Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
com/mundo/europa/20180101/anos-despues-checos-eslovacos-
arrepienten-haberse-separado/273722775_0.html
EUROPA INDEPENDENTISMO
haberse separado
El llamado “divorcio de terciopelo” acabó con la existencia de Checoslovaquia,
un país nacido tras la Primera Guerra Mundial.
1 enero, 2018
Miguel Á. Gayo Macías
Hoy hace 25 años que la República Checa y Eslovaquia se "divorciaron". Según
muchos, fue una separación acordada en los despachos y que los ciudadanos
simplemente tuvieron que aceptar: la decisión nunca fue avalada por un
referéndum, y en una consulta realizada un año antes de la partición sólo el
36% votó a favor de la misma. El llamado “divorcio de terciopelo” acabó con
la existencia de Checoslovaquia, un país nacido tras la Primera Guerra Mundial
que este año celebraría un siglo de existencia y que algunos continúan echando
de menos.
La partición se llevó a cabo de manera expeditiva y sin miramientos ni
preparativos. Para repartir los recursos e instalaciones entre checos y eslovacos
se siguió el principio de los tres tercios: dos tercios para la República Checa y un
tercio de los ferrocarriles, efectivos militares, embajadas, billetes de banco, etc.,
para Eslovaquia (La República Checa doblaba, aproximadamente, a Eslovaquia
en superficie y población).
Sin embargo, el eslovaco Meciar asegura que su intención no iba más allá de
conseguir una confederación que siguiera manteniendo la forma de un país
común. En cualquier caso, apenas un mes más tarde el Parlamento de
Eslovaquia declaraba la independencia y seis días más tarde Chequia aceptaba
iniciar las negociaciones con vistas a declarar su propia independencia el uno de
enero de 1993. Una de sus condiciones fue conservar la antigua bandera
checoslovaca como propia, a pesar de las protestas por parte eslovaca.
Según recuerdan muchos, los ciudadanos de todo el país se enteraban por las
noticias de lo que les iba a deparar el futuro, ya que los políticos de ambos
lados jamás convocaron un referéndum que les diese voz. En las sucesivas
consultas que se han llevado a cabo –nunca con carácter vinculante- la mayoría
de los ciudadanos se ha manifestado en contra de lo que ocurrió. En un pueblo
llamado Sidonia, situado en plena frontera, un vecino se quejaba diciendo que
“la única tienda que hay está en un país, mi casa está en otro; nunca pensé que
iba a ver un día tan triste y me gustaría recordar a los políticos que están
para arreglar problemas, no para crearlos. A los checos nos gustan los
eslovacos, su lengua y cultura.”
La noche del 31 de enero de 1992, el himno de Checoslovaquia se escuchó
por última vez en los televisores de Praga, y a continuación se pudo escuchar
el nuevo himno checo. Aún hoy hay gente que se sigue considerando
checoslovaca y cada día de año nuevo, dos grupos de personas –checos y
eslovacos- se reúne en la montaña de Velka Javorina para celebrar juntos el
cambio de calendario y tal vez desear que nunca se hubiese cambiado el mapa.