Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cómo no perder a
los mejores
En tiempos de cambio, muchas compañías ofrecen
incentivos financieros a los ejecutivos y profesionales
clave. Pero hay una solución mejor, y más barata.
E
Sabine Cosack es consulto- n períodos disruptivos de cambio organizacional, son muchas las com-
ra de McKinsey en la oficina pañías que abordan la retención de su gente clave mediante incentivos fi-
de Viena. Matt Guthridge y nancieros. Sin embargo, rara vez es dinero bien gastado. De acuerdo con
Emily Lawson son, respec- nuestra experiencia, muchos de quienes reciben estos incentivos se hubie-
tivamente, socio principal ran quedado en la empresa de todas maneras, mientras que otros tienen in-
y directora en la oficina de quietudes que no se satisfacen exclusivamente con dinero. Por otra parte, al
McKinsey en Londres. focalizarse exclusivamente en los mejores, las compañías pasan por alto a
los empleados “normales”, los que también resultan cruciales para el éxito
de cualquier iniciativa de cambio.
Nuestro trabajo con empresas de diversos sectores (energía, servicios financieros, cui-
dado de la salud, farmacéutico y minorista, entre otros) sugiere que hay un método mejor y
menos costoso para retener a los empleados. Si bien se comienza por identificar a todos los
jugadores clave, sólo se apunta luego a los que son más cruciales y cuya permanencia está
en riesgo. A estas personas se les ofrece una combinación de incentivos financieros y no fi-
nancieros, adaptados a sus aspiraciones e inquietudes.
Una compañía industrial europea aplicó este enfoque durante una reciente reorganización,
y descubrió que sólo necesitaba un 25 por ciento del presupuesto que había gastado antes en un
esquema basado en dinero en efectivo.
Lo que sigue son tres sugerencias para las compañías esperanzadas en conservar a sus
principales talentos sin hacer saltar la banca.
cambio y en función del rol que cumple en ella, y segundo, el grado de probabilidad de que
el empleado en cuestión se marche.
Cuando una compañía industrial europea llevó a cabo este ejercicio, volcó los resulta-
dos en una matriz de riesgo. La sorpresa fue mayúscula. La compañía había estado lan-
zando una nueva unidad comercial centralizada, lo cual requería la relocalización, en mu-
chos casos en otro país, de casi todos los representantes comerciales y personal de apoyo.
La matriz de riesgo reveló que existía la probabilidad de que otros 104 empleados renun-
ciaran, entre éstos 44 que resultaban críticos para el éxito de la unidad comercial. Algunos
de ellos eran representantes comerciales, pero la mayoría eran personas de IT, finanzas y
administración que poseían un conocimiento único de los sistemas de la unidad.
Mapa del riesgo para una compañía industrial europea. Los números indican la cantidad de empleados
en la categoría (total = 497).
Riesgo bajo Riesgo medio Riesgo alto
Habilidades/conocimientos únicos;
ALTA fundamental en la organización 37 22 9 8 2
0 25 50 75 100
antes de que se anunciara la fusión— que tenían un futuro prometedor en la nueva organi-
zación. Para los ejecutivos senior del adquirente, constituía la oportunidad de evaluar a la
próxima oleada potencial de candidatos a la alta gerencia. El programa fue parte de un plan
de involucramiento y comunicación cuidadosamente diseñado, que permitió mantener alta
la energía de los 50.000 empleados durante la fusión. En definitiva, la compañía sólo necesi-
tó ofrecer un incentivo financiero a 750 empleados.
Cuando se requieren incentivos financieros, es importante diseñarlos adecuadamente
y usarlos en forma segmentada. Por ejemplo, un tercio de las bonificaciones para retener
gente durante una fusión pueden pagarse a las personas clave incluso antes de que se cierre
el acuerdo, y dejar los dos tercios restantes para un año más tarde, dependiendo del cum-
plimiento de ciertos criterios de desempeño, como por ejemplo la transferencia exitosa de
los sistemas de la compañía adquirida.
Apuntar con las medidas de retención a las personas indicadas y utilizar una combinación
personalizada de incentivos financieros y no financieros, contribuye al éxito en el largo plazo
y también es probable que ahorre dinero. Sin embargo, los ejecutivos no deben ver la retención
de empleados como un ejercicio único, donde basta con elaborar los paquetes de incentivos
adecuados. Los abordajes de las mejores prácticas se construyen sobre una atención continua
y una comunicación precisa en cada paso del camino, para ayudar a los empleados a encon-
trarle sentido a la incertidumbre inherente al cambio organizacional.
En definitiva, lo que más desean muchos empleados es claridad acerca de su futuro en la
compañía. La generación de esa claridad requiere un significativo esfuerzo de los managers,
incluyendo la tarea permanente de seguir los progresos, para que la compañía pueda interve-
nir rápidamente cuando surjan los problemas. <
© Gestión
McKinsey Quarterly