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Montacerdos, un cuento de muertos vivientes

Montacerdos es un cuento largo escrito por el peruano Cronwell Jara Jiménez y


publicado por primera vez en 1981.
Sobre el autor:

Crowell Jiménez es un poeta, escritor y tallerista literario peruano nacido en Piura en


1949, que posteriormente, durante su niñez, se mudó al distrito de Rímac en Lima.
Este maestro del cuento tiene entre sus obras más notables Montacerdos (1981),
Patíbulo para un Caballo (1989) y Faite (2016), siendo las barriadas limeñas una de las
temáticas más abordadas por él, probablemente debido a que formó parte de este
fenómeno demográfico.
Resumen de la obra:
El cuento Montacerdos es parte del retorno de Cronwell a la temática de las barriadas
limeñas tras haber abandonado el tópico durante algunos años. Así pues, la obra
aborda las problemáticas sociales que surgen en este contexto histórico de cambio
demográfico en Lima a finales de la primera mitad del siglo XX mediante la historia de
una familia socialmente marginada y humanamente degradada.
Montacerdos nos presenta a tres integrantes de una familia: la mamá Griselda y sus
hijos Yococo y Maruja, siendo esta última además la narradora del cuento. Esta gente
es una familia extremadamente pobre que ronda las barriadas limeñas en búsqueda de
un lugar donde asentar su quincha de cartones y palos.
La historia inicia con la familia de tres atravesando la pampa de Amancae hasta llegar a
un barrio donde son recibidos por perros de apariencia amenazante y niños que los
observan mientras arman su quincha, o “casa”, sobre la pared de un vecino del barrio;
poniendo especial atención sobre Yococo, quien con una cabeza llagada tenía
apariencia de muerto viviente, como si fuese inmortal. Posteriormente, la mamá
Griselda ahuyentó a los niños que con desprecio miraban cómo vivía ese trío familiar
que hasta ratas comían.
No habiendo pasado mucho tiempo, Yococo se apropió de un cerdo con el que
congenio y que estaba abandonado por su dueña debido a que estaba enfermo,
nombrándolo Celedunio y montándolo tal y como ya había hecho con otros cerdos.
Más tarde el dueño de la casa sobre la cual reposaba el quinche, lo quemó, ya que días
antes se quejó con la policía de que una “familia de locos” había invadido el terreno
que supuestamente le fue regalado, y los agentes de la ley lo ignoraron.
No obstante, para suerte de la familia de tres, una señora llamada Juana los acogió en
su casa a cambio de que la mamá Griselda realizara las labores domésticas. Además,
con ayuda de doña Juana, la mamá Gricelda logró hacer cicatrizar la llaga de la cabeza
de Yococo que había empeorado tras una caída. Por otro lado, durante un día en el
que solo se quedaron en la casa la mamá Griselda y la pequeña Maruja, el esposo de
doña Juana, don Eustaquio, llegó temprano de trabajar y obligó a la mamá Griselda a
mantener relaciones sexuales con él, mientras ella mandaba a Maruja al techo para
que no viera nada.
Meses después, se le empezó a notar la panza a la mamá Griselda, puesto que había
quedado embarazada de don Eustaquio, aunque doña Maruja no lo sospechó sino
hasta que los vecinos empezaron a comentar que don Eustaquio era “gallo de dos
gallinas”. Otros cuantos meses después, durante los cuales el comportamiento de
doña Juana cambió drásticamente a uno más frívolo, Yococo resultó casi moribundo
luego de meterse montado sobre Celedunio entre caballos que hacían parte de una
persecución policial. A pesar de los esfuerzos de la mamá Griselda, Yococo murió la
misma noche, Celedunio escapó luego de que don Eustaquio lo llamará con un cuchillo
en mano, la mamá Griselda murió dos días después mientras abortaba y a la pequeña
Maruja la botó doña Juana luego de un mes porque tosía flema con sangre. Así pues,
Maruja regresó a vivir tras un quiosco donde bajo la lluvia soñaba que era una paloma,
volaba sobre las nubes y ahí se encontraba con su mamá Gricelda y con Yococo
montando a Celedunio.
Comentario crítico:
En mi opinión Montacerdos es una obra maestra desde diversas perspectivas. Por un
lado, en tanto al contenido, sintetiza la realidad de muchas familias extremadamente
pobres durante la época de las barriadas limeñas mediante el abordaje de un único
caso; tratando situaciones del día a día para esta gente, tales como la falta de
alimentos, la ausencia de una vivienda adecuada, la mala higiene, la imposibilidad de
recibir atención médica, la ignorancia, entre otros; sobrecargando por momentos el
relato de tragedia para dar paso a una catarsis mediante momentos de felicidad que
existen aun viviendo en condiciones infrahumanas. Por otro lado, en tanto al estilo,
resalta el uso de un lenguaje coloquial que contiene eufemismos y transmite la
inocencia e ignorancia con la cual una niña narraría una historia; asimismo,
encontramos enumeraciones y asíndeton que le dan un toque apresurado y pausado a
los momentos cumbre de tragedia y de felicidad, aumentando así, aún más, el
contraste entre ellos.
Conclusión:
La obra Montacerdos está ambientada en la época de las barriadas limeñas, donde la
saturación del espacio urbano incrementó los problemas sociales, siendo los más
afectados aquellos que vivían en extrema pobreza y que resultaron aún más
marginados. En la obra, Maruja, una niña, relata la época en la que su familia se instaló
en un barrida y cómo sufrieron por causa del mal trato que recibían de la gente, al
punto de que en una parte del cuanto Maruja menciona que preferiría volver a vivir
bajo la lluvia, tras un quiosco, antes que seguir en una casa en la que, a pesar de vivir
en mejores condiciones, recibía junto a su familia un trato despreciable por parte de la
dueña. Asimismo, es necesario mencionar la maestría con la que Crowell Jara expone
una realidad social de manera sintetizada con un estilo que nos permite identificar los
sentimientos de dolor y fugaz felicidad que se nos presentan en la obra.
Con todo ello en cuenta, recomiendo totalmente el cuento Montacerdos, puesto que
me permitió sumergirme en una realidad peruana que personalmente conocía
vagamente; asimismo, el final trágico con un toque de felicidad te deja cautivado y
vuelve este cuento algo aún más inolvidable.

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