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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Filosofía y Letras

Colegio de Letras Modernas

Técnicas narrativas y diferencias culturales en

“Una tarde, Adán”, de Italo Calvino

Leonardo González Romero

Introducción

El narrador heterodiegético es un tipo de voz narrativa que relata una historia a la que es

actoralmente ajeno. Según Francisco Álamos, este tipo de narración “sigue siendo la más

utilizada en nuestra tradición literaria, construyéndose en tercera persona” (ÁLAMOS, 2013,

p. 359). Así mismo, la voz narrativa manifiesta una perspectiva desde la cual se percibe la

historia. A los diferentes tipos de perspectivas se les conoce como focalización, en donde

podemos decir que en la focalización externa “un agente anónimo, situado fuera de la fábula,

opera como focalizador” (MIEKE, 1990, p. 111), el cual, según el Diccionario de Teoría

Narrativa (), “detenta un punto de vista, en el sentido primitivo, pictórico, sobre los

personajes, los lugares, los documentos. Él no es, entonces, de modo alguno un privilegiado y

sólo ve lo que vería un espectador hipotético”.

Estos dos elementos operan simultáneamente en algunos de los cuentos del libro Por último,

el cuervo, del escritor italiano Italo Calvino. De entre dichos cuentos está “Una tarde, Adán”,

que relata un encuentro de dos jóvenes, de catorce y quince años, pertenecientes a distintos

grupos sociales, con aspectos culturales e ideológicos prácticamente contrarios y que, sin

embargo, son ignorados por ellos mientras se relacionan.

En “Una tarde, Adán”, de Italo Calvino, la voz narrativa heterodiegética y la focalización

externa construyen una narración carente de juicios u opiniones, ocupada exclusivamente en


lo que es perceptible, para ilustrar la irrelevancia que los personajes dan a sus diferencias

culturales.

Desarrollo

Las diferencias culturales de los personajes del cuento “Una tarde, Adán” son visibles desde

que Maria-nunziata pregunta al “nuevo jardinero” su nombre:

-Libereso -dijo el chico-jardinero.

Maria-nunziata reía y repetía:

-Libereso… Libereso… qué nombre, Libereso…

-Es un nombre en esperanto -dijo él-. Quiere decir libertad, en esperanto.

(CALVINO, 1990, p. 13)

Aquí cabe destacar al esperanto como un idioma que fue acogido con entusiasmo en sus

primeras décadas por los movimientos obreros y libertarios, quienes veían en él un potencial

revolucionario internacional (SALGUERO, 2011, p. 53). Se puede comenzar a intuir,

entonces, un espectro ideológico en el cual Libereso se ha desenvuelto a lo largo de su vida.

De la misma manera, cuando Libereso pregunta a Maria-nunziata por qué se llama así, ella

responde: “-Es el nombre de la Virgen. Yo me llamo como la Virgen y mi hermano se llama

como san José, igual que él.” (CALVINO, 1990, p.13). Además, unas líneas antes del

fragmento citado, Maria-nunziata había comentado ser calabresa, gentilicio para la población

de Calabria, región ubicada al sur de Italia. De acuerdo con Vera Zamagnin, es de sobra

conocida una división meridional debido a una marcada diferencia en el desarrollo

socioeconómico del sur, en comparación con el del norte, siendo el sur la región italiana más

conservadora y económicamente menos saludable (1987, p. 11). De esta forma podemos ver

cómo Maria-nunziata ha asumido las señas de identidad correspondientes a su lugar de origen.

Sin embargo, sus rasgos culturales se evidencian aún más cuando se sorprende porque
Libereso no sepa cuándo se celebra la Anunciación, entonces ella le habla sobre las

procesiones, su pueblo y su pasado:

-En mi pueblo sí que hay procesiones bonitas. En mi pueblo no es como

aquí. Hay grandes campos llenos de bergamotas. Y todo el trabajo es

recoger bergamotas de la mañana a la noche. Y nosotros éramos catorce

hermanos y hermanas, y todos recogíamos bergamotas, y cinco murieron

pequeños, y mi madre cogió el tétanos, y anduvimos en tren una semana

para venir a casa de tío Carmelo, y allí dormíamos ocho en un garage […]

(CALVINO, 1990, p. 17)

Estos datos biográficos de Maria-nunziata confirman su adscripción religiosa y las

características socioeconómicas que normalmente son adjudicadas a las poblaciones del sur:

ruralidad, pobreza y migración.

Regresando a Libereso, su formación cultural tan contrastante se manifiesta en el siguiente

diálogo:

-Los domingos -dijo Libereso- voy al bosque con mi hermano y llenamos

dos cestas de piñas. Después, por la noche, mi padre lee en voz alta libros de

Elysée Reclus. Mi padre tiene el pelo largo hasta los hombros y la barba le

llega al pecho. [...] Y yo hago dibujos para el escaparate de la FAI [...]

(CALVINO, 1990, p. 20)

La vida descrita por Libereso es marcadamente distinta a la descrita por Maria-nunziata. La

infancia de éste se ha visto rodeada de estímulos culturales de un orden ideológico anarquista.

Desde las lecturas de Reclus, conocido miembro anarquista de la Primera Internacional, hasta

los dibujos en el escaparate de la Federación Anarquista Italiana.

A pesar de que existan estos contrastes culturales en la vida de ambos personajes, estos no ven

afectada su interacción por ellos y sus diferencias no llegan a ocupar un papel importante
dentro de su conversación ni sus interacciones. En cambio, Maria-nunziata y Libereso se

relacionan de forma amable y entusiasta, con Libereso intentando compartir su asombro por la

naturaleza a Maria-nunziata:

Estaban los dos en cuclillas detrás de las dalias y las rodillas rosadas de

Maria-nunziata rozaban las marrones todas desolladas de Libereso. Libereso

pasaba una mano por el lomo del sapo, la palma y el dorso, y cada vez que

el sapo quería escurrirse lo atrapaba.

-Acarícialo tú también, Maria Nunziata -dijo.

La chica escondió las manos en el regazo.

-No -dijo. (CALVINO, 1990, p. 15)

Así como los diálogos, la voz narrativa tampoco apunta nunca hacia las fronteras culturales

entre los personajes, en cambio relata las acciones de estos y describe el entorno: “Libereso

empezó a dar vueltas entre las calas. Estaban todas abiertas, las blancas trompetas apuntaban

al cielo. Libereso miraba en el interior de cada cala, hurgaba dentro con dos dedos y escondía

algo en el puño cerrado” (CALVINO, 1990, p. 17).

La ausencia de reflexiones sobre los acontecimientos del relato y las particularidades de los

personajes, caracteriza a la voz narrativa del texto. Pone especial atención en describir los

aspectos naturales del entorno porque lo que detona la relación entre Maria-nunziata y

Libereso es el jardín en el que se da su convivencia, y no, en cambio, sus distintos orígenes y

señales de identidad. El entusiasmo y cariño que Libereso siente hacia las plantas y los

animales es lo que alimenta la relación incluso cuando María-nunziata habla de irse:

-Es tarde. Seguro que la señora me está buscando.

Pero no se iba. Seguían dando vueltas por el jardín y ya no había sol. Le

tocó el turno a una culebra. Estaba detrás de un seto de cañas de bambú, era
una culebrilla. Libereso se la enroscó en un brazo y le acariciaba la cabecita.

(CALVINO, 1990, pp. 21-22)

La voz narrativa heterodiegética nos mantiene alejados de los personajes, es decir, al no

conocer el relato desde el punto de vista de un personaje partícipe de éste, lo apreciamos con

cierta distancia que nos permite otorgarle al encuentro de Maria-nunziata y Libereso una

intimidad que adquieren al encontrarse ambos en soledad, de manera que sus actuaciones son

libre en la medida en que no están vigilados por ninguna autoridad presente.

Por otro lado, la perspectiva del relato no se introduce en la mente de los personajes, salvo en

escasas ocasiones en las que menciona algunos estados de ánimo; sin embargo, la focalización

mayoritariamente externa nos ayuda a no complejizar la relación de los personajes en el

relato, es decir, que dicha perspectiva esté en mayor medida limitada a lo físicamente

perceptible, presenta la historia con cierto grado de simpleza narrativa.

Conclusión

Con lo anteriormente presentado, sabemos que los personajes tienen amplias diferencias

culturales y pertenecen a espacios ideológicos que chocan entre sí. A pesar de ello, su relación

en el relato nunca es influenciada por tales diferencias y en cambio comparten un momento

amigable juntos. La forma en que la voz narrativa relata ese momento, ignorando cualquier

posición, juicio o reflexión que el acontecimiento pudiera suscitar, se concentra en abordarlo

desde cierta fidelidad o neutralidad. Esto nos permite concluir que dicha voz narrativa y su

respectiva focalización, contribuyen a que esa ausencia de reflexiones refleje la poca

importancia que los personajes dan a sus diferencias, sin embargo, al tomar en cuenta los

diálogos, eso también sucede en cierta medida porque los personajes no comprenden del todo

las culturas a las que pertenecen, pero han asumido sus características.
BIBLIOGRAFÍA

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359-376. Web. Consultado en junio del 2021. Disponible en:

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CALVINO, Italo. “Una tarde, Adán” en Por último, el cuervo. Trad. Aurora Bernárdez.

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SALGUERO, José. "¿Es el esperanto una lengua revolucionaria?". Estudios. Revista de

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