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CUENTO - Aura Calderon, Danna Mape, Paula Torres, Alejandra Ballesteros y Rafael Guzmán.
CUENTO - Aura Calderon, Danna Mape, Paula Torres, Alejandra Ballesteros y Rafael Guzmán.
MORPHO
un grupo de estudiantes
bella joven de cabello exageradamente largo, rizado y más negro que las noches
postreras de menguante, tenía unos ojos apagados, pero con largas pestañas que hacían
resplandecer su rostro cual ninguna mujer antes vista en sus cortas vidas.
Desde muy pequeña, Agustina se distinguió de los demás, siempre fue aislada y de
pocas palabras, hablaba sólo lo necesario y con muy pocas personas. Pasaba horas
enteras trepada en el palo de mango del patio de su casa o corriendo sola en los montes
cercanos mientras entonaba una melodía que solo ella conocía; odiaba bañarse, pero
a hablar aseguraba tener el mismo sueño por lo menos una vez por semana, pero no se
despertaba alterada, al contrario, solía despertar alegre. Pero tras el pasar del tiempo el
sueño dejó de tener este efecto y Agustina quedaba afligida y meditabunda. Soñaba que
celestiales, mientras que al son de estas, millares de mariposas con variados tonos
azulados danzaban a su alrededor y en ese momento sufría una confusa pero preciosa
transformación, donde se despegaba de su cuerpo humano y se acoplaba al de una
cierva de cabellos brillantes y astas muy fuertes, que lo único que conservaba de su
estado anterior eran sus pequeños ojos con intensa mirada, con los muy seguramente
Clara Inés la hubiese reconocido en el primer momento en que la viera y sin tener la
Clara Inés era profesora de una pequeña escuelita de Auralia, se deleitaba enseñando a
los pocos niños que a ella asistían, y casi siempre lo había hecho con una indescifrable
tranquilidad, excepto cuando su hija, la pequeña Agustina había tenido edad para
empezar los estudios, pues por mucho que se esforzaba y a pesar de los dolorosos
castigos que le imponía, Agustina nunca aprendió a leer con fluidez, escribía con letras
Los sueños empezaron a ser más seguidos; desde que cumplió sus quince años no había
noche que no lo tuviera. El día en que escapó, Clara Inés le había hecho una modesta
celebración pues sabía que a Agustina las fiestas en lugar de alagarla le producían una
terrible repulsión, en especial si asistía Ricardo, el chicho que la había pretendido desde
hace dos años y por el que todas las jovencitas del pueblo perdían la cabeza, todas con
habría mandado al carajo desde el primer momento en que supo sus intenciones.
Agustina despertó con una determinación que nunca había tenido, miró el reloj y eran
las 12:00 am en punto, tendió su cama aun siendo de madrugada, se quitó la pijama y su
ropa interior; salió por su ventana cantando y danzando, sin tener las precauciones de
alguien que está en plan de fuga, Clara Inés la escuchó desde su cuarto, se levantó pero
sin prisa alguna, abrió la puerta y la vio alejarse por los oscuros montes sin siquiera
pensar en detenerla; en el fondo siempre había esperado ese momento, sabía que su hija
hacía parte de otro lugar, uno al que tarde o temprano tendría que ir.
Habían pasado varios meses desde que se marchó de casa, Agustina estaba muy bien
adaptaba a la vida del bosque, se alimentaba con plantas, y uno que otro animal que por
ella se dejaba atrapar, no había vuelto a tener el sueño que la había llevó hasta allí, ni
extrañaba tenerlo pues ahora se sentía realmente en casa; al principio, echaba de menos
a mamá Clara Inés, pero luego fue olvidando su recuerdo, y poco se distinguía de los
animales del bosque salvo por su astucia y hermosa figura de mujer virginal. Ricardo la
había buscado incansablemente, y por obras del destino o del críptico bosque que a su
favor parecía conspirar, la encontró justo un año después de su fuga, cuando el ocaso
empezaba a aparecer, y la noche entraba con gran brusquedad y una profunda oscuridad,
a Ricardo le pareció que era la vez primera en el que realmente veía la luz, y para
contemplar a su amor. Y así, cerca pero no lo suficiente para sentir el fervor de sus
cuerpos, se quedaron dormidos. Agustina despertó a las 12:00am en punto -el día de su
mariposas azules.