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Introducción

En el documento se hace un análisis desglosado de la manera en que la ciencia en el


sentido estricto de la palabra, nació con la inquietud primitiva de los seres humanos
por buscar respuestas a los fenómenos que lo rodean; por ello se plantea la necesidad
de explorar los planteamientos epistemológicos de los diferentes filósofos
presocráticos en esa transición del paso entre el mito y el logos. Del mismo modo, se
busca entender cuáles fueron esos elementos en común que tuvieron aquellos
filósofos para buscar inicialmente, una explicación científica rudimentaria frente a la
arbitrariedad de las cosmogonías mitológicas: filosofía.
Metodología Análisis documental mediante lectura critica
Reseña
En primer lugar, el autor del documento empieza realizando una distinción entre
filosofía y ciencia; aduce que algunos autores la denominan como sinónima en la
antigüedad: ciencia y filosofía como iguales. Sin embargo, otros autores la consideran
como entes separados que surgieron simultáneamente. Acto seguido, la interacción
social como consecuencia del comercio en el mediterráneo entre diferentes
civilizaciones conllevo indirectamente a que se generará lo que el autor menciona,
como “método hipotético deductivo”. El cual hace referencia al primer momento
racional del ser humano cuando ante su capacidad de asombro frente a la realidad de
la naturaleza que lo envolvía sin utilizar elementos míticos como dioses o magia;
buscar el origen en elementos como el agua, el fuego o el aire. A medida que el
asombro generaba razonamientos, estos se ponían en tela crítica y generaban debate
entre los mismos presocráticos.

De otro lado, una característica que definiría al logos del mito, es la capacidad de
abstracción y de discurso con la que los filósofos presocráticos se abocan por la
explicación de la realidad en sus diferentes manifestaciones; pero sin duda alguna, las
contribuciones de estos a la ciencia moderna son importantes de tal manera que, los
planteamientos pitagóricos, atomicistas y del movimiento perpetuo de las cosas que
se transforman, son la panacea de los planteamientos contemporáneos de la química,
astrofísica, matemáticas aplicadas, relatividad, etc. Por algo el autor hace mención de
los “físicos de Jonia”.

En ese sentido, los aportes de la escuela jónica se basaban en buscar en la


fundamentación hilozoíca, por eso varios filósofos como Tales de Mileto,
Anaximandro, Anaxímenes lo buscaron en el agua, fuego o aire.

Resulta interesante la manera en que filósofos como Anaximandro desarrollaron


pensamientos intuitivos que algunos autores consideran como mera coincidencia que
tengan una similitud con las teorías modernas de la evolución de las especies y del
mismo universo, cuando este filosofo hacía referencia del apeirón. En antítesis, hay
quienes consideran que la percepción o noción de una tierra que se encuentra en una
esfera (universo moderno) fue la semilla para que un milenio después, los científicos
del renacimiento siguieran esa lógica en la formulación de una tierra esférica que
hace parte de un sistema aún mayor.

Por su lado, Anaxímenes tuvo una idea exigua de lo que hoy en día se llama
condensación en torno a su planteamiento del aire como fuente de vida y de las cosas.
Por lo tanto, Mileto, Anaximandro y Anaxímenes fueron los primeros científicos,
cuyas hipótesis podrían considerársele el antepasado de las teorías modernas
mencionadas anteriormente. Acto seguido, la escuela pitagórica fue importante
porque en esta se produce la introducción del concepto de cosmos, el cual es utilizado
en la actualidad. Así mismo, su enfoque matemático daba cuenta para dicho filósofo,
que las matemáticas eran susceptibles de explicar las formas de las cosas en una
especie de lenguaje abstracto que diera cuenta de dimensiones cuantitativas como el
largo, ancho, profundidad, proporciones, etc.

De tal modo, que uno de los legados más palpables es el famoso teorema de
Pitágoras, utilizado en la actualidad. Aunado a ello, dicha matemática se hizo
demostrativamente y a su vez, se caracterizó por ser deductiva. También se le
considera como uno de los primeros en desarrollar los conocimientos geométricos
vigentes hasta la actualidad con la trigonometría. Pero en lo que más diferencia a la
escuela pitagórica de la jónica es el monismo (verdad única) y el dualismo pitagórico,
donde se consideraba que todo tenía un contrario que le daba un equilibrio de
compensación; así se puede interpretar.

En el contexto de Heráclito, este fundó una nueva escuela jónica, cuya premisa
principal se centraba en el fuego como fuente de origen y fin de las cosas. Sin
embargo, su pensamiento es interesante porque sus pensamientos que aluden a la
dinámica de los cuerpos y el tiempo, se basan en que nada es igual en el transcurrir
del tiempo histórico, todo está en movimiento y las cosas cambian constantemente.
Dicha premisa es compatible con las dinámicas físicas modernas respecto a la
entropía y las leyes de conservación de la energía, las cuales aluden a la energía como
indestructible ni creada, solo transformante. En contraste, Parménides de la escuela
eleática sentó las bases de la reflexión racional al considerar la inmutabilidad de las
cosas y al considerar al razonamiento con base a los sentidos, como engañoso. En ese
sentido, dicho filosofo contribuyó al desarrollo del pensamiento deductivo y no
inductivo como el de los anteriores filósofos mencionados.

Por su parte, la escuela de los pluralistas entra a mejorar la visión de Parménides en el


sentido que estos considerar que existen varios seres que, al relacionarse, hacen que la
realidad sea posible. De ese modo, filósofos como Empédocles acudían a la
multiplicidad de sustancias que en una relación dinámica daban vida a los seres vivos
que se conocen y que, además, brindan las condiciones para que estos cambien,
siendo los mejores quienes lo puedan hacer, y los peores, desaparecidos. El autor del
texto, hace un paralelo con la teoría darwiniana y confirma lo que se ha mencionado
anteriormente, la herencia de los saberes presocráticos en los planteamientos
modernos de la ciencia.

Acto seguido, es de admirar la manera en que los filósofos como Anaxágoras y sobre
todo, Demócrito y Leucipo, fueron capaces de intuir que los cuerpos observables
estaban constituidos a su vez, de una infinidad de unidades más pequeñas que para su
época era una novedad, pues, el átomo ha sido un concepto que solo tomó forma clara
durante los siglos XIX y sobre todo, en el siglo XX; imaginar que unos filósofos de la
antigüedad tuvieron tan solo una idea exigua de estos, es de admirar. Y recalca que el
conocimiento es acumulativo, solo se mejora en el tiempo histórico.
Evaluación Personal
Me parece interesante la manera en que el autor hace un análisis detallado de cada
uno de los planteamientos de los diferentes filósofos y la diferenciación que hace de
las escuelas, así como del paralelo que hace con los planteamientos teóricos de la
modernidad. Pero es precisamente, ese pensamiento moderno el que se ha
hegemonizado en la cultura actual de tal manera que, se ha segregado otras formas de
razonar y de ver el mundo. Y es que, irónicamente, el pensamiento racional
occidental desprecia otros conocimientos ancestrales de comunidades aborígenes que
aunque no manejen el método científico, son conocimientos validos en ámbitos como
la medicina; el libro “Las Plantas de los Dioses” de Richard Evans Schultes es un
ejemplo bajo el cual, la ciencia moderna se ha apropiado de dichos saberes, pues el
conocimiento ancestral en función de las propiedades medicinales de una infinidad de
plantas, fue patentado por la comunidad científica y en gran medida, este se patento
en farmacéuticas. Así que, la historia del racionalismo que presenta el autor, me
parece acertado y romántico, aunque no tiene en cuenta la situación actual de la
ciencia que ha sido politizada y fraguada por intereses económicos.
Conclusiones
Una conclusión valida de afirmar, es que la duda existencial y cosmogónica que ha
acompañado al ser humano, no solo desde la antigüedad, sino desde que este adquirió
consciencia, es la semilla bajo la cual, el pensamiento racional por más primitivo que
sea, sentó las bases para la ciencia moderna que aún se alimenta de ese principio,
como señala el autor: la duda. Aunado a ello, otro de los principios son la curiosidad
y reconocer la ignorancia frente a fenómenos de la realidad misma. A su vez, la
incertidumbre juega un papel crucial en la intensidad de los planteamientos racionales
que buscan la verdad de diversas maneras, por lo cual, es preciso finalizar
mencionando que hasta ahora, los presocráticos sentaron el camino epistemológico
por el cual debe moverse la razón en la ciencia.

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