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Ella caminaba a la tienda cuando vio a un gato enroscado en su cuerpo, temblando de frío

y lastimado.

Se acercó a él para levantarlo, pero el pequeño animal bufó molesto sin levantar la mirada,
dando pelea. Dispuesta a sacar a ese gato del suelo se quitó su chaqueta, tomó al gato y lo
acercó a su pecho para darle calor.

Se giro y camino hacia su casa, se acercó a una tienda y compro. un poco de comida para
gato antes de continuar su camino.

Al llegar a su apartamento, dejó al pequeño en el cuarto, en cuanto lo bajo al suelo, la bolita


de pelos salió corriendo lo más alejado de ella.

Sonriendo al notar esa energía se acercó a la calefacción y la encendió para calentar al


pequeño, salió del cuarto y fue a su cocina por un tazón para llevarle agua y comida al
pequeño.

Cuando regreso escuchó el bufido del gato, sonaba más fuerte y totalmente molesto, se
sentó contra la puerta bajando el tazón con comida y el otro con agua.

Se agachó y pudo ver a su visitante, era un gato blanco con unos ojos azules similares al
color del cielo, tenía el pelaje arruinado y su cara llena de cortes.

Hola pequeño. Lo llamó acercando el tazón con comida, pero la respuesta que recibió fue
un bufido y un ataque destinado a su mano, así que dejó el plato lo más cerca que pudo del
pequeño y se sentó en su lugar. Si estuviera en tu lugar seguramente también odiaria a
todos. Sonrió y se levantó sabiendo que si no salía del cuarto el pequeño no comería un
solo bocado.

Salió del cuarto y vio la hora, mañana tendria que llevar a ese pequeño a una visita al
veterinario de urgencia, sonrió al ver la comida que llevo para el malhumorado y se fue a su
cuarto sabiendo que fue un buen dia al menos.

Al día siguiente después de un par de mordidas y rasguños por parte de su invitado al tratar
de meterlo en una mochila para gatos, fue al veterinario de donde regresó con varias
sorpresas. Primero el era una ella y la segunda, esa gatita se encontraba embarazada.

Eres una caja de sorpresas. Le dijo a la pequeña que la miraba molesta pero totalmente
limpia y con sus heridas curadas, recibió como respuesta un bufido y un gruñido similar al
de un perro enojado, sonrió tranquila y lo llevo al cuarto que sería destinado a ser de su
invitada mientras pensaba en qué hacer.

Después de escapar sin heridas de aquel cuarto fue a su computador a buscar si la gatita
tendría un dueño esperando por ella pero no encontró a nadie que estuviera buscando a
una gata como ella.

“Seguramente está abandonada”. Le dijo la veterinaria mientras la revisaba, esto debido a


todos sus cortes y lo extremadamente delgada que se encontraba. Más tranquila después
de revisar se levantó del computador haciendo planes para poder hacer que esa bolita de
pelos la amara.

Pasaron tres semanas sin que pudiera acercarse a la pequeña sin recibir una mordida o un
rasguño en sus brazos. Sabía que la pequeña no había tenido un buen pasado y estaba
más que dispuesta a enseñarle el cariño.

Un día se encontraba descansando en la cama, tomó su computador dispuesta a terminar


su serie, cuando sintió un pequeño toque en su pierna, un toque tan suave que casi pudo
pasar desapercibido.

Confundida bajó la vista cuando allí la vio, a Polar oliendo la tela de su pantalón, allí su gata
calmada mientras que ella se obligaba a estar totalmente quieta. Pudo ver como la gatita
que ahora estaba sin heridas y un poco mas gordita se acostaba en medio de sus piernas
para tomar una siesta.

En adelante su relación fue mejorando, comenzando con Polar tomando siestas a su lado,
acercando su cabeza a su mano para acariciarse suavemente, acariciando su cuerpo contra
sus piernas cuando la veía y un día mientras estaban juntas en la cama pudo acariciarla sin
miedo a ser mordida, los bufidos habían cesado y ya no tuvo que ir por más curitas a la
tienda.

Un dia volvió a casa después de trabajar, acostumbra a que Polar se acercara a ella en
busca de caricias se sintió algo confundida en cuanto la gatita no apareció para saludarla,
asustada buscó a su gata por el apartamento solo para encontrarla en uno de sus cajones.

Allí estaba, tumbada de lado calentando a sus bebes, emocionada acarició la cabeza de su
gatita felicitandola por dar a luz a los 5 bebes que podia ver buscando leche, sintio el
ronroneo de Polar seguido de un cansado maullido y no pudo evitar amar más a esa
pequeña que se había abierto a ella.

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