Taller de escritura creativa, Mi metamorfosis creativa:
Cuando Daniel se despertó una mañana después de después de un
sueño tranquilo, se encontró sobre su cama convertido en una monstruosa cucaracha, estaba tumbado sobre su torso, se notaba algo acurrucado, y un poco contraído y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre viscoso, un poco perforado y marrón, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalarse al suelo. Sus seis patas, ridículamente pequeñas en comparación del resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos. Tardo un poco para reaccionar de forma perezosa, como si creyera que de un sueño se tratara; cerro y abrió sus bruscamente para confirmar lo que ya era obvio. -¿¡soy una cucaracha!?- exclamo dentro de sí. Él estaba completamente alterado e intentaba mover sus piernas pero en lugar de ello movió dos de sus seis patas, Daniel se esforzaba por creer que era algún tipo de parálisis del sueño o que solo estaba confundido, pero su conflicto interno y desespero desemboco en un movimiento brusco que lo llevo a ponerse bocabajo para finalmente poder moverse, solo quería dar un pequeño paso pero la reacción de su cuerpo fue correr, era complejo mover sus patas y controlar su velocidad, en ese instante vio cómo su cama estaba llena de una extraña sustancia un poco pegajosa lo cual logro asquearlo de tal manera que vómito y lloro al ver que se había convertido en un ser tan repugnante; estaba apenado y tenía miedo de que haría con su vida a partir de ahora, así que se ocultó bajo su cama para no tener que afrontar su situación. Tras una hora allí, se dispuso a recorrer un poco su entorno, todo era diferente, parecía tener una estatura diminuta y todo lo que solía ser pequeño ahora podían ser hasta 20 veces más grandes que el tamaño actual que poseía. Su viaje por la habitación se redujo a solo llegar a su nochero y empezar a morder con ira sus juguetes y peluches. Los mordiscos cesaron cuando escucho un ruido venir de la puerta; era su madre. -Hijo, ¿Ya estas despierto?- -Si mamá, solo me estoy cepillando y arreglando para salir- Respondió Daniel. Las horas pasaron y él no salía de su habitación, la madre preocupada abrió la puerta y vio a Daniel convertido en una cucaracha, lo primero que hizo fue vomitar y gritar de pánico, más no tardo en notar que el aún era consciente y podía entender sus señales, el día paso relativamente normal con la única diferencia de que su comunicación era con un poco de distancia, ella lloraba y se sentía desconsolada por la escabrosa situación. En la noche llego el padre con unas cajas llenas de elementos de cristal, como platos, vasos, etc. Fue recibido por su esposa que traía cara de muerta. -¿Qué pasa querida?- Pregunto. No recibió respuesta y ella solo señalo el cuarto de su hijo; entro a la habitación y solo vio una cucaracha. -¿Qué está pasando?- volvió a preguntar. -Ese es nuestro hijo, esta mañana lo encontré así- le argumento ella. -¿Cómo puedes estar segura de eso?- le respondió su esposo. -Pídele que haga algo para que estés seguro- Fue lo último que respondió la madre. El padre le pidió que trepara hasta su cama para comprobar si era el, y así lo hizo, posteriormente le pidió que se posara sobre un juguete con forma de halcón y asimismo como se lo pidieron lo hizo. El asombro lo llevo a soltar de golpe la caja dejando quebrar todo lo que traía, los días siguientes fueron difíciles porque el amor de los padres eran tal que lo trataban normal pero con mucho temor de cómo iban a seguir viviendo así, incluso investigaron sobre las cucarachas y no era necesario alimentarlo porque una cucaracha puede vivir hasta 30 días sin ningún alimento solido debido a que pueden alimentarse de huellas humanas. Cierto día, Santiago se despertó en la madrugada para salir a tomar aire fresco, pero sus papás yacían despiertos y sentados en el sofá de la sala discutiendo sobre lo triste que estaban por la situación de él; y como todo era completa oscuridad no lograban verle, para poder escuchar mejor él se posiciono bajo el sofá en el sus papás hablaban. Cuando la charla termino el sofá reventó aplastando a Daniel, finalmente murió, sus padres se enteraron el día siguiente al ver su cuerpo aplastado y estaban devastados.