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1.

Comprensión lectora
Una de las habilidades básicas para escribir es la comprensión lectora: la
capacidad de leer y entender un texto. Primeramente hay que saber cómo
se pronuncian palabras que no son familiares a simple vista (decodificar) y
reconocer de inmediato muchas otras palabras. Después los niños necesitan
entender el significado de secuencias de palabras en oraciones y en párrafos.

Tener un buen vocabulario ayuda con la comprensión, pero es a través de la


lectura que suele adquirirse.

Qué podría ayudar: La tecnología puede ayudar a esquivar los desafíos de leer.
Por ejemplo, si los niños tienen dificultad para decodificar palabras, la
función texto-a-voz puede leer en voz alta las palabras que escribieron. Algunas
herramientas de texto-a-voz leen en voz alta las palabras a medida que se teclean,
lo cual puede ser de mucha ayuda al momento de editar.

2. Transcripción
La transcripción es el acto físico de producir palabras. Esta habilidad incluye la
escritura a mano, la mecanografía y la ortografía.

La escritura a mano de algunos es desordenada o ilegible, incluso después de que


se les ha enseñado. Otros escriben a mano muy lentamente. Y hay quienes
escriben a mano de manera legible y teclean con suficiente rapidez y precisión,
pero tienen dificultad para escribir correctamente muchas palabras.

Usar un teclado a menudo ayuda a aumentar la rapidez de la transcripción. No


obstante, para algunos el simple acto de teclear es difícil.

Qué podría ayudar: La instrucción multisensorial o enseñar usando más de un


sentido a la vez puede mejorar la escritura a mano (revise técnicas
multisensoriales), así como los sujetadores de lápices. Tecnología de
asistencia como un teclado puede ayudar a los niños a evitar sus dificultades para
escribir a mano.

Para los que tienen dificultad para teclear o con la ortografía, herramientas como
el dictado (voz-a-texto) y la predicción de palabras pueden facilitar la transcripción.
El corrector de ortografía también es una herramienta de uso común en la escuela.

3. Construcción de oraciones
Tienen que saber cómo construir oraciones que tengan sentido. Sin embargo, a
menudo tienen dificultad para entender y usar oraciones que estén estructuradas
correctamente.

Puede que no entiendan dónde van los verbos o cómo se conjugan. Podrían usar
oraciones que son demasiado sencillas o incompletas, o conectar muchas ideas en
oraciones muy largas.

Usar la puntuación correcta (como comas y puntos) puede ser complicado, al igual
que el uso de las mayúsculas.
Qué podría ayudar: Una manera de ayudar a los que tienen problemas con esta
habilidad es enseñarles información básica y práctica. Por ejemplo, la diferencia
entre una afirmación y una pregunta, y entre un sujeto y un verbo.

Se necesita mucha práctica para aplicar este conocimiento al escribir oraciones.


Por ejemplo, los niños podrían practicar separar o combinar oraciones, y usar
conectores de oraciones (preposiciones) como y, en o para.

4. Conocimiento del género y el contenido


Conocer el género significa saber cómo usar diferentes tipos de escritura. Si la
tarea es escribir una historia, los niños necesitan saber qué incluye el género de la
narrativa. Debe incluir la situación (quién, dónde, cuándo) y la trama (qué y por
qué).

Otro género es el ensayo persuasivo. Para escribirlo los niños necesitan incluir su
argumento, las razones, los hechos que sustentan las razones y una conclusión
que resuma las razones principales.

Conocer el contenido significa saber algo del tema del que se escribe. Para escribir
una carta a un político sobre la contaminación, hay que entender qué es la
contaminación y cómo afecta a las personas, los animales y al medio ambiente.
Además, puede que sea necesario saber qué causa la contaminación.

Qué podría ayudar: Muchos niños entienden lo que es el género al estar


expuestos a la lectura. Otros necesitan que se les enseñe de manera explícita. Por
ejemplo, hay que enseñarles las diferencias entre la biografía y la memoria, y entre
la ficción y la no ficción.

Una manera de lograrlo es encontrar buenos ejemplos de cada género. Después


compararlos con ejemplos de otros géneros. También puede sugerir una lista de
elementos comunes que compartan todos los ejemplos del mismo género.

Muchos niños tienen lagunas en su conocimiento general, y esto puede perjudicar


su escritura. Usted puede ayudarlos a adquirir conocimiento general del mundo a
través de la lectura, las excursiones y las salidas familiares. Conversen acerca de
qué aprendieron antes, durante y después de la experiencia. También se adquiere
conocimiento al conocer a otras personas y probar cosas nuevas.

5. Planificación, revisión y edición


Existe un proceso para escribir. Hay que planificar, revisar y editar para poder
expresarse bien a través de la escritura. Los investigadores han encontrado que
los buenos escritores planean mentalmente lo que van a escribir, o escriben notas
breves antes de hacer el primer borrador. Eso requiere el desarrollo de habilidades
ejecutivas como la memoria funcional y la atención.

Los niños tienen que darle vuelta a muchas ideas cuando escriben. Después
tienen que decidir cómo organizar esas ideas en párrafos y dentro de la estructura
general. Esto requiere recordar lo que saben sobre el género y el contenido.
También necesitan revisar lo que han escrito para corregir los errores y mejorarlo
para que sea más claro. Eso requiere entender por qué y cómo hacer cambios al
texto para mejorarlo.

Qué podría ayudar: Hay estrategias específicas que los niños pueden aprender
acerca del proceso de escribir. Por ejemplo, la estrategia “hamburguesa” ayuda a
planificar un párrafo. Un párrafo necesita una oración para el tema (rebanada de
pan superior), una idea principal (la carne), detalles de apoyo (condimentos) y una
conclusión (rebanada de pan inferior).

Un “mapa de araña” facilita que los niños piensen en un tema con detalles que lo
apoyen. Una “tabla T” los ayuda a proponer razones a favor y en contra de un
asunto. Y una cronología puede ayudarlos a trazar una secuencia de eventos para
escribir una historia.

Los organizadores gráficos usan muchas de estas estrategias. Estas herramientas


ayudan a visualizar cómo planificar sus trabajos escritos. También ayudan a
generar contenido de manera organizada.

Descargue organizadores visuales gratuitos que ayudan con la escritura.


Las listas de revisión también ayudan a los niños a revisar y editar su trabajo, y
podrían incluir:

 Contenido (la calidad y precisión de las ideas).

 Organización (cómo está estructurada la información para que sea fluida de


principio a fin).

 Lenguaje (la variedad y la precisión del vocabulario y las oraciones).

 Apariencia (ortografía, mayúsculas y puntuación).

6. Autorregulación
La capacidad de autorregularse juega un papel muy importante al escribir. Cuando
establece cuántas palabras debe incluir el escrito y luego revisa el número de
palabras a medida que escribe, eso es autorregulación. Si llega al final de una
oración y se da cuenta de que no tiene sentido y decide volver a escribirla, eso es
autorregulación.

Este es otro ejemplo. Cuando los niños se frustran puede que desistan de escribir.
Pero si se dicen que están progresando y que pueden lograrlo, eso es
autorregulación. Los escritores experimentados lo hacen de manera natural.

La opinión que los niños tengan de sí mismos como escritores puede afectar su
capacidad de autorregulación. ¿Valoran lo que escriben? ¿Se sienten
competentes? ¿Qué tan motivados están para escribir?

La autorregulación es difícil para algunos niños, especialmente para los que


tienen TDAH. Los problemas de autorregulación pueden afectar otras habilidades
para escribir.
Qué podría ayudar: Existen muchas estrategias para enseñar a escribir con
autorregulación. Se puede enseñar a los niños que revisen cada oración de un
párrafo una vez que lo han terminado. También puede sugerirles que tomen
descansos después de escribir cierto número de palabras.

Además se les puede enseñar a que se digan a sí mismos cosas positivas para
ayudar con la motivación. Cuando escriben podrían decirse: “Aunque sea difícil, sé
que mi esfuerzo será recompensado”. La clave para todas estas estrategias es la
repetición y la práctica.

Lea más acerca de por qué los niños tienen dificultades con la escritura.
Revise otras estrategias para ayudar a los que son reacios a escribir.
Un niño paseaba con su padre por la montaña. El niño se cayó y se golpeó. Entonces gritó:
- ¡Ayyyy!
De pronto, oyó una voz lejana que repetía su grito:
- Ayyyy...ayyyyy...yyyyy
Algo asustado, preguntó:
- ¿Quién anda ahí?
Y de nuevo la voz le contestó:
- '¿Quién anda ahí...ahí...ahí?.
El niño, molesto por comprobar que repetían lo que decía, gritó:
- 'Cobarde'
Entonces la voz le contestó:
- '¡Cobardeeeee!'
El niño miró a su padre con cara de asombro y le preguntó:
-¿Papá, qué pasa?
Y su padre le contestó sonriendo:
- No es nada, mira, voy a gritar yo, a ver qué pasa:
- ¡Te admiro!
Y entonces la voz respondió:
- 'Te admirooooo'
El padre del pequeño volvió a decir:
- ¡Te quiero!
Y la voz esta vez dijo:
- 'Te quieroooo'
El padre le explicó a su hijo:
- Este es el eco. Repite todo lo que dices. Pero en realidad es la vida. La vida te devuelve todo
lo que le das. Si tratas a los demás con bondad, recibirás bondad. Si les insultas, recibirás
insultos. Así que ya sabes lo que debes hacer: si quieres que haya felicidad en ti, preocúpate de
hacer a los demás felices. Si quieres que haya amor, ofrece amor.

Y ambos, padre e hijo, siguieron andando por la montaña.


Tres personas influenciaron en su gusto por leer Lecturas: 364 23 de mayo de
2019 10:27 Tres personas marcaron el gusto por la lectura que tiene el
presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Cuenca (AJE), Nicolás
Muñoz. Esa influencia ocurrió en momentos distintos de su vida. Cuando tenía
siete años, su padre Nicolás Muñoz Chávez le motivó a que lea las ‘Aventuras
de Robinson Crusoe’. “Fue bastante interesante y motivante”. La segunda
influencia fue Marcia Salcedo, profesora de Lenguaje en la Unidad Educativa
Borja. Les pedía que leyeran textos de Édgar Allan Poe y otros autores. Si bien
no era el género que prefería, ella dijo una frase que lo marcó: “cada persona
encuentra su estilo en un tipo de narrativa, el éxito es que lea”. Él tenía 14
años. Muñoz optó por las publicaciones vinculadas con la mecánica y
electrónica. El tercer momento ocurrió una década después cuando Muñoz
revisaba en YouTube una conferencia de Robert Kiyosaki, que recomendaba el
libro ‘Padre rico, padre pobre’. En esa época ya estaba graduado de Doctor en
Jurisprudencia. Desde entonces empezó a leer publicaciones de inteligencia
financiera y emocional, entre otras temáticas relacionadas. Adicionalmente, se
interesa por libros relacionados con su profesión. Entre otros, destaca a ‘Cómo
se ganan los juicios’, del abogado litigante Lee Bailey, ‘Estructura básica del
derecho penal’ de Eugenio Raúl Zaffaroni, y el ‘Manual de propiedad industrial’,
de los autores Carlos Fernández-Nóvoa, José Otero Lastres y Manuel Botana
Agra. “Me han servido”. Le gustan los libros técnicos de relevancia y que -por
su contenido- son costosos. “A cierta edad uno aprende que los libros
económicos no resuelven nada cuando estamos frente a un problema
complicado”, señala Muñoz, quien es experto en propiedad intelectual. Una
parte importante de sus ingresos se destinan a la compra de textos. Este
abogado dicta conferencias y al iniciar cada una recomienda publicaciones.
Entre ellas están ‘Liderazgo el poder de la inteligencia emociona’, de Daniel
Goleman. Con este texto se percató por qué tuvo éxito en la dirigencia, que es
un rol que le encanta desde la escuela. “La clave es que soy bueno para
organizar y tengo autocontrol, empatía y puedo persuadir y tengo facilidad de
palabra, eso atrae a la gente... Cuando uno es desorganizado la repele”. Otras
publicaciones que recomienda son ‘Padre rico, padre pobre’, de Sharon
Lechter, ‘El cuadrante del dinero’, de Robert Kiyosaki, y ‘El poder de la
kabbalah’, de Yehuda Berg. “Mi frase de felicidad es que se puede comprar
más libros de los que se puede leer. Me encanta hacerlo”, dice el dirigente
empresarial. Cuando el libro es bueno lo acaba de leer por completo, pero si no
lo está lo deja a medias y no tiene inconveniente. Tampoco tiene problemas si
es un libro de papel o digital o un audio libro. Esta última alternativa la utiliza
cuando hace deporte o está de viaje. La noche es su horario predilecto para
leer y tiene otro hábito, que es dedicar un mes a ver Netflix y otro solo para
leer.

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