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El Arte y El Juego en La Terapia de Niños
El Arte y El Juego en La Terapia de Niños
Eliana Gil
1 Traducción libre de Capella, C., Escala. C. y Núñez, L., docentes Curso de Actualización de Post
título Intervención Psicoterapéutica con niños y niñas que han sido víctimas de agresiones sexuales:
Profundización en el uso de técnicas (curso impartido en el mes de Enero del año 2008 en la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile).
Texto original: GIL, E. (2003). Art and Play therapy with sexually abused children. En: MALCHIODI,
C. (ED). Handbook of art therapy. New York: The Guilford press.
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Aunque los niños abusados comparten síntomas comunes, sus
respuestas, únicas e idiosincrásicas, deben ser cuidadosamente
evaluadas, dejando de lado suposiciones y expectativas que “todos” los
niños abusados reaccionarán de una manera determinada. De hecho, sólo
podemos afirmar con certeza una sola cosa: los niños abusados asignan
un significado único a sus experiencias y desarrollan estrategias originales
de defensa para poder sobrellevarlas y sobrevivir a los eventos penosos de
la vida.
El setting clínico
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La sala de terapia de juego presenta una variedad de juguetes
seleccionados a propósito, según su potencial simbólico (Landreth, 1982).
Imagino mi sala de terapia de juego con “rincones”, donde pueden
realizarse diferentes actividades: arte, arena, títeres y dibujo. El rincón de
arte presenta una variedad de lápices, rotuladores, pinturas, papel,
materiales para manualidades y un caballete. El rincón de la arena incluye
bandejas de arena, miniaturas y agua. Se invita a los niños a usar todas
las miniaturas que deseen para construir un “mundo” en la arena o
“cualquier cosa que quieran hacer”. (Ver Mitchell y Friedman, 1994;
Homeyer y Suveney, 1998; Lubovitz, Boic y Goodwin, 2000) El rincón de
los títeres ofrece una gran variedad de ellos que pueden representar:
dominio, vulnerabilidad, agresión, docilidad transformación (por ejemplo
un tractor que se transforma en mariposa). Además hay gran cantidad de
títeres humanos que representan distintas profesiones (policía, doctor),
como también distintos estatus (reyes y reinas, campesinos) Además tengo
dos rincones de juguetes: el rincón del “hogar”, con elementos como una
casa de muñecas, animales y familias de humanos de diferentes etnias,
utensilios de cocina, platos y cubiertos, muñecas bebés, tinas de baño,
etc., etc., el otro es un rincón de “ reparación” que incluye símbolos de
salud, un botiquín de primeros auxilios y un hospital. Además, otros
elementos como: insignias, distintivos, capas, lentes de sol, máscaras,
espadas, todo lo cual puede proporcionar una oportunidad de expresar
sentimientos de vulnerabilidad o de agresividad.
Este es un ejemplo cómo usar las historias de los niños, los símbolos y
las metáforas, expresando interés y ayudándoles a aumentar la
información que entregaron inicialmente. Vale la pena mencionar varias
cosas: cuando los niños hacen un dibujo, seleccionan a propósito símbolos
conscientes o inconscientes. Los niños crean o escogen símbolos con
determinados rasgos o atributos, ya sea que dichos rasgos sean reales o
atribuidos por ellos mismos, de este modo, los niños usan la proyección
tanto para alejarse como para enfrentar el material emocional difícil. Al
distanciarse a través de un símbolo se protegen de percepciones,
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cogniciones o afectos que son incómodos, agobiantes o amenazantes. Este
enfoque de “toma de distancia” permite a los niños enfrentar contenidos
emocionales conflictivos perturbadores, exponiéndose progresivamente a
aquello que es más temido o compulsivo. Terr (1990) plantea que los niños
traumatizados “interpretan” o “representan”: de hecho los niños tienden,
frecuentemente, a recrear casi en forma compulsiva, los acontecimientos
traumáticos a través del juego, situación que recibe el nombre de “juego
post-traumático” (Gil, 1993). Rubin (1984) describe el proceso de “salir
adelante” inherente al juego post-traumático diciendo que “a menudo se
realiza a través de reiteradas confrontaciones con la idea temida, por
medio del dibujo o representación de un tema agobiante y, generalmente,
sin efectuar grandes cambios en los sucesivos dibujos” (pp. 85-86).
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El arte permite a los profesionales, a su vez, comprender de mejor
manera lo que los niños están sintiendo y qué sucede en sus mentes. Un
cambio en la naturaleza de la imagen realizada por el niño puede dar
pistas sobre cambios en sus percepciones, actitudes o creencias. A través
de una eficaz observación de la secuencia artística se puede,
generalmente, evaluar si se produce algún progreso.
Ilustración de un caso
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ya que, tradicionalmente, él sostenía que las mujeres debían llegar
vírgenes al matrimonio. Hablamos de sus temores y se mostró abierta a
mis sugerencias, especialmente al ofrecimiento de reunirnos enseguida
con su marido para informarle de la penosa situación. Le hice ver que
Rosa era muy pequeña y que no había razón para creer que pudiera,
automáticamente, sufrir futuros problemas físicos o emocionales,
principalmente si las reacciones de su entorno eran rápidas, sensibles y
apropiadas. La madre llamó a su marido desde mi oficina. El aceptó
reunirse con ella, intuyendo que algo muy grave había sucedido. La sesión
que yo tenía a continuación había sido suspendida y pude realizar una
sesión con ambos padres enseguida.
El tratamiento de Rosa
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Como terapeuta en arte, considero la terapia en arena como una fácil transición. De
hecho, pienso que la creación de escenarios en arena es semejante a la creación de un
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secara, por consiguiente. Más allá, enterró un cofre, cerca de una lápida
funeraria. Comentó que la persona muerta era su “buen abuelo”, que
había muerto y estaba enterrado en su país. Dijo que ella lloraba cuando
pensaba que estaba muerto. Me impresionó su habilidad para expresar
emociones y le comenté: “Se escucha como si echaras de menos a tu
abuelo que murió y parece que él era un buen abuelo para ti”. Ella movió
afirmativamente la cabeza. No le pregunté nada más, pero me llamó la
atención la elección de insectos de muchas patas y el aspecto tan árido y
amenazante del cuadro, a la vez que tan triste.
producto artístico. Es interesante recalcar que algunos niños que no quieren o no pueden
dibujar, pero son capaces, e incluso están deseosos, de usar miniaturas para crear
cuadros en la arena. Estos cuadros tienen la ventaja adicional de poseer tres dimensiones
y ser movibles. El escenario tiene una “vida” similar a la que encontramos en una obra
gráfica.
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Hay una nube negra dentro de mi casa”. Respondí, “Ah, hay una nube
negra dentro de tu casa”. Se echó hacia atrás en su asiento y dijo con voz
tranquila: “No me gusta mi casa porque mi abuelito (en español en el texto)
me podría hacer cosas malas en mi cama”. Dije: “Me apena escuchar esto.
Parece como si tuvieras un abuelo que era muy bueno contigo y otro
abuelo que hizo cosas malas”. “Sí”, dijo, “y tengo miedo que vaya a volver y
me tome a la fuerza”. Rosa y yo hablamos de su temor a que su abuelo
viniera a matarla, porque ella había contado a sus padres lo sucedido.
Mientras más hablaba ella, más me convencía que su abuelo la había
amenazado muy seriamente, lo que había dejado a la niña indefensa y
aterrorizada. Rosa parecía haber abierto las compuertas de su vida y
hablaba de su abuelo con mucho desprecio. “Me hizo tocar su palomita (en
español en el texto) y me dijo que yo debía lamerla y besarla, yo lo hice”.
Dije, “escucha, Rosa, cuando los abuelos piden a sus nietas que hagan
algo, ellas obedecen, porque son pequeñas y sus abuelos son adultos. Está
muy mal que él te pidiera tocar su palomita y tú no hiciste nada malo”.
Ella me miró a través de sus lágrimas y dijo: “Abuelito me dijo que Dios
sabía que yo era una niña mala y que estaba muy enojado conmigo”.
Entonces agregó: “Me dijo que mi mami y mi papi se pondrían furiosos
conmigo cuando descubrieran lo que hice porque eso era malo”.
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Fig. 12.2 Pintura con una pequeña figura
Fig. 12.3 Mundo seguro en el cual las necesidades del perro estaban
consideradas.
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Fig. 12.4 Bandeja de arena que muestra una boda con los novios, madrina,
padrino, un pequeño dragón mascota que estaba allí para cuidar a cada uno, un
dragón de dos cabezas y una hada madrina.
Creo que Rosa estaba calibrando qué tan confiable era su sentido de
seguridad. Su abuelo había vuelto a su país después de la develación del
abuso y, a pesar que ella estaba feliz porque él no era ya una amenaza,
recientemente había dicho a su madre que tal vez él podría “volver en
secreto”, cuando nadie estuviera mirando. Rosa y yo conversamos un
poco acerca de la boda y cómo se podría saber si los novios estaban en
peligro. Ella dijo que no sabía qué podía pasar, pero en la próxima sesión
estaba dispuesta a crear otro mundo de arena. (fig. 12.5). En él se muestra
una versión extendida de la escena de la boda, con muchísimos animales,
situados en línea paralela al dragón de dos cabezas. “Ahora”, dijo, “él no
puede hacer cosas malas, porque los elefantes lo detendrían… ellos son
muy, muy fuertes”. Así Rosa quiso establecer lo obvio, sus padres estarían
allí sin importar el peligro que el futuro pudiera presentar. Tuvo también
la preocupación de poner algunos nidos, en los que los pájaros bebés
estaban al cuidado de sus padres, quienes les ayudaban a crecer,
encontrando buen alimento para ellos. Luego se rió y tomamos algunas
fotografías de su escenario de arena, para llevar a casa.
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asustada, pero debería contarlo a su mamá y a su papá … ellos la
ayudarán”. Rosa había logrado tal identificación con la foquita de la
historia que, a la semana siguiente, la sorprendí trayendo una familia:
papá foca, mamá foca y la pequeña foca hija, la invité a hacer otro hábitat
seguro para ellas. Por supuesto que esta tarea le encantó y sus padres me
contaron que, a partir de ese día, ella se despide cada día con un “buenas
noches” a la familia de focas.
En este momento, los padres de Rosa sintieron que ahora “era más
ella misma” y quisieron reasumir sus vidas y dejar el abuso atrás. Tuvimos
un encuentro familiar en el que discutimos abiertamente lo que había
ocurrido, las reacciones de cada uno ante la situación de abuso, los
sentimientos actuales acerca del abuelo y lo que cada uno pensaba que
sucedería en el futuro. Nunca olvidaré la última afirmación de Rosa en ese
encuentro: “Aunque abuelito no está aquí y la policía no puede castigarlo,
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Dios lo castigará cuando llegue al cielo”. Los padres aseguraron que Dios,
sin ninguna duda, castigaría al abuelo por haberla dañado y la sesión
terminó.
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Fig. 12.7 Bandeja de arena con una doble boda, hay niñas con flores,
hadas, magos y una variedad de invitados, la mayoría de cuatro patas.
Resumen
Rosa hizo uso del arte para mostrar aquello que aún no podía
conceptualizar o verbalizar: sentía una oscura nube sobre su cabeza y las
inquietudes persistían y la preocupaban a pesar de su seguridad física. La
habilidad de Rosa para exteriorizar aquello que en un comienzo era difícil
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expresar en palabras, me permitió responder muy directamente a su temor
principal.
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Conclusión
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