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GOBIERNO MINISTERIO
DE ESPAÑA DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES
Y MEMORIA DEMOCRÁTICA
Mujeres en el exilio
republicano de 1939
(Homenaje a Josefina Cuesta)
AUTORAS:
https://cpage.mpr.gob.es
Edita:
GOBIERNO MINISTERIO
DE ESPAÑA DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES
Y MEMORIA DEMOCRÁTICA
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dio alguno, electrónico, mecánico o de grabación, incluido fotocopias, o por cualquier otra forma, sin per-
miso previo, expreso y por escrito de los titulares del © Copyright.
ÍNDICE
PRESENTACIÓN .....................................................................................................................................11
Fernando Martínez López
INTRODUCCIÓN .....................................................................................................................................13
Ángeles Egido, Matilde Eiroa, Encarnación Lemus y Marifé Santiago
PONENCIAS
MEMORIAS DEL EXILIO EN FEMENINO (1939-1977) ...............................................................21
Josefina Cuesta Butillo
REFLEXIONES EN TORNO A LAS EXILIADAS REPUBLICANAS EN MÉXICO ..................37
Pilar Domínguez Prats
MEMORIA DE LA ESPAÑA PEREGRINA. REFLEXIONES SOBRE EL EXILIO
REPUBLICANO FEMENINO: CAMINOS, HUELLAS Y EXPERIENCIAS DE FRONTERAS .. 47
María Dolores Ramos
LAS INTELECTUALES DEL EXILIO REPUBLICANO ESPAÑOL: PENSAMIENTO
Y ACCIÓN .................................................................................................................................................63
Lidia Bocanegra Barbecho
LO QUE A PANCRACIO LE SUCEDE. ROSA CHACEL EN SU VOCACIÓN FILOSÓFICA .... 79
Mari Paz Balibrea
A LA INTEMPERIE. LAS MUJERES EN EL EXILIO DE 1939 ....................................................95
Inmaculada Cordero
LA INFANCIA COMO LABERINTO: MARÍA LUISA ELÍO EN SU BALCÓN VACÍO............109
José María Naharro-Calderón
CULTURA RESISTENTE DE REFUGIADAS ESPAÑOLAS EN FRANCIA ............................ 115
Rose Duroux
DEPORTADAS ESPAÑOLAS EN RAVENSBRÜCK. LA NECESIDAD
DE UNA APROXIMACIÓN FEMINISTA AL FENÓMENO GLOBAL...................................... 131
Mar Trallero
5
MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
TESTIMONIOS
«DE LAS QUE SE FUERON ANDANDO…» TESTIMONIO ........................................................ 179
Nelly López Silvestre
SUEÑOS QUE LA HICIERON FUERTE. EL EXILIO DE MI MADRE EN FRANCIA
Y LA RDA............................................................................................................................................... 185
Margarita Banqué Doz
LA VIDA CON MIS PADRES CARMEN PARGA Y MANUEL TAGÜEÑA ........................... 199
Carmen Tagüeña Parga
COMUNICACIONES
PRESENTACIÓN .................................................................................................................................. 217
Luiza Iordache Cârstea y Rocío Negrete Peña
6
ÍNDICE
7
MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
Escritoras, artistas
EXPOSICIONES, CONFERENCIA PERFORMATIVA Y CONCIERTO CONFERENCIA ..... 531
Marifé Santiago Bolaños
LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO: LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA
LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA ................................................................................... 541
Javier Mateo Hidalgo
EXPERIENCIAS DEL EXILIO Y PRESENCIA DE MÉXICO EN LA OBRA
DE REMEDIOS VARO ......................................................................................................................... 555
María José González Madrid
8
ÍNDICE
9
MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
10
25.
LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO:
LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA
LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA
JAVIER MATEO HIDALGO1
L
a modernidad cultural como mosaico histórico a completar a través de sus creadoras:
la recuperación del testimonio de las mujeres de la vanguardia artística española.
Actualmente, la labor del feminismo es, a partes iguales, elogiable y ardua: prime-
ramente, por la reivindicación histórica llevada a cabo, en lo que al necesario papel de la
mujer en el desarrollo pasado y presente de nuestra civilización se refiere; en segundo lu-
gar, teniendo en cuenta que su trabajo de recuperación y puesta en valor afecta a la mitad
del total de la población. A pesar de la dificultad que conlleva desde el punto de vista in-
vestigador, este trabajo viene dando interesantes frutos. Testimonios de mujeres de distin-
tas épocas y ámbitos han salido a la luz, desplazando progresivamente la figura del hom-
bre del eje central —posición otorgada por la mirada androcéntrica—. Para María Sánchez,
si bien el feminismo ha dado a conocer a las mujeres que formaron parte del panorama
cultural histórico, muchas carecieron de un contexto social que les permitiese «contar sus
historias» pues no sabían escribir o se les negó el placer de leer o una educación2. El femi-
nismo tiende a conseguir un reconocimiento histórico de la mujer y un presente que per-
mita a todos y a todas reconocerse en el espejo sociocultural, consiguiendo un futuro igua-
litario en derechos y oportunidades. Conocer aquel pasado ayudará a alcanzar ese futuro.
Que cada una posea un cuarto propio, como dijo Virginia Woolf, accediendo a una educa-
ción e independencia laboral y económica que les haga independientes y libres de todo en-
sombrecimiento u opresión masculina3.
En una parte de su texto, Sánchez se refiere a la recuperación de la memoria de las in-
telectuales pertenecientes a la conocida como Generación del 27, enclavada en España en-
tre la segunda y tercera década del s. XX. Una época denominada de vanguardia, por la afi-
nidad con el nuevo arte que estaba aconteciendo en el resto de Europa y por la naturaleza
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MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
progresista de sus propuestas. Esa historia está comenzando a ser descubierta, pues los es-
tudios destinados a esta etapa habían afectado hasta fechas recientes a las figuras masculi-
nas que poblaron dicho periodo cultural. Solo de aquí a un tiempo ha comenzado a hablar-
se de «Las Sinsombrero». Algunos de sus nombres ya conocidos en la cultura general están
adquiriendo la importancia que merecen, situándose a la altura de sus compañeros y no a
su sombra; otros de los que apenas se tenía noticia están también descubriéndose. Sin duda,
su legado resulta fundamental para completar la visión de esta etapa histórica, como teselas
imprescindibles en el gran mosaico de la vanguardia artística española y, por ende, europea.
Si bien el silencio sobre Las Sinsombrero ha sido una realidad en los estudios realizados
en torno a las figuras pertenecientes a la Generación del 27 durante su etapa de esplendor
—los años veinte y treinta del siglo XX—, hay que añadir que en lo referente a los periodos
posteriores —Guerra Civil, posguerra o dictadura franquista— las investigaciones sobre es-
tas creadoras españolas han sido todavía más escasas, lo que hace su caso más preocupan-
te. Ello ha afectado a aquellas creadoras que permanecieron en España —como Josefina de
la Torre o Ángeles Santos— y, sobre todo, a las que tuvieron que emigrar durante el exilio.
Repasar la bibliografía producida sobre este momento histórico supone apreciar al hombre
como eje fundamental de los sucesos más importantes —incluyendo libros donde predomi-
na el análisis político o la memoria histórica, así como los que poseen una proyección so-
cial y cultural—4. Por fortuna, en la actualidad se está produciendo un cambio de tendencia,
dándose a conocer sus testimonios progresivamente. Su época de desarrollo y maduración,
enclavada durante la vanguardia española —entre principios del s. XX y el estallido de la
Guerra Civil— así como la que vino después y terminó de conformar sus biografías y lega-
do. Muchas de estas creadoras terminaron siendo lo que fueron por estas circunstancias
traumáticas, teniendo que reconstruir su existencia y trayectoria, lo que hace si cabe más
importante el estudio de este tiempo.
Caracterizar a las mujeres de la vanguardia española supone definirlas como sufrido-
ras de un doble estigma: el del exilio y el de haber sido rechazadas o marginadas por su
condición de mujeres antes y después del estallido de la Guerra Civil. A pesar de las ad-
versidades derivadas, resulta meritorio que casi todas lograran desarrollar sus carreras y
alcanzar cierto prestigio. A un gran número de ellas les tocó vivir la guerra habiendo al-
canzado su madurez, lo que hizo más dura la experiencia del exilio —incluyendo la pérdi-
da del estatus—. En este sentido, Claudio Guillén define «destierro» como «lo que sienten las
4. Alted, Alicia: «El Exilio republicano español de 1939 desde la perspectiva de las mujeres», Arenal.
Revista de historia de las mujeres, 2 (1997), pp. 223-238.
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LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO: LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA
personas cuya relación con el medio es de extrañeza, ruptura y soledad»5. La doble sensa-
ción de «destierro» de las mujeres de la vanguardia española se hace evidente, pues pri-
mero tuvieron que luchar para equiparar su valía a la de sus compañeros creadores, bus-
cando ser aceptadas en los ámbitos culturales y, después, se vieron cuestionadas por el
régimen establecido, además de por su condición como mujeres, por su ideología o por sus
creencias. Por ello, fueron condenadas a un doble olvido por una sociedad misógina, domi-
nada por una ideología impuesta y tendente a la homogeneización del pensamiento. Como
diría María Zambrano en Los intelectuales en el drama de España —concebida en el inicio
de su exilio—, en España y en el español siempre existió una ausencia de interés por «hacer
de la inteligencia un culto»6. Para Henry Kamen, España siempre se caracterizó por expul-
sar a personas que, por diferentes razones —y especialmente, por considerarse política, re-
ligiosa o socialmente diferentes de las del resto de la nación— eran vistas como non-gratas
por el régimen vigente en cada momento7. La significación de la mayoría de estas intelec-
tuales por el Gobierno de la II República sería el argumento de mayor peso que esgrimiría
la dictadura franquista para llevar a cabo su represión contra ellas. No obstante, este des-
tierro al que se vieron abocadas acabaría volviéndose en contra de quienes lo propiciaron,
pues la obra de estas —debido a su calidad e importancia—. suscitó interés fuera y dentro
de España, manteniendo vivo su testimonio.
Este artículo aporta una nueva perspectiva de las creadoras de la vanguardia artística
española durante su etapa como exiliadas, conformando con sus propuestas más represen-
tativas —realizadas desde diferentes perspectivas y ámbitos— un mapa heterogéneo lo más
completo posible de lo que supuso su experiencia fuera de España: cómo afectó a la vida
y obra de cada una y de qué forma su testimonio ha repercutido en la historia cultural es-
pañola más reciente.
5. Juliá, Mercedes: «Rosa Chacel y su exilio», El exilio republicano y el hispanismo en Estados Unidos,
Cuadernos de ALDEEU, 30 (2016), pp. 73-96.
6. Zambrano, María: Los intelectuales en el drama de España y escritos de la guerra civil. Madrid,
Trotta, 1998, pp. 103-104.
7. Kamen, Henry: Los desheredados. España y la huella del exilio. Madrid, Aguilar, 2007.
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MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
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LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO: LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA
necesaria, relacionada con el sufrimiento y el aprendizaje personal. Expone cómo hay mo-
mentos en la vida donde la fe se pone a prueba, experimentándose una aproximación a
lo divino. En este viaje se vive un desapego progresivo que permitirá el acceso a «las en-
trañas del ser»9. Cuando el individuo se haya liberado de sus pasiones tomará conciencia
de su origen, sabiendo que «su ser vive en un exilio permanente». Con la iniciación al exi-
lio comienza «el sentirse abandonado, lo que al refugiado o al desterrado no le sucede»10.
Zambrano asocia los bienaventurados con el exilio, trazando un paralelismo con su situa-
ción como exiliada y con la de otras personas, cercanas o no, de su tiempo o de otros, que
vivieron una situación así.
Tras su paso por Francia, Méjico o Cuba, es en Roma donde Zambrano comienza a asu-
mir el «exilio completo», convirtiéndose realmente en «exiliada», superando sus condiciones
previas de emigrante y desterrada11. A partir de aquí, será preciso la creación de un hogar
nuevo, un mundo habitable y protector que supla el espacio que falta, la casa de la que se
ha sido desalojado. Puesto que para Zambrano el lugar habitado, la ciudad o polis es esen-
cial en la formación del pensamiento, quien es expulsado de ella carece de capacidad para
crear a partir de su condición de pertenencia a un lugar12. Vendrá entonces la equiparación
del exiliado con la condición del ser humano como un todo fragmentado, que se construye
a través de lo que le falta. El individuo se sabrá y sentirá uno, separado de su origen, sumi-
do «en una especie de olvido del que quisiera despertar». Zambrano utiliza la metáfora ar-
quitectónica de la ruina como aquello con lo que el individuo se sentirá identificado, aso-
ciando su trayecto vital con el de la historia, con lo que ha mantenido y perdido, buscando
reconstruirse recuperando fragmentos perdidos del pasado. La persona es resultado de «lo
que ha sobrevivido [de ella] a la destrucción de todo en su vida». En la contemplación de
las ruinas buscará «algún secreto de la vida, de la tragedia que es vivir humanamente y de
aquello que alienta en su fondo»13.
Al igual que María Zambrano, Rosa Chacel entendió el exilio como una forma de rees-
tructuración interior —tanto a nivel filosófico como psicológico— a través de la literatura.
También Ortega tuvo gran influencia en ella, concretamente su obra La deshumanización
del arte. Su lectura hizo que Chacel deconstruyera sus obras, desposeyéndolas de su realis-
mo para mostrarlas como artificio literario. De esta forma podía observarse su «estructura
fragmentada»14 o un todo hecho de ideas que conformarían la narración. Con ello, Chacel
9. Serantes, María Aránzazu: «Los bienaventurados en María Zambrano», en María Zambrano: Los
bienaventurados. Madrid, Siruela, 2004, pp. 21-22.
10. Zambrano, María: Los bienaventurados. Madrid, Siruela, 1990, p. 31.
11. Blanco, María Luz: «María Zambrano y la experiencia del exilio», Actas XLII (AEPE), (2007), pp. 215.
12. Luquín, Andrea: «María Zambrano ante las ruinas de la ciudad», Pensamiento, 251 (2011), pp. 15-16.
13. Zambrano, María: El hombre y lo divino. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 233-282.
14. Juliá, Mercedes: «Rosa Chacel y su exilio», El exilio republicano y el hispanismo en Estados Unidos,
Cuadernos de ALDEEU, 30 (2016), p. 80.
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MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
daba preferencia a un público intelectual frente a otro mayoritario que prefería las historias.
La trama no importa tanto como las ideas. Un clima «nunca demasiado humano»15 logrado
mediante dicha fragmentación literaria, la cual será, a su vez, resultado de una descompo-
sición personal a la que la propia autora se someterá como narradora o autora comprome-
tida con su obra. Un enfoque psicoanalítico que redundará en atmósferas destacadas por
su toque intimista y misterioso, algo que los estudios sobre Chacel achacan a la sensación
de soledad que la autora sintió respecto de su contexto. Su producción se alejó de los cá-
nones que la sociedad cultural patriarcal esperaba de la literatura «escrita por mujeres».
Estación, ida y vuelta o Memorias de Leticia Valle son testimonio de ello. Esta impresión de
aislamiento se acentuará durante la Guerra Civil y posterior exilio, donde se iniciará el pro-
ceso de fragmentación de su naturaleza psicológica, el sentimiento de pérdida y empobre-
cimiento, la mutilación personal16. Las obras concebidas durante su paso por lugares como
París, Ginebra, Alejandría, Burdeos, Río de Janeiro o Buenos Aires, equivalen a diarios de
sus años fuera de España. Sin embargo, Ciencias naturales o La sinrazón evitan concretar
cualquier dato del exilio, aunque refieran a sensaciones que se desprendan de su situación,
como dolor, tristeza o angustia. La propia estética deshumanizadora de vanguardia que lle-
vó a Chacel a fragmentar la realidad, le hizo posteriormente descomponer su yo mediante
el autoanálisis. Ello le sirvió de mecanismo de supervivencia contra la incomprensión su-
frida como mujer en el panorama cultural previo a la guerra y, luego, como escritora per-
seguida ideológicamente. Su estilo tampoco fue entendido en las corrientes literarias de los
países de acogida. Ello explica que Chacel los considerase meros lugares de tránsito en su
viaje de vuelta —equiparaba su estancia fuera de España con otros viajes ya hechos—. En
su horizonte solo perdura su lugar de origen en su estado idílico previo a las adversidades,
las que probablemente le hicieron crear una fórmula que fortaleciese su dignidad17. De ahí
que apenas le interesase reflejar la realidad histórica o biográfica. Excepcionalmente, cabe
reseñar Barrio de Maravillas, donde no le importa recrear su infancia en Madrid, un pasa-
do ideal que enlaza con ese autoanálisis e introspección, y, en especial, Saturnal, ambicio-
so ensayo donde establece, desde una perspectiva feminista, las posibles diferencias entre
hombres y mujeres. Aquí Chacel sí demuestra un interés por entender las circunstancias
históricas y sociales de su tiempo mediante el estudio del género. Dicho asunto siempre le
preocupó y le causó problemas en la sociedad patriarcal de su época, haciéndole dudar de
lo que debía contar y callar para evitar polémicas. A esto hay que añadir el factor político
ligado al exilio, cuando su obra dé un giro al recalar en España y, animada por un grupo de
jóvenes escritores, busque dotarla de un espíritu pacifista —en alusión al franquismo— y,
15. Chacel, Rosa: Novelas antes de tiempo. Barcelona, Bruguera, 1981, p. 256.
16. Guillén, Claudio: El sol de los desterrados: literatura y exilio. Barcelona, Sirmio, 1995.
17. Juliá, Mercedes: «Rosa Chacel y su exilio», El exilio republicano y el hispanismo en Estados Unidos,
Cuadernos de Aldeeu, 30 (2016), p. 99.
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LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO: LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA
con ello, feminista, por ser las mujeres las principales interesadas en buscar la paz y man-
tener la vida en el mundo18.
De las creadoras españolas estudiadas, María Teresa León fue una de las que más se
significaron como republicana antes, durante y después de la Guerra Civil. Un activismo
compartido con su marido Rafael Alberti, a través del cual se identificaría con la estética
de vanguardia, impregnando con ella su estilo literario. Debido a ello, su exilio la llevó a
una lucha interior o «resistencia personal a la derrota de su causa», igual que el poder de
la escritura le sirvió como ejercicio terapéutico con que compensar los «dramáticos cam-
bios» acontecidos durante esta etapa19. Su figura quedó ensombrecida hasta hace relativa-
mente poco por la de su marido, Rafael Alberti, al que equiparó en un símil astronómico
con un «cometa» mientras ella misma se veía como su «cola»20. Como tantas mujeres inte-
lectuales, cedió el prestigio a su compañero sentimental para que pudiera forjar su carre-
ra como autor. A su llegada a España, tras treinta y ocho años exiliada, comenzó a padecer
el alzhéimer con el que moriría. Fueron por tanto varios olvidos los que sufrió en vida: al
que fue relegado como mujer escritora, el que otorgó a su marido la fama, el ideológico y
el más duro de todos: el que la enfermedad ejerció sobre sí misma. En la actualidad nume-
rosos estudios están rescatando su memoria del olvido, siendo su legado en el exilio el más
importante por ocupar el mayor espacio de su biografía. De sus facetas, destaca la litera-
ria primeramente por servir como herramienta sanadora y de supervivencia personal du-
rante esos años. En segundo lugar, el teatro, la interpretación, el guión cinematográfico o la
radio como medios con los que obtener un sustento llevando a cabo una labor social y po-
lítica. Todo ello ligado a la literatura, pues necesitaba escribir como «el respirar». Su testi-
monio es individual y colectivo, ya que su literatura ahonda en lo autobiográfico y en la re-
membranza histórica de los años de exilio. Lo íntimo frente al mundo exterior. Textos como
Memoria de la melancolía presentan un yo «fragmentado»21, una escritura sin pausa, de re-
gistros múltiples, donde el recuerdo se vuelve compromiso, la ficción remite a la realidad y
la lógica del discurso sobrepasa toda normativa gramatical, igual que la vanguardia desa-
fió a la cultura y sociedad establecidas.
De las figuras estudiadas, ha sido quizá la de Ana María Martínez Sagi la que ha pre-
sentado más problemas en su investigación, pues de su experiencia como exiliada apenas
se conservan testimonios. Su memoria ha quedado prácticamente eclipsada por el olvido a
la que fue condenada durante su exilio e, incluso, a su regreso tras la democracia, por par-
te de las instituciones y de su propia familia. Su caso se hace todavía más crítico por haber
sido una de las mujeres de vanguardia más interesantes de este periodo, no solo por sus ca-
racterísticas biográficas, sino también por su figura polifacética. Su incursión en distintos
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MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
campos tuvo una fuerte carga reivindicativa, dentro de la cual destaca un factor clave: cues-
tionar la imagen estereotipada de la mujer, otorgada por el patriarcado, para reconstruirla
con elementos tomados de la realidad y no de la invención masculina. Para ello, se valió de
los elementos de su personalidad, compleja, inquieta y de gran fuerza, que la hicieron re-
huir cualquier encasillamiento. Ella misma rechazó la «catalogación», molestándole los «is-
tas» y «los ismos». Aunque evitó considerarse «vanguardista»22, a día de hoy se incluye en
este grupo por su pionerismo en diferentes ámbitos vetados a su sexo. Ello fue posible al to-
mar a favor el clima social y cultural de la modernidad, que le permitió ser precursora del
deporte femenino español, ser la primera directiva de un equipo de fútbol, participar en la
final del Campeonato de España de tenis o batir varias marcas nacionales en lanzamiento
de jabalina, alzándose campeona de España23. Mediante el deporte, Sagi reivindica el rol
activo en la mujer, igual que mediante su labor desde el sindicalismo —único «ismo» que le
convencía—, el periodismo —dando voz a la mujer y a sus derechos— y, sobre todo, la poesía.
Todo ello la hará figurar entre las mujeres consideradas en su época como feministas. Que
rechazase también dicho término denota su estrategia por rehuir cualquier sometimiento a
una sociedad que nunca terminó de comprender su pionerismo24. En este sentido destaca su
condición lésbica en su relación con la escritora Elisabeth Mulder25. Estos elementos, junto
a su apariencia y literatura andróginas, la definen bajo una forma fragmentada con la que
«escapar» de cualquier análisis conservador. Su exilio pudo ser voluntario, tras su ruptura
sentimental y considerando incompatible el nuevo panorama político con sus aspiraciones
personales y profesionales. En Francia y Estados Unidos sobrevivió con ocupaciones ajenas
a la literatura, sin abandonarla. Como ella, muchas creadoras mostraron una personalidad
híbrida o se valieron de una caracterización poética o teatralizada, cuestionando las reglas
del momento. Ella misma pidió que su legado no viese la luz hasta pasados veinte años de
su muerte, cuando la sociedad se encontrase más avanzada para valorarlo.
En idéntico sentido, cabe destacar la figura de Lucía Sánchez Saornil, creadora que guar-
da similitudes con Sagi en cuanto a que su exilio se debió tanto a su condición de mujer
escritora, como a su adscripción a la vanguardia, su compromiso político durante la gue-
rra como feminista y anarquista y su orientación de tipo lésbica. Todos estos ingredientes
la presentan como figura polifacética, escapando a toda etiqueta asignada por la sociedad
patriarcal. Otra característica que la relaciona con Sagi es su caracterización a través del
ocultamiento y la teatralidad. Empezando con su construcción como poeta ultraísta, para la
cual firmaba con un pseudónimo masculino: Luciano de San-Saor. Tras este nombre resulta
22. González Ruano, César: «Ana María Martínez Sagi es una excelente deportista, una poetisa ad-
mirable y nada menos que toda una mujer», El Heraldo de Madrid, 19/06/1930, p. 8.
23. De Prada, Juan Manuel: «Ana María Martínez Sagi: un laberinto de presencias», En Ana María
Martínez Sagi: La voz sola. Madrid, Fundación Banco Santander, 1998, pp. 24-25.
24. Esguerra, Camila: Mujeres imaginadas: Mujeres migrantes, mujeres exiliadas y sexualidades no
normativas, (Tesis doctoral s.p.), Universidad Carlos III de Madrid, 2015, p. 327.
25. De Prada, Juan Manuel: Las esquinas del aire. Barcelona, Planeta, 2000, p. 117.
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LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO: LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA
fácil advertir el real, cuyos elementos trastoca en puzle desorganizado. A diferencia de otros
ultraístas, su rostro no figuró junto a sus publicaciones26. Se desconoce si tomó esta deci-
sión por temor a ser desautorizada como escritora, pero lo que parece claro es que, como
con estos detalles, deconstruye el resto de elementos de su personalidad de cara al público
a fin de poder mostrar los verdaderos fragmentos de su identidad, imposibles de expresar
de otra manera debido a las cortapisas sociales. Su poesía se caracteriza por la ambigüe-
dad sexual, decantándose por una voz masculina dirigida a destinatarios femeninos como
forma de escribir desde su lesbianismo y desde innovadores planteamientos del amor y la
sensualidad, rompiendo con la concepción sentimental tradicional27. Desde su militancia li-
bertaria y anarcofeminista, durante la Guerra Civil fundó la organización Mujeres Libres
educando, capacitando laboralmente e incorporando al campo de batalla a las mujeres. En
este tiempo conoce a su pareja América Barroso, con quien huyó a Francia durante la Guerra
Civil, retornó tras el avance nazi y convivió durante su exilio interior. Para realizar trabajos
creativos como el poético, Saornil adoptó un nuevo nombre. De nuevo, el ocultamiento de
la verdadera personalidad aprovechando el olvido público evitó la renuncia a la libertad.
Situar a Concha Méndez como última de las creadoras del ámbito literario supone defi-
nirla como figura capaz de abarcar diferentes facetas tratadas en las autoras anteriores, así
como de aunar el arte con la vida representando las características de una mujer moderna
y de vanguardia. Como María Zambrano, desarrolló su pensamiento literario desde su expe-
riencia como exiliada; a imagen de Rosa Chacel, su psicología como narradora evolucionó
desde la percepción del mundo fuera de su país; idénticamente a María Teresa León, tuvo
de pareja a un vanguardista como Manuel Altolaguirre, generando una retroalimentación
mutua; del mismo modo que Lucía Sánchez Saornil, participó en los ámbitos literarios de
vanguardia del momento; al igual que Ana María Martínez Sagi, practicó el deporte como
faceta del mundo moderno; como todas ellas, se relacionó con figuras clave del ámbito li-
terario dentro y fuera de España. Todo ello la convierte en una creadora rica en experien-
cias, a lo que se suma su necesidad de adoptar los roles que se esperaban de una mujer del
siglo XX: viajera y cosmopolita, deportista, a la moda y desafiante del canon tradicional fe-
menino28. A su personalidad compuesta de multitud de facetas se añade su estilo literario,
afincado en la vanguardia. Su poesía, plenamente fragmentada, describe los elementos del
mundo moderno que deslumbran como destellos fugaces. No obstante, su vida desbordada
durante la década de los veinte y treinta dará lugar, tras la Guerra Civil y el exilio, a una
experiencia «íntima». Su personalidad fragmentada da paso a la indagación de «un yo que-
brado» que alude a uno «desesperado del presente» y a otro «nostálgico del pasado», utili-
zando múltiples escenarios que establecen equivalencias simbólicas. En Lluvias enlazadas
26. Gómez Garrido, Marta: La ambigüedad sexual en tres poetas de la modernidad: Lucía Sánchez
Saornil, Ana María Martínez Sagi y Carmen Conde, Trabajo de fin de Máster, UCM, 2011, pp. 21-22.
27. Martín, Rosa: «Introducción», en Lucía Sánchez Saornil: Poesía. Valencia, Pre-Textos, 1996, p. 10.
28. Calles, Juan María: «Concha Méndez, la seducción de una escritora en la modernidad literaria»,
Dossiers Feministes, 18 (2014), p. 155.
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MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
o Poemas. Sombras y sueños, destaca su búsqueda del ser mediante la soledad como «espa-
cio idóneo para la creación»29.
29. Ali Abdelazim, Rasha: «Poesía desarraigada de Concha Méndez», Tonos digital: Revista de estu-
dios filológicos, 34 (2018), pp. 4-9.
30. Mateo Hidalgo, Javier: El fragmento como referencia de la modernidad en los procesos de crea-
ción de la vanguardia artística española (1906-1936), (Tesis doctoral s.p.), Madrid, UCM, 2019, p. 359.
31. Mangini, Shirley: Maruja Mallo. Barcelona, Circe, 2012, p. 89.
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LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO: LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA
32. Pérez, Ana María: «Maruja Mallo, pintora de la vanguardia española», X Congreso virtual sobre
Historia de las Mujeres, 2018, p. 682.
33. Ruiz, Rosa: «Maruja Mallo y la Generación del 27», Isla de Arriarán, XXVIII, 2006, pp. 236-238.
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MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
desarrollar una carrera musical plena, se suma cierto complejo de inferioridad derivado de
todo ello. La Guerra Civil provocó la pérdida de parte de su obra —su casa fue incendiada
y con ella desapareció su archivo, mientras que su abandono precipitado del país, rumbo a
México, provocó también la pérdida de su trabajo—. En los años posteriores abandona prác-
ticamente la composición, lo que se achaca precisamente a un sentimiento de pérdida del
lugar de origen, de la tradición musical y del proyecto de vanguardia iniciado, como fuente
de inspiración. En su lugar, se dedicó a la enseñanza manteniéndola a su regreso a España34.
34. Ripoll, José Ramón: «El piano exiliado de Rosa García Ascot», Rinconete (29 de junio de 2017),
https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/sobre.htm
35. Torreccilla, Elia y Molina, Miguel: «Tórtola Valencia, la performer: Sus acciones entre la danza
y la performance fuera del escenario», AusArt, 1 (2019), p. 15.
36. García, Federico: El secreto de Tórtola Valencia. Madrid, La Novela de Bolsillo, 1915, p. 20.
37. Queralt, María Pilar: Tórtola Valencia: Una mujer entre sombras. Barcelona, Lumen, 2005, pp. 53-85.
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LAS SINSOMBRERO Y EL EXILIO: LA DIÁSPORA DE UNA VANGUARDIA LITERARIO-ARTÍSTICA FRAGMENTADA
Igual que Tórtola Valencia, Helena Cortesina inició su carrera como bailarina, alternan-
do su formación clásica con la integración de elementos del music-hall, propios de la mo-
dernidad38. No conformándose con esta faceta, incorporará otras relacionadas con la nueva
cultura, comprometida con la vanguardia de su tiempo. Fue este interés lo que le hizo in-
teresarse por el cine como nuevo arte, realizando incursiones delante y detrás de la cáma-
ra. Su film Flor de España o la vida de un torero (1925) —donde dirige, produce e interpre-
ta— la sitúa como la primera directora del cine español39. Su escaso éxito —probablemente
por haberla dirigido una mujer— le hizo decantarse por el ámbito escénico, durante la II
República. Integrada en la compañía de Lola Membrives, participó en proyectos como Bodas
de sangre o La zapatera prodigiosa, liderados por figuras de la vanguardia española como
Federico García Lorca o Margarita Xirgu, quienes aglutinaban los elementos representati-
vos del nuevo arte europeo40. Tras el estallido de la Guerra Civil continúa desarrollándose
como creadora y emprendedora en Argentina y Méjico, donde sigue colaborando con figu-
ras como Margarita Xirgu, recuperando obras como la citada Bodas de sangre. Aunque su
trayectoria se encuentre ligada a la escena, su biografía es resultado de un compendio de
elementos ligados a diferentes disciplinas y artistas. Ello concordará con la idea del ámbito
escénico como espacio escogido por artistas de vanguardia para poner en común sus pro-
puestas. Debido a su capacidad para aglutinar diferentes disciplinas, representaba el con-
texto idóneo para realizar la «obra de arte total». Cortesina forma parte de ese engranaje,
ayudando a conformar las diferentes ramas de la vanguardia española a través del teatro.
Igual que otras figuras como Encarnación López Júlvez, Antonia Mercé o la propia Xirgu,
continuó desarrollando la vanguardia española en el exilio con proyectos donde colabora-
ron figuras del nuevo arte español también exiliadas.
Conclusiones
Las creadoras exiliadas de la vanguardia española sufrieron una triple represión, tanto
por su condición como mujeres, como debido a su ideología política —afín a la II República—
o a sus propuestas avanzadas.
El exilio supuso, para determinadas creadoras de la vanguardia española, una crisis en su
identidad y en su visión del mundo que repercutió directamente en su obra. En determinadas
38. Rodríguez, Estela y Sellés, Magdalena: «Pioneras de la imagen y construcción social de género:
un recorrido por la (des)memoria visual», Libro de Actas del I Congreso Internacional de Comunicación
y Género, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2012, p. 1385.
39. Mateo Hidalgo, Javier: «Flor de España o la vida de un torero. Una partitura para el cine mudo
español», Síneris: Revista de musicología, 25 (2015), p. 5.
40. Cordero Hoyo; Elena: «Helena Cortesina», en Jane Gaines, Radha Vatsal y Monica Dall’Asta (eds.),
Women Film Pioneers Project, Center for Digital Research and Scholarship, Nueva York: Columbia
University Libraries, 2013, https://wfpp.cdrs.columbia.edu/pioneer/helena-cortesina/
553
MUJERES EN EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939. (HOMENAJE A JOSEFINA CUESTA)
autoras como Rosa Chacel, María Teresa León o María Zambrano, su literatura se encuen-
tra íntimamente ligada a la percepción de la realidad desde la experiencia vital, ya sea me-
diante la filosofía, el ensayo o el psicoanálisis.
La forma en que algunas creadoras de la vanguardia española expresaron la traumática
experiencia del exilio tuvo lugar mediante un replanteamiento de su identidad. Mediante
la deconstrucción de su personalidad, presentan una obra fragmentada, como continuidad
de una estética fracturada propia del nuevo arte de la modernidad.
La naturaleza multidisciplinar de la vanguardia artística española permite conocer cómo
el exilio afectó a creadoras pertenecientes a diferentes ámbitos, como el literario, el pictóri-
co, el musical o escénico. En cada uno, puede apreciarse como característica común la frag-
mentación como principio estético.
Algunas de las creadoras, como Ana María Martínez Sagi, Lucía Sánchez Saornil o Tórtola
Valencia decidieron contrarrestar las adversidades mediante la construcción de una iden-
tidad fragmentada, performática y polifacética que les protegiera y permitiese continuar
expresándose libremente.
554
GOBIERNO MINISTERIO
DE ESPAÑA DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES
Y MEMORIA DEMOCRÁTICA