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ESCUELA SUPERIOR DE FORMACIÓN DE MAESTROS

“MARISCAL ANDRÉS DE SANTA CRUZ Y


CALAHUMANA”

BASES Y FUNDAMENTOS DE LA EDUCACION DEL


MESCP
SANTOS MARKA T`ULA

ESTUDIANTE; VAQUEZ VELARDE CRISTOBAL

DOCENTE; LIC. EUSTAQUIO CONDORI MAMANI

ESPECIALIDAD: MECANICA AUTOMOTRIZ

1ER AÑO DE FORMACION


Mayo de 2021

La Paz – Bolivia
Santos Marka T'ula nació en la comunidad Llanta Urinsaya, perteneciente al corregimie nto
de Curahuara de Pacasa de la actual provincia Gualberto Villarroel. Es probable que durante
sus primeros años haya sido testigo de la subasta de tierras de comunidad a hacendados
criollos y que haya participado en la Guerra Federal de 1899 apoyando a Pablo Zárate Willca.
Su trayectoria como autoridad originaria comienza en los años 1910 y siguientes, en que se
desempeña como kuraka principal del ayllu Jilata de Kallapa y Julluma. En 1916, según
señala en uno de sus memoriales, habría sido junto a Dionisio Paxipati y Feliciano Condori,
uno de los tres caciques facultados mediante nombramiento “protocolizado en la capital
Sucre” para representar a los caciques y autoridades originarias.
Poco a poco su figura fue creciendo, y hacia 1928 se le encuentra liderando a varios caciques
del departamento de La Paz, entre los que podemos citar a: Rufino Villca, Mariano Pocori,
Santiago Mamani, Pascual Collqui, Genónimo Collo, Mateo Yampara, Gregorio Titir ico,
Anselmo Choque y otros.
Para inicios de la década de 1930, presidía el movimiento integrado por caciques y
autoridades indígenas de los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y Chuquisaca, en
defensa de su territorio y de sus derechos.
En la petición que hacen al Arzobispo de La Plata, en 1933 figuran entre otros: Paulo Condo
de la Cruz, cacique de Oropeza, cantón Sapse; Feliciano Maraza, alcalde mayor de la
provincia de Paria; Andrés Choque, ayllu Condo – Cacachaca; Valentín Cacho, alcalde
mayor de la comunidad de Copavilque; Cayetano Felipe, alcalde del vice cantón San
Francisco de Orinoca; Simón Mendoza, cacique de Tinquipaya; Manuel Caisena, alcalde y
secretario del cantón Macha; Pastor Varón del Cantón Huata; Fermín Yojra de Mojocoya, en
el departamento de Chuquisaca, y muchos más.
El movimiento de caciques apoderados —como se le conoce en la historiografía boliviana al
grupo organizado y movilizado de caciques y autoridades originarias en defensa de las tierras
de comunidad y de sus derechos ancestrales a la tierra y en oposición a la agresión del
Gobierno y los hacendados que buscaban privatizar las tierras de comunidad— se inició en
las últimas décadas del siglo XIX, a través de líderes indios que recibían poderes de sus ayllus
y comunidades y se conocieron por tanto como “Apoderados Generales”.
Alrededor de 1912, como señala Esteban Ticona, se reorganizó este movimiento, “en
demanda de la restitución de las tierras comunales usurpadas por las haciendas y el pleno
acceso a la ciudadanía”. Bajo la conducción de Santos Marka T’ula, los líderes indios se
concentraron en rescatar los títulos coloniales que les otorgaban el derecho a las tierras
comunitarias y acudieron a las autoridades establecidas en defensa de sus representados y en
procura del rescate de los títulos, que varias veces les habían sido arrebatados y buscando
también acceder a la educación a través de la creación de escuelas para los indígenas (los
biógrafos de Santos Marka T’ula coinciden en que él no sabía leer; pero conocía de memoria
el contenido de sus memoriales).
Los investigadores que han seguido los infatigables pasos de Marka T’ula y las otras
autoridades originarias por oficinas, tribunales y despachos de cuanta autoridad pudiera ser
proclive a oír sus peticiones (incluida la jerarquía de la Iglesia católica), mencionan que
culminando su periplo en 1920 con una larga estancia en Sucre, decidieron resguardar la
integridad física de los expedientes que habían presentado en distintas instancias como el
Ministerio de Gobierno, la Cámara de Diputados o la Fiscalía General de la Nación, dejando
los originales en el Archivo General de la Nación (AGN), hoy ABNB.
En la obra “El indio Santos Marka T’ula cacique principal de los ayllus de Qallapa y
apoderado general de las comunidades originarias de la república”, publicada por el Taller
de Historia Oral Andina el año 1984, se transcribe el acta que el AGN habría entregado a los
caciques, obtenida del Fondo Prefectural del Archivo Histórico de La Paz. Es la siguiente:
“Archivo General de la Nación. CERTIFICA: Que el indígena originario Santos Marka Tola
ha depositado en esta oficina nacional cinco expedientes relativos a todas las diligencias que
han seguido los originarios del departamento de la Paz, habiendo sacado de cada uno de ellos
un testimonio auténtico: los referidos expedientes se hallan archivados en esta oficina para
su catalogación. Lleva este certificado el interesado para resguardo de su derecho”.
El ABNB conserva varios expedientes que llevan la firma del cacique Santos Marka T’ula y
están fechados en distintos periodos:
Un primer grupo tiene como fechas extremas los meses de junio y octubre de 1919. Se trata
de un testimonio de un memorial presentado al Ministro de Gobierno solicitando se ordene a
las autoridades de la provincia Sica Sica que se atienda en justicia a los reclamantes; tiene la
fecha del 24 de julio de 1919. Este documento está acompañado por varios testimonios de
otros escritos, todos del mismo año.
El segundo grupo procede del año 1929 y se trata de testimonios de memoriales presentados
por los caciques al Ministro de Gobierno y a la Prefectura de La Paz; están acompañados de
otros anexos y solicitan, en el primer caso, se ordene mediante circular que los subprefectos
de Pacajes, Omasuyos, Sica Sica y Larecaja remitan toda la documentación que se halla en
sus oficinas relativa a reclamos de los indígenas y, en el segundo, que se reconozca como su
procurador a Andrés Choquechambi, de la comunidad Pujri, cantón Escoma, para poder hacer
el seguimiento de los trámites de los caciques y autoridades facultados con nombramie nto
protocolizado en Sucre desde 1916.
El tercer grupo está integrado por un memorial dirigido al Fiscal General de la Nación,
fechado en enero de 1931 y acompañado de otros varios testimonios.
Si nos basamos en el análisis de las fechas de los expedientes, podemos deducir que Santos
Marka T’ula dejó sus papeles en el AGN en dos o más oportunidades: la primera data de
1920; la segunda pudo haberse efectuado cuando el cacique estuvo en Sucre en 1931, visita
documentada en la prensa de la época, y otra tendría que haber sido en 1933 o posterior a ese
año; aunque cabe la posibilidad de que hubiese dejado los papeles correspondientes a 1929,
1931 y 1933 en este último año, o en una fecha posterior.
Marka T’ula fue varias veces apresado, confinado y perseguido. Pasó años detenido en el
panóptico de La Paz; aunque desde allí continuó alentando a seguir con su lucha. Dedicó
prácticamente toda su vida a la causa de los derechos de los pueblos indígenas y murió en
1939.
El ABNB conserva la documentación que Santos Marka T’ula le confió en 1920 y en otras
ocasiones posteriores y otra que años después, siguiendo su ejemplo, dejaron otros líderes
indígenas, como ser la de Fabián Vera y Rosendo Condori, relativa a la lucha que llevaron
adelante ante las instituciones del Estado boliviano por las tierras de comunidad de Ichoca
en 1933.
TESTIMONIOS RECOGIDOS DE LA VIDA DE SANTOS MARKA T`ULA
Según testimonios que recogimos hace varios años, los hijos de Marka T’ula estaban
convencidos de que su padre fue eliminado físicamente por los médicos que le atendieron en
el hospital, ya que solo tenía tos. Se preguntaban: “¿Cómo reclamar en esa época donde todo
estaba contra nosotros y peor hacia los que lideraban pidiendo justicia?” En el Cementerio
General de la ciudad de La Paz no hay datos sobre su fallecimiento.
Lo más impactante en su vida sucedió en 1918, cuando lo arrojaron al río Cajón en los
Yungas, a lo que sobrevivió con la ayuda de los pueblos amazónicos. Sus enemigos fueron
los latifundistas, que estaban asociados con curas, monjas, militares, policías, políticos y
muchas autoridades del Estado. Santos Marka T’ula viajaba a pie por las comunidades
andinas aymaras y quechuas, explicando a sus hermanos/as por qué se tenía que defender las
tierras ancestrales. Uno de sus escribanos, Rosendo Zárate, recuerda que en este peregrinaje
invocaba poéticamente: Pasakalli, pasarpayitatawa; q’anasillas, q’anarpayitata wa;
jararankhu, jararpayitatawa. La traducción aproximada es: Gusanillo, me dejarás pasar;
escarabajo, me desenredarás; lagarto, me desatarás.
Marka T’ula y otros caciques apoderados como Francisco Tangara, de Calacoto; Faustino
Llanque, de Jesús de Machaca; Rufino Willka, de Achacachi; Santos Cornejo, de Achocalla;
Francisco Mata, de Huarina y muchos otros, sufrían permanentes hostigamientos y en varios
casos eran apresados por ser supuestos instigadores del orden público, cuando se les
arrebataba la documentación obtenida de distintos archivos.
Marka T’ula apenas sabía firmar y ¿por qué quería acceder a la documentación colonial y
republicana escrita? Él pedía a sus escribanos como Leandro Condori, Rosendo Zárate y otros
que le leyeran la documentación obtenida, lo que les permitía defender mejor sus tierras
comunales. Queda claro que no solo era la lectura textual en castellano, sino una traducción
del castellano al aymara. Esta vía le permitió saber de memoria qué documentación tenía en
sus manos. Su escribano Condori nos contó que él sabía casi de memoria lo que contenían
los documentos que eran favorables a los pueblos indígenas y cuando eran arrebatados Don
Santos lloraba por esa pérdida.
En 1920, el movimiento indígena desconfiado de que las prefecturas y los tribunales les
arrebaten, deciden depositar algunos de sus expedientes en el Archivo General de la Nación
de Sucre, hoy llamado Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ANB). El certificado que
obtienen dice: “Archivo General de la Nación. CERTIFICA: que el indígena originar io
Santos Marka Tola ha depositado en esta oficina nacional cinco expedientes relativos a todas
las diligencias que ha seguido los originarios… Los referidos expedientes se hallan
archivados en esta oficina…”. A raíz de este dato, durante varios años buscamos acceder a
esta colección porque estaba perdida. Hace poco tiempo fueron localizados los cinco legajos
por el personal del ANB. ¿Qué es lo que contienen esos cinco legajos depositados hace 100
años por Marka T’ula en el ANB? Hay que estudiar detenidamente esos documentos para
saber más sobre este movimiento de defensores de los ayllus y las comunidades.
Tuvimos la experiencia de organizar el archivo privado de Marka T’ula, que resguardaba
celosamente su hijo Gregorio. Después de su fallecimiento se hizo cargo alguno de sus hijos.
Sería interesante que la nueva autoridad del ANB inicie una especie de salvataje de esos
archivos para que siga existiendo la memoria de la lucha de los caciques apoderados.
¡Honor y gloria a este insigne defensor del ayllu y la comunidad andina, junto con otros
líderes como Feliciano Condori, Dionicio Paxipati, Celedonio Luna, Feliciano Marasa, y
muchos otros! Santus Marka T’ula, jach’a awkin sarnaqäwipaxa musparañjamawa,
ukhamaraki jan armañatakiwa. Waynanak, tawaqunakawa yatiqapxañapa uka suma
unjtasiwita. ¡¡¡Jallalla Santus Marka T’ula!!!

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