Está en la página 1de 178

0

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
1

INDICE TEMÁTICO

LA FILOSOFÍA GRIEGA

1 LOS ORÍGENES DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO……………………………………………..8


1.1 El mito
1.2 El nacimiento de la filosofía (el paso del mito al logos)

2 LOS PRESOCRÁTICOS………………………………………………………………………………10
2.1 Introducción
2.2 Concepción monista y pluralista
2.3 El nacimiento de dos corrientes contrapuestas
Formalismo y materialismo
Síntesis kantiana
2.4 Los filósofos Monistas
2.4.1 La Escuela de Mileto
Tales de Mileto
Anaximandro
Anaxímenes
2.4.2 La Escuela de Éfeso
Heráclito
2.4.3 La Escuela de Elea
Jenófanes
Parménides
Zenón
2.5 Los filósofos Pluralistas
Pitágoras
Empédocles
Anaxágoras
Demócrito (El Atomismo)

3 EL MOVIMIENTO SOFISTA………………………………………………………………………….17
3.1 Introducción
Protágoras (Relativismo)
Gorgias (Escepticismo)
3.2 El legado de los sofistas

4 LA ESCUELA SOCRÁTICA………………………………………………………………………….19
4.1 La figura de Sócrates
4.2 Universalidad del conocimiento
4.3 El método de la mayéutica
4.4 La razón, fundamento de la verdad

5 LA ESCUELA PLATÓNICA (“LA ACADEMIA”)………….……………………………………….21


5.1 La figura de Platón
5.2 La obra de Platón
5.3 El proyecto filosófico inicial de Platón
5.4 Critica de Platón hacia el relativismo sofista
5.5 Teoría de las ideas (base central de la filosofía platónica)
5.6 Teoría de la realidad (dualismo ontológico)
5.7 Teoría del conocimiento (dualismo epistemológico)
5.8 Teoría antropológica de Platón (dualismo antropológico)
5.9 Teoría de la reminiscencia
5.10 Pensamiento ético-político
5.10.1 las virtudes morales y los grupos sociales
5.10.2 Los diferentes conceptos acerca de la virtud
5.10.3 “La Republica” (reflejo de sus ideales ético políticos)
5.11 Cosmología de Platón
5.12 Condena del arte
5.13 El amor platónico

6 LA ESCUELA PERIPATÉTICA (“EL LICEO”)…………………………………………………….34


6.1 La figura de Aristóteles
6.2 La obra y el pensamiento de Aristóteles
6.3 La metafísica de Aristóteles
2

6.3.1 Teoría del Hilemorfismo


6.3.2. Explicación del devenir (el cambio)
6.3.4 Crítica de Aristóteles a la teoría platónica de las ideas
6.4 Teoría ético-política
6.4.1 El hombre en sociedad
6.4.2 El fin supremo del hombre
6.4.3 La virtud según Aristóteles
6.4.4 Clases de virtudes
6.5 Teoría del conocimiento
6.5.1 El origen del conocimiento
6.5.2 los diversos grados del conocimiento intelectual
6.5.3 La teoría de las causas
6.6 Teoría antropológica: la unidad psicofísica del ser humano
6.7 La lógica aristotélica

7 LA FILOSOFÍA HELENISTICA…………………………………………………………………………49
7.1 Introducción
7.2 Epicureísmo (Epicuro)
7.3 Escuela Cínica (Diógenes)
7.4 Hedonismo (Arístipo de Cirene)
7.5 Escepticismo (Pirrón de Elis)
7.6 Estoicismo (Zenón de Citio)

8 LA CIENCIA EN LA ANTIGUA GRECIA……………………………………………………………….54


8.1 Introducción
8.2 Campos de la ciencia en los que destacó el genio griego
Geometría/Matemáticas (Tales, Pitágoras, Euclides)
Física (Arquímedes)
Biología (Aristóteles)
Medicina (Hipócrates)
Astronomía/Geografía (Anaximandro, Ptolomeo, Erastótenes)

LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
9 INTRODUCCIÓN………………………………………………..…………………………………………55

10 EL CRISTIANISMO……………………………………………………………………………………...56
10.1 Introducción

11 CRISTIANISMO Y FILOSOFÍA………………………………………………………………………...57
11.1 La visión apologista
11.2 La influencia de Platón en el pensamiento cristiano inicial

12 LA FILOSOFÍA CRISTIANA…………………………………………………………………………….57
La Patrística
La Escolástica

13 LA PATRÍSTICA………………………………………………………………………………………….58
13.1 Introducción
13.2 San Agustín
13.2.1 La primacía del alma (agustinismo religioso)
13.2.2 Razón y fe
13.2.3 Concepción política (agustinismo político)
13.2.4 La búsqueda de la verdad
13.2.5 El problema del mal

14 LA ESCOLÁSTICA……………………………………………………………………………………..62
14.1 Introducción
14.2 Periodo de formación de la Escolástica
Alcuino de York
14.3 Periodo de desarrollo de la Escolástica
14.3.1 Agustinismo
14.3.2 Pugna entre razón y fé
14.3.3 La disputa de los universales
14.4 Periodo de apogeo de la Escolástica
14.4.1 El método de la enseñanza de la Escolástica
3

14.4.2 Asimilación de la obra de Aristóteles en el Occidente cristiano


14.4.3 Santo Tomás de Aquino
Tomismo aristotélico (síntesis entre razón y fe)
El proceso de conocimiento
Las leyes naturales y las normas morales
Concepción política
Las cinco vías tomistas (la existencia de Dios)
14.5 Decadencia de la Escolástica
14.5.1 Duns Escoto
Primera escisión entre verdades de fe y de razón
14.5.2 Guillermo de Ochkam
Ruptura total entre razón y fé
Su filosofía crítica
El nominalismo de Ochkam
Concepción política
Influencia de Ochkam en la crisis escolástica

15 RAZÓN Y FE EN EL MUNDO ÁRABE Y JUDIO………………………………………………………75


15.1 El mundo árabe
El islam ortodoxo: Algazel
Armonía entre razón y fe: Avicena
La filosofía como ciencia autónoma: Averroes
15.2 El mundo judío
El judaísmo ortodoxo
Conciliación entre razón y fe: Maimónides

EL RENACIMIENTO

16 RENACIMIENTO Y HUMANISMO………………………………………………………………………77

17 EL HUMANISMO: UNA NUEVA PERSPECTIVA DEL MUNDO…………………………………….77


17.1 Vuelta a la antigüedad clásica
17.2 La nueva perspectiva antropológica
17.3 Validación de la razón

18 CAMBIOS QUE SE OPERAN EN LA SOCIEDAD RENACENTISTA………………………………79


18.1 Cambios a nivel general
Pérdida del sentido religioso medieval
Surgimiento de las monarquías nacionales
Nuevos descubrimientos geográficos
Reforma protestante
Abandono de la metafísica
Aparición del capitalismo mercantil (burgués)
Descubrimiento de la imprenta
18.2 Antropocentrismo de Pico de la Mirandola
18.3 Revalorización del mundo de los sentidos

19 ORIENTACIONES DEL PENSAMIENTO HUMANISTA……………………………………………..82


19.1 La Filosofía
19.1.1 Pico de la Mirandola
19.1.2 Michel de Montaigne
19.2 El tratado filosófico-político
19.2.1 Nicolás Maquiavelo
19.3 El pensamiento social utópico
19.3.1 Tomas Moro
19.3.2 Francis Bacon
19.3.3 Tomasso Campanella
19.4 Otros juristas y humanistas de renombre
Francisco de Vitoria, Hugo Groccio, Francisco Suarez, Luis Vives
19.5 El pensamiento religioso
19.5.1 Introducción
19.5.2 Martín Lucero
19.5.3 Erasmo de Rotterdam
19.6 El pensamiento científico
19.6.1 Abandono de la Metafísica y nacimiento de la Rev. Científica
19.6.2 Nicolás Copérnico (Teoría Heliocéntrica)
4

19.6.3 Kepler (leyes sobre las órbitas elípticas planetarias)


19.6.4 Galileo (principios que rigen la caída de los cuerpos)
19.6.5 Francis Bacon (nueva lógica: “Nuevo Organon”)
19.6.6 Leonardo da Vinci (prototipo del sabio renacentista)

LA FILOSOFÍA MODERNA
20 INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………89
20.1 El nacimiento de la Filosofía Moderna
20.2 Gnoseología frente a Ontología

21 RASGOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA MODERNA……………………………………………..90


-Independencia de la razón filosófica
-El sujeto, punto de partida del conocimiento
-Mayor preocupación por la gnoseología
-Relevancia de las nuevas ciencias físico-matemáticas

22 CORRIENTES FILOSÓFICAS EN LA ÉPOCA MODERNA………………………………………….91


-Racionalismo
-Empirismo
-Idealismo alemán

23 OTROS ACONTECIMIENTOS IMPORTANTES EN LA EPOCA MODERNA………………………91


-Aparición de la corriente Jansenista
-Culminación de la Revolución Científica (Newton)
-Nacimiento de la Ilustración (siglo XVIII)

24 EL RACIONALISMO……………………………………………………………………………………….92
24.1 Introducción
24.2 Características generales de la filosofía racionalista
24.2.1 La razón, fuente de conocimiento
24.2.2 Defensa de las ideas innatas
24.2.3 Visión subjetiva de la realidad
24.2.4 Prevalencia de las matemáticas
24.2.5 Búsqueda de una metodología general
24.3 Descartes
24.3.1 Introducción a su pensamiento
24.3.2 El método cartesiano
24.3.3 Las reglas del método
24.3.4 La duda metódica
24.3.5 El descubrimiento del “cógito”
24.3.6 Significado de la duda cartesiana
24.3.7 Teoría cartesiana de las sustancias
24.3.8 Antropología cartesiana
24.3.9 Solución cartesiana al problema de las sustancias
24.3.10 Necesidad de Dios en el proyecto cartesiano
24.3.11 Argumentos para demostrar la existencia de Dios
(Resumen del libro: “Meditaciones metafísicas”)
24.4 Spinoza
El Panteísmo monista
24.5 Leibniz
La Monadología
24.6 Malebranche
El Ocasionalismo

25 EL EMPIRISMO……………………………………………………………………………………………107
25.1 Introducción
25.2 John Locke (la tendencia materialista de la corriente empírica)
25.2.1 Teoría del conocimiento
25.2.2 Las fuentes del conocimiento
25.2.3 Crítica al innatismo cartesiano
25.2.4 Teoría política (liberalismo político)
25.3 George Berkeley (la tendencia idealista del empirismo)
25.4 David Hume (la tendencia más radical y escéptica del empirismo)
25.4.1 Teoría del conocimiento
25.4.2 Critica de Hume al principio de causalidad
5

25.4.3 Crítica a la metafísica


25.4.4 Crítica a la idea de sustancia
25.4.5 Ética emotivista de Hume

26 EL JANSENISMO…………………………………………………………………………………………117
26.1 Pascal
Razón y fe
Naturaleza dual del ser humano
Sus aportaciones como hombre de ciencia.

27 LA CULMINACIÓN DE LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA……………………………………………118


27.1 Introducción
La Revolución Científica, base de la Ciencia Moderna
Nueva visión mecanicista del mundo
Desplazamiento definitivo del pensamiento escolástico
27.2 Isaac Newton
Teoría de la gravitación universal
Los principios de la Dinámica

28 EL IDEALISMO ALEMÁN………………………………………………………………………………119
28.1 Introducción
28.2 Kant
28.2.1 Breve semblante y objeto de su filosofía
28.2.2 Nuevo planteamiento de la filosofía kantiana
28.2.3 Teoría del conocimiento
Las facultades cognoscitivas
Tipos de juicios en la filosofía tradicional
La nueva aportación kantiana (“juicios sintéticos a priori”)
28.2.4 Argumentos en contra de la metafísica
28.2.5 Teoría kantiana de la moral
Introducción
El imperativo categórico
La virtud
Las acciones y el deber
El motor de la acción moral (la voluntad)
Éticas formales y éticas materiales
Objeciones de Kant a las éticas materiales
Los postulados kantianos de la razón práctica
28.3 Hegel
28.3.1 Introducción
28.3.2 La dialéctica hegeliana
28.3.3 Evolución dialéctica del espíritu
Etapas en el desarrollo dialéctico del espíritu
28.3.4 Escisión del hegelianismo

LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
29 INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………..132
29.1 Escasa valoración de la realidad trascendental
29.2 Crisis del pensamiento racionalista clásico

30 EL IRRACIONALISMO…………………………………………………………………………………134
30.1 Arthur Schopenhauer
30.1.1 Su filosofía voluntarista
30.1.2 La metafísica del amor
30.1.3 Arte y ascetismo
30.1.4 Dios en la filosofía de Schopenhauer

31 EL POSITIVISMO……………………………………………………………………………………….136
31.1 August Comte
31.1.1 El positivismo como ciencia social
31.1.2 El positivismo como concepción filosófica
31.1.3 El positivismo como doctrina religiosa
6

32 EL VITALISMO……………………………………………………………………………………………138
32.1 Características generales del pensamiento vitalista
32.2 El vitalismo de Nietzsche
32.2.1 De su atormentada fe juvenil a su declarado ateísmo
32.2.2 Sentido de su filosofía
32.2.3 Crítica de la cultura occidental
Crítica a la metafísica
Crítica a la religión
32.2.4 Afirmación de la vida
32.2.5 La voluntad de poder
32.2.6 La obra de Nietzsche

33 EL RACIOVITALISMO……………………………………………………………………………………147
33.1 Ortega y Gasset
33.1.1 Introducción
33.1.2 El Raciovitalismo orteguiano
33.1.3 El perspectivismo de Ortega
33.1.4 La razón histórica

34 EL MARXISMO……………………………………………………………………………………………151
34.1 Resumen del pensamiento de Marx
34.2 El nacimiento del marxismo
34.3 La teoría marxista
34.4 El materialismo dialéctico
34.5 El materialismo histórico
34.6 El proceso de producción económica
34.7 Los modos de producción económica según Marx
34.7.1 Los modos de producción tribal
34.7.2 Los modos de producción esclavista
La esclavitud a lo largo de la historia
Los movimientos abolicionistas
Las nuevas formas de esclavitud
34.7.3 los modos de producción feudal
34.7.4 Los modos de producción capitalista
34.7.5 Los modos de producción socialista
34.8 Estructura y superestructura
34.9 Alienación y proletariado
34.9.1 Alienación económica
34.9.2 Alienación religiosa
34.9.3 Alienación social
34.9.4 Alienación política
34.10 Crítica de Marx hacia el materialismo de Feuerbach
34.11 Otras doctrinas materialistas

35 EL EXISTENCIALISMO………………………………………………………………………………….167
35.1 Introducción
35.2 Algunos principios fundamentales del existencialismo
35.3 El pensamiento resumido de algunos filósofos existencialistas
35.4 Miguel de Unamuno
35.4.1 Su visión compartida con otras corrientes filosóficas
35.4.2 Sentido de su filosofía

36 EL NEOPOSITIVISMO…………………………………………………………………………………..172
36.1 Las raíces del neopositivismo
36.2 Wittgenstein

37 LA ESCUELA DE FRANKFURT……………………………………………………………………….173
37.1 El origen de la Escuela
Influencia de los postulados marxistas y psicoanalistas
37.2 Personajes destacados
Horkheimer, Marcusse, Adorno

38 EL ESTRUCTURALISMO COMO DOCTRINA FILOSOFICA……………………………………..175


38.1 Introducción: ruptura con la primacía del sujeto
38.2 Antecedentes del Estructuralismo (Saussure)
38.3 Características del Estructuralismo filosófico
38.3.1 La realidad como un todo unitario
7

38.3.2 Negación de toda libertad individual

39 EL MARXISMO DEL SIGLO XX……………………………………………………………………….176


39.1 Lenin
39.2 George Lukacs
39.3 Antonio Gramsci
39.4 Louis Althuser

____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
8

LA FILOSOFÍA GRIEGA
1 LOS ORÍGENES DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO

1.1 El mito

Los hombres más primitivos, incapaces de dar una


explicación satisfactoria de los fenómenos incomprensibles de la
naturaleza y de otros muchos acontecimientos (como la vida, la
muerte, la enfermedad, el transcurso del tiempo, los fenómenos
atmosféricos y terrestres, el movimiento de los astros…), los
atribuye a la acción de seres o dioses sobrenaturales, y sobre
ellos constituye multitud de relatos fantásticos basados en la
imaginación (mitos). De esta forma el mito supone una primera
explicación acerca de los fenómenos naturales y del origen de las
cosas, que se interpreta al margen de toda lógica racional.

El vocablo ”mitología” aparece por primera vez en diversos


“Diálogos” de Platón, y nace de la contracción de las palabras
griegas “mythos” (relato, leyenda, discurso) y “logos”
(explicación, conocimiento).
Todavía en los albores de la Historia del Pensamiento
encontramos un conjunto de problemas planteados inicialmente en
un lenguaje mítico. Se trata de reflexiones que intentan dar cuenta
de la estructura general del universo y de los fenómenos naturales,
así como de los hechos relativos a la experiencia diaria y común.
Así pues, concepciones todavía míticas son las de Homero, cuyos
dioses rigen el destino humano, y los planteamientos de Hesíodo,
en cuya obra “Teogonía” nos ofrece los primeros relatos fantásticos
sobre el origen y la creación del mundo, lo que se denominan
“cosmogonías”, tan habituales en las civilizaciones antiguas
(India, Mesopotamia, Egipto, etc).

1.2 El nacimiento de la Filosofía (El paso del mito al logos)

El origen de la filosofía se encontraría en el nuevo


tratamiento que se da al entramado fantástico del mito. Se trataría,
en definitiva, del abandono del mito y de la consiguiente aplicación
de un nuevo lenguaje deductivo y racional (el logos) en la
interpretación del mundo y de la realidad, lo que suponía un nuevo
enfoque crítico para acercarse a la verdad. De hecho este
importante paso del mito al logos (movimiento de desmitificación),
9

supone también el paso del “caos” inicial del que hablaba Hesíodo
(una extensión vacía sobre la que se asentaba “gea“, la tierra) al
cosmos (el universo ordenado de los primeros filósofos). Así, la
Historia de la Filosofía comienza cuando el hombre abandona el
mito (sustentado en la imaginación y en la fantasía) y se centra en
dar una explicación racional de las cosas (sustentada en la
reflexión). Ya los acontecimientos de la naturaleza no se analizan
desde una perspectiva externa o desde una causa ajena a ellos,
sino desde causas intrínsecas a la propia naturaleza.

Vemos, por una parte, que el pensamiento mítico se


encuentra íntimamente ligado al nacimiento de la FILOSOFÍA, pero
también tuvo una implicación directa en el nacimiento de la
RELIGIÓN. De hecho, todas las religiones de la antigüedad
tenían un panteón de dioses de origen mítico o fabuloso, como
se constata en las civilizaciones hindú, greco-latina,
mesopotámica, egipcia, precolombina, persa, etc.

Esta importante revolución intelectual, que supone el


nacimiento de la Filosofía, tiene lugar en el siglo VI aC en las
antiguas colonias griegas costeras del Asia Menor (Efeso y
Mileto) y en la antigua colonia griega Elea en el sur de Italia, la
denominada Magna Grecia.

Estas antiguas y florecientes civilizaciones griegas marítimas,


ya tenían desde hace tiempo contactos comerciales y culturales
con las grandes civilizaciones orientales de la antigüedad
(Babilonia y Egipto), de las cuales asimilaron abundantes
conocimientos científicos, astronómicos y matemáticos. Tampoco
fueron ajenas a los griegos las antiquísimas y profundas
reflexiones provenientes de India y China, relacionadas con el
origen y la construcción del mundo. A pesar de las grandes
aportaciones que hicieron estas civilizaciones del mundo antiguo
oriental, todavía en ellas no se habían desterrado las
concepciones puramente míticas, por lo que no se puede hablar de
Filosofía propiamente dicha. Es necesario resaltar, pues, la
originalidad sustancial de los griegos, auténticos forjadores del
Pensamiento Filosófico. Así elaboraron teorías que han
permanecido como modelos universales de reflexión a lo largo del
tiempo. Llegado a este punto podríamos definir la Filosofía como
una aspiración por conocer la verdad profunda que encierran las
cosas, como una aspiración a la sabiduría. De hecho el término
“Filosofía” proviene de la conjunción de dos palabras griegas:
10

“filos” (amor) y “sofía” (sabiduría). La civilización griega se


convierte así en el referente necesario para comprender gran parte
de los problemas planteados por la filosofía como actividad
humana.

2 LOS PRESOCRÁTICOS (FILOSOFÍA COSMOLÓGICA)


2.1 Introducción

Cuando se habla de los presocráticos nos referimos a los


filósofos anteriores a Sócrates. No obstante, si nos atenemos a lo
puramente cronológico, el término no es exactamente correcto,
puesto que en realidad algunos presocráticos fueron coetáneos de
Sócrates y otros incluso nacieron después de él.

Durante la etapa presocrática o cosmológica, el saber


filosófico griego se centrará en formular una explicación
global de los fenómenos relacionados con la naturaleza (la
physis), que se suponía originada a partir de un “principio” o
“causa inicial” (el arjé o arché), elemento que subyace en todo
lo existente y del que se componen todas las cosas. Este
principio o primera causa inicial determinará el ser propio de cada
cosa, y lo entenderán los presocráticos como un “ente material”, o
una “realidad objetiva”, aunque no por ello dejaron de entrever una
naturaleza espiritual en todos los objetos.
(*) La physis es un término griego al que se le suelen asignar dos
significados: 1) La naturaleza de las cosas, que determina las características y las
funciones propias de cada ser: nutrirse o desplazarse (animales), o cultivarse
intelectualmente (en los seres humanos). 2) La esencia fundamental de las cosas,
que determina que una cosa sea como es.

2.2 Concepción monista y pluralista

Entre los presocráticos, unos pensadores serán clasificados


como monistas, por concebir un universo basado en un solo
principio, origen de todas las cosas, y otros serán pluralistas, para
los cuales el universo, todo lo que existe, está fundamentado en
varios principios. Veamos un pequeño desglose de ambos
movimientos y sus principales representantes.

-Los filósofos monistas: Escuela de Mileto (Tales de Mileto,


Anaximandro, Anaxímenes); Escuela de Efeso (Heráclito); Escuela
de Elea (Jenófanes, Parménides, Zenón)
11

-Los filósofos pluralistas: Pitágoras, Empédocles,


Anaxágoras, Demócrito.

2.3 El nacimiento de dos corrientes contrapuestas

Con los Presocráticos se introducen dos corrientes filosóficas


diferentes: Formalismo y Materialismo.

Formalismo: Por un lado, con Pitágoras y Parménides el


estudio del “arjé” se centrará en la forma, dando lugar a la
corriente FORMALISTA, que seguirá con el idealismo platónico,
después con el racionalismo cartesiano y culminará con el
idealismo alemán.

Materialismo: Por otra parte, con Heráclito y Demócrito, el


estudio del “arjé” se centrará en la materia, introduciéndose así la
corriente MATERIALISTA, que más tarde tendrá su desarrollo con
Locke y Hume, y después con el materialismo Marxista.
Síntesis kantiana: Ambas tendencias iniciales (el
FORMALISMO y el MATERIALISMO) quedarán compatibilizadas y
armonizadas con Aristóteles (así se conciliará el ser con el
devenir, lo permanente con lo cambiante, lo uno con lo múltiple),
culminando esta conjunción en la síntesis kantiana entre
RACIONALISMO (razón) y EMPIRISMO (experiencia).

2.4 Los filósofos Monistas

2.4.1 La Escuela de Mileto (*)

Tales de Mileto: Fue el primer filósofo de la historia y el


fundador de la Escuela Milesia (desarrollada en la Jonia, en Asia
Menor). Fue también el primero en proponer un modelo filosófico
en la búsqueda de un principio universal (el arjé), al preguntarse
racionalmente por el origen de las cosas y de qué están hechas.
Para Tales este principio universal es el agua, elemento del que
procede todo. Su interés por esta primera sustancia física básica,
componente material del mundo, marcará el nacimiento del
pensamiento científico. Poco importa la respuesta que dio el
filósofo sobre ese principio universal (el agua), sino lo que ello
implica, que no es sino una nueva visión e interpretación de la
realidad no sustentada ya en el mito. En este sentido, apunta
Sambursky “tenemos aquí la primera aplicación del principio
12

científico, por el que un fenómeno intenta ser explicado


mediante una hipótesis”. Asimismo, señala Aristóteles que “no
hay filosofía, en sentido estricto, antes de Tales de Mileto“.
Además de filósofo, fue también excelente matemático, autor del
teorema que lleva su nombre (“Teorema de Tales“).

A la Escuela de Mileto pertenecen también Anaximandro y


Anaxímenes.

Para Anaximandro el principio universal es el apeiron, una


unidad infinita e indeterminada (una sustancia divina) de la que
todo emerge, pero con capacidad de tornarse en algo
determinado. Así, todos los seres surgen del “apeiron” por un
proceso de disociación o separación. Pero el apeiron es también el
fin de todas las cosas; el tiempo hará que las cosas vuelvan a su
unidad originaria, al equilibrio inicial absoluto. Anaximandro fue
también astrónomo y matemático, y como tal realizó los primeros
cálculos sobre la distancia al sol.

Para Anaxímenes el principio universal es el aire, elemento


primario del que nacen todas las cosas y al que vuelven cuando se
corrompen. De esta forma, concibe el aire no como un elemento
atmosférico, sino como un principio, un aliento vital, que conserva
y anima todo lo existente. Para explicar cómo se forman los
objetos sólidos, Anaxímenes introdujo el concepto de
“condensación“, proceso mediante el cual el aire, elemento
invisible, se transforma en entidades visibles. Después de su
muerte, Mileto será arrasado por los persas (494 aC) pero el
centro de la reflexión filosófica prosigue en Grecia gracias a
Pitágoras.

(*) Tanto la Escuela de Mileto como la Escuela de Éfeso pertenecen a la


ESCUELA JONIA por encontrarse ambas en esta zona de Asia Menor.

2.4.2 La Escuela de Éfeso

Heráclito fue el fundador de la Escuela de Éfeso (situada en


Asia Menor: Jonia) y su figura más representativa. El fuego será el
principio universal, el elemento primordial y eterno que origina por
“condensación” toda la materia existente (principio similar al de
Anaxímenes). Partiendo de un relativismo basado en la
EXPERIENCIA (que le conducirá a un escepticismo científico y
moral) afirmará que todo en la naturaleza se encuentra en
13

incesante cambio y transformación. De este continuo cambio,


del enfrentamiento entre contrarios, nace la armonía y el equilibrio
universal. Así para Heráclito, toda realidad es un puro devenir
(“todo fluye, nada permanece, y cada cosa se convierte en su
opuesto: así lo caliente se enfría, lo árido se humedece, el dia se
transforma en la noche“…). En consecuencia, si todo cambia, no
puede haber “ser” permanente, por lo que tampoco pueden existir
conceptos universales y juicios científicos, por la falta de
estabilidad de la propia verdad. Heráclito fue el precursor de la
“dialéctica“, que tanta influencia tendría en el pensamiento de
Hegel y Marx.

2.4.3 La Escuela de Elea

La Escuela Eleática se opone a los postulados de una


realidad cambiante defendidos por la Escuela de Éfeso
(Heráclito), y apuesta por una realidad estable basada en la
razón.

Entre los valores aportados por los eleatas destaca el de


considerar el “ser” de las cosas (arjé) como un principio universal
espiritual, único e infinito, a diferencia de las escuelas anteriores,
cuyo “ser” lo buscaban en las cosas materiales.

Jenófanes: Fundador de la Escuela de Elea, fue también


poeta (el llamado “filósofo rapsoda“) y reformador religioso. En sus
obras satirizaba con fina ironía las creencias politeístas de los
antiguos griegos (Homero y Hesíodo) y ridiculizaba los dioses
antropomórficos creados a imagen de los mortales que los
adoraban. En su lugar, pensaba, deberían adorar a una sola
deidad (no antropomórfica) unificadora de todo fenómeno
universal. Sus postulados filosóficos fueron recogidos y ampliados
por su discípulo Parménides, el más importante representante de
la escuela.

Parménides: Discípulo de Jenófanes, representa la


oposición más radical a Heráclito. Según el filósofo, las
observaciones sensoriales nos ofrecen una visión limitada y
distorsionada de la realidad, los fenómenos solo son
aparentes, por ello entiende que solamente la RAZÓN nos
hace concebir una realidad estable (el SER), siendo imposible
el cambio en el ser de las cosas, puesto que éste es uno,
inmutable e infinito. Sostiene el filósofo que si las cosas
14

cambiaran (como afirmaba Heráclito), se estaría afirmando que las


cosas se generan y se corrompen a la vez, es decir, que “son” y
“no son” al mismo tiempo, lo que es incompatible con el más
elemental principio de la razón (“no cabe concebir que el ser exista
y no exista al mismo tiempo“).

Para Parménides existen dos vías de conocimiento: la


ciencia, que nos proporciona el auténtico conocimiento (noein),
solo perceptible de forma racional, lo cual nos conducirá a la
certeza y a la verdad, al auténtico SER de las cosas. Por otro lado
los sentidos, que nos conducen a la OPINION y solo captan un
conocimiento externo y aparente, no el verdadero ser.

Al rechazarse los sentidos como fuente de la verdad y


sostener que la RAZÓN es la única via de conocimiento,
Parménides se afirma en un incipiente IDEALISMO ABSOLUTO,
que sirvió de base para la elaboración de toda la metafísica de
Platón, adoptado también más tarde por el Idealismo alemán.

Zenón: Se propuso defender las teorías de Parménides, y


para demostrar la unidad del ser y la imposibilidad del movimiento,
acudió a varios argumentos.

El argumento de la dicotomía: Para que un cuerpo recorra un


determinado espacio (A-B) tiene que recorrer primero la mitad de
ese espacio, y antes la mitad de éste, y así sucesivamente. Pero
como el espacio es divisible hasta el infinito, llegará un momento
en que ese espacio será prácticamente inexistente, por lo que no
podrá darse ningún movimiento.

El argumento de la tortuga y Aguiles: Es una variante del


anterior. Aquiles en una carrera da una pequeña ventaja a la
tortuga. Así Aquiles necesitará de un determinado tiempo para
cubrir esta distancia, pero en ese tiempo la tortuga habrá avanzado
un poco más, y así sucesivamente En definitiva la tortuga siempre
llevará una pequeña ventaja con respecto a Aquiles, por lo que
nunca podrá superarla.

La fuerza lógica de tales argumentos, impulsó a Aristóteles a


decir de Zenón que era “el padre de la dialéctica“. Asimismo Platón
afirmaba que Zenón “enredó a sus contemporáneos en las mallas
de un océano de argumentos insolubles“.
15

2.5 Los filósofos Pluralistas

Pitágoras: Nacido en la isla de Samos (Sur de Italia, Magna


Grecia) es el más destacado representante de la ESCUELA
PITAGORICA, pero también relevante matemático, autor del
teorema que lleva su nombre (“Teorema de Pitágoras”). Los
pitagóricos buscan un ideal de sabiduría que les permita
abstraerse y liberarse de las ataduras de lo sensible y lo material.
Así, en los principios matemáticos encontrarán esta liberación,
pues entienden los pitagóricos que la “esencia” de todo lo que
existe en la naturaleza está expresado en relaciones numéricas.
Así todo conocimiento empieza en los NÚMEROS (como esencias)
elementos éstos que hacen que lo indeterminado quede
determinado; de esta forma y puesto que los números son “pares”
o “impares“ encuentran dos principios universales (son dualistas),
y de ese dualismo se derivan todos los demás elementos
antitéticos: limitado e ilimitado, lleno y vació, ser y no ser... Además
de intentar expresar el mundo en términos numéricos, los
pitagóricos, asumiendo muchos de los misterios órficos,
practicaron una filosofía de dimensión mística y esotérica, propia
de una secta, en la que se impartían doctrinas secretas destinadas
solamente a los adeptos.
Empédocles: Nacido en Sicilia, intentará conciliar las ideas
contrapuestas de Parménides (lo inmutable) y de Heráclito (el
cambio). Con este fin concibe el universo basado en cuatro
principios “inmutables” e indestructibles (agua, tierra, fuego, aire),
de cuya combinación surgirá la multiplicidad de todas las cosas
sujetas a “cambio“ (entre ellas el hombre). Dos fuerzas cósmicas y
antagónicas (amor-odio o afinidad-antipatía) actuarían sobre
dichos elementos combinándolos y separándolos dentro de una
variedad infinita de formas. Al inicio del ciclo, los cuatro elementos
se encontrarían unidos por el amor siendo separados por el odio.
El amor de nuevo reiniciaría el ciclo fundiendo todas las cosas.
Asimismo elaboró una primera e incipiente “Teoría de la
evolución”, afirmando que las personas y los animales
evolucionaban a partir de formas precedentes.

Anaxágoras: Nació en Clazomene (Asia Menor) y después


se estableció en Atenas, donde se contaron entre sus oyentes
personajes tales como Eurípides, Mirón o Fidias. Parte de una
postura similar a la anterior, pero en este caso concibe el Universo
basado en una multitud de pequeñísimas partículas inmutables y
16

eternas (homeomerías), elementos parecidos a los átomos de


Demócrito, pero todas ellas con formas, cualidades y naturalezas
distintas, que al asociarse conforman las cosas materiales
Anaxágoras fue quien introdujo en la filosofía el concepto de
“nous” (inteligencia, mente), como un ente superior ordenador del
infinito caos en el que se encontraban inicialmente las
homeomerias.
Demócrito (de Abdera): Fue contemporáneo de Sócrates y
de Platón, aunque éste nunca le nombró en sus escritos. Dentro
del pensamiento pluralista, Demócrito es el más destacado
representante de la denominada Escuela atomista. La teoría de
las homeomerias de Anaxágoras será el punto de partida del
atomismo de Demócrito. Para este filósofo, el ser de las cosas (lo
que existe) está constituido por multitud de partículas indivisibles,
inmutables y eternas, por tanto indestructibles (átomos), pero
contrariamente a las homeomerias, los átomos son partículas
todas iguales y de la misma naturaleza, que se mueven
incesantemente en el vacío, y de cuya combinación o agregación
surgirán todas las cosas tangibles, siendo le origen de las
cualidades de todos los seres (peso, extensión, forma…).

Esta primera Teoría del Atomismo de Demócrito


implicará una primera concepción Mecanicista y Materialista
del universo dentro del Pensamiento Occidental, en el que
todo está determinado por leyes naturales. Sus teorías físicas
son al mismo tiempo una muestra de lo que es su ateísmo. La
Escuela Atomista se configura así como la primera escuela de
Ateismo Filosófico. No existe para Demócrito otra realidad que la
realidad material, ni existe tampoco una inteligencia superior
ordenadora del cosmos.
A pesar de esta connotación negativa que se tiene hoy de su
materialismo, a Demócrito se le atribuyen numerosas máximas de
carácter ético-moral: “Hay que mantenerse con firmeza en las
adversidades conservando la entereza del alma“... “Tenemos que
prever las consecuencias de toda clase de excesos y refrenar las
ambiciones“… “El mayor placer consiste en la contemplación de
las cosas bellas“… “La virtud produce la paz del alma mientras que
el crimen es causa de turbación“....
A partir de Demócrito el tema del ARJÉ se agota y la
filosofía posterior se centrará en el estudio del HOMBRE como
17

medida de todas las cosas, siendo primero los SOFISTAS


quienes recojan esta tendencia, continuada después con
SOCRATES.
3 EL MOVIMIENTO SOFISTA (siglo V aC)

3.1 Introducción

Los sofistas inauguran la denominada FILOSOFÍA


ANTROPOLÓGICA, centrada básicamente en el estudio del
hombre, el lenguaje y la sociedad. El sofismo es un movimiento
intelectual que aparece durante el siglo V aC en Atenas
coincidiendo con el desarrollo de la democracia de la sociedad
ateniense, y cuya preocupación primordial se centró en la
educación de los ciudadanos, en convertirlos en brillantes hombres
de estado y prósperos ciudadanos políticos. Así, las materias que
impartían no eran la física o las matemáticas (como en el periodo
anterior), sino las disciplinas humanísticas (historia, retórica,
gramática, oratoria). Sócrates y Platón combatieron este
movimiento por sus conclusiones relativistas y escépticas. En un
principio el término “sofista”, proveniente de “sophos” (sabio), no
tenía las connotaciones negativas que iría adquiriendo con el
tiempo, sobre todo a partir de las críticas que recibieron de los dos
filósofos anteriores (Aristóteles los definirá como ”traficantes de
sabiduría”).

Por aquel entonces (siglo V aC) Atenas se había convertido


en el centro cultural y comercial más influyente de la época
(gobierno democrático de Pericles). En este nuevo ambiente
democrático, abierto y participativo, en el que todos podían
intervenir y hacer oir su voz en los debates públicos (Ágora), cabe
resaltar la importancia que adquiere el uso de la palabra, la
argumentación y sobre todo la retórica, que se convierte en una
formidable arma política. De esta manera, los sofistas ejercen
como grandes maestros de la retórica, aunque sus
enseñanzas irían destinadas más a persuadir o convencer con
argumentos sentimentales que a buscar la verdad. Así la razón
para los sofistas se convertiría en una mera técnica discursiva y
banal destinada a defender los propios intereses,
independientemente de la verdad o de la moralidad de las tesis
que decían defender.
18

Por otro lado, la filosofía de los sofistas no se centra ya


en la naturaleza de la physis, como en los presocráticos, sino
en el estudio del HOMBRE (en la dimensión antropológica),
aunque sus argumentos estaban impregnados de una visión
pesimista y trágica de la vida. Como consecuencia de esta
perspectiva negativa, los Sofistas serán los iniciadores del
“Relativismo” y del “Escepticismo“, corrientes que más tarde
desarrollarán otras escuelas filosóficas. No es casualidad que esta
época coincida con la de los grandes trágicos de la literatura
griega (Sófocles, Eurípides, Esquilo).

Entre los sofistas más importantes destacan Protágoras y


Gorgias.

Protágoras: Establecerá los principios básicos del


“Relativismo“, doctrina que postula que nada es fijo ni estable,
pues todo muda y todo cambia. Dado que nada es estable y cada
uno percibe la realidad a su manera, no hay verdades universales.
Afirmaba Protágoras que “existen tantas verdades como opiniones,
y tantas opiniones como hombres, siendo el hombre la medida de
todas las cosas”. En consecuencia “nada es verdadero sino con
relación a uno mismo“. En definitiva, del pensamiento práctico
sofista, encarnado en Protágoras, se deriva un relativismo
moral y religioso para el que no existen cosas buenas ni
malas por sí mismas (lo que es bueno para uno es malo para
otro). Por tanto no existen normas universales válidas de
conducta ética.

Gorgias: Por su parte, Gorgias es el representante más


radical del ”Escepticismo”, que predica que no podemos conocer
nada con certeza, puesto que nuestros sentidos no son fiables y
nos engañan continuamente. Afirmaba que “nada existe y si algo
existiera realmente, no podríamos conocerlo ni expresarlo, dado
que todo es pura apariencia“.

3.2 El legado de los sofistas

Los sofistas predicaron básicamente un humanismo


intrascendente centrado exclusivamente en el uso de la
retórica. No obstante hay que atribuirles varios méritos:

-Difunden en el pueblo la inquietud por el discurso racional


19

y el deseo de saber, imprimiendo un gran avance a la Gramática y


a la Didáctica y perfeccionando el uso de la Retórica.

-Rompen el exclusivismo que hasta entonces había imperado


en la filosofía, centrada únicamente en el estudio de la Naturaleza,
y amplían el horizonte hacia los problemas específicamente
humanos (Filosofía Antropológica).

-Adoptan un nuevo concepto sobre las Leyes. Así las leyes


no son inmutables ni establecidas por el designio de los dioses,
sino que se deben a las reglas convencionales establecidas por los
hombres para poder vivir en sociedad.

4 LA ESCUELA SOCRÁTICA (siglo V aC)

4.1 La figura de Sócrates


Sócrates consagró su vida a la formación moral del
ciudadano ateniense. A diferencia de los sofistas, de los que
fue contemporáneo, la educación que impartía se centró en la
práctica de la virtud como medio de mejorar la vida en
sociedad. Su intención fue por tanto combatir los prejuicios de la
época y el discurso vacío y demagógico de sus contemporáneos.

La vida y el pensamiento de Sócrates (quien no dejó obras


escritas) fueron recogidos por Jenofonte, que nos presenta a un
filósofo virtuoso, sobrio y creyente. Después por Platón,
especialmente en sus “primeros diálogos”, entre los que sobresale
“Apología de Sócrates”. Asimismo Aristóteles nos habla de un
Sócrates como buen ciudadano y preocupado fundamentalmente
por los problemas morales.

Al final de su vida, Sócrates fue acusado falsamente de


introducir nuevos dioses y de quebrantar las buenas costumbres y
los principios morales de la juventud ateniense. Pudo haberse
desterrado voluntariamente o haberse salvado a través de sus
amigos, pero prefirió permanecer en Atenas y presentarse ante sus
jueces para oir su condena de muerte, aceptando los últimos
momentos de su vida con la mayor dignidad y entereza, bebiendo
la cicuta mortal.
20

4.2 La universalidad del conocimiento

Para superar el escepticismo y el relativismo de los


sofistas, Sócrates parte de una nueva concepción del
conocimiento, que consiste en descubrir qué es lo que hay de
UNIVERSAL en lo particular (*). De esta forma, pensaba,
seremos capaces de establecer unos principios y unos valores
absolutos que nos orienten de forma precisa en nuestra vida en
sociedad. Así para Sócrates, los conocimientos absolutos y
verdaderos, se lograrán solo cuando seamos capaces de dar
con una verdad absoluta (universal), válida para todos.

4.3 El método de la mayéutica

Con este fin de buscar la verdad en sus interlocutores


empleó el método reflexivo denominado MAYÉUTICA (“iluminar“,
“dar a luz” en griego), que quedaba resumido en el arte del diálogo
y la interrogación, a través del cual se accedía por inducción a un
conocimiento superior. Para iniciarse en la mayéutica era
necesario partir de una premisa: “el reconocimiento de la propia
ignorancia“. Sócrates pensaba que cada persona tiene
conocimiento de las verdades últimas dentro de su alma y que solo
necesitaba llevarlo a la reflexión consciente para darse cuenta de
ello. Sócrates defendía de esta forma un cierto innatismo del alma,
compartido también por su discípulo Platón. La MAYEUTICA sería
origen del METODO DIALECTICO empleado por Platón y más
tarde por Hegel y Marx.
(*) Hay que argumentar que Sócrates no consiguió dar nunca con una
definición plenamente satisfactoria de ningún universal (lo que tienen en común las
cosas permanentes), tema que se trataría de forma constante en la Escolástica.

4.4 La razón, fundamento de la verdad

Sócrates tuvo un concepto muy elevado de la naturaleza


humana, situando el hombre por encima de todos los demás seres,
gracias a la razón. Así, partía de la idea de que el hombre es
bueno por naturaleza, solo se es malo por ignorancia. De esta
forma, para alcanzar la iluminación (la verdad) el hombre debe
valerse de la razón, siendo ésta la que nos conduce a la
felicidad. Este pensamiento queda reflejado en la famosa
“ecuación socrática”: “la razón es el medio para alcanzar la
verdad (que identifica con virtud), y a su vez la verdad conduce a
21

la felicidad”. Conclusión: no se debe castigar por obrar mal, sino


instruir en la virtud.

5 LA ESCUELA PLATONICA (PLATON)

5.1 La figura de Platón

Platón, junto con Aristóteles, inauguran lo que se ha


convenido en llamar la FILOSOFÍA GLOBALIZADORA,
preocupada por desarrollar de forma sistemática todos los
temas filosóficos en general o, lo que es igual, por la realidad
en su conjunto.

Platón nace en Atenas en el año 427 aC, donde fundó su


propia escuela, la Academia. De ascendencia aristocrática, fue
discípulo de Sócrates (de quien dijo ser “el más bueno, sabio y
justo de los hombres“) y maestro de Aristóteles. Por aquel
entonces Atenas había llegado a ser la polis más rica de toda
Grecia, sobre todo en la etapa inmediatamente anterior (época de
Pericles), pero las Guerras del Peleponeso llevaron al
empobrecimiento de toda la región. Platón fue por tanto testigo de
la ruina económica de su patria, circunstancia que acentuaría su
deseo de aspirar a un Estado mejor y más justo.

5.2 La obra de Platón

Su obra, en la que se recoge su pensamiento acerca de las


IDEAS, se engloba bajo el título genérico de “Diálogos“, una
mezcla de discurso racional y de lenguaje poético expuesto de
forma sencilla, didáctica y amena, donde se muestra la influencia
de su principal protagonista, su maestro Sócrates, aunque no
exenta también de pasajes oscuros y de difícil interpretación. En
casi todos sus escritos destaca la participación de la figura de
Sócrates, en especial en sus primeras obras (diálogos de
juventud), que pueden ser considerados como una continuación y
elaboración de las ideas socráticas; entre estos diálogos destaca
Apología de Sócrates, una defensa de Sócrates ante el tribunal
que le condenó a muerte. Otros diálogos suyos son:

República: su obra más completa, donde expone sus ideales


políticos; Banquete: teoría platónica sobre el amor y el Eros;
Fedón: teoría sobre la inmortalidad del alma; Fedro: tratado sobre
el amor y la belleza; Teeteto: sobre la búsqueda del conocimiento;
22

Gorgias: sobre la justicia y la sabiduría; Menón: sobre la


enseñanza de la virtud; Leyes: sobre los fundamentos políticos
legales del Estado (una revisión de los ideales expuestos en la
República); Timeo: compendio filosófico de cosmología, sobre las
leyes de la naturaleza y el universo; Sofista: tratado sobre el
lenguaje y la retórica.

5.3 El proyecto filosófico inicial de Platón

Su proyecto filosófico inicial estuvo orientado a la política. De


esta forma, motivado por los ideales éticos que le inculcó su
maestro Sócrates, Platón se vio en la necesidad de fundamentar
un Estado ideal en el que reine la justicia, lo que le condujo a
considerar que dicha realidad social solo puede estar basada en
principios o normas de “valor absoluto” (de carácter universal), no
en un mero “relativismo moral y político” como sostenían los
sofistas. Su profunda concepción de la ética se deja entrever en el
siguiente fragmento: “Solo se puede ser virtuoso si se sabe qué es
la virtud, y para saberlo no bastará con la opinión de cada uno,
como sostenía Protágoras, sino que es necesario que exista un
criterio objetivo, independiente de cada opinión”.

A pesar de sus muchos esfuerzos, Platón no pudo llevar a la


práctica sus ideales políticos. Tras varios intentos fallidos de
convencer al tirano de Siracusa (Italia), volvió de nuevo a Atenas,
sin haber podido cumplir su sueño utópico, la constitución de un
Estado Republicano.
5.4 Crítica de Platón hacia el relativismo sofista (*)

-Si el relativismo fuese cierto no tendría sentido la


enseñanza, pues todos creerían estar en posesión de la
verdad o del auténtico conocimiento. Platón pone en boca de
Sócrates el siguiente argumento:…“Si las opiniones que nos
formamos por medio de los sentidos son verdaderas para cada
uno, si cada uno entiende que sus juicios son rectos, ¿por qué
Protágoras ha de ser sabio hasta el punto de creerse con derecho
para enseñar a los demás y poner sus lecciones a tan alto
precio?….Y si nosotros fuésemos a su escuela, ¿no seríamos
unos necios puesto que cada uno tiene en sí mismo la medida de
su sabiduría?”…
23

-Si el relativismo estuviese en lo cierto, tendríamos que


una opinión puede ser verdadera para uno, pero falsa para
otro, por lo que no pueden ser ambas verdaderas, dado que
se atentaría contra lo que denominamos el “principio de no
contradicción” (una cosa no puede ser y no ser al mismo
tiempo, o dicho de otra forma, falsa y verdadera a la vez).

-Si el relativismo fuese cierto, tendríamos que aceptar


también la tesis contraria. Platón también pone en boca de
Sócrates el siguiente argumento: “He aquí lo más gracioso y
paradójico. Protágoras, reconociendo que la opinión de cada uno
es la verdadera, reconoce a su vez que la opinión de todos es la
verdadera, incluso la opinión de los que le contradicen“.
(*) El Relativismo predicado por Protágoras defiende la idea de que “Hay
tantas verdades como opiniones y tantas opiniones como hombres; en consecuencia
nada es verdadero sino con relación a uno mismo“.

5.5 La teoría de las ideas (base de la filosofía platónica)

Recogiendo el testigo de Sócrates y en clara oposición al


pensamiento sofista, Platón desarrolla en sus “Diálogos“, una de
las teorías más completas e influyentes en la Historia de la
Filosofía (Teoría de las Ideas). La TEORIA DE LAS IDEAS es la
base de la que parte toda la filosofía platónica y consiste
fundamentalmente en la defensa de lo absoluto y lo universal
(el mundo inteligible) frente al mundo de lo cambiante y lo
particular (mundo sensible).

De esta forma, Platón fue el primer representante del


IDEALISMO, sistema filosófico que tiende a considerar las ideas o
representaciones de las cosas sensibles como auténticas
realidades inmutables. Son las ideas el fundamento de toda verdad
y de toda realidad, lo eterno, lo absoluto. Así, todo lo que existe en
el mundo, todo objeto sensible es una representación o una copia
de otra realidad superior, la del mundo de las ideas.
Posteriormente este pensamiento fue recogido por el IDEALISMO
ALEMAN (Ficht, Scheling, Kant, Hegel).

En definitiva, el fundamento de las IDEAS, el mundo de


lo ETERNO y lo ABSOLUTO, fue el gran tema filosófico del
que se ocupó Platón, una realidad a la que aspiran todos los
hombres desde lo más intimo y profundo de su ser más
esencial. Así, la VERDAD, la JUSTICIA, la BELLEZA y el BIEN,
24

como ideas absolutas, se convierten para Platón en los


grandes fines o propósitos de la vida.

Prácticamente, toda la filosofía platónica de las ideas es


dualista, manifestándose esta doble vertiente en casi todos los
temas que aborda:

-Dualismo ontológico (mundo sensible-mundo inteligible)


-Dualismo epistemológico o científico (ciencia-doxa)
-Dualismo antropológico (alma racional-cuerpo material)
5.6 Teoría de la realidad (dualismo ontológico)

Para explicar su teoría de las ideas, Platón parte


inicialmente de una concepción ontológica (disciplina
filosófica que aborda la realidad en su conjunto),
argumentando que existen dos mundos distintos y separados.
Por un lado, el mundo visible de los OBJETOS o las cosas
(MUNDO SENSIBLE), y por otro, el mundo de las IDEAS que
los representan (MUNDO INTELIGIBLE).

Aunque inicialmente Platón se niega a considerar la


existencia de ideas o realidades poco trascendentes (cosas
banales), admitiendo tan solo las ideas matemáticas y las que
tienen una clara connotación estético-moral, sin embargo acabará
reconociendo una teoría pluralista en la que se habla de
multiplicidad de ideas y de cosas. La relación entre ambos mundos
(Ideas y Cosas) es de PARTICIPACION, siendo precisamente la
participación lo que tienen ambos mundos en común. Las cosas
materiales y sensibles participan del mundo inteligible a través de
las diferentes “formas” que toman las “ideas“, siendo estas últimas
las que representan la verdadera “naturaleza” o esencia de las
cosas. Así, las cosas concretas tienen realidad solo en la medida
en que se concretan o participan de las entidades universales o
ideas.

En definitiva, las cosas concretas y particulares del


mundo sensible se captan por los sentidos y son cambiantes
y fugaces, mientras que las ideas que tenemos de ellas son
inalterables y se captan por el intelecto. Por ejemplo, la belleza
se podrá adoptar muchas “formas“, pero solo existirá una sola
verdad subyacente por debajo de todas ellas (una mujer atractiva
25

dejará algún día de existir, pero no la idea de “belleza” en sí, que


será inmutable).

En la cumbre de la jerarquía de las ideas se encontrarían la


JUSTICIA, el AMOR, la BELLEZA… pero por encima de todas
ellas la idea del BIEN, la idea más perfecta y absoluta, el “ser”
auténtico por excelencia. Por ello para Platón “la dialéctica
filosófica consiste en una ascensión progresiva hasta la idea del
BIEN”. Para algunos críticos esta idea se corresponde con la idea
de Dios del Cristianismo.

5.7 La teoría del conocimiento (dualismo epistemológico)

El filósofo ateniense distingue dos niveles distintos de


conocimiento, siendo éste el objetivo de su epistemología. En
este caso se habla de dualismo epistemológico:

a) La doxa u opinión: Es el conocimiento aparente propio de


las realidades sensibles (concernientes al MUNDO SENSIBLE) y
se refiere a las cosas concretas y particulares. Es un conocimiento
engañoso y cambiante, que se fundamenta en la apariencia
externa de las cosas. Dentro de la opinión, Platón distingue la
creencia (pistis) que se refiere a las realidades perceptibles por
los sentidos aunque no demostrables; y la imaginación o conjetura
(eikasia), simple fantasía no perceptible por los sentidos ni
tampoco demostrable.
b) La episteme o ciencia: Dado que los objetos sensibles
están sujetos a continuo cambio, la ciencia solo puede versar
sobre realidades estables y permanentes (concernientes al
MUNDO INTELIGIBLE). En síntesis, la ciencia será para Platón el
conocimiento perfecto referido al mundo de las Ideas,
consecuencia del ejercicio de la intuición (Noesis) y de la razón
(Dianoia).

Así Platón señala que existen dos grados de conocimiento


dentro del mundo inteligible:

Noesis (VERDAD CIENTIFICA INTUIDA): Corresponde a un


conocimiento intuitivo, al que se llega a través del alma, que es
quien nos aporta las verdades absolutas o las IDEAS de los
valores universales, como la belleza, la bondad, el bien, etc. Este
26

grado de conocimiento superior se desarrolla a través de la


DIALECTICA (*), disciplina propia del filósofo.

(*) La Dialéctica es un método de razonamiento discursivo que nos permite ir


ascendiendo de forma intuitiva desde las ideas inferiores (MUNDO SENSIBLE) al
conocimiento de las ideas superiores (MUNDO INTELIGIBLE). Así, el fundamento último de la
Dialéctica es el acceso al mundo inteligible y, a través de éste, acceder al conocimiento de la
idea superior del BIEN (que para muchos autores Platón identifica con Dios).

Dianoia (VERDAD CIENTÍFICA RACIONAL): Es el


conocimiento propio de los OBJETOS MATEMATICOS, cuya
existencia y verdad se deduce por el intelecto (la semejanza, la
unidad, lo rectangular, lo esférico, lo triangular…). Platón considera
este tipo de conocimiento como una fase previa o preparatoria
para acceder al mundo de las ideas. Es tal la importancia que
adquieren las matemáticas para Platón, que hizo grabar en el
frontispicio de la Academia el siguiente lema: “Nadie entre aquí
que no sepa geometría”.
Los mitos son alegorías o narraciones metafóricas que
emplea Platón para introducirnos de forma intuitiva y didáctica en
las tesis esenciales de su filosofía acerca del conocimiento. En el
mito de la caverna (Libro VII de La República) Platón nos informa
de la situación que se da en el conocimiento. Así encontramos un
nivel de experiencia sensible (“la opinión“), que equivale al
conocimiento engañoso de las “sombras” de los objetos que se
proyectan en la morada donde se encuentran unos prisioneros
encadenados desde niños, y un nivel de verdadero conocimiento,
el de las ideas (“la ciencia“) que equivale a la “luz” del sol que
conoce el prisionero una vez ha sido liberado.

5.8 Teoría antropológica de Platón (dualismo antropológico)


El dualismo antropológico es una doctrina filosófica que
postula la existencia en el hombre de dos principios o
elementos con características distintas y opuestas: el ALMA y
el CUERPO.

En la Filosofía tradicional griega la existencia del ALMA


(PSIQUE) no se ponía en duda, lo que se debatía era su
“naturaleza“ y su “origen”. Así pues en el mundo griego
presocrático encontramos dos conceptos acerca del alma:

-El alma como principio racional: Es exclusiva del ser


humano, con carácter divino e inmortal, por la cual se le permite al
27

hombre alcanzar el conocimiento de la ciencia y la bondad,


diferenciándolo del resto de los seres vivos. Aunque Platón nos
transmite la idea de que existe un alma inmortal y divina, sin
embargo, no se puede deducir de su filosofía la existencia de un
Dios único, eterno, trascendente e infinito. Lo que sí se desprende
de su pensamiento es una profunda religiosidad y la noción de un
Alma Cósmica (Demiurgo) ordenadora de todo el universo (*), que
le lleva a rechazar el Atomismo mecanicista y materialista de
Demócrito, o el ateismo de los Sofistas. Y está claro también que
algunos principios de su “Teoría de las Ideas” fueron adoptados
por los Padres de la Iglesia Católica en los siglos posteriores, y por
todos los sistemas basados en el Idealismo.

(*) Algunos autores han querido ver en el “Demiurgo” (que se menciona en La


República), a un Dios vigilante y ordenador de un mundo sensible que fue creado a
partir de la materia ya existente (no creado de la nada). Esta entidad sin embargo no
pertenece al mundo superior de las Ideas.

-El alma como principio de vida y movimiento: Es común


a todos los seres vivos (plantas, animales y hombres), por la cual
todos ellos son capaces de realizar sus funciones vitales,
diferenciándolos de los seres puramente inertes.
Todos los filósofos griegos aceptaron estas dos dimensiones
del alma humana, aunque dependiendo de su visión antropológica
subrayaron un aspecto u otro. Por ejemplo, Platón destaca sobre
todo la importancia de la primera concepción (el alma como
principio de racionalidad), defendiendo su carácter divino e
inmortal. Sin embargo para Aristóteles, como en muchas otras
culturas antiguas, se prefiere la segunda noción (el alma como
principio vital), aunque el filósofo estagirita tampoco se olvida de
su aspecto racional.

Así, recogiendo las primitivas ideas místicas del Orfismo (que


ya plantea una concepción dualista del ser humano) y después de
los Pitagóricos (para quienes el alma es causa de la armonía del
cuerpo), Platón también entiende que el hombre es un ser dual
compuesto de dos sustancias distintas: el ALMA RACIONAL (de
naturaleza espiritual y eterna), que nos proporciona el verdadero
conocimiento y nos relaciona con el mundo superior de las ideas; y
el CUERPO (de naturaleza material y temporal) que nos vincula al
mundo sensible. Sin embargo, la superioridad absoluta del
mundo de las IDEAS (intemporales y eternas), se traduce en el
contexto antropológico de Platón en la absoluta prioridad del
28

ALMA sobre el cuerpo. Entiende por tanto Platón que la unión del
cuerpo con el alma es ACCIDENTAL y temporal, no sustancial,
como así lo defendió Aristóteles.

Su teoría del alma, nos la presenta Platón con dos claras


intenciones: una primera intención ética (mostrándonos la
necesidad de un alma racional que controle los impulsos instintivos
del cuerpo), y otra intención científica o gnoseológica (para
justificar el conocimiento de las ideas).

Con Platón se inicia en el Occidente cristiano un


pensamiento dualista del ser humano por el que se vinculan
con el alma todas las excelencias espirituales, y con el cuerpo
material todas las pasiones negativas que degeneran en
desgracia y sufrimiento, siendo el hombre culpable de ellas
por el mero hecho de tener cuerpo. Desde esta visión que
recoge el Cristianismo, la tarea más importante es la práctica de la
virtud y la purificación moral basada en la renuncia de los apetitos
corporales.
Con la división en tres partes del alma (tres funciones), quizá
pretendiera el filósofo ateniense reflejar los conflictos éticos y
psíquicos y las diferentes tendencias internas que experimenta el
ser humano. El alma racional sería el elemento espiritual,
inmortal, por medio del cual el ser humano encuentra la verdad
(alcanza el verdadero conocimiento de las ideas). El alma
irascible, mortal, sería fuente de pasiones nobles. El alma
concupiscente o apetitiva, también mortal, de la que proceden
las pasiones más bajas y los sentimientos más innobles (*).

(*) En el mito del carro alado nos explica Platón su concepción tripartita del
alma del ser humano. Así nos dice que el alma, asimilada a un carro alado, es
conducida por dos “corceles” de naturaleza distinta, uno blanco que representa los
impulsos nobles (alma irascible), y otro negro que representa los apetitos corporales
(alma concupiscente), al tiempo que es dirigida por un “auriga” (alma racional).
Argumenta que el alma (carro) que no fue controlada por la razón, cae desde el
mundo inteligible al mundo sensible, alojándose en un cuerpo material (una cárcel en
la que se encuentra cautiva).

5.9 Teoría de la reminiscencia

El principal argumento a favor de la inmortalidad del alma,


lo encontramos en la concepción platónica de la REMINISCENCIA
o ANAMNESIS, que se resume en la idea de que “conocer es
recordar”. Seguramente Platón no se refería al conocimiento de los
29

hechos concretos y particulares, sino al conocimiento universal,


como las matemáticas y los que se puedan descubrir a través de la
Dialéctica. Consideraba Platón que este tipo de conocimiento
superior no puede explicarse mediante la experiencia meramente
sensorial o empírica, por lo que defendía una particular idea de
“innatismo“ (como Descartes), es decir, cuando conocemos una
verdad no estamos aprendiendo algo nuevo, sino que nuestra
ALMA, que vivió en el mundo de las Ideas, recuerda ese
conocimiento superior al que tuvo acceso antes de reencarnarse
en un cuerpo y viviera en un mundo material (*). Esto es lo que
ocurre con el esclavo inculto que en el diálogo “Menon” logra
demostrar un teorema matemático, gracias a las oportunas
preguntas de Sócrates.
En definitiva, los conocimientos innatos en el alma prueban
que ésta ha tenido una existencia anterior antes de unirse a un
cuerpo, lo que significa que podría existir sin este soporte material,
y que por lo tanto no tiene por qué desaparecer tras la muerte.

(*) La transmigración del alma, reencarnación o metempsicosis es un concepto


que procede de los misterios órficos y que llegaron hasta Platón a través de los Pitagóricos.
En síntesis, la transmigración es una doctrina por la que el ALMA, en su unión con el cuerpo,
tiene la misión de purificarse tras una serie de reencarnaciones. Si finalmente consigue
purificarse, una vez muerto el cuerpo, volverá al mundo Inteligible; en caso contrario, tras la
desaparición del cuerpo, vagará extraviada hasta reencarnarse en otro cuerpo y así
sucesivamente.

Como veremos en el apartado siguiente, las virtudes


atribuidas al alma tendrán una clara correspondencia con los
diferentes grupos que conforman la sociedad.

5.10 Pensamiento ético-político de Platón

Al igual que Aristóteles, Platón argumenta que el fin de la


ética debe estar dirigido a la conquista de la FELICIDAD como bien
supremo del hombre (ETICA EUDEMÓNICA), pero entiende que la
felicidad es un especial estado del alma que se alcanza con el
ejercicio de las VIRTUDES (sabiduría, fortaleza y templanza). La
justicia social, sintetizaría las tres virtudes anteriores, y consiste
en la armonía entre las distintas clases de la sociedad, debiendo
constituirse en el principio por el que se rige todo Estado
legítimamente establecido.
30

5.10.1 Las virtudes morales y los grupos sociales

Las virtudes morales tienen una clara correspondencia


con los grupos o estamentos sociales que integran la polis.
Así la sociedad está dividida en estamentos o grupos sociales.
Cumpliendo cada uno de estos grupos (gobernantes, guerreros,
artesanos) con la función respectiva que le está encomendada
(sabiduría, fortaleza, templanza), se podrá aspirar a un Estado
ideal y justo.

-La sabiduría es la virtud por la cual llegamos al


conocimiento de los auténticos fines de la conducta humana. Es
propia de los gobernantes. Su atributo es el “alma racional“. De
ello se desprende que el gobernante ideal debe ser el FILÓSOFO,
educado en el arte de la DIALECTICA y conocedor de la idea
suprema, la del BIEN.

-La fortaleza es la virtud referida al valor o capacidad para


vencer la cobardía. Es propia de los guerreros o guardianes, y su
atributo es el “alma irascible“.
-La templanza es la virtud a la que se atribuye la capacidad
para vencer los apetitos corporales. Es propia de los artesanos o
productores y su atributo sería el “alma concupiscente“.

5.10.2 Los diferentes conceptos acerca de la virtud

Será primero con Sócrates y luego con Platón, cuando la


virtud alcance un sentido claramente moral, a diferencia de los
sofistas, que entendían la virtud como una capacidad práctica para
dirigir los asuntos públicos y privados.

-La virtud como sabiduría: Es el concepto que defendió


primeramente Sócrates, y que Platón hizo suyo. Para Platón, quien
alcanza la virtud adquiere un conocimiento o un saber de orden
superior.

-La virtud como purificación: En algunos de sus diálogos


(“Fedro” y “Fedón“), establece que el hombre virtuoso es aquel que
purifica su alma de las pasiones mundanas y libera su cuerpo de
sus ataduras para acceder al mundo de las ideas.
31

-La virtud como justicia: En su obra “República” habla de la


JUSTICIA como la virtud fundamental (lo que se entiende como
una virtud social), que representa la armonía entre las tres partes
del alma.

5.10.3 “La República“ (reflejo de sus ideales ético-políticos)

La obra de Platón “La República“ reflejará su pensamiento


político y se centrará en la descripción del Estado ideal. Es el
primer ensayo sobre TEORIA POLITICA que se conoce, en el
que ya se deja entrever un incipiente COMUNISMO de carácter
filosófico o teórico. Postula Platón que los gobernantes no deben
poseer ninguna propiedad personal sino comunitaria, quedando
todo interés particular supeditado al bien superior de la comunidad,
por lo que entiende que el BIEN COLECTIVO (objetivo de la
política) debe estar por encima del BIEN INDIVIDUAL (objetivo
de la ética).

El comunismo propuesto por Platón es si cabe más radical


que el propuesto por Marx, pues en su defensa del Estado
organizado de forma comunitaria, niega incluso toda legitimidad a
la familia como institución social básica. Aunque han sido muchas
las críticas que Platón recibió a lo largo de la historia (falta de
libertades individuales, inexistencia del derecho a expresar los
propios pensamientos o a disentir, etc), también es cierto que su
pensamiento influirá decisivamente en el ideal utópico de los
hombres del Renacimiento (Tomás Moro, Campanella, Francis
Bacon…).
La IDEA SUPREMA para Platón es el BIEN, principio del que
todo depende y por el cual todo cobra sentido (noción próxima al
Dios del Cristianismo). Esta idea suprema debe proyectarse sobre
el ESTADO, por lo que éste ha de estar dirigido necesariamente
por filósofos, quienes, por su sabiduría, son los únicos garantes de
un comportamiento social ético. Defiende así un modelo básico
de ARISTOCRACIA o gobierno de los mejores, en este caso de
los filósofos, que son los que poseen la mayor de las virtudes,
la sabiduría. La degeneración de este gobierno aristocrático daría
lugar a la toma del poder por los militares (TIMOCRACIA), que a
su vez podía degenerar en OLIGOCRACIA o gobierno de los ricos.
La Oligocracia también podría ser sustituida por el poder popular
(DEMOCRACIA o gobierno del pueblo) (*). Finalmente, como
32

consecuencia de la degradación de la Democracia se daría lugar al


gobierno despótico y violento de uno solo (TIRANIA).

(*) Hay que resaltar que el concepto negativo que Platón tenía de la
DEMOCRACIA estaba más que justificado. Téngase en cuenta que fue precisamente
el régimen democrático ateniense quien condenó a muerte a quien fue su gran amigo
y maestro Sócrates. Además la peculiar estructura del régimen democrático se
prestaba a todo tipo de manipulación, corrupción y libertinaje, lo que podía traducirse
en un poder que degenerara en el peor de los gobiernos (TIRANIA) para imponerse
de forma despótica a la voluntad del pueblo.

Como resumen podemos concluir que el Modelo de


Estado que Platón intentó poner en práctica en Siracusa
(Italia), se fundamenta en varios principios:

-La estructura del Estado tiene una clara correspondencia


con las virtudes, que son al mismo tiempo las facultades del alma.
Obsérvese la visión rígida y jerárquica que Platón tiene sobre la
estructura del Estado.

-El gobierno del Estado debe estar en manos de los más


sabios: los filósofos. Son ellos los que han logrado acceder al
conocimiento de las ideas, y por encima de todas, a la idea
superior del BIEN. Nótese también el concepto autoritario y elitista
(clasismo intelectual en este caso) que Platón tiene sobre la forma
de gobierno.

-El Estado ideal debe aspirar a la JUSTICIA de forma


absoluta. Solo si reina la justicia puede conseguir la felicidad el
individuo. La justicia se realizará cuando cada una de las partes
(gobernantes, guerreros, productores) cumpla de la mejor manera
posible con la función que le es propia (sabiduría, fortaleza,
templanza).
-La Política debe considerarse superior a la Ética, o lo que es
igual, el bien y la felicidad de todos debe estar por encima del bien
individual o particular.
5.11 Cosmología de Platón

De la Cosmología se ocupó Platón en su obra “El Timeo“,


una especie de relato mítico formulado con abundantes elementos
pitagóricos y de otros sabios de la época. En este sentido, es una
autentica enciclopedia de cosmología de su tiempo.
33

Platón parte de la distinción entre dos mundos: el mundo de


las IDEAS (eternas) y el mundo SENSIBLE (de las cosas que
nacen y mueren). El artífice de este mundo sensible es el
“Demiurgo“, una inteligencia ordenadora, que tomaría como
modelo para su creación física el mundo de las ideas, dándole
forma a partir de una materia preexistente y caótica. En este acto
de creación actuaría conforme a un fin predeterminado (adoptando
una actitud teleológica), es decir, conforme a un plan que
explicaría por qué el mundo es como es y no de otra forma,
oponiéndose con esta tesis a los razonamientos mecanicistas del
Atomismo, en los que predominaría el azar. Hay que matizar que
el Demiurgo no es un dios que crea el mundo a partir de la nada
(como así lo entendía el Cristianismo), sino constructor de un
mundo, sirviéndose de una materia ya existente.

5.12 Condena del arte

Platón piensa que el arte tiene por finalidad imitar una cosa
sensible, pero a su vez todo lo sensible es una imitación de una
idea. En consecuencia, el arte sería la imitación de una imitación.

Sin embargo, su condena se realiza desde un punto de vista


ético, no desde la vertiente estética, pues sorprendentemente
Platón fue el fundador de la Estética, como parte de la Filosofía
que trata de la belleza y del arte.

5.13 El amor platónico (el amor idealizado)

El amor para Platón es también una forma de proceso


ascendente de conocimiento, una especie de DIALECTICA
EMOCIONAL, más que intelectiva, en la que se ve afectada la
esfera de los sentimientos. De la misma forma que la dialéctica
referida al conocimiento representa una ascensión desde las ideas
inferiores hasta la idea suprema del BIEN, la dialéctica del amor
sería una ascensión desde las cosas sensibles hasta la idea de
BELLEZA ABSOLUTA (que es pura contemplación).
La hermosura sensible de los cuerpos afecta inicialmente a
los sentidos y despierta una pasión irrefrenable, pero ésta debe
dominarse progresivamente e idealizarse hasta llegar a un estado
anímico que Platón asimila a un delirio divino. La idea de este
AMOR PERFECTO que progresivamente se ha ido idealizando o
sublimando de forma racional, solo le es dada al filósofo, como
34

única forma de poner fin al sufrimiento que implica el permanente


deseo insatisfecho.

En “El Banquete”, Platón pone en boca de Sócrates las


distintas fases de la dialéctica del amor: “debemos iniciarnos en la
aspiración absoluta de la belleza, empezando por el anhelo de la
belleza sensible (la de los cuerpos), desprendiéndonos de toda
pasión que se concentre en uno solo de ellos, para pasar
seguidamente a la comprensión de la belleza general de las almas,
de las buenas acciones, de las leyes justas, de las ciencias, de la
filosofía“...

“Eros” era la Divinidad del Amor en la antigua religión griega.


Platón identificaba el “Eros Superior” con el AMOR DIVINO,
mientras que el “Eros Inferior” se correspondía con el instinto o
AMOR SEXUAL.

6 LA ESCUELA PERIPATÉTICA (ARISTÓTELES)

6.1 La figura de Aristóteles

Aristóteles nace en el año 384 aC en la localidad macedónica


de Estagira (llamado por ello “El Estagirita“), situada al norte de
Grecia, recién terminada la Guerra del Peleponeso. Fue discípulo
de Platón durante varios años, después de los cuales se haría
preceptor de la Corte Macedónica, encargándose de la educación
del joven Alejandro Magno, hijo del rey Filipo de Macedonia. Su
relación inicial con Alejandro debió de ser extremadamente cordial
y generosa (parece ser que le facilitaba grandes cantidades de
dinero para sus estudios e investigaciones de historia natural). Ya
con 50 años (334 aC) regresaría a Atenas para fundar su propia
escuela, El Liceo (*), que, al igual que La Academia de Platón, fue
durante siglos uno de los grandes núcleos de la enseñanza en
Grecia. Con su segunda mujer tuvo un hijo, Nicómaco, a quien
dedicó uno de sus libros (“Ética a Nicómaco”). A la muerte de
Alejandro Magno (323 aC) se extendió por toda Grecia una oleada
de nacionalismo antimacedónico, por lo que Aristóteles, antes que
enfrentarse a las acusaciones por impiedad, prefirió exiliarse en la
isla de Chalcis “para que los atenienses no volvieran a pecar
contra la filosofía”, en palabras del pensador.
(*) El Liceo se denominó también Escuela Peripatética (“perípatos“= “paseo“)
por la costumbre del filósofo de impartir sus clases dando largos paseos.
35

6.2 La obra y el pensamiento aristotélico.

Si la ACADEMIA platónica, orientada al pensamiento


especulativo, puede considerarse el origen de las primeras
UNIVERSIDADES, el LICEO fundado por Aristóteles y orientado a
la investigación empírica, puede considerarse la base de los
actuales INSTITUTOS CIENTIFICOS y TECNOLÓGICOS.

La orientación de su pensamiento, de claro corte empírico,


queda recogido en su obra “La generación de los animales“, en
el que se decía “Se debe dar más crédito a la observación que a
las teorías, y a las teorías únicamente si están confirmadas por
hechos observables“. Vemos aquí la clara posición que le
diferenciaba de su maestro Platón, de pensamiento más
especulativo y racional. Sus ideas debieron sorprender sin duda a
la mayoría de los intelectuales griegos de su época, más
acostumbrados a la especulación y al razonamiento abstracto que
a la observación. Sin embargo Aristóteles supo conjugar
perfectamente la especulación metafísica con la investigación
científica.

Aristóteles nos ofrece uno de los sistemas filosóficos más


completos y profundos del pensamiento antiguo. Sin embargo, sus
profundas reflexiones abarcaron todas las áreas importantes del
saber, que se reflejan en sus diversos tratados, sobre Metafísica
(*), Física, Cosmología, Biología, Teoría del Conocimiento,
Lógica, Ética y Política. Sus doctrinas filosóficas dominarán el
pensamiento occidental durante varios siglos, siendo recogidas en
la Edad Media por los filósofos árabes y más tarde por La
Escolástica (Tomas de Aquino), extendiendo su influencia hasta el
Renacimiento y la Edad Moderna.

(*) Su tratado de “METAFISICA” a la que Aristóteles denominó “Filosofía Primera”


(Sabiduría) está formado por varias obras que se ocupan de la ciencia de lo universal (del
ser). El nombre de “Metafísica” se le atribuye después al compilador de su obra, Andrónico de
Rodas, quien la llamó así porque iban a continuación de los libros sobre Física en su
ordenación. La obra está dividida en dos partes:

1) ONTOLOGIA: Ciencia del ser en cuanto ser y sus atributos esenciales.

2) TEOLOGIA: Ciencia que trata del ser por excelencia, de la primera causa del
movimiento o de todo lo que existe (primer motor), al que Aristóteles atribuye carácter divino.
36

6.3 La metafísica de Aristóteles

6.3.1 Teoría del Hilemorfismo (teoría de la sustancia)

Con su Teoría hilemórfica Aristóteles intenta explicar la


realidad física. En la metafísica de Aristóteles, la realidad de
cualquier cosa natural se identifica con lo individual, con el “ser”
particular y concreto (“sustancia primera“).

Así, mientras la “sustancia primera” es un ser concreto en


sí mismo, los “accidentes” se dan en el sujeto particular (color,
dureza, forma, tamaño…) y son cualidades cambiantes que no son
esenciales ni necesarias. No existe el color blanco, verde o azul en
abstracto, sino una mesa (“un ser concreto”) de color blanco, verde
o azul (“accidentes”). De la misma forma, tampoco existe el
concepto de “dureza” por sí mismo, sino una “roca dura”, un
“mineral duro”. La dureza sería algo accidental.

Así Aristóteles postula que en la naturaleza existe una


sola realidad, la “sustancia primera” (*), constituida por la
“forma” (sustrato cambiante) y la “materia” (sustrato
inmutable), constituyendo ambos sustratos el ser concreto
existente. En el mundo físico no puede haber materia sin forma, ni
forma sin materia. La materia, toda cosa natural, se presentará
siempre indisolublemente unida a una forma. En definitiva,
mientras la materia representa la esencia de un objeto, lo que hay
de universal en una sustancia, la forma representa lo que hay de
particular o individual en ella.
De esta conjunción de materia (”hilé”) y forma (“morfo”) se
deriva la expresión “hile-morfismo“. Por tanto, entiende
Aristóteles que todos los seres sensibles tienen en sí mismos su
propia esencia o naturaleza. Dicho de otra manera, las esencias
son realidades inmanentes, están en el interior de las cosas,
forman parte de ellas. Este principio extrapolado al ser humano, es
lo que hoy se conoce como UNIDAD PSICOFÍSICA del hombre (en
clara contraposición al DUALISMO platónico, para quien existen
dos realidades separadas y diferentes; para Platón las esencias
son realidades trascendentes, que existen fuera de las cosas.

En definitiva, contra la teoría dualista de Platón, Aristóteles


afirma que no existe otro mundo más que el que captamos por los
sentidos. Los seres son sustancias compuestas de materia y de
37

forma. La materia es la realidad esencial y permanente de la que


están hechas las cosas. La forma es la estructura tangible y
temporal que adopta la materia. Solo a través de la “forma”
concreta podemos conocer la “esencia” de cualquier realidad.

6.3.2 Explicación del devenir (el cambio)

Para Aristóteles el cambio es una forma de movimiento


natural, o lo que es igual, un tránsito del ser en POTENCIA
(algo con capacidad de transformarse) al ser en ACTO (cosa
concreta y actual). Dicho de otra forma, el cambio no sería otra
cosa que la actualización de una determinada capacidad potencial.
Así todo cambio supone la transformación de una cosa en otra
distinta, atendiendo a sus fines naturales (lo que algo sea en
potencia dependerá de lo que ya sea en acto). Una “semilla” será
un cuerpo (“en potencia”) con capacidad para convertirse en
“árbol” (“en acto”), pero al mismo tiempo, la semilla se encuentra
en acto puesto que es algo concreto en un momento determinado.
De la misma forma podríamos decir que un niño es un ser “en
potencia”, por su capacidad de convertirse en hombre, pero
también es un ser “en acto” (por lo que es en ese momento). Así,
cada sustancia encierra en sí misma (en su propia naturaleza) una
potencialidad, un conjunto de capacidades que pueden ser
desarrolladas, siempre de conformidad con la naturaleza propia de
cada sustancia (la semilla de una manzana no podrá nunca
convertirse en un árbol que dé un fruto distinto).
Entiende Aristóteles por entelequia la culminación de las
formas potenciales de cualquier sustancia. Supone la realización
de una serie sucesiva de actualizaciones del ser hasta alcanzar la
forma final, lo que supone la culminación de todo cambio (la
perfección o plenitud del ser).

Como la naturaleza es dinámica, toda ella está sometida a un


cambio, pero en todo cambio hay una sustancia que permanece
inmutable (la materia) y algo que se modifica total o parcialmente
(la forma). Por tanto, la materia, sería una sustancia
indeterminada y eterna (sustrato permanente y esencial),
mientras que la forma, es la sustancia que se actualiza, definible y
cognoscible (elemento cambiante). Un trozo de plastilina podrá
adquirir muchas formas, pero nunca dejará de tener un sustrato
propio inmutable, nunca dejará de ser plastilina. Asimismo, un
trozo de bronce (elemento material) podrá convertirse en una
38

estatua de una persona o de un oso (elemento formal), pero nunca


dejará de ser bronce.

Aristóteles distingue dos tipos de cambio:

1) Cambio sustancial o total: Supone la modificación


radical de una sustancia en otra distinta, lo que se produce de dos
formas:

El cambio por “generación” significa el nacimiento o el


surgimiento de una nueva sustancia, pasándose del “no ser” al
“ser“ (la semilla que se transforma en árbol).

El cambio por “corrupción” significa la destrucción o la


desaparición de una sustancia. En este caso se pasaría del “ser” al
“no ser“ (el árbol que se quema y se transforma en ceniza).

2) Cambio accidental o parcial: Se produce cuando


permanece la sustancia pero varían o se modifican los accidentes.
Se puede expresar de distintas formas: cambio cuantitativo (por
aumento o disminución de cantidad: el incremento de peso de un
individuo); cualitativo (se modifica una cualidad: la fruta madura
que cambia de color); locativo (por cambio o traslación de lugar: el
movimiento de las aguas de un rio).

Con la explicación del cambio o del devenir, Aristóteles


intenta conciliar el dualismo existente entre la doctrina de
Parménides (para quien existe una realidad inmutable), y la de
Heráclito (para quien existe una realidad cambiante), al afirmar
que esta realidad inmutable corresponde a la “materia”,
mientras que la realidad sujeta a cambio es la “forma”.
Por otra parte y con esta visión teórica del movimiento,
Aristóteles intenta acercarse a la idea de Dios, a la existencia
de un “Primer Motor Inmóvil”. Así todos los seres en la
naturaleza están sujetos a un continuo movimiento. Pero todo
movimiento tiene una causa, lo que equivale a decir que cualquier
cosa que se mueve debe ser movida a su vez por otra. Sin
embargo, esta continua movilidad no puede remontarse hasta el
infinito, por lo que ha de deducirse que existe un Primer Motor
Inmóvil (inmaterial y no sujeto a cambio).
39

Este primer motor, para Aristóteles, que no es movido por


nada y que al mismo tiempo es la causa de todo movimiento, sería
Dios (Acto Puro, Bien Absoluto, Verdad Eterna…). Pero este Dios,
para el filósofo es autosuficiente y está centrado en sí mismo, por
lo que no conoce a los hombres ni ama a quienes le aman. Esta
visión explicaría por qué los primeros Padres de la Iglesia no se
decantaron por el dios aristotélico y sí por la Idea de Platón. No
obstante, este principio de un Primer Motor Inmóvil lo utilizaría más
tarde Santo Tomas como argumento para demostrar la existencia
de Dios.

6.3.4 Crítica de Aristóteles a la teoría de las ideas

Buena parte de la metafísica de Aristóteles se elabora como


reacción a la teoría de las ideas de Platón, su maestro en la
Academia. Para Platón existen dos sustancias independientes y
separadas: los SERES SENSIBLES y sus representaciones o
IDEAS UNIVERSALES, lo que se podría extrapolar al ser humano
hablando de MATERIA y ESPIRITU (lo que hoy se denominaría
DUALIDAD PSICOFÍSICA). La crítica de Aristóteles se centra en
varios aspectos:
-Por un lado, Aristóteles no reniega de las ideas platónicas
(esencias), lo que no admite es que tengan existencia separada de
las cosas sensibles. Para Aristóteles, todos los seres tienen en sí
mismos su propia esencia o naturaleza (UNIDAD PSICOFÍSICA).

-Por otro lado, para explicar el mundo sensible Platón postula


la existencia de otro mundo, el de las ideas, con lo que se dificulta
enormemente la tarea, pues no solo hay que explicar dos
universos distintos (o dos mundos paralelos) sino también las
relaciones entre ambos.
-Tampoco las ideas pueden explicar el cambio de las cosas
(el movimiento), dado que todo movimiento (efecto) se genera por
una causa motriz, pero las ideas (que no son entidades físicas por
estar separadas de las cosas) no pueden ser la causa motriz o
generadora de ningún movimiento.

-Asimismo el mundo de las ideas no permite conocer ni


explicar el mundo de las cosas sensibles (materiales), puesto que
al considerar las ideas como algo inmaterial no se puede explicar
la realidad tangible. La verdadera esencia de las cosas estaría
dentro de ellas. ¿Cómo es posible, por ejemplo, que aquello que
40

hace que un hombre sea hombre (su esencia) no resida en el


propio hombre, sino que existe de forma independiente de él?. De
esta forma, ante la imposibilidad de que las “Ideas” puedan
explicar el fundamento de todo lo real, Aristóteles propondrá en su
tratado de Física las “causas” de todo conocimiento, de todo saber.
De forma que solo podemos tener conocimiento de algo cuando
conocemos sus “causas”.

6.4 Teoría ético-política de Aristóteles

6.4.1 El hombre en sociedad

El origen del Estado en el mundo griego se analiza desde


dos vertientes distintas: los que sostienen que el Estado se origina
por convención, contrato o acuerdo (“nomos“), defendiendo un
origen artificial (postura que adoptan los sofistas), y los que
sostienen que el Estado tienen un origen natural o por “physis”
(postura que defienden Platón y Aristóteles)

Para Aristóteles, el hombre es un animal político (“zóon


politikón“), un ser que tiende por naturaleza a la vida social, a
relacionarse con los demás. Defiende por tanto el estagirita la
teoría de la “sociabilidad natural”. Y este carácter de sociabilidad
o ciudadanía, que se explica por su capacidad de comunicación y
el empleo del lenguaje, es lo que distingue al hombre de los demás
animales, que son gregarios por instinto. Aristóteles, coincidiendo
con Platón, entiende que la sociedad es la extensión más propia
de la naturaleza humana (sin la cual el hombre perdería su
verdadera esencia), por lo que aquélla no tiene un origen
convencional y arbitrario como establecieron los sofistas, sino
natural, siendo el núcleo de toda comunidad social la familia. Es
en la familia donde quedan cubiertas todas las necesidades
materiales y afectivas de los individuos. Así sentenciaba: “aquel
que no puede vivir en sociedad o por su propia autosuficiencia no
tiene necesidad de ella, ha de ser una bestia o un dios“.

Por otra parte nuestro filósofo considera que el fin último de


la sociedad y más concretamente del Estado, es garantizar el bien
supremo de los hombres, es decir, su vida moral e intelectual.
Por tanto, el Estado será injusto y no cumplirá sus fines cuando no
cumpla con las leyes y vele más por sus propios intereses que por
los de la sociedad en su conjunto.
41

Asimismo Aristóteles se pronuncia sobre la comunidad social


y las relaciones que considera naturales en el seno de la sociedad:
las relaciones entre hombres y mujeres, entre padres e hijos y
entre amos y esclavos. De esa relación natural se deduce la
preeminencia del hombre frente a la mujer en el seno de la familia,
la de los padres sobre los hijos y la del amo sobre los esclavos. En
este sentido no hace más que reflejar las condiciones reales que
se daban en la sociedad ateniense de su época (siglo V aC). Hoy
día, por supuesto, esta concepción está totalmente desfasada y
obsoleta. Nadie defendería, desde un punto de vista jurídico y de
los derechos humanos, tales relaciones de dependencia.

Por otra parte, Aristóteles establece tres formas básicas de


gobierno: Monarquía (gobierno del más noble), Aristocracia
(gobierno de los de mejor linaje), y Politeia (República) (gobierno
de la clase media mayoritaria). Cuando estas formas de gobierno
se desvían de la justicia, que es el principal objetivo político,
degeneran en otras formas (Tiranía, Oligarquía, Demagogia (*).
El régimen por excelencia sería la monarquía, aunque reconocerá
también como legítimos los otros dos, siempre que tengan como
fin el “bien supremo” de la comunidad y el respeto a las leyes.

(*) Lo que en tiempos de Aristóteles se entendía por “República”, hoy la


designamos como “Democracia”, lo que en aquellos tiempos podía degenerar
fácilmente en “Demagogia”. De ahí su lógico sentido despectivo por las formas
republicanas (democráticas).

Más adelante veremos la estrecha relación que existe, según


Aristóteles, entre la ética (virtudes) y la acción política.

6.4.2 El fin supremo del hombre

Es por tanto en la ciudad (polis) donde el ser humano puede


ver colmadas todas sus aspiraciones materiales y alcanzar la
felicidad, el fin último del hombre. Sin embargo, para unos
hombres la felicidad consiste en el placer, para otros en la
posesión de riquezas, en el poder, en el honor… todos ellos son
bienes que pueden perderse. Por tanto, postula Aristóteles, la
auténtica felicidad no debe basarse en ningún bien exterior al
hombre, sino en la que brota de la propia naturaleza humana.

La FELICIDAD para Aristóteles consiste en actuar de


conformidad con la función propia que le es dada al hombre
por naturaleza. Pero si lo característico, lo propio del hombre
42

es poseer un alma racional, se puede concluir que la felicidad


solo se alcanza con el ejercicio de la actividad intelectual y la
práctica de la virtud.

Así como cada sustancia tiene una función propia que le


viene determinada por su naturaleza (el fin de una cama es dormir
en ella, el de un cuchillo cortar…), toda acción humana tiende por
naturaleza a la FELICIDAD, que Aristóteles identifica con el fin
supremo del hombre (EL BIEN Y LA SABIDURIA), que al mismo
tiempo representa el grado más elevado de VIRTUD al que se
puede aspirar. Pero Aristóteles muestra cierta sensibilidad con las
necesidades del individuo y entiende que la felicidad, aunque
depende fundamentalmente del conocimiento intelectual, debe
venir acompañada de bienes materiales suficientes, así como de
una aceptable salud, fama, honores, amistad, amor, compañía, etc.

6.4.3 La virtud según Aristóteles

Aristóteles define la virtud ética como una disposición


voluntaria del alma permanentemente dirigida por la razón,
que consiste en alcanzar el término medio entre dos extremos
viciosos, evitándose el exceso y el defecto, y que tiene como
fin el perfeccionamiento del carácter. Por ejemplo, la valentía
sería el término medio entre la temeridad y la cobardía, la
generosidad el término medio entre la avaricia y la prodigalidad.

Pero Aristóteles al hablar del término medio lo hace en


función del sujeto en “particular” que realiza una acción virtuosa,
es decir con respecto a nosotros mismos y a nuestras
circunstancias, pues no existe una medida igual de la virtud para
todos (lo que es mucho para algunos, es poco para otros). Vemos
aquí que el filósofo introduce un cierto relativismo moral al referirse
a la práctica de la virtud, dado que no existe una forma universal
de comportarse. Por otra parte, hay que puntualizar que no toda
acción admite el término medio, pues existen cosas y acciones
malas en sí mismas (adulterio, robo, homicidio…).

6.4.4 Clases de virtudes

Si el hombre es una sustancia compuesta de “cuerpo” y “alma”,


encontraremos en él, junto con las tendencias apetitivas (propias
de su naturaleza animal) las tendencias intelectivas (propias de su
naturaleza racional).
43

En consecuencia, encontraremos dos tipos de virtudes: las


virtudes dianoéticas (racionales o intelectivas), como el dominio
de un arte o una ciencia, y las virtudes éticas (morales o
prácticas), que son propias de la parte apetitiva y volitiva del ser
humano, como el valor, la generosidad, la justicia, la prudencia, la
fortaleza o la templanza. Hay que puntualizar que las “virtudes
intelectuales” se adquieren mediante la experiencia, en tanto que
las “virtudes éticas” requieren de un ejercicio continuado (para que
el hombre sea justo es necesario que practique habitualmente la
justicia). Así rechaza que el hombre sea virtuoso por naturaleza,
porque el cultivo de la virtud requiere esfuerzo, tiempo y voluntad.

De su concepción de las virtudes morales, encontramos


resumidas las tesis éticas fundamentales de Aristóteles:

-La virtud se puede aprender, pues no depende de la


naturaleza del individuo dado que no es una disposición innata (el
hombre no es bondadoso por naturaleza, el hombre es bueno
porque practica la bondad).

-La virtud requiere de una conducta habitual, es decir de la


realización constante de una tarea, siendo por tanto consecuencia
del ejercicio o la repetición.

-La virtud se corresponde con el desarrollo de una actividad


racional, pues se realiza por un sujeto a partir de lo que su razón
(intelecto) le enseña como una conducta buena y justa.

-La virtud se adquiere a través de un esfuerzo voluntario y


consciente, pues no basta saber qué es el bien, sino que es
necesario la concurrencia de la voluntad para impulsarnos a obrar.
Para Platón las virtudes tenían una clara connotación moral,
mientras que Aristóteles entiende las reglas éticas como guías
prácticas para alcanzar una vida feliz y plena. En definitiva, la
ETICA para Aristóteles es una ética de carácter práctico, cuyo
fin primordial es alcanzar la felicidad dentro del marco de la
“polis“, desarrollando tanto las facultades intelectivas como
las morales (virtudes). Aristóteles nos pone así de manifiesto la
estrecha relación existente entre ETICA y POLITICA (como así se
pronunciara también Platón). Por tanto, la ética debe ser la base
de toda acción política, dado que los fines últimos del hombre (la
44

sabiduría y la felicidad) únicamente se alcanzan viviendo en


sociedad.
6.5 Teoría del conocimiento

6.5.1 El origen del conocimiento

Aristóteles renuncia a la racionalidad teórica del idealismo


platónico, sustituyéndola por una racionalidad básicamente
empírica, fundada en la experiencia. Si para Platón, el origen del
conocimiento tiene carácter innato y se encuentra en la
“razón”, para Aristóteles el origen del conocimiento particular
se encuentra en la “experiencia” (“empeiría”). Sin embargo
ambos coinciden en la consideración de que el verdadero
conocimiento ha de ser de las “cosas universales” y no de los
“objetos particulares” o singulares.

Así el conocimiento es un proceso que se inicia en los


sentidos externos (CONOCIMIENTO SENSIBLE) a través de la
percepción intuitiva de las cosas. Es a partir de esta
percepción, cuando la “razón”, a través de un proceso de
abstracción, transforma las imágenes mentales en conceptos
esenciales o representaciones universales (CONOCIMIENTO
INTELECTUAL). Estos conceptos formados a través de los
sentidos, no son conocimientos innatos (realidades a priori) sino
que vienen impuestos por la experiencia (realidades a posteriori).
Al mismo tiempo, dichos conceptos (esencias) pertenecen a las
cosas mismas, no siendo separables de ellas (como pretendía el
idealismo platónico).

Con respecto a la actividad de los sentidos Aristóteles se


pronuncia así: “Ninguna de las acciones sensibles constituyen a
nuestro entender el verdadero saber, aunque sean el fundamento
primero de la realidad, el punto de partida de todo conocimiento.
Los sentidos no nos dicen el por qué de las cosas; por ejemplo,
nos hacen comprender que el fuego caliente, pero nada más…El
nivel más elevado de conocimiento vendría dado después por la
actividad del entendimiento (razón), lo cual nos permitiría saber ya
el por qué y las causas de todo lo que existe”.

Vemos que los “sentidos” son básicos tanto para Platón


como para Aristóteles. Sin embargo existen notables diferencias en
sus planteamientos respectivos: Los estímulos producidos por la
45

“sensibilidad” eran, para Platón, origen del recuerdo de las ideas,


mientras que para Aristóteles los “sentidos” son los primeros
receptores de la realidad y los encargados de activar nuestra
auténtica potencialidad cognoscitiva e intelectual.

6.5.2 Los diversos grados del conocimiento intelectual

Aristóteles, además de la experiencia (“empeiría”), donde


se inicia todo conocimiento sensible y todo aprendizaje, admite
otros grados de conocimiento intelectual:
-Episteme (ciencia) que es un saber teórico o demostrativo
sobre las causas de lo universal y necesario.

-Nous (inteligencia) es un conocimiento intuitivo que nos


permite conocer la verdad de los primeros principios de las
ciencias, como los axiomas matemáticos o los principios de la
filosofía.

-Sophya (sabiduría) es la forma plena de conocimiento, la


capacidad para acceder a los fundamentos supremos de la verdad,
que Aristóteles identifica con la Filosofía. Así mientras la “empeiría”
(experiencia) correspondería al nivel de conocimiento sensible, la
“episteme“, el “nous” y “sophya” corresponderían a un nivel de
conocimiento intelectual.

Como se ha visto, Aristóteles coincide con Platón en que


el auténtico conocimiento (conocimiento intelectual) ha de ser
universal (válido para todos y en todas las épocas) y
necesario (que no puede ser de otra forma). Sin embargo
Aristóteles no considera que el “objeto” final del conocimiento
tenga que ser eterno e inmutable (como lo eran las ideas
platónicas), dado que las cosas no son inmutables, sino que
pueden cambiar, aparecer y desaparecer. Para él, la verdad no
exige una permanencia absoluta (eternidad), le basta con una
permanencia relativamente estable como las que tienen las
“formas sustanciales” de las cosas sensibles.

6.5.3 La teoría de las causas

Por otra parte, para Aristóteles, solo adquirimos


conocimiento verdadero de alguna cosa cuando conocemos
sus CAUSAS, es decir, los principios o factores de los que
46

depende un ser. De tal forma, conocer el conjunto de las


causas de un ser, equivale a conocer los diferentes aspectos
de su naturaleza o esencia. Para Aristóteles existen cuatro tipos
de causas, que se dan en todo proceso de cambio:
-Causa formal: la forma que adquiere una cosa (estatua).

-Causa material: la materia de la que está constituida cada


ser físico (bronce).

-Causa eficiente (*): el agente externo productor o


modelador de un objeto (escultor).

-Causa final o teleológica (**): el propósito o finalidad de


una cosa (propósito artístico).

(*) Cuando un cuerpo se mueve pasa de la potencia al acto y se produce un principio


evidente que se puede enunciar de la siguiente forma: “todo cuerpo que se mueve es movido
a su vez por otro cuerpo“. Así Aristóteles, se ve obligado a postular la existencia de un primer
motor, causa de todo movimiento. Pero como el origen del movimiento no puede remontarse
al infinito, considera necesaria la existencia de una primera causa que no necesite ser movida
por nada. A esta primera causa la denomina PRIMER MOTOR o PRIMERA CAUSA
EFICIENTE (equiparable al más perfecto de los seres: el ser en acto puro). Este primer motor
se asimilará en la Edad Media al Dios del Cristianismo, siendo Tomás de Aquino quien usará
muchos de los argumentos de Aristóteles para demostrar la existencia de Dios y teorizar
sobre sus atributos.

(**) Aristóteles defenderá la existencia de una CAUSA FINAL (teleológica) en la


naturaleza, es decir, en todo cambio o movimiento natural; todo por tanto se desarrolla
conforme a un plan preestablecido (así el fin de la semilla será convertirse en árbol, como el
fin del niño es convertirse en adulto). De igual forma, todos los seres en su movimiento
aspiran a situarse en el lugar natural que les corresponde (cuando una piedra cae, lo hace
con el fin de estar en el suelo; cuando el humo asciende lo hace para situarse arriba, que es
su lugar natural...). Para Aristóteles, la causa final o teleológica del hombre es el conocimiento
de la FILOSOFIA, el saber supremo por excelencia que nos conduce a la felicidad, pues
intenta analizar las últimas causas de todos los seres.

6.6 Teoría antropológica: la unidad psicofísica del ser humano

A Aristóteles se le debe la elaboración de una primera teoría


clásica sobre las FACULTADES PSIQUICAS (memoria,
inteligencia, voluntad, etc). Influenciado inicialmente por Platón,
Aristóteles pensó que el hombre era una realidad dual, pero
después (en su obra “De Anima”) entiende que el alma y el cuerpo
no son realidades independientes, sino una unidad psicofísica.
De acuerdo con la teoría hilemórfica, Aristóteles concibe el ser
humano compuesto de cuerpo y alma. Sin embargo, el cuerpo y el
alma están unidos y el resultado es una unidad sustancial, una
sola esencia.
47

En definitiva, el alma y el cuerpo para Platón representan una


unión accidental, mientras que para Aristóteles el hombre es una
unidad sustancial (en consonancia con su idea de sustancia). Por
tanto, el ser humano no es otra cosa que un compuesto de
“materia” y de “forma”. La materia del hombre es el cuerpo,
mientras que su forma es el alma.

Siguiendo la tradición griega, Aristóteles afirma también que


es en el alma donde reside el principio de todas las actividades
vitales. Sin embargo, el alma no es eterna, ya que, estando ligada
necesariamente al cuerpo, perece también cuando perece éste.
Parece así defender Aristóteles una tesis puramente biologista (el
alma como función vital). No obstante, para Aristóteles, el alma
no es solo principio vital, sino también principio de conocimiento (el
alma como principio racional), y esto es lo que encumbra al
hombre por encima de todas las demás criaturas, de todos los
demás seres. En esta capacidad intelectiva, en la capacidad de
razonar, es precisamente donde radica la dignidad y la excelencia
del ser humano, no en su inmortalidad ni en su trascendencia.

No obstante Aristóteles se mantiene en un término medio: no


es extremadamente idealista como Platón, al no aceptar la esencia
independiente del alma, pero con el reconocimiento de esta
realidad extracorpórea, tampoco puede decirse que sea totalmente
materialista.

Por otro lado, al entender el filósofo que el alma es principio


de todas las funciones vitales, por tanto común a todos los seres
vivos, se ve obligado a diferenciar tres niveles o funciones del
alma:

El alma vegetativa, propia de las plantas, que rige la


reproducción, la nutrición y el crecimiento.

El alma sensitiva propia de los animales, cuyas


características son la percepción sensible, el movimiento y los
apetitos inferiores.

El alma racional exclusiva del ser humano, encargada de las


facultades superiores, como la memoria, la imaginación, el
entendimiento, la voluntad, etc, aunque el hombre participaría
también de las dos funciones anteriores: vegetativa y sensitiva.
48

6.7 La lógica aristotélica

La LOGICA de Aristóteles sustituirá pronto a la DIALECTICA


PLATÓNICA. Ya no se trata de ascender al reino de lo
trascendente por medio del razonamiento dialéctico, sino de
concretar la realidad a través de la razón: este es el caso del
SILOGISMO, que Aristóteles desarrolla en su tratado “El Organon”,
y que lo define como un método de RAZONAMIENO DEDUCTIVO
(de lo general a lo particular) por el cual, partiendo de dos
proposiciones o juicios generales (premisas), se llega a una
tercera proposición distinta y particular (conclusión). Por ejemplo,
tenemos el silogismo siguiente: “Todos los hombres son mortales”
(primera premisa); “Sócrates es un hombre” (segunda premisa);
“Por tanto Sócrates es mortal” (conclusión). Aristóteles, además
del silogismo, basado en la deducción, recurrió también al
procedimiento inverso (EL RAZONAMIENTO INDUCTIVO), por el
cual se pasa de un aspecto particular a un hecho universal.

Ya Aristóteles definió la LÓGICA no como una ciencia, sino


como “un instrumento auxiliar de la razón, que trata de dar
normas para pensar correctamente“. Sus estudios sobre lógica
derivarán siglos más tarde en la LÓGICA FORMAL moderna que
se podría definir como “la ciencia que estudia las operaciones
de la actividad racional“, o también “la ciencia que trata de los
juicios y de los razonamientos válidos“.

Aparte de los dos citados métodos de razonamiento


(deducción e inducción), Aristóteles introduce tres principios
fundamentales en la ciencia lógica:

-El principio de identidad: que se enuncia diciendo que


“toda cosa es igual a sí misma“.

-El principio de (no) contradicción: “una cosa no puede ser


y no ser al mismo tiempo“. Este principio lógico se anuncia
actualmente así: “dos proposiciones contradictorias no pueden ser
al mismo tiempo las dos verdaderas o las dos falsas;
necesariamente una de ellas ha de ser falsa y la otra verdadera, o
viceversa”.

-El principio de igualdad: “dos cosas iguales a una tercera,


son todas ellas iguales entre sí”.
49

7 FILOSOFÍA HELENÍSTICA

7.1 Introducción

Recibe este nombre la filosofía desarrollada durante la


EPOCA HELENÍSTICA, un periodo que abarca desde la muerte de
Alejandro Magno (323 aC) hasta la conquista de la nación griega
por los romanos 148 aC). En esta época se produce una crisis
de los valores espirituales y el hombre se empieza a
preocupar por los temas morales de carácter práctico. Durante
este periodo tiene lugar el nacimiento de varias escuelas o
tendencias filosóficas: Epicureísmo, Escuela Cínica, Hedonismo,
Escepticismo, Estoicismo, etc.
A partir de Aristóteles y por efecto de las grandes conquistas
de Alejandro Magno, el ideal de la polis se va diluyendo, dando
paso a un pensamiento más individualista y pragmático. El filósofo
se recoge y se abstrae de un mundo que políticamente le resulta
ajeno y extraño (el hombre es ciudadano del mundo, y su marco
de referencia es la humanidad y la naturaleza, no la polis).

Ya no encontramos una filosofía sistemática que abarque los


más importantes temas de la filosofía, como en la época clásica,
sino que las preocupaciones filosóficas se refieren a cuestiones
morales y al alcance de la felicidad. Pero estas soluciones éticas
no tendrán ya ningún componente político que afecte al Estado o a
la comunidad (como en Platón o Aristóteles), sino al individuo en
particular. Así en esta época el objetivo de la Filosofía y del
conocimiento será conducir al hombre a una situación de
autodominio o autosuficiencia que le permita alcanzar la paz, la
estabilidad y el progreso material. De esta forma, la Filosofía que
hasta Aristóteles tenía como fin principal la búsqueda del
conocimiento teórico, empieza a centrarse en la búsqueda de
soluciones prácticas y materialistas.

Por otro lado, la entrada en el mundo griego de elementos


orientales, afectó también a la filosofía; así, parte del pensamiento
estoico y particularmente sus creencias esotéricas relacionadas
con el arte de la adivinación y la astrología son en gran medida
consecuencia de esta orientalización de la cultura griega.

Finalmente, con la conquista de Grecia por las legiones


romanas, la cultura griega sufre un auténtico colapso y el centro
50

cultural se traslada a Roma, donde el ESTOICISMO (romano) será


la escuela más influyente.

7.2 El Epicureísmo

Epicuro: Nació en la isla de Samos (Grecia) en el año 431


aC. Es el fundador en Atenas de la escuela denominada “El
Jardin”, donde se gestó la filosofía que lleva su nombre (el
Epicureísmo). El epicureísmo es una filosofía de carácter ético
que aboga por una vida de placer, aunque moderada y
austera. Su finalidad es la búsqueda de la paz, la felicidad y el
descanso del alma (“ataraxia“).

Afirma Epicuro que “la felicidad se encuentra en los


placeres o goces del cuerpo, siempre que éstos sean
naturales, moderados y sin excesos“, aunque por encima de
ellos dará prioridad a los placeres intelectuales. Epicuro tiene una
concepción del sabio muy distinta de la que tienen los estoicos:
“sabio no es quien se abstiene de todo placer, sino el que
sabe gozar moderadamente de lo natural y lo necesario“. Por
la similitud de sus principios, el epicureísmo ha sido a veces
confundido con el Hedonismo (que aboga expresamente por el
placer de los sentidos), pero hay que matizar que el epicureísmo
adopta una postura más intelectiva, dando prioridad al alma.

Por otro lado, la “doxa“ (que para Platón era un conocimiento


engañoso proveniente de los sentidos), es para Epicuro la fuente
más fiable de toda verdad. El error no proviene de los sentidos,
sino de los conceptos intelectuales (erróneos) que nos formamos
de las cosas. “El placer y su contrapuesto, el dolor sensible,
son las respuestas más inmediatas y perceptibles del cuerpo
y por eso son fiables y válidas”.

Finalmente, hay que añadir que la “física” de Epicuro es una


reproducción más o menos fiel de la física atomista de Demócrito,
dejando así constancia de su condición de ateo. Sin embargo,
Epicuro, a través de sus postulados materialistas, intenta relativizar
o suprimir las causas del sufrimiento. Así nos deja constancia de
su pensamiento en algunos de sus escritos:

-“No hay que temer al destino, pues éste no existe. En el


universo no existe ni orden ni finalidad, pues todo lo que ocurre se
51

debe a causas puramente mecánicas, nada por tanto es


previsible”.

-“No hay que tenerle miedo a la muerte, pues nunca la


veremos ni nos juntaremos con ella; cuando yo estoy, ella no
está presente, y cuando ella está presente yo no estoy”.
-“Tampoco hay que temer a los dioses que, aunque
existen, no se preocupan de los designios humanos, de lo
contrario enturbiarían su felicidad. Nada depende de ellos,
pues, si fueran justos y buenos, harían desaparecer todos los
males. O quieren hacerlo y no pueden, o pueden hacerlo y no
quieren...si quieren y no pueden son impotentes, y si pueden y no
quieren son malvados…en cualquiera de los dos casos ya no
serían dioses”. Bajo esta premisa debería desaparecer la causa
principal de intranquilidad y desasosiego en el alma.

El Epicureísmo griego fue recogido después en Roma por el


poeta Lucrecio (99 aC-54 aC), autor de un extenso poema de
carácter científico (“De rerum natura”) o “De la naturaleza de las
cosas”, constituyéndose en la principal fuente de conocimiento de
la doctrina de Epicuro.
7.3 La Escuela Cínica

El fundador de la “Escuela Cínica” fue Antístenes, pero su


mayor representante es Diógenes. La filosofía de Diógenes
abogaba por un retorno a la naturaleza y a un estilo de vida
casi ascético. En tono irónico y burlesco denunció los falsos
convencionalismos de la sociedad. Sus ideales de perfección
moral implicaban una vida austera y la renuncia a todos los
placeres proporcionados por los sentidos. Hoy dia el término
de “cínico” ha degenerado de su primitivo sentido original, tomando
ciertas connotaciones peyorativas.

7.4 El Hedonismo (Escuela Cirenaica)

Arístipo de Cirene (430 aC) es el fundador de la “Escuela


Cirenaica”. Sus tesis postulan que el fin último del hombre es
la búsqueda del placer en sí mismo, preconizando una vida
disoluta y de desenfreno al margen de toda valoración ética o
moral.
52

7.5 El Escepticismo
Inicia esta corriente radical Pirrón de Elis (365 aC), en la
que se encuentran los sofistas como antecesores (Gorgias). Es
propio del escepticismo argumentar que la razón no puede
penetrar en el auténtico conocimiento de la naturaleza, por lo
que es aconsejable suspender el juicio (la “epojé“ de Husserl)
en toda observación y aplicar sistemáticamente el hábito de la
duda y la indiferencia ante las cosas.

7.6 El Estoicismo

Escuela filosófica totalmente opuesta al Hedonismo. La


principal figura del Estoicismo griego es Zenón de Citio (335 aC)
fundador de “La Stoa”, la primera Escuela Estoica.

El Estoicismo es una filosofía de carácter ético y como el


epicureísmo busca la paz espiritual (ataraxia). Así la Ética
constituye el núcleo fundamental de la doctrina estoica.
Mientras la Física enseña a conocer la naturaleza, la Ética nos
enseña a vivir de acuerdo con ella. Predica por tanto que “el
fin supremo del hombre es vivir conforme a la naturaleza que
es lo mismo que vivir según la virtud“. Sus postulados, de
acuerdo con este orden natural, se basan en el dominio racional de
la voluntad, por medio de la cual se llega a la apatía o ausencia de
toda pasión o deseo por las cosas terrenales (que perturban la
vida), lo que nos conduce a la paz espiritual. Para los estoicos “el
sabio es aquel que vive libre de sus pasiones“.

Por otro lado y como rasgo distintivo, antes del


Cristianismo los estoicos ya preconizaban la fraternidad de la
humanidad y la igualdad natural de todos los seres humanos.
Asimismo, el estoico acepta plenamente el “destino” que
rige el cosmos y la vida del hombre. Este “determinismo”
fatalista se basa en la afirmación de que el hombre, que forma
parte sustancial de una naturaleza regida por leyes universales e
inflexibles, está desprovisto del libre albedrío o de cualquier
capacidad que le permita actuar y elegir.

El Estoicismo Griego fue recogido después en Roma


(siglo I dC) por Epícteto, Marco Aurelio y Séneca (*).
53

(*) Lucio Anneo Séneca (4-65 dC): Filósofo y escritor hispano-romano nacido en
Córdoba. Siendo muy joven se trasladó a Roma con su familia, donde adoptó un estoicismo
eminentemente práctico y un tanto artificial. Fue preceptor del emperador Nerón. Una de sus
obras filosóficas más notables fue “De la tranquilidad del alma“.

Como prosista, Séneca es la antítesis del modelo de Cicerón (caracterizado por sus
circunloquios y frases largas y cadenciosas). Su estilo, por el contrario, es de frase breve y
cortante, sentenciosa y casi áspera. En este sentido, a Séneca le preocupa
fundamentalmente el contenido de sus argumentos, antes que la elocuencia formal. De su
amplia obra literaria destacan sus “Epístolas a Lucilio”, una colección de cartas, con el
acento puesto siempre en su actitud estoica.

Pero sin embargo Séneca se diferencio sobre todo de Cicerón en su actitud ante la
vida. Mientras Cicerón (plebeyo de cuna) nunca se olvidó de la importancia de las masas,
Séneca (aristócrata y rico) siempre las desdeñó y nunca conoció la angustia de la pobreza
material. De ahí que hablemos de su estoicismo práctico, muy alejado del estoicismo original
griego.

Periodos resumidos de la Filosofía Griega

-La filosofía griega surge como reacción al pensamiento


mítico. Inicialmente durante la ETAPA PRESOCRÁTICA
(FILOSOFÍA COSMOLÓGICA), el saber filosófico griego se
centrará en la explicación global de los fenómenos relacionados
con la NATURALEZA (la “physis”), que se suponía originada a
partir de un “principio” o “causa inicial” (“el arjé o arché”), elemento
material que subyace en todo lo existente y del que se componen
todas las cosas. Al finalizar la etapa presocrática (después de
Demócrito), el tema de la naturaleza se agota y la filosofía posterior
se centra en el estudio del HOMBRE como medida de todas las
cosas

-(FILOSOFÍA ANTROPOLÓGICA): Serán primero los


SOFISTAS y después SOCRATES quienes recojan esta tendencia,
centrada en el hombre.

-PLATÓN, junto con ARISTÓTELES, inauguran lo que se ha


convenido en llamar la FILOSOFÍA GLOBALIZADORA,
preocupada por desarrollar de forma sistemática todos los temas
filosóficos en general o, lo que es igual, por la realidad en su
conjunto.

-En la EPOCA HELENISTICA (FILOSOFÍA HELENISTICA),


como consecuencia de la pérdida de identidad del pueblo griego,
se produce una crisis de los valores espirituales y el hombre se
empieza a preocupar por los temas morales de carácter práctico.
54

8 LA CIENCIA EN LA ANTIGUA GRECIA

81.1 Introducción

La Ciencia, como conjunto sistemático de conocimientos


racionales acerca de la naturaleza, nace en Grecia junto con la
Filosofía. En realidad, Filosofía y Ciencia se confunden y eran la
misma cosa. Ambas disciplinas siguieron cursos paralelos hasta la
Época Helenística, en la que se escinden y toman rumbos
independientes. De hecho, muchos de los primeros filósofos
(Tales, Anaximandro, Pitágoras, Aristóteles…) fueron considerados
también los primeros científicos.

8.2 Campos de la ciencia en los que destacó el genio griego

-En GEOMETRIA y MATEMATICAS destacan Tales de


Mileto (Teorema de Tales), Pitágoras (Teorema de Pitágoras),
Euclides (Postulado de Euclides) y Apolonio (estudios sobre
secciones cónicas).

-En FISICA fueron notables las aportaciones de Arquímedes


sobre mecánica (poleas, palancas, ruedas dentadas), pero sus
trabajos más importantes se realizaron en el campo de la
hidrostática (Principio de Arquímedes). Asimismo, hay que
destacar la labor de Herón de Alejandría (neumática y óptica).

-En CIENCIAS BIOLOGICAS destaca por encima de todos la


figura de Aristóteles, cuyos estudios sobre anatomía, botánica y
zoología, le encumbraron como uno de los científicos más notables
de su época, aunque quizás el mayor de sus logros fue el de haber
establecido una “clasificación metódica de los seres vivos“, en
cuya cúspide se encontraba el hombre.

-En MEDICINA es de destacar la figura de Hipócrates, con


cuya práctica terapéutica, basada en la observación clínica, sienta
las bases de la primera ciencia médica empírica. Es considerado
por ello fundador o “Padre de la medicina”.
.
-En ASTRONOMIA y GEOGRAFÍA fueron importantes las
aportaciones de Anaximandro (que realizó una primera medición
de la distancia al sol); Eudoxo (autor del postulado de las siete
esferas concéntricas que rodeaban la tierra); Ptolomeo
55

(formulador de la Teoría Geocéntrica); Erastótenes (primera


medición de la circunferencia de la tierra).

LA FILOSOFIA MEDIEVAL
9 INTRODUCCION

Con el nombre de Filosofía Medieval se designa a un


periodo de la Historia de la Filosofía, que en Europa
Occidental abarca desde el siglo IX (con el Renacimiento
Carolingio) hasta el siglo XIV (en el que tiene lugar la crisis de
la Escolástica). Sin embargo, dado que muchos de los temas de
la filosofía del Medioevo proceden del pensamiento de San Agustín
(354-430), algunos historiadores establecen en el siglo IV el inicio
de la Filosofía Medieval.

Aunque en términos geográficos la Filosofía del Medioevo se


circunscribe básicamente a la Europa Occidental y en
consecuencia a la Filosofía Cristiana (Escolástica), existen
también otras grandes culturas, como la Filosofía Árabe y Judía,
que influyeron en el pensamiento que se desarrolló durante toda la
Edad Media.

A diferencia de la Filosofía griega, que había centrado su


reflexión en torno al objeto exterior (“arjé”), la Filosofía Medieval
cristiana centrará su interés en Dios. Así, la razón y la fe se
convertirán en los temas que centrarán el interés del debate.
Básicamente se darán tres respuestas a este problema:

-Inicialmente prevaleció la idea de que la Razón (Filosofía)


debía supeditarse totalmente a la Fé (Teología), propiciada por el
radicalismo de los primeros Padres Apologistas.

-A continuación, se planteará que Razón y Fe son ámbitos


complementarios y que deben ayudarse mutuamente (Tomás de
Aquino), dándose paso a una cierta autonomía de la primera. De
esta forma se intenta conciliar las teorías establecidas por la
Filosofía con las creencias fundamentadas en la Teología.

-Finalmente con Guillermo de Ockham, a las puertas del


Renacimiento, se planteará que la Razón y la Fe son ámbitos
totalmente diferentes, reclamándose el libre albedrío y la
56

independencia de la razón, sentándose así las bases de la futura


Filosofía Moderna.

10 EL CRISTIANISMO

10.1 Introducción

Religión fundada por Jesús de Nazaret (Judea) en tiempos


del Imperio Romano. Es por tanto una religión monoteísta, junto
con el Judaísmo (del que se escindió) y el Islám. La doctrina
cristiana nos enseña que Jesús se presentó al mundo como el Hijo
de Dios para redimir con su muerte al género humano. El
Cristianismo tiene su fundamento en su libro sagrado, la Biblia (o
Sagradas Escrituras) del que forman parte el Antiguo y el Nuevo
Testamento. En este último se inscriben los Evangelios, que
reflejan la vida y las enseñanzas de Jesús. Por su parte, los judíos
(Jesús fue judío) aceptan tan solo el Antiguo Testamento,
especialmente sus cinco primeros libros (Torá), denominado por
los cristianos Pentateuco.

Pese al ambiente pagano reinante en estos tiempos del


Imperio Romano, el nacimiento y la fuerte expansión del
Cristianismo se vio influido por varios factores: La decadencia del
propio mundo pagano; la creciente preocupación por la salvación
individual, pensamiento influido por los cultos místico-esotéricos
procedentes de Oriente; la existencia progresiva de un
pensamiento orientado hacia la ética, que sintetizaba las tres
grandes escuelas del pasado reciente (platonismo, aristotelismo y
estoicismo); el predicamento por parte del Cristianismo de una
nueva concepción del hombre basada en la igualdad, la fraternidad
y la solidaridad, convirtiéndose así en la religión de la piedad y del
amor fraterno.

Todos estos factores calaron profundamente en las clases


más explotadas y oprimidas del Imperio, que se vieron empujadas
a abrazar pronto la nueva doctrina, siendo en cambio una religión
rechazada por la aristocracia y las oligarquías dirigentes. Así, una
religión monoteísta, que negaba los dioses del paganismo romano,
y que no participaba en sus cultos y ritos religiosos, se veía como
una amenaza para el Imperio. De ahí su carácter de religión
proscrita y las múltiples persecuciones que sufrió desde sus inicios
hasta el siglo IV (Nerón, Domiciano, Marco Aurelio, Diocleciano).
57

11 CRISTIANISMO Y FILOSOFIA

11.1 La visión apologista

La relación inicial de los primeros pensadores cristianos con


la Filosofía fue compleja. Así mientras los primeros Apologistas
mostraron una clara hostilidad hacia el pensamiento racional
(Filosofía), considerándolo enemigo de la fé, otros como San
Agustín y Santo Tomás vieron en la Filosofía un arma eficaz para
defender a través de la razón sus creencias religiosas, por lo que
entendieron que debían conjugar ambas tendencias (razón y fé). El
planteamiento griego del tema de Dios, por ejemplo, se limitaba a
su interpretación como Inteligencia Ordenadora o Razón Cósmica,
tal como lo entendieron Anaxágoras, Aristóteles o los estoicos,
mientras que para los cristianos, Dios era un ser creador,
providencial y omnipotente, pero al mismo tiempo paternal, un ser
encarnado y preocupado por los asuntos humanos.

11.2 Influencia de Platón en el pensamiento cristiano inicial

No obstante y a pesar de las diferencias que separaban a la


Filosofía y a la Religión, los textos de muchos pensadores
cristianos encontraron en los textos filosóficos clásicos (de origen
pagano), especialmente en las ideas de PLATÓN, algunas
coincidencias que fueron cruciales y les animaron a justificar las
verdades de fe (DOGMAS) y las normas morales (ETICA). Entre
ellas, su DUALISMO ONTOLÓGICO, con la distinción entre un
mundo sensible (terrenal) y un mundo inteligible (ideal); la idea del
DEMIURGO, una entidad configuradora del mundo sensible, muy
cercana a la idea del Dios creador del Cristianismo; o también su
DUALISMO ANTROPOLÓGICO, distinguiendo un alma racional
(de naturaleza espiritual y eterna), y un cuerpo (de naturaleza
material y temporal). De esta forma, cuando San Agustín
comienza la elaboración de su síntesis filosófica, partirá ya de una
previa adaptación de la Filosofía Clásica Griega a la Filosofía
Cristiana, realizada por los pensadores cristianos que le
antecedieron.

12 LA FILOSOFIA CRISTIANA

En la evolución de la Filosofía Cristiana conviene resaltar dos


épocas especialmente importantes:
58

La PATRISTICA, cuya figura fundamental fue San Agustín,


supone el esbozo de una primera doctrina metafísica del
Cristianismo.

La ESCOLASTICA, cuya figura principal fue Santo Tomás


de Aquino, supone ya un periodo de plenitud de la Filosofía
Cristiana. La Escolástica se convertirá así en el pensamiento
filosófico de referencia dominante durante gran parte de la Edad
Media.

13 LA PATRISTICA (siglos II-IV)

13.1 Introducción

La Patrística fue un movimiento doctrinal de los primeros


pensadores cristianos, que se extendió desde el siglo II al siglo IV.
Fue denominado así en honor a los llamados Padres de la Iglesia.
Para formular su pensamiento, se basaron fundamentalmente en
la doctrina de Cristo (tal como se presenta en los Evangelios) y en
las decisiones que se iban tomando en los sucesivos Concilios de
la Iglesia.

En el último periodo patrístico predomina la figura de San


Agustín, creador de un primer sistema filosófico completo. El
pensamiento de San Agustín (AGUSTINISMO) dominará toda la
Filosofía Medieval posterior hasta el siglo XIII en el que surgirá la
figura de Santo Tomás de Aquino. Además de San Agustín
destacarán otros intelectuales: San Justino, Tertuliano, San
Clemente de Alejandría, San Basilio, San Gregorio de Niza…
Después de la Patrística se sucederá un periodo de transición y de
baja productividad intelectual (siglo V-VIII), hasta la aparición de la
Escolástica (siglo IX-XIV).

Dentro de la Patrística cabe destacar la labor que llevaron a


cabo durante el siglo II los “Padres de la Iglesia” o Padres
Apologistas (que literalmente significa “defensores“ del
Cristianismo), quienes tuvieron que afrontar los continuos ataques
provenientes del Paganismo, que se iniciaron ya muy
tempranamente, en el año 64, siendo emperador Nerón. De esta
forma el Cristianismo pasaría a ser inicialmente una religión ilícita y
por tanto perseguida por el Imperio Romano. Baste reflejar aquí un
breve pasaje del “Octavio” del apologeta latino Minucio Félix, quien
pone en boca de un romano medio las siguientes palabras:
59

“Gentes que forman una conjuración sacrílega de hombres


ignorantes, la última hez de la plebe…que se juntan en nocturnos
conciliábulos… que huyen de la luz y mudan en público…que
desprecian nuestros templos, que miran con horror a nuestros
dioses y se mofan de nuestro culto…que desprecian los tormentos
presentes y no temen morir…vemos cómo por todo el mundo se
multiplican los abominables santuarios de esta impía coalición… ”.
Tras esta dura crítica pagana, se entenderá la ardua tarea que
tuvieron los apologistas por delante.
Pero los Apologistas no solo tuvieron que hacer frente a los
enemigos externos del Cristianismo (paganismo), sino también a
las disidencias internas que surgieron en su seno, es decir, a las
corrientes heréticas.

Sin embargo, la Patrística alcanzará su Edad de Oro y su


plena vigencia a raíz de dos fechas, que resultarán clave para el
posterior desarrollo de la Escolástica:

-En el año 313 Constantino el Grande promulga el Edicto de


Milán, legalizándose el Cristianismo, poniéndose fin así a las
persecuciones cristianas.

-En el año 385 Teodosio instituye la fe cristiana como


religión oficial del Imperio Romano.

13.2 San Agustín (354-430)

Fue uno de los pensadores cristianos más importantes


de la Patrística, aunque toda su huella se encontrará después
impresa en la Escolástica. En general, todo el espíritu
cristiano de la Edad Media está influido decisivamente por
San Agustín. La Contrarreforma Católica (siglo XVI), en
especial, recurrió de modo habitual a las fuentes agustinianas.

San Agustín nació en Hipona, y realizó sus primeros estudios


en el monasterio benedictino de Monte Casino. Posteriormente
estudió en la Universidad de Paris (con San Alberto Magno), donde
más tarde sería nombrado profesor de Filosofía. El Pontífice
Alejandro VI le llamó a Roma donde ejerció como consejero y
profesor en la Curia Papal. Expuso su turbulenta juventud y su
conversión al cristianismo en su obra “Las Confesiones”. En “La
60

ciudad de Dios“ abordará una teoría política desde la perspectiva


teológica y cristiana.

13.2.1 La primacía del alma

Nuestro pensador tuvo el mérito de elaborar una peculiar


síntesis entre la primitiva Teología Cristiana y el pensamiento
Neoplatónico (derivado de Platón). De modo que la esencia de su
filosofía se manifiesta fundamentalmente en la primacía del “alma”
(instancia espiritual, inmortal y eterna) frente al “cuerpo” (instancia
material y mortal), dando origen al denominado AGUSTINISMO
RELIGIOSO, pensamiento que permitiría a la Iglesia afrontar los
oscuros tiempos que se avecinarían en la Europa medieval a raiz
de las invasiones germánicas.
13.2.2 Razón y fe

San Agustín, como otros pensadores cristianos (San


Anselmo), haría una síntesis entre las dos formas de conocimiento
(razón y fé). Entiende San Agustín que es posible una
colaboración entre ambas, aunque afirmará que la razón debe ser
utilizada exclusivamente como un instrumento útil para servir de
guía a la fe, para conocerla mejor. “Queremos hablar no solo con
la autoridad de las sagradas escrituras, sino también basándonos
en la universal razón humana. Si los filósofos han dicho algo
exacto, ¿por qué no lo hemos de aceptar?... a fin de cuentas sus
enunciados sirven para comprender mejor la fe”. Es conocida su
célebre frase “no trates de entender para creer, sino más bien cree
para entender“, lo que supondría una clara dependencia de la
Filosofía respecto de la Teología. Esta supeditación profunda de la
razón ante la fe será una característica constante de la filosofía
cristiana medieval.

13.2.3 Concepción política

En su obra “La ciudad de Dios” expone sus reflexiones


políticas, y establece dos modelos de ciudades distintas: Babilonia
(ciudad temporal y terrenal) y Jerusalén (ciudad eterna de Dios),
haciendo una separación tajante entre estas dos formas de
sociedades y por consiguiente de entender la vida: una sociedad
es propia de los que dirigen sus intereses hacia los bienes
materiales de este mundo; la otra forma es la de quienes saben
que lo verdaderamente importante es el mundo espiritual. A partir
61

de esta oposición, San Agustín señalará que, en última instancia,


el poder religioso del Papado, que procede directamente de Dios,
deberá prevalecer siempre sobre el poder temporal de la Autoridad
Civil. Es el denominado AGUSTINISMO POLITICO, que tendría
tan lamentables consecuencias históricas y políticas.

13.2.4 La búsqueda de la verdad

En San Agustín no encontramos una exposición sistemática


de pruebas sobre la existencia de Dios, si bien a través de sus
obras se nos muestra una serie de argumentos, que nos hablan de
las diferentes formas de acceder a la Divinidad. Veamos algunos
de ellos:

Cuando el hombre se desengaña una y otra vez de la


posibilidad de encontrar la verdad en el mundo material de los
sentidos, la busca en su propio interior, en la intimidad de su
conciencia, a través de un proceso de interiorización, lo que nos
llevará a la conclusión de que existen verdades inmutables.
Siguiendo a Platón, afirmará San Agustín que existen dos tipos de
conocimiento mundano: el sensible y el racional. Pero el verdadero
conocimiento, la auténtica verdad, no proviene de lo mudable, sino
de lo eterno y lo inmutable. Y solo se puede acceder a esta verdad
inmutable a través de una especial iluminación del alma, que se
concede al hombre, después de un tortuoso y difícil camino de
búsqueda espiritual, como un acto graciable del Creador.
Finalmente, después de múltiples preguntas, en lo más escondido
del alma, en la intimidad más profunda, el hombre encuentra a
Dios…”Tarde te amé, tarde te encontré…Tú estabas dentro de mí
y yo estaba fuera de Ti…Te busqué en todas las cosas hermosas
que hiciste corriendo desconcertado hacia ellas…Tú estabas
conmigo y sin embargo yo no estaba contigo”…...

Pero San Agustín no solo encuentra a Dios a través de un


acto providencial de iluminación interior. Asimismo, la experiencia
que tenemos de las ideas universales, como el bien, la belleza, la
bondad, el amor, el valor…invitan a nuestro teólogo a pensar que
solo pueden proceder de Dios, que las ha impreso en la mente del
hombre. San Agustín transforma aquí el mundo platónico de las
Ideas en la base de su doctrina cristiana. Las ideas platónicas
pasan a ser ideas concernientes a un Ser Divino y Eterno (Dios).
62

Por otro lado, afirma San Agustín que el orden, la disposición


y la belleza de las realidades creadas, solo pueden tener un autor
(Dios): “He aquí que está el cielo y la tierra…dan voces diciendo
que ellas no se han hecho a sí mismas… claman que han sido
hechas”….En la misma línea: “Su bondad le llevó a hacer
partícipes de tanta maravilla a toda la humanidad”.

13.2.5 El problema del mal

Desde su juventud, San Agustín estuvo hondamente


preocupado por el problema relacionado con el mal. Cavilaba el
filósofo con la tesis de que la creación del mundo por un Dios
bondadoso y omnipotente se contradecía con la existencia real del
mal. De esta forma, se inclinaría inicialmente por la explicación del
“Maniqueísmo“, que le pareció una tesis más coherente que las
ofrecidas por el Cristianismo: hay un principio o dios bondadoso
del que procede el bien (Ormuz) y un dios perverso (Ahrimán) del
que procede todo mal.
Sin embargo, más tarde aceptaría que el hombre se
caracteriza por su libertad, por lo que acercarse o apartarse de
Dios es una cuestión de libre albedrío y por tanto un acto volitivo
(perteneciente a la voluntad) por parte del hombre. En esta
doctrina inspirada en Plotino (fundador de la Escuela
Neoplatónica) encontraría San Agustín la respuesta a la cuestión
maniquea, modificando así su concepción acerca de la naturaleza
del mal.
14 LA ESCOLASTICA (siglo IX-XIV)

14.1 Introducción

Se define la Escolástica como el movimiento filosófico y


teológico de la Iglesia Católica que predominó en Europa
Occidental desde la época Carolingia (siglo IX) hasta el siglo XIV,
aunque tuvo posteriormente un último florecimiento en el siglo XVII
durante la Reforma Católica con el teólogo y jurista español
Francisco Suarez.

La Escolástica intentó conjugar el pensamiento filosófico de


la Antigua Grecia (Platón y Aristóteles), con las enseñanzas de los
Santos Padres (Patrística) y con las revelaciones de las Sagradas
Escrituras (Biblia).
63

14.2 Periodo de formación (siglos IX-X)

La figura precursora del Movimiento Escolástico se remonta


al filósofo anglosajón ALCUINO DE YORK (siglo IX), quien, al
servicio de Carlo Magno, estableció el primer modelo de “Escolae
Monástica” (de ahí el nombre de Escolástica) en la Abadía de San
Martín de Tours (Francia). Asimismo, como director de la Escuela
Palatina de Aquisgrán (sede de Carlo Magno), fue el principal
impulsor del denominado Renacimiento Carolingio.
A Alcuino de York se le debe precisamente la organización
de las diferentes materias que se impartieron en las Escuelas
Medievales: Trivium (gramática, retórica y dialéctica) y
Quadrivium (aritmética, música, astronomía y geografía). De
todas estas escuelas surgirá en su conjunto la Cultura eclesiástica
Medieval, que culminará con el surgimiento de la filosofía más
propia de la época: la Escolástica.

14.3 Periodo de desarrollo (siglo XI-XII)

14.3.1 El agustinismo

Estos siglos se corresponden con un periodo en el que


predominarán las tesis de San Agustín, el representante más
importante de la Patrística. En general, los rasgos más
característicos del agustinismo fueron los siguientes:

-A diferencia del “tomismo aristotélico” posterior, se depende


más del pensamiento platónico, adoptado por San Agustín; se
considera, por ejemplo, que el alma es una sustancia
independiente y distinta del cuerpo, tanto en su esencia como en
sus funciones, unidos ambos entre sí de manera accidental.
-Tendencia a valorar más la fe y la experiencia mística, que la
capacidad natural y racional del hombre para alcanzar el
conocimiento de Dios.

-En el tema de la demostración de Dios, se da prioridad al


argumento ontológico (existencia de los diversos grados de
perfección), defendido principalmente por San Anselmo.

-Concepción de un mundo finito y contingente (necesario),


dependiente de la voluntad divina del Creador.
64

14.3.2 Pugna entre razón y fé


La relación entre la filosofía y la religión (entre razón y fe)
fue una de las preocupaciones básicas y fundamentales de esta
época, y ello porque se trataba de dos concepciones del mundo
muy distintas. Así, en el siglo XI se reinicia la polémica ya
entablada entre los primeros pensadores.

-Los llamados dialécticos, más moderados desde el punto


de vista doctrinal, son partidarios de que la razón (dialéctica
filosófica) debe constituirse como un instrumento útil para
esclarecer los contenidos de la fe. Esta tesis ya fue defendida
anteriormente por San Agustín (siglo IV), y más tarde por Santo
Tomás (siglo XIII).

-Los antidialécticos, más intransigentes con el dogma,


afirman que solo se alcanza la verdadera sabiduría a través de la
fe, que se debe bastar a sí misma, por lo que la filosofía (saber
racional) tiene que estar al servicio de la teología (verdad
revelada). Esta tesis, defendida inicialmente por Tertuliano (siglo
II), está ligada al desprecio, tan característico del mundo medieval,
por todo lo que tenga relación con la vida terrenal y el saber
mundano.

14.3.3 La disputa de los universales


Otra de las cuestiones iniciales que suscitaron gran interés y
que propiciaron los mayores debates en el seno de la Escolástica
fue la de los universales. Se trataba de dilucidar qué tipo de
realidad compete atribuir a los conceptos universales (términos
genéricos que encierran una universalidad o pluralidad de
individuos). La pregunta de fondo era en síntesis: qué clase de
cosas existen realmente.

Remontándonos al pasado, para Platón solo tenían


existencia auténtica las ideas o esencias universales, que se
encuentran fuera de las cosas (realismo exagerado), mientras
que para Aristóteles las esencias solo tienen existencia en las
sustancias individuales y concretas, es decir, dentro de las cosas
mismas (realismo moderado).

Así durante los siglos XI y XII la antigua polémica griega de


los universales vuelve a replantearse en los siguientes términos:
65

a) El realismo exagerado

Corriente defendida por el italiano San Anselmo de


Canterbury; es consecuencia de una reinterpretación de las ideas
de PLATON. Postula que los universales tienen existencia propia
fuera de las cosas. Las cosas pueden ser múltiples, pero su
esencia es única y universal. En su intento de comprender la
existencia de Dios, empleó el que llegará a conocerse como
argumento ontológico (ver). Sostenía que, incluso los que
dudaban de la existencia de Dios, tenían que asumir que podían
comprender a un Dios como un ser del que no se puede predicar
nada más grande. Razonamientos similares fueron defendidos
después por Descartes, Espinoza o Leibniz, aunque también
sufrieron varias críticas. La crítica fundamental que se haría al
argumento de San Anselmo, es que no se puede determinar o
deducir la existencia de nada que esté fuera de la mente.

b) El realismo moderado (“Conceptualismo“)

Corriente defendida por Pedro Abelardo, que más tarde en


el siglo XIII la hará suya también Santo Tomás. Es consecuencia
de reinterpretar las ideas de Aristóteles.

Para Abelardo los universales son “conceptos” mentales o


abstractos que tienen valor esencial, pero solo existen dentro de
las cosas mismas, no siendo separables de ellas. En la evolución
de su “ética“, la mayor contribución de Abelardo fue la de sostener
que un acto debe ser juzgado por la intención que guía a quien lo
realiza.

c) Anti-realismo (“Nominalismo”)

Postura que defendió inicialmente Roscelino y que más


tarde (siglo XIV) daría origen al “Nominalismo” de Guillermo de
Ockham (*). Para Roscelino los universales son solo palabras
vacías de sustantividad o contenido, cuya única realidad se
corresponde con un sonido o una emisión de voz (“flatus vocis“).
(*) Con su postura “Nominalista”, Guillermo de Ockham se convertirá más tarde en el
principal valedor de las tesis “antirrealistas“. Para el pensador inglés lo que denominamos
“nombre” tiene como referente a un objeto individual o a una cualidad del mismo; pero como
los individuos no tienen nada de común ni de universal, los “conceptos universales” son
simples vocablos (“nombres“) y se reducen a una pura ficción, por lo que no tienen existencia
ni son esencias de nada.
66

14.4 Periodo de apogeo de la Escolástica (siglo XIII)

Periodo denominado también Gran Escolástica. En sus


inicios estuvo todavía vigente la corriente platónica del agustinismo
cristiano, hasta que se impuso de forma plena la filosofía
aristotélica en el siglo XIII con SANTO TOMAS DE AQUINO
(Tomismo aristotélico).

14.4.1 El método de la enseñanza escolástica

Uno de los principales métodos de enseñanza en las


escuelas medievales más tardías, fue el de desarrollar un
comentario de texto de alguna de las autoridades aceptadas, que
en Filosofía fueron los de Aristóteles, una vez asimilada su
doctrina por la Iglesia, y en Teología los textos de la “Biblia” y las
“Sentencias”, sobre un manual del teólogo italiano del siglo XII
Pedro Lombardo (recopilación de opiniones de los primeros
Padres de la Iglesia sobre problemas de teología). Lógicamente,
con el paso del tiempo, ese inicial pensamiento ortodoxo que fue
aceptado sin vacilación fue dando paso, por parte de los alumnos,
a un pensamiento más crítico sobre los textos que se comentaban.

Junto con los comentarios, contaba también la técnica de la


“discusión” por medio del debate público, en el que los alumnos,
reunidos en asamblea, debían defender los puntos cruciales que
habían asimilado en sus enseñanzas. En este sentido, la lógica de
Aristóteles se convirtió también en una herramienta fundamental
para el debate.

14.4.2 Asimilación de la obra de Aristóteles en el Occidente


Cristiano

Mientras que a raiz del siglo V dC en Europa medieval se


consolidaba el platonismo cristiano bajo el influjo de San Agustín,
la obra de Aristóteles, con la que Occidente había perdido el
contacto casi por completo, era estudiada y comentada por árabes
y judíos (Averroes y Maimónides respectivamente). Así pues, a
raíz de la conquista y expansión del mundo árabe, empieza a
irradiarse el aristotelismo hacia Europa, pasando a ser estudiado
más tarde en las principales Universidades, entre las que
destacaría la de Paris. En esta Universidad surge una corriente
basada en la filosofía de Averroes, el averroísmo cristiano, a su
vez basada en las tesis de Aristóteles. Aunque inicialmente (1215)
67

el averroísmo fue condenado y prohibidas sus enseñanzas, por ser


consideradas peligrosas para la fe, más tarde (1231) el Papa
Gregorio IX autorizaba a los teólogos para examinar sus textos y
depurarlos. Así pues, dos de los más ilustres profesores de la
Universidad, Alberto Magno y sobre todo Tomás de Aquino,
emprendieron la tarea de eliminar los aspectos averroístas y
reinterpretar la doctrina aristotélica, hasta lograr incorporarla
plenamente a la doctrina de la Iglesia.

El descubrimiento de la obra de Aristóteles supuso


inicialmente una conmoción en el mundo cristiano, pues se
aceptaba la posibilidad de utilizar únicamente la razón para crear
un sistema de conocimiento acerca de la verdad. De esta forma,
hasta ser aceptadas sus tesis, tuvieron que pasar varios años. Así,
en el siglo XIV la Autoridad Pontificia impuso en muchas
Facultades la obligación de estudiar aquellos tratados de
Aristóteles, que años antes habían sido prohibidos.

14.4.3 Santo Tomás de Aquino (1224-1274)

Teólogo italiano, llamado el “Doctor angélico”. Fue profesor


de la Universidad de Paris, la más renombrada de su época.
Escribió dos obras fundamentales: su “Summa contra gentiles“,
con la intención de persuadir a los intelectuales musulmanes de la
verdad del cristianismo; y su magna obra “Summa Teológica”,
donde hizo una compilación general de todos sus conocimientos
filosófico-teológicos. Santo Tomás es la figura principal de la
Gran Escolástica y autor de una de las síntesis más famosas
entre razón y fe, el “Tomismo aristotélico”.
-Tomismo aristotélico (razón y fe): El intento de Santo
Tomás de conciliar razón y fe dio lugar al llamado tomismo
aristotélico, un sistema filosófico que se constituye como una
síntesis entre el Cristianismo y la doctrina de Aristóteles. Aunque
Tomás de Aquino aceptó muchas de las tesis de Aristóteles (teoría
del movimiento, composición hilemórfica de las sustancias, teoría
de las causas…) tuvo que redefinir casi por completo su
pensamiento, hasta ser aceptado plenamente por la Iglesia.

Entiende Santo Tomás que la razón y la fe, la verdad


racional y la verdad revelada, son dos vías distintas de
conocimiento (dos fuentes de conocimiento) aunque
complementarias. En este sentido, la razón por si misma no podrá
68

nunca acceder directamente al conocimiento de Dios, por lo que


esta incapacidad humana debe suplirse con la ayuda que
proporciona la fe. Por tanto, entre razón y fe no tiene por qué
existir contradicción sino complementación. Solo en caso de
contradicción, la razón debe estar siempre supeditada a la fe. La
conclusión final de esta síntesis es que la Filosofía debe ponerse
al servicio de la Teología, pensamiento plenamente aceptado
durante gran parte de la Edad Media.

-El proceso de conocimiento en Tomás de Aquino: El


conocimiento intelectual y por tanto la Filosofía debe partir de
realidades sensibles, particulares y concretas, es decir, de los
datos que nos suministran los sentidos. Pero el conocimiento no
puede basarse en cosas individuales sino en conceptos
universales o generales. Por lo tanto, el problema del conocimiento
consiste en saber cómo pasar de la individualidad de las
percepciones sensibles a la universalidad de los conceptos. Ello se
consigue a través de la capacidad abstractiva del entendimiento.
Para llegar al conocimiento de lo general, la razón elimina de cada
experiencia particular los elementos individuales que en ella
existen, y por medio de un proceso de abstracción mental llega al
conocimiento de sus rasgos generales y esenciales. Así, del
concepto de una rosa en particular, la razón extrae una idea que
se puede generalizar a todas las rosas. De esta forma, de la
individualidad de cada especie (materializada en una forma
concreta) se desprende la esencia común a todas ellas.

Pero el conocimiento sensible, aunque tiene su origen en las


sensaciones, debe dirigirse por la acción del intelecto hacia la
aprehensión de otras realidades superiores, inmateriales e
inteligibles, como Dios, el alma, los ángeles…

-Las leyes naturales y las normas morales: También en su


ética, Tomas de Aquino incorpora varias tesis de Aristóteles. Así
afirma que el conocimiento de la naturaleza humana nos permite
constatar que las tendencias naturales de todo ser humano se
orientan hacia una finalidad: en cuanto sustancia el hombre tiende
a conservar su existencia; en tanto que animal el hombre tiende a
procrear; en cuanto ser racional el hombre tiende a conocer la
verdad y vivir en sociedad…). Si para Aristóteles la finalidad de la
vida humana era la felicidad, identificándola con la actividad
filosófica, para Tomas de Aquino, sin embargo, la finalidad más
elevada se encuentra en la búsqueda del Bien (lo que todos
69

apetecen). Así, la búsqueda del Bien se constituye como una ley


natural básica fundamentada en la razón práctica. Por tanto sobre
este principio racional deben basarse todas las normas
morales.

En definitiva, conocer la naturaleza humana es el criterio


clave para la formulación de toda ley moral. Por tanto, si la ley
natural debe regir la conducta humana, y ésta tiende a la
búsqueda del Bien, las leyes “positivas” en la sociedad nunca
deben ir en contra de las leyes “naturales“. En consecuencia,
siendo la idea de justicia una exigencia ética y también natural, en
ella debe fundamentarse el Derecho que rige la sociedad. De aquí
se desprende que el mundo del Derecho y el ámbito de la Moral
deben permanecer estrechamente unidos, tesis que vemos
reflejada en su concepción política.

-Concepción política: Tomás de Aquino sigue también a


Aristóteles en sus principales tesis sobre la vida social y política.
Piensa que el ser humano es un ser social y como tal tiende por
naturaleza a formar parte de una comunidad, a regirse por unos
principios sociales. Lo que equivale a decir que la sociedad es algo
natural en el ser humano. Pero toda sociedad tiene dos fines
básicos: uno inmediato, material, para satisfacer las necesidades
de subsistencia de sus miembros, y otro trascendental, que es
conducir a los individuos hacia Dios.

Argumenta también que el ejercicio de la soberanía del


Estado (Poder del Estado) no es absoluto, pues las “leyes
positivas” emanadas del Estado deben estar limitadas por la “ley
natural” proveniente de Dios, que se instituye como única garantía
del bien común. Vemos la importancia que adquiere en su
pensamiento el concepto de una ley natural, rectora de todos los
actos humanos, y al mismo tiempo reflejo o emanación de una ley
eterna divina.

Por otro lado, dará primacía a la labor de la Iglesia (Poder


Religioso) sobre el Estado (Poder Civil), aunque su postura
respecto a las relaciones entre ambas instituciones es más
moderada y flexible que en San Agustín. Pero también entiende
que si el fin de la iglesia es sobrenatural y por tanto más elevado
que el del Estado, éste ha de supeditarse a la Iglesia, debiendo
facilitar al hombre la posibilidad de conseguir sus fines supremos.
70

-Las cinco vías tomistas para demostrar la existencia de


Dios: En el contexto social y religioso en el que vivió Tomas de
Aquino, la opinión predominante sostenía que el conocimiento de
la existencia de Dios es una experiencia que se vive de forma
natural (innata) en todos los hombres. No obstante Tomas parte de
una vía racional para demostrar la existencia de Dios, dado que,
como sostenía, todo conocimiento comienza con la experiencia de
lo sensible, de lo creado (no de las ideas inmutables como hizo
San Agustín). Muchas de estas tesis, son en realidad una
recopilación o ampliación de las ideas de Aristóteles y San
Anselmo de Canterbury.

1) Motor Inmóvil (prueba Cosmológica): Esta tesis se basa


en las ideas de Aristóteles. Es evidente que en el mundo las cosas
se mueven y se transforman, es decir cambian, y no solo en
sentido físico (locomoción), sino también en sentido metafísico (es
el paso del ser en potencia al ser en acto). Sin embargo, todo lo
que se mueve necesita ser movido por otra cosa, y ésta a su vez
se mueve en virtud de otra…pero como no podemos remontarnos
al infinito en este ciclo, debemos concluir que existe un primer
motor inmóvil que no necesita ser movido por nada (Dios).
2) Causa Final (prueba Teleológica): Ya formulada también
por Aristóteles. Todo lo que existe en la naturaleza obedece a un
fin predeterminado (la evolución, la conservación de la especie, el
orden dinámico del cosmos…). Dado que las cosas no pueden
darse a sí mismas una finalidad, por carecer del conocimiento
suficiente, debe existir una causa final, una inteligencia superior
que las dirija y las ordene.
3) Causa Eficiente: Planteada igualmente por Aristóteles.
Nada puede ser causa de sí mismo, puesto que para serlo tendría
que haber existido antes de haberse creado a sí mismo, lo que es
imposible. Por tanto, cada causa actúa por influjo de otra causa
que le precede. Su desarrollo consiste en ir de una causa (origen
de una cosa) a la causa anterior, hasta inferir la existencia de una
causa primera eficiente (Dios).

4) Perfección Máxima (prueba ontológica): Tesis ya


planteada con anterioridad por San Anselmo de Canterbury. La
existencia de diversos grados de perfección en todo lo creado es
un hecho innegable. Nadie duda que el hombre es un ser más
perfecto que un animal, éste es más perfecto que un vegetal, y
éste a su vez más perfecto que un mineral…Lo mismo habría que
71

decir de las cualidades que adornan a los seres humanos, como la


bondad, la nobleza, la belleza, la inteligencia...Todo lo cual implica
que, ascendiendo en los diversos grados de perfección, debe
existir una máxima inteligencia, una máxima belleza, un máximo
bien en toda su plenitud…lo que requiere necesariamente la
existencia de un ser supremo perfecto.

5) Contingencia de los seres: Vemos que en la naturaleza


todos los seres que existen acaban por perecer o destruirse, lo que
demuestra que pueden “ser” y al mismo tiempo “no ser” (son seres
contingentes, mortales, no necesarios). Por tanto, son seres
condicionados, es decir, necesitan una causa para su existencia,
puesto que si fueran necesarios existirían por sí mismos y desde
siempre. Debemos concluir diciendo que debe haber un ser
necesario no contingente (Dios), que haya existido siempre, y
que sea la razón de que existan los seres contingentes.

14.5 Decadencia de la Escolástica (siglo XIV)

La síntesis entre razón y fe a la que había llegado Tomás de


Aquino sobre las bases del aristotelismo, se rompe frente a la
actitud crítica de filósofos posteriores como Duns Escoto y sobre
todo Guillermo de Ochkam.

14.5.1 Duns Escoto (1266)

Teólogo y filósofo escocés. Entró en la Orden Franciscana y


estudió en las Universidades de Oxford y Paris. Argumenta que el
alcance de la razón tiene sus límites para probar las verdades de
fe; y puesto que la existencia de Dios no puede ser demostrada
racionalmente, defiende la idea de que las verdades de fe deben
quedar relegadas al ámbito de las creencias personales. De esta
forma, Escoto deshace inicialmente las conexiones existentes
entre verdades de fe y verdades de razón.

14.5.2 Guillermo de Ochkam (1290-1349)

Filósofo inglés y teólogo escolástico. Nació en 1290 en el


condado de Surrey al sur de Londres. Probablemente fuera
discípulo de Duns Escoto. Fue el mayor representante de la
Escuela Nominalista, la más directa rival del Tomismo aristotélico.
Entró en la Orden de los Franciscanos y estudió y enseñó en la
Universidad de Oxford. Acusado por el canciller (rector en la
72

actualidad) de la Universidad ante el Papa Juan XXII, de impartir


enseñanzas consideradas heréticas para la fé, fue arrestado
mientras era sometido a examen la ortodoxia de sus escritos.
Aliado de los franciscanos que arremetieron contra el Papa, tuvo
que acogerse a la protección de Luis IV de Baviera, emperador del
Sacro Imperio Romano Germánico, quien había rechazado la
autoridad pontificia en asuntos políticos.

-Escisión entre fe y razón: Ockham fue el primero que


escinde de forma radical las verdades de fe y de razón, por
considerarlas dos formas de conocimiento distintas e incompatibles
entre sí, lo que supuso a su vez, una primera ruptura entre
Filosofía y Teología. Así, se afirma en una tesis lógico-empirista por
la que rechaza cualquier tipo de conocimiento que pretenda
trascender los límites de la experiencia. Esta postura radical
también se expresa en la defensa de su Nominalismo.

Numerosas verdades de fe que Santo Tomás consideraba


racionalmente demostrables le parecen insostenibles a Ochkam y
las relega al ámbito de lo puramente religioso. Para ello estudia
uno de los elementos fundamentales utilizados por Santo Tomás
en una de sus célebres cinco vías, el principio de causalidad,
argumentando lo siguiente: “Que todos los fenómenos obedecen a
causas es innegable. Así todo efecto tiene una causa. Pero esta
afirmación no basta por sí misma para determinar cuál es la causa
concreta de un determinado fenómeno, dado que dichas causas
pueden ser múltiples. De hecho, todo en la vida puede obedecer a
infinitas causas“. Es esta una tesis similar a la que defendería más
tarde Hume.

-Su filosofía crítica: Ochkam no pretende construir un


sistema filosófico propio, sino emprender una crítica sistemática de
todos los sistemas filosóficos anteriores: platonismo, aristotelismo,
agustinismo, tomismo, etc. Esta actitud es conocida como
“Criticismo”.

Una de las grandes aportaciones de su criticismo a la


Filosofía fue su llamado “principio de economía” (la famosa
“Navaja de Ochkam), de la que se decía poder afeitar las barbas
a Platón. Su sentido básico es que no hay que multiplicar los entes
sin necesidad, es decir, no ha de suponerse la existencia de más
cosas que las estrictamente necesarias y reales para explicar los
hechos (en contraposición a la abigarrada ontología platónica llena
73

de entes ficticios). Solo hay que estudiar realidades de las que


tengamos un conocimiento real, sin recurrir a ninguna forma de
abstracción. De lo cual se deriva la imposibilidad de demostrar la
existencia de Dios, dado que Dios no puede ser directamente
observable. Así, el creyente no necesitaría recurrir a ninguna
prueba para demostrar su existencia, le bastaría con la fe, con
creer en él. De ahí que su Filosofía haya sido considerada
“voluntarista“, por ser ésta (la voluntad) el principal atributo de Dios
y no el entendimiento.

En consecuencia, para Ockham toda verdad debe


fundamentarse inicialmente en un acto de intuición, al que
denomina “notitia intuitiva”, que nos proporciona un conocimiento
directo e inmediato, no solo de los objetos individuales y sus
cualidades, sino también de las relaciones que existen entre ellos.
La intuición, según Ockham, puede definirse como todo
conocimiento inmediato que se capta de forma directa. Por tanto,
podemos hablar de conocimiento intuitivo sensible (a través de la
sensibilidad se captan los objetos sensibles), o bien de
conocimiento intuitivo intelectual (por medio del entendimiento o la
razón se captan los conceptos). Aplicando este pensamiento a
la naturaleza de Dios, afirma el filósofo que no podemos tener
ninguna noticia de la existencia de Dios, ni directamente a
través de los sentidos, ni de forma intelectiva a través de la
razón. Por tanto, es imposible conocer a Dios por medios
naturales, como tampoco podemos tener un concepto abstracto de
él o de sus atributos. Solo podemos llegar al conocimiento de Dios
a través de la fé. A lo sumo, podemos tener una idea de Dios pero
no de su existencia.

-El Nominalismo de Ochkam: Frente a la filosofía tomista


escolástica amparada por los dominicos (directores del Santo
Oficio), comprometidos por tanto con la doctrina oficialista de la
Iglesia, se alzará la corriente mística de la orden mendicante
franciscana. Esta corriente franciscana tuvo como principales
exponentes a San Buenaventura y a Roger Bacon, pero sobre todo
se reflejó en el “Nominalismo” de Ockham.

Repasando lo ya visto, con su postura “Nominalista”


Guillermo de Ockham se convertirá en el principal valedor de las
tesis “Antirrealistas” (ver: Disputa de los Universales). Para el
pensador inglés, lo que denominamos “nombre” hace referencia
solo a un objeto individual, pero como los individuos no tienen
74

nada en común ni de universal, no pueden existir conceptos o


ideas “universales” referidas a la realidad objetiva, que se reducen
a simples vocablos, a una pura ficción, por lo que no tienen
existencia ni son esencias. Por tanto, no existe ningún tipo de
idea universal fuera de la mente, solo individuos concretos y
particulares.

-Concepción política: Las disputas entre el Papado y el


Imperio en torno a las Investiduras duró 20 años, a las que no
permaneció ajeno Guillermo de Ockham. Uno de los principales
temas en los que se centró fue en la necesidad de separar Iglesia
y Estado, negando que el Poder Imperial derive del Papa y que
sea necesaria la confirmación de la elección del Emperador por
parte del Pontífice. Y es innecesario, porque el poder imperial o
secular emana de la propia naturaleza del hombre, y se deriva del
poder que le otorga el pueblo a través de la elección hecha por un
colegio de electores. Así afirmaba: “La autoridad del Papa no debe
extenderse a los derechos y libertades de los demás, sobre todo a
los de los emperadores, reyes, príncipes y demás laicos, para
suprimirlos o perturbarlos, ya que el Papa no puede privar a nadie
de un derecho que proviene de la propia naturaleza”. Por defender
en sus tesis al Emperador Luis IV de Baviera, Guillermo de
Ockham tuvo que refugiarse en Múnich, ante la persecución que
fue objeto por parte del Papado.

-La influencia de Ockham en la crisis escolástica: Dado


que los universales no existen más que de forma ficticia, la ciencia
ha de ser necesariamente de cosas concretas y materiales. Y
como quiera que el conocimiento es intuitivo o inmediato, también
ha de referirse necesariamente al conocimiento de lo sensible. De
lo que se deriva que no puede existir una ciencia metafísica, una
ciencia que vaya más allá de lo que nos aportan los sentidos. El
conocimiento de Dios por tanto será una cuestión de fe religiosa,
no de ciencia filosófico-metafísica.

Así, como consecuencia de su pensamiento crítico se


favoreció la observación empírica (basada en la experiencia) y
la formulación matemática, sentándose las bases de una
futura CIENCIA MODERNA, lo que representará el ocaso de la
ESCOLASTICA y del pensamiento geocéntrico medieval que lo
sustentaba, que como sabemos tuvo su origen en las ideas
políticas y religiosas de San Agustín.
75

15 RAZÓN Y FE EN EL MUNDO MEDIEVAL ÁRABE Y HEBREO

Además de la figura de Santo Tomás (siglo XIII) destacan


dos grandes filósofos medievales, nacidos ambos en el siglo XII en
la ciudad de Córdoba durante la época almohade: el hispano-
árabe AVERROES (1126-1198) cuyo pensamiento daría lugar a
una corriente filosófica de base aristotélica, el averroísmo latino;
y el hispano-judío MAIMÓNIDES (1135-1204) cuya filosofía se
basó en los principios del judaísmo y también en parte en las ideas
de Aristóteles. La influencia de ambos no solo se extendió en el
mundo árabe y judío, respectivamente, sino que también tuvo gran
trascendencia en toda la comunidad latina.

15.1 El mundo árabe

Los árabes asimilaron muy tempranamente la filosofía


procedente de la Grecia Clásica, fomentando la traducción a su
propio idioma de los textos griegos. Pero también aquí pronto
entrarían en conflicto las verdades reveladas y las diversas teorías
racionalistas de la filosofía griega. Se dieron varias tendencias:

-El islam ortodoxo: Las escuelas islámicas de carácter más


radical rechazaron el análisis racional de la fé, defendiendo de
forma estricta las leyes coránicas y el islam ortodoxo, como así lo
hizo el musulmán ALGAZEL.

-Armonía entre razón y fé: Sin embargo, otra posición más


flexible abogaba por la armonía y el equilibrio entre filosofía y
religión, tal como lo defendió uno de sus principales
representantes: AVICENA.

-La Filosofía como ciencia autónoma: Otra posición bien


distinta a las anteriores fue la defendida por el filósofo, jurista y
teólogo hispano-árabe AVERROES, partidario de la razón y de la
libre investigación. Redactó contra Algazel su famosa obra
“Incoherencia de la incoherencia”. Fue el más famoso
comentarista de Aristóteles y el forjador de un movimiento
filosófico de base aristotélica, el “averroísmo latino” o
“averroísmo cristiano“ que surge en la Universidad de Paris.
Sus tesis fueron muy criticadas por las instancias de la Iglesia
Católica, por no subordinar como correspondía la Filosofía a la
Teología. Aunque admitió la existencia de dos verdades (teológica
y racional), lo que se conoció por los pensadores cristianos como
76

la teoría de la doble verdad, proclamó la autonomía y la


supremacía de la filosofía como la verdadera ciencia del hombre,
aunque esto no quiere decir que una y otra tuvieran que estar
necesariamente enfrentadas, pues Averroes fue un creyente
sincero y admitió la revelación de Dios, considerando el Corán
como el Libro Sagrado del Islám. El problema se da cuando surge
un conflicto entre razón y fe, siendo en este caso el filósofo (el
sabio) el único capaz de interpretar de forma precisa la verdad
revelada, muchas veces incomprensible por la gran mayoría del
vulgo.

15.2 El mundo judío

El problema de las relaciones entre fe y razón se planteó en


el mundo judío en términos muy parecidos al mundo cristiano. Se
dieron dos tendencias básicamente:

-El judaísmo ortodoxo: Tal como ocurrió en el mundo


medieval cristiano, en el mundo judío también existieron
defensores a ultranza de la fé, los “ortodoxos”, quienes
consideraron que la filosofía podía inducirnos a la duda y a la
herejía, puesto que la razón no puede alcanzar ningún tipo de
certeza en las proposiciones metafísicas acerca de Dios (Yavé). Se
impuso en consecuencia, la primacía absoluta de los libros
sagrados.

-Conciliación entre razón y fé: Aunque igualmente


existieron judíos creyentes, amantes al mismo tiempo del saber
filosófico. En este sentido, la razón no tenía por qué implicar una
renuncia de la fe, al contrario, la especulación filosófica debe
conducirnos a las verdades reveladas en los textos bíblicos.

En esta línea se encuentra el médico y pensador rabino


MAIMÓNIDES. Su meta fue conciliar las enseñanzas de la “Tora” y
el “Talmud” (*) con la filosofía de Aristóteles, en consonancia con el
espíritu escolástico cristiano. Consideraba Maimónides que la
razón es el don más precioso de Dios, llegando a creer que la
filosofía debía conducirnos a la verdad absoluta, proponiendo para
ello el estudio científico de la Torá. Aunque de base aristotélica, las
tesis de Maimónides se apartaron de algunas doctrinas de
Aristóteles contrarias al dogma del judaísmo, como la tesis de la
eternidad del mundo, que parecía entrar en contradicción con la
idea bíblica de la creación. A pesar de su visión moderada de la
77

filosofía, Maimónides recibió duras críticas de sus contemporáneos


ortodoxos judíos, por considerar que su obra era peligrosa para la
fe.

(*) La “Torá“, conocido en el mundo cristiano como Pentateuco, es el nombre


con el que los judíos designan a los cinco primeros libros del Antiguo Testamento
(Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio). En términos genéricos, la “Torá”
designa también la ley judía. El “Talmud” por su parte, es un libro escrito durante el
siglo IV en el que se recoge la tradición, el ceremonial y los preceptos de la religión
judía. Tanto la Torá como el Talmud, son los textos sagrados fundamentales del
Judaísmo.

EL RENACIMIENTO
16 RENACIMIENTO Y HUMANISMO

El Renacimiento supone una etapa de transición que


transcurre entre finales de la Edad Media y principios de la Edad
Moderna. En esta época tienen lugar importantes cambios en el
orden político, social, cultural y económico, que hicieron posible el
paso hacia la Modernidad. El nombre de RENACIMIENTO (*) se
utiliza normalmente para referirse al movimiento artístico (pintura,
escultura, arquitectura) que tuvo lugar en Italia durante los siglos
XV-XVI, reservándose el nombre de HUMANISMO para designar
al movimiento cultural que resalta las demás manifestaciones
intelectuales (científica, filosófica, política, religiosa, literaria). Así,
mientras el Renacimiento es un “fenómeno artístico”, el
Humanismo puede considerarse un “fenómeno intelectual”.

(*) Ver Renacimiento artístico en HISTORIA DEL ARTE.

17 EL HUMANISMO: UNA NUEVA PERSPECTIVA DEL MUNDO

17.1. Vuelta a la antigüedad clásica

El Humanismo se caracteriza por una visión


eminentemente crítica y representa una vuelta a la CULTURA
CLASICA grecolatina, teniendo como prioridad la exaltación
del SER HUMANO en todos sus aspectos. No olvidemos lo que
con toda razón dijo Ortega al respecto: “la vida antigua fue
cosmocéntrica, la medieval geocéntrica y la moderna
antropocéntrica“. Podemos considerar a Dante, Petrarca y
Bocaccio como los auténticos precursores del Humanismo con el
redescubrimiento de los antiguos textos grecolatinos (Virgilio,
78

Horacio, Cicerón…), que desplazaron a los viejos ideales de la


literatura secular caballeresca de la época medieval.

17.2 La nueva perspectiva antropológica

Lo que hará que la Época Moderna sea en gran medida


deudora del Renacimiento, fue precisamente la exaltación que hizo
el Humanismo de la dignidad y la capacidad creadora del hombre,
convirtiéndole en libre protagonista de su destino. Así el hombre,
con su inteligencia, será capaz de prosperar y de organizar la vida
en comunidad a la que pertenece. Esta nueva VISION
ANTROPOCENTRICA, centrada en el ser humano, junto con los
profundos cambios que se operan en la época (en los aspectos
sociales, religiosos, culturales y políticos), influiría decisivamente
en el nuevo pensamiento que se impondría más tarde durante el
siglo XVII en la EPOCA MODERNA.
17.3 Validación de la razón

Aunque los Humanistas retoman unas ideas que se


encuentran en línea con la tradición clásica, predominante en el
Medioevo, sin embargo ello no supone una continuidad con la
Cultura Medieval, pues está claro que se inicia una auténtica
RENOVACION DEL PENSAMIENTO durante el siglo XV.

Así en esta vuelta al espíritu de la antigüedad clásica, ya


no se imponen los imperativos de la RELIGION ni la
TEOLOGIA, sino la conquista de un mundo basado en la
razón, adjetivada cada vez más como RAZON CIENTIFICA, que
servirá luego de base al sistema de convicciones del hombre
del MUNDO MODERNO. Ya no se limitan los Humanistas a glosar
o interpretar a los antiguos, sino a estudiarlos como modelos de
pensar y no como dioses omniscientes, sustituyendo el principio de
autoridad, método que había sido utilizado en la Edad Media, por
un modelo de libre pensamiento e investigación.

Sin embargo, estos logros en pos de un pensamiento libre y


autónomo, se conquistaron a costa de muchos sufrimientos: el
proceso por el que tuvo que retractarse Galileo, el cautiverio de
Campanella, las condenas a la hoguera en las que algunos
terminaron sus vidas, como ocurrió con Giordano Bruno o
Vanini…Así en Giordano encontramos uno de los grandes
filósofos renacentistas luchadores por la libertad religiosa en contra
79

del dogmatismo, la intolerancia y la ignorancia, especialmente


cuando ésta viene disfrazada con el velo de lo sagrado.
Perseguido por todos, católicos y protestantes, se vio obligado a
un continuo peregrinaje en busca de un lugar donde exponer su
libre pensamiento. Finamente cayó en manos de la Inquisición
romana, quien le condenó a ser quemado en la hoguera (1600),
declarándosele culpable en la Sentencia “por herético, impenitente
y obstinado”.

18 CAMBIOS QUE SE OPERAN EN LA SOCIEDAD


RENACENISTA

18.1 Cambios a nivel general

-Pérdida del sentido religioso medieval (caracterizado


por el teocentrismo), lo que dará paso al antropocentrismo y a
la secularización de la sociedad. Esta nueva visión del hombre
alejada de la religión, deriva a su vez en un pensamiento político
secularizado (laico), no sujeto a las reglas de la iglesia. De esta
forma, surge un ideal que proclama la independencia del Estado
Civil (Poder Político) frente a cualquier injerencia del Poder
Eclesiástico o Religioso). Se propugna, por tanto, la separación
Iglesia-Estado.

-Tras la desintegración de los señoríos feudales tiene


lugar una progresiva consolidación de las Monarquías
Nacionales (Monarquías Autoritarias) (*), apoyadas
inicialmente por la burguesía (Francia, España, Inglaterra), como
consecuencia de la fragmentación del Imperio de Carlo Magno.

(*) Ver: Historia universal

-Tienen lugar nuevos descubrimientos geográficos, entre


los que destaca el de América, impulsado en este caso por la
Corona española.
-Surge la Reforma Protestante Luterana cuyo foco nace
en Alemania, como respuesta frente a los abusos del Papado y su
injerencia en los asuntos políticos. Tuvo como consecuencia la
ruptura de la unidad religiosa de la Iglesia Católica romana.
80

-Se abandona la metafísica escolástica y nace un nuevo


pensamiento científico, en el que resultará básico el método
experimental.
-Aparece un incipiente capitalismo mercantil, paralelo al
desarrollo de la burguesía, centrándose la economía en los
“gremios” artesanales. Este capitalismo mercantil trajo consigo el
desarrollo de la contabilidad y las matemáticas, y de diversos
instrumentos bancarios (pagaré, cheque, letra de cambio).

-Por último, se descubre la imprenta (Gutenberg), lo que


facilitará enormemente la circulación impresa de las nuevas ideas.

18.2 Antropocentrismo de Pico de la Mirandola

La creencia Humanista en el hombre y en la capacidad


creadora de la razón para modelar el mundo, hizo surgir en el
Renacimiento una nueva visión ANTROPOCENTRICA.

Para el humanista Pico de la Mirandola, la grandiosidad del


ser humano no reside en ser una criatura hecha a imagen y
semejanza de Dios ni en ocupar un lugar privilegiado en el
Universo, sino en el ejercicio de su libertad, en su capacidad de
decidir. Con ella puede el hombre moldearse a si mismo y puede
forjar su propio destino. El mito del pecado original se desvanece,
lo que evidencia una vez más la ruptura Renacentista con respecto
a la concepción religiosa Medieval, para quien, precisamente, el
pecado de Adán hizo perder la dignidad natural del hombre. Por el
contrario, para los Humanistas el hombre no es depravado por
naturaleza aunque, eso sí, podemos corrompernos con nuestros
propios actos. Pico no aceptará pues ningún tipo de determinismo,
ni material ni religioso: es el hombre quien se hace a sí mismo (“si
queremos, podemos“). Con Pico de la Mirandola, la libertad se
convertirá en una auténtica categoría antropológica, siendo
ésta una de las más importantes aportaciones que el
Renacimiento hizo a la Modernidad, olvidándose muchas
veces que la REVOLUCION CIENTIFICA solo fue posible en la
medida en que existió una REVOLUCION ANTROPOLÓGICA
que la precedió.

Sin embargo, existió también otra línea argumental en el


Renacimiento con respecto a la libertad del ser humano. Esta fue
la de Pompanazzi, que predica una concepción “determinista” bien
81

distinta a la de Mirandola, defendiendo que el hombre se


encuentra sometido a un orden natural inamovible del que no
puede escapar. En definitiva, mientras que para Mirandola el
hombre alcanza sus fines a través de la libertad, para
Pompanazzi la libertad se encuentra sometida a inflexibles
leyes de la naturaleza, por lo que no tiene más que acatarla.

18.3 Revalorización del mundo de los sentidos

Otro de los grandes méritos que cabe asignar a los


Humanistas es la revalorización de toda manifestación por la
vida, por el placer y la belleza y, en general, por la
revalorización del mundo físico de los sentidos y de los
instintos. Nadie mejor que los personajes del “Decamerón” de
Bocaccio para expresar este nuevo espíritu vital, quienes, en
medio de los estragos de la peste y rodeados de muerte por todas
partes, no se entregan a penitencias ni plegarias inútiles, sino que
parten juntos en busca de una vida más plena y placentera.
Es en este contexto de exaltación del mundo sensual,
cuando tiene lugar un redescubrimiento del cuerpo, que deja
de ser objeto de pecado (como en el Medioevo) para
convertirse en objeto de goce y alegría. Los Renacentistas
tratarán así de superar la oposición entre carne y espíritu,
pensamiento que había dominado plenamente en la Edad Media, y
que había escindido el amor, y en definitiva, la vida, en dos
componentes: uno sensual y pecaminoso, y otro espiritual y
sagrado. Para el renacentista, el ser humano es un ser con
alma pero al mismo tiempo es un ser corporal. Ya no se trata
de separar ambas entidades (corporal y espiritual), sino de
conjugar la propia naturaleza humana, respetarla, sintetizarla.
Por eso, al tiempo que se ensalza el amor espiritual, se exalta
igualmente el amor físico. En este sentido, son permanentes las
críticas contra la vida monástica y ascética, por suponer esos
ideales un freno a la vida más plena, además de resultar estériles
y vacíos.

Por otro lado, los renacentistas entendieron la vida como un


anhelo por gozar de lo que es hermoso, convirtiéndose la “belleza”
en un ideal de los más representativos de toda la época. Así fue,
no solo en la “razón“, sino también en el reino del “arte”,
donde encontró el hombre renacentista su suprema
liberación, descubriendo el objeto bello, como algo digno de
82

admirarse y gozarse por sí mismo, apartándose de forma clara


del concepto de belleza que existía en la Edad Media, en la que el
arte (“una biblia al servicio de los pobres y los ignorantes“), al igual
que la filosofía, se instrumentalizaron como medios para conquistar
el fervor religioso de las comunidades.

19 ORIENTACIONES DEL PENSAMIENTO HUMANISTA

19.1 La Filosofía

El Renacimiento no fue un periodo de grandes corrientes


o escuelas filosóficas. Sin embargo, sobresalen algunas
figuras de gran relevancia que recuperan el pensamiento de
filósofos anteriores.

19.1.1 Pico de la Mirandola

El humanista Mirandola fue también uno de los mayores


representantes de la recuperada corriente NEOPLATONICA, que
se reflejó en su misticismo renacentista. Varios postulados de sus
“Conclusiones filosóficas, cabalísticas y teológicas” fueron
calificados de heréticas por la Curia Romana, salvándole la
intervención de Lorenzo el Magnífico, a quien, agradecido,
Mirandola le dedicó su obra maestra “El Heptaplus“.
19.1.2 Michel de Montaigne

Otras corrientes recuperadas fueron la del ESCEPTICISMO y


el ESTOICISMO, que fueron representadas por el el francés
Michel de Montaigne. La experiencia personal de la profunda
crisis religiosa en la que se encontraba inmersa Europa y la
influencia del “Escepticismo” (de Pirrón) y del “Estoicismo” (de
Séneca) marcarán toda su filosofía.

En su obra maestra ”Ensayos” hace un autoanálisis sobre


las enseñanzas morales que recibió en su juventud, lo que le irá
revelando progresivamente las condiciones de su propia
naturaleza. Termina su obra con la escéptica frase “¿Qué es lo que
sé?” (¿Que says ye?), que le hace comprender la ignorancia y la
profunda debilidad del ser humano.
83

19.2 El tratado filosófico-político

19.2.1 Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

Político y escritor italiano. Nacido en la República de


Florencia. En el contexto de una Italia dividida en pequeños
estados independientes, susceptibles de ser invadidos por los
poderosos y nacientes estados modernos, escribe Maquiavelo “El
Príncipe” un tratado filosófico-político dedicado a Cesar Borgia
(Papa Alejandro VI) hijo de Rodrigo Borgia (*), en el que defiende
de la forma más pragmática y realista las tesis del Absolutismo
político.

Maquiavelo es consciente de sus postulados desprovistos de


toda valoración moral, pero los justifica dada la maldad del
hombre. El hombre es por naturaleza perverso y sus actos tienden
al desorden y a la violencia. En estas circunstancias solo el Estado
(“orden estatal“) puede garantizar una adecuada organización de la
convivencia humana; y en la medida en que el fin del Estado es
garantizar la seguridad y el bienestar, el gobernante tiene derecho
a valerse de medios inmorales para consolidar su poder. “…Por
ello es necesario a un príncipe, si se quiere mantener, que aprenda
a no ser bueno y a usar de esta capacidad en función de la
necesidad“.

Con respecto a la “personalidad” de los que ejercen el poder


político, afirma Maquiavelo en sus tesis que éstos han de ser
personas hábiles y capaces de manipular situaciones valiéndose
de cualquier medio. El gobernante ha de poseer astucia y una
carencia total de escrúpulos. Ha de ser además capaz de actuar
según los cambios, buscando apoyos o forzando traiciones según
las circunstancias: “…No puede ni debe, un señor prudente,
guardar fidelidad a su palabra, cuando tal fidelidad se vuelve en
contra suya. Si los hombres fueran todos buenos, este precepto no
sería correcto, pero puesto que son malos y no te guardarían a ti
su palabra, tú tampoco tienes que guardarles la tuya“….,

Las tesis de Maquiavelo se oponen frontalmente a las de


Erasmo, quien en su obra “Educación del Príncipe cristiano”
aconseja a quien sería el futuro rey Carlos V que abandone el
poder antes de cometer una injusticia.
(*) Los Borgia fueron una conocida familia de nobles valencianos que se
trasladaron a Italia durante el siglo XV.
84

19.3 El pensamiento utópico

19.3.1 Tomás Moro

Político y humanista inglés. Se opuso al divorcio de Enrique


VIII, por lo que fue encarcelado y finalmente ejecutado. Fue uno de
los mayores representantes del pensamiento utópico, junto con
Francis Bacon y Campanella.

Bajo la influencia platónica escribió su obra “Isla de utopía”


donde propone una sociedad agrícola e igualitaria basada en una
economía de carácter colectivista. En Utopía no existe propiedad
privada ni el dinero es medio de intercambio, dado que los medios
de vida están asegurados para todos. La libertad y la tolerancia
religiosa se alzan como piedras angulares en la vida de esta
sociedad utópica. “En Utopía, como todo es de todos, nunca faltará
de nada a nadie, mientras todos estén preocupados de que los
graneros estén llenos. Todo se distribuye con equidad, no hay
pobres ni mendigos, y aunque nadie posee nada, todos en cambio
son ricos…¿Puede haber mayor alegría ni mayor riqueza que la de
vivir felices sin preocupaciones ni cuidados?”…Su trasfondo es
una idealización de la vida moral, y al mismo tiempo una critica a
las duras condiciones sociales y económicas en las que se vivía.
Aunque desconocía la obra ”El Príncipe” de Maquiavelo, su labor
iba dirigida al mismo tiempo contra el ideal del gobierno despótico
que éste defendía.

19.3.2 Francis Bacon

Político, científico y filósofo inglés. Llegó a ser Canciller de


Inglaterra. Aparte de ser uno de los impulsores de la Revolución
Científica, es también uno de los grandes representantes del
pensamiento utópico. En su obra “La nueva Atlántida” recoge la
idea de una sociedad que llega a dominar la naturaleza gracias a
los progresos científicos. A diferencia de otras utopías, Bacon
postuló un sueño que se hizo realidad más tarde con la Revolución
Industrial.

19.3.3 Tomasso Campanella

Filósofo italiano. Influido por Platón, centró su filosofía en el


estudio del conocimiento. Fue también representante del ideal
85

utópico. En esta línea escribió “La ciudad del sol”, una obra
utópica de carácter social y político. En la ciudad utópica del sol,
siguiendo a Campanella “los hombres serán todos iguales en el
trabajo, sin que se admita ningún tipo de esclavitud o servidumbre,
e iguales también serán en el disfrute de los bienes. Nadie recibirá
más de lo que merece, pero tampoco le faltará nada de lo que
necesita“.

19.4 Otros juristas y humanistas de renombre

Francisco de Vitoria

Teólogo y jurista español. Considerado el “Padre del


Derecho Internacional“. En sus tesis se defiende la soberanía e
independencia de los Estados, lo que le enfrentaría incluso al
Emperador Carlos V.

Hugo Groccio

Jurista neerlandés. Otro de los Humanistas que más


aportaciones hizo al Derecho Internacional.

Francisco Suárez

Teólogo y jurista español. Formuló las bases de la


soberanía nacional, uno de los principios fundamentales en
los que se asientan las democracias actuales. Influido por San
Agustín, con él tuvo lugar una última floración la Escolástica.

Juan Luis Vives

Filósofo y pedagogo español. Su quehacer pedagógico fue


un intento de conciliar las ideas propias del Renacimiento con
una visión del Cristianismo. Su obra “De anima et vita“ es
considerada un precedente de la Psicología Empírica.

19.5 El pensamiento religioso

19.5.1 Introducción

Como consecuencia de esta nueva forma de libre


pensamiento, la sociedad en general vivió un proceso de
SECULARIZACION, es decir, una vivencia al margen de la iglesia
86

oficial y de la religión, pero ello no implicó de modo alguno que se


impusiera el ateísmo, que fue un fenómeno raro en el
Renacimiento. Eso sí, la religión se convierte en un asunto privado
y se adopta una evidente actitud de rechazo o de indiferencia
hacia la autoridad eclesiástica. De esta forma, en muchos ámbitos
sociales la Iglesia Católica se verá sometida a toda clase de
críticas, lo que desembocará finalmente en la Reforma
Protestante.
En los países que adoptaron el protestantismo (Alemania,
Suiza, Holanda) habrá una ruptura con la Iglesia Católica Romana
y se producirá una escisión entre razón y fe. Cabe puntualizar que
el Protestantismo fue un movimiento religioso que contribuyó a
librar al hombre de la tutela de la Iglesia católica tradicional, pero
no hay que olvidar que la concepción luterana del hombre es
tremendamente pesimista y desoladora, un ser angustiado por su
destino prefijado ya desde la eternidad; su salvación depende
exclusivamente de un acto graciable del Creador. Así el
pensamiento protestante es en esencia profundamente anti-
renacentista y fue precisamente este pesimismo determinista el
que impidió a hombres como Erasmo de Rotterdam adherirse a la
visión del Protestantismo. Además no hay que olvidarse tampoco
que la Reforma y la Contrarreforma son dos movimientos
religiosos, que ven al hombre desde una perspectiva de la fe y no
desde la razón.

En los países de tradición católica (España), el movimiento


Contra-Reformista de la Iglesia, surgido del Concilio de Trento
(1545-1563), cerrará totalmente las puertas al espíritu de tolerancia
del Humanismo y volverá a imperar el teocentrismo medieval,
impidiéndose a toda costa la libre circulación de las ideas en pos
de la libertad religiosa.

19.5.2 Martín Lutero (1483-1546)

Fue el Padre de la Reforma Protestante. Lutero es


profundamente pesimista respecto a la naturaleza humana: el
hombre está corrompido por el pecado original y la salvación
depende de la voluntad arbitraria de Dios. Sigue pues en sus
planteamientos un “determinismo radical” con la consiguiente
negación del libre albedrío y la bondad del ser humano,
planteamientos totalmente contrapuestos a los que defenderían los
Humanistas, que consideraban al hombre bueno por naturaleza.
87

19.5.3 Erasmo de Rotterdam (1467-1536)

En sus obras “El inquiridón” y “Elogio de la locura” hace


una crítica profunda y demoledora de la Iglesia Católica, que
según el pensador humanista, estaba dedicada por entonces a la
ostentación y al boato, más que a sus menesteres religiosos,
sosteniendo la necesidad de una Reforma Religiosa, que se
llevaría a cabo poco después por Lutero. Sus ideales de
concordia y tolerancia influyeron profundamente en toda la
Europa Renacentista. Argumentaba que “cualquier voz por injusta
que sea es preferible a la más justa de las guerras”. Su influencia
fue decisiva en la España del siglo XVI, hasta que la Contra-
reforma (Reforma Católica) se cerró al espíritu innovador
erasmiano, prohibiéndose la lectura de todos sus escritos.

19.6 El pensamiento científico

19.6.1 Abandono de la Metafísica y nacimiento de la


Revolución Científica

La crisis del pensamiento teocéntrico propio de la


Escolástica Medieval (Dios como medida de todas las cosas),
conlleva un abandono progresivo de la metafísica, lo que a su
vez lleva aparejado el nacimiento de un nuevo pensamiento
científico centrado en la experimentación. Así la filosofía del
Renacimiento quebró con la concepción medieval de un orden
divino de la naturaleza, dando paso a otra forma de pensar, en
términos de causas y de mecanismos físicos. Puede decirse que
fue el desarrollo del pensamiento científico lo que más influyó en la
transformación de la cultura y del pensamiento renacentista.

Será Copérnico, junto con Kepler, Galileo y Francisco


Bacon, quienes sentarán las bases de lo que se acordará en
llamar la REVOLUCION CIENTIFICA, caracterizada por
combinar el método experimental y la formulación
matemática.

19.6.2 Nicolás Copérnico (1473-1543)

El nuevo pensamiento científico se inicia con el desarrollo de


la “Teoría heliocéntrica” del astrónomo polaco Nicolás Copérnico.
La “concepción geostática” de Aristóteles (la tierra como elemento
88

fijo), y la “teoría geocéntrica” de Ptolomeo (la tierra como centro


del universo), se derrumban con las nuevas ideas que aporta el
“heliocentrismo“ de Copérnico. Así, el mundo ya no es el centro del
universo como afirmaba Ptolomeo, sino que, al igual que todos los
demás planetas, gira en su órbita alrededor del sol. Toda la obra
del astrónomo fue considerada herética y prohibida por la Iglesia.

19.6.3 Kepler (1571-1631)

Astrónomo alemán. Sus estudios se centran en corroborar


los fundamentos matemáticos de la Teoría Heliocéntrica de
Copérnico. Establece asimismo “las leyes que rigen las órbitas
elípticas planetarias“.
19.6.4 Galileo (1564-1642)

Físico y matemático italiano, nacido en Pisa. Con Galileo se


confirma científicamente la Teoría Heliocéntrica, lo que le supuso
un proceso por parte de la Inquisición, por lo que se vio obligado a
retractarse. En el campo de la Física descubrió además “las leyes
generales que rigen la caída de los cuerpos”. Para Galileo, la
naturaleza se presenta como un sistema ordenado, en que cada
acción es inexorablemente necesaria; esta rigurosidad de la
naturaleza resulta ser de carácter matemático. Así el gran libro de
la naturaleza se presenta escrito en lenguaje matemático. Por
tanto, la razón científica no puede basarse en aproximaciones o
intuiciones, sino en la experiencia sensible y en demostraciones
necesarias, siendo las matemáticas el único instrumento posible
de prueba.

Gracias a un rudimentario telescopio que él mismo


construyó, pudo hacer importantes observaciones:

Confirmó que la superficie de la luna no era llana, como se


pensaba hasta entonces, sino rugosa, con elevaciones y valles.
Nuestro satélite no era por tanto la esfera perfecta como creían los
aristotélicos, desmintiendo con ello la inalterabilidad de los cuerpos
celestes. Asimismo, observa que el sol tiene manchas que lo
oscurecen, lo que quiere decir que no es homogéneo en todas sus
partes. En consecuencia, los astros tampoco son inmutables como
se creía.
89

19.6.5 Francis Bacon

Científico y filósofo inglés. Además de ser representante del


movimiento utópico, propone también como Galileo una
metodología científica basada en la observación y en la
experimentación. En su obra “El Nuevo Organon” pretende sustituir
a la antigua lógica de Aristóteles y en ella expone su “teoría de los
ídolos” (los errores más comunes que impiden alcanzar el
conocimiento científico). Son los siguientes: los ídolos de la tribu
que derivan de la tendencia rígida y conservadora de los seres
humanos; los ídolos de la caverna que hacen referencia a su
capacidad subjetiva; los ídolos del mercado que derivan de una
malinterpretación del lenguaje; los ídolos del teatro que se refieren
a las teorías erróneas comúnmente aceptadas como válidas.

19.6.6 Leonardo Da Vinci

Encarna el ideal del sabio renacentista, en el que se


conjugan las tres facetas de artista (pintor, escultor, arquitecto) con
las de ingeniero y científico. A Leonardo, al igual que Arquímedes,
le interesa la resolución de los problemas prácticos y concretos,
alcanzándose con él una perfecta interacción entre ciencia y
técnica, lo que hoy denominaríamos “ciencia aplicada“.

LA FILOSOFÍA MODERNA
20 INTRODUCCIÓN

20.1 El nacimiento de la Filosofía Moderna

La Filosofía Moderna es un periodo de la Historia de la


Filosofía que se inicia con Descartes y culmina con la filosofía
kantiana. Se extiende durante los siglos XVII y XVIII.

Aunque con la nueva concepción “antropocéntrica” del


Renacimiento (siglo XVI), se va desplazando ya la mentalidad
“geocéntrica” de la Escolástica y se acelera la descomposición del
binomio “razón” y “fe“, en realidad es en el siglo XVII con el
Racionalismo Cartesiano (Descartes) cuando se impone de modo
definitivo una Filosofía auténticamente MODERNA. De esta forma,
los argumentos y las eternas disputas filosóficas que se trataban
en las abadías y monasterios irán desapareciendo, y la nueva
filosofía se trasladará a la ciudad y a las universidades.
90

20.2 Gnoseología frente a Ontología

Si la reflexión Filosófica Medieval había tomado a DIOS


como referencia objetiva, la Filosofía Moderna se centrará
ahora en el ciencia del conocimiento (“Gnoseología“) que
tendrá como protagonista al sujeto, desplazando a la
metafísica del ser (“Ontología”).

En definitiva, se insistirá ahora en el sujeto humano (“sujeto


cognoscente”) como punto de partida de todo conocimiento. La
verdad ya no estará en “la cosa” en sí (en el objeto), sino en el
“sujeto” que conoce, aunque solo el criterio de certeza será el que
nos conduzca a la verdad. Y es del todo comprensible que el rasgo
de “certeza“, como elemento clave en la búsqueda de la verdad, se
imponga en un clima de incertidumbre e inestabilidad política,
social y religiosa (duras condiciones económicas para la población
en general, nacimiento de los Regímenes Absolutistas, continuas
disputas entre nobleza y monarquía, conflictos armados entre
Reformistas y Contra-reformistas católicos, como la “Guerra de los
Treinta Años”, etc.).

21 RASGOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA MODERNA

-Independencia de la razón filosófica respecto de la fe y


la Teología.

-El interés por conocer cómo es la realidad se desplaza


hacia el sujeto, tanto desde el punto de vista moral, como desde
el punto de vista del conocimiento (sujeto cognoscente).

-Mayor preocupación por las cuestiones relativas a la


“gnoseología” (elementos, procesos y fundamentos del
conocimiento), que van desplazando a las cuestiones “ontológicas”
o relativas al ser (aunque éstas no fueron del todo olvidadas y
siguieron cultivándose).

-Fascinación por los resultados de las nuevas ciencias,


tanto físicas como matemáticas.
91

22 CORRIENTES FILOSÓFICAS EN LA ÉPOCA MODERNA

RACIONALISMO: Descartes, Spinoza, Malebranche,


Leibniz. Para los racionalistas, la base de todo conocimiento se
encuentra en la razón. >

EMPIRISMO: Locke, Hume, Berkeley (a Thomas Hobbes se


le puede considerar también como uno de los inspiradores del
Movimiento Empírico). Para los empiristas el conocimiento parte de
la experiencia sensible.

DEALISMO ALEMAN: Fitch, Schelling, Hegel, Kant. Será


Kant quien lleve a cabo una síntesis de ambas tendencias
(Racionalismo y Empirismo)

23 OTROS ACONTECIMIENTOS DE LA EDAD MODERNA

-El JANSENISMO es una corriente de raíz místico-religiosa


que surge en la Época Moderna y que convive con el Racionalismo
cartesiano en Francia durante el siglo XVII. En su seno nace la
figura del gran matemático y pensador Pascal.

-Asimismo durante el siglo XVII tendrá lugar la


CULMINACION DE LA REVOLUCION CIENTÍFICA con Isaac
Newton.

-También aparece un movimiento de corte intelectual y crítico


(la ILUSTRACION) que se extenderá por Europa durante el siglo
XVIII, y que considera imprescindible el ejercicio de la razón para
iluminar o aclarar todas las dimensiones de la existencia humana
(ciencia, religión, ética, política…). De ahí la denominación “Siglo
de las Luces” con que se reconoció al siglo XVIII.

En la ILUSTRACION INGLESA destacará como mayor


representante Locke (Empirismo filosófico).

En la ILUSTRACIÓN ALEMANA sobresale la figura de Kant


(Idealismo filosófico).

En la ILUSTRACIÓN FRANCESA los que tuvieron mayor


renombre fueron los pensadores “Enciclopedistas”, entre los que
haría que destacar a Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
92

24 EL RACIONALISMO

24.1 Introducción

El Racionalismo es una corriente filosófica que se


desarrolla en Europa continental durante el siglo XVII (Francia,
Holanda, Alemania), y que se fundamenta en la razón como
verdadera fuente de conocimiento. Solamente a la razón le
corresponde explicar y analizar todo lo que existe, toda la realidad.
Sus principales representantes fueron Descartes, Spinoza,
Leibniz y Malebranche.

Sin embargo ha de observarse que Racionalismo y


Empirismo (la otra corriente que surge poco después en Gran
Bretaña) no son del todo corrientes contrapuestas. La principal
diferencia que existe entre ambas es el modo de entender y aplicar
la razón. Mientras que los Racionalistas tienen como prototipo del
conocimiento la razón teórica, los Empiristas consideran que la
base del conocimiento es la experiencia fundamentada en la razón
práctica. Así pues, frente a los prejuicios del pensamiento
subjetivo y metafísico de la Escolástica, se antepone el
pensamiento discursivo o intelectual de ambas corrientes.

Ya se ha visto que en el Renacimiento (durante el siglo XVI)


con la nueva concepción antropocéntrica se va arrinconando la
mentalidad geocéntrica de la Escolástica y se acelera la
descomposición entre el binomio fe-razón. Sin embargo será en el
siglo XVII cuando se impone de modo definitivo una filosofía
auténticamente MODERNA con el Racionalismo Cartesiano,
encabezado por Descartes.

24.2 Características generales de la filosofía racionalista

24.2.1 Absoluta confianza en la razón

La razón es la única facultad humana que nos puede


conducir al conocimiento de la verdad. Esta facultad entendida así
se desliga de la tradición Escolástica, y por tanto de la fe y de
cualquier otra instancia metafísica que le impida alcanzar sus
objetivos.
93

24.2.2 Creencia en las ideas innatas

Los sentidos son engañosos, y por lo tanto solo pueden


aportarnos un conocimiento aparente de las cosas. Así, todo saber
o todo conocimiento se construye a partir de la razón mediante un
proceso intuitivo, que es independiente de la experiencia. Este
argumento implica aceptar el “innatismo” de las ideas, lo que
quiere decir que en la mente existen verdades fundamentales que
son percibidas directamente por el individuo, al margen de
cualquier experiencia sensible.
Por su parte Descartes distingue tres clases de ideas:

-IDEAS ADVENTICIAS, que provienen directamente de los


sentidos (sensaciones) y son consecuencia de la captación directa
del mundo exterior (para Descartes son rechazables como
auténtica fuente de conocimiento).

-IDEAS FACTICIAS, que son consecuencia del poder de


nuestra imaginación y las construye la mente a partir de otras
ideas (son igualmente rechazables como fuente de conocimiento).

-IDEAS INNATAS, que son las que se encuentran en nuestra


mente de una forma potencial antes de cualquier experiencia o
percepción del mundo, siendo las únicas seguras y universales
porque se perciben de forma directa y clara (como la idea del Yo,
de Dios y del Mundo) y no necesitan de demostración alguna,
dado que son “evidentes” por sí mismas. Serán por tanto las
ideas innatas el punto de partida de todo el pensamiento
racionalista cartesiano.

24.2.3 Subjetivismo

Otra característica del Racionalismo es su visión subjetivista


del mundo. Así todo conocimiento supone básicamente una
relación entre un sujeto cognoscente (sujeto pensante) y un
objeto conocido (objeto pensado).

Para conocer hay que partir por tanto del SUJETO como
elemento primordial. De esta forma, el Racionalismo no solo hace
referencia a una teoría científica sino también a una nueva
94

TEORIA ANTROPOLOGICA, en la que el hombre, el sujeto, es el


centro de atención y estudio.
24.2.4 Prevalencia de las matemáticas

Desde la razón se concibe el mundo como un producto de la


interacción de leyes físicas, no estando sujeto a impulsos extraños
a su propia estructura. Así el universo en su conjunto funcionaría
con la precisión de una máquina fundamentada en principios
matemáticos. De esta forma, todos los fenómenos naturales se
quedarán reducidos a fenómenos físico-químicos, y éstos a su vez
a las leyes de la FISICA-MECANICISTA, que solo admite
formulaciones matemáticas.

24.2.5 Búsqueda de un método general como modelo de


conocimiento

La búsqueda de un método general como una vía segura de


conocimiento es otra de las características de la Filosofía
Racionalista. Ante la pluralidad de escuelas filosóficas del pasado
que no conducían sino a una visión relativista o escéptica del
mundo, se asume por tanto la necesidad de encontrar un método
capaz de suministrarnos un saber válido y universal.

24.3 Descartes (1596-1650)

24.3.1 Introducción a su pensamiento

Filósofo racionalista y matemático francés. Nació en 1596 en


La Haye (Turena francesa). Su padre fue consejero en el
Parlamento de la Bretaña francesa. Fue educado en el colegio
Jesuita de “La Fléche” donde se instruyó en la filosofía de corte
escolástico, lo cual supuso para él una decepción. Más tarde se
licenció en Derecho en la Universidad de Poitiers. Una vez terminó
sus estudios optó por enrolarse en el ejército holandés, entrando al
servicio del Príncipe de Orange, y tiempo después al servicio del
Duque Maximiliano de Baviera. Es en su acuartelamiento de
Baviera cuando concibe la idea de su revolucionario método,
proponiéndose elaborar un sistema de conocimiento universal,
firme y seguro. En sus últimos años, Descartes instruye en su
filosofía a la propia reina Cristina de Suecia, en sus aposentos
palaciegos de Estocolmo. Como consecuencia de una neumonía
muere en la capital sueca en 1650, a la edad de 53 años. Entre
sus grandes aportaciones podemos enumerar las siguientes:
95

-Fue el principal representante del RACIONALISMO

-Sentó las bases de la GEOMETRIA ANALÍTICA

-Enunció los principios del DETERMINISMO MECANICISTA

-Desarrolló el MÉTODO CARTESIANO


En el “Discurso del Método” hace alusión a sus jóvenes
años de estudiante: “No hay en la filosofía escolástica cosa alguna
que no sea objeto de disputa y que por tanto no sea dudosa…En
cuanto a las demás ciencias, como toman sus principios de la
filosofía, juzgaba yo que no se podía edificar nada sólido sobre
cimientos tan poco firmes…Así, tan pronto como pude abandoné el
estudio de las letras y emplee el resto de mi juventud en instruirme
en el gran libro del mundo, a viajar, en ver cortes y ejércitos, en
tratar gentes de diversos temperamentos y condiciones, en
recoger varias experiencias, en ponerme a prueba…”

Con este espíritu independiente, Descartes se lanza a una


aventura incierta, intentando hacer borrón y cuenta nueva con la
Historia de la Filosofía a la que aborda con cierto escepticismo,
dado el desacuerdo de tantas Escuelas y Corrientes. “Si la
Filosofía no prospera siguiendo la uniformidad de las otras
ciencias -argumenta Descartes- es porque le falta un METODO
capaz de encauzar todos sus pasos y de fundamentarla”. Esta
es la tarea que Descartes se impone básicamente, con el fin de
dotar a la FILOSOFIA de un carácter lo más científico posible. Y en
esta nueva filosofía que inicia Descartes se parte del YO (sujeto
pensante) una sustancia inextensa, a partir de la cual descubrirá a
DIOS (sustancia infinita), quien a su vez legitimará la realidad del
MUNDO (la sustancia extensa)

A pesar de ser el iniciador de una nueva y radical Filosofía,


sufrirá Descartes muchas críticas por parte de sus detractores: ¿Y
si los mecanismos del conocimiento descansan sobre lo sensorial
más que en lo racional? (Locke y Hume). ¿Y si no fuera posible
trascender o ir más allá de la propia subjetividad? (Kant). ¿Y si el
sujeto concreto y empírico que supuestamente conoce fuera el
propio Ser?. (Hegel). ¿Y si no pudiéramos confiar en modo alguno
en el garante último del conocimiento, en Dios, por inexistente?
(Nietzsche).
96

24.3.2 El método cartesiano

El sistema metodológico que pretende crear DESCARTES en


su Filosofía se basa en las matemáticas, como modelo de toda
certeza posible, dado su carácter de necesidad y de validez
universal. Así la investigación matemática parte de proposiciones
elementales, cuya verdad resulta manifiesta por ser evidente. A
estas proposiciones las denomina Descartes “axiomas“, a los
cuales se llega mediante un simple acto de intuición mental (*). A
partir de estos axiomas o principios elementales, la razón nos va
mostrando de forma deductiva (**), como si de una cadena
trabada se tratase, las conexiones que existen con otras
proposiciones más complejas y oscuras, a las que se denominan
“teoremas“. En consecuencia, la Filosofía debe seguir estos
mismos argumentos matemáticos y estos principios deductivos
para llegar al resto de las verdades, que la mente, en principio, no
puede ver con claridad.
(*) Por intuición entiende Descartes todo acto mental que capta directamente
la realidad de una proposición con claridad y distinción. Es un acto simple de
percepción e implica un conocimiento cierto y necesario, que no necesita de
demostración alguna por ser evidente. La intuición para Descartes es una facultad
cognoscitiva que proviene de Dios para distinguir con claridad las verdades eternas e
inmutables.

(**) La deducción supone la obtención de una idea compleja a partir de otra


idea más simple, previamente conocida por intuición; en realidad la deducción es una
cadena sucesiva de intuiciones. Ambas operaciones (intuición y deducción) son
constantemente utilizadas en matemáticas, especialmente en geometría. Justamente
por ello entiende Descartes que el “método matemático” es el más idóneo y seguro
para alcanzar la verdad.

24.3.3 Las reglas del método

En su obra “Discurso del Método” y después en su libro


“Reglas para la dirección del espíritu“ hace referencia a las
cuatro reglas fundamentales para el correcto uso de las facultades
racionales y para adquirir un conocimiento evidente. Estas reglas
permiten evitar caer en la anticipación y la influencia del prejuicio,
así como las pasiones que pueden cegar la mente.

Evidencia: Esta es la primera y la más importante de las


cuatro reglas. Para alcanzar la certeza (verdad) debe admitirse tan
solo aquello que nos aparezca al intelecto como evidente, es decir,
de modo claro y distinto. Una idea clara es aquella que se me
97

presenta intuitivamente como cierta; y distinta es la idea que se


presenta sin estar mezclada con otras cosas. En base a esta
primera regla formulará la primera verdad que goza de auténtica
certeza: “cógito ergo sum” (“pienso, luego existo“).

Análisis y síntesis: La segunda y tercera regla se resumen


en la aplicación rigurosa del pensamiento analítico (reglas de
análisis) lo que supone una división del todo en partes más
simples, y del razonamiento sintético (reglas de síntesis), lo que
supone pasar de estos elementos simples a formulaciones más
complejas a partir de un proceso deductivo.

Revisión: La cuarta regla consiste en la revisión minuciosa


de cada uno de los pasos señalados en las reglas anteriores.
Siguiendo estas cuatro reglas y no omitiendo nada, afirmará
Descartes, es imposible aceptar algo falso como cierto.

24.3.4 La duda metódica

Se denomina duda metódica al proceso que siguió


Descartes para encontrar un primer principio (”el cógito“) en el
que basará toda su Filosofía. En definitiva, se trata de un método
de carácter crítico y sistemático que trata de analizar los principios
y las creencias en los que se han apoyado todos los conocimientos
tradicionales. En el proceso de la duda se distinguen diferentes
pasos:

1) Duda de los sentidos: Comienza Descartes aplicando la


duda a todo aquello que ha aprendido a través de los sentidos (de
la experiencia sensible), lo que nos puede inducir frecuentemente
al error. Así afirma: “Es prudente no fiarse nunca por entero de
quienes nos han engañado alguna vez“. Pero seguidamente
también sostiene que el sueño se hace indistinguible de lo que
puedo pensar en vigilia, dado que la viveza de algunas
impresiones recibidas durante el sueño es extraordinaria. Así
afirma: “Como si no hubiera vivido en sueños las mismas cosas y
con la misma fuerza que cuando estoy despierto“. Por tal razón,
introduce la “hipótesis del mundo de los sueños” para justificar
también la duda en el ámbito de la percepción. En este momento
de la duda se pone en cuestión la totalidad de los actos
perceptibles por los SENTIDOS, incluso la percepción del
propio cuerpo.
98

2) Duda de la razón: Descartes cree haber encontrado una


disciplina que parece evadir el test de la duda metódica: el
razonamiento deductivo matemático. No obstante, argumenta,
podemos equivocarnos también al razonar, ya que los actos de la
razón descansan en un proceso deductivo en el que cabría el
error, ya que la cadena argumentativa se puede plantear mal.

Por si ello fuera poco, podría existir algún ser todopoderoso,


astuto y maligno que pudiera inducirme al error en todos mis
planteamientos racionales. Introduce así la “hipótesis del genio
maligno“, para poner en duda hasta los conocimientos
aparentemente más seguros (los matemáticos). “Supondré pues
que no es Dios, verdadera fuente de verdad, sino algún genio
maligno de extremado poder e inteligencia, quien ha puesto todo
su empeño en engañarme”. En este momento se sitúan también
en el ámbito de la duda incluso las verdades matemáticas
procedentes del INTELECTO.

24.3.5 El descubrimiento del cógito


En esta situación final de la duda metódica, en la que se ha
puesto en entredicho todo conocimiento proveniente de los
sentidos (incluso la evidencia del propio cuerpo) y en la que ha
perdido validez todo conocimiento racional e inteligible como las
matemáticas, es cuando tiene su aparición la primera proposición,
la primera verdad intuida, que tiene el rasgo de ser evidente e
irrefutable en el orden del conocimiento: el “cógito ergo sum“
(“pienso luego existo“). “Puedo dudar de todo, pero lo que no
admite ninguna duda es que pienso, y si pienso es que existo… En
definitiva, podemos tener dudas sobre el resultado de nuestros
juicios, pero no sobre el propio acto de pensar”. En consecuencia,
todo acto mental presentará la característica de ser
indubitable. Así el ser humano se configuraría como un
individuo que piensa, una “sustancia pensante“. Pero el
pensamiento se podría hacer extensivo a todo lo que percibimos
directamente: entender, querer, amar, imaginar, sentir, sufrir, etc.
Así cualquier “acto mental” equivalente al “cógito ergo sum“,
presentaría la característica de ser también indudable: “recuerdo
luego existo“, “deseo, luego existo“, “imagino, luego existo“…

Hay que puntualizar que en este momento de sus


investigaciones, el filósofo francés parece estar suspendido en una
especie de “solipsismo“, doctrina que defiende que el sujeto no
99

puede afirmar ninguna existencia salvo la suya propia, o ir más allá


de la propia conciencia del yo pensante. Con ello se pone
radicalmente en duda le existencia del mundo externo, siendo éste
el gran problema inicial con el que se han enfrentado todas las
filosofías que parten de un IDEALISMO EXTREMO. Consciente de
esta soledad radical decide continuar investigando a fin de
averiguar algo acerca de la REALIDAD EXTERNA, por lo que
necesariamente ha de partir del conocimiento de una REALIDAD
INTERIOR, de lo único que da por cierto y que se traduce en las
IDEAS INNATAS, derivadas del “yo” pensante.
Será por tanto a través de las IDEAS INNATAS como
llegará al conocimiento de la existencia de “DIOS“, verdadera
fuente de verdad, bondad y sabiduría. Y puesto que Dios es
omnipotente y bondadoso no nos puede engañar, siendo por
tanto legitimador de todas las ideas procedentes de la mente y
en consecuencia de la existencia del “MUNDO” o realidad
exterior.

Sin embargo, según algunos críticos, las Meditaciones


encierran una contradicción y un círculo vicioso: Por un lado, es a
través de las ideas innatas como Descartes llegará al
convencimiento de la existencia de Dios; y por otro lado el
filósofo afirma que la verdad de toda ciencia depende tan solo
del conocimiento de Dios, de modo que nada puedo conocer
si antes no he conocido a Dios. En definitiva: ¿es el cógito el
principio de la filosofía cartesiana que nos conduce a Dios, o es
Dios quien nos conduce al cógito…?.

24.3.6 Significado y alcance de la duda cartesiana

-La duda supone el rechazo de todo lo que no resulte


evidente (consecuencia de la 1ª regla del método): En esta
primera regla se pone de manifiesto que solo debemos admitir
como verdadero aquello que se presenta ante nosotros con
absoluta evidencia. Así debemos desconfiar de todo lo que no
resulte claro y distinto, y poner en duda cualquier instancia ajena a
la razón (costumbre, tradición, autoridad, anticipación,
prejuicios…).

-La duda como medio para alcanzar la verdad: Al


calificarla de metódica, la duda supone el empleo de un medio
para alcanzar el verdadero conocimiento, por lo que cabe
100

distinguirla de la duda radical, que ya afirma de antemano el


fracaso antes de iniciar cualquier investigación. Descartes,
empleará la duda como un medio y no como un fin (como predica
el escepticismo radical).

-Es universal: Pues ha de ser aplicada a la generalidad de


conocimientos. Sin embargo, a través de ella no se cuestionan las
verdades religiosas o la legitimidad de la fe, sino la legitimidad de
los sentidos y de la razón (conocimiento sensible y racional).
-Es provisional: Puesto que debe abandonarse en el
momento en que se llegue a alguna conclusión verdadera o
principio indudable. Hemos visto que la duda era un medio o un
instrumento para alcanzar la verdad, no un fin en sí misma.

-Es radical (hiperbólica): Debemos extender la duda no


solo a lo que creemos falso, sino a todo argumento o principio del
que no tengamos evidencia cierta.

-La finalidad del acto de dudar: Descartes creía en las


verdades conocidas a través de los sentidos o de la razón, antes
de someterlas a la duda metódica, sin embargo lo que ha ganado
ahora es en certeza y evidencia.
24.3.7 Teoría cartesiana de las sustancias

Por sustancia entiende Descartes “toda cosa que existe


de tal manera que no tiene necesidad sino de sí misma para
existir”. Las sustancias no se pueden conocer directamente, sino
a través de su rasgo fundamental o “atributo” que las caracteriza.
Así la “res extensa” la conocemos a través de la “extensión“, la
“res cogitans” a través del “pensamiento“, y la “sustancia infinita”
(Dios) lo conocemos por su rasgo de necesidad, su infinitud y su
bondad. A través del concepto de “sustancia” Descartes tratará de
explicar toda la realidad.

-Sustancias finitas: No tienen en sí mismas la causa de su


existencia, sino en Dios. Las divide a su vez en res cogitans (el
alma o sustancia espiritual), y en res extensa (la materia o
sustancia cuyo atributo de la extensión).

En cuanto al “alma” que identifica con la “mente” (res


cogitans) (*) entiende que es una realidad inmaterial e indivisible
en la que no se pueden distinguir partes. Es la sustancia
101

responsable de la totalidad de la vida psíquica. Su atributo es el


“pensamiento“, pero Descartes cuando habla de “sustancia
pensante” no se refiere al pensamiento en sentido estricto, sino
propiamente a un “ser consciente“ (sujeto) que representa todo
aquello que puede estar acompañado de conciencia: la
imaginación, la fantasía, el sentimiento, la voluntad, etc. Por ello y
como dice en sus Meditaciones Metafísicas “una cosa que piensa
es una cosa que duda, que entiende, que concibe, que afirma, que
niega, que quiere, que imagina, que siente…”. Descartes se
apartará de la tradición aristotélico-tomista que consideraba el
alma como principio de la vida biológica (tanto de los seres
humanos como de las plantas y animales). Para Descartes la
mente (el alma) es una sustancia propia y exclusiva de los seres
conscientes (hombres), negando que los animales tengan alma en
sentido estricto. Como se dirá más adelante “el animal es pura
extensión sin alma alguna”. La vida biológica se explicaría así en
términos puramente mecánicos.
(*) “Res cogitans” es un vocablo que procede de los términos latinos:
“res“(cosa) y “cogito“ (pensar). Por tanto “sustancia pensante“.

La “materia” (res extensa) la identifica Descartes con una


sustancia física o corpórea cuya principal característica es la
extensión, que además puede dividirse y adoptar infinitas formas.
Al explicar el universo material aporta una solución mecanicista
basada en el principio de inercia: existe una gran cantidad de
masa material en el universo y Dios es el artífice y encargado de
dar un impulso inicial a esa masa, que se mantendrá en
movimiento indefinidamente por las leyes físicas de la inercia
(según el principio de inercia, todo cuerpo al que se le aplica una
fuerza tiende a permanecer en un estado constante de
movimiento, si no encuentra otra fuerza de rozamiento que se le
oponga). En definitiva, el movimiento sería toda acción por la que
un cuerpo pasa de un lugar a otro, rigiéndose por las leyes de la
mecánica. Así los cuerpos no son más que extensiones móviles,
mecanismos que se mueven por un impulso inicial. De esa forma,
todos los fenómenos biológicos se reducirán a fenómenos físicos,
iniciándose con esta teoría una nueva CONCEPCION
MECANICISTA DE LA NATURALEZA (*). Así dirá Descartes que
“los animales son pura extensión, sin mente alguna, que podrían
ser explicados en términos de materia en movimiento
(mecánicamente)”.
102

(*) El MECANICISMO intentaría explicar la realidad del universo como consecuencia


de simples cambios de la materia en movimiento, promovidos por un impulso inicial, sin que
exista ningún fin o propósito expreso (causalidad final o teleológica). Desde el punto de vista
mecanicista se rechaza por tanto cualquier causalidad final en el mundo natural,
contraponiéndose a las ideas que defendiera Aristóteles.

-Sustancia infinita: Corresponde al grado supremo de la


sustancia. Tiene en sí misma la propia causa de su existencia,
dado que no necesita de nada más para existir. Sus rasgos
fundamentales son la independencia, la infinitud, la necesidad y la
bondad. La identifica Descartes con Dios, a quien descubrirá a
través del yo (pensante) y de las ideas innatas (con las que
nacemos), para lo cual empleará varios argumentos (ver).

24.3.8 Antropología cartesiana (dualismo cartesiano)

Partiendo de la teoría de las sustancias, Descartes basará


todo su pensamiento antropológico en el dualismo ALMA-
CUERPO, como elementos que definen a todo ser humano. Es el
denominado DUALISMO CARTESIANO, que se encuadra dentro
de la más pura tradición platónica. El argumento de “divisibilidad”
lo empleará para señalar una de las diferencias básicas entre
ambas realidades.

El cuerpo es materia y como tal una realidad “divisible“, en la


que se pueden observar diferentes partes, y cuya característica
principal es la “extensión“ (longitud, anchura y profundidad).

A los objetos les atribuye Descartes dos cualidades: las


cualidades primarias son aquellas que pertenecen realmente a
los objetos y para Descartes son: la extensión, el tamaño, la figura,
el movimiento. Por el contrario, las cualidades secundarias no
existen realmente en los objetos mismos, pues son más bien
subjetivas: belleza, fealdad, color, gusto, sonido, tacto….

En cambio, el alma es una sustancia indivisible en la que no


se distinguen partes. Sus facultades serían el “entendimiento” y la
“voluntad“. En el caso del hombre, no se da una unión sustancial
entre el alma (sustancia pensante) y el cuerpo (rex extensa),
como en Aristóteles, porque los atributos de las dos sustancias son
distintos entre sí: el atributo de la sustancia pensante es el
pensamiento, mientras que el atributo del cuerpo es la extensión.
Descartes, afirmando que el alma y el cuerpo constituyen dos
realidades distintas e independientes, intenta salvar la autonomía
de alma (del yo), es decir la libertad del ser humano, frente a la
103

más pura concepción del determinismo mecanicista.


Evidentemente, Descartes lo que hace es elaborar una teoría
moral válida para sí mismo, adecuándola a sus postulados
filosóficos, sin intentar proyectarla hacia los demás ni
fundamentarla con el rigor propio de una moral racional. El
principal problema que tendrá que abordar será encontrar el nexo
de unión entre ambas sustancias.

24.3.9 Solución cartesiana al problema de las sustancias

El problema que se plantea Descartes es saber cómo se


relacionan y cómo interaccionan entre sí dos sustancias de
naturaleza tan distinta: el alma (la mente o sustancia pensante) y
el cuerpo (res extensa). El filósofo considera, de modo poco
afortunado, que el nexo de unión entre ambas entidades lo
constituyen unos “espíritus vitales” que circulan por la sangre y que
transmiten sus mensajes desde el alma a un órgano corporal: la
glándula pineal. Este problema iniciado por Descartes lo abordarán
después más extensamente Malebranche, Spinoza y Leibniz.

24.3.10 La necesidad de Dios en el proyecto cartesiano

El papel que Dios desempeña en el sistema cartesiano es de


suma importancia, hasta el punto de que si Dios no existiera no
podríamos tener ningún conocimiento cierto del mundo. Una vez
confirmada la existencia de Dios, ya podemos estar seguros de
que nuestros juicios y deducciones son ciertas, ya podemos seguir
construyendo todo el edificio del saber (física, mecánica, medicina,
geometría, etc). Así lo dice el mismo Descartes: “Y yo reconozco
que la verdad de toda ciencia depende tan solo del
conocimiento del verdadero Dios, de manera que antes de
conocerlo yo no podía saber con seguridad ninguna otra
cosa”. En resumen, la existencia de Dios es la garantía de todo
conocimiento verdadero (científico).

Profundizando en su disertación, Descartes nos muestra


ahora a un Dios bondadoso, como garante de toda verdad y de
toda certeza. “Un Dios bueno que en todo busca y procura lo
mejor para nosotros, no permitiría que los hombres vivieran
permanentemente en el engaño, dejándolos a merced del mal
(de un hipotético genio maligno)”.
104

24.3.11 Argumentos cartesianos para demostrar la existencia


de Dios
Descartes emplea para la demostración de la existencia de
Dios varios argumentos, que se exponen básicamente en su libro
“Meditaciones”, siendo esenciales para superar definitivamente la
duda metódica y alcanzar el criterio de certeza sobre las cosas del
mundo.

-Argumento gnoseológico (basado en el principio de


causalidad): Descartes nos acerca a la idea que tiene de Dios con
el siguiente argumento: “Por Dios entiendo una sustancia perfecta,
infinita, eterna e inmutable, independiente y omnipotente, por la
cual yo mismo y todas las cosas que existen hemos sido creados
por él”…

Por tanto, además de la idea innata del YO PENSANTE,


Descartes también tiene en su mente la idea de un SER INFINITO.
Y se pregunta: “¿Quién ha impreso en mí (que soy un ser finito) la
idea innata de ese ser Infinito?. Si la idea que yo tengo es innata,
no puede proceder de una sustancia finita (como yo), sino que
tiene que tener su origen en el exterior, en un ser verdaderamente
infinito, pues de lo contrario, lo menos perfecto (yo) sería el origen
de lo más perfecto (Dios) y ello es imposible”. Dicho de otra forma,
la realidad que se encuentra en el efecto (“yo”) no puede ser
mayor que la realidad que se encuentra en la causa (“Dios”). En
definitiva, hay que concluir que la IDEA DE INFINITO que existe en
la mente de un hombre tiene su procedencia en un SER con el
atributo de la infinitud (DIOS).

Este mismo argumento de la causalidad se puede presentar


de otra forma. Así Descartes razona también en los siguientes
términos: ”Yo que existo y que pienso tengo la idea de Dios, pero
podría existir la idea de Dios en mí si no hubiera Dios?. ¿De dónde
procedo entonces?...¿de mí mismo?...¿de mis padres?... ¿de otra
causa?. De mí mismo, no, evidentemente, porque si yo fuera la
causa de mi ser, me habría creado con todas las perfecciones
posibles. De mis padres, tampoco, porque si la causa de mi
existencia fueron ellos serian dioses, y no lo son. Luego hay que
seguir ascendiendo en el orden de las causas, hasta llegar a una
causa que tenga la existencia por sí misma y que no haya sido
creada por nada...pero como no podemos remontarnos hasta el
105

infinito, hemos de concluir que tiene que existir Dios, como primera
causa de todo”.
-Argumento ontológico (Suma Perfección): De manera
adicional, Descartes basa también sus argumentos en la idea de
“Suma Perfección” ya formulada por San Anselmo de Canterbury.
En resumen, el argumenta ontológico viene a decir que si tengo en
mi mente la idea innata de un SER PERFECTO, éste tiene que
existir necesariamente, pues EXISTIR es un atributo o una
propiedad de lo que es SUMAMENTE PERFECTO. Hay que
matizar, sigue Descartes, que la idea de pensar en un objeto no
implica necesariamente su existencia, dado que el pensamiento no
impone la necesidad de existir a las cosas, pero sí implica aceptar
sus cualidades. De la idea que yo tengo de un triángulo se sigue
necesariamente la certeza de una característica: que tiene tres
lados. Así, según Descartes “las propiedades que yo percibo clara
y distintamente de un objeto le pertenecen realmente a ese
objeto”.

(Resumen del libro “Meditaciones Metafísicas”)

Este esquema es un resumen de los diversos momentos del


libro de Descartes titulado “Meditaciones Metafísicas“.

Primer momento:

-Duda de los SENTIDOS: se cuestionan todos los actos sensibles.

-Duda de la RAZÓN: se cuestiona la totalidad de los actos del intelecto.

-Consecuencia: NACIMIENTO DE LA DUDA Y SISTEMÁTICA Y PERDIDA


DEL MUNDO.

Segundo momento:

-Descubrimiento del “CÓGITO“ o primera proposición evidente (aunque su


certeza será provisional hasta que demuestre la existencia de Dios). Vendrá a ser
como un axioma básico a partir del cual Descartes desarrollará toda su filosofía
posterior.

-Consecuencia: RECONOCIMIENTO DEL YO (PENSANTE).

Tercer momento:

-Naturaleza y clasificación de las IDEAS (adventicias, facticias, innatas).

-Demostración de la EXISTENCIA DE DIOS a partir de las IDEAS INNATAS.


106

-Dios, por su bondad y veracidad, es LEGITIMADOR de todos nuestros


pensamientos.

-Consecuencia: RECUPERACION DEL MUNDO EXTERIOR.

En consecuencia, el orden en que Descartes va


deduciendo las sustancias son:
1) A raiz de plantearse la DUDA de todo lo existente, incluido el mundo, intuye
Descartes la existencia de una primera sustancia pensante: el YO o CÓGITO (res
cogitans).

2) A partir del cógito tiene lugar el descubrimiento de una segunda sustancia


espiritual e infinita: DIOS (res infinita).

3) A partir de Dios y como un eslabón necesario, recupera la existencia de


una tercera sustancia material: el MUNDO (res extensa).

24.4 Spinoza

Filósofo racionalista de origen judío. Representante del


“panteísmo monista“, pensamiento que implica la existencia
de un Dios inmanente (presente en un mundo sensible) que se
identifica plenamente con la naturaleza, en contraposición a la
idea de un Dios trascendente que evoca a un Dios creador y que
se encuentra más allá de la realidad cognoscible. Su rechazo de
un Dios trascendente encierra un ateísmo que aboga por un Dios
materializado e inmerso en el propio mundo. Por otro lado, puesto
que todos los acontecimientos provienen de Dios es difícil concebir
la libertad en el ser humano.
El problema de las sustancias: Implica una concepción
panteísta. La “materia” y el “espíritu” son simples manifestaciones
de una sola sustancia (de un Dios inmanente en la naturaleza) que
mueve el mundo de forma mecanicista, confundiéndose con él.
24.5 Leibniz

Matemático, físico y filósofo racionalista de origen alemán.


Inventó el cálculo infinitesimal de forma paralela a Newton. Su
aportación fundamental a la filosofía fue el concepto de
“mónada“, un componente del universo, un átomo de
naturaleza espiritual, indivisible, inextenso e infinito, dotado
de percepción y energía. El universo es por tanto un universo
monadológico, en cuya cúspide se encuentra Dios (mónada
superior), quien lo organiza todo en base a una “armonía
preestablecida” (una especie de sincronización previa de
107

todas las leyes universales). Al igual que Spinoza, Leibniz afirma


que no se puede hablar de libertad absoluta en un mundo
organizado y predeterminado previamente por Dios.

El problema de las sustancias: Su solución a este problema


se conoce con el nombre de paralelismo psíquico-físico, lo que
implica que la “res extensa” (materia) y la “res cogitans” (alma)
están en sintonía perfecta desde el inicio de los tiempos, a la
manera de dos relojes perfectamente sincronizados por un Dios
creador.

24.6 Malebranche

Su teoría acerca de las “sustancias” se conoce con el


nombre de ocasionalismo, y supone aceptar que tanto la “res
cogitans” como la “res extensa” actúan a impulsos constantes
promovidos por la “res divina” (Dios), quien es la verdadera causa
eficiente, el único motor capaz de mover a todas las criaturas. Las
criaturas se constituyen así como simples “seres ocasionales”
(no necesarios) para que Dios ejerza su causalidad. Desde esta
perspectiva, también la libertad del ser humano se deja en
entredicho, lo que implica restarle todo libre albedrio y dejarlo
sometido a un destino predeterminado.

25 EL EMPIRISMO

25.1 Introducción

El Empirismo es una doctrina filosófica desarrollada


básicamente en las Islas Británicas durante los siglos XVII y XVIII.
Se opone frontalmente al Racionalismo continental y a las ideas
“innatas” de Descartes.

Frente al conocimiento racionalista “apriorístico” de


Descartes, los filósofos empiristas consideran que la “experiencia“
(“empeiria“) proveniente de los sentidos es la fuente de todo
conocimiento. Como afirmaría Locke: “Nada hay en nuestro
entendimiento que no haya pasado antes por nuestros sentidos“.
Pero como quiera que la experiencia es percepción subjetiva, la
verdad también se presentaría de forma subjetiva y particular,
teniendo por tanto un carácter relativo.
108

Así, el Empirismo dará lugar a un pensamiento subjetivista,


que a su vez determinará que prevalezca:

-Lo experimental sobre lo racional.

-El saber práctico sobre el saber teórico.

-La individualidad sobre lo universal.

-La temporalidad sobre lo eterno.

-Lo material sobre lo sagrado o divino.

Nos encontramos en definitiva ante un pensamiento


relativista y pragmático, pero también basado en los ideales
de libertad y tolerancia política, que los Ilustrados llevarán a
las últimas consecuencias, convirtiéndose en el ideario
político de las futuras Revoluciones Burguesas, que se
propusieron transformar la sociedad y hacerla progresar.

Por otra parte, aunque los diversos autores empíricos


proponen algunas variantes de análisis de la realidad, el método
general que utilizan para desarrollar el conocimiento es el método
inductivo (de lo particular a lo general). Partimos por ejemplo de
la observación regular de un determinado fenómeno natural (la
salida diaria del sol), para tomarlo como base y proponer una ley
de carácter universal. De esta forma, se pone de manifiesto la
superioridad del conocimiento basado en una experiencia cotidiana
y regular, que puede ser contrastada a través de los sentidos.
Remontándonos en el tiempo, podemos considerar como
inspiradores de la corriente empírica a Aristóteles, Guillermo de
Ockham, Roger Bacon y Hobbes. Los máximos representantes del
Empirismo inglés son Locke, Hume y Berkeley.

25.2 John Locke

25.2.1 Teoría del conocimiento (gnoseología)

Locke, filósofo empirista inglés, educado en Oxford,


encarna la tendencia materialista del Empirismo (que solo
admite la sustancia material). Las influencias más marcadas de su
pensamiento las podemos encontrar en la filosofía empírica de
Francis Bacon y en el carácter experimental de la física y la
109

química reinante en la época. Afirma Locke que no podemos


conocer el auténtico “ser” de las cosas, solo los aspectos
“sensibles” de los objetos cuando se nos muestran a través de la
experiencia, a la vez, origen y límite de todo conocimiento.

En su obra “Ensayos sobre el entendimiento humano”,


pretende investigar el origen y los límites del conocimiento
humano. Así, los empiristas no rechazan las ideas en sí, pues todo
conocimiento es conocimiento de ideas, lo que rechazan es el
origen innato de las mismas, dado que éstas solo se deben
corresponder con una realidad observable. Como consecuencia
de ello Locke (y todos los empiristas en general) son
sumamente críticos con respecto a la “Metafísica“, ya que los
fundamentos de ésta son las ideas especulativas que se
encuentran más allá de lo observable (Dios, el alma, el destino
del hombre, la totalidad de lo existente, etc.…).

Así argumenta Locke: “La experiencia nos hace concebir que


todo ente es individual y particular, por lo que los términos de
“universal” y “general” no pertenecen a la existencia real de las
cosas sino que son simples invenciones y criaturas del
entendimiento“ (*). Y continúa diciendo: “Cuando percibimos una
sucesión de entidades particular nos formamos una idea general
de las mismas, tomando las características comunes y dejando al
margen los rasgos diferenciadores entre ellas. Así la palabra
“caballo” acabará por adquirir el carácter de una idea universal.
Pero ¿dónde está lo universal?...no desde luego en las cosas en sí
(en el caballo), sino en las propias ideas que nos formamos de
ellas, en los contenidos mentales“.

En definitiva no hay ningún fundamento objetivo en el


proceso de construcción de ideas generales, por lo que nunca
podremos captar la “esencia real” de las cosas. Por tanto, la
pretensión de la metafísica tradicional de conocer la realidad a
través de las ideas universales o abstractas queda totalmente
desautorizada.
(*) En términos muy parecidos se expresará HUME al argumentar que todas
las ideas son particulares. Para Hume los CONCEPTOS UNIVERSALES solo son el
resultado de un proceso de generalización mental procedente de la experiencia, por
lo que terminamos por dar el mismo nombre a todos los objetos entre los que
encontramos alguna semejanza o similitud. Así las ideas abstractas o universales no
existen, pues no proceden más que de ideas particulares y concretas.
110

25.2.2 Las fuentes del conocimiento

-Las sensaciones, por medio de las cuales nos formamos


una idea de las cosas cuando las captamos directamente por los
sentidos. Así percibimos las cualidades primarias de los objetos,
como son la extensión, los colores, las figuras, el olor, el
movimiento, etc.

-La reflexión interna, por medio de la cual y a través de


ciertas operaciones mentales captamos la realidad de las cosas.
De esta forma se nos permite apreciar el contenido de todas
nuestras actividades mentales (la memoria, la voluntad, el
pensamiento, etc).

La sensación y la reflexión son pues las dos formas más


simples de experiencia, y de cuya combinación surgen todas las
ideas más complejas.

Las demás formas de conocimiento no dejarían de ser meras


probabilidades o deberían englobarse en el ámbito de la fe. Un
ejemplo de conocimiento intuitivo sería el de nuestra propia
existencia, algo que no necesitaría de demostración alguna. Un
ejemplo de conocimiento sensible es que tendríamos por ejemplo
de los astros y de las demás cosas cuando se nos presentan ante
nosotros. Será Hume, sin embargo, quien se muestre más radical
y escéptico en sus planteamientos, respecto a la verdad y a la
realidad cognoscible.

25.2.3 Crítica al innatismo cartesiano

Si la experiencia es fuente de todo conocimiento, queda por


tanto descalificada la teoría de las ideas innatas o principios que se
encuentran desde siempre en la naturaleza humana (como
sostiene la Filosofía Cartesiana).

Para Locke la mente es como una “tábula rasa” (una página


en blanco) sobre la que se van escribiendo todas las ideas a partir
de la experiencia sensible. La principal crítica de Locke a las ideas
innatas se centrará en demostrar la falsedad de que existe un
consenso universal sobre determinados principios especulativos.
Argumenta que si hubiesen conocimientos innatos todos los
hombres los conocerían desde siempre y en todos los lugares, y
además estarían todos ellos de acuerdo en lo mismo, lo que no es
111

así, por lo que hay que concluir que no existen las ideas prefijadas
en la mente de forma innata. Así se expresa: “Tomemos por
ejemplo la idea de Dios. Hay pueblos en los que tal idea no
existe, y otros en los que existen concepciones distintas,
muchas de ellas disparatadas y ridículas, lo que no podría
ocurrir si la idea de Dios fuera innata y verdadera…”

Si analizamos el ámbito de la moralidad encontramos un


panorama similar. Lo más que podemos observar es una tendencia
natural que se manifiesta en una total disparidad de formas de
comportamiento y de conductas, disparidad que aumenta si estas
conductas las comparamos con las de otras sociedades y otras
épocas históricas, pero nunca podremos constatar principios
morales innatos. “Otro motivo que me hace dudar de la
existencia de principios innatos, es que no creo que pueda
proponerse una sola regla moral que sea válida para todos y
que no pueda exigir un razonamiento contrario”.

25.2.4 Teoría política de Locke (*)

Locke representa la tendencia materialista del


Empirismo. Además de destacado filósofo, es también el máximo
teórico del liberalismo político y de la monarquía constitucional
o parlamentaria, cuyas ideas se oponen frontalmente al
absolutismo monárquico de Hobbes. La doctrina política de Locke
se encuentra expuesta en sus dos “Tratados sobre el gobierno
civil“.

Locke desarrollará básicamente su pensamiento político en


su “Segundo Tratado” formulando una teoría política del pacto
consentido o “Contrato social“ (“Convenant“), para explicar el
origen de las sociedades humanas (Estado) y fundamentar la
legitimidad de los gobiernos. Expone además los postulados
básicos del Liberalismo. A diferencia de Hobbes, Locke manifiesta
que el absolutismo político es inadmisible por atentar contra las
libertades humanas, argumentando que el “contrato” implica una
sociedad de hombres moralmente libres que, renunciando a parte
de su libertad, manifiestan su voluntad expresa de someterse a un
pacto, materializado en la ley y en la constitución de un poder
legislativo supremo: el Parlamento. Es en el Parlamento por
consiguiente donde reside la soberanía popular y por tanto la
legitimación del poder. Y solo como símbolo o representante del
Estado debe quedar instituida la figura del Monarca o
112

Gobernante, siempre sometido a las leyes asamblearias del


Parlamento.

A partir de las teorías políticas de John Locke, el francés


Montesquieu sentará el principio de la “División de Poderes“
(Legislativo, Ejecutivo, Judicial), que tanta trascendencia tendría en
el pensamiento político liberal posterior.

En resumen, para Locke el pacto entre individuos supone


una renuncia parcial de derechos a favor del gobernante, cuyo
poder puede ser revocado por el Parlamento si éste obrara
contrariamente al mandato encomendado. Su finalidad es la
defensa de los derechos naturales inalienables (la vida, la libertad,
la propiedad privada, etc). En este pacto consentido, el hombre
renunciaría a legislar y a gobernar a favor de un mandatario social,
pero no a su libertad, aunque ésta se vería restringida.
(*) Ver el tema completo “TEORIAS CONTRACTUALES” (Locke, Hobbes,
Rousseau) en FUNDAMENTOS DE FILOSOFIA.

25.3 George Berkeley

Pensador y obispo anglicano, nacido en Irlanda. Representa


la tendencia idealista del Empirismo, es decir, que solo admite
la sustancia espiritual. En este sentido, expuso una metafísica
idealista para sustentar la fe religiosa: solo los espíritus, las ideas
percibidas por la conciencia y la voluntad de Dios manifestada en
los fenómenos naturales, tienen existencia real. Para Berkeley la
existencia de los objetos está condicionada a su percepción (ser o
existir consiste precisamente en ser percibido), por lo que nada
existe fuera de la percepción humana. Es considerado uno de los
precursores del IDEALISMO alemán.

25.4 David Hume (1711-1776)

Filósofo empirista nacido en Escocia. Hume es el


representante más radical del empirismo. La premisa de que el
hombre es incapaz de alcanzar la verdad, lo trascendente, le
conducirá en sus conclusiones a un ESCEPTICISMO GENERAL
en todos los ámbitos del conocimiento, lo que él mismo
consideraba como el mejor antídoto contra el dogmatismo y el
fanatismo.
113

El escepticismo de Hume será la base del pensamiento


kantiano, con quien se iniciará el fin de la Metafísica como
pretensión científica. Sus obras más importantes son “Tratado
sobre la naturaleza humana” e “Investigación sobre el
entendimiento humano“.

25.4.1 Teoría del conocimiento

Para Hume toda realidad mental o todo conocimiento


proviene de la experiencia, y ésta se reduce a un conjunto de
percepciones sensibles que impregnan nuestros sentidos. Por
tanto, la fuente originaria de todo conocimiento es la percepción,
pues más allá de ella no existe nada. A su vez ésta se manifiesta
de dos formas:

1) Las impresiones, que son sensaciones intensas que


capta la mente en un momento dado y entre ellas se incluirían
todos los estados pasionales y emocionales: deseo, aversión,
miedo, esperanza, dolor, placer….

2) Las ideas, que son imágenes debilitadas de las


impresiones y se corresponden con sensaciones más débiles de la
mente. Las ideas aparecen cuando pensamos, imaginamos o
recordamos. Así pues, ambas formas de conocimiento
(impresiones e ideas) son igualmente percepciones; la diferencia
entre ellas consiste en los diferentes grados de “fuerza” o
“vivacidad” con que inciden en nuestra conciencia.

La actividad mental no consistiría más que en relacionar


unas ideas con otras, en función de diversas leyes de asociación:
de “semejanza“, de “contigüidad” y de “causa-efecto“ (principio de
causalidad), etc.

La asociación de ideas proviene de la disposición natural de


la mente por la que tendemos a relacionar diversos contenidos
mentales. Así, como consecuencia de ella, la presencia de un
objeto mental trae consigo la aparición de otro u otros. En palabras
de Hume: “Gracias a las leyes de asociación, la mente forma
espontáneamente ideas complejas a partir de otras más simples”.

Por las leyes de semejanza asociamos las cosas parecidas


entre sí. Por ejemplo, podemos observar la relación que existe
entre un paisaje natural y otro pictórico. Por las leyes de
114

contigüidad asociamos cosas que comúnmente aparecen


próximas en el tiempo o en el espacio. Así la visión de una mano
nos lleva a pensar inmediatamente en el resto del cuerpo. Por el
principio de causalidad, relacionamos dos fenómenos
suponiendo que el primero (causa) origina el segundo (efecto). Por
ejemplo, en el choque de una bola de billar con otra, suponemos
que la segunda se desplazará a consecuencia del choque con la
primera.

25.4.2 Crítica de Hume al principio de causalidad

En multitud de ocasiones podemos comprobar que


determinadas causas (fuego) producen determinados efectos
(calor), que relacionamos normalmente en base al denominado
PRINCIPIO DE CAUSALIDAD ó LEY DE LA CAUSA-EFECTO,
siendo ésta el fundamento de casi todos nuestros conocimientos
fácticos (de hecho) y científicos. Es decir, tenemos la sensación de
que ciertos hechos se repetirán siempre en el futuro de manera
semejante, debido a que siempre ha ocurrido así en el pasado. En
definitiva, “la relación causal” se ha concebido tradicionalmente
como una “conexión necesaria” entre la causa y el efecto, de tal
modo que conocida la causa, la razón puede deducir el efecto que
se seguirá, y viceversa, conocido el efecto, la razón se podrá
remontar hasta la causa que la produce. Así, por costumbre o por
hábito se suelen hacer previsiones cotidianas en función de esta
ley racional. De la misma forma casi todo el razonamiento
científico está basado en esta relación causa-efecto.

Pero en realidad no existe ninguna “conexión o vínculo


necesario” que relacione de forma inequívoca e inexorable los
efectos con las causas que los producen. Solo podemos constatar
una sucesión de fenómenos, porque en realidad desconocemos
las auténticas fuerzas a través de las cuales actúan los cuerpos.
De tal forma, puede haber causas que no produzcan
necesariamente los efectos esperados y, asimismo, puede haber
efectos que provienen de causas no previstas de antemano. En
definitiva, el principio de “causalidad” solo tiene valor aplicado a la
“experiencia“, aplicado a objetos de los cuales hemos tenido
impresiones, o lo que es igual, aplicado al pasado, nunca al futuro,
del que no tenemos constancia ni impresión alguna. Contamos con
que se produzcan determinados hechos futuros porque aplicamos
la “inferencia o deducción causal” pero esta predicción es ilegítima,
por muy fundamentada y razonable que pueda parecer. Por tanto,
115

las relaciones causales entre las cosas no pueden ser


conocidas a priori (por la razón), o lo que es igual, la certeza
de los fenómenos solo puede ser comprobada por la
experiencia (a posteriori). Por ejemplo, si vemos por primera vez
el fuego no hay manera de saber que puede quemarnos, tan solo
lo sabremos cuando lo hemos experimentado por nosotros mismos
o cuando lo han experimentado otras personas. Solo entonces
podremos afirmar taxativamente que el fuego (causa) puede
producir una quemadura (efecto).

25.4.3 Crítica a la metafísica


La METAFISICA ha abusado constantemente de esta
aplicación ilegítima del “principio de causalidad”, pretendiendo
llegar a conclusiones absolutas, cuando en realidad su único punto
de partida ha sido la especulación teórica, nunca la experiencia.
Así por ejemplo los argumentos “a priori” basados en el principio
causa-efecto, infiriendo la existencia de Dios, incurren en un claro
uso ilegítimo de tal principio.

Hume analiza uno de los argumentos que parecen tener más


fuerza de convicción en el ámbito de la Filosofía: el que, partiendo
de la existencia de un cierto orden universal, infiere la existencia
de un proyecto inteligente, de un agente causal. Además de
incurrir en la misma inconsistencia en el uso del principio de
causalidad, Hume añade que este argumento atribuye a la causa
más cualidades de las necesarias, por ejemplo, las cualidades
morales. Así una vez deducida la existencia de dicha causa,
caemos en el error de atribuirle nuevas propiedades inexistentes.
Este argumento lo ilustra con un ejemplo: la causa del error la
constatamos en el ámbito de la experiencia diaria, cuando al tomar
como modelo la obra de un artesano, inferimos, sin más, las
cualidades o atributos de su creador, por lo que la afirmación de la
existencia de Dios no es más que una hipótesis incierta e inútil.
Como conclusión, la teoría crítica de Hume destruye no
solo el principio de causalidad en el que están basadas las
cuestiones metafísicas, sino también las propias ciencias
físico-naturales, haciendo de sus verdades algo meramente
relativo o probable.
116

25.4.4 Crítica de Hume a la idea de sustancia

Siguiendo los pasos del racionalismo cartesiano, los


empiristas Locke y Berkeley, no renuncian a la idea de substancia.
El primero, al afirmar la primacía de las “substancias físicas”, el
segundo, aceptando solamente la “substancia espiritual”. Será
Hume sin embargo el primero que afirmará que el concepto de
sustancia carece de todo fundamento, negando la existencia tanto
de la sustancia material como de la sustancia espiritual.

Si todo conocimiento parte de una impresión, entiende Hume


que las sustancias “materiales” no son en absoluto perceptibles.
Tomemos por ejemplo la supuesta sustancia que se deriva de la
expresión “rosa“; toda la experiencia que puedo tener de ella se
agota en las propiedades que percibo (olor, color, textura, tamaño,
forma…), y no existe una realidad distinta que pudiera derivarse de
la suma de todas esas propiedades perceptuales. En definitiva,
todo nuestro conocimiento de los objetos se situaría en el nivel de
“atributos“, nunca de “substancia“.

Con respecto a la sustancia espiritual, Hume rechazará


igualmente el argumento ontológico que pretende justificar “a
priori” la existencia de Dios, como se ha visto anteriormente al
analizar el principio de causalidad.

25.4.5 Ética emotivista de Hume

Hume desarrolla una ETICA NATURAL de corte


emotivista (“Emotivismo moral“) basada en las emociones y
en los impulsos instintivos. “Si podemos aceptar algún principio
de la filosofía que sea cierto e indudable es éste: no hay nada en
sí mismo valioso o despreciable, deseable u odioso, bello o
deforme, sino que estos atributos nacen de los particulares
sentimientos y de los afectos humanos”.
Así se opondrá a los sistemas éticos basados en el
“racionalismo moral“, que pretenden fundar en la razón la vida
moral del ser humano (principio del que ya partieron los griegos y
que después desarrollaría Kant). La razón puede señalarnos
cuáles son las consecuencias de un determinado acto moral, pero
por sí sola es insuficiente. La valoración ética, es decir el
fundamento de la moral, habría que buscarlo pues en nuestra
propia naturaleza humana, en la interioridad de los sentimientos de
117

agrado o desagrado que el sujeto experimenta al obrar de una


forma determinada, sentimientos que, por otra parte, son comunes
a todos los hombres. Así afirma: “llamamos acciones virtuosas a
todas las acciones que despiertan en nosotros un sentimiento
positivo de humanidad, mientras que los vicios despiertan en
nosotros el sentimiento contrario”.

Entonces, si las valoraciones morales no dependen de un


juicio de razón, dado que la razón no puede impulsar al hombre a
actuar moralmente, ¿qué garantía tendríamos de coincidir con los
demás en tales valoraciones?…La respuesta a esta pregunta se
encuentra en la noción de UTILIDAD, la que de hecho parece ser
la fuente de toda alabanza y aprobación social (lo bueno se
premia, lo malo se castiga) y la justificación de ese gran respeto
que mostramos por la justicia, la fidelidad, el honor, la lealtad, la
generosidad, la caridad... De esta forma, para Hume, la
UTILIDAD no solo será el fundamento principal de la MORAL
que debe imperar en una sociedad, sino también la base de la
existencia de los GOBIERNOS. Así opinará que no hay principios
ni fundamentos que justifiquen la formación de las sociedades y la
legitimidad de un gobierno, sino solo la utilidad, el beneficio y el
interés que reporta la existencia de tal gobierno.

Por otro lado, la moralidad no pretende describir “lo que es”


sino “lo que debe ser“. Pero de la simple observación de los
hechos no se podrá inferir nunca un juicio moral, es decir lo que
debería ser. Así pues, hay un paso ilegítimo del ser (los hechos) al
deber ser (el acto moral). Nos encontramos de nuevo con un
empleo ilegítimo del principio de causalidad. Serán en definitiva los
sentimientos del propio sujeto los que sustentarán el verdadero
valor de las acciones éticas. De esta forma, Hume iniciará una
ETICA SOCIAL basada en el UTILITARISMO y el RELATIVISMO,
que se desarrollará durante el siglo siguiente.

26 EL JANSENISMO

26.1 Pascal

Durante el siglo XVII el Racionalismo Cartesiano convive


en Francia con las tendencias religiosas del Jansenismo, un
movimiento espiritual de raíz agustiniana centrado en la Abadía de
Port Royal, de donde surgirá la genial figura de Pascal, eminente
físico, matemático y filósofo.
118

Razón y fe: Como hombre de ciencia, Pascal conoce


perfectamente las limitaciones de la razón científica, que nunca
podrá alcanzar la verdad, aspiración que solo podrá ser colmada
por la fe.

Naturaleza dual del ser humano: Su antropología se inspira


en la naturaleza dual del ser humano. Por un lado, el hombre
busca desesperadamente la felicidad, pero solo se ve inmerso en
la miseria; por otro lado anhela la verdad, pero solo consigue vivir
en el error; finalmente, el ser humano siente que tiene una
dimensión sobrenatural, pero al mismo tiempo es consciente de su
propia e insignificante naturaleza finita (en este sentido argumenta
Pascal con el mayor acierto que “el hombre es una caña
pensante”).

Sus aportaciones como hombre de ciencia: como


matemático destacó por sus estudios sobre secciones cónicas,
combinatoria, cálculo de probabilidades y análisis infinitesimal.
Como físico son importantes sus aportaciones en el campo de la
hidrostática (“Principio de Pascal”), y por sus ensayos sobre el
vacío.

27 LA CULMINACION DE LA REVOLUCION CIENTIFICA

27.1 Introducción

La denominada Revolución Científica sentó las bases de la


Ciencia Moderna, con mentes tan brillantes como Torricelli,
Descartes, Leibniz o Pascal, llegando a su plena madurez con el
físico y matemático Isaac Newton, profesor en la Universidad de
Cambridge. Aunque debemos anotar que esta revolución se
empezaría a gestar ya en el Renacimiento (con Copérnico, Kepler,
Galileo y Francis Bacon).

Todo este proceso de evolución y de cambio, que culmina


con Newton, se caracteriza básicamente por tener un elemento en
común: la visión mecanicista del mundo. Según el “mecanicismo”
todos los fenómenos de la naturaleza se explican de una forma
racional según las leyes físicas (mecánicas) que rigen el universo.

De esta forma, a partir de Newton, la Física acabará por


desplazar definitivamente a la Teología y a la Filosofía Escolástica
119

Medieval, y se convierte en obligado punto de referencia de


cualquier reflexión tanto científica como filosófica. Una de las obras
más conocidas de newton es “Principios matemáticos de
filosofía natural“, donde expone todo su pensamiento científico-
filosófico.
27.2 Newton (1642-1727)

Además de formular sus tres famosos “Principios de la


Dinámica” en Mecánica Clásica, plasmados en las denominadas
“Leyes de Newton”, elaboró también su trascendente “Teoría de
la gravitación universal”, relacionada con la fuerza de atracción
que se ejerce entre dos cuerpos que poseen una determinada
masa

-La TEORÍA DE LA GRAVITACION UNIVERSAL la podemos


ver resumida en el temario de “FISICA”.

-En cuanto a los PRINCIPIOS DE LA DINÁMICA (Leyes de


Newton) se enuncian de la siguiente forma:

El principio de inercia: un punto material no puede modificar


por si mismo su estado de reposo o movimiento. Si está en reposo
continuará en esta situación de forma indefinida (si ninguna fuerza
lo altera), y si está en movimiento continuaré moviéndose a la
misma velocidad (si ninguna fuerza externa lo frena o lo acelera).

El principio de acción de fuerzas: las fuerzas son


proporcionales a las aceleraciones que producen.

El principio de acción y reacción: una fuerza que actúa sobre


un cuerpo produce en éste una fuerza de reacción igual y en
sentido opuesta a ella.

28 EL IDEALISMO ALEMAN

28.1 Introducción

Los filósofos del Idealismo alemán (Fichte, Schelling, Hegel


y Kant) se encuadran dentro de la ILUSTRACION, en el
denominado “SIGLO DE LAS LUCES” (en alemán “Aufklerang”). El
IDEALISMO es un sistema filosófico basado en la razón que
considera las ideas como fundamento de toda verdad. Por tanto la
120

fuente de todo conocimiento son las ideas que representan los


objetos sensibles. Sus orígenes se remontan a Platón.

Las variantes más importantes del Idealismo alemán son: el


Idealismo Subjetivo (Fichte), el Idealismo Objetivo (Schelling), el
Idealismo Absoluto (Hegel), el Idealismo Trascendental (Kant).

28.2 Immanuel Kant (1724-1804)

28.2.1 Breve semblante y objeto de su filosofía

Kant es uno de los más grandes pensadores del idealismo


germano. Nació en 1724 en la ciudad alemana de Koningsberg
(Prusia) en el seno de una familia humilde y educada en el
“pietismo, un movimiento religioso surgido en el siglo XVII en
Alemania como reacción frente a las Iglesias Protestantes
(Luterana y Calvinista). Pasó toda su vida en su ciudad natal, en
cuya Universidad fue profesor de lógica y metafísica.
Simpatizante de la Revolución francesa y promotor de la libertad
de expresión, luchó contra el despotismo político y religioso de la
época. Influido por el Empirismo de Hume y los ideales de la
Ilustración francesa, procuró trasladar a su filosofía el mayor rigor
científico.

Su filosofía crítica se centrará en analizar y comprender


la posibilidad y los límites de la razón, tanto en su aspecto
teórico (RAZÓN PURA) como en su dimensión práctica
(RAZÓN PRÁCTICA). La primera se ocupa de conocer cómo
son las cosas (el ser), mientras que la segunda trata de cómo
debe manifestarse la conducta humana (deber ser).

28.2.2 Nuevo planteamiento de la filosofía kantiana

Para Kant existe un error de partida en todas las filosofías


precedentes de corte realista (a partir de Aristóteles). Así se había
creído que la finalidad del conocimiento científico era el OBJETO
en sí mismo, pero todos los intentos realizados con vistas a
establecer mediante “conceptos” algo sobre dichos objetos, han
sido siempre negativos.

Por tanto hay que invertir el planteamiento, haciendo que


el SUJETO (sus facultades cognoscitivas) sea el centro activo
del conocimiento y punto de partida en la explicación de todo
121

saber. Es decir, todo conocimiento debe quedar supeditado a


la estructura cognoscitiva del sujeto. Este cambio, argumenta
Kant, es tan necesario para la Filosofía como lo fue para la
Astronomía sustituir el geocentrismo por el nuevo planteamiento
heliocéntrico de Copérnico (Revolución copernicana).

28.2.3 Teoría del conocimiento (“Crítica de la razón pura“)

Su teoría del conocimiento la expone Kant en su obra


“Crítica de la razón pura“ (*), donde se propone hacer un
análisis denominado trascendental, no del conocimiento en sí
de los objetos sino cómo puede llegar a conocerlos, lo que
supone un intento de analizar la propia ACTIVIDAD
RACIONAL, los límites y las condiciones en que ésta se
produce.

(*) Así la “razón pura” (teórica) se ocuparía del conocimiento, tema que aborda en la
citada obra “CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA”, intentando responder a la pregunta “qué puedo
conocer“. Mientras que la “razón práctica” se debe ocupar de los principios que rigen la
conducta humana, tema que abordará en su obra “FUNDAMENTACION DE LA METAFÍSICA
DE LAS COSTUMBRES” y “CRITICA DE LA RAZÓN PRACTICA“, intentando responder a la
pregunta “qué debo hacer“.

Las facultades cognoscitivas según Kant

Tanto la SENSIBILIDAD como el ENTENDIMIENTO son


facultades cognoscitivas (que conocen) porque se ocupan de
los “FENÓMENOS“, es decir, de las cosas tal y como son
percibidas por el sujeto a través de los sentidos. Nuestro
conocimiento por tanto debe limitarse a la realidad de los
“fenómenos“, no pudiéndose ir más allá de ellos. Por tanto
ambas facultades se ocupan del conocimiento “fenoménico” de los
objetos, colaborando la una con la otra, pues como dice Kant: “sin
la sensibilidad no nos serían dados los objetos, y sin el
entendimiento ninguno de ellos podría ser pensado ni
conocido”. Veamos ambos conceptos:
-La SENSIBILIDAD es la facultad “pasiva” que consiste
en recibir impresiones a través de los sentidos,
proporcionándonos el “ELEMENTO MATERIAL” del
conocimiento. Pero cualquier percepción sensible de los objetos
que se observa en la naturaleza depende de dos condiciones
generales y necesarias, el ESPACIO y el TIEMPO, a los que
denomina Kant FORMAS A PRIORI DE LA SENSIBILIDAD, por ser
INTUICIONES PURAS adquiridas al margen de la experiencia. En
122

definitiva, para percibir cualquier objeto es necesario que el sujeto


posea previamente (a priori) la intuición pura del espacio y del
tiempo. Dicho de otra forma, no se puede pensar ni tener
impresión de cosa alguna sin referirla a un espacio y a un
tiempo concreto.
-El ENTENDIMIENTO (LA RAZÓN) es una capacidad
“activa” del intelecto, y se ocuparía de los conceptos
especulativos de la “METAFÍSICA” (Dios, alma, mundo) y del
“NOÚMENO”, es decir, el objeto en sí mismo, la realidad
trascendente solo perceptible por la razón, realidades ambas
que se hallan más allá de la experiencia. La tendencia natural
de la razón es formular juicios. Por tanto, cuando la razón se
mantiene dentro de los límites de la lógica y la experiencia, puede
ser útil, pero cuando intenta elaborar conceptos cada vez más
generales y universales (contenidos propios de la metafísica)
pretendiendo ir más allá de la pura experiencia sensible, puede
extralimitarse y caer en el dogmatismo (razón dogmática).
En suma, el entendimiento tendría la misión de
comprender lo percibido por los sentidos, elaborando
conceptos que son los que darían “forma” concreta a las
impresiones sensibles. Según Kant, el entendimiento es el que
configura esa pluralidad de sensaciones, esa materia bruta y
caótica percibida inicialmente, dándole una determinada “forma
objetiva” y elaborando “conceptos” o “categorías” (CONCEPTOS
PUROS DEL ENTENDIMIENTO), todos ellos necesarios, dado que
los “fenómenos” no pueden ser conocidos sin aplicarles dichas
categorías (unidad y pluralidad, necesidad y contingencia,
causalidad y efecto, sustancia y accidente, existencia y no
existencia, posibilidad e imposibilidad…).

Pues bien, una vez el entendimiento ha estructurado de


forma “espacial” y “temporal” esa pluralidad dispersa de
sensaciones, es necesario la emisión de JUICIOS. La tarea del
entendimiento sería por tanto unificar y coordinar todos los
datos aportados por la experiencia sensible, para llegar
finalmente a la formulación de JUICIOS o PROPOSICIONES.
De esta forma, todo acto relacionado con el conocimiento de
los fenómenos se realiza a través de juicios o lo que es igual
en el acto de juzgar.
123

Tipos de juicios en la filosofía tradicional

-Juicios sintéticos: (a posteriori o de realidad): El


predicado no se deriva necesariamente de la noción de sujeto.
Son juicios particulares que vienen determinados por la
EXPERIENCIA (a posteriori), por lo que tienen un significado
particular. Aunque incrementan el conocimiento, no son
universales ni necesarios. Se corresponden con las VERDADES
DE HECHO (la hipótesis del EMPIRISMO). Un ejemplo de ello lo
tenemos en la afirmación siguiente: “el agua hierve a 90 grados”.
Es por tanto un juicio que se deriva de la experiencia, pues nada
nos impide pensar que el agua pueda hervir a 89 o a 91 grados,
dependiendo de las latitudes.

-Juicios analíticos: (a priori o lógicos): El predicado se


deriva necesariamente del sujeto. Este tipo de juicio está
fundamentado en la RAZÓN (a priori) y por tanto es universal
y necesario, pero no aporta ningún conocimiento nuevo. Se
corresponden con las VERDADES DE RAZON (las tesis del
RACIONALISMO). Kant propone el siguiente ejemplo: “todos los
cuerpos tienen el atributo de la extensión“. Para saber que esta
tesis es verdadera solo tenemos que pensar en el concepto de
cuerpo e inmediatamente se nos vendrá a la mente el concepto de
“extensión“, pues no se puede pensar en un cuerpo, por minúsculo
que sea, que no ocupe un determinado lugar en el espacio.

La aportación kantiana (“Juicios sintéticos a priori“)

Según Kant, el verdadero conocimiento no se deriva ni de los


juicios sintéticos ni de los juicios analíticos (pues los dos por
separado incumplen algún requisito), sino de una combinación de
ambos, en la forma particular de “JUICIOS SINTÉTICOS A
PRIORI” que, por otra parte, solo se producirán en los
razonamientos físico-matemáticos. Por un lado, son juicios
sintéticos (porque añaden algo nuevo al conocimiento), y por otra
parte son juicios a priori (porque que tienen un significado
universal y necesario). Esta exposición equivaldría para Kant
hacer una síntesis entre RACIONALISMO y EMPIRISMO. Así el
conocimiento derivaría a la vez de la RAZÓN y de la
EXPERIENCIA. Sería, en palabras de Kant, una combinación
entre lo puesto por el sujeto racional y lo dado por la
experiencia.
124

Así pues, analizar la capacidad del sujeto para producir


“juicios sintéticos a priori“ (*) en los razonamientos físico-
matemáticos, será uno de los objetivos de su obra “Crítica de la
razón pura” (apartados de “Estética Trascendental” y “Analítica
Trascendental“). El resultado es que tanto la física como las
matemáticas son ciencias, dado que en ambas disciplinas se
dan “juicios sintéticos a priori“ porque vienen determinados
por LEYES GENERALES y al mismo tiempo, porque se
encuentran dentro de los limites que impone la EXPERIENCIA.

(*) Un tipo de juicio sintético a priori en “matemáticas” sería la siguiente


proposición (7 + 5 = 12). Así el resultado de “12” no estaría solo comprendido en la
idea de sumar “7+5“ (puede provenir también de sumar 6+6 ó 8+4), por lo que el
juicio sería SINTETICO (a posteriori) y aumentaría mi conocimiento. Pero al mismo
tiempo no deja de ser un juicio A PRIORI, porque es una proposición universal y
necesaria. Sucede lo mismo en el siguiente ejemplo de juicio sintético a priori en
Física: “todos los cuerpos son pesados“. Por un lado estamos realizando un juicio
SINTETICO, porque se parte de una experiencia previa, pero al mismo tiempo es un
juicio A PRIORI porque se corresponde con un principio de la física universal (la ley
de la gravitación).

Resumen (Teoría kantiana del conocimiento)

Kant hace una síntesis entre los juicios cartesianos (verdades de razón) y los
juicios del empirismo (verdades de hecho).

Por un lado, los juicios cartesianos (analíticos o a priori) son universales y


necesarios, pero no añaden nada nuevo al conocimiento; por otro lado, los juicios del
empirismo (sintéticos o a posteriori) añaden algo nuevo al conocimiento, pero les
falta universalidad y necesidad.

Inicialmente, el carácter sintético de la realidad nos lo proporciona el caudal


de sensaciones externas (la experiencia), mientras que el carácter analítico nos lo
proporciona el intelecto (la razón). De esta forma, insertando estas sensaciones en el
intelecto se transformarán en algo cognoscible e identificable (verdad fenoménica o
“fenómeno”), como única verdad conocida.

Por tanto, los juicios válidos son aquellos que a su vez son sintéticos y
analíticos, en la forma particular de “juicios sintéticos a priori“, que son únicamente
posibles en las ciencias físico-matemáticas, donde no tiene cabida la metafísica y, en
consecuencia, el conocimiento de ninguna verdad suprema, como el alma o Dios.

28.2.4 Argumentos en contra de la metafísica

En su tercer apartado (“Dialéctica Trascendental“) expone


la imposibilidad de fundamentar una ciencia METAFISICA, a la que
no se ajustaría el esquema de los juicios antedichos. Es el llamado
“problema crítico” de la metafísica que vuelve a plantearse por
Kant. Así mientras la lógica, las matemáticas, la física y las
ciencias naturales han ido encontrando un camino seguro, la
125

metafísica (la que en su dia fue “reina de las ciencias“) no lo ha


conseguido: “No hay pues duda alguna de que su modo de
proceder ha consistido hasta la fecha en un mero andar a
tientas“…

A diferencia de otras ciencias, la metafísica ha pretendido


trascender la experiencia y ofrecernos un conocimiento de
entidades en sí mismas, como Dios, el alma y el mundo en su
totalidad, a partir de conceptos racionales (a priori). Así la “razón“,
yendo más allá de los “fenómenos conocidos”, intenta encontrar
“principios absolutos” sustentados en premisas imaginarias. En
definitiva, la tendencia de la RAZÓN al buscar leyes, principios
generales o conceptos puros, es útil para ampliar nuestro
conocimiento, siempre y cuando se mantenga dentro de los límites
de la experiencia. Así cuando se rebasan los límites de la
experiencia (al hablar de Dios, del alma, del mundo en sí) se entra
en el peligroso terreno de la especulación (en el uso dogmático de
la razón), siendo imposible conocer este ámbito.

28.2.5 Teoría kantiana de la moral (Rigorismo kantiano)

Introducción

En sus obras “Metafísica de las costumbres” y “Crítica de


la razón práctica” Kant expone su teoría ético-moral, y en este
sentido su “Imperativo categórico” expresa “lo que debe hacerse“.
No se interesa tanto por la forma de entender la moral cotidiana,
sino en formular una ética cuyos principios sean UNIVERSALES y
NECESARIOS, válidos para todos. En otro sentido, no le interesan
los “contenidos” o las reglas de conducta, sino la “forma“ o los
criterios racionales que han de determinar el valor de nuestras
acciones. De ahí que su ética se encuadre dentro de las llamadas
ETICAS FORMALES.

El imperativo categórico

La moral kantiana, denominada rigorista, se basa en un


principio supremo o ley moral, que se traduce en una
exigencia (IMPERATIVO CATEGÓRICO), por el que toda acción
moral del ser humano debe estar movida solo por el DEBER,
independientemente de cualquier otra inclinación o
motivación exterior (como el interés, la amistad o la felicidad).
Debemos ayudar a los demás no por piedad, ni por amistad, sino
126

por ser una exigencia moral, un deber. Una formulación del


Imperativo categórico sería la siguiente: “Obra según una máxima
tal que puedas querer al mismo tiempo que se convierta en ley
universal”. Las máximas son reglas o principios prácticos por los
que obra de forma determinada el sujeto, es decir, los contenidos o
concreciones que cada uno hace del Imperativo categórico.

La virtud

Para Kant el mayor BIEN MORAL (que identifica con


VIRTUD) no consiste en buscar la felicidad, sino en hacerse
merecedor de ella, lo que se consigue al actuar conforme a esa
EXIGENCIA MORAL BASADA EN EL DEBER, lo que por otro lado
no depende de ninguna condición. La virtud pues no obedece a
ningún IMPERATIVO CONDICIONAL, que prescribe una acción
como buena porque es necesaria para conseguir algún fin: “si
quieres ser estimado actúa con honestidad”…””si quieres ser feliz
busca el placer“. La virtud obedece a un IMPERATIVO MORAL
que postula simplemente: “debes ser bueno, debes ser justo,
debes ser honrado…“
Las acciones y el deber

Podemos definir la ética de Kant como una ETICA del


DEBER, entendido éste como la obligatoriedad de realizar una
acción guiada por la razón y conforme a la ley que el individuo se
impone a sí mismo de manera autónoma. En definitiva, actuar
por deber sería pues actuar conforme a la ley moral.

En este sentido, Kant distingue tres tipos de acciones.


Supongamos que un amigo nuestro ha cometido un crimen y
acude a nosotros para que lo escondamos de la justicia:

-Acciones contrarias al deber (inmorales): Escondemos a


nuestro amigo para obstaculizar la labor de la justicia. En este caso
actuamos por amistad hacia nuestro amigo, pero ¿sería ésta una
conducta que pudiéramos aceptar de forma universal?…. No,
piensa Kant; actuaríamos pues de forma contraria a la moral.

-Acciones conformes al deber (meramente legales):


Entregamos a la justicia a nuestro amigo, para evitar vernos
implicados en el crimen. Aunque actuemos correctamente desde el
punto de vista legal, el móvil de nuestra acción sigue siendo
127

egoísta, y por tanto dicha acción es inmoral, dado que nuestra


voluntad no ha sido determinada por la conciencia del deber.

-Acciones por deber (morales): Entregamos a nuestro


amigo a la justicia, simplemente porque consideramos que éste es
nuestro deber, por mucho que nos duela verle en esa tesitura. Esta
es la auténtica acción moral, despojada de todo interés y de toda
condición. En definitiva, nuestras actuaciones solo son
moralmente válidas cuando actuamos exclusivamente POR
DEBER. Hay que matizar que cuando el fundamento de la acción
moral es solamente la búsqueda de la felicidad, la conducta podrá
ser CONFORME AL DEBER. Solo cuando la felicidad se procura
POR DEBER, ésta tiene pleno sentido moral.

El motor de la acción moral (la voluntad)

Para Kant la bondad o maldad de una acción moral no hay


que buscarla en ella misma (en su contenido) sino en la
VOLUNTAD del individuo que la ejecuta, en el motor que nos
induce a realizarla, independientemente de los resultados o las
consecuencias que se obtengan. Si por cualquier motivo no se
lograse el buen fin pretendido, no por ello dejaría de apreciarse la
bondad del propósito o la intención, dado que la BUENA
VOLUNTAD es en sí misma un BIEN. Al respecto sentencia Kant:
“Es imposible imaginar nada en el mundo o fuera de él que pueda
ser llamado absolutamente bueno, excepto la buena voluntad“.
Pero la voluntad humana puede ser determinada por la RAZÓN y
al mismo tiempo por la INCLINACIÓN (apetencias y pasiones).
Solo cuando la acción moral es movida por la RAZÓN se obra
POR DEBER.

Éticas formales y éticas materiales

El rigorismo kantiano se encuadra dentro de las llamadas


ÉTICAS FORMALES que propugnan obrar bien por el valor de la
propia acción moral en sí misma, por la propia “ley formal” que
establece lo que debe hacerse, oponiéndose a las ÉTICAS
MATERIALES, que son básicamente aquellas que proponen un fin
al que debe subordinarse toda acción moral; así, en este segundo
caso, la moralidad de los actos se juzga a través de un contenido
“material” que indica expresamente el “fin” o el “bien” supremo al
que ha de aspirar el hombre y los “medios” de los que ha de
valerse para conseguirlos.
128

Objeciones de Kant a las Éticas Materiales

Entre las éticas materiales podemos distinguir:

Éticas teleológicas (de fines y bienes): Nos indican cuál es


el fin que el hombre debe perseguir: la perfección, la felicidad, el
placer, lo útil, etc. Entre ellas se cuentan el Pragmatismo, el
Utilitarismo, el Hedonismo, el Epicureismo, e incluso el
Cristianismo.

Ética axiológica (ética de los valores): los valores se


definen como cualidades objetivas que encontramos en las cosas
(Max Scheler).

Todas las éticas materiales, según Kant, exigen una previa


condición (son HIPOTETICAS o CONDICIONALES). Nos informan
de los medios que hay que poner en juego para conseguir un fin
determinado (“si quieres aprobar, debes estudiar“). Kant por el
contrario intenta basar su moral en una exigencia que se traduce
en un IMPERATIVO CATEGORICO, dado que sus premisas deben
ser absolutas, universales y necesarias (deben convertirse en ley
para todos).

Por otro lado, las normas morales de las éticas materiales


son HETERÓNOMAS, lo que consiste en aceptar leyes, normas,
costumbres o principios impuestos desde el exterior, mientras que
la ética formal es AUTÓNOMA, lo que significa que el sujeto se
impone a sí mismo ciertas normas o leyes, siguiendo su propia
razón como guía. En definitiva, Kant defiende así la
AUTODETERMINACION de la voluntad del sujeto desde la razón y
no desde cualquier otra fuente.

Finalmente, las éticas materiales están basadas en la


EXPERIENCIA individual (a posteriori). Kant sin embargo pretende
formular una ética fundamentada en la RAZÓN universal (a priori).

(CUADRO COMPARATIVO)

ETICAS MATERIALES:… HIPOTÉTICAS……HETERÓNOMAS….EMPÍRICAS (a posteriori)

ETICAS FORMALES:....…CATEGÓRICAS.….AUTÓNOMAS…......RACIONALES (a priori)


129

Los postulados kantianos de la razón práctica (*)

Para Kant existen unas realidades no demostrables


(postulados de la razón práctica) (*), pero que hemos de intuir o
suponer como ciertas y necesarias para que sea posible la moral
misma: la libertad, la inmortalidad del alma, la existencia de
Dios. Hay que matizar que para Kant estos postulados no son
objeto de conocimiento científico, pero hay que admitirlos desde lo
que se denominaría la “fe racional“. En su “Critica de la razón
pura” escribe: “La fe en un Dios y en el otro mundo está tan
enraizada en mis convicciones morales, que así como no corro
peligro de abandonar la primera, tampoco me preocupa que las
segundas puedan serme arrebatadas. En definitiva, la razón
pura (o teórica) no puede demostrar la existencia de Dios,
pero la razón práctica (los principios éticos que rigen la
conducta humana) nos hacen intuir esta realidad superior,
dando paso a la denominada “fe racional“.

(*) Se entiende por “postulado” una proposición no demostrable ni evidente por sí


misma, pero que se admite como cierta para ulteriores razonamientos (en matemáticas se
denomina axioma).

-Primer postulado (la libertad): La exigencia de una moral


autónoma que nos induce a obrar conforme al deber, exige como
condición previa la existencia de libertad, dado que solo desde la
libertad puede el sujeto responsabilizarse de sus actos. Kant
considera que donde realizamos una acción moral, también
encontramos libertad, puesto que cuando nos conducimos
moralmente, el fundamento de nuestra voluntad lo encontramos en
nosotros mismos. Por tanto, libertad es sinónimo de autonomía de
la voluntad.

-Segundo postulado (la inmortalidad del alma): Por otro


lado, la razón (fundamentada en la libre voluntad) nos induce a
alcanzar la virtud (la perfección suprema), y por tanto un fin
inalcanzable en esta vida, un fin inmaterial, que no sería posible si
el alma no fuera eterna e inmortal.

-Tercer postulado (la existencia de Dios): Finalmente,


Kant repara en la diferencia que existe entre “el ser” (que aspira a
la felicidad terrenal) y “el deber ser” (que aspira a la virtud), y
señala lo incomprensible e injusto que es el hecho contrastado de
que haya seres felices pero malvados y seres virtuosos pero
infelices, lo que exige necesariamente la existencia de un Ser
130

Superior como realidad suprema, a través del cual queda


plenamente conciliada esta aparente contradicción entre el “ser” y
el “deber ser“. En Dios se daría esa conjunción perfecta y en él se
conciliarían la FELICIDAD (el ser) y la MORALIDAD o la VIRTUD
(deber ser).

En la tradición Escolástica la existencia de Dios justificaba el


deber de obrar bien (moral). Contrariamente, para Kant, el deber
de obrar bien (moral) nos conducirá hasta Dios. Encontramos
pues, dos vías antagónicas de acceder a un ser divino: la
teocéntrica (a través del mismo Dios) y la antropocéntrica (a través
del hombre). Así con Kant se consuma la concepción
antropocéntrica iniciada ya en el Renacimiento.

28.3 Hegel (1770-1831)

28.3.1 Introducción

Hegel es otro de los grandes pensadores germanos junto


con Kant, pero a la vez una de las figuras más abstractas y
oscuras del Idealismo alemán. Nadie como él disfrutó al mismo
tiempo de tanta veneración como de animadversión. Propugna
como fundamento de su filosofía un Idealismo Absoluto y la
aplicación del Método Dialéctico, o lo que es igual el arte de
argumentar acerca de la realidad que tiene como fin resolver las
contradicciones del pensamiento en una síntesis final.
Básicamente existen tres concepciones o planteamientos
dialécticos: el platónico y el hegeliano (de tendencia idealista), y
el marxista (de tendencia materialista).

28.3.2 La dialéctica hegeliana

Para Hegel la realidad histórica es un proceso dialéctico,


es decir, un proceso en continua evolución que se genera por
las contradicciones (*) que laten en el seno de la sociedad, y
que deben ser superadas en una síntesis final. En
consecuencia, todo fenómeno de la realidad (tesis) lleva en sí el
germen de su destrucción o de una fuerza contraria (antítesis). De
la confrontación entre ambas surgirá una nueva realidad
(síntesis). El acontecer histórico está lleno de ejemplos: (Heráclito,
Parménides y Platón), (Platón, Aristóteles y la Filosofía Cristiana).
Esta concepción de la dialéctica hegeliana será luego retomada
131

por el materialismo de Marx, pero desprovista de su sentido


original idealista.

(*) Siguiendo a Heráclito, Hegel considera también que la realidad es


esencialmente contradictoria. Todos los fenómenos que tienen lugar en la naturaleza
(incluso en el terreno del pensamiento) son el resultado de la lucha de elementos
contrarios, siendo la causa de todo cambio natural. Con esta ley de la dialéctica
(lucha de contrarios) se explica pues el origen del movimiento. Entre las parejas de
contrarios puestas como ejemplo por Hegel podemos citar: la atracción y la repulsión,
la herencia y la adaptación, la excitación y la inhibición, la sustancia y los accidentes,
etc.

28.3.3 La evolución dialéctica del Espíritu

El esquema dialéctico de Hegel referido a la Historia, se


aplica también al concepto del Ser, de Dios (Espíritu Absoluto), que
se desarrolla en una estructura dialéctica similar.

Etapas del desarrollo dialéctico del Espíritu

1) Inicialmente en una primera fase el ESPIRITU es


simplemente idea inconsciente de sí. Es la etapa del Espíritu
subjetivo (tesis), que se encontraría encarnado en el SUJETO
INDIVIDUAL (CONCIENCIA INDIVIDUAL), todavía perdido en su
naturaleza primitiva y material.

2) A través de un proceso de evolución y por medio de la


razón humana, el ESPIRITU va adquiriendo conciencia de sí
mismo y de su realidad trascendental. Es la etapa del Espíritu
Objetivo (antítesis). En esta fase el Espíritu se encuentra
encarnado en una sociedad (CONCIENCIA SOCIAL). El Derecho
será la forma más elemental de relación en esta sociedad y a
través de él surgirá el ESTADO (*), como última fase de
organización racional a la que pretende llegar el Espíritu Objetivo.

(*) De ahí el carácter trascendental que tuvo el Estado en Alemania. Será a partir de
Hegel cuando surgirá una auténtica legión de jóvenes filósofos, politólogos y estadistas que
darán culto al Estado. En ellos se apoyará el Canciller Bismarck para fomentar la unidad de
Alemania bajo la tutela del Estado Prusiano.

3) Desplegándose a través del Arte, luego de la Religión y


finalmente de la Filosofía (como culminación de todo saber), el
ESPIRITU tomará plena CONCIENCIA DE SÍ MISMO a través de
la Historia de la Humanidad en un proceso de evolución dialéctica.
Es la etapa del Espíritu Absoluto (síntesis). Así, el fin último de la
razón humana (razón filosófica) sería alcanzar el conocimiento de
132

Dios (Espíritu Absoluto). Sin embargo, Kant argumenta que la


razón humana por sí misma no puede alcanzar lo Absoluto; la
metafísica y por tanto la idea de Dios es imposible.

28.3.4 Escisión del Hegelianismo

À la muerte de Hegel se produce una escisión en su


pensamiento: por un lado surge la derecha hegeliana ortodoxa,
que sigue fiel a los planteamientos teórico-idealistas del filósofo
alemán, justificando la religión, la supremacía del Estado y la
ideología del aparato oficial; por otro lado, la izquierda hegeliana,
que rompe con la ideología de Hegel pero conserva su
metodología dialéctica.

Dentro de la izquierda surgen asimismo dos tendencias: una


tendencia crítica en el campo filosófico-teológico (Feuerbach), y
otra tendencia crítica en el campo filosófico-político (Marx y
Engels).

FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
29 INTRODUCCIÓN

Se denomina así a la filosofía de los siglos XIX y XX, más


exactamente a la filosofía que se inicia tras la crisis del
idealismo alemán y del pensamiento hegeliano (que se había
convertido en la corriente predominante en toda Europa
después de Kant).
El Irracionalismo de Schopenhauer, el Vitalismo de
Nietzsche, el Existencialismo de Kierkegaard y el Marxismo (Karl
Marx), serán los primeros movimientos que se alzarán como
reacción al Idealismo de Hegel. Asimismo, contra el idealismo se
opondrá el Positivismo que se inspirará en los principios del
Empirismo. Se trata de una época de múltiples y opuestos
sistemas filosóficos, aunque podemos distinguir dos grandes
rasgos en esta época:

29.1 Escasa valoración de la realidad trascendental

Tal vez sea éste el rasgo más característico de los sistemas


filosóficos posthegelianos, pues de una u otra forma la filosofía
contemporánea se despreocupa de lo trascendente, es decir de
133

Dios y del mundo espiritual (a excepción de algunas corrientes


menores como el Personalismo o la Fenomenología). Es más, se
diría que esta época parece definirse incluso por su oposición a lo
espiritual (se ha dicho que los siglos XIX y XX son los siglos del
ateismo) y por un reconocimiento expreso de una mentalidad
pragmática (Marxismo, Vitalismo, Positivismo, Filosofía
Analítica…), para desentrañar la realidad social.

29.2 Crisis del pensamiento racionalista clásico

Es también común en la época el asentamiento de una duda


generalizada respecto de que la filosofía tradicional (razón
filosófica) pueda alcanzar una descripción de la realidad, en el
sentido de que la facultad racional pueda servir como instrumento
para llegar a un conocimiento absoluto, objetivo y universal. Así se
declara que solo las ciencias empíricas (basadas en la
experimentación) son capaces de obtener un verdadero
conocimiento de lo real y llevarnos a un progreso ilimitado,
postulados que irán ganando reconocimiento y haciendo
tambalearse los cimientos de la Filosofía tradicional. Consecuencia
de esta actitud ha sido la instauración de una “mentalidad
cientificista” en la estructura vital del hombre de los siglos XIX y
XX. Es cierto que esta mentalidad cientificista no ha llevado
aparejado un progreso humano (a nivel político, social y moral), y
que ha creado sus propios “monstruos” (la cámara de gas, la
bomba atómica, proliferación arsenal armamentístico, injusticias
sociales, oleadas masivas de refugiados, nacimiento de regímenes
intolerantes (fascismo, nazismo, comunismo, etc). Pero también es
cierto que, básicamente, el hombre contemporáneo sigue siendo
un profundo ”creyente” o defensor de la ciencia, a pesar de toda la
perplejidad que le produce ese extraño mundo, esa angustia vital
en la que vive.

En este apartado se recogen algunos de los movimientos


filosóficos contemporáneos más importantes que se desarrollan en
los siglos XIX y XX.
Irracionalismo: Schopenhauer
Positivismo: Comte, Stuart Mill, Spencer
Vitalismo: Bergson, Dilthey, Nietzsche
Raciovitalismo: Ortega y Gasset
Marxismo: Marx, Engels
Fenomenología: Husserl
Existencialismo: Kieerkegaard, Heidegger, Camus, Jaspers, Sartre).
Neopositivismo (Filosofía analítica): Bertrand Rusell, Wittgenstein, Carnap
134

Escuela de Frankfurt: Horkheimer, Adorno, Marcusse, Habermas.


Marxismo del siglo XX: Lennin, George Lukacs, Gramsci, Althuser
Estructuralismo filosófico: Foucault.

30 EL IRRACIONALISMO

30.1 Arthur Schopenhauer

Nació en Danzig, la actual Gdansk (Polonia) en 1788, y murió


en Frankfurt (Alemania) en 1860. Su madre fue una escritora que
llegó a gozar de cierta fama, y aunque en su madurez
Schopenhauer no tuvo buenas relaciones con ella, el salón de
tertulias literarias que fundó en Weimar le proporcionó al filósofo la
ocasión de entrar en contacto con personalidades como Goethe.
Schopenhauer fue contemporáneo de Hegel, con quien trató de
competir, aunque en vano, por el gran reconocimiento social que
ya tenía éste (ambos coincidieron en su docencia en la
Universidad de Berlín). Otro aspecto que habría que destacar de
Schopenhauer fue su gran interés por la Literatura Española (en su
biblioteca se encontraron textos de Moratín, Larra, San Juan de la
Cruz, Cervantes, Calderón de la Barca...).
Lo más llamativo de la filosofía de Schopenhauer es su
radical pesimismo vital. Fue el primer filósofo en encabezar las
críticas contra el idealismo hegeliano, lo que desembocaría en un
pensamiento de tipo nihilista (negando la existencia de cualquier
valor moral, religioso o político), como también adoptaría después
su discípulo Nietzsche. En consecuencia, sus ideas estuvieron
marginadas durante más de cincuenta años, hasta que se
derrumbó en Alemania la influencia de Hegel.

30.1.1 Su filosofía voluntarista

El verdadero conocimiento solo se alcanza por medio de lo


irracional y lo espontáneo. De esta forma intuitiva descubre que lo
que subyace en el fondo de todo ser humano es una “expresa
voluntad de vivir“. Así lo expresa en una de sus obras más
importantes que fue “El mundo como voluntad y
representación”. El propósito del libro es explicar la realidad del
mundo en todos sus aspectos vitales, hecho que se manifiesta a
través de la voluntad del individuo.
135

30.1.2 La metafísica del amor

Schopenhauer hace del amor (“esa fuerza soberana que


atrae a dos individuos de distinto sexo“) el objeto de una de sus
más profundas reflexiones y se pregunta “¿Cómo puede
entenderse que el ser humano, de raíces egoístas tan profundas,
acepte el sometimiento que implica entregarse voluntariamente a
otra persona?”. Su respuesta es contundente: “El individuo
arrebatado por el amor cree que obedece a sus propios deseos,
pero en el fondo es una simple víctima del engaño de la
naturaleza. En realidad solo está sirviendo a los intereses de la
especie, que es la procreación y la perpetuación“.

30.1.3 Arte y ascetismo

La vida es una rueda incesante de deseos insatisfechos. En


palabras del filósofo: “una sed que nunca se agota”. En
consecuencia, la existencia es irremediablemente dolorosa. Para
liberarse temporalmente de este sufrimiento al que nos somete
continuamente la vida, el hombre debe darse a la contemplación
artística, pero una liberación definitiva solo puede lograrse
mediante un riguroso ascetismo (negación de todos los deseos).
En este sentido, su pensamiento es de una clara influencia
oriental, sobre todo del Budismo.

30.1.4 Dios en la filosofía de Schopenhauer

Lo primero que hay que matizar es que el tema de Dios está


excluido de sus planteamientos filosóficos. Para él, “la filosofía es
un saber general, una suma de juicios generales que implica el
conocimiento del mundo en su totalidad”…aunque añade “este
conocimiento no debe consistir en el descubrimiento de una causa
eficiente o una causa final del mundo, dado que la filosofía no
debe investigar las causas, sino solo lo que es la realidad del
mundo…no debe inquirir de dónde viene ni adónde va, ni siquiera
por qué razón existe…debe examinar únicamente lo que es…” De
esta forma, Schopenhauer renuncia a la búsqueda de lo
trascendente, de lo absoluto. En este sentido, podríamos calificar
su postura de ateísmo postulante. Rechaza así cualquier visión de
Dios, bien sea del Dios judío, al que califica de ”fábula judía”, o
bien sea del Dios cristiano, que no sería más que una prolongación
de aquél. Hasta la idea del panteísmo le horroriza (Dios implícito
136

en la naturaleza), porque no concibe que se califique de divino a


un mundo en el que existe tanto sufrimiento y tanta maldad.
Aunque su pensamiento es antiteísta, sin embargo, no por
ello Schopenhauer deja de ocuparse de la religión, de su función y
sus orígenes. Así sostiene: “las religiones son necesarias para el
pueblo, hay que tratarlas con cierto miramiento, aunque se
opongan al progreso de la humanidad. El problema es que los
teólogos se empeñan en hacer de la religión una metafísica
basada en la razón, pero la realidad es que las religiones se
sostienen solamente porque ya desde la niñez se inculca en la
mente la existencia de un Dios omnipotente y absoluto, lo que se
convierte en una especie de idea innata en el hombre…Pero
finalmente todas las religiones caerán siendo derrumbadas por la
ciencia”.

Cerramos este apartado con una de las más conocidas y


clarificadoras frases del filósofo: “Las religiones, como las
luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar”…es decir, no
tendrían ninguna influencia sin el ciego fervor del pueblo que las
acoge.

31 POSITIVISMO

31.1 August Comte (1798-1857)

El francés August Comte es el creador del Positivismo y el


fundador de la Sociología. En su acepción adjetival se entiende por
positivo todo lo útil, lo practico o lo efectivo. El pensamiento
positivista se puede manifestar o interpretar desde tres vertientes:

31.1.1 El Positivismo como ciencia social

La Sociología es un término que acuñó el propio Comte,


definiéndola como el estudio positivo de las leyes
fundamentales propias de los fenómenos sociales. A partir de
su concepto de progreso social (o dinámica social), Comte justifica
el ámbito de la Sociología formulando su ley de los tres estados
por los que ha pasado el hombre:

-Estado teológico o ficticio: se explican los fenómenos a


través de lo sobrenatural.
137

-Estado metafísico o abstracto: los fenómenos se explican


a través del absolutismo metafísico.

-Estado científico o positivo: se explican los fenómenos


por medio de leyes naturales basadas en hechos concretos y
observables.

Como ciencia actual, la Sociología se centra en el estudio de


las relaciones humanas en el seno de los grupos sociales. La gran
heterogeneidad de esta disciplina ha provocado la aparición de
diversas ramas: Sociología del Trabajo, Sociología de la
Religión, Sociología Política, etc.

La Sociología se interesa por temas como los siguientes: el


status (posición social de una persona); el rol social (papel que
desempeña un individuo en la sociedad); la movilidad geográfica
(emigraciones e inmigraciones de población); las pautas de
comportamiento social; los procesos de cambio social (por
evolución natural, reformas, revoluciones…).

Por otro lado, el estudio de los hechos sociales comprende


dos tipos de análisis: análisis estático o institucional, que
describe las estructuras de un determinado grupo social, y análisis
dinámico o funcional, que se centra en la forma en que se
relacionan dichas estructuras.

31.1.2 El Positivismo como concepción filosófica

El pensamiento positivista supone una reacción más contra


el idealismo metafísico hegeliano, que ya iniciara Schopenhauer.
En este sentido Comte afirma que “la única máxima absoluta que
existe, es que no existe ninguna máxima absoluta”. El Positivismo
de Comte propugna que la aplicación del método empírico o
experimental debe ser el único fundamento y la base de todas las
Ciencias Humanas.

31.1.3 El Positivismo como doctrina religiosa

El Positivismo no tiene por objeto el estudio de un Dios


trascendente e inaccesible, sino que se analiza desde la
perspectiva del “progreso social” (la dinámica social), cuyo fin
último es alcanzar un Estado de moralidad social.
138

32 EL VITALISMO

El Vitalismo es una corriente de pensamiento nacida en el


siglo XIX atribuida a Bergson, quien intentará explicar los
fenómenos orgánicos a partir de un principio o “impulso vital“. El
vitalismo así entendido supone una reacción contra el
“cientificismo” y el “mecanicismo materialista” (que reduce todo lo
vivo a puros fenómenos fisicoquímicos de la materia inerte).

32.1 Caracteres generales del pensamiento vitalista

Desde el punto de vista ontológico (como estudio del ser),


la vida es lo sustancial del hombre.

Desde el punto de vista gnoseológico (como ciencia del


conocimiento), el vitalismo propugna el conocimiento de la realidad
prescindiendo del razonamiento y la lógica, y utilizando la vivencia
y la intuición (más que razonar sobre las cosas habría que
experimentarlas y vivirlas).

Desde el punto de vista axiológico (como filosofía de los


valores), la vida real es el único criterio para determinar la
jerarquía de los valores.

En definitiva el fenómeno vital, la vida, es el hecho


fundamental y básico sobre el que se sustenta cualquier
realidad, o lo que es igual, toda manifestación del hombre
debe referirse necesariamente a la vida. Así el Vitalismo pasará
a constituirse en el centro de toda reflexión filosófica, ejerciendo
una considerable influencia durante los siglos XIX y XX, aunque
con distintos matices e interpretaciones.

32.2 El Vitalismo de Nietzsche

32.2.1 De su atormentada fe juvenil a su ateísmo

Friedrich Wilhelm Nietzsche nace en Rocken, un pueblecito


de la Sajonia en la época Prusiana. Fue nieto e hijo de pastores
protestantes (Iglesia Evangelista), por lo que los primeros años del
autor transcurren en un ambiente familiar y social de íntima piedad
religiosa. A la temprana edad de 20 años y como estudiante de
Teología, Nietzsche dedica una poesía “Al Dios desconocido”
que pone ya de manifiesto sus atormentadas creencias juveniles.
139

Así, señala: “Antes de seguir mi camino y de poner mis ojos hacia


adelante, alzo otra vez solitario mis manos hacia Tí, al que me
acojo…Suyo soy y siento los lazos que en la lucha me abaten y
aunque quiero huir me fuerzan al fin a su servicio…..Quiero
conocerte, Desconocido, Tú que ahondas en mi alma, que surcas
mi vida cual tormenta, Tú inaprensible, quiero conocerte, servirte
quiero”…

Un año después Nietzsche aparece ya completamente


cambiado y su madre se siente hundida cuando el filósofo le
comunica que quiere abandonar los estudios de Teología. A raíz de
entonces se refugia en el ateísmo y empieza a pronunciarse con
gran dureza contra el Cristianismo.

La exaltación de su ateísmo reaccionario y la negación de


Dios, de una u otra forma, están siempre presentes en su obra
filosófica: en la concepción del mundo como un caos, en la
negación de todo tipo de causalidad de orden superior, en su
negación del alma y de toda sustancia espiritual…Así se pronuncia
en “El ocaso de los ídolos”: “Hasta vuestro átomo, señores
mecanicistas y físicos, cuánto error contiene todavía, cuánto
desconocimiento....por no hablar de “la cosa en sí”, del horrendum
pudendum (del horrible poder) de la metafísica, o lo que es igual
del espíritu confundido con la realidad…”

Sin embargo, su más expresa manifestación de ateismo se


encuentra en su conocida frase: “Dios ha muerto”, que en
realidad significa la muerte simbólica del Dios de la metafísica, la
aniquilación del falso rostro de Dios pintado por las religiones y los
teólogos (especialmente de la religión cristiana). A esta muerte se
contrapone el nacimiento del “superhombre”: “Dios debe
desaparecer y morir para que el hombre llegue a ser
verdaderamente lo que es”

La vida del filósofo fue volviéndose cada vez más retirada y


amarga a medida que avanzaba en edad y se intensificaban los
síntomas de su enfermedad (una supuesta sífilis), lo que al parecer
acabó por ocasionarle la locura. Durante mucho tiempo la crítica
atribuyó el tono corrosivo de sus escritos a dicha enfermedad,
aunque hoy día se reconoce de forma unánime el gran valor y la
profundidad de su obra.
140

32.2.2 Sentido de su filosofía

Para Nietzsche la vida es el eje central de su filosofía.


Pero en este caso, hablamos de una vida plena, de cambio y de
contradicción, una vida que, junto a la salud y al placer, también
acoge el sufrimiento, la monotonía, la enfermedad y la muerte. Así,
cabe entender la totalidad de la filosofía de Nietzsche como el
intento más radical de hacer de la vida finita y terrenal, lo más
absoluto. La vida no tiene ningún fundamento exterior a ella, tiene
valor en sí misma. En definitiva, Nietzsche se interesa por el
fenómeno vital que recoge de la cultura dionisiaca,
considerado en su sentido biológico más pleno y en su
aspecto más trágico, subrayando el papel de lo corpóreo, de
los instintos, de lo irracional, de la naturaleza y de la lucha por
subsistir.

Por otro lado, buena parte de su filosofía supondrá un


enfrentamiento radical con la tradición filosófica y cultural de
Occidente, oponiéndose a su dogmatismo, cuya raíz se
encuentra en Sócrates y Platón, y continuada luego con la
Filosofía Cristiana. Así su filosofía crítica se centra en los valores
tradicionales occidentales en todas sus manifestaciones (morales,
religiosas, científicas y filosóficas), proponiendo una filosofía
alternativa que preconiza nuevos valores encarnados en el
“superhombre“.

Finalmente, Nietzsche desarrolla también una filosofía


positiva, ridiculizando el conocimiento racional, origen del
error y la mentira, e intenta explicar la falsedad que subyace en el
origen de muchos conceptos, tradicionalmente considerados
ideales, tales como el derecho (que proviene del egoísmo), la
verdad (que nace de la mentira) o el amor (que nace del
resentimiento y del odio).

32.2.3 Crítica de la Cultura Occidental

Entiende Nietzsche que toda la Cultura Occidental, así como


la Religión y la Metafísica Cristiana que la sustenta, se ha
construido sobre un falso pensamiento que distingue entre el
mundo espiritual y el mundo sensible, situando a Dios en la
cúspide de toda realidad. Para Nietzsche el ateismo debería
suprimir este falso mito, para que solo sobreviva el auténtico
141

espíritu del hombre y el mundo terrenal como fundamento de toda


realidad.

Critica a la Metafísica

En su crítica hacia la Metafísica parte de un hecho: la


auténtica verdad se capta por medio de los sentidos y del
conocimiento intuitivo, no por la razón (frecuente fuente de
errores). Hay por tanto dos modos de concebir la existencia o dos
modos de estar en el mundo: uno referido al hombre intuitivo (a
través de la INTUICION) que se preocupa de vivir realmente, aun a
costa de su propia existencia, y el referido al hombre racional (a
través del RACIOCINIO), que solo se preocupa por sobrevivir,
desperdiciando y renunciando a su vida.

Para Nietzsche, SOCRATES sería el primer gran culpable de


la situación degenerada de nuestra cultura, del inicio de su
decadencia, ya que con su ACTITUD RACIONAL y represiva se
niega todo el potencial instintivo, el mundo de lo corporal y la vida
pasional, y con ello toda la pujanza creadora del ser humano. El
resentimiento contra la vida quedará ya reflejado en la famosa
ecuación socrática: “razón = virtud = felicidad“, convertida
después en una argucia dialéctica a partir del Idealismo platónico.
De esta forma, si en la Grecia Antigua la virtud equivalía a fuerza y
nobleza, en el pensamiento socrático, la virtud se convierte en
renuncia a los placeres, a las pasiones y a las ambiciones. Con
ello se iniciará en Grecia la moral de esclavos.

Después vendría la quimera ideológica de PLATON,


escindiendo la realidad en dos mundos (el Mundo Sensible o de
los sentidos y el Mundo Inteligible o Racional), dando absoluta
prioridad al segundo por ser inmutable, imperecedero y eterno
(llamado también Mundo de las Ideas), cuando para Nietzsche la
única realidad es la que corresponde al mundo de los sentidos (lo
cambiante, la multiplicidad, lo perecedero…). De esta forma, la
filosofía tradicional nos ha presentado siempre la concepción falsa
de un mundo ordenado y racional, trayendo consigo la invención
de todos los conceptos básicos de la metafísica occidental
(esencia, sustancia, dios, absoluto, alma, unidad, permanencia…),
entidades todas ellas que no son sino puras ficciones,
consecuencia del poder fascinador de la razón.
142

Así a partir de Sócrates y Platón se prodiga el idealismo


como base filosófica de la Metafísica Occidental, aunque ésta solo
esconde el odio hacia la vida y el rechazo del mundo y la
temporalidad. En este sentido, admite Nietzsche abiertamente a
Heráclito, el único filosofo antiguo que no ha falseado la realidad
(el continuo devenir); acepta también a Hegel, por considerar la
realidad como un devenir dialéctico, aunque rechaza su idealismo;
sin embargo critica a Kant, por la distinción que hace de
“fenómeno” y “noúmeno“, conceptos que le recuerdan a las tesis
de Platón.

Según Nietzsche los grandes errores de la metafísica


podríamos resumirlos de la siguiente forma:

-El error fundamental de la metafísica ha sido haber


admitido un MUNDO IMAGINARIO como verdadero, en
oposición a un MUNDO SENSIBLE que nos proporcionan los
sentidos. Así el ser humano se ha tenido que inventar una vida
ficticia, un mundo imaginario para escapar de la realidad y dar a su
existencia un significado trascendental e infinito. De esta forma,
toda la Metafísica occidental tradicional oculta un oscuro trasfondo
antivital, que no representa sino los prejuicios y miedos del hombre
hacia la vida real, fundamentada en el desengaño, el sufrimiento,
la perspectiva de la muerte, la vejez, el temor al cambio
permanente y en el destino incierto…

-Otro gran error de la metafísica ha sido valorar los


CONCEPTOS como realidades objetivas, cuando solo son
fruto de la razón especulativa. La metafísica de la tradición
platónico-cristiana hace corresponder los CONCEPTOS con
realidades o categorías inmutables (ESENCIAS). Pero según
Nietzsche si la realidad es puro devenir y cambio (siguiendo a
Heráclito), ésta no puede dejarse representar por conceptos, cuya
naturaleza consiste en representar la esencia de las cosas, es
decir, lo inmutable. Por tanto, el pensamiento conceptual solo es
un modo impropio de captar la realidad, y por ello nos aleja de lo
singular y de lo concreto que existe en la individualidad de los
objetos particulares. En definitiva, para Nietzsche, en el mundo no
existen esencias, ni realidades universales, es decir, no existe un
rasgo característico que se encuentre en todos y cada uno de los
individuos. Termina argumentando que no podemos utilizar las
palabras de un modo univoco, basadas en conceptos,
concediendo mayor importancia al uso analógico o metafórico
143

(multiforme) del lenguaje para captar la realidad. Así afirma “lo que
la mayoría de los filósofos han venido manejando desde hace
milenios son momias conceptuales; de sus manos no ha salido
nunca nada real“. El concepto del “ser” le parece el más
abominable de todos, la ficción más vacía. Desecha igualmente el
concepto del “yo” metafísico de Descartes o el “noúmeno“ (“la
cosa en si”) de Kant. Todos ellos nacen de un desprecio absoluto
hacia los sentidos, dando una supremacía total a la especulación
racional.
Crítica a la religión

En su crítica se centra igualmente en la RELIGION


CRISTIANA que, recogiendo el pensamiento socrático-platónico,
hace una escisión del mundo, afirmando que existe una realidad
espiritual (alma) más allá de todo lo cognoscible (mundo material),
negando en consecuencia toda pasión y toda realidad mundana, y
preconizando una moral que el autor califica como “moral de
esclavos“, que no significa sino sometimiento, renuncia, debilidad
y mediocridad, y de la que el hombre solo puede liberarse no
aceptando legalidad externa alguna, o ninguna orden que
provenga de fuera, en definitiva, reivindicando una conducta libre,
autónoma y vital situada “más allá del bien y del mal“; esta
reivindicación de la libertad propiciará una “transmutación de
todos los valores vigentes“.

El dogmatismo moral que propicia el Cristianismo consiste


en creer en la objetividad y universalidad de los valores morales,
que se sitúan en el ámbito de lo eterno e inmutable. Se trata de
una moral trascendente que no gira en torno al hombre sino en
torno a Dios. Sin embargo la moral tradicional, dice Nietzsche, se
equivoca totalmente pues los valores morales no tienen ninguna
existencia como realidad objetiva, son relativos, dado que los
crean las personas, siendo simplemente proyecciones de nuestra
subjetividad, de nuestras pasiones, de nuestros intereses, y en
función de ellos los inventamos y los creamos, por lo que son
siempre distintos a lo largo del tiempo y en cada cultura.

Por otro lado, la moral cristiana es antivital y antinatural,


pues nos impone leyes y creencias que van en contra de las
tendencias y los instintos naturales del hombre, como así se
manifiesta en la perversa obsesión del mundo occidental por limitar
el papel del cuerpo y estigmatizar la sexualidad. Según Nietzsche
144

todas las religiones nacen del miedo y la impotencia del hombre


para aceptarse a si mismo, pero el Cristianismo en particular
concentra los males de todas las religiones. El dogmatismo moral
de la Iglesia cristiana implica también la idea de “culpa” y de
“pecado“. La idea de pecado es para el filósofo una de las ideas
más enfermizas inventadas por la cultura occidental. Con ella el
sujeto sufre permanentemente y aniquila todas sus potencialidades
a partir de algo que es totalmente ficticio: no existe ningún Dios al
que rendir cuentas por nuestra conducta, pero sin embargo el
cristiano se siente culpable ante los ojos de Dios y por tanto
merecedor de un castigo infernal.

Las más duras palabras del filósofo contra el Cristianismo se


reflejan en el siguiente texto: “Yo condeno al Cristianismo, yo
elevo contra la Iglesia la más terrible de las acusaciones que
pueda lanzar un hombre. Para mí el Cristianismo es la más
grande de las corrupciones imaginables. De todo valor hizo su
antítesis, de toda verdad una mentira, toda vida la transmutó
en muerte….Y todavía se atreven a hablar de los beneficios
que ha reportado a la humanidad… Vive de miserias y creó
miserias para eternizarse…La Iglesia fue precisamente quien
extendió por toda la humanidad la idea miserable del pecado y
de la culpa…Concluyo que el Cristianismo es hoy la más
grande desgracia de la humanidad”…
Nietzsche, siguiendo en su línea de claro ateísmo,
argumentara que “la muerte de Dios“, a quien califica de
“vampiro de la vida“, se producirá finalmente como consecuencia
de la progresiva secularización de la sociedad y el abandono
constante de la metafísica. Todo ello conducirá inevitablemente al
nacimiento del superhombre (*). Así ha venido ocurriendo desde
el Renacimiento, con su visión antropocéntrica (centrada en el
hombre), pasando por el Racionalismo y la Ilustración (con su
visión racionalista), y finalmente con el Marxismo (con su
perspectiva materialista) cada vez más pujante. En definitiva, para
Nietzsche la “muerte de Dios“ era condición indispensable para la
aparición del “superhombre“ y la transmutación de todos los
valores, lo que expresaba la destrucción de la RELIGION y la
METAFISICA CRISTIANA, elementos que han propiciado la
decadencia de la Cultura Occidental. Así, argumenta Nietzsche:
“todo el pensamiento occidental queda viciado por el punto de vista
del Cristianismo, corruptor por tanto de toda la Filosofía europea,
pues ésta lleva en sus venas sangre de teólogos“ (**).
145

(*) La muerte de Dios nos llevara al ATEISMO y éste a su vez al NIHILISMO,


cuyo proceso quedaría expresado en tres momentos: 1) El nihilismo como resultado
de la negación de todos los valores vigentes y el consecuente momento de duda y
desorientación. 2) El nihilismo como autoafirmación; es el momento de la toma de
conciencia y de la reflexión racional. 3) Finalmente el nihilismo como punto de
partida, siendo este el momento de la intuición, que quedara expresado en la
“voluntad de poder“, en la “afirmación de nuevos valores” y en el “nacimiento
del superhombre“, de condición libre y autónoma.

(**) Parece ser que Nietzsche no hace una valoración negativa de la figura
bíblica de Jesús. Simplemente lo presenta como un revolucionario, un anarquista
contrario al orden establecido, y además como uno de los más destacados
defensores de la renuncia a la violencia. Al hablar de la muerte de Dios habla en
realidad de la desaparición de la religión monoteísta cristiana y de su metafísica
dogmática.

32.2.4 Afirmación de la vida

Tomando a su antecesor (Schopenhauer) como referencia,


Nietzsche también se afirma en que la VIDA es el valor supremo a
pesar de su ESPIRITU TRAGICO, concepto que recoge de la
antigua civilización griega (Época Arcaica), en contra de lo que
preconiza la decadente civilización cristiana occidental, que hace
una constante valoración negativa de la misma. El hombre de la
época arcaica era consciente del devenir (del ser y de la nada)
pero acepta plenamente la fatalidad del destino que la vida le
impone (“amor fati“). A pesar de su espíritu trágico, la vida, lo único
que existe, era vivida plenamente por aquel entonces.

Este pensamiento fatídico lo recoge Nietzsche en su obra “El


origen de la tragedia”, en la que nos habla de los dos aspectos
contradictorios del ser humano, y que se manifiestan en lo
dionisiaco (*), que representa la encarnación de los impulsos
vitales y la aceptación plena de la vida tanto en el gozo como en la
muerte), y en el decadente espíritu de lo apolíneo (*), que
representa el pensamiento riguroso y el sometimiento de la
naturaleza humana a la racionalidad.
(*) Apolo era el Dios griego de la juventud, de la belleza y las artes,
representante de la naturaleza equilibrada y del mundo como totalidad ordenada y
racional. Toda la Cultura Clásica Griega (siglo de Pericles) era apolínea,
considerando a Sócrates y Platón como los iniciadores de la racionalidad. Sin
embargo, frente a esta interpretación, Nietzsche da mas importancia a la Grecia
Arcaica, la del tiempo de Homero, donde predominaba lo dionisiaco, expresión
proveniente de Dionisios, dios de la embriaguez, de la música y de la pasión,
representante de la vida en sus aspectos instintivos, irracionales, puramente
biológicos.
146

Su objetivo por tanto es derribar esos falsos valores


tradicionales basados en una “moral de esclavos”, que
sustentan esta visión negativa de la vida y transformarla en otros
nuevos ideales, basados en una moral creadora (“moral de
señores“), afirmadora de la vida plena y de la realidad.

32.2.5 La voluntad de poder

Pero la afirmación de la vida para Nietzsche no es una


mera conciencia de existir, sino que implica ante todo
“voluntad de poder“, sinónimo de voluntad de ser, de
superarse, de fuerza creciente, en definitiva, de crear nuevos
valores que han de materializarse en el hombre del futuro (el
“superhombre” o el “ubermensch“), un hombre libre de
prejuicios y creador de una nueva moral (“moral de señores“),
que tiene sus propios fundamentos en si misma y que no necesita
de ninguna instancia externa para existir.

Esta moral de señores se opone a la dócil y sumisa “moral


de esclavos” (propia del judeo-cristianismo) cuyo origen se
encuentra en la paralización producida por el miedo de la plebe
(cuando los instintos no se desarrollan hacia el exterior se vuelven
hacia la propia persona, generando sentimientos de venganza y
resentimiento).
32.2.6 La obra de Nietzsche

”Así hablaba Zaratrusta”: Expone sus conceptos


fundamentales del superhombre (que acabará con la mediocridad
de la cultura occidental), la moral libre de señores, la moral de
esclavos, la voluntad de poder, la muerte de Dios, el eterno
retorno….

”El nacimiento de la tragedia”: Se nos muestra una doble


visión de lo apolíneo y lo dionisiaco. Nietzsche cuestiona la
valoración tradicional que se he hecho siempre del mundo griego,
que sitúa en la Grecia Clásica (siglo de Pericles) el momento de
esplendor de la cultura griega, y que considera a Sócrates y Platón
los iniciadores de esta tradición. Frente a esta interpretación, el
filósofo da más importancia a la Grecia Arcaica, la Grecia de
Homero, que expresó con más profundidad la realidad de la
existencia humana a través del culto a Apolo y Dionisio.
147

”Más allá del bien y del mal”: Una crítica generalizada


hacia los falsos valores occidentales.

”Genealogía de la moral”: Mantiene que el judaísmo y el


cristianismo son expresión de todos los valores negativos de la
vida. Emprende una crítica hacia la moral vigente a partir del
origen y evolución de los conceptos morales y de la consecuente
inversión de los valores.

”Ecce Homo”: Una autobiografía que dejó inacabada al


morir.

”Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”:


Comienza con una fábula en la que se muestra el lamentable y
caduco estado en el que se encuentra el intelecto humano. Aborda
el tema del lenguaje, formado por palabras, a su vez formadoras
de conceptos, creyéndose siempre que a través de ellos podemos
expresar la realidad, la verdad de las cosas. Pero nos engañamos,
porque la realidad es continuamente cambiante. En definitiva, los
conceptos (el lenguaje) no sirven para captar la esencia de la vida,
que es continuo devenir (idea que toma Nietzsche de la antigua
filosofía de Heráclito).

33 EL RACIOVITALISMO

33.1 Ortega y Gasset (1883-1955)

33.1.1 Introducción

La derrota de España frente a EEUU y la consecuente


pérdida de las últimas colonias, provocó la aparición de un
sentimiento frustrante y desalentador, que fue recogido por la
“GENERACION DEL 98”, de la que Ortega y Gasset formó parte
participando de sus inquietudes como filósofo, periodista y político.
Por su oposición a la dictadura de Primo de Rivera fue obligado a
dimitir de su cátedra de Filosofía.

En la configuración de su pensamiento hay que destacar la


importancia de la filosofía alemana sobre todo la neokantiana y la
de otros autores como Nietzsche, Husserl o Scheler…También se
ha destacado en su obra la influencia del krausismo español
(corriente de pensamiento que propugnaba la regeneración social
y política de España, según las ideas del filósofo alemán Krause).
148

Así, frente a la propuesta de Unamuno de “españolizar Europa“,


Ortega propone la “europeización de España” (asimilando los
valores europeos), y frente a la actitud “trágica” que preconiza
Unamuno, Ortega y Gasset propone “una filosofía alegre, jovial y
deportiva“.

33.1.2 El raciovitalismo orteguiano

El pensamiento de Ortega suele encuadrarse dentro de la


Filosofía Vitalista, aunque más propiamente dentro del llamado
RACIOVITALISMO, que se corresponde con el periodo de su
madurez filosófica.

Sostiene el pensador que no debemos aceptar el punto de


vista unilateral del Vitalismo, reduciendo todo lo humano a un
mero impulso o fenómeno biológico (como afirmaba Bergson),
pero tampoco podemos aceptar el no menos unilateral punto de
vista del Racionalismo, dando exclusivamente crédito a la
dictadura de la razón (“la razón pura no puede suplantar a la
vida“).

Para superar y conjugar estos dos polos antagónicos, Ortega


crea la noción de RAZON VITAL (RACIOVITALISMO), asumiendo
así lo que tiene de positivo la vida (el Vitalismo) sin renunciar a lo
que tiene de valioso el intelecto (la Razón). De esta forma, aunque
sostiene la importancia del METODO RACIONAL de conocimiento,
se afirma también de forma tajante en el problema de la VIDA por
ser el que más afecta directamente al individuo, siendo el aspecto
más significativo de la realidad. En definitiva, preconiza una
razón que no sea contraria a la vida. En cualquier caso, primero
vendría la realidad objetiva de la vida y luego el pensamiento
racional (la razón, legisladora de la realidad) (*)
(*) El análisis orteguiano del Vitalismo y del Racionalismo se realiza en el
artículo “Ni vitalismo ni racionalismo” publicado en 1924 en la Revista de Occidente.

Así pues la vida para Ortega tiene un significado consciente y


reflexivo (en contra del vitalismo impulsivo que propugnaba
Nietzsche). Para el filósofo, “la vida es saber que se vive“, el
vivir por tanto es racionalidad reflexiva, conciencia de existir.
Este concepto implica que la razón puede dar cuenta de toda
existencia, pero el pensador está muy lejos de aceptar la
servidumbre de un Racionalismo “radical“ (doctrina que preconiza
la independencia y la supremacía absoluta de la razón), que
149

pretende obtener una verdad absoluta y atemporal, proponiendo


un claro alejamiento de lo personal, de lo vital. Se opone así, no a
la razón (que debe guiar al hombre) sino a los excesos puramente
teóricos del Racionalismo, entendido como “fruto de la beatería
de algunos filósofos, que quisieron poner a la razón en tan
alto lugar que terminaron por dar pie a toda clase de
irracionalismos”.

Esta doble conjunción de “racionalidad reflexiva” y de “vida”


es pues lo que Ortega denominara “Raciovitalismo“, una síntesis
fecunda que se aplicara en muchos de sus análisis filosóficos, y
cuyo significado de forma resumida lo enunciara el propio filosofo:
“La vida es el valor y principio supremo que se encuentra por
encima de la razón, pero no debemos olvidar el rigor científico
que hay que otorgar a todo lo racional”.

Así pues a partir de la afirmación de que “el dato radical, la


realidad absoluta del universo es el vivir“, hace una crítica
sistemática sobre las concepciones no vitalistas tanto del
REALISMO (*) como del IDEALISMO. De entrada rechaza la tesis
realista que considera que la realidad es independiente de la
conciencia y solo se refiere a los “objetos” (al mundo), pero
tampoco acepta la tesis idealista, que representa al mundo como
una construcción del “sujeto cognoscente“, o de otra forma, que
solo considera el “yo” abstracto y pensante. En definitiva, entiende
Ortega que existen dos cosas distintas, pero indefectiblemente
unidas la una a la otra: el “sujeto” que piensa y el “objeto” que es
pensado (“existe el sujeto que ve la estrella y existe la estrella
que es vista por el sujeto”). Así el “mundo” que me afecta y mi
“persona” son realidades diferentes pero inseparables. Esta es una
de las propuestas más profundas que se desprende de la célebre
frase orteguiana: “yo soy yo y mis circunstancias“. Por tanto
“vivir es convivir con el mundo, con el orbe que nos
rodea…vivir es ver cosas, amarlas, odiarlas, desearlas o
temerlas“.

(*) Para el Realismo filosófico, dominante en la Antigüedad y en Edad


Media, los objetos tienen existencia por sí mismos, independientemente de la
conciencia o del sujeto cognoscente. La naturaleza existía antes de que nadie
la percibiera y seguirá existiendo aunque desaparezca todo ser capaz de
conocer.
150

33.1.3 El perspectivismo de Ortega

El perspectivismo, en su sentido genérico, se refiere a la


multiplicidad o variedad de puntos de vista sobre la realidad en
función del observador que analiza. O dicho de otra forma, toda
representación vital depende del sujeto que la construye. Ya en
este sentido, Nietzsche defiende una posición perspectivista,
entendida como concepción del ser en continuo devenir (idea que
tomo de Heráclito), sobre el cual, afirma, no existen verdades
absolutas, pues toda verdad es siempre “interpretación”.

El Objetivismo de la primera fase filosófica de Ortega será


pronto modificado, dando paso seguidamente a una evolución
hacia el perspectivismo. Para Ortega y Gasset, la vida y la razón,
es decir, el yo y el mundo, o lo que es igual el yo y sus
circunstancias, encierra una unidad vital, que no se nos da hecha,
sino que se nos muestra siempre cambiante y en “perspectiva”.
Pero esta visión perspectivista no nos conduce en absoluto a un
mero relativismo o escepticismo, por el contrario, la multiplicidad
nos conduce a la unidad de la verdad: “la verdad hay que
entenderla como algo que se va alcanzando progresivamente
en la medida en que se van unificando perspectivas“. También
es suya la siguiente afirmación: “quien mira la sierra desde
Madrid tiene una visión tan verdadera de ella como quien la ve
desde Segovia…”. Así pues, como las perspectivas son múltiples
no existe un mundo único, sino descripciones del mundo; la única
perspectiva falsa es la que pretende presentarse como única. Por
tanto, tenemos que llegar a la conclusión de que la realidad es
múltiple.

Esta síntesis de perspectivas de la naturaleza puede referirse


también al plano moral, político o religioso, siempre desde el punto
de vista de la tolerancia. Dicha tolerancia no significa la renuncia
a las propias convicciones, sino la aceptación de que las
posiciones del otro sujeto tienen el mismo derecho a existir que las
mías, reconociendo el papel de los demás seres humanos en la
construcción de la verdad. En este principio se cimentará la
convivencia dentro de la sociedad.

33.1.4 La razón histórica

La vida es una realidad que se va modelando bajo unas


determinadas “circunstancias” históricas (espaciales y temporales),
151

es decir, en un determinado entorno histórico, lo que influirá a su


vez en el modo de vida concreto de cada individuo (“yo soy yo y
mis circunstancias“). Por tanto, vivimos en un mundo que nos
limita y nos condiciona continuamente. De esta forma comprender
las circunstancias históricas de la humanidad implica comprender
la dimensión histórica del hombre como individuo (“el pasado
explica lo que cada individuo o cada pueblo es en el
presente“). Por ello la naturaleza del hombre, la realidad humana,
es fundamentalmente histórica. Eso supone afirmar que no hay
una naturaleza humana inmutable: el hombre es, en cada época y
en buena medida, lo que hereda de sus antepasados.

Para comprender mejor su punto de vista, Ortega propondrá


el concepto de generación, como el eje interpretativo de la historia
del hombre. Por ser la generación un conjunto determinado de
individuos que participan de una herencia común, cada generación
participara de los mismos presupuestos teóricos (los mismos
valores, las mismas afinidades, las mismas experiencias, las
mismas formas de vida…).

Por otro lado, la vida social nos la define como una actividad
comunitaria, que debería estar regida por el liderazgo intelectual
de los mejores (aristocracia intelectual). Pero ello no debe
entenderse de una manera frívola o despectiva. Para Ortega, la
minoría selecta no debe identificarse con la clase burguesa
dominante sobre la clase trabajadora, pues en todos los estratos
sociales existen minorías intelectuales. Su pensamiento nos
informa de un liderazgo moral e intelectual capaz de poner en
entredicho las creencias vulgares y sustituirlas por ideas
creadoras.

34 EL MARXISMO

34.1 Resumen del pensamiento de Marx (1818-1883)

Marx se confirma en la idea de que no existe Dios


(profesa un claro ateísmo) pero sin embargo es consciente de
la existencia del mal, tanto en su expresión psicológica (el
sufrimiento) como en su expresión social (injusticia), y todo
ello desde la visión de un mundo finito y terrenal. Entenderá
Marx que este sufrimiento humano, en lo fundamental, tiene
causas sociales, consecuencia de la alienación y de la
explotación económica que una clase social inflige a otra.
152

Lograr la autodeterminación de las personas y la libertad


individual es la tarea que se propone. Pero para ello es
necesario una revolución y un cambio de mentalidad, basado
en la praxis (práctica), que acabe con las relaciones de
producción económica del capitalismo y en consecuencia con
la alienación del hombre. Sin embargo Marx, ferviente defensor
de los postulados de igualdad y libertad, no pudo prever las
gravísimas consecuencias que la aplicación de sus teorías
tendrían en los países donde se implantó el Comunismo
(hablamos de la antigua URSS y sus países-satélite: Albania,
Checoslovaquia, Bulgaria, Rumania, Hungría, Alemania oriental…),
sobre todo en las épocas dictatoriales de Lenin y Stalin, lo que se
puede concretar en el desprecio más absoluto por parte de la
nuevos dirigentes post-revolucionarios hacia los derechos
humanos (violación sistemática de la integridad física y moral,
persecuciones, purgas, deportaciones masivas, encarcelamientos,
opresión, control de la vida privada, falta de libertad de expresión,
etc).

34.2 El nacimiento del marxismo

Para defender sus intereses colectivos y como consecuencia


de las duras condiciones de vida generadas por la Revolución
Industrial surgieron los primeros movimientos obreros que se
organizaron en grupos para defender sus intereses laborales
(SINDICATOS), muchos de los cuales se adhirieron pronto al
SOCIALISMO, una doctrina de carácter social y político que nació
con la idea de sustituir las estructuras de la sociedad capitalista y
que tuvo como objetivo defender los intereses colectivos y reducir
las diferencias sociales. Dentro de la ideología socialista nace el
ANARQUISMO (doctrina que con el tiempo adquirirá un carácter
radical y violento) y también el MARXISMO.

34.3 La teoría marxista

El Marxismo es un conjunto de teorías que Engels y Marx


implantaron en su ”Manifiesto Comunista”, y que se
configurarían como una doctrina socialista de carácter filosófico,
político, económico y social.

-En el orden filosófico, el marxismo supone una critica


hacia el Idealismo de Hegel, propugnando una visión del mundo en
153

términos materialistas (MATERIALISMO DIALECTICO) (*),


rechazando por tanto todo elemento religioso y defendiendo una
concepción finita y no trascendente de la realidad humana.

(*) El Materialismo dialéctico es una teoría general desarrollada por Marx y Engels
para analizar la evolución de los fenómenos de la naturaleza en su conjunto, si bien esta
teoría adopta el nombre especifico de Materialismo histórico cuando se trata de analizar en
concreto la evolución de los fenómenos políticos, sociales y económicos.

-En su vertiente política, el marxismo entiende al hombre


como un ser social y reivindica el papel fundamental de un
ESTADO REVOLUCIONARIO, como el instrumento adecuado para
la redistribución de la riqueza y como el órgano necesario para la
producción de bienes. Por tanto propugna una acción política
revolucionaria del Movimiento Obrero (Proletariado), orientada a
transformar las estructuras políticas y económicas de la sociedad
capitalista burguesa.

-En el aspecto sociológico, el marxismo equivale a una


teoría social que propugna en su seno un COMUNISMO ATEO. En
la sociedad comunista no puede existir religión, pues ésta es una
forma más de opresión y de alienación.

-Desde la perspectiva económica, el pensamiento marxista


se opone radicalmente a los modos de producción de la
BURGUESIA CAPITALISTA.

A partir del siglo XX: Se desarrollaron diferentes lecturas de


las tesis marxistas: El Marxismo Soviético (Lenin, Trotsky, Stalin),
el Marxismo Estructuralista (Althuser), la Escuela de Frankfurt
(Marcusse, Adorno, Habermas).

34.4 El materialismo dialéctico (análisis de la realidad en


general)

El “materialismo dialéctico” hace referencia a una teoría


conjunta de Engels y Marx, que trata de analizar la realidad en
general y los procesos que se dan en la naturaleza, en
términos dialécticos o evolutivos. Se nos propone así una
interpretación de la realidad concebida como un proceso material
en el que se van sucediendo una variedad infinidad de fenómenos,
a partir de otros preexistentes. No obstante, esta sucesión de
fenómenos no se produce al azar o de forma arbitraria, sino que
obedece a unas leyes evolutivas (“las leyes de la dialéctica”).
154

Los fundamentos del materialismo dialéctico se encuentran


en el “mundo material” como única realidad conocida y en la
tesis del “evolucionismo biológico”, postulando que en el seno
de la naturaleza existe un proceso dinámico que conlleva
transformaciones o cambios cualitativos. Movimiento y materia son
inseparables. “Y así hemos vuelto a la antigua concepción del
mundo que tenían los grandes fundadores de la filosofía griega
(Heráclito), a la concepción de que todo en la naturaleza, desde
las partículas más ínfimas, hasta los cuerpos más gigantescos, se
hallan en un estado perpetuo de nacimiento, evolución y muerte,
en un flujo constante sujeto a incesantes cambios” (Engels:
“Dialéctica de la naturaleza”).

Tomando como referencia el proceso biológico evolutivo, los


primeros organismos pluricelulares desarrollaron la capacidad de
responder ante los influjos del ambiente (la excitabilidad) y ésta a
su vez dará lugar a la sensación, la forma más primitiva de
conciencia. Así, la conciencia, será considerada como una
propiedad más de la materia, aunque en su sentido más
evolucionado. A este momento de alta organización material en
que deviene la conciencia, se le conoce como el salto cualitativo
(equivalente a salto dialéctico). Desde este punto de vista, el
salto cualitativo supone la transformación de una realidad en otra
distinta más evolucionada, lo que implica un avance en el
desarrollo de la Naturaleza.

En consecuencia, el materialismo dialéctico, en consonancia


con sus tesis, niega la existencia de todo lo psíquico y espiritual,
que queda reducido a simples reacciones fisicoquímicas. Lenin
decía al respecto: “La conciencia es el producto más elevado del
cerebro, que a su vez es el producto más elevado de la materia”.
La conciencia es así un producto material, una manifestación más
de la materia e inseparable de ella.

Para Engels, ávido lector de la obra de Darwin, la clave de


este salto dialéctico (salto cualitativo) se encuentra en la
elaboración de los primeros instrumentos. De esta forma, gracias
al uso continuado de estos instrumentos (trabajo), el hombre fue
capaz de ir superando la normal evolución biológica y adquirir el
“status” de un “ser consciente”.
155

34.5 El materialismo histórico (análisis de la evolución


histórica en particular)

El “materialismo histórico” se puede definir como un


intento de analizar, en particular, los procesos históricos,
políticos y económicos que se producen en el seno de la
sociedad, y que se encuentran sometidos a los principios de
la dialéctica.

Si el “materialismo dialéctico” se ha considerado


tradicionalmente como la expresión filosófica del pensamiento de
Marx y Engels, el “materialismo histórico” ha sido presentado
como la expresión científica de su pensamiento. Así, la sociedad y
la historia al ser concebidas como el resultado de una actividad
productiva, mensurable y práctica, nos pueden ofrecer leyes tan
objetivas como cualquier otra ciencia.

Tomando como referencia los principios de la DIALECTICA


HEGELIANA, aunque ya desprovistos de su sentido ideal
originario, Marx hace un análisis de la realidad histórica y
económica de su tiempo (en los suburbios de Londres fue testigo
directo de la miseria y la pobreza engendrada por la nueva
sociedad industrializada) y afirmará que la sociedad está sujeta a
un proceso evolutivo que se genera como consecuencia de las
contradicciones que laten continuamente en su seno y que se
resumirá en una síntesis final superadora de posturas antagónicas.

En consonancia con las ideas de Hegel y aplicándolas a su


teoría, Marx dirá que el CAPITALISMO BURGUES (tesis) (*) lleva
en sí mismo el germen de su destrucción que no es otro que el
PROLETARIADO (antítesis); de la confrontación entre ambos
surgirá una nueva realidad, el ESTADO COMUNISTA (síntesis)
(**).

(*) El Capitalismo tiene su origen de forma paralela al nacimiento de la


burguesía. Es un sistema económico cuyo objetivo prioritario es la consecución del
mayor beneficio posible. Implica la propiedad de los medios de producción y suele
fundamentarse en la filosofía del Liberalismo Económico. Marx lo considera como el
elemento fundamental de alineación.

(**) El Comunismo es un sistema social en el que no existe la propiedad


privada y los medios de producción están al servicio de la colectividad. De los textos
de Marx se desprende que en este modo de organización social (Comunismo) no
debe existir la propiedad privada, dado que la dictadura del proletariado se encargará
de abolirla. Las instituciones estatales serán las encargadas de distribuir los
beneficios en función de las necesidades de cada uno y asimismo de sus
156

posibilidades. Al no existir la propiedad privada, no existirá la división social en


“clases”, ni la consiguiente explotación del hombre por el hombre, que ya no será
considerado un mero instrumento al servicio de la producción, una cosa más que se
pueda comprar o vender, sino una entidad con realidad propia. Por otra parte, cuando
propone la abolición del Estado, no se refiere a la abolición de las instituciones que
organizan la vida social, sino que el Estado (hasta ahora expresión de las ideologías)
debe suprimirse para ser considerado un simple medio de nacionalización de la vida
comunitaria.

Por tanto la idea que late en el pensamiento de Marx, es


transformar la sociedad capitalista burguesa en una sociedad
de base comunista, lo que se conseguirá mediante una acción
revolucionaria del proletariado. Marx llegaría a la conclusión de
que esta revolución se podría hacer por cauces no violentos, dada
la creciente fuerza que iría adquiriendo el proletariado en los
países más desarrollados. Cuando este proletariado tome las
riendas del poder (dictadura del proletariado), se impondrá la
colectivización de los medios de producción, lo que conducirá
a la supresión de la propiedad privada, lo que a su vez
supondrá la eliminación de las clases sociales, con el
consiguiente final de la alienación que tanta miseria ha
causado al hombre. Sentenciaba Marx que no es posible la
armonía ni la paz social en las “sociedades clasistas”; la armonía
solo será posible en una sociedad sin clases, la que propicia el
Comunismo.

34.6 El proceso de producción económica

Para realizar este análisis histórico, Marx tiene en cuenta


diferentes aspectos, pero fundamentalmente destaca por su
importancia la “actividad económica” (EL PROCESO DE
PRODUCCION ECONOMICA).
Por medio de la actividad económica, el hombre puede
transformar la naturaleza y puede transformarse a sí mismo,
propiciando un cambio social. Este proceso, cuyo mayor nivel de
complejidad se alcanza con la actual sociedad “capitalista”, se
iniciaría ya en los albores del Neolítico a raíz de los primeros
intercambios comerciales (gracias al excedente productivo), con el
consiguiente acaparamiento de riqueza en manos de una clase
minoritaria, lo que traería consigo las primeras desigualdades y
diferencias en el seno de la sociedad (tiene lugar así el nacimiento
de las clases sociales). La “lucha de clases” será el fundamento
y el motor de toda la dinámica social, lo que provocará
finalmente el “cambio social” (revolución social).
157

Para Marx en todo proceso de producción económica


intervienen dos factores:

1) Las fuerzas productivas: Por un lado las fuerzas de


trabajo humano (*), es decir, la actividad productiva del trabajador,
su capacidad de trabajo; y por otro lado, los medios de producción
(conjunto de utensilios, herramientas, maquinaria, bienes
inmuebles, etc).

(*) Fuerzas de trabajo: se concretan en el desarrollo de una fuerza física o


bien en una habilidad manual, técnica o intelectual.

2) Las relaciones de producción: En la sociedad


capitalista, se llama así a las relaciones que se formalizan entre los
propietarios de los medios de producción (el capitalista) y los
agentes en el proceso productivo (el obrero o proletariado).

En un sentido amplio, en el trabajo se pueden establecer


relaciones sociales de “colaboración” (si todos son propietarios
de los medios de producción), en cuyo caso ningún sector de la
sociedad vive de la explotación de otros, o bien relaciones sociales
de “explotación” o dominación (cuando solo algunos son
propietarios de los medios de producción), como ocurre en la
sociedad capitalista que analiza Marx. En general esta última
relación basada en la explotación y en el dominio, se ha dado
siempre en las sociedades “clasistas”.

34.7 Los modos de producción económica según Marx

Se denominan así a las diferentes formas en que se organiza


la actividad económica en una sociedad. Salvo en contadas
ocasiones, casi todas estas formas de producción han dado lugar
a relaciones de explotación o sometimiento. Para Marx, el modo
de producción de la vida material deberá condicionar todo el
proceso político, social y espiritual del hombre. Dicho de otra
forma, la estructura social y las instituciones de toda sociedad
deberán venir determinadas por sus modos de producción.
Precisamente lo que pretende Marx es cambiar el modelo de
producción económica de la sociedad capitalista, basado en la
propiedad privada.
158

34.7.1 El modo de producción tribal

En las sociedades más primitivas, organizadas de forma


tribal, no existía la propiedad privada, sino que todos los “medios
de producción” (normalmente herramientas toscas y rudimentarias)
pertenecían a la colectividad, y en consecuencia también eran
colectivos los “bienes” obtenidos con el trabajo de todos los
individuos (“todo era de todos”). Este es el llamado “comunismo
primitivo” por Marx, propio de las sociedades paleolíticas
(anteriores a la época neolítica), en el que las relaciones sociales
establecidas eran “relaciones de colaboración” o
“cooperación”. No existían por tanto clases sociales (aunque sí
especialización o división del trabajo). Por su habilidad, había
hombres especializados en la caza, por ejemplo, pero el producto
de ésta era de todos los miembros de la tribu.
34.7.2 El modo de producción esclavista

Siguiendo también a Marx es el modo de producción propio


de las civilizaciones antiguas, sobre todo de la greco-romana, y
en buena medida también de las civilizaciones anteriores del
Oriente Medio (mesopotámica, egipcia o persa). Todas esas
sociedades ya presentaban un cierto nivel de desarrollo económico
y tecnológico, aunque casi todos ellos se caracterizaron por la
implantación de la esclavitud como práctica social habitual (fruto
normalmente de las guerras y de la expansión territorial), lo que
significaba un sometimiento total al amo por parte del esclavo, a
quien no se le reconocían derechos de ninguna clase, no
existiendo por tanto ninguna regulación jurídica al respeto. Esta es
sin duda, la más degradante de todas las relaciones humanas.

En términos económicos y según Marx, en estas sociedades


el agente propietario (amo) ejerció un dominio completo sobre las
fuerzas productivas (en este caso, el “esclavo” y los “medios de
producción”).

El fenómeno de la esclavitud a lo largo de la historia

-En la antigua Grecia, la esclavitud tenía incluso su


fundamentación político-filosófica. Para el propio Aristóteles (*), ser
esclavo era la condición natural de algunos seres humanos y, al
mismo tiempo, la garantía indispensable para que los hombres
libres pudieran dedicarse a las artes, a la filosofía y al buen
gobierno de la ciudad.
159

(*) “La utilidad de los animales domesticados y la de los esclavos viene a ser
más o menos del mismo género. Unos y otros nos ayudan con el auxilio de sus
fuerzas corporales a satisfacer las necesidades de nuestra existencia. La naturaleza
misma lo quiere así, puesto que hace que los cuerpos de los hombres libres sean
diferentes al de los esclavos, dando a éstos últimos el vigor necesario para llevar a
cabo las obras más penosas de la sociedad” (Aristóteles: “Política”).

-En Roma la esclavitud era el destino normal de los


prisioneros de guerra, aunque también se podía adquirir la
condición de esclavo por el simple impago de una deuda, a
voluntad del acreedor. El esclavo, considerado mera mercancía,
podía comprar su libertad o bien podía ser liberado por el deseo
expreso y arbitrario de su amo, lo que se formalizaba a través del
acto de “manumision“, por el cual se pasaba a la condición de
“liberto“ u hombre libre. Básicamente los esclavos fueron el sostén
principal de la economía de Roma, sobre todo en la época de la
República, durante su expansión territorial en los primeros siglos
de conquistas. Normalmente fueron empleados como mano de
obra rural, aunque también podían ser destinados a tareas del
hogar como sirvientes o criados, etc. Tal era la magnitud de la
esclavitud, que cada romano de mediana fortuna, solía tener por
los menos un par de esclavos.

-Con el avance y la expansión del Cristianismo (a partir del


siglo IV) se fue suavizando la situación de estos hombres
sometidos, aunque la esclavitud no desapareció del todo,
persistiendo en muchas zonas rurales de la Europa medieval (*),
a través de la fórmula denominada “servidumbre germánica”,
que fue instituida a partir del siglo V como castigo alternativo a la
esclavitud y a la pena de muerte. Sin embargo, en el mundo
musulmán medieval se siguieron manteniendo las formas
tradicionales de esclavitud romana, que se prolongaron
prácticamente hasta el siglo XIX. Normalmente estos esclavos se
contaron por “millones” y eran captados y hechos prisioneros en
las zonas fronterizas y de ahí llevados a los mercados de las
principales ciudades del Islam. La mayoría de ellos eran esclavos
negros africanos.

(*) Todo el pensamiento medieval cristiano inicial (Patrística), veía en la


esclavitud una consecuencia del pecado y de la perturbación del orden natural
impuesto por Dios. Por lo tanto, era justo que alguien fuera reducido a una situación
de esclavitud por otro. Así lo entendía San Agustín. Por su parte Santo Tomás
(Escolástica) siguiendo a Aristóteles, consideraba que la servidumbre (esclavitud)
entre los hombres era algo establecido por naturaleza. Esta es su sentencia: “Es útil
160

y natural que un hombre sea gobernado por otro más sabio, y también es natural que
éste sea ayudado por aquél”.

-Ya en plena Época Moderna, con la llegada y colonización


de América por parte de los colonos europeos, se empezaron a
trazar planes de expansión económica que exigían una ingente
mano de obra barata.

En un principio y por parte de los conquistadores


españoles se esclavizaron a los “indígenas” de los pueblos
mesoamericanos, aunque pronto se replanteó dicha práctica
(gracias a los escritos de clemencia de Fray Bartolomé de las
Casas, al rey de España), y se optó solo por la esclavitud de los
”indígenas” del Africa negra, especialmente por su mayor robustez
y por su capacidad para trabajar en las más duras condiciones. No
obstante, el trato hacia los esclavos fue más humano y benigno en
las colonias españolas y portuguesas, que en las tierras
colonizadas por los ingleses.

No hay consenso en cuanto a las cifras de la esclavitud que


se barajan en la Época Moderna (siglos XV-XVIII), pero de forma
aproximada se calcula que por parte de los imperios coloniales
europeos (España, Francia, Gran Bretaña, Portugal y Holanda),
unos 40 millones de personas negras de origen africano
(Mozambique, Guinea, Congo, Angola, Senegal, Nigeria…) fueron
secuestradas de su entorno natural y destinadas a la esclavitud, de
las cuales 20 millones fueron a parar a las plantaciones
americanas, mientras otros 10 millones de personas murieron
durante las travesías atlánticas. Y para agravar más aún el
problema, el “comercio negrero”, así denominado, fue
acompañado en la mayoría de los casos por un fuerte
“sentimiento racista”. El negro era frecuentemente asimilado a
un ser inferior y sin derecho alguno, incluso un animal de carga
carente de alma.

Los movimientos abolicionistas de la esclavitud (*)

Además de las muchas voces autorizadas y los movimientos


que se alzaron en todo el mundo contra la esclavitud, dos fueron
las razones fundamentales que influyeron en la erradicación de la
práctica esclavista:

1) Por un lado, la aparición de un ideario filosófico y


político que surge como consecuencia de las declaraciones
161

de los libre-pensadores ilustrados, y que culmina con la


“Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano” (1789) durante la Revolución Francesa.

2) Por otro lado, la aparición de un nuevo orden


económico internacional propiciado por la Revolución
Industrial, que se inicia en Inglaterra, constatándose por el
capitalismo burgués que era más rentable y productivo el trabajo
remunerado del obrero, que el trabajo esclavista.

(*) Notas aclaratorias:

En el sur de Estados Unidos (Kentucky, Luisiana, Virginia, Delaware,


Maryland, Missouri…), uno de los principales focos pro-esclavistas del mundo
moderno, la esclavitud fue abolida, no sin fuerte oposición, una vez finalizada la
“Guerra de Secesión” (1861-1865). La abolición de la esclavitud comenzó ya
durante la guerra, pero hubo que esperar hasta 1865 para que la abolición se hiciera
totalmente efectiva en todo el ámbito de la Unión (Estados del sur), después de
haber sido reelegido Presidente Abraham Lincoln.

En el ámbito de los países sudamericanos, la esclavitud fue abolida de


forma progresiva en casi todos ellos a lo largo de la primera mitad del siglo XIX. En
las nuevas naciones americanas, inmersas en su mayoría en procesos
independentistas, la abolición fue precedida muchas veces por la llamada “libertad
de vientres”, una medida legal por la cual los hijos nacidos de mujeres esclavas
tenían derecho a ser libres; así ocurrió en Chile (1811), Argentina (1813) Colombia
(1821), Venezuela (1821) y Brasil (1871).

Las nuevas formas de esclavitud

No obstante y pese a que la esclavitud está oficialmente


prohibida en casi todos los países del mundo, todavía persisten
formas tradicionales de esclavitud en algunas zonas del globo. Por
ejemplo, se estima que en Sudán (año 1990) existían entre
90.000-300.000 personas que podían ser vendidas o compradas
en cualquier mercado de esclavos. En otras zonas (selva
amazónica), donde no existe administración alguna o donde la
que existe está corrompida, hay personas que viven en un régimen
de esclavitud, similar al que se daba en la antigüedad. Por otro
lado Mauritania es uno de esos pocos países que todavía
reconocen y mantienen la esclavitud de forma oficial.

A todo ello hay que añadir la situación denigrante en la que


viven actualmente muchas mujeres, víctimas de explotación
sexual, a la que están sometidas por parte de organizaciones
criminales y mafiosas.
162

34.7.3 El modo de producción feudal

El modo de producción esclavista fue sustituido en el medio


rural por el modo de producción feudal, que se empezó a
desarrollar durante los primeros siglos de la Edad Media (a partir
del siglo V-VI), coincidiendo con las invasiones bárbaras. En este
caso, pese a que el señor feudal posee la completa propiedad
sobre los medios de producción (normalmente tierras de cultivo),
solo posee un dominio parcial sobre el trabajador (el siervo), con
el cual establece una relación de vasallaje o servidumbre

34.7.4 El modo de producción capitalista

Se basa en una clara relación de explotación de la


burguesía capitalista hacia el trabajador (proletariado), aunque
en teoría éste goza de libertad jurídica. El propietario (capitalista)
es dueño absoluto de los medios de producción (maquinaria,
utensilios, enseres, etc) y su objetivo es la generación de
beneficios a costa del trabajador (su fuerza de trabajo),
apropiándose de la plusvalía que genera su labor, dado que ésta
no revierte en su salario.

34.7.5 El modo de producción socialista

Los modos de producción basados en el capitalismo están


llamados a desaparecer y a ser sustituidos por el modo de
producción socialista. Esta es la tarea que Marx se propuso llevar
a cabo. Siguiendo el proceso dialéctico en el que la historia se
encuentra inmerso, la humanidad recuperará finalmente el modo
de producción del llamado “socialismo o comunismo primitivo”,
basado en la eliminación de las clases sociales y, en
consecuencia, en la extinción de la propiedad privada (lo que
según Marx, es el germen de todos los males sociales), dando
lugar a un régimen de propiedad colectiva. En consecuencia, las
relaciones de explotación y dominio darán paso a unas relaciones
de cooperación recíproca.

34.8 Estructura y superestructura


Todo el proceso de producción económica, en su conjunto,
constituye lo que Marx denomina la INFRAESTRUCTURA, es
decir la BASE MATERIAL de la sociedad, que se ha encontrado
siempre sometida a la SUPERESTRUCTURA (instituciones
163

jurídicas, políticas, religiosas, filosóficas…) es decir, el conjunto de


ideas, creencias, normas y leyes, que configuran la conciencia
social (BASE IDEOLOGICA). Esta superestructura la utiliza la
clase dominante (burguesía capitalista) para controlar el
funcionamiento de la actividad productiva de los ciudadanos
(proletariado), y para perpetuarse en el poder. Lejos de convertirse
en garante de la realización y la libertad humana (como afirmaba
Hegel), el Estado (que no es sino la expresión de los intereses de
la burguesía capitalista) se convierte así en agente de represión y
sometimiento. En consecuencia, suprimiendo la superestructura
ideológica y dotando al proletariado de una conciencia de clase, se
pondrá fin a la explotación del capitalismo.

Marx entiende que los modos de producción material (LA


REALIDAD MATERIAL) deberían condicionar la vida política,
cultural e intelectual (REALIDAD SOCIAL), y no al contrario como
ha sucedido siempre hasta ahora (la realidad social siempre ha
condicionado la realidad material). De ahí que sostenga que “no
son las conciencias las que crean la realidad material, sino las
condiciones materiales las que determinan unas formas de
conciencia“. Es lo que se ha acordado en llamar la “inversión
materialista“.

34.9 Alienación y proletariado

Con el nombre de proletariado, Marx designará a la clase


social más desfavorecida de la sociedad burguesa que le ha
tocado vivir, la cual ha sido objeto de la más radical de las
injusticias (la alienación), inherente al modo de producción
capitalista. La causa de la alienación se encontraría en la
existencia de la propiedad privada, y en el consecuente nacimiento
de las clases sociales, por lo que acabando con aquélla se pondrá
fin a esta forma de explotación. La alienación se define como
toda situación en la que viven las personas que no son
dueñas de sí mismas o de sus actos. Para Marx es la condición
en la que vive la clase oprimida y explotada de la sociedad
capitalista, y significa la negación de la propia naturaleza del
hombre. Se expresa desde varias vertientes:

34.9.1 Alienación económica

a) La felicidad del hombre, la perfección humana se consigue


básicamente a través de la ocupación en un trabajo. Pero en la
164

sociedad capitalista el hombre se ve obligado a enajenar su


capacidad productiva (“fuerza de trabajo”) quedando
deshumanizado y perdiendo su libertad. En definitiva, el “objeto
producido” por el hombre (el producto de su trabajo) se
desconecta de su relación con el propio “sujeto productor“ y
en consecuencia el trabajador no ejerce ningún control sobre
los objetos que han salido de sus manos y con ello sufre y
pierde la oportunidad de realizarse personalmente, dado que
no puede crear nada para sí mismo, sino para los demás (para el
capitalista). El trabajador se convierte así en una pieza más en la
cadena productiva, terminando por ser considerado una simple
mercancía. En definitiva, los seres humanos no reconocen en los
demás una naturaleza humana, sino que los ven como simples
instrumentos para satisfacer sus intereses egoístas. En palabras
de Marx: “En qué consiste entonces la enajenación del trabajo?.
Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir
no pertenece a sí mismo, no es parte de su naturaleza. Por tanto el
hombre en su trabajo no se afirma, sino que se niega, no se siente
feliz, sino desgraciado, no desarrolla una libre energía física y
espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu…En
consecuencia, el trabajo no implica la satisfacción de una
necesidad personal, sino que se convierte en un medio para
satisfacer las necesidades de otro”.

b) Tampoco el hombre es dueño de los beneficios de su


propio trabajo. Se ha visto que el producto final es de propiedad
capitalista, al igual que la “plusvalía” generada por el propio
trabajador que pasa a ser expropiada. Se entiende por plusvalía el
margen de beneficios o la diferencia entre el precio de coste de un
producto (o un servicio) y el precio de venta del mismo.

La consecuencia final es que el hombre se encuentra


doblemente alineado en el aspecto económico: en la propia
“actividad productiva” y en los “resultados productivos“,
pasando a ser un simple “instrumento” al servicio de la
economía, es decir, un simple objeto o mercancía dentro del
sistema capitalista, para quien lo único importante es el “valor de
cambio” de las cosas (al hombre se le trata como un objeto
susceptible de ser cambiado por dinero).

La eficacia de la explotación capitalista, afirma Marx,


descansa sobre la noción de “legitimidad”, presentándose ante
las conciencias de los explotados como moralmente justificables.
165

Así, el trabajador cree que como el capitalista posee los medios de


producción (fábricas, talleres, maquinaria, etc), tiene un derecho
fundado para apropiarse de una parte de su trabajo (de una parte
de su actividad), y por tanto quedan justificadas sus míseras
condiciones de vida. Así serían naturales expresiones como éstas:
“es el dueño de la tierra al fin y al cabo”, “¿quién nos daría trabajo
si no fuera por el patrón”?, “siempre ha habido ricos y pobres”…De
esta forma, la ideología dominante (“la base ideológica”) se
convierte en una de las más poderosas herramientas para
satisfacer los intereses de los explotadores.

Los demás tipos de alienación se derivarían de la alienación


económica, la más importante.

34.9.2 Alienación religiosa

La alienación religiosa es consecuencia también de la


alienación económica, porque la miseria material nos hace
buscar refugio en lo trascendental y divino. Recordemos que
en el esquema básico de toda alienación, el sujeto realiza una
actividad que le hace perder su propia identidad, su propio ser.
Este es también el caso de la religión. El hombre toma lo mejor de
si mismo (su inteligencia, su bondad, su voluntad, su fe...) y lo
proyecta fuera de si, hacia el ámbito de lo infinito. Pero a su vez
esta proyección de valores oprime al propio sujeto que los ha
creado. Así, la moral y la religión (“el opio del pueblo“) se
convierten en instrumentos de coacción, en tanto que nos
conducen a la resignación, a la aceptación de la injusticia, a la
recompensa de un cielo inexistente y a la justificación de una
sociedad opresiva.

Por otro lado, la religión también es alienación porque desvía


al hombre del único y verdadero ámbito donde le es realmente
posible la salvación y la felicidad, el mundo terrenal, expresado en
la vida social y económica.

34.9.3 Alienación social

Igualmente, la alienación social es consecuencia de la


alienación económica, dado que el sistema capitalista propicia
una escisión de la sociedad en clases sociales (*): una clase
dominante (BURGUESIA FINANCIERA e INDUSTRIAL) dueña de
166

los medios de producción; y otra clase dominada y marginada


(PROLETARIADO) que tiene como único bien su fuerza de trabajo.

(*) A lo largo de la historia de la humanidad han ido apareciendo dos tipos


básicos de clases sociales, que normalmente surgen aparejadas a la propiedad
privada: una clase explotada y otra explotadora. En los modos de producción esclavista
(antiguas sociedades esclavistas) la clase explotadora eran los “amos” y la clase explotada
los “esclavos“; en la sociedad feudal eran los “señores” y los “siervos“; y en la sociedad
capitalista es la “burguesía” y el “proletariado“ (Marx).

34.9.4 Alienación política

La clase política dominante, materializada en el Estado


burgués, utiliza todos los recursos de la llamada
“superestructura ideológica” (estructura política, jurídica,
religiosa, filosófica y cultural) con el fin de favorecer sus
propios intereses, al tiempo que restringe mediante fuerzas
represivas la libertad de la clase desfavorecida y dominada
(proletariado).
34.10 Crítica de Marx hacia el materialismo de Feuerbach (*)

Uno de los primeros en romper con el idealismo hegeliano


imperante en Alemania fue Feuerbach, quien se alza como
representante de la tendencia critica dentro de la Izquierda
Hegeliana. En contra de la idea propuesta por Hegel (“el Espíritu
es la realidad“), Feuerbach aduce que solo existe una sola realidad
objetiva y sensible, la materia, y sitúa al hombre, real y concreto,
como punto de partida y fundamento de todo su sistema filosófico,
sentando las bases de un marcado materialismo ateo.

Sin embargo Marx critica la visión materialista de Feuerbach,


quien se muestra incapaz de comprender el mundo como un
proceso en evolución, dado que adopta el modelo materialista del
mecanicismo clásico, para quien el movimiento de la naturaleza
siempre engendra los mismos resultados. Para Marx el
materialismo de Feuerbach en el fondo es un materialismo
contemplativo, estático e idealizado, cuando lo que hay que
defender es un modelo de materialismo fundamentado en la
praxis (práctica), es decir, en la capacidad de transformar la
naturaleza y la sociedad (en función de las leyes dialécticas), y en
consecuencia, acabar con las duras condiciones en las que viven
muchos hombres.

(*) Sería Feuerbach quien inicialmente planteara el problema de la alienación,


en este caso, de la alienación religiosa en su obra “La esencia del cristianismo”,
167

donde analiza el origen y la naturaleza de la religión cristiana. Desde el punto de


vista de Feuerbach, la religión es una invención de los seres humanos, el resultado
de aplicar atributos trascendentes al mundo conocido, al mundo material y sensible.
Una vez creado ese ultramundo de la religión se produce una extraña inversión, por
la que se intercambian los papeles del creador y de su criatura, lo que dará lugar a la
alineación religiosa. En el caso del Cristianismo, resulta que no es Dios quien crea al
ser humano, sino el ser humano quien crea a Dios. Ahora bien, una vez ha creado a
ese Dios, el hombre lo concibe como una entidad superior y se supedita totalmente a
él. Es precisamente en este sometimiento donde se consuma la alineación, la
enajenación del ser humano, en la medida que supone la pérdida de sí mismo. En
definitiva, el ser humano renuncia a su propia naturaleza para someterse a un ser
ajeno. Esta noción de la alineación, que Feuerbach restringía al ámbito religioso,
Marx la extenderá a todas las esferas de la actividad humana.

34.11 Otras doctrinas materialistas

El Materialismo en su acepción general es una doctrina que


solo admite la materia como única realidad, y por tanto niega la
existencia de todo lo espiritual y trascendente. Además del
materialismo referido a las ideas de Marx, existen básicamente
otros dos tipos de materialismo:

-El Materialismo Atomista se remonta al pensador griego


Demócrito, para quien la realidad está constituida por partículas
inmutables (los átomos), considerando que el pensamiento es pura
ficción.

-El Materialismo Mecanicista considera que la naturaleza


se rige por fenómenos puramente mecánicos basados en leyes
físicas. Es un pensamiento que se inicia en la época Renacentista
con la Revolución Científica (Galileo y Newton), continuada
después por Descartes (uno de los grandes teóricos del
Racionalismo), extendiéndose hasta nuestros días.

35 EL EXISTENCIALISMO

35.1 Introducción

El Existencialismo es una corriente filosófica que surge en


Alemania a finales del siglo XIX y se extiende durante el siglo XX
por toda Europa. Como antecedentes, se encuentran los
postulados de la filosofía de Nietzsche. En líneas generales, el
Existencialismo centra su interés en el hombre individual, en
su existencia real y concreta, en el “yo” definido por su
capacidad de decidir libremente. El Existencialismo otorga
prioridad a la existencia por encima de la esencia, a la vida
168

concreta sobre la razón abstracta, a la praxis sobre la teoría, a la


libertad sobre cualquier clase de determinismo. Aunque más
propiamente habría que distinguir entre:
1) Filosofía Existencial, cuyo objeto es comprender la vida
concreta del hombre que “está en el mundo” (descripción empírica
de la existencia).

2) Filosofía Existencialista, que supone un análisis


sistemático de la existencia, preocupándose por comprender las
raíces más profundas del ser humano (el “dassein” o “el ser ahí”
de Heidegger, o “el ser para sí” de Sartre). Correspondería a la
descripción metafísica de la existencia).

35.2 Algunos principios fundamentales del Existencialismo

Varios son los postulados o principios que resumen los


contenidos más importantes del Existencialismo. Entre ellos
destacan los siguientes:

1) El empleo del método fenomenológico (Husserl): La


fenomenología es un sistema ideado por el filósofo Edmund
Husserl, que, en síntesis, trata de interpretar las cosas
(fenómenos) tal como aparecen en la conciencia individual. Se
divide en tres momentos. 1) La epojé, que significa la abstención
de juzgar cualquier experiencia personal, cualquier doctrina
filosófica, religiosa o cultural, poniéndolas entre paréntesis. Se
trata de abstenerse de formar juicios u opiniones personales
acerca de los objetos conocidos. 2) La reducción eidética es el
segundo paso, que supone prescindir de la existencia real de todo
lo que percibimos y quedarnos básicamente con su “esencia” (el
”eidos” de un fenómeno). Dicho de otra forma, reducir lo conocido
a su estructura esencial, prescindiendo de sus características
individuales para fijarse exclusivamente en las notas esenciales y
necesarias, captadas a través de la intuición directa. 3) La
reconstitución del mundo: una vez se ha encontrado el
verdadero sentido de la realidad, podemos volver a ella, pero
ahora con la convicción de que sí la comprendemos.
2) La existencia precede a la esencia (Sartre): Este sería
el primer principio existencialista formulado por Sartre. Defiende
que lo que distingue a una persona de otra son sus decisiones
individuales y el ejercicio de su libertad de acción. De tal forma, el
hombre en principio no es definible, porque “no es nada”;
169

solamente con su capacidad de libre elección y en función de su


propia determinación, decide continuamente el valor absoluto de
su existencia. De esta forma va elaborando su “yo” o “lo que es”.
Es decir, el hombre empieza por existir, después va definiendo su
naturaleza (su esencia) con sus actos.
Por tanto, el hombre en principio no tiene naturaleza, no
tiene ninguna esencia que se le pueda atribuir, por lo que es
LIBRE totalmente para decidir lo que quiere ser. La
reivindicación de la LIBERTAD en Sartre es tan radical, que le lleva
a negar cualquier clase de DETERMINISMO, tanto biológico,
social, como teológico. Así, ni Dios, ni la naturaleza, ni la sociedad
determinan nuestra conducta. Ni siquiera los VALORES ETICOS
se presentan como un límite a nuestra LIBERTAD DE ACCION,
dado que los valores no existen independientemente de nuestra
voluntad, porque somos nosotros (los hombres) los que decidimos
crearlos, siendo nuestra voluntad quien los hace reales.
Esta idea sartriana sobre la libertad tiene dos importantes
consecuencias:

-Hace al hombre radicalmente RESPONSABLE DE SUS


ACTOS: No tenemos excusa, porque lo que somos es
consecuencia de nuestros actos, de nuestra propia libertad de
elección.

-Implica una filosofía de la ACCION Aunque parezca


paradójico, el existencialismo de Sartre se presenta como una
filosofía vital y optimista. El hecho de que Sartre piense que “la
vida es una pasión inútil”, o de que interprete que “el vivir es un
absurdo”, no implica quietud ni pasividad; todo lo contrario, la idea
de que el hombre es “un proyecto vital”, o también “la suma de sus
actos”, nos debe incitar a la acción y al compromiso.
3) La opacidad del ser (Sartre): Otro de los postulados
defendidos por Sartre. Destaca que “el ser en sí” es algo vacío,
pues no tiene naturaleza, ni tiene causa ni razón de existir, frente
“al ser para sí” que implica “conciencia reflexiva” o lo que es
igual conciencia de existir. Es pues la conciencia reflexiva la que
da sentido y dota de significado al ser. Dicho de otra forma, el
hombre es conciencia para sí. A través del método
fenomenológico tomado de Husserl, Sartre analizará en
profundidad la “conciencia reflexiva”, que corresponde al momento
en que Descartes afirmará “la existencia del yo”.
170

4) Interés por el hombre concreto (Kieerkegaard): Su


pensamiento sienta las bases de la Filosofía Existencialista. No en
vano es el llamado “Padre del Existencialismo”. Postula que la
verdad no hay que buscarla en el hombre en general (como
especie), sino en el individuo concreto y real. Su obra capital es
“El concepto de la angustia”.

5) Existencia auténtica y existencia inauténtica


(Heidegger): El “dassein” (“el ser ahí”) que Heidegger menciona
en su libro “Ser y tiempo”, es el ser humano arrojado a la
existencia, y se puede concebir de dos formas: de forma auténtica
o inauténtica.

La primera opción supone un compromiso con la existencia,


es abrazarse a la vida libremente, pero siendo plenamente
conscientes de nuestras limitaciones, y sabiendo que en el
extremo de esta limitación se encuentra la muerte, lo que significa
“conciencia de ser para la muerte”.

La segunda opción se corresponde con la vida del sujeto


que renuncia a la libertad de realizarse a sí mismo,
caracterizándose por el anonimato, la mediocridad y la frivolidad.
Es un ser que prefiere vivir en la ignorancia, olvidándose de su
dimensión humana más profunda y de sus responsabilidades para
sí y para con los demás.

Por tanto, el existencialismo auténtico de Heidegger busca


un ideal de “autosuficiencia”, dado que al declararse ateo no puede
apoyarse en realidades trascendentales o religiosas. El hombre
que se sostiene en la “nada” debe buscar su salvación
afirmándose en la propia vida. De la misma forma que lo hace
Heidegger, Sartre aboga también por un compromiso vital con la
existencia. Este “compromiso moral” debe presidir siempre nuestra
conducta.

6) Inquietud vital: Que se manifiesta en un sentimiento de


ANGUSTIA, en su sentido metafísico y profundo. Si exceptuamos
un Existencialismo de corte optimista y teológico, representado por
Gabriel Marcel o Unamuno, la mayoría de los filósofos
existencialistas suele adoptar un pesimismo desesperanzado
cuando se le revela al hombre el “ABSURDO” de su vida, dado
171

que todas sus acciones están dirigidas hacia un límite no


traspasable (LA MUERTE).
35.3 Pensamiento resumido de algunos filósofos
existencialistas

a) Camus: El absurdo de la existencia del ser humano se


manifiesta en el contraste irracional entre sus infinitas
aspiraciones y en la limitación de sus posibilidades.

b) Heidegger: El “dassein”, el ser humano arrojado a la


existencia, es un ser para la muerte. Existir sería un puente entre
dos espacios vacíos, entre dos “nadas” (no hay nada antes de
nacer y no hay nada después de morir). Como conclusión, la
existencia no tiene sentido ni fundamento alguno.

c) Sartre: Precisamente para dar sentido a nuestra vida,


para llenar esa “nada” que somos inicialmente, nos vemos
obligados a tomar decisiones continuamente (“estamos
condenados a ser libres”), lo que genera una permanente
situación de angustia vital, puesto que toda elección supone
siempre un riesgo y una continua incertidumbre.

d) Jaspers: El absurdo de la vida se pone de manifiesto en


un sentimiento de angustia que implica tener que aceptar que el
hombre está hecho irremisiblemente para la última y más
radical realidad, la muerte.
e) Kierkegaard: El individuo concreto y existente puede
actuar libremente, lo que se expresa mediante múltiples
posibilidades, pero todas las posibilidades, elijamos la que
elijamos, nos conducirán al más absoluto vacío.

35.4 Miguel de Unamuno

Su visión compartida con otras corrientes filosóficas

Unamuno fue catedrático y después rector de la Universidad


de Salamanca. Durante la dictadura de Primo de Rivera se tuvo
que exiliar en Francia, como muchos otros intelectuales de la
época. Fue figura destacada de la Generación del 98. Aunque su
filosofía se destaca por su profunda originalidad, presenta
características comunes a otras corrientes de pensamiento:
172

-Como todos los demás pensadores del Existencialismo,


Unamuno centra su atención en el ser humano concreto y
existente (en “el hombre de carne y hueso” según sus propias
palabras), pero a diferencia de la visión negativa y pesimista de los
existencialistas, Unamuno nos muestra una visión esperanzadora
de la naturaleza humana, tal como se abordaría desde una
perspectiva cristiana.

-De la misma forma que lo hace el Vitalismo, Unamuno


defiende el valor de la vida del ser humano, que no puede ser
reductible a simple materialismo.

-Como el Utilitarismo, comparte la idea de que es verdadero


aquello que nos ayuda a vivir (“si el espejismo me calma la sed,
es verdadero el espejismo”).

Sentido de su filosofía

Piensa Unamuno que la razón científica puede satisfacer


las necesidades materiales del ser humano, pero de ninguna
manera sus necesidades afectivas o sentimentales y sus
ideales más trascendentales. Entre estos últimos se encontraría
el deseo de permanencia e inmortalidad, o como lo designaría el
propio filósofo (“hambre de inmortalidad”).

Asimismo destaca Unamuno la naturaleza paradójica y


contradictoria del ser humano. Por un lado, el hombre es finito y
mortal (realidad sustentada por la razón), y por otro lado, el
hombre está hecho para la inmortalidad y la eternidad (realidad
sustentada por la fe). Esta contradicción nos conduciría a pensar
en la vida como una experiencia trágica: “el ser” frente a la
posibilidad de “la nada”. Pero el filósofo acepta conscientemente y
de forma plena esta contradicción vital entre razón y fe,
afirmándose en la existencia de Dios y poniendo de relieve la
fuerza imperante de la religión sobre la razón.

36 EL NEOPOSITIVISMO

36.1 Las raíces del Neopositivismo

El Neopositivismo denominado también Positivismo


Empírico o Empirismo Lógico, se presenta como una filosofía
173

del análisis lingüístico (por ello se denomina igualmente Filosofía


analítica).

Las raíces del Neopositivismo se hunden en el Utilitarismo


(Stuart Mill), en el Positivismo (Comte) y en el Empirismo (Hume).
De todas estas tendencias recibió aportaciones básicas.

Las dos figuras principales del Neopositivismo son Bertrand


Rusell (“Teoría del atomismo lógico”) y el austriaco nacionalizado
británico Ludwig Wittgenstein, cuya obra más importante es
“Tratado lógico filosófico”, más conocido como ”Tractatus”.

36.2 Wittgenstein

Su “Tractatus” tuvo gran influencia en el llamado “Circulo


de Viena”. Fue el máximo impulsor de la corriente Neopositivista,
que se implantaría sobre todo en EEUU e Inglaterra. Para
Wittgenstein, el lenguaje debe ser un fiel reflejo de la realidad, es
decir, debe haber una clara correspondencia entre el lenguaje y los
hechos concretos que éste expresa. Por tanto, deben excluirse de
la Filosofía todas las proposiciones metafísicas (del “ser” por
ejemplo no se puede decir nada, puesto que no es ninguna
realidad).

37 LA ESCUELA DE FRANKFURT

37.1 El origen de la Escuela

La Escuela se desarrolló en Alemania y tuvo su origen en el


Instituto para la Investigación Social fundado en 1920 por KARL
GRUNBERG, un marxista nacionalizado austriaco, siendo también
su primer director.

La Escuela surge como un movimiento crítico enfocado hacia


la sociología, pero también con una profunda dimensión
filosófica. Fue clara la influencia de los postulados filosóficos de
Marx y del psicoanálisis de Freud, sobre todo en lo concerniente a
la represión de la naturaleza instintiva del ser humano (Freud
consideraba que el hombre estaba sometido a una presión
continua de la sociedad).
174

37.2 Personajes destacados del movimiento

Años más tarde asumió la dirección de la Escuela MAX


HORKHEIMER, impulsor de la llamada “Teoría crítica de la
sociedad”, que intentaba analizar la estructura de la sociedad
industrializada de la época y sus consecuencias sobre la vida del
hombre. Su propósito, como el de Marx, fue liberar al individuo de
la injusta explotación económica a la que se encuentra sometido.
Profundizó en el concepto de “razón científica”, que justificaba
como inevitables ciertos problemas actuales (paro, contaminación,
destrucción de la naturaleza, pobreza...), lo que en realidad no es
sino una grave injusticia social, consecuencia de las
desequilibradas relaciones de producción entre capitalistas y
asalariados.

Otro personaje destacado fue MARCUSSE (1898-1979). En


su obra “Marxismo soviético” denunciaba que el Estado
Soviético se encontraba en manos de una enorme casta
burocrática, que ejercía un poder incontrolado sobre la población, y
que decidía el rumbo de la sociedad en función de sus propios
intereses. A causa de ese control, el hombre ha perdido su
capacidad de autocrítica. Por otro lado, Marcusse hace una
profunda crítica sobre la “racionalidad tecnológica”. La tecnología,
que comenzó siendo un instrumento liberador, acabaría
esclavizando al hombre; en consecuencia, Marcusse aboga por
una “racionalidad de la satisfacción” (el eros liberado de Freud), en
la debían converger razón y felicidad, siendo la Filosofía el
principal instrumento de divulgación y de liberación del hombre.

Junto con Marcusse destacó también ADORNO (1903-1969).


Ambos participaron de los mismos postulados y escribieron de
forma conjunta varios artículos periodísticos. Para Adorno, la
Filosofía debe asumir unos objetivos prioritarios:

-Hacer notar la falta de libertad en la sociedad tecnológica


moderna.

-Proponer una reflexión crítica profunda del poder


establecido.

-Mostrar el camino de la auténtica praxis (práctica).


175

Aparte de los ya mencionados, en la Escuela de Frankfurt


destacaron también autores como ERICH FROM y WALTER
BENJAMIN.

38 EL ESTRUCTURALISMO COMO DOCTRINA FILOSOFICA

38.1 Introducción: ruptura con la primacía del sujeto

A partir de Descartes, la Filosofía Moderna Occidental se ha


fundamentado en la primacía del SUJETO (el “sujeto pensante”
cartesiano). Así la mayoría de los filósofos han apostado primero
por la “persona” y después por “su mundo circundante” (el mundo
ante mi, ante mi conciencia). Tres pensadores van a romper con
este esquema, que será fundamental en las tesis de los futuros
pensadores estructuralistas: Hegel: para quien lo verdadero es el
todo, la totalidad. Marx: que concibe al hombre solo como una
parte de la estructura social en la que se encuentra inmerso.
Freud: que afirma que el inconsciente predomina sobre los
elementos conscientes del sujeto.

38.2 Antecedentes del Estructuralismo

Fue el lingüista ginebrino Ferdinand de Saussure quien en


su obra “Curso de Lingüística General” sentó las bases del
Estructuralismo Lingüístico, proponiendo que la lengua debería
considerarse como un sistema interrelacionado, un todo solidario,
donde cada palabra se definiría por ser parte de un conjunto
estructurado sobre el que recaen una serie de reglas. El modelo de
estructura lingüística se ha extendido a otros ámbitos culturales,
como por ejemplo, a la Antropología Cultural (Levi Straus). En
Filosofía ha sido adoptado por Michel Foucault (1926-1984).

38.3 Características del Estructuralismo filosófico

A continuación, se citan algunas características del


Estructuralismo en el campo filosófico:

La realidad como un todo unitario

-Frente al Atomismo, que entiende que la realidad está


compuesta por elementos independientes, el Estructuralismo se
fundamenta en que toda realidad (incluidas las sociedades
176

humanas) está conformada como un todo unitario, cuyos


elementos se encuentran relacionados entre sí.

Negación de la libertad individual

-Frente al Existencialismo, que postula que estamos


condenados a ser libres (Sartre), el Estructuralismo niega toda
libertad individual, pues la existencia humana se encuentra
condicionada por la sociedad y las reglas en la que vive; el hombre
no es sino un elemento más de ese conjunto social. De tal forma,
el sujeto piensa como piensa, se comporta como se comporta,
simplemente porque forma parte de una colectividad que le
condiciona y le moldea. En definitiva, la personalidad de un
individuo es el fruto de una serie de corrientes colectivas
inconscientes (conciencia colectiva) que gobierna la cultura a la
que pertenece.

39 EL MARXISMO DEL SIGLO XX (personajes representativos)

39.1 Vladimir Ilich (Lenin)

Más que por sus aportaciones filosóficas, Lenin ha pasado a


la Historia por haber implantado las ideas del modelo marxista en
la Unión Soviética, que surgió así como el primer Estado Socialista
del mundo (URSS). A continuación se resumen algunas de sus
citas más célebres, entresacadas de su libro “Marx, Engels y el
Marxismo”.
“La doctrina marxista suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y
el odio de toda la ciencia de la “burguesía liberal”, que ve en el marxismo algo así
como una ”secta perniciosa”. De uno u otro modo el liberalismo burgués defiende la
esclavitud asalariada, mientras que el marxismo ha declarado una guerra abierta e
implacable hacia esta esclavitud. Esperar que la ciencia burguesa sea imparcial en
una sociedad esclavizada, sería la misma ingenuidad que esperar imparcialidad por
parte de los fabricantes en lo que se refiere al problema de si deben aumentarse los
salarios de los obreros disminuyendo los beneficios del capital”.

“La filosofía marxista es el materialismo (filosófico), que ha proporcionado a la


humanidad y sobre todo a la clase obrera, la poderosa arma del saber. A lo largo de
toda la historia moderna de Europa, es donde se desarrolló la batalla decisiva contra
la escoria medieval del Feudalismo. El materialismo se mostró como la única filosofía
consecuente, fiel a todo lo que enseñan las ciencias naturales, hostil a la
superstición, a la mojigata hipocresía…Por eso sus enemigos empeñaron todos sus
esfuerzos en tratar de refutarlo, minarlo y difamarlo, y salieron en defensa de las
diversas formas del idealismo filosófico, que se reduce siempre a la defensa o al
apoyo de la religión”.
177

“El obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de


las fábricas, de los instrumentos de trabajo. Emplea una parte de su jornada de
trabajo en cubrir el costo de su sustento y el de su familia (“salario”), mientras que la
jornada restante trabaja gratis para el capitalista, a través de la “plusvalía”, fuente de
las ganancias, fuente de la riqueza de la clase capitalista”.

“Las instituciones políticas y sociales son la “superestructura” ideológica que


se alza sobre la base económica de una sociedad. Así vemos, por ejemplo, que las
diferentes formas políticas de los estados europeos modernos sirven para reforzar y
perpetuar la dominación de la clase burguesa sobre el proletariado...La obra principal
de Marx (“El capital”) está consagrada precisamente al estudio del régimen
económico de la sociedad moderna, es decir, la capitalista”.

“Solo el “materialismo filosófico” de Marx señaló al proletariado la salida de la


esclavitud espiritual en que se han consumido hasta hoy todas las clases oprimidas.
Solo la “teoría económica” de Marx explicó la deprimente situación en que se
encuentra el proletariado en el régimen general del capitalismo”.

39.2 Georg Lukacs

Filósofo húngaro formado intelectualmente en Alemania. Se


propuso revitalizar el marxismo acudiendo a las fuentes dialécticas
hegelianas, ya desprovistas de todo idealismo.

39.3 Antonio Gramsci

Fue entre otros uno de los fundadores del Partido Comunista


Italiano. Destacó el valor fundamental de la praxis en filosofía.
Ejerciendo el cargo de Diputado fue arrestado y encarcelado por el
régimen fascista de Mussolini.

39.4 Louis Althuser

Teórico marxista francés. Propuso que el marxismo debe


fundamentarse en una teoría de la cientificidad, es decir, ajustarse
a un modelo científico. Habitualmente fue relacionado con las
ideas del estructuralismo filosófico. A causa de los desequilibrios
mentales que sufrió durante los últimos años de su vida (psicosis
maníaco-depresiva) fue internado en varias ocasiones. Uno de sus
volúmenes más conocidos lleva por título “Para leer el capital”, una
relectura de las ideas expuestas por Karl Marx en su obra cumbre
“El Capital”.

_____________________________________________________
___________________________________________

También podría gustarte