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Primeros Auxilios
Primeros Auxilios
Evaluación
FACULTAD DE TECNOLOGÍA
INGENIERIA EN PETROLEO, GAS Y ENERGIAS
CAMPUS TIQUIPAYA
1. OBJETIVO
1.1. Objetivo General
Conservar la vida.
1.2. Objetivos Específicos
Ayudar a la recuperación.
Conocer las distintas fases de primeros auxilios.
Asegurar el traslado de los accidentados a un centro asistencial.
2. MARCO TEORICO
Por EMERGENCIA MÉDICA entendemos aquella situación en la que la falta de asistencia
médica producirá la muerte del accidentado en muy pocos minutos. Cualquier parada
cardiorrespiratoria (fracaso de las funciones cardiaca y respiratoria, con la consiguiente
incapacidad para hacer llegar sangre oxigenada a las células) es una situación de máxima
emergencia ya que del tratamiento inmediato dependerá la vida del paciente. A partir de los 10
minutos sin ningún tipo de riego cerebral aparece la muerte cerebral y entre los 12 y los 14
minutos la muerte biológica. Es por este motivo que es muy importante iniciar lo antes posible las
maniobras de reanimación cardiopulmonar, que tratan de sustituir las funciones cardiaca y
respiratoria que se han vista alteradas hasta que lleguen los servicios sanitarios de Soporte Vital
Avanzado. Para proceder correctamente el socorrista tiene que seguir los principales principios
básicos de actuación que son los siguientes:
1. No agravar el estado de la persona accidentada
2. Usar en todo momento el sentido común
3. Facilitar en todo momento el acceso de la persona accidentada, en las mejores
condiciones posibles, a la atención especializada sanitaria
Normas de actuación
En cualquier accidente debemos ACTIVAR EL SISTEMA DE EMERGENCIA. Para ello
recordaremos la palabra PAS., que está formada por las iniciales de tres actuaciones secuenciales
para empezar a atender al accidentado.
P: Proteger
A: Avisar
S: Socorrer
La P de PROTEGER Antes de actuar, tenemos que tener la seguridad de que tanto el
accidentado como nosotros mismos estamos fuera de todo peligro. Por ejemplo, no atenderemos a
un electrocutado sin antes desconectar la corriente causante del accidente, pues de lo contrario nos
accidentaríamos nosotros también.
La A de AVISAR Siempre daremos aviso a los servicios sanitarios (médico, ambulancia...) de la
existencia del accidente, y así activaremos el Sistema de Emergencia, para inmediatamente
empezar a socorrer en espera de ayuda. Debemos informar indicando el tipo de accidente, la
localización, el nº de personas accidentadas y la gravedad de éstas. Si somos más de un socorrista,
uno de nosotros empezará a socorrer al accidentado y el otro será quien activará el Sistema de
Emergencia. El teléfono de urgencia establecido para todos los ciudadanos en todos los países de
la Unión Europea es 112. Es una numeración gratuita y prefijada. Los teléfonos móviles pueden
llamar al 112 siempre que haya cobertura de algún operador, sea éste o no quien presta el servicio
al llamante, porque todas las redes atienden este tipo de llamadas gratuitamente.
La S de SOCORRER Una vez hemos PROTEGIDO y AVISADO, procederemos a actuar sobre
el accidentado, efectuando el reconocimiento de sus signos vitales: a) consciencia b) respiración
Consciencia
Para saber si un accidentado está consciente le preguntaremos qué le ha pasado en voz alta Si no
contesta realizaremos las siguientes acciones:
1. Le golpearemos ligeramente en la zona de los omóplatos, sin realizar movimientos bruscos por
si hubiera alguna lesión en la zona de la columna cervical.
2. Si no existe ningún tipo de reacción significa que la persona está inconsciente, por lo que
inmediatamente y, en lo posible, sin moverlo (porque puede ser un herido traumático y existir
lesiones óseas que agraven su estado) comprobaremos su respiración. Actualmente en las nuevas
recomendaciones del 2010 publicadas por la European Resuscitation Council, se recomienda a las
personas que no estén entrenadas no perder tiempo en comprobar la respiración de la persona
accidentada, porque muchas veces en esta maniobra se pierde un tiempo vital. Ante una situación
de una persona que no responde, iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP)
realizando 30 compresiones torácicas.
Si somos personas entrenadas en socorrismo comprobaremos la respiración de la siguiente
manera.
Respiración
Para comprobar si el accidentado respira, el socorrista observará la zona torácica o abdominal y
acercará su mejilla o el dorso de la mano a la boca nariz del accidentado. Si existe respiración,
observará el movimiento torácico o abdominal, escuchará la salida del aire y notará en su mejilla
el calor del aire exhalado.
Si se comprueba que la persona respira pero sigue inconsciente se colocará en la Posición Lateral
de Seguridad, si no hay ningún antecedente de traumatismo o es una víctima traumática. Esta
posición reduce el riesgo de bronco aspiración, o lo que es lo mismo, que la persona accidentada
se ahogue con su propio vómito. Regularmente tenemos que seguir controlando que sigue
respirando.
Separar el brazo de la persona accidentada más próximo a nosotros de su cuerpo. Doblarlo 90º por
el hombro y por el codo.
Doblar la pierna opuesta por la rodilla y apoyar ese pie en el suelo. Coja por debajo de esa rodilla
y, con la otra mano, por el hombro del mismo lado. Girarlos hacia nosotros.
Abrir la vía aérea y apoyar el dorso de la mano del brazo que queda arriba
Si la víctima respira pero es traumática: No lo moveremos. En ambos casos seguiremos a su lado
vigilando sus signos vitales. Si la víctima no respira: Colocar al accidentado, sea traumático o no,
en posición de decúbito supino (estirado mirando hacia arriba) pero respetando la alineación del
eje cervical e iniciaremos las maniobras de reanimación cardiopulmonar, empezando con 30
compresiones torácicas. Secuencia de actuación
La secuencia de actuación de las maniobras de RCP que marcan las nuevas recomendaciones del
2010 son las siguientes:
A: comprobar la vía aérea
B: respiración artificial Realizar las compresiones torácicas.
C: compresiones torácicas
Colocar al paciente sobre una superficie dura. Localizar el punto medio del pecho y colocar el
talón de nuestra mano sobre él, entrelazando la otra mano. Como es muy importante no perder
tiempo, se colocarán las manos de esta forma y no se empleará tiempo en el método de seguir el
borde de las costillas. Mantener los dedos estirados y los brazos perpendiculares al punto de
contacto con el esternón para ejercer la compresión directa sobre el tórax, y conseguir que se
deprima unos 5 cm. y a un ritmo de compresión de aproximadamente 100 compresiones por
minuto.
Comprobar la vía aérea Realizar la maniobra frente-mentón: colocaremos una mano en la
barbilla y otra en la frente. Inclinaremos la cabeza de la persona accidentada cuidadosamente hacia
atrás y con los dedos de la mano que tenemos en la barbilla abriremos el mentón. Con esta
maniobra facilitaremos la apertura de la vía aérea. Esta maniobra nunca la realizaremos si
sospechamos que la persona accidentada pueda sufrir una lesión cervical. Al realizarla podríamos
provocar una lesión medular. Posteriormente, comprobaremos visualmente que no haya ningún
cuerpo extraño que nos pueda dificultar el paso del aire a través de la vía aérea. En caso de que
exista alguno y sea fácilmente extraíble, lo sacaremos. En caso de que sea de difícil extracción, no
realizaremos ninguna acción e iniciaremos las maniobras de ventilación artificial. Podríamos
perder un tiempo de vital importancia para conservar la vida de la persona intentando extraer el
cuerpo extraño de la vía aérea.
2. MATERIALES, REACTIVOS Y EQUIPOS (a mano)
2.1 . Materiales y equipos
CASCO
GUARDA POLVO
3. PROCEDIMIENTO EXPERIMENTAL
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA ACTUACIÓN DEL SOCORRISTA
Mantener la serenidad pero actuar con rapidez
Asegurarse de que no existe más peligros
Examinar detenidamente al accidentado: EVALUACIÓN PRIMARIA y SECUNDARIA
Cuidar al máximo el manejo del accidentado: NO MOVER hasta que se le estabilice.
Empezar por lo más urgente
Tranquilizar al accidentado
Mantenerlo caliente
Ponerlo en Postura Lateral de Seguridad cuando sea necesario (inconsciente)
Procurar atención médica lo antes posible AVISAR
No dejar actuar a curiosos e intervencionistas
No darle de comer ni beber
No medicar
No abandonar al herido
3.1. Primeros auxilios para traumatismos en extremidades
Los traumatismos son aquellas lesiones que se producen a causa de una fuerza externa que
agrede de manera violenta contra el cuerpo: una caída, una contusión, un impacto por otro cuerpo
en movimiento, etc.
Ante un traumatismo, lo primero es siempre solicitar ayuda a los servicios sanitarios y una
vez realizada esta acción podremos llevar a cabo los primeros auxilios.
Después se valorará el estado de consciencia, asegurarse de que respira, que el corazón late
y que está consciente, que responde a órdenes verbales y localiza el dolor.
Se puede intentar inmovilizar una zona fracturada con la ayuda de algo sólido, pero ante
las dudas, lo mejor es no mover al paciente hasta que llegue personal sanitario.
Lo primero que se tiene que valorar es el estado de consciencia del paciente, asegurarnos que
respira, que el corazón late y que está consciente, que responde a órdenes verbales y que localiza
el dolor. En caso de duda es esencial ponerse en contacte cuanto antes con los servicios de
emergencias para que socorran al paciente.
En caso de sospechar una fractura ósea (haber oído un chasquido, dolor intenso a la movilización,
deformidad, inflamación) se deben seguir una serie de medidas:
No movilizar al accidentado si no es absolutamente necesario para evitar agravar la
fractura. No retirar el calzado o cualquier prenda de vestir pues, al tratar de hacerlo se
producen movimientos innecesarios que pueden ocasionar más daño. Sí se deben retirar
anillos, pulseras y relojes para evitar compresiones.
Inmovilizar la fractura, en la misma posición en la que nos la encontremos, incluyendo
las articulaciones adyacentes, evitando siempre movimientos de la zona afectada o
moviéndola, de ser necesario, en bloque y bajo tracción.
En caso de fracturas abiertas, cubrir la herida con apósitos estériles o pañuelos lo más
limpios posible y comprimir para contener la hemorragia. A continuación, in-movilizar y,
si se puede, elevar la extremidad afectada.
Si se tiene que inmovilizar una zona fracturada se puede utilizar el propio cuerpo del paciente con
la ayuda de vendas o cabestrillos, o bien mediante férulas rígidas, algo sólido que permita alinear
la fractura. Se pueden improvisar mediante lo que se tenga a mano: bastones, ramas de árboles,
tablillas, periódicos o revistas enrolladas, cartones, palos de escoba, etc., sujetos con vendas, tiras
de sábanas, cintas, pañuelos, cinturones, cuerdas. Se trata de aguzar el ingenio con lo que se tenga
a mano. Con todo, si se tienen dudas, lo mejor es no mover al paciente hasta que llegue personal
sanitario que lo atienda.
ESGUINCE
Es más común que ante un traumatismo pueda haber un esguince, que es la alteración de
las articulaciones por una distensión de los ligamentos o incluso su desgarro por un movimiento
forzado. La articulación se presenta inflamada, dolorosa y con dificultad a la movilización. En
caso de sospecha de esguince se debe:
LUXACIONES
Otras lesiones que se pueden producir son las
luxaciones, es decir, el desplazamiento anómalo
de los huesos que conforman una articulación.
Habrá dolor, alteración de la forma de la
articulación e imposibilidad para movilizarla. A
la espera de acudir a un centro hospitalario:
No movilizar nunca al paciente; en caso de que sea vital movilizarlo, se hará en bloque,
manteniendo el eje de cabeza, cuello y tronco alineado.
Si es portador de casco de moto, no retirarlo a menos que nos lo indiquen los servicios
sanitarios por problemas de la vía respiratoria.
Así pues, son varias las medidas que podemos tomar en caso de un traumatismo pero lo
primero que hay que hacer es siempre solicitar ayuda a los servicios sanitarios y una vez
realizada esta acción podremos llevar a cabo los primeros auxilios.
Denominamos hemorragia a cualquier herida con gran salida de sangre de sus cauces
habituales, los vasos sanguíneos. Existen varias formas de clasificar las heridas. Aquí se exponen
las que mejor nos pueden ayudar a la hora de evaluar una hemorragia y saber su gravedad.
Atendiendo al tipo de vaso que se ha roto:
ARTERIAL. La sangre sale de una arteria, a impulsos y con un color rojo intenso. Muy
peligrosas por la gran pérdida de sangre que presentan.
VENOSA. La sangre sale de una vena y lo hace de forma continua y con un color rojo
oscuro.
CAPILAR. Las heridas más comunes y menos peligrosas. Son superficiales y con poca
salida de sangre.
Hemorragia arterial
Tipos de hemorragias
según su procedencia
Hemorragia venosa
Según el destino final de la sangre:
EXTERNAS. Son aquellas en las que la sangre sale al exterior a través de una herida. Las
hemorragias externas más comunes se producen en las extremidades porque por ellas las
arterias pasan de forma más superficial y porque son zonas del cuerpo muy expuestas,
sobre todo los brazos con los que manejamos multitud de herramientas y realizamos tareas
peligrosas. Son las que vamos a ver en este artículo.
INTERNAS. Son aquellas que se producen en el interior del organismo, sin salir al
exterior, por lo tanto, la sangre no se ve, pero sí que se puede sospechar por el tipo de
accidente sufrido y por los signos y síntomas de shock.
EXTERIORIZADAS. Son aquellas hemorragias que siendo internas salen al exterior a
través de un orificio natural del cuerpo: oído, nariz, boca, ano o genitales. Su principal
peligro no es la pérdida de sangre si no la lesión interna (cráneo, vísceras, órganos...)
Arma de fuego
Agente cortante: radial, motosierra, cuchillas, cristal...
Agente punzante clavado: cuchillo, navaja, punzón, destornillador, asta de toro...
Explosión
Aplastamiento
Mordedura
CONSECUENCIAS DE UNA GRAN PÉRDIDA DE SANGRE
La pérdida de sangre provocada por una hemorragia puede derivar en un shock hipovolémico y si
no se corrige empeorará a una parada cardiorrespiratoria y a la muerte. Los signos y síntomas del
shock son:
1. Alteración de la consciencia: mareo, confusión.
2. Estado ansioso o nervioso.
3. Pulso rápido y débil debido a que la tensión baja (la presión arterial desciende).
4. Respiración rápida y superficial.
5. Palidez de las mucosas.
6. Sudoración fría y pegajosa, generalmente en manos, pies, cara y pecho.
En el cuerpo de un adulto hay unos cinco litros de sangre. La pérdida de más de un litro y medio
provoca una situación de shock grave (cuando donas sangre te extraen casi medio litro). En la
situación más extrema esto puede ocurrir con tan solo tres minutos de hemorragia.
A nivel internacional se definen las siguientes categorías de shock hipovolémico:
Si te encuentras a una persona con una hemorragia externa grave, debes realizar las siguientes
acciones según las recomendaciones del Consejo Europeo de Reanimación (ERC) y otras muchas
instituciones (AHA, PHTLS, ACS, NICE, CoTCCC...)
En la guía del ERC de 2021 dice:
- Aplique presión manual directa para controlar una hemorragia externa severa.
- Considere el uso de un agente hemostático. Aplíquelo directamente sobre la herida y realice
presión manual sobre él.
- Un vendaje compresivo puede ser útil cuando la hemorragia ya está controlada, así se mantendrá
la hemostasia generada.
- El uso de puntos de presión directa arterial y las terapias de frío no están recomendadas para las
hemorragias graves.
- En las extremidades, considerar el uso de torniquetes comerciales tan pronto como sea posible.
- Si no se dispone de torniquete comercial y la presión directa y el uso de hemostáticos no es
efectiva, se podría aplicar un torniquete improvisado, con elementos de fortuna, si el rescatador
está entrenado.
PASOS A SEGUIR
- EVALUACIÓN
Observa los signos y síntomas de la persona para evaluar su estado y analiza la herida para decidir
el método de actuación: localización, extensión, profundidad, lesión de órganos, suciedad,
mecanismo causante... Hay ciertas heridas que, aunque muy aparatosas, no causan gran pérdida
de sangre para que corra peligro la vida como una epistaxis (hemorragia nasal), una brecha en el
cráneo, heridas en la boca, un desgarro (sin afectación de vasos sanguíneos grandes)... Y otras que
sí son graves, aunque a veces no haya sangrado abundante, como una herida de bala, un cuchillo
clavado (el cual nunca se debe retirar), una fractura abierta, herida que afecta a un pulmón...
En general, debemos sospechar que la vida corre peligro por pérdida de sangre cuando nos
encontremos una o varias de las siguientes situaciones:
- Hay una herida en una extremidad y la sangre sale de forma pulsátil lo que significaría que hay
una arteria afectada.
- Hay un gran charco de sangre bajo la persona.
- Tiene las ropas muy mojadas de sangre.
- La persona tiene los signos y síntomas típicos de hipovolemia.
- Tiene algún miembro amputado de forma parcial o total.
Durante todo el proceso, ante cualquier persona accidentada, se recomienda el uso de guantes de
látex o nitrilo para evitar ensuciar las heridas y también para no entrar en contacto con su sangre
y otros fluidos y así minimizar el riesgo de contagiarnos de algunas enfermedades.
Compresión directa de la hemorragia y vendaje compresivo
- COMPRESIÓN DIRECTA.
Coge gasas (si son estériles mejor),
colócalas sobre la herida y presiona
fuerte. Si no tienes gasas a mano
puedes usar cualquier textil lo más
limpio posible: ropa, trapo, pañuelo...
Nunca retires ese apósito ya que sobre
él se van formando coágulos que van
taponando la herida y si lo quitamos
volvemos a abrirla. Si se empapa
mucho sigue poniendo más apósitos
encima. Si es una herida muy grande
puedes rellenarla con gasas y luego
hacer la presión. Presiona al menos
durante diez minutos con ambas manos. En casos de hipotermia el tiempo de coagulación se
alarga mucho más de 10 minutos. Y en personas que estén tomando anticoagulantes puede que
este método no cohíba la hemorragia y deberemos presionar hasta que vengan las asistencias, usar
hemostáticos o realizar un torniquete si la herida es en una extremidad.
Gasa hemostática y forma de uso
Torniquetes comerciales
Torniquete real improvisado. Uso inadecuado debido a la banda tan estrecha utilizada
Quemaduras de 3er grado (espesor total): Todas las capas de la piel son destruidas. La herida
tiene una apariencia chamuscada o blanca. Puede causar poco o ningún dolor.
Si la ropa está empapada con el líquido caliente, quítela inmediatamente, o lleve a la persona
(con la ropa puesta y todo) a una ducha de agua fría.
Para apagar las llamas, tire a la victima al suelo y ruede el cuerpo para sofocar las llamas.
Mantenga la quemadura bajo agua fría corriente, sumérjala en un fregadero lleno de agua o
coloque telas, toallas, o sábanas empapadas en agua sobre ella. Añada más agua fría a medida
que la tela absorbe calor de la quemadura.
NO use mantequilla en una quemadura. El aceite actúa como un sello para el calor y puede
causar infección.
3. Limpie la quemadura
Levante o corte cualquier prenda de vestir que cubra la quemadura. Fibras de tela que se
adhieren a la herida deben ser quitadas por un proveedor de atención médica.
Lave cuidadosamente las quemaduras de primer o segundo grados con un jabón suave y agua.
NO rompa las ampollas. Estas protegen la quemadura contra la infección.
Proteja la quemadura con un apósito limpio y seco colocado en lugar con vendajes de manera
floja.
Coloque una sábana o un mantel de tela limpio y seco sobre quemaduras que cubren un
área extensa del cuerpo.
1. En brazos.
Es un método muy práctico para mover paciente no excesivamente pesadas (según la corpulencia
del camillero) que no presenten lesiones serias, por ejemplo: un esguince de tobillo que le impide
la marcha.
Consiste en coger al paciente, colocando una mano debajo de sus rodillas de manera que sostenga
las piernas y la otra alrededor de su espalda, sosteniendo el peso del tronco; el paciente puede
afianzarse en el camillero pasando sus brazos alrededor del cuello, por lo tanto, solo es útil en
pacientes conscientes.
Hay que tener especial cuidado a la hora de "cargar" con el peso del paciente; por ejemplo: si
estuviera sentado en el suelo, flexionando las rodillas al agacharnos, para evitar hacer todo el
esfuerzo con la musculatura de la espalda, lo que podría propiciar la aparición de lesiones a nivel
lumbar.
Tiene las mismas indicaciones que el método anterior; no obstante, no es necesaria la potencia de
brazos de aquel, ya que el peso del paciente se transmite, en parte, al tronco del camillero;
entrelazando las manos, es más fácil cargar con el peso del paciente.
Este método se aplica en pacientes que no presente lesiones serias y que pueda caminar por sí
mismo, puede ser ayudado si colocamos uno de sus brazos alrededor de nuestro cuello, pasando
nuestro brazo libre alrededor de su cintura para lograr un soporte adicional.
Este método puede ser llevado a cabo por uno o por dos camilleros, dependiendo de la corpulencia
de la víctima, la amplitud del lugar, etc.
Los métodos de arrastre son muy útiles, sobre todo, cuando sea necesario desplazar a un paciente
pesado o corpulento.
Existen distintas maneras de arrastrar a un paciente y estas pueden ser: Por las axilas, por los pies,
con una manta o bien atando las muñecas del paciente con un pañuelo y deslizándose "a gatas",
colocándonos a horcajadas sobre el paciente, con las manos de ésta sobre nuestro cuello.
Es muy útil para trasladar a pacientes inconscientes siempre que el camillero sea, por lo menos,
tan o más corpulento que el paciente. Tiene, además, la ventaja de que permite disponer de un
brazo libre al camillero para, por ejemplo, sujetarse a la barandilla de una escalera, apoyarse para
guardar el equilibrio, etc.
1. Primero, el camillero se sitúa frente al paciente, cogiéndolo por las axilas y levantándolo hasta
ponerle de rodillas.
2. Después, el brazo izquierdo del camillero pasa alrededor del muslo izquierdo del paciente
cargando el peso de su tronco sobre la espalda del camillero.
3. Finalmente, el camillero se levanta, se mantiene de pie y desplaza al paciente para que su peso
quede bien equilibrado sobre los hombros del camillero. Con su brazo izquierdo sujeta el
antebrazo izquierdo del paciente, quedándole un brazo libre.
4. MEDICIÓN, CÁLCULOS Y RESULTADOS
Improvisar un camilla
5. OBSERVACIONES Y CONCLUSIONES
6.1. OBSERVACIONES
Se deberá cumplir estrictamente con la sigla PAS para evitar que la víctima tenga más
riesgos de heridas y hasta pierda la vida.
Se debe tener un conocimiento básico en la intervención de primeros auxilios se debe
comunicar con las líneas de emergencia ante un accidente para evitar la pérdida de vida.
6.2. CONLUSIONES
La intervención ante un accidente es muy importante se puede evitar la pérdida de vida de
un víctima.
Se logró conocer las fases de intervención ante un accidente.
Se puso conocer los modos de traslado de heridos.
Se tuvo conocimiento para la intervención de primeros auxilios ante una hemorragia y
estado de shock.
Se tuvo conocimiento para la intervención de primeros auxilios ante una quemadura.
Se logró tener el conocimiento necesario de los procedimientos que se debe realizar para
poder afrontar un incendio en la vida real.
6. CUESTIONARIO
1. ¿Según lo establecido por los entes gestores de salud, cual es el contenido de un
botiquín de seguridad?
gasa estéril y vendas adhesivas de distintos tamaños
esparadrapo (o cinta adhesiva de uso médico)
tiritas de distintos tamaños
venda elástica
un férula o tablilla
toallitas desinfectantes
jabón
pomada antibiótica
solución desinfectante (como agua oxigenada)
crema o pomada de hidrocortisona (al 1%)
paracetamol e ibuprofeno
medicamentos habituales de venta con receta médica (si se va de vacaciones con su
familia)
unas pinzas
unas tijeras afiladas
imperdibles (alfiler de seguridad)
bolsas de frío instantáneo desechables
loción de calamina
toallitas impregnadas de alcohol o alcohol de uso médico
un termómetro
un kit de preservación dental
unos guantes de plástico que no contengan látex (2 pares como mínimo)
una linterna con pilas de repuesto
una sábana
una mascarilla de RCP
4. ¿Cómo se identifica una quemadura de 2 grado y que debo hacer para ello?
Quemaduras de segundo grado: También llamadas quemaduras de espesor parcial. Son
más graves que las de primer grado. Las quemaduras de segundo grado afectan la capa
externa y la capa media de la piel, conocida como dermis. Pueden causar dolor,
enrojecimiento y ampollas. Algunas quemaduras de segundo grado se pueden tratar con
cremas antibióticas y vendajes estériles. Las más graves pueden necesitar un injerto de
piel. Este procedimiento utiliza piel natural o artificial para cubrir y proteger la parte
lesionada mientras sana. Las quemaduras de segundo grado pueden causar cicatrices
7. BIBLIOGRAFÍA
https://medlineplus.gov/spanish/pruebas-de-laboratorio/evaluacion-de-quemaduras/
https://estrucplan.com.ar/traslado-del-accidentado/
https://www.construmatica.com/construpedia/Trasladar._Primeros_Auxilios
http://www.medicina.ues.edu.sv/habilidadesydestrezas/documentospdf1/Pri%20Aux
%20HyH%20Que%20EC%20presentacion%20Web.pdf
https://es.slideshare.net/aljadi1027/hemorragias-y-shock
https://www.unirioja.es/servicios/sprl/pdf/manual_primeros_auxilios.pdf
https://kidshealth.org/es/parents/firstaid-kit-esp.html