Está en la página 1de 2

ANÁLISIS DEL DISCURSO II

NOMBRE: BEYERLEY RODRIGUEZ ORTIZ

VIDEO (ANÉCDOTA EL PUYO)

Estando en el colegio de edad de diez años más o menos, yo nací en el año 52 por ahí en el 64
o 66 por ahí. Aquí en Betulia no había luz, era una oscuridad la que había y aquí había dos
neveras de gas, una donde Inés y una donde Vicente Diaz. Hacían unos helados muy sabrosos y
yo ahí vi a unos pelados comiendo helado y yo le dije:

- Papá, deme la plata para comprar el lapicero que no tengo.

Me dio la plata para el lapicero y yo me compré cuatro helados, ¡me mamé cuatro helados! y

y me fui para el colegio.

El profesor no había llegado, el profesor era de Colosal. Estaban todos los estudiantes ahí en el
salón y entonces yo formé un tropel y dije:

- ¡ay no joda, se me robaron el lapicero!, ¡se me robaron el lapicero! y formé un tropel y una
bulla allí, en eso llegó el profesor al salón y coge la regla, ¡Praa!

- ¿qué le pasa al puyo que lo veo hablando ahí?

- ¡Profesor, se me robaron el lapicero!

-Bueno, ¿y ahora qué quieres que haga yo?

-Digo, profesor, requisar a los estudiantes de pronto lo tienen.

- No señor, aquí hay cuarenta estudiantes, yo no me voy a poner a revisar, a requisar


estudiantes. Aquí cada cual asegura lo suyo, para que no sea idiota, no sea mongólico y ni
babieca. Aquí asegure, para que asegure lo suyo. ¡Así que, se sientan! y yo dije:

-Bueno, con eso que me dijo, ahora me le voy a robar el de él, con esa insultada que me dijo,
“me le voy a robar el de él”.

Y así fue, el profesor empezó a dar la clase. Después de una hora, ¡para el recreo! - Exclamó el
profesor.

Yo me quedé de último en el salón, el profesor dejó el lapicero encima en el pupitre y cuando


pasé me lo embolsillé y me lo guardé, bien guardado, por si acaso me requisaban. A los 15
minutos el profesor tocó pito, ¡para el salón! y entramos al salón, el profesor dijo:

- ¡Papel y lápiz, primera pregunta!


- ¡Profesor, usted sabe que yo tengo papel, pero el lapicero me lo robaron!

-Bueno, pero por eso no va dejar de hacer la tarea, yo le voy a prestar el mío.

Va a buscar el de él y ¿adónde?, eso se requisaron pupitres, se requisó los bolsillos y bueno, en


vista de que no lo encontraba, cogió la regla y la traqueo en el pupitre ¡Praa!

- ¡De pie todo el mundo, aquí lo que hay es una partida de picaros!, ahora rato se le robaron el
lapicero al Puyo y ahora se me robaron el mío, ¡se me quedan todos castigados!, menos el
Puyo.

Llegando a la casa dije yo:

- “Ay que ver, que sueltan es al pícaro”.

También podría gustarte