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SUÉLTALO

Este escrito bajo el titulo suéltalo, surge como fruto de la liberación interior, cuando en el
exterior todo se volvía en contra, cuando fuerzas contrarias unidas luchaban por arrebatar lo
que yo había construido, la envidia afloraba y se desnudaba en quienes me rodeaban y brota
la inquietud del porque tantas fuerzas antagónicas quieren entorpecer mi camino, porque
enfocarse en mí, si yo solo hago lo que debo hacer con una total entrega, sabiendo que debo
sembrar noche y día el bien, sin esperar nada a cambio que venga de quien lo reciba...

¿Por qué suéltalo? Porque luego de tres semanas de profunda reflexión, tristeza y nostalgia,
molestias físicas que me invadían noche y día, la rabia y la impotencia me envolvía, sentía
que no podía hacer nada, ahí fue cuando la luz de la libertad ilumino mi alma y entendí que
el verdadero problema está en no hacer nada, cada evento de la vida es solo un escalón en
la escalera que te lleva al cielo, recuerda un escalón del cual debes librarte para acercarte
más al cielo, sin embargo ¿Qué puede pasarte en un escalón? En un escalón te puedes
encontrar con caminantes enfermos de odio y múltiples complejos que lo atan círculos de
eventos interminables, estos se enfocan en ti en lugar de enfocarse en su propio camino,
ambicionan el poder y cuando llegan el odio no lo deja disfrutar ni ser felices, aprovechan
el poder para ponerle piedras y obstáculos a los demás caminantes, olvidando que justo a la
vuelta se encontraran con sus propios obstáculos. Es justo ahí cuando el verdadero
caminante consiente de esto se fortalece y sigue trillando su destino.

Suéltalo y sigue tu camino, al final solo obtendrás lo que ha sembrado, ni más ni menos, no
dejes que la amargura de los demás te arrope, que su miseria te alcance, tampoco le exija,
porque nadie podrá darte lo que no tiene, tampoco nadie podrá ocultarse por mucho tiempo
de su propia mediocridad, entre tanto los demás te tiran, debes saber que es justo porque
estás dando frutos, y ellos no pueden dar nada.

Suéltalo y no mires atrás, dejas que las piedras que te lancen, como un regalo no aceptado
vuelva a quien le pertenece, mira hacia arriba y no olvides la escalera que tienes justo al
frente, esa es la que guia a tu éxito...no te ensañes con el egoísmo de quienes te rodean en el
ambiente laboral, tú tienes tu propia luz y no necesitas colocarte bajo la lumbrera de otros
para poder alumbrarte y alumbrar el espacio que requiere para ver tu camino.

Sonríe, sonríe nadie tiene el derecho de llevarse tu alegría y tu salud, te pertenece a ti, solo
a ti, así como el espacio que tú ocupas en el universo, es solo tuyo y nadie lo ocupara
jamás, te pertenece desde la creación, ama y serás amado, pero no confunda el amor con la
pasión y el deseo, con la pertenencia y el placer, todo eso es momentáneo y se va, como se
va la juventud, busca el amor de una madre para que puedas entender, que es el amor y te
acerque a lo que es el amor de Dios. Honraras a tus padres, piensa en esas cuatro palabras,
justo en hacerlo empieza tu verdadero camino.

Si llegas a conocer la grandeza del amor de Dios, podrás entender por qué repiten la frase
mandamiento “Amaras al señor, tu Dios sobre todas las Cosas” escucha bien “Amaras al
señor, tu Dios sobre todas las Cosas” recuerda es a tu Dios, no al dios de los demás, debes
crear esa relación íntima que es la que reverdecerá cada día tu gloriosa vida, podrás
llenarte de él y tu fuente se convertirá en remanente de agua dulce, tus palabras serán
edificante, podrás usarlas para edificar en cada escalón de la escalera de la vida.

Es hora suéltalo, hay muchas cosas que debes soltar, recuerda tus carencias de niños porque
culpar a tus padres por lo que tu quería y ellos no pudieron darte, agradecele que fueron el
canal para que Dios te permitiera la vida en este plano tridimensional, donde puede apreciar
a través de los cinco sentidos la hermosura del planeta y la grandeza del universo. Es hora
que olvide la tristeza que cuando niño te atormentaba, la impotencia que no expresaba,
busca aquellos momentos felices cuando jugaba, olvida aquel maestro que te humillaba y
solo recuerda a quienes con amor y ternura te enseñaban. Recuerda que en el camino de la
vida las rosas tienen espinas, y por eso no dejan de ser rosas y ser hermosas, siempre serán
así y no podrás cambiarlas, sin embargo tu puedes cambiar la forma de ver la vida, recuerda
que el sol está ahí, así como la fuerza divina está en ti, aunque la noche te abrume, el sol
sigue ahí, solo es cuestión de tiempo para apreciar su luz, si algo te mortifica y te llena de
dolor, recuerda que todo pasa, si tienes dudas preguntales a Dios, pero la respuesta la
hallaras en tu interior.

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