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EL ZORRO Y LAS GALLINAS

Había una vez un zorro que estaba obsesionado


con los huevos de las gallinas, era su plato
favorito. Siempre andaba rondando por los
gallineros en busca de su apreciado botín, en
especial en uno. En este gallinero, las gallinas
indefensas veían como cada noche el zorro se
llevaba sus huevos, y si no lo dejaban hacerlo,
éste las había amenazado con que se llevaría a
ellas para comérselas.
En esta granja, el dueño veía que su número de
gallinas crecía muy lentamente y que casi no
ponían huevos. Esto no le servía y pensó en
vender a todas sus gallinas. Estas al enterarse
de las intenciones del granjero decidieron trazar
un plan. Esa misma noche cuando el zorro vino a
visitarlas, le ofrecieron todos los huevos que
quisiese con tal que no se llevase a los que
estaban empollando. Al zorro le pareció una
buena oferta y durante esa noche se llevó todos
los huevos.
Al día siguiente el granjero fue al gallinero en
busca de huevos y se encontró con que no había
ninguno, sólo los que las gallinas empollaban.
Esto le sorprendió mucho y empezó a revisar
todo el gallinero en busca de alguna huella de
algún depredador. Las gallinas, corriendo el
riesgo de que el zorro cumpliese con su
amenaza, dejaron al descubierto unas huellas del
zorro para que el granjero las viese. Cuando éste
las vio, se detuvo unos segundos medio
pensativo y se fue.
Esa noche, como de costumbre, el zorro volvió
en busca de su botín. Pero al entrar en vez de
encontrarse con los huevos, se encontró con el
granjero que le apuntaba con una escopeta. Lo
último que supieron las gallinas del zorro era que
pasó a formar parte de la colección de pieles del
granjero.
Moraleja: el que mal anda, mal acaba. Aparte…
la astucia e inteligencia supera a la fuerza y
viveza.

Avivar la Llama Interior


Cuentan que un rey muy rico de la India, tenía
fama de ser indiferente a las riquezas materiales
y hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto
inusual para un personaje de su categoría.
Ante esta situación y movido por la curiosidad, un
súbdito quiso averiguar el secreto del soberano
para no dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y
los lujos excesivos que caracterizaban a la
nobleza de su tiempo.
Inmediatamente después de los saludos que la
etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó:
Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la
vida espiritual en medio de tanta riqueza?
El rey le dijo: “Te lo revelaré, si recorres mi
palacio para comprender la magnitud de mi
riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se
apaga, te decapitaré”.
Al término del paseo, el rey le preguntó: “¿Qué
piensas de mis riquezas?”
La persona respondió: “No vi nada. Sólo me
preocupé de que la llama no se apagara”.
El rey le dijo: “Ese es mi secreto. Estoy tan
ocupado tratando de avivar mi llama interior, que
no me interesan las riquezas de fuera”
Moraleja–El árbol de manzanas

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo


amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el
tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.

Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor
del enorme árbol.

Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:


“¿Vienes a jugar conmigo?” pero el muchacho contestó “Ya no soy el niño de
antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes
y necesito dinero para comprarlos”.
“Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero… Te sugiero que tomes todas mis
manzanas y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes”.
El muchacho se sintió muy feliz.
Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz.

Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a


estar triste.

Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó:


“¿Vienes a jugar conmigo?” “No tengo tiempo para jugar. Debo de trabajar para mi
familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos.
¿Puedes ayudarme?”… ” Lo siento, pero no tengo una casa, pero…tú puedes
cortar mis ramas y construir tu casa”.
El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero
el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.

Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado.


“Vienes a jugar conmigo? le preguntó el árbol. El hombre contestó “Estoy triste y
volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme
uno?”. El árbol contestó: “Usa mi tronco para que puedas construir uno y así
puedas navegar y ser feliz”. El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego
se fue a navegar por un largo tiempo.

Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: “Lo siento mucho,
pero ya no tenga nada que darte ni siquiera manzanas”. El hombre replicó “No
tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar…Por ahora ya estoy viejo”.
Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo, “Realmente no puedo darte
nada…. la única cosa que me queda son mis raíces muertas”. Y el hombre
contestó: “Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar.
Estoy tan cansado después de tantos años”. “Bueno,las viejas raíces de un árbol,
son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y
descansa”.

El hombre se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lágrimas.
Moraleja:
Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres.
Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá…

Cuando crecemos los dejamos …..sólo regresamos a ellos cuando los


necesitamos o estamos en problemas… No importa lo que sea, ellos siempre
están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Tú puedes pensar
que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros tratamos a
nuestros padres…

Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no


están, que la llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé
fuerza cuando estás cansado…

El pescador y el extranjero

Un banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pueblito costero


mexicano cuando llegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había
varios atunes amarillos de buen tamaño.
El americano elogió al mexicano por la calidad del pescado y le pregunto:
“¿Cuánto tiempo le tomó pescarlos? ”

El mexicano respondió:

“Sólo un poco tiempo”.

El americano luego le preguntó:

“¿Porqué no permaneces más tiempo y sacas más pescado?”

El mexicano dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades


inmediatas de su familia.

El americano luego preguntó:

“Pero.. ¿qué haces con el resto de tu tiempo?”

El pescador mexicano dijo:

“duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, me hecho una siesta con
mi señora, María, voy todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra
con mis amigos. Como ves tengo una vida divertida y ocupada.”

El americano replicó:

“Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deja te explico… deberías gastar más
tiempo en la pesca, con los ingresos comprar un bote más grande, con los
ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes, eventualmente
tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un
intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador, eventualmente abrir
tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la
distribución. Deberías salir de este “pinche” pueblo e irte a Ciudad de México,
luego a Los Angeles y eventualmente a Nueva York, donde manejarías tu
empresa en expansión”.

El pescador mexicano preguntó:

“Pero, ¿cuánto tiempo tarda todo eso?”

A lo cual respondió el americano:

“entre 15 y 20 años”

El mexicano:

“¿Y luego qué?”

El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte. “Cuando llegue la hora
deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu
empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones”.

El mexicano:

“Millones …¿y luego qué?”

Dijo el americano:

“Luego te puedes retirar. Te mueves a un pueblito en la costa donde puedes


dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, echar una siesta con tu
mujer, ir todas las noches al pueblo a tomar vino y tocar la guitarra con tus
amigos”.

MORALEJA: Cuantas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya


se tiene pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en
amar lo que tenemos y no sentirnos tristes por aquello que no tenemos

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