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Trastorno depresivo persistente, también llamado distimia, una forma de depresión

continua y a largo plazo (crónica). Es posible que pierdas interés en las actividades
normales de la vida cotidiana, que te sientas desesperanzado, que te vuelvas
improductivo y que tengas baja autoestima y una sensación general de ineptitud. Estos
sentimientos duran años y pueden afectar en gran medida tus relaciones y tu desempeño
en la escuela, en el trabajo y en las actividades diarias.
Si tienes trastorno depresivo persistente, es posible que te resulte difícil sentirte
optimista incluso en ocasiones felices. Puede que te describan como pesimista o
negativo, que crean que te quejas todo el tiempo o que eres incapaz de divertirte.
Aunque el trastorno depresivo persistente no es tan grave como la depresión mayor, tu
estado de ánimo deprimido actual puede ser leve, moderado o grave.
Debido a la naturaleza crónica del trastorno depresivo persistente, sobrellevar los
síntomas de la depresión puede resultar difícil, pero una combinación de sesiones de
terapia comunicativa (psicoterapia) y medicamentos puede ser eficaz para tratar esta
afección
Factores de riesgo
Por lo general, el trastorno depresivo persistente comienza temprano (en la niñez, la
adolescencia o los primeros años de la adultez) y es crónico. Ciertos factores parecen
aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenar el trastorno depresivo persistente,
incluidos los siguientes:
Tener un familiar de primer grado que padezca un trastorno depresivo mayor u otros
trastornos depresivos
Atravesar situaciones traumáticas o estresantes, como la pérdida de un ser querido o
problemas financieros
Tener rasgos de personalidad que implican negatividad, como baja autoestima y ser
demasiado dependiente, autocrítico o pesimista
Tener antecedentes de otros trastornos de salud mental, como un trastorno de
personalidad
Complicaciones
Las situaciones que pueden estar relacionadas al trastorno depresivo persistente son las
siguientes:
Mala calidad de vida
Depresión mayor, trastornos de ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo
Abuso de sustancias
Relaciones difíciles y conflictos familiares
Problemas en la escuela y el trabajo y reducción de la productividad
Dolor crónico y enfermedades en general
Pensamientos o comportamiento suicidas
Trastornos de personalidad y otros trastornos de salud mental

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