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Teoría del Big Bang

La teoría del Big Bang, o teoría de la Gran Explosión, es la teoría del universo más extendida a
día de hoy entre la comunidad científica. Explica el origen del universo (entendido como
espacio-tiempo) desde un principio en el que toda la energía estaba concentrada en un punto
diminuto de un tamaño más pequeño que un átomo.

Como explica Charlie Wood, físico y divulgador científico, por buena parte de la historia se
pensó que los cielos eran eternos y estáticos. Sin embargo, en la década de 1920, el astrónomo
estadounidense Edwin Hubble descubrió no solo que existían otras galaxias aparte de la Vía
Láctea, sino que además se alejaban de la Tierra, lo cual indicaba que el universo se estaba
expandiendo.

Tras este descubrimiento, Georges Lemaître, un sacerdote y físico, propuso la teoría del Big
Bang. Lemaître estudió física en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) durante el
periodo de 1925 a 1927. Durante sus estudios, él conoció los descubrimientos de Hubble sobre
la expansión del universo. En 1927, luego de convertirse en profesor de Astrofísica en la
Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), postuló su teoría usando como marco la teoría
general de la relatividad de Albert Einstein. Él pensó que, si el universo se estaba expendiendo,
en retrospectiva este pudo haber empezado como un “átomo primordial”.

En un momento dado, esta singularidad colapsó, liberando toda la energía contenida y dando
origen al universo, que se habría estado expandiendo desde aquel momento hasta nuestros
días, y continuará haciéndolo a menos que la fuerza de gravedad sea lo suficientemente
poderosa como para frenarlo.

Teoría inflacionaria

La teoría inflacionaria, o teoría de la inflación cósmica, continúa con el modelo de la expansión


cósmica propuesto por la teoría del Big Bang y, en este caso, su objetivo es dar una solución
al problema del horizonte. El problema del horizonte es como se conoce en astronomía el
problema planteado por la distribución homogénea de materia en el espacio cósmico. Según
los modelos teóricos, todo parece indicar que esta realidad es un hecho poco probable pero
que, de facto, así es. La teoría inflacionaria, que en realidad son un conjunto de teorías
relacionadas entre sí, aportan la solución a este problema, demostrando que es una
posibilidad perfectamente real.

La teoría inflacionaria fue propuesta por primera vez por el cosmólogo americano Alan Guth
en el año 1981. Así mismo, Andrei Linde, Andreas Albrecht y Paul Steinhardt realizaron
modificaciones a la propuesta inicial de Guth para darle su forma más moderna.

La inflación es un proceso que, actualmente, estaría considerada como parte integrada en


el modelo cosmológico estándar del Big Bang, y la partícula elemental hipotética que sería la
responsable de la inflación es denominada inflatón. La inflación plantea un período de
expansión exponencial del Universo durante sus primeros instantes de existencia. Es
importante tener en cuenta que la expansión sería exponencial porque la distancia entre dos
observadores fijos se incrementaría de forma exponencial debido a la métrica de la expansión
del Universo. Es decir, las condiciones físicas desde un momento al siguiente serían constantes,
lo que conllevaría altos niveles de simetría.
 

Teoría del estado estacionario

Una de las teorías del universo más llamativas que podemos encontrar es la teoría del estado
estacionario. Esta teoría sostiene que el universo es una entidad perfecta y que, a pesar de
estar en expansión, esta perfección (entendida como una proporción de densidad constante)
no varía gracias a la creación constante de materia (aproximadamente un protón por cada
kilómetro cúbico que el universo crece). De este modo, la visión del cosmos por parte de un
observador externo sería estacionaria o constante, ya que el universo siempre tendría el
mismo valor desde una relación de densidad y espacio-tiempo.

El astrofísico austríaco Hermann Bondi, creador junto con Fred Hoyle y Thomas Gold de la
teoría cosmológica del universo estacionario, falleció en la ciudad de Cambridge (sur de
Inglaterra) a los 85 años.

Bondi, que padecía Parkison desde hacía años, falleció el pasado día 10 de septiembre, según
su colega el astrónomo Martin Rees, que alabó su contribución a la ciencia.

Nacido el 1 de noviembre de 1919, Bondi había estudiado física y matemáticas en Viena y en la


prestigiosa universidad de Cambridge y se especializó en física teórica y astronomía.

Junto con Hoyle y Gold, en 1948 elaboró la hipótesis del Estado Estacionario, según la cual el
universo se mantiene uniforme en el espacio y en el tiempo, teoría posteriormente
controvertida por la del Big Bang.

Cuando, en los años 50, se implantó esta última teoría en los círculos científicos Bondi
concentró su sabiduría y su experiencia en investigar la teoría de la relatividad y de los
agujeros negros.

Sus opiniones sobre la energía gravitatoria de éstos misteriosos elementos espaciales


fundamentaron un ejercicio matemático del científico Stephen Hawking que sugiere que los
agujeros emiten radiación.

En los años sesenta, el experto austríaco promovió la exploración del espacio y de 1967 a 1971
dirigió la Organización europea de investigación Espacial.

De 1971 a 1977 fue científico asesor del ministerio británico de Defensa, y en 1973 recibió el
título de "sir" de la reina Isabel II.

Teoría del universo oscilante

La teoría del universo oscilante propone un universo cambiante en procesos cíclicos. Estos
procesos cíclicos estarían compuestos por un Big Bang, seguido de una expansión que
terminaría finalmente en un Big Crunch, que daría a su vez un nuevo Big Bang y el universo
comenzaría de nuevo. Se trata de una teoría que, actualmente, la mayor parte de los
astrónomos han descartado, aunque todavía continúa siendo una teoría bastante discutida.

 
Teoría de la Creación

La última de las teorías del universo que ha sido propuesta es la teoría de la Creación. Esta
teoría procede de ámbitos más cercanos a la religión o la filosofía y se puede presentar de
formas variadas. En todos los casos, se basa en que el origen del universo no estaría en sí
mismo, sino en una entidad externa a este que, en la mayoría de las veces, se le denomina
Dios. Aunque se trata de una teoría que no pertenece en exclusiva a la religión, ya que, por
ejemplo, Aristóteles, ya la afirmó en su época, sosteniendo que el mundo era una creación de
un ente supremo que denominó Primer Motor. Hoy en día, haciendo uso de la tecnología y la
ciencia modernas, no ha sido posible obtener ninguna prueba tangible que confirme esta
teoría, por lo que se trata de una teoría que ha quedado relegada al ámbito de la fe más que
al de la ciencia.

La teoría de cuerdas

La teoría de la inflación eterna propuesta por Hawking y Hertog se basa en la teoría de


cuerdas. Se trata de una rama de la física teórica que intenta reconciliar la gravedad y la
relatividad general con la física cuántica, en parte describiendo los componentes
fundamentales del universo como pequeñas cuerdas vibratorias.

Su enfoque utiliza el concepto de holografía de la teoría de cuerdas, que postula que el


universo es un holograma grande y complejo. Es decir, la realidad física en ciertos espacios
tridimensionales puede reducirse matemáticamente a proyecciones 2D sobre una superficie.

Hawking y Hertog desarrollaron una variación de este concepto holográfico para proyectar la
dimensión del tiempo en la inflación eterna. Esto les permitió describir esta inflación sin tener
que depender de la teoría de Einstein. En su nueva propuesta, la inflación eterna se reduce a
un estado atemporal definido en una superficie espacial al principio de los tiempos.

No estamos en un solo universo único, pero estos hallazgos implican una reducción
significativa del multiverso a un rango mucho menor de universos posibles

“Cuando rastreamos la evolución de nuestro universo hacia atrás en el tiempo, en algún


momento llegamos al umbral de la inflación eterna, donde nuestra noción familiar del tiempo
deja de tener ningún significado”, señala Hertog.

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