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En el jardín de la abuelita Rosita había una flor blanca llamada Blanquita que se sentía triste y sola por ser diferente a las demás flores de colores. Un día, el colibrí Piquín la encontró llorando y la animó diciéndole que el blanco también es hermoso y representa valores positivos como la pureza y la bondad, y que ella es única e importante en el jardín. Desde entonces, Blanquita se sintió feliz y aprendió a aceptarse a sí misma.
En el jardín de la abuelita Rosita había una flor blanca llamada Blanquita que se sentía triste y sola por ser diferente a las demás flores de colores. Un día, el colibrí Piquín la encontró llorando y la animó diciéndole que el blanco también es hermoso y representa valores positivos como la pureza y la bondad, y que ella es única e importante en el jardín. Desde entonces, Blanquita se sintió feliz y aprendió a aceptarse a sí misma.
En el jardín de la abuelita Rosita había una flor blanca llamada Blanquita que se sentía triste y sola por ser diferente a las demás flores de colores. Un día, el colibrí Piquín la encontró llorando y la animó diciéndole que el blanco también es hermoso y representa valores positivos como la pureza y la bondad, y que ella es única e importante en el jardín. Desde entonces, Blanquita se sintió feliz y aprendió a aceptarse a sí misma.
En la casa de campo de mi abuelita Rosita había un hermoso
jardín donde había flores de todos los colores, pero había una flor llamada Blanquita que era diferente a las demás siempre estaba muy triste y solitaria. Un día Piquín el colibrí estaba sobrevolando el jardín y miro una flor que era diferente a las demás, se le acerco y miro que estaba muy triste y llorando. Piquín le dijo que porque estaba así a lo que Blanquita le respondió que no se sentía bien, era una flor diferente para lo que el colibrí mirándola le dijo que todas las flores son muy hermosas y más ella que no es que no tenía color porque el blanco también es un color hermoso que significa pureza, paz, inocencia, bondad que son valores muy especiales. Así que Blanquita no debes sentirte triste eres muy hermosa además única en el jardín de tu abuelita Rosita. Desde ese día ella se volvió muy feliz y se hizo amiga de las otras flores ya no se sentía diferente y todo gracias a Piquín. Moraleja: Debemos aceptarnos como somos con nuestras virtudes y defectos y no creernos menos por ser diferentes a los demás.