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Los cuatro o cinco elementos de la naturaleza —normalmente agua, tierra, fuego y aire, a los que

se añade la quintaesencia o éter— eran, para muchas doctrinas antiguas, los constituyentes
básicos de la materia y explicaban el comportamiento de la naturaleza. El modelo estuvo vigente
hasta que la ciencia moderna empezó a desentrañar los elementos y reacciones químicas.

En la cultura occidental, el origen de la teoría de los cuatro elementos se encuentra en los filósofos
presocráticos y perduró a través de la Edad Media hasta el Renacimiento, influyendo
profundamente en la cultura y el pensamiento europeo. Los estados de la materia, según la
ciencia moderna y, en menor grado, también la tabla periódica de los elementos y el concepto de
combustión (fuego) pueden ser considerados sucesores de aquellos modelos tempranos.

La India y Japón añadían un quinto elemento invisible, el éter.[cita requerida] China por su parte
enunciaba elementos ligeramente diferentes y todavía usados en la medicina china tradicional:
tierra, agua, fuego, metal y madera, entendidos más como diferentes tipos de energía en un
estado de constante interacción y flujo entre unos y otros, en oposición a la noción occidental que
los relaciona con las diferentes manifestaciones de la materia.

En Occidente

Los cuatro elementos de los griegos. Diagrama común con dos cuadrados, donde el más pequeño
se sobrepone. Las esquinas del más grande muestran los elementos, y las esquinas del menor
representan las propiedades.

El filósofo griego Tales de Mileto propuso que el principio de todas las cosas (o arché) era el agua.1

Después Anaxímenes consideró que el principio era el aire, Heráclito creyó que el fuego era el
principio, y Jenófanes la tierra. Aecio y Sexto Empírico comentan un fragmento de un texto de
Jenófanes (B27) en el cual Jenófanes dice que la tierra es principio y fin de todas las cosas. Pero
Aristóteles había dicho que ningún pensador había atribuido a la tierra el carácter de elemento
primordial.

Para Aristóteles el éter o quinto elemento es la quintaesencia, razonando que el fuego, la tierra, el
agua y el aire eran terrenales y corruptibles, y que las estrellas no podían estar hechas de ninguno
de estos elementos, sino de uno diferente, inmutable, de una substancia celestial.

Los pitagóricos utilizaban las letras iniciales de los cinco elementos para nombrar los ángulos de su
pentagrama, y los identificaban con los sólidos platónicos.
La teoría de las cuatro raíces de Empédocles (cerca del 450 a. C.) es mencionada por Aristóteles:

El agua es a la vez fría y húmeda.

La tierra es a la vez seca y fría.

El fuego es a la vez caliente y seco.

El aire es a la vez húmedo y caliente.

De acuerdo con Galeno, los elementos fueron usados por Hipócrates cuando describía el cuerpo
humano, asociándolos con los cuatro humores:

la bilis amarilla (fuego),

la bilis negra o melancolía (tierra),

la flema o pituita (agua),

la sangre (aire).

El término «éter» fue recuperado por físicos del siglo xix para denominar el medio invisible que
llenaba el universo, el éter luminoso.2

En 1987, el compositor Robert Steadman escribió una sinfonía en la cual cada movimiento
representaba las características de los elementos clásicos de la Antigua Grecia: aire, agua, tierra y
fuego. De un modo más tópico se han tratado en corrientes de la música contemporánea, como la
New Age.

Resulta evidente que el concepto/término «elemento» utilizado por los antiguos no se refiere a los
elementos químicos de la ciencia moderna. Estudiosos más recientes han razonado que los
elementos de la naturaleza se refieren a los estados de la materia, es decir: líquido (agua), sólido
(tierra), plasma (fuego), gas (aire).

La astrología y los elementos griegos

Representación de los cuatro elementos en el contexto astrológico, en un manuscrito inglés del


siglo xi.

La astrología continúa usando el concepto de los cuatro elementos desde la Antigüedad, aplicando
a las técnicas de interpretación y cálculo astrológico los cuatro elementos de la antigüedad griega,
en el contexto de la carta astral.
Según Pierre Riffard, en su Diccionario de esoterismo, el orden estratigráfico de los elementos es:

tierra

agua

aire

fuego

éter

Y el orden genérico de los elementos es:

éter

fuego

aire

agua

tierra

Para algunos sectores del ocultismo, los cuatro elementos representados en la esfinge egipcia se
relacionan con la astrología babilónica:

el rostro humano corresponde a Acuario (aire),

las alas al águila de Escorpio (agua),

las garras de león a Leo (fuego) y

las patas de toro a Tauro (tierra).

Shakespeare y Calderón

En la literatura europea, en especial en el teatro del Barroco, pueden encontrarse referencias a los
cuatro elementos.3

Por ejemplo, en La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca:

En quien un mapa se dibuja atento,

Pues el cuerpo es la tierra,


El fuego, el alma que en el pecho encierra,

La espuma el mar, y el aire es el suspiro,

En cuya confusión un caos admiro;

Pues en el alma, espuma, cuerpo, aliento,

Monstruo es de fuego, tierra, mar y viento.4

Otro ejemplo se encuentra en Hamlet, de William Shakespeare:

Yo he oído decir que

el gallo, trompeta de la mañana,

con la alta y aguda voz de su garganta sonora

despierta al dios del día, y que a su anuncio,

todo extraño espíritu errante en el mar o el fuego, en la tierra o el aire, huye

hasta su confín.5

En Oriente

Los cinco elementos en el hinduismo

Artículo principal: Sāṃkhya

Los pancha maja-bhuta (cinco grandes-elementos), del hinduismo y budismo temprano son:

pritiví o bhumi (tierra).

ap o yala (agua).

agni (fuego).

vaiu o pávana (aire o viento).

akasha (éter).

Los cuatro elementos en el budismo temprano

En la literatura pali, los maja bhuta (‘grandes elementos’) o chatu dhatu (‘cuatro elementos’) son:

agua

tierra

fuego
aire

En el budismo temprano, los cuatro elementos son las bases del entendimiento del sufrimiento y
para liberarse a uno mismo de él.

Los cinco elementos de la antigua China

El círculo de los elementos.

Artículo principal: Wu Xing

En el taoísmo hay un sistema similar al de los griegos, que incluye metal y madera, pero excluye al
aire.

Los cinco planetas mayores están asociados con el nombre de los elementos:

Venus es metal

Júpiter es madera

Mercurio es agua

Marte es fuego

Saturno es tierra.

La Luna representa el yin y el Sol representa el yang.

El yin, el yang y los cinco elementos figuran en el método najia de interpretación I Ching, el más
antiguo de los textos chinos, que describe la cosmología y filosofía china.

Los cinco elementos en Japón

Artículo principal: Godai

Las tradiciones japonesas usan un grupo de elementos llamados el 五大 (godai, literalmente ‘los
cinco grandes’). Estos cinco son:

tierra

agua
fuego

aire

vacío

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