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TALLER DE DERECHO PROBATORIO

INERROGANTES DE LA PRUEBA INDICIARIA


PARTE No 1.

HECHO BASE HECHO MOSTRADO

MENTALMENTE HACE EL ENGARCE SUBJETIVIDAD DEL JUEZ

¿SE PUEDE O NO DECIR QUE EL - SI X


¿ENGARCE ES SUBJETIVO? O
- NO

RAZONE LA RESPUESTA

Si es subjetivo ya que el juez tiene libre albedrio y por medio del hecho base y hecho
mostrado puede llegar a la certeza del hecho cometido
________________________________________________________________________________
PARTE No. 2

(PREDICADO DE LA PRUEBA INDICIARIA).

PRIMERA PREGUNTA:
¿QUÉ PUEDE HACER USTED CON LO ANTERIOR?

Buscar pruebas como informes, periciales


SEGUNDA PREGUNTA: ¿DE DÓNDE SALE?
De actividades probadas anteriores del sujeto que nos hace presumir los hechos actuales

TERCERA PREGUNTA:

¿CÓMO UNE USTED? ¿CUÁLES SON LOS INGREDIENTES? Investigación, peritos, pruebas y
expertos

CUARTA PREGUNTA:
A). CONJETURA
¿QUÉ ES? B). SOSPECHA
C). DATOS EQUIVOCOS
RESPUESTA: A) CONJETURAS
PARTE No. 3
PRUEBA DE INDICIOS
HECHOS: La propietaria de un establecimiento, que dentro de sus actividades estaba la de
comprar bienes con pacto de retroventa, denuncia que los ladrones entraron al establecimiento
por una casa vecina de propiedad de la misma y que los inquilinos fueron amordazados. Que
durante tres horas los ladrones forzaron las seguridades de la compraventa incluidas las cajas
fuertes y que se llevaron todos los objetos.
¿Qué hechos aparecen demostrados?:
A). La existencia de un hueco en la pared de la casa ocupada por los inquilinos, que daba al
establecimiento de comercio y que fue aprovechado por los supuestos ladrones para ingresar al
mismo. (Hecho que la defensa denominó de facilitación del ilícito).
B). Haber cambiado la propietaria del establecimiento, los contratos con sus prestatarios,
para incluir una cláusula de no responsabilidad civil en los casos de atraco, incendio, inundación
(modificación del contrato de compraventa).
C). Que la propietaria del establecimiento realizó una labor de persuasión con sus clientes a
fin de que dejaran los bienes más tiempo, cuando ya se había cumplido el plazo para la resolución
del contrato (conservación de los bienes).
D). Se interceptó una conversación telefónica entre uno de los hijos de la dueña del
establecimiento y un individuo que informa que las joyas ya fueron fundidas; además, la
propietaria negoció oro con posterioridad a los hechos descritos (tenencia material de los bienes
objeto del ilícito).
E). Se probó por medio de prueba pericial que las cajas fuertes no fueron violentadas en su
seguridad y que los únicos que tenían la clave eran los hijos y la dueña del establecimiento
(presencia en el lugar de los hechos).
R) Los hechos demostrados para nuestro criterio seria la opción A
PARTE No. 4
OBSÉRVESE CÓMO OPERAN LAS REGLAS DE LA EXPERIENCIA:
SEÑALE CON UNA X LA OPCION QUE ESCOJA:

A). No es normal que quien tiene un negocio con tantas joyas y objetos, deje un boquete o
hueco del nombrado que permite con la mayor facilidad, ingresar al establecimiento:
-¿culpa o
-simplemente para simular el hurto?
B). Modificación del contrato de compraventa:
-para protegerse
-porque pretendía apoderarse de los bienes sin responsabilidad
-por simplemente mantener el contrato y ganar unos intereses
-porque ya había dispuesto de los bienes o con el fin de apoderarse de ellos
C). -¿Es negocio fundir las joyas?
-o para que no fueran identificadas por sus propietarios
D). -¿Pudieron los ladrones haber empleado otro método para abrir las cajas
-Fue un acto de violencia x

PARTE No. 5
COLORIDO DEL HECHO INDICIO

Cuando la propietaria cambia los contratos con sus prestatarios para incluir una cláusula de
no responsabilidad civil en casos de atraco, incendio, inundación…, sin tener Usted en cuenta nada
más que ese hecho, ¿qué concluye?
No se le puede acreditar nada a la propietaria ya que no se conocen más hechos se tendría
que investigas si hay evidencias que pudiesen demostrar tal presunción

Teniendo en cuenta el resto de hechos, ¿qué concluye?, y ¿en qué momento su neutralidad
(o no colorido), toma tonalidad?
La existencia de un hueco en la pared de la casa ocupada por los inquilinos, que daba al
establecimiento de comercio y que fue aprovechado por los supuestos ladrones para ingresar al
mismo. Esto me indica que los ladrones usaron otro método.

PARTE No. 6
Forma de ingreso del indicio al proceso
Conteste: ¿Cómo ingresa el hecho indicio al torrente probatorio?
Conteste: a). Es una intuición?
b). Es una elucubración?
c). ¿Es realmente un hecho?

Escoja una opción y en el evento de escoger que es un hecho explique el interrogante de la


primera parte de este taller.
R) Es realmente un hecho

¿Se puede utilizar prueba ilícita?.


R) no

Parte No. 7
REGLAS DE LA SANA CRÍTICA

A. Tarifa Legal ( X)
REGLAS DE LA SANA CRITICA B. Significa sin control
C. Con control: discrecionalidad
reglada

Señale con una X la opción que escoja y en cinco (5) renglones explique el
porqué de su escogencia.

La Sana Critica es la actividad intelectual para la correcta apreciación de las


pruebas, con sinceridad y buena fe, Sinónimo de lógica interpretativa, Combinación de
criterios lógicos Combina y valora, Lógica Máxima experiencia y Conocimientos
científicamente afianzados. Sana crítica. Unas y otras contribuyen de igual manera a que
el juez pueda analizar la prueba con arreglo a la sana razón y a un conocimiento
experimental de los casos.

Parte No.8
¿Qué rastros, vestigios o huellas, encuentra Usted en la lectura "El perro y
el caballo", del Zadig de Voltaire?

EL PERRO Y EL CABALLO
(DEL “ZADIG” DE VOLTAIRE)

Zadig pudo comprobar, como está escrito en el libro de los Zen, que el
primer mes de matrimonio es la luna de miel y el segundo la luna de
ajenjo. Al poco tiempo de repudiar a Azora, con la que se le había
llegado a hacer la vida imposible, buscó la felicitad en el estudio de la
naturaleza. “Nadie vive tan dichoso –pensaba- como el filósofo que se
ocupa de leer el gran libro que Dios ha desplegado ante nuestros ojos.
Las verdades que descubre le pertenecen. Así alimenta y perfecciona su
espíritu. Vive tranquilo, no teme nada de los hombres y su amante esposa
no viene a cortarle la nariz”. Sumido en estas ideas, se retiró a una
casa de campo en las orillas del Éufrates. Allí no se preocupaba de
calcular las pulgadas de agua que pasan en un segundo bajo los arcos de
un puente o si caía una medida más de lluvia en el mes del ratón que en
el mes del carnero. No se dedicaba a pensar cómo se hacía seda con telas
de araña o porcelana con botellas rotas, sino que se dedicó a estudiar
las propiedades de animales y plantas, de forma que pronto adquirió una
sagacidad que le mostraba mil diferencias donde los demás hombres no
veían nada que no fuese uniforme.

Cierto día mientras paseaba junto a un bosquecillo, vio que corría hacia
él un eunuco de la reina, seguido de varios oficiales que mostraban la
mayor inquietud y que iban de un lado para otro como hombres extraviados
que buscan algún precioso objeto perdido.

-Joven- le dijo el eunuco-, ¿no has visto el perro de la reina?

-Es una perra, no un perro- repuso modestamente Zadig.


-Tienes razón- replicó el eunuco.
-Es una podenca diminuta –añadió Zadig-; hace poco que ha tenido perros;
cojea de la pata izquierda delantera y tiene las orejas muy largas.
-Entonces la has visto –exclamó sofocado el eunuco.
-No -contestó Zadig-, no la he visto nunca, ni jamás supe que la reina
tuviese una perra.
Precisamente al mismo tiempo, por uno de esos frecuentes azares de la
fortuna, el más hermoso caballo de las caballerizas reales se había
escapado de las manos de un palafrenero por las llanuras de Babilonia.

El montero mayor y sus oficiales lo buscaban con la misma inquietud con


que el eunuco buscaba la perra. El montero se acercó a Zadig y le
preguntó si había visto pasar el caballo del rey.

-Es el caballo que mejor galopa –repuso Zadig-; tiene cinco pies de alto,
sus cascos son diminutos: lleva una cola de tres pies y medio de largo,
las cabezas de sus bocados son de oro de veintitrés quilates y sus
herraduras son de plata de once denarios.

-¿Qué camino ha tomado? ¿Dónde está –suplicó el montero mayor?

-No lo he visto –respondió Zadig-, y nunca he oído hablar de él.

El montero mayor y el eunuco no dudaron que Zadig había robado el caballo


del rey y la perra de la reina. Por ello lo condujeron ante la asamblea
del gran desterham, que lo condenó al knut y a pasar el resto de sus días
a Siberia. Apenas emitido el juicio, aparecieron el caballo y su perra.

Los jueces se vieron en la dolorosa necesidad de reformar su veredicto,


pero condenaron a Zadig a pagar cuatrocientas onzas de oro por haber
afirmado que no había visto lo que sí había visto. Fue preciso ante todo
pagar esa multa, después de lo cual se permitió a Zadig defender su causa
en el consejo del gran desterham. Habló en estos términos:
-Estrellas de justicia, abismos de ciencia, espejos de la verdad, que
tenéis la ponderación del plomo, la firmeza del hierro, el brillo del
diamante y gran afinidad con el oro, puesto que se me permite hablar ante
esta augusta asamblea, os juro por Orosmade que no he visto jamás la
respetable perra de la reina, ni el sagrado caballo del rey de los reyes.
Os diré lo que ocurrió: me encontraba paseando por el bosquecillo donde
posteriormente encontré al venerable eunuco y al ilustrísimo montero
mayor, cuando vi sobre la arena las huellas de un animal y no me fue
difícil advertir que eran de un perrillo. Unos ligeros y alargados surcos
marcados sobre unas pequeñas eminencias de arena entre las huellas de las
patas, me han hecho conocer que se trataba de una perra cuyas mamas iban
colgando y que por consiguiente, había tenido perros tan sólo hacía unos
días. Otros rasgos en sentido distinto, que parecía ir igualando la
superficie de la arena a ambos lados de las patas delanteras me mostraron
que la perra tenía las orejas muy largas, y como finalmente advertí que
la arena estaba menos hundida por una pata que por las otras tres, he
comprendido que la perra de nuestra augusta reina era, si me es permitido
decirlo, un poco coja. En cuanto al caballo del rey de los reyes os diré
que, paseando por los caminos del bosque, vi las huellas de las
herraduras de un caballo, las cuales estaban todas a la misma distancia.
Aquí tenemos, me dije, un caballo de galope perfecto. En un estrecho
camino que sólo tiene siete pies de anchura, el polvo de los árboles
había sido ligeramente sacudido, a derecha e izquierda, a tres pies y
medio del centro del camino. “Este caballo –pensé- tiene una cola de tres
pies y medio, la cual con sus movimientos de izquierda a derecha, ha
arrebatado este polvo”. He visto bajo los árboles, que formaban una
glorieta de cinco pies de altura, las hojas de las ramas recién |
arrancadas, y he comprendido que el caballo había tocado en ellas, y, por
consiguiente, medía cinco pies de alto. Se que su bocado es de oro de
veintitrés quilates porque ha frotado las cabezas del mismo contra una
piedra de toque, que yo he examinado. Por fin, de las señales que sus
herraduras han dejado sobre los guijarros he deducido que estaba herrado
con plata de once denarios.

Todos los jueces admiraron el discernimiento profundo de Zadig y su fama


llegó hasta el rey y la reina. No se hablaba más que de Zadig en las
antecámaras, en la cámara y en el camarín, y aunque algunos magos
opinaron que se le debía quemar por hechicero, el rey ordenó que se le
devolviera la multa de las cuatrocientas onzas de oro a que había sido
condenado. El escribano, los alguaciles, los procuradores fueron a su
casa con gran aparato a devolverle las cuatrocientas onzas. Solamente se
quedaron con trescientas noventa y ocho para los gastos de la justicia. Y
sus criados también pidieron honorarios.

Zadig pudo ver cuán peligroso es, a veces, ser demasiado listo, y se
propuso para la primera ocasión no decir ni palabra de lo que viera.

Pronto llegó esa ocasión. Un prisionero de estado se escapó y pasó por


bajo las ventanas de su casa. Interrogaron a Zadig. No contestó, pero le
demostraron que había mirado por la ventana. Se le condenó por tal crimen
a quinientas onzas de oro, y agradeció la indulgencia de los jueces,
según la costumbre de Babilonia.

“¡Gran Dios! –se decía-, cuánto hay que lamentarse cuando uno se pasea
por un bosque por donde han pasado la perra de la reina y el caballo del
rey! ¡Qué peligroso es asomarse a la ventana! ¡Y qué difícil ser dichoso
en la vida!.

Joven- le dijo el eunuco-, ¿no has visto el perro de la reina?

-Es una perra, no un perro- repuso modestamente Zadig.


-Tienes razón- replicó el eunuco.
-Es una podenca diminuta –añadió Zadig-; hace poco que ha tenido perros;
cojea de la pata izquierda delantera y tiene las orejas muy largas.
-Entonces la has visto –exclamó sofocado el eunuco.
-No -contestó Zadig-, no la he visto nunca, ni jamás supe que la reina
tuviese una perra.
“DARÍA TODO LO QUE SÉ POR LA MITAD DE LO QUE IGNORO”
RENE DESCARTES
R)
 Es una perra
 Cojea de la pata izquierda
 Tiene las orejas muy largas
 Es una podenca diminuta
vi sobre la arena las huellas de un animal y no me fue difícil advertir que eran de un
perrillo. Unos ligeros y alargados surcos marcados sobre unas pequeñas eminencias
de arena entre las huellas de las patas, me han hecho conocer que se trataba de una
perra cuyas mamas iban colgando y que, por consiguiente, había tenido perros tan
sólo hacía unos días. Otros rasgos en sentido distinto, que parecía ir igualando la
superficie de la arena a ambos lados de las patas delanteras me mostraron que la
perra tenía las orejas muy largas, y como finalmente advertí que la arena estaba
menos hundida por una pata que por las otras tres, he comprendido que la perra de
nuestra augusta reina era, si me es permitido decirlo, un poco coja.

 Es el caballo que mejor galopa


 Tiene cinco pies de alto, sus cascos son diminutos
 Lleva una cola de tres pies y medio de largo
 Las cabezas de sus bocados son de oro de veintitrés tres kilates
 Sus herraduras son de plata de once denarios
paseando por los caminos del bosque, vi las huellas de las herraduras de un caballo,
las cuales estaban todas a la misma distancia. Aquí tenemos, me dije, un caballo de
galope perfecto. En un estrecho camino que sólo tiene siete pies de anchura, el
polvo de los árboles había sido ligeramente sacudido, a derecha e izquierda, a tres
pies y medio del centro del camino. “Este caballo –pensé- tiene una cola de tres pies
y medio, la cual, con sus movimientos de izquierda a derecha, ha arrebatado este
polvo”. He visto bajo los árboles, que formaban una glorieta de cinco pies de altura,
las hojas de las ramas recién |arrancadas, y he comprendido que el caballo había
tocado en ellas, y, por consiguiente, medía cinco pies de alto. Se que su bocado es
de oro de veintitrés quilates porque ha frotado las cabezas del mismo contra una
piedra de toque, que yo he examinado. Por fin, de las señales que sus herraduras
han dejado sobre los guijarros he deducido que estaba herrado con plata de once
denarios.
es una novela breve de corte filosófico con un pasaje que parafrasea el cuento de
los príncipes de Serendib, tomado del original veneciano del siglo XVI. En el capítulo
III, El perro y el caballo, el autor francés presenta al noble Zadig como un sagaz
investigador capaz de emplear el método deductivo para descubrir las
características físicas de un perro y un caballo perdidos. Es tan exacta la descripción
de estos a partir de las huellas que ha dejado cada uno, que se le acusa de haberlos
robado. Zadig es conducido ante el monarca, que se deslumbra al develarse la
manera en que el protagonista ha hecho sus descubrimientos. Al final, Zadig es
recompensado

BACHILLER VIVIAN MENDOZA CI-13.472.528


RICHARD ARAQUE 14.758.829
GENESIS MORALES 27.903.273

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