Está en la página 1de 88

Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CONCEPTOS FUNDAMENTALES
ABACO .- Se trata de un antiguo instrumento de cálculo, que fue ampliamente utilizado en el 3000 a. C. en la
zona mediterránea; su origen, probablemente, era Babilonia.
El ábaco, era un cuadro de madera con alambres paralelos en los que había bolas movibles. La última columna
de la derecha corresponde a las unidades, la penúltima a las decenas, y así sucesivamente.

En la parte inferior de cada columna existían cinco cuentas elementales y, situadas en la parte superior, otras
dos de distinto color que representaban cinco unidades. Así, representando un número en el ábaco mediante las
cuentas situadas en sus columnas correspondientes, las sumas se realizaban añadiendo las cuentas necesarias a
cada columna, dígito a dígito, de forma que si en este proceso completaba alguna columna con diez cuentas,
éstas eran eliminadas y se sumaba una cuenta en la columna ubicada inmediatamente a su izquierda.

Las bolas de un alambre representan unidades de diez veces mayores que las del alambre inmediatamente
inferior. Los chinos y japoneses, acostumbrados al uso de estos aparatos, efectuaban rápidamente no sólo
operaciones con las cuatro reglas, sino también la extracción de raíces.

ABOVEDADO.- Es un adjetivo que se dice de lo que tiene la  forma o figura de bóveda o cubrir, envolver la
misma bóveda o una cripta o un lugar subterráneo.

Su etimología proviene del verbo activo transitivo «abovedar» o cubrir con la misma bóveda del prefijo «a» por
el latín «ad» cercanía y de la palabra bóveda y del latín «volvita» y vinculada al verbo «volveré»
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

ABSIDIOLO.- En la cabecera de un templo, ábsides laterales de igual o menor flecha (1) que el ábside central,


al que se adhieren o rodean en número generalmente par, y de luz por lo común más reducida. En su interior
cobijan casi siempre una capilla; con frecuencia alguno de ellos aloja la pila (4) bautismal. Aunque para las
cabeceras planas preferimos en este glosario utilizar el término testero, no es infrecuente que, a falta de mejor
nombre, también nosotros usemos el de absidiolos para referirnos a los cubos (4) poligonales que a veces las
acompañan.

En la arquitectura románica abunda sobre todo la cabecera triconque o tricónquide, formada por un ábside


principal y dos absidiolos o un testero triple. En cabeceras más complejas los ábsides y absidiolos se multiplican
y se disponen escalonadamente, combinándose incluso con testeros que los reciben en su seno.

En las plantas de cruz latina a menudo todos o alguno de los absidiolos forman parte de los brazos
del  transepto.

Son infrecuentes los ábsides con solo dos cilindros, ambos del mismo tamaño o uno con forma de absidiolo.
Rara vez responde dicha traza al proyecto original, bien porque se añadió un segundo cubo al dotar
posteriormente a la primitiva iglesia de otra nave, bien porque una torre campanario u otra cosa vino un día a
ocupar el lugar de uno de los dos absidiolos preexistentes. En las siguientes poblaciones hay iglesias que
presentan ábsides románicos con las características descritas: Basarán (Broto, Huesca), Cerbón
(Soria), Lasieso (Huesca), Manquillos (Palencia), Villaconancio (Palencia), Villaute (Burgos) y Udalla
(Cantabria).

ACANTO.- Las hojas de acanto son conodidas por todos en la escultura clásica, esta semana nos acercamos a la
planta el Acanto,  Acanthus mollis.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Según cuenta la leyenda los capiteles corintios, decorados con hojas de acanto, surgen que el escultor Calímaco
vio en la tumba de fémina, una planta de acanto que cubría parcialmente una cestilla.
Desde entonces forman parte de nuestra cultura, hasta el punto de ser más conocidas las hojas en los capiteles
que la planta en sí misma para la gran parte de la sociedad.

El Acanto es una planta mediterranea de la familia de las Acantaceas.


Hay varias especies dentro de estes género del Acanthus (una treintena), si bien en la mayoría de los casos nos
referiremos a un puñado de ellas, principalmente Acanthus mollis y Acanthus spinosus.
Acantus mollis  de hojas más redondeadas, con lóbulos menos hendidos y sin espinas y un tono verde, justo al
contrario que como bien dice su nombre A. spinosus.
También podríamos citar A. balcanicus, por citar otra especie utilizada.
Son plantas muy interesantes para jardines, o zonas del mismo, en sombra o semisombra. Si bien es una planta
todo terreno prefiere, sobretodo en climas muy soleados y calurosos, esas zonas húmedas en sombra donde
crecen mal otras especies.
Con sus grandes hojas de hasta 1m distribuidas en forma de roseta, cubre fácilmente grandes superficies,
generando una solución fácil a esas zonas en umbría.
Por tanto utilizar esta planta en grupos o individuos aislados combinadas con otras puede ser muy interesante
en dichas ubicaciones. Creando efectos realmente vistosos. Y por supuesto en terrazas y patios tanto en el suelo
como en grandes macetones.
El Acanto es como digo resistente, no tiene muchas plagas (caracoles, algún hongo...), no es demasiado delicada,
resistiendo el frío a expensas de sus hojas. Que perderá por el frío, resistiendo sus órganos subterráneos hasta la
llegada del buen tiempo (será entonces cuando eliminemos estas hojas secas para favorecer una mejor
brotación). La única condición es que el suelo sea rico en nutrientes y este húmedo pero bien drenado pudiendo
tolerar una gran diversidad de terrenos. Incluidos ambientes marinos.
Pero... aún hay más, el Acanto tiene propiedades medicinales diversas, aquí como siempre insisto en la
precaución y el sentido común. Solo utilizar bajo supervisión de un experto y con garantías. Si no mejor no
arriesgarse...
Y si todo esto nos parece poco, esta especie produce unas grandes varas donde se sitúan las flores blancas con
las brácteas de color púrpura que destacarán entre sus hojas verdes. Floraciones prolongadas en el tiempo, que
arrancan en primavera y se irán sucediendo durante el verano.
Además de en jardín, estas inflorescencias son ideales para utilizar como flor cortada y seca.
Desde luego por el tamaño y vistosidad esta floración no pasa inadvertida, siendo una manera de darle más
"vida" a esa zona sombría y que en principio estaba carente de interés.

Para multiplicarla por división de los rizomas o bien por semilla (en variedades que sean fértiles).
El marco de plantación debe ser amplio ya que como se ha comentado anteriormente es una planta con grandes
hojas y de un gran desarrollo.
Su facilidad para  multiplicarse puede implicar un riesgo de que se "expanda" rápidamente por todo el espacio
que tenga disponible... Detalle a tener en cuenta.
Es una planta que considero puede aportar mucho al jardin, tanto en grandes grupos, en combinación o sola. En
cualquier espacio sombreado bajo un árbol, una zona donde otras especies no prosperen adecuadamente...
sirva esto como idea para las plantaciones de dichos lugares.
Así de forma rápida se me ocurren en  combinación con Guneras, Hostas y Helechos varios. La primera foto que
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

os muestro es de un capitel griego para que podáis ver la similitud con la planta real. Yo si encuentro el
parecido... ¿vosotros?

ACROPOLIS.-
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Lo primero que vamos a hacer para establecer el significado del término acrópolis es descubrir su origen
etimológico. En este sentido, hay que determinar que es una palabra de origen griego, “akropolis”, que puede
traducirse como “lugar fortificado en la zona más alta de la urbe” y que es fruto de la suma de dos partes
diferenciadas:
-El sustantivo “akros”, que es equivalente a “altura”.
-La palabra “polis” que es sinónimo de “ciudad”.

Acrópolis es un concepto que alude al lugar de una ciudad que se encuentra más elevado . La noción
solía usarse en la Antigua Grecia para denominar al sitio de una localidad situado a mayor altura y amurallado
o protegido a través de una fortificación.

Era habitual que los griegos, los romanos y otros pueblos antiguos comenzaran a desarrollar sus  ciudades en
terrenos elevados que les facilitaban su defensa. Ese espacio, llamado acrópolis, era el punto de partida para
el crecimiento de la zona urbana.

En la acrópolis se levantaban los edificios y las estructuras más importantes, como el ágora (la plaza) y
distintos templos. Por eso la acrópolis solía albergar los encuentros más relevantes de la ciudad.

La acrópolis de Atenas, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad  que elabora la UNESCO, es la
acrópolis más conocida. Se encuentra a 156 metros de altura y comenzó a construirse varios siglos antes de
Cristo. Hoy esta acrópolis alberga ruinas muy importantes a nivel histórico, como el Partenón, el Teatro de
Dioniso y el Templo de Atenea Niké, que también son grandes atractivos turísticos.
Es conocida como la roca sagrada y la entrada a la misma se realiza a través de una puerta que recibe el nombre
de propileos.

Acrocorinto, por otra parte, es el nombre de una elevación que funcionó como la acrópolis de Corinto. En su
cumbre existió un templo que en sus orígenes rindió tributo a Afrodita, luego se transformó en iglesia y más
tarde fue una mezquita.

De Acrocorinto podemos destacar, además, que fue usada como acrópolis hasta la Edad Media, que alcanzaba
los 575 metros de altura y que hoy sus ruinas se han convertido en unas de las más impresionantes de toda
Grecia. De ahí que sean numerosos los visitantes que cada año cuando visitan el país no dudan en hacer una
escapada para poder conocerla a fondo.

De la misma manera, no podemos olvidarnos tampoco de la llamada Acrópolis de Lindos, que se encuentra
situada en Lindos, al sur de la isla de Rodas. Tiene su origen en el año 100 a.C y desde aquel momento pasa a ser
un lugar fundamental en lo que es el culto a Atenea.

En la actualidad, gracias al importante número de excavaciones que se han realizado en su territorio, se han
podido descubrir una gran variedad de objetos de gran valor histórico.

El Rally de Acrópolis, por último, es una tradicional competencia automovilística que se desarrolla en las


montañas de Grecia y cuya primera edición se disputó en 1951. Colin McRae, Sébastien Loeb, Carlos
Sainz, Marcus Grönholm, Didier Auriol y Juha Kankkunen son algunos de los pilotos que se consagraron en
el Rally de Acrópolis.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

ACROTERA.- En la arquitectura griega y romana clásicas, las acroteras son zócalos (pedestales) que


sostienen los adornos, dispuestos en el vértice o sobre las extremidades de un frontón. La palabra llega al
español del griego clásico ἀκρωτήριον, 'cumbre', latinizada como acroterium, a través del francés acrotère.[1]

Por extensión, las acroteras designan a los propios adornos, pueden ser estatuas, estatuillas de piedra, vasos
de terracota, etc. Los materiales utilizados son variados: piedra, terracota, pintado, plástico y bronce.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

En la arquitectura moderna, se llama muro acrótero, abreviado acrótero, al murete situado al borde de las


terrazas para permitir elevar la estanqueidad.

(Es palabra llana. Ver este  artículo.)

En los órdenes (1) jónico  y corintio, elemento decorativo que remata los vértices de un frontón. Suele
representar un motivo vegetal o un animal estilizado. En posteriores imitaciones renacentistas y neoclásicas se
advierte una mayor libertad de inspiración al incorporar también figuras
humanas. Acroterio. Antefija. Crestería. Gorgona.

Remates troncocónicos que sirven de colofón ornamental a los frontones, cornisas (1) y aleros de las fachadas y


de algunas torres. Frecuentemente adoptan forma de estatua, jarrón, bola,
etcétera. Fastial. Flamero (1). Quimera.

Por extensión de las acepciones anteriores, cruz que corona en muchas iglesias el piñón (1) o
la bóveda del crucero (1).

Acrotera de la fachada principal. Casa Museo Modernista.


Novelda (Alicante). 1904.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

acroteras vegetales clásicas

ACHAFLANADO.- Que tiene forma


de chaflán. Alambor. Almohadillado. Bisel. Esviaje. Inglete (2). Ochavado. Sesgado.

croquis de achaflanado
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Arquivolta achaflanada en el vano del ábside.


Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Fuentes (Cuenca). Siglo XII.

Casa Ferrán Guardiola o casa China. Barcelona. 1929.

mesa de tablero achaflanado

 AJARACA.-

En la ornamentación islámica y mudéjar, adorno frecuentemente cerámico formado por líneas, lazos,


estrellas, ‘ruedas’, flores y entrelazados (2).

Arción. Carpintería de lazo. Cuerda seca. Lacería. Peinazo (2). Rueda de lazo. Sebqa. Zafate.


 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Azulejo a la  cuerda seca  procedente de Toledo.


Siglo XVI.

Cerámica del museo catedralicio.


Teruel. Siglo XIV.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Ajaracas  nazaríes  de la Alhambra.


Granada. Siglos XIV-XV.

ALMINAR.-
o minarete

Torre aneja o muy próxima a la mezquita, generalmente de gran altura, desde donde
el almuédano o muecín convoca a los fieles a la oración.

Arabe. Islámico. Musulmán.
 

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Minarete de la mezquita de Samarra,


Irak, edificado en ladrillo en el año 847.
(El alminar más antiguo del mundo.)

Mezquita de Basharat. Pedro Abad (Córdoba). 1982.


Primera mezquita en suelo peninsular después de
700 años.

ARCO.- Elemento constructivo con forma generalmente curva, que cubre un vano entre dos puntos fijos. Nació
con misión estructural de sostén, pero pronto se descubrió su no menos productiva tarea ornamental, hasta el
punto de conjugar frecuentemente ambas funciones en una misma unidad.

En la configuración de un arco pueden entrar, con técnicas diferentes, los sillares o los ladrillos, pero solo el
arco que se arma con sillares presenta con claridad los componentes clásicos (1) que lo identifican y explican su
formación. Dichos componentes no son otros que las dovelas, piezas troncocónicas que lo recorren en su
integridad y que reciben diferentes nombres según el puesto que ocupan, a saber:

» salmer: dovela de arranque a cada lado del arco

» clave: dovela central en la cima (2) del arco, pieza maestra para su sostenibilidad

» contraclaves: dovelas adyacentes a la clave

» riñones: dovelas que ocupan la zona intermedia entre el arranque y la clave

» estribo (5), almohadón o imposta: sillar donde apear(1) cada extremo del arco.

En las caras que presenta un arco cabe distinguir:

→ El intradós: cara que mira hacia el vano.

→ El trasdós (1 y 2): cara opuesta al intradós, invisible casi siempre por ir embebida en el muro.

→ La rosca (1): cara que media entre el trasdós y el intradós. Aunque el arco tiene dos roscas, generalmente
solo se toma en consideración la que mira al frente, ya que la otra, al ir innumerables veces pegada a la  fábrica,
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

queda fuera de la vista. A este respecto cabe señalar como excepción la arquería árabe exenta y otros arcos
que dejan al aire todas sus caras.

Desde el punto de vista artístico, la rosca y el intradós son con frecuencia objeto de ornamentación adicional, tal
como sucede en las arquivoltas y los arcos triunfales y de triunfo.

El vano que el arco enmarca se define por dos dimensiones:

• la luz: anchura que hay de lado a lado del intradós a nivel del arranque, o entre los riñones de un lado y otro
en el arco de herradura y el arco lobulado.

• la flecha: altura desde el arranque hasta la clave.


Para entender los numerosos arcos complejos que se apartan del medio punto (patrón del arco) es
fundamental tener en cuenta el centro del arco (algunos arcos tienen varios centros), o sea, el punto
equidistante de la circunferencia o las circunferencias invisibles que lo originan. No obstante, en las definiciones
que se dan de los arcos en este glosario se huye en lo posible de este tecnicismo y se adoptan analogías más
familiares.

componentes del arco


Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

arco exento ornamental

La siguiente clasificación incluye por orden alfabético la mayoría de los arcos existentes. Su nombre responde a
su forma, a la función que desempeñan o a ambas cosas a la vez. Si no se dice otra cosa, las referencias formales
que los definen aluden siempre al intradós.

∼ abocinado: se proyecta uniforme y oblicuamente hacia el exterior aumentando su luz de forma progresiva.
La arquivolta (2) es el paradigma del arco abocinado.

∼ adintelado  o a nivel  o a regla  o degenerante: falso arco sin centro que lo origine. El plano superior que
cierra el vano puede estar formado por dovelas, ladrillos en  sardinel o directamente por
un dintel monolítico (2).

∼ apuntado u ojival: su arcuación  (2) va comprimiendo la luz desde el arranque, para terminar en ángulo a
la altura de la clave.

∼ arbotante o botarete: sus arranques están a diferente altura; el salmer inferior apea en


un contrafuerte o botarel, mientras el superior se ancla directamente al muro, donde el arco recibe
los empujes de descarga para los que ha sido creado. Su trasdós queda enrasado generalmente
con sillería (1), formando un plano de pendiente uniforme.

∼ aviajado  o enviajado  o esviado  o sesgado: sus extremos están colocados oblicuamente respecto de los


respectivos estribos (algunos arbotantes presentan esta forma; otras veces se homologa al
arco rampante o por tranquil).

∼ carpanel  o zarpanel  o apainelado  o cordel: es el arco rebajado, formado por tres porciones de


circunferencia con su propio centro cada una.

∼ ciego:  el que no llega a traspasar el espesor del muro; su aparente aspecto es el de un vano tabicado.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

∼ conopial  o de cortina  o en quilla: a la altura de la clave, rompe hacia arriba el medio punto  con un
apéndice agudo y convexo, que lo hace semejante a un cortinaje o a la quilla de un barco.

∼ crucero (de medio punto y ojival): en la bóveda de arista  (4) une en diagonal sus ángulos


contrapuestos.

∼ de demarcación: arco de medio punto  frecuente entre los romanos para señalar límites territoriales o de
jurisdicción (arco de Bará, provincia de Tarragona) o para enaltecer la entrada y salida de los puentes (3) (arco
del puente de Martorell, provincia de Barcelona).
∼ de doble arco  o de doble rodillo: lo forman dos arcos sobrepuestos, no necesariamente iguales.
∼ de herradura árabe  o mudéjar:  su apeo (1) sobre zapatas (1) en vuelo produce un  ensanchamiento
progresivo de la luz desde el mismo arranque, pero a la altura de las dovelas centrales se retoma el medio
punto.

∼ de herradura visigodo o mozárabe  o enjarjado (3): peraltado en los arranques, ensancha su luz en las


dovelas centrales rebasando el intercolumnio (1), para converger enseguida hacia el medio punto.

∼ de inflexión: está formado por tres secciones de círculo, una cóncava central y dos convexas laterales (no
confundirlo con el arco escocés  o en gola, que presenta vértice agudo.

∼ de medio punto  o formalete: equivale a un semicírculo; es el arco por antonomasia.


∼ de mocárabes  o de cortina angrelado: el intradós está cubierto de picos o dientes a modo de mocárabes.
∼ de punto entero o de todo punto: corresponde al arco apuntado, con la particularidad de que cada lado
tiene su centro en el punto de arranque del lado opuesto.

∼ de triunfo  u honorífico: uno o más arcos de medio punto se yuxtaponen conformando una puerta con uno
o más vanos, separados por pilastras y coronados por un entablamento (1).

∼ deprimido:  la leve concavidad de las dovelas superiores contrasta con la más apreciable concavidad de los
extremos.

∼ deprimido rectilíneo cóncavo:  arco adintelado que tiene redondeados los extremos del intradós,
aumentando la luz.

∼ deprimido rectilíneo convexo: arco adintelado cuyos extremos, a modo de mochetas (1), forman sendos


semicírculos convexos que comprimen la luz.

∼ diafragma: amplio arco de medio punto, apuntado o peraltado, que sostiene una cubierta (1) de madera


a dos aguas o una techumbre recta, formando una enjuta (2) de ángulo obtuso a cada lado. Muy del gusto
del gótico catalán.

∼ doblado: un arco monta sobre otro semejante de menor luz, rebasándolo con algo de vuelo. Repárese en lo
de “semejante”, porque es lo que lo diferencia del arco de doble arco.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

∼ entrelazado o cruzado: lo forman dos o más arcos que se intersecan compartiendo alguna dovela; puede
ser polilobulado; propio del arte islámico y el gótico.

∼ escarzano  o de punto hurtado: cercano a un quinto de circunferencia, con tendencia a ser plano en la
parte superior.

∼ escocés  o en gola  (4): con arranques discretamente convexos, torna en seguida a la concavidad,


estrechando progresivamente su luz hasta morir en acusado ángulo; no hay que confundirlo con el arco  de
inflexión, que presenta vértice plano.
∼ fajón (de medio punto) o perpiaño  (apuntado): divide por tramos una dilatada bóveda  de cañón o
una de cañón apuntado, respectivamente, resaltando su intradós. Cumple la misión de arriostrar a modo
de cincho los muros sobre los que apearla bóveda (no para sostenerla, ya que ella misma se sostiene con su
propia estructura; ver este artículo).

∼ festoneado  o cairelado  o angrelado:  su intradós está ribeteado de ondulaciones lisas u ornamentadas,


o arquillos de medio punto u otros puntos diferentes.

∼ festoneado cóncavo o angrelado florenzado: arco cairelado que arranca como deprimido cóncavo y


termina en conopial.

∼ festoneado cóncavo-convexo: arco mixtilíneo acabado en conopial; comparte tramos cóncavos, convexos


y rectos flanqueados de fronda.

∼ flamígero o equilátero: arco conopial con mayor flecha.


∼ florentino o luneto: presenta un intradós de medio punto al tiempo que el trasdós, abovedado, se proyecta
hacia adelante en arco apuntado.

∼ formero: paralelo al eje longitudinal de una nave, pone esta en comunicación con la crujía lateral contigua.
Los arcos formeros se suceden por igual a ambos lados de la nave principal y pueden adoptar cualquier forma, si
bien predomina el medio punto.

∼ galgado:  arco hecho de ladrillos, en cuya rosca se aprecia la disposición de estos en forma alterna de soga
y tizón.
∼ geminado: cada uno de los dos arcos que resultan de interponer a mitad del vano un mainel (1) o parteluz.
∼ lanceolado  o alancetado: arco apuntado u ojival peraltado, con forma cercana a una punta de lanza.
∼ lobulado: arco cuyo intradós está formado por lóbulos en número indeterminado.
∼ mixtilíneo: formado por rectas y curvas simétricas.
∼ moldurado: arco mixtilíneo de diseño libre, en el que predominan los segmentos curvos y rectos resaltados
con molduras.

∼ ornamentado: su rosca y a veces su intradós están poblados de algún adorno como dientes de sierra (1),
motivos florales o vegetales, figuras geométricas, representaciones humanas o animales, temas historiados…).
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

∼ parabólico o en catenaria: sus lados casi rectos van estrechando la luz para dar paso a un cierre  oblongo a
la altura de la clave.

∼ peraltado o realzado  o remontado: arco de medio punto  o apuntado que ha prolongado sus arranques


con dovelas rectas.

∼ perpiaño o fajón apuntado: a) divide por tramos una dilatada bóveda  de cañón apuntado, resaltando su
intradós, y b) delimita el ámbito de cada bóveda de arista (4) o la de crucería en una nave, panda, galería (2),
etc.. En ambos casos cumple la misión de arriostrar a modo de cincho los muros sobre los que apeanrlas
bóvedas (no para sostenerlas, ya que toda bóveda se sostiene con su propia estructura; ver este artículo).

∼ rampante  o por tranquil  o cojo  o cuello de ganso: sus arranques están a distinta altura uno de otro,
presentando el superior un amago parabólico.

∼ rectilíneo  o angular en mitra: lo forman los lados iguales de un triángulo isósceles, cuyo vértice es
el ápice del arco.

∼ rectilíneo truncado  o angular truncado: no presenta curva alguna en su composición, pues está formado
por tres rectas que dan lugar a dos ángulos obtusos en la parte superior.

∼ saledizo o falso: arco abovedado por aproximación de hiladas (1).


∼ sardinel: por lo común de medio punto, presenta sillares en cuña, y más frecuentemente ladrillos
dispuestos a soga o a tizón, trabados entre sí con relleno de mortero.

∼ serliano o georgiano: arco de medio punto sobre el central de tres vanos, quedando los otros dos
cubiertos con dintel, en el cual apean los arranques del arco central; típico del renacimiento.

∼ tercelete o ‘secundario‘: en una bóveda de tracería, falso nervio que no pasa por el centro de la bóveda.


∼ ‘terciario’  o ligadura (1) o combado (1): moldura arqueada de corto recorrido que
en una bóveda de tracería (2) une entre sí unos terceletes con otros y estos con los florones y los nervios
primarios o arcos cruceros.

∼ toral: a) cada uno de los cuatro arcos que delimitan una bóveda de arista, y b) cada uno de los cuatro arcos
del crucero (1) donde se alza la cúpula o el cimborrio.

∼ trebolado: adopta forma de trébol.


∼ triunfal:  arco destacado por su apariencia y ornato, en ocasiones fajón  y sobre todo toral, que corona la
entrada del presbiterio.

∼ tudor: arco apuntado  de arranques cóncavos y lados rectos.


∼ túmido o árabe:   arco de herradura árabe apuntado.
∼ turco: arco de medio punto que en el tramo superior deriva en apuntado; se trata de un arco ojival poco
acentuado.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

arco tudor
Casa Lluvià. Manresa (Barcelona). 1902.

arco túmido
Puerta meridional de la concatedral de Santa
María de la Fuente. Guadalajara. Comienzos
del siglo XIV.

ARQUIVOLTA.- o archivolta
1. Cara frontal de un arco, frecuentemente muy ornamentada. Rosca.

2. Conjunto secuencial de arcos inscritos en un derrame. De menor a mayor corren adosados hacia fuera
del paramento (1) ocupando todo el grosor del muro. La arquivolta tiene como fin organizar
una portada abocinada, o coronar un vano de otra naturaleza (ventana, aspillera, saetera, tronera [1]), o
circunvalarlo (rosetón [1], óculo [1]).
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Entre las señas de identidad del estilo (1) románico, la arquivolta ocupa un lugar sobresaliente y destaca por su
mayor libertad y prodigalidad en el uso de los recursos ornamentales. El mudéjar por su parte trabaja la
arquivolta con la humildad del ladrillo, mientras el gótico la eleva a cotas acordes con la majestuosidad y el
tamaño de sus monumentales portadas. El estilo plateresco reduce considerablemente el abocinamiento y
en muchos casos hasta prescinde de él. El barroco tampoco muestra entusiasmo por este tipo de portadas, y
finalmente, con el florecimiento de los ‘neo’ decimonónicos la arquivolta entra en escena solo episódicamente.

arquivolta románica vegetal


Iglesia de San Juan Bautista o de Puerta
Nueva. Zamora. Siglo XIII.

arquivolta románica historiada


Iglesia de Santo Domingo. Soria. Siglo XII.

ARQUITRABE.- o epistilo
Parte inferior del entablamento (1) que apeardirectamente sobre columnas, pilares (1), pilastras, jambas o
cualquier otro pie derecho. Su función de dintel (1) transmite a sus apeos el peso del propio entablamento, el
de un posible piso (1) superior y el de la cubierta (1). Platabanda (1).

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

posición del arquitrabe en el entablamento


de un templo griego

Teatro romano de Mérida (Badajoz).


15 a. e.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Templo romano de Marte, hoy ermita de Santa Eulalia


(“El hornito”). Mérida (Badajoz). Siglo I a. e.

ASTRAGALO.- o armilla
Anillo de grosor variable, labrado o liso, en la parte inferior del capitel. En el orden dórico no siempre está
presente, y cuando lo hace se reduce a cuatro tenues aros en bajorrelieve que rodean la parte inferior
del equino. El capitel jónico lo incorpora unas veces como anillo delgado y liso, y otras como
un bocel circular pespunteado de algún adorno. El astrágalo del capitel corintio es siempre un bocel pulido y
uniforme, modalidad que copiará primero el capitel toscano —con la interposición excepcional del collarino
— y más tarde la columna románica, si bien el astrágalo románico adopta en muchos casos la forma retorcida
de un cordón o funículo, que heredó del arte asturiano. Cuando en una columna de cualquier estilo (1) falta
el collarino, con demasiada frecuencia al astrágalo se le llama por error “collarino”. Ver también este artículo.

Baqueta. Junquillo (1). Listel. Mediacaña (2). Moldura. Sogueado. Tapajuntas. Tondino.
 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

astrágalo de un capitel jónico

astrágalo de un capitel corintio


Templo de Zeus Olímpico. Atenas.
515 a. e.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

astrágalo toscano
Patio del palacio de las Veletas, sede del Museo
Provincial de Cáceres. 1600.

BAJORRELIEVE.- Relieve en que el motivo escultórico sobresale menos de la mitad de su grosor sobre la
superficie del fondo. También se denomina bajorrelieve a las formas o figuras que resaltan levemente del plano
general, talladas en tablas de madera o realizadas en los trabajos de troquelado en monedas.

Esta técnica fue concebida y profusamente utilizada con maestría en el Antiguo Egipto, donde una vez erigidos
los muros y pilonos de los templos un experto artista, buen conocedor del canon de perfil y las proporciones
sacras, procedía a dibujar el perímetro de las figuras y los rasgos principales, incluso los jeroglíficos que
describían la escena; una vez rebajado el contorno y tallado el interior de las figuras, se pintaba todo el conjunto
en vivos colores.

Este tipo de arte tiene gran importancia, mediante su empleo han llegado hasta la actualidad informaciones
arquelogicas de gran importancia que han ayudado a comprender como era la vida de aniguas civilizaciones. son
una herramienta fundamental para los historiadores y arqueologos para descubrir la vida de los hombres del
pasado.

En la actualidad es utilizado por numerosos artistas y arquitectos para decorar complejos arquitectonicos y
urvanisticos en todo el mundo

El bajorrelieve también es una técnica fotográfica que consiste en copiar mediante ampliación o por contacto un
positivo y un negativo de un mismo tema, ligeramente descentrados, para obtener una imagen con una línea de
borde, similar a un bajorrelieve iluminado lateralmente.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

BAQUETON.-
Bocel grueso —mejor que baqueta, aunque esta le dé el nombre— que, agrupado verticalmente con otros
boceles alrededor de un voluminoso y elevado fuste central, constituye en la
arquitectura gótica el pilar fasciculado. Es decorativo y estructural a un tiempo. Contrapilastra.

Bocel corto y robusto que se alinea con otros boceles de similar calibre y longitud para formar
el friso (4) serrablés o larredense de tantos templos románicos repartidos por la comarca oscense del
Serrablo. Hay que advertir que la apariencia cilíndrica de estos baquetones es nada más, en muchos casos, el
extremo redondeado de un sillar que oculta el resto del bloque pétreo (2) en el interior de la fábrica.

Moldura cilíndrica muy aparente que suele ir acompañada de otras molduras


(baquetas, boceles, junquillos [1] o tondinos) formando la ornamental curvatura de
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

las arquivoltas (2), los  nervios de muchas bóvedas románicas, algunas chambranas, etcétera. A veces se


presenta en forma de anillo rodeando el fuste de una columna u otros elementos.

Es evidente que la uniformidad lineal del baquetón —al igual que sucede con muchos fustes e innumerables
molduras— no responde la mayoría de las veces al torneado  de una sola pieza monolítica, sino a la
yuxtaposición en línea de muchas piezas cortas labradas con igual factura y que conforman el aspecto
homogéneo y continuo que percibimos.

Aristón (1). Braguetón.
 

Pilares fasciculados de la catedral de Santa


María de Regla. León. Siglo XIII.

Friso de baquetones en el ábside de la iglesia


de San Miguel. Otal (Huesca). Siglo XII.

BASAMENTO.-
Parte baja o plataforma de un edificio, de aspecto compacto y
macizo. Crepis. Podio (1). Estilóbato. Plinto. Zócalo (1).

Viga inferior o plinto (1) corrido donde se engarzan los balaustres de una barandilla o apean (1)


las columnas y pilastras de una fachada.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Cuerpo inferior de algunas columnas o monumentos conmemorativos formado al menos por la  basa y
el pedestal.

Basamento con baquetón corrido. Cabecera de la


iglesia de San Pedro. Lárrede (Huesca). 1050.

Plataforma de la torre de Santa Ana.


Alcubierre (Zaragoza).  Siglo XIV.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

BOCEL.- o bordón (2)
Moldura convexa, alargada o anular, preferentemente lisa, de sección semicircular o de cuarto de cilindro.
Constituye uno de los recursos ornamentales más utilizados en la composición de elementos yuxtapuestos, sin
menoscabo de su autonomía como moldura independiente. Aun sin ser toro, algunos le dan este nombre,
particularmente en las basas de las columnas clásicas. Ver este artículo.

Abocelado. Baqueta. Baquetón. Contrapilastra. Funículo. Junquillo. Listel. Mediacaña (2). Sogueado. T
apajuntas. Tondino.
 

Columnas de la  paraskenia  del teatro romano


de Mérida (Badajoz). 15 a. e.

Ladronera  del castillo de Garcimuñoz.


(Cuenca). Siglo XV.

BOHIO.- Sustantivo masculino. Es una cabaña o choza que se halla en América central, caribe y del sur que esta
construida de madera y de ramas, cañas y pajas empleado por los taínos y que no tiene de ventanas pero tiene
puertas.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

BOVEDA.-Estructura arqueada (1), de sillería (1) o de obra (3), que cubre el espacio comprendido entre dos


muros o varios pilares (1), formando la cubierta (1) de una construcción. Por ser la bóveda la proyección de
un arco, la forma de este determina la estructura de aquella.

La bóveda ejerce sobre los muros presiones laterales y oblicuas que son contrarrestadas por los elementos
sustentantes de descarga (ver contrarrestos). Una sola bóveda puede cubrir todo el recinto, pero
en naves, pandas, crujías y corredores (1) es muy frecuente la sucesión o yuxtaposición de bóvedas del
mismo estilo (1), separadas entre sí por arcos fajones (1), formeros o torales (1).

Nacida en Oriente para paliar la escasez de madera con que cubrir los edificios, la bóveda terminó
implantándose en todo el mundo como la mejor solución frente a los incendios. Está fabricada con sillares o
ladrillos, y salvo la falsa bóveda por aproximación de hiladas (1) y la de panderete, para su construcción se
requiere el auxilio de la cimbra (2).

La bóveda formada por el cruce de dos o más bóvedas de medio punto o apuntadas deja a la vista (2) los
puntos tangenciales de ese encuentro, los cuales se manifiestan como simple arista (4) o en forma de nervios.

En la historia del arte destacan las bóvedas siguientes:

∼ apuntada:  véase de cañón apuntado  y ojival.


∼ baída  o vaída o de pañuelo: semiesférica deprimida, su curvatura central tiende a la horizontalidad. Son
bóvedas baídas el cascarón, el  casquete y el luquete.

∼ calada: sus plementos, cuajados de pequeños vanos, dejan pasar la luz cenital (1).


∼ califal (periodo Omeya andalusí, 756-1031, abarca la época del emirato y el califato) : los nervios se
entrecruzan evitando pasar por el centro de la bóveda.

∼ cuatripartita:   bóveda gótica de crucería  con cuatro plementos apuntados y sin más ornamentación que
sus dos nervios.

∼ de arista o por arista o de aljibe: formada por dos bóvedas de cañón de igual anchura que se cortan entre
sí. Los espacios que se crean entre las aristas se llaman paños (1) o plementos. Constituye la matriz de la
bóveda de crucería.

∼ de cañón  o de medio cañón  o de medio punto o  de esquife: fruto de la proyección frontal en línea recta
o curvilínea de un arco de medio punto. Sigue el eje del espacio rectangular o elíptico donde se emplaza; muy
raramente es perpendicular a dicho eje, adoptando entonces la solución de multiplicarse, para cubrir por
tramos el entero recorrido de la nave, panda o corredor donde se ubica.

∼ de cañón apuntado: fruto de la proyección recta o curvilínea de un arco de medio punto apuntado, sin
alcanzar la curvatura de la ojiva.

∼ de crucería  o nervada   (1) o crucería de ojivas  (base de la arquitectura gótica): está formada por el cruce
de al menos dos bóvedas de cañón apuntado, cuyas aristas quedan tapadas con nervios. La bóveda de
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

crucería, además de mejorar la estabilidad del edificio, permite abrir grandes vanos en los muros.  Ver
este artículo.
∼ de cuarto de cañón:  su luz responde, como revela su nombre, a la mitad del medio punto. Es poco
frecuente.

∼ de espejo o esquifada: bóveda de arista con  paños (1) casi planos, en la que no se evidencia la


intersección de los nervios. Se utiliza para cubrir espacios rectangulares.

∼ de horno  o cuarto de esfera: corresponde a un cuarto de cúpula. Forma la mayoría de los ábsides.


∼ de lunetos: nace por la intersección perpendicular de dos o más bóvedas de cañón de diferente luz. En el
paño coincidente con el muro suele abrirse un vano o luminaria.

∼ de mocárabes: cuajada de prismáticos y colgantes mocárabes de yeso (1), se identifica con el


estilo islámico.

∼ de tracería:  bóveda de crucería  múltiple, con plementos cuajados de terceletes, ligaduras (1) y florones;
propia del gótico florido (1). Ver este artículo.

∼ en abanico: sus nervios salen juntos del punto de arranque, y se extienden en abanico o palmera por todo
el intradós (1) de la bóveda.

∼ encamonada o fingida: con función decorativa, se fabrica con ladrillos, madera o yeso por debajo de


una armadura (2) de camones que la sostiene. Habitual en el barroco español.

∼ estrellada: sus nervios, terceletes y ligaduras se combinan dándole forma de estrella; muy utilizada en el
gótico florido o tardío, se encuadra en los modelados exuberantes de la tracería (2).

∼ falsa o falsa bóveda: primitiva bóveda fabricada —originalmente en seco, más tarde con algún tipo
de aglutinante— mediante la técnica de aproximar hiladas (1) hasta cubrir el espacio señalado.

∼ gallonada: formada por gallones (2) concéntricos que convergen en la clave de la bóveda.


∼ helicoidal:  se ciñe al recorrido de una escalera de caracol.
∼ ojival o apuntada:  se origina por la proyección frontal de una ojiva, dando como resultado una bóveda de
cañón muy apuntado. Propagada por el estilo cisterciense, fue el embrión de la bóveda de crucería.

∼ rebajada o deprimida: su flecha (1) es un cuarto de la distancia entre los apoyos o estribos (4).


∼ sexpartita: bóveda gótica de crucería  con seis plementos apuntados y sin más ornamentación que sus tres
nervios.

∼ tabicada  o catalana  o de panderete: fabricada con ladrillos unidos lateralmente con yeso, dejando a la
vista su cara más ancha. Gracias a su rápido fraguado, no siempre necesita cimbra (2, encofrado (2)
o armazón.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

bóveda baída o de pañuelo


Iglesia del Sagrario. Catedral de Sevilla.
Siglo XVII.

bóveda baída rectangular


Concatedral de la Asunción. Jaén. Siglo XVIII.

BROCHAL.- Viga transversal que soporta los extremos de un conjunto de viguetas dispuestas paralelamente
entre sí, transmitiendo sus cargas a otras dos paralelas a éstas. También llamado cabecero.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

BUSTO.- Representación escultórica de la figura humana, que incluye la cabeza en su totalidad, los hombros
con el inicio de los brazos y la parte superior del tórax. Es frecuente, sin embargo, llamar busto a la pieza que
solamente presenta la cabeza y el cuello. Torso.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Busto del emperador Adriano (117-138).


Museo Arqueológico de Sevilla. Siglo II.

Semibusto de Octavio Augusto (emperador desde


el 27 a. e. al 14). Museo Nacional de Arte Romano.
Mérida (Badajoz). Siglo I.

Autorretrato en bronce. Mariano Benlliure.


Museo de Bellas Artes. Valencia.
Hacia 1900.

CAMAFEO.- Figura tallada en relieve sobre ónice u otra piedra dura y rica, que normalmente presenta dos o
más capas de diferentes colores. La figura o dibujo se graba de tal forma que la efigie queda en relieve
destacando de la capa, de distinto color, que le sirve de fondo. Si la estructura de la piedra lo permite, la figura
puede tallarse en dos o tres capas. Un tipo muy común es el grabado de dos cabezas, una de las cuales se
superpone a la otra en su casi totalidad para formar un conjunto único. Tal es el camafeo conocido con el
nombre de bajoire.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Entre las numerosas piedras empleadas en la elaboración de camafeos forman el ónice, sardónica, ópalo,
diversos tipos de ágatas y numerosas piedras preciosas. También se utilizan conchas de capas multicolores. La
glíptica del camafeo, practicada ya entre los babilonios, asirios y egipcios, alcanzó gran apogeo hacia el año 150
d. de J.C. Entre los romanos gozaron de popularidad tanto los camafeos como los entallos.

De ello dan testimonio los museos modernos, donde se conservan multitud de gemas romanas, algunas con la
firma del autor. Buena muestra de camafeo romano es, por ejemplo, el Jarrón de Portland, modelado en capas
de color y conservado en el Museo Británico. En el Renacimiento, y luego en el siglo xviii y principios del xix, se
produjo un vigoroso resurgir del arte del camafeo, de tan vieja tradición. Véase Gemas y piedras preciosas;
Ónice; Sardónica; Ópalo; Agata; Entallo; Jarrón de Portland.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CAMELLON.-
Camellón es un término derivado de camello que se utiliza para aludir a aquello cuya forma recuerda a dicho
animal. El primer significado del concepto que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario
hace referencia a un caballón.

Un camellón o caballón es un lomo o montículo que se emplea para dividir, contener o direccionar algo.


En algunos países, se llama camellón a la isla o la mediana que se instala en la mitad de una calle, una avenida
o una carretera para establecer una separación física entre los diferentes sentidos del  tráfico.

Gracias a un camellón, de este modo, hay un obstáculo que impide pasar al carril de dirección opuesta. Los
camellones son el espacio que separa a los sentidos de circulación, pudiendo contar con elementos
ornamentales como árboles y flores.

En el terreno de la agricultura, el camellón es un sistema empleado con el objetivo de preparar el suelo para el
desarrollo de cultivos. Se trata de un recurso que surgió en la época precolombina en el territorio donde
actualmente se desarrollan países como Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia.

Los camellones implicaban la excavación de canales que se interconectaban entre sí. La tierra que se obtenía
con esta labor se utilizaba para generar una superficie elevada destinada al cultivo : así, desde los canales, el
agua ascendía a estas superficies o camas gracias a la capilaridad, haciendo que las raíces de las plantas se vayan
orientando hacia abajo.

Esta disposición del suelo surgió en terrenos inundables. Los camellos eran frecuentes en la zona del lago
Titicaca, por ejemplo.
La RAE, por otra parte, indica que camellón es sinónimo de camelote: un tejido impermeable, por lo general
confeccionado con lana. El camellón o camelote es una tela tradicional de  Turquía que, en dicha región, se
fabrica con pelo de cabra.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CAMPANIL.- Tipo de piedra abundante en Aragón y en zonas limítrofes, que se utiliza para la construcción y
la labra (1). En origen es de coloración gris amarillenta y olor fétido. Por su gran concentración de sales y algas
fosilizadas, con el tiempo puede presentar, además de por afección meteórica, graves problemas de
degradación (meteorizado).

Arenisca. Berroqueño. Caleña. Caliche (2). Carrara. Especular. Macael. Pario. Pentélico. Pudinga. Sangr
ante. Toba. Tosca. Travertina.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

piedra campanil

Claustro de la catedral de Tudela (Navarra),


construido con piedra campanil. 1180-1204.

Capitel del Lavatorio de los pies, labrado


en piedra campanil y ya meteorizado.
Catedral de Tudela. 1180-1204

CANEFORA .-Doncella consagrada al culto de Atenea, protectora de Atenas, que abría la comitiva de las
Panateneas, desfile en honor de la diosa, portando sobre la cabeza un cesto de mirto con ofrendas, flores y
frutos. En la escultura y pintura griegas se representaba a menudo como columna a modo de cariátide, y el
ritual cesto sobre la cabeza se convertía entonces en capitel. En siglos posteriores esta
representación clásica (1), carente ya del simbolismo religioso que le dio origen, adoptó nuevos significados y se
reprodujo al gusto de la época, pero manteniendo siempre sobre la cabeza de la muchacha algún objeto que
evocara el canastillo de las ofrendas.  Atlante. Estípite. Herma. Tenante (1).
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

a: Museo Colonial de Bogotá. S. XVII.


b: Turín (Italia). 1938.

Casa Fidel Luelmo. Plaza de Sagasta, Zamora. 1921.

CANON.- Norma de obligado cumplimiento para alcanzar el grado de perfección artística que se presume ha de
tener toda obra (2) con arreglo a unos postulados establecidos. Áureo. Axial. Clásico (2 y 4). Patrón.

CAPITEL.-
Bloque (2) sillar o de madera o barro o fundición con labor de  labra (1) que corona la parte superior de
la columna, el pilar (1) o la pilastra. Sobre el capitel suele descansar un arquitrabe o el pie de un arco. De
abajo arriba lo integran, pero no siempre con nitidez, cinco elementos, cincelados o tallados en un mismo
bloque o ensamblados como piezas diferentes: el anillo astrágalo, el tambor (2) o cesta —equino en los
capiteles dórico y toscano—, el cimacio (3) —propio del arte bizantino y del románico—, y el ábaco (1). En
los cinco órdenes arquitectónicos clásicos (1) la forma del capitel determina la identidad de cada orden.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

El capitel de la Antigüedad clásica (3) (asiria, egipcia, persa, griega, etc.) está concebido para mostrar


totalmente sus cuatro caras. Con el arte románico y los estilos que le sucedieron, el capitel se adosa
frecuentemente —excepto en la mayoría de los capiteles del claustro— a los elementos arquitectónicos con los
que se relaciona, ocultando una parte de su volumen y dejando vistas solamente algunas de sus caras,
modalidad característica de las pilastras.

Por su forma y época histórica, estos son los capiteles más conocidos y sus componentes:

⇒ ANTIGUO EGIPTO:

∼ palmiforme: reproduce esquemáticamente las ramas de la palmera.


∼ papiriforme cerrado: se asemeja a la flor sin abrir del papiro.
∼ papiriforme abierto: se asemeja a la flor desplegada del papiro.
∼ lotiforme  o  campaniforme: representa la flor de loto abierta; se asemeja a una campana boca arriba.
∼ compuesto: resultado de mezclar dos o más de los capiteles anteriores.
 

⇒ PERSIA:

∼ persa: dos figuras homogéneas y contrapuestas dejan entre sí un rebaje para recibir el arquitrabe.


 

⇒ GRECIA y ROMA:

∼ dórico  (de abajo arriba): un astrágalo apenas insinuado, un dilatado equino redondeado y liso y un
voluminoso ábaco paralelepípedo, igualmente liso.

∼ jónico,  de muy diversa factura según épocas y regiones, se puede resumir, de abajo arriba, en: un anillo
inferior o collarino, labrado o liso; un equino formado por una ancha moldura con perfil de canal con
vistosas volutas en sus extremos, componiendo sus cuatro caras o solo la frontal y la trasera, al tiempo que las
laterales se ornamentan con cojinetes de hojas (entre voluta y voluta un bocel o kyma de ovas y dardos, y en
los ángulos que forman las volutas con la kyma, sendas palmetas que se recuestan sobre la última ova del
mencionado bocel); un ábaco formado por un fino tablero (6) con perfil de S —a veces ribeteado también de
ovas y dardos— o de escocia, y con frecuencia un segundo tablero delgado y liso. Es preciso hacer hincapié en
que esta descripción admite muchas variantes y que lo único que es común a todas ellas son las volutas, y aun  
estas con facturas muy diversas.

∼ corintio: más esbelto que el jónico, sus cuatro caras albergan doble o triple fila de enhiestas hojas
de acanto (1), que dejan aflorar por arriba los propios vástagos o pimpollos (caulículos), en recuerdo de las
volutas del capitel jónico. Al igual que este, la cesta del capitel corintio va cubierta por un delgado ábaco
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

formado por dos tableros, a menudo escalonados (e) y en chaflán, que muestran en su centro


una roseta o florón por cada lado.

∼ compuesto: combinación de los capiteles jónico y corintio, adopta las volutas del primero y las hojas de
acanto del segundo. Lo introdujeron los canteros romanos.

∼ toscano: adaptación romana del capitel dórico  griego, presenta, en sentido descendente, un grueso ábaco
cuadrangular, un equino circular cercano al medio baquetón (1), un primer anillo con perfil de baqueta, un
ancho collarino liso (cuasiprolongación del fuste) y un segundo anillo-astrágalo con calibre de bocel.

⇒ EDAD MEDIA:

∼ bizantino: de forma troncopiramidal invertida, luce dos cuerpos polícromos muy decorados: el inferior o
capitel propiamente dicho, con motivos vegetales, y el superior o cimacio, que puede ser liso o labrado con
temas bíblicos.

∼ islámico o hispanomusulmán. Durante el emirato independiente andalusí se emplean


capiteles corintios reutilizados de edificios preexistentes o se imitan con formas estilizadas ( aquí). Más tarde,
en la época del califato cordobés, y siguiendo la misma tendencia de querer imitar el capitel corintio, aparecen
los capiteles llamados de avispero, técnica que copian del románico hispano, con entrelazados (2) y urdimbre
de cestería, agujereados a trépano. Posteriormente, los almohades fabrican un capitel muy colorista y variado
con hojas de acanto y volutas estilizadas, además de unas cintas (1) onduladas, por las que recibe el nombre
de encintado, y que no son sino nuevas hojas de acanto esquematizadas. Por último, durante el
período nazarí aparecen dos tipos más de capitel: el atauricado, con el cuerpo inferior decorado como el
anterior, con hojas de acanto estilizadas a modo de cinta serpenteante que sube y baja, y el cuerpo superior
con ataurique; y el mocarábigo, repleto de mocárabes. Pero la fantasía de los alarifes árabes nos legó
además una extensa muestra de capiteles mixtos de difícil clasificación.

∼ románico: de inspiración absolutamente libre tanto en la forma como en los motivos que desarrolla. Aparte
de un ábaco sin apenas protagonismo y a veces inexistente, el capitel románico exhibe dos elementos
fundamentales: el cimacio, una voluminosa moldura en bisel, unas veces recta y otras cóncava o convexa,
labrada con fantasías decorativas de tipo vegetal, animal o geométrico, y la cesta, un cuerpo (1) esculpido con
infinidad de expresiones fitomórficas y temas bíblicos, sociales, teológicos, morales y del bestiario. Dado su
origen y desarrollo religioso, en sus representaciones cabe destacar además la presencia paradójica de escenas
domésticas, agrícolas, artesanales, eróticas, obscenas y escatológicas, así como una acentuada crítica social en
clave de humor y de parodia. Desde el punto de vista formal, su formulación puede resumirse en: orna-
mental (diseños vegetales o filigranas geométricas), figurada (representación de seres humanos y animales,
reales o fantásticos, y objetos diversos) e historiada (hechos bíblicos, hagiográficos o históricos). Esta última iba
encaminada a instruir a los fieles —la inmensa mayoría analfabetos— sobre los misterios de la fe cristiana y la
vida de los santos. He aquí algunos ejemplos de capitel románico: 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7. Un excelente muestrario de
los temas que el románico pleno desarrolló en los capiteles lo encuentras aquí.

Es sin duda el capitel románico el paradigma de la libre expresión en la historia del arte. No se había dado hasta
entonces ni se daría después una libertad mayor en la concepción de las formas arquitectónicas elementales,
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

tan variopintas, atrevidas e innovadoras. Sin embargo, a partir del año 1100, con la irrupción del
estilo cisterciense, los capiteles románicos van perdiendo su exuberancia y paroxismo en favor de una absoluta
simplicidad, carente de imaginación, que se circunscribe en exclusiva a las formas vegetales ( aquí), y aun estas
expresadas esquemáticamente (aquí).

∼ gótico: al principio apenas se diferencia del capitel románico.  Sin embargo, los elevados pilares de los
grandes templos presentan en el punto de arranque de los nervios de la bóveda, o tal vez más abajo, una
estrecha corona o imposta corrida rodeando el pilar, que no es sino la yuxtaposición abigarrada de los
numerosos capiteles que corresponden a otros tantos semifustes o baquetones que conforman
el pilar (1) fasciculado. En general, la tendencia en la configuración del capitel gótico, al quedar este tan lejos
de la vista, fue reducir cada vez más su volumen y ornamento, hasta desaparecer en algunos casos ( enjarje [2]),
o reducir su cuerpo a dos o tres anillos simples o a una escueta y anular faja decorativa.

⇒ EDAD MODERNA y CONTEMPORÁNEA:

∼ renacentista:  reformulación de cualquiera de los cinco órdenes clásicos, que aun permaneciendo
reconocibles en todo momento, reciben aditamentos ornamentales ajenos al capitel original.

∼ neoclásico: sigue las mismas pautas del periodo renacentista, pero con más mesura interpretativa y mayor
fidelidad a los cánones primigenios.

∼ modernista: de formas asimétricas, es reflejo casi siempre de la inspiración emocional del artífice, que busca
con preferencia sus fuentes en el medio natural, pero sin supeditarse necesariamente a la reproducción cabal de
los modelos.

∼ ecléctico: interpreta libremente las formas clásicas ( aquí) y las medievales (aquí), por lo general con rasgos
más estilizados.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

partes de un capitel clásico y su ubicación


en la columna

egipcio palmiforme
Templo de Unes en Saqqara. 2000 a. e.

egipcio papiriforme abierto


Templo tolemaico de Debod (Nubia).
Madrid. Siglo II a. e.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CARIATIDE.-
Escultura femenina vestida, que sustituye al fuste en una columna. Tiene por lo general la doble función
sustentante y ornamental y suele estar, junto a otras, en
fuentes, pórticos (1), portadas, galerías (1) y fachadas. Atlante. Canéfora. Estípite. Herma.

Templo del Erecteión. Atenas. 421-406 a. e.

Cariátides de la fachada principal del palacio


de Vázquez de Molina o de las Cadenas.
Úbeda (Jaén). Siglo XVI.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Fuente de Santa María, con cuatro cariátides en


cada frente. Baeza (Jaén). 1564.

CAVETO.-
Moldura cóncava cuyo perfil se aproxima al cuarto de esfera. Se usa para marcar la transición de un elemento a
otro, como en el caso de basas, arquivoltas (2), capiteles, cornisas, etcétera, pero también para configurar el
vuelo de modillones, canecillos y cimacios, para perfilar impostas y como forma de ornamentación
independiente. Es improcedente equiparar el sencillo caveto a la dúplice nacela o confundirlo con
la escocia. Ver este artículo. Mediacaña (1).

caveto prototipo
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

caveto-modillón islámico
Mezquita de Córdoba. 932-962.

caveto-imposta
Portada de la iglesia arciprestal de Santa María.
San Mateo (Castellón). Siglo XIII.

CELLA.- Lugar sagrado y secreto, de acceso exclusivo para los sacerdotes, situado en el centro del
templo romano, equivalente al naos griego. A diferencia de algunos templos griegos, la cella romana estaba
tabicada y su única luz natural provenía de la adintelada puerta que comunicaba con el pronaos.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

alzado de un templo romano

planta de un templo romano


Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Templo romano de Vich (Barcelona). Siglo II


(reconstruido en el siglo XIX).

CENEFA.- Ornato alargado o corrido de diseño libre, dispuesta en muros, pavimentos, techos y en muchos
objetos, representando motivos diversos, unas veces labrados, y moldeados o pintados
otras. Chambrana. Faja. Friso (3). Greca. Moldura. Regate. Sebqa. Verdugada.

Ca l’Espinal. Colonia Güell. Santa Coloma de Cervelló


(Barcelona). 1900.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Cenefas mudéjares del campanario de la


iglesia de Ateca (Zaragoza). Siglo XIV.

CIBORIO.- En una iglesia, dosel sobre columnas, más pequeño que un baldaquino (1). En el


periodo paleocristiano rodeaba y cubría el único altar que entonces había en el templo. Se perpetuó en el
rito bizantino y dejó también su impronta, pero en menor medida, en el arte románico. Lo forman por lo común
cuatro columnas de aproximadamente tres metros de alto, que se unen por arriba mediante sendos arcos en
cuadrilátero, cerrándose con una cúpula o un techo arquitrabado (2).  Se utilizó también para enaltecer
sepulturas insignes. En estos casos y en la cubrición tardía de altares laterales, lo común en las iglesias era el
medio ciborio. Con tamaño más reducido, el cuadrado ciborio suele verse todavía hoy sobre el  tabernáculo (1) o
sagrario eucarístico, y ocasionalmente en el “monumento” del Jueves Santo.

Con el Renacimiento el ciborio fue ganando en volumen, altura y suntuosidad hasta convertirse en baldaquino,
el cual alcanzaría durante el periodo barroco su mayor esplendor.

Edículo (2 y 3). Manifestador. Ostensorio.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Ciborios de la iglesia de San Juan de Duero. Soria.


Siglo XII.

Iglesia de San Cristóbal. Tosas


(Gerona), siglo XII. (MNAC,
Barcelona.)

Ciborio de altar lateral en la ermita de Ntra. Señora


del Valle. Monasterio de Rodilla (Burgos).
Siglo XII.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Iglesia de la Magdalena. Edículo lateral.


Zamora. Siglo XII.

CIMBRA.-
o cintra. Vuelta o curvatura del intradós (1) de un arco, una bóveda o una cúpula. Cintrel.

Armazón que apear(1) en el suelo o en alguna estructura de la obra (2) para sostener, si se requiere, lo que se


está construyendo, hasta que fragüe. El arco y la bóveda son por antonomasia las formas arquitectónicas más
vinculadas a la cimbra, que en estos casos fija por lo común en la imposta su punto de apoyo. En el transcurso
de la obra, tras colocar sobre la cimbra las correspondientes dovelas y la clave que cierra por el centro la
curvatura, se procede a retirar esa cimbra que ha hecho posible el acoplamiento. Momento de confianza e
inquietud a un tiempo a la espera del resultado. Las dovelas del arco y de la bóveda crujen y se ajustan dando
solidez y estabilidad a toda la obra. A veces, antes de desencimbrar se procede a cubrir
de mortero el trasdós (1) del arco o de la bóveda, acción que requerirá necesariamente un complementario
tiempo de fraguado. En arcos y bóvedas sometidos a restauración o con riesgo de abatimiento, la cimbra es
asimismo un excelente auxiliar de
apuntalamiento. Apeo (2). Apeado (2). Bastidor (4). Cercha. Encofrado. Entibado. Zuncho (1).
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

cimbra para bóveda de cañón fabricada de ladrillo

cimbra para arco de medio punto

Iglesia de San Juan. Besians (Huesca). Siglo XII.


(Arcos y bóvedas cedieron al retirar la cimbra.)
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CINQUECENTO.-/chincuechento/ (escríbase: Cinquecento o «Cinquecento»)


Periodo de la historia del arte italiano comprendido entre 1500 y 1600.

CISTA.- Enterramiento primitivo de poca alzada (3) excavado con forma rectangular en el suelo.


Revestía sus paredes con losas y se cubría con otra piedra mayor. Con frecuencia la cista era sustituida por una
gran vasija de barro de boca ancha, dentro de la cual se introducía en posición fetal el cuerpo del difunto. En
cualquier caso esta tinaja funeraria se colocaba en el interior de la cista.

Arca
funeraria. Arcosolio. Cenotafio. Hipogeo. Lauda. Lóculos. Mastaba. Mausoleo. Necrópolis. Nicho (1). Panteón. 
Sarcófago. Túmulo (3). Urna (1).

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Cista argárica. 2000 a. e. Yacimiento arqueológico de


La Bastida. Totana (Murcia).

Recreación de un enterramiento
en cista. Yacimiento arqueológico
de La Bastida. Totana (Murcia).
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

enterramiento en vasija dentro de una cista

CLARABOYA.- Un tragaluz, claraboya (palabra proveniente del latín clarus y via1), lucerna o lucernario es


una ventana o vano situada en el techo o la parte superior de una pared,2 utilizada para proporcionar luz a
una habitación.

Al situarse en un tejado, la iluminación es muy superior a la de una ventana. A pesar de ser por lo general
pequeño y abarcar un espacio por el que puede pasar con dificultad una persona, ilumina más que una ventana
normal y ventila el ambiente. Cuando hablamos de una claraboya en una nave gótica, podemos usar el
término claristorio.1

También hay otros sistemas, como los tubos de luz –que permiten llevar luz solar a habitaciones– que no están
situados justo bajo el techo.

Una evolución de los tragaluces o claraboyas son los llamados lumiductos (Lightway en inglés). El lumiducto es
un captador de la luz solar natural en forma de tubo que la transmite al interior de una vivienda mediante un
difusor. Suele ser un tubo de metal, por ejemplo, de aluminio, y está cubierto interiormente por cristales que
actúan como elemento difusor de la luz.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CLAVE.- clave
o espinazo (1)

Dovela superior con que se cierra un arco o una bóveda. En numerosos arcos, así como en las
bóvedas de arista (4) y en las más complejas de crucería, la clave suele ser de mayores dimensiones que el
resto de dovelas que la acompañan. La clave del arco puede estar decorada con un relieve (1) labrado en
la rosca (1) del mismo sillar o sobrepuesto —en este segundo caso recibe el nombre de ancón (1)—. La clave
de la bóveda, en cambio, rara vez queda a la vista (2), no tanto por la mucha distancia que la separa de nuestra
observación, cuanto por ir encubierta tras los nervios que la cruzan o por el rosetón (2) que a menudo se le
adhiere. Pero tanto en el caso del ancón como del rosetón, es normal que nos refiramos a ellos con el nombre
de clave.

Al igual que las demás dovelas, la clave se sostiene gracias a su encajado corte a bisel, y transmite hacia los
lados las propias tensiones estructurales (2) del arco, amén de otras posibles cargas derivadas  de los
elementos que la montan, logrando equilibrarlas y evitar que se desplome la obra (2). En el proceso de
construcción, la clave es la última dovela que se coloca, la piedra angular (3) que da consistencia al resto
mientras es sostenido por la cimbra (2). Algunos arcos, sin embargo, no tienen clave, como los  visigodos de
herradura, que se despiezan en un número par de dovelas y presentan una llaga en el eje de simetría.
Por su semejanza con la clave —a menudo son copias idénticas—, pero sin sentido estructural alguno, en una
bóveda gótica de tracería (2) se suele llamar “claves menores” a los florones que tapan los entestados de
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

las ligaduras (1) con los terceletes y los nervios principales; pero tal apropiación es indebida porque tales
florones no acompañan a clave alguna. Ver este artículo.

Pinjante. Trompillón.
 

posición de la clave en el arco

Clave-ancón en un arco del claustro del m.º


santiaguista (hoy seminario diocesano)
de Uclés (Cuenca). Siglo XVIII.

CODICE.- Libro manuscrito anterior a la propagación de los libros impresos, los cuales, a partir de 1453 —año
que se toma generalmente como origen de la imprenta en Europa— fueron poco a poco robando protagonismo
al scriptorium donde aquel se elaboraba a cálamo por amanuenses. Scriptorium e imprenta convivieron
todavía durante algún tiempo, pero a lo largo del siglo XVI la imprenta se hizo definitivamente con el mercado
bibliográfico, y los amanuenses y pendolistas quedaron relegados a la tarea de confeccionar cartularios y
documentos notariales, fiduciarios, reales, etcétera.

La importancia de los códices en la arquitectura viene determinada por la influencia que tuvieron


las miniaturas (1) que iluminaban sus páginas en el trabajo de los canteros, quienes las tomaban como
referencia, inspiración o modelo. Hay que advertir, sin embargo, que el concepto de  códice no va ligado
necesariamente al de iluminación, y son mucho más numerosos los códices que solo contienen texto, ayunos
por completo de toda ilustración.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Beato. Becerro. Facsímil. Iluminado. Incunable. 

Biblia hebrea manuscrita y con miniaturas.


Biblioteca Nacional. Madrid. Siglo XIV.

Códice musical de Las Huelgas (Burgos). 1325.

COLUMNA .- Elemento alargado de soporte y resistencia, compuesto de varias piezas superpuestas en posición
vertical. Generalmente exenta, la columna puede ir adosada a otras estructuras, y alterna su función de sostén
con la puramente ornamental o conmemorativa, sin dar apoyo a cosa alguna. Pero en todos los casos la columna
trasciende su utilidad práctica, ya que contribuye siempre al embellecimiento del espacio en que se integra.

Consta de tres miembros en orden ascendente: basa, fuste y capitel. Su función estructural dentro de


la fábrica la emparentan con el arco, el dintel, el arquitrabe y la bóveda, que descargan sobre ella su propio
peso y otras tensiones que soportan en la edificación. Las columnas se clasifican atendiendo al tipo de fuste, a
excepción de los órdenes (1) clásicos (1), en los cuales la prevalencia identitaria del capitel deja al fuste en
segundo plano.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Los tres órdenes clásicos principales basan


su diferencia en: la forma del capitel, el tipo
y longitud del fuste y la existencia o
ausencia de basa.

La infinita colección de columnas que nos ha legado la inspiración artística es suficiente excusa para no intentar
aquí abordarlas todas. La clasificación que propone este glosario atiende, por tanto, a los modelos más
frecuentes, y siempre tomando en consideración, como ya se ha dicho, la forma del fuste.

∼  abalaustrada: tiene la compleja forma de un balaustre. Del estilo (1) plateresco pasó al barroco,


incrementando todavía más la complejidad de este arte y dando lugar a la columna estípite.

∼  acantonada: va empotrada en ángulo en otra estructura arquitectónica para reforzarla; por ejemplo,
un pilar (1).

∼  adosada  o embebida o  entrega:    semicolumna por lo común de fuste liso que se adhiere al muro
escamoteando buena parte de su grosor.

∼  almohadillada: presenta un fuste cuyos tambores (3) tienen los bordes tallados a bisel, de modo que


las juntas (1) entre ellos aparecen hundidas. Es propia del estilo renacentista.

∼  anillada  o armillada: decora el fuste con uno o más anillos en relieve (1).


∼  ática: de fuste rectangular y basa cuadrada.
∼  cilíndrica:  con fuste circular y constante, tanto si es monolítico (2), como si está formado por tambores; no
altera su denominación cuando su basa o el plinto son cuadrados.

∼  dórica:  sin basa,  presenta fuste de estrías vivas, poca o ninguna éntasis y leve adelgazamiento superior.
∼  jónica: fuste de estrías romas o matadas  y a veces liso, no siempre con éntasis, pero en cualquier caso con
ligero estrechamiento en la parte superior. Más alta que la dórica.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

∼  corintia:  como la jónica  —excepto en lo que respecta al capitel—, pero más esbelta.
∼  disminuida: su diámetro, con o sin éntasis, es mayor en la base, y menor cuanto más se acerca al capitel.
∼  egipcia: no se distingue por el fuste, predominantemente cilíndrico, liso y robusto —acanalado o bulboso a
veces—, sino por el capitel, que puede ser campaniforme, lotiforme, palmiforme, papiriforme o de otras
esquemáticas formas vegetales.

∼  embebida o  adosada  o  entrega: con apariencia de estar embutida o empotrada en el muro, deja visible al
menos un tercio de su grosor.

∼  entrega  o  entregada  o adosada  o embebida: sobresale del muro al menos tres cuartas partes.
∼  estípite: se trata de una columna atípica, caracterizada por la profusión decorativa de sus elementos,
especialmente el geométrico fuste, desigual y fragmentado. Muy del gusto barroco churrigueresco.

∼  estriada  o  acanalada: exhibe un fuste de estrías verticales. Está presente en cualquiera de los tres órdenes
clásicos y con diversidad de formas en los estilos posteriores.

∼  entorchada o  torsa    o  helicoidal  u  ofídica:  dos o más fustes, a veces muy delgados, se retuercen en torno a
un eje común. Las más sencillas suelen hallarse en los claustros románicos. Algunos la llaman
impropiamente salomónica. Ver este artículo.

∼  fasciculada  o  agrupada: formada por la yuxtaposición de varios fustes de pequeño calibre que comparten
basa y capitel. Proviene del arte románico, pero el gótico la hace suya (columna nervada) dándole mucha altura,
en consonancia con la elevación de sus construcciones. Pilar (1) compuesto.

∼  funicular: presenta sogueados u otros ornatos de diseño similar.


∼  geminada o adosada: se pega a otra igual y suele compartir con ella algún componente
(el cimacio (2) románico o el ábaco (1) clásico, el capitel, la basa, o los tres). Puede estar también en grupos de
cuatro o más columnas. Es frecuente en el románico. No confundir con las columnas pareadas.

∼  historiada:  el fuste está labrado secuencialmente y en espiral con relieves relativos a algún hecho histórico


relevante. Original del arte romano, pero con numerosas réplicas posteriores.

∼  islámica:  de fuste románico y capitel corintio o de inspiración libre, pero siempre vegetal y a menudo
polícromo. La basa, de la que prescinde muchas veces, no sigue un diseño fijo.

∼  minoica o invertida: más ancha en la parte alta que en la base, es propia del arte minoico o cretense.
∼  nervada: es la versión gótica de la columna fasciculada. En numerosos casos los nervios de la bóveda no son
sino una prolongación de los delgados fustes con que se envuelve la columna.

∼  pareada:  emparejada, pero manteniendo cierta separación con su compañera. Ambas suelen compartir
cimacio. Es propia del románico, frecuente en sus claustros. No confundir con la geminada.

∼  románica: alterna la adustez del fuste liso, cilíndrico y poco esbelto —de uso mayoritario— con otro de
inspiración libre, recubierto de sogueados, líneas en zigzag, formas vegetales, adheridos estatuarios… Y si es
libérrima en la formación del fuste, aún lo es más en la de los capiteles con que se corona.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

∼  salomónica  o  en espiral: su único fuste, de sección circular, describe varias espiras (1) en torno a un mismo
eje. Es característica del barroco. La diferencia con la entorchada estriba en que en la salomónica interviene un
único fuste y en la entorchada varios. Ver este artículo.

∼  toscana: tiene fuste generalmente liso, con tendencia al adelgazamiento superior y a veces algo de éntasis.
 

La solitaria «columna conmemorativa»,  sin función estructural, se acomoda a cualquiera de las formas


anteriormente descritas. Estas son las principales columnas de este tipo, que tienen por lo común sección
circular:

∼  columna sillar: con fuste monolítico o aparejado (2) por tambores, suele presentar alguna éntasis.


∼ columna cóclida: suele adornar su fuste con símbolos y relieves o revestirse completamente como en la
columna historiada. Es hueca desde la base hasta la  cima  (2), y en su interior puede alojar un ascensor, una
rampa o una escalera de husillo o de caracol.

∼  columna rostral: se erigía antiguamente en recuerdo de las victorias navales, adornándose con piezas que
evocaban los despojos de las naves capturadas al enemigo (espolones, arietes o carneros, mascarones, anclas…).

Alaroz. Espiga (5). Formaleta (2). Horcón. Macho (1). Mangueta.  Monóstila  (2). Montante (4). Pedestal.  Péndo


la (1). Pendolón. Pie derecho. Pilastra. Puntal.  Rey.

  

abalaustrada
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

acantonada
Iglesia de Santa María la Real. Aguilar
de Campoo (Palencia). Siglo XIII.

COLUMNATA.- Serie exenta de columnas, con función sustentable o sin ella, que precede a otra construcción
importante y la realza, o se inserta en un todo al que embellece.

Columnata de la plaza de San Pedro. Roma.


1663.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Columnata del palacio de Carlos V. La Alhambra.


Granada. Siglo XVI.

CONOPIAL.- El arco conopial es un arco muy rebajado, pero que tiene una escotadura en la clave, de modo que
ésta tiene un vértice hacia arriba. Sería similar a la llave mecanográfica ( { ) con la escotadura hacia arriba.
Aunque de apariencia ciertamente musulmana es un arco utilizado en el gótico tardío, especialmente en el
denominado gótico flamígero, de formas llameantes.

Es un ARCO apuntado con una escotadura formado por dos tipos de curvas : una cóncava inferior y una convexa
superior, con contracurva en la clave.

También se lo denomina Arco Flamígero.

CONTRAFUERTE .- Refuerzo vertical de obra (3) o de sillería (1), con o sin ornamentación, adosado a los muros
exteriores de un edificio para transmitir a la cimentación las cargas estructurales, en especial
los empujes del arco y de la bóveda. Es la gran aportación constructiva de la arquitectura románica, que con
algunas variantes hallaría continuidad en los estilos posteriores, especialmente en el gótico. El contrafuerte no
debe equipararse al botarel gótico, el cual se separa de la fábrica para recibir las tensiones que le transmite
el arbotante.

Espolón (2). Estribo (1). Machón (1). Pila (1). Responsión 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Excatedral basílica de San Martín. Foz (Lugo).


Siglo X. (Los contrafuertes son del siglo XIX.)

Contrafuertes del claustro de los Obispos.


Siglo XIII. Parador nacional de turismo de
Santo Estevo de Ribas de Sil desde 2006.
Noguera de Ramuín (Orense).

CORINTIO.- Ver también:  cesta


Ver también:  orden corintio

Orden arquitectónico griego nacido en el siglo IV a. e. en la ciudad costera de Corinto, que le da nombre,


caracterizado —frente a su predecesor, el orden jónico— por un esbelto capitel con doble o triple fila de hojas
de acanto (1), que dejan aflorar por arriba algunos caulículos (vástagos o pimpollos), que evocan a su vez
las volutas del capitel jónico. Este modelo fue determinante en el diseño de capiteles en los estilos posteriores.

Sigue la tradición jónica de un ábaco poco relevante, formado por uno o dos delgados tableros (6) apenas
moldurados. El resto de elementos que componen el orden corintio (basa, fuste acanalado —cuando no es liso
—, entablamento [1] y cubierta [1]) los toma del orden jónico. Se propagó principalmente en el
periodo helenístico y fue por ello mismo el preferido del arte romano.

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

hojas de acanto, origen del capitel corintio

Linterna de Lisícrates (capiteles corintios


todavía embrionarios). Atenas. 344 a. e.

CORNISA.- o cornija. Moldura de largo recorrido y con vuelo, fijada por su cara interna al paramento (1), que
recorre con función ornamental una parte o totalmente el perímetro superior de una edificación. Puede ser
simple, y en tal caso su borde toma forma de caveto o de nacela,  o compleja, combinándose con otras
molduras que se sobreponen escalonadamente. Si hay alero, la cornisa se sitúa por debajo de él, como
sosteniéndolo. En el entablamento (1) de la arquitectura clásica (1) la cornisa era el equivalente del geisón.
Entre las cornisas más conocidas en la historia del arte cabe destacar la cornisa románica, por el juego que dio a
la imaginación de los canteros con sus prismáticos modillones y la fecundísima labra de canecillos. A menudo
encontramos también, sobre todo en fachadas renacentistas, cornisas de muy diverso tipo coronando y
protegiendo puertas y
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

ventanas. Cobija (1). Colgadizo. Cornijón. Cornisamento (1). Marquesina (1). Rafe. Saledizo. Sobradillo. Sofito (
1). Tejaroz. Vierteaguas (2). Visera. Voladizo.

— cornisa de cincha: la que marca la separación de los pisos o niveles en las fachadas. Imposta corrida.

Moldura saliente en la cima (2) de un pedestal.

Moldura decorativa muy larga, lisa o labrada, con leve vuelo en forma de caveto o de nacela, o bien con perfiles
moldurados muy diversos, que sola o en compañía de otras molduras recorre por arriba las paredes en una
habitación, pegada al sofito (2) o apenas separada de él.

Cornisa de frontis y de ventanas. Palacio de


Villapanés. Sevilla. Comienzos del siglo XVIII.

Palacio Real o de Oriente. Madrid.


1738-1764.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CRESTERIA .- crestería
o crestón

Adornos calados con aspecto de filigrana vegetal y geométrica o cuajados de elementos simbólicos


y grutescos que, reiterados en serie, coronan un edificio, la sillería (2) de un coro, un sitial (2), una reja, un
mueble, etcétera. Acroterio. Antefija. Tracería (1).

Palacio de los Golfines de Abajo. Cáceres.


Siglo XVI.

Capilla-panteón Real. Granada. Siglo XV.


Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CRIPTA.- Sitio escondido, preferentemente subterráneo, donde se guarda algo. Hallamos su étimo en el verbo
griego κρύπτω, /cripto/, que significa “ocultar”. De ahí pasaría al latín como krypta, y tal cual quedó
fonéticamente en castellano. El cambio a cripta vendría más tarde.

El predominio secular de la cultura cristiana en Occidente y en gran parte de Oriente ha reservado


para cripta una connotación exclusivamente religiosa: espacio habitable debajo del presbiterio de algunos
templos importantes, donde se custodian ciertas reliquias de especial veneración. Su aspecto común es el de
una capilla de dimensiones variables, abovedada, y con pilares (1) o columnas casi siempre. Se desciende a ella
por una escalera desde el interior del templo o por una entrada exterior. Cuando la cripta está a nivel
de planta (1) o en un plano ligeramentte inferior —cosa que sucede muy raras veces— el presbiterio se sitúa a
una altura mayor de lo habitual.

Hay criptas cuyo origen es meramente arquitectónico, sin más motivación religiosa que la exigencia técnica de
allanar y alargar el terreno mediante un zócalo (1), sobre el cual ubicar la cabecera (casi nunca los pies —
cripta de la catedral de Santiago de Compostela—). El recinto ‘subterráneo’ resultante ha propiciado a posteriori
su conversión en capilla sin necesidad de custodiar reliquia alguna, o ha quedado a expensas de otros
menesteres.

Criptico.
 

Cripta-cárcel de San Vicente mártir (con el sepulcro


de un obispo valenciano de época visigoda).
Valencia. Siglo VI.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Cripta a nivel de planta de la antigua


seo de Roda de Isábena (Huesca).
Siglos XII-XVII.

CROMLESH.- Un crómlech o crónlech, palabra proveniente del francés cromlech, derivado a su vez de un par


términos del bretón: kroum (corona) y lech (piedra),es un monumento megalítico formado por piedras
o menhires introducidos en el suelo y que adoptan una forma circular similar a un muro o  elíptica, cercando un
terreno. Está difundido por Gran Bretaña y por la Bretaña francesa, así como en la península
ibérica, Dinamarca y Suecia.
En castellano también reciben los nombres compuestos de círculo de piedras, anillos de piedras o círculo
megalítico.

La palabra cromlech en idioma inglés británico era usada para los dólmenes y no para los círculos de piedra, si
bien en ambientes técnicos sí que tiene el mismo uso que en español.En francés se da a ese término anglófono
el mismo uso que en español.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

CRUJIA.- crujía

Corredor (1) amplio comprendido entre un muro de carga y un alineamiento de pilares (1) o columnas, o


entre la doble fila de cualquiera de estos elementos. Cuando hay muro de carga se abren en él a veces  vanos de
comunicación con otras zonas del inmueble. El concepto “crujía” lleva implícita la coexistencia de otras crujías,
con las que se comunica o mantiene cierta relación. Suelen identificarse como crujías:

→ las naves de una iglesia o de otro edificio de planta (1) similar, si bien es frecuente reservar el nombre
de crujía para las naves laterales y llamar «nave mayor» o «nave principal» a la crujía central

→ las pandas o galerías (1) de un claustro, de un patio o de un  cortile.

→ el largo y ancho pasillo al que miran las celdas de los reclusos en un pabellón carcelario

→ la espaciosa sala con camas alineadas a los lados en los antiguos hospitales

Atrio (1). Deambulatorio (1). Galería porticada.
 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Crujías laterales de la iglesia de Sta. María la Real


de Irache. Ayegui (Navarra). Siglo XII.

Palacio del marqués de Santa Cruz. Viso


del Marqués (Ciudad Real). Siglo XVI.

CUBICULO.-
Ensanchamiento que de trecho en trecho presentaban las catacumbas como desahogo en la enmarañada y
extensa red de sus laberínticos pasadizos repletos de lóculos y nichos (1), espacio que era aprovechado,
especialmente por los cristianos, para abrir en las paredes de ligera toba arcosolios donde alojar
el sarcófago de algún difunto insigne.

Arca
funeraria. Cenotafio. Cista. Columbario. Cupa. Hipogeo. Lauda. Mastaba. Mausoleo. Necrópolis. Pante
ón. Túmulo (3). Urna (1).
2. Aposento de dimensiones muy reducidas, habitáculo, alcoba, diminuta,
cabina. Alacena. Mechinal (2). Edículo (3). Metabolista. Taca.

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Catacumba de Domitila. Roma. Via delle Sette Chiese.


Siglo II.

Palacio de Comares. Cubículo para


uso exclusivo del califa. Salón de
Embajadores. La Alhambra.
Granada. Siglo XIV.

CUPULA.-
Cuerpo (1) hueco de grandes proporciones que tiende libremente a la media esfera. Si esta es rebajada o
deprimida, y su flecha (1), por tanto, notablemente menor, hablamos de casquete o luquete. La razón
práctica de la cúpula es cubrir una parte del edificio o su totalidad, dotando al inmueble de una mayor alzada,
más volumen y la solemnidad y prestancia que tiene por lo común todo edificio abovedado. Técnicamente está
generada por la rotación de un arco de medio punto  o uno deprimido, o bien por un arco apuntado o
conopial. Se apoya sobre muros, pilares (1) o columnas, que a su vez soportan arcos. Para la descarga de su
peso, utiliza trompas o pechinas, y puede estar sobreelevada mediante un anillo o tambor (1) cilíndrico o
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

poligonal —embrión del cimborrio (1)—, horadado casi siempre por vanos que dejan pasar la luz exterior
(lucernario) e iluminan tanto la cúpula como el crucero (1). A falta de vanos —o incluso con ellos— suele la
cúpula coronarse con una linterna, que desempeña análoga misión. Recorriendo el perímetro interno de la
cúpula puede haber uno o más corredores (2) o ánditos (1), que facilitan el acceso al domo para proceder a su
limpieza y mantenimiento, independientemente de la belleza que, además, estos elementos puedan aportar al
conjunto. 

componentes de la cúpula

el arco rota y genera la cúpula


Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

cúpula sobre pechinas, con ándito, tambor,


lucernario y linterna
Iglesia de Santiago el Mayor. Zaragoza.
Siglo XVII.

Los tipos de cúpula más conocidos son los siguientes:


Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

∼ bizantina o de media naranja  o semiesférica: heredera de la cúpula romana, presenta media esfera


que apearen un tambor con vanos diáfanos. Su decoración interior, frecuentemente musiva, es su seña de
identidad más manifiesta.

∼ bulbosa o acebollada: desde el mismo arranque, el diámetro de la luz crece hasta media altura, donde


empieza a disminuir suavemente, para acabar en un vértice agudo. Modalidad muy evolucionada y colorista de
la cúpula bizantina clásica (3), se ha desarrollado principalmente en Rusia, en el Oriente musulman y en
algunas regiones de Alemania.

∼ califal  (corresponde al periodo andalusí de los Omeyas, o sea, del 756 al 1031, y comprende por tanto la
época del emirato y la del califato): está armada por arcos entrelazados que no pasan por el centro (evitan
la clave, que a veces ni siquiera existe), con nervios prismáticos que se cruzan conformando una estrella de
cuatro o más puntas. A diferencia de la cúpula musulmana común, la califal se ilumina con vanos abiertos en el
tambor que la sustenta.

∼ cúpula-bóveda:  solución excepcional del románico francés (las catedrales de Angulema ,  Périgueux y
Cahors,  y las  abadías de Solignac y Souillac), que cubren cada tramo de las naves de la iglesia con cúpula sobre
pechinas, en vez de con bóveda de cañón o de arista (4).

∼ elíptica: techa un espacio cuya planta (1) tiene forma de óvalo o elipse.


∼ falsa o falsa cúpula: obtenida por la primitiva técnica de aproximar hiladas (1), alejándose gradualmente y
en ascenso de los muros sustentantes hasta confluir en el centro.

∼  gallonada: recubierta por fuera de gallones (3). Es igualmente gallonada la formada por plementos de


curvatura muy pronunciada, cual semigajos de mandarina: aquí.

∼ mediterránea: presenta un trasdós (1) más o menos apuntado, con vuelo en la base y nervios resaltados,


revestidos, al igual que el resto de la cúpula, de tejas vidriadas, pero de diferente color. En la cúpula
mediterránea predominan los tonos azul y blanco. Se apoya casi siempre sobre un tambor traspasado de vanos,
y alguna vez se corona con linterna. Frecuente en el Levante español, no es exclusiva del ámbito religioso y
aparece con frecuencia en la arquitectura civil.

∼ musulmana: está compuesta por una semiesfera acusadamente apuntada y sin vanos.


∼ romana:  con forma de media naranja, se corona con un gran óculo (1) que le proporciona luz natural.
Sus paños (1) aligeran progresivamente su espesor a medida que se aproximan al óculo, o bien se construyen
hacia el final con materiales más livianos, a fin de que restar pesantez a la obra (2).

∼ románica lisa: descansa sobre trompas, y la semiesfera se presenta sin nervios ni gallones, carente de toda
ornamentación.

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

cúpula bizantina
Catedral de San Alejandro Nevski. Sofía
(Bulgaria). 1912.

cúpula bulbosa
Catedral de San Basilio. Moscú. Siglo XVI.

DEAMBULATOTIO.-
Cualquier espacio concebido arquitectónicamente como zona de paso, acotado a propósito para deambular o
caminar por él.

o girola o ambulacro. En las catedrales, en algunas iglesias abaciales y otros templos importantes, espacio
semicircular transitable que rodea por detrás el presbiterio. En la mayoría de los casos el deambulatorio es la
prolongación fusionada de las naves laterales y, al igual que estas, a menudo da acceso a capillas alojadas en
el ábside y los absidiolos. Cabecera. 

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

planta de cruz latina

Iglesia del monasterio benedictino de Carboeiro


Silleda (Pontevedra). 1200.

DECASTILO.- Sustantivo masculino. La Real Academia de la Lengua Española lo define como el tamaño que
presenta un impreso, expresado en virtud del número de hojas que constituye cada folio, bien sea en cuarto,
octavo, dieciseisavo, o cualquier otra medida de la plancha. Según su aplicación varía de significado. Por
ejemplo, el tamaño de una foto, de una pintura, etc. Así mismo, se entiende como el conjunto de propiedades
de tipo técnico y de exposición de una publicación periódica, o igualmente de un programa radiofónico o
televisivo, etc.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

DENTICULO.- o dentellón
Cuerpo en forma de dado, en ocasaiones algo más alargado, dispuesto en serie y separado de sus compañeros
por huecos casi de igual calibre. Sirve de elemento decorativo en composiciones lineales clásicas (3),
preferentemente debajo de
una cornisa. Ajedrezado. Dentellonado (1). Escaque (1). Jaquelado. Taqueado.

Pequeña pieza con aspecto de colmillo que orla reiteradamente como dientes de sierra (1) la rosca de
algunos arcos —especialmente las arquivoltas (2)—, los nervios de ciertas bóvedas y
muchas impostas. Dentellonado (1).

Gárgola entre dentículos. Catedral de la


Asunción. Coria (Cáceres). Siglo XVI.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.


Casar de Cáceres (Cáceres). Siglo XVI

DERRAME.- En un muro con grosor suficiente, profundo rebaje en oblicuo del paramento (1), practicado en


el paño (3) exterior, en el interior o en ambos hasta traspasarlos.

El derrame es inherente a la arquitectura románica y gótica. Por medidas de seguridad y confortabilidad, los


edificios se dotaban de paredes robustas y compactas; y en el caso de los templos tales muros contribuían
además a un mayor aislamiento del exterior, asegurando el oportuno recogimiento espiritual.

Los vanos simples enrasados en muros tan gruesos cumplían mal el cometido de iluminar las estancias en que se
hallaban. Con el derrame, en cambio, la cantidad de luz exterior capturada era mayor; más aún si el derrame era
doble. Este ampliaba a su vez el campo visual exterior de quienes miraban desde dentro.

Los derrames hacia afuera son los responsables de los muros aspillerados (1), donde encuentran acomodo
las arquivoltas (2) y todo tipo de vanos abocinados (ventanas, rosetones [1] y óculos [1]), los cuales, además de
contribuir a la iluminación interior, imprimen en los rudos y monótonos paramentos exteriores profundidad,
ornato y ritmo visual. En castillos y bastiones el derrame simple o doble dota a aspilleras, saeteras y troneras (1)
defensivas del necesario aspecto disuasorio, al tiempo que en muchos palacios el gran derrame interior alberga
el romántico cortejador, tan vinculado a la apacible vida hogareña.

Alféizar (2). Arco. Capialzado. Dintel. Umbral. Vuelta.

 
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Ventana de la fachada de la iglesia de


Sta. M.ª. Chalamera (Huesca). Siglo XII.

Colegiata de la Santa Cruz. Socobio (Castañeda,


Cantabria). Siglo X.

DINTEL.-
o cabecero platabanda (1)

Elemento constructivo en piedra, ladrillo, madera, hierro o acero que cubre en horizontal el  intradós (2)
superior de un vano. Si está fabricado con dovelas o ladrillos en sardinel (1), se llama arco adintelado; en el
resto de los casos, una sola pieza cierra el vano, apeando sus extremos en las jambas o empotrándose en
el paramento (1). Sobre una puerta, una ventana o un lar, transmite a las jambas su propio peso y parte de las
cargas del muro. En una puerta se contrapone al umbral (ver este artículo).
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

El dintel no siempre cumple la función de sostén que se le atribuye, pues hay veces que su cometido se reduce a
encuadrar el vano por arriba, al tiempo que un arco monta sobre él asumiendo la función de  contrarresto que
el propio dintel tenía asignada.

Está comúnmente aceptada la expresión “atravesar el dintel”, sin reparar siquiera en si lo que remata el vano de
la puerta que se traspasa es realmente un dintel o se trata más bien de un arco.

Arquitrabado. Arquitrabe. Entablamento.
 

Dintel de la iglesia de San Andrés de Sureda (hoy


francesa, pero por cultura e historia, catalana).
San Andrés (El Ripollés, Gerona). Siglo IX.

Puerta “de la Inquisición” (fue la entrada


a un corral de comedias). San Clemente
(Cuenca). Siglo XVII.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

DIPTICO.- Conjunto de dos tablas o planchas pintadas o con relieves (1), que al estar unidas con bisagras
permiten cerrarse una contra otra. Por su funcionalidad práctica, se ha dado en llamar asimismo  díptico a
cualquier estuche artístico más o menos plano y alargado con dispositivo oscilante de apertura y cierre.

Por contagio nominal, en las artes gráficas son conocidos también como dípticos los folletos de dos hojas,
resultado de doblar un pliego por la mitad.

Políptico. Tríptico.

Díptico bizantino o relicario de los Déspotas del


Epiro. Museo Diocesano. Cuenca. 1384.

Díptico de la Pasión (origen: París). Museo


de Vich (Barcelona). 1350 -1365.

DODECASTILLO.-
Dicho especialmente de un edificio de estilo clásico: Que presenta una fila de doce columnas en el frente.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

ODEON.- odeón
Recinto público de la Grecia y Roma clásicas (1) en forma de hemiciclo (1), a imitación del teatro pero de
aforo por lo común más reducido. Estaba cubierto total o parcialmente, y se destinaba a la audición de obras
musicales, fundamentalmente de voz, ya que los instrumentos eran por aquel entonces mero acom pañamiento.
De forma ocasional acogía además recitales poéticos, actos políticos y vistas judiciales.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Odeón romano de Herodes Ático o de Agripa.


A los pies de la Acrópolis de Atenas. 161-174.

Odeón romano de Éfeso (Asia Menor,


hoy Turquía). Siglo II

ESTIPITE.-
Elemento vertical decorativo con forma troncopiramidal invertida o de complejo balaustre y aspecto
de columna o de pilastra adosada. Aparece con frecuencia en los retablos barrocos y enmarcando puertas
u hornacinas del mismo estilo (1). A menudo monta sobre otros de similar factura. En Hispanoamérica, donde
tanto arraigo tuvo el arte barroco, al estilo churrigueresco se le llamó por antonomasia «arte estípite».

Atlante. Canéfora. Cariátide. Herma.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Portada de la iglesia de San Fco. Javier.


Tepotzotlán (México). Siglo XVIII.

Iglesia de San Gil. Écija (Sevilla). Siglo XVIII.

GRUTESCO.-
Adorno renacentista caprichoso y complejo que representa seres fantásticos con apariencia humana o de
animal, acompañados de frondas, candelieri y entrelazados (2), formando un todo ornamental abigarrado.
Imita las pinturas murales que se hallaron en Roma durante el Renacimiento al desenterrar las
llamadas grotte  (‘grutas’), salas abovedadas en las ruinas de la Domus Aurea de Nerón, en los baños de Tito y
Livia y en Villa Adriana, principalmente. El grottesco  renacentista relacionado con la decoración de
aquellas grotte pronto adquirió el significado peyorativo de ‘mal gusto’, ‘deforme’ y ‘extravagante’, pues como
tal conceptuaron aquellas pinturas los tratadistas más reputados de la época, haciéndose eco de las críticas de
Marco Vitruvio, influyente arquitecto e ingeniero del siglo I a. e. Desde entonces, en la lengua de
Dante, grottesco y su plural grotteschi (/grotesqui/) mantienen las dos acepciones referidas (ornato de
inspiración romana y expresión plástica de mal gusto), mientras que el castellano adaptó con la voz «grotesco»
(‘ridículo’ y ‘grosero’) solo la acepción peyorativa y acuñó grutesco  para señalar exclusivamente la decoración
romano-renacentista antes referida.

Ajeno en modo alguno a las influencias del vecino y admirado Renacimiento  italiano, el plateresco español —
estilo (1) fundamentalmente decorativo— incorporó de forma recurrente y sin complejos la ornamentación
grutesca en frisos (4), paños (3) y portadas.
Practica 1 Alex Javier Herrera Huarito

Portada de la sacristía Nueva. Catedral


de Santa María. Sigüenza (Guadalajara).
1505.

Portada del palacio de Bailío. Córdoba. Siglo XVI.

También podría gustarte