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Caroline Arabí

El aprendizaje asociativo está limitado por factores biológicos. Es decir, los animales solo
aprenden a asociar estímulos que son importantes para su supervivencia. Por ejemplo, los
animales aprenden a evitar ciertos alimentos (conocido también como timidez para el cebo)
por contener veneno.
Se produce una aversión, como un rechazo por la comida. Y esto del condicionamiento de
aversión pasa en TODAS las especies animales (como dice Darwin, inclusive el humano), se
produce sólo cuando los estímulos gustativos se asocian a una enfermedad subsiguiente,
como náuseas y malestar.

El vermis y los núcleos profundos del cerebelo desempeñan un importante papel en el


condicionamiento del parpadeo. Afecta al condicionamiento clásico.

Pero en este condicionamiento también participan los núcleos cerebelosos profundos en el


tronco encefálico, y el núcleo amigdalino (o amígdala).

Unidad 10
ESTADOS EMOCIONALES Y SENTIMIENTOS
Las emociones y los sentimientos tanto negativos como positivos contribuyen a nuestra
experiencia y acciones.
Pero también pueden influir en varias enfermedades psiquiátricas graves.

Los estados emocionales y los sentimientos están mediados por circuitos neuronales
diferenciados en el interior del cerebro.

Un estado emocional tiene dos componentes, uno evidente que se manifiesta en una
sensación física característica y el otro en forma de sentimiento consciente, notamos palpitar
nuestro corazón y sentimos miedo conscientemente.
Es decir, el estado emocional se divide en emociones y sentimientos; siendo las emociones
una manifestación física en el cuerpo como por ejemplo dolor de panza o náuseas cuando me
pongo nerviosa; y sentimientos que son lo que sentimos: miedo, etc.
Caroline Arabí

Sentimientos

Los sentimientos están controlados por la corteza cerebral, más específicamente por la
corteza cingulada y el lóbulo frontal.

Los estados emocionales están mediados por un grupo de respuestas periféricas, autónomas,
endocrinas y del sistema motor esquelético. En estas respuestas participan estructuras
subcorticales: el núcleo amigdalina, el hipotálamo y el tronco encefálico.

En los seres humanos, la comunicación social de las emociones está mediada


fundamentalmente por el sistema motor esquelético, en particular por los músculos que
controlan las expresiones facial y postura.

La relación entre los estados cognitivos y fisiológicos


A finales del siglo XIX surge la siguiente teoría: Primero, se reconoce un suceso importante,
por ejemplo, usted ve quemar su casa. Este reconocimiento provoca a su vez en la corteza
cerebral una experiencia emocional consciente, miedo, que dispara señales a estructuras
periféricas como el corazón, los vasos sanguíneos, las glándulas suprarrenales y las
sudoríparas. De acuerdo con este punto de vista tradicional, un suceso consciente emocional
inicia respuestas autónomas reflejas en el cuerpo.
Tal como si los sentimientos, que ocurren a nivel de la corteza y que son conscientes,
mandaran la orden a las estructuras subcorticales involuntarias (o estructuras periféricas).

A veces los sentimientos persisten aún luego de que cesaron los cambios fisiológicos (las
emociones). O incluso se producen mucho antes de que empiecen esos cambios. Por lo tanto
en las emociones hay más que la simple interpretación cortical de la información de
retroacción que llega de la periferia.
Caroline Arabí

Estas fueron las dudas que dejaron la teoría de James-Lange, la cual consistía en que la
relación entre los estados conscientes y fisiológicos era inversa, osea que las estructuras
periféricas (o estados fisiológicos) gobernaban por sobre los sentimientos conscientes.

Para enfrentarse a las limitaciones de la teoría de James-Lange, Cannon y Philip Bard


sugirieron que dos estructuras subcorticales, el hipotálamo y el tálamo, desempeñan un papel
esencial en la mediación de las emociones, regulando los signos periféricos de la emoción y
proporcionando a la corteza la información necesaria para el procesamiento cognitivo de ésta.

La concepción de James-Lange de las emociones se ha revisado en dos aspectos importantes,


primero por Sta nley Schachter y más recientemente por Antonio Damasio.
En la década de los años 60 Schachter comenzó a hacer hincapié en que la corteza de hecho
elabora la emoción, en gran medida como lo hace con la visión, a partir de señales que recibe
de la periferia, a menudo ambiguas.
Damasio continuó desarrollando el perfeccionamiento de Schachter de la teoría de
James-Lange, que sostiene que el estado de sentimiento, la experiencia de la emoción, es
esencialmente una historia que el cerebro elabora para interpretar las reacciones del cuerpo.

Según la teoría de Arnold las respuestas autónomas no son un componente esencial de la


emoción. Así, a diferencia de la teoría de James-Lange, el punto de vista de Amold no
requiere que tengamos que tener una respuesta autónoma para experimentar la emoción.

La memoria de los estados emocionales (respuestas autónomas y somáticas) implica el


almacenamiento de memoria implícita, mientras que en el recuerdo de los sentimientos está
involucrado el almacenamiento de memoria explícita.

El hipotálamo coordina la expresión periférica de los estados emocionales


El hipotálamo actúa sobre el sistema nervioso autónomo regulando circuitos reflejos
viscerales organizados fundamentalmente a nivel del tronco encefálico. Aunque también
integra respuestas somáticas.
Para demostrar esto los animales con lesiones del hipotálamo lateral se vuelven plácidos,
mientras que los animales con lesiones del hipotálamo medial son muy excitables y se toman
agresivos con facilidad.

La búsqueda de la representación cortical del sentimiento ha conducido al sistema


límbico
El lóbulo límbico comprende un anillo de corteza, primitiva desde el punto de vista
filogenético, en tomo al tronco encefálico, la circunvolución del cuerpo calloso, la
circunvolución parahipocámpica (que es la continuación anterior e inferior de la
circunvolución del cuerpo calloso), y la formación hipocámpica, que está situada en la
profundidad de la circunvolución parahipocámpica y es morfológicamente más simple que la
corteza situada sobre ella.
Caroline Arabí

El núcleo amigdalino más que el hipocampo el que se interpone entre las regiones que se
ocupan de la expresión somática de la emoción (el hipotálamo y los núcleos del tronco
encefálico) y las áreas neocorticales, que lo hacen del sentimiento consciente, especialmente
el miedo.
Por ejemplo, la estimulación eléctrica del núcleo amigdalina en el ser humano produce
sentimientos de miedo y aprensión.
El núcleo amigdalina participa en el reconocimiento de la expresión emocional de las caras.

Existen dos sistemas nerviosos anatómicamente independientes. Uno, localizado en la corteza


inferotemporal, participa en la memoria explícita de la identidad facial. El otro, localizado en
el núcleo amigdalino, se ocupa de la memoria implícita de los indicios adecuados que indican
las emociones expresadas en las caras.

El núcleo amigdalino es una estructura compleja, que consta de unos 10 núcleos


diferenciados.

Los recuerdos emocionales no se almacenen directamente en el núcleo amigdalina, sino que


también se almacenen en las cortezas del cíngulo y parahipocámpica, con las que el núcleo
amigdalina está interconectado.
También puede desempeñar una función en el placer o en otras reacciones emocionales
apetitivas.

Finalmente, el núcleo amigdalino es necesario para un tipo de aprendizaje denominado


condicionamiento de contexto (o preferencia de lugar) merced al cual el animal aprende a
aumentar su contacto con ambientes en los cuales anteriormente ha encontrado estímulos
esenciales para su supervivencia y a reducir al mínimo su contacto con ambientes agresivos o
peligrosos.
El resultado es que estas señales de lugar asumen más tarde valores positivos y aumentan la
probabilidad de que el animal elija en el futuro ese lugar y mantenga contacto con él, incluso
en ausencia de la recompensa primaria.
El condicionamiento contextual participa también en adquirir y enlazar diversas
informaciones sensitivas sobre el lugar, un proceso para el que es necesario el hipocampo.

El núcleo amigdalina parece participar en mediar tanto el estado emocional inconsciente (por
conexiones con el hipocampo y el SNA) como el sentimiento consciente (por sus
proyecciones sobre la circunvolución del núcleo amigdalina y la corteza prefrontal).

El control nervioso de los estados emocionales es responsabilidad del núcleo amigdalina y no


del hipocampo. El sistema hipocámpico participa en la memoria explícita.
El hipocampo sólo desempeña un papel indirecto en la emoción.

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