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Evaluación Clínica de los Distintos Trastornos Psicopatológicos

Sustentantes:
Scarling Rivera / 2018-1974

Stacy Sanchez / 2018-0296

María del Rosario Abreu / 2017-2333

Universidad Central del Este (UCE)

Psicología Mención Clínica

Asignatura:

Psicología Clínica II

Docente:

Sunilda Cipion Mateo

Fecha:

10-06-2021

Tema:

Evaluación Clínica de los Distintos Trastornos Psicopatológicos

Evaluación de los Trastornos Efectivos, Conductas Adictivas y Alimentaria.


Evaluación clínica

Los procesos y procedimientos llevados a cabo para evaluar la asistencia sanitaria

profesional y competencias en la aplicación de su área de experiencia en un entorno clínico.

Existen una variedad de métodos desplegados por los administradores de salud y

profesionales para evaluar otros profesionales de la salud o ellos mismos, junto con una

amplia gama de herramientas utilizadas para ayudar en el proceso.

La evaluación clínica es un procedimiento mediante el que los clínicos, utilizando test

psicológicos, así como la observación y las entrevistas, elaboran un resumen de los síntomas y

problemas de su cliente.

Cabe destacar la función menos obvia que es igualmente importante de esta evaluación

previa al tratamiento consiste en establecer la línea de base de diversas funciones

psicológicas, de manera que posteriormente sea posible constatar los eventuales efectos del

tratamiento.

Podemos decir que a partir de esas medidas será posible establecer diversos criterios, que nos

van a permitir establecer el momento en que se considera que la terapia ha logrado su

objetivo.

La evaluación psicológica

Se realiza para detectar síntomas de depresión u otro trastorno, el profesional de la

salud mental te realiza pequeñas preguntas acerca de tus síntomas, pensamientos y patrones.

Trastornos afectivos

Los trastornos afectivos son un conjunto de enfermedades psiquiátricas, también

llamadas trastornos del estado de ánimo. Los principales tipos de trastornos afectivos son la

depresión, el trastorno bipolar y el trastorno de ansiedad.

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¿Cómo podemos diagnosticar un trastorno afectivo?

Lo principal son los síntomas:

 Decaimiento.

 Falta de energía.

 Dormir demasiado.

 Presentar cambios en el apetito.

Pueden ser un factor clave para diagnosticar un trastorno afectivo.

La evaluación se revisa mediante:

 Entrevista.  Observaciones.

 Test psicométricos.  Escalas

 Registros.  Historia clínica.

La depresión se puede medir por el Inventario de Depresión del Dr. Beck

(BDI)

Es probablemente en el ámbito de la psicología el test de depresión más célebre. El

BDI es desde hace mucho tiempo una de las herramientas más utilizadas en psicología para

medir la depresión, con el objetivo inicial de determinar la depresión en diferentes tipos de

grupos de población.

Cuestionario para medir la bipolaridad (MDQ)

Ha sido desarrollado debido a la necesidad de detectar problemas de tipo bipolar. Esta

prueba se realiza en dos partes: primero, una serie de 13 preguntas que evalúan los síntomas

normalmente asociados a problemas bipolares y después dos preguntas sobre la frecuencia de

los síntomas. Los problemas de tipo bipolar son difíciles de diagnosticar y suelen confundirse

con los de una depresión clínica.

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El inventario de situaciones y respuestas de ansiedad (ISRA)

Es un instrumento que puede proporcionar una información muy valiosa cuando

evaluamos un problema de ansiedad. Además, no solo facilita un posible diagnóstico, sino

que además orienta la intervención.

Evaluación de las conductas adictivas

La adicción fue definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1964

como un impulso incontrolable dirigido hacia un objeto determinado, que se repite con un

intervalo de tiempo no demasiado prolongado. Según Fernández (2002) esta definición omite

al elemento sustantivo de la adicción que es la relación de entrega absoluta al objeto, hasta el

punto en que la persona puede dañarse a sí misma o a la sociedad.

En las adicciones patológicas la única facultad psíquica alterada es la voluntad. Dentro

las dos vertientes de la voluntad, la impulsora y la inhibidora, el mecanismo inhibidor deja de

funcionar en la voluntad de los enfermos adictivos. Es decir, existe un desequilibrio en el que

se impone la voluntad impulsora sobre la voluntad inhibidora, naturalmente sólo en lo relativo

al objeto adictivo.

Las conductas adictivas se caracterizan por la capacidad que tienen para producir

gratificación inmediata o alivio de algún malestar. Por esto, es fácil que terminen por generar

dependencia, es decir, un patrón de comportamiento desadaptativo, que conducen a un

deterioro global de la persona. Es decir, las personas adictas pueden convertirse en seres tan

apegados y dependientes a ciertas sustancias y actividades que sus vidas se desequilibran

seriamente.

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Las adicciones se inician como conductas placenteras, pero posteriormente, en un

plazo variable para cada una de ellas, esclavizan al sujeto, que se siente obligado a repetirlas,

a pesar del malestar que le están ocasionando.

Se habla da adicción cuando la conducta adictiva implica tanto al sujeto que conduce a

dependencia. La persona reduce progresivamente su campo de intereses y sus obligaciones, de

manera que la conducta adictiva termina por acaparar su vida. La adicción por definición

implica pérdida de libertad, por lo que tiene carácter pernicioso.

Existen datos específicos que caracterizan la dependencia para cada conducta adictiva,

ya sea a sustancias (drogas) o al resto de comportamientos.

Entre los factores que predisponen a una persona entre las conductas adictivas se

pueden encontrar en las personas (personalidad inmadura, necesidad de buscar sensaciones

intensas, incapacidad para tolerar la frustración y demorar las gratificaciones, ausencia de

proyecto de vida o de valores sólidos, problemas de ansiedad o depresivos, etc.) o bien en el

ambiente o contexto social (falta de alternativas al ocio, marginación, paro, etc.).

Clasificación o tipos de adicción patológica

El sistema clasificatorio básico del conjunto de las adicciones se presenta a

continuación, y ambas clases de adicción se subdividen en dos grupos, atendiendo a la

legalidad o ilegalidad de su elemento de enganche:

1) Adicciones Químicas (con droga):

 Drogas legales.

 Drogas ilegales.

2) Adicciones Sociales (sin droga):

 Actividades legales o lícitas

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 Actividades ilegales

El DSM-V contiene dos amplias categorías Trastornos relacionados con sustancias y

trastornos adictivos.

Los siguientes especificadores y la nota se aplican a los trastornos relacionados con

sustancias y trastornos adictivos en los casos indicados:

a) Especificar si: En remisión inicial, En remisión continuada.

b) Especificar si: En un entorno controlado.

c) Especificar si: Con alteraciones de la percepción.

d) El código CIE-10-MC indica la presencia concurrente de un trastorno de uso

de sustancias moderado o grave, que debe estar presente a fin de aplicar el

código para abstinencia de sustancias.

Entrevista clínica.

El diagnóstico de un trastorno adictivo se realiza, principalmente, mediante la

entrevista clínica con el paciente. Muchas veces en esta entrevista se incluye también a

familiares o personas cercanas que pueden aportar información relevante sobre la persona.

Para confirmar que la persona ha consumido o consume la sustancia se le pregunta sobre su

patrón de uso en relación con la droga, tanto presente como pasado.

Pruebas de laboratorio.

Existen ciertas pruebas de laboratorio que pueden ayudar de cara a confirmar el

consumo de la sustancia como, por ejemplo, el análisis de orina que analiza los restos de la

droga consumida. Esta técnica sirve también para detectar recaídas.

Superar una adicción implica hacer cambios importantes en el estilo de vida que solo

son posibles si la persona afectada decide emprender este proceso. Los tratamientos actuales

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hacen que este proceso de cambio personal se pueda llevar a cabo mejor y de forma más

segura.

Los objetivos del tratamiento son básicamente tres:

1. Mejorar las complicaciones físicas, psicológicas y sociales creadas por la

adicción;

2. Aprender o reaprender a llevar una vida normal sin consumir la droga, y

3. Adquirir estrategias útiles para evitar las recaídas.

Para alcanzar estos objetivos se dispone de tratamientos farmacológicos y

psicológicos.

Tratamiento psicológico

Los tratamientos psicológicos pueden ser tanto individuales como familiares o

grupales. Estos tratamientos buscan el empoderamiento del paciente mediante un abordaje

motivacional y son, generalmente, muy útiles para adquirir habilidades, tanto para evitar

posibles recaídas como para afrontar las circunstancias cotidianas sin usar sustancias

psicoactivas.

Tratamiento farmacológico

Los tratamientos farmacológicos son muy diversos y tienen también objetivos

variados. Hay varias familias de medicamentos que se usan de manera habitual para tratar las

adicciones.

Psicofármacos.

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Es importante reseñar que el consumo de drogas se asocia con mucha frecuencia a

trastornos psíquicos y, por tanto, es muy habitual que en el proceso de recuperación el

paciente tenga que tomar psicofármacos, especialmente antidepresivos.

En cualquier caso, hay que tener muy en cuenta que la base del tratamiento es

psicológica y que los fármacos constituyen un complemento eficaz.

Evaluación de los Trastornos Alimentarios

Los trastornos de la conducta alimentaria son un conjunto de enfermedades

(Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa y Trastornos Alimentarios Generales) que se

caracterizan por una seria alteración en la conducta alimentaria, debido a una excesiva

preocupación por la imagen corporal y a un miedo intenso a subir de peso.

Los cuestionarios auto aplicados y las entrevistas estructuradas son dos de los

principales instrumentos para la evaluación de los trastornos de la conducta alimentaria.

Algunos de los instrumentos que se utilizan para la evaluación de los trastornos

alimentario son: EAT-40, BULIT-R y SCOFF.

Para casos de Anorexia Nerviosa:

1. EAT -40

Es una herramienta creada para ser autoadministrada a través de 40 ítems, diseñada

para evaluar comportamientos anómalos relacionados con los miedos a ganar peso, las

motivaciones para adelgazar o para identificar patrones restrictivos en la alimentación. Existe

una versión abreviada de este mismo cuestionario, el EAT -26 (que también ha demostrado

ser de gran utilidad), es una escala auto aplicable que se utiliza para evaluar el riesgo de

trastornos de la alimentación. Consta de 26 ítems con 5 opciones de respuesta. La aplicación

tanto del EAT -40 como del EAT -26 está dirigida a mayores de 16 años.

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Para casos de Bulimia Nerviosa:

2. BULIT

Es un instrumento que fue diseñado para poder diferenciar entre personas con bulimia

nerviosa, personas sin problemas relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria, y

personas afectadas por otros TCA, con capacidad para diferenciar entre subtipos diagnósticos

de bulimia nerviosa. El cuestionario es una herramienta autoadministrada de 32 ítems, a los

cuales se suman cuatro más que recogen información sobre el uso de laxantes o diuréticos o

amenorrea. Esta herramienta nos ofrece información sobre atracones, vómitos, descontrol en

las comidas, tipo de alimentación y fluctuaciones en el peso.

Para casos de trastorno de la conducta alimentaria en general:

3. SCOFF

Es una breve herramienta que consta de 5 preguntas sobre trastornos de la conducta

alimentaria en general, que pueden ser contestadas con Si/No y que valoran la insatisfacción

corporal, la purga y la pérdida de control de la ingesta. Por la facilidad de su aplicación es una

herramienta excelente para identificar personas en riesgo de sufrir un trastorno de la conducta

alimentaria. La aplicación del SCOFF es a partir de los 11 años.

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Bibliografía

L.V, A. (1999). Evaluación de ansiedad ate exámenes, CAEX. Anales de Psicología/Annals

of Psychology, 15(2).

Rockville Pike, B. (2021. 3 marzo). Evaluación de depresión. Medlineplus.

https://medlineplus.gov/spanish/pruebas-de-laboratorio/evaluacion-de-depresion/

Antoni Gual Solé, (2019, 16 septiembre) Adicciones, Clinic, (s.f.)


https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/adicciones/tratamiento

Michael B. F., (2014) Adicciones, DSM-5 DSM-5. Manual de Diagnóstico Diferencial - Copy.pdf

Gustavo A. Constaín, (2014, 04 septiembre), Escala EAT-26, Pquiatria.com

https://psiquiatria.com/tratamientos/escala-eat-26/

Iñarritu Pérez, (2004, 07, octubre). Instrumentos de evaluación para los trastornos de la

conducta alimentaria, RESPYN Revista Salud Pública Y Nutrición, 5(2).

https://respyn.uanl.mx/index.php/respyn/article/view/128

Anónimo, (2003), Prevención de las conductas alimentarias, IMA Fundación. http://www.f-

ima.org/es/prevencion/la-prevencion-desde-los-centros-sanitarios

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