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LEYENDAS

La Llorona

Cuenta la leyenda sobre una mujer llamada María,


que desesperada por no poder mantener a sus
hijos, tras la muerte de su esposo. Decide llevarlos
a un río lejano y empujarlos, los niños fueron
llevados por la corriente hasta que murieron
ahogados.
Atormentada por el remordimiento, y queriendo
reunirse con ellos, María se quita la vida, tirándose
al río.

Desde ese momento, los vecinos dicen escuchar a


La llorona en lugares cercanos al agua, llorando y
gritando, en busca de sus hijos.

El Sombrerón

Con traje negro de pies a cabeza, cincho brillante,


botas ruidosas y un sombrero que cubre totalmente
su rostro, el Sombrerón deambula por las calles de
Guatemala.

Acompañado por cuatro mulas y su guitarra, va en


busca de mujeres hermosas de ojos grandes y
cabello largo y oscuro, para robarles el alma.
A través de la música conquista a las muchachas,
interpretando bellas melodías al son de su guitarra.

De esta forma logra hipnotizarlas y en el momento


más oportuno les trenza el cabello. Desde ese momento, el alma de la mujer es suya.

El Cadejo

Unos han dicho que son 2 cadejos y que cuidado


con el que te encuentres, porque de eso dependerá
si sigues con vida.
En forma de  perro, con casquillos de cabra y ojos
de fuego, el cadejo se presenta en dos formas ante
las personas.

Uno es el blanco, que tiene buenas intenciones y


cuida a los ebrios y niños de cualquier mal que la
oscura noche pueda traer.
Y otro es el negro, de perturbadora figura, que
espera a los ebrios y de forma inesperada les lame
el rostro, robando así su espíritu.
Persigue a su víctima por 9 días, hasta el día de su muerte.
La Siguanaba

De hermoso cuerpo y cara de caballo, la Siguanaba


aparece bañándose a las orillas de los ríos,
tanques de agua y piletas.

Tras un vestido blanco transparente, arregla su


larga cabellera con un peine dorado. Cualquier
hombre que la ve, queda totalmente perplejo por su
cuerpo.
Cuando logra que los hombres se acerquen a ella,
retira el velo de su rostro y muestra su espantosa
cara, abre su hocico y atrapa la conciencia del que
la ve.

La Tatuana

Una mujer mulata de hermoso parecer, era


rechazada por el pueblo debido a su dudosa
reputación, especulaban que atraía a los hombres
con maleficios y hechizos.
Fue llevada a juicio acusada de practicar la brujería
y condenada a muerte injustamente.

Ya en su celda, La Tatuana decide invocar a un


demonio y a cambio de su libertad, entregar su
alma.
Dibuja un barco en la pared en el que huye de la
cárcel.
A partir de esa ocasión, se cuenta que en días de grandes aguaceros, se le ve navegar sobre
las aguas en su barco, condenada a vagar por siempre.

El perro y Kaskabal.
Había un perro al que su dueño siempre le pegaba, por
eso Kaskabal que era el espíritu del mal quiso
aprovecharse de la circunstancia para llevarse un alma
consigo, le dijo al perro que se escapara de los malos
tratos de su amo porque seguramente no lo quería de
verdad, el perro se negó diciendo que no cometería tal
traición pero el espíritu insiste hasta convencerlo y para
eso el perro le tendría que dar el alma para irse, a
cambio de eso le pide un hueso por cada uno de los
pelos que tiene en su cuerpo, le ordeno a Kaskabal
que comenzara a contar. Contó hasta que el perro se
acordó de su amo y salto para que perdiera la cuenta
diciendo que no aguantaba las pulgas, de esta forma
hizo que Kaskabal contara cien veces hasta que le dijo al perro que ya estaba cansado y que era
mejor que se quedara con su alma. Kaskabal aprendió la lección de que era mas fácil hacer tratos
con humanos para llevarse sus almas que con los animales.
RIMAS
1. El aroma de tu pelo es tan mágico como los cielos azules de verano. Te quiero tanto
como te querría desde marte hasta urano.

2. Si te quedas conmigo te darás cuenta de lo bonita que puede ser la vida ahora que
estás a mi lado, bonita. Quererte, mi trabajo, amarte, mi pasión.

3. No me gustaría dejar de palpar tus besos, dejar de sentir tu piel, dejar de tocar tu
cuerpo, dejar de pertenecer a algo tan especial como es tu corazón.

4. Me dan ganas de bailar una rumba aunque no soporte ni esa música, simplemente
porque pones mi corazón a mil aún sin hacerlo aposta.

5. No quiero ser ese tipo que conociste un día y olvidaste, quiero ser ese que conociste y
amaste, quisiste y querrás. Mi corazón late por ti.

6. Mi corazón está pleno, como si fuese volando a todos los lados y eso se debe a ti.
Porque si está lleno, también está contento. Te quiero así, diferente.

7. A mi manera me gusta quererte, mis ojos te miran con locura y eso es algo que no
todo el mundo puede hacerte, amor. Ya sabes, latiendo por ti estamos.

8. Tus caderas se mueven solas y eso me hace sentirme en una nube, me encanta
adorarte, bailas a tope sin que te lo digan y eso me hace conocer la verdadera locura.

9. Mi cielo se nubla cuando no estás, mi vida se asusta cuando te vas. Esto es lo único
que necesitas saber de mi hasta el día de hoy, porque te quiero, porque te amo.

CREENCIAS

Barrer los pies


Según las tradiciones guatemaltecas, si a una persona le barren los pies, esta se casará
con una persona mayor que él/ella.

Cruzar las chanclas


Para callar a los gatos, las personas en Guatemala cruzan dos sandalias o chanclas y las
colocan en el piso.

Poner la escoba atrás de la puerta


Si tienes visita y quieres que se vayan, hay que poner la escoba atrás de la puerta.

Avergonzar a un árbol
La creencia popular dice que si un árbol no da frutos, hay que avergonzarlo para que dé.

Si te pica la mano …
Si te pica la mano izquierda, perderás dinero y si es la mano derecha, posiblemente recibirás
buenas noticias económicas.

Proteger contra el mal de ojo


A los bebés se les coloca un brazalete rojo para evitar el mal de ojo.

Perder dinero
Para las mujeres, poner el bolso en el piso representa perder dinero.

Evitar que nazca el bebé


Los días de luna llena o eclipse, las embarazadas se colocan un gancho de ropa en
cualquiera de sus prendas para evitar que el bebé nazca antes de tiempo.

Hilo rojo para quitar el hipo


Las familias guatemaltecas utilizan el método de colocar un hilo rojo en la frente de los
bebés para quitarles el hipo.

Objetos filosos
Si recibes de regalo algún regalo con filo (tijeras, cuchillos, navajas), debes darle a la
persona una moneda para evitar la mala suerte.

REFRANES

1. De tal palo, tal astilla.


Refrán que nos habla de la similitud entre dos familiares, normalmente padre e hijo
o madre e hija.

2. Al mal tiempo, buena cara.


Refrán que nos indica que ante las adversidades debemos tener una actitud
positiva.

3. A llorar al valle.
Que vayan a contar sus penas a otro.

4. No es oro todo lo que reluce.


Algo que parece muy bueno puede no serlo si se conoce en profundidad.

5. Dinero llama dinero.


Tener cierto capital inicial nos hará más propensos a generar más riqueza.

6. A la tercera va la vencida.
No debemos desistir en nuestros intentos por perseverar.

7. Más vale prevenir que lamentar.


Tomar precauciones es una forma inteligente de evitar males mayores.

8. Al que madruga, Dios lo ayuda.


Ser trabajadores en nuestro día a día nos llevará a cumplir nuestros objetivos.

9. Tira la piedra y esconde la mano.


Este refrán nos hace referencia a aquellas personas que no son conscientes de
sus malos actos, o bien que actúan de forma miserable y después disimulan para
no ser pillados.

10. El hábito no hace al monje.


Nuestra forma de vestir o nuestra apariencia no representa quién somos
realmente.

11. Más vale tarde que nunca.


Es mejor haber alcanzado un propósito más tarde de lo previsto que nunca haberlo
hecho.

12. Cría fama y ponte a dormir.


Hace referencia a que si en una ocasión hemos actuado de una forma, la sociedad
creerá que actuaremos siempre de la misma manera.

13. Dios aprieta pero no ahoga.


La vida nos pone a prueba pero somos capaces de salir adelante.

14. Quien mucho abarca, poco aprieta.


Aquellos que realizan muchas tareas a la vez no realizan ninguna correctamente.

15. Preguntando se llega a Roma.


Pedir ayuda cuando no sabemos algo nos dará los instrumentos para alcanzar
nuestro objetivo.

16. Una golondrina no hace verano.


Una persona no conseguirá nada si no le ayudan quienes le rodean. O también
puede expresar que la excepción no hace la norma.

17. Mucho ruido y pocas nueces.


Se refiere a aquellos que hablan mucho sobre sus acciones venideras... pero
nunca las realizan.

18. Tanto tienes, tanto vales.


Quiere indicarnos que el valor de una persona es igual a aquello que esta posee.

19. ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente.


Refrán que hace referencia a aquellos que se dejan llevar por los demás.
20. El que espera, desespera.
Cuando esperamos algo que no sabemos si ocurrirá nos ponemos muy nerviosos.

FRASES

1. El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces - Steve Jobs

2. Nunca pienso en las consecuencias de fallar un gran tiro… cuando se piensa en las
consecuencias se está pensando en un resultado negativo - Michael Jordan

3. El dinero no es la clave del éxito; la libertad para poder crear lo es - Nelson Mandela

4. Cuanto más duramente trabajo, más suerte tengo - Gary Player

5. La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de


aplicar los conocimientos en la práctica - Aristóteles

6. El trabajo duro hace que desaparezcan las arrugas de la mente y el espíritu - Helena
Rubinstein 

7. Cuando algo es lo suficientemente importante, lo haces incluso si las probabilidades


de que salga bien no te acompañan - Elon Musk

8. Escoge un trabajo que te guste, y nunca tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida
- Confucio

9. Un sueño no se hace realidad por arte de magia, necesita sudor, determinación y


trabajo duro - Colin Powell

10. Cuéntamelo y me olvidaré. enséñamelo y lo recordaré. involúcrame y lo aprenderé -


Benjamin Franklin 

11. La lógica te llevará de la a a la z. la imaginación te llevará a cualquier lugar - Albert


Einstein

12. A veces la adversidad es lo que necesitas encarar para ser exitoso - Zig Ziglar 

13. Para tener éxito tu deseo de alcanzarlo debe ser mayor que tu miedo al fracaso - Bill
Cosby
14. Ejecuta tus conocimientos con la maestría del que sigue aprendiendo - Jonathan
García-Allen

15. Cuando pierdas, no pierdas la lección - Dalai Lama 

16. No busques los errores, busca un remedio - Henry Ford

17. La vida es una aventura, atrévete - Teresa de Calcuta

18. Tu actitud, no tu aptitud, determinará tu altitud - Zig Ziglar

19. Tienes que hacer las cosas que crees que no puedes hacer - Eleanor Roosevelt

20. Si te caíste ayer, levántate hoy - H. G. Wells

POEMAS

1 Elegía, de Miguel Hernández


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano


de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas


y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.


Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,


un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,


lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,


temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,


no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta


de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,


quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte


y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:


por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.


Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,


y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,


llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas


del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

2 Tú me quieres blanca, de Alfonsina Storni


Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada .

Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas


las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:

Habla con los pájaros


y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

3 Gacela de la terrible presencia, de Federico García Lorca


Yo quiero que el agua se quede sin cauce.
Yo quiero que el viento se quede sin valles.

Quiero que la noche se quede sin ojos


y mi corazón sin la flor del oro.

Que los bueyes hablen con las grandes hojas


y que la lombriz se muera de sombra.

Que brillen los dientes de la calavera


y los amarillos inunden la seda.

Puedo ver el duelo de la noche herida


luchando enroscada con el mediodía.
Resisto un ocaso de verde veneno
y los arcos rotos donde sufre el tiempo.

Pero no me enseñes tu limpio desnudo


como un negro cactus abierto en los juncos.

Déjame en un ansia de oscuros planetas,


¡pero no me enseñes tu cintura fresca!

4 Me gusta cuando callas, de Pablo Neruda


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma


emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.


Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio


claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.


Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

5 Amor constante más allá de la muerte, de Francisco de Quevedo


Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,


Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;


Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

6 Por una mirada, un mundo, de Gustavo Adolfo Bécquer


Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso… ¡yo no sé
qué te diera por un beso!

7 Palabras para Julia, de José Agustín Goytosolo


Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir


con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán


que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate


de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás


como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti


cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás


tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas


que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate


de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes


junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás


como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección


y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate


de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

8 Se equivocó la paloma, de Rafael Alberti


Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.

Por ir al Norte, fue al Sur.


Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;


que la noche la mañana.
Se equivocaba.

Que las estrellas eran rocío;


que la calor, la nevada.
Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa;


que tu corazón su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.


Tú, en la cumbre de una rama.)

9 A una rosa, de Góngora


Ayer naciste, y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida?
Y, ¿para no ser nada estás lozana?

Si te engañó su hermosura vana,


bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,


ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.
No salgas, que te aguarda algún tirano;

dilata tu nacer para la vida,


que anticipas tu ser para tu muerte.
Ya besando unas manos cristalinas,
ya anudándose a un blanco y liso cuello,
ya esparciendo por él aquel cabello
que Amor sacó entre el oro de sus minas,
ya quebrando en aquellas perlas finas
palabras dulces mil sin merecello,

ya cogiendo de cada labio bello


purpúreas rosas sin temor de espinas,
estaba, oh, claro sol invidïoso,
cuando tu luz, hiriéndome los ojos,

mató mi gloria y acabó mi suerte.


Si el cielo ya no es menos poderoso,
porque no den los suyos más enojos,
rayos, como a tu hijo, te den muerte.

10 A un olmo seco, de Antonio Machado


Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina


que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores


que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera


va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,


con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

11 Ir y quedarse, de Lope de Vega


Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse,


haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,


pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,


es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.

12 Volverán las oscuras golondrinas, de Gustavo Adolfo Bécquer


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban


tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas


de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos


las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas


como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así… no te querrán!

13 Coplas a la muerte de su padre, Jorge Manrique


Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor.

14 La voz a ti debida, de Pedro Salinas


Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

De tus ojos, sólo de ellos,


sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.

Porque has vuelto los misterios


del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.

15 Nanas de la cebolla, de Miguel Hernández


La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre


mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre
escarchaba de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,


resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma, al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,


me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol,
porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
y el niño como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,


tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes


con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos


serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble


luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

VERSOS
Con tu rostro en mi mirada,
Con tu casa en mi frazada.

Por la noche oscura de la luna


Sale el viento desde la noche hasta la una.

Tu casa es un recuerdo eterno


De lo mucho que yo sueño despierto.

Mis manos en tu rostro dulce


Son el agua del eterno curse.

A ir a la escuela temprano,
Que Dios nos ayuda con sus manos.

En la casa nunca falta


Quien lleve hasta la taza.

Mi madre todo me dio


Incluso hasta su corazón.

Feliz navidad en otoño


Felices fiestas sin madroño.

Tu amor es una ilusión


Que llena de fe mi corazón.

Mansa paloma viajera


De plumas con aroma de primavera.

Sobrero de rollo y cogollo 


Amor eterno de embrollo.

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