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¿Qué es la inmutabilidad de Dios?

Esa perfección en Dios en virtud de la cual Él es exaltado por encima de todo devenir y desarrollo,
así como también por encima de toda disminución, y permanece igual eternamente.

La inmutabilidad es aquella perfección por medio de la cual, Dios se despoja de todo cambio no
solamente en su Ser, sino también en sus perfecciones, propósito y promesas. En virtud de este
atributo queda exaltado sobre todos los sucesos, y está libre de todo aumento o disminución, de
todo crecimiento o decadencia en su Ser y en sus perfecciones.

La inmutabilidad divina no debe entenderse como si implicara inmovilidad, como si en Dios no


hubiera movimiento. Dios siempre está en acción. La Biblia nos enseña que Dios entra en
multiformes relaciones con el hombre, y como si así fuera, vive la vida humana con los hombres.
Todo cambia alrededor de Dios, cambian las relaciones del hombre para con El; pero no se efectúa
cambio alguno en el Ser Divino, ni en sus atributos, decretos, motivos de acción, ni en sus
promesas. memememeem

El propósito creativo estuvo eternamente con Él, y no hubo cambio en El cuándo ese propósito se
realizó por un sencillo y eterno acto de su voluntad. La encarnación no ocasionó cambio en el Ser o
en las perfecciones de Dios, ni en su propósito, porque fue su eterno beneplácito enviar al Hijo de
su amor al mundo. Y si la Escritura dice que Dios se arrepiente, que cambia de intención, y que
muda sus relaciones con los pecadores cuando estos se arrepienten, debemos recordar que esta
es únicamente una manera antropomórfica de hablar. En realidad, el cambio no se efectúa en Dios
sino en el hombre, y en las relaciones de éste con Dios.

Dios es incambiable en su ser, perfecciones, propósitos y promesas, y sin embargo en efecto actúa
y siente emociones, y actúa y siente en forma diferente en respuesta a situaciones diferentes.

La sencillez de Dios también significa que sus atributos se definen mutuamente. Decimos, por
ejemplo, que Dios es santo, justo, inmutable y omnipotente, pero su omnipotencia siempre es una
omnipotencia santa, justa e inmutable

¿Por qué es necesario enfatizar este atributo?

Porque el panteísmo enseña que en el seno de Dios hay desarrollo, de hecho, que el desarrollo del
mundo no es más que el proceso mediante el cual Dios llega a la autoconciencia. Martensen, un
teólogo cristiano influenciado por el panteísmo, dice, por ejemplo, “la inmutabilidad de Dios no es
la inmutabilidad de los que no tienen vida, porque él existe tan sólo como una fecundidad eterna
él llega a ser de sí mismo. Por lo tanto, su eternidad no es una eternidad estancada, como las
montañas eternas, o una especie de eternidad cristalina, como las estrellas eternas, sino una
eternidad viviente, que florece continuamente en una juventud imperecedera”. ¡Un lenguaje
hermoso, pero un pensamiento que deshonra a Dios!

Demuéstralo basándote en las Escrituras.

Vea Santiago 1:17; 1 Timoteo 1:17; Malaquías 3:6.

¿Acaso no menoscaba la creación del universo la inmutabilidad de Dios?


No, cuando las Escrituras parecen hablar como si hubiera una sucesión y un cambio en Dios
mismo, se está expresando de una manera humana. Por ejemplo, en el Salmo 90, donde se enseña
tan claramente la eternidad absoluta de Dios, también se dice, no obstante: “Antes que naciesen
los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. (v. 2). La
palabra “antes” parece introducir el tiempo en la eternidad, pero eso se debe a la debilidad del
lenguaje humano.

Hay que distinguir entre la creación activa y la pasiva (creatio activa y pasiva). La primera pone el
foco en el acto de crear en Dios, mientras que la segunda se refiere al universo como creado.
Acerca de lo primero escribe Boecio: “La creación, considerada activamente, no es un cambio real
porque por medio de ella Dios no es cambiado por ese acto; sólo requiere una nueva relación del
Creador con lo creado. Y esta nueva relación, que no es real en Dios, no puede, por tanto, efectuar
un cambio real en Él.”. Y Wollebius dice: “La creación no es un cambio en el Creador, sino un
cambio en la criatura, un cambio de ser potencialmente a ser realmente”.

Infinidad de Dios:
Ese atributo por el cual Dios posee dentro de sí mismo toda la perfección sin ninguna limitación o
restricción.

La infinidad de Dios es aquella perfección suya por medio de la cual queda libre de todas las
limitaciones. Al atribuirla a Dios negamos que haya o pueda haber algunas limitaciones para el Ser
Divino o para sus atributos. En la infinidad se implica que Dios no puede estar limitado por el
Universo, por el tiempo espacio del mundo, o confinado al Universo.

Al ver esta verdad debemos tener algo claro:

No podemos formarnos una imagen gráfica del infinito o de una cosa infinita. La contemplación
siempre es limitada, y lo limitado no comprende lo infinito. No podemos hacernos un concepto del
infinito con nuestro pensamiento. El pensamiento también es siempre limitado; por lo que resulta
inadecuado para abarcar el infinito.

Este carácter infinito para el propio Dios no es algo indeterminado como lo es para nosotros, sino
que Él mismo lo abarca y gobierna perfectamente. Por inconcebible que esto sea para nosotros, en
Dios es una realidad.

¿Está limitada la infinitud de Dios por la existencia de otras cosas que no son Dios?

No, porque ser infinito no significa serlo todo, aunque los panteístas afirman esto último.

¿Dónde nos enseñan las Escrituras la perfección infinita de Dios? En Job 11:7–9 y Salmos 145:3.

¿Qué es la eternidad de Dios?

Ese atributo de Dios por el cual Él es exaltado sobre todas las limitaciones del tiempo y toda la
sucesión del tiempo, y en un único presente indivisible posee el contenido de su vida
perfectamente (y como tal es la causa del tiempo).

La forma en que la Biblia describe la eternidad de Dios es simplemente diciendo que su duración
abarca edades sin fin. Sal 90: 2; 102: 12; Ef. 3: 21.
¿Es correcto decir que todo lo que “sucede” tiene lugar en el tiempo y que por tanto en Dios
también debe producirse el paso del tiempo?

No, porque sabemos que se produce el causar y el ser causado (por lo tanto, un suceso real), fuera
del tiempo, esto es, en la generación del Hijo y la espiración del Espíritu Santo.

A veces a esta doctrina se le llama la doctrina de la infinitud de Dios con respecto al tiempo . Ser
«infinito» es ser ilimitado, y esta doctrina enseña que el tiempo no limita a Dios. Esta doctrina
también se relaciona con la inmutabilidad de Dios. Si es cierto que Dios no cambia, debemos decir
que el tiempo no cambia a Dios; no altera su ser, perfecciones, propósitos o promesas. Pero eso
quiere decir que el tiempo no altera el conocimiento de Dios, por ejemplo. Dios nunca aprende
cosas nuevas ni se olvida de nada, porque eso significaría un cambio en su conocimiento perfecto.

Esto implica también que el paso del tiempo no aumenta ni disminuye el conocimiento de Dios; él
sabe todas las cosas pasadas, presentes y futuras, y las sabe con igual lucidez.

El hecho de que Dios nunca empezó a existir también se puede concluir del hecho de que Dios
creó todas las cosas, y que él mismo es espíritu inmaterial. Antes de que Dios hiciera el universo
no había materia, pero entonces él lo creó todo.

Eternidad e infinidad puede definirse como aquella perfección divina por medio de la cual El se
eleva sobre todas las limitaciones temporales) todas las sucesiones de momentos) y goza de la
plenitud de su existencia en un indivisible presente. La relación de Eternidad a tiempo constituye
uno de los más difíciles problemas de la filosofía y de la teología, quizá de imposible solución en
nuestras presentes condiciones.

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