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La mariposa Leila era muy engreída y orgullosa, creyéndose más bella que sus amigos. Un día se alejó de ellos y se puso a observar su reflejo en una gota de agua, pensando que era otra hermosa mariposa. Al darse cuenta de su error, comprendió que había actuado mal al alejarse de sus amigos. Pidió perdón y desde entonces disfrutó jugando y compartiendo con ellos, aprendiendo que todos son valiosos.
La mariposa Leila era muy engreída y orgullosa, creyéndose más bella que sus amigos. Un día se alejó de ellos y se puso a observar su reflejo en una gota de agua, pensando que era otra hermosa mariposa. Al darse cuenta de su error, comprendió que había actuado mal al alejarse de sus amigos. Pidió perdón y desde entonces disfrutó jugando y compartiendo con ellos, aprendiendo que todos son valiosos.
La mariposa Leila era muy engreída y orgullosa, creyéndose más bella que sus amigos. Un día se alejó de ellos y se puso a observar su reflejo en una gota de agua, pensando que era otra hermosa mariposa. Al darse cuenta de su error, comprendió que había actuado mal al alejarse de sus amigos. Pidió perdón y desde entonces disfrutó jugando y compartiendo con ellos, aprendiendo que todos son valiosos.
Vivian pequeos conejos, lindas mariposas y flores de muchos colores; todo era felicidad. Pero tenan un problema, una de las mariposas, la ms hermosa de todas era muy engreda y orgullosa, leila as la llamaban sus amigos se crea la ms bella del jardn y pensaba que era mejor que todos sus amigos, pues consideraba que era la ms inteligente y hermosa. Un da acercndose a sus amiguitos les dijo muy engreda: No quiero jugar con ustedes, soy muy linda y no necesito tener amigos. Sus amiguitos se sintieron muy tristes y leila se fue sola al rincn ms apartado del jardn donde el roci de la maana caa suavemente y gotas caan en las ptalos de una linda rosa roja donde ella estaba, al tiempo ella miro hacia la gota de lluvia y observo una criatura preciosa que se mantena ajena a los juegos de todas las dems mariposas y conejitos del jardn. Era otra mariposa tan hermosa que leila retuvo el aliento al contemplarla. La otra mariposa ni hacia nada, apenas si sonrea a leila en respuesta a sus sonrisas. Todos los conejitos y las dems mariposas la miraban y murmuraban pero leila no les hizo caso continuo observando a su amigo silencioso. Al cabo de unas horas leila segua all mirando aquella mariposa misteriosa y hermosa que no haca nada. Se acerc un poco para ver mejor a su amigo y entonces se dio cuenta. Toda el da se haba pasado mirando su propia imagen en la gota de agua que caa en los ptalos de rosas rojas del ese bello jardn. Se sinti muy tonta y desilusionada, haba gastado todo su tiempo contemplando un ser frio que nada poda ofrecerle y abriendo sus alas y sus ojitos llenos de lgrimas se dio cuenta que era ella misma y que haba actuado mal, avergonzada y arrepentida fue donde sus amigos los conejitos, sus amigas las mariposas a pedirles perdn por ser tan engreda y orgullosa, ellos felices la perdonaron y le dieron un fuerte abrazo y desde entonces cuentan como leila la mariposa engreda cada vez que llega la primavera le gustaba jugar con todos sus amiguitos y
revolotear sus alas en alegra por compartir y dar amor a sus amigos y que poda no creerse mejor que los dems, sino descubrir que todos somos valiosos.