1) Federico Nietzsche nació en Röcken el 15 de octubre de
1844 estudió filología clásica en Bonn y en Leipzig. En 1869 a los 24 años Fue llamado a la cátedra de filología clásica de la universidad Suiza de Basilea. En 1872 Nietzsche publicó su primer obra “El origen de la tragedia” al año siguiente con el fracaso de su primer obra pública día sus cuatro “Consideraciones inactuales”.
2) Lo apolíneo es una dicotomía filosófica y literaria, basada
en ciertas características de la mitología griega. Está relacionado con el dios griego Apolo por lo tanto se le adjudican sus características; de este modo el “espíritu apolíneo” hace referencia a un espíritu suspicaz, lumínico y relacionado con la belleza.
Espíritu dionisiaco: catalizador de la liberación humana, a
la liberación humana se refiere.
Eterno retorno es una concepción filosófica del tiempo.
Está plantea una repetición del mundo en donde esté se extingue para volver a crearse.
Transmutación de valores: refiere a la revolución moral
que Proponen Nietzsche; transmutación de valores es por lo tanto el acto de transmutar los valores de modo que recuperemos los valores de la moral natural. Superhombre refiere en la filosofía de Nietzsche una persona que alcanzado cierto grado de maduración espiritual y moral superior al hombre común.
Panteísmo: refiere a una doctrina en la cual todo lo que
existe está influido por una divinidad, por Dios, ya que este es omnipresente e inmanente al mundo.
3) Uno de los rasgos de la filosofía de Nietzsche es La
aceptación de la vida y del mundo, la aceptación del hombre como criatura finita; no pretende fundamentar las positivas facultades humanas en su misma limitación, sino que trata de transferir al hombre la infinitud de la vida y lo ilimitado de su poder. La reafirmación de sí, de que nacen la transmutación de valores y el superhombre, no es, para Nietzsche, algo específicamente humano. Es la necesidad que preside el devenir del mundo, y en virtud de la cual éste vuelve continuamente sobre sus pasos, repitiendo eternamente las mismas vicisitudes. Al aceptar la vida, el hombre no hace más que mirarse en el espejo del mundo, que se reafirma, se exalta y se bendice a sí mismo. Esta fórmula generalizadora, que disminuye la originalidad de la existencia humana y la responsabilidad de la libre reafirmación del hombre, tiene un tácito supuesto panteísta: la oculta creencia en la identidad sustancial del hombre y del mundo. La doctrina de Nietzsche es, pues, de carácter cosmológico, no teológico. El filosofar no es, para él, un esfuerzo paciente y metódico, que se autodisciplina en la razón, sino el fruto de una voluntad irracional; más aún, de una explosión orgiástica de entusiasmo.