La anemia, es el resultado de la falta de capacidad del tejido eritropoyetico, el
cual tiene como resultado la producción de eritrocitos anormales. Existen dos causas principales causantes de la anemia; la primera es la deficiencia en la producción de eritrocitos, y la segunda es la pérdida excesiva de eritrocitos. Se caracteriza por la disminución de la concentración de Hemoglobina por debajo de los parámetros normales, de acuerdo a la edad y sexo del paciente. Considerada también como deficiencia cualitativa y cuantitativa de los eritrocitos circulantes, lo cual nos permitirá saber el tipo de características que se encuentran afectadas.
La anemia es una enfermedad muy frecuente en la que la cantidad de glóbulos
rojos de la sangre son menor de las cantidades normales, o cuando la concentración de hemoglobina en sangre de igual manera es menor.
Existen diferentes factores que causan la anemia y están relacionadas con las variaciones de forma y tamaño de los glóbulos rojos.
Las formas más certeras de detectar una anemia son en exámenes
bioquímicos, ya que sólo con las manifestaciones físicas sólo se puede tener una idea para poder pedir estudios y así confirmar dicha enfermedad.
El tratamiento de la anemia es muy extenso por que como se demostró en el
escrito existen muchos tipos y eso hace que de igual manera aun que con algunas semejanzas estas sean de un tratamiento similares. La más común es la adición de alimentos con alta biodisponibilidad de hierro y en algunos casos la suplementación de algunas vitaminas ya sea la vitamina A y C, en algunos casos está la suplementación de folato de forma exógena o de B12 vía intramuscular.
La deficiencia de hierro es la deficiencia nutricional más prevalente y la
principal causa de anemia a escala mundial. Esta carencia se debe principalmente a una ingesta baja de hierro biodisponible, aumento de los requerimientos (crecimiento, embarazo) y aumento de las pérdidas por la menstruación. Además de las manifestaciones propias de la anemia, se han descrito otras manifestaciones no hematológicas tales como: disminución de la capacidad de trabajo físico y de la actividad motora espontánea, alteraciones de la inmunidad celular y de la capacidad bactericida de los neutrófilos, disminución de la termogénesis, alteraciones funcionales e histológicas del tubo digestivo, falla en la movilización de la vitamina A hepática, mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso de nacimiento y de morbilidad perinatal, menor transferencia de hierro al feto, una disminución de la velocidad de crecimiento, alteraciones conductuales y del desarrollo mental y motor, velocidad de conducción más lenta de los sistemas sensoriales auditivo y visual, y reducción del tono vagal. La prevención de la deficiencia de hierro incluye cambios en los hábitos alimentarios, fortificación de los alimentos y la suplementación con hierro.