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Enrique Galeana Laurel <<El Indio Camaronero>>

Memorias de El Viejo y la Mar


<< LA OLA CALLADA >>
Primer lugar estatal de cuento corto en el XIII concurso nacional memorias
del viejo y la Mar de la Marina Armada de México.
Enrique Galeana Laurel <<El Indio Camaronero>>

En un paraje de la Costa Grande guerrerense llamado Llano Real del


municipio de Benito Juárez (San Jerónimo) que por lo cierto la historia lo
ubica como el sitio donde desembarcaron toda la maquinaria y demás
material que serviría para la construcción de las fábricas de hilados y tejidos
que se instalarían en las localidades de El Ticui, municipio de Atoyac de
Álvarez Guerrero y Aguas Blancas del municipio de Coyuca de Benítez.
En este mágico lugar vivía don Hermenegildo Palacios Esquivel conocido
viejo lobo de mar y a quién cariñosamente le llaman don Mere. Por las tardes
casi siempre se le veía sentado en un tronco de cocotero haciendo los
menesteres de un pescador, ya sea remendando su atarraya que él decía
que era de cuatro puntas para agarrar puros peces grandes, también
desenredando el espinel, ya que la pesca menor la realizaba en la laguna de
Mitla. Todos los pobladores lo admiraban y lo querían porque era un nombre
trabajador y además muy solidario, con mucho sacrificio adquirió una
pequeña embarcación de fibra de vidrio con un motor fuera de borda para ir
a la pesca del pez vela, dorado o barrilete.
En ocasiones lo acompañaba a pescar a la laguna en su pango, me enseñó
los trucos para poder obtener buena pesca y sobre todo saber bogar.
- Profesor, el remo se debe de agarrar de esta forma -y me mostraba como
hacerlo-. Para bogar derecho lo tienes que meter y jalar con fuerza para que
avance el pango, para ir a la derecha sólo cantea el remo hacia ese lado,
que es igual que para la izquierda y cuando quieras parar se dice llámate,
que es al contrario para avanzar o sea es el freno y esto también esto es
importante porque cuando revisemos el trasmallo o el espinel te diré
<<llámate>> y así lo puedas gobernarlo y podamos revisar y ver si hay algún
pez ganchado. -Mere hizo una pausa-. Pero debes de tener mucho cuidado
porque de un momento a otro se vienen las virazones y te pueden voltear el
pango, cuando veas que eso sucede sin pensarlo dos veces deberás salir a
tierra o a cualquier isla cercana ya ves que hay varias en esta laguna.
Poco a poco fui aprendiendo de las enseñanzas de Mere, después me iba
solo a la laguna y en ocasiones colocaba algunas palapas dentro del agua
para atrapar con mi atarraya unos peces llamados popoyotes y que su carne
es blanca y sabrosa y sobre todo las hueveras que son deliciosas, otras veces
cordeleaba para atrapar unos peces llamados cuatetes, que por lo cierto
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tienen tres espinas muy especiales que si te descuidas y te entierras alguna
de ellas es muy doloroso, además la espina tiene un anticoagulante y por
consejo de los pescadores cuando eso pasa te tienes que pegar varias veces
con la cola del mismo pescado para que se detenga el dolor y el sangrado.

Estaba enamorado de mi trabajo como profesor en la escuela primaria


Joaquín Baranda ubicada en la misma comunidad de Llano Real, pero
también me enamoré al ir a pescar aunque lo hacía sólo por diversión,
desafortunadamente en esta laguna los peces se están agotando por la
pesca inmoderada, muchos pescadores que no tienen conciencia varean el
agua y lo más triste es que colocan sus trasmallos de una o dos puntas entre
los manglares donde los peces van a desovar y ahí fácilmente quedan
atrapados. La laguna está agonizando por la mano del hombre como la
contaminación, los peces endémicos de esta laguna ya casi desaparecieron
ya que por un supuesto desconocimiento metieron un pez depredador
llamado tilapia conocida por los lugareños como carpa y que está acabando
con estas especies, y así poco a poco se está extinguiendo la laguna de Mitla
y sólo está respirando por la poca agua del río Coyuca que la alimenta.
Un día después de impartir mi cátedra pasé por la choza de Mere.
- ¡Profe, profe! ¿cuándo nos metemos al mar a pescar pez vela o algún
dorado?
- Algún día Mere, algún día…
- Mire mi profesor si no quieres entrar en mar abierto por Llano Real o en la
Hacienda de Cabañas te invito a pescar a Acapulco y saldremos de la Playa
Manzanillo que allí no hay problema con los tumbos, en ese lugar tengo un
pariente lanchero llamado Gabino y le dicen El Ventarrón y él a eso se
dedica, porque aquí el mar está muy picado y dicen en las noticias que habrá
mar de fondo y eso complica la pesca y tengo que buscarle y dudo que haya
olas calladas para meterme y yo tengo que subsistir y apoyar a mi familia y a
la gente del barrio.
- La verdad Mere yo soy respetuoso del mar y sobre todo que dicen en las
noticias que muchos salen a pescar y ya no regresan.
- Profesor la mayoría de ellos salen a la pesca del tiburón con palangre y la
verdad se van a muchas millas, olvidan llevar su GPS o su teléfono móvil y
en ocasiones les agarra algún temporal o sus motores no están en buenas
condiciones, mire mi profe, si gustas mañana me voy a Acapulco, así que si
quiere ir nos vamos a las cuatro de la mañana y para más rápido
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atravesaremos por Costa de Plata para salir por la comunidad de El Zapote
y llegar más temprano.
- Está bien Mere mañana me voy contigo, al fin es sábado.
Muy temprano agarramos camino y llegamos a nuestro destino, ya estaba El
Ventarrón con todos los arreos para la pesca, ese día llovía a cantaros, Mere
se le acercó a un viejo pescador llamado Silvino que sentado en cuclillas
observaba el horizonte.
- ¿Cómo vez el temporal primo hermano?
- No tengan miedo, no hay aire así que se pueden ir para fuera - de inmediato
le pregunté a Mere.

- ¿Qué quiere decir el señor con eso de <<para afuera>>?


- Mi profe es un término que utilizamos los pescadores para adentrarnos al
mar.
- Está bien –dije.
Gabino encendió el motor y empezamos a navegar, la lluvia ya sólo era un
pequeño chipi chipi o pringa como le decimos en la costa, atravesamos las
primeras olas, luego pasamos por la piedra de El Elefante y dejamos la bahía,
y de inmediato ingresamos a mar abierto.
- Prepárense -dijo El Ventarrón- ya estamos llegando a la línea donde se
divide el agua verde y el agua azul y es ahí donde está el pez vela o el dorado.
- Profesor, ten esta cuerda, es cero ochenta, es delgada pero resistente y ya
tiene en el anzuelo la carnada, es un pescado llamado lisa, y si sientes que
te empiezan a jalar la cuerda suéltale y empieza a contar mentalmente hasta
diez segundos, que es el tiempo para que un pez vela o un dorado se trague
la carnada y quede ganchado al anzuelo y le des el tirón, así de fácil.
Al estar dándome las instrucciones de momento sentí un tirón muy fuerte,
Gabino puso el motor en neutral.
- Jálale con confianza seguro es un barrilete ya que no está peleando y no
jala cuerda y cuando menos ya tendremos para comer o para carnada –dijo
Gabino.
Todo marchaba bien hasta que se escuchó un ruido medio extraño en el
motor y de un momento a otro que se apagó. Gabino de inmediato destapó
el motor, limpio la bujía e hizo un bombeo de gasolina, pero el motor estaba
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muerto y así poco a poco nos fue arrastrando la corriente, para eso ya eran
como las dos de la tarde, tiempo en que deberíamos regresar, pero
seguíamos a la deriva, aunque llevamos dos remos no podíamos impedirlo.
A lo lejos apareció un pequeño yate con el nombre SKY BLUE y Gabino le
hizo señas, el yate se acercó a nosotros.
- Compa estamos torcidos ¿nos puede remolcar?
Los turistas que iban a bordo le dijeron al capitán del yate <<te pagamos para
pescar y no para andar remolcando>>, el capitán nos dijo que llamaría a la
marina o alguien que anduviera cerca y que trajera radio, yo me quería hacer
el valiente pero estaba un poco asustado pero no lo daba a demostrar, a eso
de las cuatro de la tarde vimos un bote de la Marina Armada de México, se
nos acercó y alguien dio la orden de que nos amarraran a la popa, un
marinero revisó el motor y casi de inmediato lo hizo arrancar.
– ¡Listo mi comandante! –gritó el marinero y nos instruyó para que saliéramos
y ellos nos vendrían escoltando.
Así llegamos a tierra firme, los pescadores de la cooperativa ya estaban
preocupados porque hay una norma donde se tiene que llegar a tierra a una
hora determinada, Gabino les contó lo ocurrido, el presidente de la
cooperativa dijo que al día siguiente iría a la Capitanía de Puerto para reportar
al capitán del yate.
Nos dieron de comer pez vela y me dije <<no vuelvo a meterme al mar,
todavía estoy asustado>>, pero pasó el tiempo y una tarde nuevamente al
pasar por la cabañita de Mere este me invitó a comer un pescado llamado
jurel con tortillas payanadas y una salsa hecha en molcajete sin faltar la
morisqueta, a media comida me dijo:
- ¡Profe, profe!, ¿cuándo nos metemos a pescar pez vela?, ahorita el mar
aquí en Llano Real está muy bien, no hay marejadas y si quiere el sábado
voy a entrar con mi amigo El Clavo, vamos en su lancha que es más grande
que la mía.
A las seis de la mañana ya estábamos en la lancha, y ahí estaba un amigo
conocedor del mar al que le decían el Rock and Roll.
- Está un poco cruzado el mar y te vas todo a la derecha –le decía a el Clavo
quien lo escuchaba y a la vez observaba los tumbos y esperaba la llamada
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Ola Callada (se dice entre los pescadores que es una ola que no es muy
peligrosa, ni intensa y te permite zarpar).
De pronto el Clavo arrancó, con gran fuerza la lancha atravesaba algunos
tumbos un poco grandes, yo sentía como nos despegábamos del agua hasta
que logramos pasar y por fin llegamos a un mar en calma, ellos llevaban su
caña de pescar y a mí me dieron una cuerda ya preparada, con nosotros iba
un muchacho joven a quien en su barrio de La Hacienda de Cabañas lo
conocían como El Siete Vidas, un experto pescador a pesar de su corta edad.
Todos ya teníamos las cuerdas dentro del mar, de momento la cuerda del
Siete Vidas empezó a correr, cuerda y más cuerda mientras nosotros
sacábamos las nuestras para que él pudiera maniobrar su pez.
- Creo que se soltó, no siento nada en la cuerda -pero no dejaba de jalar
hasta que vimos un color plateado que se asomaba entre las aguas <<ya
viene dado>>.
El pescado traía el anzuelo ganchado entre la boca y un ojo, El Siete Vidas
quiso agarrarlo pero el pez vela dio un giro y le clavó el pico en el antebrazo
izquierdo y le empezó a sangrar, la hemorragia no paraba y aun así sacó al
pez. Mere le echó en la herida una tintura desinfectante de color rojizo y con
un pedazo de playera le hizo un pequeño torniquete.
El Clavo dijo que teníamos que salir por la herida del muchacho, y este
contestó <<Hay que seguir, esto no es nada>>.
De inmediato volvimos a tirar nuestras cuerdas, por suerte la mía empezó a
correr muy fuerte.
- Ese si debe estar grande, como unos treinta kilos -dijo el Clavo mientras
tanto yo contaba mentalmente y al llegar a número diez que le doy el tirón y
vimos como el pez vela salió del agua girando.
- ¡Esa es hembra! así se defienden cuando están ganchadas –gritó Mere.
Poco a poco y con los consejos de Mere fui trabajando al pez, había
momentos que este me jalaba más cuerda y se la soltaba, no se fuera a
reventar, con cada maniobra la cuerda se hundía más y más en la piel de mis
manos y me hacía pequeñas cortadas una y otra vez, por mi falta de
experiencia duré más de una hora para sacar al pez vela del agua, ya cerca
de la lancha Mere le agarró el pico y el Clavo le dio con un garrote en la
cabeza para matarlo, lo subieron de inmediato a la embarcación.
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Mere con su vasto conocimiento del mar nos alertó que había muchos peces
voladores, pero de repente y de la nada empezaron a salir tiburones,
tintoreras, dorados y otros peces y vimos como del mar salía un borbollón
que se alzaba como a cinco metros, el agua se iba poniendo entre café y
negra y ensanchándose cada vez más y más rápido
- Esto no se ve nada bien, algo pasó en el fondo del mar, hay que salir –nos
dijo el Clavo mientras cambiaba de rumbo.
Yo tenía mis manos bien cortadas donde la cuerda se me enterró, pero me
preocupaba más la salida a tierra firme, el Clavo no despegaba la vista de los
tumbos hasta que él sentía que la ola callada se acercaba.
- ¡Agárrense bien! -nos advirtió y entonces aceleró muy rápido y en un
santiamén pasamos las reventazones hasta llegar a la orilla y ahí ya estaba
el Rock and Roll para ayudarnos a jalar la lancha a tierra con apoyo de
troncos de cocotero.
Ya en la cabaña de Mere su esposa nos dijo.
- De seguro ustedes no sintieron pero hizo un temblor muy fuerte -y nos
regresamos a ver <<eso fue lo que pasó en el mar>>.
Mientras platicábamos al el Siete Vidas le hacían algunas curaciones con
hojas de paulillo y yo también alcancé del agua y de la tintura desinfectante
que al colocármela me ardían las heridas, mientras tanto los pescados eran
destazados y cocinados, entonces empezamos a degustarlo bien frito junto
con las hueveras, pero lo que me extrañaba era que el Siete Vida, Mere, el
Clavo y el Rock and- Roll no dejaban de reír, me volteaban a ver y de nuevo
esa risa sarcástica, hasta que les pregunté.
- ¿Zancas de que se ríen?
- De nada mi profe -contestó Mere, pero yo me quedé mirándolos-. Bueno
está bien, es que esa cuerda que le dimos a usted se llama <<cuerda de
castigo>> y se la damos a los primerizos para que cuando entren a la pesca
del pez vela sientan el rigor del pescador, pero ya pasaste la prueba, además
no te mareaste lo cual ya es ganancia.
Un día entre plática y plática con Mere le dije.
- Oyes zanca ¿y por qué en lugar de llevar el pescado a vender a los barrios
no haces una enramada y vendes de comer?
Enrique Galeana Laurel <<El Indio Camaronero>>
- No es mala idea -y así dándole la espalda al sol chaponó en uno de sus
predios y fue así que ese hombre honesto y trabajador empezó a fincar el
porvenir para su familia.

Por cuestiones del receso escolar duré como un mes sin irlo a visitar y cuando
volví me encontré con una bonita enramada y en un pedazo de tabla pintada
con brocha en letras rojas se leía Enramada ERENDIDA, en honor a su hija.

 Laguna de Mitla: Cuerpo de agua con una extensión ochenta kilómetros


cuadrados, inicia en el municipio de Acapulco de Juárez (Pie de la Cuesta),
atraviesa el municipio de Coyuca de Benítez y termina en el municipio de
Benito Juárez (San Jerónimo)
 Atarraya: Red redonda para pescar en poca profundidad.
 Trasmallo: Arte de pesca formado por tres redes, una central más tupida y
dos exteriores superpuestas.
 Espinel: Palangre de ramales cortos y cordel grueso.
 Palangre: Cuerda grande de donde penden más cuerdas con carnada para
tiburones.
 Pango: Canoa hecha de madera.
 Virazones: Viento que en las costas sopla del mar a la tierra durante el día o
por la noche.
 Cantear: Hacerlo por un borde del remo.
 Llámate: Guerrerismo que se usa entre los pescadores para detener un
pango.
 Zanca: Guerrerismo que significa amigo y que se utiliza a lo largo de la Costa
Grande.
 Definiciones tomadas de la web Wikipedia.

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