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LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA Y EL CONOCIMIENTO

Belloso, Esther* y Hernández, Susana**

Resumen

La filosofía es la base para el desarrollo de las ciencias y permite hacer los


razonamientos necesarios al momento de plantear problemas de investigación que
lleven a la solución del mismo, permitiendo el uso de métodos que facilitan la
comprobación, verificación de los resultados obtenidos y búsqueda de nuevo
conocimiento. Las Ciencias Administrativas y Gerenciales, desde su configuración,
han venido incorporando distintas posturas paradigmáticas para su desempeño;
sin embargo, cuando se pregunta por su objeto y método frecuentemente se
enmarcan dentro de una visión pragmática y funcionalista con las implicaciones
que ello conlleva (Hernández: 2008). Por otra parte, como lo viene planteando
Martínez (2000) el fin de una ciencia convencional, esto ha iniciado movimientos
de teóricos para reflexionar sobre los fundamentos de las distintas disciplinas.
Este artículo busca hacer un análisis de los problemas teóricos, epistemológico y
técnico en el abordaje de la investigación en ciencias administrativas - gerenciales
y de los problemas de la neutralidad axiológica en el paradigma teórico-
metodológico en las ciencias administrativas y gerenciales.
Palabras Clave: Ciencia, Filosofía, Administración, Gerencia, Epistemología.

PHILOSOPHY OF SCIENCE AND KNOWLEDGE


Belloso, Esther* y Hernández, Susana**

Abstract

Philosophy is the basis for the development of the sciences and allows the
necessary reasoning at the time of posing research problems that lead to their
solution, allowing the use of methods that facilitate the verification of the results
obtained and the search for new knowledge. The Administrative and Management
Sciences, since their configuration, have been incorporating different paradigmatic
positions for their performance; however, when asked about their object and
method, they are frequently framed within a pragmatic and functionalist vision with
the implications that this entails (Hernández: 2008). On the other hand, as Martinez
(2000) has stated, the end of a conventional science has initiated movements of
theoreticians to reflect on the foundations of the different disciplines. This article
seeks to analyze the theoretical, epistemological and technical problems in the
approach to research in administrative and managerial sciences and the problems
of axiological neutrality in the theoretical and methodological paradigm in the
administrative and managerial sciences.
Keywords: Science, Philosophy, Administration, Management, Epistemology.

*Lic. en Administración Mención Aduana. esthercbelloso@gmail.com


** Ing. Petroquímico. shernandezurdaneta@gmail.com

Introducción

La filosofía necesita el apoyo sensible de la ciencia y esta, a su vez, sin la


filosofía, pierde profundidad, espíritu crítico y actividad creativa. La filosofía sería
por tanto para la ciencia lo que el alma para el cuerpo o lo que la forma para la
materia. Muchas veces se confunde la filosofía de la ciencia con la historia de la
ciencia. Son sin embargo, campos diferentes, aunque el intento de acercamiento
filosófico a la ciencia se basaría en cierta perspectiva histórica, en relación con la
evolución de las ideas, dentro de un marco espacio-temporal concreto.

La ciencia según algunos autores como Prada: el cual consideran que


“quien conoce las leyes de la naturaleza tiene también el poder de dominarla” al
referirse a la importancia que tiene el conocimiento, pues este ha permitido que se
convierta en una fuente económica para muchos países y a la vez todos no
puedan acceder al mismo ya que se requiere de inversión económica, hecho que
denota diferencias entre la investigación que se realiza en los países desarrollados
y los en vía de desarrollo.

De esta forma se busca interpretar la importancia de la filosofía como


soporte de pensamiento en el desarrollo de los avances científicos y mostrar que a
pesar de ser la filosófica una ciencia que no puede probar empíricamente ninguno
de sus planteamientos, es un eje de importancia al momento de desarrollar
ciencia.

Otros autores aluden a una ciencia sin método ni filosofía, entre ellos
destaca Martínez (2000) quien en referencia a los grandes físicos comenta el fin
de la ciencia convencional y por su parte Lanz (2000) manifiesta una ciencia sin
filosofía ni método. Por lo cual las controversias quedan a la orden del día como
plantea Damiani (1997) frente a la epistemología como necesidad de buscar
discursos mediante los cuales se legitimen las ciencias.

La Administración y Gerencia han proseguido su propio desarrollo


asumiendo los paradigmas emergentes, desde la teoría de sistemas hasta el
pensamiento complejo en la gerencia y la organización, eso evidencia el proceso
por el cual ha transitado dicha ciencia. No obstante, algunos la plantean como una
tecnología y conjunto de técnicas, estableciendo un pensamiento pragmático en
su quehacer. En este sentido, ha comenzado un movimiento sobre el indagar sus
fundamentos, principios y realidad interior, prueba de ello son los distintos
artículos sobre epistemología y trabajos de carácter doctoral como los planteados
por Mujica (2002), Gabaldón (2007), Machado (2008), Hernández (2008) e Ibáñez
y Castillo (2008, 2012). Indicando un inicio para la búsqueda de fundamentos y los
cuales conlleven a una consolidación de la episteme administrativa y gerencial.

Las Ciencias Administrativas y Gerenciales va trascendiendo perspectivas


de una filosofía pragmática imperante (Hernández, 2008) con la finalidad de una
generar teoría asumida desde las consideraciones de Sautu, Baniolo, Dalle y
Elbert (2005) y de los planteamientos de Morales (2011, 2012). Por otra parte, el
camino por recorrer considera la multiplicidad de aspectos necesarios como la
perspectiva ontológica, epistemológica, axiológico, teleológicas y otras como la
realidad social imperante, pues no es hacer filosofía desde los grandes sistemas y
relatos como antes ya algunos han cuestionado por la llamada posmodernidad
anunciando, el fin de la ciencia y de la historia de los grandes discursos; en este
sentido, lo importante es partir de la realidad, la cotidianidad, el ser, ser-ahí, sentir
y hacer del gerente desde la contemplación, admiración, interrogación y reflexión
como medios del gestar una filosofía.
Problemas teóricos–epistemológicos y técnicos en el abordaje de la
investigación en ciencias administrativas-gerenciales.

Las ciencias de la administración están pasando por una crisis


epistemológica porque se cuestiona el paradigma dominante centrado en el
método pragmático y utilitarista que prevaleció en el siglo pasado en las escuelas
de negocios y de administración mientras que los administradores practicantes
argumentan que no tienen el tiempo para perderlo en la epistemología (Martinet,
1990,; Peron, 2002,). La epistemología de las ciencias administrativas ha sido muy
cuestionada por su dicotomía para ordenar el conocimiento científico por lo que
hace imprescindible una reflexión metodológica profundamente enraizada en los
diferentes procesos cognitivos para la creación del conocimiento.

Al revisar la epistemología y significado del conocimiento, hay que


considerar que las ciencias administrativas son cuestionadas como un cuerpo
común de conocimientos teórico metodológicos en que se fundamente una teoría
ampliamente desarrollada y aceptada. Es decir, se pone en duda la legitimación
del conocimiento científico. El mayor obstáculo epistemológico definido como el
conocimiento preliminar o el pensamiento tradicional es el mayor problema para la
formulación correcta del problema a investigar (Bachelard, 1971).

Como campo profesional la administración ha fallado en desarrollar un


cuerpo teórico metodológico comparable a otras profesiones. La administración
como un campo especifico del conocimiento, no cuenta con la tradición y riqueza
conceptual y metodológica de otras ciencias sociales. Cochran (1977) argumenta
que la teoría administrativa sustentada en la psicología social y las matemáticas
no han logrado el desarrollo de una teoría coherente y comprensiva capaz de
fundamentar la comprensión de los fenómenos de la administración.

Los paradigmas en la construcción del conocimiento, han coincidido en sus


posturas teóricas-epistemológicas en dos aspectos fundamentales: primero, que la
visión mecanicista cartesiana (dualismo absoluto entre la mente y la materia) y los
principios newtonianos (el universo material era una máquina y toda verdad debía
ser deducida a través de una demostración), habían mantenido hasta finales del
siglo XX su influencia en el pensamiento científico de occidente. Segundo, que los
paradigmas como modelo de acción o patrón para la búsqueda y construcción del
conocimiento científico, están sujetos a cambios y, por tanto, inducen otras
estructuras y esquemas de vidas, otras formas y reglas de pensar, un nuevo saber
y nuevas formas y modos de conocer y entender la realidad. De manera que los
problemas que tiene la ciencia en la construcción del conocimiento, aluden a la
necesidad de un nuevo paradigma, una nueva dimensión conceptual que va más
allá del enfoque cartesiano-newtoniano.

La ciencia se encuentra sumergida en una profunda crisis y, como dice


Kuhn (1992), cuando una ciencia está en crisis recurre en mayor medida a un
análisis filosófico y metodológico de sus propios fundamentos. Se está viviendo
una fase de transición paradigmática, es decir, una fase de transición entre el
paradigma de la ciencia moderna y un nuevo paradigma, que es el paradigma de
la ciencia posmoderna (De Sousa Santos, 1996).

La ciencia en general, como forma de explicar y resolver en lo posible los


fenómenos y problemas que afectan al hombre, ha dado lugar a diferentes
ciencias particulares, diferenciadas entre sí por su objeto de estudio (objeto de
conocimiento o aspecto de la realidad social) y su método.

Según la perspectiva en que se estudia la actividad humana dentro de


grupos organizados, se originan las distintas clases de ciencias sociales. Entre
ellas, la ciencia administrativa que se ocupa de estudiar los fenómenos
relacionados con la actividad administrativa del hombre integrado en sociedad.
Así, su objeto formal, lo constituye los fenómenos administrativos de la actividad
empresarial, y como en esos fenómenos hay aspectos organizacionales,
económicos, técnicos, psicológicos, sociológicos, jurídicos, políticos, entre otros,
se impone un enfoque inter y transdisciplinar en el análisis del proceso
empresarial. Ahora bien, la administración, como un campo específico del
conocimiento es una disciplina con una gran diversidad de teorías y corrientes de
pensamiento que se han desarrollado desde el origen y surgimiento del
pensamiento administrativo, hasta hoy día.

En el contexto de la modernidad, a finales del siglo XVIII, se dan las pautas


para el desarrollo científico y tecnológico, que es en donde se gesta la disciplina
social llamada administración.

Con la aplicación de categorías, como la división social del trabajo, no


queda la menor duda de que la administración es una disciplina que se inicia en la
época moderna, teniendo su inicio teórico en el siglo XIX.

En el siglo XX se reconocen diferentes problemáticas que llevan a delinear


una perspectiva histórica, en donde se pueden identificar distintos enfoques
teóricos o modelos administrativos, a saber:
a) La escuela burocrática (Weber, 1964), la escuela clásica (Fayol, 1983) y
la escuela científica (Taylor, 1969), que concebían a la organización como un
sistema cerrado, mecánico y excesivamente racional, basada en un criterio de
rentabilidad.
b) El enfoque humanista (Mayo, 1971) de las relaciones humanas, con
fuertes orientaciones de la psicología social, concebían a la organización como un
sistema natural orgánico y parcialmente abierto, en donde los elementos que lo
componen vinculaban la integración hacia un mejor rendimiento institucional.
c) El enfoque de gestión originado por los círculos de calidad japoneses
(Deming, 1989; Juran, 1995) concibe a la organización como un sistema abierto,
haciendo hincapié en las variables del entorno. Las ciencias administrativas son
de un tipo de ciencias sociales que tratan de descubrir leyes, entendidas éstas
como relaciones que subyacen en los hechos generales que se manifiestan en la
sociedad.
La ciencia administrativa, por el dominio de su condición de conocimiento
básicamente aplicado o práctico, no comenzó el camino epistémico sino en el siglo
XX, con los trabajos de Kliksberg (1978) quien, a partir de diversos conocimientos,
aborda a la ciencia administrativa como conocimiento que se auto reconoce según
la afirmación hegeliana y coloca en la discusión al conocimiento, como objeto del
conocimiento en el campo de lo administrativo, sin confundir a la administración
-como práctica humana, trabajo o conducta- con el conocimiento de esta acción,
en el sentido del individuo con la tarea de dirigir el trabajo humano fragmentado
por la Revolución Industrial de finales del siglo XVIII.

En estos momentos, la administración, como disciplina, tiene un cuerpo de


conocimientos ordenado y sistemático con pretensión de generalidad, abierto a la
crítica y a la verificación, con un objeto de conocimiento y una metodología propia.
Es una ciencia social real, porque estudiando la actividad administrativa del
hombre dentro de un grupo organizado llamado empresa, tiene un objeto de
conocimiento real o material basado en unos principios de carácter prescriptivos o
normativos.

El problema de la neutralidad axiológica  en el paradigma teórico-


metodológico en las ciencias administrativas y gerenciales.

Según Hartman (2000), “La axiología es el sistema formal para identificar y


medir los valores. Es la estructura de valores de una persona la que le brinda su
personalidad, sus percepciones y decisiones.”

El término valor ha sido usado y sigue siendo usado bajo la óptica de la


economía, tanto al surgir las teorías del valor postuladas por diversos
representantes en lo económico, la teoría del valor de Smith, la teoría del valor de
Marx. Pero se ha usado, también en un sentido no económico como cuando se
dice que una obra de arte tiene gran valor, o que ciertas acciones son valiosas,
asimismo el concepto de valor se ha usado también con frecuencia en un sentido
moral, un sentido filosófico general, como concepto fundamental en la llamada
teoría de los valores o axiología.
Por lo tanto, se debe definir lo que son los valores, para Burk (1982), los
valores son convicciones básicas de que un modo específico de conducta o
estado final de existencia es preferible desde el punto de vista personal o social a
un modo contrario o inverso de comportamiento o estado final de existencia.

Los valores tienen la característica del valer, explica, que no pueden


caracterizarse por el ser, como los objetos reales y los ideales. Se dice, que valen
y, por lo tanto, que no tienen ser sino valer. Los valores son intemporales y por
eso han sido confundidos a veces con los entes ideales, pero su forma de realidad
no es el ser ideal ni el ser real, sino el ser valioso. La realidad del valor es el valer.

Por otra parte, los valores no son independientes, pero esta dependencia
no debe entenderse como una subordinación del valor, sino como una no
independencia ontológica, como la necesaria adherencia del valor a las cosas.

Los valores son cualitativos, son totalmente independientes de la cantidad.


Lo característico de ellos es la cualidad pura. Sin embargo, a pesar de no ser
cuantitativos tienen jerarquía, no existe una ordenación deseable o clasificación
única de los valores; las jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan de
acuerdo a las variaciones del contexto.

Por ciencia cabe entender todo un entramado de personas, actividades


pautadas, instituciones de investigación y de enseñanza, instrumentos, conjuntos
de publicaciones, normativas y reglamentos de funcionamiento, experimentos y,
resultados. La ciencia, en tanta actividad científica, puede ser objeto de estudio de
la axiología y de la praxiología. Estas disciplinas estudian los valores y las
prácticas que aparecen en el desarrollo de toda actividad protagonizada por
comunidades de sujetos intencionales.

La ciencia no es axiológicamente neutra, en este sentido sabemos que la


misma está cargada de valores, lo contrario hablaría de conjunto cerrado de
teorías enunciados y proposiciones aléticas, en este sentido Robert Merton, el
primero en abordar la axiología de la ciencia, definió los conjuntos de valores que
informan la actividad científica y la producción de teorías científicas, que
configuran el ethos de la ciencia, estos son: universalidad desinterés comunismo
epistémico y escepticismo organizado.

Javier Echeverría, en su libro Ciencia y valores (2002) propone una


axiología formalizada de la ciencia, entendida ésta como actividad humana. Su
sugerencia se inspira en la formalización fregeana del lenguaje en funciones y
argumentos, y en este contexto define las llamadas funciones axiológicas,
funciones no saturadas en el sentido de Frege: según Echeverría, un valor no
sería una propiedad objetiva del objeto, ni una estimación subjetiva del sujeto, sino
el resultado de aplicar una función axiológica a una o varias variables axiológicas.
En definitiva, y de acuerdo con esta tesis, un valor sería equivalente a
un enunciado axiológico. 

Se trata, entonces, de valores políticos (universalidad), éticos (desinterés),


organizativos (comunismo epistémico) y epistémicos y operativos (escepticismo
organizado). Mientras Mario Bunge sostiene, la existencia de una axiológica, que
afecta al procedimiento científico, aunque no a sus contenidos finales. Para
Bunge, los valores presentes en el quehacer de la ciencia son entidades
relacionales que conectan individuos con objetivos científicos.

Posterior a ello han surgidos otros científicos donde la matemática juega un


papel preponderante, donde las divergencias son cuestión de valores y
preferencias, de valores epistémicos, pero también de valores filosóficos:
recuérdese el platonismo de Cantor y Gödel y la matriz lógico-positivista del
logicismo de Russell.

La Epistemología de la Ciencia

En la actualidad hay todo un conjunto de connotaciones en cuanto al


término se refiere. Debido a esta problemática es bueno aclarar, como primer
aspecto, el significado de epistemología y todo su contexto pues, al parecer, el
término suena a moda y algo que está en plenitud de efervescencia en el ámbito
de las ciencias; es decir: hablar de la episteme y fundamentación del conocimiento
pareciera estar, en gran medida, cerca del tema científico, en el centro de un
huracán de ideas y controversias.

La palabra epistemología deriva del griego episteme que significa


conocimiento o ciencia y logos que significa conocimiento, información, teoría o
recuento. Por lo tanto, la epistemología se relaciona con el conocimiento del
conocimiento o el estudio de los criterios sobre los cuales se conoce lo que debe
ser el conocimiento científico.

Para Piaget (1970), la epistemología "es el estudio del pasaje de los


estados de menor conocimiento a los estados de un conocimiento más avanzado,
preguntándose Piaget, por el cómo conoce el sujeto (como se pasa de un nivel de
conocimiento a otro); la pregunta es más por el proceso y no por lo "qué es" el
conocimiento en sí" (Cortes y Gil 1997).

De acuerdo con Byron, Browne y Porter (1986), la epistemología “es la


teoría filosófica que trata de explicar la naturaleza, las variedades, los orígenes,
los objetos y los límites del conocimiento científico” o, como afirma Lenk (1988),
“es una disciplina filosófica básica que investiga los métodos de conceptos
científicos y, a su vez, intenta fundamentarlos y evaluarlos”. Cerda (1998)
comparte estas definiciones al considerar la epistemología como “aquella filosofía
o teoría de la ciencia que estudia críticamente los principios, las hipótesis y los
resultados de las diversas ciencias, con el propósito de determinar su origen y
estructura, su valor y alcance objetivo”.

Para Ceberio y Watzlawick (1998), "el término epistemología deriva del


griego episteme que significa conocimiento, y es una rama de la filosofía que se
ocupa de todos los elementos que procuran la adquisición de conocimiento e
investiga los fundamentos, límites, métodos y validez del mismo".
Se suelen utilizar los términos epistemología, gnoseología, teoría del
conocimiento y filosofía de la ciencia como sinónimos. Sin embargo, de acuerdo
con Reyes (1988), el término más cercano a epistemología es filosofía de la
ciencia, debido a que la palabra griega episteme se refiere no a cualquier forma de
conocimiento, sino aproximadamente a lo que hoy se entiende por ciencia. De otra
parte, Ferrater Mora (1994) considera que si bien existe diferencia entre los
conceptos antes citados, durante los últimos años, por influencia de la literatura
filosófica anglosajona, el término epistemología se usa de manera amplia para
referirse a la teoría del conocimiento.

El concepto de Epistemología, formulado por Damiani (2005) citado por


Ibáñez y Castillo (2010) quien la define como: la disciplina que privilegia el análisis
y la evaluación de los problemas cognoscitivos de tipo científico; es una actividad
intelectual que reflexiona sobre la naturaleza de la ciencia, sobre el carácter de
sus supuestos. La epistemología analiza, evalúa y critica el conjunto de problemas
que presenta el proceso de producción de conocimiento científico, así por ejemplo,
las cuestiones que conciernen a la definición y a la caracterización de los
conceptos científicos, el problema de la construcción de los términos teóricos de la
ciencia, las concepciones metodológicas…la estructura lógica, y la evolución de
las teorías científicas, la contrastación empírica de las hipótesis teóricas, la
cuestión de las relaciones entre ámbitos teóricos y ámbitos empíricos, la
posibilidad de una lógica inductiva.

La metodología y la epistemología científicas modernas son el resultado de


una evolución histórica de valores socio-culturales que son funcionales al
desarrollo de la ciencia (Merton, 1938) y que trascienden más allá al proporcionar
la protección epistemológica a las influencias sociales. En otras palabras, la
ciencia se considera libre de valor sustentada en una tradición epistemológica
sujeta al análisis crítico que puede llegar a ser altamente contencioso. Si bien, los
compromisos epistemológicos influyen en la producción del conocimiento
científico, este no puede ser confiable si es avalado colectivamente en forma
ethnocentrico a tal punto que considera la relevancia epistemológica al nivel de
una simple incursión filosófica.

Clase de Epistemología

Según Piaget (1970), la epistemología o teoría del conocimiento se clasifica


en tres categorías:

Epistemologías metacientíficas: Han consistido, en todos los casos, en una


reflexión sobre las ciencias, ya en parte construidas e inventadas por los mismos
autores de las subsiguientes reflexiones. Por otra parte, afirma Piaget (1970),
todos ellos han superado en mayor o menor medida las ciencias, aunque salieron
de éstas. En estas epistemologías, existe supremacía del conocimiento científico
sobre cualquier otro tipo de conocimiento y, por ello, sólo aceptan el conocimiento
científico como el único conocimiento válido.

Epistemologías paracientíficas: No reflexionan acerca de las condiciones del


pensamiento para alcanzar una teoría más general del conocimiento, sino que se
esfuerzan en partir de una crítica, ante todo restrictiva de la ciencia, para
fundamentar, al margen de sus fronteras, un conocimiento de diferente forma.
Para los representantes de esta corriente epistemológica, afirma Piaget (1970), la
ciencia resulta cada vez menos objetiva y más simbólica a medida que va de lo
físico a lo psíquico, pasando por lo vital.

Epistemologías científicas: Se denominan así, no porque éstas sean más ciertas


que las anteriores, sino porque su fundamento es la explicación del conocimiento
científico y no pretenden el conocimiento general. Esta categoría de epistemología
surge del interés de las ciencias como consecuencia de crisis propias de las
ciencias en evolución, que puede llevar a una constante revisión de sus principios
e instrumentos de conocimiento.
Los principales retos epistemológicos que, de acuerdo con Aguilera (2000),
debe enfrentar la administración son:
-La irrupción de la ciencia como actividad empresarial.
-La comprensión de la actividad empresarial como sistema de redes emergentes.
-La presencia en la actividad empresarial de los más notables adelantos de las
ciencias y las tecnologías.
-El nuevo papel del conocimiento en la actividad empresarial.
-La globalización de las interacciones de la empresa con su entorno.
-La irrupción de la interdisciplinariedad en el saber y el quehacer de la
administración.
-El necesario fortalecimiento de valores y actitudes éticas, tanto para las
organizaciones como para las personas.

Estos retos exigen solidez en el saber de estas disciplinas y para ello se


debe contar con un fundamento epistemológico claro, por lo que sus campos del
saber deben buscar responder con posturas epistemológicas axiológicas
humanísticas y de enfoque integral, tanto de la sociedad y de las organizaciones
como de las personas, frente a los distintos retos del nuevo orden mundial.

Consideraciones Finales

En la búsqueda de la verdad la ciencia juega un papel fundamental, al


hacer constantes aportes a la humanidad, en el desarrollo de la investigación
científica la búsqueda de la verdad ha llevado a dejar de lado a la filosofía
considerando las dificultades que presenta para poder probar sus teorías. A pesar
de esto la ciencia no podría existir sin ayuda de la filosofía, pues los
descubrimientos científicos requieren de un razonamiento para su desarrollo e
implementación.

A pesar de que la ciencia siempre se ha considerado como productora de


conocimiento cierto, se llega a pensar que un planteamiento es verdadero hasta
que no aparece uno nuevo que proporciona nuevas evidencias y desplaza al que
consideramos verdadero, hecho que recibió el nombre de falsabilidad y lleva a
evaluar los resultados de las diferentes investigaciones y a desarrollar la duda de
la absoluta verdad.

La ciencia administrativa es una ciencia esencialmente prescriptiva, en la


que la mayoría de sus enunciados señalan o fijan el comportamiento a seguir para
conseguir un objetivo de la forma más adecuada posible. Es decir, la ciencia
administrativa es una ciencia aplicada porque su finalidad principal no es describir
y aclarar los fenómenos analizados, sino influir en el proceso y en la configuración
de los fenómenos empresariales.

Desde la perspectiva epistemológica, es poco lo que se ha construido


sobre la cientificidad de la administración. Tal como lo señala Díaz de Mariña
(2001), “la ciencia administrativa, como disciplina, se ha caracterizado por el poco
intento de reflexionar cómo conoce, cómo genera el conocimiento, cuáles
operaciones realiza para producir o caracterizar su objeto de estudio... cómo le
adjudica el carácter de confiabilidad y validez al uso de la experiencia como fuente
de conocimiento...”

La ciencia no es tal conjunto eidético de teorías, enunciados y


proposiciones. Esta definición sólo recoge uno de los componentes de una
auténtica descripción de la ciencia. La ciencia es, por supuesto, una actividad
humana, y por lo tanto es una actividad cultural (en el sentido amplio del término
“cultural”) sometida a valores y preferencias. La ciencia no es sólo el corpus de
conocimientos registrados en un momento determinado en revistas científicas,
libros de textos, ponencias de congresos, libros de divulgación, páginas web o
notas de laboratorio.

Lo cual no tiene nada que ver con el excelente producto epistémico que la
ciencia nos ofrece, ni con una visión relativista o posmoderna del conocimiento
científico. Los contenidos de la ciencia, el corpus de teorías, enunciados y
proposiciones científicas constituyen, sin duda, una aproximación fiable y
crecientemente exacta de la realidad. No es eso lo que se está discutiendo.
Afirmar que la ciencia no es axiológicamente neutra no implica, en modo alguno,
abrir las puertas a concepciones anticientíficas o relativistas.

La epistemología es un llamado a reflexionar sobre la ciencia en general y


en torno a cada disciplina en particular, indispensable para todos los seres
humanos, especialmente para los académicos y los profesionales, quienes deben
estar en capacidad de opinar de manera crítica sobre los diferentes aspectos que
enfrentan a diario. El avance o el estancamiento de las diferentes disciplinas y de
la ciencia misma dependerán de la capacidad epistemológica de los profesionales
de la respectiva disciplina, así como de la capacidad de la propia profesión o
campo del conocimiento para reflexionar sobre sí misma y acerca de la realidad
cambiante de la cual forma parte.

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