Resumen del artículo Pablo de E.

Earle Ellis Dennis Rojas Huerta

Desde el nacimiento de Pablo hasta su aparición en Jerusalén como perseguidor de los cristianos hay poca
información sobre su vida.

Jerónimo cita una tradición según la cual los antepasados de Pablo eran oriundos de Galilea. Sir William
Ramsay y otros han demostrado que Tarso era, indudablemente, “ una ciudad no insignificante ”. Era un
centro de cultura, y en general los entendidos han supuesto que Pablo se vinculó con diversas filosofías y
cultos religiosos; a Pablo se le dio autoridad oficial para dirigir la persecución de los cristianos, y como
miembro del consejo de una sinagoga o del sanedrín “ di mi voto ” en contra de ellos.

En cuanto a la apariencia personal de Pablo los relatos canónicos sugieren solamente que no se destacaba (
1 Co. 31s ) se inclinan a aceptar, aparece en la obra apócrifa Hechos de Pablo y Tecla : “ Y vio venir a Pablo,
hombre de pequeña estatura, cabello ralo, piernas torcidas, buen estado físico, cejas unidas, nariz más bien
aguileña, lleno de gracia : porque algunas veces se lo veía como un hombre, y otras tenía el rostro de un
ángel. Si bien no hay pruebas de que Pablo hubiese estado en contacto con Jesús durante su ministerio
terrenal.

El resultado del encuentro de Pablo con el Cristo resucitado ofrece amplia certidumbre de que se trataba de
la experiencia de una mente sana; y puede interpretarse adecuadamente, como en efecto lo interpreta
Lucas, solamente como un acto milagroso, que transformó al enemigo de Cristo en su apóstol. (Hch. 9, 22,
26) dan testimonio no solamente de la significación de la conversión de Pablo para el tema de Lucas que es
la cristología de Pablo y para su propia interpretación de su ministerio a los gentiles.

Aparte de un intervalo en el desierto trans-jordano, Pablo pasó tres años después de su bautismo
predicando en Damasco. Para evitarlos, Pablo regresó a la ciudad donde había nacido, pasando allí un “
período de silencio ” de unos diez años. Después de un año de notables bendiciones Pablo y Bernabé fueron
enviados a visitar a los colegas de Judea, que estaban siendo azotados por el hambre.

Un buen número de judíos creyentes insistía en que los gentiles debían circuncidarse, y que debían observar
la Ley mosaica, si habían de ser recibidos en condiciones de igualdad en la comunidad cristiana.

Primero, reprendió a Pedro públicamente, después de que este último, a fin de evitar una ruptura con
ciertos judaizantes, se había apartado de los cristianos gentiles.

A fin de resolver los problemas que ella planteaba, la iglesia en Antioquía mandó a Pablo y a Bernabé a
conferenciar con "Los apóstoles y los ancianos" de Jerusalén.

El concilio que se celebró juzgó que a los gentiles correspondía "No imponeros ninguna carga más" que la de
abstenerse de lo sacrificado a ídolos, de carne con su sangre, de carne de animales estrangulados, y de la
falta de castidad. El efecto de esta decisión equivalía a apoyar el argumento de Pablo de que los gentiles no
estaban de ningún modo obligados a guardar la ley mosaica.

El Espíritu Santo les prohibió evangelizar el O, por lo que viajaron hacia el N, pasando por el "N de Galacia",
donde pueden haber hecho algunos conversos.

En Troas Pablo vio en visión un "Varón macedonio" que lo llamaba.

Por medio de sus colaboradores, y por correspondencia, se mantuvo en contacto también con las jóvenes
iglesias de Macedonia, que luchaban por afianzarse.

Lo más probable es que Pablo haya sido puesto en libertad en el 63 d.C., y que haya visitado España y la
región del Egeo antes de ser arrestado nuevamente y muerto a manos de Nerón.

Por tradición la muerte de Pablo puede fecharse con alguna probabilidad en los últimos años de Nerón.
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¿Por qué Pablo se relacionó con gentiles?, el autor señala que es posible que tenga razón cuando identifica a
los "Pobres" con la misión gentil, pero apenas si tiene la significación vital que él le atribuye.

Otros puntos de vista sobre el problema los expresan T. W. Manson, quien equipara a Gá. 2 con una visita
anterior a Hch. 11, y M. Dibelius, cuya tendencia excesiva niega a Hch. 11 y 15 todo derecho a la historicidad.

Una nueva reconstrucción convencido de que la estructura de Hch. no es fidedigna, John Knox ofrece una
ingeniosa reconstrucción cronológica basada en los indicios que ofrecen las cartas.

Las copias de las cartas de Pablo que poseemos tienen el formato de la "Liturgia eclesiástica" y, por ello,
tenemos que reconocer la posibilidad de que originalmente tuvieran un formato distinto.

Porque, dentro de la común suposición de que Pablo fue el helenizador del cristianismo, y de que Hegel
proporcionó la clave para la historia, los radicales tenían el argumento más sólido.

Finalmente, debido a que la reconstrucción de Baur ponía claramente de relieve los problemas que se les
plantearon a los historiadores de la era apostólica, en buena medida marcó el rumbo de los estudios futuros.

Pablo estaba convencido de que primero había que ganar a los gentiles, y esta era la única diferencia que
tenía con la iglesia de Jerusalén.

C. F. D. Moule dice que Lucas podría ser la persona que reunió las cartas de Pablo.

Diferencias técnicas y de estilo hicieron que Harnack supusiese que 2 Ts. fue escrita a los cristianos judíos
pero es más probable que fuera dirigida a los colaboradores tesalonicenses de Pablo.

"¿Qué es más probable?", pregunta H. J. Cadbury, "El que un imitador de Pablo en el ss. I haya compuesto un
escrito en un 90 95% de conformidad con el estilo de Pablo, o que Pablo mismo haya escrito una carta
apartándose en un 5 10% de su estilo usual?" Con la creciente tendencia a admitir variedad en la expresión
literaria y teológica paulinas, y una percepción diferente de la naturaleza de la paternidad los argumentos
contra el carácter genuino se vuelven menos convincentes; se debilitan aún más por los paralelos en los
rollos del mar Muerto.

Fue un gran mérito suyo el que procuró entender el pensamiento de Pablo en función de un único concepto
fundamental, el que reconoció la importancia central de la escatología y la antropología en la doctrina de la
redención del apóstol Pablo, y el que reconoció al Espíritu Santo y a la unión en Cristo como la realización de
la nueva era en el presente.

Gaertner sostiene que la "Teología natural" de Pablo es profundamente judaica -veterotestamentaria;

empero, Pierce llega a la conclusion de que el NT adopta en el caso de "Conciencia" un uso general
incorporado del pensamiento popular griego.

La estimación que se tenga del paulinismo está íntimamente ligada, por lo tanto, a la estimación que se tenía
del cuadro que de Jesús presentan los evangelios.

"Pero como no todo le ha sido revelado a cada apóstol individualmente, cada uno de ellos tiene que pasar su
testimonio primero a los demás, y sólo la paradosis total, a la que todos los apóstoles contribuyen,
constituye la paradosis de Cristo".

En el caso de que estos escritores tengan razón la dicotomía entre Pablo y la iglesia judaica primitiva, que se
ha propuesto desde Baur hasta Bultmann, tendrá que ser abandonada por tratarse de una suposición
inaceptable.
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No obstante, hay un cuerpo considerable de investigación que relaciona el pensamiento de Pablo, el fariseo
"Hebreo de hebreos", con el rabinismo y apocalipticismo palestinianos antes que con un judaísmo
sincretista.

Schweitzer sostenía que el concepto paulino del "En Christō" había surgido del fracaso del reino de Dios, e.
d. el fin del mundo, que no se hizo realidad al morir y resucitar Cristo.

¿Cómo, entonces, se ha de explicar la anticipación por Pablo de una futura parusía? Creyendo que se trataba
de un resabio de un judaísmo apocalíptico, Dodd se vuelve hacia Pfleiderer en busca de una respuesta: en 1
Ts. 4 Pablo tiene una escatología estrictamente judaica pero en 1 Co. 15 la modifica con el concepto de un
cuerpo "Espiritual"; 2 Co. 5, que luego ubica al creyente en el cielo al morir, expresa el parecer del Pablo
maduro.

Así, la redención paulina no es una liberación "Espiritual" que culmina en el escape del "Alma" al morir; es
una redención física que culmina en la liberación de todo el hombre en la parusía.

El futuro que se ha hecho presente en la resurrección de Jesucristo es un futuro que el creyente realiza
ahora sólo corporativamente, como "Cuerpo de Cristo".