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En nuestro medio no es posible tener un césped verde durante todo el año utilizando
solo especies megatérmicas. Por ello se recurre, a la práctica de sembrar en el otoño,
semillas de una especie mesotérmica, sobre una megatérmica ya instalada, a fin de
lograr un tapiz verde en el invierno, denominándose a esta operación resiembra.
En la primavera siguiente la megatérmica retomará su crecimiento, mientras la
mesotermica va decreciendo, en un periodo que llamamos de transición, de manera
que en el periodo estival tendremos nuevamente el tapiz conformado sólo por la
especie de verano. En nuestra zona la resiembra se efectúa principalmente sobre
bermudas o kikuyo, utilizando semillas de raigrass annual o perenne. Esta práctica no
se realiza sobre zoysia, gramas ni San Agustín.
El raigrás no tiene posibilidad de volver a cubrir sectores que hayan sido dañados por
lo que los mismos deben ser resembrados luego de que ocurridos los daños, por ello es
conveniente comprar semilla extra para esa tarea. Las canchas de fútbol profesionales
utilizan en general de 800 a 1000 kg en la resiembra otoñal y unos 600 kg más para
reparar daños durante el invierno.
Se necesita una preparación adecuada de la cama de siembra para lograr una buena
implantación. La compactación del suelo, la presencia de broza excesiva o de malezas
dará lugar a una pobre densidad de plantas. La principal causa de fallas en la en la
resiembra es mala preparación de la cama de siembra, la cual no debe comenzar unos
días antes de la fecha prevista de la resiembra; sino meses antes. Si la broza excede los
2 cm, o hay excesiva compactación, es necesario realizar cortes verticales y/o aireado
durante el verano para ayudar a reducirla.
Uno de los errores graves en el manejo del césped es hacer cortes verticales
profundos o aireado en fecha próxima a la resiembra, tratando de preparar un lecho
de siembra. El corte vertical profundo o el aireado en ese momento pueden
promover un rebrote desde los estolones y rizomas de bermuda cortados,
produciendo un gasto de las reservas acumuladas y por ende mayor susceptibilidad al
frío. Se debe comenzar con estas prácticas de manejo durante el verano cuando la
bermuda está creciendo activamente. Debe evitarse la aireación de césped hasta al
menos un mes después de la resiembra, de lo contrario, las plantas surgirán en
manojos de los orificios de aireación en lugar de lograr un nacimiento uniforme. La
aplicación de cobertura (top dressing) de arena o mantillo ayuda a proporcionar un
ambiente adecuado para la implantación, y mejora el contacto suelo-semilla.
Alrededor de un mes antes de la fecha fijada para la resiembra, se debe detener por
completo la fertilización nitrogenada para minimizar el crecimiento de la bermuda
reduciendo así la competencia con el raigrass. De lo contrario, el crecimiento excesivo
de la bermuda podría resultar en un pobre establecimiento de la resiembra.
La cama estará entonces lista para la resiembra. Para distribuir la semilla se lo hace al
voleo sea con maquinarias o manualmente. Se utiliza semilla de raigrass a una
densidad total de 4 a 6 kg de semilla cada 100 mc., aplicada al menos en dos
direcciones cruzadas para obtener una distribución uniforme. Las zonas críticas como
los tee de salida en canchas de golf o las áreas en las de fútbol, pueden necesitar
densidades más altas, mientras que en las zonas periféricas serán suficientes
densidades más bajas. Debe asegurarse que la semilla no quede suspendida en el dosel
del césped sino que se ponga en contacto con el suelo. Después de eso, es conveniente
aplicar una cobertura, de arena o orgánica (compost) para cubrir la semilla y suavizar
las superficies rugosas que quedaron de la operación de la resiembra.
Inicialmente, se debe regar con frecuencia para mantener la cama de siembra con
humedad suficiente que asegure una buena germinación (una vez al día con unos 4mm
de agua). Cuando las plántulas emergen, es conveniente reducir el riego a una vez cada
dos días y, finalmente, en función de las necesidades sólo una o dos veces a la
semana para promover un enraizamiento profundo y evitar el desarrollo de enferme-
dades.
Como hemos dicho si se producen áreas desnudas como consecuencia del juego, u
otros daños se debe resembrar nuevamente. Se pueden pre-germinar las semillas
remojándolas en agua durante 24 horas, mezclándolas luego con arena o mantillo para
distribuirlas mejor. Además de mejorar la calidad, tanto estética como funcional, la
resiembra protege a la bermuda de daños excesivos durante la época invernal.
En el otro periodo crítico, él de la transición de primavera puede ser necesario
intervenir para favorecer el rebrote de la especie de verano y/o frenar el crecimiento
del raigrass, para ello puede ser conveniente hacer cortes bajos o realizar la aplicación
de herbicidas selectivos. Cuando sobreviven algunas plantas se transforman en matas
que resaltan sobre la bermuda y desmerecen el césped y complican el juego. El
raigrass perenne tiene mayor resistencia al calor lo que hace que tenga una transición
más complicada, en este caso, en los campos deportivos, generalmente se recurre al
uso de herbicidas selectivos.