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LA OMISIÓN DE LA FAMILIA COLEMAN

CLAUDIO TOLCACHIR

1)

Marito: Dami, Dami.

Damián sale, se mete en el baño. Marito lo sigue.

Marito: ¡Dami! !Dami! ¡Dami!

No logra entrar en el baño y regresa con Memé.

Memé: ¿Vos dormiste anoche?

Marito: Sí. ¿Por qué?

Memé: ¿Estabas inquieto?

Marito: ¿Yo? ¿Por qué? No.

Memé: Te parabas, te acostabas, te parabas...

Marito: No, no, yo no.

Memé: ¿A vos te parece bien hacer eso cuando Memé duerme? ¿No es cierto Marito:

Tengo hambre.

Memé: ¡Qué vivo, yo también! Poné agüita, así tomamos la leche.

Marito: No.

Memé: Así desayunamos.

Marito: No.

Memé: ¿Por qué tengo que ir siempre yo?

Marito: Andá a la cocina que con Dami tenemos que mantener una conversación.

Damián sale del baño, entra, y se sienta a la mesa.


Memé: Yo no voy a ningún lado hasta que a tu hermanito no se le pase... Dale, Marito:

No, para mí es imposible, Memé.

Memé: Bueno, no va nadie, nadie come, y nos vamos a morir acá de hambre.

Marito: En efecto.

Damián: Callate la boca, Memé.

Memé: Nos vamos a morir y van a encontrar todos nuestros huesitos desparramados por

los sillones.

Marito: A mí, no.

Memé: Sí, a vos también, tus huesitos todos peladitos adentro de ese pijama, mis

huesitos peladitos, muertos de hambre, sin desayuno, los huesitos de Dami, que van a

estar todos manchados de todo lo que...

Damián la mira y ella se calla.

Marito: El cuerpo de Dami se va a descomponer más rápido por el asunto de la bebida, el

tuyo no va a llevar mucho trabajo porque casi no tenés carne. El mío no. El mío va a

tardar más por la edad, yo soy más joven que la abuela, y por los productos fisiológicos.

Memé: ¡Ay, Mario, qué horrible cómo hablás!

Marito: La abuela va a ser cuestión de horas.

Memé: ¡Ay, Marito, qué asco! ¿Te imaginás? La abuelita muerta, arriba del sillón, toda

pudriéndose, echando humito... Andá a hacer el desayuno.

Marito: ¿Por?

Memé: Andá a hacer el desayuno y punto.

Marito: ¿Por qué yo?

Memé: Porque lo digo yo.

Marito: Ah. Gabi tiene poca carne, va a tardar poco también.


Memé: ¿Sabés lo qué había en la cocina? Un ratón muerto a medio descomponer ¿Por

qué no vas a ver?

Marito: Ya lo encontré. Lo embalsamamos con Dami y está descansando en el segundo

cajón de tu mesita de luz. Fijate en tu mesita.

Memé: ¿ Con Dami?

Marito: Sí, con Dami lo embalsamamos.

Memé: Un ratón muerto, mirá vos, podrido como la abuela.

Marito: Fijate.

Memé: ¡Ay, Mario! ¿Vos te escuchás? Andá a hacer el desayuno.

Marito (rodeándola con el brazo): Vos no entendés. Acá están pasando cosas que vos no

tenés que enterarte, es por tu bien ¿entendés? Andá a la cocina que con Dami tenemos

que mantener una conversación. Andá a la cocina. ¡Andá a la cocina! ¡Ya!

Damián se para, agarra a Marito por el cuello y lo levanta.

Damián: ¡Mario, andá a la cocina y callate la boca!

Marito se resiste y forcejean.

Memé: ¡Bueno, bueno, voy yo! ¡Voy yo, mirá Damián, mirá cómo voy toda contenta!

¡Soltalo a tu hermanito!

Sale.

Marito: ¡Fijate en tu mesita, Memé!

Memé: Sí.

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2)

Verónica: Bueno, abuela, tenés todo lo del baño. Cualquier cosa, si no estoy yo, llamás a

enfermería y vienen en seguida. Está acá al lado está la sala de enfermeras, ¿sabés?

Igual, no te preocupes que yo les voy a dar algo aparte así me quedo tranquila de que te

siguen bien de cerca. ¿Venís abuela?

La abuela sale de la penumbra y avanza hacia la cama. Verónica la ayuda a

acomodarse en la cama.

Verónica: Igual es gente divina, hace años que están acá, son todos muy cálidos y súper

profesionales.

Abuela: ¿Y Gabi?

Verónica: Gabi se fue con todos para casa porque Marito estaba en pijama y Memé...

Bueno, dijimos que mejor te traía yo así estabas más tranquila.

Abuela: Pero van a venir, ¿no?

Verónica: Abuela, ¿qué dijo el médico? Que tenías que descansar, ¿no? Bueno, a

descansar, a no preocuparse por nada ahora. Ya hablé con Eduardo, está viniendo para

acá. ¿Todo bien?

Abuela: Muy bien, gracias.

Verónica: Feliz cumpleaños, abuela. Perdón, me muero de vergüenza.

Abuela: ¡No importa!

Verónica: Estoy tan loca con todo que se me pasó.

Abuela: Yo también me olvidé.

Verónica: Basta, abuela, nos callamos, ¿sí? Te debo el regalo.

Abuela: No hace falta.


Entra el doctor.

Doctor: Permiso…

Verónica: ¡Eduardo, pasá! Perdón que te llamé así pero...

Doctor: No, por favor.

Verónica: Nos asustamos...

Doctor: Es lo menos que puedo hacer.

Verónica: Te presento a mi abuela.

Doctor: Hola, ¿cómo te sentís?

Abuela: Mejor.

Verónica: Está caiducha pero ya tiene color.

Abuela: Lo que quisiera es volver a casa lo más pronto posible, doctor.

Doctor: Bueno, eso lo vamos a ver con los análisis. Ahora tenemos que esperar los

resultados.

Verónica: Aprovechá, que un poco de paz no viene mal, ¿no?

Doctor: Claro, ¿la estamos tratando tan mal?

Verónica: Siempre fue así ella, igual, súper inquieta, pero...

Doctor: Un poco de vacaciones no le va a venir mal.

Verónica: ¿No es cierto que no?

Doctor: Bueno, (a Verónica) en cuanto estén los resultados, yo vuelvo. ¿Vos te quedás?

Verónica: Sí, un rato más seguro.

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3)

Verónica: ¡Ay, Memé, me asustaste!

Memé: ¿Te vas?


Verónica: Sí.

Memé: Vero.

Verónica: ¿Qué?

Memé: ¿No hay nada que quieras decirme?

Verónica: No.

Memé: ¿Seguro?

Verónica: Me parece que fue un día bastante difícil para todos, Memé.

Memé: ¿Y para mí? Imaginate para mí que tengo que volver a casa, que no va a estar la

abuela...

Verónica: Vas a ver que se van a ir acomodando las cosas.

Memé: No.

Verónica: Vas a ver que sí.

Memé se sienta en una de las sillas y le hace un gesto cariñoso a Verónica para que se

acerque.

Verónica: Qué.

Memé: Vení, Vero. A upa de mami. Dale, vení.

Verónica, incrédula, se acerca a ella, se sienta en su regazo, esperando no sabe qué.

Verónica: ¿Qué querés?

Memé: Vos ya sabés lo que yo quiero.

Verónica: Te dije que eso es imposible. Es una locura.

Memé: No. Me parece que si vos quisieras lo podríamos intentar.

Verónica: ¿Y Patricio?

Memé: Eso es lo que yo me pregunto, ¿Patricio sabe?

Verónica: Mamá.
Memé: No sabía yo que las cosas entre ustedes no andaban bien.

Verónica: Está todo muy bien.

Memé: ¿Entonces? No, si yo te entiendo. Lo que pasa es que es muy lindo.

Verónica: No.

Memé: El doctor, digo.

Verónica: No es eso.

Memé: El chiquito no. El chiquito me parece que es muy joven para vos.

Verónica: No tenés idea de lo que estás hablando.

Memé: Sería terrible, terrible.

Verónica: ¿Qué sería terrible?

Memé: Y bueno, Vero, entendeme. Yo puedo tomar medidas frente a una situación en la

que me veo perjudicada.

Verónica: ¿Me estás amenazando?

Memé: Y... de alguna manera sí.

Verónica: ¿Por qué harías eso?

Memé: ¿Y qué puedo hacer si no?

Verónica: ¿Pero yo cómo hago?

Memé: Vas a ver que las cosas se van a ir acomodando.

Verónica: Mirá, podemos inventar algo, si querés, pero yo no quiero saber nada ni de

Gabi, ni de Damián y sobre todo de Mario. No quiero saber nada de Mario.

Memé: No, no, mirá: a Gabi y a Damián les dejamos la casa y que se ocupen de Marito.

Verónica: No puede ser.

Memé: ¡Vas a ver que nos vamos a entender!

Verónica: ¿Necesitás buscar algo de allá?


Memé: No. Casa nueva, vida nueva, sábanas nuevas, canillas nuevas, todo nuevo. ¿No te

parece, Vero?

Verónica: Vamos, mamá.

Memé: Sí, vamos.

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