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Principales características de especies y cultivares de verdeos

invernales

Amigone, Miguel A. (1); Tomaso Juan C. (2)

Introducción
En la búsqueda de una mayor competitividad, la ganadería argentina ha acentuado su proceso de
intensificación mediante el aumento de la producción primaria y la suplementación estratégica para
incrementar sustancialmente la carga animal. En estos sistemas de producción intensiva juega un rol
importante el adecuado encadenamiento de los recursos forrajeros donde las pasturas base alfalfa y los
verdeos estacionales son los principales componentes de las cadenas forrajeras más difundidas (Amigone y
Kloster, 2003).
La relevancia de estos recursos forrajeros anuales se desprende de la superficie cultivada
anualmente, a l cual, considerando sólo las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, cubre
2.790.000 ha que equivalen al 25 % del área total de pasturas cultivadas anuales y perennes (INDEC,
2004).
Las actuales prácticas agronómicas, en especial la siembra directa, redujeron considerablemente
los costos de implantación de los cultivos. No obstante, éstos continúan siendo elevados para los verdeos
estacionales debido a su corto período de utilización. Por esta razón y para maximizar el impacto productivo
de este recurso en la cadena forrajera, resulta prioritario elegir adecuadamente las especies y cultivares
mejor adaptados a las condiciones edáficas y climáticas de cada zona (Amigone y Kloster, 2003; Amigone
et al, 2005).
Si bien el porte vegetativo, la capacidad de rebrote y la sanidad foliar son características genéticas
propias de cada cultivar, éstas pueden ser levemente modificadas por el ambiente. Por esta razón, en este
trabajo, se promediaron los datos observados en un ambiente húmedo (Marcos Juárez) y otro semiárido
(Bordenave). Para el caso del raigrás anual también se tuvo en cuenta información aportada por las
empresas que comercializan los respectivos cultivares y comunicaciones personales (Bologna, J.;
Vernengo, E.) (*)
El tamaño y peso del grano, considerados en la determinación de la densidad de plantas a la
siembra, también pueden ser modificados por el ambiente, de modo que los datos presentados son el
promedio de los últimos cuatro años (2002-2005).

(*) Bologna, Juan. 2005. Barenbrug-Palaversich; Vernengo, E. 2005. Universidad Nacional de Luján.

(1)
INTA EEA Marcos Juárez. Ruta Prov. N° 12, CC 2580, Marcos Juárez (Cba.), Argentina. Correo
electrónico: mamigone@mjuarez.inta.gov.ar
(2)
INTA EEA Bordenave. Ruta Provincial 76 , Km. 36 , CC 8187, Bordenave (Bs. As.), Argentina. Correo
electrónico: verdeotomaso@correo.inta.gov.ar
La presente publicación pretende concentrar la información dispersa en distintas fuentes acerca de
las principales características de los cultivares de las especies más utilizadas como verdeos invernales
(Amigone, 2004; Amigone, 1992; Amigone y Kloster, 2003; Amigone et al, 2005; INTA -SAGPyA, 1998).
Cabe señalar que una comparación de características de los distintos cultivares, como las que se presentan
en los cuadros 1 al 5, sólo es válida dentro de una misma especie. En el caso de los rendimientos promedio
de forraje de avena, centeno y cebada, se tuvieron en cuenta los últimos cuatro años (2002-2005).

Principales especies
Avena
El género Avena tiene varias especies pero las más importantes son la avena
blanca (Avena sativa), la avena amarilla (Avena byzantina) y la brasilera, denominada
avena negra o de los arenales (Avena strigosa). Dentro de los cereales forrajeros, la
avena ocupa un lugar preponderante, por la extensión de la superficie sembrada y el
panorama varietal que presenta (Carbajo, 1998; Tomaso, 2005).
La avena amarilla es algo más rústica que la blanca y se encuentra difundida por
toda Sudamérica, siendo su principal destino la alimentación animal. A partir de la década
del 60 apareció en nuestro país la avena blanca, introducida desde América del Norte, la
cual, si bien es usada en alimentación animal, constituye también un grano apto para la
alimentación humana.
Varios de los nuevos cultivares son producto de cruzamientos interespecíficos
entre A. sativa y A. byzantina, por lo cual las características básicas de diferenciación se
encuentran un tanto confundidas.
A diferencia de los demás cereales forrajeros de invierno, la avena carece de
aurículas y tiene una lígula membranosa, alargada, bien marcada y de gran tamaño
(Parodi, 1958). El grano es un cariopse fusiforme pubescente, con un peso medio
aproximado de 33 gramos en A. sativa, 34 gramos en A. byzantina y de 25 gramos en A.
strigosa cada mil semillas.
Cuadro 1. Principales características de los cultivares de las tres especies de
avena más utilizadas.

Cultivares Especie Crecimiento Capacidad de Tolerancia al frío Susceptibilidad


inicial rebrote a roya de hoja
Gigante Tranqueña A. sativa muy rápido regular regular alta

Tambera FA A. byzantina muy rápido regular regular media

B. INTA Canai A. sativa rápido muy bueno regular Muy baja

INIA Polaris A. sativa rápido bueno regular baja

Máxima INTA A. sativa rápido regular regular Muy baja

INIA Tucana A. byzantina rápido regular regular media

Boyera FA A. sativa rápido regular regular alta

Rocío INTA RP A. byzantina rápido regular buena media

Violeta INTA A. sativa intermedio muy bueno muy buena media

Pilar INTA A. sativa intermedio muy bueno muy buena alta

Cristal INTA A. sativa intermedio muy bueno muy buena alta

Milagros INTA A. byzantina intermedio bueno buena media

Pionera FA A. sativa intermedio bueno regular media

B. INTA Calén A. sativa moderado muy bueno muy buena media

Millauquén INTA A. byzantina moderado muy bueno muy buena alta

Soberana A. sativa moderado muy bueno buena media

Graciela INTA A. sativa moderado muy bueno buena Muy baja

Aurora INTA A. byzantina moderado muy bueno excelente media

B. INTA Maja A. sativa moderado bueno buena alta

Buck Epecuén A. sativa moderado bueno buena media

Bonaerense Payé A. sativa moderado bueno buena alta

Suregrain A. satina moderado bueno buena alta

Azabache A. strigosa moderado bueno regular baja

Madryn A. strigosa moderado bueno regular baja

Como información complementaria, en el gráfico 1 del anexo se presentan los


valores y la distribución del rendimiento promedio de forraje de avena en dos ambientes:
Marcos Juárez (Cba.) y Bordenave (Bs. As.).

Centeno
El centeno (Secale cereale) es otra especie de gran importancia dentro de los
cereales forrajeros, especialmente por su gran adaptación a las zonas sub-húmeda y
semiárida pampeanas. Su sistema radicular bien desarrollado le permite obtener
humedad de la parte profunda del suelo y soportar mejor los períodos de sequía. Como
aspecto negativo, presenta una tendencia a encañar rápidamente con lo cual pierde
palatabilidad y calidad nutricional (Amigone y Kloster, 2003).
De acuerdo al número de cromosomas (ploidía ), los materiales pueden ser
diploides, de porte vegetativo más bien erecto y grano pequeño, o tetraploides, que por lo
general tienen un porte vegetativo más rastrero y un tamaño de grano más grande.
El centeno posee aurículas y lígula de tamaño muy pequeño, y el grano es un
cariopse oblongo-fusiforme, con un peso promedio de 21 g en diploides y de 27 g en
tetraploides c/1.000 semillas.
Cuadro 2. Principales características de cultivares de centeno.

Cultivares Crecimiento Capacidad de Tolerancia al Susceptibilidad a


Ploidía
inicial rebrote frío roya de hoja
Manfredi Suquía diploide muy rápido regular muy buena media

Lisandro INTA diploide muy rápido muy bueno muy buena baja

Choiqué INTA diploide muy rápido bueno muy buena baja

Quehué INTA diploide muy rápido bueno muy buena media

Trenelense INTA diploide rápido bueno muy buena alta

D. Guillermo INTA tetraploide rápido muy bueno muy buena media

D. Enrique INTA diploide intermedio bueno muy buena alta

D. Norberto INTA tetraploide intermedio muy bueno muy buena media

Tetrabal INTA tetraploide intermedio bueno muy buena baja

Don Luis INTA tetraploide moderado muy bueno muy buena media

Fausto INTA diploide moderado excelente excelente baja

Camilo INTA tetraploide moderado muy bueno muy buena media

Naicó INTA tetraploide moderado muy bueno muy buena alta

En el gráfico 2 del anexo se presentan los valores y la distribución del rendimiento


promedio de forraje de centeno en dos ambientes (Marcos Juárez y Bordenave)

Cebada forrajera
Tanto el área sembrada como el panorama varietal de la cebada forrajera
(Hordeum vulgare) es más bien reducido. Debido a su rápido crecimiento inicial, en
comparación con otras especies, puede usarse como iniciadora de encadenamientos de
verdeos invernales. Es reconocida su adaptación a suelos con pH elevado.
Los materiales de cebada forrajera tienen aurículas bien marcadas y grandes que
se entrecruzan y la lígula es de tamaño intermedio. El cariopse es oblongo con el surco
ventral y ápice pubescente, alcanzando un peso medio de 34.5 g c/1.000 semillas.

Cuadro 3: Principales características de cultivares de cebada forrajera.

Cultivares Crecimiento Capacidad de Tolerancia al frío Susceptibilidad


inicial rebrote a roya de hoja
Uñaiché INTA rápido muy bueno buena alta

Alicia INTA moderado muy bueno muy buena baja

Melipal INTA moderado bueno muy buena baja

Mariana INTA moderado bueno regular media

En el gráfico 3 del anexo se presentan los valores y la distribución del rendimiento


promedio de forraje de cebada en los ambientes de Marcos Juárez y Bordenave.
Triticale
El triticale (x Triticosecale Wittmack) es un material sintético, producto del
cruzamiento de trigo con centeno. Adquiere mayor importancia en las zonas sub-húmedas
y semiáridas debido a su rusticidad, semejante al centeno, pero con una mejor calidad de
forraje.
El triticale se caracteriza por presentar aurículas pilosas de tamaño intermedio,
más grandes que el centeno y una lígula de tamaño intermedio. El cariopse, oblongo,
tiene un peso promedio de 34 g cada 1.000 semillas.

Cuadro 4: Principales características de cultivares de triticale.

Cultivares Crecimiento Capacidad de Tolerancia al frío Susceptibilidad


inicial rebrote a roya de hoja
Don Santiago muy rápido regular buena media

Ñinca UNRC rápido bueno muy buena media

Boaglio UNC rápido bueno muy buena baja

Genú UNRC intermedio muy bueno muy buena media

Quiñé UNRC intermedio muy bueno muy buena media

Tizné UNRC intermedio bueno muy buena muy baja

Cayú UNRC intermedio bueno muy buena media

Tehuelche INTA moderado muy bueno muy buena baja

Yagán INTA moderado muy bueno muy buena baja

Espinillo INTA moderado muy bueno muy buena baja

Don Frank lento bueno muy buena alta

Don Norman lento bueno muy buena alta

Raigrás anual

En los últimos años, el raigrás anual (Lolium multiflorum) se ha convertido en una


alternativa válida como verdeo invernal en los planteos forrajeros, especialmente en la
zona húmeda. Esto se debe en parte al aporte genético de los nuevos materiales, casi
todos introducidos de otros países, que se adaptaron muy bien a nuestras condiciones
ambientales (Amigone, 2004).
En general, el crecimiento inicial del raigrás es más lento que el de los cereales
forrajeros, pero tiene una curva de producción más extendida, produciendo forraje de alta
calidad hasta la primavera avanzada. La especie posee un sistema radicular bastante
superficial que la hace vulnerable a condiciones severas de sequía.
Los cultivares de esta especie se dividen por su ploidía en dos grandes grupos:
diploides y tetraploides. Los primeros tienen un mayor número de macollos con hojas
finas y por lo general son más versátiles y de mayor rusticidad, para soportar mejor las
condiciones adversas de suelo, clima y manejo. Los cultivares tetraploides presentan
hojas más anchas pero un número menor de macollos por planta. Tienen un potencial
productivo más alto en condiciones ambientales favorables y responden muy bien en
suelos sin mayores limitaciones de humedad y fertilidad, especialmente de nitrógeno. Con
algunas excepciones, los materiales tetraploides presentan un tamaño de grano mayor
que los diploides.
Existen a su vez dos agrotipos (biotipos dentro de cultivares) que son el
westerwoldicum o westerwold que es estrictamente anual y el italicum o italiano que bajo
condiciones climáticas benignas puede ser bianual o trianual, siendo también algo menos
exigente en el tipo de suelo. La mayor diferencia entre agrotipos es el requerimiento de
frío para pasar a fase reproductiva. El italicum requiere acumular horas de frío para
fructificar mientras que el westerwoldicum no lo necesita. En nuestro país esto se
relativiza bastante ya que las siembras, por lo general otoñales, aseguran la exposición al
frío en el invierno inmediato.
El grano es un cariopse oblongo adherido a las glumelas con un peso promedio de
3 g en diploides y 4 g en tetraploides c/1.000 semillas.

Cuadro 5: Principales características de cultivares de raigrás anual.

Cultivares Crecimiento Susceptibilidad


Ploidía Agrotipo
Inicial a roya de hoja
Florida diploide westerwoldicum muy rápido media

Río diploide italicum muy rápido baja

Bill tetraploide westerwoldicum muy rápido baja

La Estanzuela 284 diploide westerwoldicum rápido baja

Archie tetraploide westerwoldicum rápido baja

Super G diploide italicum rápido baja

Pollanun tetraploide westerwoldicum intermedio muy alta

Pollanum II tetraploide westerwoldicum intermedio alta

Barturbo tetraploide westerwoldicum intermedio media

Barspirit tetraploide westerwoldicum intermedio alta

Max tetraploide italicum intermedio muy alta

Magnum tetraploide westerwoldicum intermedio baja

Bisonte tetraploide westerwoldicum intermedio baja

Titán tetraploide italicum intermedio media

Baqueano tetraploide westerwoldicum intermedio baja

Ribeye diploide westerwoldicum intermedio muy baja

Jumbo tetraploide westerwoldicum intermedio muy baja

Tetragold tetraploide westerwoldicum intermedio muy baja

Osiris INTA tetraploide italicum moderado baja

Winter Star tetraploide westerwoldicum moderado baja

Feast II tetraploide italicum moderado muy baja

Barwoltra tetraploide westerwoldicum moderado alta


Bar Spectra tetraploide westerwoldicum moderado alta

INIA Cetus diploide westerwoldicum moderado baja

Tabú diploide italicum moderado media

Bardelta diploide italicum moderado baja

Barsiega tetraploide italicum moderado baja

Warrior diploide italicum moderado media

Grandesa tetraploide westerwoldicum moderado baja

Progrow diploide westerwoldicum moderado media

Crusader diploide italicum moderado baja

Abundant tetraploide westerwoldicum moderado baja

PS 52 RGA tetraploide westerwoldicum moderado baja

Atlas tetraploide westerwoldicum moderado baja

Concord diploide westerwoldicum moderado baja

Sungrazer tetraploide italicum moderado baja

Grasslands Tama tetraploide westerwoldicum moderado muy alta

Eclipse diploide italicum moderado baja

Dominó tetraploide italicum lento muy baja

Zorro tetraploide italicum lento baja

Macho tetraploide italicum muy Lento media

Consideraciones

* Teniendo en cuenta las diferencias en las características de cada especie y cultivar


podrán planificarse cadenas forrajeras para cada zona productiva, atendiendo a la
diversidad de condiciones edafoclimáticas particulares.

* Por otra parte, el mercado ofrece, con sus particularidades zonales, un número
importante de alternativas para la elección de especies y cultivares que posibilitan mejorar
el ajuste entre la opción planificada y la disponibilidad de semilla forrajera a nivel
comercial.

* Si bien de la comparación de los gráficos del anexo no se observa mayor diferencia en


la producción total de forraje en las distintas zonas, cabe mencionar que la obtenida en
Bordenave se logra en un perío do promedio de 210 días y de 150 días en Marcos Juárez.
Estableciéndose tasas de crecimiento diario más altas en la zona de esta última localidad.

* En los mismos gráficos y en las tres especies, se nota una leve tendencia a acentuar
un tanto la producción en el primer crecimiento en Marcos Juárez. Esto, en parte, se
explica por las mejores condiciones climáticas otoñales de la zona húmeda.
Bibliografía
AMIGONE, M.A. 1992. Principales características de cultivares de cereales forrajeros.
Hoja Informativa Nº 211, Proyecto AMCPAG, EEA INTA Marcos Juárez, 10 pp.

AMIGONE, M.A. 2004. Verdeos de invierno. El raigrás como alternativa. La Chacra. Nº


879, p 18-20.

AMIGONE M.A. y KLOSTER, A.M. 2003. Verdeos de invierno. En: Invernada Bovina en
Zonas Mixtas. Latimori, N.J. y Kloster, A.M. (eds). Agro 12 Córdoba. INTA, Centro
Regional Córdoba. Cap. II, p 56-79.

AMIGONE M.A. ; KLOSTER, A.M. ; NAVARRO, C. y BERTRAM, N. 2005. Elección de


Cultivares e Implantación de Verdeos de Invierno. Información para Extensión Nº
96. EEA INTA Marcos Juárez. p 5-14.

CARBAJO, H. 1998. Avena: su evolución, estado actual y perspectiva. Rev. Academia


Nacional de Agronomía y Veterinaria Nº 23:19-38.

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS. 2004. Censo Nacional


Agropecuario. Información preliminar.

INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA. SECRETARÍA DE


AGRICULTURA, GANADERÍA, PESCA Y ALIMENTACIÓN. 1998. Guía Práctica de
Ganadería Vacuna. I. Bovinos para carne. Región Pampeana. EEA INTA Marcos
Juárez, p 143-146.

PARODI, L. R. 1958. Gramíneas Bonaerenses. Claves para la determinación de los


géneros y enumeración de las especies. Acme Agency (Ed.).

TOMASO, J.C. 2005. Ensayos regionales de avena, cebada y centeno. EEA INTA
Bordenave. Información interna no publicada
ANEXO

Gráfico 1: Rendimiento promedio de forraje de avena en Marcos Juárez y


Bordenave (kg/MS/ha)

5000
4500
4000
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
Corte 1 Corte 2 Corte 3 Total

Marcos Juárez Bordenave

Gráfico 2: Rendimiento promedio de forraje de centeno en Marcos Juárez y


Bordenave (kg/MS/ha)

5000
4500
4000
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
Corte 1 Corte 2 Corte 3 Total

Marcos Juárez Bordenave


Gráfico 3: Rendimiento promedio de forraje de cebada en Marcos Juárez y
Bordenave (kg/MS/ha)

5000
4500
4000
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
Corte 1 Corte 2 Corte 3 Total

Marcos Juárez Bordenave

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