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OBSERVATORIO DE COMUNICACIÓN, CULTURA Y SOCIEDAD

IDENTIDADES Y DIVERSIDADES CULTURALES

La IDENTIDAD CULTURAL no es algo "natural" ni automático. La identidad


es la representación de quiénes somos y como toda representación surge
de un proceso de construcción y "aprendizaje" social. Al mismo tiempo,
no tenemos una sola identidad sino varias identidades de acuerdo con el
plano en que nos situamos: identidad individual (el yo), de clase, religiosa,
étnica, nacional... etc. Por lo tanto, las identidades no son fijas, van
cambiando históricamente y contextualmente.

Cuando nos encontramos en grupos que comparten los mismos códigos culturales, tendemos a
percibir nuestros rasgos identitarios como "auténticos" y "normales" y al de los otros grupos como
"extraños". Esta actitud se conoce como etnocentrismo: consiste en juzgar a las culturas otras de acuerdo
con nuestras pautas, en valorar positivamente la propia cultura y desvalorizas a las demás. Cuando más
compartidos son los códigos culturales, más homogénea es la identidad del grupo. Y viceversa: cuanta
mayor diversidad de códigos, más heterogénea y variable es la identidad.

Entre los elementos que contribuyen a la construcción de identidad se encuentran la HISTORIA, la


TRADICIÓN y las COSTUMBRES. La historia también es una construcción deliberada del pasado: está hecha
de memorias y olvidos intencionales. La narración histórica está siempre atravesada por cuestiones de
poder: los grupos hegemónicos y letrados son los que tienen mayor acceso a los medios de producción, por
lo tanto, son los que tienden a definir qué es lo que formará parte de la memoria colectiva y lo que no. Esta
selección tiende a verse en el marco de una cultura como el relato histórico "legítimo", como LA identidad
cultural. Pero, como dijimos, en una sociedad no existe una sola cultura que debe ser difundida de arriba
hacia abajo, de letrados a iletrados, de "cultos" a "incultos", sino un arco de culturas que participan de las
distintas dinámicas de poder. Históricamente, las culturas orales y los grupos subalternos han tenido mayor
dificultad para visibilizar sus propios relatos. Piensen, por ejemplo, en la "conquista" de América, que
durante mucho tiempo en libros y manuales fue nombrada como "descubrimiento" ó "colonización" y sólo
recientemente como "genocidio" de los pueblos que ya habitaban el continente.

Siempre que construimos una identidad ponemos en práctica una división porque, al mismo tiempo
, estamos construyendo también una ALTERIDAD; al representarnos a nosotros mismos estamos
imaginando siempre a un "otro" que queda por fuera de esa representación. Este juego de inclusiones y
exclusiones se conoce como FRONTERA SIMBÓLICA y constituye siempre una zona imaginaria donde tienen
lugar significaciones que están en permanente negociación.
Immanuel Wallerstein y Etienne Balibar (1988) identificaron cuatro categorías en las que se juega
de un modo privilegiado la construcción de la identidad y la alteridad: RAZA, NACIÓN, ETNIA y CLASE.

- LA RAZA es una categoría dotada de forma visible, que se asocia con la genética. En 1978, la UNESCO
admitió que no existen diferencias genéticas suficientes para hablar de "razas", condenó el uso de esta
categoría y emitió la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, la cual sostiene que "Todos los
pueblos del mundo poseen iguales facultades para alcanzar los más altos niveles intelectuales, técnicos,
sociales, económicos, culturales y de desarrollo político" y que "Las diferencias entre los logros de pueblos
diferentes pueblos son completamente atribuibles a factores geográficos, históricos, políticos, económicos,
sociales y culturales."
- LA NACIÓN es una categoría cultural, vinculada con las fronteras políticas de un estado, reales o posibles
(argentino, británico).
- Un grupo ÉTNICO es una categoría cultural que se apoya en las costumbres y prácticas que son
transmitidas de generación en generación, incluso en el lenguaje (en nuestro país, por ejemplo, la etnia
Wichí).
- LA CLASE es una categoría económica que se define en relación a la propiedad de los medios de
producción (capitalista, burguesa, proletaria)

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