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Absurdo

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Este aviso fue puesto el 3 de septiembre de 2012.
Para la filosofía, véase Filosofía del absurdo.
Absurdo, o del absurdo1 se refiere a lo relacionado con la estética y filosofía del
absurdo (Kafka, Camus) o con el teatro del absurdo (Ionesco, Beckett).

Si bien a veces se han usado los términos absurdismo o absurdista, estos parecen
tener la connotación de querer imitar a la corriente del absurdo.

Índice
1 Etimología
2 El absurdo en la literatura
3 Teoría de lo absurdo (marco histórico)
4 El absurdo según Claudio Guillén
5 Teatro del absurdo
5.1 El mito de Sísifo
5.2 La metamorfosis
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Etimología
Según el Diccionario esencial Vox Latino-Español / Español-Latino, lo absurdo se
compone del prefijo ab (próximo en este caso a la preposición de) y surdus
(‘sordo’). La traducción del diccionario es: «Disonante; absurdo; inútil,
inadecuado». En su contexto original, el término se utilizaba predominantemente en
el ámbito musical, y se refería, en alto latín, a los sonidos desagradables al
oído. El vocablo, trasladado al juicio de un concepto, posibilita que este pueda
ser desagradable al oído por desatinado, contrario a la lógica, disparatado. Lo
inconcebible, lo que el espíritu no puede pensar es, en último término, lo
contradictorio.

El diccionario, en general, da al adjetivo ‘absurdo’ dos sentidos: «si se trata de


su sentido habitual, significa: lo contrario a la razón, al buen sentido, a la
lógica y propone como sinónimo irrazonable, inepto, insensato, estúpido».

El absurdo en la literatura
Artículo principal: Literatura del absurdo
Lo absurdo, dentro de la literatura, se distingue y se integra en la ficción como
un estado filosófico en el que los personajes asumen el carente sentido que tiene
la vida y la existencia. El absurdo, en pocas palabras, no está conformado
obligatoriamente por acontecimientos ilógicos, humorísticos o carentes de razón. En
realidad, se trata de un estado de reflexión y aparente indiferencia que
experimentan los personajes y el narrador sobre el acontecimiento sin sentido
(absurdo) que les sucede.

Teoría de lo absurdo (marco histórico)


Tanto por la proliferación del ataque nazi como la idea de invasión y
exterminación, acontecimientos acelerados por la Segunda Guerra Mundial, los
habitantes de Europa se inclinaron por reflexionar, no de manera superficial, en la
existencia del otro, en la fragilidad de la vida y en la existencia misma. Buscando
siempre llegar a conjeturas trascendentes.

Tras la Liberación, una nueva generación de escritores expresa sus dudas y


angustias ante una época de grandes confusiones. Estos tiempos modernos han
descubierto la existencia del nazismo, de la bomba atómica, conocen el reparto del
mundo en dos grandes bloques opuestos o los primeros sobresaltos de la
descolonización. Todo ello tenderá gran repercusión en el ámbito de la literatura…
Filósofos, escritores y artistas buscaron entender o simplemente lograr describir
la existencia humana, el sentido y las posibilidades de esta. Atendieron y se
ejercieron estos razonamientos guiados, cabe resaltar, por el movimiento
existencialista, filosofía «derivada de la fenomenología, que reúne a filósofos
que, desde Kierkegaard hasta Sartre…» Este último, junto con Simone de Beauvoir y
la revista Les Temps Modernes «se convierten en un movimiento literario que afirma
la necesidad del compromiso en la escritura, y que articula estrechamente la obras
literarias de los tratados filosófico.» Es aquí donde la escritura incorpora lo
absurdo, concepto que más allá de presentarse como algo carente de lógica, es, la
asimilación del resultado que se tiene al buscar el verdadero sentido de la vida y,
no encontrarlo (véase: Existencialismo).

Rosa de Diego, catedrática de Literatura Francesa en la Universidad del País Vasco,


publicó Albert Camus, investigación en torno a la obra del autor, en el primer
capítulo dedica un apartado a la literatura del absurdo que lleva el mismo nombre.
De Diego nos dice: «El absurdo es una noción filosófica expresada por Camus en
1942, en El mito de Sísifo, como una marca del pensamiento y de la vida modernos, y
que un año después analiza Sartre en El ser y la nada. Sin embargo, este concepto
ya estaba presente tanto en su novela de 1938, La náusea, como en El extranjero de
Camus, empezada en 1939 y publicada también en 1942. Describe un sentimiento que
procede del divorcio entre el hombre y el mundo, y que le genera la pérdida de toda
esperanza.»

Para entender el desarrollo de lo absurdo en la literatura debe de revisarse la


filosofía existencial.

«La filosofía existencial se impondrá siempre a partir del individuo, que es lo


real mismo en su plenitud ontológica.» Cita de Las doctrinas existencialistas de
Régis Jolivet. En esta investigación el autor indaga sobre la evolución que fue
dándose en la filosofía existencialista, «desde Kierkegaard hasta Sartre». Lo que
nos interesa resaltar es a este primer Kierkegaard del que Camus se inspiró para
meditar la existencia del ser y su sentido frente a esta. Dentro de la filosofía
existencial que desarrollo Kierkegaard, se proponía entender, además de otros
puntos igual de importantes, la existencia a partir del individuo, la existencia
concreta «que es necesariamente la tuya o la mía» elimina la idea de «todo el
mundo» o «un todo». No debemos de confundir que este principio se ensimismó, pues
con la evolución del existencialismo e incluso desde el mismo Kierkegaard, ya de
pretendía mirar al otro como un ser dueño de su misma existencia. «Será pues
necesario implicar en la búsqueda existencial, no solamente la existencia, que es
aún una abstracción, sino también el existente y el Individuo.»

Idea de existir… ese es el sentido. La vida misma. «Así entendida deberá ser
siempre, ya no un sistema objetivo, que se mira desde fuera… sino una realidad
viva, símbolo y ocasión a la vez de una vida o de una existencia.»

El absurdo según Claudio Guillén


En la medida en que, según parece, el absurdo es un concepto relacionado desde todo
punto de vista con lo disonante, lo disparatado, el sinsentido y lo ilógico, cabe
sugerir que escritor español Claudio Guillén propone, en Entre lo uno y lo diverso
(1985), un arquetipo formal del absurdo en tanto que procedimiento o artificio.

Para Claudio Guillén, un texto que maneje el artificio del absurdo debe de incluir
los siguientes elementos:

Un contexto o trasfondo verosímil, incluso «realista».


Un elemento extraño a ese contexto que irrumpe.
Una aceptación, minimización o falta de asombro, por parte de los personajes, del
narrador o de ambos, con respecto a dicho elemento, que no se condice con el
extrañamiento que debería producir.
El modelo provisoriamente propuesto por Claudio Guillén aparece con exactitud en La
metamorfosis y en gran parte de la obra de Franz Kafka: un personaje al que acaba
de sucederle algo extraño a su contexto, y cuyo acontecimiento es vivido por este
como una dificultad, no como objeto de asombro, al igual que toda su familia (ver
ejemplos). El narrador omnisciente de la novela relata con una perturbadora
neutralidad y a través del procedimiento específico de la igualación, consistente
en nivelar en una misma descripción lo extraño y lo verosímil, para resaltar de
nuevo la falta de una reacción acorde con lo narrado.

Teatro del absurdo


El mito de Sísifo
Para llegar a desarrollar la idea de lo absurdo, Albert Camus se planteó
primeramente reflexionar cómo la muerte modifica la concepción de la condición
humana. La mortalidad, a su vez, está ligada con la ausencia de Dios y la falta de
sentido del mundo, estos tres elementos componen la condición metafísica del hombre
para Camus. «Frente a la ausencia de Dios y la irracionalidad del mundo, se
manifestaba la nostalgia de unidad y de racionalidad como una exigencia propiamente
humana. Frente a la mortalidad, se manifestaba, también como una exigencia
propiamente humana, el afán de la inmortalidad.» Y es a partir de este afán por la
racionalidad lo que llevó a Camus a presentar aquello que domina y determina lo
absurdo: «el hombre se encuentra ante lo irracional. Siente en sí su deseo de
felicidad y de razón. El absurdo nace de esta confrontación entre el llamamiento
humano y el silencio no razonable del mundo»; «[…] el absurdo nace […] precisamente
en el encuentro de esta razón eficaz, pero limitada, con lo irracional que renace
continuamente.»

En 1932 Camus comienza a escribir El extranjero; «Naturaleza, Amor, Historia,


Resistencia. Cuatro elementos fundamentales en la trayectoria de Meursault, el
protagonista que afronta el absurdo, en la banalidad de una vida cotidiana. Un
héroe que entierra con indiferencia el cuerpo de su madre, y que dispara a un
árabe, sin más razón que un sol cegador y ardiente. Es el relato de un hombre que
muere solo, guardando en la intimidad de su conciencia la verdad.»

El extranjero constituirá un modelo para la escuela del Nouveau roman, ese grupo de
escritores que rompe con la novela tradicional y que frente a una literatura
comprometida, propone una escritura descriptiva.

En El mito de Sísifo (1942), Camus dedica su labor literaria a la reflexión de lo


absurdo y apunta en los primeros párrafos de su obra: «Pero es útil advertir, al
mismo tiempo, que lo absurdo, tomado hasta ahora como conclusión, es considerado en
este ensayo como un punto de partida. En tal sentido se puede decir que hay algo
provisional en mi comentario: la posición que toma no se deja prejuzgar. Aquí sólo
se encontrará la descripción, en estado puro, de un mal espiritual» .

La metamorfosis
Los parámetros para entender La metamorfosis de Kafka como una obra absurda tienen
que ver más allá de la construcción ficticia en la que el autor plantea la
transformación de un joven a insecto pues, lo que funciona como absurdo es más bien
la reacción que el protagonista presenta frente a esta situación, así como la
reflexión filosófica que hace en el proceso. La manera en la que Kafka describe el
escenario de su historia y los rasgos realistas que imprime refuerzan el análisis
que inscribe a la obra como absurda.

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