compartimos la cena
de la Ciudad de México. y de allí regresamos a Izamal.
sí
El jueves 9 de mayo iniciamos con una celebración de la El viernes 10 de mayo, día de las mamás, iniciamos la jorna-
a
Santa Cruz, a la luz de Mc 8, 34-37, que trata sobre las con- da con la Santa Misa presidida por Mons. José Luis Chávez
diciones del seguimiento de Jesús; estuvo a cargo del Pbro. Botello. De inmediato nos reunimos para la evaluación del
Luis Armando González Torres, de la Diócesis de Hermo- Encuentro; para que ésta no fuese incompleta, se nos dijo
sillo, quien nos invitó a dar un beso a la Santa Cruz de San que la peregrinación sería de sólo medio día y que el otro
Damián, desde la que, en el año 1206, Jesús le pidió a san medio día se utilizaría para evaluar, ya que teníamos que
Francisco de Asís que renovara su Iglesia; así también noso hacer una papeleta con las preguntas adecuadas para que se
tros, en el Santuario de Nuestra Señora de Izamal, Mérida, plantearan inmediatamente después de cada tema. Se tra-
Yucatán, México, en este año 2019, al igual que san Francis- taba de compartir las experiencias de evangelización que
26
se están realizando en los Santuarios, como por ejem- Continuamos con el desayuno y finalizamos con la despedi-
plo los Ejercicios Espirituales de Atotonilco. Se pidió que da, para volver a nuestros lugares. Estamos muy agradecidos
al compartir el material de los Santuarios no bastaba sólo con la Arquidiócesis de Yucatán por la cálida atención que
con entregarlos, sino que había que explicar lo que se hace nos brindaron a todos los asistentes a este III Encuentro o
en cada lugar con dicho material. Se habló de aprovechar LIV Reunión-Congreso de Rectores de Santuarios y Repre-
todos los medios de comunicación social para dar a conocer sentantes de la Piedad Popular, especialmente con nuestros
los materiales sobre la Pastoral de Santuarios y Piedad Po- anfitriones: el Pbro. Gaspar Alberto Arceo García, el Pbro.
pular producidos hasta ahora. Se hizo hincapié en la nece- fray Mario Gabriel Moo Chalé, la comunidad religiosa en-
sidad de compartir todo lo aprendido en esta Pastoral con cargada del Santuario de Nuestra Señora de Izamal y todo el
B
todos los Santuarios, tanto a nivel de diócesis y provincias equipo de colaboradores. Nuestro agradecimiento también
como a nivel nacional y latinoamericano. La piedad popular es para todos los asistentes a este esperando Encuentro, que
ue
no sólo es destinataria, sino que ella es la que sostiene a la nos ha brindado una oportunidad más para contribuir a la
Iglesia, Pueblo de Dios. Será necesario leer y releer el Pro- nueva evangelización en nuestro querido México.
yecto Global de Pastoral (PGP) de la CEM.
na
Gerardo Aviña Ortiz es presbítero, rector del Santuario de los Mártires Mexicanos, de la arquidiócesis de Guadalajara, y secretario de la
P
Dimensión de Santuarios y Piedad Popular (DIPASAN) de la CEM. Bernardo Herrera Chinchay es presbítero y rector del Santuario de
la Divina Misericordia, en Tocuila, Otumba, estado de México.
re
ns
a
M
distancia entre el Hijo, verdadero Dios, y la Madre, sólo creatura, las del Corazón de Cristo: la consagración
te
de cada uno de los fieles, de las familias, de las comunidades religiosas, de las naciones; la reparación, rea-
lizada sobre todo mediante la oración, la mortificación y las obras de misericordia; la práctica de los cinco
primeros sábados de mes.
sí
Por lo que refiere a la devoción de la comunión sacramental durante cinco primeros sábados consecutivos,
valen las observaciones hechas a propósito de los nueve primeros viernes: eliminada toda valoración excesiva
a
del signo temporal y situada correctamente la comunión en el contexto celebrativo de la Eucaristía, la prácti-
ca de piedad debe ser aprovechada como ocasión propicia para vivir intensamente, con una actitud inspirada
en la Virgen, el Misterio Pascual que se celebra en la Eucaristía.
27
portada y contraportada
Actualidad Litúrgica 274, mayo-junio 2020
Alberto Aranda Cervantes, MSpS
EL CÁLIZ DE SUGER Ya en nuestro campo… fue abad de San Dionisio –en
National Gallery, Londres, Inglaterra francés, Sant-Denis– y constructor de la iglesia de la
(Portada) abadía. En un libro, Suger da toda la inspiración y los de-
B
era el lugar de origen del cáliz, pero después me fui dan- de Dios; hasta llegó a ser considerado como el “inven-
do cuenta de la importancia excepcional del nombre. tor” de este estilo.
na
Suger nació cerca de París, en una familia de campesi- El cáliz que nos ocupa está tallado en ónix proveniente
nos. Entró a la abadía como oblato, pero sus dotes na- de Alejandría. El montaje de orfebrería y piedras precio-
turales lo llevaron a alturas no sospechadas: logró ser sas fue hecho entre 1137 y 1140 por orfebres franceses.
P
Regente y defensor del rey Luis VII, en su ausencia por Mide 18.4 cm de alto.
las cruzadas, y llegó a ser considerado como padre de la
re
LA PATENA DE RIHA
Dumbarton Oaks Research Library And Collection,
Washington, EE. UU.
M
(Contraportada)
Sobre el domingo
El primer día de cada semana, llamado día del Señor o domingo (dies dominica), la Iglesia, por una tradición
apostólica cuyos orígenes arrancan del mismo día de la resurrección de Jesucristo, celebra el Misterio Pas-
cual. Por esta razón hay que considerar el domingo como el día festivo primordial (cfr. SC 106).
28
Actualidad Litúrgica 274, pp. 29-61 El texto continúa dirigiéndose a los esclavos, que en
Misa
la época del escrito los había. A ellos se refiere el frag
dominical mento leído hoy. Si habiendo obrado el bien, es lo mis
mo que se pide a todos los cristianos, reciben un trato
Notas exegéticas injusto, y lo soportan con paciencia, por amor a Dios,
esto es gracia (el texto griego usa la palabra gracia, no
mérito) ante él. De hecho, el versículo anterior (v. 19)
3 de mayo, 2020 explica que soportar un trato injusto es una gracia reci
B
Como el domingo pasado, leemos un fragmento del El modelo a seguir es el mismo Cristo. En el cántico
discurso de Pedro (y los Once) el día de Pentecostés. de las segundas Vísperas de los domingos de Cuaresma
Los que lo escuchan le preguntan qué es lo que tienen (1 Pe 2, 21b-24), encontramos un bello comentario del
que hacer. Es preciso que se hagan bautizar en nombre apóstol Pedro al llamado cuarto cántico del Siervo su
P
de Jesús, el Mesías. Esto es, reconocer que aquel cru friente de Isaías (Is 52, 13–53, 12).
re
no reconocer a Jesús como Mesías. El texto leído hoy es continuación del episodio del cie
go de nacimiento, en el que Jesús acababa hablando
a
También se les dice que se salven de esta generación con los fariseos. Cuesta entender a Jesús ya a sus mis
perversa. ¿Cuál es esta generación pervertida? Se habla mos oyentes. Jesús es la puerta por donde entran los
de ella por primera vez en el libro del Deuteronomio. pastores, los buenos y los malos, y también las ovejas.
Moisés, al final de su vida, se dirige al pueblo, a punto Los fariseos serían estos pastores… malos, que no han
de entrar en la tierra prometida, y la llama así (Deut 32, sabido cuidar a las ovejas.
M
Israel, recoge también la expresión. El mismo poema, a los malos pastores, refiriéndose a los reyes de Israel.
al margen, lleva una nota de los antiguos masoretas: Se habían aprovechado del pueblo, no habían cuidado
el v. 36, que describe la falacia del pueblo para con su a las ovejas débiles o enfermas y ellas se habían dis
st
Dios; sería el centro, por versículos, de todo el Salterio. persado. Igualmente, los hay que han entrado por la
Otras fuentes de la misma tradición hebrea, sin embar puerta pero no son buenos pastores, son ladrones, y
ra
go, sitúan este centro en el v. 38: el Dios entrañable que las ovejas han huido, porque no reconocen su voz. El
perdona. Señor mismo, finalmente, vendrá a buscar y pastorear
a sus ovejas.
de
Dios compasivo y misericordioso, que perdona, y da el impronunciable de Dios. En Jesús, Dios mismo vendrá
Espíritu Santo a los que se hacen bautizar en nombre a buscar y pastorear a sus ovejas. Y la puerta servirá
del Mesías Jesús. para que entren y salgan sin miedo, para que encuen
r
lo porque: siguiendo la tradición de Israel, es capaz de El ciego ha aprendido a distinguir quién es el buen pas
ver a Dios en todas partes, en toda situación y, por lo tan tor, aquel que le ha devuelto la visión. Jesús es la puerta
to, sería él quien habría puesto a estos gobernantes como por la que podrían entrar los fariseos para acoger a los
en otro tiempo endureció el corazón del faraón, o envió débiles del pueblo. Jesús es, al mismo tiempo, el buen
a Asiria o a Babilonia para probar al pueblo. Es una ma pastor que se preocupa por sus ovejas.
nera de interpretar la realidad: puede ser mala, pero lo
es menos si se cree que, tras ella, hay alguien que ama. Olga Nicolau
29
Orientaciones para T OTROS ASPECTOS DE LA LITURGIA DE LA PALABRA
DE ESTE DOMINGO
la celebración Las otras lecturas sugieren aspectos importantes y, en
cierto modo, complementarios. Así la primera lectura,
T “EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA” tomada del discurso de Pedro el día de Pentecostés,
constituye una invitación a hacer memoria del Bautismo
Este domingo, tan popular en la Iglesia como la figura bí- recibido y actualizar el proceso de conversión que con-
B
blica que celebra realizada en Cristo resucitado, merece lleva recordar este acontecimiento, verdadera puerta
ser aprovechado para centrar la mirada en el Buen Pas- también –no se olvide– para “entrar y salir” y “encon-
ue
tor que ha sido antes cordero, no sólo para dar la vida trar pastos” (el acento habría que ponerlo no tanto en el
por el rebaño sino a todo el rebaño. Y otro tanto ocurre entrar y salir como en el encontrar pastos). Lo que resul-
con las oraciones del domingo y uno de los prefacios ta evidente es el alcance integrador del sacramento del
na
pascuales, el III, cuyo texto está inspirado en la visión Bautismo en la comunidad eclesial, aunque no debería
del Cordero en el trono recogida en el libro del Apoca- olvidarse el aspecto de conversión unido a dicho sacra-
lipsis (cfr. Apoc 7, 9ss.) en la que, aunque lleva patentes mento. Si se hace la aspersión del agua al comienzo de
las señales de la muerte, está sin embargo de pie, es la liturgia dominical –sumamente recomendable en el
P
decir, vivo y radiante, conduciendo a su pueblo hacia las Tiempo de Pascua–, no es necesario insistir demasiado
re
fuentes de aguas vivas. Este texto se lee como segunda en el aspecto de la conversión bautismal.
lectura en el cuarto domingo de Pascua, pero del año C.
Por su parte, la segunda lectura, que habla de los sufri-
ns
T LA PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR mientos de Cristo en su Pasión sufrida para redimirnos,
COMO “PUERTA DE LAS OVEJAS” constituye una nueva llamada a mantenerse como quie-
nes hemos “muerto al pecado” y hemos de “vivir para
a
Ahora bien, en el año A del leccionario dominical, sin la justicia”. Esto en el ámbito personal, pero la carta del
perder la referencia a la figura entrañable del Buen Pas- apóstol hace referencia, y muy significativa, a la realidad
tor, que encuentra siempre todo su sentido dentro del efectuada en los bautizados: “eran como ovejas desca-
contexto de la Pascua, se halla también una importante rriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de
M
afirmación del Señor: “Les aseguro que yo soy la puerta sus vidas” (1 Pe 2, 25).
de las ovejas” (Jn 10, 7). Es éste un aspecto que casi nun-
ue
ca se toca en la predicación homilética, ni siquiera en El domingo del Buen Pastor tiene asignada una “jornada
este domingo, en el que la expresión ocupa un lugar re- de oración por las vocaciones”. Una breve pincelada en
levante en el famoso capítulo 10 del cuarto evangelio. la homilía en el momento oportuno puede ser no sólo
st
En el fragmento del texto asignado a este domingo se útil sino conveniente. Pero no debe olvidarse que el año
puede apreciar la relevancia de esta comparación que litúrgico, es decir, el misterio de Cristo evocado por la
ra
hace el Señor de sí mismo como “puerta” de acceso Iglesia sobre la base del evangelio y de las demás lectu-
no sólo al redil, la comunidad eclesial, sino también ras y oraciones, constituye la guía o columna vertebral
a la salvación: “Yo soy la puerta; quien entre por mí de la liturgia dominical y festiva.
se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos.
de
30
Proyecto de homilía el domingo pasado. En el párrafo de hoy, Pedro afirma
categóricamente que aquel a quien los judíos habían cru
cificado ha sido constituido por Dios “Señor y Mesías”.
La imagen del pastor que guía a sus ovejas era familiar Los oyentes se sintieron impactados por las palabras de
en Israel y alimentó en todas las épocas la reflexión Pedro, y unas tres mil personas fueron bautizadas. Tam
religiosa sobre la relación del pueblo (y de cada perso bién ellos escucharon y siguieron, por fin, la voz de su
na) con Dios. Jesús se presenta como el pastor según el pastor.
corazón de Dios, el pastor anunciado por los profetas.
Él conoce íntimamente al Padre y transmite este cono Sólo Jesús es el verdadero pastor. Siguiendo esa alego
B
cimiento a los suyos. Él conoce perfectamente nuestra ría, Juan sigue revelando en su evangelio el misterio de
condición humana, porque es el cordero que ha carga la persona de Cristo: Él es también “la puerta”, que nos
ue
do con los pecados de todos nosotros (segunda lectura). permite entrar en comunión con el Padre.
Él guía a los suyos con la autoridad de quien ama y de
quien ha entregado la vida por ellos, y ellos escuchan su En la oración eucarística, damos gracias al Padre por
na
colegio apostólico) su servicio de pastor para con aque nos vino a traer; recibimos su Cuerpo y su Sangre; por
re
llos que pertenecen ya a su rebaño o que llegarán a per que él mismo nos ha preparado una mesa y se ha hecho
tenecer a él. Este servicio hace efectiva la presencia de nuestro alimento.
Cristo resucitado en medio de los suyos, y la prolonga en
ns
El mundo
sólo puede encontrar
salvación y vida eterna
en Cristo Jesús;
en nadie más.
31
Notas exegéticas Jesús; por su muerte y resurrección han sido llamados
de las tinieblas a su luz maravillosa. Aunque hay una
diferencia significativa con el Sinaí: allí el pueblo no se
10 de mayo, 2020 podía acercar a Dios; aquí los creyentes se han acer
5o DOMINGO DE PASCUA cado a Jesús, a Cristo, la piedra viva escogida y puesta
como piedra angular.
breos, porque veían desatendidas a sus viudas en el como en otro tiempo lo hizo con el pueblo de Israel.
servicio diario. Los apóstoles reúnen a los discípulos y
les exponen la situación: junto al servicio de las mesas * 3a lectura: Juan 14, 1-12
na
Un hecho similar es explicado en la primera parte de sús se revela como camino, verdad y vida. La palabra
re
la obra de Lucas. El Señor es acogido por una mujer camino aparece poco en el cuarto evangelio: tres veces
llamada Marta. Ella, atareada, se preocupa por servir aquí y una en el inicio (1, 23), donde Juan el Bautista,
al huésped. La hermana pequeña, María, sentada a los cuando le preguntan, se define como la voz que clama
ns
pies del Señor, escuchaba su palabra, esto es, la Palabra en el desierto: “Enderecen el camino del Señor”, según
de Dios. Marta protesta. Y la respuesta de él, en parte, las palabras de Isaías. Lo entendemos como preparar
a
desconcertante, da la importancia al servicio de la Pala un camino al Señor Dios que viene encarnado en Jesús.
bra, a su escucha en este caso (Lc 10, 38-42). A la luz del texto leído hoy, el camino es Jesús mismo,
un camino que lleva al Padre, como se deduce del diá
El servicio de las mesas es importante. Los apóstoles no logo con Tomás. Jesús sería, pues, un camino de doble
lo encargan a cualquiera. Hay que escoger a siete her sentido: Dios aproximándose a la humanidad, y ésta
M
manos de los que se pueda dar buen testimonio, llenos retornando a Dios.
del Espíritu Santo y llenos, también, de sabiduría. Y Lu
ue
cas da los nombres, como antes en el evangelio había La verdad… Jesús es la verdad. Habrá que recordar esta
dado el nombre de los doce apóstoles (6, 14-16). Cues afirmación al releer de nuevo el texto de la pasión. Pila
tiones técnicas hacen pensar que el grupo de los após to interroga a Jesús. Él explica que ha venido al mundo
st
toles, junto con el de los diáconos, ejercía una función para dar testimonio de la verdad, y que los que son
maternal en la comunidad, el servicio de la Palabra de de la verdad escuchan su voz. El gobernador romano
ra
Dios y de las mesas, que engendraba nuevos discípulos permanece perplejo y se pregunta qué es la verdad. El
en Jerusalén. lector perspicaz podrá retornar a Jn 14, 6, y sabrá que
la verdad es Jesús mismo.
de
des… son estirpe elegida, sacerdocio real, nación con- de ver al Padre en Jesús, en las obras realizadas por él
sagrada a Dios y pueblo de su propiedad” (cfr. Éx 19, para creer, así, en Dios. Pero ¿y los que ni siquiera han
5-6). Son palabras dichas por Moisés, de parte de Dios, visto a Jesús? Después de Pascua, entonces, en un epi
r
al pueblo. Es un momento capital en la historia de Is sodio con Tomás, declarará bienaventurados a los que
te
rael: el Señor los ha hecho salir de la tierra de escla creen sin haber visto. Y, además, Juan afirmará haber
vitud, de Egipto, para llevarlos a la tierra prometida, y escrito su evangelio, todos los hechos y signos obrados
han llegado al Sinaí. Y todo se prepara para la alianza.
sí
por Jesús, para que quien los lea crea que es el Mesías,
Son diversas las veces en que Dios indica que el pueblo el Hijo de Dios (Jn 20, 30-31).
se ha de purificar y no se podrá acercar a la montaña,
a
32
Orientaciones para que, por el Bautismo, todos los cristianos participan del
sacerdocio de Jesucristo.
la celebración T JESUCRISTO ES CAMINO, VERDAD Y VIDA
Este domingo aparece dominado por lo que podríamos del discurso de despedida del Señor durante la Última
llamar la conciencia de la Iglesia acerca de su existencia Cena. Jesús se define como camino, verdad y vida, tres
ue
y misión durante el tiempo que transcurre entre la par- expresiones llenas de contenido que invitan a compren-
tida de Jesús y su retorno al final de los tiempos, según der la vida cristiana como seguimiento de Cristo, quien
sus propias palabras: “Cuando me haya ido y les haya nos ha de llevar hasta la plenitud de la vida con el Pa-
na
preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para dre y con él mismo: “Nadie va al Padre, si no es por mí”
que donde yo esté, estén también ustedes” (Jn 14, 3). Y, (Jn 14, 6), afirma el Señor. Los textos tienen también un
en efecto, mientras el evangelio alude, en el discurso del fuerte sabor trinitario, en el diálogo de los apóstoles
adiós, a las relaciones entre él y sus discípulos después Tomás y –especialmente– Felipe con Jesús, quien llega
P
de la resurrección, las otras lecturas hablan de los minis- a pronunciar afirmaciones tan ricas en contenido como
re
terios en la comunidad y de algunas características de estas: “Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué
la vida de la Iglesia. Las oraciones, por su parte, vuelven dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy
sobre los frutos de los sacramentos pascuales: la parti- en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que
ns
cipación en la vida divina (sobre las ofrendas), ser ali- yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre,
mentado con los misterios celestiales y pasar a una vida que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme:
nueva (poscomunión). Por su parte la colecta expresa yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” (14, 9-11).
a
T LA COMUNIDAD PASCUAL Y SUS MINISTROS subrayar esto: la herencia que ha puesto en nuestras
manos es su propia vida de unión con el Padre como
ue
Las primeras lecturas de los domingos del Tiempo de medio para llegar hasta Dios y fundirnos con él en una
Pascua contemplan el nacimiento de una comunidad felicidad eterna que empieza ya en este mundo. La vida,
formada por los apóstoles y los primeros discípulos. Es que se ha hecho verdad y camino para todos nosotros,
st
la comunidad pascual, surgida de la experiencia de la re- es un don que ha querido compartir con nosotros. Sólo
surrección del Señor y animada por la fuerza de su Espí- él, resucitado y presente misteriosamente en la Iglesia,
ra
ritu. Las lecturas de este domingo ofrecen una reflexión puede darnos esa vida que anhelamos. La Iglesia, comu-
sobre las comunidades cristianas, las de ayer y las de nidad rica en ministerios y funciones para el servicio y el
hoy, señalando algunos rasgos que deben identificarlas. bien de todos sus miembros, sólo cumplirá su misión en
En efecto, en los Hechos de los Apóstoles se narra la la medida en que incorpore a los hombres a ese dina-
de
elección de los primeros diáconos. El motivo es el creci- mismo interior de la relación entre el Padre y el Hijo en
miento del número de los discípulos. Ante realidades y la unidad del Espíritu Santo. Los ministerios eclesiales,
situaciones nuevas, hay que dar nuevas respuestas, de- llámense diáconos, presbíteros u obispos, además de
co
bieron pensar los responsables de la comunidad. Y deci- otros servicios y funciones existentes en la comunidad
dieron escoger a siete hombres de buena fama, “llenos de los fieles, son relativos. En cambio la participación
del Espíritu Santo y de sabiduría” para llevar a cabo las en la vida Cristo, la unión con Dios en definitiva, aunque
r
nuevas tareas que los apóstoles no podían asumir. En comienza en este mundo, tiene un valor de eternidad.
te
33
Proyecto de homilía Sobre el fondo de la elección de los siete diáconos (prime-
ra lectura) se perfila una situación de confrontación entre
cristianos que pertenecían a dos grupos diferentes por
Jesús resucitado se manifiesta como “camino, verdad y mentalidad, lengua, tradición y cultura. Se busca la so
vida”. Él puede afirmar que es, en persona, el camino ha lución de esas tensiones en una línea de equilibrio y de
cia el Padre porque es la verdad, la imagen del Padre en reorganización eclesial, para un servicio más eficaz a los
el mundo y, al mismo tiempo, la vida de quien cree en él. hermanos. De ese modo, en la comunidad, mientras ella
crece porque se multiplica el número de los discípulos
El conocimiento de Jesús que nos da la lectura evangé (cfr. Hech 6, 7), comienzan también a diferenciarse mi
B
lica de este domingo viene como desarrollo de un tema nisterios diversos. Todos los creyentes son piedras vivas,
que está presente desde el comienzo en el evangelio de empleadas en la construcción del mismo edificio espi
ue
por medio de sus palabras y sus obras, su comunión de surrección del Señor, nuestra comunidad crece cada vez
vida con el Padre, y la fe en él nos permite llegar a la fuen más como edificio espiritual, sólido y compacto, cons
te de la verdad y de la vida. truido con piedras vivas unidas alrededor de Cristo, que
es la piedra angular. Él está presente en medio de noso
P
Las lecturas de hoy nos hablan también de una comuni tros como camino, verdad y vida. Celebrar la Eucaristía
re
dad que debe continuar la misión de Cristo. Una condi se vuelve, entonces, un penetrar cada vez más –por Cris
ción esencial para ello es la de crecer unidos alrededor to, con Cristo y en Cristo– en la comunión de vida con el
de él como piedras vivas (segunda lectura) y llevar a cabo Padre, estar en el Padre como lo estaba Jesús.
ns
segunda lecturas.
M
discípulos –y a nosotros– a no perder la paz, a creer dad y la vida” podremos recuperar aquello que
en él. nos hace verdaderamente humanos, de acuerdo
ra
existe otro.
é Jesús es “la verdad”. Él, como verdadero Dios y
sí
34
Notas exegéticas Pedro usa, en dos ocasiones más, la palabra esperanza
en su primera carta. En primer lugar (1, 3), por la re
surrección de Jesucristo, Dios los ha regenerado para
17 de mayo, 2020 una esperanza viva. En segundo lugar (1, 21), la fe y
6o DOMINGO DE PASCUA la esperanza están puestas en Dios porque creen que
él ha resucitado de entre los muertos y ha glorificado
a Cristo, que los ha rescatado con su sangre. Así pues,
* 1a lectura: Hechos 8, 5-8. 14-17 para dar una palabra sobre la propia esperanza, habrá
B
persecución contra los creyentes en Jerusalén. Todos se que, por él, nos ha sido regalada.
dispersaron, excepto los apóstoles. Sin embargo, esta
huida origina la llegada de la buena noticia a todos los Además, hay que tener una buena conciencia, que es
na
israelitas no se tratan con los samaritanos. La situación ciencia ha de llevar a una conducta buena que, a pesar
re
viene de lejos, de cuando los asirios hicieron caer a de todo, puede comportar sufrimiento, un sufrimiento,
Israel, el reino del norte, y deportaron a la población. no obstante, que nos configura con Cristo, con el justo
Felipe, pues, llega allí y predica al Mesías y realiza pro que murió por los injustos y fue devuelto a la vida.
ns
La liturgia salta la lectura del inicio del episodio con El fragmento que hoy se lee está enmarcado por una
Simón, un hombre que practicaba la magia en la misma inclusión: si el discípulo ama a Jesús, guardará sus man
ciudad, que queda admirado e incluso se convierte y se damientos, afirma en el inicio, y acaba diciendo: “El
hace bautizar. De hecho, leyendo estos versículos (vv. que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me
M
9-13) vemos cómo en la ciudad no sólo hubo una gran ama”. Amar a Jesús, pues, y guardar sus mandamientos
alegría, sino que hombres y mujeres se hicieron bau son sinónimos, es una misma cosa.
ue
La noticia llega a los apóstoles de Jerusalén, y envían a únicamente una de ellas se refiere a los fariseos y su
Pedro y a Juan. Éstos oran y les imponen las manos, y mos sacerdotes. En 10, 18, y en 12, 49. 50, Jesús cum
ra
los recién bautizados en el nombre de Jesús reciben el ple el mandamiento del Padre: da la vida libremente y
Espíritu Santo, como los apóstoles en los primeros días. habla de lo que el Padre le ha mandado, esto es, la vida
eterna. El mandamiento, así, enlaza con el concepto de
de
El texto leído acaba ahí. El capítulo 8, sin embargo, Ley, por lo menos en su sentido etimológico en hebreo:
continúa el episodio de Simón el mago. La conversión es una enseñanza para la vida, para llegar a la Vida.
no es fácil; él, sin embargo, se confía a la plegaria de
los apóstoles. Ellos, finalmente, retornarán a Jerusalén. A partir del capítulo 13, Jesús ya habla de su mandato:
co
35
Orientaciones para la acción pastoral la nota o referencia pneumatológica,
inseparable por otra parte tanto del aspecto cristológico
la celebración (la presencia “espiritual” del Resucitado) como del as-
pecto eclesiológico.
Todo el domingo está presidido por la promesa del Es- Desde la perspectiva señalada, aunque en el texto evan-
píritu Santo. El domingo que precede a la fiesta de la gélico se mencionan aspectos importantes como el re-
ue
Ascensión ayuda a los fieles a entender la íntima cone- lativo a la oración en el nombre de Jesús y el amor a él
xión entre la partida de Jesús visible y su modo nuevo y a la puesta en práctica de sus enseñanzas, el énfasis
de presencia entre los suyos y en el corazón de los suyos está puesto al final, cuando el Señor menciona su propia
na
mediante el Espíritu Santo: “Dentro de poco, el mundo intervención para que el Padre envíe el Espíritu Santo de
no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo la promesa a los discípulos: “yo le rogaré al Padre y él les
permanezco vivo y ustedes también vivirán. En aquel día dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes,
entenderán que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y el Espíritu de la verdad” (Jn 14, 16-17a). La oración cris-
P
yo en ustedes” (Jn 14, 19-20). La lectura de los Hechos tiana, contando con la mediación de Cristo y el amor
re
de los Apóstoles narra nuevas manifestaciones del Espí- hacia él, son actitudes que permiten acoger vivir la pre-
ritu Santo vinculadas a la predicación del diácono Felipe sencia de Jesús resucitado en medio de nosotros, reali-
y a la actuación de los apóstoles Pedro y Juan en Sama- dad inseparable del don personal del Resucitado –per-
ns
ria. La lectura apostólica evoca la resurrección de Cristo sonal en doble sentido: don personal de Cristo, y don
como acción debida al Espíritu Santo. Las oraciones se que es una Persona divina–. A partir de ahí se compren-
refieren a la alegría de este tiempo en honor de Cristo de también que el Espíritu Santo viene acompañado de
a
resucitado (colecta), a la participación en el sacramento otros dones, como el conocimiento de Dios, la apertura
pascual (sobre las ofrendas y poscomunión), que nos ha de espíritu, la conversión del corazón al escuchar la Pa-
hecho renacer para la vida eterna y da vigor a nuestros labra divina: ahí está la primera lectura con el episodio
corazones. de la conversión de los samaritanos, su bautismo y la
M
la reforma litúrgica del Vaticano II. El “don de la Pascua contexto de la presencia y de la acción del Espíritu Santo
del Señor”, expresión que alude al Espíritu Santo como en la Iglesia, se encuentra en la primera parte de la pri-
persona divina y, por lo tanto, como don “personal” del mera lectura, la predicación de Felipe (cfr. Hech 8, 5-8),
Padre a Jesucristo y de éste a la Iglesia, no se refiere a y en la segunda lectura (1 Pe 3, 15-18), que contiene el
de
la celebración pascual como una gracia especial ni a la núcleo del mensaje pascual cristiano: “Cristo murió, una
alegría que la acompaña, sino a la presencia de la ter- sola vez y para siempre, por los pecados de los hombres;
cera Persona de la Santísima Trinidad en el corazón de él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a
co
los bautizados/confirmados, tanto los que han sido “ini- Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado” (3, 18).
ciados en los sacramentos pascuales” como los que ya La frase no contiene solamente una referencia moral
lo estamos desde nuestra infancia. El Espíritu Santo no para nuestra conducta como bautizados a ejemplo del
r
sólo está al final del ciclo pascual sino desde el primer propio Cristo, que se humilló a sí mismo en la línea de
te
instante, si se puede hablar así, de dicho tiempo. lo señalado por el kerigma primitivo (cfr. Flp 2, 8), sino
también la referencia explícita al Espíritu Santo, que re-
Es cierto que en el Misal del Vaticano II esto no apare- sucitó a Jesús de entre los muertos. Este segundo tema
sí
ce suficientemente claro, porque los textos proceden es lo que motiva la elección del texto de la lectura apos-
en gran medida de la tradición litúrgica precedente, en tólica para este domingo. Comprender esto ayudará a
a
la que ya se había roto la unidad teológica, litúrgica y dar “al que las pidiere, las razones de la esperanza de
pastoral de la Cincuentena. Sin embargo esto es mucho ustedes” (1 Pe 3, 15b).
más evidente en el leccionario, tanto dominical como
ferial, de este tiempo, gracias a la prevalencia del evan- Julián López
gelio según san Juan y, sobre todo, a la lectura del libro
de los Hechos de los Apóstoles. Es cuestión de fijarse
un poco y recuperar en la espiritualidad litúrgica y en
36
Proyecto de homilía misionero de la Iglesia apostólica. El anuncio del evan
gelio supera los confines de Judea, llega a Samaria y se
difunde por medio de la Palabra y de los milagros. La
El Espíritu Santo sigue haciendo presentes en la Iglesia y intervención de los apóstoles Pedro y Juan, con la impo
en cada comunidad cristiana las realidades de la Pascua. sición de las manos y la efusión del Espíritu, es una señal
La promesa de Jesús (cfr. evangelio) no es sólo un motivo clara de la unidad que se instaura entre grupos religiosos
de confianza y de consuelo para los discípulos que lo tradicionalmente en conflicto, como eran los judíos y los
escuchan, es una realidad que se prolonga en la historia. samaritanos.
B
En el evangelio de este domingo la promesa del Espíritu Jesús prometió a la Iglesia el don del Espíritu como pre
Santo está directamente unida al tema del amor (Jn 14, sencia actualizadora de su propia obra. Esa promesa se
ue
15-17). Ese Espíritu que el Señor promete y que viene realiza de modo particular en nuestra celebración euca
del Padre es un Espíritu de amor, y los cristianos deben rística. El Espíritu del Señor resucitado es el que crea
dar testimonio de ello. Un testimonio visible y convin la comunión entre todos los miembros de la asamblea;
na
cente será el amor fraterno que debe caracterizar a las entre esta comunidad y todas las demás que celebran
comunidades cristianas. En todos los tiempos, la Iglesia la misma Eucaristía. El Espíritu de la verdad es el que
es llamada a probar con los hechos su amor operante. ilumina y actualiza la Palabra de Dios anunciada a los
También hoy la Iglesia no puede desentenderse de los creyentes y la hace penetrar en sus corazones. Nuestra
P
seres humanos, cuyo destino, es decir, su elección y lla comunión con el cuerpo glorioso de Cristo, renueva en
re
mado, su nacimiento y muerte, su salvación o perdición nosotros la efusión del Espíritu y hace que sea mayor la
están vinculados con Cristo de un modo indisoluble. eficacia en nosotros del Misterio Pascual, para que po
damos corresponder cada vez mejor a la obra redentora
ns
Esta pregunta es fundamental en la vida de todo conoce”. ¿Qué estamos haciendo para conocerlo
cristiano, porque para amar a Jesús primero tene cada día más?
mos que conocerlo, porque “nadie ama lo que no
´ Y no se trata de un conocimiento meramente
co
discípulos de Emaús).
37
Notas exegéticas Ésta es la fuerza de Dios, su acción poderosa en la vida
de los destinatarios de la carta. Sin duda es sencilla de
percibir y de entender, esta acción. De ahí que el após
24 de mayo, 2020 tol ruegue al Señor para que otorgue el don de la sabi
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Misa del día) duría y de la revelación, y para que ilumine los ojos de
los corazones de los creyentes, para que puedan reco
nocerlo. Así como los discípulos de Emaús necesitaron
* 1a lectura: Hechos 1, 1-11 que Cristo les explicara las Escrituras, los creyentes ne
B
de Dios”… Teófilo, pues, podrá ser todo aquel que sea Leemos los cinco versículos finales del evangelio de
amado por Dios. Mateo. Después de la resurrección de Jesús, el ángel,
primero, y después el mismo Señor, indican a las mu
Resume, seguidamente, su evangelio, que contiene los jeres que han de decir a los discípulos que vayan a
P
hechos y enseñanzas de Jesús, y retoma el final. Allí la Galilea, que allí lo verán. Se intercala el episodio de
re
Ascensión del Señor es explicada más rápidamente (Lc la consigna dada a los guardias, la de hacer correr la
24, 50-53): Jesús se lleva a los discípulos a Betania, los mentira del robo, por parte de los discípulos, del cuer
bendice y es llevado al cielo. Ellos lo adoran, y se vuel po de Jesús.
ns
los discípulos vuelven a Jerusalén y son constantes en hacen discípulos bautizando, en el nombre del Padre,
bendecir a Dios en el Templo, aquí vuelven y son cons y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñando a cumplir
ra
tantes en orar en la casa donde se reúnen los Once, todo lo que Jesús ha mandado. Y aquí el lector es invi
nombrados uno a uno, con algunas mujeres y María. tado a releer el Evangelio para recordar cuáles son los
Bendecir a Dios, orar en comunidad, es una parte im mandamientos del Maestro.
de
* 2a lectura: Efesios 1, 17-23 tres se reunieran en su nombre (Mt 18, 20). Pero el
evangelista, además, acaba su relato con una bella y
Tomando el texto desde el versículo 15 vemos que el significativa inclusión. Cuando en el inicio el Señor se
r
fragmento leído es la plegaria de Pablo en favor de los aparece en sueños a José para indicarle que María ha
te
efesios. El apóstol ha oído hablar de la fe de la comuni concebido por el Espíritu Santo, y que el nombre del
dad y no cesa de dar gracias a Dios y de orar por ellos. Hijo será Jesús, porque salvará de sus pecados al pue
sí
poder. Por lo tanto, si Cristo es el soberano en el ámbito evangelio con la promesa de la presencia de Jesús, da
celestial también lo será en el terrenal. Los creyentes no a entender, además, que este Jesús, como lo ha ido mos
han de temer nada, porque Cristo, y en él Dios, tiene la trando, es Dios, el mismo Dios con nosotros.
última palabra. Además, Dios ha hecho de Cristo cabe
za de la Iglesia, y los efesios son miembros de ella, son Olga Nicolau
miembros del cuerpo de Cristo.
38
Orientaciones para todo el conjunto es evidente que sobresale la primera
lectura que relata el hecho: “se fue elevando a la vista
la celebración de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos” (1, 9).
Las restantes lecturas contienen también algunas refe-
rencias, como la carta a los Efesios, en la que se lee no
T “ME HA SIDO DADO TODO PODER sólo el dato relevante, la exaltación en la que “resucitó
EN EL CIELO Y EN LA TIERRA” a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su dere-
cha en el cielo, por encima de todos los ángeles, prin-
B
La celebración de la Ascensión del Señor en domin- cipados, potestades, virtudes y dominaciones…” (Ef 1,
go tiene la ventaja de subrayar la íntima conexión del 20-21), sino también su incidencia en nosotros para que
ue
acontecimiento celebrado con la Pascua, ligada al “día comprendamos “cuál es la esperanza que [nos] da su lla-
del Señor” por excelencia, que es el que se denomina mamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da
así. Y esto bajo un doble aspecto: en cuanto glorificación a los que son suyos y cuál la extraordinaria grandeza de
na
de Cristo y en cuanto comienzo de la glorificación de la su poder para con nosotros, los que confiamos en él, por
Iglesia, cuerpo de Cristo. Como es sabido, en la tercera la eficacia de su fuerza poderosa” (1, 18-19).
edición típica del Misal Romano se ha introducido una
nueva Misa de la Vigilia que “se dice en la tarde del día El evangelio –este año según san Mateo– alude al mo-
P
que precede a la solemnidad, ya sea antes o después mento de la ascensión, pero destaca el escenario, Gali-
re
de las primeras Vísperas de la Ascensión”. Lo que sigue lea, y en ella el “monte en el que Jesús los había citado”
hace referencia a la Misa del día. (Mt 28, 19). Un lugar importante es el “monte”, dado
el número y el significado de los episodios señalados
ns
La glorificación de Cristo significa que ha subido al cielo discípulos, que continuarán esa misión hasta el fin del
el que bajó del cielo (cfr. Jn 3, 13; 6, 62). La lectura de mundo (cfr. 28, 20).
Hechos 1, 1-11, narra la “partida” del Señor, que desa-
parece de la vista de sus discípulos envuelto en la nube Todavía, una consideración final acerca de la actitud de
M
de gloria que ya se hizo patente en la Transfiguración, los apóstoles, que es aprovechable para nosotros. Se-
pero ahora se trata de otro contexto, más eclesial, pues- gún el relato de san Lucas, ellos se quedaron extasiados
ue
to que el “acontecimiento” va precedido del envío mi- mirando al cielo, de manera que “dos hombres vestidos
sionero de los seguidores de Jesús. Para los de entonces de blanco” les llamaron la atención, como indicándoles
–y para nosotros, los de hoy– había llegado la hora de que no podían permanecer en esa actitud pasiva (cfr.
st
iniciar la misión. Mientras Marcos (cfr. 16, 15-20: año B) Hech 1, 11). Posiblemente aún no eran conscientes en
y Lucas (cfr. 24, 46-53: año C) apenas aluden al aconteci- aquel momento de que ante ellos se estaba abriendo un
ra
miento, Mateo (cfr. Mt 28, 16-20: año A) describe la últi- horizonte inmenso y prometedor: la misión de anunciar
ma manifestación de Jesús, situándola significativamen- el Evangelio. Lo fueron, ciertamente más adelante, el
te no en Jerusalén, sino en Galilea, tal y como habían día de Pentecostés, habiendo sido ya iluminados y forta-
anunciado las mujeres (cfr. Mt 38, 10) y en referencia lecidos por el Espíritu Santo. Estamos llamados, pues, a
de
al comienzo de la misión de Jesús continuada ahora por mirar hacia la realidad trascendente y divina. Se puede
sus discípulos. Por otra parte, Mateo y Marcos destacan recordar aquello de san Agustín: “Nos hiciste, Señor para
el envío de los apóstoles, al tiempo que Lucas recoge ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse
co
también la promesa del Espíritu Santo. Conocer estos en ti”, realidad hacia la que el hombre está orientado
“datos” exegéticos ayuda a percibir mejor las “intencio- desde la creación. En ella se encierra el sentido definiti-
nes” de cada evangelista. vo de nuestra vida.
r te
39
Proyecto de homilía 23), atrae hacia sí a todos sus miembros, para que entren
con él y por él en la vida, que está en el Padre.
San Lucas nos dejó en el libro de los Hechos (1, 1-9) la Jesús está presente en medio de los suyos principalmente
Ascensión vista como el punto de partida de la expan en forma sacramental y eclesial, y de esa presencia del
sión misionera de la Iglesia. Señor brota la responsabilidad y la misión de evangeli
zar. Esto se realiza de manera especial en la celebración
El conjunto de las lecturas de hoy nos invita a ir más allá eucarística. La comunidad que se reúne para la acción li
del acontecimiento de la Ascensión, descrito en térmi túrgica es ya un testimonio y un anuncio del Señor Jesús.
B
son sólo un modo para indicar la conclusión de una fase zando la promesa: “Yo estoy con ustedes todos los días,
de la Historia de la Salvación y el comienzo de otra. hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). En la liturgia de la
Palabra se nos comunica el mandato de Jesús: “Vayan,
na
Aquel Jesús con quien los discípulos han “comido y be pues, y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizán
bido” continúa su permanencia invisible en la Iglesia. dolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Ésta es llamada a continuar la misión y la predicación Santo, y enseñándoles a cumplir todo cuanto yo les he
de Cristo. Por eso los ángeles, después de la Ascensión mandado” (evangelio). La palabra proclamada suscita, en
P
del Resucitado, invitan a los apóstoles a no quedarse allí el Credo, la respuesta de fe en el misterio de Cristo. Su
re
mirando al cielo. El acontecimiento a que han asistido presencia entre nosotros es prenda de que participare
da comienzo a un dinamismo misionero, que estará ani mos como él y en él en la vida del Padre.
mado por el Espíritu Santo (cfr. primera lectura, vv. 5 y 8).
ns
40
Notas exegéticas quien los distribuye “como él quiere”. Pero la envidia,
los celos, son tan humanos… aunque hay que recor
dar que los dones son regalos y, además, lo son para el
31 de mayo, 2020 servicio de todos.
DOMINGO DE PENTECOSTÉS (Misa del día)
“Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos
miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman
* 1a lectura: Hechos 2, 1-11 un solo cuerpo, así también es Cristo”. Así está cons
B
semanas después de la Pascua, era la fiesta del inicio de hablaba de la diversidad de dones repartidos según el
la siega –por esto se la denomina también fiesta de la querer del Espíritu, ahora hablará de la diversidad de
siega (Éx 23, 16; Lev 23, 15-22; Deut 16, 9-12)– con el los miembros del cuerpo. Dando un paso más, cuando
na
paso del tiempo, y en la época del Nuevo Testamento llega al final del versículo: el cuerpo es Cristo. Todos
era así, se relacionaba con el don de la Ley y la alianza los miembros, por consiguiente, y sus dones, están para
de Dios con el pueblo en el Sinaí. el bien de este cuerpo único de Cristo que es la Iglesia,
formada por personas de proveniencias distintas, aun
P
En el Sinaí, en el desierto, la montaña humeaba, y el que bautizadas todas ellas en un solo Espíritu.
re
das, que se dividen y se posan sobre las cabezas de los El segundo domingo de Pascua leímos este mismo texto
presentes en la sala. El fuego, el humo, el viento, son en una versión más extensa. Se centraba, en aquella
a
imágenes que velan las manifestaciones de Dios. Allí el ocasión, en la ausencia de Tomás y la nueva aparición
Señor se acercó para hablar con Moisés, aquí el Espíritu de Jesús resucitado, a los ocho días, con la confesión de
Santo prometido llena a los discípulos, a María y a las fe del discípulo incrédulo y la posterior bienaventuran
otras mujeres. za del Señor para los que creen sin haber visto.
M
Y el Espíritu da por hablar en lenguas para que la pala Juan sitúa el don del Espíritu Santo el mismo Domingo
bra se extienda. Al contrario del episodio de Babel (Gén de Pascua, en la aparición de Jesús a los discípulos des
ue
11, 1-9), aquí las lenguas sirven para que los oyentes, pués de haberse manifestado a María Magdalena cerca
maravillados por el hecho, oigan hablar de las grande del sepulcro vacío. Primero hay el don de la paz. Du
zas de Dios. El don de la Palabra se pone al servicio de rante la Cena pascual el maestro los exhortaba a que
st
Leyendo dos versículos más del final del texto (vv. 12- das, les da el don.
13), aparte de la estupefacción y el desconcierto, se
percibe también otra reacción: la desconfianza y la bur Una vez sosegados, contentos de ver al Señor, esto es
de
la, los acusan de estar borrachos. Ya lo vimos el domin más que sólo ver a Jesús, de nuevo el don de la paz y
go pasado en la fiesta de la Ascensión en el evangelio el envío: “Como el Padre me ha enviado, así también
de Mateo: creer no es sencillo y algunos, incluso ante los envío yo”. Para esto necesitarán el Espíritu Santo.
Jesús, dudaron. Creer, repitámoslo, no es fácil, es gra Jesús sopla sobre ellos, tal como el Señor Dios había
co
cia, es don del Espíritu Santo, como veremos al inicio insuflado el aliento de vida en la primera creación del
de la segunda lectura. hombre para convertirlo en un ser vivo. Juan relacio
naría, pues, el don del Espíritu Santo con la creación
r
* 2a lectura: 1 Corintios 12, 3-7. 12-13 del hombre, del hombre nuevo, podríamos decir, con
te
palabras de Pablo.
Confesar que Jesús es el Señor es don del Espíritu Santo,
como ya vimos. Y el Espíritu Santo da dones diversos.
sí
rios (v. 5), es decir, para los demás y, en los demás, para de la nueva alianza.
Dios; Y son, también, obras prodigiosas (traducido por
actividades en el v. 6) obradas por Dios a través de quien Olga Nicolau
ha recibido el don. El Señor es, pues, origen y final.
41
Orientaciones para (Rom 8, 2; Ez 36, 26-27; etc.). Por eso Pentecostés es la
recreación de la humanidad, unida en la confesión del
la celebración único nombre que puede salvar: el de Jesús (cfr. Hech 4,
10-12; etc.). No es el único tema, porque además están
la acción suave del Espíritu en los corazones de los fieles
T “SE LLENARON TODOS DEL ESPÍRITU SANTO” (cfr. la secuencia de Pentecostés); los sacramentos, obra
del mismo Espíritu (cfr. 1 Cor 12, 36-7. 12-13), y el texto,
La celebración de la Pascua alcanza en este día su culmi- verdadera cumbre y centro de la liturgia de Pentecostés,
B
nación con el recuerdo de la venida del Espíritu Santo. referente al cumplimiento de la promesa del Espíritu
Se completan los cincuenta días de fiesta y de alegría Santo “el primer día de la semana” (cfr. Jn 20, 19-23).
ue
y otra vez del Espíritu Santo en cuanto promesa del la solemnidad de Pentecostés conviene recordar que el
Antiguo y Nuevo Testamento, y la Misa del día, que lo Espíritu Santo es el gran “desconocido” para la mayoría
presenta como realidad ya cumplida y gozosamente dis- de los cristianos, sobre todo de Occidente. Sin embargo,
a
frutada por la Iglesia. Hasta cuatro lecturas del Antiguo está presente y actúa en las personas y en los aconteci-
Testamento propone el Leccionario para que se elija la mientos. Recordarlo, al menos en Pentecostés, ayuda a
más apropiada a cada comunidad en la Misa vespertina celebrar y vivir, por ejemplo, el amor de Dios Padre re-
de la vigilia: la torre de Babel (Gén 11), la alianza del velado en Jesucristo, un amor tan “denso” que no es una
M
Sinaí (Éx 19), la resurrección del pueblo (Ez 37) y la es- actitud como el amor humano, sino que es una “perso-
pléndida promesa de Joel (Jl 3). El cuadro se completa na divina”.
ue
La segunda lectura (Rom 8) es como un eco de la profe- importante) mediante el cual el Resucitado transmite el
cía de Joel, y menciona la acción del Espíritu en el cora- Espíritu a los apóstoles: “sopló sobre ellos y les dijo: ‘Re-
zón de los creyentes. ciban el Espíritu Santo…’ ” (evangelio). El Espíritu Santo
es como el viento que empuja, sacude y mueve, como el
de
Pero, quizás, el texto más significativo de la Misa ves- aire que necesitamos para respirar, etc. Del mismo modo
pertina de la vigilia sea la oración colecta, sobre todo que Jesús actuó “movido” por el Espíritu, así también
en orden a mostrar la inseparable unidad de Pascua y actúan la Iglesia y los cristianos. Ésta es la experiencia
co
Pentecostés, puesto que se refiere explícitamente al fundamental de quienes son conscientes de la presencia
símbolo de los cincuenta días de la Pascua, imagen de y de la acción del Espíritu Santo: “se llenaron todos de
la eternidad, frente a los cuarenta días de la Cuaresma, Espíritu Santo” (primera lectura). Y el Espíritu actúa en
r
42
Proyecto de homilía prender la resurrección como el cumplimiento del plan
de salvación de Dios para el mundo entero; la impulsa a
anunciar la buena nueva de Jesús en todas las lenguas y
Durante el Tiempo Pascual, la liturgia nos ha hecho me en todos los momentos.
ditar sobre la presencia de Jesús resucitado en la Iglesia,
sobre el don del Espíritu, sobre la Iglesia en cuanto que Pentecostés no ha terminado, continúa en la situación
es signo y anuncio de la vida nueva que brota de la Pas en que la Iglesia vive cada día. “A todos se nos ha dado
cua del Señor. En esta fiesta de Pentecostés, la lectura a beber del mismo Espíritu”, escribe san Pablo a los cris
del libro de los Hechos (primera lectura) y el evangelio de tianos de Corinto (segunda lectura). A todos nosotros el
B
Juan, presentan la nueva realidad de la Iglesia, fruto Espíritu nos lleva a creer que Jesús es “el Señor”; a to
de la resurrección de Jesús y del don del Espíritu. dos el Espíritu nos llena con sus dones, para que cada
ue
asamblea; allí Dios dio a Moisés la ley de la alianza. En escuchamos; está presente para que los dones que ofrece
re
Jerusalén, “estaban todos reunidos en un mismo lugar”; mos se nos conviertan en el cuerpo y la sangre de Cristo;
en el lugar en que están reunidos, Dios da el Espíritu de pedimos que el Espíritu nos reúna en un solo cuerpo;
la nueva alianza. Ésta es la novedad del Pentecostés cris porque, aun siendo muchos, formamos un solo cuer
ns
tiano: la alianza nueva y definitiva no está fundada en po, ya que participamos de un mismo pan (cfr. 1 Cor
una ley escrita sobre tablas de piedra, sino en la acción 10, 17).
del Espíritu de Dios.
a
Carlos Soltero, SJ
El bautismo en el Espíritu ilumina a la primera comu
nidad cristiana sobre el misterio de Cristo, la hace com
M
ue
st
PARA LA IGLESIA
Nos damos cuenta de que los apóstoles tuvieron un la tibieza, el miedo y todo aquello que no nos
de
43
Notas exegéticas sentimientos propios de Cristo: no se trata de pensar
unánimemente, se trata de que la referencia última, el
modelo último, sea Jesucristo.
7 de junio, 2020
LA SANTÍSIMA TRINIDAD Finalmente, los exhorta a vivir en paz con los demás, a
comportarse pacíficamente en la vida de cada día. Ha
cer todo esto tendrá consecuencias: el Dios del amor y
* 1a lectura: Éxodo 34, 4-6. 8-9 de la paz estará con ellos, será Emmanuel, si utilizamos
B
haber sido sacado de Egipto, ha llegado al Sinaí, y el El saludo final se abre, también, al deseo, triple si se
Señor ha establecido con ellos una alianza. Sin embar quiere, del apóstol. El Dios del amor y de la paz estará
go, mientras todavía estaba en la montaña, se produce, con ellos mediante la gracia de Jesucristo, el amor de
na
por la impaciencia de Israel, el episodio del becerro Dios, y la camaradería, la comunión, del Espíritu Santo,
de oro: Aarón les fabrica un ídolo de oro fundido, y enviado para permanecer en la comunidad y en cada
lo adoran. El Señor quiere abandonarlos, pero Moisés uno de los creyentes.
intervendrá. Pide que los acompañe en el camino ini
P
ciado y, aún más, pide ver su rostro. Esto no es posible, * 3a lectura: Juan 3, 16-18
re
subir al Sinaí. Ahí comienza la lectura de hoy. El Se encuentro de noche (Jn 3, 2), buscando la luz, amando
ñor baja en la nube y proclama su nombre: “Yo soy el la luz, y de eso depende el juicio, como explican los
a
Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, pacien versículos posteriores a los que se leen (vv. 19-21).
te, misericordioso y fiel”. La lectura omite la segunda
parte, más difícil de entender. Sea como sea, la Biblia En el diálogo, Jesús cita el episodio de Israel en el de
hebrea retomará esta primera parte, en diversas ocasio sierto, cuando se quejó ante Dios por haberlo conduci
nes, en momentos importantes. El nombre de Dios, su do a un lugar de muerte, y él les envió unas serpientes
M
primera definición, dada por él mismo, es ésta: un Dios venenosas. El pueblo, sin embargo, clama a Moisés, y
con entrañas, un Dios que concede gracia, que puede éste, por orden del Señor, hace una imagen de una ser
ue
enfadarse, sí, pero eso le cuesta, un Dios lleno de amor, piente, en bronce, y quien la mira queda curado (Núm
de lealtad y de verdad. 21, 4-16). El libro de la Sabiduría comentará el pasaje
(16, 5-8): las serpientes fueron enviadas para escarmen
st
A este Dios, Moisés le pide que los acompañe, aunque tar al pueblo, y para mostrar, a los enemigos, que Dios
el pueblo sea ciertamente rebelde. Que los acompañe es el salvador de todos.
ra
Se trata de lo últimos versículos de la segunda carta a El Hijo, Jesús, ha venido para salvar y dar vida eterna.
los Corintios. Pablo se despide de la comunidad con Y el hecho determinante es la fe en él. El juicio no se
cinco imperativos. Invita a sus lectores a animarse, a
sí
en voz pasiva y esconde al Señor, el único que puede za, la confianza, en la voluntad salvadora de Dios.
llevar a término la tarea. Igualmente, el “estén alegres”
y “anímense” está en voz pasiva: deben dejarse animar, Olga Nicolau
dejarse consolar, por el único que puede hacerlo de
verdad. Les exhorta también a tener un mismo sentir.
En la carta a los Filipenses (2, 5), al introducir el famoso
himno, el apóstol les pedía que tuvieran entre ellos los
44
Orientaciones para vivir siguiendo a Jesucristo como el único Señor y guía
que nos lleva a la auténtica vida. Estaremos atentos a
la celebración escuchar la voz del Espíritu Santo, que se aloja en nues-
tro interior. En definitiva, seremos personas y comuni-
dad-Iglesia en salida, mirando a los demás con la misma
T SITUACIÓN mirada de Dios, capaces de amar, servir, perdonar, tra-
bajar por la paz.
Hemos acabado el Tiempo Pascual y entramos en el
B
Tiempo Ordinario. La celebración de hoy tiene una en- T LAS ORACIONES DE LA MISA
tidad propia dentro del año litúrgico. La Santísima Trini-
ue
dad está presente en todas las celebraciones y en toda Podemos también aproximarnos al misterio de la Trini-
la vida cristiana: las lecturas de Pentecostés y de los dad a partir de los textos eucológicos de la celebración.
últimos domingos del Tiempo Pascual ya le han hecho No nos debe asustar orientar la homilía a partir de al
na
Seguramente sería suficiente que nos fijásemos atenta- ló a la humanidad su misterio admirable cuando envió al
re
mente en las ricas afirmaciones sobre la Trinidad que mundo a su Hijo, Palabra de verdad, Palabra que comu-
nos ofrece el conjunto de lecturas. ¿Quién es este Dios nica todo lo que somos capaces de conocer sobre Dios.
que se nos da a conocer a través de su Hijo Jesús y nos
ns
pasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel”. Pa- sial y de toda la familia humana, llevándonos a vivir en
blo nos refuerza que Dios es el “Dios del amor y de la relación filial con el Padre. Así, estamos llamados a re-
paz”. Y el evangelio, a través de la palabra del mismo producir en nosotros la manera de vivir y de actuar de
Jesús, recuerda que el amor de Dios es tan grande que Jesús, el Hijo.
M
que quiere compartir y relacionarse. Somos fruto del re- de Cristo, también nos hemos de dejar transformar por
galo de su amor generoso, o de la “gracia” que Jesús nos el Espíritu que habita en nosotros. Para que nuestra vida
ra
quiere dar la “vida eterna”. Su deseo y su alegría son que El Papa Francisco habla, de manera profunda y sugeren-
formemos parte de su familia, que participemos de su te, de la Trinidad en la encíclica “Laudato si’ ”, por ejem-
misma vida y capacidad de generar vida. plo al final del capítulo II, al recordar que una persona
co
Darnos cuenta de quién es nuestro Dios y de qué rela- Y le dedica un apartado entero (“La Trinidad y la relación
te
ción quiere tener con la humanidad hace que nazca en entre las criaturas”) hacia el final del último capítulo.
nosotros la admiración, el agradecimiento, la adoración Todo esto nos ayuda a situarnos dentro del gran proyec-
y la misma plegaria de Moisés (“dígnate venir ahora con to del Dios Trinidad: la creación, y conducir a la humani-
sí
nosotros”) y de Pablo (“La gracia de nuestro Señor Je- dad y a todo el universo a un destino de plenitud.
sucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu
a
Santo estén siempre con ustedes”). Cada domingo –hoy Josep Roca
de manera especial– lo acogemos, celebramos y nos dis-
ponemos a creerlo y vivirlo.
45
Proyecto de homilía Pero éstos no son sino balbuceos que tratan de expresar
lo inexpresable: la íntima naturaleza de Dios.
Dios viene a los hombres, se les manifiesta como “Se Pero, como hemos visto, las lectura bíblicas se preocu
ñor”; pero un Señor lleno de bondad y misericordia, rico pan más bien por subrayar la relación de ese Dios uno
en gracia y fidelidad (primera lectura). En la grandeza de y trino con nosotros. En la lectura del Éxodo vemos el
su amor hacia el mundo, manifestado en darle a su Hijo rostro del Padre vuelto hacia sus hijos. En el evangelio,
único para salvarlo (evangelio), el Dios del amor y de la ese rostro se manifiesta visiblemente en el Hijo hecho
paz derrama sobre los seres humanos su gracia en Cristo hombre. En la carta de Pablo, las tres personas son invo
B
y los llama a la comunión con él en el Espíritu Santo cadas juntamente en una bendición, en favor de quienes
(segunda lectura). leen o escuchan la Palabra. Ése es nuestro Dios.
ue
“Dios es amor”, nos dice la Escritura (1 Jn 4, 8), y, por El pasaje del Éxodo describe el verdadero corazón de
lo tanto, su existencia no puede ser la de una fría y des Dios: Le ofende el pecado de su pueblo; pero lo que pre
na
amparada soledad. Su ser debe llevar en sí mismo la valece siempre es la manifestación de su amor misericor
calidez de una inimaginable relación interpersonal (no dioso y fiel. La lectura del evangelio nos dice hasta dónde
lo podemos expresar de mejor manera, dada la limitada puede llegar el corazón divino para manifestar su verda
capacidad de nuestra comprensión y de nuestro mismo dera naturaleza: “Tanto amó Dios al mundo, que le dio
P
lenguaje humano). Desde toda la eternidad, el Padre co a su Hijo único”. En la Eucaristía se nos hace presente
re
munica al Hijo todo lo que es y todo lo que tiene, en un el Dios trino y uno, al hacer presente entre nosotros el
acto de infinito amor y comunión, y desde toda la eter misterio de la Pascua de Jesús.
nidad el Hijo responde con un amor entrañable al amor
ns
Padre y el Hijo.
M
ue
st
ra
de
La Iglesia ora lo que cree, y para este domingo ha ▲ La gran mayoría de las oraciones de nuestra litur
te
establecido una fiesta que nos recuerda una verdad gia están dirigidas al Padre, por Cristo, en el Espí
fundamental: Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. ritu Santo.
sí
46
Notas exegéticas recurriendo al Antiguo Testamento y lo explica como
modelo para los cristianos.
caer en la idolatría.
Deberían leerse los primeros dieciocho versículos del
ue
capítulo 8. Forman una sección bien delimitada, al me Israel tenía comida espiritual y bebida espiritual. Los
nos para los antiguos hebreos. Se habla del desierto, y cristianos tienen el cáliz de la bendición y el pan par
también se ofrece una explicación del exilio del pueblo tido, que son comunión con el cuerpo y la sangre de
na
a Babilonia. El Señor ha puesto a prueba, ciertamente, Cristo, y esto los reúne en un solo cuerpo, el cuerpo
ha conducido por el desierto, donde se pasa hambre, de Cristo.
pero ha alimentado con el maná; el pueblo ha padeci
do sed, pero él ha hecho brotar una fuente de la roca. Y Los versículos siguientes vuelven a tomar la cuestión
P
además –omitimos su lectura– durante el largo camino de la carne sacrificada a los ídolos, de participar en
re
los pies no se han hinchado y los vestidos no se han mesas en las que se coma esta carne. La medida es,
gastado. El Señor ha protegido a su pueblo en su aflic nuevamente, el no escandalizar, y, sobre todo, buscar la
ción. Y es que quería saber si sería capaz de cumplir los edificación de los demás… que en el inicio del capítulo
ns
mandamientos: por ejemplo, hay que salir a buscar el 8 (v. 1) ha identificado con el amor.
maná sólo seis días a la semana. La finalidad, pues, es
a
Si se ponen en práctica los mandamientos del Señor –lo El relato se inicia en el versículo 5 del capítulo 6 con la
dice al inicio del capítulo– el pueblo vivirá y se multi multiplicación, cercana la fiesta de Pascua, de los cinco
plicará, y habitará en la tierra que el Señor prometió. panes de cebada y de los dos peces. Al verlo querían
M
Son las promesas hechas a los patriarcas que recorren hacer rey a Jesús y él se va a la montaña. Un poco más
todo el Pentateuco, es decir, toda la Torah, la Ley. Y es adelante, cuando la gente vuelve a seguirlo, Jesús les
ue
que la Ley es una enseñanza para la vida, para una vida muestra la realidad: no lo buscan por el prodigio obra
próspera y bendecida por Dios. do, sino porque han comido y han quedado saciados, y
quieren repetirlo, y lo que deben desear es el verdadero
st
De hecho, en los versículos no leídos del fragmento, alimento, el que perdura para la vida eterna (6, 26-27).
el Señor exhorta a Israel a no olvidar a quién está de
ra
trás de la realidad de bendición: comida abundante, Comienza aquí un diálogo con los judíos sobre el maná,
casas confortables, rebaños abundantes, riquezas… El el alimento dado por Dios a los padres en el desierto,
pueblo no debe pensar que lo ha conseguido por sus y el verdadero pan de vida, él mismo. “Yo soy el pan
de
propias fuerzas, sino por las que ha recibido de Dios. vivo que ha bajado del cielo”, afirma el Maestro, con la
aseveración, velada, de su divinidad, por la referencia,
Cumplir los mandamientos después del paso por el de con el “Yo soy”, al nombre impronunciable de Dios.
sierto es, también, aprender a ver al Señor detrás de Los interlocutores no lo entienden. No pueden.
co
* 2a lectura: 1 Corintios 10, 16-17 cil. Muchos, pero no todos. Jesús pregunta a los Doce
te
de la libertad para hacerlo, pero sobre todo de velar, comer el pan de vida da la vida eterna, y creer en el
siempre, por el interés del más débil, es decir, de no Señor, también.
escandalizar a nadie.
Olga Nicolau
Después de hablar de su ser apóstol y de si merece,
o no, que lo mantengan, en el capítulo 10 retoma la
cuestión de la comida ofrecida a los ídolos. Pablo está
47
Orientaciones para la pregunta sobre qué o quién alimenta nuestra vida, o
cuáles son los valores o personas que llenan nuestro co-
la celebración razón.
entrada esto favorece un buen clima de celebración y más: como invitación a recibirlo para dejar transformar-
la disposición a la receptividad si sabemos conducir de nos por él.
ue
A continuación ofrecemos unas cuantas sugerencias a dulzura de tu gracia, lleguemos a ser imagen de la her-
partir del conjunto de textos de la celebración eucarís- mosura celestial”.
tica. Pueden servir tanto para la homilía como para una
vigilia de oración o adoración que se pueda hacer. T UNA VIDA OFRECIDA
P
re
boca de Moisés y también lo que dice la oración colec- nuestra participación en la Eucaristía ha de tener este
ta (la Eucaristía es memorial de la pasión y resurrección doble movimiento: recibir con corazón abierto y agrade-
de Cristo). No recordamos un pasado muerto, sino una cido al mismo Cristo, para aprender a hacer de nuestra
a
realidad presente tanto en la celebración como en el vida una ofrenda constante, una vida dada al servicio de
conjunto de la vida cristiana: Cristo muerto y resucitado nuestros hermanos, de nuestra colaboración a la cons-
nos acompaña –y acompaña a toda la humanidad– en el trucción del Reino de Dios.
camino de la vida. Nos alimenta y fortalece con el Pan de
M
la Palabra y de la Eucaristía, signo eficaz de su presencia Y esto se ha de traducir en cosas muy concretas. Por-
entre nosotros. que la Eucaristía –dice Pablo– “nos une a Cristo por me-
ue
hecho por ellos. Nosotros hemos de agradecer todo lo sin preocuparnos por los demás, sin poner nuestra vida
que hemos recibido y recibimos a través de Jesucristo. a disposición de los que lo necesitan, sin sufrir por los
ra
Es importante esta memoria agradecida –a nivel perso- que sufren, sin un amor real y efectivo para con el pró-
nal, familiar o de Iglesia–, porque nos permite darnos jimo. La Eucaristía siempre nos ha de dejar inquietos en
cuenta de que el amor y la fidelidad de Dios no han fa- este sentido y nos ha de llevar a tomar actitudes bien
llado nunca, aunque nosotros hayamos podido fallar. Y concretas que afecten a nuestra vida personal, familiar,
de
mente después de la Comunión. Pero también de ma- el camino alimentando cada día nuestra esperanza. Lo
te
nera personal en otros momentos de la vida de cada remarcan especialmente las expresiones de Jesús en el
día. Quedarse en silencio descubriendo y saboreando la evangelio de Juan: “El que come de este pan vivirá para
presencia de Jesús en el centro de la propia vida; dejar siempre”; “yo lo resucitaré el último día”. De manera pa-
sí
que él nos llene el corazón, descansar en él y renovar en recida se expresa la oración de después de la Comunión:
él la misión cristiana y evangelizadora. “Concédenos, Señor Jesucristo, disfrutar eternamente
a
48
Proyecto de homilía como comida y su sangre como bebida de salvación y de
vida (segunda lectura y evangelio). Jesús permanece con
nosotros hasta el fin de los tiempos.
La vida del ser humano está poblada de presencias. Pre
sencias visibles y cercanas, como la de una madre que vela El autor del Deuteronomio, reflexionando sobre dos
sobre el niño que juega o que descansa; presencias invisi grandes prodigios del tiempo del éxodo –el maná y el
bles, como la de dos personas que se aman, se piensan y agua brotada de la roca–, trata de hacer comprender a Is
se encuentran, a pesar de la distancia o de la lejanía cor rael cómo su peregrinación por el desierto enseña que el
poral. ser humano no es autosuficiente. El sustento que se pro
B
hombre tiene la experiencia muy particular de una pre divinos. De aquí, el paso del alimento material al ali
sencia misteriosa pero real, que toca el centro mismo de mento espiritual de la Palabra de Dios, que le permite al
su ser. Una presencia que inspira un sentimiento inefa pueblo sobrevivir en la tierra a donde Dios lo lleva.
na
La presencia de Dios en medio de nosotros tomó, en el cuerpo y la sangre del Señor, participa en los bienes
la historia, la forma visible y palpable de Jesús, imagen del sacrificio de la Pascua. En la esperanza, la Eucaristía
del Dios invisible, revelador del misterio del Padre. Des prefigura y anticipa el banquete en el reino del Padre,
ns
pués de la Ascensión, que lo substrae a la experiencia anunciando la muerte del Señor, “hasta que él vuelva”.
sensible de los hombres, él permanece y se entrega bajo
el signo del pan y del vino, en los que ofrece su cuerpo Carlos Soltero, SJ
a
M
ue
st
ra
de
nuestro.
sí
No seamos indiferentes
ante la presencia eucarística
de Jesús.
49
Notas exegéticas * 3a lectura: Mateo 9, 36–10, 8
En el solemne texto que sirve de prólogo al relato de la La expresión “ovejas sin pastor” (9, 36), es tomada del
ue
alianza del Sinaí (Éx 19, 24), el Señor llama a Moisés Antiguo Testamento. Antes de morir, Moisés pidió a Dios
desde la montaña, y éste sube al encuentro con Dios que pusiera al frente de la comunidad “un hombre que
(vv. 2-3). Se distinguen claramente dos aspectos en las la presida y la conduzca, para que la comunidad del
na
palabras pronunciadas por el Señor: una alusión al pa Señor no quede como rebaño sin pastor” (Núm 27, 17).
sado (v. 4) y una alusión al futuro (vv. 5-6). Jesús es el verdadero pastor mesiánico del pueblo de
Dios; y al igual que Josué sucedió a Moisés en la misión,
En la evocación del pasado el sujeto más relevante es también los discípulos continuarán la obra de Jesús.
P
realizado en favor de Israel (v. 4). Israel ha “visto” la Al ver a las multitudes, Jesús “se compadecía” de ellas
acción de Dios en la propia historia. Sólo el Israel que (v. 36). “compadecerse” traduce el verbo griego splag-
ha “visto” la mano poderosa de Yahveh, que lo ha li nízomai, que indica el estremecerse de las entrañas ma
ns
berado de la opresión, podrá luego adherirse a él con ternas y que evoca, por lo tanto, el amor gratuito, activo
fe. La frase “los he traído a mí” subraya el aspecto per y generoso de quien se siente parte del otro y sufre con
a
sonal de la alianza e indica la verdadera meta de la el otro. Jesús también contempla la situación de pobre
liberación de la esclavitud. za y desorientación religiosa de la gente, con sentido
de urgencia, como lo demuestra la imagen bíblica de
En los vv. 5-6 se abre la perspectiva del futuro para el la “mies”. La cosecha, en efecto, evoca el tiempo del
pueblo. Aquí el sujeto más relevante es Israel, llamado juicio final, cuando se separará el grano de la paja (cfr.
M
a escuchar la voz de Dios. El pueblo, que ha “visto” la Mt 3, 12) y el trigo de la cizaña (cfr. Mt 13, 30. 39). Sin
acción de Dios, ahora es invitado a “escuchar” su voz. embargo, la obra de los segadores está sometida a la
ue
De este modo se describe la respuesta de la fe y el ca acción soberana del “dueño de la mies”. Por eso, la pri
mino que Israel tendrá que recorrer para llegar a ser y mera y más urgente acción de los discípulos, asociados
vivir como pueblo de Dios. a la misión de Jesús, es la de orar para que sean envia
st
dotes”, “nación consagrada”, son sinónimas y descri Luego Jesús elige a “Doce” de entre los discípulos para
ben una misma realidad: la pertenencia total de Israel continuar su obra. El número evoca a las doce tribus
a Dios. Israel será una nación como las otras, pero, al de Israel. Los “Doce” representan la continuidad con
de
mismo tiempo, será distinta: vivirá en la historia, pero el pueblo de la primera alianza y el fundamento de la
llevando dentro de sí un misterio de comunión, de co comunidad de la nueva alianza. La misión va destina
nocimiento recíproco y de obediencia, en relación con da originariamente a “las ovejas perdidas de la casa de
Dios, hasta el punto de ser su “especial tesoro”, un ver Israel” (10, 6); a partir de Israel, se irá abriendo paso
co
dadero pueblo “sacerdotal”, cuya existencia tiene como progresivamente a todos los pueblos (cfr. Mt 28, 19).
ambiente natural la cercanía y el servicio del Señor.
El programa misionero de los “Doce” es descrito y es
r
bre, sino expresión absoluta de gracia: “cuando éramos podrán vencer todas las formas de negatividad y de mal
enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la en la historia (10, 1). El fundamento de la misión de Je
muerte de su Hijo” (v. 10). Por eso el creyente no se glo sús es la gratuidad de Dios, por eso los “Doce” también
ría de sus propias obras, sino exclusivamente en Dios: seguirán su mismo estilo: “Gratuitamente han recibido
“nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor este poder, ejérzanlo, pues, gratuitamente” (v. 8).
Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconci
liación” (v. 11). Silvio José Báez
50
Orientaciones para San Pablo, lo sabemos, insiste en esa primacía de la gra-
cia de Dios manifestada en Jesús. De hecho, el tema fun-
la celebración damental de la carta a los Romanos, que vamos leyendo
estas semanas en la segunda lectura, es que la salvación
nos viene de Cristo. Hoy, concretamente, san Pablo nos
T DE OVEJAS PERDIDAS A REBAÑO DE DIOS ha recordado que “la prueba de que Dios nos ama está
en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos
El evangelio de este domingo comienza presentándo- pecadores”. Efectivamente, la muerte y resurrección de
B
nos que, “al ver Jesús a las multitudes, se compadecía Jesús son la muestra más clara del amor de Dios hacia
de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, los hombres: “con mucho más razón, estando ya recon-
ue
como ovejas sin pastor”. Es una imagen expresiva, y ciliados, recibiremos la salvación participando de la vida
por otro lado muy bíblica, de la realidad de tanta gen- de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloria-
te que vive perdida, alejada de los caminos de Dios. Ya mos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por
na
el pueblo de Israel rompió tantas veces la alianza, cayó quien hemos obtenido ahora la reconciliación”.
en la tentación de dejar de seguir la vara y el cayado
que sosiega y conduce por el sendero justo, y decidió T LLAMADA Y MISIÓN
avanzar por su cuenta. Es la misma historia que se ha
P
ido repitiendo hasta hoy. Pero Dios es fiel y continúa Jesús desea llevar a todos por los caminos de la salva-
re
llamando y anunciando al pueblo su promesa, tal como ción de Dios. Pero enseguida se da cuenta de que “la
vemos hoy en la primera lectura, del libro del Éxodo: “si cosecha es mucha y los trabajadores, pocos”. Por eso
escuchan mi voz y guardan mi alianza, serán mi especial necesita colaboradores, discípulos que lo sigan y colabo
ns
tesoro… Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes ren en su plan evangelizador. El tema de la llamada de
y una nación consagrada”. Estas mismas expresiones las Dios es también clásico en la Escritura, y aparece desde
recoge san Pedro en su primera carta: “Ustedes son es- el principio del Antiguo Testamento. Hoy, por ejemplo,
a
tirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios en la primera lectura vemos cómo Dios llama a Moisés
y pueblo de su propiedad” (1 Pe 2, 9). Efectivamente, el al pie del Sinaí para hacerlo mensajero suyo ante el
pueblo creyente, cuando sigue los caminos del Señor, pueblo de Israel. En la misma línea, Jesús llama a los
se siente miembro de ese pueblo de Dios; tal como dice Doce discípulos, y los envía a la misión. Hoy se nos da
M
el salmo: “Somos suyos… somos su pueblo y su rebaño”. la lista completa de los apóstoles del Señor. No pode-
Sabemos también que Jesús es el buen pastor, que se mos olvidar el significado simbólico del número doce,
ue
preocupa de sus ovejas, y que envía a sus discípulos “en que evoca el nuevo pueblo de Israel que inaugura Jesús.
busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel” (evan- También el tema de la llamada es un motivo de reflexión,
gelio). sobre todo hoy en día, en que hay tantos ruidos que di-
st
ejemplo, darnos cuenta de cómo también en la actua- ¿Qué significa hoy ser discípulo de Jesús? Y sobre todo,
lidad hay mucha gente que vive como ovejas perdidas, hoy más que nunca, hay que rogar “al dueño de la mies
sin pastor: quizá con problemas y tristezas, quizá sin que envíe trabajadores a sus campos”.
sentido ni orientación en la vida. Jesús se compadeció
de
de ellos, y también nosotros debemos llevar el consuelo Finalmente, la misión. Jesús llama y envía. De hecho,
y la luz de Dios a la gente que la pasa mal. Igualmente con el evangelio de hoy comienza el “discurso de la mi-
se puede comentar ese concepto de comunidad cristia- sión”, que ocupa todo el capítulo 10 del evangelio de
co
na, entendida como pueblo de Dios, rebaño del Señor, y Mateo, y que nosotros leemos durante tres domingos.
aún con un sentido más fuerte, como reino sacerdotal, El contenido fundamental de esa misión, sin embargo,
nación consagrada… Ciertamente, una buena reflexión y queda ya resumido hoy: “Vayan y proclamen por el ca-
r
un buen reto para nuestras comunidades. mino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los
te
primera lectura, cuando Dios mismo recuerda a su pue- revisar cómo las llevamos a cabo en nuestras comunida-
blo, a través de Moisés: “Ustedes han visto cómo casti- des y cada uno de los cristianos en nuestra vida de cada
gué a los egipcios y de qué manera los he levantado a día: predicar y curar; anunciar la buena noticia de la
ustedes sobre alas de águila y los he traído a mí”. Y será salvación de Dios y concretarla en signos explícitos.
con base en el reconocimiento de este favor de Dios so-
bre su pueblo que se fundamentará su alianza con el Se- Xavier Aymerich
ñor. Idea que también se repite en el salmo.
51
Proyecto de homilía el fundamento de ese pueblo que se congrega alrededor
del nuevo Moisés. Ese pueblo no es solamente “signo” y
depositario de la nueva alianza entre Dios y los hom
El tema que, en cierto modo, unifica las lecturas de este bres; es también un pueblo de “enviados” y de “anuncia
domingo es el de “reino de sacerdotes” (primera lectura). dores”. Como hace Jesús con los pescadores, a quienes
El autor del libro del Éxodo pone en boca de Dios esas llama a ser “pescadores de hombres”, llama también a
palabras, según las cuales el pueblo de Israel ocupa en sus discípulos a trabajar en los campos del “dueño de
el conjunto de las naciones el lugar que ocupa la tribu la mies”. La Iglesia, nuevo pueblo sacerdotal, es instru
sacerdotal (Leví) dentro del pueblo elegido. Toda la hu mento de salvación para todos y está en camino hacia la
B
puede estar ante él como representante de la humani Pero no sólo la Iglesia, en su conjunto, es misionera.
dad y dar testimonio de la voluntad de Dios ante las na Cada cristiano, justificado por Cristo (segunda lectura), ha
ciones. sido llamado a colaborar en la construcción del Reino;
na
ticular, el cual sirve para dar testimonio del plan de Dios En la Eucaristía, reunidos con nuestros hermanos, el Se
re
con respecto a la humanidad. ñor nos renueva esta misión, este envío, y nos da la fuer
za para llevarlo adelante, cada uno en el ambiente en que
En el pasaje del evangelio que hoy leemos, se presentan vive y en el que desarrolla su propia vocación.
ns
San Ignacio de Antioquía escribió: “Los ministerios < En el evangelio de este domingo, Jesús nos invita
ra
conferidos por la ordenación son insustituibles para a orar por las vocaciones: “La cosecha es mucha
la estructura orgánica de la Iglesia: sin el obispo, los y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto,
presbíteros y los diáconos no se puede hablar de al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus
de
Iglesia”. campos”.
< ¿Qué haríamos si ya no contáramos con los mi
nistros válidamente ordenados?, ¿cómo recibiría
co
comunidades cristianas?
te
52
Notas exegéticas lo hemos podido contemplar! Viéndolo, no hay engaño
posible: ha dado su vida por amor.
unidos.
Israel es un pueblo “separado” de los otros, porque ha
ue
sido escogido por Dios para ser de su propiedad. Esto * 3a lectura: Mateo 11, 25-30
es lo que quiere decir “pueblo consagrado al Señor”.
La pertenencia a Dios comporta una manera de vivir Después de hacer el elogio de Juan el Bautista y de
na
concreta, de acuerdo con la voluntad del Señor: por eso “quejarse” de su generación porque no ha aceptado ni
Israel debe romper con el modo de vivir de los demás el mensaje de Juan ni el suyo, Jesús hace esta plegaria
pueblos. de bendición que expresa quiénes son los destinata
rios de su predicación. Es típico del judaísmo hacer
P
Pero esta elección de Dios no tiene que ser fuente de plegarias de bendición al Señor, que suelen constar de
re
vanagloria. Dios ha escogido a Israel por amor gratuito, una exclamación de agradecimiento y del motivo por el
no por méritos suyos: se dice explícitamente que es el cual se expresa la bendición. En este caso, Jesús habla
pueblo “menos numeroso”. Así, la pequeñez de Israel del “Señor del cielo y de la tierra”, es decir, del Dios
ns
contrasta con la grandeza de la elección. El recuerdo creador de todas las cosas, como Padre. El motivo de su
de la liberación de Egipto y la fidelidad del Señor a su bendición es que el Padre se da a conocer a la “gente
a
El texto que leemos acaba con una afirmación de la Los sencillos nos recuerdan a los pobres y humildes de
retribución individual de acuerdo con el amor o el des las bienaventuranzas, aquellos que no ponen las seguri
amor, en la que destaca la inmensidad del “premio” dades en ellos mismos, sino que confían plenamente en
M
* 2a lectura: 1 Juan 4, 7-16 bios y entendidos hacen referencia sobre todo a los
doctores de la Ley y a todos los que pretenden saber sin
La primera carta de Juan fue escrita después de una es abrirse dócilmente a la revelación de Dios. En el trasfon
st
cisión profunda en la comunidad. Intenta esclarecer las do, parece que está el texto de Daniel, aquel jovencito
convicciones de la comunidad y poner de manifiesto que muestra tener más sabiduría que todos los sabios de
ra
las razones por las que los “disidentes” han abandona Nabucodonosor.
do el grupo. Parece que estas razones hay que buscarlas
en una fe teísta que prescinde de Jesús: creer es cono El Padre, el Señor del cielo y de la tierra, lo ha puesto
de
cer a Dios y tener comunión con él; la vida terrenal de todo en manos de Jesús: véanse las palabras finales del
Jesús no tiene importancia y, por eso, tampoco la tiene evangelio de Mateo, donde Jesús dice lo mismo. El poder
la vida terrenal del creyente. de Jesús es el poder de Dios, y ningún otro. El conoci
miento entre el Padre y el Hijo indica la unión íntima
co
El texto que ahora nos ocupa hay que leerlo teniendo en y afectiva de ambos, y no un simple conocimiento ra
cuenta este contexto. “El amor viene de Dios” y “Dios cional.
es amor”: probablemente todos estaban de acuerdo
r
con esta afirmación. Pero el autor de la carta precisa: La plegaria da paso a una llamada al seguimiento. El
te
el amor de Dios “se ha manifestado” cuando envió a yugo significaba en el Antiguo Testamento la Ley de
su Hijo al mundo para liberarnos del pecado. La con Dios y era visto en términos de alegría. Jesús propone
sí
secuencia es clara: hemos de amarnos porque Dios nos un yugo totalmente liberador que conduce al reposo.
ha amado primero. ¡No dice que, porque Dios nos ha La Ley acabará siendo una carga insoportable, sobre
amado, nosotros hemos de amarlo a él, sino que hemos todo para los sencillos. Jesús les propone su yugo, y se
a
53
Orientaciones para entre Dios y el pueblo “escogido”. Alianza que compro-
mete al reconocimiento de Dios como tal, el Dios fiel
la celebración que mantiene su pacto por siempre. El salmo canta esa
fidelidad poniendo de relieve su misericordia. La carta
de san Juan afirma que Dios es amor y nos dice, una vez
T SENTIDO DE LA FIESTA más, que esto lo hemos visto en que nos ha entregado a
su propio Hijo. De todo ello san Juan extrae consecuen-
Ésta es una fiesta del Señor entre semana, en un día la- cias: también nosotros hemos de amarnos. El evange-
B
borable. Esto, por sí mismo, ya enmarca la celebración. lio, finalmente, nos pone ante una imagen de Jesús que
Por otro lado, se trata de una fiesta a la que se sentirán se aproxima, de algún modo, a la iconografía típica del
ue
convocados aquellos fieles ·que fueron educados en la Sagrado Corazón de Jesús, en tanto que ha sido repre-
devoción al Sagrado Corazón; y no se sentirán tan lla- sentado siempre con tintes de dulzura, de bondad casi
mados otros miembros de la comunidad para los que “extraña”. Jesús, en este evangelio, nos dice: “soy manso
na
de situar en el conjunto de la liturgia de la Iglesia). En “Soy manso y humilde de corazón”. Jesús, para nosotros,
re
cualquier caso, es ésta una fiesta del Señor, y la Iglesia es percibido así. Es aquel en quien podemos reposar, en
se reúne para celebrarla, para celebrar la redención que quien podemos confiar. Es el amigo íntimo que sabemos
nos ha venido por la entrega amorosa de Jesucristo. que nos ama incondicionalmente.
ns
El acento, en esta celebración del Sagrado Corazón, hay Esta vivencia que tenemos de Jesús no puede quedar en
que ponerlo en el amor de Dios hacia la humanidad, que un sentimiento que sólo sirviera de refugio cuando nos
a
se ha expresado en la entrega de Jesucristo. Cuando de- fallan otras cosas. El amor de Dios es nuestro “refugio”,
cimos “corazón” hablamos de ese centro de la persona es cierto. Pero no lo podemos reducir a esto puramente.
en el que situamos el amor, la capacidad y la voluntad Debemos darnos cuenta de que es un amor que nos exi-
de amar. Cuando decimos “el Corazón de Jesús”, habla- ge, nos compromete. Nos pide que amemos a su misma
M
mos de Dios hecho hombre que vive esta capacidad y manera, gratuitamente, incondicionalmente. Nos pide
voluntad de amar como todos nosotros, pero de una que nuestra vida con los demás tenga la dimensión de
ue
manera plena. Sentimos a Dios muy cerca, como uno de entrega, de servicio. Nos pide que esto sea permanente,
nosotros, que nos ama totalmente y lo da todo. Celebra- que no nos echemos atrás cuando surjan dificultades,
mos la humanidad de Dios. como Jesús no se echó atrás ante la amenaza de la cruz.
st
las injusticias.
La liturgia de hoy expresa todo esto colocando diversos
acentos. Figuran hoy dos oraciones colectas, a escoger. “Vengan a mí”. Hoy se nos llama, una vez más, a acer-
En una se expresa el reconocimiento de “los beneficios carnos a él y a vivir como él; a amarlo a él y amar a los
de
54
Proyecto de homilía la ruina a todo el pueblo; sentimientos de terror durante
su agonía, ante el misterio de la muerte y del mal, que
parecía prevalecer…
En el centro del misterio del mundo está Jesucristo. En
el centro del misterio de Jesucristo está su muerte, co Pero la revelación más definitiva del Corazón de Jesús es
ronada por la resurrección. En el centro del misterio de que el amor no es total si no pasa por la muerte. A veces
la muerte de Cristo está su amor, su corazón. Por eso se se tratará incluso de una muerte física y sangrienta; pero
puede decir que la celebración de la fiesta del Corazón en todos los casos se trata de morir a sí mismo; del des
de Cristo lleva a la esencia misma del cristianismo: la pojo y la renuncia; de perderse y olvidarse a uno mismo.
B
Hijo y de hermano, hasta la muerte. por amor, el sufrimiento se volvió portador de vida y de
salvación. En el centro del misterio de la redención no
El corazón ha simbolizado para muchas culturas el cen está tanto la acción del Hombre-Dios, cuanto su pasión.
na
tro vivo de la persona; el lugar donde, en la unidad más El misterio del corazón de Jesús es el misterio de un co
íntima de la persona, se funden la complejidad y multi razón traspasado.
plicidad de sus facultades, de sus energías, de sus expe
riencias. El corazón es, además, símbolo de la profundi Desde el principio Dios se dio a conocer como Aquel
P
dad y autenticidad de los sentimientos y de las palabras que ama, que escoge libremente, que se vincula con fide
re
y, por lo tanto, de su fuente profunda que es el amor. lidad a los hombres (primera lectura). “El Señor es compa
sivo y misericordioso”, canta Israel (salmo responsorial);
Jesús, hombre perfecto, amó como ningún otro hombre. pero solamente en Cristo se manifiesta Dios plenamen
ns
En su escuela aprendemos a amar con dimensiones com te como “amor”, que llega hasta a entregar a su propio
pletamente nuevas. El amor de Jesús no es estoico ni pla Hijo para salvación de los hombres (segunda lectura). El
tónico, sino profundo, tierno y delicado. Su corazón ex mismo Jesús, exaltando la bondad del Padre que se reve
a
perimentó auténticos sentimientos de gozo y admiración la en el Hijo, afirma que está ahí para aliviar a los fatiga
ante el esplendor de la naturaleza, ante el candor de los dos y oprimidos, que es “manso y humilde de corazón”
niños, al mirar a un joven que había permanecido puro; (evangelio).
sentimientos de misericordia ante todos los “pobres”:
M
pecadores, enfermos, viudas en lágrimas, multitudes ham Celebramos la Eucaristía y nos ponemos en contacto
brientas; sentimientos de amistad para con los apóstoles, con el amor del Padre y con el amor del Corazón de
los discípulos, para con Lázaro y sus hermanas; senti Cristo. Que ese amor nos llene de confianza y nos haga
ue
mientos de compasión hacia Jerusalén, que lo rechaza, y corresponder a él con nuestro propio amor y con el amor
hacia Judas, que lo traiciona; de indignación contra los que mostramos a nuestros hermanos.
vendedores del templo y contra sus adversarios, que, al
st
55
Notas exegéticas “Adán”. Lo hizo por gracia. Envió a su Hijo Jesucristo.
Y con el nuevo “Adán”, por gracia, insistimos, llegó la
salvación (de la muerte), la justificación, la vida.
21 de junio, 2020
12o DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO La desobediencia primera comportó la muerte para to
dos. La gracia sobreabundante devolvió la vida, otorgó
la vida eterna, también para todos. Dios no ha aban
* 1a lectura: Jeremías 20, 10-13 donado a la humanidad después del primer error. Su
B
bra del Señor, una palabra, ciertamente, de destrucción * 3a lectura: Mateo 10, 26-33
porque el pueblo lo ha abandonado, ha preferido ir tras
otros dioses e incluso ha derramado sangre inocente. En el inicio del capítulo 10, Jesús envía a sus discípulos
na
rá. Con todo, cuando lo libera, una vez más le anuncia nada secreto que no llegue a saberse”. Y el único que
re
desgracias, incluso lo llama “Terror por todas partes”. puede hacerlo es Dios. Ahora bien, los discípulos no
deben temer tampoco a eso porque, para Dios, son de
Jeremías se lamenta, después, ante su Señor. Leemos gran valor.
ns
Pasjur. Sin embargo, el profeta confía en Dios, está con tamente, pero también, veladamente, recorre a textos
él y lo defenderá. Jeremías se mueve entre esta confian de la tradición antigua. “¿No es verdad que se venden
za profunda y la petición de que el Señor haga justicia dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno
y él pueda verla. El profeta, el justo, no se toma la jus solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En
ticia por su mano, sabe que Dios existe, y que sólo a él cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están
M
Y Jeremías invita a la alabanza de este Dios que salva la “No ha de caer al suelo ni un cabello de su cabeza”.
vida del pobre de las manos de gente perversa. A pesar
de que en el texto hebreo hay, aquí, una cesura, es me Se dice de Jonatán, el pueblo lo defiende ante su padre
st
nor, y hay que continuar la lectura con unos versículos Saúl: el joven los ha llevado a la victoria contra los fi
más, hasta el final del capítulo. El texto, sin embargo, es listeos, a pesar de haber desobedecido la orden de no
ra
nuevamente una gran lamentación, terrible, como en el comer dada por su padre, porque, ciertamente, no la
libro de Job. El profeta deberá sufrir, todavía, a lo largo había oído (1 Sam 14, 45). Se dice de Absalón, el hijo
del libro, diversas persecuciones e incomprensiones. de David: una mujer sabia, buscada por Joab, consigue,
de
Génesis– podía comer de todos los árboles del jardín vid, que pretendía, en la vejez del padre, acceder al
del Edén, excepto del árbol del conocimiento del bien poder: Salomón, el nuevo rey, lo perdonará (1 Re 1, 52).
y del mal, y es que conocer el bien y el mal correspon
r
de sólo a Dios. Si come, morirá. En los tres episodios está el perdón, y la promesa de
te
los ojos y serán como Dios. El hombre y la mujer co del reino. ¿No lo hemos leído, también, en la carta a
men. Y se les abren los ojos. Y se avergüenzan de su los Romanos, que el designio de Dios es la salvación?
desnudez. Sí, vale la pena releer el relato antiguo para
comprender mejor el comentario hecho por Pablo. Olga Nicolau
56
Orientaciones para de la naturaleza, creada por Dios. O aún, la dificultad
para acoger refugiados.
la celebración Los ejemplos se pueden multiplicar. No se trata de ser
exhaustivos sino de ayudarnos todos a descubrir las
El domingo anterior veíamos que Jesús se ha dado cuen- grandes urgencias evangelizadoras de nuestro tiempo.
ta de que la multitud que lo sigue es una muchedumbre Y también a nivel personal podemos ayudarnos a des
extenuada y abandonada, como ovejas sin pastor. Esto cubrir cuáles son los miedos que aún nos paralizan y
B
lo conmueve interiormente y se apiada de ellos. Y hace hacen que no acabemos de vivir el Evangelio en profun-
dos cosas: pedir a los discípulos que oren y multiplicar didad o que lo guardemos escondido, sin atrevernos a
ue
te una persona justa que sufre injustamente y apela a gico, elaborado con un lenguaje que no es fácil de cap-
Dios. El profeta vive, actúa y habla seducido por Dios, tar inmediatamente por las personas no habituadas. Las
pero es rechazado y maltratado por el pueblo. Esto no notas exegéticas de hoy nos pueden ayudar.
lo hace claudicar ni renunciar a sus opciones. Tanto
M
él como el salmista acaban su plegaria con alabanza y Para este año, Romanos está presente en la segunda lec-
agradecimiento por la salvación de Dios. Este Dios que tura dominical desde el domingo 11 hasta el 24. El texto
ue
salva ama tanto que no puede dejar abandonados a los de hoy nos ayuda a reforzar la llamada de Jesús a perder
pobres, a los que confían en él y a los que, por fidelidad el miedo cuando dice, por ejemplo: “con el don no su-
a su llamada, se esfuerzan en proclamar y vivir el Evan- cede como con el delito”, o: “la gracia de Dios y el don
st
gelio con todas sus fuerzas. otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se
han desbordado sobre todos”.
ra
10, 16).
57
Proyecto de homilía decido aquellos ultrajes por el nombre de Jesús” (Hech
5, 41), y san Pablo sentía “inmensa alegría” en medio de
todas las tribulaciones (2 Cor 7, 4).
Israel, pueblo de Dios, experimentó durante toda su
historia la violenta oposición de los pueblos que lo ro Los párrafos del evangelio que hoy leemos tienen su uni
deaban. La persecución golpea a los justos precisamente dad precisamente en ese “no tengan miedo”, repetido
porque son justos; alcanza en forma especial a los pro tres veces (Mt 10, 26. 28. 31); porque el miedo puede ser
fetas, a causa de su relación con Dios y de su fidelidad un gran estorbo para el anuncio del Evangelio y para una
a su Palabra. Jeremías ocupa un lugar especial entre los sincera profesión de la fe. El miedo expone al discípu
B
profetas perseguidos: él expresó mejor que nadie (primera lo temeroso al peligro de ser “desconfesado” por Cristo
lectura) el vínculo estrecho que existe entre la persecu ante el Padre (Mt 10, 33).
ue
bienaventuranza: “Dichosos serán ustedes cuando los vencido por la muerte y la resurrección de Jesús, no se
injurien, los persigan…” (Mt 5, 11). La persecución es dará jamás por vencido. Por eso, Cristo nos ha dejado,
inevitable: “ ‘El siervo no es superior a su señor’. Si a mí en la Eucaristía, el pan que da la fuerza, que da la alegría
me han perseguido, también a ustedes los perseguirán” y la paz aun en medio de la persecución. En la Eucaristía
P
(Jn 15, 20). Comprometerse a vivir siguiendo el camino recordamos y renovamos la derrota del mal y la victoria
re
58
Notas exegéticas la muerte última, compartirán también la resurrección
del Hijo, pero ahora, mientras viven, deben hacerlo de
un modo nuevo, diferente.
28 de junio, 2020
13er DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO No es válido considerar mejor seguir viviendo en el pe
cado, para que así sobreabunde la gracia. A la gracia re
cibida debe corresponderse con la vida. Y esto lo hace
* 1a lectura: 2 Reyes 4, 8-11. 14-16 la persona entera, esto es, con el cuerpo. Por eso Pablo
B
lo ha invitado, sabe que es un hombre de Dios, y le la justicia de Dios, y no al servicio del pecado.
prepara un lugar donde quedarse cada vez que vuelva
a pasar por aquel sitio. La mujer no tiene ningún hijo, La muerte de Jesucristo nos abre la puerta de la vida
na
y su marido ya es anciano. La posibilidad de tener des eterna, sí; pero ya ahora, aquí, se nos invita a llevar una
cendencia, pues, es cada vez más remota. vida de acuerdo con este don incomparable de gracia.
El profeta se siente bien tratado y quiere agradecérse * 3a lectura: Mateo 10, 37-42
P
se omiten en la lectura le pregunta qué puede hacer Continuamos la lectura de las instrucciones de Jesús a
por ella. No necesita nada, responde ella, vive entre la los discípulos en el momento de enviarlos a predicar,
gente de su pueblo, unas palabras con reminiscencias de palabra y de obra, el Reino de Dios. “El que ama a su
ns
proféticas. No contento, sin embargo, con la negativa, padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí”.
consulta con su criado Guejazí. Suya es la propuesta de ¿Qué quiere decir Jesús? ¿No hay que amar al padre y
a
Abraham acoge a tres caminantes en su tienda cerca promesa de larga vida. Igualmente hay tres iteraciones
de Mambré; acoge al Señor mismo. Y se le promete un de la condena a quien maldiga al padre o a la madre
ue
hijo, un hijo nacido de Sara. (Éx 21, 17; Lev 20, 9; Deut 27, 16). E, incluso, un pa
saje, con un bello final, del libro del Sirácide invita a
El pueblo en el exilio, Abraham y la mujer se ven ya cuidar a los padres en su vejez (Sir 3, 1-16).
st
no quiere la muerte del pueblo y da el hijo anhelado. rar al padre y a la madre. Jesús no lo contradice. Sin
embargo, si hay que amar a los progenitores, más aún
Los versículos siguientes también tienen puntos de con hay que amarlo a él. Simplemente se expresa de una
de
tacto con la historia del patriarca. Vale la pena animar forma desconcertante para los oyentes, con el propósito
se, leerlos y reflexionarlos. de hacerles llegar mejor el mensaje.
* 2a lectura: Romanos 6, 3-4. 8-11 Y una nota acerca de los últimos versículos. “El que re
co
nuevo “Adán”, ha sido mucho más sobreabundante que los padres en la fe, los que han escrito sobre el Mesías
te
la caída primera, el pecado del “Adán” primigenio. Val y lo han esperado. ¿No estará invitando a releer los tex
dría la pena leer entero el capítulo sexto, además de los tos antiguos, y a acogerlos?
versículos proclamados hoy. Entre otros elementos, las
sí
preguntas retóricas de Pablo dotan de una gran fuerza Y la recompensa prometida a los justos que reciban a
su razonamiento. quienes los acojan… Mateo la explica ya casi al final
a
59
Orientaciones para acabamos ,de vivir la fe bautismal, que nos hace morir al
pecado y al egoísmo y nos vuelve personas que hemos
la celebración emprendido una nueva vida (segunda lectura). Por otro
lado, toda la tradición bíblica recuerda que la acogida es
un enriquecimiento para quien acoge: la primera lectura
T SOMOS ACOGIDOS Y SE NOS PIDE de hoy es ejemplo de ello.
SER ACOGEDORES
T CAPACIDAD DE AMAR Y DE CARGAR LA CRUZ
B
últimas palabras de Jesús en el evangelio de hoy, que sús, “cargar la cruz” no fue sólo la crucifixión del Viernes
son también el final del discurso de misión. Actitud y Santo, sino toda su manera de vivir. Encontró la cruz en
palabras que hacen pensar. la incredulidad de sus contemporáneos, en los que le
na
familia que nos acogió en su seno y nos transmitió los cuando los mismos discípulos mostraban resistencias a
re
Jesús en su etapa de predicador del Reino. Fue bien aco- cruces que provienen de nuestro interior (de mí mismo).
gido en casa de Marta, María y Lázaro, por ejemplo, y re- Hay que aprender a llevarlas y procurar no cargarlas
chazado en su pueblo, Nazaret. Compartió casa y mesa sobre los hermanos, sino procurar, más bien, aligerar las
con personas que eran consideradas pecadoras, que lo cargas de los demás.
M
mantener las distancias. amados por Jesucristo, y nuestra respuesta, sean el pri-
mer criterio a la hora de vivir nuestros afectos y tomar
Por esto Jesús dice a los discípulos que encontrarán –y decisiones, incluso aquellas que afectan nuestras rela-
st
encontraremos– de todo, incluso la frialdad allí donde ciones familiares más fuertes.
no se esperaría (“Vino a los suyos y los suyos no lo reci-
ra
bieron”). Se valora muchísimo a la persona que acoge, En el evangelio de hoy se percibe todavía un eco del que
aunque sea con gestos muy sencillos y pobreza de me- evangelio del domingo pasado: ser cristiano es no te-
dios (“un vaso de agua fría”). Y también se orienta al ner miedo de darse. La vida adquiere su sentido pleno
discípulo a saber agradecer la acogida y a no abandonar cuando la vamos entregando con la misma generosidad
de
la misión cuando las cosas no van tan bien, según nues- –si esto fuese posible– con la que la hemos recibido del
tras expectativas. amor de Dios.
co
60
Proyecto de homilía Como la aceptación de la cruz es condición esencial para
seguir al Señor, también el acoger a los demás (pueden
ser los apóstoles, los pobres, los pequeños…) con hospi
El evangelio que hoy leemos presenta dos temas dife talidad generosa es signo de fidelidad al mandamiento
rentes, que se reflejan también en las otras lecturas. La nuevo del amor fraterno sin fronteras. No sólo la aco
primera parte del evangelio presenta las condiciones del gida del compañero o del amigo (¿no hacen ya eso los
seguimiento de Jesús: desapego, cruz, disponibilidad paganos?); sino la acogida del forastero, del pobre, de
total; la segunda parte trata el tema de la acogida y la quien no puede darnos una recompensa. En el que tiene
hospitalidad. hambre o sed, en el peregrino, en el enfermo, en el pri
B
describe un rito sacramental; ese rito es signo e inicia tura muestra cómo la hospitalidad es fuente de bendición
ción de una nueva existencia. El cristiano prolonga, en para quien la vive y la practica. En cambio, las manifes
cada momento de su vida, el significado y la realidad del taciones de rechazo o las acciones de intolerancia frente
na
Bautismo en el dinamismo pascual de muerte y resurrec al extranjero o a quien es diferente de nosotros revelarían
ción. El cristiano debe morir en cada momento al peca un rostro anticristiano y antievangélico.
do, al egoísmo, al hombre viejo, para resucitar a la vida
nueva de amor y de gracia, al Espíritu, al hombre nuevo. En la Eucaristía acogemos al Señor Jesús entre nosotros,
P
Cristo la encuentra.
M
ue
st
ra
de
El Señor hoy nos dice que nadie está por encima de S Dice Jesús que quien diere a uno de sus discí
Dios, y parece recordarnos el primer mandamiento pulos “aunque no sea más que un vaso de agua
r
de su ley: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. fría”, no se quedará sin recompensa.
te
llegar a la resurrección.
S Si recibimos a Jesús, estamos recibiendo al Padre,
que está en el cielo. Y quien recibe a alguien que
es servidor de Dios es al mismo Señor a quien La sabiduría de Dios
recibe. supera nuestros criterios.
61
Actualidad Litúrgica 274, pp. 62-88 dificultad que tienen sus oyentes (v. 52) es típicamente
eucarística: “¿Cómo puede éste darnos a comer su car-
Comentarios ne?”; antes (v. 42) había sido cristológica: “¿Cómo nos
dice ahora que ha bajado del cielo?”. - El fruto de comer
este pan vivirá para siempre” (v. 58). - Hay dos versícu
José Aldazábal, SDB los que describen de un modo admirable las conse
ue
portante para la primitiva comunidad, porque Lucas la por él, así también el que me come vivirá por mí”. La
cuenta nada menos que tres veces en el libro de los unión de Cristo con su Padre es misteriosa, vital y pro-
re
Hechos (cc. 9, 22 y 26), y el mismo Pablo hace va- funda; pues así quiere Cristo que sea la de los que lo
rias alusiones al episodio en sus cartas (por ejemplo, reciben y lo comen. No dice que “vivirá para mí”, sino
en Gál 1). Tal vez es porque esta aparición del Resu- “por mí”; como luego dirá que los sarmientos viven si
ns
citado a Pablo le confiere autoridad en su ministerio permanecen unidos a la vid, que es el mismo Cristo.
apostólico, que algunos tenían por menos justificado
que el de los Doce, y sobre todo avala su carácter de También el discurso de Jesús ha sido intenso, y nos
a
misionero abierto a todos los países y razas, que era invita a pensar si nuestra celebración de la Eucaristía
visto con suspicacia en ciertos ambientes. Las dife- produce en nosotros esos efectos que él anunciaba en
rencias de matices entre los varios relatos no nos in- Cafarnaúm. - Lo de “tener vida” puede ser una frase
teresan mucho aquí. - Al escuchar hoy el relato de la hecha que no significa gran cosa si la concebimos en
conversión de Pablo y del inicio de su ministerio pre- el sentido meramente teórico. ¿Se nota que, a medida
M
dicador en Damasco, uno no sabe qué admirar más: que celebramos la Eucaristía y en ella participamos del
el plan sorprendente de Dios, la respuesta de Pablo Cuerpo y la Sangre de Cristo, estamos más fuertes en
ue
o la actitud acogedora de la comunidad de Damas- nuestro camino de fe, en nuestra lucha contra el mal?
co. - La iniciativa ha sido de Cristo Jesús: Pablo era ¿O seguimos débiles, enfermos, apáticos? Lo que dice
de las últimas personas que uno esperaría que fueran Jesús: “El que come mi carne y bebe mi sangre, perma-
llamadas como uno de sus apóstoles. - Esta elección nece en mí y yo en él”, ¿es verdad para nosotros sólo
st
de Cristo tiene éxito porque también Pablo pone de su durante el momento de la Comunión o también a lo lar-
parte una respuesta decidida. Tiene calidad humana go de la jornada? - Después de la Comunión –en esos
ra
y religiosa, ofrece buena “materia prima” a la obra de breves pero intensos momentos de silencio y oración
Dios. “¿Quién eres, Señor?”. La respuesta de Pablo a personal– le podemos pedir al Señor, a quien hemos
Cristo es firme y generosa, y lo será toda su vida. El recibido como alimento, que en verdad nos dé su vida,
encuentro con el Resucitado lo transforma: se levan- su salud, su fortaleza, y que nos la dé para toda la
de
ta, va a Damasco, recorre el camino de la “iniciación” jornada. Porque la necesitamos para vivir como segui-
bautismal y se entrega decididamente a la nueva cau- dores suyos día tras día.
sa y empieza a anunciar a Cristo Jesús. - Pronto se
convencerá de que esto le va a acarrear muchos dis- [Si se dice la Misa de San José Obrero:
co
rando con bastante rapidez las naturales suspicacias, Solamente el apóstol y evangelista san Mateo menciona
acojan a Pablo en su seno y se presten a guiarlo a que san José era carpintero. No sabemos más detalles
te
su nueva situación (luego, en Jerusalén, no lo reciben del tiempo ni de la forma en que ejerció este oficio. - Por
tan bien: sólo Bernabé le facilita el camino para su elección divina, por su obediencia especial, san José fue
sí
adaptación a la comunidad). reconocido por la Iglesia como ”ejemplo para los obre-
ros”. - Cuando, en 1889, el II Congreso internacional
Jn 6, 52-59 de obreros socialistas resolvió introducir una fiesta en
a
62
Predicación diaria
de ser fuente de discordias, de odios y de violencias, es sus oyentes el discurso de Jesús sobre el Pan de la
y será una invitación constante a la sociedad moderna vida. - Para algunos resulta “intolerable”, imposible
para completar lo que aún falta a la paz social. … el de admitir. No se sabe qué los ha escandalizado más:
humilde obrero de Nazaret no sólo encarna, delante de que Jesús –en definitiva, para ellos, un trabajador
Dios y de la Iglesia, la dignidad del obrero manual, sino del pueblo de al lado, aunque se haya mostrado buen
que es también el providente custodio de ustedes y de predicador y haga milagros– afirme que es el enviado
sus familias”. - San José, el carpintero silencioso y tra- de Dios y que debemos creer en él para tener vida; o
B
bajador, dio a Jesús el estado civil, la categoría social, que asegure que debemos “comer su carne y beber
la condición económica, la experiencia profesional, el su sangre” –con una alusión al sacramento eucarís-
ue
ambiente familiar, la educación humana. Esta relación tico, que ellos, naturalmente, no podían entender to-
entre san José y Jesús puede hacernos comprender davía–. - Jesús trata de darles pistas para que sepan
muchas cosas del designio de Dios. entender su doble manifestación: tanto la afirmación
na
- Sus paisanos quedaron bloqueados por la duda: “¿De ta su camino mesiánico, y cuando haya descendido
dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes el mismo Espíritu sobre los discípulos, que les dará
re
milagrosos?”. Fueron testigos de sus milagros, admi- los ojos de la fe para entender la donación del Jesús
raron su sabiduría, pero no fueron capaces de dar el pascual como Pan verdadero. Pero no parece bastar:
salto y aceptarlo como el enviado de Dios. - Un profeta “Desde entonces, muchos de sus discípulos se echa-
ns
no es recibido en su patria: “Y se negaban a creer en ron para atrás y ya no querían andar con él”. - Menos
él”. - Hay que reconocer que a sus paisanos no les fal- mal que el grupo de discípulos, cuyo portavoz es –una
taba razón al mostrarse reacios para ver en su vecino vez más– Pedro, le permanece fiel. Tal vez ellos no han
a
al Mesías y Salvador. Jesús era un maestro atípico: no entendido del todo sus afirmaciones, pero creen en él,
había estudiado en ninguna escuela famosa, era un le creen a él: “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de
obrero. Pero, con tantas pruebas que les había dado, vida eterna”.
tenían que haber superado su desconfianza inicial.]
También en el mundo de hoy, como para los oyentes
M
SÁBADO de la III sem. de Pascua (2 de mayo) que tenía en Cafarnaúm, Jesús se convierte en signo
de contradicción, como había anunciado el anciano
ue
la ocasión, el protagonista de hoy, Pedro, sale de Jeru- la alegría. Muchas veces es exigente, y su estilo de vida
salén y hace un recorrido por las comunidades cristia- está no pocas veces en contradicción con los gustos y
ra
nas, a modo de visita pastoral, para reanimarlas en su las tendencias de nuestro mundo. Creer en Jesús, y en
fe. - Su presencia va acompañada por dos hechos mi- concreto también comulgar con él en la Eucaristía, que
lagrosos: la curación de un paralítico llamado Eneas, es una manera privilegiada de mostrar nuestra fe en él,
en Lida, y la resurrección de una discípula que había puede resultar difícil.
de
sucitar a la mujer; primero se arrodilla y se pone a Las diversas intervenciones de Felipe en el Evangelio
orar antes de mandarle: “Tabitá, levántate”. Es lo que pueden darnos una buena pista para nuestra tarea mi-
habían hecho él y Juan a la puerta del Templo cuan- sionera y evangelizadora: • apenas descubrió a Jesús,
r
do curaron al paralítico “en el nombre de Jesucristo”. se lo comunicó a Natanael (Bartolomé): “Hemos encon-
- Vemos a los protagonistas de la historia de la Iglesia: trado [al Mesías]… Ven y lo verás” (Jn 1, 45-46); • a él le
te
Jesús, su Espíritu y la comunidad misma, con sus preguntó Jesús dónde podían comprar pan para satis-
ministros. Jesús, desde su existencia gloriosa, sigue facer el hambre de tanta gente que los seguía; Felipe no
sí
presente en su Iglesia, la llena de fuerza por su Espíri- pareció muy convencido de que fuera posible: “Ni dos-
tu y sigue así actuando a través de ella. Se explica que cientos denarios de pan bastarían para que a cada uno
Lucas pueda describir un panorama tan optimista: le tocara un pedazo de pan” (Jn 6, 7); • cuando unos
a
“las comunidades cristianas… se iban consolidando, griegos manifestaron el deseo de hablar con Jesús,
progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, fueron Felipe y Andrés los que facilitaron el encuentro
animadas por el Espíritu Santo”. (Jn 12, 22); • en un momento de entusiasmo, Felipe le
pidió a Jesús: “Señor, muéstranos al Padre”, como lee-
Jn 6, 60-69 mos en el evangelio de hoy; y recibió una suave repri-
menda: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con uste-
En el evangelio leemos hoy el pasaje final del capítulo des, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al
6 de san Juan, con las reacciones que produce en Padre” (Jn 14, 9).
63
Predicación diaria
en la lista de personas favorecidas con las apariciones es la fe en Jesús lo que decide si uno va a tener o no
del Resucitado, está también Santiago, un personaje la vida eterna. Los verbos se suceden: escuchar, cono-
ue
importante en la comunidad de Jerusalén. cer, creer, seguir. Si alguien se pierde, será porque él
quiere. Porque Jesús, que se vuelve a presentar como
Jn 14, 6-14 el Buen Pastor, sí conoce a sus ovejas, y las defiende, y
na
y de la concepción mesiánica corriente, a la Buena El pasaje del evangelio nos invita a renovar también
Noticia tal como la proponía Jesús. Felipe tiene el mé- nuestra fe y nuestro seguimiento de Jesús. ¿Podemos
rito de expresar, en nombre de los demás, su búsque- decir que lo escuchamos, que lo conocemos, que lo se-
ns
da de la verdad y su deseo de conocer mejor a Cristo guimos? ¿Que somos buenas ovejas de su rebaño?
y a Dios. Tendríamos que hacer nuestra la actitud que expresó
tan hermosamente Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Tú
a
MARTES de la IV sem. de Pascua (5 de mayo) tienes palabras de vida eterna” (Jn 6, 68). - En la Eu-
caristía escuchamos siempre su voz, hacemos caso de
Hech 11, 19-26 su Palabra, nos alimentamos con su Cuerpo y Sangre.
En verdad, éste es un momento privilegiado en el que
Cuando parecía que los acontecimientos iban a se- Cristo es Pastor y nosotros somos comunidad suya.
M
ñalar el final de la comunidad de Jesucristo, debido Eso debería prolongarse a lo largo de la jornada: si-
a la persecución de Esteban y a la dispersión poste- guiendo sus pasos, viviendo en unión con él, imitando
ue
rior a ella (sobre todo de los cristianos más helenis- su estilo de vida.
tas), resultó que la ocasión fue providencial: la Iglesia
comenzó a sentirse misionera y abierta. - Los discí- MIÉRCOLES de la IV sem. de Pascua (6 de mayo)
pulos que huyeron de Jerusalén fueron evangelizan-
st
a los judíos y luego también a los paganos. Y “mu- La comunidad de Antioquía, misionera y abierta, se
chos se convirtieron y abrazaron la fe”. Sobre todo en muestra llena de vida. Y no es una comunidad anóni-
Antioquía se creó un clima más abierto para con los ma: Lucas nos trae los nombres de varios “profetas
procedentes del paganismo, y más flexible con res- y maestros”, además de Bernabé y Pablo, que ejercen
de
pecto a las costumbres heredadas de los judíos. Allí su ministerio. Por lo que se ve, además, las decisio-
fue donde por primera vez los discípulos recibieron el nes de esta comunidad se toman con intervención de
nombre de “cristianos”. - Aparece aquí un personaje todos los miembros de la misma. - Dos personas se
muy significativo del nuevo talante de la comunidad: destacan, por iniciativa del Espíritu Santo: Bernabé
co
Bernabé. Era de Chipre. Había ayudado a Pablo en su y Pablo, a quienes la comunidad envía a evangeli-
primera visita de convertido a Jerusalén (cfr. Hech 9, zar, después de haber ayunado, orado sobre ellos y
26). Era generoso, conciliador. - Al enterarse los res- haberles impuesto las manos como signo de la dona-
r
ponsables de Jerusalén del nuevo estilo de Antioquía, ción del Espíritu Santo, que aparece claramente como
enviaron allá a Bernabé: y éste vio enseguida la mano protagonista de la vida de la comunidad. - Va a ser
te
del Espíritu en lo que sucedía en aquella comunidad, su primer viaje misionero (en los años 44-48). Ya hoy
se alegró y los exhortó a seguir por ese camino. Más aparece la primera etapa, en Chipre, con la predica-
sí
aún: fue a buscar a Pablo, y lo trajo a Antioquía como ción en las sinagogas de Salamina.
colaborador en la evangelización. Bernabé influyó así
decisivamente en el desarrollo de la fe en gran parte Jn 12, 44-50
a
64
Predicación diaria
el Padre me lo ha dicho”. Jesús ha venido a salvar: el cuencia que Jesús quiere que saquen sus discípulos.
que no lo acepta, él mismo se excluye de la vida. - Esta - El siervo tiene que imitar lo que hace su amo; el dis-
vez la revelación de su identidad –para la que en otras cípulo, lo que ha aprendido de su maestro. Ellos han
ocasiones se sirve de las imágenes del pan o del agua visto cómo Jesús se ha ceñido la toalla, ha tomado
o del pastor o de la puerta– la hace con otra muy ex- en sus manos la jofaina y ha ido lavándoles los pies
presiva: “Yo he venido al mundo como luz, para que uno a uno. Es lo mismo que tienen que hacer ellos:
todo el que crea en mí no siga en tinieblas”. - Es la “Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán di-
B
misma imagen que aparecía en el prólogo del evan- chosos”. - También empieza a anunciar cómo uno de
gelio: “la Palabra era la luz verdadera” (Jn 1, 9) y en ellos –Judas– lo va a traicionar. Y repite la idea de que
ue
otras ocasiones solemnes: “Yo soy la luz del mundo; el así como el Padre lo ha enviado, él los envía a ellos a
que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la este mundo. El que recibe a los enviados de Cristo, lo
luz de la vida” (Jn 8, 12; cfr. 9, 5). Pero siempre sucede recibe a él, y por lo tanto recibe al que lo ha enviado, al
na
lo mismo: algunos no quieren ver esa luz, porque “los Padre. La afirmación de la identidad de Jesús se repite
hombres prefirieron las tinieblas a la luz” (Jn 3, 19). también aquí: “para que… crean que Yo Soy”.
Cristo, como luz, sigue dividiendo a la humanidad. Es fácil admirar el gesto del lavatorio de los pies que
P
También ahora hay quien prefiere la oscuridad o la pe- hizo Jesús, y reflexionar sobre cómo ha entendido él la
numbra; y es que la luz siempre compromete, porque autoridad: “no he venido a ser servido, sino a servir”.
re
pone en evidencia lo que hay, tanto si es bueno como Pero lo que nos pide la Palabra de Dios no son afirma-
defectuoso. - Nosotros, seguidores de Jesús, ¿acepta- ciones lógicas y bonitas, sino el seguimiento de Jesús,
mos plenamente en nuestra vida su luz, que nos viene, la imitación de sus actitudes. En este caso, la imitación,
ns
por ejemplo, a través de su Palabra, que escuchamos en nuestra vida de cada día, de su actitud de servidor
tantas veces? ¿Somos “hijos de la luz”, o también en de los demás. - En la Eucaristía, dándosenos como Pan
nuestra vida hay zonas que permanecen en la penum- y Vino de vida, Jesús nos hace participar de su entrega
a
bra, por miedo a que la luz de Cristo nos obligue a en la cruz por la vida de los demás. - Él mismo nos en-
reformarlas? Ser hijos de la luz significa caminar en cargó que celebráramos la Eucaristía, pero también nos
la verdad, sin trampas, sin subterfugios. Significa ca- encargó que lo imitáramos en el lavatorio de los pies, ya
minar en el amor, sin odios ni rencores. Seguir en “ti- que comemos su “Cuerpo entregado por” y bebemos su
nieblas” es tanto dejarnos manipular por el error como “Sangre derramada por”, todos somos invitados a ser
M
encerrarnos en nuestro egoísmo y no amar. personas “entregadas por”, al servicio de los demás.
Dichosos nosotros, si lo ponemos en práctica.
ue
- El discurso de Pablo es el típico que pronunciará de Antioquía de Pisidia, Pablo afronta ya directamente
cuando sus oyentes son los judíos, o sea, cuando es el problema: a Jesús, a quien Dios ha enviado como el
invitado a predicar en la sinagoga: lo hace a partir de Mesías esperado, el pueblo judío no lo ha sabido reco-
la historia de Israel en el Antiguo Testamento, como lo nocer. Más aún: las autoridades de Jerusalén lo han
de
había hecho en su larga catequesis el diácono Este- llevado a la muerte. Pero Dios lo resucitó. - Pablo se
ban. - Con un recorrido que va desde la salida de Egip- atreve, por lo tanto, a anunciar gozosa y claramente:
to y la conquista de la tierra prometida hasta Jesús de “Nosotros les damos la buena nueva de que la promesa
Nazaret como el Mesías enviado por Dios, pasando por hecha a nuestros padres nos la ha cumplido Dios a
co
la figura de David y la de Juan, el precursor inmedia- nosotros, los hijos, resucitando a Jesús”. Y lee como
to, Pablo presenta a Jesús como la respuesta de Dios referidas a Jesús las palabras que el salmo 2 pone en
a las esperanzas y las promesas de toda la historia labios de Yahveh: “Hijo mío eres tú, yo te he engendra-
r
de Israel. - Nombrando a David, capta la atención y do hoy”. - Por eso cantamos este salmo como medita-
la simpatía de la sinagoga; describiendo a Juan como ción responsorial después de la lectura.
te
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Predicación diaria
que saber seguir para llegar al Padre y a la vida. Ade- nifestación de Jesús– conduce a la afirmación más de-
más, las categorías de la verdad y de la vida completan cisiva: “yo estoy en el Padre y el Padre está en mí… Es
ue
la presentación de la persona de Jesús. el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras”.
- Las consecuencias son riquísimas. Al Padre nadie lo
En la Pascua es cuando más claro vemos que Cristo es ha visto: pero el que ha visto a Jesús, ya ha visto al Pa-
na
nuestro camino. - Nosotros somos personas que hace dre. El que cree y acepta a Cristo, ha creído y aceptado
tiempo hemos optado por seguirlo a él en nuestra vida; al mismo Dios. Jesús es la puerta, el camino, la luz, y
no sólo por haber sido bautizados, sino porque cons- en él tenemos acceso a Dios Padre. También el éxito de
cientemente una y otra vez hemos reafirmado nuestra nuestra oración queda asegurado: “cualquier cosa que
P
fe y nuestro seguimiento de él. Pero el símil del camino pidan en mi nombre, yo la haré”. Tenemos en Jesús
nos puede ayudar a preguntarnos: ¿de veras seguimos al mediador más eficaz: su unión íntima con el Padre
re
con fidelidad rectilínea el camino central, que es Jesús? hará que nuestra oración sea siempre escuchada, si
¿O a veces nos gusta probar otros caminos y atajos que nosotros estamos unidos a Jesús.
nos pueden parecer más atractivos a corto plazo, más
ns
fáciles y agradables? - La meditación de hoy debe ser Nosotros, como Felipe, no hemos visto al Padre. Y, ade-
claramente cristocéntrica. Al “Yo soy” de Jesús le debe más, a diferencia de Felipe, no hemos visto tampoco
responder nuestra fe y nuestra opción siempre reno- a Jesús; aunque él ya nos dijo que son “dichosos los
a
vada y sin equívocos; conscientes de que fuera de él que creen sin haber visto” (Jn 20, 29). - Pero nosotros
no hay verdad ni vida, porque él es el único camino. sí creemos en él; lo seguimos como el verdadero Maes-
Eso, que podría quedarse en palabras muy solemnes, tro; lo comemos como el verdadero Pan; nos dejamos
debería notarse en los mil pequeños detalles de cada guiar por él, que es la verdadera Luz. Y sabemos que
día, porque intentamos continuamente seguir su estilo estamos en el recto camino para la vida, para llegar a
M
de vida en nuestro trato con los demás, en nuestra vi- Dios. - En la Eucaristía tenemos una experiencia sacra-
vencia de la historia, en nuestra manera de juzgar los mental de la presencia de Cristo Jesús en nuestra vida:
ue
acontecimientos. Cristo es el que va delante de noso- una experiencia que nos ayuda a saber “verlo” también
tros; seguir sus huellas es seguir su camino. presente a lo largo de nuestros días, en la persona del
prójimo, en nuestro trabajo, en nuestras alegrías y do-
SÁBADO de la IV sem. de Pascua (9 de mayo) lores; convencidos de que, unidos a él, también hare-
st
siguieron violentamente y los expulsaron de la ciudad. en la ciudad de Listra, en la que Pablo cura a un li-
- Aquí toman Pablo y Bernabé la decisión que repe- siado, cojo de nacimiento. Es una escena paralela a
tirán en muchas ciudades: si son rechazados por los la de Pedro curando a un cojo en Jerusalén (Hech 3),
r
judíos, predicarán a los paganos. Siempre siguen el sólo que ahora el beneficiado es un pagano. - El éxito
mismo orden: “La palabra de Dios debía ser predica- es exagerado, hasta el punto de que la gente los toma
te
da primero a ustedes; pero como la rechazan y no se por dioses que han bajado disfrazados de hombres:
juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los a Bernabé, que sería mayor, lo identifican con Júpi-
sí
paganos”. Que era para lo que Dios había elegido par- ter o Zeus; a Pablo, que es el que habla, lo asocian
ticularmente a Pablo. - Ya el anciano Simeón recono- con Hermes, el mensajero de los dioses griegos. Y les
ció a Jesús como “luz para alumbrar a las naciones” quieren ofrecer sacrificios. - Pablo aprovecha para ha-
a
(Lc 2, 32). La historia, guiada sabiamente por el Es- cerles una predicación; esta vez está adaptada a los
píritu, aunque parezca que con líneas torcidas, va paganos, no a los judíos de la sinagoga: no parte del
llenando de fe a toda la tierra. Como ya prometía el Antiguo Testamento, sino del Dios creador del cielo y
salmo: “La tierra entera ha contemplado la victoria de de la tierra, el que nos manda la lluvia y las cosechas.
nuestro Dios”. - La conclusión de Lucas la hemos oído No habla explícitamente de Jesús; parece un discurso
varias veces: “los discípulos se quedaron llenos de ale- incompleto. Es como el esquema de lo que luego será
gría y del Espíritu Santo”. su gran pieza de predicación a los paganos en el Areó-
pago de Atenas.
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Predicación diaria
Jn 14, 21-26 mejores: “les contaron lo que había hecho Dios por
medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos
Toda la semana seguimos escuchando el discurso de las puertas de la fe”. - El salmo es consecuentemente
Jesús en su Última Cena. - A veces el evangelio nos “misionero” y entusiasta: “que todos tus fieles te ben-
invita a creer en Jesús; hoy nos invita a amarlo y a digan. Que proclamen la gloria de tu reino… Que
seguir sus caminos. Cuando Jesús se vaya –y en esta muestren a los hombres tus proezas”.
cena se está despidiendo de sus discípulos– ¿cómo se
B
me ama, cumplirá mi palabra… El que no me ama, no En el clima de despedida de Jesús hay una preocu-
cumplirá mis palabras”. - Pero este amor tiene con- pación lógica por el futuro; mas Jesús los tranquiliza:
secuencias inesperadas, una admirable intercomu- “La paz les dejo, mi paz les doy”. Eso sí, no es una paz
na
nión con Cristo y con el Padre: “Al que me ama a mí, barata, sino una paz que viene de lo alto: “No se la doy
lo amará mi Padre, yo también lo amaré… mi Padre lo como la da el mundo”. - La consigna de Jesús es clara:
amará y vendremos a él y haremos en él nuestra “No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir:
morada”. - Y aún más: Jesús nos anuncia al Espíri- ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si me amaran, se ale-
P
tu Santo como protagonista en nuestra vida de fe; lo grarían de que me vaya al Padre”. - La paz y la seguri-
llama “Paráclito”, o sea, Abogado, Defensor. Lo llama dad que Jesús promete a los suyos deriva de la unión
re
Maestro (“les enseñará todas las cosas”) y también Me- íntima que él tiene con el Padre: lo ama, cumple lo
moria (“les recordará todo cuanto yo les he dicho”). que le ha encargado y ahora vuelve a él. Desde esa
existencia pospascual es como “volverá” a los suyos,
ns
Pascua es algo más que alegrarnos por la resurrección los apoyará y les dará su paz.
de Jesús. El Resucitado nos invita a una comunión vital:
nuestra fe y nuestro amor a Jesús nos introducen en Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy las recor-
a
un admirable intercambio. Dios mismo hace su morada damos cada día en la Misa, antes de comulgar: “Señor
en nosotros, nos convertimos en templos de Dios y de su Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: ‘La paz les dejo,
Espíritu. - Nos invita también a permanecer atentos mi paz les doy’…”. - También ahora necesitamos esta
al Espíritu, nuestro verdadero Maestro interior, nuestra paz, porque puede haber tormentas y desasosiegos
memoria, el que nos va revelando la profundidad de Dios, más o menos graves en nuestra vida personal o comu-
M
el que nos conecta con Cristo. El Catecismo de la Igle- nitaria, como en la de los apóstoles contemporáneos de
sia católica dedica unos números sustanciosos (1091- Jesús. Y sólo nos puede ayudar a recuperar la verda-
ue
1112) al papel del Espíritu en nuestra vida de fe. Lo dera serenidad interior la conciencia de que Jesús está
llama “pedagogo” de nuestra fe, porque él es quien nos presente en nuestra vida. - Esta presencia siempre ac-
prepara para el encuentro con Cristo y con el Padre; el tiva del Resucitado en nuestra vida la experimentamos
que suscita nuestra fe y nuestro amor, y el que “recuer- de un modo privilegiado en la Comunión, pero también
st
da a la asamblea todo lo que Cristo ha hecho por noso- en los demás momentos de nuestra jornada. La presen-
tros” (CCE 1103); él despierta la memoria de la Iglesia”. cia del Señor es misteriosa y sólo se entiende a partir
ra
Una vez más Pablo y sus acompañantes experimentan Hech 15, 1-6
que el Reino de Dios padece violencia y que no es fácil
predicarlo en este mundo. Pero no se dejan atemori- Los conflictos en la Iglesia de Antioquía se agudizaron
co
zar: se marchan de Listra y van a predicar a otras ciu- con la intervención de unos discípulos que “vinieron
dades. Son incansables. La Palabra de Dios no queda de Judea”, y querían imponer unas leyes claramente
muda. - El pasaje de hoy nos describe el viaje de vuel- judaizantes. - Ahora puede parecernos que el problema
r
ta de Pablo y Bernabé de su primera salida apostóli- de aquella comunidad era de poca importancia, pero
ca: van recorriendo en orden inverso las ciudades en para ellos era crítico. La circuncisión es un asunto re-
te
las que habían evangelizado y fundado comunidades, presentativo para saber si siguen en vigor las leyes ju-
hasta llegar de nuevo a Antioquía, de donde habían días también para los paganos que se convierten: ¿nos
sí
salido. - Al pasar por cada comunidad reafirman en la salvamos por Jesús o seguimos dependiendo de la ley
fe a los hermanos y los exhortan a perseverar en ella de Moisés? Ya antes (Hech 10–11), en el caso de Cor-
“diciéndoles que hay que pasar por muchas tribula- nelio, les había indicado claramente el Espíritu Santo
a
ciones para entrar en el Reino de Dios”. Van nombran- que debían abrirse a los paganos; pero la sensibilidad
do también a presbíteros o responsables locales, oran de las personas no cambia en dos días, y sigue la ten-
sobre ellos, ayunan y los encomiendan al Señor. Se sión. Se está librando la batalla de la universalidad
trata de un segundo momento, después de la primera del cristianismo. - La comunidad de Antioquía envía
implantación: ahora es la estructuración y el afianza- a Pablo y Bernabé a Jerusalén –costeando su viaje,
miento de las comunidades. - Llegados a Antioquía de detalle muy realista– para que confronten su proble-
Siria dan cuentas a la comunidad, que es la que los ma con los apóstoles y presbíteros. Fueron bien aco-
había enviado a su misión. Las noticias no pueden ser gidos y todos se reunieron “para examinar el asunto”.
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Predicación diaria
la vid, la cepa; los fieles son los sarmientos. De la vid los apóstoles: • el anterior, Judas, “era de nuestro gru-
pasa la savia, es decir, la vida, a los sarmientos, si po y había sido llamado a desempeñar con nosotros
ue
“permanecen” unidos a la vid; si no, quedan secos, no este ministerio”; • el nuevo deberá ser “testigo de la
dan fruto y se mueren. El verbo “permanecer”, en grie- resurrección de Jesús”; • “uno que sea de los que nos
go menein, aparece sesenta y ocho veces en los escri- acompañaron mientras convivió con nosotros el Se-
na
tos de Juan: once de ellas en este capítulo 15. - Dios ñor Jesús, desde que Juan bautizaba hasta el día de
Padre es el viñador, quien quiere que los sarmientos la ascensión”. - Se presentaron dos candidatos: José
no pierdan esta unión con Cristo. Ésa es la mayor ale- Barsabá, por sobrenombre “el Justo”, y Matías. Des-
gría del Padre: “que den mucho fruto”. Incluso, para pués de la oración que dirigieron a Dios y del sorteo
P
conseguirlo, a veces recurrirá a la “poda para que dé hecho, salió elegido Matías. San Juan Crisóstomo nos
más fruto”. - De entre las varias comparaciones que presenta, en el Oficio de lectura, una buena reflexión
re
tienen como clave la vid y la viña –el pueblo de Israel sobre esta escena de los Hechos.
es como una viña plantada por Dios, quien se queja
amargamente de que la viña en la que había puesto Jn 15, 9-17
ns
unión vital de Cristo con sus seguidores. Jesús y Jesús ama al Padre. Jesús, a su vez, ama a los
discípulos y los elige como amigos, les revela la volun-
La metáfora de la vid y los sarmientos nos recuerda, por tad del Padre y los envía a dar fruto. Se espera que los
una parte, una gozosa realidad: la unión íntima y vital discípulos, por su parte, amen a Jesús y permanezcan
que Cristo ha querido que exista entre nosotros y él. Una en su amor, guardando sus mandamientos, lo mismo
M
unión más profunda que la que se expresaba en otras que Jesús permanece en el amor al Padre, cumpliendo
comparaciones: entre el pastor y las ovejas, o entre el su voluntad. También Jesús les encarga que saquen
ue
maestro y los discípulos. El Catecismo de la Iglesia ca- otra conclusión en sus vidas: que se amen los unos
tólica nos recuerda que esta comunión la realiza el Espí- a los otros. - Todo esto los llevará a la alegría plena,
ritu. - Esta unión tiene consecuencias importantes para la alegría que brota del amor y de la fidelidad. Buena
nuestra vida de fe: “el que permanece en mí y yo en él, página para leer en la fiesta de san Matías, elegido de
st
ése da fruto abundante”. - Pero, por otra parte, también un modo especial para incorporarlo al grupo de los
existe la posibilidad contraria: que no nos interese vivir apóstoles de Jesús.
ra
los Once eligieron a Matías porque él había seguido a das partes donde hay convertidos del paganismo, so-
Jesús durante su ministerio público: desde el bautismo bre todo a Antioquía, tiene detalles muy interesantes:
te
de Juan y hasta el día de la Ascensión (cfr. Hech 1, • desautoriza a los que “sin mandato nuestro, los han
15-26). Por este motivo pudo ser Matías, como los otros alarmado e inquietado”; alaba cordialmente a “nues-
sí
once, testigo cualificado de la resurrección. - Según el tros amados hermanos Bernabé y Pablo, que han
historiador Eusebio de Cesarea, Matías habría sido consagrado su vida a la causa de nuestro Señor Jesu-
uno de los setenta y dos discípulos enviados un día por cristo”; • la decisión a la que llegan es “no imponerles
a
el Señor a difundir la Buena Nueva que él anunciaba más cargas que las estrictamente necesarias”; por lo
(cfr. Lc 10, 1-12). - La fiesta de san Matías se celebra- tanto queda reafirmada la convicción teológica de que
ba anteriormente (antes de la reforma del calendario la salvación viene de Jesús, y no hará falta que pasen
litúrgico promovida por el Concilio Vaticano II) el 24 de por la Ley de Moisés los que se convierten del paga-
febrero. Ahora se celebra en el Tiempo Pascual, en una nismo: ha triunfado la tolerancia y la interpretación
fecha más cercana al tiempo en que fue escogido como pluralista de Bernabé y Pablo; • aunque sí se exigen
apóstol y “testigo del Resucitado”. las tres condiciones que había enumerado Santiago y
que les parecieron a todos razonables: huir de la idola-
68
Predicación diaria
tría y de la fornicación, y no comer sangre o animales a qué región no ir y a cuál otra sí (por ejemplo, a Ma-
estrangulados. - La decisión fue muy bien recibida: “Al cedonia sí). No sabemos los medios por los que ellos
leer aquellas palabras alentadoras, todos se llenaron reconocían esta indicación del Espíritu, pero en todo
de júbilo”. - El salmo recoge esta sensación: “Tocaré el libro de los Hechos es una constante este protago-
para ti ante las naciones, te alabaré, Señor, entre los nismo del Espíritu y la obediencia de los discípulos
pueblos”. a su voz. - Con esta colaboración entre el Espíritu,
invisible, y la comunidad, visible, en modo particular
B
El pensamiento de Jesús, en la Última Cena, progresa “Alabemos a Dios todos los hombres”.
como en círculos. Ya había insistido en que sus segui-
dores deben “permanecer” en él; en concreto: “Si cum- Jn 15, 18-21
na
sobre todo, señala una dirección más comprometida historia de lucha entre el bien y el mal. Como lo ha
de este seguimiento: “Éste es mi mandamiento: que sido en la persona de Cristo, el Maestro, lo será del
re
se amen los unos a los otros como yo los he amado”. mismo modo con sus seguidores: “Si el mundo los
Antes había sacado la conclusión más lógica: si él ama odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a uste-
a los discípulos, éstos deben permanecer en su amor, des”. Y es que de por medio está el gran contraste: ser
ns
deben corresponder amándolo. Ahora aparece otra del mundo o no serlo. Hay diferencia entre “estar en el
conclusión más difícil: deben amarse unos a otros. - No mundo” y “ser del mundo”, o sea, compartir los crite-
es un amor cualquiera el que encomienda: se pone a rios del mundo. El “mundo”, para Juan, es siempre el
a
sí mismo como modelo. Y él se ha entregado por los conjunto de las fuerzas del mal; opuesto al Reino que
demás, a lo largo de su vida, y va a hacerlo más ple- quiere establecer Jesús.
namente muy pronto: “Nadie tiene amor más grande a
sus amigos que el que da la vida por ellos”. Las palabras de Jesús en la Última Cena nos avisan
también a nosotros que va a ser difícil nuestra relación
M
La palabra de Jesús no necesita muchas explicaciones: con el mundo; como lo fue para Cristo Jesús, como lo ha
el fruto de la Pascua que aquí se nos propone es el amor sido a lo largo de los dos mil años de la historia para la
ue
fraterno. Un amor que, ciertamente, no es fácil; como no comunidad cristiana. “Si fueran del mundo, el mundo
lo fue el amor de Jesús a los suyos, por quienes, des- los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia por-
pués de haber entregado sus mejores energías, ofreció que no son del mundo”; según esto, debería ser mala
su vida. Es el amor concreto, sacrificado, del que se señal que la sociedad nos acepte muy fácilmente: sería
st
entrega: el de Cristo; el de los padres que se sacrifican signo o de que el mundo se ha convertido y ha cambiado
por los hijos; el del amigo que ayuda al amigo, aunque o de que nosotros no damos testimonio de los valores
ra
implique su propia incomodidad; el de tantas personas cristianos, sino que nos hemos amoldado de alguna ma-
que saben buscar el bien de los demás por encima del nera al modo de pensar del mundo y, por lo tanto, no le
propio, aunque sea con esfuerzo y renuncia. resultamos “incómodos”.
de
SÁBADO de la V sem. de Pascua (16 de mayo) LUNES de la VI sem. de Pascua (18 de mayo)
Empieza el segundo viaje misionero de Pablo (años 49- Conducidos por el Espíritu, como leíamos el sábado
52). Ahora ya no lo acompaña Bernabé: se ha sepa pasado, Pablo y sus acompañantes deciden dejar Asia
rado de Pablo por una discusión (sobre si debía ir o no y entrar en Europa, y así llegan a Filipos, capital de
r
con ellos Juan Marcos). No debió ser siempre fácil co- Macedonia. - Filipos era una colonia romana. No pare-
laborar con Pablo, decididamente líder y con opiniones ce que hubiera una sinagoga para los judíos, y por lo
te
muy personales. En este viaje lo acompañan Timoteo tanto Pablo va a buscar, a la orilla del río, a unas
y Silas; también Lucas, el autor de este libro, porque personas piadosas que se reúnen allí para orar. Dios
sí
en este relato aparece el nosotros. - Puede parecer ex- “tocó el corazón” de una de ellas, Lidia, vendedora
traño que Pablo mande circuncidar a Timoteo, justo de púrpura, para que se convierta. Será la primera
cuando su viaje es para anunciar las decisiones más europea que cree en Jesús. Y, además, es una mujer
a
aperturistas de la reunión de Jerusalén. Pablo no de- hospitalaria que invita a Pablo y los suyos a hospe-
bió ver contradicción en el hecho; seguramente la ra- darse en su casa. - La comunidad cristiana de Filipos
zón fue que, siendo Timoteo de madre judía, tenía que recibió más tarde una de las cartas más amables de
haber sido circuncidado antes, y esta anomalía podía Pablo: señal de que guardaba recuerdos muy positi-
bloquear la relación con los cristianos procedentes del vos de ella.
judaísmo. - Lo importante es que sigue la evangeliza-
ción, y, además, con una creciente conciencia de que
es el Espíritu Santo el que los guía. Él es quien les dice
69
Predicación diaria
que ya se lo había predicho”. - El encargo fundamental Jesús, en sus palabras de despedida, dice: “Me voy
para los cristianos es que den testimonio de Jesús. ya al que me envió”. Quien había “bajado” de Dios se
- Pero hay un factor muy importante para que esto sea dispone ahora a “subir”, a “pasar de este mundo al
na
posible: para esa hora del mal y del odio, les promete Padre”. Esta vuelta al Padre es la que da sentido a
la fuerza de su Espíritu, que van a necesitar para que su misión y a su misma persona. - La tristeza de los
puedan dar ese testimonio. Al Espíritu –de quien desde discípulos es lógica, pero Jesús les da la clave para
ahora y hasta Pentecostés hablarán las lecturas con que la superen: su marcha, a través de la muerte, es
P
más frecuencia– lo llama “Paráclito”, palabra griega la que hará posible su nueva manera de presencia y
(para-cletos) que significa defensor, abogado (la pala- el envío de su Espíritu, el Paráclito, o sea, el Abogado
re
bra latina que mejor traduce el para-cletos griego es y Defensor. El mejor don del Resucitado a los suyos es
ad-vocatus). Lo llama también “Espíritu de la verdad”, su Espíritu. Por eso “les conviene que me vaya”. - La
que va a dar testimonio de Jesús. Con la ayuda de actuación del Espíritu será muy dinámica, porque va
ns
ese Abogado sí podrán dar también ellos testimonio a revisar el proceso que se llevó contra Jesús. Pero
en este mundo. ahora habrá como una apelación a un tribunal supe-
rior. Dios, al resucitar a Jesús de entre los muertos,
a
Que como seguidores de Jesús iban a tener dificultades, inicia el nuevo proceso. Y es, según Jesús, el Espíritu,
lo experimentaron los cristianos ya desde el principio. el Abogado, el que va a desenmascarar y argüir la fala-
El libro de los Hechos nos ha narrado una sucesión de cia del primer proceso. Quien quedará ahora desauto-
persecuciones, detenciones, azotes y hasta muerte, rizado y condenado es el mundo, mientras que Jesús
como la de Esteban. - A lo largo de los dos mil años ha no sólo será absuelto, sino rehabilitado y glorificado
M
seguido la misma tónica: como al Señor lo crucificaron, delante de toda la humanidad. - Es un proceso que
a sus fieles los han crucificado de mil maneras. Si la todavía está en marcha, que sólo llegará a término al
ue
comunidad de Jesús, fiel al Evangelio de su Maestro, final de los tiempos, cuando, según el Apocalipsis, sea
da testimonio de justicia o de amor, o defiende valo- definitiva la victoria del Cordero y se consume el hun-
res que no son los que la sociedad utiliza, o denuncia dimiento del Maligno con sus fuerzas.
situaciones que se dan contra la dignidad humana o
st
contra la voluntad de Dios, es lógico que sea odiada, Nos encantaría ver a Jesús, experimentar claramente
porque resulta incómoda. A veces será perseguida has- su presencia en medio de nosotros, como les hubiera
ra
ta la muerte, y otras desprestigiada, ignorada, impedi- encantado a sus apóstoles no haber oído nada sobre su
da en su misión. - La palabra griega para decir testigo, marcha o su Ascensión. A todos nos gustan las “segu-
testimonio, es mártys, martýrion. Dar testimonio del ridades”, las comprobaciones visibles a corto plazo. Y,
Evangelio de Jesús comporta muchas veces sufrimiento sin embargo, en su Ascensión, el Señor no abandonó a
de
cel. - El motivo de esta detención –que no escuchamos actúa de abogado y defensor, de animador de nuestra
en esta lectura– fue que Pablo, al curar y convertir a comunidad, de eficaz protagonista de los sacramen-
te
una muchacha que actuaba como vidente o pitonisa, tos, de maestro que hace madurar la memoria y la
malogró el negocio de los que explotaban esta habili- fe de los cristianos. - La Eucaristía es una de las formas
sí
dad; y, además, las autoridades romanas sospecha- en las que más entrañablemente podemos experimen-
ron que estaba difundiendo el judaísmo en la ciudad, tar la presencia del Señor resucitado en nuestra vida,
algo que no querían. - El asunto es que azotaron a Pa- nada menos que como alimento para nuestro camino.
a
blo y a sus acompañantes y los metieron en la cárcel. Y es el Espíritu el que hace posible que el pan y el vino
La escena que sigue –que parece sacada de una pelícu se conviertan para nosotros en el Cuerpo y la Sangre
la– está llena de detalles a cuál más interesantes: • a del Señor, y que nosotros, al participar de la Comunión,
media noche, Pablo y Silas, a pesar de estar medio podamos también ir transformándonos en el Cuerpo
muertos por los azotes, cantan himnos al Señor; • un eclesial de Cristo, unido, sin divisiones, lleno de su mis-
oportuno temblor del edificio abre las puertas de la ma vida. La Eucaristía es el mejor cauce para que la
cárcel y rompe las cadenas; • pero Pablo no aprovecha Pascua produzca en nosotros sus frutos.
para escapar, sino que se preocupa de que el carcelero
70
Predicación diaria
MIÉRCOLES de la VI sem. de Pascua (20 de mayo) varias circunstancias de la historia, aunque conserve la
identidad y la fuerza del Evangelio de Jesús. El Espíri-
Hech 17, 15-16. 22–18, 1 tu sigue animando, guiando, iluminando: es el Maestro
interior de todos los cristianos y, de modo particular, el
Pablo predica esta vez en Atenas, en medio del Areó- Maestro de los responsables de la Iglesia, sobre todo
pago, el centro simbólico del pensamiento filosófico y cuando se reúnen para discernir juntos los caminos del
religioso. El suyo es un discurso típico sobre cómo hay Señor, como sucedió en Jerusalén, y a lo largo de la
B
que presentarles el plan de Dios a los paganos; en este historia en tantos concilios y sínodos universales o lo-
caso, a los pensadores griegos. El Apóstol se adapta a cales. En el “Concilio de Jerusalén” ya vimos que la
ue
su manera de pensar, se hace en verdad “griego con conciencia de los presentes era que el Espíritu los esta-
los griegos”, como en otras ocasiones ha sido “judío ba llevando a esta plenitud y adaptación de la verdad:
con los judíos”. - Capta su atención y su benevolencia “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido…” (Hech
na
al aludir al altar del “Dios desconocido” y enseguida 15, 28). - En toda la Cincuentena, mayormente en sus
les habla del Dios creador, de cómo no puede habitar últimas semanas, haríamos bien en pensar más en que
en templos humanos, de cómo podemos conocerlo a el Espíritu está presente en nuestra vida: él nos quiere
través de la naturaleza. - Más aún, de que somos llevar a la plenitud de la vida pascual y de la verdad
P
dentro de nosotros mismos, porque “en él vivimos, nos JUEVES de la VI sem. de Pascua (21 de mayo)
movemos y somos”. Los invita, por lo tanto, a una es-
piritualización de su religión, para llegar enseguida a Hech 18, 1-8
ns
no logran entender–, cuando se da una reacción cla- pequeño núcleo de cristianos, Pablo pasa a Corinto,
ramente negativa e irónica por parte de la mayoría. de momento, sin acompañantes. - Corinto era una
Aunque sí hay algunos, hombres y mujeres, que abra- ciudad muy movida, de ambiente romano, capital de
zan la fe. la provincia de Acaya, activa en su comercio, de mala
fama por sus costumbres. Aquí va a estar Pablo un
M
Jn 16, 12-15 año y medio (entre los años 49 y 51), fundando una
comunidad cristiana a la que luego escribirá dos car-
ue
El Espíritu Santo, además de ser nuestro defensor y tas. - El pasaje nos da detalles muy expresivos del
abogado, es también nuestro maestro. - En vida de estilo evangelizador del Apóstol: • ante todo, trabaja
Jesús, sus seguidores muchas veces no captaron bien para su propia manutención, al menos hasta que vie-
lo que les decía: qué clase de mesianismo era el suyo, nen Silas y Timoteo, que le permiten dedicarse de lleno
st
cómo podía entenderse la metáfora del templo des- a la predicación; • lo hace colaborando con Aquila y
truido y reedificado, por qué entraba en su camino Priscila, un matrimonio fabricante de tiendas, como
ra
redentor la muerte y la resurrección, qué significaba él, y que acaba de ser expulsado de Roma por el de-
la Eucaristía que prometía. Cristo es la verdad, y la creto de Claudio (por lo tanto, en el año 49 o 50); • los
verdad plena. Mas la inteligencia de esa verdad por sábados empieza a ir a la sinagoga a predicar a Je-
parte de los suyos se deberá al Espíritu, después de sús como el Mesías esperado, pero los judíos no lo
de
la Pascua y de Pentecostés: “cuando venga el Espíritu aceptan, lo que provoca la ruptura de Pablo (se rasga
de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena”. las vestiduras): ellos serán responsables de lo que les
- Es una verdad que brota de esa admirable unión que pueda venir por no haber sabido reconocer al Mesías
existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu: el Espíritu enviado por Dios; • y se dedica a predicar a los pa-
co
“recibirá de mí”, pero a su vez Jesús está unido al ganos, que en buen número se convierten; • como
Padre, pues “todo lo que tiene el Padre es mío”. - Para también acepta la fe nada menos que el jefe de la
entender la obra del Espíritu basta recordar la ma- sinagoga, Crispo.
r
sido todo el libro de los Hechos una prueba de cómo bra en la Iglesia universal la fiesta de la Ascensión,
el Espíritu iba conduciendo a aquellas comunidades pero aquí, en México, se traslada al próximo domingo.
hacia esa verdad plena, por ejemplo, en el aspecto de - Con todo, el tono de la lectura evangélica está im-
a
71
Predicación diaria
próxima despedida por la muerte, Jesús les dice: “us- mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado
tedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se
se alegrará”. Pero no será ésa la última palabra: Dios, acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído
una vez más, va a escribir recto en líneas que parecen un hombre al mundo”. - Es una alegría profunda, no
torcidas y destinadas al fracaso. Y Jesús va a seguir superficial, que pasa a veces por el dolor y la renun-
estando presente, aunque de un modo más misterio- cia, pero que es fecunda en vida. Como la alegría de la
so, en medio de los suyos. Pascua de Cristo, que a través de la muerte alumbra
B
ta difícil, como ir cuesta arriba, entender por qué en Si la alegría es un fruto característico de la Pascua que
el camino de una persona –sea Cristo mismo o noso- estamos celebrando, podemos preguntarnos cómo esta-
tros– tiene que entrar la muerte o la renuncia o el dolor. mos de alegría interior en nuestra vida. ¿Es una asig-
na
Nos gustaría una Pascua sólo de resurrección, pero la natura aprobada o suspendida en nuestra comunidad?
Pascua la empezamos ya a celebrar el Viernes Santo, ¿De veras creemos nosotros mismos la Buena Noticia
con su doble movimiento unitario: muerte y resurrec- de la Pascua del Señor? ¿Es ése el motor que nos mueve
ción. Hay momentos en los que “no vemos” y otros en en nuestra vida cristiana? ¿O vivimos resignados, indo-
P
los que “volvemos a ver”; como el mismo Cristo, que lentes, desalentados, apáticos? ¿Se nota que hace seis
también tuvo momentos en los que no veía la presencia semanas que estamos celebrando y viviendo la Pascua?
re
del Padre en su vida: “¿por qué me has abandonado?” - También tendríamos que recordar qué clase de alegría
(cfr. Mc 15, 34; Mt 27, 46). - Celebrando la Pascua de- nos propone Jesús: la misma que la de él, que supuso
bemos crecer en la convicción de que Cristo y su Espí- fidelidad y solidaridad hasta la muerte, pero que luego
ns
ritu están presentes y activos, aunque no los veamos. engendró nueva vida. Como el grano de trigo que muere
La Eucaristía nos va recordando continuamente esta para dar vida. Como la mujer que sufre pero luego se lle-
presencia. Y por lo tanto no podemos “desalentarnos”, na de alegría ante la nueva vida que ha brotado de ella.
a
o sea, perder el aliento: “Espíritu” (en griego, Pneuma) Así la Iglesia ha ido dando a luz nuevos hijos a lo largo
significa precisamente “Aliento”. de la historia, y muchas veces lo ha hecho con sacrifi-
cio. Nosotros queremos alegría a corto plazo. O alegría
VIERNES de la VI sem. de Pascua (22 de mayo) sin esfuerzo. Y nada válido se consigue, ni en el orden
humano ni en el cristiano, sin esfuerzo, y muchas veces
M
Hech 18, 9-18 sin dolor y cruz. - Ojalá se pueda decir de nosotros,
ahora que estamos terminando la vivencia de la Pas-
ue
Las palabras que el Señor le dice a Pablo, en una visión cua, que “se alegrará su corazón y nadie podrá quitar-
nocturna, son de las que más veces se escuchan tanto les su alegría”.
en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, dirigidas a
personas a las que Dios ha elegido para ser sus testigos SÁBADO de la VI sem. de Pascua (23 de mayo)
st
nos sorprendente: “Muchos de esta ciudad pertenecen discípulos”. El centro de este viaje se situará en Éfeso;
a mi pueblo”. - La escena que a continuación describe pero la lectura de hoy es como un paréntesis en la
Lucas es bastante cómica, porque el procónsul Galión historia de Pablo, porque se refiere a Apolo. - Apolo era
(por cierto, hermano de Séneca) se desentiende irónica- un judío que se había formado en Alejandría de Egipto,
co
mente de la discusión, al ver que no afecta al orden pú- y hablaba muy bien, porque era experto en la Escritu-
blico, sino a cuestiones internas de religión, y no hace ra, o sea, en el Antiguo Testamento. Aunque conocía
caso tampoco al ver que apalean precisamente al jefe sólo el bautismo de Juan, predicaba en las sinagogas
r
de la sinagoga, que ahora es Sóstenes. sobre Jesús. - Aquila y Priscila, el matrimonio amigo
de Pablo, “lo tomaron por su cuenta y le explicaron
te
Jn 16, 20-23 con mayor exactitud la doctrina del Señor”. Y así Apo-
lo llegó a ser un colaborador muy valioso en la evange-
sí
La tristeza de los discípulos ante la marcha de Jesús lización, reconocido también por Pablo. Lo enviaron a
está destinada a convertirse en alegría, aunque ellos Grecia a predicar, y “contribuyó mucho, con la ayuda
todavía no entiendan cómo. Nosotros, leyéndolo des- de la gracia, al provecho de los creyentes”.
a
72
Predicación diaria
que los que creemos en él quedamos “incardinados” en dos. - Jesús les quiere dar ánimos ya desde ahora, an-
su viaje de vuelta al Padre: nuestra unión con Jesús, el tes de que pase. Quiere fortalecer su fe, que va a sufrir
Mediador, es en definitiva unión con el Padre. Dentro muy pronto contrariedades graves. Pero la victoria es
na
de esa unión misteriosa –y no en una clave de magia– segura: “En el mundo tendrán tribulaciones; pero ten-
es como tiene sentido nuestra oración de cristianos y de gan valor, porque yo he vencido al mundo”.
hijos. - Cuando oramos, así como cuando celebramos
los sacramentos, nos unimos a Cristo Jesús y nuestras ¿De veras creemos? La pregunta de Jesús podría ir di-
P
acciones son también sus acciones. Cuando alabamos a rigida hoy a cada uno de nosotros, que decimos tener
Dios, nuestra voz se une a la de Cristo, que está siem- fe. - Nunca es segura nuestra adhesión a Cristo, sobre
re
pre en actitud de alabanza. Cuando pedimos por no- todo cuando se ve confrontada con las luchas que él
sotros mismos o intercedemos por los demás, nuestra ya nos anunciaba y de las que tenemos amplia expe-
petición no va al Padre sola, sino avalada, unida a la riencia. ¿Hasta qué punto es sólida nuestra fe en Je-
ns
de Cristo, que está también siempre en actitud de inter- sús? ¿Aceptamos también la cruz o no quisiéramos que
cesión por el bien de la humanidad y de cada uno de apareciera en nuestro camino? Nos puede pasar como
nosotros. La clave para la oración del cristiano está en la a Pedro, antes de la Pascua: todo lo iba aceptando, me-
a
consigna que Jesús nos ha dado: “Permanezcan en mí nos cuando el Maestro habló de la muerte, o cuando
y yo en ustedes” (Jn 15, 4); “Permanezcan en mi amor” se humilló para lavar los pies de los suyos; la cruz y la
(Jn 15, 9). - Por eso el Padre escucha siempre nuestra humillación no entraban en su mentalidad ni, por lo tan-
oración. No se trata tanto de que él responda a lo que to, en su fe en Cristo. Luego maduró por obra del Espí-
le pedimos: somos nosotros los que en este momento ritu. - ¿Abandonamos a Cristo cuando sus criterios de
M
respondemos a lo que él quería ya antes. Orar es como vida son contrarios a nuestro gusto o a la moda de la so-
entrar en la esfera de Dios. De un Dios que quiere nues- ciedad? ¿Lo seguimos también cuando exige renuncias?
ue
ya es eficaz.
Hoy y mañana escuchamos el discurso de despedida
ra
LUNES de la VII sem. de Pascua (25 de mayo) de Pablo ante los responsables de las comunidades
cercanas a Éfeso. - Como en todo discurso de despe-
Hech 19, 1-8 dida, encontramos aquí una mirada al pasado, otra al
presente y una final al futuro de la comunidad (esta
de
Pablo llega a Éfeso, en su tercer viaje misionero. Éfeso última la leeremos mañana). - Pablo, ante todo, hace
era una de las ciudades más importantes de la época. un resumen global de su ministerio, en el que se pre-
Allí estuvo más de dos años, fundando una comunidad senta a sí mismo como modelo de apóstol y responsa-
a la que luego le escribiría una de sus cartas. En Éfe- ble de la comunidad (tal vez hay que entender que es
co
so, como siempre, primero predica a los judíos, en la Lucas quien redactó un panegírico tan encendido de
sinagoga. - De los diversos episodios que Lucas cuenta Pablo): “he servido al Señor… no he escatimado nada
de esta estancia de Pablo en Éfeso, hoy escuchamos que fuera útil para anunciarles el Evangelio, para en-
r
uno algo extraño: se encuentra con unos doce hom- señarles públicamente y en las casas… porque no les
bres que eran creyentes, pero que sólo han recibido el he ocultado nada”. Y todo esto con mil contratiempos
te
bautismo de Juan el Bautista y no conocen al Espíritu y “asechanzas de los judíos” contra él. - Ahora Pablo
Santo. Probablemente se cuenta este caso para dar a se dirige a Jerusalén, “encadenado en el espíritu”. Y de
sí
entender lo que tendrían que hacer otros que están en nuevo es admirable su actitud y disponibilidad: “sin
las mismas circunstancias, como discípulos del Bau- saber qué sucederá allá”, aunque sí está seguro que lo
tista. - Pablo los instruye amablemente sobre la rela- “aguardan cárceles y tribulaciones”. Y sin embargo va
a
ción entre el bautismo de Juan y la fe en Jesús. Estos con confianza: “la vida, para mí, no vale nada. Lo que
doce aceptan la fe, son bautizados de nuevo, esta vez me importa es llegar al fin de mi carrera y cumplir el
en el nombre de Jesús, y reciben el Espíritu con la encargo que recibí del Señor Jesús: anunciar el Evan-
imposición de manos de Pablo. El Espíritu suscita en gelio de la gracia de Dios”.
ellos el carisma de las lenguas y de las profecías.
73
Predicación diaria
rante su vida ha ido anunciando este momento; ahora su palabra salvadora”. - Y, por otra, la comunidad. Los
sabemos cuál es: la hora de su entrega pascual en la pastores han sido nombrados para que cuiden de ella,
ue
cruz y de la glorificación que va a recibir del Padre, para que la libren de los peligros que la acechan: lobos
con la resurrección y la entrada en la vida definiti- feroces deformarán la doctrina e intentarán arrastrar
va, “con la gloria que tenía, antes de que el mundo a los discípulos. Los buenos pastores deberán estar
na
existiera”. - También aquí –en un paralelo interesante alerta, como lo había estado siempre el mismo Pablo.
con el discurso de despedida de Pablo– Jesús resume Además, deberán mostrarse desinteresados en el as-
la misión que ha cumplido: “Yo he sido glorificado en pecto económico. De nuevo se pone Pablo como ejem-
ellos… llevando a cabo la obra que me encomendaste… plo, porque nunca quiso ser carga para la comunidad,
P
les he comunicado las palabras que tú me diste; ellos y cita unas palabras de Jesús que no aparecen en los
las han recibido y ahora reconocen que yo salí de ti y evangelios: “Hay más felicidad en dar que en recibir”.
re
cumplido” (Jn 19, 30). Misión cumplida. - Ahora, su Jesús, en su oración al Padre, se preocupa por sus
oración pide ante todo su “glorificación”, que es la ple- discípulos y de lo que les pasará en el futuro. - Al igual
nitud de toda su misión y la vuelta al Padre, del que que durante su vida él los cuidó, para que no se per-
a
procedía: “Ahora, Padre, glorifícame”. Pero es también diera ninguno (a excepción de Judas), le pide al Padre
una oración por los suyos: “Eran tuyos y tú me los que los cuide de ahora en adelante, porque van a estar
diste”. Les va a hacer falta, debido al odio del mundo y en medio de un mundo hostil: “No te pido que los sa-
a las dificultades que van a encontrar: “voy a ti; pero ques del mundo, sino que los libres del mal”. - Sigue
ellos se quedan en el mundo”. en pie la distinción: los discípulos de Jesús van a es-
M
Cena y la de Pablo en Mileto. - La oración de Jesús do”), pero no deben ser del mundo (“no son del mundo,
está impregnada de amor a su Padre, de unión íntima como tampoco yo soy del mundo”). - Jesús quiere que
con él, y a la vez de amor y preocupación por los su- sus discípulos, además, vivan unidos (“para que sean
yos, que se quedan en este mundo. - Todos nosotros uno, como nosotros”), que estén llenos de alegría
st
estábamos ya en el pensamiento de Jesús en su ora- (“para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos”) y
ción al Padre: sabía de las dificultades que íbamos a que vayan madurando en la verdad (“Santifícalos en
ra
los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20); como dice dad; es decir, de nosotros. - Estamos en este mundo
el prefacio I de esta misma festividad: “No se fue para concreto, al que tenemos que saber ayudar, sin renegar
alejarse de nuestra pequeñez”; • y además nos da su de él. No pedimos ser sacados del mundo. Es a esta
Espíritu para que en todo momento nos guíe y anime generación nuestra, no a otras posibles, a la que tene-
co
y sea nuestro Abogado y Maestro. - Con todo lo ante- mos que anunciar el mensaje de Cristo, con nuestras
rior, ¿tenemos derecho a sentimos solos?, ¿tenemos la palabras y, sobre todo, con nuestras obras. El Concilio
tentación del desánimo…? Entonces ¿para qué hemos Vaticano II nos ha renovado la invitación a dialogar
r
estado celebrando durante siete semanas la Pascua de con el mundo, en el que los laicos, por ejemplo, están
Jesús, que es Pascua de energía, de vida, de alegría, más sumergidos, pero también los religiosos y los mi-
te
MIÉRCOLES de la VII sem. de Pascua (27 de mayo) talidad de este mundo –que para el evangelista Juan
es siempre sinónimo de oposición a Dios–, sino la de
Hech 20, 28-38 Cristo; que no sigamos las bienaventuranzas del mun-
a
74
Predicación diaria
JUEVES de la VII sem. de Pascua (28 de mayo) bemos centrarnos en Cristo y su Espíritu, no deberían
ser obstáculo las diferencias de sensibilidad o doctrina
Hech 22, 30; 23, 6-11 entre las varias Iglesias o personas.
La historia de Pablo se precipita hacia el fin. En el VIERNES de la VII sem. de Pascua (29 de mayo)
libro de los Hechos ahora la selección que leemos en
Misa es más salteada, porque quedan pocos días para Hech 25, 13-21
B
contra él han sabido levantar los judíos y que amena- mantiene detenido a Pablo en Cesarea, a donde lo han
za con lincharlo– y está ahora en presencia del sane- trasladado por mayor seguridad. Y aprovecha la visita
drín y del tribuno romano, que quiere enterarse de los del rey Agripa y su hermana Berenice para explicar-
na
motivos de tanto odio contra Pablo. - La astucia de les el caso de Pablo, uno de los más curiosos que ha
Pablo lo salvará también esta vez. - Ante todo, porque, heredado de su antecesor, Félix. - Festo, como todos
conocedor de que en el sanedrín hay una fuerte dife- los personajes romanos que aparecen en el libro de los
rencia entre dos grupos: el de saduceos, que no acepta Hechos, se muestra respetuoso de la ley y deseoso de
P
la resurrección, pues la cree imposible, y otro de fari- que triunfe la justicia. - A nosotros nos interesa sobre
seos, que sí admite la posibilidad de la resurrección; todo el modo como él resume la discusión entre Pablo
re
provoca una discusión entre ellos, que se enfrentan y los judíos. Se trata de asuntos de religión: “de un tal
entre sí y se olvidan de Pablo. - Y, además, porque Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo”.
apela al César. Como ciudadano romano, al ver que en - Y como Pablo ha apelado al César, al gobernador
ns
Jerusalén va a ser difícil salir absuelto por la tensión no le queda más remedio que mantenerlo en prisión
que se ha creado en torno a él, invoca su derecho de hasta el momento en que se organice la travesía hacia
ser juzgado en Roma. De noche oye en visión la voz del Roma de algún barco oficial.
a
Padre para los que lo siguen y los que lo seguirán en habíamos leído esta aparición en la primera semana de
el futuro. - El modelo es siempre el mismo: “como tú, Pascua –por lo tanto, el final de la Pascua se conecta
Padre, en mí y yo en ti”. Es el prototipo más profundo con su principio–, pero hoy escuchamos el diálogo
y misterioso de la unidad. Que los creyentes estén ín- de “sobremesa” que tuvo lugar después de la pesca
st
timamente unidos a Cristo (“quiero que donde yo esté, milagrosa y el encuentro de Jesús con los suyos, con
estén también conmigo los que me has dado”), y de ese el amable desayuno que les preparó. - El diálogo tiene
ra
modo estén también en unión con el Padre (“para que como protagonista a Pedro, con las tres preguntas de
el amor con que me amas esté en ellos y yo también Jesús y las tres respuestas del apóstol que lo había
en ellos”). Esa unidad con Cristo y con el Padre es la negado. Y a continuación Jesús le anuncia “con qué
que hace posible la unión entre los mismos creyentes. género de muerte habría de glorificar a Dios”.
de
dentro de la Iglesia católica como en sus relaciones nemente como Pedro. Tenemos la ocasión hoy, y en los
con las otras Iglesias cristianas. - La consigna del “Ut dos días que quedan de Pascua, para reafirmar ante
te
unum sint”, “que sean uno”, no la acabamos de obede- Jesús nuestra fe y nuestro amor, y para sacar las con-
cer, por nuestra falta de capacidad de diálogo y de hu- secuencias en nuestra vida, de modo que este testimo-
sí
mildad. - La Pascua, centrada durante siete semanas nio no sólo sea de palabras, sino también de obras: un
en la nueva vida de Cristo y en el don de su Espíritu, seguimiento más fiel del Evangelio de Jesús en nuestra
debería producir en nosotros el fruto de la unidad. Ésta existencia. - También a nosotros nos dice el Señor: “Sí-
a
es la petición y el testamento de Cristo en su Última gueme”. Desde nuestra debilidad podemos contestar al
Cena, que pensó en nosotros, “los que van a creer en Resucitado, con las palabras de Pedro: Señor, tú sabes
mí por la palabra de ellos” (Jn 17, 20). - Deberíamos que te amo. Y también, imitando esta vez a Pablo, po-
progresar en la unidad: en nuestro ambiente domésti- demos reafirmar: Creemos que Jesús, ese a quien el
co, en la comunidad eclesial local y también en nues- mundo da por difunto, está vivo.
tra comprensión y acercamiento a las otras confesiones
cristianas, como ya nos lo encargó el Vaticano II. Si no
buscamos nuestro propio interés o victoria, sino que sa-
75
Predicación diaria
SÁBADO de la VII sem. de Pascua (30 de mayo) encarnada en cada generación. - Porque la finalidad de
todo el Evangelio, como dice san Juan en su primera
Hech 28, 16-20. 30-31 conclusión, es que todos crean “que Jesús es el Mesías,
el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su
El último pasaje que leemos de los Hechos resume nombre” (Jn 20, 31).
los dos años que Pablo estuvo en Roma en su pri-
mer cautiverio. Nos saltamos, por lo tanto, lo que se LUNES de la 9a. sem. del Tiempo Ord. (1 de junio)
B
samente en el centro del imperio y del mundo: Roma. segunda carta de Pedro, y después la segunda de Pa-
- Llamó, sobre todo, a los principales judíos, ante los blo a Timoteo. - Esta carta se atribuye en su título a
que se justificó y les dio su versión del proceso que Pedro, pero tal vez sea una paternidad meramente lite-
había tenido lugar en Jerusalén contra él. Pero tam- raria, como se hacía con frecuencia en su tiempo. - La
P
bién predicó a otros muchos: “explicaba la vida de Je- página de hoy, el inicio de la carta, es muy dinámica:
sucristo, el Señor, con absoluta libertad”. - No fue en nos ha cabido en suerte una fe preciosa, ya tenemos
re
este cautiverio en Roma cuando dio testimonio con su lo que se había prometido en el Antiguo Testamento;
muerte. Al ser liberado, visitó otras comunidades y con esta fe recibida en el Bautismo escapamos de la
seguramente viajó a España, como ya había dicho que corrupción de este mundo y sobre todo participamos
ns
iba a hacer. En una segunda detención en Roma es del mismo ser de Dios; pero, a la vez, tenemos que
cuando su confesión de Cristo terminó en el martirio, progresar: “abunden entre ustedes la gracia y la paz”.
hacia el año 67.
a
Mc 12, 1-12
Jn 21, 20-25
Estamos leyendo los últimos días de la vida de Je-
La escena de ayer, que nos narraba el diálogo de Jesús sús en Jerusalén, con una ruptura creciente con los
y Pedro, continúa hoy desde la invitación: “Sígueme”. representantes oficiales de Israel. - En verdad apare-
M
- Este pasaje probablemente se tuvo que añadir en el ce Jesús como una persona valiente, al dedicar a sus
evangelio de Juan para salir al paso de unos malen- enemigos la parábola de los viñadores, con la que les
ue
tendidos que había sobre Juan, el discípulo amado viene a decir que ya sabe de sus planes para elimi-
de Jesús, a quien algunos parecían atribuir la inmor- narlo. Ellos, desde luego, se dan por aludidos, porque
talidad, o poco menos; a otros les resultaría extraño “se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella
que no lo hubieran asignado como sucesor de Pedro parábola”. - La alegoría de la viña, aplicada al pueblo
st
cuando éste murió mártir en Roma. - Pedro tiene una de Israel, es conocida ya desde Isaías, con su canto
intervención poco afortunada en cuanto a si también sobre la viña que no daba los frutos que Dios esperaba
ra
tenía que seguirlos Juan. La respuesta de Jesús fue de ella (Is 5). Aquí se dramatiza todavía más, con el re-
un tanto seca: volvió a decirle que él lo siguiera, sin chazo y los asesinatos sucesivos, hasta llegar a matar
preocuparse por Juan. - El evangelio de Juan termina al hijo y heredero del dueño de la viña.
afirmando que “muchas otras cosas hizo Jesús”, pero
de
que no caben en los libros. Es un drama lo que sucedió con el rechazo de Jesús.
Se deshacen del Hijo. Desprecian la piedra que luego
La escena de Pedro, preocupado por Juan –que bien resulta que era la piedra angular. No conocen el tiempo
pudo haberse debido a algún tipo de celos–, nos de- oportuno, después de tantos siglos de espera. - Mas la
co
muestra que la fe va madurando muy poco a poco; que pregunta va hoy para nosotros, que no matamos al Hijo
todos somos débiles y tendemos a mezclar en nuestra ni lo despreciamos, pero tampoco lo seguimos tal vez
actuación motivos espirituales y otros muy humanos y con toda la coherencia que merece. - Cada uno, perso-
r
no tan confesables. - Pero Pedro maduró por obra del nalmente, deberíamos hoy preguntarnos si somos vi-
Espíritu, y nos dio más tarde magníficos testimonios ñas fructíferas o estériles. - La Palabra que escuchamos
te
de su amor a Jesucristo. - Mientras tanto, el evange- y la Eucaristía que celebramos deberían ayudarnos a
lio de Juan parece como si no acabara: hay muchas producir en nuestra vida muchos más frutos que los
sí
otras cosas que Cristo hizo y que no caben en los libros. que producimos para Dios y para el bien de todos.
Ahí estamos nosotros, los que creemos en Jesús dos
mil años después; los que no lo hemos visto, pero lo MARTES de la 9a. sem. (2 de junio)
a
76
Predicación diaria
líptico (“cuando desaparecerán los cielos, consumidos su discípulo Timoteo, compañero de misión en los via-
por el fuego, y se derretirán los elementos”), pero no jes segundo y tercero y ahora responsable de la comu-
es pesimista, sino, al contrario, optimista: “nosotros nidad de Éfeso. Pablo aparece cansado pero no derro-
confiamos en la promesa del Señor y esperamos un tado, todavía lleno de energía, esperando un juicio que
cielo nuevo y una tierra nueva”. - Eso sí, debemos es- no llega, abandonado por todos, en puertas ya del sa-
tar preparados, de modo que el Señor nos “halle en crificio supremo de su vida. - Hoy leemos el saludo de
paz con él, sin mancha ni reproche”, no sea que nos Pablo, que tantas veces repetimos al inicio de la Misa:
B
“arrastre el error de los malvados” y perdamos la “se- “La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y
guridad”; debemos crecer “en la gracia y el conoci- de Jesucristo, el Señor…”. - Pablo recuerda con cari-
ue
miento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo”. ño a Timoteo, que lo ha ayudado tanto. Le encomien-
da que siga adelante con valentía en su ministerio:
Mc 12, 13-17 “que [reavive] el don de Dios” que recibiera el día de su
na
cía que no, podían acusarlo de revolucionario. - Jesús a Jesús. Esta vez, por parte de los saduceos, que no
respondió saliendo con elegancia por la tangente. A ve- creían en la resurrección. - El caso que le presentan
ces, ante preguntas de economía o política, o cuando es muy absurdo: la ley del “levirato” (de levir, cuñado:
a
veía que sus interlocutores no eran sinceros, prefería cfr. Deut 25) llevada hasta consecuencias extremas,
no contestar o lo hacía a su vez con otras preguntas. la de los siete hermanos que se casan con la misma
Aquí ni afirma ni niega lo de los tributos, sino que les mujer porque van falleciendo sin dejar descendencia.
da una lección sobre cómo deben conjugarse lo políti- - También aquí Jesús responde desenmascarando la
co y lo religioso: “Den al César lo que es del César, y a ignorancia o la malicia de los saduceos. A ellos les
M
Es bueno distinguir los planos. Los judíos tenían la ten- también los fariseos puedan sentirse aludidos: ellos sí
dencia a confundir lo político con lo religioso. En el Anti- creían en la resurrección, pero la interpretaban dema-
guo Testamento, por la estructura de la monarquía, todo siado materialmente. La otra vida será una existencia
parecía conducir a esta confusión. La espera mesiáni- distinta de la actual, mucho más espiritual. En la otra
st
ca –de la que Pedro y los otros discípulos son buenos vida ya no se casarán las personas ni tendrán hijos,
ejemplares– identificaba también la salvación espiri- porque ya estaremos en la vida que no se acaba.
ra
hemos sido creadas “a imagen de Dios”: la efigie de zosa que haremos bien en recordar siempre, no sólo
Dios es más importante que la del emperador. Jesús cuando se nos muere una persona querida o pensa-
no niega lo humano, “den al César”, pero lo relativiza, mos en nuestra propia muerte. - La muerte es un mis-
“a Dios lo que es de Dios”. - Las cosas humanas tienen terio, también para nosotros; pero queda iluminada por
co
su esfera, su legitimidad; los problemas técnicos piden la afirmación de Jesús: “Yo soy la resurrección y la
soluciones técnicas. Pero las cosas de Dios tienen tam- vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y
bién su esfera y es prioritaria. No es bueno confundir todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para
r
los dos niveles; aunque tampoco haya que contrapo- siempre” (Jn 11, 25). No sabemos cómo, pero estamos
nerlos. No es bueno ni servirse de lo religioso para los destinados a vivir, a vivir con Dios, participando de la
te
intereses políticos ni de lo político para los religiosos. No vida pascual de Cristo, nuestro Hermano. - Esa exis-
se trata de sacralizarlo todo en aras de la fe; pero tam- tencia definitiva, a la que somos invitados a pasar en
sí
poco de olvidar los valores éticos y cristianos en aras el momento de la muerte (“para quienes creemos en ti,
de un supuesto progreso ajeno al plan de Dios. Padre, la vida no se acaba, se transforma”: prefacio I
de difuntos), tiene unas leyes muy particulares, distin-
a
MIÉRCOLES de la 9a. sem. (3 de junio) tas de las que rigen en este modo de vivir que tenemos
ahora. Porque estaremos en una vida que no tendrá ya
2 Tim 1, 1-3. 6-12 miedo a la muerte y no necesitará de la dinámica de
la procreación para asegurar la continuidad de la raza
Leemos, durante tres días, una nueva carta del Nue- humana. Es ya la vida definitiva.
vo Testamento, la segunda de Pablo a Timoteo. - Este
escrito es como el testamento espiritual de Pablo,
que escribe desde la cárcel (“soporto esta prisión”) a
77
Predicación diaria
sacerdocio común a todos los fieles que se han incorpo- de Pablo. - Alaba a Timoteo porque desde niño conocía
rado a Cristo por medio del Bautismo - • y el sacerdocio la Sagrada Escritura y luego fue buen compañero de
ordenado de los presbíteros y obispos. - Sobre todo en la viaje para Pablo. Resume las penalidades de ambos
na
Eucaristía, el pueblo cristiano se une a Jesucristo Sacer- en sus trabajos evangelizadores, un resumen que está
dote mediante la reunión, la escucha de la Palabra y la impregnado de esperanza: “de todas me libró el Señor”.
celebración de la Comunión eucarística. Ésa es la fina- - Recomienda a Timoteo que siga adelante en su tra-
lidad, que la comunidad entera participe de Cristo y de bajo, apoyado siempre en la fuerza de la Palabra y en
P
la doble mesa a la que nos invita: la Palabra y el Sacra- la luz de la Escritura, que es la que da la verdadera
mento. - Pero Jesús ha querido que, dentro de la comu- sabiduría para la vida.
re
sus huellas como Sumo Sacerdote. - No es extraño que Jesús también sabe hacer preguntas comprometedo-
en la oración de esta Misa se pida a Dios por los sacer- ras. Esta vez es él quien pone en apuros a sus interlo-
dotes: concédeles “la gracia de ser fieles en el cumpli- cutores. - Al rey David se le prometió que de su casa,
a
miento de su ministerio”; necesitarán toda la fuerza de de su descendencia, vendría el Mesías. Pero en el sal-
Dios para poder imitar a Cristo, el Sumo Sacerdote, el mo 109 (Dijo el Señor a mi Señor), que se atribuía a
Mediador que se entregó totalmente por la humanidad. David, éste llama “Señor” a su descendiente y Mesías.
¿Cómo puede ser hijo y a la vez Señor de David? - La
Heb 10, 12-23 respuesta hubiera podido ser sencilla por parte de los
M
ta nuestra atención hacia Cristo Jesús y su sacrificio do a la derecha de Dios. Pero eso no lo podían recono-
pascual en la Cruz. - Al autor de la carta le intere- cer. Sus ojos aún estaban cegados para ver tanta luz.
sa hacer ver cómo Jesús ha cumplido y superado las
promesas y figuras del Antiguo Testamento: él es el Jesús de Nazaret, el Mesías, el hijo de David, es el Se-
st
Sacerdote auténtico, y el suyo es el sacrificio que nos ñor, el Hijo de Dios. En todo el evangelio de Marcos es-
reconcilia con Dios, porque, de una vez para siempre, taba resonando esta pregunta: ¿quién es en realidad
ra
se ha ofrecido en la Cruz por la salvación de la huma- Jesús? - Nosotros respondemos fácilmente: Jesús es el
nidad. Su ejemplo nos llena de confianza y nos im- Señor y el Hijo de Dios. Él mismo nos ha dicho que él es
pulsa a ser también nosotros firmes en la esperanza, la luz, el camino, la verdad, la vida, el maestro, el pastor.
en nuestro seguimiento de discípulos y creyentes. - El No sólo sabemos responder eso, sino que hemos progra-
de
tono sacerdotal y sacrificial de la primera lectura se mado nuestra vida para seguirlo fielmente y aceptar su
subraya también con el salmo 39, en el que repetimos proyecto de vida. - En eso consiste sobre todo nuestra
la frase que mejor expresa la disponibilidad ofertorial fe en Cristo: no sólo en saber cosas de él, sino en se-
de Cristo: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. guirlo; o sea, hacer nuestros los valores que él aprecia,
co
Ahora ya no se ofrecen sacrificios de animales, sino imitar sus grandes actitudes vitales, su amor de hijo
que Jesús –y nosotros, sus seguidores con él– se ha a Dios, su libertad interior, su entrega por los demás,
ofrecido a sí mismo, vivencialmente, como ofrenda su esperanza optimista en las personas y en la vida…
r
Lc 22, 14-20
2 Tim 4, 1-8
sí
78
Predicación diaria
rar el futuro de las comunidades. El viejo león está Su nombre significa “Yahveh es mi Dios”. Elías es
alerta, porque vendrán maestros falsos “que les ha- figura de Jesús, sobre todo por las contradicciones
laguen el oído” y hay que prevenir a la comunidad que sufrió debido a la valentía de sus denuncias.
contra ellos. Por eso recomienda a Timoteo: “te pido… - Hoy se enfrenta a Ajab. - Elías le anuncia una gran
que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiem- sequía, que, por otra parte, era frecuente en las tie-
po; convence, reprende y exhorta con toda paciencia rras de Palestina. Pero él la interpreta como castigo a
y sabiduría”. sus pecados. Hay una clara ironía en el relato, porque
B
con amplios ropajes y recibir reverencias… buscan Durante tres meses –de la 10a. a la 21a. semana del
los asientos de honor en las sinagogas y los primeros Tiempo Ordinario– vamos a seguir en el leccionario
re
puestos en los banquetes”. Además de orgullosos, son ferial el evangelio de san Mateo. - Empezamos con el
también avaros, “se echan sobre los bienes de las viu- capítulo 5: El sermón de la montaña, porque los cua-
das”. - Mientras que la viuda pobre se acerca a la al- tro primeros los escuchamos ya en la Navidad y en las
ns
cancía del templo, y de un modo discreto, sin imaginar semanas subsiguientes a ésta. - El sermón de la mon-
que la están mirando nada menos que el Mesías y sus taña –capítulos 5–7– es el primero de los cinco grandes
discípulos, deposita allí dos moneditas: “ha echado en “discursos” que Mateo reproduce en su evangelio, con
a
la alcancía más que todos… ha echado todo lo que lo cual recoge las enseñanzas que Jesús dirigió a sus
tenía para vivir”. discípulos. Los otros discursos serán el de la misión
(c. 10), el de las parábolas (c. 13), el de las enseñanzas
¿En cuál de las dos estampas quedamos retratados sobre la vida comunitaria (c. 18) y el discurso escatoló-
nosotros? - ¿Cómo vamos por la vida, buscando los pri- gico (cc. 24–25). - Empezamos con las bienaventuran-
M
meros lugares o tratando de hacer el bien sin llamar la zas, la “carta magna” del Reino. Jesús anuncia ocho
atención? ¿Idólatras del dinero o desprendidos? ¿Dan- veces a sus seguidores el camino hacia el proyecto de
ue
do lo que nos sobra o dándonos a nosotros mismos, Dios, que siempre ha sido proyecto de vida y de feli-
y sin factura? A la buena mujer no le aplaudieron los cidad. Como Moisés, ahora Jesús, el nuevo y defini-
hombres, que no se hubieran dado ni cuenta si no llega tivo Moisés, en la montaña propone su nuevo código
a ser por la observación de Jesús. Pero él sí se dio cuen- de vida. - Este camino que nos enseña Jesús es en
st
ta y la puso como modelo para generaciones y genera- verdad paradójico: llama dichosos a los pobres, a los
ciones de cristianos. Y le aplaudió Dios: “tu Padre, que que tienen hambre y sed de justicia, a los de corazón
ra
ve lo secreto, te recompensará” (Mt 6, 6), había dicho misericordioso, a los que trabajan por la paz, a los que
Jesús en el sermón de la montaña. - Dios lo ve todo. lloran y son perseguidos, a los limpios de corazón. Na-
Los que han recibido diez talentos, pueden dar más, y turalmente, la felicidad no está en la misma pobreza
los que poseen sólo uno, menos. Pero Dios ve el corazón. o en las lágrimas o en la persecución, sino en lo que
de
No todos son líderes, ni salen en los periódicos. Dos mo- esta actitud de apertura y de sencillez representa, y en
nedas, pero dadas con amor. En nuestra vida de cada el premio que Jesús promete. - Quienes son llamados
día, ¿cuánto tiempo, cariño y atención damos, tanto a bienaventurados por Jesús son los pobres de Yahveh
Dios como al prójimo? del Antiguo Testamento, los que no son autosuficien-
co
1 Re 17, 1-6
Todos buscamos la felicidad; pero, en medio de un mun-
te
Durante tres semanas leeremos, en los libros de los do agobiado por malas noticias y búsquedas insatisfe-
Reyes, unas páginas muy agitadas de la historia del chas, Jesús nos la promete por caminos muy distintos a
sí
pueblo de Dios. Tiempos de deterioro social y religioso. los de este mundo. La sociedad en la que vivimos llama
La lenta destrucción de un pueblo y de sus mejores dichosos a los ricos, a los que tienen éxito, a los que
valores, por culpa, muchas veces, de reyes decaden- ríen, a los que consiguen satisfacer sus deseos… Lo
a
tes. Las páginas que leemos son como una meditación que cuenta en este mundo es pertenecer a los “VIP”, a
sobre la debilidad del pueblo elegido de Dios: infiel, los importantes, mientras que las preferencias de Dios
olvidadizo y voluble. - Dios suscita en este tiempo pro- van a los humildes, a los sencillos y a los pobres de
fetas como Elías y Eliseo, defensores valientes de los corazón. - La propuesta de Jesús es revolucionaria,
derechos de Dios y también de los del pueblo. Profetas sencilla y profunda, gozosa y exigente. Se podría decir
de fuego, sobre todo Elías, que subraya su predica- que el único que la ha llevado a cabo en plenitud es
ción con signos milagrosos, para que el pueblo le haga él mismo: es el pobre, el que crea paz, el misericordio-
caso. - Empezamos hoy la lectura del “ciclo de Elías”. so, el limpio de corazón, el perseguido. Y, ahora, está
79
Predicación diaria
glorificado como Señor, en la felicidad plena. - Desde nuestra vida de cristianos, la luz del testimonio, de la
hace más de dos mil años se propone este programa a palabra oportuna, de la entrega generosa. No se nos ha
los que quieran seguirlo, jóvenes y mayores, si quieren dicho que seamos lumbreras, sino luz; no se espera de
alcanzar la felicidad verdadera y cambiar la situación nosotros que deslumbremos, sino que alumbremos. Hay
del mundo. Las bienaventuranzas no son tanto un códi- personas que lucen mucho e iluminan poco.
go de deberes, sino el anuncio de dónde está el tesoro
escondido por el que vale la pena renunciar a todo. Más MIÉRCOLES de la 10a. sem. (10 de junio)
B
mujer pobre, extranjera, la viuda de Sarepta, cerca de de los profetas del Señor”, lanza un atrevido reto a
Sidón, en el Líbano, quien lo ayudará. - Es admirable todos y provoca, con una escenificación espectacular
re
la fe de esa buena mujer. Confía en Dios y pone lo y un lenguaje de mordaz ironía, el triunfo clamoroso
poco que tiene a disposición de su profeta. Con razón de Yahveh. - Lo principal es el llamado al pueblo para
la alaba Jesús, en su primera homilía en Nazaret (cfr. que abandone la idolatría y se decida: “¿Hasta cuán-
ns
Lc 4, 26), lo que provoca, por cierto, la ira de sus pai- do van a andar indecisos? Si el Señor es el verdadero
sanos, porque alababa la fe de una pagana. - Dios la Dios, síganlo; y si lo es Baal, sigan a Baal”. Parece que
premia: “La tinaja de harina no se vaciará, la vasija de su acción tuvo buen resultado, porque, al final, todos
a
aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe exclamaron: “El Señor es el Dios verdadero”. Aunque
la lluvia”. la conversión no duraría mucho.
Mt 5, 13-16 Mt 5, 17-19
M
Luego de las bienaventuranzas, Jesús comienza su Jesús, en el sermón de la montaña, compara el Antiguo
desarrollo acerca del estilo de vida que quiere en sus Testamento con el Nuevo: un tema que no resultaba
ue
discípulos. Hoy emplea tres comparaciones para ha- nada fácil para los primeros cristianos. - Jesús criti-
cerles entender qué papel les toca jugar en medio de la có repetidas veces las interpretaciones que se hacían
sociedad. - Deben ser como la sal. La sal condimenta y de la ley de Moisés, pero no la desautorizó, sino que la
da gusto a la comida (si no nos la ha prohibido el mé- cumplió e invitó a cumplirla, porque, durante siglos,
st
dico). Sirve para evitar la corrupción de los alimentos había sido, para el pueblo elegido, la concreción de
(lo que ahora hacen los refrigeradores). Y también es la voluntad de Dios. - No ha venido a abolir el Anti-
ra
símbolo de la sabiduría. - Deben ser como la luz, que guo Testamento, sino a perfeccionarlo, a llevarlo a su
alumbre el camino, que responda a las preguntas y plenitud. Pondrá, sucesivamente, varios ejemplos (re-
las dudas, que disipe la oscuridad de tantos que pade ferentes a la caridad fraterna, la fidelidad conyugal,
cen ceguera o se mueven en la oscuridad. - Deben ser la claridad de la verdad). Siempre en la línea de una
de
como una ciudad puesta en lo alto de la colina, que interiorización vivencial, sin conformarse con el mero
guíe a los que andan buscando camino por la llanura, cumplimiento exterior.
que ofrezca un punto de referencia para la noche y co-
bijo para los viajeros. Una ciudad como Jerusalén que, El Antiguo Testamento no está derogado; está perfec-
co
ya desde lejos, alegra a los peregrinos con su vista. cionado por Jesús y su Evangelio. - Los mandamientos
de Moisés siguen siendo válidos. La Pascua de Israel
Va por nosotros. Hoy y aquí. Nuestra fe y la vida que ya fue salvación liberadora, aunque tiene su pleno
r
Dios nos comunica no deben quedar en nosotros mis- cumplimiento en la Pascua de Cristo y en la nuestra.
mos: deben, de alguna manera, repercutir en bien de los La Alianza del Sinaí (san Juan Pablo II la llamó “la nun-
te
demás. - Se nos pide que seamos luz para los demás. ca derogada primera Alianza”) ya era sacramento de
El que dijo que era la Luz verdadera, con mayúscula, salvación, pero ahora ha recibido su plenitud en el sa-
sí
aquí nos dice a sus seguidores que seamos luz, con mi- crificio pascual de Cristo en la cruz y en su celebración
núscula. Que, iluminados por él, seamos iluminadores memorial de la Eucaristía. Lo mismo podemos decir de
de los demás. Todos sabemos qué clase de cegueras, los sacrificios y del sacerdocio y del Templo y del Pue-
a
penumbras y oscuridades reinan en este mundo, y blo elegido de Dios: en el Nuevo Testamento llegan a su
también dentro de nuestros mismos ambientes fami- realización definitiva en Cristo y su Iglesia. - Seguimos
liares o religiosos. Quien más quien menos, todos nece- leyendo con interés el Antiguo Testamento, como pala-
sitamos a alguien que encienda una luz a nuestro lado bra eficaz de Dios e historia de salvación, como diálogo
para no tropezar ni caminar a tientas. El día de nues- vivo entre la fidelidad de Dios y la manifiesta infide-
tro Bautismo se encendió una vela del cirio pascual de lidad de su pueblo. En algunos aspectos –el sábado,
Cristo. Cada año, en la Vigilia Pascual, tomamos esa la circuncisión, el Templo, los sacrificios de corderos– la
vela encendida en la mano. Es la luz que debe brillar en nueva comunidad de Jesús se ha distanciado de la ley
80
Predicación diaria
antigua; pero, en la mayoría de sus elementos, sigue lo verá sano. Las palabras agrias o los gestos incon-
consciente de la gracia salvadora de Dios que ya em- venientes nacen de dentro, y es dentro donde tenemos
pezó entonces y continúa ahora: basta recordar cómo que poner el remedio, arrancando el rencor, la ambición
seguimos orando los salmos del pueblo de Israel. Eso o el orgullo. Entonces no nos pasaría eso que tenemos
sí, conscientes de que Jesús ha llevado a su perfección que reconocer a menudo: que en cada confesión tene-
todo lo que se nos dice en el Antiguo Testamento, como mos que decir lo mismo y, cada año, la convocatoria de
lo ha hecho en este sermón de la montaña con el nove- la Pascua nos encuentra con las mismas pobrezas y
B
1 Re 19, 9. 11-16
Elías llama a su sucesor, Eliseo, y con un gesto sim-
La escena que leemos se sitúa al final de un camino bólico muy expresivo –le echa encima su manto– lo
dramático de Elías: perseguido por la reina Jezabel, elige, de parte de Dios, como profeta. Empieza el “ci-
P
tiene que huir y pasa cuarenta días caminando por clo de Eliseo”, que, como Elías, luchará a favor de
el desierto, sediento, cansado, deseándose la muerte. la verdadera alianza con Dios y que se convertirá en
re
Hasta que llega al monte Horeb, el mismo en el que un personaje importante de la historia de Israel en el
había tenido lugar el encuentro de Moisés con Yahveh. siglo IX antes de Cristo. - Eliseo posee bienes, nada
- Allí lo espera Dios y va a dar al fogoso profeta, todo él menos que doce yuntas de bueyes con los que está
ns
un torbellino, el que hizo bajar fuego sobre la ofrenda arando. Responde a Elías con la misma prontitud con
del altar, una lección interesante. No se le aparece en que los pescadores llamados por Jesús lo dejaron todo
el viento huracanado ni en el terremoto ni en el fuego, y lo siguieron. Con la particularidad de que Eliseo sí
a
sino en una suave brisa. - Es significativo el diálogo. consigue permiso para ir a despedirse de los suyos,
Dios le pregunta a Elías: “¿Qué haces aquí, Elías?”. mientras que en el Evangelio Jesús parece pedir ma-
Como diciendo: ¿Cómo es que has abandonado la ciu- yor decisión y radicalidad. - Pero el gesto de Eliseo
dad, a donde yo te había mandado a ser mi profeta? para su despedida indica claramente que su decisión
La respuesta de Elías es la respuesta de un profeta es irreversible: mata los bueyes y organiza un ban-
M
que sufre por Dios: “los israelitas han abandonado tu quete de despedida, haciendo fuego precisamente con
alianza”. - La orden de Dios es que vuelva de nuevo y los aparejos con los que trabajaba. No hay vuelta. Se
ue
Mt 5, 27-32 Mt 5, 33-37
st
La antítesis que plantea Jesús entre lo que se decía Siguen las antítesis entre el Antiguo Testamento y los
en el Antiguo Testamento y lo que él propone a los nuevos criterios de vida que Jesús enseña a los suyos.
ra
suyos lo lleva hoy al tema de la fidelidad conyugal, Antes fue lo de la caridad (algo más que no matar);
como antes lo condujera a la caridad fraterna. - “Pero ayer, la fidelidad conyugal (corrigiendo el fácil divorcio
yo les digo”. Jesús es más exigente. Busca profundi- de antes). Hoy se trata del modo de portarnos en re-
dad, invita a ir a la raíz de las cosas. No sólo falta el lación a la verdad. - Jesús no sólo desautoriza el per-
de
que comete el adulterio, sino también quien desea a la jurio, o sea, el jurar en falso; prefiere que no se tenga
mujer ajena. La fuente de todo está en el corazón, en el que jurar nunca. Que la verdad brille por sí sola. Que
pensamiento. - Además, según él, el divorcio va contra la norma del cristiano sea el “sí” y el “no”, con transpa-
el plan de Dios, que quiere un amor fiel en la vida ma- rencia y verdad. Todo lo que es verdad viene de Dios;
co
trimonial. El divorcio es la preparación del adulterio. lo que es falsedad y mentira, del demonio.
Se ve cómo el Antiguo Testamento está siendo perfec-
cionado y corregido por Jesús, que quiere restaurar el La palabra humana es frágil y pierde credibilidad ante
r
plan inicial de Dios sobre el amor, con una fidelidad los demás, sobre todo si nos han descubierto alguna vez
indisoluble. Defiende, de paso, la dignidad de la mu- en mentira o en exageraciones. Por eso solemos recurrir
te
jer, porque rechaza la fácil ley que permitía al marido al juramento, por lo más sagrado que tengamos, para
repudiar a su mujer por cualquier causa. - Una fide- que esta vez sí nos crean. - Jesús nos señala hoy el amor
sí
lidad así exige, a veces, renuncias. Las palabras de a la verdad como característica de sus seguidores. De-
Jesús parecen muy duras: prescindir de una mano o bemos decir las cosas con sencillez, sin tapujos ni com-
de un ojo, si son ocasión de escándalo. plicaciones, sin manipular la verdad. Así nos haremos
a
81
Predicación diaria
LUNES de la 11a. sem. (15 de junio) MARTES de la 11a. sem. (16 de junio)
El episodio de un poderoso que se apodera injusta- Después de la fechoría de Ajab y su mujer, llega la
mente de lo que pertenece a un pobre es una escena denuncia por parte del profeta. Perseguido por Jeza-
que puede contarse del siglo IX antes de Cristo o de bel, Elías había tenido que huir, pero ahora vuelve a
B
ahora mismo. - Es un hecho lleno de cinismo, sobre la ciudad, por orden de Dios, y se dispone a seguir
todo por parte de Jezabel, la reina adoradora de Baal, ejerciendo de profeta, pasada su crisis de desánimo.
ue
que entiende la religión y el poder sólo a su favor, sin - Esta vez echa en cara valientemente a Ajab la grave
tener en cuenta la justicia social. El buen hombre Na- falta que ha cometido: ha asesinado y robado y ha
bot hace bien en negarse a vender su viña, aunque hecho “pecar a Israel” con la idolatría. “Y es que en
na
el rey se la pedía en términos justos. Se trata de la realidad no hubo otro que se prestara tanto como Ajab
heredad que ha recibido de sus padres y que no se para hacer el mal ante los ojos del Señor, instigado
puede enajenar así como así. Y ahí es donde entra el por su esposa Jezabel”. Le anuncia un duro castigo de
capricho absolutista de la reina, que monta un simu- Dios, aunque luego, ante el arrepentimiento mostra-
P
lacro de juicio –además, con motivación religiosa– y se do por el débil y voluble rey, le dice que sucederá más
deshace de Nabot. Se repite el episodio de David, que tarde, en tiempo de su hijo. Un hecho paralelo al de
re
le arrebata la esposa a Urías y luego se deshace de él. David, que también se arrepintió de su pecado y ob-
tuvo una prórroga del castigo. - El salmo –el Miserere–
Mt 5, 38-42 es el eco de esta actitud humilde de Ajab, como lo fue
ns
mara la justicia por su cuenta arbitrariamente. Había to al amor a los enemigos. - La primera consigna, “ama
que castigar sólo en la medida en que se había faltado: a tu prójimo”, ya estaba en el Antiguo Testamento.
ue
“tal como” (de ahí el nombre de “talión”, del latín talis). La segunda, “odia a tu enemigo”, no la encontramos
- Pero Jesús va más allá: no quiere que se devuelva en ningún libro, pero se ve que era la interpretación
mal por mal. Pone ejemplos de la vida concreta, como popular complementaria de la anterior. Jesús corri-
los golpes o los pleitos o la petición de préstamos: “no ge esta interpretación: sus seguidores deberán amar
st
hagan resistencia al hombre malo… preséntale tam- también a los enemigos, o sea, a los que no sean de
bién la izquierda… cédele también el manto”. su familia o de su pueblo o de su gusto. - Saludar a
ra
namos, no acabamos de olvidar, dispuestos a echar en a los enemigos, hacer el bien a los que nos aborrecen.
cara su falta al que nos ha ofendido y vengarnos de - Jesús pone por delante como modelo nada menos
alguna manera. - No se trata, tal vez, de poner la otra que a Dios: “para que sean hijos de su Padre celes-
mejilla al pie de la letra, pero sí de aprender el espíritu tial, que hace salir su sol sobre los buenos y los ma-
co
de reconciliación, de no albergar sentimientos de repre- los, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos…
salia personal (“el que me la hace me la paga”), de no sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.
devolver mal por mal; sino de cortar las escaladas del
r
rencor en nuestro trato con los demás. Jesús nos ha en- El que mejor ha imitado a Dios Padre es Jesús mismo.
señado a amar a todos, también a los que no nos aman. Si por alguien mostró preferencias fue por los pobres,
te
- Esto no es una invitación a aceptar, sin más, las injus- los débiles, los marginados por la sociedad, los peca-
ticias sociales y a cerrar los ojos a los atentados contra dores. Y, al final, entregó su vida por todos y murió per-
sí
los derechos de los seres humanos; ni Jesús ni los cris- donando a los mismos que lo crucificaban. - En nuestra
tianos permanecen indiferentes ante estas injusticias, pequeña historia de cada día caben, por desgracia, la
sino que las denuncian. - Pero sí se nos enseña que, distinción de personas por simpatía o interés, las renci-
a
cuando personalmente somos objeto de una injusticia, llas e indiferencias sostenidas o el rencor hacia quienes
no tenemos que ceder a deseos de venganza. Al contra- nos parece que no nos miran bien. Tenemos un campo
rio, tenemos que saber vencer el mal con el amor. de examen y de propósito al leer estas recomendacio-
nes de Jesús. - Tal vez lo primero que tenemos que “per-
donar” a los otros es eso, el que sean “otros”, con su
carácter, sus manías, sus opiniones. Nos encontramos
con personas de otra cultura, edad y formación y, a
veces, de raza y de situación social diferentes. Entonces
82
Predicación diaria
es cuando tenemos que recordar la consigna de amar a de dejar de hacer oración comunitaria o ayuno, sino de
todos, como el Padre, como Cristo. Porque cuando nos no buscar, en todo ello, las apariencias y la ostentación.
resultan simpáticos, no hace falta recordar ninguna - Si actuamos así, no buscando por hipocresía el aplau-
consigna. so de los demás (como los fariseos), sino tratando de
agradar a Dios con sencillez y humildad, lo tendremos
MIÉRCOLES de la 11a. sem. (17 de junio) todo: Dios nos premiará, los demás nos apreciarán por-
que no nos damos importancia, y nosotros mismos go-
B
Acaba el “ciclo de Elías” y empieza el de Eliseo. - Dios se JUEVES de la 11a. sem. (18 de junio)
lleva a Elías en un torbellino, en un carro de fuego, con
una muerte misteriosa como la de Henoc, otra persona Sir 48, 1-15
na
gítimo de Elías. Con una serie de gestos simbólicos –el de algunos textos tomados de los libros sapienciales,
río Jordán con su recuerdo de Josué y el pueblo que que se añaden, a modo de proemio o de conclusión,
re
entra en la tierra prometida, el manto sobre el agua, a una determinada serie histórica” (OLM 110). - Esto
el “ver o no ver” al profeta en su despedida, el carro de sucede hoy al concluir el “ciclo de Elías”: interrumpi-
fuego–, Eliseo queda consagrado como profeta de Dios, mos la lectura de los libros de los Reyes y escuchamos
ns
entre los discípulos que Elías había formado de entre el Sirácide (el Eclesiástico), que muestra su admira-
los fieles a la alianza de Dios, que no adoraban a Baal. ción por este gran personaje, que no escribió ningún
- ¿Se puede pedir lo que pide Eliseo? Dos tercios es la libro, pero fue un vigoroso profeta de acción. Incluye
a
porción que tocaba al primogénito –el “heredero princi- en su alabanza también a Eliseo, su sucesor: ambos
pal”–, el doble que a los demás hijos; es decir, pide dos vivieron en el reino del Norte (Israel) en periodos de
tercios del espíritu de Elías. Pero ¿no es el profetismo crisis religiosa. El Sirácide escribe en el siglo IV antes
un don gratuito de Dios, carisma muy personal? En de Cristo y nos muestra el paralelismo entre lo que
efecto, Elías no se lo puede conceder, sino que deja la está pasando en su tiempo con lo que había sucedi-
M
decisión a Dios. La escena de hoy, con el milagro re- do mucho antes, en el siglo IX: unos profetas valien-
petido del manto sobre las aguas, demuestra que Dios tes que supieron hacer frente a la pérdida de la fe en
ue
transfiere a Eliseo el carisma profético de Elías. el pueblo elegido. - El resumen que hace de la vida de
Elías nos recuerda lo que hemos ido leyendo en días
Mt 6, 1-6. 16-18 pasados. Y el salmo refleja también el rasgo que el
Sirácide destacaba del temperamento de Elías en su
st
Jesús exige a los suyos autenticidad. Que no prac- lucha contra la idolatría, su estilo fogoso: “Un fuego
tiquen el bien “delante de los hombres para que los que devora a sus contrarios a nuestro Dios precede…
ra
vean”, sino por la recompensa que nos viene de Dios, Los que adoran estatuas que se llenen de pena y se
que es quien nos ve y conoce nuestros méritos e in- sonrojen, lo mismo el que se jacta de sus ídolos”.
tenciones. - Esto lo concreta en tres direcciones que
abarcan toda nuestra vida: en relación con Dios (la Mt 6, 7-15
de
Dios nos ve y nos premiará; • cuando oramos, no es que le vamos a decir. - Jesús nos da su modelo de
para que todos se den cuenta de lo piadosos que so- oración: el Padrenuestro. Una oración que se puede
mos, sino para tener un encuentro con Dios; • cuando considerar como el resumen de la espiritualidad del
r
ayunamos, no buscamos el aplauso y la admiración Antiguo y del Nuevo Testamento, equilibrada, educati-
de los demás, sino que lo hacemos por amor a Dios. va por demás. Primero, nos hace pensar en Dios, que
te
- Cada vez, Jesús pone unas comparaciones que pue- es nuestro Padre: su nombre, su reino, su voluntad.
den parecer paradójicas si se toman al pie de la letra, Mostramos nuestro deseo de sintonizar con Dios. Lue-
sí
pero que indican muy bien su invitación a una auten- go pasa a nuestras necesidades: el pan de cada día,
ticidad interior: • cuando des limosna, “que no sepa el perdón de nuestras faltas, la fuerza para no caer
tu mano izquierda lo que hace la derecha”; • cuando en tentación y vencer el mal. - Jesús destaca, al final,
a
ores, “entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante una petición que tal vez nos resulta la más incómoda:
tu Padre”; • cuando ayunes, “perfúmate la cabeza y “si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el
lávate la cara”. Padre les perdonará a ustedes sus faltas”.
Es un programa muy serio de vida cristiana. Este Decimos muchas veces el Padrenuestro y, tal vez, no
evangelio lo leemos también al inicio de la Cuaresma, le sacamos todo el jugo que podríamos sacarle. - Hoy,
el Miércoles de Ceniza. Nos indica el estilo de nuestro tanto en Misa como en Laudes y Vísperas o personal-
seguimiento de Jesús. No se trata de no dar limosna o mente, lo deberíamos decir con más lentitud, pensado
83
Predicación diaria
en sus palabras, agradeciendo a Jesús que nos lo haya LUNES de la 12a. sem. (22 de junio)
enseñado como la oración de los que se sienten y son
hijos de Dios. - Esta oración nos debe ir afirmando en 2 Re 17, 5-8. 13-15. 18
nuestra condición de hijos de Dios, y también en nues-
tra condición de hermanos de los demás, dispuestos a Es trágico el final del reino del Norte (Samaria), el que
perdonar cuando haga falta, porque todos somos hijos se separó del Sur después del reinado de Salomón. El
del mismo Padre. año 721 antes de Cristo, luego de tres años de asedio,
B
El Corazón Inmaculado de María memoria va a quedar a salvo todavía durante más de un siglo.
- Aunque en la ruina de Israel seguramente intervi-
El sábado que sigue al segundo domingo después de nieron otros factores políticos, económicos y sociales,
na
Pentecostés celebramos, con formulario propio, la me- así como ineptitudes y ambiciones personales, el libro
moria (obligatoria) del Inmaculado Corazón de la Virgen de los Reyes la interpreta como castigo de Dios. Él
María. La única lectura propia es el evangelio, en el que ha sido fiel a su Alianza, pero el reino de Samaria,
Lucas nos dice cómo María “conservaba en su corazón cada vez más deteriorado en su vida social y religiosa,
P
todas aquellas cosas”. - “La expresión ‘Corazón de la ha caminado hacia la ruina. Abandonaron la religión
Virgen’ se ha de interpretar en sentido bíblico: desig- verdadera, adoraron a dioses falsos, no hicieron nin-
re
na la persona misma de santa María Virgen; su ‘ser’ gún caso de los profetas que Dios les enviaba y pro-
íntimo y único; el centro y la fuente de su vida interior: cedieron según las costumbres de los paganos. Por
del entendimiento, de la memoria, de la voluntad y del eso ha venido el cataclismo: “El Señor se enojó mucho
ns
amor; la actitud indivisa con que amó a Dios y a los contra Israel”.
hermanos y se entregó intensamente a la obra de sal-
vación del Hijo” (Misas de la Virgen María, n. 28). Mt 7, 1-5
a
religiosa. Pero cuando murió su mentor, Yehoyadá, el juzgar en absoluto. La comparación que pone es muy
sumo sacerdote que lo había ayudado a subir al trono, plástica: la paja que logramos ver en el ojo de los de-
ue
se olvidó de sus buenos consejos y siguió los de otros más y la enorme viga que no vemos en el nuestro.
que lo condujeron de nuevo a la idolatría y al capricho Claro que es exagerada, probablemente tomada de un
de una autoridad mal entendida. - Más aun, al hijo de refrán de la época, como era exagerada la diferencia
Yehoyadá, Zacarías, profeta de Dios, que le había re- entre los diez mil talentos que le fueron perdonados a
st
criminado su cambio de conducta, lo eliminaron asesi- un siervo y los pocos denarios que él no supo condo-
nándolo en el Templo. Más tarde, Jesús les echó esto nar. - El aviso es claro: “así como juzguen los juzgarán
ra
en cara a sus contemporáneos. - El autor del libro de y con la medida que midan los medirán”. Si nuestra
las Crónicas –el libro que hemos intercalado en la lec- medida es de rigor exagerado, nos exponemos a que
tura que íbamos haciendo del de los Reyes– atribuye a la empleen también contra nosotros; si nuestra medi-
este pecado la ruina que le sobrevino a Joás a manos da es de misericordia, también Dios nos tratará con
de
del ejército de Siria y de sus propios súbditos. Es lo que misericordia. Es lo mismo que afirma aquella petición
también afirma el salmo: “si sus hijos abandonan mi tan peligrosa del Padrenuestro: “perdona nuestras
ley y no cumplen mis mandatos… castigaré con la vara ofensas, como también nosotros perdonamos”.
sus pecados”; aunque no por ello se va a interrumpir la
co
línea mesiánica de las promesas de Dios: “pero no les ¡Cuántas veces nos dedicamos a juzgar a nuestros se-
retiraré mi favor. No desmentiré mi fidelidad”. mejantes! Juzgar significa meternos de fiscales y jue-
ces. Con frecuencia, lo hacemos sin tener en la mano
r
El corazón de la Virgen María tuvo, a lo largo de su fectos que tenemos nosotros no los vemos, pero sí la
vida, muchas cosas sobre las cuales meditar, desde más pequeña paja en el ojo del vecino. Se nos podría
sí
el anuncio y nacimiento de su Hijo hasta la muerte y acusar de ser hipócritas, como al fariseo que se gloria-
resurrección de él y la venida del Espíritu. - Aquí nos ba ante Dios de “no ser como los demás”, sino justo y
cuenta el evangelista el episodio de la visita de la fa- cumplidor. - Jesús nos enseña a ser tolerantes, a no
a
milia de Nazaret a Jerusalén, con Jesús adolescente, estar siempre criticando a los demás, a saber cerrar
que pisa por primera vez el Templo, donde años más un ojo ante los defectos de nuestros familiares y veci-
tarde será protagonista de tantos hechos y discursos, nos, porque también ellos seguramente nos perdonan
y que se “pierde” voluntariamente entre los doctores. a nosotros los que tenemos y no nos los están echando
- Al dolor de la momentánea pérdida del hijo se añade, en cara cada día.
para María y José, el de no entender el lenguaje que
Jesús emplea para explicar su actuación. “Su madre
conservaba en su corazón todas aquellas cosas”.
84
Predicación diaria
MARTES de la 12a. sem. (23 de junio) quién es el Cordero, que quita el pecado del mundo. O
sea, prepararle el camino a Jesús, ser su precursor y
2 Re 19, 9-11. 14-21. 31-35. 36 pregonero. - El prefacio de hoy enumera expresivamen-
te las diversas facetas de san Juan que deberían re-
Ayer leíamos la caída de Samaria, el reino del Norte; flejarse en nuestra vida, en el ambiente de cada uno,
hoy, la amenaza que pende sobre Judá, el reino del desde el Papa hasta el último confirmado: • Juan el
Sur. Estamos en el año 701 antes de Cristo y han pa- Bautista fue precursor de Jesús; • el mayor entre los
B
sado veinte desde el destierro de Israel. - Ahora es Se- nacidos de mujer; • saltó de alegría en el vientre de su
naquerib el que asedia con su ejército a Jerusalén. Es madre al llegar el Salvador de los hombres; • su naci-
ue
un episodio más de la ambición anexionista de Asiria, miento fue motivo de gozo para muchos; • fue escogido
a la que le interesa el territorio de Palestina, como ca- entre todos los profetas para mostrarle a la gente al
mino hacia Egipto. Pero fracasa. No sabemos por qué Cordero, que quita el pecado del mundo; • él bautizó
na
motivos tiene que levantar el campamento y retirarse en el Jordán al autor del Bautismo; • desde entonces el
(¿una peste repentina?). El autor sagrado lo interpreta agua viva tiene poder de salvación para los hombres;
en clave religiosa: el piadoso rey Ezequías ha recurrido • y él dio su sangre como supremo testimonio por el
a Dios y le ha dirigido una hermosa oración, que hoy nombre de Jesucristo.
P
leemos tres. - La primera es bastante misteriosa, pro- - Este canto ya prevé que el Siervo tendrá momentos
bablemente tomada de un refrán popular: “No den a difíciles y de crisis: “En vano me he cansado, inútil-
los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los mente he gastado mis fuerzas”. Pero no pierde la con-
cerdos”. No sabemos a qué puede referirse: ¿el sentido fianza, porque sabe que Dios lo ayudará a cumplir esa
del “arcano”, que aconseja el acceso a los sacramentos difícil misión: reunir a Israel y ser luz de todas las na-
M
sólo a los ya iniciados?, ¿la prudencia en divulgar la ciones. - El Siervo auténtico es Cristo Jesús. Es bueno
doctrina de la fe a los que no están preparados?, ¿el recordarlo en el día en el que celebramos la memoria
ue
cuidado de que no se profane lo sagrado? - La segunda de Juan, a quien Dios también ha predestinado para
sí se entiende y nos interpela con claridad: “Traten a que sea el Precursor del Mesías. - El salmo 138 prolon-
los demás como quieren que ellos los traten a us- ga esta convicción: “Te doy gracias, Señor, porque me
tedes”. Igualmente la tercera: “Entren por la puerta has formado maravillosamente… cuando en lo oculto
st
estrecha”, porque ante la opción de los dos caminos, me iba formando… Conocías plenamente mi alma”.
el exigente y el permisivo, el estrecho y el ancho, todos
ra
que andar si queremos ser seguidores suyos. - Podemos ciudades que iba recorriendo; esta vez, en Antioquía de
detenernos sobre la segunda consigna que nos da hoy: Pisidia, en la actual Turquía. - De la descendencia
tratar a los demás como queremos que nos traten a no- de David ha llegado el Mesías. Y ha habido un último
sotros. Es una “regla de oro” que tenemos muchas oca- profeta del Antiguo Testamento, Juan, que predicó un
co
siones de cumplir, a lo largo del día. - Podríamos escribir bautismo de penitencia, para preparar la llegada de
en una hoja de papel la lista de cosas que deseamos Jesús, que es el Salvador de Israel.
o exigimos que hagan con nosotros: que nos atiendan,
r
no nos condenen sin habernos dado ocasión de defen- Escuchamos la hermosa escena del nacimiento de
dernos y de explicar lo que de verdad ha sucedido. Juan y la imposición del nombre el día de su circun-
sí
Y otras cosas muy razonables y justas. Pues bien, a cisión. Son páginas que leemos en el Adviento, poco
continuación tendríamos que decirnos a nosotros: eso antes de la Navidad, en una serie paralela de lecturas
mismo es lo que tú tienes que hacer con los que viven sobre el nacimiento de Juan y de Jesús. - El nombre
a
85
Predicación diaria
niño?’. Esto lo decían… porque realmente la mano de sedades? ¿Y me extrañaré de que los derrumbamientos
Dios estaba con él”. que veo en otras personas o en otras instituciones me
puedan pasar también a mí?
JUEVES de la 12a. sem. (25 de junio)
VIERNES de la 12a. sem. (26 de junio)
2 Re 24, 8-17
2 Re 25 1-12
B
Cristo, unos ciento veinte años después de la del Norte, codonosor y sus tropas saquearon todo lo valioso de
que había sido en el 721, a manos de los asirios. - Es Jerusalén y deportaron a los mejores del pueblo; que-
una de las páginas más trágicas de la historia para Je- daron los más sencillos, con unos gobernantes más
na
rusalén y el pueblo judío. El rey Joaquín, al que se pre- débiles que los anteriores. - Jeremías fue el profeta que
senta como uno que “hizo lo que el Señor reprueba”, habló en este tiempo, entre la primera y la segunda
tuvo que rendirse al ejército de Babilonia y marchó al deportación. Intentó por todos los medios convencer
destierro junto con las personas más representativas y al pueblo para que volviera a la práctica religiosa de la
P
útiles de la sociedad. Esta vez no pasa como cuando el Alianza y, políticamente, de que desistiera de las alian-
piadoso rey Ezequías invocó a Dios para que defendie- zas con Egipto, porque no iban a librarlos del poderío
re
ra a su pueblo de los ejércitos de Senaquerib. Nabuco- de los babilonios. No le hicieron caso y, en el 586, vol-
donosor puso en Jerusalén, para los que quedaron, a vió Nabucodonosor y el destierro fue ya total. - Es la
un rey títere: Sedecías. - El salmo expresa bien la ca- página más negra de la historia del pueblo elegido: el
ns
tástrofe que todo esto supuso, con la profanación y el fin del reino de Judá, como antes había sucedido con
pillaje del Templo: “Dios mío, los paganos han invadido el de Samaria. Nabucodonosor quiso dar a Sedecías
tu propiedad, han profanado tu santo templo… Hemos un castigo ejemplar: mandó ajusticiar en su presencia
a
sido el escarnio de nuestros vecinos”. a sus hijos y luego lo dejó ciego. Destruyó Jerusalén y
envió a todos al destierro. - El salmo de hoy no podía
Mt 7, 21-29 ser otro: “Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos
a llorar de nostalgia”. Estuvo a punto de consumarse
Leemos hoy las últimas recomendaciones del sermón la desaparición total del pueblo y de su religión, inclui-
M
de la montaña. - Hoy se aplica una nueva consigna a da la promesa mesiánica. Si también los ancianos se
nuestra vida: “No todo el que me diga: ‘¡Señor, Señor!’, hubieran olvidado de la Alianza, era lógico que dijeran:
ue
entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla “¡Que la mano derecha se me seque… Que se me pegue
la voluntad de mi Padre”. No se trata de decir pala- al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara…!”
bras piadosas, sino de cumplir lo que esas palabras (ya no necesitaban las manos para tocar la cítara ni la
prometen. No debe haber divorcio entre las palabras y lengua para cantar salmos).
st
damente el edificio de nuestra persona o de la comuni- tos. Las obras que él hace, curando enfermos y resu-
dad. Si nos contentamos sólo con escucharlas y, luego, citando muertos, van a ser la prueba de que, en ver-
a lo largo del día, no nos acordamos más de ellas y dad, viene de Dios: “aunque no me crean a mí, crean
r
seguimos otros criterios, estamos edificando sobre are- a las obras” (Jn 10, 38). - Esta vez cura a un leproso.
na. - Jesús nos avisa que, si no se dan estos frutos La oración de este buen hombre es breve y confia-
te
prácticos, no nos valdrá de nada recurrir a que hemos da: “Señor, si quieres, puedes curarme”, y Jesús la
dicho cosas bonitas, u orado, o profetizado en su nom- hace inmediatamente eficaz. Lo toca –nadie podía ni
sí
bre, o incluso haber expulsado demonios. Nosotros mis- se atrevía a tocar a estos enfermos– y lo sana por com-
mos, construyendo el futuro en falso, estamos cavando pleto. La fuerza salvadora de Dios está en acción a tra-
nuestra propia tumba. A corto o largo plazo vamos a la vés de Jesús, el Mesías.
a
86
Predicación diaria
Cristo… siempre vivo y vivificante, y como acciones del casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”.
Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, Jesús quiere curar nuestras debilidades. Ahora no nos
son ‘las obras maestras de Dios’ en la nueva y eterna toma de la mano, ni pronuncia palabras; él mismo se
Alianza” (CCE 1116). - Además, tenemos que ser no- hace alimento nuestro y nos comunica su vida: “El que
sotros como Jesús, acercamos al que sufre, extender come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo
nuestra mano hacia él, “tocar” su dolor y darle espe- en él. Como el Padre… posee la vida y yo vivo por él, así
ranza, ayudarlo a curarse. Somos buenos seguidores también el que me come vivirá por mí” (Jn 6, 56).
B
Lam 2, 2. 10-14. 18-19 toles, veamos cómo se puede colaborar en la misión co-
munitaria desde temperamentos distintos, aprendiendo
La última página del repaso histórico que hemos ido la lección del pluralismo. - Pedro y Pablo son dos fi-
escuchando estas semanas la tomamos del libro de las guras diferentes, pero al servicio del mismo Evangelio.
P
Lamentaciones, y es verdaderamente triste. - Se trata Dos apóstoles con carácter propio, con virtudes y de-
de un canto patético de dolor: la ciudad destruida, los fectos, con campos diferentes de actuación; pero am-
re
ancianos silenciosos, las lágrimas en los ojos de todos, bos, enamorados de Cristo, y valientes testigos suyos.
los niños desfallecidos de hambre. Pero el autor del El prefacio de hoy ofrece estas pinceladas comparati-
libro invita al pueblo a dirigirse a Dios con su oración vas: • Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el
ns
y sus manos alzadas al cielo. - La oración se la pone defensor que la anunció con claridad; • Pedro consoli-
en los labios el salmo, que, por una parte, sigue des- dó la primitiva Iglesia con el resto de Israel; Pablo la
cribiendo con trazos plásticos la desgracia del pueblo extendió entre los paganos, llamados a la fe. • De esta
a
y, a la vez, lo invita a elevar a Dios estas palabras: “No forma… por caminos diversos, congregaron a la úni-
te olvides, Señor, de nosotros… Acuérdate de la comu- ca familia de Cristo; • y coronados por el martirio, son
nidad que adquiriste desde antiguo… Que el humilde igualmente venerados por tu pueblo. - No se les puede
no salga defraudado”. presentar como símbolos opuestos de “la autoridad” y
“el carisma”, entre otras cosas, porque también Pedro
M
Ayer leíamos la curación del leproso, cuando Jesús otro universalista: fue Pedro el que, antes que Pablo,
bajaba de la montaña; hoy escuchamos dos milagros admitió a la primera familia pagana, la de Cornelio, a
más: en favor del criado (o, tal vez, del hijo) de un cen- la fe de Cristo, un poco en contra del parecer de su co-
turión y de la suegra de Pedro. - El militar es pagano, munidad. Son diferentes, pero complementarios. Como
st
romano, o sea, de la potencia ocupante. Pero la gracia dice el prefacio, “por caminos diversos, congregaron a
no depende de si uno es judío o romano: sino de su la única familia de Cristo”. - Pedro, con su profesión de
ra
actitud de fe. Y el centurión pagano da muestras de fe, y Pablo, con sus escritos, nos invitan a ser también
una gran fe y humildad. Jesús alaba su actitud y lo nosotros evangelizadores incansables en el mundo
pone como ejemplo: la salvación que él anuncia va a de hoy. Pedro, con su actitud de amor (“tú sabes que
ser universal, no sólo para el pueblo de Israel. Ayer te quiero”; Jn 21, 16), y Pablo, con su total identificación
de
curaba a un leproso, a un rechazado por la sociedad; con Cristo (“Todo lo puedo unido a aquel que me da
hoy atiende a un extranjero. Jesús tiene una admi- fuerza”; Flp 4, 13), nos indican dónde está la fuente
rable libertad ante las normas convencionales de su de nuestra fuerza y de nuestra ilusión apostólica.
tiempo. Transmite la salvación de Dios, como y cuan-
co
do quiere. - Con la suegra de Pedro no dice nada, sen- Hech 12, 1-11
cillamente la toma de la mano y le transmite la salud:
“desapareció la fiebre”. Aquel momento fue de grave crisis para la comunidad
r
en la misma actitud de cercanía y de solidaridad con el Grande, para agradar a los judíos, empezó a perse-
nuestros males. Sigue cumpliendo la definición ya anun- guir a la Iglesia y, así como había mandado decapitar
sí
ciada por Isaías y recogida en el evangelio de hoy: “Él a Santiago, encarceló a Pedro, y todos temían lo peor.
hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros - “… la comunidad no cesaba de orar a Dios por él”. Y,
dolores”. - Quiere curarnos a todos de nuestros males. en efecto, el ángel lo liberó de un modo milagroso. Al
a
¿Será un criado o un hijo el que sufre, o nosotros los mismo Pedro le parecía más bien que estaba soñan-
que padecemos fiebre de alguna clase? Jesús nos quie- do: “Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su
re tomar de la mano o decir su palabra salvadora, y ángel para librarme”. La de aquella noche fue una gran
devolvernos la fuerza y la salud. Nuestra oración, llena experiencia para la comunidad. Lucas dice que era la
de confianza, será siempre escuchada, aunque no se- semana de Pascua: en cierto modo, se repetía el acon-
pamos cómo. - Antes de acercarnos a la Comunión, en tecimiento del éxodo liberador del pueblo en Egipto y el
la Misa, repetimos cada vez las palabras del centurión de la resurrección de Jesús de entre los muertos. En
del evangelio de hoy: “no soy digno de que entres en mi esta ocasión era Pedro el liberado de la cárcel.
87
Predicación diaria
2 Tim 4, 6-8. 17-18 sa, o un pájaro que cae es porque había una trampa,
o una trompeta que suena produce alarma en todo el
Esta vez es Pablo el que está en la cárcel, prisionero pueblo, así también el profeta. Si Dios se lo manda,
en Roma, como un malhechor, sintiéndose abandona- no puede dejar de denunciar el mal: “El Señor Dios ha
do por todos, sin hacerse ilusiones sobre cuál será el hablado, ¿quién no profetizará?”.
final de su prisión, la condena a muerte: “se acerca
el momento de mi partida”. - El que se entregó a Cristo Mt 8, 23-27
B
imitando su sacrificio pascual. Mirando hacia atrás, de Jesús; hoy, el de la tempestad calmada. - En el
puede sentirse satisfecho de la labor realizada: “He lu- lago de Genesaret se forman con frecuencia grandes
chado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he temporales (la palabra griega “seismós megas” apunta
na
perseverado en la fe”. Lo que no lo abandona es la con- a un “gran sismo”, a un maremoto). Los apóstoles que-
fianza en Dios: “Ahora sólo espero la corona merecida… daron aterrorizados, a pesar de estar acostumbrados
El Señor me seguirá librando de todos los peligros”. al peligro por su oficio de pescadores. - Despiertan a
Jesús, que sigue dormido –debe tener un gran can-
P
A la pregunta de Jesús: “¿Quién dice la gente que es que perecemos!”. Y quedan admirados del poder de
el Hijo del hombre?”, responde impetuoso, como siem- Jesús, que calma con su potente palabra la tempes-
pre, Pedro, en nombre de los demás. Y recibe por ello tad: “¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar
ns
da las llaves del Reino. Al “tú eres el Mesías” le sigue el brevemente que, cuando él subió a la barca, sus dis-
“tú eres Pedro”. En otras ocasiones le encomendará ser cípulos lo siguieron; pero eso no los libró de que, algu-
el pastor de la comunidad, o el pescador de hombres. nas veces, en su vida hubiera tempestades y sustos.
- También la barca de la Iglesia, como la de los após-
MARTES de la 13a. sem. (30 de junio) toles, ha sufrido, en sus dos mil años de existencia,
M
con ellos, más que con ningún otro pueblo, sus signos cuando él mismo nos ha dicho que nos da su Espíritu
de predilección. - El profeta no puede callar, porque para que, con su fuerza, podamos dar testimonio en el
ra
Dios lo ha mandado hablar. Para justificar esto, Amós, mundo; cuando tenemos la Eucaristía, la mejor ayuda
con su lenguaje de hombre de campo, encadena una para nuestro camino, ¿cómo podemos pecar de cobar-
serie de binomios lógicos de causa y efecto: así como día o de falta de confianza?
un león que ruge muestra que ha conseguido una pre-
de
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88
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B
Moniciones 2. Por los diáconos, fieles servidores de la Palabra y de los
pobres, y signo vivificante para toda la Iglesia. Oremos.
(– Jesús resucitado es la puerta por la que podemos entrar 5. Por los que viven alejados de la Iglesia, por haber encontrado
en la vida. Él va adelante de nosotros, él nos conduce por en ella poca caridad o poca comprensión. Oremos.
ue
Dios que nos purifique de nuestros pecados. escucha nuestra oración e infunde en nuestros corazones la
sabiduría de tu Espíritu, para que reconozcamos y sigamos
siempre la voz de tu Hijo, el Buen Pastor, que nos da vida en
ns
Aspersión por toda la iglesia con un canto bautismal o abundancia. Él que vive y reina, inmortal y glorioso, por los
con nuevas estrofas del canto de entrada (Misal Romano). siglos de los siglos.
a
* * *
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la
celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar
Oración sobre las Ofrendas (ver Misal Romano).
del banquete de su Reino. R/. Amén.
M
Prefacio IV de Pascua.
Gloria cantado.
ue
mera lectura, escuchamos la primera predicación del apóstol Padrenuestro: Unidos a Jesús resucitado, que es la puerta por
Pedro en Jerusalén, el día de Pentecostés. Hoy escucharemos la que podemos entrar en la vida, nos atrevemos a decir:
la reacción de la gente y de qué manera muchos se incor-
de
poraron a la primera comunidad cristiana. Oración después de la Comunión (ver Misal Romano).
2a lectura (1 Pedro 2, 20-25): El apóstol Pedro nos seguirá Bendición solemne del Tiempo Pascual (ver Misal Romano).
hablando en la segunda lectura. Nos invitará a poner nuestros
co
ojos en Jesús, que sufrió y murió por nosotros. Despedida: Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Pueden ir en paz.
Credo de los Apóstoles. R/. Demos gracias a Dios.
r te
* * *
sí
del pueblo y disco compacto (MP3), con 405 cantos para las diversas celebra-
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escú- ciones de Cuaresma, Semana Santa, Pascua y Tiempo Ordinario.
chanos.
Suplemento de Misa dominical,
1. Por la Iglesia, por todos los que tenemos a Jesús como sección de la revista ACTUALIDAD LITÚRGICA.
nuestro guía y pastor. Oremos. OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A.C.
Apartado M-2181 - 06000, Ciudad de México.
Tel. 55 5546 4500
Llama s/c: 800 5024 090 - www.buenaprensa.com
1
Moniciones
10 de mayo de 2020 1. Por la santa Iglesia de Dios, para que con gozo y firmeza dé
5o Domingo de Pascua testimonio perseverante de la resurrección de Cristo. Oremos.
vivir como personas renovadas, personas de verdad. Y por él meras evangelizadoras y educadoras en la fe y el amor a Dios
llegamos a aquel que es la plenitud de la vida, Dios nuestro
ue
agua reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por medio antigua dignidad del hombre, concédenos los bienes que te
del cual fuimos sumergidos sacramentalmente en la muerte pedimos para que conservemos siempre la alegría pascual.
redentora del Señor para resucitar con él a la vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
a
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la Prefacio V de Pascua.
ue
Gloria cantado. R/. Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has libe-
rado por tu cruz y resurrección.
Oración Colecta (ver Misal Romano).
ra
2a lectura (1 Pedro 2, 4-9): San Pedro, en esta segunda lectura, Despedida: Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
nos invita a valorar la importancia de nuestra fe, lo valioso de Pueden ir en paz.
r
del pueblo y disco compacto (MP3), con 405 cantos para las diversas celebra-
Oración universal: Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, ciones de Cuaresma, Semana Santa, Pascua y Tiempo Ordinario.
y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades de
la Iglesia y de todo el mundo. Suplemento de Misa dominical,
sección de la revista ACTUALIDAD LITÚRGICA.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escú- OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A.C.
Apartado M-2181 - 06000, Ciudad de México.
chanos. Tel. 55 5546 4500
Llama s/c: 800 5024 090 - www.buenaprensa.com
2
Moniciones
17 de mayo de 2020 1. Por la santa Iglesia de Dios, para que, al contemplar asi-
6o Domingo de Pascua duamente a su Señor que reina en los cielos, no se deje cau-
tivar por los bienes de la tierra. Oremos.
Saludo: Que Jesús, el Señor resucitado, esté con todos ustedes. 2. Por todas las Iglesias y comunidades cristianas, para que
llegue un día en que alcancemos la unidad y podamos com-
(– Hace ya cinco semanas que encendíamos, en la Noche de partir el pan y el cáliz de una misma Eucaristía. Oremos.
B
amó hasta la muerte y que ahora vive para siempre, mientras 4. Por los maestros y todos los trabajadores de la educación,
nos encaminamos hacia la fiesta que culminará este Tiempo de para que sean conscientes de la gran responsabilidad que les
Pascua: la fiesta del don del Espíritu, la fiesta de Pentecostés). ha sido confiada y actúen en consecuencia. Oremos.
P
Aspersión: Queridos hermanos: Invoquemos la bendición de 5. Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el triunfo
Dios, nuestro Padre, y pidámosle que la aspersión de esta agua de Jesucristo sobre la muerte, nos haga esperar la venida defi-
re
reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por medio del cual nitiva de su Reino. Oremos.
fuimos sumergidos sacramentalmente en la muerte redentora
ns
del Señor para resucitar con él a la vida nueva. Señor Dios, que libraste de la muerte a tu Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, escucha con amor las oraciones de la Iglesia y
Aspersión por toda la iglesia con un canto bautismal líbrala de todos los males. Por Jesucristo, nuestro Señor.
a
* * *
Padrenuestro: Dirijámonos ahora al Padre con las palabras
1a lectura (Hechos 8, 5-8. 14-17): En la lectura de los Hechos que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca:
de
* * *
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escú- Suplemento de Misa dominical,
chanos. sección de la revista ACTUALIDAD LITÚRGICA.
OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A.C.
Apartado M-2181 - 06000, Ciudad de México.
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3
Moniciones
24 de mayo de 2020 1. Por la Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del
La Ascensión del Señor mundo, para que Cristo, desde el trono de su gloria, venga en
su ayuda y la libre de todo mal. Oremos.
Saludo: Que Jesús resucitado y glorificado a la derecha 2. Por los que todavía no conocen a Cristo, para que él los
del Padre interceda por nosotros y permanezca con todos atraiga hacia sí, como lo prometió el día de su Ascensión.
ustedes. Oremos.
B
– Gozosamente, contemplamos hoy a Jesús, nuestro guía 4. Por los que hoy estamos aquí reunidos, para que el Señor,
por el camino de la vida, y le damos gracias por todo lo que elevado al cielo, nos envíe el Espíritu Santo, que nos enseñe a
P
ha hecho, por su amor fiel hasta la muerte. Ahora, él, vivo para amar los bienes de arriba. Oremos.
siempre, nos acompaña para que anunciemos, con nuestra
re
palabra y con nuestra manera de vivir, su Buena Noticia). Dios, Padre todopoderoso, que has resucitado a Cristo, tu
Hijo, y lo has hecho Señor del universo, escucha las oraciones
ns
Aspersión: Queridos hermanos: Invoquemos la bendición de de tu Iglesia y concédenos lo que, con fe, te hemos pedido.
Dios, nuestro Padre, y pidámosle que la aspersión de esta Por Jesucristo, nuestro Señor.
agua reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por medio
a
o con nuevas estrofas del canto de entrada (ver Misal Prefacio I o II de la Ascensión (Misal Romano).
Romano).
ue
sientan, se deja un espacio breve de silencio, y el lector Despedida: Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
comienza a leer. Pueden ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
rt
* * *
ía
Oración universal: Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Sugerencias: Escucha, Señor, nuestro canto, tomo 2, libro de partituras, libro
Jesús, nuestro gran sacerdote, que ha atravesado el cielo para del pueblo y disco compacto (MP3), con 405 cantos para las diversas celebra-
interceder por nosotros, y pidámosle por las necesidades de ciones de Cuaresma, Semana Santa, Pascua y Tiempo Ordinario.
todos los hombres.
Suplemento de Misa dominical,
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escú- sección de la revista ACTUALIDAD LITÚRGICA.
chanos. OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A.C.
Apartado M-2181 - 06000, Ciudad de México.
Tel. 55 5546 4500
Llama s/c: 800 5024 090 - www.buenaprensa.com
4
Moniciones
31 de mayo de 2020 2. Para que la luz del Espíritu Santo aleje las tinieblas de los
Domingo de Pentecostés hombres, los lleve al conocimiento de la verdad, convierta el
odio en amor, los sufrimientos en alegría y las guerras en paz.
Oremos.
Saludo: Que el Espíritu de Jesús resucitado, que hoy desciende
abundantemente sobre la Iglesia, los renueve con sus dones y 3. Para que todos aquellos que han recibido o recibirán pró-
esté siempre con ustedes. ximamente el sacramento de la Confirmación, experimenten
B
bres nuevos. Demos gracias a Dios de todo corazón). que, renovados y fortalecidos por tu Espíritu, vivamos
continuamente la novedad pascual y lleguemos a compartir
re
Aspersión: Queridos hermanos: Invoquemos la bendición de también las fiestas de la Pascua eterna. Por Jesucristo, nues-
Dios, nuestro Padre, y pidámosle que la aspersión de esta agua tro Señor.
ns
Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la cele- R/. Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has libe-
bración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del rado por tu cruz y resurrección.
banquete de su Reino. R/. Amén.
st
Hoy no proponemos moniciones para las lecturas. La Bendición solemne del Espíritu Santo (ver Misal Romano).
primera nos narra el misterio que hoy celebramos; es
suficientemente conocida y significativa, y será mejor pro-
clamarla directamente, sin introducción. Habrá que ase- Despedida: Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
gurar buenos lectores. Vayan en paz, aleluya, aleluya.
co
* * *
sí
Espíritu Santo prometido, y pidámosle que lo derrame sobre del pueblo y disco compacto (MP3), con 405 cantos para las diversas celebra-
la Iglesia y sobre todo el mundo. ciones de Cuaresma, Semana Santa, Pascua y Tiempo Ordinario.
Después de cada petición diremos: Ven, Espíritu Santo. Suplemento de Misa dominical,
sección de la revista ACTUALIDAD LITÚRGICA.
1. Para que Jesús, el Señor, que, exaltado a la diestra de OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A.C.
Apartado M-2181 - 06000, Ciudad de México.
Dios, ha recibido el Espíritu Santo prometido, lo envíe abun- Tel. 55 5546 4500
dantemente sobre la Iglesia. Oremos. Llama s/c: 800 5024 090 - www.buenaprensa.com
5
Moniciones
7 de junio de 2020 1. Por el Papa Francisco, por nuestro obispo……, por los pres-
La Santísima Trinidad bíteros y diáconos, y por todos los que ejercen responsabilida-
des en la comunidad cristiana, para que ejerzan fielmente su
ministerio. Oremos.
Saludo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del
Padre y la comunión del Espíritu Santo, estén con todos 2. Por los pueblos de toda la tierra, para que conserve en
ustedes. ellos la paz. Oremos.
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hacemos con un profundo espíritu de alabanza y agradeci- 5. Por todos los que estamos reunidos en la fe y en la caridad,
miento al Dios que se nos manifiesta con su amor y que nos para que demos con nuestra vida un firme testimonio de
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Acto penitencial: En silencio, preparémonos para celebrar Padre fiel y misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo
la Eucaristía reconociendo nuestros pecados. (Silencio). Unigénito y quisiste que tu Espíritu fuera para nosotros prin-
cipio de vida, constructor de unidad y fuente de amor, escucha
a
– Tú que eres el camino que conduce al Padre: Señor, ten nuestras oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
piedad.
* * *
– Tú que eres la verdad que ilumina los pueblos: Cristo, ten
piedad.
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Oración Colecta (ver Misal Romano). Oración después de la Comunión (ver Misal Romano).
* * * Bendición solemne Tiempo Ordinario VI (ver Misal Romano).
de
6
Moniciones
14 de junio de 2020 1. Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor,
11o Domingo Ordinario aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división
y escuche sus plegarias. Oremos.
Saludo: La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y 2. Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de
de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes. nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé
sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia
B
(– Dios nos ha llamado a formar parte de su pueblo, de su el pueblo que tienen encomendado. Oremos.
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Acto penitencial: En la presencia siempre misericordiosa de aquí en su nombre, por nuestro párroco (y sus vicarios), para
Dios, en silencio reconozcamos que somos pecadores y arre- que escuche nuestras oraciones y le sean siempre agradables.
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– Tú que nos llamas a ser tu pueblo santo: Señor, ten piedad. Dios nuestro, que nos has elegido como reino de sacerdotes,
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piedad. * * *
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Dios todopoderoso tenga misericordia… Oración sobre las Ofrendas (ver Misal Romano).
Oración Colecta (ver Misal Romano). Padrenuestro: Fieles a la recomendación del Salvador y
siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
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* * *
Oración después de la Comunión (ver Misal Romano).
1a lectura (Éxodo 19, 2-6): Hace muchos siglos, el pueblo de
de
Israel, liberado de la esclavitud de Egipto, recibió la llamada Oración sobre el Pueblo n. 5 (ver Misal Romano).
de Dios para que fuera su pueblo y siguiera el camino que él
le señalaba. Jesucristo, en el evangelio, nos invitará también a Despedida: Pueden ir en paz.
reconocer la vida nueva que él nos ofrece.
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Credo.
ía
7
Moniciones
21 de junio de 2020 Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
120 Domingo Ordinario
1. Por la Iglesia. Para que dé siempre un buen testimonio del
amor y la misericordia de Dios. Oremos.
Saludo: El Señor, que dirige nuestros corazones para que
amemos a Dios, esté con todos ustedes. 2. Por los que son perseguidos a causa de su fe. Para que se
B
celebración con espíritu de fe y de acción de gracias). y del bienestar de todos los hombres. Oremos.
Acto penitencial: El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de 4. Por los refugiados, que han tenido que dejar su patria. Para
la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. que encuentren lugares más seguros para vivir y desarrollarse.
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5. Por los papás. Para que den buen testimonio en todas partes
– Tú que has sido enviado para sanar a los contritos de cora- del amor del Padre por nosotros, especialmente en su familia.
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– Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten 6. Por nosotros. Para que vivamos con un espíritu siempre
a
a Dios que lo proteja de los que lo persiguen. El profeta, Padrenuestro: Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos
como Jesús en el evangelio, proclama su total confianza en la confiadamente la oración que Jesús nos enseñó:
salvación de Dios.
co
del pueblo y disco compacto (MP3), con 405 cantos para las diversas celebra-
ciones de Cuaresma, Semana Santa, Pascua y Tiempo Ordinario.
Credo.
8
Moniciones
28 de junio de 2020 2. Por nuestros países de América. Que no olviden nunca los
13er Domingo Ordinario valores cristianos de paz, concordia, fraternidad, atención a
los pobres y los débiles y la acogida a los que buscan una
vida más digna. Oremos.
Saludo: La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios Padre, y
de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes. 3. Por los que sufren por la enfermedad o la vejez. Que puedan
vivir con buen ánimo su debilidad, y no les falte la fortaleza de
B
(– En este domingo, prestemos especial atención a la segunda Dios ni la compañía de los hermanos. Oremos.
lectura. En ella san Pablo nos hablará del Bautismo, por el
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cual fuimos sepultados con Cristo en su muerte, para nacer a 4. Por todos nosotros. Que vivamos con un espíritu siempre
una nueva vida. No tendríamos que olvidarlo nunca. Si esta- abierto al amor de Dios y demos testimonio de él en toda oca-
na
mos bautizados, debemos vivir como tales, es decir, muy uni- sión. Oremos.
dos a Jesús e intentando actuar como él lo hacía).
Escucha, Padre, las plegarias que te hemos presentado, y
Acto penitencial: Dispongámonos a iniciar nuestra celebra- también por todas las que cada uno de nosotros lleva en su
P
ción poniéndonos ante Dios y reconociendo que a menudo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
no somos fieles a nuestro compromiso bautismal. (Silencio).
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* * *
– Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor,
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– Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten Prefacio II para los Domingos del Tiempo Ordinario (ver Misal
a
piedad. Romano).
– Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo santo: Padrenuestro: Antes de participar en el banquete de la Euca-
Señor, ten piedad. ristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna,
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Credo.
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* * *
te
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos. del pueblo y disco compacto (MP3), con 405 cantos para las diversas celebra-
ciones de Cuaresma, Semana Santa, Pascua y Tiempo Ordinario.
1. Por el Papa Francisco, que ayer cumplió 28 años de su orde-
nación episcopal. Que sea un buen guía de la comunidad de Suplemento de Misa dominical,
los seguidores de Jesús, y nos ayude a todos a vivir con alegría sección de la revista ACTUALIDAD LITÚRGICA.
el camino del Evangelio. Oremos. OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A.C.
Apartado M-2181 - 06000, Ciudad de México.
Tel. 55 5546 4500
Llama s/c: 800 5024 090 - www.buenaprensa.com
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Éste y otros muchos los puede encontrar en el libro Escucha, Señor, nuestro canto, de Buena Prensa, Tomo 2,
p. 277, n. 243.
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Éste y otros muchos los puede encontrar en el libro Escucha, Señor, nuestro canto, de Buena Prensa, Tomo 2,
p. 286, n. 252.
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Éste y otros muchos los puede encontrar en el libro Escucha, Señor, nuestro canto, de Buena Prensa, Tomo 2,
p. 171, n. 148.
12
Actualidad Litúrgica.
Boletín de la Comisión Episcopal
para la Pastoral Litúrgica de México.
Apartado M-2181. 06000
Ciudad de México
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