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El Arte de retratar
Augusto Fabian Tejada Aguilar
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El acto de retratar es una acción transcendental que se ha evidenciado desde los tiempos
más antiguos de la humanidad. Este tiene como objetivo inmortalizar una existencia a través de
diversas técnicas que permita una durabilidad temporal; dentro de esta representación se puede
encontrar: personas, creencias, costumbres, pensamientos, mascotas y entre otros elementos que
evidencien un existir. Para las bellas artes, el retrato artístico es definido como un género,
mayoritariamente vinculado al encargo, donde los artistas se han expresado por medios
pictóricos, escultóricos y grabados diversas representaciones de figuras que querían inmortalizar
para la historia. En este ensayo expondremos tres perspectivas frente al retrato, en primer lugar
se presentara como el retrato es visto bajo el entorno social, en segundo lugar se expondrá al
retrato desde una perspectiva cultural y se finalizara con una vista política del retrato.

El retrato es un acto social. Como lo mencionamos en la introducción, el retrato se


remonta hacia los orígenes del hombre y está presente en toda la historia de la humanidad.
Desde aquellos estilizados gobernantes egipcios hasta nuestros actuales selfies ¨personales¨ qué
subimos a nuestras redes. El retrato es un fiel reflejo de cada época, de la riqueza, de la pobreza,
del poder, de la guerra, todas las personas individuales que conjuntamente forman la sociedad de
cada momento. Sea intencional o no el motivo por la cual se retrata, el retrato es un acto social
porque existe la necesidad de comunicar un algo que se quiere inmortalizar a través de cualquier
técnica. Un ejemplo de esto es la comparativa entre los retratos pictóricos rupestres encontrados
en diversos lugares del mundo, estos retratos tienen fines sociales al inmortalizar su existencia
con la ilustración que realizan, al igual que nuestras fotos familiares que subimos al Facebook.
Ambos quieren comunicar una existencia.

En el ámbito cultural el retrato es visto como una técnica muy utilizada por divisas
culturas para inmortalizar la presencia de su sociedad. Desde tiempos inmemoriales los antiguos
pobladores de nuestro mundo fueron apasionados por modelar y perpetuar sus más recónditos
pensamientos y anhelos. Es importante destacar el uso del retrato para obtener información social
dentro de nuestra historia. Existen diversos retratos, pictóricos y escultóricos, que son evidencias
de un pasado y que sirven para poder tener vestigios tangibles de una realidad pasada. El retrato
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existe en todas las culturas del mundo, el fin de estas pueden estar relacionada al fin social del
retrato, ya mencionado en el segundo párrafo. Considerando esto, es curioso como el humano
tiene la necesidad de eternizar su presencia a través de productos que parten del retrato.

El retrato es un ente político. Existen representaciones en todas las culturas del mundo de
diversos personajes, no obstante, el retrato que mayoritariamente se ha encontrado ha sido la de
entes superiores o importantes de alguna sociedad, sea político o deidad. Estos destacan y se
diferencian con los retratos comunes por su enorme tamaño, complicadas composiciones y
mejores acabados. Se menciona al retrato como un ente político ya que designa a la persona un
papel bajo la realidad. Encontramos claros ejemplos de estos retratos políticos en nuestra
historia, desde las inmensas esculturas de los dioses griegos hasta los cuadros republicanos que
ilustra a los virreyes de ese entonces. Ambas figuras importantes para nuestra historia
inmortalizadas en los acabados más sobresalientes de sus tiempos.

Como hemos visto en este breve ensayo el retrato es muy importante bajo diversos puntos
de vista, en primer lugar el social, ya que, existe la necesidad de comunicar un algo que se
quiere inmortalizar a través de cualquier técnica, en segundo lugar tenemos el retrato en el
ámbito cultural, siendo los diversos retratos pictóricos y escultóricos evidencias de un pasado y
que sirven para poder tener vestigios tangibles de una realidad pasada. Y por último el retrato
como ente político, ya que, designa a la persona un papel bajo la realidad. En conclusión, el
retrato es un acto que nunca perecerá en la historia humana, esa necesidad de marcar una
existencia en el tiempo es una cualidad humana que se extinguirá con nosotros. El retrato es una
herramienta para nuestro pasado, presente y futuro. No sé cómo esta idea de retrato se
transformara a lo largo del tiempo, pero sé que nunca dejara de existir.
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