Está en la página 1de 3

Gabriela Machado

C.I:27.238.158

Entrevista Nro.2

Braulio Chávez es estudiante del 4to año de Ingeniería en Telecomunicaciones en la


Universidad Simón Bolívar (USB). Al igual que Fátima su año de ingreso es el 2014, sin
embargo, para él y el resto de la Cohorte 14 de la USB, esto significó retrasar el ingreso de
sus estudiantes hasta el 2015. Sus actividades dentro de la institución no se han limitado al
estudio, también ha participado en agrupaciones estudiantiles como Biomecatrónica USB y
ha ocupado los cargos de Secretario Académico y Secretario General dentro de la
Federación de Centros de Estudiantes (FCE).

Desde su perspectiva como representante estudiantil, la situación de la educación


superior, especialmente la de las universidades públicas es grave. Señala que el origen de la
crisis de las universidades se remonta a una serie de medidas aprobadas durante el gobierno
de Hugo Chávez. Actualmente, el presupuesto asignado por el Estado no cubre servicios de
mantenimiento, comedor o transporte, y mucho menos fomenta la investigación; el dinero
recibido sólo alcanza para el pago de nóminas. Asimismo, considera que la deserción
docente y estudiantil es otro de los factores que han mermado el crecimiento de las
universidades del país.

A nivel personal, uno de los temas que más le preocupa es la incertidumbre que
acompaña al hecho de formarse en una Venezuela asediada de un sinfín de problemas. La
crisis social, política y económica del país ha resultado en paros de obreros y profesores,
que impiden avanzar normalmente de un trimestre a otro. En este orden de ideas, también
comenta que la calidad de su educación se ha visto afectada en vista de que los mejores
profesores han emigrado en búsqueda de mejores oportunidades. También indica que le
afecta personalmente, es el no saber si al graduarse podrá encontrar un trabajo que le
permita desarrollarse en su profesión y cuyo sueldo le permita construir una vida.
Durante estos dos años en la FCE, Braulio se ha enfrentado a una enorme cantidad
de conflictos. Desde estudiantes que se han visto en la necesidad de abandonar los estudios
para trabajar, profesores poco flexibles ante la situación de las manifestaciones y conflictos
intergremiales. Cuenta que los problemas de los estudiantes han trascendido el ámbito
académico. Para él, la experiencia ha sido una montaña rusa de emociones sobre todo ante
las diversas problemáticas que han presentado los estudiantes durante los apagones en
marzo de 2019 y la actual pandemia. A pesar de sus dudas y malos momentos, todavía cree
en la Universidad puesto que la considera como uno de los pocos espacios de libertad y
democracia que quedan en Venezuela.

Los hechos de violencia, inseguridad o irrespeto hacia las instalaciones del campus,
no son ajenos para la comunidad USBista. El entrevistado relata que desde la eliminación
de la prueba de conocimientos y de la imposición del sistema OPSU, después de 2015,
como único medio de ingreso a la Universidad, ha notado un cambio en la calidad del
estudiantado. Afirma que los atropellos contra la Universidad no sólo vienen de los civiles,
en muchas ocasiones se han suscitado conflictos con entidades como el Ejército. Junto al
Movimiento Estudiantil (ME) ha tenido la oportunidad de visitar otras universidades en el
interior del país y presenciar de primera mano la destrucción y el continuo proceso de
desmantelamiento de los recintos; para él se trata de una violencia generalizada.

De los malos momentos y problemas complejos, surgen sus momentos más


gratificantes como representante estudiantil. Una de estas situaciones ocurrió en el 2019 en
medio del apagón nacional: Un estudiante de la USB fue apresado en Maracay durante una
protesta; desafortunadamente estuvo detenido por un mes. A Braulio se le asignó la tarea de
ser el enlace con la asesoría jurídica y trasladarse hasta el lugar para atender a las
necesidades del mismo. De igual manera, tuvo que lidiar con los graduandos de ese año.
Afortunadamente, junto a su dupla en el cargo y el decanato, lograron lo que parecía
imposible.

Braulio comenta que dentro de la Universidad y las distintas actividades


extracurriculares disponibles para los estudiantes, las agrupaciones estudiantiles han sido
las más afectadas por la crisis. Ante la realidad de muchos estudiantes y profesores, que
deben hacer vida fuera del campus para llevar el sustento a sus familias, no existe la misma
disposición que antes para involucrarse en alguna de las agrupaciones. Cuenta que fue el
penúltimo presidente de Biomecatrónica.

En relación a la pandemia, afirma que el asunto ha afectado particularmente a los


estudiantes residenciados. Muchos de estos no reciben ayuda monetaria directa de sus
familias y como resultado de la cuarentena, no se encuentran en las mejores condiciones. Al
quedarse sin lugar, dichos estudiantes se han visto forzados a recurrir a familiares y a
amigos para alojarse temporalmente. En este sentido, la cuarentena llega en mal momento
puesto que coincidió con la penúltima semana del trimestre Enero-Marzo, que hasta la
fecha no se ha logrado culminar. De momento, la FCE, junto a las distintas direcciones que
funcionan dentro de la institución, han propuesto la posibilidad de inscribir más materias
para llenar el espacio de aquellas que lograron finalizar. Además están recaudando fondos
para llevar a sus casas a los estudiantes que lo requieran y para ayudar a los estudiantes que
encuentran solos en Venezuela.

Para concluir, decidí hacerle la misma pregunta que a Fátima. Para Braulio, el
futuro de las universidades no es muy claro, opina que dependerá de la salida del actual
régimen; sin embargo, encuentra ciertas esperanzas en las nuevas generaciones de
representación estudiantil, en los profesionales que siguen investigando y denunciando, y
en que los cambios llegarán pronto.

También podría gustarte