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SEMINARIO: DIÁLOGO, APROPIACIÓN Y CRÍTICA DE LA TEORÍA DE LAS

IDEAS PLATÓNICAS EN ARISTÓTELES

PROFESORA: SILVANA DI CAMILLO

ALUMNO: AGUSTÍN ZAID

DNI: 41.562.031

FECHA DE ENTREGA: 24/02/2021

TEXTO A RESEÑAR: Ferrari, F. T. Teoría delle idee e ontologia (2000)

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En teoría delle idee e ontologia de Ferrari, escrito en el año 2000, se analiza el
final del libro V de República, más precisamente el fragmento 475e6-480a13, en el cual
Glaucón y Sócrates dialogan sobre importantes tesis ontológicas y epistemológicas
sobre la teoría de las ideas. El autor se propondrá entonces analizar los sentidos posibles
del verbo eínai en el fragmento, para luego optar por la preeminencia de un sentido
copulativo de tal verbo; asimismo, intentará demostrar que la distinción entre lo uno y
lo múltiple no se corresponde con la distinción entre el plano sensible y el plano
inteligible, sino que hablará de la oposición entre unidades eidéticas y sus
instanciaciones, correspondiéndose estos con la unidad y la multiplicidad
respectivamente.

En la introducción, el autor argumenta que en el fragmento habría una


discontinuidad dramática y de contenido con lo que anteriormente se dialogaba, puesto
que de tratar sobre temáticas relacionadas a un plano ético-político se pasa a otras que
se relacionan con un plano ontológico y epistemológico, en el que el núcleo que las une
será la defensa de la tesis del gobierno de los filósofos. Por otra parte, Ferrari remarca
que Glaucón en esta parte del diálogo, más precisamente desde 476e6, pasa a encarnar
el rol ficticio de un amante de espectáculos, quien según la doctrina que plantea
Sócrates es quien no logra, a diferencia del filósofo, distinguir a las ideas respecto de
aquello que de tales ideas participa. Por esto, al amante de los espectáculos le
corresponde el estado mental (diánoia) de la opinión o dóxa, mientras que al filósofo, el
del conocimiento o gnóme. La transformación de la postura de Glaucón en la de un
amante de espectáculos permite a Platón construir un fragmento que sea accesible a
quien no sea familiar con la teoría de las ideas y así poder convencer (piénsese en la
capacidad persuasiva del lógos socrático) y transformar en filósofo a un amante de
espectáculos, a quien Ferrari no asocia con su sentido literal de quienes observan teatro,
sino a determinadas figuras políticas de la democracia ateniense.

Luego se postula que este fragmento presenta afinidades con la manera de


presentar la teoría de las ideas con los diálogos Fedón, Banquete y la primera parte de
Parménides, en los que se encuentra el núcleo teórico de la versión clásica de la teoría
de las ideas. Se admite en tales diálogos la presencia de un ámbito ontológico separado
que contiene las formas. Asimismo, Ferrari presenta cuatro puntos de vista dentro del
fragmento que le interesa analizar en los que Platón desarrolla la distinción entre
particulares: A) hen-pollá: en términos tales como “justo”, “injusto”, “bien”, “mal”,

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cada uno de ellos son en sí mismos uno, pero manifestándose en relación con acciones y
cuerpos su unidad aparece como multiplicidad. B) eínai- pháinesthai: Consiste en la
oposición del ser de la idea y la aparición de sus manifestaciones. Charles Kahn
defiende, y Ferrari está de acuerdo, que aquí hay un uso predicativo-veritativo del verbo
einai aplicado a las ideas, y es por esto que en este sentido puede haber una
intercambiabilidad léxica entre ser y verdad en el fragmento. Sin embargo, y como
argumentará más adelante Ferrari, tal intercambiabilidad se debe al hecho de que la
verdad de las formas es predicativa ontológica y no proposicional. Esto se ve respaldado
para Ferrari en 475e4, en donde Sócrates dice que los filósofos “son amantes del
espectáculo de la verdad”. C) autó-hómoion: Sócrates acusa a los amantes de
espectáculos de pensar que la similitud entre dos objetos implica identidad. Así, algo
similar a lo bello en sí es identificado por ellos como lo bello en sí. Esto muestra para
Ferrari la importancia de la correcta aprehensión de la noción de semejanza en la teoría
de las ideas. D) to methektón- ta ekeínou metéjonta: los filósofos, en cambio, sí pueden
distinguir a la idea y aquello de lo que de ella participa.

A continuación, Ferrari pasa a cuestionar una teoría muy extendida en la que


habría una evolución en los diálogos platónicos hacia una búsqueda y análisis de las
relaciones intraeidéticas, con Parménides como punto de quiebre, y que se continuaría
en diálogos como Filebo y Sofista. Así, el fragmento de República V que se propone
analizar sería de la primera fase de esta evolución en la que se analiza la relación entre
la idea y los particulares sensibles. hen-pollá y eínai- pháinesthai aludirían a la
oposición entre las ideas y los objetos sensibles. Ferrari no está de acuerdo con esto:
argumenta que Sócrates no dice que un predicado exista de por sí unitariamente por el
hecho de manifestarse en multiplicidad únicamente en el mundo espacio-temporal, sino
que tal multiplicidad de predicados se da de hecho en el plano de las ideas. La koinonía,
comunión de cada idea o forma, no afecta solamente a acciones y cuerpos, sino también
a las relaciones intraeidéticas. Esto viene justificado para Ferrari por el pronombre
allélon. De este modo, la instanciación de la forma se da tanto en el plano físico como
en el metafísico, y por lo tanto que el conocimiento del filósofo se orienta también hacia
las instanciaciones de la forma. Sin embargo, en mi opinión el fragmento y la totalidad
de República hacen posible pensar que la dicotomía uno y múltiple se corresponda con
lo inteligible y lo sensible: sólo los filósofos serían quienes pueden llegar a conocer lo
inteligible en oposición con los amantes de espectáculos. De todos modos, esta manera

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de presentar la teoría platónica podría contribuir a resolver problemas que suscita el
diálogo Parménides tales como el argumento del tercer hombre, porque la postura de
Ferrari permite multiplicidad intraeidética.

Ferrari pasa luego a presentar tres sentidos que distintos autores han atribuido al
verbo eínai en platón y que son de interés para el fragmento en cuestión. Para elegir el
significado de tal verbo (aunque concuerde con Kahn en que es difícil la elección y que
habría una “sobredeterminación” del verbo ser en Platón), presenta antes un argumento
de esta sección, a saber: 1)quien conoce, conoce algo.2) Conoce algo que es, puesto que
no es posible conocer algo que no es. 3)Lo que es en sentido pleno y absoluto, es
absolutamente cognoscible. Los tres sentidos del verbo ser que elige son: A) sentido
existencial: la simple existencia del sujeto del verbo. B) sentido copulativo: el ser
constituye la cópula del tipo x es F. C) sentido veritativo proposicional: ser implica “lo
que es verdadero”. La postura tradicional es la existencial, entre quienes encontramos a
Charles Kahn. Esta es desestimada por el hecho de que el pronombre ti aparezca en 1),
lo cual implica que se refiere a un objeto intencional ya existente. Por lo tanto, 2) no se
atiene a cuestiones de existencia, sino que se alude a un particular modo de existencia
ya admitido en la tesis. Esto a mi parecer no resulta del todo convincente y resulta
problemático para pensar la gradación ontológica de Platón, en la que el sentido
predicativo pierde terreno ante la posición de Kahn (Sócrates habla en el fragmento a
analizar de mayor existencia y menor existencia). Se desestima también a C). Para que
sea aplicable a la distinción que hace Sócrates entre ciencia de lo que es y opinión de lo
que es y no es, debería reemplazarse “lo que es” por “lo que es verdadero” y “lo que es
y no es” por “lo que es y no es verdadero”. Sin embargo, esta tesis implicaría la
infalibilidad de la ciencia contra la falibilidad de la opinión, lo cual sería problemático
puesto que la ciencia platónica, argumenta Ferrari, trabaja también con objetos y no
solamente con proposiciones. Finalmente opta por B). Esta explicaría que en la
multiplicidad haya términos que son F (siendo F un determinado predicado) y no F, es
decir, que son y no son algo determinado. Un ser absoluto, un ser que no es no f, es
perfectamente cognoscible, y la naturaleza de este ser consiste en que los entes que lo
poseen son y no son F, son y no son el predicado que implica F, están enmarcados en el
cambio y la corruptibilidad. Resta incorporarlos a la gradación ontológica que realiza
platón, en la cual es claro que el mayor grado de ser va a ser ocupado por las ideas que
son F, mientras que los objetos que participan de ella son y no son F. Esto de todos

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modos no permite pensar en un ser en grado sumo como permite la postura existencial,
porque el verbo ser está aquí ligado siempre a un predicado que le da determinación,
mientras que el ser en grado sumo pareciera ser indeterminada, fundante de realidad
(piénsese en la idea del Bien).

En conclusión, Ferrari tomará una postura original y diferente de la tradicional


en la homologación de lo sensible y lo inteligible con los objetos y las ideas; hablará de
términos eidéticos o unidades elementales, contrapuestos a sus instanciaciones, sea en el
plano físico o el metafísico. Asimismo, defiende una preeminencia del sentido
copulativo del verbo ser, el cual, combinándolo con su tesis anterior, sería problemática
para entender cómo es que hay ideas que son y no son, puesto que la instanciación
implica multiplicidad.

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