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CAPITULO DEL LIBRO “LOS COCODRILOS NO PIENSAN” DE ERIC BARET 1994

(Reflejos del tantrismo de Cachemira)


EL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
P.¿este aproximamiento corporal (el yoga de cachemira) puede ayudar a las personas
que sufren de esquizofrenia, psicosis?

R. Cuando un nuevo caso llega a un hospital psiquiátrico el efecto producido sobre su


nuevo ambiente (poco importa que sea esquizofrénico, psicótico, mongólico u otro) es
muy visible.
Ya que un esquizofrénico puede ser afectado por la violencia de su ambiente el puede
serlo igualmente por la relajación de su ambiente.
Esto prueba que sienten las emociones. Todo lo que puedes hacer cuando tienes un
paciente con el que la comunicación verbal y el contacto corporal son imposibles , es
poner tu corporalidad en estado de abertura.
Cuando te presentas ante el paciente en un estado de profundo desnudamiento, toda
tu estructura solo es vibración. Pero el miedo y la ansiedad deben desaparecer
totalmente, para que solo quede este estado de vibración. Esto resonara en el
paciente. Como el cuerpo funciona por mimetismo es la única cosa eficaz. Situar 230
enfermos mentales en un mismo instituto puede estar justificado por razones
económicas, pero a nivel terapéutico es catastrófico.
Un esquizofrénico profundo, evolucionando en un ambiente equilibrado, mantendrá
posiblemente toda su vida su funcionamiento de esquizofrenia, peor el podrá
encontrar un apaciguamiento que le seria imposible de encontrar en un ambiente
agitado. Es un problema social. En calidad de terapeuta, cuanto menos sea posible ese
contacto exterior para el paciente, mas debe darse a esa sensibilidad interior. Es tu
abertura, tu relajamiento, lo que cuestionara la retracción. Hasta un cierto punto, la
esquizofrenia y otras enfermedades mentales son una forma de contracción debido a
la imposibilidad de comunicar.
Dandote a tu apertura, el paciente a un nivel inconsciente, sentira que no le juzgas, no
le analizas, no le condenas. Eres apertura. Es la única terapia activa con el miedo. La
esquizofrenia es el miedo. Cuando alguien tiene miedo, es tu no miedo el que le lleva a
dejar su problemática. Esta forma de mimetismo permite a la tensión relajarse. Esto es
cierto para todos los seres que nos encontramos. A mas el encuentro exterior es
atenuado, mas debe desarrollarse la sensibilidad interior.
La mayor sensibilidad corporal y motriz de los mongólicos, sugiere un aproximamiento
distinto al de los esquizofrénicos. El movimiento afecta profundamente el mecanismo
respiratorio, a menudo ellos respiran en el espacio naturalmente. La forma de la
terapia tiene poca importancia. Es imperativo que el terapeuta quede fuera del
problema. Laing y Bettelheim obtuvieron resultados gracias a sus momentos de
escucha. Cuando se aborda un autista o un esquizofrenico, desde el saber, las
clasificaciones hay restricción. Si interpretas a un paciente ejerces una forma de
violencia. Es necesario aceptarlo, amarlo. Solo asi el paciente puede abrirse. En ese
momento las intuiciones vienen. Mirarlo como mirarías una obra de arte. Si lo sientes
desequilibrado es una falta de visión. La esquizofrenia es una tentativa de la salud que
se busca. Es un movimiento hacia la salud. La escucha de un esquizofrenico es terapia.
Cuando ele sta 50 años en instituciones donde el es abordado a base de juicios, nada
puede evolucionar, las enfermedades mentales y otras son en perpetuo cambio. Mira
como la gente se sostiene, respira, hay continua transformación. Son cambios a penas
perceptibles. Cuando un paciente puede ejecutar algunos trazos sobre papel de
detecta fácilmente la variación. Pocas terapeutas tienen la capacidad de captar la
sutilidad de sus gestos internos y externos, requiera una total abdicación de toda
referencia y saber personal.
Un terapeuta debe poder sentir e la esquizofrenia, el mongolismo, sentirse
esquizofrénico, mongólico, esta capacidad es esencial para cuidar, pero demanda que
el terapeuta tome el riesgo de perderse para poder encontrar mejor a su paciente.
Con un esquizofrénico si te entregas a la sensibilidad corporal ves el mundo como e. Tu
creatividad te trae a una terapia discreta, imperceptible, pero será una verdadera
terapia. Devienes como el paciente. Corporalmente hay que entregar tu corporalidad a
la locura. Sentirla a nivel de movimiento, moverse como los pacientes. Experimentas
como la articulación es tensa o demasiado relajada, como los mongólicos por ejemplo.
Sientes la forma de la cara, por que un mongólico tiene tales formas y otros enfermos
se expresan distinto corporalmente. A raíz de sentir, pasan cosas importantes y
pueden ser consumadas sin nada a comprender ni interpretar. Es un descubrimiento
sin limites y jamás adquirido. El enfermo mental nos ayuda a reencontrar en nosotros
esa posibilidad de descubrir y experimentar. En un ambiente determinado devenimos
ese ambiente. Así es como el enfermo puede aceptarte. Los enfermos no aman a los
médicos. A menudo los médicos o terapeutas del tipo que sean representan una forma
de violencia para ellos. Un terapeuta autentico tiene la posibilidad interior de devenir
como su enfermo. Si el enfermo se siente excluido de la salud y que el terapeuta o la
medicina permanecen siempre como cuidándole, esto no puede funcionar. Dale a un
esquizofrénico la oportunidad de curarte y algo pasara en el. Es casi invisible del
exterior pero se siente. Una teoría no cura jamás, toda teoría es discutible. El
verdadero tratamiento proviene de la aceptación de no saber nada y vivir en osmosis,
sin juicio, en la no diferencia con el paciente. Pero un psiquiatra que se mantiene solo
en psiquiatra no puede entrar en ese mundo. Solo puede interpretar los dibujos de
superficie y reducir el funcionamiento mental y físico de los pacientes con medicación.
Un psicótico tiene una respiración reprimida, cerrada. Cuando les dices que respiren
en un gran espacio, en una gran anfora delante de ellos, se obtienen rápidos
resultados. Es necesario que tengan una cierta capacidad de comprender
conceptualmente, Si no, hazlo junto a ellos. Siéntate al lado de una persona que este
completamente en su mundo y visualiza una anfora muy grande delante de ti y respira
en esa anfora. Cuando tu visualización es muy concreta rompes el anfora y sustituyes
el espacio. Permanece 10’ asi en silencio y luego quita la imagen y respira en el
espacio. Cuando mires de nuevo al paciente veras el cambio. Se puede transmitir un
arte sin palabras, por mimetismo. Cuanto mas se abre el psicótico más puedes hacer
intervenir otros elementos exteriores. Pero es siempre la misma actitud, la misma
orientación.

P. Escuchándote tengo la tentación de huir. Es interesante lo que dices, pero me


pregunto como puedo llegar a tal abertura en un contexto hospitalario en una sala con
40 pacientes llenos de miedo y violencia. ¿Cómo se hace?
R. Si en el ambiente del que hablas, pones a uno en crisis, todos serán afectados.
Actuar en una persona o en 100 es lo mismo. Solo tu apertura interior puede tener un
efecto. Que sea global o individual es espontaneo. Puedes estar lejos de la sala, en tu
despacho y ponerte en un estado de apertura y la sala es transformada. La apertura no
la delimitan los muros. Hazlo primero sin la presencia del paciente. El hecho de ser feliz
o infeliz atraviesa los muros. Cuando estés preparado para retornar al circo, mira que
pasa, no en ellos, en ti. Mira cuando el miedo llega, cuando la reacción al sistema
hospitalario interviene. Siente cuando la reacción a la violencia del personal y de los
psicóticos se presenta en ti. Si es muy intensa retorna a tu despacho y permanece
hasta que puedas volver a entrar en la sala y permanecer completamente disponible a
esta violencia. Es la única cosa que puedes hacer. O haz como Laing: coge unos
cuantos y vive con ellos. No todo el mundo puede hacer esto. Un médico funcionario
apresurado no puede cumplir una verdadera misión terapéutica. Solo un amor
inmenso de su función y de sus pacientes y una vida centrada en esta exploración
permiten que esto acontezca. La valoración exterior de su éxito no será forzosamente
visible ni codificable por los criterios pseudo objetivos de la Psiquiatría oficial. A
menudo el paciente percibirá un cambio. Su terapeuta lo detectara también en
ínfimos detalles, que su escucha no orientada a la productividad le permitirá percibir.
O entonces aceptas que los pacientes permanecerán toda la vida asi, lo que hacen la
mayoría de establecimientos, como no piensan que pueda haber cambios, alimentan a
sus pacientes , los calman. Pero alguien sensible no acepta esto. En la medida en que
tus propios miedos sean abdicados, todo el entorno se impregnara. No puedes hacer
mas. Ese miedo sentido en ese espacio se transforma en no miedo. Desde el momento
en que reaccionas te conviertes en cómplice de la violencia. Pero esto se puede hacer
a distancia. Por la noche, en casa, te quitas las ropas, te estiras en la cama y dispones
tu cuerpo a una dilatación total. En ese momento, tus pacientes, tus amigos, tu familia,
te visita, es el momento mas importante del día, cuando la imagen, el sabor del
paciente te visita, absórbelo en tu respiración (aliento, Baret distingue respiración y
aliento) en tu radiación , mécelo y el aliento disolverá esa sensación. Es el trabajo de
un terapeuta. No se hace solamente cuando te reúnes con el paciente. Hace falta una
repetición frecuente de estos elementos para que el efecto sea sustancial. El paciente
no te visitara mas y vendrá otro. No busques retener ninguno ni atraer ninguno si no
es de tu red o grupo. Esto es orgánico. Al principio requerirá un tiempo, luego es muy
rápido. Piensas en una persona un cierto ritmo se pone en marcha , se impone la
imagen de otro amigo y el ritmo cambia espontáneamente. Se descubre
orgánicamente. La lejanía física no impide nada. Cuando dejas el hospital, no dejas
nada, sino es imposible una terapia. No hay que tener nociones, clasificaciones, ver
como esto funciona y ser totalmente concreto.
El mundo de los esquizofrénicos o el de algunos niños que experimentan ciertos
desequilibrios no puede ser alcanzado desde el punto de vista del estado de vigilia,
interpretarlo desde ahí es una falta de perspectiva. Un terapeuta con problemas
buscara seguridad imaginando comprender a sus pacientes. Lo que predispone a
menudo al estudio de las enfermedades mentales, es la esperanza de encarar tus
propios desequilibrios. Debes aceptar que no sabes nada, que no hay nada a saber, por
que un ser humano no puede comprenderse jamás. Comprender un ser humano es
proyección. Disponible acompañas al paciente, trabaja con mongólicos, ellos lo sienten
muy bien.
Piensa, sin reencuentro físico, uno o dos meses con un mongólico, y si después lo
encuentras comprobaras el cambio. Con los esquizofrénicos será igual pero su
expresión será menos demostrativa. Hay que aceptar totalmente la violencia del
entorno. Mientras encuentres pésima la violencia de un hospital, ninguna terapia será
posible. Trabajes en un hospital o en una prisión, abdica de todo comentario, si no no
podrás hacer nada, es mejor no ir. Cuando trabajamos en una prisión, no nos referimos
a ninguna opinión o juicio. Es la opinión, el juicio, el que precipita a veces la
esquizofrenia. Esto puede requerir un tiempo de preparación. Por la mañana en tu
sillón, haz el cuerpo disponible antes de ir a la prisión o aun hospital donde los casos
son dramáticos. Mentalmente conduces hasta el hospital, pasas las puertas de
seguridad, tomas el ascensor, llegas a la planta y te encuentras en la sala de pacientes.
Parece difícil, sientes el olor, el sentimiento de desgracia: es una reacción. Entonces de
nuevo, vuelves mentalmente a tu sillón y te das a una gran relajación. Sientes la
vibración del cuerpo y solamente con esta sensación, sin cuerpo físico, vas a la puerta,
bajas escalera, entras mentalmente en la sala , sentirás la violencia, pero la sensación
solo será una caricia. Permanecerás completamente en esa apertura, solo serás
mirada, estas preparado a ir físicamente a todos esos sitios. Es justificado abordar así
una situación hasta que no hay más reacciones psicológicas.
P. ¿Se puede hacer esta visualización para un país que tiene necesidad de ayuda, que
está en guerra?
Si el país te lo pide si. Cuando alguien tiene necesidad de ti, lo sabes. Cuando
encuentras un paciente si lo puedes ayudar lo sabes. Si en tu tranquilidad eres visitado
por el sentimiento de una región del mundo en sacudida, tu sensibilidad no conceptual
participara espontáneamente al aclaramiento de la situación. No debe ser una decisión
personal. No debes convertirte en un profesional de la ayuda, seria una forma de
violencia. Nunca ayudes pensando cambiar las cosas, hazlo participando en el
movimiento sin juicio. Que violencia necesaria para detener la violencia de una
guerra!. No puedes juzgar globalmente la situación, querer parar la violencia es una
forma de violencia. Desde el punto de vista humano no puedes conocer la actitud
justa. Como humano no te corresponde decidir que se debe hacer. Solo acompañar las
cosas. Si un país vive un cataclismo, acompáñalo interiormente. La guerra es como un
tumor, un proceso de limpieza. Esto no quiere decir que la promuevas, pero cuando
esté debes participar a su eclosión hasta que se elimine. Querer parar cualquier cosa
es una forma de violencia. Muchos países han parado guerras, para instaurar
regímenes que han sido peores. Si te pones en apertura, con tu cuerpo muy disponible,
y eres visitado por regiones con terremotos o masacres, es muy posible colaborar con
tu corazón y tu aliento, involuntariamente, invitado por la desgracia. Querer ir a un
cataclismo es a veces una fuga de tu desastre interior. El que vuelve del problema lo
traerá de vuelta, aunque aparezca como generosidad o abnegación. No te conviertas
en un profesional de la ayuda a otros.

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