Está en la página 1de 304

TOLEDOOLVIDADO

EDUARDO SÁNCHEZ BUTRAGUEÑO


Eduardo Alejandro Sánchez Butragueño
(Toledo, 1977)

Es un recopilador incansable de cualquier fotografía en la


que aparezca Toledo. Atraído desde niño por todo lo relacio-
nado con su ciudad, emprendió en febrero de 2008 el pro-
yecto Toledo Olvidado, un blog divulgativo del legado
fotográfico toledano sin ánimo de lucro. En mayo de 2012 de-
cidió recurrir al micromecenazgo para editar un libro que in-
cluyera lo mejor de sus investigaciones. Gracias a más de
600 mecenas ha sido capaz de publicar este libro sin ninguna
otra fuente de financiación. El 16 de noviembre de ese año el
blog recibió el premio de la Real Fundación de Toledo. Ca-
sado y padre de dos hijos, es Licenciado en Ciencias Ambien-
tales e Ingeniero Técnico Agrícola.

Selección de fotografías y autor de los textos: Eduardo Sánchez Butragueño

Diseño y maquetación: dbcomunicación

© de la edición: dbcomunicación / Eduardo Sánchez Butragueño


© de las imágenes: sus autores y propietarios legales
© de los textos: Eduardo Sánchez Butragueño

La editorial ha hecho todo lo posible por encontrar a los propietarios de los copyrights y
pide disculpas por cualquier error u omisión que haya podido cometer inadvertidamente.
Esta publicación no puede ser reproducida ni total ni parcialmente, ni registrada, ni transmitida
de ninguna forma ni por ningún medio sin el permiso previo y por escrito de dbcomunicación.
TOLEDOOLVIDADO
EDUARDO SÁNCHEZ BUTRAGUEÑO

db
No hay nada como Toledo –si uno se abandona a su influjo–
que dé una imagen tan elevada de lo suprasensible;
las cosas tienen allí una intensidad que no es común,
y que no es visible a diario: la intensidad de una aparición.

Rainer Maria Rilke / Nota escrita en su diario el 14 de enero de 1913

A Ana, el motor de mi vida, por su paciencia y cariño.


A mis hijos, por dar sentido a todo.
A mis padres, por enseñarme a amar sin esperar nada a cambio.
A mis hermanos, por ser siempre mi apoyo.
Este libro se ha financiado exclusivamente con las aportaciones de los mecenas que a continuación se relacionan:

Mecenas de honor por su especial aportación económica:


Ana Corral Estévez / Ana de Mesa / Antonio Moreno-Manzanaro Martín / Antonio Vivero / Baker Tilly / Carlos Romo
Domínguez / Carmen Sánchez Candelas / Cristina Estévez Pérez e Israel Peces Espinosa / Culturígono / Daniel
Martín Carpio / Darío Rodríguez-Madridejos / Diego Esteban / Eduardo Butragueño Cerviño / Emilio Díaz Ruiz y Mª
Dolores López Delgado / Enrique Balmaseda / Enrique Díaz-Alejo Valverde / Estefanía Aguado / Esther García y
Álvaro Llamas / Eutimio García y Elena Ledesma / Eva Corral, Justo Corral y Ana Estévez / Familia Jou-García /
Fernando Sanz García / Guillermo Esteban Ortega y Pepi Pastor Huerta / Ignacio Vinuesa y María José Gutiérrez
Avís / Javier Felage / Jesús Carrobles / John Fyfe / José Carlos Sánchez/Anframa S.A. / José Ignacio Sánchez
Butragueño y Carolina Justribó / José Luis Corral y Soledad Martín / José Luis García González / José María Moreno
Santiago / Juan Aguado Martín / Juan Antonio Fernández Rivero / Juan Ignacio de Mesa Ruiz / Juan Luis Alonso
Oliva (Leyendas de Toledo) / Julián Baños / Julián Heredero Sánchez / Julio Alguacil / Mª Carmen Sánchez
Butragueño y Juan Antonio Hernández Soriano / Mª Rosa Corral, Juan Romero y Rosa Romero / Mariano / Óscar
Berrocoso Pintado / Paco Pastor y Milagros Moreno / Pedro Liñán de Riaza / Pedro Miguel García del Rincón Luján
/ Rebeca Sánchez / Ricardo López Ruiz / Ricardo Sánchez Butragueño y Milagros Pastor / Ricardo Sánchez
Candelas y Mary Carmen Butragueño Cerviño / Sagrario Butragueño Cerviño / Vicente Sendra Castañer.

Mecenas:
Adolfo de Mingo / Afonso Loureiro / Agustín Moreno y Mercedes Garrido / Agustín Ruiz Martin-Delgado / Ainhoa
Sánchez / Alberto Sierra Pantoja / Alejandra Rodríguez Campos y Juan Carlos Nogales García / Alfonso Báez
Rodríguez / Alfonso Cuesta Pacheco / Alfonso Sánchez-Beato Suárez / Alfonso Soto Martín / Alfredo López-Rey
Martín / Alicia Sánchez y Álvaro Palacios / Almudena Urdanivia Gómez y Alberto Mora Peces / Álvaro Aguado /
Álvaro Ortiz / Ana Corregel / Ana Díaz Cuesta / Ana Isabel Prieto Alonso / Ana Partearroyo / Anastasio Bermejo
Fernández y Arantxa Bermejo Cogolludo / Andrés Díez Herrero / Andrés Sánchez Sanguino y Pablo Sanguino
Arellano / Ángel Arroba Canorea / Ángel Dios Cáceres / Ángel Dorado Badillo / Ángel Ercilla / Ángel Luis Huete
Martín / Ángel Mª Torres Fernández de Sevilla / Ángel Moreno / Ángel Velasco García / Ángela Conde / Ángeles
Felaje Rodríguez / Angelines Rey / Àngels del Cojo i Roldán / Ansolerman / Antonio Casado Poyales y María Teresa
González Mozos / Antonio Fernández Maroto / Antonio Javier Rodríguez Gauyac / Antonio Obeo / Antonio Rosell /
Araceli Fyfe / Arturo Gutiérrez Santos / Atareada / Augusto Alameda / Aurelio Gómez Castro / Aurora Avilés / Basilio
Montalvo Gómez de Agüero / Bea Arrogante / Beatriz García Iglesias / Beatriz Roig / Begoña Sevilla y Alfonso
Rebolleda / Berni Sáez y Vanesa Díez / Blas Fernández Sánchez / Boro / Braulio Sastre Jala y José Mª Hernández
Andreu / Cae / Carlos Barcina Martín / Carlos Corral y Beatriz Aragón / Carlos del Moral / Carlos Fco. Ballesteros /
Carlos González Villasante / Carlos Más Rodríguez / Carlos y sus padres Santiago y Teresa / Carme Nogueira /
Carmen Paola Garrido Santos y José Antonio Sánchez de la Fuente Sastre / Carmen Peces Gómez y Fernando Ruiz
Cristina / Celedonio Morales Gutiérrez / Chanchi / Chary Martín-Corral Hernández y José Manuel Martín-Corral
Hernández / Chevi / Chico Arroyo / Chus Lara / Chusa Bargas / Cris y Lola / Cristina Cano Gómez / Cristina del Hierro
Tello / Daniel Braojos y Carolina Martínez / Daniel Santos / Daniela Vernon / David Blázquez / David Cruz y Ana
Raigal / David Gamero Poveda / David García-Castro Díaz / David Gómez / David Pérez / David Utrilla / Dholgadom
/ Editorial Celya / Eduardo Salas / Elsa Calderón y Miguel Morillo / Encarnita Morejón / Enrique García Gómez /
Enrique Gómez Pérez-Grueso / Enrique Martín / Enrique Rodríguez y Lucía Rodríguez / Enrique Viñuales Guillén
/ Esther Moreno Fernández y Pedro Manuel Soriano Galán / Familia Pérez-Higueras Mencía / Fátima Torres / Fco.
José Sánchez Pérez / Félix Ortega / Félix Romero Cañizares y Mar Arjona María / Félix Toledano Barbero y Sagrario
Sánchez Rodríguez / Fernando Díez Moreno / Fernando Moreno Serrano / Fernando Navarro / Ferrán Cases / Fitz
/ Foro Toletho / Francisco Bermejo Fernández / Francisco Calvo Cirujano / Francisco de la Torre de la Vega /
Francisco García Martín / Francisco Javier Muñoz Fernández / Francisco Minaya Barreda / Francisco Navamuel /
Francisco Villacampa García e Ismael Villacampa García / Frankstone / Gabriel Ledesma / Gabriel Márquez Molina
/ Geles Martínez / Ginés / Gloria Garrido Ganso / Gloria Gila Pérez y a Juan José Balmaseda Estévez / Goyombs
/ Gregorio Ancos / Gregorio Barbero Sánchez / Gregorio Pérez Saavedra / Guadalupe Álvarez del Viejo / Gustavo
Martín García-Ochoa / Gustavo Moreno Rodríguez / Harrisein / Hugo Ruiz Pos y Emily Muñoz / I.R.F. / Ignacio
Infantes e Isabel Román / Ignacio Salamanca y Ángeles Sánchez-Herrera / Ina Martín / Inma Aguado / Inmaculada
Santos / Iñaki Blázquez Sánchez / Irene Infantes / Irene Tello Ortega y Rafael Tello Ortega / Isabel Nodal / Isabel
Ruiz de los Paños / Isabel Vernon / Jacinto Ruiz / Jaime Lorente Pulgar / Jaime Moraleda / Javier Esquinas / Javier
G. A. / Javier López Alonso / Javier Martínez / Javier Mateo / Javier Mateo Rodríguez / Javier Pantoja / Javier
Rodríguez del Viso / Jero Romero / Jesalma / Jesús del Verbo / Jesús Fernández Gamero / Jesús Fernández
Sánchez / Jesús Lillo González / Jesús María Pérez Moreno / Jesús Sánchez de Haro / Jesús Torija / Joan Gonper
/ Jorge Benayas / Jorge De la Fuente / Jorge Díez / Jorge García Garci / José A. Fernández García / José Antonio
Aparicio Torres / José Antonio Torres Pérez / José Carlos Moro Maroto / Jose Carlos Palencia Sánchez / José Emilio
Berrocoso Perezagua / José Luis Alía Rodríguez-Morcillo y Ana María Alía Rodríguez-Morcillo / José Luis Ávila
Ibáñez / José Luis de la Vega Romero / José Luis García Fernández / Jose Luis García López / José Luis Isabel /
José Luis Moraleda Illán / José Luis Nares Herrera / José Luis Pérez López / José Marcos Centeno / José María
Marco / José Toboso Lara y Ana Olivares Tomás / José-María Moreno García / Josu Aramberri / Juan Carlos Mencía
Gutiérrez / Juan Carlos Pantoja Rivero / Juan Carlos Rodríguez Gómez / Juan Carlos Sánchez Calvo y Diego
Camino Sánchez / Juan Encinas / Juan José Fernández Delgado e Irena Ochlewska / Juan López-Jamar del Castillo
/ Juan Marblaz / Juan Pedro / Juani y Dani / Julián García Sanz / Julián Lozano / Julio Iván Rubio Gómez / Justo
Monroy Escalona / Kászon Kovács / Laia Mañes Merino / Lola Uzábal Martín e Isidro Sánchez Sánchez / Lorenzo
Galerón y Mª Jesús Ibáñez / Lubala / Lucía Calvo Martín / Luciano Peinado Recas y Miguel Ángel Peinado
Valdominos / Luis Araujo Arias / Luis Balmaseda Muncharaz / Luis Cardeña Gálvez / Luis Gómez-Lanza / Luis
Jiménez Villanueva y Leonor Jiménez de Guzmán / Luis Manuel Garcia Ortega / Luis Martín de Vidales / Luis
Meseguer / Luis Miguel Serrano / Luis Moreno / Luis Navas Puebla / Luis Pintado Camino y Jesús Sánchez Muñoz
/ Luisa Conde / Mª Ángeles del Moral Esteban y Samuel Redondo García / Mª Carmen Chillo / Mª Carmen Higuera
Ramos e Isabel Fernández Higuera / Mª Carmen Martín Molero / Mª Cristina Orgaz Ricas y Juan Carlos Ramos
Cuesta / Macarena Romera / Manuel López Castro / Manuel Palencia / Manuel Román / Manuel Vinuesa Jiménez
/ Manuel Vinuesa Lope y Alicia Jiménez Durán / Manuela Luque y Rebeca Romero / Mar Santamaría / María del
Carmen López Benito y Manuel Enrique Ruiz Gómez / María Hijón Dávila y Chevi / María Jesús Barrero Díaz y HB
/ María José Muñoz / María Montero / María Paz Busto / María Rosa Baez Rodríguez / Mariano Asensio / Mariano
Calvo / Mariano Garcia / Mariano González Pérez / Mariano Magán / Maribel Pérez del Pino / Marisa Martínez
Moreno / Maroto de Dios / Marta Díaz de la Cuerda / Marta Izquierdo Ramos / Marta Muñoz Puebla y Sagrario
Puebla García / Martina Felage Alonso y Familia Alonso Jiménez / Mercedes Barbero Santiago, Diana y Adrián
Ruiz de los Paños Barbero / Mercedes Blanco / Mercedes de Paz / Mercedes Pinel / Miguel Ángel González Tosca
/ Miguel Lara / Miguel Larriba / Miriam González / Msoleil_28 / Naboz / Nacho del Cerro / Nacho Esteban-Infantes
/ Nacho Lozano / Nano Moreno / Natalia Vernon / Nieves Ruiz de los Paños y Javier López Peñalver / Nuria / Nuria
Martín / Nuria Rodríguez Fariñas / Óscar Gómez Fernández / Óscar Nodal / Pablo López Ortiz / Pablo Redondo
Pérez / Paco Márquez / Pantcaser / Pascual Lloret y Olga Mora / Patricia Ballesteros y Tomás Ballesteros Gómez
/ Patricia Wood / Paul Simón / Pedro Barbé y Esther Navarro / Pedro Cañas Palenque / Pedro José Saavedra
Balsalobre / Pedro Salvador / Pedrulo / Pelícano del Tajo / Pepa Remedios / Pepe Castro / Pepe Martín Ruiz / Pilar
Martín Andino / Pilar Rubio / Pilar Tormo / Pipi / Pp.Aguado / Prado Núñez / Raddle / Rafael Perezagua / Ramiro
Moreno / Ramón Conde Olasagasti / Ramón Muñoz Raskin / Raquel Burgos Plaza / Raquel del Olmo y Stephan
Mondry / Raquel González Martín / Raquel López de Armentia Uriarte / Raúl Rivera Maldonado / Reimonalbert /
Ricardo Alguacil, Ángel Alguacil y Ernesto Martín / Rigalita / Robert John Tappan / Roberto Delgado Gallego y
Cristina Sanchez-Heredero Jiménez / Roberto Gutiérrez López / Roberto Torres Benito / Rodrigo de la Fuente Martín
y Juan Manuel de la Fuente / Rodrigo Garcinuño / Roherva79 / Rosa del Carmen Rodríguez Martín-Doimeadios /
Rosa Herrera / Rosa Mª Banegas Ferreiro y David Díaz Carretero / Rosemarie Kibitlewski / Familia Romero Hernández
/ Rubén Alonso Mateos / Rubén Gómez-Lanza Blas / Sagrario Ruiz Ramírez / Salvador / Santi Llobet / Santiago
Cabañas / Sara García y Rafael Caballero / Sara Ortega Tardío / Sechu / Señor Mojama / Silvia Nieto y Eduardo
Palenzuela / Silvia Quiñones Bellón / Soledad Tante Agudo / Sonia S-H.P / Teresa Jiménez Robledo / Tim Vernon /
Tom Miller / Tomás Palencia García / Valentín de la Fuente / Valle Gálvez Aguiló / Valle Sánchez / Vekia / Vibarsan /
Víctor Duro Sánchez-Horneros y Pilar Merino Parra / Víctor Girona Hernández / Víctor Guerrero Morales / Víctor M.
Viñuales Guillén y Ángela Viñuales Guillén / Víctor Sánchez Infantes / Yolanda García Díaz y Andrés Romero García.

Agradecimientos:
A Josu Mezo por animarme a crear el blog. A Álvaro Pantoja por alentarme a utilizar el micromecenazgo. A Jero
Romero por instruirme eficazmente sobre esta vía de financiación. A las decenas de personas que durante estos
años me han facilitado pistas para la localización de fotografías de Toledo a lo largo del mundo. A todos aquellos
que han cedido desinteresadamente imágenes de sus archivos familiares y personales. A John Fyfe por su infinita
generosidad y amor por Toledo. A Carlos Teixidor por los valiosos datos aportados en la datación de fotografías. A
Carlos Sánchez por permitirnos redescubrir la Puerta de San Ildefonso. A Francisco de la Torre y Laura Valeriano
por su constante ayuda. A Pedro Liñán de Riaza, por su inmensa sabiduría sobre Toledo y por demostrarme que
no es necesario conocer a alguien para admirarle. A Javier Felage, por tantas cosas. A Pilar Regueira Fernández
por permitir divulgar el increíble legado de José Regueira. A Lorenzo Andrinal por la enorme labor recuperadora de
la obra de su genial abuelo Pedro Román. A Luis Alba, por la valiosa información y fotografías aportadas, y por dedicar
su vida a recopilar documentos y objetos relacionados con Toledo. A los que me pusieron trabas, pues no hicieron
sino motivarme aún más.

A las siguientes instituciones y entidades por la cesión gratuita de fotografías para este libro:
Diputación de Toledo (Archivo y Centro de Estudios Juan de Mariana) / Fototeca del diario ABC / Arzobispado de
Toledo / Institut Cartogràfic de Catalunya / Cátedra Demetrio Ribes UVEG-CITMA / Fundación Ortega-Marañón /
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha de la UCLM.
¿Por qué este libro?
Como probablemente el lector ya sepa, este libro es el fruto del trabajo desarrollado desde febrero de
2008 en mi blog Toledo Olvidado. Todo comenzó de la manera más inocente después de recibir de manos
de una compañera un disco con cientos de fotografías antiguas de Toledo, la mayoría de las cuales
tenía ya en viejos libros en mi casa o en casa de mis padres. Era la típica recopilación hecha sin de-
masiado esmero, sin comentario alguno y con las imágenes dispuestas en una sola carpeta con nom-
bres de archivo totalmente aleatorios y sin ningún orden.

“Toma Edu, esto te va a gustar”, me dijo Rita –que así se llama mi entonces compañera de trabajo–.
“Ya sabes que como yo no soy de Toledo apenas reconozco ningún lugar en las fotos que he mi-
rado, pero seguro que tú le sacas partido”. Tomé el disco y lo abrí en casa. Lo puse en modo pre-
sentación y me quedé un buen rato viendo aquellas fotos. Y comencé a pensar que tal vez no fuese
mala idea que la gente conociera un poco más Toledo y su historia a través de la fotografía. Pensé
que era curioso que nadie hubiese hecho hasta entonces un mínimo esfuerzo en divulgar por me-
dios digitales ese enorme legado que desde niño me fascinaba. Había pasado horas y horas en mi
infancia hojeando –y ojeando– viejos libros de fotografías de Toledo. Mi preferido era uno en inglés,
comprado por mi abuelo Eduardo Butragueño Bueno en Londres titulado Toledo, an historical and
descriptive account of the «City of Generations», escrito por Albert F. Calvert a comienzos del siglo
XX y que contenía más de 500 fotografías. Siempre me atrajo ese libro y lo que significaba: el cariño
que mi abuelo –al que nunca conocí y al cual debo mi nombre– siempre profesó por su ciudad en
sus viajes por todo el mundo como capitán de enormes barcos mercantes. A menudo pensaba lo cu-
rioso que resultaba que ese precioso libro lleno de fotografías y textos estuviera editado en Inglate-
rra y no en España. Comencé a comprender que había tenido la suerte de nacer y vivir en una ciudad
que ha maravillado al mundo desde tiempo inmemorial, una ciudad que marca de por vida y que co-
nocerla es sinónimo de amarla.

Mi otro libro preferido era uno dedicado a Casiano Alguacil que en los años ochenta había editado el
Ayuntamiento de Toledo y uno de cuyos ejemplares, arrugado y con eterno olor a humedad, había
rescatado mi padre Ricardo Sánchez Candelas en su etapa de concejal en uno de los torreones del
consistorio lleno de goteras que habían arruinado casi todos los ejemplares del libro que se encon-
traban allí arrumbados y olvidados. Debió ser lo único que sacara mi padre de modo poco legal en su
etapa política, antes de darnos a todos la gran lección de nuestras vidas haciéndonos ver que la dig-
nidad y la conciencia tranquila son el mayor patrimonio que una persona puede poseer.

Ese libro con fotografías de Alguacil me encantaba, precisamente por lo opuesto que se encontraba
al otro libro que antes comentaba. Si aquel me maravillaba por hacerme comprender la atracción mun-
dial de Toledo, este lo hacía por mostrar cómo la ciudad fue la musa capaz de sacar lo mejor de un
humilde carpintero de un pequeño pueblo de los Montes de Toledo como Mazarambroz, hasta con-
vertirlo en uno de los mejores fotógrafos de la historia de España. De hecho, en el libro de A. F. Calvert
están incluidas decenas de fotografías de Alguacil. De Mazarambroz a Londres, pasando por Toledo.
O mejor aún, a través de Toledo.
Leyendo estos y otros libros antiguos que versaban sobre la ciudad comencé a entender que To-
ledo podía y debía interpretarse en clave mundial y que sólo así se la podría comprender y amar
de un modo más completo, holístico, sin absurdos provincianismos. Aquellos dos libros resu-
mían ese viaje de ida y vuelta: por increíble que parezca es probable que las primeras fotografías
de Alguacil que mi abuelo contempló fuesen las del libro de Calvert comprado en aquel mercado
de Londres en 1956.

Esa manera de aprender a amar Toledo es la que nunca decepciona. Es una puerta abierta al
mundo y a la historia. Al igual que hiciera Alguacil, que pudo ver sus fotos editadas en Londres gra-
cias a Toledo, o mi propio abuelo, que aprendió a navegar en el Tajo en barcas que él mismo cons-
truía y que terminó surcando los mares por el mundo entero, Toledo permite emprender –o concluir,
como le pasara al Greco– mil viajes. Es una ciudad iniciática en toda la extensión de la palabra.

Por eso cuando aquella noche me planteé comenzar a divulgar las fotografías que había atesorado du-
rante toda mi vida en esos libros y en otros muchos que ya formaban parte de mi biblioteca, tenía claro
que dicha divulgación no podía limitarse a agrupar las fotografías en una proyección de diapositivas
sino que había que contextualizarlas y explicarlas, pues de otro modo nunca se comprendería en toda
su dimensión lo que esas imágenes permitían ver.

Empecé a enviar por correo electrónico algunas de esas fotografías comentadas a un grupo de amigos
de lo más variopinto a los que les unía el interés por lo toledano. Toledo Olvidado, Semana 1 fue el título
o asunto de ese primer correo, al que siguió una decena más. Hasta que un día Josu Mezo, uno de los
destinatarios y creador del blog de referencia Malaprensa me propuso la idea de convertir ese envío se-
manal privado en un blog abierto a todo el mundo. La idea me gustó y me puse manos a la obra. Sin ape-
nas conocimientos previos sobre lo que un blog conlleva, en pocos días había creado la plantilla y los
accesorios principales. De este modo, en febrero de 2008 nacía Toledo Olvidado como blog. Las prime-
ras entradas fueron los anteriores envíos por correo reconvertidos al formato del blog, por lo que –como
puede comprobarse– son pequeños grupos de imágenes más o menos curiosas y sin demasiado trabajo
documental que las respaldara.

Poco a poco comenzó a suceder lo que nunca imaginé: el contador del blog empezó a crecer de
modo sorprendente, así como los comentarios en las entradas –una de las señas de identidad del
blog, que siempre concebí como lugar de encuentro y discusión civilizada sobre temáticas toledanas–
lo cual me ilusionaba y motivaba sobremanera aunque también me obligaba en cierto modo a traba-
jar más cada entrada.

Me planteé entonces enfocar las entradas en torno a tres pilares fundamentales: monumentos y luga-
res de interés, autores destacados de las fotografías y personajes o acontecimientos relevantes retra-
tados en la ciudad. Cada nueva entrada era para mí –y lo sigue siendo, pues el libro no supone la
muerte del blog– un reto que me hacía profundizar cada vez más en los contenidos. Siempre tuve claro
que los textos debían ser lo suficientemente extensos como para permitir contemplar las imágenes
con una información completa, documentada y veraz que aportara al lector un plus de interés, pero a
la vez tenían que ser breves para no robar el protagonismo a las fotografías que son la razón de ser
del blog. Cansado de encontrar en la red y en muchos libros textos sobre Toledo repetitivos, copiados
unos de otros, con enfoques a menudo pueriles o en absoluto documentados, me propuse que los tex-
tos tuviesen una calidad apropiada, en el fondo y en la forma, que mejorara lo existente hasta la fecha.
El dinamismo que permite la red ha sido este tiempo un factor clave en la difusión de Toledo Olvidado:
enlaces dentro del propio blog a entradas ya publicadas o a biografías y páginas de interés, un mapa
interactivo de las fotografías, actualización permanente de las entradas con la incorporación de datos
y fotos –o la corrección de errores e inexactitudes–, uso de etiquetas o palabras clave que facilitan me-
jorar el posicionamiento en los buscadores y la sincronización y viralización de los contenidos en las
principales redes sociales –Facebook y Twitter– . Todos estos artilugios informáticos, que no negaré
que conllevan un intenso trabajo que a menudo no se percibe, han ayudado estos años a que el blog
fuese una referencia importante cuando se busca información sobre la ciudad en la red.

Otro de los factores que ha facilitado durante estos años el éxito del blog es su carácter no lucrativo
que le mantiene libre de cualquier publicidad. Además de hacer su lectura mucho más cómoda,
creo que ha sido uno de los pilares que me han servido para demostrar confiabilidad e indepen-
dencia. No ha habido mayor interés detrás de este proyecto que la pura divulgación del pasado fotográ-
fico de Toledo. Todas las fotografías han sido siempre descargables gratuitamente, lo cual no ha sido
óbice para citar, siempre que lo he conocido, tanto el autor de las fotografías como su actual propietario
así como sus limitaciones de uso según cada caso mediante la inserción del correspondiente copyright.

Pasados los meses, llegó un momento en que el número de visitas y la cantidad de fotografías publi-
cadas merecían una reflexión interna, una recapitulación del trabajo realizado. Me fui dando cuenta
de que el éxito de Toledo Olvidado tenía una explicación bastante sencilla: había un hueco que llenar.
No se había abordado una investigación medianamente sistemática sobre la historia de la fotografía
toledana, las publicaciones existentes eran parciales –limitadas a autores concretos o a archivos de-
terminados– y en la mayoría de los casos previas al gran auge digitalizador y de divulgación que mul-
titud de instituciones y particulares han emprendido en los últimos años a lo largo del mundo. Eran
además muy pocas las publicaciones sobre fotografía local de autores independientes, y las que exis-
tían habían sido poco ambiciosas en lo que a calidad de edición se refiere. Me resultaba realmente sor-
prendente que una temática con semejante tirón popular –como demostraba el número de visitas– no
tuviera hasta la fecha una publicación digital o escrita de referencia que aglutinara al menos una parte
de este legado.

Alguien debía por tanto dedicarse a bucear por los archivos del mundo, por las casas de subastas y
por los mercados especializados. La irrupción de Internet y de las técnicas de digitalización permitían
ya abordar esta tarea de un modo infinitamente más rápido y menos costoso que unos años atrás.
Decidí cubrir esta necesidad con el entusiasmo que confiere saber que hay cientos de personas de-
seosas de ver las imágenes obtenidas. He comprobado en mis carnes la pasión que despierta Toledo,
el amor que propios y extraños sienten por esta ciudad y me he quedado gratísimamente sorprendido
de la generosidad de muchas personas a la hora de facilitarme información sobre posibles hallazgos
o directamente las propias imágenes de sus archivos particulares. Han sido muchos los archivos pú-
blicos y privados consultados y las investigaciones aparejadas a la búsqueda de imágenes, cientos
los contactos por correo electrónico iniciados en esa tarea recopiladora y lo cierto es que el esfuerzo
ha merecido la pena. El blog ha sido estos años la vía por la cual se han visto por vez primera en To-
ledo centenares de imágenes que nunca antes habían sido siquiera citadas. Se han descubierto au-
tores sorprendentes, se ha completado la lista de trabajos de otros muchos y se ha dado a conocer
de forma gratuita a miles de personas el aspecto que la ciudad, sus monumentos y sus gentes tenían
en el pasado.
Todas estas ventajas que ofrece la red, sin embargo, nunca podrán igualar a la calidad e intensidad
de las sensaciones que permite el visionado de una fotografía impresa en papel de alta calidad y a ele-
vada resolución. Estaba claro que para cerrar el círculo y terminar de rellenar el hueco que existía, en
algún momento Toledo Olvidado debía dar el salto al papel y convertirse en un libro.

¿Por qué ahora?


Sin duda, el blog no podía pretender ver la luz en formato papel sin haber alcanzado previamente un
grado de madurez suficiente en su versión digital. Esa madurez vendría dada por un abundante nú-
mero de entradas que recorrieran la parte más significativa de los autores, monumentos y aconteci-
mientos retratados en los 160 años transcurridos desde 1852 en que se tomaron las primeras
fotografías conocidas de la ciudad. Por ello la prioridad era completar el blog con esos contenidos que
permitieran considerar que la enjundia del proyecto era ya suficiente, de modo que el libro tuviera un
respaldo digital muy amplio cuando fuese publicado.

Con más de 180 entradas publicadas y tras cuatro años de andadura en los que había publicado
casi 10.000 fotografías acercándose al millón de visitas, en mayo de 2012 consideré sinceramente
que –entonces sí– Toledo Olvidado estaba en condiciones de ver la luz en forma de libro impreso.

¿Por qué así?


Quiso el destino que la fase de madurez del proyecto coincidiera en el tiempo con una importante cri-
sis económica que, a priori, podría poner en peligro que el blog diese el salto al papel por falta de re-
cursos económicos.

Sin embargo, toda crisis ofrece nuevas oportunidades y por suerte la tecnología multiplica en nues-
tros días las posibilidades de que estas oportunidades sean viables. Nunca antes una crisis se había
producido con un desarrollo tecnológico como el actual y estoy seguro de que con el tiempo se
comprobará cómo este desarrollo fue clave para mitigar los efectos negativos de la recesión y para
salir de ella.

En el caso que nos ocupa, demasiado acostumbrados a que toda publicación en Toledo estuviese fi-
nanciada con dinero público, la crisis pudiera parecer que supondría el final de las publicaciones lo-
cales dada la penuria de las arcas públicas. Sin embargo, Internet permite otras vías mucho más
beneficiosas para la cultura, para la creatividad y para la independencia sin ataduras a la omnipre-
sente cultura de la subvención instaurada en España y particularmente en Toledo en los últimos 25
años. Esa alternativa era el micromecenazgo que gracias a algunas páginas pioneras en España ya fun-
cionaba con éxito desde 2011.

Tenía claro que el objetivo era posible, pese a que editar un libro como el que pretendía publicar es
realmente caro y era necesario un mínimo de 12.000 euros. Sabía que había un grupo numeroso de
personas deseoso de ver hecho realidad este sueño. Era consciente de que era una iniciativa pionera
en la ciudad en lo relativo a libros y que la situación económica del país no era la más adecuada.
Pero era un reto fascinante: no se trataba sólo de publicar un libro. Se trataba de publicar un libro así.
Quería que fuese una ocasión para demostrar que los toledanos no somos como a menudo nos re-
tratan o nos retratamos. Se trataba de enseñar al mundo que Toledo está mucho más viva de lo que
a veces nosotros mismos creemos. Que podemos innovar, que podemos creer en nosotros, que po-
demos hacer cosas excelentes, que no necesitamos a las instituciones públicas para todo, que pode-
mos estar orgullosos de nosotros mismos y que ha llegado el momento de despojarnos de tópicos
absurdos que llevaban demasiado tiempo acomplejándonos sin motivo.

¿Publicar un libro? ¿sin subvenciones? ¿en plena crisis económica? ¿pagándolo por adelantado a
siete meses vista mediante micromecenazgo? ¿dando el dinero en una página web? ¿pagando con tar-
jeta de crédito?... ¡Por supuesto!

Si no hubiese estado convencido de que era posible, no lo hubiera intentado. El micromecenazgo era
la vía ideal para que el blog se hiciera mayor sin perder su esencia: totalmente independiente y sin
mayor atadura que la pasión por divulgar el legado fotográfico de Toledo. Escogí Verkami, empresa
especializada en este tipo de microfinanciaciones con la que unos meses antes Jero Romero, uno de
mis músicos favoritos, había conseguido financiar su primer disco en solitario. Una empresa joven, es-
pañola, seria y valiente. Un ejemplo a seguir que está permitiendo que multitud de proyectos cultura-
les independientes y de calidad vean la luz. Un cambio de paradigma en el panorama cultural nacional:
ve la luz aquello que el público decide que vea la luz. Adiós a los amiguismos, adiós a los partidismos,
adiós a la cultura oficial, adiós a la mediocridad subvencionada con dinero de todos. Hola a la abso-
luta libertad creativa, hola a la búsqueda de la excelencia, hola a la imaginación.

Tenía por delante 40 días a partir del 7 de mayo de 2012 para conseguir los 12.000 euros mínimos ne-
cesarios para editar un libro con una calidad suficiente que recogiera lo mejor del blog. Era importante
difundir bien el mensaje, el concepto de micromecenazgo, la idea del libro, los plazos y el objetivo de
financiación. Tuve la inestimable ayuda de mi familia –en especial de Ana, mi mujer – y amigos, que
sumada a la red previamente creada de seguidores en Facebook –casi 3.000– y Twitter, así como los
más de 500 suscriptores del blog vía Feedburner hicieron que en el primer día se superase el 25 por
100 de la financiación prevista, el 50 por 100 en el segundo día y los 12.000 euros en una semana. Era
como un sueño hecho realidad para mí. En los días restantes se superó ampliamente la cifra mínima
prevista hasta llegar a los 19.270 euros de recaudación final donados en casi 400 aportaciones en
nombre de más de 650 personas. Sería imposible describir con palabras la felicidad y la inmensa gra-
titud que sentí aquellos días por tantos apoyos.

Este libro es para mí no sólo la culminación de un proyecto de investigación fotográfica, sino la plas-
mación de una nueva forma de entender la cultura coherente con mi manera de pensar. Es también la
feliz constatación de que se puede ser profeta en tu tierra si crees en ti, en tu trabajo y en una manera
de hacer las cosas.

A todos los que habéis hecho posible que Toledo Olvidado se haya convertido en este libro, mil gra-
cias de corazón.
16 EL SIGLO XIX Las fotografías del siglo XIX son un verdadero viaje
en el tiempo, una inmersión visual en una realidad hoy
casi inconcebible con el realismo que confiere poder
contemplarla en escenarios que en algunos casos han
llegado a nuestros días casi inalterados.

128 1900-1936 La llegada del siglo XX modifica el panorama fotográfico.


Irrumpe de forma masiva la tarjeta postal, muy ligada al
novedoso fenómeno del turismo. Se desarrolla la fotografía
como elemento destacado del periodismo, aparece la
figura del reportero gráfico y surge la primera técnica
para la obtención de fotografías a color.

202 LA GUERRA CIVIL Abordar la Guerra Civil desde el punto de vista de la foto-
grafía supone una tarea dolorosa, estamos ante la cons-
tatación visual del mayor fracaso colectivo al que puede
llegar un país. Lo acontecido en Toledo en el verano de
1936 puede considerarse como el primer evento bélico
seguido por la prensa internacional de modo masivo.

238 1939-2012 Desde los durísimos años de la posguerra, marcados por


la pobreza, la miseria y la época más autoritaria de la dic-
tadura del General Franco, la fotografía reflejó los cambios
sociales y económicos en España y Toledo. En este pe-
riodo, dominado por la fotografía humanista, Toledo siguió
siendo un imán para los mejores fotógrafos del mundo.
El siglo XIX

En los albores de la fotografía el número de fotógrafos


repartidos por Europa era muy escaso debido a lo no-
vedoso de las técnicas empleadas, que requerían bas-
tante pericia y que eran aún muy costosas por lo que el
mundo de la fotografía se ceñía básicamente a círculos
elitistas de las clases pudientes. Por ello, el análisis de
las localizaciones elegidas por estos fotógrafos para
desarrollar su trabajo revela una especie de catálogo
de los lugares más bellos o atractivos del continente.
Este análisis sitúa a Toledo como una de las ciudades
españolas más retratadas desde los comienzos de la
fotografía, lo cual prueba que la ciudad era ya enton-
ces –mucho antes del nacimiento del fenómeno del tu-
rismo– un verdadero imán para todo amante de la be-
lleza y de la historia.

En una España decadente y enormemente empobre-


cida, el número de personas con acceso a las técnicas
fotográficas era reducidísimo, por lo que la inmensa
mayoría de los que retrataron nuestro país a partir de
1850 eran extranjeros, lo cual acrecienta aún más si
cabe ese carácter magnético de la ciudad para estos
pioneros. Y es que en el año 1852 –fecha en que se to-
maron las primeras imágenes que se conservan de la
ciudad– llegar a Toledo no era tan sencillo como
puede parecer. Baste como ejemplo lo expuesto por
Lady Louisa Tenison –esposa del coronel irlandés Ed-
ward King Tenison, uno de los precursores de la foto-
grafía– en su libro Castile and Andalucia en el que dice
que el trayecto entre Madrid y Toledo duraba “unas
seis horas por una buena carretera”. Antes de la lle-
gada del tren a la ciudad, y mucho antes de la inven-
ción del motor de explosión, sólo alguien que previa-
mente hubiera sentido una irresistible atracción por
conocer la ciudad se habría aventurado a venir a To-
ledo desde su cómoda vida en un castillo en Irlanda.

Eran auténticos aventureros, pioneros no solo de la fo-


tografía sino de una especie de turismo cultural en el
que Toledo encajaba perfectamente por su mezcla
ideal entre lo netamente castellano y ese aire oriental bién vistas estereoscópicas, el grueso de sus impresio-
cargado de exotismo que le confería su pasado islá- nantes obras no tiene este formato. En el panorama
mico en un emplazamiento natural único: un inmenso nacional, y más concretamente en Toledo, sólo Ca-
roquedo abrazado por el Tajo. siano Alguacil compitió en calidad y en cantidad con el
trabajo de estos dos genios de la fotografía.
En este grupo de fotógrafos, movidos básicamente por
su espíritu viajero, podemos incluir además del mencio- Las fotografías del siglo XIX en Toledo coincidieron en
nado King Tenison, a Felix Alexander Opphenheim, Al- el tiempo con la ciudad que describieron grandes es-
phonse De Launay y Gustave de Beaucorps. Todos en- critores –Mérimée, Bécquer, Edmundo de Amicis, Gau-
cajan en ese estereotipo: hombres de elevada posición tier, Davillier, Richard Ford, Hans Christian Andersen o
económica y social, inquietos y atraídos por culturas Galdós– con ese aire romántico tan propio de la
consideradas exóticas en sus países de origen. época. La ciudad, ruinosa y decadente, era para ellos
una fuente continua de inspiración. Y así fue retratada
Hacia 1856 comienza a desarrollarse de modo impara- en elocuentes fotografías que consiguieron inmortalizar
ble un tipo de fotografía muy especial que por primera monumentos que pocos años después desaparecerían
vez tenía una clara finalidad comercial. Estamos ha- para siempre fruto de esa decadencia y –lo que es
blando de la fotografía estereoscópica, que permitía la peor– también como consecuencia de un progreso mal
visión tridimensional de las escenas a través de un es- entendido que pretendía acabar con la decadencia
tereoscopio con un realismo que aún hoy impresiona. arrasando con todo lo que pudiera estorbarle. Se trata
Sin llegar a convertirse en un fenómeno de masas, este de fotografías que también muestran el durísimo modo
tipo de reproducciones fotográficas coleccionables sí de vida de entonces y su contemplación casi hace revi-
que supusieron un salto gigantesco en la familiarización vir a aquella pobre gente que a buen seguro se reiría
de al menos un sector de la sociedad –a menudo las de nuestro actual concepto de crisis.
clases con mayor poder adquisitivo– con la fotografía.
De nuevo Toledo fue una de las ciudades más repre- Las fotografías del siglo XIX son, en definitiva, un verda-
sentadas de España en estas colecciones. Y de nuevo dero viaje en el tiempo, una inmersión visual en una re-
fueron en su gran mayoría extranjeros los fotógrafos y alidad hoy casi inconcebible con el realismo que con-
los editores dedicados a esta técnica. Gracias a ellos fiere poder contemplarla en escenarios que en algunos
Toledo era vista por coleccionistas de toda Europa en casos han llegado a nuestros días casi inalterados.
tres dimensiones sin salir de sus casas, en formidables
tomas que a menudo no eran comercializadas en Es-
paña por lo que, aunque parezca mentira, están en
nuestros días siendo aún redescubiertas. En este grupo
de fotógrafos destacaron los franceses Eugène Sevais-
tre, Ernest Lamy, Jean Andrieu o Joseph Carpentier.

En aquellos años finales de la década de 1850 también


comenzó la actividad de los dos grandes fotógrafos del
siglo XIX en España: el galés Charles Clifford y el fran-
cés Jean Laurent. Si bien comenzaron tomando tam-
1 / 2. En los primeros meses de 1852 y después de haber visitado
ya alguna otra ciudad española como por ejemplo Granada, el
coronel irlandés Edward King Tenison y su mujer Louisa visitaron
Toledo. Él tomó las imágenes más antiguas que se conservan de
Toledo –al menos de las que a día de hoy se tenga constancia–,
coetáneas de las de Felix Alexander Oppenheim. Obtuvo al
menos tres o cuatro calotipos: una vista de la ciudad desde la
subida al Castillo de San Servando (izquierda), un retrato de la
Puerta del Sol y una fotografía del Monasterio de San Juan de
los Reyes (derecha) –aunque se conservan dos muy similares y
al parecer distintas– en la que destaca la presencia de la capilla
de la Beata Mariana de Jesús, que fue demolida por ruinosa doce
años después. Su esposa realizó notables dibujos a partir de las
fotografías con los que ilustró su libro Castile and Andalucia, y en
el que dice, entre otras curiosidades, que el viaje de Madrid a
Toledo duraba “unas seis horas” –hay que recordar que el
ferrocarril no llegó a la ciudad hasta 1858–.

Edward King Tenison © Del libro Recuerdos de España de E. K. Tenison. Bibliothèque Nationale de France (Paris)

18/19 EL SIGLO XIX


Edward King Tenison © Colección particular
3. El aún no demasiado estudiado Felix Alexander Oppenheim
(1819-1898) era citado en algunas publicaciones como un autor
que podría haber visitado Toledo en 1852. En los primeros meses
de 2012 y gracias a la colaboración de Ludger Derenthal pude
obtener la –hasta la fecha– única fotografía conocida de este
autor tomada en Toledo. Nos ofrece una vista interior del patio
del Alcázar, en el lamentable estado en que quedó tras el incen-
dio que sufrió en 1810 durante la Guerra de la Independencia,
si bien parece falso que fuera incendiado por las tropas napoleó-
nicas. Se trata de la fotografía más antigua tomada en la ciudad
junto con las de King Tenison.

Felix Alexander Oppenheim © Art Library, National Museums in Berlin

20/2 1 EL SIGLO XIX


4. Nada menos que en 1853 –solo un año más tarde que las
fotografías más antiguas– fue tomada esta preciosa vista de
la Calle de Santo Tomé por Charles Clifford (c. 1820-1863).
Es una auténtica joya que nos permite ver el aspecto de esta
emblemática calle antes incluso de que comenzara su actividad
en 1856 la confitería hoy denominada Santo Tomé.

Charles Clifford © The Victoria and Albert Museum, London

22/23 EL SIGLO XIX


5 / 6. Por increíble que parezca, aún en nuestros días están
siendo descubiertos autores de los primeros años de la historia
de la fotografía. Uno de estos casi desconocidos que se acaban
de incorporar al elenco de los pioneros de la fotografía mundial
es el francés Alphonse De Launay (1827-1906), discípulo del
gran Gustave Le Gray. Desde que en 2007 sus descendientes
incorporaran su obra a algunas subastas especializadas es uno
de los autores más cotizados por la antigüedad de sus fotografías
y la calidad de las mismas. Están documentadas dos visitas
suyas a Toledo, una en 1851 y otra en 1854. De la primera no
parecen haberse conservado fotografías, mientras que las imáge-
nes de 1854 van apareciendo con cuentagotas. En estas dos
fotografías podemos contemplar a la izquierda nada menos que
la primera fotografía panorámica desde el Valle y a la derecha
la fotografía más antigua que se conoce del Artificio de Juanelo
y el Castillo de San Servando.

Alphonse De Launay © Colección de Serge Kakou

24/25 EL SIGLO XIX


Alphonse De Launay © Colección de Jaime Moraleda
7 / 8. En los albores de la fotografía, en 1856, el francés Joseph Carpentier (1829-1871) tomó algunas de las mejores y más valiosas fotogra-
fías estereoscópicas de Toledo. Su valor se debe tanto a su calidad técnica –con una atmósfera de gran claridad que confiere a sus imágenes
una luminosidad muy especial– como a los lugares fotografiados, absolutamente irreconocibles hoy en algunos casos. En especial son desta-
cables estas dos fotografías que casi podrían formar una panorámica: a la izquierda el Artificio de Juanelo y los restos del Convento del
Carmen Calzado. En la fotografía de la derecha, el Puente de Alcántara aún con su Plaza de Armas intacta. Se trataba de un espacio
fortificado único en España, que configuraba una tripleta de puertas en el lado del puente correspondiente al interior de la ciudad. Como si de
un lamentable efecto dominó se tratara, todos estos elementos –salvo el puente– desaparecieron en menos de siete años: en 1864 la Puerta
de Alcántara, en 1868 el Artificio, en 1871 la Puerta de San Ildefonso mientras que el Convento fue poco a poco derribado y desmantelado.

Joseph Carpentier © Colección Fernández Rivero

26/27 EL SIGLO XIX


Joseph Carpentier © Colección particular
9 / 10. Estas son dos de las panorámicas más antiguas de la ciudad
tomadas desde el Valle. En concreto son las más antiguas hechas
desde el suroeste. Datan de 1857 y si bien fueron comercializadas
en formato estereoscópico por la casa Ferrier-Soulier, la autoría
de las mismas no está clara. Se las ha atribuido a Charles Soulier
–uno de los socios de la editorial– aunque más recientemente las
investigaciones del granadino Carlos Sánchez en 2011 apuntan al
galés Charles Clifford como posible autor de las mismas. Previa-
mente, en 2008, Carlos Teixidor recopiló datos que podrían hacer
indicar que el autor fue Jean Laurent. Fuese quien fuese el fotó-
grafo, está claro que se trata de verdaderas obras maestras que
permiten ver edificios desaparecidos pocos años después como
por ejemplo la Iglesia de San Torcuato, derribada en 1869.

© Cordon Press/Roger Viollet

28/29 EL SIGLO XIX


© Cordon Press/Roger Viollet
11. Otra de las fotografías de autor desconocido (¿Clifford,
Laurent, Soulier?) realizadas en 1857 es esta joya que muestra
el Artificio de Juanelo en una de sus vistas más nítidas.
Al fondo, junto al Hospital Tavera, aparece el desaparecido
convento de Trinitarios Descalzos de San Ildefonso, uno de
los más desconocidos de la ciudad. Se situaba donde más
tarde se construyó la prisión provincial y hoy día se encuentra
el Palacio de Justicia. Aún da nombre a una calle de la zona.

© Cordon Press/Roger Viollet

30/31 EL SIGLO XIX


12. De la misma serie editada por Ferrier-Soulier es esta maravilla
de fotografía de 1857 en la que podemos observar nítidamente los
últimos restos del Convento del Carmen Calzado donde estu-
viera preso San Juan de la Cruz. Puede verse el chapitel y varios
de sus muros en pleno proceso de desmantelamiento del edificio.

© Colección Francisco de la Torre y Laura Valeriano


13 / 14. Eugène Sevaistre (1817-1897) es uno de los pioneros de la fotografía
menos conocidos para el gran público debido a que no solía publicar él
mismo sus trabajos sino que los vendía o trabajaba para editores con más
nombre, como Gaudin o Jules Marinier. En 1857 parece probado que visitó
Toledo realizando fotografías estereoscópicas que serían poco después edi-
tadas por Gaudin. Una de las más destacadas es esta joya –la única que se
conoce– que nos ofrece una imagen frontal de la desaparecida Puerta de
San Ildefonso, una de las que cerraba la Plaza de Armas del Puente de Al-
cántara, y que hubo de ser demolida en 1871 después de verse muy afec-
tada por la voladura con dinamita del cercano Artificio de Juanelo en 1868.
A la derecha podemos ver esta misma puerta fotografiada en su parte poste-
rior por el mismo autor.

Eugène Sevaistre © Colección Carlos Sánchez

32/33 EL SIGLO XIX


Eugène Sevaistre © Colección Carlos Sánchez
15. Sevaistre también fotografió otros elementos
de esta Plaza de Armas del Puente de Alcántara.
En esta estampa de 1857 se puede ver el aspecto
inexpugnable que ofrecía la ciudad al cruzar el
Puente: a ambos lados del torreón se situaban la
Puerta de Alcántara (derecha) y la Puerta de San
Ildefonso (izquierda) además de otra puerta al frente
(la hoy conocida como Puerta de Alcántara) y que
estuvo oculta por casas hasta 1911.

Eugène Sevaistre © Colección Francisco de la Torre y Laura Valeriano

16. La conocida entonces como Puerta de Alcántara


fue el primer elemento en desaparecer de aquella
zona noble de la ciudad en 1864 con motivo de
la creación de la calle que uniría el Puente con la
Puerta de Bisagra –hoy calle de Gerardo Lobo–.
Eugène Sevaistre fotografió también el flanco
posterior de esta puerta en 1857, es decir, unos
siete años antes de ser demolida.

Eugène Sevaistre © Colección personal de Luis Alba

34/35 EL SIGLO XIX


17. Otra gran fotografía de Sevaistre es esta tomada desde el
Alcázar en 1857 donde se ve el caserío toledano dominado por
la torre de la Catedral. Alineada casi matemáticamente con la gran
torre se encuentra la Torre del Reloj de la Catedral, demolida en
1888 por supuesta ruina, y que en esta toma pasa casi desaperci-
bida. Otro detalle curioso es la ausencia del Teatro de Rojas,
cuyas obras comenzaron en 1866. En su lugar se ven los tejados
del anterior corral de comedias que allí existió hasta entonces.

Eugène Sevaistre © Real Biblioteca. Patrimonio Nacional


18. La segunda fotografía panorámica tomada
desde el Valle de la que se tiene conocimiento
–tras la de De Launay de 1854– es esta mara-
villosa vista tomada por Charles Clifford en
1857. Su observación detallada me permitió
descubrir una increíble desconocida: la torre
mudéjar de la Iglesia de las Santas Justa y
Rufina. Incomprensiblemente, no se tienen
apenas datos de ella ni se conoce la fecha
exacta y causas de su demolición y sustitución
por una modesta espadaña. La fotografía his-
tórica ha conseguido hacerla revivir y al menos
ya tenemos una idea de su aspecto a media-
dos del XIX. A la derecha también fue posible
identificar otro resto sorprendente: un chapitel
de pizarra del desaparecido Convento de
Agustinos Recoletos situado en la actual Plaza
de San Agustín donde años más tarde se
levantara el Hotel Castilla.

Charles Clifford © The Victoria and Albert Museum, London

36/37 EL SIGLO XIX


19. Sevaistre también tomó esta preciosa
toma del Artificio de Juanelo y los restos
del Convento del Carmen Calzado. Como
quiera que está fechada en 1857 y en ella
ya no se aprecia el último chapitel del con-
vento donde estuviera preso San Juan de
la Cruz, que sí aparece en la fotografía
tomada por Joseph Carpentier en 1856,
podemos inferir que en ese intervalo entre
ambas fotografías (1856-1857) se produjo
la demolición de dicho chapitel en el lamen-
table proceso desamortizador que sufrió
dicho convento.

Eugène Sevaistre © Real Biblioteca. Patrimonio Nacional

20. Louis Léon Masson fue un fotógrafo francés afincado en Sevilla en la


década de 1850. Se trata por tanto de uno de los primeros fotógrafos estable-
cidos en España. La Real Academia de la Historia conserva dos joyas de
Masson tomadas en Toledo que retratan el Artificio de Juanelo hacia 1857.
Son verdaderos tesoros por su rareza y antigüedad de un fotógrafo que fue
pionero en fotografiar corridas de toros y que trabajaba codo con codo con
su esposa.

Louis Léon Masson © Reproducción, Real Academia de la Historia

38/39 EL SIGLO XIX


21. Una de las más antiguas fotografías que se conservan del
Puente de San Martín es esta de Charles Clifford tomada hacia
1857. Lo más llamativo de ella es una vez más la práctica ausen-
cia de vegetación en sus orillas así como la gran pedregosidad
del lecho y las laderas adyacentes, aprovechada a menudo para
colocar la ropa a secar sin que se manchara con barro o arena.
Al fondo, el edificio del Convento de San Gil, con sus ventanas
empequeñecidas adrede para servir de celdas en sus tiempos de
cárcel municipal. Se pueden apreciar asimismo –justo sobre el
centro del ojo principal del puente– las viviendas y corrales que
ocupaban el lugar donde años más tarde se explanó el Paseo del
Tránsito, incluido el solar de la verdadera casa del Greco. Como
se ve, era una ladera bastante más rocosa de lo que hoy conoce-
mos, pues la creación del paseo generó un terraplén o rodadero
que ocultó buena parte de esas rocas.

Charles Clifford © The Victoria and Albert Museum, London


22. El Victoria and Albert Museum de Londres alberga excelentes
fotografías de Clifford en Toledo. Una de las mejores es esta vista
de la Puerta del Sol hacia 1857 en la que se puede ver el dete-
rioro que sufría el monumento por entonces. Es recurrente en las
imágenes de este lugar por entonces la presencia de grandes
troncos pues debía existir en sus inmediaciones una carpintería.

Charles Clifford © The Victoria and Albert Museum, London

40/41 EL SIGLO XIX


23. En 1858 Charles Clifford tomó probablemente la
fotografía más bella de los restos del Artificio de Juanelo
–tiene otra muy similar propiedad de la Fraenkel Gallery–.
Enmarcados por el ojo principal del Puente de Alcántara,
los venerables restos de una de las obras cumbre de la
ingeniería hidráulica de la Europa renacentista aparecen
con un halo casi fantasmagórico que parece adelantar su
próximo y nefasto futuro. Su inconcebible voladura con dina-
mita efectuada con nocturnidad en los primeros meses de
1868, realizada por el propio Ayuntamiento con la finalidad
de obtener materiales para una restauración de la Sinagoga
de Santa María la Blanca, supuso una de las páginas más
negras para el patrimonio toledano durante el siglo XIX.

Charles Clifford © The Victoria and Albert Museum, London

42/4 3 EL SIGLO XIX


24. La Biblioteca Pública de Boston posee una de las más bellas
fotografías panorámicas de Toledo realizadas por Charles Clifford
hacia 1858: esta vista de la zona del Puente de Alcántara.
Merece la pena prestar atención al personaje con levita que
simula estar escribiendo y que aparece junto al puesto de venta
de melones a la entrada del puente. Su presencia en la fotografía
no es casual y bien podría tratarse de uno de los ayudantes del
propio Clifford.

Charles Clifford © The Boston Public Library

25. Otra joya custodiada en la Biblioteca de Boston es esta vista del


patio del Alcázar tomada por Clifford en 1858. Pese a la devastación
sufrida en el incendio de 1810 el baluarte seguía ofreciendo una gran
impresión de majestuosidad y grandeza. Poco podría imaginar el fo-
tógrafo galés la increíble sucesión de acontecimientos que iban a
ocurrir en ese lugar desde entonces y hasta nuestros días: recons-
trucciones, adaptaciones, nuevos incendios, asedios, bombardeos…

Charles Clifford © The Boston Public Library

44/45 EL SIGLO XIX


26. Gustave de Beaucorps (c. 1824-1906) fue un noble francés continuador de una
saga familiar de estudiosos y eruditos de la arqueología especialmente destacados
en arte islámico. En 1858, camino de un viaje que le llevaría a Marruecos y Argelia,
visitó Toledo. Sus fotografías más destacadas en Toledo, junto con la primera cono-
cida realizada a la Posada de la Hermandad, corresponden a una panorámica de la
ciudad tomada desde el oeste –algo no demasiado habitual y que él fue el primero
en realizar– encaramado en los cerros que se sitúan por encima del Puente de San
Martín. Tomó hasta tres, muy similares entre ellas y que apenas se diferencian por la
sombra de algunos elementos que indica el tiempo que pasó entre toma y toma. El
detalle más destacado es poder contemplar la estampa más antigua que se conoce
de la hoy prácticamente desaparecida –salvo su torre– Iglesia de San Cristóbal.

Gustave de Beaucorps © Bibliothèque Nationale de France, Paris

27. Jean Laurent fue uno de los primeros fotógrafos en realizar fotografías exterio-
res con personas posando. Los elevados tiempos de exposición requeridos con las
técnicas utilizadas en estos primeros años obligaban a que la persona que posaba
estuviera inmóvil durante bastantes segundos si no quería salir movida o desenfo-
cada. En esta fotografía anterior a 1860 aparece un curioso personaje que podría
ser uno de sus ayudantes –sale en varias fotografías de Laurent– con el Castillo
de San Servando al fondo. Un detalle destaca en esta imagen: la absoluta desola-
ción del cerro del castillo, carente del más mínimo matojo.

Jean Laurent © Museo de Historia de Madrid

46/47 EL SIGLO XIX


28. Una de las vistas más célebres de la ciudad es la que ofrece la torre de la Catedral desde la Calle del Comercio.
Profusamente repetida a lo largo de la historia hasta nuestros días, probablemente fuese el galés Charles Clifford el
primero en inmortalizarla en una fotografía. Corría el año 1859 y el aspecto de la calle es sorprendentemente solitario.
Las lonas que se pueden ver en varias ventanas –que aparecen ligeramente movidas a causa alguna pequeña brisa du-
rante el tiempo de exposición de la imagen– indican que podría tratarse de una típica tarde de verano en las horas de
más calor, lo cual explicaría la total ausencia de transeúntes.

Charles Clifford © The Victoria and Albert Museum, London


29 / 30. Jean Laurent y Minier (1816-1886), uno de los más gran-
des fotógrafos del siglo XIX, visitó Toledo en numerosas ocasio-
nes tomando instantáneas casi idénticas que a menudo en sus
catálogos eran clasificadas con la misma numeración. Un buen
ejemplo de estas tomas gemelas es esta vista del Puente de San
Martín y su entorno hacia 1860. Como si del juego de las dife-
rencias se tratara, hay un detalle importante que permite distin-
guirlas: la presencia o ausencia de la Puerta de San Martín,
edificada en 1864 y que en la toma más antigua aún no aparece.

Jean Laurent © The Courtauld Institute of Art, London

48/49 EL SIGLO XIX


Jean Laurent. Toledo. Vista del puente de San Martín y de San Juan de los Reyes © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
31. Robert Peters Napper (1819-1867) fue un fotógrafo
galés que trabajó por medio mundo al servicio de Francis
Frith, uno de los primeros grandes editores de fotografías
de la Historia. Hacia 1860 visitó Toledo tomando algunas
de las mejores fotografías de la ciudad en aquellos lejanísi-
mos años. Destaca por su belleza esta panorámica de la
ciudad desde el Alcázar, donde se pueden ver elementos
hoy totalmente desaparecidos como por ejemplo a la
izquierda la Iglesia de San Torcuato –demolida hacia 1869–
o en el centro la Torre del Reloj de la Catedral que estuvo
en pie hasta 1888. También destaca la presencia del
Cimborrio de la Catedral, suprimido hacia 1910.

Robert Peters Napper © The Victoria and Albert Museum, London

50/51 EL SIGLO XIX


1 / 2. S

S. © S.
32. Otra de las grandes fotografías de Robert Peters Napper es
esta que nos muestra la Casa del Diamantista y el embarcadero
situado bajo ella. Escenario por aquellos años de las andanzas
del joyero José Navarro –propietario de la casa– y el expoliador
del Tesoro de Guarrazar, el francés Adolphe Hérouart, se trata
de uno de los lugares de la ciudad más cargados de leyenda.
La fotografía, imponente, nos deja la preciosa visión de este
paraje a mediados del XIX, con el pedregoso cerro del Bú presi-
diendo al fondo la escena y con un Tajo en calma testigo mudo
tanto de las andanzas de los ocupantes de la barca en la orilla
como de las del aguador y su borrico.

Robert Peters Napper © The Victoria and Albert Museum, London

52/53 EL SIGLO XIX


33. No era habitual en 1860 tomar perspectivas de la ciudad casi
al nivel del río como hiciera Robert Peters Napper. El galés nos
dejó esta preciosa fotografía de la ciudad desde la zona situada
frente a la Casa del Diamantista permitiéndonos ver a la derecha
la Iglesia de San Lucas antes de la reforma efectuada poco des-
pués y que cambió el aspecto la parte superior del campanario,
que pasó de tener los dos vanos por lado que aquí podemos
apreciar a tener uno solo.

Robert Peters Napper © The Victoria and Albert Museum, London


34. El suburbio o arrabal de la Antequeruela no era desde luego
uno de los lugares más visitados de la ciudad a mediados del
siglo XIX. Tal vez por ello esta fotografía de Robert Peters Napper
hacia 1860 tenga aún más valor. A la destacada presencia del
enorme templo de Santiago del Arrabal, así como de la Puerta de
Bisagra, se une la extraña estructura del primer plano que podría
corresponderse con un horno de cerámica.

Robert Peters Napper © The Victoria and Albert Museum, London

54/55 EL SIGLO XIX


35. La Plaza de Zocodover ha sufrido infinidad de reformas a lo largo de la historia. En agosto de 1641 sufrió un pavoroso
incendio que obligó a ejecutar un plan de rehabilitación que siguió las trazas ideadas por Juan de Herrera a finales del XVI
para la reforma de la plaza. Así, en 1656 fueron ejecutados unos arcos en la actual subida al Alcázar sobre los cuales nunca
llegó a edificarse vivienda alguna que cerrara la plaza como era su cometido. De este modo en 1865 fueron demolidos dada
su inutilidad, no sin antes indemnizar a sus propietarios, que de modo sorprendente lograron acreditar que tales arcos les
pertenecían. En esta fotografía editada por Jean Laurent en formato estereoscópico –y probablemente tomada por él hacia
1862– pueden verse dichos arcos así como al fondo la llamada Manzana de los Boteros –demolida en 1866– que se situaba en
el lado norte de la plaza y que generaba en su parte posterior el llamado Callejón de la Lamparilla o de la bragueta –pues era
usado habitualmente como improvisado urinario–. Sin duda una fotografía de un valor documental incalculable.

Jean Laurent © Colección particular


36. Existen dudas sobre el lugar de nacimiento de Alfonso Begue (Toledo o Torrijos), destacado fotógrafo estereos-
cópico activo en la década de 1860 y que podría haber sido el primer toledano en retratar su ciudad. Instalado pro-
fesionalmente en Madrid, publicó una extensa serie de vistas de varios lugares de España. Una de sus fotografías
toledanas más representativas es esta vista de la Puerta de Bisagra hacia 1864 en la que se ve una alineación de
acacias (probablemente Gleditsia triacanthos) recién plantadas que prosperó bastante bien según se puede ver en
fotografías de décadas posteriores.

Alfonso Begue © Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura: Serie Rótulo 5-1744

56/57 EL SIGLO XIX


37. Otra magnífica fotografía de Alfonso Begue es esta vista de
la zona del Arrabal realizada hacia 1864 en la que destaca so-
bremanera la ausencia del Paseo de Merchán en el espacio que
separa la Puerta de Bisagra del Hospital de Tavera o de Afuera
–denominación que cobra todo el sentido al observar la imagen–.
Este emblemático parque no fue ejecutado hasta 1868 y para ello
hubo de rellenarse la vaguada que se observa en su actual em-
plazamiento. Ya hacia 1538 se había explanado algo el espacio
situado frente a la puerta por el Mariscal Pedro de Navarra, deno-
minándose la zona como del Mariscal, que derivó en Marichal y
más tarde en el actual Merchán.

Alfonso Begue © Colección Luis Alba. Archivo Municipal. Ayuntamiento de Toledo


38. Hacia 1863 el francés Ernest Lamy (1828-1891) fotografió To-
ledo en formato estereoscópico. Algo que caracterizaba muchas
de sus fotografías era la presencia de personas que permitían
hacer más patentes los diferentes planos de la escena, algo vital
en la consecución del realismo del efecto estereoscópico. Un
buen ejemplo de ello es esta vista de los molinos cercanos al
Puente de San Martín.

Ernest Lamy © Colección Francisco de la Torre y Laura Valeriano

58/59 EL SIGLO XIX


39. Esta es una de las mejores fotografías de la desaparecida
Iglesia de San Torcuato, a la izquierda de la imagen. Tomada en
1858 por Louis Léon Masson. Demolida tras la revolución de 1868
conocida como La Septembrina, durante años se pensó que en
ella pudieran descansar los restos del Greco. A comienzos del
siglo XX se excavó el solar hallándose unos huesos que no se
consideraron del cretense, sin bien los medios de identificación
de la época eran muy poco avanzados.

Louis Léon Masson © Bibliothèque Nationale de France


40. Una de las más célebres imágenes del Artificio de
Juanelo es esta de Jean Laurent tomada hacia 1865.
No solo se aprecian los restos del Ingenio sino tam-
bién la naturaleza desolada que se contemplaba
ayuso de este punto, es decir, aguas abajo. Es el lla-
mado Torno del Tajo, una casi inverosímil incursión del
río en la rocosa Meseta Cristalina que de este modo
forma la península sobre la que se asienta la ciudad.

Jean Laurent. Toledo. Los molinos a orillas del Tajo


© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

60/61 EL SIGLO XIX


41. En 1846 se preparó el antiguo Hospital de Santa Cruz para albergar las dependencias
del llamado Colegio General Militar. Hacia 1865 Jean Laurent fotografió la formidable fachada
plateresca presidida por la portada de Alonso de Covarrubias. Con motivo de la adecuación a
fines militares se hicieron importantes reformas en el edificio. Sorprende en la inscripción del
pequeño portal que daba la bienvenida al recinto la grafía de la palabra Ynfantería, un arca-
ísmo propio del castellano antiguo que cayó en desuso poco después. El Colegio fue disuelto
en 1869 tras ser destronada Isabel II. El Ejército pronto regresó a Toledo, pues en 1875 se
instala en el Alcázar la Academia de Infantería.

Jean Laurent. Toledo. El hospital de Santa Cruz o colegio de Infantería © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

62/63 EL SIGLO XIX


42 / 43. La Puerta del Sol presentaba un grave deterioro en la
década de 1850 como puede observarse en varias fotografías.
Por ello se acometieron hacia 1865 las obras necesarias para su
restauración. Jean Laurent inmortalizó estos trabajos, que nos
muestran que además incluyeron una mejora y ensanchamiento
de la calle que la bordea por el lado norte, pudiendo observarse
los cimientos de antiguos muros de sujeción del talud. En la imagen
de la derecha podemos ver el resultado de la restauración.

Jean Laurent © Colección particular


Jean Laurent. Toledo. La Puerta del Sol © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
44. Jean Andrieu (1816-?) fue uno de los
pioneros franceses que retrataron Toledo
en la entonces incipiente técnica de la fo-
tografía estereoscópica. En el año 1868
tomó al menos 23 fotografías de la ciu-
dad, que hoy poseen un enorme valor
documental que viene a sumarse a su
extraordinaria belleza. Una de sus foto-
grafías más destacadas es esta que
muestra la ciudad desde el Arroyo de
la Degollada. En la ladera puede verse
una construcción aislada de la que cae
un oscuro reguero por el rodadero. No es
otra cosa que el matadero municipal allí
existente, siendo la mancha oscura la
sangre originada por su actividad diaria.
Sin duda en nuestros días hemos progre-
sado mucho en lo referido a sanidad e
higiene alimentaria en comparación con
los medios disponibles en 1868.

Jean Andrieu
© Colección Francisco de la Torre y Laura Valeriano

45. Otra de las fotografías destacadas de Jean Andrieu en 1868 es esta


en la que se ve claramente el uso que se hacía de las hojas de los es-
casos chopos presentes en la ribera toledana. Con el Puente de San
Martín de fondo se puede observar el curioso porte de estos árboles
que eran podados en verde varias veces durante el año con el fin de
obtener forraje para el ganado, de modo que el árbol presentaba un
constante aspecto ahilado con un ridículo grupo de hojas en su parte
superior. Es habitual encontrar en fotografías antiguas de Toledo esas
extrañas copas, con finos cogollos de hojas muy cerca del tronco.

Jean Andrieu © Rijksmuseum, Amsterdam

64/6 5 EL SIGLO XIX


46. La colección de fotografías realizadas por Robert Peters Napper por encargo de Francis Frith
deja una curiosidad relevante. Si el resto de imágenes puede datarse indudablemente hacia 1860,
esta vista del Puente de Alcántara está tomada con certeza casi absoluta en 1870. La ausencia
del artificio de Juanelo –volado con dinamita una noche de principios de 1868– y la presencia en su
lugar de las Turbinas de Vargas, ejecutadas en 1870, no deja lugar a dudas del umbral inferior de
la datación. Por otra parte, la Puerta de San Ildefonso aparece apuntalada con enormes maderos
en un último intento por salvarla precisamente después de resultar gravemente dañada por la onda
expansiva de la voladura del Artificio. Como quiera que el derribo de la puerta se produjo en enero
de 1871, lo más probable es que esta fotografía fuese realizada en el verano u otoño de 1870.

Robert Peters Napper © The Victoria and Albert Museum, London


47. El Hospital de Don Diego de Bálsamo fue uno de los casi 48. El Colegio Nuestra Señora de los Infantes, construido hacia
veinte hospitales que llegaron a existir en Toledo. Fundado por 1559 bajo la dirección de Francisco de Villalpando, destaca por
aquel caritativo caballero en 1632, estuvo activo hasta 1774. Hacia su portada de estilo italiano, con dos figuras femeninas o canéfo-
1870 fue fotografiada su soberbia portada por Jean Laurent bajo el ras a ambos lados de la puerta, y presidida en su parte superior
título de Puerta de la casa del banquero Alegre, en referencia al en- por el escudo del Cardenal Silíceo, su fundador. Hacia 1870 Jean
tonces propietario del inmueble. En 1927 fue derribado el edificio Laurent inmortalizó su portada. Desde que en los años 80 del
para acoger las oficinas de Correos y Telégrafos. La bella portada se siglo XX dejase de albergar alumnos el edificio ha sufrido un gran
salvó y –desplazada unos pocos metros– sigue sirviendo hasta hoy deterioro que al parecer se acerca a su final.
como puerta de acceso a las oficinas de Correos.
Jean Laurent. Toledo. Puerta del Colegio de Infantes
Jean Laurent. Toledo. Puerta de la casa del banquero Alegre © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

66/67 EL SIGLO XIX


49. Este era el aspecto de la Plaza del Ayuntamiento hacia 1870
cuando fue fotografiada por Jean Laurent. Se trata de uno de los
espacios más reconocibles de la ciudad aunque el jardín central
fue suprimido tras la Guerra Civil para hacer el espacio más diáfano
y poder contemplar con mayor claridad los edificios así como para
albergar espectáculos y concentraciones.

Jean Laurent. Toledo. El Ayuntamiento © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
50. La Puerta Vieja de Bisagra –mal llamada de Alfonso VI– es
uno de los símbolos de la ciudad. Sin embargo, hacia 1870 se
encontraba en un estado deplorable. Tapiada desde el siglo XVI,
en que se reformara la flamante Puerta de Bisagra nueva, deján-
dola sin uso para recaudar portazgos, acumuló en su parte inte-
rior toneladas de escombros y desechos. En 1905 fue por fin
restaurada por Ricardo Arredondo a instancias del Marqués de
Fuensanta de Palma.

Jean Laurent. Toledo. Puerta árabe de Bisagra lodada


© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

68/69 EL SIGLO XIX


51. En esta otra fotografía de la Puerta Vieja de Bisagra realizada
hacia 1857 por Laurent, aunque haya sido erróneamente atribuida
a Clifford en ocasiones, aparece un hombre fumando pipa que
guarda una gran similitud con el propio fotógrafo francés.

Jean Laurent © Colección particular, Ciudad Real

70/71 EL SIGLO XIX


52. Otra de las mejores fotografías de Jean Laurent, tomada hacia 1870 y que muestra la estrecha relación que en el siglo XIX existía
entre el Tajo y los toledanos, es esta en la que podemos ver una curiosa escena con una lavandera, un pescador al fondo y un hom-
bre tumbado en la orilla sin ocupación alguna. El Tajo por tanto facilitaba la colada, aportaba alimento y también era fuente de ocio y
solaz para algunos privilegiados. Por la densidad de la vegetación de ribera, la toma debe estar hecha algo alejada del centro histórico.

Jean Laurent. Toledo. Escena a la orilla del Tajo © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

72/73 EL SIGLO XIX


53. Uno de los cambios más notables entre las fotografías del siglo XIX y las del XX es e modo de vestir de los toledanos. Si bien
esta fotografía realizada hacia 1870 por Laurent frente al Puente de San Martín es claramente un posado, sí es cierto que se ob-
serva en otras muchas imágenes un cambio en los atuendos. Los trajes típicos castellanos y sus complementos como los sombre-
ros de ala ancha son habituales en las fotografías del XIX pero desaparecen casi por completo en el XX.

Jean Laurent. Toledo. Grupo a la entrada del puente de San Martín © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
54. Pocas fotografías del XIX son más elocuentes en lo referente a
ausencia de cualquier vegetación en las riberas de Toledo que esta
tomada hacia 1870. Hay más vegetación entre los sillares del Puente
de San Martín que en la pedregosa orilla del Tajo, donde cientos de
prendas blancas están tendidas para su secado y blanqueo. Una la-
vandera y dos pescadores completan la preciosa escena.

Jean Laurent. Toledo. Puente de San Martín © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

55. Esta era la visión que hacia 1870 se tenía desde la entrada princi-
pal de San Juan de los Reyes. Dos azacanes se sitúan en esta es-
cena en la que podemos contemplar a la derecha el Palacio de los
Duques de Maqueda y al fondo la Puerta del Cambrón. Pocos años
antes –en 1840– había sido demolida la parroquia de San Martín de
Tours que se situaba frente a la citada puerta, con lo que se generó
ese amplio espacio que podemos ver tras los azacanes.

Jean Laurent. Toledo. Las mulas [etnografía] © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

74/75 EL SIGLO XIX


56. Esta es la fotografía del interior de la Sinagoga del Tránsito
más antigua que se conserva. Fue tomada en la década de 1870
por Jean Laurent. Destaca con respecto al aspecto actual la pre-
sencia del retablo que ocultaba el hejal colocado después de que
el templo fuera cristianizado. Dicho retablo se encuentra hoy en
día en la Capilla Mozárabe de la Catedral.

Jean Laurent. Toledo. Vista interior de la iglesia del Tránsito


© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

57. El interior de la Sinagoga de Santa María la Blanca fue


retratado por vez primera en 1858 por Louis Léon Masson, pero
sin embargo he seleccionado esta imagen de Jean Laurent por
ser algo posterior pero bastante más bella. Tomada en la década
de 1870 tiene una definición asombrosa y el detalle curioso del
círculo en el suelo iluminado por el sol al atravesar una de las
originales ventanas redondas que posee este templo hebraico.

Jean Laurent. Toledo. Vista interior de Sta. María la Blanca, antigua sinagoga
© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

76/77 EL SIGLO XIX


58. El fondo del prestigioso arquitecto Henry Hobson Richardson custodiado
en la Frances Loeb Library de la Harvard Design School posee algunas
de las mejores copias de fotografías de Jean Laurent tomadas en Toledo.
En concreto esta de las primorosas esculturas góticas del claustro del
Monasterio de San Juan de los Reyes es una verdadera maravilla para
la vista. La calidad de la fotografía tomada hacia 1870, el nivel de detalle,
la luz y la composición de la toma la convierten en un verdadero icono del
Toledo romántico que los fotógrafos del XIX tanto y tan bien retrataron.

Jean Laurent © The Frances Loeb Library at the Graduate School of Design. Harvard University

78/79 EL SIGLO XIX


59. El dominio de todos los parámetros necesarios para conseguir una fotografía perfecta que
alcanzó Jean Laurent es verdaderamente espectacular. Algunas de sus imágenes son lecciones
visuales de fotografía, con el mérito añadido de estar realizadas hace 150 años con aparejos fotográ-
ficos nada fáciles de manejar. Si a ello añadimos la belleza de los lugares retratados y el valor que el
paso del tiempo confiere a las imágenes tenemos que reconocer que cada una de estas fotografías
es un tesoro en sí misma. En esta imagen, tomada hacia 1870, el Puente de San Martín aparece
majestuoso, cruzado por la corriente del Tajo que se difumina levemente por efecto del tiempo de ex-
posición. Al fondo, el soto del Tajo, con algunos de los pocos chopos que en el siglo XIX se podían
ver en la ribera toledana. A la derecha aparecen las ruinas de los molinos de Santa Ana.

Jean Laurent © The Frances Loeb Library at the Graduate School of Design. Harvard University

80/81 EL SIGLO XIX


60. Hacia 1780 comenzó a funcionar en el fabuloso edificio dise-
ñado por Francesco Sabatini la Real Fábrica de Espadas de To-
ledo, fundada en 1761 por el rey Carlos III. Tras establecerse unos
años en la antigua ceca o fábrica de monedas de la ciudad en la
calle Núñez de Arce se decidió crear este gran complejo fabril en la
orilla del río aprovechando la fuerza hidráulica y retomando la tradi-
ción espadera de Toledo, famosa por su acero desde hacía siglos.
Hacia 1870 Jean Laurent fotografió el soberbio edificio –hoy sede
de la Universidad– que por entonces tenía una portada exterior de-
dicada a Luis Daoíz y Pedro Velarde, héroes españoles en 1808.

Jean Laurent. Toledo. Entrada de la Fábrica de Armas. [Carruaje de Laurent]


© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

61. Otra maravilla custodiada en la Biblioteca del Congreso de


Estados Unidos y realizada hacia 1870 es esta vista del patio de
San Pedro Mártir. Destaca en el centro el brocal árabe que en su
día estuviera en la Mezquita Aljama –hoy catedral cristiana– que
más tarde fue trasladado al Convento de San Pablo del Granadal
antes de llegar al lugar de la imagen. Ya a finales del XIX se
había trasladado al Museo Provincial.

Jean Laurent © The Library of Congress of the United States of America

82/83 EL SIGLO XIX


62. Jean Laurent inmortalizó lugares de la ciudad que son hoy perfec-
tamente reconocibles pese al tiempo transcurrido. Es el caso de esta
imagen tomada hacia 1870 de la portada del Palacio de Inés de
Ayala (c. 1394-1453), señora de Casarrubios, anejo al Convento de
Santa Isabel en la plaza del mismo nombre. Años más tarde se situa-
ría en este recoleto espacio una fuente de agua potable, justo bajo el
curioso ventanuco con escudo que en su día desfiguró la decoración
en ladrillo de estilo mudéjar.

Jean Laurent. Toledo. Palacio de Don Pedro el Cruel, hoy convento de Santa Isabel.
© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

63. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos conserva


algunas de las mejores fotografías de Jean Laurent. Sobran las
palabras para describir la belleza de esta vista de la Iglesia de
Santiago del Arrabal tomada hacia 1870. El ábside mudéjar pre-
sentaba una altura superior a la actual desde que en 1564 fuese
recrecido para albergar un retablo. Fue de nuevo rebajado a me-
diados del siglo XX.

Jean Laurent © The Library of Congress of the United States of America

84/85 EL SIGLO XIX


64. Hacia 1870 Jean Laurent tomó esta preciosa estampa de
un pescador utilizando una red para capturar los peces
del Tajo frente a la Casa del Diamantista. Poco conocida y
divulgada, esta fotografía es sin embargo en mi opinión una
de las más bellas jamás tomadas en Toledo.

Jean Laurent. Toledo. Riberas del Tajo © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

86/87 EL SIGLO XIX


65 / 66. Era habitual en aquellos años del siglo XIX encontrar mendigos y lisiados en las puertas de las iglesias y conventos a la espera
de una limosna. Jean Laurent retrató en estas dos magistrales fotografías tomadas hacia 1870 a un joven ciego en la Puerta del Niño
Perdido o del Mollete de la Catedral y, a la derecha, a una pareja de mendigos en la puerta de un convento difícil de identificar.

Jean Laurent. Catedral de Toledo, puerta de entrada al claustro © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
Jean Laurent. Toledo. Mendigos en la puerta de un convento © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

88/89 EL SIGLO XIX


67. Años antes de la invención de la bicicleta, los afi-
ladores ambulantes tenían un radio de acción más li-
mitado pues debían cargar a pie con su mecanismo
ideado para afilar y que solía ser una rueda accio-
nada por un pedal. En esta preciosa imagen de Jean
Laurent tomada hacia 1870 podemos ver a un afila-
dor en acción en la calle de Santa Isabel, justo en
el espacio que se abre en la puerta del actual Hotel
Santa Isabel. Se trata de un espacio urbano que se
ha mantenido desde entonces con muy pocas modifi-
caciones al menos en lo que al aspecto exterior se
refiere. Solo queda la duda de saber si por entonces
los afiladores ya utilizaban su característica siringa
para avisar de su llegada.

Jean Laurent © Cordon Press/Alinari Archives, Firenze

68. Las evidencias fotográficas demuestran que España es hoy mucho


más verde de lo que era en el siglo XIX. El caso concreto de Toledo es
paradigmático: en numerosas fotografías del XIX es imposible adivinar
si fueron tomadas en verano o en invierno, tal era la aridez de la
ciudad y sus contornos. En realidad no es nada sorprendente: en un
contexto en el que la madera era necesaria diariamente para cocinar
y calentarse, así como para todo tipo de construcciones, aperos o
barcos, con una gran cabaña ganadera de cabras y ovejas que se en-
cargaba de mantener a raya los posibles retoños, sin medios de extin-
ción de incendios forestales, sin planes de reforestación y con guerras
recurrentes, el paisaje español era bastante más predesértico que fo-
restal. Incluso en zonas con presencia continua de agua, como la
ribera del Tajo, era apenas imposible encontrar no ya un bosque de
galería, sino un mísero árbol. El fotógrafo checo Wenzel Ferdinand
Jantsch (1819-c. 1887) tomó hacia 1870 esta vista frente al embarca-
dero de la Casa del Diamantista donde destaca la presencia –claramente
buscada por el fotógrafo– de un solitario ejemplar de chopo con la típica
copa formada por rebrotes del año en curso. (Ver foto en página 54).

Wenzel Ferdinand Jantsch © Colección Fernández Rivero

90/91 EL SIGLO XIX


69 / 70. La Plaza de Zocodover es desde tiempo inmemorial el corazón de la ciudad. Como buen corazón, se sitúa en un costado de la ciudad y no en su
centro geográfico. Escenario de miles de históricos acontecimientos y de millones de escenas cotidianas durante generaciones y generaciones, Zocodo-
ver fue fotografiada desde los comienzos de la era fotográfica. Tal vez las dos mejores fotografías de la plaza en el siglo XIX sean estas dos, bastante si-
milares en cuanto a la perspectiva, tomadas hacia 1875 y 1885 por Jean Laurent y un miembro de la casa Lévy respectivamente. Concebida entonces
para el paseo y no para el tráfico en dirección hacia el Alcázar era por aquel entonces un espacio enarenado semicircular con ejemplares de acacia de
bola (Robinia pseudoacacia ʻUmbraculiferaʼ). Al fondo, la cuesta de Carlos V ya despojada desde 1865 de los arcos que cerraban la plaza aparece como
una calle con edificios corridos en su acera izquierda, muy distinta de su aspecto actual, originado tras la devastación de toda la zona en 1936.

Jean Laurent. Toledo. Plaza de Zocodover © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet


71 / 72. En 1872 Jean Laurent se subió a los cerros del Valle para fotografiar la ciudad en una serie de seis
placas que tituló Vista panorámica desde la Virgen del Val. Con motivo de una pequeña exposición en
2006 se hizo un composición que unía las seis imágenes originales de Laurent y generaba una única toma.
Esta unión requirió ciertos retoques que pueden apreciarse si se amplían las zonas de unión. En 2012, el
mejor fotógrafo toledano de la segunda mitad del siglo XX y de lo que llevamos del XXI José María Moreno
Santiago consiguió localizar el lugar exacto desde el que Laurent tomara las seis vistas 140 años antes y re-
produjo la toma consiguiendo el mismo ángulo de enfoque. El resultado es una espectacular comparativa
que muestra la evolución de esta vista de la ciudad en casi siglo y medio.

Jean Laurent. Toledo. Vista panorámica desde la Virgen del Val © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

José María Moreno Santiago © José María Moreno Santiago

92/93 EL SIGLO XIX


73 / 74. Hasta 1887 el Paseo del Miradero tenía una extensión mucho menor a
la actual. Ese espacio lo ocupaba una parte del Convento de Santa Fe. Ese
edificio, con origen en los palacios árabes del rey Yahya ibn Ismail al-Ma´mun
y que tras la conquista cristiana sufrió múltiples reformas acogiendo a diversas
órdenes religiosas –como las benedictinas de San Pedro en Alficén, los Caba-
lleros de la Orden de Calatrava, los franciscanos, las concepcionistas o las co-
mendadoras de Santiago– fue derribado en parte en ese año de 1887 para
ampliar el citado paseo. Las fotografías anteriores a ese año, como estas to-
madas por Jean Laurent y Lévy hacia 1875 y 1885 respectivamente, permiten
ver el Convento antes de esa gran reforma.

Jean Laurent. Toledo. El convento de Santa Fe © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

94/95 EL SIGLO XIX


Lévy © Cordon Press/Roger Viollet
75 / 76. Pocas zonas de la ciudad han cambiado tanto en los últimos 150 años como el
flanco este de la ciudad. En estas dos soberbias fotografías de Jean Laurent se puede
apreciar cómo hacia 1875 se levantaban allí grandes edificios hoy desaparecidos como el
Hospital de Santiago o la Fonda de la Caridad. Esta parte de Toledo ya había asistido poco
antes a la desaparición del Artificio de Juanelo, el Convento del Carmen o la Plaza de Armas
del Puente de Alcántara. El Alcázar aparece aquí bien restaurado para albergar la Acade-
mia de Infantería si bien en 1887 sufrió un incendio que lo volvió a reducir a ruinas. En 1936
se completó la desfiguración total de este flanco de la ciudad durante los bombardeos repu-
blicanos al Alcázar.

Jean Laurent. Toledo. Fachadas de levante y mediodía del Alcázar © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

96/97 EL SIGLO XIX


Jean Laurent. Toledo. Fachadas del norte y levante del Alcázar © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
77. Mucho antes de estar regulado por los grandes embales que
permitieron superar los problemas de abastecimiento de buena
parte de España, el caudal del río Tajo era muy fluctuante en fun-
ción de la pluviometría. Las crecidas que se producían con cierta
frecuencia provocaban cambios en la forma de las orillas debido a
la erosión y los arrastres ocasionados por la corriente. En esta foto-
grafía de Casiano Alguacil tomada hacia 1875 se puede ver una
zona con una fuerte y reciente erosión aguas arriba de la ciudad,
cerca de la Huerta del Rey. Enfrente, una de las escasas zonas del
entorno de la ciudad que por aquel entonces poseía cierta vegeta-
ción ribereña.

Casiano Alguacil © Cordon Press/Alinari Archives, Firenze

78. Casiano Alguacil (1832-1914) fue el mejor fotógrafo que dio


España en el siglo XIX. Nacido en Mazarambroz, la ciudad de Toledo
fue el lugar donde capturó sus mejores fotografías que son el retrato
de una época. En una larga serie de imágenes dedicadas a los oficios
típicos de aquel entonces podríamos destacar ésta, tomada hacia
1875, en la que unos sombrereros trabajan en la calle frente al
Convento de San Antonio, en el Callejón de los Naranjos junto a la
calle de Santo Tomé. La preciosa portada que aparece en la imagen
permanece en paradero desconocido como tantas otras de la ciudad.

Casiano Alguacil © Archivo Municipal. Ayuntamiento de Toledo

98/99 EL SIGLO XIX


79. La Plaza de la Retama es uno de los rincones más bellos
de los barrios cercanos al Tajo en el sur del centro histórico.
Hacia 1875, cuando Casiano Alguacil la fotografió, era un barrio
de gente muy humilde. Siglos antes fue una zona de familias
de cierto nivel económico, como demuestra el arco conopial
–hoy desaparecido– de la preciosa casa que preside la imagen,
que fuera propiedad de Don Diego de Cuéllar. Un reciente estu-
dio de Mariano Calvo y Jean Passini ha demostrado que justo
detrás de ella –con acceso por la Plaza de los Tintes– se en-
contraba la casa de Catalina de Palacios, esposa de Cervan-
tes, utilizada por el escritor en numerosas ocasiones.

Casiano Alguacil © Archivo Municipal. Ayuntamiento de Toledo

100/101 EL SIGLO XIX


1 / 2. S

S. © S.
80. Alfred Dismorr (1854-1896) fue un empresa-
rio australiano instalado en Inglaterra y muy afi-
cionado a los viajes y a la fotografía. En 1883
visitó Toledo tomando varias decenas de pre-
ciosas y muy desconocidas fotografías, una de
las cuales fue incluso mostrada en la exposi-
ción anual de The Royal Photographic Society.
Olvidadas desde entonces, eran custodiadas
por el organismo público The National Archives
hasta que un buen día las adquirí en copia digi-
tal de alta calidad. Casi 130 años después de
ser tomadas pueden por fin ser admiradas en
Toledo. Entre todas sus fotografías destaca esta
maravillosa vista desde la playa de Safont en
la que la ciudad se refleja en las tranquilas y
entonces bastante limpias aguas del Tajo.

Alfred Dismorr © The National Archives, Kew, Richmond, Surrey

81. Una gran joya del Convento de San Juan de la Penitencia era la
impresionante reja del maestro Juan Francés, de estilo plateresco y
que cerraba originariamente el presbiterio de la iglesia conventual.
De casi diez metros de altura por nueve de anchura, fue ejecutada
empleando hierro dulce, es decir, con muy poco contenido en carbono.
Hacia 1880 fue fotografiada por Casiano Alguacil. Aun restaba más de
medio siglo para que la barbarie anticlerical desatada en la Guerra
Civil la dejase casi reducida a chatarra. (Ver fotografía en página 232).

Casiano Alguacil © Colección particular

102/103 EL SIGLO XIX


82. Esta imagen –tomada por Casiano Alguacil hacia 1880– de la actual Calle Sixto Ramón Parro vista desde
la Plaza Mayor nos muestra a la izquierda el edificio existente en el lugar ocupado años más tarde por el actual
Mercado Municipal. En el centro de la calle puede vislumbrarse una vendedora de melones y hortalizas con su
rudimentaria balanza o romana. Los carteles de la izquierda también dejan curiosidades, como el anuncio de un
baile de máscaras en el Café Garcilaso.

Casiano Alguacil © Cordon Press/Alinari Archives, Firenze


83. En 1883 Alfred Dismorr tomó una perspectiva poco fotografiada
de la ciudad: la Iglesia de San Ildefonso –o San Juan de los Jesuitas
como es más conocida– vista desde la calle Alfonso X denominada
entonces Jardines. Aparece al fondo la puerta de la Delegación de
Hacienda casi sin variaciones con respecto al aspecto que ofrece hoy.

Alfred Dismorr © The National Archives, Kew, Richmond, Surrey

84. Otra preciosa fotografía tomada por Alfred


Dismorr en 1883 es esta vista del Monasterio
de San Juan de los Reyes en la que podemos
ver unos arrieros bajando en burro frente a la
joya gótica. A la izquierda aparece, casi ruinoso,
el Palacio de los Duques de Maqueda.

Alfred Dismorr © The National Archives, Kew, Richmond, Surrey

104/105 EL SIGLO XIX


85. La actual entrada a la Audiencia Provincial cuenta con esta preciosa puerta desde mediados del siglo XX.
Procede del Palacio de los Condes de Peromoro y Casiano Alguacil la fotografió en su emplazamiento original
en la calle del Instituto hacia 1880.

Casiano Alguacil © The Courtauld Institute of Art, London


86. La historia de la ciudad de Toledo está íntimamente
ligada a la de la Iglesia Católica. Sede de la Silla Pri-
mada, la Catedral de Toledo ha sido uno de los motores,
no sólo religiosos y espirituales, sino también económi-
cos de la ciudad dado el elevado número de empleos,
oficios y servicios que giraban alrededor de este gran-
dioso templo. Ello era especialmente significativo a fina-
les del siglo XIX, cuando en una ciudad empobrecida y
muy deshabitada –no llegaba a los 20.000 habitantes–
la Iglesia era una de las pocas instituciones que daba a
Toledo algo de vida ayudando a que el declive de la ciu-
dad no fuese aún mayor. Hacia 1885, un fotógrafo de la
casa Léon & Lévy fotografió este peculiar grupo de em-
pleados de la Catedral: algunos clérigos de diferente
rango posan con una cruz procesional junto con segla-
res dedicados a diferentes tareas de mantenimiento y
seguridad del templo. Uno posa con un manojo de gran-
des llaves, otro porta cirios y dalmáticas, el personaje
sentado con un mandil luce una especie de aceitera de
hojalata y el resto porta diversos objetos de uso diario.
A la izquierda, una fecha escrita a tiza en la puerta
ayuda a aproximar la datación de la imagen: 1884.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet

106/107 EL SIGLO XIX


87. El denominado Palacio de Pedro I El Cruel en la plaza de Santa Isabel era un soberbio edificio mudéjar que
en el siglo XIX sufrió gran deterioro con demolición de varias de sus partes como muestra el muro quebrado de la
izquierda. Hacia 1885 el fotógrafo enviado a Toledo por la casa Léon & Lévy hizo esta preciosa fotografía de su
fachada principal. Puede verse a la derecha un cartel publicitario de las máquinas de coser Singer, empresa fun-
dada por Isaac Merrit Singer en 1851. El edificio alberga hoy la sede de la Escuela de Traductores de Toledo.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet

108/109 EL SIGLO XIX


88. El Palacio de Pedro I El Cruel fue prácticamente desmantelado
en la segunda mitad del siglo XIX. Este arco con preciosa decoración
mudéjar fue trasladado al Convento de la Concepción Francisca.
Antes de ello, hacia 1880 fue fotografiado por Casiano Alguacil.
Al fondo, la Iglesia de San Andrés.

Casiano Alguacil © Colección Particular


89. Una de las fotografías del fondo Léon & Lévy a mi juicio más
bellas es esta que muestra el Torno del Tajo hacia 1885 a la al-
tura de los restos de la Coracha de Doce Cantos, justo donde hoy
se levanta el Puente Nuevo de Alcántara. Al fondo, el impresio-
nantemente árido roquedo de la ladera –donde se sitúa uno de
los estribos del Acueducto Romano– aún prácticamente virgen
mucho antes de la construcción de la carretera del Valle.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet

110/111 EL SIGLO XIX


90. Mucho antes de que en estos terrenos se construyera el matadero municipal
–actualmente parte del Instituto Sefarad– existían aquí corrales destartalados cerrados
con tapias que en algunos casos eran antiguos muros de construcciones más recias
ya desaparecidas, quién sabe si relacionadas con el cercano Convento de Agustinos
Calzados o con el legendario palacio del rey visigodo Rodrigo que aquí ubicaban diver-
sas fuentes y los planos de la época. Al fondo el Padre Tajo flanqueado a la derecha
por la Fábrica de Armas y a la izquierda por el Cigarral del Santo Ángel Custodio.
La fotografía la tomó un miembro de la casa Lévy hacia 1885.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet


112/113 EL SIGLO XIX
92. El Castillo de San Servando estaba rodeado en el siglo XIX
por el Camino Real de Andalucía que en su tramo final en Toledo
coincidía con la calzada romana o Vía Flaminia, aún visible en
parte. El camino, que se situaba entre el castillo y el monasterio
del mismo nombre –cuyos restos fueron derribados en 1927 para
edificar el Hospital Provincial– conservaba en el XIX y hasta co-
mienzos del XX un pavimento empedrado probablemente medie-
val. Esta excelsa fotografía de la casa Lévy tomada hacia 1885
desde las inmediaciones del Monasterio de San Servando da una
idea del aspecto majestuoso que tanto el castillo como la visión
posterior de la ciudad ofrecía a los monjes de este legendario
emplazamiento monástico citado incluso en el Cantar de Mío Cid.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet


91. Hacia 1885 fue tomada esta fotografía de la Catedral
por Lévy en la que puede verse a la derecha el magnífico
ciprés que crecía en el patio de la Antigua Casa del Deán,
entonces ya sede de la Audiencia Provincial. Ese ciprés fue
citado unos treinta años después por el erudito y matemá-
tico Ventura Reyes Prósper como uno de los árboles más
antiguos de la ciudad en su artículo Los viejos árboles de la
vetusta Toledo. El ciprés fue talado en la Navidad de 1928
con motivo de la reforma del edificio cuando su altura era
siete u ocho metros mayor que en esta imagen.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet


93. Una de las joyas góticas de Toledo es la Iglesia de San Andrés. Aunque sólo en Toledo una iglesia rematada con una soberbia
obra gótica podría destacar también por sus portadas y torre mudéjar o por los restos visigóticos empotrados en varios de sus
muros, sin descartar un posible origen como mezquita. Eso es Toledo: una superposición encantadoramente caótica de estilos,
materiales y usos que coexisten a veces en un mismo edificio y que va más allá de la armonía para entrar en el terreno de la amal-
gama. La imagen muestra el interior de la iglesia hacia 1885 fotografiada por Lévy.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet

114/115 EL SIGLO XIX


94. Hacia 1857 Gustavo Adolfo Bécquer se aupó hasta la altura del friso de la portada renacentista del Convento de San
Clemente para dejar su firma en él. Este célebre grafito había pasado más o menos inadvertido para el gran público pese
a que su existencia fue revelada en privado en 1886 por José Casado del Alisal y en 1915 en público por Juan Moraleda y
Esteban. Siempre existió la duda de si se trataba o no de una leyenda más o de una simple firma falsa. Aunque un reciente
análisis grafológico de Valle García ya confirmaba que se trataba de la letra de Bécquer, la prueba de su autenticidad la pude
encontrar en una copia en alta resolución de esta fotografía de la casa Léon & Lévy, tomada hacia 1885, y en la que ya se
puede ver con cierta claridad la firma del poeta sevillano, antes de que su fama –muy posterior, para su desgracia– hubiese
hecho posible que nadie falsificara su firma.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet


95. El Convento de San Juan de la Penitencia se encontraba
entre los más bellos de la ciudad. De enormes dimensiones,
contaba en su interior con verdaderas joyas: artesonados con
riquísima decoración, lienzos y retablos de gran valor artístico,
patios rodeados de preciosas galerías sostenidas por columnas
con profusa decoración y obras maestras como la reja de Juan
Francés o el soberbio sepulcro de mármol de Fray Francisco
Ruiz, quien fuera obispo de Ávila, obra de Antonio María Aprile da
Carona. En esta fotografía de Lévy hacia 1885 se puede observar
la suntuosidad del sepulcro y el magnífico retablo junto al que se
situaba. Por desgracia, el 24 de julio de 1936 fue incendiado por
extremistas de izquierda al comienzo de la Guerra Civil. Quedó
absolutamente destruido. (Ver fotografías en página 232).

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet

116/117 EL SIGLO XIX


96. Hacia 1885 aún se encontraban en la Mezquita del Cristo de
la Luz las imágenes de la Virgen de la Luz y del Cristo de la
Cruz. En una curiosa transformación que hibridó los nombres de
ambas imágenes, el edificio pasó de llamarse –desde que fue
cristianizado en la Reconquista– Ermita del Cristo de la Cruz a
ser denominado del Cristo de la Luz. La fotografía es de la casa
Léon & Lévy.

Lévy © Cordon Press/Roger Viollet

118/119 EL SIGLO XIX


97. El Alcázar es el edificio de Toledo que más destrucciones ha
sufrido desde que existe la fotografía. Aparece totalmente en rui-
nas en las imágenes más antiguas como consecuencia del incen-
dio sucedido en 1810 durante la dominación francesa —aunque
parece que es falso el mito de que los franceses lo provocaran—.
En 1865 se inicia su reconstrucción para albergar la Academia
General Militar finalizando las obras en 1882. Sin embargo, el 9 de
enero de 1887 vuelve a ser devorado por las llamas. Juan Comba
(1852-1924) fotografió este suceso. Considerado uno de los prime-
ros ejemplos de fotoperiodismo, las imágenes se publicaron como
grabados en La Ilustración Española y Americana.

Juan Comba © Archivo Monasor

98. La Plaza de San Justo fue fotografiada por Alexander Lamont


Henderson hacia 1895. El escocés nos dejó esta preciosa estampa
de la plaza presidida al fondo por una de las vistas más imponentes
que se pueden contemplar de la Catedral. En la plaza existía por
entonces una pequeña fuente cuyo uso era controlado por un ope-
rario municipal que aparece a la izquierda de la imagen.

Alexander Lamont Henderson © Colección Michael Guilmant

120/121 EL SIGLO XIX


99. Sin lugar a dudas es sensacional esta panorámica –originalísima por su
formato– que Alexander Lamont Henderson tomó hacia 1895 de la Plaza del
Padre Juan de Mariana con la concurrida fuente de la que manaba el agua
procedente de los cercanos depósitos de San Román y que provenía de
La Pozuela. Se trata probablemente de la fuente más retratada de la ciudad
por la belleza de su emplazamiento. Actualmente podemos verla en la Plaza
de San Justo, aunque lo más habitual es que de sus caños no salga agua y
que en su vaso existan todo tipo de desperdicios y suciedad.

Alexander Lamont Henderson © Colección Michael Guilmant

100. El escocés Alexander Lamont Henderson


(1838-1907) fue uno de los mejores fotógrafos británicos
de la historia. Fotógrafo oficial de la reina Victoria entre
1885 y 1901, viajó por medio mundo acompañándola.
Su inmensa obra sin embargo parecía presa de una mal-
dición pues toda su colección de fotografías regias fue
quemada a la muerte de la soberana y el grueso de su
obra más comercial fue destruido en los bombardeos
nazis sobre Londres en 1942 que destruyeron el Museo
Guildhall donde se conservaba. En 1949, a la muerte de
su nieto, miles de placas de cristal de Lamont Henderson
fueron arrojadas a la basura. Por suerte lo vio F. C. Guil-
mant, quien las rescató y catalogó durante años. Hace
un tiempo compré a su hijo Michael copias digitales de
las fotografías de Henderson tomadas en Toledo que
había podido rescatar. Se trata de verdaderas obras de
arte datadas hacia 1895 entre las que destaca esta ma-
gistral vista del Palacio Arzobispal desde la Plaza del
Ayuntamiento en la que un sacerdote toma plácidamente
el sol invernal en un banco.

Alexander Lamont Henderson © Colección Michael Guilmant


101. La célebre Puerta del Pelícano que preside la entrada poste- 102. Otra de las fotografías más bellas de Alexander Lamont Hender-
rior al Monasterio de San Juan de los Reyes estuvo hasta mediado son es esta vista –muy inusual– tomada hacia 1895 del Oratorio de
el siglo XX orientada en perpendicular a la calle Reyes Católicos. San Felipe Neri en la Plaza de Amador de los Ríos o de Los Postes.
Generaba una pequeña plazuela que servía de entrada al primitivo Único resto conservado de la parroquia de San Juan Bautista, el ora-
museo provincial allí instalado cuando, hacia 1895, Alexander La- torio configura uno de los flancos de esta recoleta y entrañable plaza.
mont Henderson tomó esta fotografía. Al fondo a la izquierda apa- Puede verse aún en la plaza la columna coronada con una cruz que
rece el comienzo de la Calle del Ángel. recordaba que en ese solar se alzó la citada iglesia de San Juan.

Alexander Lamont Henderson © Colección Michael Guilmant Alexander Lamont Henderson © Colección Michael Guilmant

103 / 104. Sorprendentemente escasean las fotografías del siglo XIX que muestren el exterior de las dos sinagogas, tanto la Sinagoga
del Tránsito como la de Santa María la Blanca, tal vez porque su exterior estaba entonces muy descuidado y no invitaba tanto a ser
fotografiado en comparación con la belleza que siempre ha ofrecido su interior. A Alexander Lamont Henderson le debemos estas
tomadas hacia 1895 que podrían considerarse las mejores fotografías frontales de las fachadas de las sinagogas en el siglo XIX.

Alexander Lamont Henderson © Colección Michael Guilmant

122/123 EL SIGLO XIX


105. Rafael Garzón (1863-1923) fue un fotógrafo granadino considerado 106. Otra estupenda muestra del trabajo de Rafael Garzón en
entre los mejores de los dedicados a la fotografía turística y de souve- Toledo es esta fotografía de la portada del Palacio de Fuensalida
nirs de finales del XIX y comienzos del XX. El grueso de sus trabajos realizada hacia 1897. Una de las joyas de la arquitectura civil
se centró en Andalucía, pero la ciudad de Toledo –tal vez por su pasado mudéjar de España pasaba por aquellos años momentos difíciles,
islámico– también tuvo un lugar destacado en su obra. Hacia 1897 tomó sirviendo sucesivamente como cuartel, almacén de maderas o
esta preciosa fotografía del Arco de la Sangre, cuando aún podía con- albergando humildes viviendas. No fue debidamente restaurado
siderarse como un resto real de la muralla islámica del Alficén. Por des- hasta que en 1964 se hiciera cargo del edificio la Dirección Gene-
gracia la Guerra Civil acabó con él y lo que hoy podemos ver no es sino ral del Patrimonio Artístico. Volvió a ser restaurado en 1980 y 2010
una simple reconstrucción. Como curiosidad, en la esquina inferior iz- ya como sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades.
quierda del arco puede verse un rudimentario urinario.
Rafael Garzón © Colección particular
Rafael Garzón © Colección particular
107. James A. Sinclair fue un fotógrafo británico, miembro de The Royal
Photographic Society, autor de destacados libros técnicos y propietario
de una célebre tienda de productos fotográficos en la londinense Trafal-
gar Square. Hacia 1899 visitó Toledo y tomó varias excelentes fotogra-
fías de una ciudad que se disponía a despedir el siglo XIX. Tal vez la
mejor de todas aquellas imágenes sea esta que muestra a dos mujeres
llenando cántaros de agua del Tajo mientras una tercera lava la colada
en la denominada playa de Safont. Al fondo, aparece el Paseo del Mira-
dero ya ampliado tras la demolición de buena parte del Convento de
Santa Fe en 1887. Sin duda una imagen enormemente bella pero que
muestra la dureza de las condiciones de vida en aquel final del siglo XIX.

James A. Sinclair
© Science & Society Picture Library/The Royal Photographic Society/National Media Museum

124/125 EL SIGLO XIX


108. El 22 de febrero de 1899, al demoler unas viejas paredes de la casa
del santero, fue descubierta la inscripción fundacional de la Mezquita
del Cristo de la Luz escrita en ladrillo. El descubrimiento lo realizó Manuel
González Simancas y la primera lectura de la inscripción cúfica la hizo
Rodrigo Amador de los Ríos. En ella se leía que la mezquita fue construida
en el año 999, nada menos. Las primeras fotografías del hallazgo le fueron
encargadas a Casiano Alguacil, antes de terminar de demoler esa vivienda
del santero, lo que le permitió al genial fotógrafo hacer las tomas a la altura
de la inscripción.

Casiano Alguacil © Archivo Municipal. Ayuntamiento de Toledo


126/127 EL SIGLO XIX
109. Entre el 24 y el 26 de septiembre de 1899 un
enigmático fotógrafo francés de apellido Petit tomó
esta soberbia fotografía desde el Paseo de Recaredo.
La Vega Baja, con la Basílica de Santa Leocadia en
primer término, aparece al fondo junto al reluciente
Tajo. Completa la deliciosa escena una mujer con
sombrilla vestida a la moda de la época.

Petit © Société Française d’Archéologie et Ministère de la Culture


(France), Médiathèque de l’architecture et du patrimoine/RMN
1900-1936

La llegada del siglo XX trajo consigo algunos cambios


que, si bien ya se venían vislumbrando desde finales del
XIX, modificaron y completaron el panorama fotográfico
en general y de Toledo en particular. Uno de estos cam-
bios fue la irrupción masiva de la tarjeta postal, muy li-
gada al desarrollo de un fenómeno novedoso: el
turismo. Las viejas colecciones de vistas estereoscópi-
cas, más concebidas para su reposada contemplación
por una élite burguesa, fueron dejando paso paulatina-
mente a este nuevo producto que se utilizaba de un
modo mucho más interactivo y que permitía al viajero
compartir su experiencia con amigos y familiares o pre-
sumir de los lugares a los que había sido capaz de lle-
gar. El auge de las tarjetas postales vino a coincidir en
España de manera casi matemática con la llegada del
nuevo siglo y los fotógrafos y editores adaptaron sus
creaciones en buena medida a los gustos de este nuevo
mercado. En algunos casos hubo colecciones de foto-
grafías del siglo XIX que fueron reeditadas en formato
postal, pero lo más habitual fue la creación de extensas
series fotográficas con un enfoque marcadamente co-
mercial. De este modo, las ciudades eminentemente
turísticas debido a su belleza como Toledo volvieron
a copar la mayoría de estas creaciones, que si bien a
menudo eran excesivamente repetitivas en cuanto a su
contenido –monumentos y vistas más célebres básica-
mente–, dejaron para la historia de la fotografía auténti-
cas joyas. Grandes fotógrafos y editores destinaron
buena parte de su talento a la obtención de fotografías
para postales, como por ejemplo Antonio Cánovas del
Castillo –conocido como Dalton Kaulak–, Luciano Roi-
sin, Constantino Garcés, Mariano Moreno, José Lacoste,
Abelardo Linares, Loty, Otto Wunderlich, Oskar Hauser
Mueller y Adolf Menet Kursteiner –los célebres Hauser y
Menet–. Para hacernos una idea del volumen de de-
manda que estas tarjetas habían alcanzado nada más
comenzar el siglo baste decir que la fototipia de Hauser
y Menet en Madrid producía 500.000 tarjetas postales al
mes en 1902, una cifra espectacular para una empresa
fundada sólo diez años antes.
Sin embargo, a mi modo de ver, lo más interesante fo- documental indispensable. En una ciudad con la ri-
tográficamente hablando en este periodo 1900-1936 queza patrimonial de Toledo este fue un salto de gran
sucedió al margen del mercado de tarjetas postales. relevancia para la conservación de muchos edificios
Las cámaras fotográficas así como las técnicas se fue- así como para el comienzo de una concienciación so-
ron simplificando y abaratando y su uso comenzó a cial sobre la importancia de su protección. En este
generalizarse al menos en un pequeño estrato social sentido fueron claves figuras como Santiago Cama-
de elevada capacidad económica y cultural. En los co- rasa, Aurelio Cabrera o Pedro Román Martínez.
mienzos del siglo XX empezó a no ser extraño en To-
ledo que viajeros pudientes portasen cámaras Los primeros años del siglo XX también coincidieron
medianamente manejables que les acompañaban en con el hallazgo de la primera técnica para la obtención
su recorrido turístico o cultural. En ocasiones eran mo- de fotografías a color: el autocromo, patentado en 1903
tivaciones profesionales o artísticas las que traían a por los hermanos Lumière y comercializado en 1907.
estos fotógrafos a la ciudad –arquitectos como Eugene Toledo fue de nuevo una de las primeras ciudades de
Lefèvre-Pontalis y Roy Lucien vinieron a Toledo desde Europa en tener reportajes a color por parte de los me-
Francia para completar su colección privada de vistas jores especialistas como Jules Gervais-Courtellemont o
de monumentos, al igual que hiciera el español Deme- Auguste Léon.
trio Ribes– pero en otros casos tan sólo se trataba de
disfrutar fotografiando. En definitiva, la fotografía co- En el panorama local, estos primeros años del siglo XX
menzó a ser una afición más o menos habitual en las fueron dominados por grandes fotógrafos como Lucas
clases altas y fruto de ello se obtuvieron impresionan- Fraile, el mencionado Pedro Román –natural de Alca-
tes reportajes de la ciudad de personas que, sin dedi- raz pero instalado en la ciudad– y los componentes de
carse de modo profesional a la fotografía, consiguieron la saga Rodríguez. El gran Casiano Alguacil falleció en
demostrar su talento según iban perfeccionando su 1914 en el Hospital de la Misericordia de la Plaza de
técnica. Padilla abandonado y olvidado. En 1906 hubo de ven-
der al Ayuntamiento de Toledo sus placas de cristal a
El siglo XX trajo también el desarrollo de la fotografía cambio de una pensión.
como un destacado elemento del periodismo. La figura
del reportero gráfico que cubría acontecimientos y visi- Sería injusto no mencionar también algunos fotógrafos
tas destacadas o que elaboraba reportajes para publi- aficionados toledanos como Santiago Relanzón o mi
caciones comenzó a ser también cada vez más habitual propio abuelo Eduardo Butragueño Bueno. Gracias a
según se iban desarrollando los nuevos métodos de ellos contamos con importantes testimonios fotográfi-
impresión. La ciudad de Toledo, como lugar de visita cos de la vida cotidiana de aquellos años.
frecuente de personalidades y dirigentes, también tuvo
la suerte de ser ampliamente fotografiada desde este Por último, y en la faceta tal vez más creativa, el siglo
nuevo enfoque del periodismo. XX vio nacer un tipo de fotografía destinada a los libros
de viajes o recopilaciones turísticas de cierta calidad
La fotografía, al popularizarse, se convirtió también en para un público bastante específico. Sin este tipo de
una herramienta corriente en el trabajo de colectivos publicaciones hubieran sido imposibles reportajes tan
muy ligados a la ciudad. Así, la arqueología comenzó a bellos como los de Kurt Hielscher, Edward Manuel
usar sistemáticamente la fotografía como una fuente Newman o Friedrich Christiansen.
110. La Plaza de Zocodover despidió al siglo XIX y recibió al XX con una mez-
cla de novedades y viejas costumbres. La novedad aquí retratada hacia 1900
por el genial fotógrafo austrohúngaro Alois Beer (1840-1916) son los jóvenes
ejemplares de catalpa que aparecen recién plantados en la plaza. La Catalpa
bignonioides comenzó a ser introducida de modo más o menos habitual en
España por aquellos años en nuestras ciudades. Estuvieron en la plaza al
menos hasta 1914, si bien nunca prosperaron como se esperaba. La vieja
costumbre inmortalizada por Beer en la escena no es otra que el llenado de
interminables colas de cántaros de barro en la fuente pública allí existente.
Aún faltaba medio siglo para que el agua corriente llegara a las casas de la ciudad.

Alois Beer © Österreichisches Staatsarchiv, Kriegsarchiv, Wien

130/131 1900-1936
111. Otra joya de Alois Beer es esta vista de la Calle Comercio
con la torre de la Catedral al fondo tomada hacia 1900. Unos mili-
tares pasean por la céntrica calle junto al establecimiento de
Publicidad (?) Peñalver donde poco después figuraría el rótulo
de la mítica casa Fotografía Rodríguez.

Alois Beer © Österreichisches Staatsarchiv, Kriegsarchiv, Wien


112. En febrero de 1901 visitó Toledo uno de los grupos de pintores más influyentes de la historia mo-
derna: los autodenominados Nabis. Estos rompedores artistas se consideraban profetas de la nueva
pintura –la palabra nabí significa profeta en hebreo–. En la fotografía se puede observar a dos de sus
máximos exponentes, los franceses Édouard Vuillard y a Ker-Xavier Roussel paseando frente a un
irreconocible Taller del Moro, que como se puede comprobar inauguró el siglo XX alojando ganado bo-
vino. Al menos entonces tenía un uso. En el momento de escribir este libro lleva cerrado a cal y canto
desde hace ya demasiados años.

Emmanuel Bibesco, Príncipe de Rumanía © ADAGP/ Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Alexis Brandt

113. Matías Moreno (1840-1906) fue un gran pintor de


finales del XIX y principios del XX aún no suficientemente
reconocido. A él le debemos, entre otras cosas, la restaura-
ción de urgencia del Entierro del Señor de Orgaz del Greco
en 1873 que se encontraba en deplorable estado. Tomó
también excelentes fotografías como esta inédita hacia 1900
que muestra los restos de los baños árabes de Tenerías,
hoy desaparecidos.

Matías Moreno © Colección de Rosalina Aguado

132/133 1900-1936
114. José (Joseph) Lacoste y Borde (1872-?) fue un excepcional fotógrafo y editor francés que hacia 1900 recuperó
y comercializó el archivo de Jean Laurent y realizó numerosas vistas de Toledo que editó en muchos casos como
tarjetas postales. Una de sus fotografías más bellas es esta vista de la ciudad desde el Valle en una tarde primave-
ral en la que podemos ver unos hombres con las vestiduras típicas al comienzo del siglo XX tendidos en la hierba
con Toledo al fondo.

José Lacoste. El Tajo, el puente de San Martín y la ciudad por la Judería. © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
115 / 116. Hacia 1903 fue realizada una interesante
serie de fotografías de temática militar. Destacan en
ella estas dos imágenes. La primera muestra el ex-
cepcional picadero finalizado hacia 1888, uno de
los mejores de España y que fue destruido en la
Guerra Civil. Debajo, una clase de esgrima en una
habitación con un coro reaprovechado que bien
podría ser el del antiguo Convento de Capuchinos,
junto al Alcázar.

© Colección de José Luis Isabel

117. Hacia 1905 fue tomada esta preciosa fotografía de


un globo aerostático en los terrenos que años más tarde
ocuparía la Escuela de Gimnasia. Procedía de la Aerosta-
ción de Guadalajara –una institución militar fundada en
1896 pionera en técnicas de observación militar– y como se
puede ver levantó una gran expectación en Toledo.

© Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo. Junta de


Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura PA-CAJA 5-SOBRE 22-45

134/135 1900-1936
118. Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) es uno de
los mejores pintores de la historia reciente de España.
Toledo fue fuente de inspiración en varias de sus obras.
El Museo Sorolla conserva impresionantes fotografías
del pintor en Toledo en 1906 con su familia. Tal vez la
más bella es esta en la que aparece el pintor con el
Puente de San Martín de fondo.

© Museo Sorolla. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

119. Los días de nieve siempre son una excelente ocasión para la di- 120. El arquitecto francés Robert Roy Lucien tomó en
versión de los más pequeños. Así sucedía también a comienzos del 1907 una serie de preciosas fotografías de la ciudad.
siglo XX, cuando Santiago Relanzón Almazán fotografió, entre otros, Es especialmente llamativa esta vista del Puente de
a su esposa Dolores Echevarría y sus hijos hacia 1910 en el Paseo Alcántara desde la bajada del Castillo de San Servando
de Recaredo tras una copiosa nevada. El extenso legado de San- en la que aparecen decenas de seminaristas o religiosos
tiago Relanzón es uno de los más valiosos testimonios de la vida en un paseo en grupo.
cotidiana del Toledo de aquellos años.
Robert Roy Lucien © Société Française d’Archéologie et Ministère de la
Santiago Relanzón Almazán © Fondo de Santiago Relanzón Culture (France), Médiathèque de l’architecture et du patrimoine

136/137 1900-1936
121. En 1903 los hermanos Lumière patentaron la placa autocroma y la comerciali-
zaron en 1907. Fue la primera técnica en conseguir fotografías a color de la histo-
ria. Uno de los fotógrafos más célebres en el uso de esta técnica fue el galo Jules
Gervais-Courtellemont (1863-1931), que visitó Toledo antes de 1910 –o ese
mismo año– y tomó los que probablemente sean los autocromos más antiguos
de la ciudad. La datación es posible gracias a la presencia del Cimborrio de la
Catedral, demolido en 1910. Sin duda, un regalo para la vista poder contemplar
la primera panorámica de la ciudad a color.

Jules Gervais-Courtellemont © Cordon Press/ Gervais Courtellemont/National Geographic Society/Corbis

138/139 1900-1936
122. Otra de las fotografías que Jules Gervais-Courtellemont tomó en la ciudad
hacia 1910 es esta en la que aparece al fondo el Castillo de San Servando y en
primer término el conocido como Parador del Macho, una de las ventas de los al-
rededores de la ciudad situada enfrente de donde se levantara el Artificio de Jua-
nelo. Rodeado por alguna de las centrales hidráulicas de generación eléctrica,
desapareció en los años 30 cuando se construyó el Puente Nuevo de Alcántara y el
vial que lo conecta con el antiguo.

Jules Gervais-Courtellemont © Cordon Press/ Gervais Courtellemont/National Geographic Society/Corbis


123. No está claro si el granadino Abelardo Linares (1870-c. 1936) era el
autor de las excelentes fotografías que editó –Publio López Mondéjar sos-
tiene que no tomó dichas fotografías sino que las encargaba a fotógrafos
profesionales– pero lo cierto es que se trata de una colección extensísima
y excepcional. Muy reproducidas en tarjetas postales, algunas de estas fo-
tografías tienen un precioso aire costumbrista y etnográfico. Instalado en
Toledo desde 1911, una gran parte de la obra publicada bajo su nombre es
de temática toledana como esta imagen del Puente de San Martín.

Estudio de Abelardo Linares © Colección de Manuel Palencia

140/141 1900-1936
124. Otra de las fotografías de Abelardo Linares: Toledo desde el Valle.
Algo muy frecuente en estas panorámicas de principio del siglo XX son las
sábanas y ropas secándose al sol sobre las rocas y la vegetación, como
las que se aprecian en la parte inferior derecha de la imagen.

Estudio de Abelardo Linares © Colección de Manuel Palencia

125. Nadie como Pedro Román Martínez (1878-1948) fue capaz a


principios del siglo XX de retratar el modo de vida extremadamente
humilde de la mayoría de la población de la ciudad. Los niños fue-
ron protagonistas habituales de sus cuidadas composiciones, que
a menudo utilizaba como bocetos para sus cuadros. En esta mara-
villosa fotografía podemos ver varios niños que vivían en una de
las ventas en los alrededores de la ciudad. La expresión de sus mi-
radas denota la dureza de su corta existencia.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

142/143 1900-1936
126 / 127. Pedro Román Martínez es tal vez el fotógrafo que mejor comprendió la relación del río Tajo con los toledanos de
principios del siglo XX. El río era entonces un elemento esencial para la vida de un sector importante de la ciudad, bien
porque su oficio estaba ligado a él –pescadores, aguadores, lavanderas…– o bien porque formaba parte habitual de sus
momentos de ocio. A la izquierda podemos ver una extraordinaria composición fotográfica en la que aparecen unos niños
desnudos que acaban de disfrutar de un baño en las aguas del río con la Ermita de la Cabeza al fondo. A la derecha, ha-
ciendo un uso menos agradable del Tajo, aparece una lavandera en un emplazamiento muy cercano al anterior.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

144/145 1900-1936
146/147 1900-1936
129. Como se muestra en varias imágenes del siglo XIX, la Plaza
de Armas del Puente de Alcántara era una de los elementos de la
arquitectura defensiva de España más originales. Destruidos entre
1864 y 1871 casi todos los elementos que la conformaban, la histo-
ria aún guardaba una sorpresa. Oculta tras unas casuchas apare-
ció en 1911 la verdadera Puerta de Alcántara, situada enfrente del
torreón del puente. No fue restaurada sin embargo hasta mediados
de siglo, y además se hizo con una altura muy inferior a la que
debió tener originariamente a la vista de la estructura de la muralla
anexa que se puede apreciar en las fotografías más antiguas y que
no debieron ser consultadas al plantear la restauración. En la foto-
grafía, las casas que ocultaban la Puerta de Alcántara retrata-
das por Pedro Román Martínez.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

128. Dos de los oficios directa y exclusivamente dependientes del


río Tajo a comienzos del siglo XX eran el de aguador o azacán y
el de pescador. En esta fotografía de Pedro Román aparece una
mujer con un pez capturado en las aguas del Tajo. Se trata de otra
obra maestra del genial fotógrafo natural de Alcaraz.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo


130. La Torre del Hierro, para algunos historiadores parte del recinto
amurallado situado junto a la legendaria Puerta del Hierro o de Adaba-
quín –al-Dabbāgīn en árabe, que significa “de los curtidores” o “de las
tenerías”– desde el siglo XII. A comienzos del siglo XX servía de infra-
vivienda a humildes familias en uno de los barrios con más miseria de
la ciudad. Así fue retratada hacia 1910 por Pedro Román Martínez,
poco antes de que la torre fuese reducida casi a sus cimientos por la
desidia y el abandono a partir de los años 20. Fue reedificada en los
años 70 bajo la dirección del arquitecto Fernando Chueca Goitia.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

148/149 1900-1936
131. La romería de la Virgen del Valle es sin duda la más multitu-
dinaria de la ciudad desde tiempo inmemorial. Cada 1 de mayo los
cerros de los alrededores de la ermita se llenan de romeros que
pasan el día entre las escarpadas pendientes llenas de enormes
rocas o batolitos característicos de los berrocales de la Meseta
Cristalina. Pedro Román Martínez capturó hacia 1910 una de las
estampas más bellas de esta anual invasión de los roquedos.
Como se puede apreciar, entonces no existía en la denominada
Piedra del Rey Moro y sus inmediaciones ni una encina, ni un
almez, ni ningún otro rastro de vegetación, muy al contrario de lo
que hoy sucede afortunadamente.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

150/151 1900-1936
132. Mucho ha cambiado esta calle desde que Pedro Román Martí-
nez la fotografiara hacia 1910. Se trata de la actual calle Marqués
de Mendigorría, convertida hoy en uno de los principales viales de
la ciudad, y que por entonces no era más que un pedregoso ca-
mino de entrada a la ciudad por el norte. Al fondo se puede distin-
guir la ermita de San Eugenio, que hoy alberga –de modo bastante
sorprendente– una ferretería industrial. En la fotografía, unos traji-
nantes se dirigen al mercado del Martes.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo


133. Una fotografía preciosa de las muchas que tomó Pedro
Román Martínez a lo largo de su vida es esta que retrata la llegada
de las tropas para tributar honores en el recibimiento al rey Alfonso
XIII el 15 de enero de 1908. La imagen está tomada en la subida
desde la Puerta del Sol hacia el Paseo del Miradero y tiene una
fuerza excepcional.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

134. En 1908 ver un vehículo a motor en Toledo era todo un espec-


táculo por lo inusual. Y si en uno de ellos viajaba el rey Alfonso XIII
se trataba del acontecimiento del año en la ciudad. Así lo entendió
Pedro Román Martínez que, encaramado en una ventana del Pala-
cio Arzobispal en la calle de la Trinidad capturó el momento en que
la comitiva regia de vehículos tomaba una curva procedentes de la
calle Hombre de Palo para enfrentar la bajada por la calle Arco de
Palacio hacia la Plaza del Ayuntamiento, ante la atenta mirada de
decenas de personas.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

152/153 1900-1936
154/155 1900-1936
136. El 14 de febrero de 1912 un gran aumento del caudal del Tajo
en Toledo provocó la inundación de las vegas y las casas más
cercanas al río en la zona de las Tenerías. Pedro Román Martínez
retrató la fuerza del río anegando esas viviendas hasta cubrir
sus tejados. Puede verse también la chimenea de una industria
–probablemente una fábrica de electricidad– instalada en la ribera
del Tajo años antes y que estuvo en pie hasta mediados de siglo.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo

135. Una de las señas de identidad del Corpus en Toledo son sus
famosos gigantones. Conocidos a menudo como los Gigantones
de Lorenzana, en realidad no fueron ni construidos bajo su carde-
nalato –son anteriores–, ni promovidos por él sino que en realidad
los prohibió junto con la Tarasca por considerarlos anacronismos
medievales poco acordes con su visión renovadora de la religión,
enmarcada en la corriente ilustrada. A la muerte del Cardenal
Lorenzana, y dado el arraigo que esta tradición tenía en Toledo,
fueron recuperados junto con la Tarasca. Algunos representan las
razas existentes sobre la tierra, como por ejemplo estos dos negros
que Pedro Román Martínez retratara junto a la Catedral a comien-
zos del siglo XX.

Pedro Román Martínez © Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo


137. Luis Calandre Ibáñez (1890-1961) fue un impor-
tante médico especializado en cardiología. Si como
galeno fue sobresaliente, como fotógrafo aficionado
el cartagenero también nos dejó verdaderos tesoros.
Suya es esta preciosa vista de la calle de Santo
Tomé en 1913 tomada en primavera –las acacias de
la plazuela comenzaban a brotar en densos ramilletes
tras la severa poda anual– y en la que podemos apre-
ciar la actividad de los aguadores y las amas de casa
alrededor de la fuente situada a la derecha. Al fondo,
inmutable, la preciosa torre mudéjar de la Iglesia de
Santo Tomé.

Luis Calandre Ibáñez © Colección particular, Ciudad Real

138. Sin lugar a dudas, esta toma de la torre de la


Iglesia de Santiago del Arrabal en 1913 es una sen-
sacional fotografía de Luis Calandre. No solo por la
belleza de la calle y la iglesia, sino por la vida que los
niños que juguetean con el fotógrafo confieren a la
escena. Al fondo pueden aun verse adosados a la
iglesia tanto las lamentables tendillas pegadas al áb-
side –demolidas en los años 20– como el pórtico de
entrada a la iglesia, construido como tantos otros en
la Pequeña Edad del Hielo y que no fue derribado
hasta mediado el siglo XX.

Luis Calandre Ibáñez © Colección particular, Ciudad Real

156/157 1900-1936
139. En octubre de 1913 visitó Toledo el primer ministro francés
Raymond Poincaré. Dos años antes se había descubierto la ver-
dadera Puerta de Alcántara y era una ocasión ideal para lucirla
y engalanarla ante la visita del mandatario galo acompañado de
Alfonso XIII. Se colocaron tapices en la Puerta y allí se situaron
bellas jóvenes vestidas con mantones de Manila. Debajo, las au-
toridades esperarían a los visitantes ataviados con sus mejores
galas incluyendo los tan de moda entonces sombreros de copa.
En la imagen, la comitiva encargada de la recepción y alguno de
los fotógrafos desplazados desde Madrid y París esperan ansio-
sos la llegada del Rey y de Poincaré.

© Fototeca EFE
140. Luis Calandre retrató en 1913 las huertas que rode-
aban la zona del Granadal y la Playa de Safont de modo
sensacional. Estas huertas se situaban en el lugar que
antaño ocupara la célebre Isla de Antolínez, desecada a
finales del XVIII o comienzos del XIX, y que se formaba
al dividirse el Tajo en dos brazos frente a la denominada
Puerta del Vado. De hecho, esta puerta debe su nombre
al hecho de que era posible durante buena parte del año
vadear allí el río pues la profundidad del agua en ambos
brazos era escasa. El cauce volvía a ser único justo
antes de llegar la corriente al Puente de Alcántara.
La línea de árboles que puede verse en la imagen al
fondo a la izquierda marcaba el límite del brazo del río
que rozaba la Puerta del Vado.

Luis Calandre Ibáñez © Colección particular, Ciudad Real

141. El Ejército fue una de las instituciones que desde el


siglo XIX más ayudaron a frenar el declive demográfico
y económico que sufría la ciudad. La instalación del Co-
legio de Infantería en 1850 dio paso al florecimiento de
toda una serie de negocios necesarios para ofrecer los
bienes y servicios demandados por la tropa. Sastrerías,
academias militares, bares o lavanderías vivían en algu-
nos casos casi exclusivamente de los servicios ofrecidos
a los cadetes y sus superiores. Se fraguó entonces una
estrecha relación entre la ciudad y el estamento militar
que aún perdura y que ha dejado imágenes para la his-
toria. Una de las más curiosas y entrañables es esta to-
mada en 1913 en la que una gitanilla lee el futuro en la
mano de un cadete ante la mirada de sus compañeros.

© Colección de José Luis Isabel

142. James Craig Annan (1864-1946) fue un excelso fotógrafo escocés considerado
por muchos el mayor maestro que ha existido en la técnica del fotograbado, que
aprendió nada menos que en 1883 en Viena de boca del creador de la misma, el
checo Karel Klíč. Miembro de Honor de la Royal Photographic Society, fue el primer
autor en montar una exposición personal para esta institución en 1900. La ciudad
de Toledo no pasó desapercibida para este genio, que la visitó en enero de 1914.
En el Metropolitan Museum of Art de Nueva York se conserva esta fotografía que
nos muestra el aspecto de la Calle Santa Fe por aquel entonces. Destaca la deco-
ración de la cornisa del convento que da nombre a la calle que aún era visible tam-
bién en su cara sur, antes de que se construyera el edificio que ocupó el solar
contiguo y que eliminó este flanco de cornisa.

James Craig Annan © The Metropolitan Museum of Art, New York © Photo SCALA, Florence. 2012

158/159 1900-1936
143 / 144. Entre los maravillosos fotograbados de James Craig
Annan cabe destacar esta vista de 1914 de la carpintería que
existía en la Plaza de Santa Isabel, regentada por Modesto de la
Cuerda. La fotografía de la derecha muestra la misma carpintería
unos años más tarde, hacia 1921, fotografiada por Otto Wunder-
lich. En esta toma, más amplia, se puede apreciar la maravillosa
vista que existía de la Catedral desde esta plaza. En nuestros
días, la ausencia de un plan municipal de preservación de vistas
interiores –tan importantes o más que las panorámicas desde
fuera de la ciudad– ha hecho que esta vista se haya perdido con
la construcción de un alto edificio. A esta distorsión del paisaje
hay que añadir la permanente invasión de la portada de la anti-
gua carpintería con vehículos aparcados.

James Craig Annan © Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Alexis Brandt

160/161 1900-1936
Otto Wunderlich © Otto Wunderlich. Toledo. Casco Antiguo. Fototeca del IPCE
145. El banquero judío alsaciano Albert Kahn (1860-1940) protagonizó la
que es tal vez la más bella idea de la historia de la fotografía: la creación
de un inmenso banco de imágenes –Archives de la planète– que retra-
tara todas las culturas del mundo mediante la técnica del autocromo.
Contrató a los mejores fotógrafos del momento para que recorrieran el
mundo fotografiando por vez primera a color miles de increíbles lugares y
personas. Toledo no podía quedar fuera de este proyecto de modo que
Kahn envió a uno de los más grandes de la época, el francés Auguste
Léon (1857-1942) que fotografió la ciudad entre el 15 y el 17 de junio de
1914. Una de sus más bellas fotografías es esta toma de Zocodover, a
las dos en punto de la tarde de aquel día de junio, donde podemos ver un
grupo de chiquillos reunidos en la plaza. La vida cotidiana de Toledo era
por fin retratada a color gracias al empeño de un filantrópico banquero
judío. Las catalpas plantadas hacia 1900 aún estaban presentes, aunque
pronto fueron retiradas dado su raquítico desarrollo.

Auguste Léon © Musée Albert Kahn - Département des Hauts de Seine

162/163 1900-1936
146. Otra de las obras maestras que Auguste Léon tomó en junio
de 1914 para el proyecto de Albert Kahn es esta vista de la zona
del Baño de la Cava. La fuerza y el realismo que el color confiere
a la imagen casi hace que parezca un montaje en comparación
con la vista en la actualidad, absolutamente desfigurada desde
los años 70 por el Puente de la Cava, una infraestructura que por
otro lado era vital para la ciudad. Sin duda esta fotografía permite
todo un viaje en el tiempo.

Auguste Léon © Musée Albert Kahn - Département des Hauts de Seine


147. Auguste Léon capturó magistralmente el colorido de los revo-
cos de las fachadas y de los geranios de los balcones en la cén-
trica calle de Santa Isabel. Una imagen alegre que bien pudiera
ese mismo día de junio de 1914 haber contemplado Benito Pérez
Galdós, que frecuentaba Toledo y esa calle desde que, hacia
1890, se alojara un tiempo en el número 16 de la misma, en la
fonda de las hermanas Figueras.

Auguste Léon © Musée Albert Kahn - Département des Hauts de Seine

164/165 1900-1936
148. Demetrio Ribes (1875-1921) fue un destacado arquitecto va-
lenciano autor por ejemplo de los Edificios Gemelos de la Esta-
ción de Príncipe Pío en Madrid. Muy hábil en el manejo de la
cámara estereoscópica, visitó Toledo en mayo de 1915 para in-
mortalizar la ciudad buscando inspiración creadora para sus obras
a partir de los monumentos toledanos. Es una joya esta vista es-
tereoscópica a color –usando la técnica del autocromo– que Ribes
tomó de la Puerta del Sol.

Demetrio Ribes © Cátedra Demetrio Ribes. UVEG-CITMA/Colección Gullot-Ribes

149. Aquí tenemos la primera foto a color que se conozca de la


Posada de la Hermandad, incluida en la serie de Auguste Léon en
junio de 1914. El precioso edificio fue sede de la Santa Hermandad
Vieja de Toledo, fundada en el siglo XIII con el objetivo de proteger
los caminos, montes y bienes forestales del extenso terreno situado
entre los ríos Tajo y Guadiana que, tras la batalla de las Navas de
Tolosa, quedó abandonado a merced de ladrones, bandidos y asal-
tadores de caminos. Temida y respetada, estaba constituida por
colmeneros, cazadores, leñadores, ballesteros, pastores y demás
profesiones relacionadas con el campo. La Hermandad contaba con
sus propios medios para mantener el orden, entre los que destaca-
ban los denominados cuadrilleros, cuyas figuras adornan la fa-
chada. Fue disuelta en 1835.

Auguste Léon © Musée Albert Kahn - Département des Hauts de Seine

166/167 1900-1936
150. La belleza y la historia de Toledo han sido un atractivo que ha motivado que la ciudad fuese
pionera en ser retratada según las diferentes técnicas que se han ido sucediendo a lo largo de
la historia. La fotografía aérea desde avión no es una excepción, pues Toledo fue la primera
ciudad en ser fotografiada desde un avión que se tenga constancia en España. Sucedió en
1915 aproximadamente, cuando el capitán Juan Vallespín Zayas voló a la ciudad procedente
del aeródromo de Cuatro Vientos acompañado por un fotógrafo que capturó por vez primera la
ciudad desde semejante altura. Por suerte las placas obtenidas no se rompieron en el aterrizaje
forzoso con el que terminó este vuelo y en el que cayeron en un prado donde pastaban ovejas.
El pastor que las cuidaba arremetió contra Vallespín y el fotógrafo al grito de “¡Estos señoritos
de Madrid, que me matan las ovejas!” ocasionando al capitán la rotura de dos costillas. Peor
suerte corrió Vallespín poco después –en 1917– cuando falleció en otro accidente de aviación.

© Centro Cartográfico y Fotográfico del Ejército del Aire, Ministerio de Defensa

168/169 1900-1936
151. No abundan las fotografías de cierta calidad que
retraten la fachada principal del Hospital Tavera, tal
vez por estar siempre a la sombra del formidable con-
tenido interior del edificio. En 1916 Luis Calandre ob-
tuvo probablemente una de las mejores, en la que
podemos ver –además de la formidable arquitectura
renacentista– un intento de forestación del entorno,
que a la vista de las fotografías de años posteriores,
no debió ser en absoluto exitoso. Se puede también
ver un vehículo ascendiendo por la calle ocupado por
unos hombres con el típico sombrero canotier tan de
moda por entonces.

Luis Calandre Ibáñez © Colección particular, Ciudad Real

152. Otra de las mejores fotografías tomadas por Luis


Calandre es esta de 1916 en el interior de la Sina-
goga del Tránsito, poco después de la restauración
auspiciada por el Marqués de la Vega Inclán. En su
interior ya no figuraba el retablo que durante siglos
ocultó el hejal y que fue trasladado a la capilla mozá-
rabe de la Catedral, pero puede verse que se habían
respetado tanto la sillería de su etapa cristianizada
como varios enterramientos en el centro de la nave.
También son llamativos los grandes montones de to-
millo y otras aromáticas depositados en varias de las
repisas del templo, al parecer costumbre habitual en
visitas regias por lo que la toma debió hacerse cerca
de la visita de Alfonso XIII al edificio restaurado.

Luis Calandre Ibáñez © Colección particular, Ciudad Real


153. José Villar Martelo (1873-1951) fue un destacado farmacéu-
tico de La Coruña que se enamoró de la fotografía estereoscó-
pica en 1900 tras conocer en París en persona a Jules Richard,
autor de la cámara Verascope y el visor Taxiphote. Desde enton-
ces no paró de fotografiar el mundo en tres dimensiones en sus
numerosos viajes. Hacia 1918-1920 visitó Toledo durante las fies-
tas del Corpus, y tomó algunas maravillosas fotografías como
esta preciosa vista de la Calle Martín Gamero, una de las más
engalanadas históricamente.

José Villar Martelo © Colección de Juan Villar Ferrer/Taxiphote

170/171 1900-1936
154. En los años 20 existía enfrente de la Puerta de Bisagra
este surtidor de gasolina filtrada. Sin duda un signo de los nue-
vos tiempos que habían de llegar en la generalización del uso
del automóvil. La preciosa fotografía es atribuida a Rodríguez.

© Colección de Javier Felage


155. José Villar Martelo visitó con sus acompañantes la Sinagoga de
Santa María la Blanca hacia 1918-20. En el exterior de la misma tomó
esta llamativa vista de la Calle Reyes Católicos en la que –además de
unos curiosos patos cruzando la pedregosa, que no empedrada, calle–
podemos contemplar el interminable proceso de restauración de San Juan
de los Reyes, que por entonces tenía la mitad de sus cubiertas al aire.

José Villar Martelo © Colección de Juan Villar Ferrer/Taxiphote

172/173 1900-1936
156. Tal vez la fotografía más bella de la serie tomada por José
Villar Martelo hacia 1918-20 es esta en la que podemos ver la
Cuesta de Carlos V desde Zocodover. Preciosos anuncios de
época en las ventanas rodean una escena en la que destaca
el transporte de un piano, probablemente destinado a amenizar
la velada de la noche del Corpus en el Café Suizo.

José Villar Martelo © Colección de Juan Villar Ferrer/Taxiphote


157. La Plaza de Zocodover contó hasta 1926 en que se constru-
yeron unos urinarios subterráneos con sucesivos evacuatorios
–exclusivamente para público masculino– bastante poco sofistica-
dos. Uno de los más curiosos era este semicircular que en su parte
posterior contaba incluso con publicidad de una academia para
preparación de funcionarios. Estaba flanqueado por dos ejempla-
res de melia (Melia azedarach) que durante algunos años sombre-
aron la plaza. La fotografía es de José Villar Martelo hacia 1918-20.

José Villar Martelo © Colección de Juan Villar Ferrer/Taxiphote


158. En los años 20 tuvo lugar una de las reparaciones de la
torre de la catedral. La espectacular imagen tomada por un
miembro de la saga Rodríguez muestra las dimensiones de las
partes de la zona superior de la torre como por ejemplo las letras
de la veleta, casi tan altas como una persona. A la vista de los
métodos de protección de los obreros, estos trabajos no supera-
rían en la actualidad el más mínimo control de riesgos laborales.

© Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo. Junta de Comunidades


de Castilla-La Mancha. Signatura ALBUM-1-141

174/175 1900-1936
159. La procesión del Corpus Christi fue desde el principio uno de
los mayores reclamos turísticos de la ciudad. José Villar Martelo
viajó desde La Coruña para pasar aquella jornada en Toledo
hacia 1918-20. Vio la procesión junto a la Delegación de Ha-
cienda y desde allí tomó algunas preciosas fotos de la procesión
como por ejemplo ésta en la que se suceden cruces y estandar-
tes ante la atenta mirada de cientos de personas, muchas de
ellas en los balcones protegidas del sol con sombrillas al quedar
fuera de la sombra ofrecida por los toldos llenos de remiendos.

José Villar Martelo © Colección de Juan Villar Ferrer/Taxiphote

176/177 1900-1936
160. A comienzos del siglo XX –la imagen se tomó hacia 1920– la Posada de la Sangre era uno de los mayores re-
clamos turísticos de la ciudad. Desde que en 1872 se colocara la placa que podemos ver en la imagen, en la que se
aseguraba que era el Mesón del Sevillano citado en La Ilustre Fregona de Cervantes, y un busto del escritor –sobre
la ventana–, multitud de viajeros visitaban esta humilde fonda convencidos de estar en un lugar demostradamente
cervantino. Años más tarde Rafael Ramírez de Arellano aportó pruebas fehacientes de que el verdadero Mesón del
Sevillano se encontraba al final la misma calle en la acera contraria, generándose una cierta polémica en la ciudad.
Por desgracia, la Guerra Civil igualó el destino de ambos históricos mesones. (Ver foto 212 en página 225).

© The Courtauld Institute of Art, London.


161. La Posada de la Sangre era un típico mesón castellano con
un patio central rectangular sobre cuyos lados se elevaban las ga-
lerías soportadas por columnas de estilo renacentista. En los
pisos superiores se situaban las habitaciones o quartos. Hacia
1920 Taylor tomó esta preciosa fotografía de su patio con un ca-
rruaje aparcado en su interior. Por entonces aún se creía que era
el escenario real literariamente retratado en La Ilustre Fregona de
Cervantes siendo visitado por ello por personas tan diversas como
Buñuel, Lorca, Alberti o Dalí –que se hospedaban aquí a menudo
en sus correrías con la Orden de Toledo– y descrito genialmente
por Blasco Ibáñez.

Taylor © The Courtauld Institue of Art, London

178/179 1900-1936
162. Justin Marie Charles Alberty Jeanneret, conocido como
Loty (1885-?) fue un excepcional fotógrafo francés afincado
en España. Su extensa obra fue redescubierta hacia 1990 en
la casa que habitó en Madrid tras estar olvidada desde que en
1936 abandonara el país debido al estallido de la Guerra Civil.
Una buena parte de su trabajo se desarrolló en Toledo, siendo
reproducidas muchas postales con sus fotografías. En la ima-
gen tomada en los años 20 podemos ver la parte trasera de la
desaparecida Puerta de San Martín –edificada en 1864 y
demolida en 1967– que servía como aduana municipal donde
cobrar portazgo en el fielato allí instalado. El arquitecto fue
Santiago Martín Ruiz y su impulsor el alcalde Dámaso de Arza
y Orrantía. La imagen pudo ser tomada por Antonio Passa-
porte, socio de Loty

Loty © Archivo de la Diputación Provincial de Toledo

163. Mi abuelo Eduardo Butragueño Bueno (1907-1976) tomó


cientos de fotografías de Toledo a lo largo de su vida. Pese a
pasar gran parte del año en alta mar como capitán de buques
mercantes, siempre encontraba unos días para volver a su
querida ciudad. Comenzó a fotografiar de modo autodidacta
desde muy joven, revelando él mismo los negativos. Muy afi-
cionado a los deportes –fue uno de los fundadores del Club
Náutico de Toledo– tomó algunas de las primeras fotografías
de deportes en la Escuela de Gimnasia en los años 20.
Una de ellas es esta bella estampa de un salto con pértiga.

Eduardo Butragueño Bueno © Familia Butragueño Cerviño


164. José Regueira tomó en 1921 probablemente las mejores pa-
norámicas que se conocen de la ciudad. Hechas con el modelo
de cámara Kodak Panoram 4, Regueira consiguió impresionantes
vistas desde el entorno del Castillo de San Servando pese a no
ser un fotógrafo profesional.

José Regueira © Archivo fotográfico José Regueira. Filmoteca de Castilla y León.


Digitalizada por Carlos Díez Escribano

180/181 1900-1936
165. José Ortiz Echagüe (1886-1980) es considerado por algunos
autores el mejor fotógrafo español del siglo XX y un maestro del
pictorialismo. Su obra es fácilmente reconocible por el peculiar y
acusado contraste de las fotografías que él mismo revelaba me-
diante la técnica del Carbón Fresson, que requería una gran peri-
cia y grandes dosis de paciencia y habilidad. Se trata de uno de
los pocos fotógrafos españoles cuya obra ha sido expuesta en el
Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Fue además el funda-
dor de dos de las mayores empresas del país: SEAT y CASA.
La fotografía muestra una excepcional vista del Puente de San
Martín hacia 1925 con un espectacular cielo resaltado por la pe-
culiar técnica usada por el alcarreño.

José Ortiz Echagüe © Fondo Fotográfico de la Universidad de Navarra/VEGAP

182/183 1900-1936
166. Friedrich Christiansen (1867-?) fue un fotógrafo alemán
especialista en la técnica del fotograbado. Visitó Toledo en los
años 20 y tomó deliciosas vistas, como por ejemplo esta desde
la Ermita del Valle donde podemos ver varios niños ligeros de
ropa interior asomados al pretil flanqueados por un soberbio y
centenario almez que aún pervive con notable salud hoy día.

Friedrich Christiansen © Colección personal de Eduardo Sánchez Butragueño


167. Esta fotografía del alemán Otto Wunderlich (1886-1975)
tomada hacia 1925 podría parecer una panorámica más. Pero
no lo es. La tonalidad clara del rodadero generado en toda la
ladera que desciende al río es debida a que se trataba de una
obra muy reciente. En concreto fue la construcción del denomi-
nado camino de ronda ejecutado en 1924 y que fue la primera
intentona urbanística de generar un vial circular por el sur de la
ciudad. Sin suda un gran avance para las comunicaciones de
Toledo, aunque supuso como se puede comprobar la oculta-
ción de buena parte del basamento rocoso de esa zona del pe-
ñasco toledano, que quedó cubierto por los nuevos rodaderos
168. El Corral de Don Diego es uno de los espacios urbanos
formados en gran medida por elementos de desecho, escom-
más peculiares de la ciudad. De origen claramente islámico
bros, derribos y arenas. Fue el antecedente de la definitiva
medieval, estos corrales eran viviendas agrupadas en torno a
ronda cornisa que no fue realidad hasta 1983.
un espacio común y aisladas del exterior por una puerta. Estas
casas fueron propiedad de Diego García de Toledo y el lugar
Otto Wunderlich. Vista de Toledo desde Los Cigarrales
© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE era conocido hacia 1200 como Plaza de los Cambistas, lo que
parece localizar aquí la alcaicería de Toledo. La fotografía de
Otto Wunderlich puede datarse en 1921 a tenor del bando con
fecha de abril de ese año pegado en la parte izquierda de la
portada firmado por Alberto Castaño Caro, alcalde de Toledo
entre enero de 1921 y abril de 1922. A la izquierda de la por-
tada se puede ver un rudimentario urinario de los varios que
existían en puntos estratégicos de la ciudad. En el interior del
Corral puede verse aparcado el ómnibus o coche de línea Bar-
gas-Toledo, uno de los primeros servicios regulares de trans-
porte entre Toledo y sus localidades limítrofes.

Otto Wunderlich. Portal del corral de Don Diego


© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

184/185 1900-1936
169. Otto Wunderlich supo captar de modo magistral el apacible
descanso de estos bueyes frente al Baño de la Cava, muy cerca
del Puente de San Martín. Tomada hacia 1921, esta fotografía bien
podría haberse obtenido en cualquiera de los anteriores siglos pues
este tipo de carros tirados por bueyes y el paisaje que les contem-
pla poco habían cambiado desde tiempos muy remotos.

Otto Wunderlich. Bueyes descansando cerca del Baño de la Cava


© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

170. La llegada del siglo XX no supuso cambio alguno en el modo


de vida de ciertos colectivos. Azacanes, arrieros y trajinantes lle-
vaban en los años 20 el mismo tipo de vida que padecieron sus
padres, abuelos y tatarabuelos. De acá para allá en su jumento,
el aguador de la imagen fue retratado por Otto Wunderlich en el
Puente de San Martín de vuelta de uno de sus viajes al río para
cargar de agua sus cántaros de barro, que era luego repartida
por la ciudad bien en el propio burro o también con carretillas de
madera sobre las que se colocaban los cántaros.

Otto Wunderlich. Aguador de Toledo montado sobre un burro


© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE.

186/187 1900-1936
188/189 1900-1936
172. Una de las perspectivas más bellas de la ciudad que hoy
son casi imposibles de repetir era la existente en la Plaza de
Don Fernando. De las varias tomadas entre 1910 y 1925 por
fotógrafos como Kurt Hielscher o Auguste Léon he escogido
esta de Otto Wunderlich por su belleza y resolución. Se trata de
un lugar muy modificado en nuestros días urbanísticamente con
edificios que impiden la visión de la Catedral con esa claridad.

Otto Wunderlich. Casco antiguo de Toledo © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE

171. En 1920 la esperanza de vida al nacer en España era de 41


años. Las duras condiciones en las que se vivía, con una alimen-
tación no del todo completa, medios higiénicos y sanitarios defi-
cientes y un escaso desarrollo de la medicina hacían que el
envejecimiento fuese un proceso más rápido que el actual.
El pastor de la fotografía, en apariencia un anciano, probable-
mente fuese hoy día una persona considerada de mediana edad.
Sentado en Zocodover, tiene a su espalda unos niños vestidos
de marinero que ayudan a situar la estampa en la primavera.

Otto Wunderlich. Paisano de Toledo © Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca del IPCE
173 / 174. El 6 de marzo de 1923 Toledo recibió una de las visitas más célebres del siglo XX. Nada menos que
Albert Einstein recorrió la ciudad –acompañado entre otros por Ortega y Gasset y Bartolomé Cossío– en un
día histórico para la ciudad, aunque se trató de una visita privada y casi secreta. Sobre estas líneas, el grupo en
los jardines del Museo del Greco con San Cristóbal al fondo, el genial científico en el centro de la imagen, Or-
tega y Gasset es el segundo por la izquierda y Cossío cierra el grupo a la derecha. En la página siguiente posan
en el Puente de Alcántara. Esto es lo que el propio Einstein escribió en su diario sobre aquel día: “Viaje a To-
ledo camuflado con muchas mentiras. Uno de los días más hermosos de mi vida. Cielo radiante. Toledo es como
un cuento de hadas. Nos guía un entusiasta viejo hombre (Cossío) que al parecer ha producido algunos trabajos
importantes sobre el Greco. Las calles y la plaza del mercado, vista de la ciudad, el Tajo con algunos puentes de
piedra; cuestas de piedra, agradables planicies, catedral, sinagoga. Puesta de sol con resplandecientes colores
en nuestro regreso. Un pequeño jardín con una vista cerca de la sinagoga. Una magnífica pintura de el Greco
en una pequeña iglesia (entierro de un noble), entre las cosas más productivas que ví. Un día maravilloso.”

Henri Ernest Édouard Antoine Ladrey © Fundación Ortega-Marañón

190/191 1900-1936
175 / 176. La Orden de Toledo fue uno de los más originales y
transgresores grupos de artistas e intelectuales creados a comien-
zos del siglo XX. Fundada de modo muy peculiar por un jovencí-
simo Luis Buñuel el 19 de marzo de 1923, en el grupo se integraron
miembros de la talla de Federico García Lorca, Salvador Dalí,
Rafael Alberti, María Teresa León, Pepín Bello o José Moreno Villa
entre otros muchos. Se trataba por tanto de lo mejor de la genera-
ción del 27 con Toledo como fuente de inspiración y lugar de reu-
nión. El rango alcanzado en la Orden dependía del grado de
cumplimiento de las reglas, básicamente resumidas según Buñuel
en ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y ponerse en dispo-
sición de vivir las más inolvidables experiencias. En estas dos imá-
genes, Pepín Bello, José Moreno Villa, María Luisa González,
Luis Buñuel, Salvador Dalí y José María Hinojosa en un al-
muerzo en el Restaurante Venta de Aires en 1924, uno de sus
lugares predilectos de reunión.

© Colección de Alfredo Valverde

192/193 1900-1936
177. El 30 de mayo de 1926 tuvo
lugar la Coronación de la Virgen
del Sagrario. Para la ocasión
estrenó esta preciosa joya creada
por el orfebre Félix Granda que
porta en Zocodover el entonces
alcalde Fernando Aguirre.
En 1936 fue incautada por el
gobierno de la República junto
con el tesoro catedralicio siendo
recuperada al finalizar la
contienda civil.

Atribuida a Rodríguez © Colección Particular

178. En junio de 1927 el


alpinista Albert Oliveras visitó
Toledo durante las fiestas del
Corpus Christi. Tomó esta
bonita fotografía de la Plaza de
Zocodover desde la bajada del
Alcázar. Los coches de época y
la animación de la plaza dan a la
imagen un aire muy propio de los
felices años 20.

Albert Oliveras
© Centre Excursionista de Catalunya
179. Una de las mejores fotografías de mi abuelo Eduardo Butra-
gueño Bueno es esta tomada en una irreconocible Avenida de la
Reconquista hacia 1930. Aparecen su hermana Pepita y su
madre –mi bisabuela– junto con su amiga Luisa Lahera en una
soleada pero fría tarde de paseo invernal. Era un recorrido bas-
tante habitual entre los toledanos de entonces, en el que solían
bajar hasta el cementerio de Palomarejos. Hay que recordar que
el paseo más frecuente en nuestros días que es dar la vuelta al
Valle no fue posible hasta que a mediados de los años 30 fuese
ejecutada la carretera del Valle junto con el puente sobre el
Arroyo de la Degollada.

Eduardo Butragueño Bueno © Familia Butragueño Cerviño

194/195 1900-1936
180. El 14 de abril de 1931 se produjeron en toda España con-
curridas manifestaciones para celebrar el advenimiento
de la II República. Toledo no fue una excepción y también
salió una gran cantidad de gente a la calle como muestra esta
imagen tomada probablemente por Pedro Román Martínez en
la Cuesta de Carlos V. Una banda de música posiblemente
militar desciende desde el Alcázar para dirigirse a la Plaza de
Zocodover donde una multitud se agolpa. El primer alcalde
de Toledo en esta segunda fase republicana fue José Ballester
Gozalvo.

Atribuida a Pedro Román Martínez © Colección particular


196/197 1900-1936
181 / 182. Gonzalo de Reparaz (1901-1984), un buen geógrafo
que tras la Guerra Civil desarrolló casi toda su vida en Perú, rea-
lizó un notable y extenso reportaje fotográfico en Toledo en el ve-
rano de 1933. Retrató rincones de la ciudad no demasiado
habituales, entre los que destacan estos dos por su belleza y por
haber permanecido casi inalterados hasta nuestros días: a la iz-
quierda la Plaza del Seco y a la derecha la Plaza de Santa Eula-
lia. Sin duda, dos de las plazuelas con más sabor de la ciudad.

Gonzalo de Reparaz © Institut Cartogràfic de Catalunya


183. En 1934 bajo la alcaldía de Justo García fue liberada la
Puerta de Bisagra de las viviendas a ella adosadas. De este
modo cambió por completo la visión del monumento en su zona
interior a las murallas. La calle Real del Arrabal dejó de ser una
estrecha calle que como un embudo se cerraba en dicha puerta
para convertirse en un espacio bastante más diáfano alrededor
de esta emblemática entrada a la ciudad.

Atribuida a Rodríguez © Colección particular

198/199 1900-1936
184. En agosto de 1935 tuvo lugar en Toledo uno de los encuentros
más especiales que uno puede imaginar. El sudafricano Roy Campbell
era ya un poeta de gran renombre en el mundo anglosajón y vivía en
Toledo tras su desencuentro con la mayoría de miembros del Círculo
de Bloomsbury encabezados por Virginia Woolf. En la plaza de Zoco-
dover conoció a un jovencísimo Laurie Lee que recorría España a la
aventura con su violín. Congeniaron de tal modo que Lee pasó una se-
mana en casa de los Campbell. Un año después, Campbell dio su
apoyo al bando franquista y Lee combatió en las Brigadas Internacio-
nales. Pese al desencuentro ideológico, jamás ninguno habló mal del
otro. Ambos pasaron a la historia como dos de los mejores escritores
en lengua inglesa del siglo XX.

© Colección familiar de Tess Campbell/Cortesía de Joseph Pierce


200/201 1900-1936
186. El 15 de febrero de 1936 tuvo lugar en el Restaurante Venta
de Aires este encuentro entre Federico García Lorca y el político
peruano Víctor Andrés Belaunde (a la derecha), acompañado de
las hijas de éste —Mercedes y Sofía— y el historiador Raúl Po-
rras. Belaunde estuvo exiliado en Estados Unidos desde 1921 y
allí conoció al poeta. El encuentro de la fotografía, con motivo del
viaje a Europa de Belaunde como representante de Perú ante la
Sociedad de Naciones, tuvo lugar en el restaurante que tanto fre-
cuentara Lorca con sus compañeros de La Orden de Toledo. Se
trata de un documento de excepcional valor del cordial encuentro
entre un católico como Belaunde y un destacado intelelectual vin-
culado ideológicamente a la izquierda, antesala dolorosa del en-
frentamiento fratricida que pocos meses después comenzaría y
una de cuyas primeras víctimas fue el genial poeta.

© Colección personal de Domingo García Belaunde

185. En los años 30 fue tomada esta instantánea típicamente to-


ledana: la colocación de los toldos en las calles por donde pasa
la procesión del Corpus Christi. Con sus habituales remiendos
rectangulares, los toldos son colocados por los operarios munici-
pales en la calle Comercio junto a la tienda fotografía de los
Rodríguez, autores de la instantánea.

© Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo.


Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura CMB 1-18
La Guerra Civil

Abordar desde el punto de vista de la fotografía el


desarrollo de la Guerra Civil en Toledo supone una
tarea por momentos dolorosa, no solo por la dureza
de muchas de las imágenes, sino porque supone la
constatación visual del mayor fracaso colectivo al que
puede llegar un país. Si cualquier guerra es un fra-
caso de la especie humana, una contienda entre her-
manos es el mayor drama al que una sociedad puede
enfrentarse. Aquella España –aquel Toledo– que no
se soportaba a sí misma y que no supo sentar unas
bases de convivencia con respeto mutuo a las convic-
ciones y creencias ajenas tocó fondo en aquel trienio
1936-1939.

Han pasado casi 80 años desde entonces, suficientes


–creo– como para abordar sin pasiones ni miedos lo
sucedido aquellos días. Sin ser historiador, como es-
tudioso de la fotografía quiero aportar mi grano de
arena al conocimiento más objetivo posible de lo
acontecido entonces. La selección de imágenes, mu-
chas de ellas inéditas, ha sido una de las tareas más
difíciles en la elaboración de todo el libro, no solo por
la gran cantidad de material gráfico disponible sino
por la crudeza de algunas de ellas. He intentado ser
valiente y no he renunciado a incluir las más duras,
precisamente buscando una visión en cierto modo di-
dáctica que recuerde especialmente a los más jóve-
nes a qué fueron capaces de llegar los españoles de
entonces.

En lo referente a lo fotográfico, la Guerra Civil Española


fue el primer conflicto bélico con un seguimiento ma-
sivo por los medios informativos internacionales, por lo
que se trata de una guerra fotográficamente especial,
con presencia por primera vez de fotógrafos conscien-
tes de que su obra era capaz de servir a una ideología
con la que se sentían comprometidos. Del mismo
modo, el contexto histórico de 1936 marcado por el
auge de los totalitarismos fascista y comunista hizo
que en buena medida esta guerra fuese un campo de
experimentación previo a la II Guerra Mundial, con im- pequeña muestra no puede ni debe interpretarse como
plicaciones importantes en nuevos usos de la fotografía una recopilación exhaustiva de la documentación grá-
como eficaz medio de propaganda. fica disponible, aunque espero sea suficiente para que
su contemplación acerque de un modo sucinto a lo su-
Y dentro de la importancia internacional que tuvo la cedido en Toledo en aquellos tristes días.
Guerra Civil, lo acontecido en Toledo en el verano de
1936 puede considerarse como el primer evento bé- Una parte de esta selección muestra las enormes pér-
lico –no sería del todo apropiado hablar de batalla– didas patrimoniales que la ciudad sufrió durante esta
seguido por la prensa internacional de modo masivo guerra, a menudo minimizadas en las crónicas pero
en tiempo más o menos real con crónicas semanales que supuso la pérdida de verdaderos tesoros artísticos
e incluso diarias. Sin duda, durante los casi 70 días con siglos de antigüedad. La lista es extensa, desde
que duró el asedio del Alcázar el mundo giró su vista los edificios destruidos en acciones estrictamente béli-
hacia Toledo. cas –Alcázar, Posada de la Sangre, Mesón del Sevi-
llano, Fonda de la Caridad, Arco de la Sangre, Iglesia
De hecho, es probable que este seguimiento mundial de la Magdalena o Zocodover– hasta edificios –en su
del asedio y su repercusión internacional supusiera la mayoría religiosos– arruinados por el odio ideológico
primera decisión bélica de la Historia tomada con crite- como la Iglesia de San Lorenzo o el Convento de San
rios más relacionados con lo mediático y la propa- Juan de la Penitencia sin olvidar los centenares de imá-
ganda que con lo estrictamente militar. Estoy genes, esculturas, lienzos, sepulcros y otros tesoros
refiriéndome a la decisión de Francisco Franco de des- artísticos destrozados o expoliados. A esta extensa
viar hacia Toledo el avance de su ejército que desde lista cabría añadir multitud de viviendas particulares,
Extremadura se dirigía a Madrid, con el fin de liberar a especialmente en el entorno del Alcázar, que fueron re-
los casi 1.800 simpatizantes de la sublevación contra la ducidas a escombros y que nunca fueron inventariadas
II República encerrados en el Alcázar. Una decisión que desde el punto de vista patrimonial.
tuvo sus detractores dentro del propio ejército nacional
–provocó que Juan Yagüe fuese sustituido por José En- El recorrido fotográfico que he seleccionado intenta,
rique Varela en dicho avance hacia Toledo– pero que pues, ser un breve resumen de las mejores fotografías
con el tiempo ha sido interpretada por multitud de ex- tomadas en la ciudad desde que estallara la guerra en
pertos como uno de los puntos de inflexión de la con- julio de 1936. Bastantes de ellas son inéditas, nunca
tienda. La liberación del Alcázar fue noticia en todo el antes publicadas en España, como por ejemplo las
mundo y marcó el comienzo de la fulgurante carrera de pertenecientes a la célebre Maleta mexicana, el ha-
Franco dentro de su ejército y supuso un duro golpe llazgo fotográfico más importante en lo que va de siglo
psicológico para las tropas republicanas. Sin la presen- y que fueron tomadas por David Seymour Chim, el
cia de los medios de información, desde un punto de compañero de los míticos Robert Capa y Gerda Taro.
vista estrictamente militar, acudir a liberar el Alcázar hu- Pido de antemano disculpas por la dureza de alguna
biese sido absolutamente absurdo. de las fotografías, pero creo que su presencia en esta
selección está plenamente justificada y las considero
El legado fotográfico que la Guerra Civil dejó en Toledo importantes en la mencionada tarea didáctica encami-
es por tanto extensísimo y daría para la publicación de nada a mostrar algo que por desgracia sucedió y que
un libro exclusivamente dedicado a ello, por lo que esta jamás debería repetirse.
187. A primera hora del 21 de julio de 1936 el capitán Emilio
Vela-Hidalgo y García-Ciudad leyó la proclamación del Estado
de Guerra en la ciudad de Toledo, primero en el Alcázar y más
tarde –en la imagen– en Zocodover. Era el comienzo oficial
de la Guerra Civil en Toledo. Vela-Hidalgo, que logró resistir
todo el asedio en el Alcázar, murió en la Casa de Campo el 23
de diciembre de ese mismo año durante la Batalla de Madrid.

© Fotografía de Pablo Rodríguez

188. El húngaro Endre Ernö Friedmann (1913-1954), mundial-


mente conocido por su pseudónimo Robert Capa, es sin duda el
más célebre fotógrafo de guerra de la historia. Su leyenda co-
menzó en la contienda española. Junto con su novia Gerda Taro
y su amigo David Seymour –Chim– fotografiaron magistralmente
la guerra desde las posiciones republicanas. En Toledo tomó esta
impactante imagen: un niño miliciano posa con su rifle y su gran
machete en medio de un Zocodover en ruinas. Si toda guerra
deja imágenes descorazonadoras, ver truncada la infancia de un
niño de un modo tan traumático es especialmente sobrecogedor.

Robert Capa © Contacto/Magnum

204/205 LA GUERRA CIVIL


189. En esta imagen, David Seymour Chim fotografió a miembros del 3er 190. La Guerra Civil española fue en muchos aspectos un ensayo gene-
batallón del Regimiento Pasionaria Nº 13, creado por Segismundo Ál- ral de la II Guerra Mundial. Lo tenía meridianamente claro Stalin que
varez en honor de la dirigente comunista Dolores Ibárruri. Natural de Va- envió a España emisarios muy especiales desde el comienzo del con-
lladolid, Álvarez fue dirigente de la Unión de Juventudes Comunistas y flicto. Sus dos personas de confianza eran Mijail Koltsov –enviado político
tras su unificación con las Juventudes Socialistas en 1936, fue miembro de primer nivel camuflado como corresponsal de Pravda– y Roman Kar-
de la Comisión Ejecutiva de las Juventudes Socialistas Unificadas men –cineasta encargado de la propaganda soviética, una suerte de Leni
(JSU). Tras la guerra se exilió en la URSS. Apoyó a Jesús Hernández en Riefenstahl del lado comunista–. Ambos estuvieron juntos en Toledo du-
la lucha por la secretaría general del PCE lo que le valió –paradojas del rante el asedio. En la imagen Karmen rueda secuencias de su documen-
destino– la caída en desgracia ante la propia Dolores Ibárruri, siendo re- tal titulado Ispanija –España en ruso– entre las ruinas de los soportales
legado a bibliotecario de la Komintern (Internacional Comunista) hasta de Zocodover. Mientras Koltsov fue fusilado por orden del propio Stalin
su definitiva depuración en 1947. Depuesto de todas sus responsabilida- en 1940 durante la Gran Purga, Karmen se convirtió en uno de los artis-
des fue enviado a las cadenas de montaje de la fábrica de automóviles tas más laureados por el régimen soviético, e incluso ganó un Óscar en
Stalin de Moscú. Retornó a España con su familia en 1971. 1943 por el documental La derrota de las tropas alemanas en Moscú.

David Seymour © Contacto/Magnum/ICP David Seymour © Contacto/Magnum/ICP

191. En 2008 se hizo público el hasta ahora considerado hallazgo fotográfico del siglo: la denominada
Maleta Mexicana. Se trata de varios miles de fotografías tomadas por el trío Robert Capa-Gerda Taro-David
Seymour durante la Guerra Civil y que habían estado desaparecidas por espacio de más de 70 años.
Localizadas en México en 1995 en el interior de una maleta, su aparición no se hizo pública hasta que en
2008 las adquirió y digitalizó el International Center of Photography. En dicha maleta hay varias decenas
de imágenes tomadas en Toledo en el verano de 1936 durante el asedio del Alcázar. Su autor es David
Seymour (1911-1956), conocido como Chim. Una de las más significativas es esta en la que un miliciano
hace guardia tras las barricadas instaladas en la Calle Sillería mientras lee tranquilamente el periódico
sentado en una lujosa y confortable butaca. Sin duda una imagen llena de curiosas contradicciones.

David Seymour © Contacto/Magnum/ICP

206/207 LA GUERRA CIVIL


192. David Seymour Chim fotografió
uno de los centros de poder de las
milicias republicanas en Toledo en el
verano de 1936: el Comité de Abas-
tos en la Calle Taller del Moro. Gra-
cias a la prodigiosa memoria de mi
amigo Isabelo de Ancos –vecino de
ese barrio y que presenció con diez
años la ocupación del edificio– sabe-
mos que era la casa de los Marque-
ses de Casa Enrile, los cuales sólo
vivían en ella por temporadas. Isa-
belo recuerda con nitidez sobrecoge-
dora los fusilamientos que en esta
zona –Plaza del Conde, Paseo de
San Cristóbal y del Tránsito– realiza-
ron las milicias y vio cómo los cadá-
veres eran transportados en una de
las camionetas de la imagen en la
que se podía leer la macabra le-
yenda fianvres cuya letra v había
sido corregida a mano con una b.
Reconozco que me emocioné
cuando Isabelo me proporcionó toda
esta información con tan solo ver la
fotografía.

David Seymour © Contacto/Magnum/ICP

193. La cámara de David Seymour Chim capturó escenas reales


de los combates sucedidos entre el 18 y el 25 de septiembre de
1936 tras el estallido de la mina. En la imagen un miliciano herido
en el rostro es ayudado por una enfermera. El trampantojo del
edificio del fondo no deja lugar a dudas sobre el emplazamiento:
se trata de la Calle de Santa Fe junto a Zocodover.

David Seymour © Contacto/Magnum/ICP

208/209 LA GUERRA CIVIL


194. David Seymour Chim capturó esta nota de los responsables del ejército
republicano acompañada de fotografías en la que se pedía no disparar con-
tra algunas personas consideradas rehenes que “están deseando salir (si no
los han matado ya) para tomar las armas por la República”. La presencia de
estas personas forzadas a acompañar a los sublevados en el Alcázar ha
sido motivo de polémica entre historiadores de distinto signo. La investiga-
ción de Víctor Girona a partir de esta foto ha desvelado los nombres de las
personas que aparecen: Julio Cano García, David Cano García, Andrés
Cano García, Antonio Roldán Tarazaga, Vicente Vidal Alberola, Gregorio
Granado Martínez y Miguel Tirado Aranque. Todos ellos eran parte de los
22 conductores de camiones requisados en Ocaña (11) y en Talavera de la
Reina (11) para trasladar a la Guardia Civil en el repliegue que algunas lí-
neas efectuaron el 20 de julio de 1936 siguiendo las instrucciones del Jefe
de la Comandancia Pedro Romero Bassart. Estos 22 conductores permane-
cieron todo el asedio en el Alcázar aunque no tuvieron en ningún momento
la calidad de rehenes, pues aparecen en el listado general de defensores
como Personal Paisano No Militarizado y recibieron la Laureada Colectiva
concedida por el ejército nacional en 1937. Sí parece probada sin embargo
la presencia de un número reducido de personas que en efecto podrían con-
siderarse rehenes. También está documentada la deserción de 33 subleva-
dos durante el asedio entre el 2 de agosto y el 16 de septiembre.

David Seymour © Contacto/Magnum/ICP

210/211 LA GUERRA CIVIL


195. Hans Namuth (1915-1990) y Georg Reisner (1912-1940)
fueron dos fotógrafos alemanes que se habían conocido en
París y que fotografiaron los primeros meses de la contienda civil
desde posiciones republicanas, hasta que en 1937 regresaron a
Francia desencantados por la represión comunista a todo movi-
miento disidente en la izquierda. Tuvieron tiempo de tomar exce-
lentes fotografías, algunas de las cuales fueron publicadas por
Life y resultaron muy útiles a la propaganda republicana.
En Francia fueron detenidos por ser alemanes –Hitler había inva-
dido el país– y aunque Namuth se salvó alistándose en la Legión
Extranjera, Reisner se suicidó en 1940 en un internado francés
aterrorizado por una posible repatriación a Alemania. Namuth
llegó finalmente a Estados Unidos, donde pudo desarrollar una
exitosa carrera. En Toledo tomaron impactantes imágenes del
final del asedio al Alcázar en septiembre de 1936, siendo tal vez
la más significativa ésta que muestra combatientes corriendo en
la Plaza de Zocodover.

Hans Namuth/Georg Reisner © Center for Creative Photography, Tucson, Arizona


196. En las primeras semanas del conflicto, en el verano de 1936 los
milicianos habían ocupado las dependencias del Palacio Arzobispal
ocasionando bastantes desperfectos. Un grupo de ellos, que había sus-
traído el solideo y otros objetos personales del Cardenal Isidro Gomá,
posa en la imagen arrodillándose en tono de burla ante un compañero
ataviado con las pertenencias de Gomá.

© Alfonso, VEGAP, Toledo, 2012

212/213 LA GUERRA CIVIL


197 / 198. El Convento de la Concepción Francisca, cercano al Alcá-
zar, fue ocupado desde los primeros días del asedio por los milicianos
donde protagonizaron toda clase de destrozos: decenas de valiosas imá-
genes fueron destruidas a machetazos, arrancados sus ojos o arrojadas
por los rodaderos cercanos. Sin el menor respeto por los cadáveres pro-
fanaron decenas de tumbas, extrajeron los cuerpos y posaron con ellos
jugando como si de objetos de caza se tratase. Uno de los cráneos pro-
fanados pudo ser identificado meses después como el de la fundadora
–la entonces beata y hoy santa Beatriz de Silva– gracias al orificio practi-
cado en su frente para colocar la una estrella de oro en el momento de
su enterramiento. Las fotos son del Estudio Fotográfico Alfonso.

© Alfonso, VEGAP, Toledo, 2012


199. En numerosas ocasiones las tropas republicanas intentaron
asaltar sin éxito el Alcázar. La Calle de Santa Fe fue escenario de
varios de estos intentos que buscaban tomar el flanco norte de la
fortaleza. En la fotografía podemos ver el avance de soldados re-
publicanos bajo el mando del coronel Luis Barceló Jover apoyados
por un carro de combate Schneider durante uno de los asaltos
entre el 14 y el 21 de septiembre. Al fondo, la inconfundible puerta
del Convento de Santa Fe.

© Fototeca EFE

214/215 LA GUERRA CIVIL


200. Hasta 1936 la actual Plaza de la Magdalena estaba divida en
dos partes por unas viviendas que se encontraban en el centro de la
misma. Los bombardeos y combates con motivo del asedio del Alcá-
zar en la Guerra Civil dañaron sobremanera estas viviendas.
Al finalizar la contienda se decidió derribarlas para generar un mayor
espacio que es el que hoy configura la plaza completa y que permite
una visión más amplia de la zona del Corral de Don Diego. En esta
foto de Albero y Segovia perteneciente al Archivo Rojo –nombrado
así por Vicente Rojo, militar republicano– podemos ver las viviendas
existentes hasta 1936 en plenos combates. Al fondo se intuye el
Corral de Don Diego con la Catedral detrás de él.

Albero y Segovia © Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Archivo General de la


Administración. Archivo Rojo [AGA,33,F,04040,53314,001 (Consecuencias de la lucha)]
201. El 18 de septiembre de 1936 era el día decidido por el gobierno repu-
blicano para acabar de una vez por todas con el encierro de los sublevados
en el Alcázar. Una gran cantidad de explosivos colocados en un túnel sub-
terráneo excavado por mineros asturianos expresamente venidos a la ciu-
dad para ello debía hacer saltar por los aires buena parte del edificio y
provocar la rendición o el apresamiento de los sitiados. El dirigente socia-
lista y Presidente del Gobierno la II República Francisco Largo Caballero
se desplazó a Toledo para ver in situ tan importante acción bélica y aparece
en la imagen observando atento la voladura del Alcázar. En efecto, el tre-
mendo estallido de la mina hizo caer el torreón suroeste provocando un in-
menso boquete en el baluarte. Sin embargo, de manera sorprendente y
casi inexplicable los sitiados resistieron en los sótanos y consiguieron fre-
nar los asaltos del ejército republicano que sucedieron al estallido. Nueve
días después serían liberados por las tropas del ejército nacional.

© Cordon Press/Istituto Luce

216/217 LA GUERRA CIVIL


202. El 19 de septiembre de 1936 el asedio al Alcázar por parte
del ejército de la II República vivía sus momentos de mayor inten-
sidad con el objetivo de acabar de una vez con el encierro de los
asediados, que ya duraba dos meses. Un día antes había hecho
explosión la mina subterránea colocada bajo el baluarte y que
hizo volar por los aires el torreón suroeste. Aparentemente confia-
das en una inminente derrota del enemigo –que finalmente no se
produjo–, estas dos milicianas comen uvas tranquilamente en la
cuesta de las Armas justo al comienzo de la Plaza de Zocodo-
ver. Una fotografía magistral de todo un personaje: Hans Gut-
mann Guster (1911-1982), fotógrafo judío alemán que tras la
Guerra Civil castellanizó su nombre en México como Juan Guz-
mán y que pasó a la historia como el fotógrafo de referencia de la
mítica Frida Kahlo.

Hans Gutmann Guster © Fototeca EFE/Juan Guzmán


203 / 204 / 205. En esta secuencia se puede observar la paulatina
destrucción del Alcázar según avanzaba el asedio republicano.
El 4 de septiembre cayó el torreón noreste, el 8 el noroeste, el 18
–por efecto de la mina– el suroeste y el 21 el sureste.

Atribuidas a Rodríguez © Colección particular

218/219 LA GUERRA CIVIL


206. En todo conflicto bélico, la línea que separa la vida de la
muerte, el consuelo del total desasosiego, es realmente del-
gada. Tras pasar casi 70 días encerrados en el Alcázar, en unas
condiciones infrahumanas, con prácticamente todas las papele-
tas para terminar siendo capturados y probablemente ejecuta-
dos, la liberación de los asediados y el reencuentro con sus
familiares debió ser para ellos realmente emotiva. En la instantá-
nea, un superviviente del asedio junto a su hijo.

© Contacto/L´Illustration

207. Los sublevados en el Alcázar fueron finalmente liberados


en la tarde del día 27 por las tropas de José Enrique Varela.
El día 29 Franco entró en el Alcázar ante multitud de medios
internacionales. Ese día fue nombrado Jefe de Gobierno del
Estado Español por la Junta de Defensa Nacional.

© Colección particular

220/221 LA GUERRA CIVIL


208. Con la mirada perdida, el pelo sucio y comiendo un
mendrugo de pan, esta joven muchacha parece aún no
haber asimilado que su pesadilla dentro del Alcázar ha
finalizado. Más de dos meses soportando bombardeos,
asaltos, explosiones de minas subterráneas y escasez
extrema de agua y alimentos quedarían a buen seguro
para siempre en su memoria.

© Cordon Press/ Mary Evans Picture Library


209 / 210. La entrada de las tropas franquistas en Toledo el 27 de septiem-
bre de 1936 acabó con el asedio del Alcázar, procediendo a la liberación
de los sitiados. La toma de la ciudad fue como cabía esperar: inclemente
y violenta. En especial fueron tristemente célebres los excesos de las uni-
dades marroquíes al mando de Mohammed ben Mizzian, denunciados por
el corresponsal norteamericano John T. Whitaker. Fueron fusilados cien-
tos de personas incluyendo heridos y mujeres embarazadas. Entre el 27
de septiembre y el 13 de octubre figura la inhumación en el cementerio de
727 cadáveres de identidad desconocida. En ese conteo probablemente
se incluyeran las decenas de cadáveres que habían sido arrojadas a uno
de los cráteres que se habían generado alrededor del Alcázar, en con-
creto junto a lo que fuera el torreón noreste, como podemos ver en la fo-
tografía de la izquierda. Otro numeroso grupo de represaliados fue
fotografiado el 1 de octubre en el Paseo del Miradero por John Topham
(1908-1992) –fotografía de la derecha–.

© Contacto/L´Illustration

222/223 LA GUERRA CIVIL


John Topham © Gtres/Associated Press/Topham
211. La población civil sufrió en el verano de 1936 multitud de pe-
nalidades. Cientos de viviendas en el entorno del Alcázar destrui-
das, varias evacuaciones con motivo del estallido de las minas y
una escasez generalizada de alimentos. En la fotografía, una mujer
carga con alimento repartido por las tropas franquistas tras liberar
el Alcázar en medio de escombros en la Cuesta de Carlos V.
La foto fue probablemente tomada por John Topham el 1 de octubre.

John Topham © Cordon Press/Topham

212. Durante años se creyó que la Posada de la Sangre fue el escenario real
donde Cervantes ambientara su Ilustre Fregona. Sin embargo, a comienzos de
siglo Rafael Ramírez de Arellano aportó datos que parecían confirmar que en re-
alidad el célebre Mesón del Sevillano citado en la obra cervantina era otro edifi-
cio que aún se conservaba al final de la misma calle pero en la acera contraria.
Se generó entonces cierta polémica pues estas investigaciones ponían en evi-
dencia al sector turístico toledano, que había hecho de la Posada de la Sangre
uno de sus mayores reclamos con motivo de su supuesto pasado literario hasta
el punto de nombrar la calle como Cervantes y colocar en la fachada un busto
del escritor y una placa conmemorativa. La Guerra Civil acabó dramáticamente
con la polémica e igualó el destino de los dos mesones: ambos edificios fueron
aniquilados dada su cercanía al Alcázar. En la imagen de Miguel Cortés tomada
el 30 de septiembre de 1936 pueden verse a la derecha, tras el arco, los restos
de la Posada de la Sangre y al fondo a la izquierda, en el final de la calle, las
ruinas del verdadero Mesón del Sevillano. Sin duda dos pérdidas patrimoniales
importantísimas para la ciudad por su significado histórico y literario.

Miguel Cortés © Fototeca EFE/Miguel Cortés

224/225 LA GUERRA CIVIL


213. En los primeros días tras el final del asedio
al Alcázar, la ciudad tuvo que afrontar una durí-
sima realidad con la guerra aún en su fase inicial.
Pero la vida continuaba y había que buscar espa-
cios y momentos de cierto esparcimiento.
Como no podía ser de otro modo, y pese a estar
casi destruida en uno de sus flancos, fue la Plaza
de Zocodover el escenario de estas primeras es-
cenas de búsqueda de la normalidad. En la ima-
gen tomada el 30 de septiembre de 1936 por
Miguel Cortés, grupos de jóvenes conversan y a
la izquierda, en uno de los quioscos que habían
resistido en la plaza, un modesto cartel anuncia
la disponibilidad de horchata servida por Paca
la Valenciana.

Miguel Cortés © Fototeca EFE/Miguel Cortés

226/227 LA GUERRA CIVIL


214. Erich Andres (1905-1992) fue uno de los pocos fotógrafos
de guerra que acompañó el avance del ejército franquista hacia
Toledo. Al llegar a la ciudad las tropas nacionales liberaron el Al-
cázar el 27 de septiembre de 1936, comenzando entonces Erich
Andres un trabajo fotográfico de incalculable valor documental.
Una de las fotografías más dramáticas e impactantes es esta en
la que aparece el cadáver de un miliciano que llevaba muerto ya
un tiempo desde que cayera en uno de los múltiples asaltos falli-
dos a la fortaleza. Su cuerpo había quedado abandonado entre
los escombros. El mechón de pelo que aparece en su cabeza
coincide con el tipo de corte que los milicianos retratados por
Hans Namuth y Georg Reisner se estaban haciendo antes de
comenzar un asalto.

Erich Andres © España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.


Centro Documental de la Memoria Histórica. (Fotografías-Andres,1731)

228/229 LA GUERRA CIVIL


215. Esta fotografía de Erich Andres tomada desde una azotea de
la Calle Comercio es una buena muestra del grado de destrucción
que sufrió la zona que rodeaba el Alcázar. El baluarte aparece al
fondo con tan sólo algunos paredones en pie. Se puede ver tam-
bién en el centro de la imagen el edificio del Centro de Artistas e
Industriales –conocido comúnmente como Casino– que pese a
sufrir múltiples impactos no fue derribado. A su derecha, la Iglesia
de la Magdalena absolutamente reducida a escombros excepto su
torre. En su parte posterior, adosado a la iglesia, se encontraba el
edificio que Seguros Soliss había adquirido en 1934 y donde
había instalado sus oficinas y su primer sanatorio. El edificio
quedó destruido y con él toda la documentación de esta mutuali-
dad. A la derecha aparece el Corral de Don Diego y su Salón
Rico, ambos milagrosamente intactos.

Erich Andres © España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.


Centro Documental de la Memoria Histórica. (Fotografías-Andres,1771)
216. El Cristo de Santo Tomé, durante siglos presente en dicha calle, 217. A la llegada de las tropas franquistas a la ciudad el espectáculo
presentaba esta tétrica imagen en octubre de 1936 cuando las tropas que ofrecían muchos conventos e iglesias era desolador. Uno de
de Varela entraron en la ciudad y Erich Andres lo fotografió: los bra- los fotógrafos que visitó esos días la ciudad fue nada menos que
zos del Cristo, aún clavados en la cruz y colgando de modo patético Heinrich Hoffmann (1885-1957), el fotógrafo personal de Adolf
eran la única parte de la imagen que allí quedaba. Fueron numerosos Hitler. Hoffmann fotografió las momias de los sepulcros profanados
en la ciudad los actos de violencia contra objetos y personas religio- por los milicianos en el Convento de la Concepción y que aún se
sas por parte de los sectores más anticlericales de las milicias repu- encontraban sueltas en el patio del convento, apoyadas en un pozo.
blicanas y sus simpatizantes. Un 47 por 100 de los sacerdotes de la
archidiócesis de Toledo fueron asesinados (286 de 600), cifra que Heinrich Hoffmann © Cordon Press/Ullstein Bild
asciende al 61 por 100 en el caso de los sacerdotes que trabajaban
en la Catedral (46 de 67). Sólo entre el 22 de julio y el 20 de septiem-
bre de 1936 fueron ejecutados en la ciudad de Toledo 103 religiosos,
contabilizando curas y monjes.

Erich Andres © España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.


Centro Documental de la Memoria Histórica. (Fotografías-Andres,1812)

218. En esta excepcional fotografía de Heinrich Hoffmann tomada


en octubre de 1936 tres niños juegan en un coche abandonado
desde los días del asedio y que quedó destrozado en la zona de
Doce Cantos. Sin duda un ejemplo más de la capacidad de los
niños para adaptarse a la realidad y ser capaces de disfrutar y
sonreír hasta en los escenarios más insospechados.

Heinrich Hoffmann © Biblioteca Nacional/CECLM

230/231 LA GUERRA CIVIL


219. En este estado quedó el espectacular sepulcro de mármol de 220. La Rexa que el maestro Juan Francés labrara para el Convento
Fray Francisco Ruiz, Obispo de Ávila, obra de Antonio María de San Juan de la Penitencia sufrió también con severidad los efec-
Aprile da Carona en el Convento de San Juan de la Penitencia tos del fuego que destruyó el edificio. Casi reducida a chatarra, fue fo-
tras el incendio que provocaron extremistas de izquierda el 24 de tografiada al poco de la liberación del Alcázar por las tropas de Varela.
julio de 1936 al poco de comenzar la Guerra Civil. La suntuosidad Su estado era lamentable y le fue encomendada una restauración de
dejó paso a una montaña de escombros y esculturas desfigura- urgencia al gran rejero Julio Pascual que hizo lo que pudo por sal-
das por efecto del fuego. Los restos de mármol del sepulcro, si varla. Fue él quien al estudiar minuciosamente la obra llegó a la con-
bien quedaron muy dañados, jamás fueron recuperados y debie- clusión de que su autor fue Juan Francés. La reja puede actualmente
ron ser expoliados. La fotografía es atribuida a la casa Rodríguez. ser admirada en el Museo de Santa Cruz. La fotografía está atribuida
a la casa Rodríguez, hacia octubre de 1936.
Atribuida a la casa Rodríguez © Colección particular
Atribuida a la casa Rodríguez © Colección particular

221. Pelayo Mas Castañeda (1891-1954) fue uno de los principales fotógrafos de obras de
arte en la España de los años 20 y 30. Al finalizar el asedio del Alcázar visitó Toledo con el
objetivo de fotografiar los destrozos ocasionados por los milicianos y sus simpatizantes más
anticlericales al patrimonio religioso de la ciudad. Realizó en Sevilla en 1938 un álbum con
estas fotografías que entregó como regalo al Cardenal Isidro Gomá. Oculto desde entonces
en los archivos del Arzobispado, este álbum ha sido recientemente por primera vez dado
a conocer y digitalizado. Muestra centenares de impactantes imágenes que dan fe del
enorme patrimonio perdido para siempre aquellos días y del odio irracional que una guerra
fratricida es capaz de generar. Una de las fotografías más sobrecogedoras fue tomada en
la Iglesia de San Miguel el Alto, donde fueron profanadas tumbas siendo esparcidos los
cuerpos por doquier y decenas de cráneos fueron colocados en los restos del altar.

Pelayo Mas Castañeda © Causa de los mártires de la persecución religiosa en Toledo

232/233 LA GUERRA CIVIL


222 / 223. La Iglesia de San Lorenzo, de antiquísima historia –se
asienta sobre una antigua mezquita– fue otro de los templos in-
cendiados por radicales izquierdistas al comienzo de la Guerra
Civil en el verano de 1936. La destrucción del edificio fue casi total,
no quedando en pie nada más que la desmochada torre y los
muros perimetrales. Al contrario de lo sucedido con otros templos
destruidos, esta iglesia nunca fue reedificada tras la contienda.
Pasó a manos privadas pero sus propietarios nunca han ejecutado
una restauración adecuada ni han dado uso alguno al solar y han
sido muchas las voces que han alertado del abandono en que se
encuentra y el expolio de los materiales de su interior. En la foto-
grafía, tomada en octubre de 1936, se pueden observar los terri-
bles efectos del incendio sobre la iglesia.

© Fototeca EFE
© Biblioteca Nacional/CECLM

224. La Iglesia de la Magdalena fue una de las más dañadas de la ciudad


durante la Guerra Civil, en este caso debido sobre todo a su cercanía al Al-
cázar. De modo milagroso su torre mudéjar resistió en pie. El resto del tem-
plo, sin embargo, quedó reducido a escombros incluyendo algunas valiosas
tallas y pasos de Semana Santa existentes en su interior como por ejemplo
el célebre y venerado Cristo de las Aguas. Pelayo Mas fotografió los restos
de esta iglesia poco tiempo después de ser liberado el Alcázar.

Pelayo Mas Castañeda © Causa de los mártires de la persecución religiosa en Toledo

234/235 LA GUERRA CIVIL


225. La protección del El Entierro del Señor de Orgaz del Greco fue
un buen ejemplo de cómo aun en aquellas circunstancias tan com-
plejas al menos hubo algo de cordura por parte de ambos bandos.
El lienzo fue protegido por los republicanos bajo la dirección de
Josep Renau cuando la amenaza eran posibles bombardeos nacio-
nales y meses después fue el ejército franquista quien también sal-
vaguardó de eventuales bombardeos republicanos el cuadro, siendo
Pedro Muguruza quien estuvo al frente de esta tarea. La imagen de
Rodríguez parece corresponder a esta segunda protección.

Rodríguez © Colección Particular

236/237 LA GUERRA CIVIL


226. En mayo de 1937, casi ocho meses después de ser liberado el Alcá-
zar, tuvo lugar en las cercanías de Toledo la Batalla del Cerro de los
Palos, una de las menos estudiadas de la contienda, siempre eclipsada
por la repercusión internacional del asedio al Alcázar. En ella se enfrenta-
ron en cruenta batalla por dominar el Frente Sur del Tajo las tropas repu-
blicanas encabezadas por la 11ª División de Enrique Líster frente a las
nacionales comandadas por el General Juan Yagüe. El comienzo de la
batalla, enmarcada en la lucha por el dominio del Frente Sur del Tajo, fue
una ofensiva nacional para ampliar la cabeza del Puente de San Martín y
evitar que Toledo siguiera tan expuesta a una contraofensiva republicana
por recuperar la ciudad. En la durísima batalla que tuvo lugar en esta
zona cigarralera entre el 7 y el 13 de mayo de 1937, murieron unos 1.000
hombres de ambos bandos y no tuvo un vencedor claro pues las posicio-
nes permanecieron casi inalteradas. En la fotografía, soldados republica-
nos controlan la ciudad desde las inmediaciones del Cerro de los Palos.

© Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Archivo General de la Administración.


Archivo Rojo [AGA,33,F,04064,55625,001 (Montículo dominando Toledo)]
1939-2012

Las fotografías del periodo que abarca desde el final


de la Guerra Civil hasta nuestros días en Toledo mues-
tran una clara evolución. Desde los durísimos años de
la posguerra, marcados por la pobreza, la miseria y la
época más autoritaria de la dictadura del General
Franco, la fotografía reflejó a lo largo de los años los
cambios sociales y económicos que España y Toledo
fueron afrontando.

Desde el punto de vista fotográfico, este periodo está


dominado por la fotografía humanista, siendo multitud
los casos de fotografías tomadas en Toledo cargadas
de esa preciosa expresividad que los fotógrafos de esta
corriente fueron capaces de reflejar en sus obras. To-
ledo siguió siendo, aun en los años de mayores penu-
rias, un imán para los mejores fotógrafos del mundo.
Muy pocas ciudades pueden presumir de contar con
fotografías de Cartier-Bresson, Sabine Weiss, Inge Mo-
rath, Marc Riboud, Ira H. Latour, Harry Weber, Ramón
Masats, Josef Koudelka, André Kertész, Dimitri Kessel,
Michael Wolgensinger, Ferdinando Scianna, Carlo Ba-
vagnoli y tantos otros mitos de la fotografía del siglo XX.
A ellos hay que añadir excelentes fotografías de autores
locales como la saga Rodríguez, José María Moreno,
Carlos Villasante, Ángel Nodal, Antonio Pareja o José
Fuentes así como una ingente cantidad de buenas imá-
genes de autores poco conocidos, o incluso aficiona-
dos, que retrataron la ciudad de modo generalizado
debido a la popularización de este arte convertido ya en
una afición de millones de personas. En este sentido no
puedo dejar de mencionar a John Fyfe, un fotógrafo afi-
cionado que llegó a Toledo como empleado de una
base militar norteamericana, que fue capaz de captar el
alma y la esencia de la ciudad como nadie antes lo
había conseguido. Sus fotografías son un verdadero te-
soro para la ciudad y su generosidad a la hora de com-
partir su trabajo es algo realmente poco habitual.
La evolución del ambiente retratado es también muy ceversa, hay sucesos que pasan casi inadvertidos en
elocuente en este periodo. La observación cronoló- su momento pero que se revelan como históricos pa-
gica de las fotografías muestra una ciudad que, par- sados los años. La mayoría de las fotografías deben
tiendo de la tristeza de la posguerra, va volviendo a pasar por el tamiz del tiempo para ser consideradas
sonreír según se fueron consolidando las mejoras históricas. Será tarea de las generaciones venideras
económicas, tecnológicas y sociales acompañadas decidir qué momentos y qué fotografías de nuestra re-
paralelamente por una suavización de la dictadura ciente historia deben incluirse en la categoría. Y no lo
que poco a poco se fue haciendo más aperturista y tendrán sencillo pues hay una hornada de excelentes
menos represora. fotógrafos en la ciudad encabezados por David Bláz-
quez, Pepe Castro, David Utrilla, Eva Corral, Pedro Sal-
La selección de imágenes no ha sido sencilla –siempre vador, Agustín Puig y otros muchos que están creando
quedará alguna maravillosa excluida– pero he intentado un impresionante archivo visual del Toledo de nuestros
que sea un reflejo visual de esta evolución de la ciudad. días y cuyo trabajo será cada vez más valorado con el
He pretendido que la mera observación de las fotogra- paso del tiempo.
fías resuma, sin necesidad de leer los textos, esa cre-
ciente alegría y optimismo que es palpable en las
fotografías de este periodo, felizmente coronado con la
llegada de la democracia.

Es destacable también por primera vez la presencia de


fotógrafas en la lista, encabezadas por las míticas Sa-
bine Weiss e Inge Morath, dos de las mejores de toda
la historia. Su mérito fue excepcional pues sólo con por-
tentosas fotografías era posible en los años 40 y 50 que
una mujer se pudiera ganar la vida con una cámara. Y
ellas consiguieron no solo vivir de esa profesión sino
convertirse en auténticos referentes de la fotografía a
nivel mundial.

En cuanto a la selección de las fotografías más recien-


tes, podrá observarse que son muy escasas. Se trata
de una escasez premeditada. En un libro dedicado a la
fotografía histórica la inclusión de fotografías muy jóve-
nes en esa lista siempre podría estar influida por el eco
de su cercanía en el tiempo, distorsionando el criterio
de selección. A menudo se nos venden como fechas
históricas acontecimientos que en absoluto lo son, y vi-
227. En diciembre de 1939 una selección de niños cantores 228. El 21 de octubre de 1940 tuvo lugar una de las visitas más sinies-
franceses acudió a Toledo a un acto de hermanamiento hispano- tras y enigmáticas que haya recibido Toledo. El Reichsführer de las SS
francés. La impresionante imagen publicada en L´Illustration nazis Heinrich Himmler viajó a la ciudad en un extraño periplo por Es-
permite ver el maltrecho estado en que quedó el Arco de la paña en el que su objetivo no eran emplazamientos de relevancia polí-
Sangre original. Por desgracia no pudo ser finalmente salvado tica sino lugares con vinculaciones esotéricas. Himmler había fundado
al reconstruir el edificio y el que vemos en la actualidad es de en 1935 la Ahnenerbe, una entidad científica encargada de realizar in-
nueva planta. vestigaciones en apoyo de la ideología nazi y de sus teorías relaciona-
das con la raza aria y la raza germana con un importante peso
© L´Illustration arqueológico y antropológico heredado de los postulados de la Sociedad
Thule. Una de sus obsesiones era localizar objetos legendarios que le
pudieran otorgar poder, centrando su búsqueda en España en la Mesa
del Rey Salomón y en el Santo Grial. En la imagen tomada por Vidal,
Himmler aparece en las ruinas del Alcázar acompañado de Karl Wolff,
Moscardó, Serrano Súñer y Julio Martínez Santa Olalla –jefe de la Comi-
saría General de Excavaciones Arqueológicas de la Falange–. Aun que-
daba más de un año para que comenzara el exterminio sistematizado
del pueblo judío que el propio Himmler diseñó y que reveló al mundo la
verdadera cara de un régimen que había llegado al poder por vías de-
mocráticas en 1933.

Vidal © Fototeca EFE/Vidal

240/241 1939-2012
229. Los primeros años 40 estuvieron marcados por la durísima
posguerra y por el autoritarismo del régimen instaurado por
Francisco Franco. En la imagen tomada en esta década por
Rodríguez podemos ver al nombrado Caudillo de España dando
un discurso a las tropas reunidas en las ruinas del Alcázar,
convertido en un símbolo para la dictadura.

Rodríguez © Colección personal de Luis Alba


230. Uno de los lugares más bellos y mágicos de la ciudad es la
Plaza de Santo Domingo el Real. El precioso pórtico del impresio-
nante cenobio fue así fotografiado durante el rodaje de El Milagro del
Cristo de la Vega en 1940 dirigida por Adolfo Aznar y protagonizada
por Nini Montian, Luis de Arnedillo y Mariano Azaña. Las figuras que
adornaban las hornacinas fueron destruidas en la Guerra Civil.
A comienzos del siglo XXI hubo de protegerse el pórtico con una reja
debido a los desperfectos que causaba en él la práctica del botellón.

© Colección particular de Luis Alba

242/243 1939-2012
Atribuida a Rodríguez © Colección particular

231 / 232. El 12 de abril de 1946 tuvo lugar uno de los sucesos más
desconocidos por los toledanos de hoy. Las fuertes lluvias acumuladas
hicieron que casi la mitad de la Puerta de Bisagra se derrumbara.
Afortunadamente se reconstruyó pronto pudiendo reutilizarse muchos
de los materiales hasta el punto de que en la actualidad es difícil apre-
ciar el corte de la zona derrumbada y reconstruida.

© Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo.


Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura ALBUM 1-399
233 / 234 / 235. La inundación de febrero de 1947 pasó a la histo-
ria como una de las más graves que había sufrido la ciudad.
Antes de la construcción de los grandes embalses que hoy regu-
lan el caudal del Tajo, estos sucesos eran periódicos y relativa-
mente habituales. Sobre estas líneas, los curiosos observan la
crecida en el Puente de Alcántara. En las fotografías de la página
siguiente: el aspecto del Puente Nuevo y una mujer y su hijo po-
sando en la Bajada de los Desamparados con la vega del Tajo
convertida en un auténtico mar que había inundado toda la
Huerta del Rey hasta llegar a la mismísima estación de ferrocarril.

© Colección particular
© Colección de Javier Felage
J. Esteban-Infantes © Colección de Víctor Esteban Infantes

244/245 1939-2012
236. El 13 de junio de 1947 tiene lugar una de las visitas más sonadas de la
historia reciente de Toledo: la de Eva Duarte de Perón. La mandataria argen-
tina recorrió la ciudad en una visita que resultaba estratégica para el régimen
de Franco en su intento de evitar el aislamiento internacional tras la resolución
de la Asamblea General de la ONU en 1946 que recomendaba excluir a
España en conferencias y tratados internacionales así como la retirada de em-
bajadores en tanto no tuviera “un gobierno nuevo y aceptable”.

© Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo.


Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura PA-CAJA 1-9

237. Es imposible entender la historia de la denominada fotografía


humanista sin la figura de la francesa de origen suizo Sabine
Weiss (1924). Comenzó a fotografiar con tan solo 12 años y acabó
convirtiéndose en un mito de la fotografía, publicándose sus imá-
genes en revistas como Vogue o Life. Amiga de personalidades
como Jean Cocteau o Jacques Henri Lartigue, está condecorada
con la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa.
En 1949 viajó a Toledo y tomó esta sensacional fotografía de un
niño. Pocas imágenes han retratado en un rostro la dureza de la
posguerra española, que sin duda afectó especialmente a los
niños. Una mirada que sirve para explicar toda una época.

Sabine Weiss © Sabine Weiss

246/247 1939-2012
248/249 1939-2012
239. Hacia 1950 fue enviada por un ciudadano sueco desde
Toledo esta postal sin editor ni fotógrafo conocidos con destino
a Estocolmo. Se trata de una preciosa escena cotidiana en el
Puente de San Martín. Destaca la presencia de los cubos
metálicos en sustitución de los tradicionales de cerámica,
omnipresentes hasta entonces.

© Colección personal de Eduardo Sánchez Butragueño

238. En 1948 tuvo lugar una de las obras que se pueden considerar
realmente históricas para Toledo: la llegada del agua potable generalizada
a las casas procedente del Torcón. Un problema de siglos que quedaba
resuelto, pero que obligó poco después a crear una nueva red de alcanta-
rillado que lógicamente antes apenas existía. Esta preciosa foto es de
Rodríguez hacia 1950 y retrata estas obras en la Calle Comercio.

Rodríguez © Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo.


Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura CMB2-042-04
240. Ira H. Latour (1919) es uno de los más grandes fotógrafos hu-
manistas que ha dado Estados Unidos. Aprendió a fotografiar con
sólo diez años y durante su extensa carrera siempre ha demostrado
tener un talento innato para captar momentos especiales y enfoques
originales desde una visión muy personal. Vivió tres años en España
y llegó a ser un buen conocedor de nuestra realidad. En 1953 tomó
esta preciosa fotografía de unos sonrientes niños junto a las ruinas
del Alcázar. Sin duda, un canto a la vida en medio de la destrucción
que aún era palpable en la ciudad diecisiete años después del co-
mienzo de la Guerra Civil.

Ira H. Latour © Ira H. Latour/Carl Mautz Vintage Photographs

250/251 1939-2012
241. Antes de convertirse en un famosísimo director de cine, el británico Ken Russell (1927-
2011) ejerció como fotógrafo independiente. En uno de sus viajes visitó Toledo con motivo
del Corpus de 1955. Tomó las que podrían considerarse primeras fotografías hechas con
una óptica moderna de este gran día y de la procesión. Una visión distinta, original y total-
mente opuesta a cualquier fotografía del Corpus toledano hecha con anterioridad. Russell
buscó detalles, estampas singulares y enfoques poco habituales. Sin duda un adelanto de su
extraordinario talento, demostrado durante décadas en películas, documentales y videoclips.
Un buen ejemplo de su original visión del Corpus de 1955 es esta fotografía hecha casi a ras
de suelo en la que se ven las relucientes botas de los cadetes que desfilan en la procesión.

Ken Russell © Cordon Press


252/253 1939-2012
243. Russell capturó también detalles curiosos en aquel día del
Corpus de mediados de 1955. Debió tratarse de un día ventoso a
tenor de esta imagen en la que unas monjas casi parece que van a
echar a volar por efecto de una ráfaga en los soportales de Zocodover.

Ken Russell © Cordon Press

242. Otra de las originales fotografías hechas por Ken Russell en el


Corpus de 1955 es esta en la que aparece una anciana mendiga
con la solitaria compañía de un botijo. Sin duda una poco habitual
fotografía en los típicos reportajes del Corpus realizados hasta esa
fecha. Russell inmortalizó la otra cara del gran día de Toledo.

Ken Russell © Cordon Press


244. Entre agosto y octubre de 1955 fue rodada la superproduc-
ción de Hollywood La Vuelta al Mundo en 80 días, adaptación ci-
nematográfica de la famosa novela de Julio Verne dirigida por
Michael Anderson y protagonizada por David Niven y Cantinflas.
Ganadora de 5 óscars, incluyendo el de mejor película en 1956,
fue parcialmente rodada en Toledo. Para la historia quedó esta
maravillosa y sorprendentemente desconocida fotografía en la
que el célebre globo La Coquette sobrevuela la ciudad. Dado
que David Niven tenía pánico a las alturas, es probable que el
personaje del bombín que se vislumbra en el cesto del globo no
sea Niven sino su doble de rodaje.

© Cordon Press

245. En el verano de 1956 se rodó en varios puntos de España la


película Orgullo y Pasión, protagonizada por Sophia Loren, Cary
Grant y Frank Sinatra y dirigida por Stanley Kramer. En la fotogra-
fía podemos ver a la sonriente y bellísima actriz italiana montando
un borrico durante un descanso del rodaje realizado en Toledo.

© Cordon Press

254/255 1939-2012
246. En abril de 1958 el
fotógrafo francés Jean Paul
Margnac hizo escala en
Toledo en su viaje en moto
entre París y Marrakech.
Junto con su novia acampó
en la orilla del Tajo sin pedir
permiso a nadie… al fin y al
cabo por aquel entonces la
acampada libre en España
era algo tan inusual que
probablemente no estuviera
siquiera prohibida. La foto
muestra una idílica estampa,
con la novia de Margnac
preparando la comida en una
verde y limpia pradera junto
a un Tajo caudaloso y en
el que aún no se atisbaba
contaminación. Al fondo,
la ciudad aparece majes-
tuosa con el Alcázar aún
en reconstrucción tras la
devastación sufrida en la
Guerra Civil.

Jean Paul Margnac


© Jean Paul Margnac

256/257 1939-2012
247. Si en algún momento la ciudad
decidiera contar con un museo dedi-
cado a la fotografía, la siguiente foto
debería figurar en su galería principal.
Tomada por uno de los más grandes
fotógrafos de la historia como es el
francés Marc Riboud (1923) –famoso
por ser pionero en retratar la China
comunista–, la estampa muestra la
vida cotidiana vespertina de una por-
ción importante de la población en los
años 50. Mientras las mujeres cosían
o charlaban, los niños jugueteaban a
su alrededor en aparente perfecta
armonía. Detrás del grupo se ve la
torre de la Iglesia de San Lorenzo
desmochada, tal como quedó tras
ser incendiada en la Guerra Civil.
La fotografía está tomada en 1959
desde el pequeño mirador que existe
en una de las entradas al antiguo con-
vento de San Juan de la Penitencia.

Marc Riboud © Marc Riboud /Centre Pompidou,


MNAM-CCI, Dist. RMN-Grand Palais / Georges
Meguerditchian

258/259 1939-2012
248. A mediados del siglo XX fueron derribadas las casas
que se encontraban adosadas a la iglesia mudéjar
de Santiago del Arrabal. De este modo, uno de los
monumentos más bellos de la ciudad volvía a quedar de
nuevo exento tal como fuera concebido en el siglo XIII.

© Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo.


Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura ALBUM 4-1280

249. Ramón Masats (1931) es uno de los fotógrafos esenciales en


la historia de la fotografía del siglo XX en España. Dotado de un
talento poco habitual para conseguir fotografías que hablan por sí
mismas, realizó en 1960 esta toma en Toledo, titulada Ejercicios
Espirituales, que es considerada una de sus mejores fotografías.

Ramón Masats © Ramón Masats

260/261 1939-2012
250. En agosto de 1959 Toledo se engalanó para homenajear a
su héroe local, Federico Martín Bahamontes, que acababa de
convertirse en el primer español en ganar un Tour de Francia.
El recibimiento al Águila de Toledo fue apoteósico como se puede
apreciar en esta fotografía de Rodríguez hecha en la plaza de las
Cuatro Calles.

© Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial de Toledo.


Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Signatura: Serie Rótulo 13-1648
262/263 1939-2012
251. Hay fotografías que deberían for-
mar parte del patrimonio cultural de la
ciudad al mismo nivel que las pinturas
más célebres. Una de ellas sin lugar a
dudas es esta imagen que se puede
calificar como sencillamente perfecta:
la atmósfera, el encuadre, la luz, las
figuras, la superposición de planos, la
belleza estética del lugar y la armonía
en la escena de todos estos elemen-
tos conforman una composición deli-
ciosa. Al contemplarla pareciera que
su autora Inge Morath reunió y colocó
a todos los integrantes y objetos de la
escena y esperó a que la luz atrave-
sara la calle e iluminara el chorro de
agua de ese modo tan especial. Mo-
rath supo captar de modo maravilloso
una escena real de la vida cotidiana
del Toledo de 1961 en la Calle Sixto
Ramón Parro. Por algo Inge Morath
es una de las cinco mejores fotógra-
fas de la historia.

Inge Morath
© Contacto/Magnum/The Inge Morath Foundation
252 / 253. En septiembre de 1962 Harry Weber, considerado uno de los mejores fotógrafos austriacos de todos
los tiempos, visitó Toledo con su mujer y unos amigos. Weber tomó fotografías que retratan aquel Toledo a ca-
ballo entre las viejas costumbres y ciertos detalles de modernidad. En Zocodover aún sobrevivían los últimos
limpiabotas de la ciudad. En la fotografía de la izquierda José Muñoz Losada, limpiabotas de etnia gitana al
que le faltaba una pierna, se afana en dejar relucientes los pies de un alto mando de la Guardia Civil. En la foto-
grafía de la derecha el satisfecho cliente se dispone a pagar los servicios del caló.

Harry Weber © Österreichische Nationalbibliothek, Wien. HWBox107_011102/ HWBox107_011103

264/265 1939-2012
254. Sin salir de Zocodover, esta otra fotografía de Harry Weber
tomada en septiembre de 1962 nos deja ver uno de esos detalles
novedosos que los años sesenta ofrecían: un camión de la em-
presa La Intimidad (al fondo a la derecha) reparte enormes barras
de hielo que se utilizaban en las primeras neveras así como en
establecimientos hoteleros para refrescar bebidas y conservar ali-
mentos. Bajo los arcos de la céntrica plaza, los limpiabotas se
afanan en su tarea.

Harry Weber © Österreichische Nationalbibliothek, Wien. HWBox107_011127

255. Sentada bajo el ventanal del mítico Café Español de la


Plaza de Zocodover, Harry Weber inmortalizó en 1962 a esta
humilde vendedora de dulces, con su cesta de mimbre repleta
de bollos, hojaldres y panecillos.

Harry Weber © Österreichische Nationalbibliothek, Wien. HWBox107_011121

266/267 1939-2012
268/269 1939-2012
257. El peso de la Iglesia Católica en la ciudad como Sede Pri-
mada hacía que numerosos religiosos de todo el mundo visitaran
la ciudad por diversas razones. En esta simpática fotografía Harry
Weber capturó a varios jóvenes sacerdotes consultando un fo-
lleto turístico en septiembre de 1962.

Harry Weber © Österreichische Nationalbibliothek, Wien. HWBox107_011220

256. Los años sesenta supusieron también el boom del turismo


en España. Toledo vio entonces cómo sus calles se llenaban de
visitantes y fruto de ello floreció una amplia serie de comercios
que ofrecían productos típicos a los turistas. En la fotografía de
Harry Weber en 1962 vemos dos muchachos empleados en el
reparto de pequeñas espadas desde los talleres de fabricación
hasta las tiendas.

Harry Weber © Österreichische Nationalbibliothek, Wien. HWBox107_011214


258. Algunos espacios urbanos han sufrido amplias transformaciones desde 1962. Harry Weber inmortalizó el
aspecto de la esquina de la Calle de Santa Úrsula vista desde la Iglesia del Salvador cuando albergaba un
corral. Años después se construyó allí un edificio de viviendas en cuyo bajo se instaló el famoso bar El Delfín.

Harry Weber © Österreichische Nationalbibliothek, Wien. HWBox107_011117

270/271 1939-2012
259 / 260. El 6 de abril de 1963
Gloria Myles, reina de la Exposi-
ción Internacional de Nueva York,
realizó una visita promocional a
Toledo. Fue fotografiada en dife-
rentes puntos de la ciudad por el
excelente fotógrafo Jaime Pato,
que consiguió realizar un reportaje
que mezclaba a la perfección el
glamour de la bella norteamericana
con algunas típicas señas de iden-
tidad propias de aquella España
que despertaba al turismo interna-
cional. Estas dos imágenes toma-
das en el Valle con la ciudad al
fondo son una buena muestra de
lo expuesto.

Jaime Pato © Fototeca EFE/Jaime Pato


261. A finales de 1963 fue grabada en la ciudad parte de la su-
perproducción de Hollywood El fabuloso mundo del circo, diri-
gida por Henry Hathaway y protagonizada por Claudia
Cardinale, John Wayne y Rita Hayworth. El rodaje se vio afec-
tado por una gran crecida del río Tajo que se llevó por delante
parte de los escenarios colocados y que obligó a proseguir el
rodaje en los estudios del productor Samuel Bronston en Ma-
drid. En aquellos días Claudia Cardinale fue fotografiada en
una preciosa sesión para una rara revista japonesa. La bella
italiana posó en el entorno del Castillo de San Servando y el
reportaje fue titulado Claudia Cardinale en la vieja Castilla.

© Colección personal de Eduardo Sánchez Butragueño

262. Henri Cartier-Bresson (1908-2004) es probablemente el fotógrafo francés más influ-


yente de la historia. Un genio de su categoría no podía dejar de visitar Toledo, una de las
ciudades más retratadas por sus compatriotas desde los comienzos de la fotografía. En
1963 tomó esta maravillosa estampa en el orfanato de San Juan de Dios, cerca de la Si-
nagoga del Tránsito. En la imagen, varios niños rodean a una de las monjas que se encar-
gaban de su cuidado, mientras alguien desde arriba arroja un pequeño tesoro: chapas con
las que llenar sus horas de juegos y que los niños se afanan en recoger del suelo.

Henri Cartier-Bresson © Contacto/Magnum

272/273 1939-2012
263. El 18 de febrero de 1964 se derrumbó parte de la Mezquita del Cristo
de la Luz debido a la acción de la humedad en una de las esquinas apoya-
das en la calzada romana sobre la que se asienta. La imagen es sorpren-
dente y resulta casi inexplicable que no se viniera abajo toda la zona
superior del milenario edificio.

Foto Flores © Colección personal de Luis Alba

274/275 1939-2012
264. Pese a haber sido miles de veces reproducida, esta foto de
Luis Arribas no podía dejar de ser incluida en este libro. Tomada en
los años 60, poco antes de los primeros episodios de espumas de-
bidas a contaminación industrial que terminaron por ocasionar la
prohibición del baño en Toledo en junio de 1972, es algo más que
una fotografía. Es un símbolo de lo que el Tajo fue, y de lo que el
Tajo debe volver a ser. Más allá de la nostalgia que provoca su
contemplación, se trata de una fotografía magistral donde cada ele-
mento parece colocado a propósito: la barca llena de muchachos,
la bicicleta posada en la ladera, el Seat 600 –ineludible en toda fo-
tografía de los 60 que se precie–, las sombrillas coloristas, los
niños jugando y los peludos torsos de los Alfredoslanda toledanos.
¿Quién habría de decirles a todos ellos que estaban protagoni-
zando una estampa irrepetible poco después?

Luis Arribas © Colección particular


265. El estadounidense John Fyfe (Connecticut, 1944) es en mi opi-
nión el fotógrafo que mejor supo captar el alma de la ciudad en la se-
gunda mitad del siglo XX. Su cámara fue testigo del final de un modo
de entender la vida en Toledo. Antes de la llegada masiva de la televi-
sión y de la expansión de la ciudad a las nuevas barriadas, Fyfe in-
mortalizó la vida de las calles, patios y plazas, donde niños y mayores
pasaban las horas menos pendientes del reloj que pocos años más
tarde. En esta imagen podemos ver una familia reunida en la empi-
nada Calle de Santa Leocadia, en 1967.

John Fyfe © John Fyfe

276/277 1939-2012
266. John Fyfe fotografió también un tipo de comercio que ha
pasado a la historia en la ciudad: la venta ambulante. El célebre
verdulero Calixto, con su famoso borrico, aparece aquí en 1967
en una preciosa estampa en la confluencia de la Bajada del
Cristo de la Luz, la Cuesta de la Granja y el Real del Arrabal.

John Fyfe © John Fyfe


267. Otros comercios bastante peculiares llamaron también la
atención de John Fyfe en 1967. Décadas antes de la llegada ma-
siva de inmigrantes procedentes de China y de los todo a 100,
existían las denominadas cacharrerías, donde se podía encon-
trar desde menaje de hogar hasta frutos secos.

John Fyfe © John Fyfe

278/279 1939-2012
268. La Calle Tornerías es aun hoy conocida por muchos toleda-
nos como Calle de las Pescaderías por la abundancia de este tipo
de comercios. John Fyfe tomó en 1967 esta fotografía como mues-
tra del auge de estas pescaderías que, gracias a la mejora de la
red de comunicaciones y de los sistemas de transporte en frío, per-
mitieron por primera vez en la historia de Toledo poder contar con
pescado de mar fresco, algo impensable hasta entonces.

John Fyfe © John Fyfe


269. Los alrededores de Toledo en su parte norte son completa-
mente diferentes desde el punto de vista geológico que los del
sur. Mientras que al sur predominan los sustratos graníticos pro-
pios de la Meseta Cristalina, hacia el norte y como antesala de la
comarca de La Sagra abundan arcillas rojizas denominadas al-
caén. La zona más representativa de este tipo de sustrato se
sitúa en el Salto del Caballo y sus alrededores. En 1967, pocos
años antes de que toda aquella zona se llenara de infraestructu-
ras deportivas y nuevos viales, John Fyfe la fotografió tal cual
era. En la vega del río aún abundaban los cultivos hortícolas, algo
totalmente olvidado en nuestros días.

John Fyfe © John Fyfe

270. Esta es tal una de las más bellas fotografías tomadas


por John Fyfe. Según él mismo relata, la obtuvo de modo
casi casual pues se topó con la escena al doblar una es-
quina. Un delicioso retrato de las horas de ocio callejero
de los niños toledanos de los años 60.

John Fyfe © John Fyfe

280/281 1939-2012
271. Esta es una fotografía tristemente histórica. Es probablemente el primer testimonio gráfico de la contaminación del Tajo a su
paso por Toledo, años antes aún de la puesta en marcha del Trasvase Tajo-Segura. Tomada en 1967, muestra las primeras espumas
debidas al incremento de industrias en Madrid que vertían sus residuos al Jarama. Pocos años después, en junio de 1972, quedó ofi-
cialmente prohibido el baño en el Tajo a la altura de Toledo. En las décadas siguientes y hasta hoy, si bien se han mejorado los siste-
mas de depuración en las industrias, el estado del Tajo en Toledo es lamentable debido al cada vez mayor trasvase de agua hacia
Levante, hasta el punto de que el caudal que pasa por Toledo es en su gran mayoría agua residual procedente del Jarama. A la no de-
rogación del trasvase Tajo-Segura se han añadido recientes aberraciones como la Tubería Manchega –un trasvase Tajo-Guadiana en-
cubierto– o el aporte de agua a las Tablas de Daimiel para maquillar la nefasta política de regadíos en La Mancha y que ha acabado
con los acuíferos de aquella extensa comarca, ajena por completo a la Cuenca del Tajo, poniendo en peligro ese humedal.

John Fyfe © John Fyfe

272. Durante muchos años el tráfico a la entrada de Zocodover es-


taba regulado por un guardia urbano quese situaba en un pequeño
y curioso pedestal que hacía las veces de minúscula rotonda.
Así lo inmortalizó magistralmente John Fyfe en 1967.

John Fyfe © John Fyfe

282/283 1939-2012
273. Esta magistral fotografía de John Fyfe en 1967 nos deja ade-
más de la belleza de la imagen la curiosidad de retratar la ante-
rior ubicación de la Virgen de los Alfileritos, casi embutida en
un local comercial. Años después fue movida unos metros a su
actual emplazamiento en una esquina de la calle junto a la Iglesia
de San Nicolás.

John Fyfe © John Fyfe

284/285 1939-2012
274. Mi abuelo Eduardo Butragueño Bueno tenía su casa familiar
en la calle Santo Tomé. Aunque solía pasar casi todo el año en
alta mar como capitán de buques mercantes, en noviembre de
1969 estaba en Toledo con motivo de la boda de mis padres.
Desde el balcón fotografió el rodaje de Tristana de Buñuel, que
tiene en Santo Tomé algunas de sus escenas más destacadas.
A la izquierda de la imagen aparecen tanto Fernando Rey como
Catherine Deneuve. Buñuel, con gorra, está en el centro de espal-
das. En la calle podemos ver un carril con raíles para la cámara.

Eduardo Butragueño Bueno © Familia Butragueño Cerviño

286/287 1939-2012
275. Luis Buñuel tenía una relación muy especial con Toledo
desde que en su juventud formase parte de la célebre Orden de
Toledo junto con amigos como Salvador Dalí, Federico García
Lorca o Rafael Alberti, entre otros. En 1969 rodó en la ciudad una
de sus obras maestras: Tristana, basada en la obra de Benito
Pérez Galdós. El reparto estuvo encabezado por Catherine De-
neuve, Fernando Rey y Franco Nero. José Ponos tomó esta es-
tupenda fotografía en un momento del rodaje en el claustro de
San Pedro Mártir donde podemos ver a Buñuel, Deneuve y Nero.
Tristana es hoy considerada una película de culto y una de las
obras maestras de la historia del cine nacional.

José Ponos © José Ponos


276. El Cardenal Vicente Enrique y Tarancón fue elegido Arzobispo de Toledo en enero de
1969. En la imagen vemos el recibimiento a Tarancón –acompañado del alcalde Ángel Vivar–
en el Real del Arrabal el 9 de marzo de 1969. En 1971 accedió a la presidencia de la Conferen-
cia Episcopal Española donde fue una pieza clave en la transición hacia la democracia.
Su posición fue determinante en el establecimiento de unas nuevas relaciones Iglesia-Estado.
Es recordada su homilía en la misa de entronización de Juan Carlos I el 27 de noviembre de
1975 en Los Jerónimos: “Que seáis el Rey de todos los españoles, de todos los que se sienten
hijos de la Madre Patria, sin privilegios ni distinciones, en el mutuo respeto y amor. Amor que,
como nos enseñó el Concilio, debe extenderse a quienes piensan de manera distinta de la
nuestra, pues nos urge la obligación de hacernos prójimos de todo hombre. Pido también,
Señor, que si en este amor hay algunos privilegiados, éstos sean los que más lo necesitan:
los pobres, los ignorantes, los despreciados. Aquellos a quienes nadie parece amar [...]. Pido
para Vos acierto y discreción para abrir caminos del futuro de la Patria, para que, de acuerdo
con la naturaleza humana y la voluntad de Dios, las estructuras jurídico-políticas ofrezcan a
todos los ciudadanos la posibilidad de participar libre y activamente en la vida del país...”

© Fototeca EFE

288/289 1939-2012
277. El 22 de enero de 1973 se derrumbó el puente sobre el
Arroyo de la Degollada. Para entonces ya era una importante vía
de comunicación de la ciudad con las localidades del sur y la cir-
cunvalación. Por ello fue pronto reconstruido. La fotografía del aus-
traliano Don Pugh muestra los trabajos de reconstrucción y deja la
curiosidad del Cerro del Bu con los pequeños alcorques en su la-
dera de una repoblación forestal que resultó un absoluto fracaso.

Don Pugh © Don Pugh. Perth, Australia


290/291 1939-2012
279 / 280 / 281. El 4 de Noviembre de 1982 tuvo lugar la histórica vi-
sita del Papa Juan Pablo II. En medio de una ciudad abarrotada
Karol Wojtyla recorrió con su célebre Papamóvil el centro histórico y
ofició una multitudinaria misa en el Polígono Industrial.

Ángel Carchenilla (279 / 280) © Fototeca ABC/Ángel Carchenilla

278. Tal vez el fotógrafo más célebre que ha dado Chequia


en su historia es Josef Koudelka. En 1976 visitó Toledo y
retrató de modo magistral la ciudad en aquellos decisivos
meses que sucedieron a la muerte del General Franco. Su
fotografía toledana más famosa es esta que recoge el mo-
mento en que varios soldados caminan por delante de un
ciego que pasaba las horas apoyado en la torre de la Cate-
dral y del cual aun muchos toledanos se acuerdan.

Josef Koudelka © Contacto/Magnum/Josef Koudelka


282. Durante los años 60 y 70, la provincia congoleña de Katanga se hizo
famosa por los conflictos armados que buscaban su independencia. Este
periodo coincidió con la puesta en marcha de los primeros servicios de au-
tobuses urbanos de Toledo. Por razones desconocidas, estos autobuses
comenzaron a ser denominados por todos los toledanos como katangas,
término que ha llegado a nuestros días y que merecería ser oficializado
como una seña de identidad más de la ciudad. En los años 80 eran habitua-
les los katangas amarillos denominados a menudo chinos. En 1983 el fotó-
grafo holandés Wouter van der Brugghen tomó esta preciosa estampa para
el recuerdo: dos katangas marca Pegaso en las inmediaciones del Alcázar.

Wouter van der Brugghen © Wouter van der Brugghen

283. La Guerra Civil dejó cientos de mutilados y lisiados en toda


España. Algunos de ellos fueron empleados por el Estado en edi-
ficios públicos como vigilantes y aparcacoches. El italiano Ferdi-
nando Scianna (1943) retrató en 1985 a uno de los últimos que
quedaban en la ciudad, que se encargaba de la vigilancia del
aparcamiento situado junto al Alcázar.

Ferdinando Scianna © Contacto/Magnum/ Ferdinando Scianna

292/293 1939-2012
284. Donde hoy se levanta un vulgar e impersonal aparcamiento
asfaltado junto a la ribera del Tajo se cultivaban hasta los años
90 del siglo XX diferentes especies de cereales y oleaginosas.
La alegría colorista de este cultivo de girasol con Toledo de fondo
contrasta con el actual color negro del asfalto que sólo podría mi-
tigarse con un necesario cuidado de los árboles plantados en el
aparcamiento. La experiencia dice que ninguna corporación muni-
cipal ha cuidado los árboles de Toledo como la ciudad, su histo-
ria, su belleza y su peso turístico merecen, por lo que lo probable
es que esa mancha negra predomine por décadas en la vista de
la que fuera Huerta del Rey. Espero equivocarme.

© Cordon Press

294/295 1939-2012
285. El 14 de abril de 2005 visitó Toledo uno de los científicos más grandes de la historia:
Stephen Hawking. Aquí le vemos en la plaza del Ayuntamiento. Pertrechado con una guía
turística de la ciudad, recorrió en su silla de ruedas las calles del centro histórico. Su presencia
completaba las otras tres grandes visitas de científicos que durante el siglo XX recibió la ciudad:
Albert Einstein, Marie Curie y Alexander Fleming. Sin duda una muestra más del magnetismo
que la ciudad siempre ha ejercido sobre sobre estas mentes privilegiadas.

Óscar Huertas © Fototeca ABC/Óscar Huertas


286. Uno de los grandes olvidados de la ciudad de Toledo: su cielo.
Aquí, fotografiado por José María Moreno, en el año 2012. Se trata
de una fotografía panorámica realizada por apilamiento y ensamblado
mediante técnicas astrofotográficas para las estrellas. Aunque realizada
durante casi dos horas, la imagen muestra una situación en un instante
real en el espacio-cielo.

José María Moreno Santiago © José María Moreno Santiago

296/297 1939-2012
Relación de Códigos QR de la totalidad de las entradas publicadas en el blog Toledo Olvidado

Este libro no podía olvidar su origen: el blog. Con cualquier móvil de nueva generación o
tableta puede accederse desde aquí a todas y cada una de las entradas publicadas entre
febrero de 2008 y noviembre de 2012 en Toledo Olvidado. De este modo el lector podrá
ampliar la información que desee sobre cualquier monumento, fotógrafo o acontecimiento
mencionado en este libro y que tenga entrada propia en el blog.
Además puedes contactar y seguir toda la actualidad de Toledo Olvidado en:

www.toledoolvidado.com
Twitter: @Toledo_Olvidado
Facebook: https://www.facebook.com/ToledoOlvidado

Adoc
A la inmortalidad A un almez viejo Acueducto Fotógrafo anónimo
por la fotografía (Ermita del Valle) Romano de Toledo francés 1905 Agencia Corbis

Alcázar, la historia
de la mina contada
Albert Einstein desde los
Agencia Magnum en Toledo Albert Oliveras Alcázar evolución dos bandos

Alexander Lamont Alfonso XIII Ángel del Campo


Henderson en Toledo Alfred Dismorr Cerdán Arco de la Sangre

Artur Portela,
Mijail Koltsov y Asedio al Alcázar Audiencia o
Arco de Palacio Artificio de Juanelo Roman Karmen en imágenes Casa del Deán

Autocromos de
Auguste León en Bahamontes
Austin Whittlesey 1914 por encargo Recibimiento Bécquer Grafito en
Fotografías de Albert Kahn en 1959 Baño de la Cava San Clemente

Calle de Santa
Calle Ancha y Isabel o un Caminos históricos
Puente Nuevo tributo a Benito Calle de que conducían
Café Español de Alcántara Pérez Galdós Santo Tomé a Toledo

Casa del Cid,


Iglesia de San Juan
de los Caballeros y Casa del Castillo de
Casa de Mesa Fonda de la Caridad Diamantista San Servando Catedral

Ciencia con
mayúsculas
Charles Clifford en Toledo
Charles y Jean Laurent (Alexander Fleming Cigarral del Santo Cimborrio de la
Chusseau-Flaviens juntos en Toledo y Marie Curie) Ángel Custodio Catedral de Toledo
Comparativa Conde Ciano Convento de Convento de
Colegio de Infantes con fotos aéreas La visita San Pedro Mártir Santa Fe

Convento de Santo Corona de la Corpus Corpus Corral de


Domingo el Real Virgen del Sagrario (primera entrega) (segunda entrega) Don Diego

Eduardo
Butragueño Bueno
Cuentame cómo Curiosidades Fotografías
Cristo de la Vega pasó... en Toledo desaparecidas Demetrio Ribes deportivas

En busca de los Entierro del


Eduardo modelos del Greco Cardenal Sancha
Butragueño Bueno Edward King Edward Manuel (homenaje a (y otro entierros
Fotografías Tenison Newman Gregorio Marañón) cardenalicios)

Entierro del
Señor de Orgaz la Erich Andres Estudio
protección contra Toledo tras el Ermita de Fotográfico Eugène
los bombardeos asedio del Alcázar la Cabeza Alfonso Lefèvre-Pontalis

Federico Martín Fotos más Fray Francisco George Lewis


Bahamontes, de antiguas tomadas Ruiz Sepulcro Últimas fotografías
la humildad a la desde un avión en San Juan Friedrich estereoscópicas
fama en 10 años en 1915 de la Penitencia Christiansen en 1931

Guerra y Paz
(comparativa
Guerra Civil 1936-2008 con
Pérdidas de fotos de Vincent Gustave Hans Namuth-
Gonzalo de Reparaz Patrimonio Doherty) de Beaucorps Georg Reisner

Hospital de
Harry Weber Santa Cruz Hospital del Nuncio Hospital Tavera Hotel Castilla

Iglesia de Iglesia de Iglesia de Iglesia de Iglesia de


la Magdalena San Andrés San Bartolomé San Cipriano San Cristóbal

Iglesia de Iglesia de Iglesia de Iglesia de Iglesia de


San Lorenzo San Lucas San Miguel el Alto San Román San Sebastián

Iglesia de Iglesia de Iglesia de Iglesia de Santiago Iglesia


San Torcuato Santa Eulalia Santa Leocadia del Arrabal del Salvador
Jean Laurent
en la Biblioteca
del Congreso John Fyfe John Fyfe John Fyfe
Jean Andrieu de EE.UU. Primera entrega Segunda entrega Tercera entrega

Las Torres
José Villar Martelo Ken Russell Kurt Hielscher de la Reina Léon y Lévy

Luis Calandre Maquis Carballo Mesón Mezquita


Ibáñez Quién fue... Martes del Sevillano de Tornerías

Monumento
al Greco
Mezquita del Monasterio de San Inauguración Nabis en Toledo
Cristo de la Luz Juan de los Reyes en 1914 en 1901 Narciso Clavería

Palacio de Palacio de
Niños de Toledo Oppenheim Orden de Toledo Buenavista Fuensalida

Panorámica
Panorámica de desde el Valle Panorámicas
Alphonse de Evolución de José Regueira Pasadizo
Palacio de Galiana Launay en 1854 de Toledo en 1921 de Balaguer

Pequeña
Edad del Hielo.
Pelayo Mas Las consecuencias
Paseo del Barbarie en algunos
Miradero Patio Toledano Anticlerical edificios de Toledo Petit

Plaza de
Piedra del Plaza de Santa Isabel y
Rey Moro Plaza de Padilla San Vicente Calle Cadenas Plaza de Zocodover

Plaza de Zocodover Plaza del Padre Plaza e Iglesia Posada de Posada de


Urinarios Juan de Mariana de San Justo la Hermandad la Sangre

Puente sobre
Puerta de Alcántara Puerta de Alcántara Puente de el Arroyo de
Puente de Alcántara La Verdadera Primitiva San Martín la Degollada

Puerta de
Puerta de San Ildefonso Puerta de Puerta de
Puerta de Bisagra Doce Cantos resucita San Ildefonso San Martín
Puerta del Sol Puerta Vieja
Puerta de Puerta del y Puerta de de Bisagra o Reyes de Italia en
Valmardón Cambrón Alarcones de Alfonso VI Toledo en 1924

Santas Justa
y Rufina
Roy Cambpell y Descubrimiento de Sinagoga de Santa
Romería del Valle Laurie Lee Roy Lucien la torre olvidada María la Blanca

Toledo
(Autocromos)
Las fotografías Toledo en
más antiguas Toledo bajo el Archivo de
Tajo Inundaciones Taller del Moro en color la nieve la Revista Life

Toledo en
Toledo en la los años 20
Toledo en el Fotografía Toledo en la fotografiado Toledo en
Archivo Rojo Estereoscópica Pre-Guerra Civil por Loty Tiempos de Crisis

Torcón
Toledo es hoy Toledo y Traída de aguas
más verde Toledo Olvidado Toledo y el Tajo los coches en 1948

Torre de la
Almofala y Torre del Reloj Tristana
Puerta del Vado Torre del Hierro de la Catedral Tristana de Buñuel El rodaje en 1969

Vida cotidiana
Vicisitudes de Victoria and (afortunadamente) Visitas ilustres
las murallas Albert Museum olvidada (y no tanto) Wunderlich
LUGARES página página PERSONAJES página

Aérea ...........................................................168 Iglesia de Santiago del Arrabal......54, 85, 156, 260 Aguirre, Fernando .......................................193
Alcázar..............18, 21, 24, 26, 29, 31, 38, 44, 45, Mezquita del Cristo de la Luz....118, 119, 125, 274 Alfonso XIII ..................................................137
64, 65, 96, 97, 113, 120, 180, 195, 199, 218, Molinos....................................................58, 60 Belaunde, Víctor Andrés .............................201
219, 220, 221, 222, 228, 229, 240, 241, 293 Monasterio de San Juan de los Reyes......19, 48, Bello, Pepín.................................................192
Arco de la Sangre ........................123, 225, 240 49, 78, 79, 104, 122 Buñuel, Luis ................................192, 266, 267
Artificio de Juanelo .....25, 26, 30, 38, 42, 43, 61 Museo del Greco .........................................190 Calixto “verdulero” .....................................277
Arroyo de la Degollada................................289 Oratorio de San Felipe Neri ........................122 Campbell, Roy.............................................199
Avenida de la Reconquista..........................194 Orfantao de San Juan de Dios.....................273 Cardinale, Claudia ......................................272
Ayuntamiento.................................................67 Palacio Arzobispal.......................................121 Cossío, Bartolomé...............................190, 191
Baño de la Cava...................................163, 186 Palacio de Fuensalida.................................123 Dalí, Salvador..............................................192
Baños Árabes de Tenerías...........................132 Palacio de Inés de Ayala...............................84 Deneuve, Catherine.............................266, 267
Casa del Diamantista ..................24, 52, 86, 90 Palacio de los Condes de Peromoro...........105 Duarte de Perón, Eva ..................................246
Castillo de San Servando....25, 38, 46, 113, 139, 181 Palacio de Pedro I el Cruel .................108, 109 Einstein, Albert....................................190, 191
Catedral............29, 35, 36, 47, 51, 53, 88, 103, Panorámica........24, 28, 29, 30, 31, 36, 46, 50, Franco, Francisco................................220, 241
106, 107, 112, 120, 131, 154, 175 51, 53, 92, 93, 133, 138, 142, 183, 184, 237, García Lorca, Federico................................201
Calle Alfonso X ............................................104 254, 256, 257, 271, 296, 297 González, María Luisa.................................192
Calle Comercio ......................47, 131, 200, 248 Paseo de Recaredo .....................................136 Himmler, Heinrich .......................................240
Calle Marqués de Mendigorría ...................151 Paseo del Miradero .............................152, 223 Hinojosa, José María ..................................192
Calle Martín Gamero ...................................170 Plaza de Amador de los Ríos ......................122 Hawking, Stephen .......................................295
Calle de la Trinidad .....................................153 Plaza de Don Fernando ...............................189 Juan Pablo II................................................291
Calle de Santa Fe ........................159, 209, 214 Plaza de la Retama .............................100, 101 Karmen, Roman ..........................................206
Calle de Santa Isabel ....................90, 164, 165 Plaza de la Magdalena................................215 Largo Caballero, Francisco.........................216
Calle de Santa Leocadia .............................276 Plaza de San Justo ......................................120 Lee, Laurie ..................................................199
Calle de Santa Úrsula..................................270 Plaza de Santa Eulalia ................................197 Loren, Sophia ..............................................255
Calle de Santo Tomé .....................23, 156, 286 Plaza de Santa Isabel..........................160, 161 Martín Bahamontes, Federico.....................261
Calle Real del Arrabal.........................277, 288 Plaza de Santo Domingo el Real ................242 Martínez Santa Olalla, Julio .......................240
Calle Reyes Católicos .................................172 Plaza del Ayuntamiento.........67, 112, 121, 295 Moreno Villa, José ......................................192
Calle Sillería................................................207 Plaza del Padre Juan de Mariana ...............121 Moscardó, José ...........................................240
Calle Sixto Ramón Parro.............103, 262, 263 Plaza del Seco .............................................196 Muñoz Losada, José....................................265
Calle Taller del Moro...................................208 Posada de la Hermandad ............................167 Myles, Gloria...............................................271
Calle Tornerías ............................................279 Posada de la Sangre ...................177, 178, 225 Nero, Franco................................................267
Callejón de los Naranjos...............................99 Puente de Alcántara.....18, 25, 27, 30, 31, 32, Ortega y Gasset, José .........................190, 191
Cerro de los Palos .......................................237 33, 34, 35, 42, 43, 44, 46, 65, 102, 137, 191 Porras, Raúl ................................................201
Colegio Nuestra señora de los Infantes........66 Puente de San Martín.......39, 46, 48, 49, 58, 64, Rey, Fernando .....................................266, 267
Convento de la Concepción Francisca...213, 230 73, 74, 80, 81, 140 ,141, 187, 249 Roussel, Ker-Xavier ....................................132
Convento de San Clemente .........................115 Puente Nuevo ..............................................244 Serrano Súñer, Ramón ................................240
Convento de San Gil ......................................39 Puerta de Alcántara.............................147, 157 Sorolla, Joaquín ..........................................136
Convento de San Juan de la Penitencia...102, 116, Puerta de Bisagra......54, 56, 57, 171, 198, 243 Tarancón, Vicente Enrique y ......................288
117, 232 Puerta de San Ildefonso ..........................32, 33 Vela-Hidalgo y García-Ciudad, Emilio........204
Convento de San Pedro Mártir ......................83 Puerta de San Martín ..........................179, 182 Vivar, Ángel .................................................288
Convento de Santa Fe..............................94, 95 Puerta del Cambrón.......................................75 Vuillard, Édouard.........................................132
Convento de Santa Isabel..............................84 Puerta del Niño Perdido ................................88 Wolff, Karl ...................................................240
Convento del Carmen ........................26, 31, 38 Puerta del Pelícano .....................................122
Corpus..................170, 176, 200, 251, 252, 253 Puerta del Sol............................40, 41, 63, 166
Corral del Don Diego...................................185 Puerta Vieja de Bisagra ..........................69, 71
Cristo de Santo Tomé ..................................230 Romería del Valle........................................150
Cuatro Calles ...............................................261 Safont...........................................102, 124, 275
Cuesta de Carlos V ..............................173, 224 Sinagoga de Santa María la Blanca......77, 122
Cuesta de las Armas....................................217 Sinagoga del Tránsito....................76, 122, 169
Doce Cantos.................................................231 Tajo............24, 25, 26, 28, 29, 30, 39, 42, 43, 46,
El Entierro del Señor de Orgaz ....................236 52, 58, 60, 64, 72, 74, 80, 81, 86, 90, 98, 102,
Escuela de Gimnasia...................................135 110, 111, 124, 126, 127, 138, 140 ,141, 142,
Fábrica de Armas ..........................................82 144, 145, 155, 158, 163, 182, 186, 244, 245,
Hospital de Don Diego de Bálsamo ..............66 256, 257, 275, 280, 282
Hospital de Santa Cruz ..................................62 Taller del Moro ............................................132
Hospital Tavera..........................30, 57, 98, 169 Torre del Hierro ...................................148, 149
Huerta del Rey.............................................294 Torre del Reloj de la Catedral ...................5, 51
Iglesia de la Magdalena..............................235 Vega Baja ............................................126, 127
Iglesia de San Andrés .........................109, 114 Venta de Aires .............................................192
Iglesia de San Ildefonso..............................104 Virgen de los Alfileritos ......................284, 285
Iglesia de San Lorenzo................................234 Zocodover........55, 91, 130, 162, 174, 188, 193,
Iglesia de San Miguel el Alto......................233 193, 204, 205, 206, 211, 226, 227, 264, 265,
Iglesia de San Torcuato...........................29, 59 266, 267, 283
FOTÓGRAFOS página página

Albero y Segovia .........................................215 Linares, Abelardo........................128, 140, 142


Alguacil, Casiano9, 10, 17, 98, 99, 100, 101, Loty ......................................................128, 179
102, 103, 105, 109, 125 Lucien, Roy..........................................128, 137
Andres, Erich ...............................228, 229, 230 Margnac, Jean Paul ............................256, 257
Andrieu, Jean ..........................................17, 64 Mas Castañeda, Pelayo...............233, 234, 235
Arribas, Luis ................................................275 Masats, Ramón ...................................238, 260
Beaucorps, Gustave de ...........................17, 46 Masson, Louis Léon ......................................38
Beer, Alois ...........................................130, 131 Menet Kursteiner, Adolf ..............................128
Bibesco, Emmanuel ....................................132 Morath, Inge ................................238, 262, 263
Bavagnoli, Carlo..........................................238 Moreno, Mariano.........................................128
Begue, Alfonso ........................................56, 57 Moreno, Matías ...........................................132
Blázquez, David...........................................239 Moreno Santiago, José María.......92, 93, 296, 297
Brugghen, Wouter van der ..........................292 Namuth, Hans..............................................211
Butragueño Bueno, Eduardo ...9, 179, 194, 286 Napper, Robert Peters...........50, 52, 53, 54, 65
Cabrera, Aurelio ..........................................129 Newman, Edward Manuel ...........................129
Calandre Ibáñez, Luis .................156, 158, 169 Nodal, Ángel................................................238
Calvert, Albert F. .......................................9, 10 Oliveras, Albert ...........................................193
Camarasa, Santiago....................................129 Opphenheim, Felix Alexander...........17, 18, 20
Cánovas del Castillo, Antonio.....................128 Ortiz Echagüe, José.....................................182
Capa, Robert........................................203, 204 Pareja, Antonio............................................238
Carpentier, Joseph ......................17, 26, 27, 38 Pato, Jaime .................................................271
Cartier-Bresson, Henri ........................238, 273 Petit .............................................................127
Castro, Pepe ................................................239 Ponos, José .................................................287
Christiansen, Friedrich........................129, 183 Pugh, Don ....................................................289
Clifford, Charles ....17, 22, 28, 30, 36, 39, 40, 44, 47 Puig, Agustín ...............................................239
Comba, Juan................................................120 Regueira, José ............................................180
Corral, Eva...................................................239 Reisner, Georg.............................................211
Cortés, Miguel.....................224, 225, 226, 227 Relanzón, Santiago .............................129, 136
Craig Annan, James ............159, 160, 164, 165 Reparaz, Gonzalo de ...................................197
Dismorr Alfred .....................................102, 104 Ribes, Demetrio ..........................................166
Esteban-Infantes, J. ....................................244 Riboud, Marc.......................................238, 258
Foto Flores...................................................274 Rodríguez............193, 198, 200, 218, 219, 232,
Fraile, Lucas................................................129 236, 241, 243, 246, 248, 261
Fuentes, José ..............................................238 Roisin, Luciano ...........................................128
Fyfe, John.............238, 276, 277, 278, 279, 280, Román Martínez, Pedro.......129, 142, 143, 144,
281, 282, 283, 284, 285 145, 146, 147, 148, 149, 150, 151, 152, 153,
Garcés, Constantino ....................................128 154, 155, 195
Garzón, Rafael.............................................123 Russell, Ken ................................251, 252, 253
Gervais-Courtellemont, Jules .....129, 138, 139 Salvador, Pedro ...........................................239
Hauser Mueller, Oskar ................................128 Scianna, Ferdinando ...................238, 292, 293
Hielscher, Kurt.............................................129 Sevaistre, Eugène ...........17, 32, 33, 34, 35, 38
Hoffmann, Heinrich .............................230, 231 Seymour, David ......203, 206, 207, 208, 209, 210
Huertas, Óscar.............................................295 Sinclair, James A. .......................................124
Jantsch, Ferdinand Wenzel...........................90 Soulier, Charles.......................................28, 30
King Tenison, Edward........................16, 18, 19 Taro, Gerda..................................................203
Kertész, André .............................................238 Taylor ...........................................................178
Kessel, Dimitri ............................................238 Topham, John ......................................223, 224
Koudelka, Josef...........................238, 290, 291 Utrilla, David ...............................................239
Ladrey, Henri Ernest Édouard Antoine......190, 191 Vidal.............................................................240
Lacoste, José ......................................128, 133 Villar Martelo, José.............170, 172, 173, 174
Lamont Henderson, Alexander .....120, 121, 122 Villasante, Carlos........................................238
Lamy, Ernest............................................17, 58 Weber, Harry.................238, 264, 265, 266, 267,
Latour, Ira H. .......................................238, 250 268, 269, 270
Launay, Alphonse De.........................17, 24, 25 Weiss, Sabine .....................................238, 247
Laurent, Jean........17, 30, 46, 48, 49, 55, 60, 61, Wolgensinger, Michael ...............................238
62, 63, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 76, Wunderlich, Otto..........128, 161, 184, 185, 186,
77, 78, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 88, 89, 90, 187, 188, 189
91, 92, 93, 94, 96, 97
Le Gray, Gustave ...........................................24
Lefèvre-Pontalis, Eugene............................129
Léon, Auguste..............129, 162, 163, 167, 168
Lévy ...................91, 95, 106, 108, 110, 111, 112,
113, 114, 115, 116, 118, 119
Narrar la historia de Toledo, desde dentro y desde fuera,
a través de la fotografía, es lo que propone Eduardo Sánchez
Butragueño en esta selección de 286 imágenes de la ciudad.
Toledo Olvidado es un meticuloso trabajo de investigación y
un apetitoso escaparate para conocer Toledo a través de la
cámara de los mejores fotógrafos del mundo desde 1852
hasta nuestros días.

dbcomunicación

También podría gustarte