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Consejo de Redacción:
J. de Alarçao
M. Alba Calzado
M. Bendala Galán
P. Caldera de Castro
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L. García Iglesias
P. León Alonso
T. Nogales Basarrate
E. Sánchez Salor
J. C. Saquete Chamizo
A. Velázquez Jiménez
Fotocomposición e Impresión:
ARTES GRÁFICAS REJAS
Avda. Sta. Teresa Jornet - Mérida
ANAS
Mérida (Badajoz) - ISSN: 1130-1929
ANAS
SUMARIO
ÁREAS FUNERARIAS
MONUMENTALIZACIÓN
MIGUEL ALBA
Sobre la amortización de las necrópolis paganas de Mérida (s. V) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267-295
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
CARLOS MÁRQUEZ
Reseña del libro: MURCIANO CALLES, José María, Monumenta. Tipología
monumental funeraria en Augusta Emerita. Origen y desarrollo entre los siglos
I a. C. y IV d. C. (Monografías Emeritenses 12). Mérida, 2019. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .299-302
RESUMEN
Se presenta, en este artículo, el hallazgo de varios nuevos recintos sepulcrales en
una de las áreas funerarias de la zona norte de Augusta Emerita. Estas edificaciones
se articulan en torno a dos vías perpendiculares entre sí, una enlosada, construida en
el siglo I d. C. y otra empedrada, creada en el siglo II d. C. Dentro del variado
conjunto de estructuras funerarias exhumadas durante la intervención arqueológica,
nos interesa destacar el descubrimiento de diversos acotados con muros de gran
longitud, que albergaban tanto mausoleos, como sepulturas individuales y otras
instalaciones relacionadas con los rituales funerarios.
SUMMARY
This article presents the discovery of several new burial enclosures in one of the
funerary areas in the north of Augusta Emerita. These buildings are organized around
(*) fsanchez2006@hotmail.com
30 FERNANDO SÁNCHEZ HIDALGO
two roads perpendicular to each other, one paved, built in the 1st century A.D. and
another cobblestone, created in the 2nd century A.D. Within the varied set of funerary
structures exhumed during the archaeological intervention, we are interested in
highlighting the finding of several enclosures with very long walls, which housed
both mausoleums, individual graves and other structures related to the burial rituals.
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO DE LA EXCAVACIÓN
(1) SÁNCHEZ HIDALGO, Fernando, SANABRIA MURILLO, Diego y ROSA, Renata, “Evolución de un área
extramuros al noreste de Augusta Emerita: ámbitos funerarios, domésticos y gran edificio balneario; construcciones
tardoantiguas y maqbara andalusí. Excavación arqueológica realizada en el Antiguo Cuartel Militar de Artillería ‘Hernán
Cortés’ de Mérida”, Mérida Excavaciones Arqueológicas (2009-2011), vol. 13 (2019), págs. 425-483.
(2) MÉLIDA ALINARI, José Ramón y MACÍAS LIÁÑEZ, Maximiliano, Excavaciones de Mérida. Memoria de los
trabajos practicados en 1926 y 1927 (Memoria. Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, vol. 98, n. º 6 de 1927).
Madrid, 1929, págs. 32-33.
Fig. 2. Calzada enlosada y vía encachada que articulan los sectores del área funeraria. Fotos del autor.
A lo largo de todo el sector meridional del solar, se han excavado varios recintos
funerarios, caracterizados por muros longitudinales de gran extensión y anchura,
cuyas cimentaciones tienen fábrica de opus caementicium, que se adosan unos a otros
en sucesivas etapas constructivas. Fueron diseñados para albergar sepulturas, dentro
de una gran área funeraria bien organizada, en cuyo interior se han localizado escasos
enterramientos, todos altoimperiales. En varios casos, se documenta cómo en estos
acotados se colocaban sillares de refuerzo en sus esquinas y se empleaba el aparejo
de opus incertum en el zócalo y parte de su alzado, que era probablemente de tapial,
hasta su coronación.
Fig.4. Depósito funerario en una sepultura y cuenco de costillas. Fotos del autor.
Fig. 5. Triclinio funerario excavado en el Cuartel (Foto: Fernando Sánchez) y modelo de la “New York Public
Library, Picture Collection”.
(3) SÁNCHEZ HIDALGO, Fernando y ROSA, Renata, “Hallazgo de dos cabezas-retrato de mármol en las excavaciones
del antiguo cuartel Hernán Cortés”, FORO, vol. 58 (2010), pág. 8.
Otro gran espacio funerario delimitado por anchos muros de gran longitud se
encuentra trabado con el recinto anterior, concretamente por su extremo norte (fig. 6).
Este hecho nos indica un extenso diseño programático de los espacios, para su uso
funerario, desde una etapa muy temprana en la vida de la ciudad emeritense.
Fig. 6. Muros de un gran recinto funerario en el solar del Cuartel. Fotos del autor.
Al Sur del anterior mausoleo, dentro del denominado sector suroeste, se excava
una edificación de planta cuadrangular, con muros de opus caementicium, arrasados a
nivel de sus cimientos, que se interpretan como un edificio funerario (mausoleo D).
Esta construcción se halla a unos 2,5 m al Oeste de la calzada enlosada y dos de sus
paramentos presentan orientación similar, norte-sur.
Aparte de estos recintos, en varios puntos situados por fuera de sus muros, se
localizan sepulturas individuales, coexistiendo la habitual dualidad de los dos ritos
romanos de enterramiento, el de inhumación y el de cremación. Este último va
asociado al carácter purificador del fuego, mientras que la inhumación parte de la
idea de un retorno a la tierra4. Ambos formatos coexisten durante el siglo II d. C. y, a
partir del siglo III d. C. predomina la inhumación del cuerpo. Gracias a los estudios
de F. Taglietti5 en la necrópolis de Isola Sacra, se comprueba cómo “cremaciones e
inhumaciones coinciden de forma ocasional en las tumbas monumentales, mientras
los más pobres usan la inhumación de forma casi exclusiva”, relacionándose este
hecho con el ahorro que se lograba al suprimir los ritos asociados a la cremación. En
definitiva, el total de sepulturas de incineración documentadas en la actual
intervención del Cuartel es de 47, siendo el número de inhumaciones de 15,
observándose, por lo tanto, esa predominancia del rito de la cremación en época
altoimperial.
(4) VAQUERIZO GIL, Desiderio, “La muerte en la Hispania romana. Ideología y prácticas”, en BARCA DURÁN,
Francisco Javíer y JIMÉNEZ ÁVILA, Javier (eds.), Enfermedad, muerte y cultura en las sociedades del pasado:
Importancia de la contextualización en los estudios paleopatológicos. Actas del VIII Congreso Nacional de
Paleopatología, I Encuentro Hispano-Luso de Paleopatología (Cáceres 2005). Cuacos de Yuste, 2007, pág. 140.
(5) TAGLIETTI, Franca, “Ancora su incinerazione e inumazione: la necropoli dell’Isola Sacra”, en HEINZELMANN,
Michael (ed.), Culto dei morti e costumi funerari romani. Roma, Italia settentrionale e province nord-occidentali dalla
tarda Repubblica all’età imperiale. Wiesbaden, 2001, págs. 149-158.
Por otra parte, se localiza un hoyo, hacia la esquina noroccidental del mausoleo,
cuyas dimensiones invitan a pensar que se tratase de un enterramiento de
incineración, hoy en día expoliado. Por último, se halló una inhumación en fosa
simple, en un punto situado a la entrada del patio, por el Oeste, junto al muro sur del
pasillo. Ambos enterramientos se encuentran en el citado surco que recorre, en
paralelo, varias de las paredes del espacio funerario, por lo que pudo diseñarse con
doble funcionalidad, primero, la de albergar enterramientos, con su correspondiente
marcador, monumento, etc. y, en segundo lugar, servir de parterre para flores,
arbustos u otras plantas decorativas (fig. 8).
El siguiente recinto, o mausoleo C, que se adosa al del triclinio por su lado norte,
mide 15,10 m de largo, en sentido norte-sur, y se le calculan alrededor de 11 m de
ancho ya que, el cierre por el Oeste no se ha conservado. En su interior, se localizan
cuatro tumbas de incineración, en fosa, tres junto al muro este, orientadas norte-sur y
una junto al paramento sur, orientada oeste-este. Perteneciente a una de las tumbas,
se documenta una placa funeraria de mármol, que cita a una madre, Leuche, esclava
de Atilia Tertulla, de 24 años de edad y a su hija, Mistiche, esclava doméstica, de un
año y seis meses. Se ha fechado, gracias a los datos epigráficos6, entre la época flavia
y los primeros años del siglo II d. C.
(6) HIDALGO, Luis y SÁNCHEZ HIDALGO, Fernando, “Aportaciones a la epigrafía funeraria de Augusta Emerita:
Nuevas inscripciones del solar del antiguo Cuartel Hernán Cortes”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Hª Antigua, vol. 25
(2012), págs.56-59.
Fig. 8. Mausoleo B, con un triclinio funerario y recinto contiguo (mausoleo C) por el N. Dibujo: Fernando
Sánchez sobre planos de David Sadornil.
Entre los recintos funerarios cuya planta se ha podido documentar en sus diversas
etapas, se encuentra el mausoleo A, enfrentado al mausoleo B (del triclinio), ambos
separados por la calzada enlosada, al Oeste y Este de la misma, respectivamente. La
edificación original tenía planta rectangular, midiendo 9,60 x 11,30 m, cuyo lado
largo es el norte-sur, fabricada con cimentaciones de opus caementicium, de 0,60 m
de anchura (fig. 11). En su paramento oriental cuenta con un vano, descentrado,
ligeramente hacia el Sur, de 1,98 m, del que se conserva el umbral. La presencia de
un pozo en el interior de este espacio, a la altura de la entrada, demostraría que el
primero pertenecería a una fase previa a la construcción del recinto o, al menos, a
este acceso. Por la tipología de las dos sepulturas de inhumación en caja de ladrillos
que se han localizado en su interior, el mausoleo se fecha entre los siglos II y IV d. C.
Posteriormente, se amplía la construcción, por el Oeste y por el Norte, creando al
menos cuatro nuevos espacios, quedando una planta irregular de 18,20 x 13,45 m en
sus partes más amplias, medidas de Norte a Sur y de Oeste a Este, respectivamente.
En el espacio noroccidental se localiza una sepultura de inhumación en fosa simple,
datada en la segunda mitad del siglo IV d. C. Se desconoce el uso de las otras
dependencias, supuestamente relacionadas con el uso funerario de las instalaciones.
Estas ampliaciones recuerdan a las que se documentan en la excavación del solar de
la Campsa, concretamente una construcción muraria de opus incertum, que se adosa
por el Noreste al mausoleo A.1, interpretada como posible ustrinum7. En una última
(7) BEJARANO OSORIO, Ana María, “Intervención arqueológica en el antiguo solar de la Campsa. Espacio funerario de
época altoimperial”, Mérida excavaciones arqueológicas 1998, vol. 4 (2000), págs. 311 y 319.
Fig. 10. Mausoleo D, con dos pilastras al interior. Dibujo: Fernando Sánchez sobre planos de David Sadornil.
fase de uso, se construirá una especie de pérgola en la zona central del primer recinto,
con un pozo en su interior, que se superpone a las tumbas; y, además, se
pavimentarán varias de las salas que ampliaban el primer recinto, posiblemente
cambiando el uso de las edificaciones originales.
Fig. 11. Mausoleo A y sus ampliaciones. Dibujo: Fernando Sánchez sobre planos de David Sadornil.
(8) FLORIANI SQUARCIAPINO, María, Scavi di Ostia, III, Le necropoli 1. Le tombe di età republicana e augustea.
Roma, 1958, págs. 101 y ss, fig. 53.
(9) LÓPEZ MELERO, R y STYLOW, A, U., “Una pena sepulcral en favor de la res publica Aiungitanorum”, Espacio,
Tiempo y Forma. Serie II, Hª Antigua, vol. 8 (1995), págs. 222 y ss.
(10) BEJARANO OSORIO, Ana María, “Ocupación diacrónica de un recinto funerario en una parcela al sur de Augusta
Emerita: intervención arqueológica realizada en el solar de la C/ A. García y Bellido, s/n”, Mérida excavaciones
arqueológicas 2006-2008, vol. 12 (2017), págs. 316-317.
Para poder entrar en el mundo de los muertos era necesario proveerse en vida de
una sepultura, cosa que no estaba al alcance de toda la población. Los que no tenían
suficientes recursos económicos, podían adherirse a los collegia funeraticia,
asociaciones privadas, a veces de carácter profesional, que reunían a hombres libres y
esclavos, los cuales mediante el pago de una cuota mensual en vida se aseguraban el
enterramiento16. En Hispania se han constatado a través de la epigrafía, siendo la
Bética la provincia romana donde están más documentadas17.
(11) PICADO, Yolanda, “Restos funerarios en torno a una vía de acceso a Emerita Augusta en la zona norte de Mérida”,
Mérida excavaciones Arqueológicas 2003, vol. 9 (2006), págs. 105-106.
(12) Consulta de la Base de Datos del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, con números de registro (Ints. 8152
y 8153).
(13) HERNÁNDEZ PÉREZ, Ricardo, Poesía latina sepulcral de la Hispania romana: estudio de los tópicos y sus
formulaciones. Valencia, 2001, págs. 217-277; VAQUERIZO, Desiderio, Funus Cordubensium. Costumbres funerarias en
la Córdoba romana. Córdoba, 2001, págs. 287-289.
(14) VAQUERIZO, Desiderio, Op. cit., 2001, pág. 156.
(15) BELTRÁN DE HEREDIA, Julia, “La via sepulchralis de la plaza Vila de Madrid. Un ejemplo del ritual funerario
durante el alto imperio en la necrópolis occidental de Barcino”, Quarhis, Època II, vol. 3 (2007), pág. 14.
(16) BELTRÁN DE HEREDIA, Julia, Op. cit., 2007, pág. 26.
(17) VAQUERIZO, Desiderio, Op. cit., 2001, págs. 64-65.
En las áreas funerarias se disponían los acotados, cuya finalidad era delimitar y
proteger el monumento y su espacio circundante, a menudo señalizado. Los
elementos de separación de estos recintos podían ser de carácter más monumental –
muros de mampostería o incluso de sillería, con potentes cimentaciones de opus
caementicium, como en los acotados funerarios que se han localizado en el Cuartel de
Hernán Cortés–, o bien cercados de madera, que se pueden documentar en la
iconografía, como en el hallado en un relieve de Salaria, Úbeda, Jaén22. Un sistema
aún más sencillo eran unos simples hitos o cipos de piedra que señalaban el perímetro
y delimitaban la parcela funeraria. Normalmente, los recintos funerarios colectivos
quedaban delimitados por muros de piedra. En el caso de Augusta Emerita, hay
(18) HIDALGO, Luis y SÁNCHEZ HIDALGO, Fernando, Op. cit., 2012, págs. 62-66.
(19) RODRÍGUEZ SANCHIDRIÁN, Pedro, Satiricón de Petronio. Madrid, 2003, pág. 71.
(20) FEJFER, Jane, Roman portraits in context, Berlín, 2008, págs. 118-119.
(21) DUINKER, Heleen E., Buried in collectivity: the social context of the early Imperial Roman columbaria (tesis
doctoral inédita Universidad de Groninga), 2015, pág. 30.
(22) BELTRÁN FORTES, José y BAENA DEL ALCÁZAR, Luis, Arquitectura funeraria romana de la Colonia Salaria
(Úbeda, Jaén). Ensayo de sistematización de los monumenta funerarios altoimperiales del Alto Guadalquivir. Sevilla,
1996, pág. 167.
spazio vitale per il dopo’”27 . Son numerosos los recintos o acotados de grandes
dimensiones que han sido reconocidos en los últimos años gracias a la intensa
actividad arqueológica. En líneas generales se trata de construcciones a cielo abierto
que no presentaban una entrada definida como tal28, aunque en nuestro caso –como
ya se ha citado– sí se han localizado dos vanos de acceso al denominado mausoleo A.
En todos los casos se trata de construcciones de gran amplitud conformadas por
muros que estructuran plantas casi cuadradas y/o rectangulares, ocupados en su
interior por un mayor o menor número de enterramientos29.
Por otro lado, se observa cómo algunos de los recintos funerarios comparten
muros medianeros, y no son por tanto edificios exentos. De estos acotados, unos
tendrían muros de zócalo de mampostería y alzados de tapial protegidos por
enlucidos y, normalmente, disponían de sillares en los extremos de los muros 33 .
Como se comprueba en diversas zonas de la ciudad, algunos mausoleos se
encuentran “adosados”, compartiendo sus muros de cierre e incluso alguna de las
edificaciones formadas por “adición de estancias, adosadas a medida que las
necesidades funerarias lo demandaban”34, dato que concuerda con las ampliaciones
de los mausoleos A, B y C, y también con las de E y F, dentro del solar del Cuartel.
(27) VAQUERIZO GIL, Desiderio y SÁNCHEZ MADRID, Sebastián, “Entre lo público y lo privado. Indicatio pedaturae
en la epigrafía funeraria hispana“, Archivo Español de Arqueología, vol. 81 (2008), pág. 101; VAQUERIZO GIL,
Desiderio, Op. cit., 2001, pág. 202.
(28) BEJARANO OSORIO, Ana María, Op. cit., 2017, pág. 316.
(20) BEJARANO OSORIO, Ana, Op. cit., 2017, pág. 318.
(30) ESTÉVEZ MORALES, José Antonio, “Seguimiento arqueológico de la obra de construcción de un colector de aguas
en la Avda. Juan Carlos I. Intervención arqueológica en un área funeraria y de tránsito (calzada)”, Mérida excavaciones
arqueológicas 1998, vol. 4 (2000), pág. 372.
(31) BEJARANO OSORIO, Ana María, Op. cit., 2017, pág. 318.
(32) ENRÍQUEZ NAVASCUÉS, Juan Javier y GIJÓN ENRÍQUEZ, Eulalia, La necrópolis del Albarregas: arqueología en
Mérida. Mérida, 1987, pág. 27.
(33) ESTÉVEZ MORALES, José Antonio, Op. cit., 2000, pág. 372; ALBA CALZADO, Miguel, “Dos áreas funerarias
superpuestas, pagana e islámica, en la zona sur de Mérida”, Mérida excavaciones arqueológicas 2002, 8 (2005), pág. 334;
SÁNCHEZ HIDALGO, Fernando, SANABRIA, Diego y ROSA, Renata, Op. cit., 2019.
(34) ESTÉVEZ MORALES, José Antonio, Op. cit., 2000, pág. 372.
Fig. 12. Bustos de mármol hallados en el mausoleo B (Fotos: Ángel M. Felicísimo y Fernando Sánchez).
recibir a las urnas, pero esta posibilidad podría explicar la baja densidad de sepulturas
localizadas en el interior de los recintos”, alguno de los cuales se encuentra muy
desmantelado37. En cualquier caso, creemos que estos bustos-retrato, localizados en
una zanja del mausoleo B del Cuartel, se situarían, muy probablemente, en el interior
de este mismo complejo funerario, ya fuera mausoleo familiar o de otro tipo, en un
estilo de columbario parecido –a menor escala, lógicamente– al conocido
Columbario 2 de Vigna Codini 38 y a los
Columbarios B8 y B11-12 de la necrópolis de
Porta Romana, en Ostia 39, que contaban con
numerosas filas de nichos semicirculares
destinados a contener las urnas cineradas. En
el caso de Vigna Codini, se localizaron algunos
bustos escultóricos con rasgos estilísticos de la
era augusta (fig. 13); así como otros retratos
de época Neroniana y posiblemente Flavia40.
Fig. 14. Reconstrucción ideal del triclinio del Cuartel H. Cortés (F. Sánchez) a partir del modelo de la casa del
Efebo (en https://viaggi.corriere.it/eventi/picasso-il-teatro-antico-e-tour-inediti-eventi-e-novita-dellestate-
2017-a-pompei/).
En Mérida, entre los restos excavados que guardan ciertas similitudes con el que
estudiamos, se encuentra el de la C/ Bartolomé José Gallardo s/n., en el área de “Los
Bodegones” (fig. 15). Allí se documentó, en el interior de un recinto funerario,
distintos enterramientos en caja, fosa y urna, que alternaban los ritos de inhumación e
incineración. Además, el espacio cuenta con dos pozos y un triclinium funerario45.
(44) SAQUETE CHAMIZO, José Carlos, “Notas sobre una tumba con jardín, una multa sepulcral y el paisaje suburbano
de Augusta Emerita”, Madrider Mitteilungen, vol. 43 (2002), págs. 207-219; AE 2002, n. º 679.
(45) MÁRQUEZ PÉREZ, Juana, “El paisaje funerario en Augusta Emerita: nuevos datos en una excavación de la zona
Sur”, Foro vol. 39 (2005), pág. 5.
La presencia de pozos de agua, como los que se han localizado durante las
excavaciones del Cuartel –uno de ellos frente al triclinio–, es frecuente en ambientes
funerarios del ámbito emeritense y del mundo funerario romano, en general. Otras
estructuras hidráulicas como lacus o canales de conducción tuvieron como finalidad
el suministro de agua para los ritos funerarios, así como el mantenimiento de zonas
ajardinadas, como parterres, hortus, etc48. En las excavaciones de Ana Bejarano en el
solar de la c/ A. García y Bellido s/n, se identificó un pozo cuya particularidad
radicaba en la presencia de unos posibles bancos corridos que lo rodeaban 49. Otros
ejemplos emeritenses de recintos o mausoleos con pozos ligados a los rituales, son el
del mausoleo del “Águila” (n.º reg. 196), el edificio de la c/ Leonor de Austria50, o el
recinto del “Disco” vinculado a un área abierta y asociado igualmente a canalillos
que marcaban un posible espacio ajardinado51. Epigráficamente, queda constatada la
presencia de pozos en recintos funerarios provistos de jardines en Mérida, gracias a la
ya citada inscripción que hace referencia a unos “...tricliam puteumque…”52.
(46) BENDALA GALÁN, Manuel, “El vino en el ritual y el simbolismo funerarios en la Roma antigua”, en El vino en la
antigüedad romana: Simposio de arqueología del vino, Jerez, 2, 3 y 4 de octubre de 1996. Madrid, 1999, pág. 55.
(47) TOYNBEE, Jocelyn M. C., Op. cit., 1971, págs. 43-55.
(48) NIVEAU DE VILLEDARY, Ana María, “Banquetes rituales en la necrópolis púnica de Gadir”, Gerión, vol. 24, núm.
1 (2006), pág. 36.
(49) BEJARANO OSORIO, Ana María, Op. cit., 2017, págs. 318-320.
(50) MÁRQUEZ PÉREZ, Juana, “Evolución de una de las áreas funerarias al sur de la ciudad: una maqbara al sur de
Mérida”, Mérida excavaciones Arqueológicas 2002, vol. 8 (2005), págs. 293-300, fig. 9; MÁRQUEZ PÉREZ, Juana, “Los
suburbios de Augusta Emerita en perspectiva diacrónica”, en VAQUERIZO, Desiderio (eds.), Las áreas suburbanas en la
ciudad histórica. Topografía, usos función (Monografías de arqueología cordobesa, vol. 18). Córdoba, 2010, pág. 141.
(51) MOLANO BRÍAS, Juana et alii, “Avance de las excavaciones en la necrópolis oriental de Emerita Augusta: El Sitio
del Disco (1988-1990)”, en Actas del XXI Congreso Nacional de Arqueología, vol. III, Teruel, 1991. Zaragoza, 1995, págs.
1185 y 1193.
(52) SAQUETE CHAMIZO, José Carlos, Op. cit., 2002, págs. 207-219; HEp, 2002, n.º 11.
CONCLUSIONES
Gracias a estos nuevos hallazgos del antiguo Cuartel de Artillería Hernán Cortés,
se observa cómo se están edificando grandes recintos para uso sepulcral, a lo largo de
las diversas vías periurbanas, algunos casi adosados a las mismas. Estos acotados
albergan enterramientos en su interior, aunque en ocasiones son escasos, lo que podría
indicar que, o bien se han destruido o bien se encontrarían en loculi situados en los
alzados de los muros. Estos recintos parecen mostrar una parcelación de los espacios
de uso funerario, que serían adquiridos por particulares, cofradías o colegios, o bien
cedidos por el municipio. Los acotados se amplían en sucesivas etapas de uso, se
adosan unos a otros y, finalmente, son frecuentes los cambios de funcionalidad en
algunos de estos espacios mortuorios –como sucede en numerosos ejemplos
emeritenses–, a favor de construcciones domésticas, agrícolas e industriales que, en
algunas ocasiones, se produce en un momento muy próximo al del primer uso.