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WACC?
Como se sabe, los flujos de caja relevantes para tomar decisiones son dos:
1. El flujo de caja económico: Constituido por los flujos operativos (ingreso por
ventas, costos de ventas, gastos operativos, otros), los flujos de inversión (activos
tangibles, intangibles y capital de trabajo) y los flujos de liquidación (valor residual o
valor de desecho neto). A partir de ellos se puede obtener el valor actual neto
económico (VANE) y la tasa interna de retorno económica (TIRE).
2. El flujo de caja financiero: Que resulta de agregarle al flujo de caja económico, los
flujos del financiamiento (desembolso del principal, amortizaciones y pago de
intereses). A partir de dicho flujo se obtiene el valor actual neto financiero (VANF) y la
tasa interna de retorno financiero (TIRF).
Cada uno de estos flujos genera diferente información sobre la ganancia esperada del
proyecto. Wong Cam identifica tres tipos de ganancias derivadas de dichos flujos:
1. La ganancia del proyecto mismo, expresada por el VANE, que refleja su capacidad
para crear o generar valor agregado para la empresa. Dicha información es de interés
para la entidad financiera que debe analizar la capacidad de pago de la empresa.
3. La ganancia del inversionista, expresada por el VANF, que refleja las ganancias
derivadas del giro del negocio y las generadas por la financiación.
La pregunta es: ¿Con qué tasa debería descontarse el VANE y con cuál el VANF? La
respuesta nos presenta dos posibilidades: utilizar el costo de oportunidad del
inversionista (COK o Ke), que representa la tasa mínima de rendimiento requerida
para asignar recursos a un proyecto riesgoso, o utilizar el WACC que representa el
costo promedio de las diferentes fuentes de financiamiento utilizadas en un proyecto.
Estas tasas se determinan de acuerdo con las siguientes expresiones:
El caso es distinto cuando el inversionista decide financiar una parte del proyecto. En
tal situación se deben elaborar dos flujos de caja: el flujo de caja económico y el flujo
de caja financiero, necesitándose dos tasas de descuento diferentes para actualizar
dichos flujos, lo cual podrá visualizarse mejor con el siguiente caso hipotético que se
presenta a continuación.
Si observamos la línea del FCE, podemos notar que dichos flujos consideran el total
de la inversión realizada (2,000 u.m.). Dicho monto incluye tanto el aporte de los
inversionistas (60%) como el aporte de terceros (40%). Por lo tanto, dicho flujo de caja
le pertenece a ambos, razón por lo cual debería descontarse a la tasa costo del capital
promedio ponderado WACC.
Si observamos ahora la línea del FCF, puede notarse que de las 2,000 u.m. incluidas
en el FCE, se han restado las 800 correspondientes al aporte de terceros, quedando
un saldo de 1,200 u.m, que representan el aporte neto de los accionistas. Así, el FCF
pertenece al inversionista y debería descontarse a una tasa que refleje su costo de
oportunidad, es decir, al Ke y no al WACC.
El ejemplo nos muestra una forma sencilla de determinar las tasas que se deben
aplicar para actualizar los flujos de caja de un proyecto. Para ello, hay que determinar
únicamente a quién le pertenece cada flujo. Dado que el FCE refleja el aporte del
inversionista y de los acreedores, entonces les pertenece a ambos, por lo cual debería
ser descontado utilizando el WACC; mientras que el FCF refleja solo el aporte del
inversionista, lo cual indica que debería actualizarse utilizando el Ke.