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Resumen capítulo 18

El sistema monetario internacional, 1870-1973

Los objetivos de la política macroeconómica en una economía abierta


Definidos de forma sencilla, el equilibrio interno requiere el pleno empleo de los
recursos de un país y la estabilidad interna de los precios. El equilibrio externo
se alcanza cuando la balanza por cuenta corriente de un país no presenta ni un
déficit tan elevado que el país no sea capaz de hacer frente a sus deudas
exteriores futuras, ni un superávit tan abultado que coloque a los extranjeros en
esa misma situación.
El equilibrio interno: el pleno empleo y la estabilidad de precios
Cuando los recursos productivos de un país están plenamente empleados y su
nivel de precios está estabilizado, el país se encuentra en equilibrio interno. in
embargo, si la economía de un país está «recalentada» y los recursos están
sobreempleados, también tiene lugar una mala utilización pero de diferente tipo
(aunque probablemente menos nociva). El desempleo y el sobreempleo
también provocan movimientos del nivel de precios, que reducen la eficiencia
de la economía al hacer que el valor real de la moneda sea menos seguro y,
por ello, menos útil como guía para tomar decisiones económicas.
El equilibrio externo: el nivel óptimo de la balanza por cuenta corriente
Que el comercio de una economía con el exterior cree problemas
macroeconómicos depende de varios factores, entre los que se incluyen las
circunstancias propias de esa economía, las del resto del mundo, y los
acuerdos institucionales que gobiernan las relaciones con los demás países.
Un país que se haya comprometido a mantener fijo su tipo de cambio frente a
las monedas extranjeras, por ejemplo, puede adoptar una definición de
equilibrio externo diferente de la de aquéllos que tengan tipos de cambio
flexibles.
Problemas de los déficits excesivos por cuenta corriente.
Problemas con los superávits excesivos por cuenta corriente.
La política macroeconómica internacional bajo el patrón oro, 1870-1914
El periodo del patrón oro, entre 1870 y 1914, se basó en ideas muy diferentes
sobre la política macroeconómica internacional que aquéllas que han formado
la base de los sistemas monetarios internacionales en la segunda mitad del
siglo XX.
Los orígenes del patrón oro
El patrón oro tuvo su origen en el uso de las monedas de oro como medio de
cambio, unidad de cuenta y depósito de valor. A pesar de que el oro había sido
utilizado para estos propósitos desde tiempos antiguos, el patrón oro, como
institución legal, tiene su origen en 1819, cuando el Parlamento británico abolió
las restricciones que se habían mantenido durante largo tiempo sobre la
exportación de monedas y lingotes de oro desde Gran Bretaña.
El equilibrio externo bajo el patrón oro
Para evitar grandes movimientos de oro, los bancos centrales adoptaban
políticas que aumentaran los componentes del superávit (o del déficit) de la
cuenta financiera que no fueran reservas en línea con el déficit (o superávit) de
la cuenta corriente. Un país se encuentra en una situación de equilibrio en su
balanza de pagos, cuando la suma del saldo de su cuenta corriente, de su
cuenta de capital y de su cuenta financiera que no sean reservas es igual a
cero, de manera que la balanza por cuenta corriente más la cuenta de capital
se financie enteramente mediante préstamos internacionales sin movimiento de
reservas.
El mecanismo de ajuste precio-flujo de especie
Suponga que el superávit por cuenta corriente de Gran Bretaña es mayor que
el déficit de su cuenta de capital, excluidas las reservas. Ya que las
importaciones netas de los extranjeros, procedentes de Gran Bretaña, no se
financian enteramente con préstamos británicos, el equilibrio se alcanza
gracias a entradas de reservas internacionales (es decir, de oro) hacia Gran
Bretaña. Estos flujos de oro reducen automáticamente las ofertas monetarias
en el exterior y aumentan la de Gran Bretaña, presionando a la baja los precios
exteriores y al alza los nacionales.
Las «reglas del juego» del patrón oro: mito y realidad
De hecho, muchos países invirtieron las reglas y esterilizaron los flujos de oro,
es decir, vendían activos nacionales cuando las reservas extranjeras estaban
creciendo y compraban activos nacionales cuando descendían. La intervención
pública de las exportaciones privadas de oro también minó el sistema. La
imagen de ajuste suave y automático hacia el equilibrio de las balanzas de
pagos antes de la Primera Guerra Mundial no responde a la realidad. Los
Gobiernos ignoraron en ocasiones tanto las «reglas del juego» como los
efectos de sus medidas sobre los demás países.
El equilibrio interno bajo el patrón oro
El sistema del patrón oro pretendía, mediante la fijación de los precios de las
monedas en función del oro, limitar el crecimiento monetario de la economía
mundial y estabilizar, de este modo, los precios mundiales. A pesar de que los
precios de los países dentro del sistema del patrón oro no subieron tanto en el
periodo de 1870 a 1914 como en el periodo posterior a la Segunda Guerra
Mundial, los niveles de precios nacionales se movieron a corto plazo de modo
impredecible, al sucederse los periodos de inflación y deflación. El éxito relativo
del patrón oro para mantener la estabilidad de precios refleja un problema
analizado en el último capítulo, el cambio del precio relativo del oro y las demás
mercancías.
Los años de entreguerras, 1918-1939
El fugaz retorno al patrón oro
Dándose cuenta de que la oferta de oro podía resultar inadecuada para
satisfacer las necesidades de reservas internacionales, la Conferencia de
Génova propuso un patrón de cambios oro parcial, en el que los países más
pequeños pudieran mantener como reservas las monedas de los países
grandes cuyas reservas internacionales consistirían únicamente en oro.
La desintegración económica internacional
Un importante perjuicio económico fue ocasionado por las restricciones al
comercio y a los pagos internacionales, que proliferaban a medida que los
países desanimaban las importaciones y se esforzaban por mantener la
demanda agregada de su propio país. El arancel Smoot-Hawley impuesto por
Estados Unidos en 1930 tuvo un efecto muy perjudicial sobre el empleo de los
demás países. La respuesta de éstos al arancel estadounidense incluyó
represalias con restricciones comerciales y acuerdos preferentes entre grupos
de países. Una medida que eleva la riqueza nacional se denomina política de
empobrecimiento del vecino cuando beneficia al país que la practica
únicamente porque empeora las condiciones económicas en el exterior.
El sistema de Bretton Woods y el fondo monetario internacional
Objetivos y estructura del FMI
La disciplina más importante en temas monetarios fue la obligación de que los
tipos de cambio fueran fijos respecto al dólar, que, a su vez, lo sería respecto al
oro. Si un banco central, distinto de la Reserva Federal, llevaba a cabo una
excesiva expansión monetaria, perdería sus reservas internacionales y, al final,
sería incapaz de mantener la paridad de su moneda frente al dólar.
Los tipos de cambio fijos se consideraban algo más que un dispositivo para
imponer la disciplina monetaria en el sistema. De manera acertada o no, la
experiencia de entreguerras había convencido a los artífices del FMI de que los
tipos de cambio flexibles eran una causa de inestabilidad especulativa y que
perjudicaban al comercio internacional.
La convertibilidad y la expansión de los flujos financieros privados
Una moneda convertible es aquella que puede intercambiarse libremente por
otras divisas. El dólar estadounidense y el canadiense se hicieron convertibles
en 1945. Esto significaba, por ejemplo, que un residente canadiense que
adquiriese dólares de Estados Unidos, podía utilizarlos para comprar en
Estados Unidos, podía venderlos en el mercado de divisas a cambio de dólares
canadienses, o podía venderlos al Banco de Canadá, el cual, a su vez, tenía el
derecho de venderlos a la Reserva Federal a cambio de oro (al tipo de cambio
fijo dólar/oro).
Análisis de las opciones de política económica en el sistema de Bretton
Woods
Suponga que el tipo de interés nacional (R) y el extranjero (R*) son siempre
iguales:
R=R*
El mantenimiento del equilibrio interno
Consideremos primero el equilibrio interno. Si tanto P* como E son siempre
fijos, la inflación nacional depende, en primer lugar, de la presión de la
demanda agregada sobre la economía, no de las expectativas de inflación
futura. El equilibrio interno tan sólo exige el pleno empleo, es decir, que la
demanda agregada sea igual a la producción de pleno empleo, Yp.

El mantenimiento del
equilibrio externo
Hemos visto cómo puede utilizarse la política fiscal o los movimientos del tipo
de cambio para influir sobre la producción y, de esta manera, ayudar al país a
conseguir su objetivo interno de pleno empleo. ¿Cómo afectan al equilibrio
externo de la economía estos instrumentos de política económica? Para
responder a esta pregunta, vamos a suponer que el país tiene un objetivo
determinado, X, para su superávit por cuenta corriente. El objetivo del equilibrio
externo requiere que el país tenga una política fiscal y un tipo de cambio que
satisfagan la ecuación:

Las políticas de variación y desviación del gasto


Cada una representa los efectos de políticas económicas diferentes. En la zona
uno, el nivel de empleo es demasiado alto y el superávit por cuenta corriente
demasiado grande; en la zona dos, el nivel de empleo es demasiado alto y el
déficit por cuenta corriente demasiado grande; en la zona tres, hay desempleo
y un déficit excesivo; y en la zona cuatro el desempleo está acompañado de un
superávit por cuenta corriente por encima del objetivo prefijado.
La inflación mundial y la transición a los tipos de cambio flexibles
El incremento de los precios del país cuando no se lleva a cabo una
revaluación, requiere el crecimiento de la oferta monetaria nacional, dada que
tanto los precios como dicha oferta se mueven proporcionalmente a largo
plazo. El mecanismo que ocasiona este crecimiento es la intervención del
banco central del país en los mercados de divisas. A medida que la producción
y los precios del país aumentan después del crecimiento de P*, la oferta
monetaria real se contrae y la demanda de tenencias reales de dinero
aumenta. Para evitar la presión alcista de una depreciación de la moneda sobre
el tipo de interés nacional, el banco central debe comprar reservas
internacionales y expandir la oferta monetaria del país.

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